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Audiencia

 

Jonathan Hill

Cartera: Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales
 
Día 3 , miércoles 1 octubre 2014 - 13:30 , Bruselas  
 
A cargo de la audiencia
 Responsable de la audiencia  Asociada a la audiencia
 
Preguntas / Respuestas
 
1. Competencia general, compromiso europeo e independencia personal

¿Qué aspectos de sus cualificaciones y experiencia personales considera usted particularmente pertinentes para desempeñar el cargo de Comisario y fomentar el interés europeo general, especialmente en el ámbito cuyas competencias le corresponda a usted ejercer? ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿Cómo va a contribuir a elaborar la agenda estratégica de la Comisión?


¿Qué garantías de independencia puede usted dar al Parlamento Europeo y cómo garantizaría usted que ninguna de sus actividades pasadas, actuales o futuras puede comprometer la realización de las labores que se le encomienden dentro de la Comisión?


Aproximadamente la mitad de mi carrera profesional se ha desarrollado en el sector privado y la otra mitad en la Administración pública, primero como asesor, en las décadas de los ochenta y los noventa, y posteriormente como Ministro, desde 2010. Como empresario, pude conocer sobre todo de cerca las dificultades que supone crear y expandir su propia pequeña empresa en un entorno competitivo. Como asesor, trabajé en toda una gama de asuntos económicos y sociales, desde la lucha contra el desempleo al fomento de la empresa, pasando por la búsqueda de soluciones a los problemas de los centros urbanos. Como Ministro, fui responsable de las mayores reformas estructurales emprendidas en el sector de la educación en toda una generación. En los últimos tiempos, he participado en el Gobierno del Reino Unido como Presidente de la Cámara de los Lores, la segunda Cámara del Parlamento británico, una de cuyas mayores contribuciones es mejorar la calidad de la legislación mediante sus enmiendas. Como antiguo responsable de la presentación del programa legislativo del Gobierno en la Cámara de los Lores, soy un convencido defensor de los controles tanto pre como post legislativos. Es además una Cámara que busca el consenso, recabando conocimientos especializados de distinto tipo entre sus miembros y formando alianzas entre partidos. Tengo, a mi parecer, una demostrada trayectoria de trabajo con ese preciso método. La búsqueda de consenso es un componente vital de la actividad de todos los Comisarios, cuya misión es promover en todo momento los intereses de Europa y no sus propios intereses, ni los de su partido político, ni siquiera los de su país.


Esta combinación de ámbitos de experiencia pone de manifiesto mi comprensión de la importancia del empleo y el crecimiento desde un punto de vista práctico y mi capacidad de llevar a cabo reformas difíciles y complejas en un entorno político. Mi experiencia política me ha infundido una serie de principios que aspiro a aplicar en mi labor. La regulación eficiente requiere coherencia, transparencia y equidad. Debemos empoderar a los ciudadanos otorgándoles la información más completa posible y ampliando sus posibilidades de elección. Las normas deben ser fruto de una detenida reflexión y objeto de una evaluación adecuada antes y después de su promulgación. Una vez vigentes, deben ser objeto de una correcta aplicación que debe controlarse y su incumplimiento dar lugar a fuertes sanciones.


Por lo que respecta a mi motivación, este cargo me permitiría participar en tres de los grandes retos para la UE destacados por el Presidente electo Juncker. En primer lugar, el reto político o democrático. Los índices de participación en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mes de mayo fueron decepcionantes. A pesar de los grandes esfuerzos de los candidatos y sus partidos, el porcentaje de votantes disminuyó en 18 de los 28 Estados miembros. La confianza de los ciudadanos en los gobiernos y los políticos ha disminuido a niveles sin precedentes, situación que es preciso subsanar. En segundo lugar, el reto económico. ¿Cómo estimular la economía europea para generar el crecimiento y el empleo que necesita, especialmente ante los nuevos desafíos económicos globales que se nos presentan? ¿Cómo rescatar del desempleo a los millones de personas, especialmente los jóvenes, que carecen de empleo y son víctimas, así pues, de una generalizada penuria social? Nuestro papel en las instituciones europeas debe ser asegurar a la próxima generación un futuro más próspero donde brillen las oportunidades. Para ello, es necesario restituir el dinamismo a la economía europea a fin de que vuelva a ser un modelo para el resto del mundo. Estos retos están, como es evidente, interrelacionados. La creación de nuevos puestos de trabajo, el crecimiento, la inversión y la aportación de beneficios tangibles a nuestros ciudadanos nos permitirá reforzar la confianza en nuestras instituciones y en la UE en general. En tercer lugar, esta Comisión inicia su mandato en un momento crucial para la relación entre la UE y el Reino Unido. La Unión Europea ha traído paz, prosperidad, libertad y la primacía de la ley a un continente antaño divido; un mercado único de 500 millones de personas estructurado por reglas que promueven la equidad y la competencia; la posibilidad de que sus ciudadanos trabajen y se desplacen por toda la UE; y, como parte de la ambición de asumir un papel más relevante en el escenario mundial, la potestad de concluir acuerdos comerciales a escala europea. Estos son solo algunos de los ámbitos en los que la intervención de la Comisión Europea es crucial, circunstancia que los acontecimientos en la frontera oriental de la UE nos recuerdan de forma regular. Por eso, tengo especial interés en participar en la defensa del argumento de que el Reino Unido es más fuerte como parte de una UE más fuerte.


