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Acta literal de los debates
Martes 3 de julio de 2001 - Estrasburgo Edición DO

1. Consejo Europeo de los días 15 y 16 de junio de 2001 - Balance de la Presidencia sueca
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  La Presidenta. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate conjunto:

- del informe del Consejo Europeo y la declaración de la Comisión relativa a la reunión del Consejo Europeo de los días 15 y 16 de junio de 2001 en Gotemburgo, y

- de la declaración de la Presidencia en ejercicio del Consejo relativa al balance de la Presidencia sueca.

Tengo el placer de dar la palabra a continuación al señor Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Persson.

 
  
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  Persson, Consejo. (SV) Señora Presidenta, estimados diputados a esta importante Asamblea, en primer lugar, permítanme darles las gracias por su colaboración durante la Presidencia sueca. Es importante que las distintas instituciones de la Unión se apoyen, que colaboren, que se inspiren y critiquen mutuamente, pero que nunca olviden que tenemos la tarea común de desarrollar nuestra Unión.

El objetivo de la Presidencia sueca era la ejecución de importantes decisiones. Nuestro anhelo no era añadir decisiones nuevas, sino hacer realidad las ya adoptadas. Queríamos concentrarnos en las tres materias que mencioné en mi comparecencia aquí en el Parlamento al comienzo de la Presidencia. Ellas eran la ampliación de la Unión y los asuntos relacionados con el empleo y el medio ambiente. Además, queríamos desarrollar la política exterior y de seguridad común.

Mi intención no es cubrir en este balance todo lo realizado por la Presidencia sueca, sino hacer algunas reflexiones en relación con el semestre que acaba de terminar. Hemos trabajado muy duramente con la Comisión para impulsar las negociaciones conducentes a la ampliación. Ha sido un trabajo cuyo objetivo ha sido demostrar que el plan de negociaciones preparado por la Comisión es realista. Podemos ver que durante la Presidencia sueca hicimos todo lo que nos correspondía, y un poco más. Quedó demostrado que el ambicioso calendario fijado por la Comisión es viable. Sobre esta base dijimos en Gotemburgo que estimábamos que antes del término de 2002 habremos concluido las negociaciones con los países más preparados y señalamos también que los primeros países candidatos podrían participar en la elección al Parlamento Europeo el año 2004, como miembros de la Unión. Conseguimos en esta materia la clara señal que estábamos esperando. Lo conseguimos porque el proceso de negociación había sido fructífero. Este proceso obviamente no ha concluido, pero se ha dado un paso importante. En el futuro se necesitará concentración, apoyo a los trabajos de la Comisión, respaldo a las próximas Presidencias y entender que muchas de las dificultades que implica la ampliación se encuentran en la Unión y no en las relaciones con los países candidatos. Una de las tareas más difíciles de la Unión es la coordinación de posturas comunes de los quince países miembros. Pero también hay otras tareas difíciles. Nuestros amigos y colegas de los países candidatos tienen la misión de realizar las reformas necesarias para incorporarse a la Unión. Sin embargo, no podemos olvidar el debate interno en el seno de la Unión que, desde una perspectiva política, es tan complicado como las reformas que tienen que hacer nuestros amigos en los países candidatos.

Dijimos en Gotemburgo que el año 2004 se materializaría la ampliación. Un proceso irreversible, que el Presidente francés llamó proyecto. Cuando dijimos esto, dijimos también que hay que ser realista y entender que hay países que necesitan más ayuda en sus preparativos. Algunos de estos países son Rumania y Bulgaria. No hablamos de ayudas económicas adicionales, sino de ayudas en las negociaciones.

Cuando nos hicimos cargo de la Presidencia teníamos también el anhelo de desarrollar la Política Exterior y de Seguridad Común. Aunque lo mencionamos, esta materia no tuvo un lugar preponderante en nuestro programa. Optamos, en cambio, por la estrategia de actuar, de hacer cosas. Estoy convencido de que hemos logrado que la política exterior se fortalezca durante las próximas Presidencias, ya que los acontecimientos están indicando la importancia de las relaciones exteriores de la Unión Europea.

Pienso en tres factores. En primer lugar, la política exterior consta cada vez más de valores, de democracia y de derechos humanos. En segundo lugar, la política exterior está cada vez más relacionada con la economía, especialmente con el comercio. En tercer lugar, para nosotros las acciones de política exterior están y estarán cada vez más relacionadas con una política progresista y justa de ayudas para el desarrollo. A esto último dedicamos muy poco tiempo y atención. Es un factor olvidado en las relaciones internacionales. Estos tres factores demuestran un desarrollo que tiene la misma orientación que la Unión. Si logramos actuar coordinadamente de acuerdo a nuestros valores, seremos también capaces de ejercer influencia.

Por eso, durante la Presidencia sueca hemos desarrollado las relaciones con Rusia. Ni un sólo segundo hemos disimulado nuestras críticas por la situación en Chechenia. Jamás hemos encubierto lo que pensamos sobre la situación de los medios de comunicación libres en Rusia, pero, al mismo tiempo, hemos desarrollado nuestras relaciones para crear un diálogo basado en la confianza y colaboración en materias económicas.

También hemos dicho que no basta con Rusia. Rusia es un factor importante. En esa parte de Europa hay que desarrollar también las relaciones con Ucrania, un gran país, un país con gran importancia estratégica, un país con identidad europea, un país que tiene que tener una opción europea. Según las conclusiones de Gotemburgo, Ucrania es un país al que en el futuro se invitará, junto con Moldavia, a participar en la Conferencia Europea. De esa manera la Unión podrá desarrollar también esa relación, una relación de política exterior.

Durante nuestra Presidencia, el grupo de los quince países se reunió por primera vez con el Presidente norteamericano. Los quince países miembros dialogaron directamente con el presidente estadounidense, tal como lo hicimos con el presidente ruso. Como es obvio, en esa oportunidad hablamos mucho de Kioto, asunto en el que nuestros criterios son muy divergentes, circunstancia que no ocultamos en ningún momento. Por el contrario, se presenta una oportunidad para discutir muy dura y abiertamente, ya que creemos que EE.UU. no cumple compromisos que anteriormente parecía que estaba dispuesto a cumplir. Me alegra que la Unión Europea se mostrase totalmente unida en el diálogo con EE.UU. sobre Kioto. Esto fue extraordinariamente importante.

Las relaciones con EE.UU. son más amplias que Kioto. Comprenden también la situación en los Balcanes, la situación en Oriente Medio y otros temas internacionales en los que estamos muy cerca y en los que se justifica plenamente que cooperemos. Durante la Presidencia sueca se ha subrayado también la presencia de la Unión en Oriente Medio. Esto es relevante. Oriente Medio es una región vecina de la Unión Europea. Si la crisis en Oriente Medio recrudece aún más, cosa que vemos como un riesgo, será también nuestra crisis y habrá que combatirla con todos los medios políticos a nuestro alcance. La Presidencia y la Comisión, junto con el Secretario General y con el Alto Representante Javier Solana, han tenido un período sumamente activo en Oriente Medio.

Así es posible seguir enumerando actividades en el campo de la política exterior. ¡Hay que añadir Corea del Norte y del Sur! El proceso de paz debe continuar en esa región, debe llegar a su fin. La Unión Europea también pudo desempeñar un papel en un momento adecuado. La imagen de una Unión más activa en el ámbito de la política exterior aparece más nítida puesto que tenemos valores comunes, conceptos comunes, ¡posturas comunes! Actuando mancomunadamente podemos influir. Ésta es la señal que estamos emitiendo.

