Volver al portal Europarl

Choisissez la langue de votre document :

  • bg - български
  • es - español
  • cs - čeština
  • da - dansk
  • de - Deutsch
  • et - eesti keel
  • el - ελληνικά
  • en - English
  • fr - français
  • ga - Gaeilge
  • hr - hrvatski
  • it - italiano
  • lv - latviešu valoda
  • lt - lietuvių kalba
  • hu - magyar
  • mt - Malti
  • nl - Nederlands
  • pl - polski
  • pt - português
  • ro - română
  • sk - slovenčina
  • sl - slovenščina
  • fi - suomi
  • sv - svenska
 Índice 
 Texto íntegro 
Acta literal de los debates
Martes 6 de febrero de 2018 - Estrasburgo Edición revisada

Situación en Venezuela (debate)
MPphoto
 

  Luis de Grandes Pascual (PPE). – Señor presidente, seamos sinceros. Tristemente en Venezuela no hay esperanza de que algo cambie. La actual Venezuela sufre una dictadura pura y dura, y cualquier esfuerzo bienintencionado será estéril. Se ha dicho aquí y es posible que sea verdad. En estos momentos, es posible que Maduro alcance sus objetivos y logre que la oposición se divida y claudique. Ese momento, con estas condiciones, será el principio del fin.

Recientemente han expulsado al embajador de España porque no quieren testigos molestos de las actividades de un régimen que tiene encarcelados a los adversarios políticos, que es responsable de una crisis humanitaria terrible, que además utilizan para parecer un Estado compasivo que aporta pequeños paliativos públicos para cuidar a sus ciudadanos de una indigencia de la que es responsable. Son viejas recetas cubanas, mediante las que inculcan la idea de que fuera del régimen no hay salida.

La Asamblea Nacional Constituyente, a todas luces ilegítima, convoca elecciones con previas maniobras fraudulentas para amañar el resultado.

El Consejo Nacional Electoral, órgano sectario y sin credibilidad alguna, ilegaliza a los partidos de la oposición, invocando supuestas trasgresiones de normas que son inaceptables por injustas y aberrantes.

¿Hasta cuándo, señorías, el sátrapa Maduro abusará de la paciencia del mundo democrático?

Señorías, ya no valen medias palabras, no hay sitio para la ingenuidad, no se puede colaborar con un dictador porque seríamos cómplices. Pero sí es lícito y hasta obligado sancionar la conducta de unos dirigentes políticos que no respetan los derechos humanos, que oprimen a su pueblo, y que no tienen pudor en enriquecerse a su costa, sojuzgándolo y empobreciéndolo, hasta cotas inaceptables.

El Parlamento Europeo no puede permanecer impasible. Podemos y debemos condenar públicamente y de forma contundente una deriva totalitaria que está produciendo creciente tensión en las fronteras con sus vecinos y constituye un factor de inestabilidad regional.

El Grupo de Lima está marcando pautas sobre las medidas que se deben adoptar. La OEA está hablando fuerte y claro, sin tapujos, y nosotros, señorías, tenemos una obligación inexcusable de denunciar y condenar los desmanes de Maduro y su régimen.

 
Última actualización: 12 de abril de 2018Aviso jurídico - Política de privacidad