Me siento por lo tanto orgulloso de haber sido nominado miembro de la Comisión de Jean-Claude Juncker y satisfecho de que la cartera que propone encomendarme me permite hacer frente, sin desvíos, a los retos del empleo y el crecimiento. Me afanaré en esta tarea con los dos jefes de equipo de mi sector, los Vicepresidentes Jyrki Katainen y Valdis Dombrovskis, así como con mi homólogo el Comisario Pierre Moscovici. Tenemos que contribuir a conseguir una recuperación económica intensa y sostenible, fuertes inversiones en todos los sectores de la economía y un puesto más destacado en el ránking de la competitividad internacional.


En un sentido más amplio, como miembro del Colegio, trabajaré en el equipo del Presidente electo Juncker para materializar nuestro conjunto de prioridades, que cuentan con el firme respaldo del Parlamento Europeo. Por lo que respecta a mi independencia, conozco las secciones pertinentes de los Tratados y me propongo respetarlas a rajatabla. Sin lugar a dudas, honraré el juramento que prestaré ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. En particular, me atendré a los principios deontológicos más estrictos conforme a los artículos 17, apartado 3, del TUE y 245 del TFUE, así como al Código de Conducta de los Comisarios. Como puede apreciarse en mi declaración de intereses, no me afecta ningún conflicto de intereses. Confirmo que mi declaración está completa y a total disposición de los ciudadanos y me comprometo a actualizarla si se modificase alguna de las circunstancias pertinentes que me atañen. Aunque el nombramiento a la Cámara de los Lores es vitalicio, daré los pasos necesarios para tomar una excedencia mientras ocupe el cargo de Comisario europeo. Durante mi mandato, no asumiré ninguna posición o situación que pueda poner en tela de juicio mi independencia, mi imparcialidad o mi disponibilidad para la Comisión. Suscribo sin reservas el nuevo compromiso con la transparencia anunciado en las orientaciones políticas por el Presidente electo. Me comprometo a hacer públicos todos los contactos y reuniones que mantenga con organizaciones profesionales o trabajadores autónomos sobre cualquier cuestión relacionada con la elaboración y la aplicación de políticas de la UE. Insistiré en la importancia del Registro de Transparencia. Por lo que respecta a mi futuro, aún no sé lo que haré cuando concluya el mandato de la próxima Comisión, pero me parece esencial que dispongamos de estrictas normas sobre la actividad profesional posterior al trabajo en la Comisión y, lo reitero, apoyo sin reservas las disposiciones sobre conflicto de intereses. Me comprometo por tanto a cumplir tanto el espíritu como la letra de cuantas normas –vigentes o futuras– se consideren apropiadas para los Comisarios.

 
 
2. Gestión de la cartera y cooperación con el Parlamento Europeo

¿Cómo evaluaría usted su papel como miembro del Colegio de Comisarios? ¿En qué sentido se consideraría a sí mismo responsable ante el Parlamento de sus propias acciones y de las de su servicio?


¿Qué compromisos específicos está dispuesto a asumir en materia de incremento de la transparencia, intensificación de la cooperación y seguimiento efectivo de las posiciones y solicitudes de iniciativas legislativas formuladas por el Parlamento? En relación con las iniciativas previstas y los procedimientos en curso, ¿está dispuesto a facilitar al Parlamento la información y los documentos pertinentes en pie de igualdad con el Consejo?