La ampliación, la política exterior y el medio ambiente son asuntos extraordinariamente importantes para la Presidencia sueca. La Comisión y la Comisaria Wallström nos proporcionaron excelente material, esto es, el sexto programa de acción medioambiental y el informe de la Comisión sobre desarrollo sostenible. En Gotemburgo pudimos fijar los principios para el futuro tratamiento de las materias medioambientales. Pudimos establecer que esos procesos también formarán parte del proceso de Lisboa, dando así un paso decisivo hacia un desarrollo sostenible en sus tres dimensiones: económica, social y ecológica. Cada Presidencia y la Comisión tendrán que ir incorporando, sucesivamente haciendo más concreto, este excelente material de la Comisión. Quizá no avancemos con demasiada rapidez. Tengo la impresión de que nunca se avanza con la suficiente celeridad en las materias medioambientales. Por otra parte tenemos los procesos. Tenemos las orientaciones y las primeras decisiones políticas. En mi opinión, ésta fue una decisión extraordinariamente importante en Gotemburgo.

Obviamente discutimos también temas económicos. Nos ocupamos de asuntos que de alguna manera no fueron suficientemente tratados en la Cumbre de Estocolmo: el European Single Sky, las patentes, el desarrollo económico general, el asunto demográfico y el sistema sostenible de pensiones. Estas materias estaban también en la agenda, asuntos que actualmente no crean muchas contradicciones en el seno de la Unión, sino que son, más que nada, un intento de trabajar mancomunadamente en torno a aquello que sabemos que será decisivo para las personas en nuestro continente en los próximos 20 ó 30 años.

Durante nuestra Presidencia también hemos alcanzado una decisión sobre apertura en la Unión, sobre acceso a los documentos. Permítanme decir que no habría sido posible llegar a este acuerdo sin el decidido respaldo del Parlamento. Éste es un excelente ejemplo de cómo el Parlamento, junto con el Consejo y la Comisión, pueden conseguir cambios. Evidentemente, en este campo tampoco estoy satisfecho. Podríamos haber llegado más lejos, pero como en todas las circunstancias políticas, no se puede conseguir todo. Se obtuvo un acuerdo y ese acuerdo está orientado en la dirección adecuada. Este acuerdo nos proporciona una Unión más abierta, pero no estamos ante resultados definitivos. Me gustaría que continuase el debate, ya que los ciudadanos pueden enterarse mejor de lo que estamos haciendo en la Unión si analizan y proponen alternativas fundamentándose en hechos, en hechos que han podido conocer porque han tenido acceso a la información.

Durante la Presidencia sueca hemos iniciado el debate sobre el futuro. Este debate va a estar presente durante la Presidencia belga y el año 2004 va a materializarse en decisiones muy relevantes. Se han trazado las directrices en Niza, es decir, se ha determinado lo que se discutirá en el marco de este debate. Además, ustedes y yo sabemos que un debate sobre el futuro de la Unión no se concentrará sólo en las cuatro materias que mencionamos en Niza, sino que será mucho más amplio. Dejemos que sea amplio. Dejemos que sea un debate en torno a los verdaderos objetivos de la Unión, sobre lo que la Unión quiere hacer y, a continuación, discutamos cómo alcanzar esas metas. No empecemos siempre discutiendo la estructura de las instituciones, su construcción, para terminar después en la discusión política sobre lo que queremos. Hay que invertir el debate. Invitemos a participar a los ciudadanos europeos, ampliemos el debate, no fijemos límites. Posteriormente habrá que sintetizar el debate en una verdadera Conferencia Intergubernamental, con el objeto de dar más racionalidad y poder a la Unión. Nuestro anhelo ha sido iniciar un debate amplio, y así lo hemos hecho.

Como señalé al comienzo, quisiera decir que en la Presidencia sueca nos hemos esforzado por colaborar con el Parlamento. Ayer saqué la cuenta y encontré 86 ocasiones en que ministros suecos han participado en debates y discusiones en esta Asamblea o en otras actividades relacionadas con el Parlamento. Para nosotros ha sido muy enriquecedor y les doy las gracias.

También quisiera decir que creemos que se han hecho avances en torno al estatuto de los diputados y que se encontrarán soluciones. Nos da esa impresión después de la primera decisión preliminar. Cuando hablamos del Parlamento y de las relaciones entre el Parlamento y la Presidencia, me alegra que podamos decir que ustedes nos han proporcionado muchas y muy buenas propuestas y opiniones.

Finalmente quisiera dar las gracias a todos los funcionarios de la Comisión, del Parlamento y del Consejo que nos han ayudado durante el ejercicio de la Presidencia. Obviamente, agradezco profundamente a mis colaboradores en el gobierno que hicieron posible que al término de la Presidencia sueca pudiésemos decir que habíamos hecho avances. Durante nuestra Presidencia dimos algunos pasos en la dirección correcta, hacia donde queríamos ir. Espero que la Presidencia belga continúe trabajando en torno a estos trascendentales asuntos. Haré cuanto pueda para dar todo el respaldo posible a mi colega Guy Verhofstadt, de la misma manera que Jacques Chirac y Lionel Jospin, Presidente y Primer Ministro de Francia respectivamente, me dieron un extraordinario apoyo durante la Presidencia sueca. Esto fue decisivo para la correcta ejecución de las tareas propias de la Presidencia y les estoy muy agradecido.

Señora Presidenta, para finalizar quiero decir en estos momentos en que los parlamentos nacionales inician el periodo de receso de verano, que hay un asunto en el que todos deberíamos reflexionar y que seguramente estará presente en el debate sobre el futuro. Hay que pensar cómo hacer para que la Unión sea más abierta, más orientada hacia la obtención de resultados y más cercana a los ciudadanos. ¿Qué hay que hacer? ¿Cómo hacerlo? ¿Qué es posible hacer en una Unión más amplia? La Unión va a crecer. Lo sabemos después de esta Presidencia.

Crecerá y habrá quizá cinco, diez, o tal vez más, nuevos Estados miembros en este Parlamento y en el Consejo Europeo.

Gracias por su colaboración. Espero continuar las relaciones con el Parlamento Europeo.

 
  
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  Wallström, Comisión. (SV) Señora Presidenta, señor Primer Ministro, Señorías, les agradezco la posibilidad de estar aquí para presentar el balance de la Comisión de la reunión del Consejo Europeo en Gotemburgo. En esta reunión se trataron materias muy diferentes. Dos decisiones merecen especial atención, puesto que servirán para seguir impulsando la integración europea e influirán en la política a mediano y largo plazo. Quiero concentrarme, por eso, en esas dos resoluciones.

En primer lugar, el Consejo Europeo nos ha proporcionado un calendario para la primera ronda de ampliación. Las negociaciones con los países candidatos que estén preparados deberán concluir a fines del año próximo. Los nuevos Estados miembros podrán participar con todos los derechos en la elección al Parlamento Europeo del año 2004.

En segundo lugar, el Consejo Europeo dio su respaldo a una estrategia de desarrollo sostenible. Esta estrategia implica que la Unión se compromete a adoptar algunas medidas para conservar a largo plazo el bienestar, en Europa y en el resto del mundo. El proceso de Lisboa ha hecho que los temas medioambientales estén en el centro de nuestra política. La Comisión aplaude estas importantes y decisivas resoluciones.

La violencia en las calles de Gotemburgo - estuve allí y la vi con mis propios ojos - no debe deslucir las importantes decisiones políticas que se tomaron en Gotemburgo. Todos rechazamos la violencia. Las piedras no pueden sustituir a los argumentos. Tampoco reflejan los intereses de los ciudadanos en los Estados miembros ni en los países candidatos.

Quiero empezar comentando la decisión de la Cumbre sobre la ampliación. El Consejo Europeo llegó a la siguiente conclusión: ”Si los avances para cumplir con los criterios de adhesión continúan con el mismo ritmo, los planes deben hacer posible concluir a finales de 2002 las negociaciones con los países que estén preparados. El objetivo es que éstos puedan participar en calidad de miembros en la elección al Parlamento Europeo del año 2004”. La Unión Europea nunca había expresado con tanta claridad y precisión su compromiso de acoger a nuevos miembros como en Gotemburgo. Ahora el proceso es irreversible. La Unión está en condiciones de enfrentar el reto de la ampliación.

