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La Presidenta del Parlamento Europeo
EN  FR Discursos
Estrasburgo, 13 de diciembre de 2000
 

Discurso de Nicole FONTAINE, Presidenta del Parlamento Europeo, con ocasión de la entrega del premio SAJAROV 2000 a ¡Basta ya!
 

Permítame decirle, Don Fernando SAVATER, que hoy lo recibimos con mucha emoción para hacer entrega a "¡Basta ya!" del premio Sajarov de este año 2000 a la libertad de conciencia.

A través de usted, el Parlamento Europeo rinde homenaje a las víctimas del terrorismo y premia un movimiento de ciudadanos que, espontáneamente, han decidido gritar "¡Basta ya!" a los que niegan el derecho a la vida, el bien más precioso de todo ser humano, y niegan también el derecho a la libertad, es decir, el de vivir cotidianamente en paz y en seguridad.

El Parlamento Europeo premia asimismo la valentía física y moral de los ciudadanos que se atreven, arriesgando su vida, a manifestar su rechazo a ceder ante la intimidación.

A través de ¡Basta ya! el Parlamento Europeo desea expresar su apoyo más pleno y más decidido a todas las asociaciones y colectivos pacíficos de todas las tendencias ideológicas y a todos aquellos que se movilizan frente a la violencia ciega a la que se enfrenta el País Vasco español.

Como usted sabe, el apoyo de nuestra Asamblea no data de ayer. Recientemente, el Parlamento Europeo ha aprobado, una vez más, una declaración sobre el terrorismo en España. Esta declaración fue firmada personalmente por 413 de nuestros compañeros, de todos los países, de todas las tendencias políticas. En la declaración se condenan firmemente los crímenes de ETA en España y se pide a las instituciones de la Unión Europea que adopten medidas eficaces de lucha contra el terrorismo.

El Parlamento Europeo, al conceder por vez primera el premio Sajarov a defensores de los derechos humanos activos en el interior de la Unión, quiere manifestar solemnemente que cualquier violación de estos derechos debe ser combatida sin concesiones. Andrei Sajarov simboliza para los demócratas del mundo entero al hombre que se levanta contra la dictadura y resiste al chantaje moral de un sistema opresor. Y todos los galardonados con el premio Sajarov desde 1998 encarnan esta lucha por la libertad.

La opresión a la que usted resiste es la peor. Es una opresión firmada, pero no tiene rostro. Pesa sobre toda una sociedad y pretende destruir un sistema político democráticamente elegido por sus ciudadanos. Por eso el Parlamento Europeo se une a su lucha.

El pasado 27 de septiembre tuve ocasión de decirle en Madrid, en la emocionante ceremonia de entrega de condecoraciones a las familias de las víctimas de ETA, que en nuestra Unión no hay sitio para el terrorismo. El terrorismo es la negación misma de la democracia. La violencia, cualquiera que sea su forma, no sólo es condenable sino que no puede por menos de volverse contra sus autores, ya que excluye del mundo democrático a los que recurren a ella.

Nuestra Comunidad Europea es ante todo una comunidad de valores fundada en el respeto del Estado de derecho. Da testimonio de ello la Carta Europea de los Derechos Fundamentales, que acabamos de proclamar en Niza el pasado 7 de diciembre. Su artículo 2 consagra "el derecho a la vida". Cada vez que en España el terrorismo mata a una persona, toda la Unión Europea se siente afectada en lo que constituye uno de sus principios esenciales.

La democracia en la que creemos es la de la palabra que debate y que convence, respetando al otro, y que se somete a la mayoría del pueblo cuando éste vota en libertad. No es la del asesino anónimo que espera a su víctima en el portal a oscuras de su vivienda. No es el de la violencia que aterroriza para imponer a todo un pueblo, por el miedo y el chantaje, el silencio o la complicidad forzada.

No podría terminar esta alocución sin honrar la memoria de los cientos de personas que han caído bajo las balas de sus asesinos. Se trata de mujeres, de hombres de todas las edades, de toda condición social y de todo el espectro político que han sido cruelmente arrancados a sus familiares. A ellos y a los dos mil heridos por este mismo azote quiero enviarles el testimonio de nuestra solidaridad. Quiero también decirles hasta qué punto merecen nuestra admiración más profunda su dignidad en el sufrimiento y la ausencia de ánimo de venganza personal.

 
© European ParliamentResponsible Website : Hélène Lanvert