Soy un acérrimo defensor del trabajo en equipo y de la búsqueda de consenso como miembro del Colegio. La colegialidad es la esencia misma del mecanismo de trabajo de la Comisión. El Presidente electo, Jean-Claude Juncker, ha fijado las modalidades de funcionamiento de la nueva Comisión y, en particular, las interacciones entre los Vicepresidentes y los Comisarios. Suscribo estos nuevos métodos de trabajo más colaborativos, pues creo que contribuirán a deshacer los posibles compartimentos existentes y asegurarán que mancomunemos nuestro esfuerzo. Además –lo que quizá sea más importante– deberían contribuir a mantenernos concentrados en la consecución de las prioridades esenciales destacadas por el Presidente electo Juncker. Estoy de acuerdo con su idea de que la Comisión debe ser «más grande y ambiciosa en las cosas grandes y más modesta y pequeña en lo pequeño». Si se confirma mi designación como Comisario, por encima de la responsabilidad del Colegio, asumiré la responsabilidad política de cuantas actividades se sitúen en mi ámbito de competencia. Colaboraré estrechamente en todo momento con el Parlamento Europeo, especialmente con la Comisión ECON y con su Presidente, el Sr. Gualtieri, pero también con las demás comisiones con intereses en mi ámbito de competencia. Seré abierto y transparente para que podamos trabajar juntos sobre una base de confianza mutua. Desearía tener la oportunidad de asistir periódicamente a las reuniones de la Comisión ECON para mantener el diálogo político estructurado desarrollado con éxito por el Vicepresidente Barnier. Me comprometo además a participar personalmente en las negociaciones tripartitas importantes. Me aseguraré de que mi Gabinete y los funcionarios de la nueva Dirección General de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales se ajustan a los mismos principios para que se pueda ejercer el control democrático con total eficacia. El intercambio de información y el trabajo en equipo deberían permitirnos conseguir, de forma colectiva, los resultados que los ciudadanos europeos esperan. También contribuirá a desarrollar un proceso decisorio de la UE responsable, legítimo, eficiente y de calidad. Aplicaré todas las disposiciones del Acuerdo Marco. Dispensar un trato igual al Parlamento Europeo y al Consejo no es solo un imperativo legal sino también un requisito político esencial. En cuanto a las peticiones de nuevos procedimientos legislativos, no puedo comprometerme unilateralmente a proponer ninguna iniciativa concreta. El programa de la futura Comisión, según ha explicado el Presidente electo, Jean-Claude Juncker, será producto de ese órgano colegiado. Por lo que respecta a la necesidad de dar curso a las posiciones y peticiones del Parlamento Europeo, me aseguraré en mi área de responsabilidad de que la Comisión responde a tales iniciativas presentadas con arreglo al artículo 225 del TFUE en un plazo de tres meses desde su adopción. A este respecto, me adhiero al compromiso del Presidente electo Juncker según el cual la futura Comisión prestará una especial atención a los informes de iniciativa legislativa. Por último, me comprometo a no olvidar, en ninguna de mis actuaciones, mi responsabilidad ante los miembros del Parlamento Europeo, elegidos por sufragio directo.

 
 
Preguntas de la Comisión de Unión Económica y Monetaria:

3. Servicios financieros y unión bancaria


¿Cuáles deben ser los principales objetivos políticos de la futura regulación del sector financiero durante el próximo mandato de la Comisión? La unión bancaria está a punto de culminarse y es uno de los proyectos más relevantes para el futuro de la zona del euro. ¿Cómo evalúa usted la unión bancaria y cuáles son los próximos pasos hacia su culminación?


Mi punto de partida es la crisis financiera sin precedentes que estalló en 2008 y condujo a una profunda recesión económica gravemente dañina que destruyó millones de puestos de trabajo en Europa, causando una gran penuria social. La intervención de la Unión Europea a raíz de la crisis fue esencial para estabilizar el sistema financiero, mitigar los peores efectos de la crisis y reducir el riesgo de que se reprodujese. Tan acertada actuación no se hubiera producido, en mi opinión, sin el liderazgo mostrado por la Comisión Europea en general y el Vicepresidente Barnier en particular y por el Parlamento Europeo y esta Comisión. Si se confirma mi nombramiento, mi primera tarea será, por lo tanto, proseguir la labor realizada, estabilizar nuestro sistema financiero y asegurar que disponemos de un sector de servicios financieros adecuadamente regulado al servicio de los intereses de toda la economía y los ciudadanos de Europa. No existe ya vuelta posible a las épocas previas a la crisis, en las que la ciudadanía ignoraba dónde acechaban –y crecían– los riesgos y en las que eran los contribuyentes europeos quienes tenían que correr, en última instancia, con los costes ocasionados por los fallos de las instituciones financieras. Al mismo tiempo, el Presidente electo, Jean-Claude Juncker, me ha señalado un objetivo político muy claro: aportar mi propia contribución a nuestro programa colectivo de fomento de la creación de empleo y del crecimiento mediante el desarrollo de la Unión de Mercados de Capitales. Mi planteamiento es sencillo: en colaboración con el Vicepresidente Katainen, en particular, y con los demás miembros del Colegio, haré cuanto esté en mi mano para asegurar que el sistema financiero es seguro y resiliente y obra en interés de toda Europa, desbloqueando la inversión y desarrollando los incentivos apropiados con tal fin, especialmente en favor de las pequeñas y medianas empresas. Quiero también que el sistema financiero proporcione a los consumidores la posibilidad de elegir dentro de un catálogo de productos financieros seguros, debidamente regulados y transparentes.