En Gotemburgo se precisó el calendario que fue diseñado en la Cumbre de Niza. De esta manera ha pasado a ser una posibilidad con visos de realidad que las negociaciones con los países que hayan realizado los mayores avances puedan concluir a fines del próximo año y se ha fijado el objetivo de que puedan participar en las elecciones al Parlamento Europeo de 2004.

Se ha demostrado que el calendario que la Comisión ha seguido en las negociaciones es realizable. El excelente manejo de la agenda por parte de la Presidencia sueca y su decida manera de guiar las negociaciones han contribuido significativamente a la obtención de estos resultados. Nunca ha habido tan buenas expectativas para la feliz conclusión de las negociaciones.

Las negociaciones continuarán según los principios vigentes: los países candidatos serán calificados sólo por sus méritos propios, las negociaciones serán diferenciadas y los países que iniciaron las negociaciones a comienzos de 2000 deben tener posibilidades de ponerse a la altura de los demás. Queremos ser muy claros en este punto. El proceso de ampliación sólo podrá tener éxito si tiene respaldo político. Por esa razón, las negociaciones deben realizarse con cierta flexibilidad, de modo que se tomen en cuenta los deseos y las inquietudes de los países candidatos. Hay que sopesar el precio social que deberán pagar los ciudadanos de los países candidatos. No podemos exigirles esfuerzos económicos desmedidos para adecuarse a las normas comunitarias.

Señora Presidenta, el Sr. Prodi, Presidente de la Comisión, propuso el 15 de mayo aquí en el Parlamento una estrategia de desarrollo sostenible. Hoy comprobamos con satisfacción que el Consejo Europeo respalda una estrategia de desarrollo sostenible para la Unión Europea. Por cierto, no hubo acuerdo sobre todos los objetivos y medidas que la Comisión había señalado en su comunicación. Sin embargo, las conclusiones de Gotemburgo nos demuestran claramente la dirección en la que el Consejo Europeo quiere que se desarrolle nuestra política y nuestra sociedad. Las conclusiones instan también al Consejo a estudiar las distintas propuestas de la Comisión.

De acuerdo con la definición de la Comisión Brundtland, desarrollo sostenible es “un desarrollo que satisface las necesidades de hoy sin comprometer las posibilidades de satisfacer las suyas a las próximas generaciones”. La Cumbre de Gotemburgo implica que la Unión Europea avanza en este campo.

En primer lugar, en las conclusiones de Gotemburgo se subraya que tenemos que mejorar el diseño de nuestras políticas: hay que resolver los problemas originados por intereses contradictorios, policy inconsistencies, de manera razonada y abierta, en lugar de ignorarlos. Hay que intentar que las políticas puedan satisfacer muchos objetivos a la vez. Hay que contrastar las necesidades inmediatas con las consecuencias a largo plazo de las decisiones y sus efectos fuera de la Unión. Esto vale para todas las instituciones de la Unión. El Consejo Europeo las ha instado a mejorar la coordinación de política interior entre los distintos sectores.

En este contexto, la principal decisión fue la de complementar la estrategia de Lisboa con una dimensión medioambiental. El desarrollo sostenible será desde el próximo año un punto permanente en el orden del día de las sesiones de primavera del Consejo Europeo. Éste es un avance considerable. Se ha precisado el proceso y la Comisión preparará la revisión anual por medio de un informe. Esto implica políticamente que la dimensión medioambiental del desarrollo sostenible tiene actualmente la misma dignidad que las materias económicas y sociales. El proceso de Lisboa es ahora aún más importante, ya que constituye un marco para los trabajos encaminados a fomentar todas las dimensiones del desarrollo sostenible.

Se insta a los Estados miembros a diseñar estrategias nacionales para el desarrollo sostenible. Obviamente que a los parlamentarios europeos también les corresponde preocuparse de este asunto en sus respectivos países. Estas decisiones son trascendentales, ya que será muy difícil alcanzar un desarrollo sostenible sin procedimientos y decisiones eficaces que aseguren una política coherente y prolongada.

En segundo lugar, el Consejo Europeo, de acuerdo con la propuesta de la Comisión, ha concentrado su interés en cuatro sectores prioritarios en relación con el desarrollo sostenible. Esos sectores complementan los objetivos económicos y sociales del programa de Lisboa.

El primero de ellos: el cambio climático. Es uno de los problemas más graves de nuestro tiempo. El Protocolo de Kioto es un primer paso para hacer frente a este problema. Como es sabido, la UE hace todo lo que puede para intentar salvar el Protocolo. El cambio climático implica enormes costes, tanto para nosotros como para el resto del mundo. A los que más cuesta es a los que viven en países pobres. Al mismo tiempo, si la empleamos adecuadamente, la política de clima posibilita el desarrollo de fuentes energéticas renovables y más limpias y promueve un uso más eficaz de la energía.

El segundo sector es la salud pública. La amenaza proviene, entre otras cosas, de la acumulación de sustancias químicas en el medio ambiente y de la creciente resistencia a los antibióticos. Este sector afecta e interesa directamente a los ciudadanos.

El tercero: el despilfarro de los recursos naturales y la disminución de la diversidad biológica.

El cuarto: el sistema de transportes. Es necesario limitar el aumento del tráfico, los atascos y los efectos medioambientales.

Estos cuatro sectores requieren medidas urgentes y un firme liderazgo. Las propuestas estratégicas presentadas por la Comisión en su comunicación aún tienen vigencia.

El desarrollo sostenible debe tener la máxima prioridad cuando se revise la política común. El Consejo Europeo ha tomado nota de esto, especialmente en materias agrícolas y pesqueras. Además, en la reunión se fijaron numerosos objetivos y medidas en torno a cada uno de los cuatro sectores mencionados.

Quiero subrayar que el desarrollo sostenible no sólo debe concentrarse en los problemas, las inquietudes y los costes, sino que, en la misma medida, debe dar cabida a la innovación, a las inversiones, al crecimiento y a la creación de nuevos puestos de trabajo en relación con la protección medioambiental, la salud y la calidad de vida. El desarrollo sostenible, como idea y concepto, abre nuevas posibilidades económicas. Nos alegra que el Consejo Europeo comparta este criterio y que lo haya subrayado.

Finalmente: Europa tiene una responsabilidad internacional en relación con el desarrollo sostenible. En las conclusiones de la Presidencia se destacan una vez más los compromisos de la Unión para alcanzar el objetivo de la ONU de un 0,7 por ciento del PNB para ayudas al desarrollo. A comienzos del próximo año la Comisión presentará una comunicación sobre la contribución global de la Unión al desarrollo sostenible. Esta comunicación, junto con la estrategia sobre desarrollo sostenible presentada en Gotemburgo, serán las principales contribuciones de la UE en la Cumbre sobre desarrollo sostenible que tendrá lugar en Johanesburgo el próximo año.

Señora Presidenta, los ciudadanos europeos esperan que la Unión no sólo atienda a las necesidades actuales, sino que también asegure el futuro de sus hijos y nietos. Los ciudadanos desean que resolvamos problemas mundiales, tales como la destrucción del medio ambiente y el subdesarrollo. El desarrollo sostenible se ocupa justamente de estas materias. Por eso es un paso importante que en la cumbre del Consejo Europeo en Gotemburgo se aprobase una estrategia de desarrollo sostenible y que se haya iniciado así un proceso para hacerlo realidad.

La ampliación es una oportunidad histórica para asegurar por largo tiempo la estabilidad y el bienestar en Europa. El calendario que se fijó en Gotemburgo es, por eso, extraordinariamente importante.

A nuestro juicio, la reunión del Consejo Europeo en Gotemburgo tuvo éxito y permitió alcanzar resultados concretos. Esta reunión puso punto final a una Presidencia con la que la Comisión ha tenido buenas relaciones y que ha hecho muchas cosas, especialmente en el campo de mi incumbencia.

(Aplausos)

 
  
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  Poettering (PPE-DE) . – (DE) Señora Presidenta, señor Presidente del Consejo, señora Comisaria, Señorías, ante todo yo quisiera expresar mi extrañeza por el hecho de que el Presidente de la Comisión Europea no esté presente hoy aquí. Este es un debate sobre la Presidencia de Suecia, sobre una Cumbre importante, y yo estoy francamente asombrado. No es una objeción contra usted, señora Comisaria Wallström; yo la valoro y también valoro su trabajo y su personalidad. Sin embargo, no es correcto que el Presidente de la Comisión también delegue su representación en un miembro de la Comisión procedente del país que ocupa la Presidencia. En efecto, este no es un asunto que afecte sólo a Suecia, sino que estamos debatiendo sobre el futuro de Europa. Yo espero que en el futuro el Presidente de la Comisión también asista al Pleno cuando se traten cuestiones tan importantes.

(Aplausos)

Dicho esto, yo voy a exponer, en primer lugar, una valoración positiva, seguida de un comentario crítico. Para empezar, permítanme que les recuerde que nuestro Grupo propuso que antes del otoño de 2002 se cerrasen las negociaciones de adhesión con los primeros países, de manera que éstos pudiesen participar en las elecciones europeas de junio de 2004. El Pleno hizo suya esta propuesta, la Comisión la hizo suya, el Consejo de Niza también la hizo suya y usted acaba de formularla ahora explícitamente de manera todavía más contundente. Yo sé que ha habido fuertes resistencias en contra. Sin embargo, ustedes han logrado que prevaleciera su opinión y nosotros también agradecemos que una amplia mayoría del pueblo sueco se manifieste a favor de la ampliación. Señor Presidente del Consejo, sus aciertos, sus acciones favorables merecen reconocimiento y yo quiero expresarle mi agradecimiento y reconocimiento por la inclusión del plazo de 2004 en las decisiones adoptadas en Gotemburgo.

(Aplausos del centro y de la derecha)

Ya que me he referido al pueblo sueco, un pueblo muy simpático, yo espero, también en su interés, señor Presidente del Consejo, ya en su calidad de Primer Ministro sueco, que la actitud positiva que existe hacia la ampliación se traduzca asimismo en el futuro en una actitud positiva hacia la moneda común europea, de manera que también Suecia siga estando plenamente integrada en nuestra familia política europea. Lo deseo por ustedes y por todos nosotros, puesto que somos una comunidad. Esto incluye también que Suecia se pronuncie a favor del euro.

(Aplausos del centro y de la derecha)

Ahora debo formular, no obstante, una observación crítica. En Gotemburgo se produjeron esos trágicos disturbios y no es mi intención valorar ahora la actuación de la policía en materia de política de seguridad, para lo cual carezco, además, de suficientes conocimientos. Sin embargo, quisiera hacer una valoración, señor Presidente del Consejo, sobre sus declaraciones del 17 de junio en la televisión sueca. Mi colega Gunilla Carlsson, presidenta de la delegación sueca de nuestro Grupo, ya ha dicho algo al respecto. Usted habló de fuerzas fascistas. Para evitar cualquier malentendido, yo estoy decididamente a favor de que se combata con toda firmeza a los fascistas, a los extremistas de derechas, dondequiera que se manifiesten políticamente y cuando hagan uso de la fuerza. Sin embargo, el jueves, cuando celebramos la reunión preparatoria del Grupo del Partido Popular Europeo, vimos que en Gotemburgo se exhibían banderas rojas y las verdaderas acciones violentas no tuvieron lugar hasta el viernes y el sábado. Se podían ver retratos del Che Guevara y retratos de Fidel Castro; en esas circunstancias no se puede decir que se trataba de fascistas. También sabemos, y cito a un gran diario europeo, que el núcleo central lo constituía una acción antifascista que se opone al movimiento europeísta y al comercio mundial desde una posición revolucionaria de izquierdas, combativa y crítica. Nosotros habríamos deseado que se pronunciase contra esos revolucionarios de izquierdas en términos tan críticos como lo hizo en contra de quien ejercen la violencia desde la derecha.

Europa y nuestro ordenamiento jurídico son demasiado importantes para que nos permitamos estar ciegos de un ojo. No ignoremos el interés común de nuestro ordenamiento democrático y constitucional anteponiendo los intereses de la política partidista y actuemos conjuntamente contra toda forma de violencia, proceda de donde proceda, de la derecha o de la izquierda, desde la solidaridad común de los demócratas.

(Aplausos)

Señor Presidente del Consejo, vuelvo ahora a los reconocimientos. Usted ha hecho un gran esfuerzo a favor de la transparencia, que también es por cierto un rasgo distintivo de Suecia, y hemos avanzado un poco en lo que respecta a la difusión pública de los documentos. Esto también es mérito suyo, pero no sólo suyo. Su compatriota, nuestra colega Charlotte Cederschiöld, también contribuyó mucho, por ejemplo, a que mejorase la transparencia en este aspecto. Yo les pido que sigamos avanzando por este camino. También desearíamos seguir manteniendo una cooperación reforzada con el Consejo de Ministros y una mayor presencia aquí, en el Parlamento Europeo. Al principio también se formulamos algunas observaciones críticas en este sentido, que en realidad no iban dirigidas a Suecia, sino al Consejo de Ministros. Sin embargo, yo creo que su trabajo nos puede servir de base para seguir avanzando.

Mi comentario final se referirá a una señal positiva: usted invitó al Presidente Putin de Rusia a la Cumbre de Estocolmo y al Presidente americano, George Bush, a la Cumbre de Gotemburgo. Sería bueno, sin duda, que desde el Parlamento Europeo les invitemos a visitar nuestra Asamblea, tal vez en orden inverso, primero al presidente Bush y luego al Presidente Putin, o sea, a ambas personalidades, ya que nuestras relaciones con América y con Rusia son, en efecto, absolutamente decisivas para el futuro de nuestra Unión Europea.

Señor Presidente del Consejo, no me corresponde a mí evaluarle, pero un diario sueco me preguntó hace varias semanas qué nota la pondría. Si la próxima Presidencia sueca se abstiene de adoptar posiciones políticas partidistas encubiertas y en verdad sitúa exclusivamente el interés de Europa en el centro, se le podría otorgar la calificación de “sobresaliente”. Es lo que yo deseo para todos nosotros y a Suecia le deseo un buen futuro europeo.

(Aplausos)

 
  
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  Barón Crespo (PSE). - Señora Presidenta, señor Presidente en ejercicio del Consejo, señora Comisaria, Señorías, ante todo quiero agradecer al Primer Ministro de Suecia, Sr. Göran Persson, su presencia una vez más en el Parlamento y decirle que, en opinión de mi Grupo, ha pasado la prueba de madurez que supone la primera Presidencia con la seriedad y entrega que son propias del Gobierno sueco.

Quiero señalar que apreciamos mucho la voluntad de su Gobierno de actualizar nuestras relaciones en cuestiones tan importantes como la codecisión y la presencia del Consejo ante el Parlamento. Creo que se pueden señalar como hitos importantes el acuerdo sobre el acceso a los documentos -se podría mejorar pero es una primicia histórica- y el acuerdo sobre información y consulta de los trabajadores, que llevaba muchos años pendiente.

Evidentemente, espero también que esta experiencia haya contribuido a que el pueblo sueco sienta un mayor afecto hacia la causa europea.

Un punto esencial de la Presidencia ha sido la formulación del desarrollo sostenible, que no solamente se ha planteado como una estrategia de futuro, sino también mediante la defensa clara y firme de la ratificación de los acuerdos de Kioto, que no son un tema solamente euroamericano, sino un tema que afecta a toda la humanidad, como hemos tenido ocasión de comprobarlo el Primer Ministro de Suecia y yo mismo en el Consejo de la Internacional Socialista la semana pasada en Lisboa.