En los últimos cinco años, nos hemos visto obligados a atravesar un periodo de enormes cambios normativos a una velocidad extraordinaria. Hemos presenciado una reforma radical del marco de regulación y supervisión financiera. Se trata de un logro considerable, máxime si consideramos que se produjo en pleno furor de la crisis. Ahora estamos entrando en una nueva fase. Aunque debemos permanecer alerta ante la posible emergencia de nuevos riesgos en nuestro sistema y estar preparados para hacerles frente, es poco probable que, en los próximos cinco años, tengamos que volver a promulgar un volumen de legislación semejante. El trabajo realizado por la Comisión precedente aporta por lo tanto un marco claro para la siguiente: la normativa debe ser tan estable como rigurosa. Nuestra prioridad se situará por lo tanto en las tareas de ejecución, control y evaluación. Si este proceso pone de manifiesto que no hemos acertado del todo, no habremos de titubear a la hora de introducir rápidos y eficaces ajustes antes de cuya aplicación evidentemente les consultaremos, tanto informal como formalmente, en la medida necesaria. En todas nuestras intervenciones, especialmente ante los desafíos de empleo y crecimiento que atraviesa Europa, debemos alcanzar ese complejo equilibrio entre una normativa efectiva y una mayor inyección de fondos a nuestra economía.


De forma más específica, me propongo concentrarme en las tareas siguientes:


- Ejecución: se trata de una actividad inmediata que se acometerá mediante actos delegados y actos de ejecución, con una contribución muy significativa de las Agencias Europeas de Supervisión.


- Control: me aseguraré de que se cumplan las normas y de que se adopten enérgicas medidas en caso de infracción.


- Conclusión de nuestro marco financiero seguro y resiliente: será preciso también culminar la reforma financiera en algunos ámbitos para eliminar las principales fuentes de riesgo que puedan persistir. Están todavía en fase de negociación algunas propuestas importantes presentadas por la actual Comisión, por ejemplo, la reforma estructural bancaria, los índices de referencia, el paquete sobre servicios de pago (incluidos los pagos móviles) y los fondos del mercado monetario, importantes elementos del llamado «sistema bancario en la sombra». La regulación de ese sistema también está siendo debatida por el G20: participaré en esas discusiones para fijar rigurosas normas internacionales que luego habrán de aplicarse al nivel de la UE. Una de mis principales prioridades será impulsar la actividad de diseño de un mecanismo de rescate y resolución para las entidades financieras no bancarias, concretamente las entidades de contrapartida central (ECC).


- Establecimiento de la Unión de los Mercados de Capitales, conforme a lo enunciado en las orientaciones políticas de Jean-Claude Juncker. Esa iniciativa deberá aplicarse a la totalidad de la Unión y generar un mercado de capitales más amplio, seguro, líquido e integrado que preste mejores servicios a la economía y reduzca nuestra dependencia respecto de la intermediación bancaria. Consultaremos a todas las partes, incluido como es obvio el Parlamento, sobre los procedimientos más adecuados para conseguirlo. Habremos de acometer esa tarea con prontitud dada la imperiosa necesidad de impulsar y diversificar la financiación de nuestra economía.


- Dimensión internacional: trabajaré por una aplicación coherente de las normas y principios internacionales en todos los foros competentes clave. Hemos de cerrar cuantos resquicios legales puedan acarrear riesgos para la estabilidad financiera y asegurar una igualdad de condiciones de competencia en todo el mundo. Me esforzaré por estrechar la cooperación en materia de regulación de los servicios financieros con los EE.UU., especialmente con el fin de evitar que las empresas tengan que acatar dos cuerpos normativos similares pero no idénticos. Habremos de emprender iniciativas parecidas con otros foros competentes y con otros países del G20, especialmente aquellos con importantes mercados financieros.