Otra cuestión esencial, como es la ampliación, también ha sido objeto de la actividad de la Presidencia sueca. Quiero agradecerle al Sr. Poettering que haya expresado su apoyo a una propuesta que formuló en primer lugar mi colega, el vicepresidente de nuestro Grupo, Sr. Hänsch. La propuesta no era monopolio exclusivo del Grupo del PPE-DE; podemos decir que ha sido de todo el Parlamento.

En política internacional, Suecia ha seguido con su línea internacionalista. Creo que en el caso de Oriente Medio no solamente ha habido una mayoría de europeos en la propuesta del informe Mitchell sino que, además, por primera vez no sólo estamos pagando sino que estamos actuando con protagonismo, como ha señalado el Primer Ministro. Su presencia con Javier Solana en Oriente Medio ha sido un paso importante que debemos apoyar, porque hay que avanzar en el informe Mitchell, no quedarse en el principio.

En Macedonia también estamos actuando con un reparto de la carga con los norteamericanos -que yo creo que ellos comienzan a apreciar- y con un protagonismo serio. La visita que ha hecho también el Presidente del Consejo a Corea del Norte -que al principio resultó un poco sorprendente- también ha aumentado nuestro nivel de relación y de responsabilidad con nuestros socios americanos y con el resto del mundo.

También quiero señalar el trabajo importante que ha hecho Suecia en las Naciones Unidas con un viejo compañero nuestro, Pierre Schorri -al que echamos mucho de menos-, que ha trabajado también seriamente por Europa en este semestre.

Quiero rendir un especial homenaje a la Ministra de Asuntos Exteriores, Anna Lindh, que creo que ha actuado con decisión, con garbo y con el encanto que le es muy propio en el desarrollo de toda la labor de la Presidencia.

Un último punto ha ensombrecido en cierto modo la Cumbre de Gotemburgo: las manifestaciones violentas que hemos podido vivir de cerca los que hemos estado allí y contemplar por televisión. Hay que decir, en primer lugar, que respetamos absolutamente el derecho de los ciudadanos a manifestarse; es un derecho esencial de los ciudadanos. Ha habido muchos manifestantes que lo han hecho pacíficamente en Niza y en Gotemburgo. Eso, desde luego, hay que saludarlo y hay que apreciarlo porque significa que las ciudadanas y los ciudadanos europeos empiezan a interesarse por lo que hacemos. Nos estamos quejando todo el día de que no nos hacen caso y, realmente, que empiece a haber unas manifestaciones activas en relación con lo que hacemos es positivo. Ahora bien, hay que diferenciar eso de la actuación violenta de pequeñas minorías que en forma de comandos pretenden, con una actitud nihilista y violenta, asumir una labor de destrucción de aquellas cosas por las que estamos trabajando. Quiero señalarle a mi colega, Sr. Poettering, que el problema no está en si llevan signos fascistas o antifascistas. La línea divisoria es entre demócratas y antidemócratas, y hay que recordar que los extremos, en política también, se tocan. Por lo tanto, no se trata de discutir si puede haber o no manifestaciones de tipo fascista. Lo que hay clarísimamente es gente que actúa con violencia y con desprecio hacia las instituciones y hacia la libertad. Creo que frente a eso todos los demócratas tenemos que estar unidos. No se trata de que unos se sientan más afectados que otros cuando se plantean las cosas; ahí hay que tener una actitud muy firme.

Mi última observación, señora Presidenta, se refiere al debate sobre el futuro de Europa. No han conseguido insertar la convención, pero espero que continúen trabajando para que lo consigamos bajo la Presidencia belga.

(Aplausos)

 
  
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  Cox (ELDR). - (EN) Señora Presidenta, señor Presidente en ejercicio, quisiera comenzar felicitando al Primer Ministro y sus colegas por una Presidencia lograda. Ha sido la primera Presidencia de Suecia y creo que tanto su Gobierno como su Estado pueden sentir un justificado orgullo por una labor bien hecha.

De toda la labor bien hecha, el aspecto que mi Grupo aplaude con más entusiasmo es el clarividente y decidido compromiso que ha aportado a la cuestión de la ampliación desde el primer día de su Presidencia. Ha brillado en toda la Presidencia y no sólo desde la Cumbre de Gotemburgo, sino como un deseo de conseguir logros desde el principio mismo. Dicha determinación ha recibido una recompensa espléndida. Pero tal vez la conmoción provocada por el referéndum irlandés contribuyera a la política de aclaración, que acojo con satisfacción. Es un mensaje muy importante para los Estados candidatos el de decir que queremos resolver esa cuestión lo antes posible. El compromiso de intentar velar por que los adherentes de la primera ola puedan participar en las próximas elecciones europeas como Estados miembros es una aclaración importante y un logro muy substancial de su Presidencia. Los felicito por ello.

También es muy importante reconocer los avances logrados durante su Presidencia para la segunda ola de Estados candidatos, los Estados de Helsinki: otro tributo maravilloso a su concentración y determinación. Quisiera instar a la Presidencia belga y a las siguientes a que mantengan ese ritmo, concentración y compromiso. Está usted en lo cierto, señor Primer Ministro, al decir que ahora tenemos que hacer parte de nuestros deberes también. No todas las cuestiones transicionales son sólo para los candidatos, en particular en materia de política agraria, regional y de cohesión. Ahora tenemos que hacer de tripas corazón; tenemos que empezar a centrarnos en las cuestiones pendientes.

Espero que el referéndum irlandés no obstaculice ese proceso. Tenemos hasta el final de 2002 para la ratificación del Tratado de Niza. Corresponde al Gobierno irlandés decidir cómo actuar. Pero entretanto no se debe utilizar como una razón para levantar el pie del acelerador sobre esa cuestión importante.

Respecto de una cuestión que ha inspirado diversas observaciones, mi Grupo apoya, reconoce y celebra plenamente los derechos de los ciudadanos a manifestarse en una sociedad libre. Pero es evidente que en Gotemburgo hubo grupos anárquicos cuyo objetivo esencial y primordial era el de socavar la propia democracia. Usted, señor Primer Ministro, más que ninguno de sus predecesores en cualquiera de esas reuniones internacionales, se tomó toda clase de molestias para reunirse con las personas, para conciliar, para proporcionar sitios donde acomodar a las personas que lo necesitaban. Para la gran mayoría, se trataba de una manifestación pacífica y correcta. Mi Grupo quisiera hacer extensiva su comprensión a los ciudadanos de Gotemburgo por el difícil momento vivido por una maravillosa ciudad anfitriona.

He de formular una o dos breves observaciones más. Sobre Macedonia, la Presidencia, junto con el Comisario Patten, la Sra. Lindh y Javier Solana, ha demostrado el valor del desarrollo de una embrionaria política exterior y de seguridad común. La paz sigue siendo delicada. Existe un difícil equilibrio entre la paz y la guerra civil, pero la intensidad y la unidad de la actuación europea contrastan marcadamente con la desunión de hace diez años. No se trata de un simple avance europeo, sino también de una prueba de los importantes avances logrados en el terreno.

Por último, sobre el derecho de sociedades en materia de ofertas públicas de adquisición o traspaso la Presidencia ha hecho una labor maravillosa al componer una difícil transacción. Quisiera hacer un llamamiento a los diputados a esta Asamblea para que no anulen una importante medida de reforma económica.

(Aplausos)

 
  
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  Schörling (Verts/ALE). (SV) Señora Presidenta, quisiera comenzar dando las gracias a la Presidencia sueca por su respeto y por su deseo de dialogar con el Parlamento Europeo. La presencia de la Presidencia, tanto aquí en la Sala como en las comisiones, ha sido frecuente y muy bien valorada.

Diálogo, apertura y participación son condiciones para que funcione la democracia. En Gotemburgo hubo un intento de diálogo entre políticos, diversas organizaciones y manifestantes. Desgraciadamente, no fue más que un intento bienintencionado. En realidad, los Jefes de Estado y de Gobierno estaban tras las barreras y la sociedad civil no pudo seguir las discusiones sobre el futuro que nos afecta a todos. En los cerrados espacios tradicionales de las cumbres germina la frustración e impotencia expresada por manifestantes, muchos de ellos pacíficos, que intentaban dar su mensaje a los Jefes de Estado y de Gobierno. Desgraciadamente, un pequeño grupo de provocadores ocasionó daños y violencia. Las piedras lanzadas por esos provocadores no sólo estaban dirigidas contra la policía, sino que contra la sociedad democrática en su conjunto y contra todos los que realmente intentamos decir algo. Es algo que realmente nos apena.

También es inaceptable que la policía haya usado munición de guerra contra los provocadores. Se ha designado una comisión para que investigue cómo pudo ser posible esto en la Suecia de hoy.

Me ha desilusionado también la actitud demostrada por los líderes comunitarios frente a la frustración ocasionada por el desarrollo de la UE. No se ha tomado en cuenta para nada el resultado del plebiscito en Irlanda. Por el contrario, se le intenta presentar como un problema irlandés, cuando en realidad es un problema de toda la UE.

La mayoría del Parlamento Europeo parece que comete el mismo error, ya que ha rechazado la propuesta del Consejo para crear un foro abierto y piensa recomendar una Convención para la próxima Conferencia Intergubernamental. No comprendo esta resistencia a abrir la UE, a dialogar con la sociedad civil y con los ciudadanos. ¿Qué piensa hacer en el futuro la Presidencia sueca para que sus colegas entiendan que esto es absolutamente necesario?

De las tres Es, solamente Enlargement, la ampliación, despertó afán de lucha y produjo algún resultado. Me alegra mucho, muchísimo, que exista un calendario para el procedimiento de adhesión. En cambio, no sé cuánta energía se empleó en el desarrollo sostenible. En cualquier caso, los resultados han sido escasos comparados con lo que se esperaba. La Comisión había presentado una buena propuesta. No sé si se debe a una extremada aversión de los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE por entender lo que realmente significa el desarrollo sostenible. ¿Alcanzaremos a afianzar un plan y un proceso político para la Conferencia de Rio+10 en Sudáfrica si no hemos presentado los compromisos concretos respecto a los objetivos climáticos después de 2010 ni hemos dicho cómo pensamos detener la pesca indiscriminada y tampoco cómo pensamos cambiar la desastrosa política agrícola actual? Los líderes de la Unión también deben asumir una responsabilidad mundial. Creo que esto es una exigencia del resto del mundo y de los ciudadanos comunitarios.

(Aplausos)

 
  
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  Sjöstedt (GUE/NGL). (SV) Señora Presidenta, a veces se describe a Suecia como un país bien organizado pero no especialmente interesante. Esta imagen podría aplicarse al semestre de Presidencia sueca.

La organización de la Presidencia ha sido buena. Los diplomáticos suecos han trabajado arduamente para poner en su lugar todos los compromisos. En lo político, no ha sobresalido. Ha hecho todo lo posible para demostrar que Suecia es un miembro leal al sistema comunitario y a los grandes países que dominan la Unión. Esto se reveló claramente cuando los irlandeses votaron en contra del Tratado de Niza. Göran Persson aclaró inmediatamente que el pueblo irlandés no debía usar su voto para detener el centralismo y el superestado en la UE. El Tratado de Niza permanecería inamovible. Esto es en la práctica un atropello al derecho de los países pequeños a impedir las modificaciones al Tratado.

A veces se han firmado compromisos a cualquier precio. Las nuevas reglas sobre acceso a los documentos son tan débiles que las organizaciones europeas de periodistas opinan que las actuales normas son mejores.

La Presidencia ha dado prioridad a la ampliación, al empleo y al medio ambiente. La Presidencia ha trabajado intensamente en la ampliación. Las negociaciones sobre adaptación de los países candidatos a las normas comunitarias se han realizado a buen ritmo. Esto ha sido relevante para no retrasar la ampliación.

A menudo se presenta la política comunitaria para aumentar el empleo como un “proyecto de izquierdas” que contrapesa la política derechista de la UEM. En la Cumbre de Estocolmo se discutió este tema, pero la única decisión concreta que se recuerda es sobre la liberalización del mercado financiero. Esto no es precisamente política de izquierdas.

La Presidencia ha tenido mala suerte en materia medioambiental. Los trabajos relacionados con el principal problema medioambiental, el cambio climático, han sido saboteados eficazmente por el nuevo presidente norteamericano. En la Cumbre de Gotemburgo se habría podido aprobar una buena estrategia para el desarrollo sostenible, pero, a la hora de decidir, se habían eliminado del texto la mayoría de las exigencias medioambientales sustanciales.

La Presidencia ha tenido éxito en algunos campos. Además de las negociaciones de ampliación, un claro avance ha sido la decisión de eliminar los aranceles para los países más pobres. También merecen destacarse los trabajos de la Presidencia para combatir la trata de mujeres, trafficking, y en favor de la paz en los Balcanes. Suecia ha trabajado lealmente en pro de la militarización de la Unión y, consiguientemente, en favor de la abolición de la neutralidad sueca.

Durante su Presidencia, Suecia y los demás países nórdicos se incorporaron al Tratado de Schengen, que es una de las principales herramientas para levantar nuevas y altas fronteras frente a quienes viven fuera de la Unión. Esto constituye una vergüenza para la Presidencia sueca. Suecia votó a favor de la propuesta de multar a los transportistas, propuesta que implica una especie de privatización de la política de asilo, que a su vez significa que se castiga a las empresas de aviación y a otros transportistas que embarquen a refugiados que no tienen sus papeles en regla cuando viajan a la UE. Cuando se inició la Presidencia, Göran Persson habló en esta Asamblea de una política de asilo solidaria. Lamentamos que en la práctica el gobierno haya actuado al revés.

Por último, algunas palabras sobre Gotemburgo: pequeños grupos de activistas aprovecharon la oportunidad para atacar a la policía y causar considerables destrozos. Independientemente de lo que esos grupos digan representar, su conducta jamás podrá justificarse. Lanzar piedras y causar desmanes no es hacer política, es cometer delitos. Sin embargo, no debemos olvidar que en Gotemburgo había decenas de miles de personas que se manifestaron pacífica y dignamente en favor de una Europa mejor que la actual, donde existen la UEM y Schengen. ¡Lo que hacen 50.000 personas es más importante que los desmanes provocados por 300 violentos!

 
  
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  Le Pen (TDI). - (FR) Señora Presidenta, señor Presidente del Consejo, señoras y señores, en Gotemburgo se ha hablado mucho de "desarrollo sostenible", concepto nebuloso donde los haya, pero de moda. No es dudoso que haya que felicitarse por la voluntad de los Estados miembros de incorporar preocupaciones de salud pública y de medio ambiente a todas las políticas que impone Bruselas. Después de las vacas locas y de la fiebre aftosa, reconozcamos que ya era hora.

El empeño en presentar el protocolo de Kioto y el futuro pacto planetario como la panacea es, por el contrario, una bufonada. Es un mercado de mentiras en el que Europa es el único cliente, una especie de nuevo sollozo del hombre blanco que se deja acusar de que degrada él solo todo el planeta. Ni China ni India participarán porque priorizan desarrollo, crecimiento e industrialización. Es un poco el mismo planteamiento por parte americana, en un momento en el que el crecimiento se ralentiza en un contexto de competencia internacional exacerbado.

En segundo lugar, no encuentra usted palabras suficientemente duras para condenar las manifestaciones violentas que se han sucedido durante la cumbre. Es una pena que ese tono de indignación se olvide cuando se trata de condenar la violencia y la inseguridad cotidianas de las que son víctimas millones de nuestros conciudadanos.