En mi opinión, la Unión Bancaria es la prueba de que puede alcanzarse el consenso incluso en las situaciones más difíciles, siempre que todos nos fijemos una misma meta y que estemos dispuestos a hacer concesiones en beneficio común. La Unión Bancaria es, en primer lugar, un factor esencial para la estabilidad de la zona del euro, pero, habida cuenta de la interconexión de los mercados financieros de la UE, también para la de los 28 Estados miembros en su conjunto, y la estabilidad financiera es la condición previa del empleo y el crecimiento. La Unión Bancaria se está convirtiendo en una realidad. Los Reglamentos sobre el Mecanismo Único de Supervisión y el Mecanismo Único de Resolución han aportado las herramientas necesarias para una supervisión y una resolución efectivas en la Unión Bancaria. El 4 de noviembre, el Banco Central Europeo asumirá plenamente sus funciones de Supervisor Único. La evaluación exhaustiva de los 120 bancos más importantes de la zona del euro permitirá al BCE ultimar sus preparativos. Está también en vías de creación la Junta Única de Resolución, proceso en el que estará plenamente involucrado el Parlamento Europeo de conformidad con el Reglamento sobre el Mecanismo Único de Resolución; la Comisión ha formado un grupo de trabajo que contribuirá a los preparativos. El Fondo Único de Resolución se financiará íntegramente a partir de las contribuciones de los bancos. Está en marcha la actividad preparatoria de un acto delegado y un acto de ejecución y sé que esta Comisión parlamentaria participa de lleno en esa actividad, a la que prestaré impulso como asunto prioritario. Queda todavía trabajo por hacer en el ámbito de los mecanismos públicos de protección, que contribuirán a la credibilidad y la solidez del Mecanismo Único de Resolución. Colaboraré codo a codo con mi homólogo Pierre Moscovici, así como con el Parlamento Europeo y con el Consejo, para asegurar que esta labor fructifique. Por último, conviene tener presente que la Unión Bancaria se rige por el código normativo único implantado para asegurar que la supervisión y la resolución se guíen por unos mismos principios esenciales en toda la UE. La Autoridad Bancaria Europea se encarga de la oportuna coordinación de las cuestiones bancarias en los 28 Estados miembros. Al igual que el Vicepresidente Barnier, trabajaré en estrecha cooperación con la ABE.


4. Los servicios financieros dentro y fuera de la zona del euro


¿Cómo percibe usted, dentro de su importante cartera económica, en el contexto del mercado único, la relación entre los Estados miembros que pertenecen a la zona del euro y los que están fuera de ella? Desde la perspectiva de la unión bancaria y los servicios financieros, ¿cómo piensa usted gestionar los problemas y las diferencias que con mayor probabilidad surjan entre los Estados miembros de la zona del euro y los que no pertenecen a ella, asegurando al tiempo la coherencia entre la unión monetaria y el mercado único?


Mi objetivo será preservar la estabilidad financiera, seguir desarrollando el mercado único de servicios financieros y asegurar que el sistema financiero contribuye a generar crecimiento y empleo en toda Europa. La crisis de la zona del euro exigió un replanteamiento fundamental de los engranajes de la unión monetaria. Parte de la respuesta consistió en aplicar un enfoque más integrado a la supervisión y la resolución bancarias dentro de la eurozona; a ese planteamiento, con el que estoy plenamente de acuerdo, obedeció la creación de la Unión Bancaria, que está abierta a todos los Estados miembros interesados. Su creación supone un gran logro y, junto con los Vicepresidentes Katainen y Dombrovskis, me aseguraré de su correcto funcionamiento. El éxito de la Unión Bancaria es tan importante para los Estados miembros no pertenecientes a la zona del euro como para los demás. El mercado único en su conjunto se beneficia de una Unión Bancaria más estable e integrada. Los Estados miembros de la Unión Bancaria pueden como es lógico aspirar a una mayor integración, pero ese proceso debe seguir beneficiando a todo el mercado único y evitar su fragmentación. Desde este punto de vista, el código normativo único constituye una garantía efectiva de la aplicación sistemática de normas comunes en toda la UE. Como Comisario europeo, mi tarea consistirá en aumentar la confianza entre los países pertenecientes y ajenos a la zona del euro en beneficio de la Unión Europea en su conjunto. La Agencia Bancaria Europea (ABE), como organismo que elabora disposiciones de aplicación y coordina la supervisión bancaria para toda la UE, seguirá desempeñando un papel crucial a este respecto. Las medidas adoptadas con tal fin incluyen el sistema llamado de «votación por doble mayoría» adoptado por los colegisladores, que contribuye a que impere dicha confianza y garantiza que la ABE tenga en cuenta los intereses de todos los Estados miembros. Ese sistema está ya en vigor y, de momento, parece funcionar correctamente sin menoscabo de la eficacia de la ABE.