Los gobiernos europeos - el francés en particular - no son ni siquiera capaces de asegurar la protección de su propia población. Su política de inmigración, la cultura de la excusa, la defensa de los derechos de los granujas en nombre de los derechos humanos, la abolición de la pena de muerte, son otros tantos factores criminógenos. En lugar de señalar con el dedo a un puñado de izquierdistas, bautizados por cierto curiosamente por el Sr. Crespo como de fascistas - a menos que el señor Crespo haya querido reconocer que el fascismo encontró sus orígenes en el socialismo, al haber sido todos sus jefes dirigentes socialistas antes de convertirse en jefes fascistas.

Finalmente, resulta escandaloso que nadie se ofenda por la deriva totalitaria de las instituciones europeas. Sólo aquí se pretende forzar sistemáticamente a los pueblos a ir a las urnas cuando el resultado de un escrutinio no gusta. Ante esa amenaza, Dinamarca cedió en 1992; Austria se negó a hacerlo con razón. Los irlandeses deben resistir: su "no" de hecho y de derecho toca a muerto por el Tratado de Niza. Todos los pueblos que no han sido consultados - y que no lo serán por miedo a una respuesta negativa - son solidarios con ellos.

 
  
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  Bonde (EDD). – (DA) Señora Presidenta, señor Primer Ministro, hay que alabar al Sr. Göran Persson y a Suecia por su competente Presidencia. Con vuestra página web habéis fijado un nuevo estándar en materia de transparencia, sin embargo, la firma sueca en el reglamento de transparencia permitió que sea ahora la UE quien decida qué podéis entregar en Estocolmo. Solicité las actas de las reuniones sobre transparencia. Ni una sola vez os habéis atrevido a entregarlas. Pues éstas mostrarán que Francia, Alemania y España están en contra de la transparencia y si esto sale a la luz, los tres gobiernos se verán presionados por sus cargos electos y electores para aprobar la transparencia que Suecia tenía como objetivo. En este punto Suecia ha cometido un fallo histórico.

Suecia ha violado asimismo el Tratado introduciendo la mayoría cualificada como método de decisión en futuras modificaciones de las normas en materia de confidencialidad. Antes de la aprobación ilegal el 19 de marzo, los avances podían ser aprobados por ocho de los quince países. Esto solo ya era bastante difícil. Ahora cualquier avance puede ser bloqueado por Francia, Alemania y España, aunque convezcamos a los doce países restantes de que se trata de un avance. El Parlamento lleva ahora un proceso contra el Consejo. Es vergonzoso que una Presidencia sueca sea acusada de violación del Tratado en materia de transparencia.

Quiero asimismo criticar la actuación policial en Gotemburgo. Manifestantes encapuchados arrojaron adoquines contra la policía y rompieron escaparates sin ser detenidos. En su lugar, se detuvo a manifestantes pacíficos cuando llegaron al puerto de transbordadores. No se les permitió participar en las manifestaciones pacíficas. Hemos de aprender algo de esto. Entablemos diálogo con los manifestantes pacíficos que emplean argumentos. Expliquemos a los violentos que una piedra lanzada contra el cristal de otro puede ser un intento de asesinato. Nosotros, que queremos manifestarnos pacíficamente, hemos de aprender asimismo de las batallas. La gente con capuchas debe ser expulsada de las manifestaciones. Los manifestantes pacíficos nunca han de poder ser confundidos con delincuentes. No existe disculpa alguna para la violencia, sin embargo sí hay motivo para la meditación y para la reflexión. ¿Por qué tantos jóvenes han abandonado la esperanza de poder influir en las decisiones con argumentos? ¿Por qué los medios de comunicación destacan más a la gente armada con adoquines que a la gente provista de argumentos? ¿Por qué en general ningún medio europeo ha cubierto los numerosos y serios debates vinculados a la cumbre de Gotemburgo?

 
  
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  Raschhofer (NI) . – (DE) Señora Presidenta, señor Primer Ministro, Suecia ha ejercido por primera vez la Presidencia de la Unión. No es una tarea sencilla. En mi calidad de austríaco, yo lo sé. Los objetivos eran ambiciosos. La Presidencia del Consejo se ha concentrado en unas cuantas prioridades siguiendo el lema “menos es más”. Se realizaron algunos progresos importantes, sobre todo en el camino hacia la ampliación de la Unión. Se consiguió alcanzar un acuerdo en los aspectos relativos a la libre circulación de personas y de servicios. Yo quiero felicitarles por este éxito.

Sin embargo, hay un aspecto en el que no coincido con los comentaristas de los diarios. Me parece poco serio que se presente como un gran éxito que se hayan fijado unas fechas concretas para la adhesión. Quedan numerosas cuestiones pendientes que siguen sin resolver. El proceso de ratificación del Tratado de Niza se ha vuelto incierto después del referéndum irlandés. Se ha discutido si el Tratado de Niza es una condición sine qua non para la ampliación. La población irlandesa emitió, no obstante, una señal clara, una señal de que los debates sobre el futuro de la Unión ya no se pueden seguir desarrollando a puertas cerradas sin tener en cuenta a los ciudadanos, sino que se deben mantener directamente con la gente.

Uno de los objetivos de la Cumbre de Gotemburgo era elaborar una estrategia para un desarrollo sostenible. El reconocimiento por parte del Consejo de su voluntad de transferir el transporte al ferrocarril y promover la plena “internalización” de los costes externos constituye una aclaración importante a mi parecer. La Comunidad tendrá muy pronto la oportunidad de traducir esas palabras en hechos. Las negociaciones que se deberán desarrollar cuando expire el acuerdo con Austria sobre el tránsito de mercancías pueden ser una buena ocasión para ello.

 
  
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  Carlsson, Gunilla (PPE-DE). (SV) Señora Presidenta, es lamentable que el debate de hoy sobre la Presidencia sueca - ha sido la primera vez para nuestro país, con todo lo que esto conlleva - empiece con la comprobación de que tal vez se la recuerde por unos anarquistas que intentaron interrumpir la Cumbre lanzando piedras y destrozando despiadadamente la agradable calle principal de Gotemburgo y numerosas buenas intenciones.

La colaboración y sus beneficios y ventajas para los ciudadanos quedaron en segundo plano, en tanto que la violencia y los gamberros dominaron las noticias sobre la reunión. Me consta que la mayoría de los presentes comparte mi tristeza, pero habría sido mejor para el futuro de la democracia si estuviésemos totalmente de acuerdo.

Por el contrario, la Presidencia sueca deberá ser recordada por sus esfuerzos respecto a la ampliación. La tarea primordial de la colaboración europea es asegurar la libertad y la democracia en Europa y extenderlas a la Europa Central y del Este, anteriormente ocupada por los comunistas. Simultáneamente, cobra fuerza un debate en el que se discuten los grandes temas en torno al futuro de la colaboración europea. A veces se habla más sobre cómo organizar el proceso de decisión que sobre cuáles asuntos deberán incluirse en la colaboración y sobre aquello en lo que la UE no debe inmiscuirse. Creo que hablamos con demasiada frecuencia sin que nos escuchen los ciudadanos y sobre temas que están muy lejos de sus preocupaciones cotidianas.

La negativa de Irlanda al Tratado de Niza ha sido una lección para todos y un problema no sólo para el gobierno irlandés. El debate sobre el futuro de la Unión debe desarrollarse en términos más centrados en los principios y en los fundamentos. Por eso, más importante que lo que digamos o hagamos aquí es lo que discutamos con nuestros electores.

En mi país, si se me permite ponerlo como ejemplo, es importante aprovechar el interés que ha despertado la Presidencia. Ahora es posible llevar a cabo un debate sobre el futuro de Europa que interese a los ciudadanos, tal como lo señaló el Sr. Primer Ministro. Esto significa que ahora Suecia tiene que hacer frente al euro. La moneda común es tan fundamental en la colaboración europea que el partido socialdemócrata y el Gobierno sueco tienen que asumir su responsabilidad de llevar a Suecia a la UEM.