5. El método comunitario


¿Cómo piensa usted garantizar el respeto del método comunitario y el papel del Parlamento Europeo en la legislación financiera, también en ámbitos como el control de los actos delegados o de ejecución, teniendo en cuenta que su Estado miembro de origen se ha manifestado en contra de la legislación de la Unión Europea en vigor, en particular, en la cuestión de las primas? ¿Qué propone usted que se haga al respecto de los Estados miembros que incumplan o traten de eludir la aplicación estricta de las nuevas normas en materia de supervisión y resolución?


El método comunitario ha permitido a la UE adoptar la reforma financiera más ambiciosa de las últimas décadas, demostrando con ello su gran eficiencia, por lo que lo suscribiré plenamente en mi papel de Comisario. Aporto a este cargo mi experiencia como miembro de la Cámara de los Lores del Reino Unido, cuya labor cotidiana se basa en la búsqueda del consenso entre partidos y en el control minucioso de la legislación. La aplicación de la reforma financiera es mi prioridad número uno y la llevaré adelante en absoluto respeto del marco jurídico y las prerrogativas institucionales establecidos en los Tratados. La legislación aprobada por el Parlamento y el Consejo incluye un número muy significativo de actos delegados y de ejecución. Me aseguraré de que las disposiciones de preparación y adopción de esas medidas se ajustan a las mejores prácticas administrativas y son totalmente fieles a la letra de la ley. El papel de las Autoridades Europeas de Supervisión es esencial para la preparación de estos actos, aunque, por descontado, la Comisión tiene la responsabilidad general de adoptar estas medidas para su posterior aprobación o rechazo por el Parlamento y el Consejo. Al aplicar la legislación de nivel 2 mediante actos delegados y de ejecución, estaré dispuesto a explicar al Parlamento y al Consejo si pretendemos desviarnos de las propuestas de las AES y a mantener un debate con ustedes al respecto. Aseguraré en todo caso que el proceso sea totalmente transparente e implique la participación del Parlamento como prevé el Acuerdo Marco y en una fase lo suficientemente temprana para conseguir un proceso de aplicación integrador. Juntos, debemos buscar el planteamiento que mejor respete el carácter técnico de las medidas teniendo a la par en cuenta su impacto en el funcionamiento del sistema financiero.


Idéntico planteamiento cabe aplicar a las primas. Aunque esta cuestión se sitúa en el ámbito de competencia de la Sra. Jourová, la política de la Comisión es defender la legalidad vigente. Estoy al corriente de que el Reino Unido ha impugnado la Directiva DRCIV en un asunto planteado al TJUE. Nuestras instituciones defenderán la legislación por los conductos normales; una vez el Tribunal haya dictado su sentencia, la estudiaremos detenidamente y consideraremos las medidas que corresponda adoptar bajo la dirección de la Sra. Jourová y la coordinación del Vicepresidente propuesto Timmermans. Entre tanto, la ley es la ley y la Comisión tiene entre sus responsabilidades la de velar por su aplicación. Si algún Estado miembro incumple o trata de eludir las normas de la UE, me aseguraré de que se emplean todas las herramientas de ejecución disponibles. Respaldaré siempre que sea necesario las investigaciones dirigidas por la AEE sobre las supuestas infracciones del Derecho de la UE. Promoveré la actuación de la Comisión, en un primer momento mediante los procedimientos piloto de la UE y, en caso necesario, con procedimientos formales de infracción. Como Guardián de los Tratados, no dudaré en recurrir a estas medidas si peligra la integridad del marco legal. El método comunitario es el método de funcionamiento adecuado en nuestra compleja democracia, además de la vía más eficaz para cumplir los objetivos. Así lo avalan los sesenta últimos años de la UE. La institución del Consejo Europeo y la ampliación del papel de los parlamentos nacionales han reforzado, pero en ningún caso sustituido, el triángulo fundamental formado por la Comisión, el Consejo y el Parlamento, que actúan conjuntamente en defensa de la primacía del Derecho.