En otros países habrá que concentrarse en otras materias. Creo que es importante que los interesados en la idea europea cierren filas en torno a la libertad de los mercados y en favor de una Europa más abierta hacia el resto del mundo. En algunos países miembros, los amigos de Europa deben asumir una mayor responsabilidad para que se materialice la ampliación.

Puesto que la Presidencia sueca anhelaba ser una Presidencia para toda la Unión, es importante que haya conseguido éxitos en las negociaciones de ampliación. No es culpa de la Presidencia sueca que no se haya hecho con mayor entusiasmo ni con mayor valentía. Fueron otros los que aplicaron los frenos. Espero que los resultados obtenidos en las negociaciones hayan fortalecido la ampliación y que los importantes asuntos que quedan - la agricultura y la política regional - no afecten las fechas decididas en Gotemburgo. ¡Hagamos que estos resultados concretos borren las piedras y las gamberradas de los extremistas de izquierdas! ¡Trabajemos mancomunadamente para vencer al parlamento de la calle!

 
  
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  Andersson (PSE). (SV) Señora Presidenta, cuando volaba a Suecia la semana pasada cayó en mis manos un periódico empresarial sueco, Dagens Industri, que no acostumbra a elogiar al gobierno sueco. Este diario calificaba a la Presidencia sueca como “sobresaliente”. Yo opino lo mismo.

La Presidencia sueca tenía tres anhelos primordiales. Se ha hablado mucho de la ampliación. No cabe duda de que esta materia fue muy bien manejada. En el futuro, es importante para nosotros en el Parlamento, para Suecia y para otros países en el Consejo, mantener el ritmo para alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto.

La verdad es que los resultados en materias de empleo no fueron muy imponentes. Los de las liberalizaciones definitivamente no lo fueron; muchas personas de derechas quedaron desilusionadas por estos insuficientes resultados. Había que entregar el testigo en el importante proceso del empleo y el crecimiento. Se fijaron nuevas metas. Entre otras cosas, se discutió la política familiar y la situación de los mayores. Actualmente hay muy pocos mayores en el mercado de trabajo, cosa que será necesario enmendar en el futuro.

En cuanto al desarrollo sostenible, hay dos perspectivas. Una de ellas es una comparación con el documento de la Comisión, y está claro que en esta perspectiva no se llegó hasta el final. La otra es en relación con la situación actual. Aquí se han hecho mejoras claras, nítidas, y lo más importante es que se integran los aspectos medioambientales en el proceso de Lisboa. ¿Qué pasa actualmente con los temas medioambientales? Están al margen, quedan siempre para el final. Desde ahora se les incluirá todos los años en la política social y económica, en un proceso continuo. Esto sí que es un avance.

Quisiera mencionar también la responsabilidad mundial. Se señalaba la política de transportes, la política agrícola y la política pesquera. Además, quiero referirme a la apertura, a la información, a las consultas y, especialmente, a la política exterior y de seguridad. En relación con esta última, es provechoso que Suecia haya asumido tantas responsabilidades y que el pueblo sueco haya comprendido que no se trata de una militarización, sino que, por el contrario, es para crear paz y estabilidad en la Europa del futuro y en sus regiones vecinas. Si damos crédito a las encuestas de opinión suecas, hay una fuerte corriente de opinión en este sentido.

El debate sobre el futuro. ¿Convención? Sí, pero no basta. Habrá que ampliar el debate más allá de la Convención para que participe la sociedad civil. Si queremos que participe la sociedad civil habrá que hacer como señaló el Primer Ministro Persson. No podemos empezar con las materias institucionales, sino que, por el contrario, habrá que empezar con lo que queremos que la Unión haga dentro de cinco, diez o quince años y en qué forma. De esta manera, los temas institucionales quedan para el final.

Irlanda. Hay que respetar a Irlanda, pero también hay que respetar a los demás Estados miembros. ¡Hay quienes dicen que deberíamos claudicar! ¿No se puede discutir el Tratado de Niza en el Parlamento sueco y en los parlamentos de otros países miembros? ¿Qué clase de democracia es la que indica que hay que claudicar inmediatamente porque el pueblo irlandés ha dicho que no? ¿No tienen también derecho los otros pueblos a discutir el asunto en sus parlamentos o de la manera que quieran? Después habrá que ver en 2002 cómo son los resultados y corresponderá al pueblo irlandés apreciar la situación en ese momento.

Por último, algo sobre los desórdenes callejeros. Coincido plenamente con lo dicho por Enrique Barón Crespo. Hay que distinguir entre los que lanzan piedras, que son unos pocos, y los que quieren manifestar una opinión sobre el futuro de la Unión. Hay que estimular el debate con la sociedad civil, pero tenemos que ser inflexibles contra los que tienen la piedra en la mano como único argumento.

 
  
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  Rutelli (ELDR). – (IT) Señora Presidenta, yo también me sumo a las felicitaciones a la Presidencia sueca por como ha desarrollado el proyecto institucional de la Unión y sobre todo por su contribución a la ampliación. Creo que por primera vez muchos europeos son conscientes de que tan sólo dentro de tres años nos podremos reunir en este Parlamento representando a 25 Estados europeos. Sin embargo, sabemos cuáles son los problemas que se plantean no sólo a raíz del compás de espera del referéndum irlandés, sino también por una creciente dificultad de hacer participar a los ciudadanos europeos en el proyecto de una futura Europa.

Mi opinión es elemental: debemos dar un nuevo comienzo a la alianza entre el Parlamento y la Comisión y considero que la Comisión debe – y aquí renuevo mi plena confianza al Presidente Prodi y a los Comisarios - demostrar ser capaz de gestionar sus dossiers y orientar una visión compartida. El Parlamento debe sentirse más orgulloso de ser el representante de una realidad democrática que está a punto de incorporar a 500 millones de personas precisamente en el momento en que la inmensa mayoría de la opinión pública mundial se interroga críticamente sobre la globalización. Somos el primer ejemplo de poder supranacional que continúa creciendo y esto, señora Presidenta, es algo que tenemos que reafirmar: ésta es la aportación de Europa en favor del futuro gobierno mundial.

Quisiera asimismo reconocer a la Presidencia sueca la determinación con la que ha mantenido firme la posición europea en materia de medio ambiente y ha relanzado el contenido de los Acuerdos de Kioto que no solo son importantes por las normas, sino por el impulso inicial en favor de la investigación científica, la innovación tecnológica, la competencia industrial, leyéndola – como ha recordado el Comisario Wallström – en el marco de la estrategia europea para el desarrollo sostenible.

Por último, quiero expresar con un día de anticipación mis mejores deseos y mi confianza a la Presidencia belga, a la Presidencia de un país fundador de Europa. Señora Presidenta, en los próximos seis meses, gracias al Gobierno belga, podremos ayudar con renovado vigor y valentía a llevar adelante ese proceso que nos permitirá lograr una Europa de 25 Estados dentro de tan sólo tres años, así como una Europa más democrática y más próxima al principio de subsidiariedad.

Muchos europeos, incluso aquellos que han votado en contra en el referéndum irlandés, nos piden que reduzcamos el exceso de reglamentación. En el fondo, lo que piden a Europa es que haga frente mejor a las prioridades estratégicas y que por fin haga menos cosas de menor importancia.

 
  
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  Evans, Jillian (Verts/ALE). - (EN) Señora Presidenta, como han dicho muchos otros colegas, uno de los aspectos más preocupantes de la violencia en Gotemburgo es la de que empañó la actuación de muchas personas que estaban allí para manifestarse pacíficamente y dar a conocer sus legítimas preocupaciones a los dirigentes gubernamentales. La violencia ensombreció el mensaje real procedente de los manifestantes auténticos fuera de la Cumbre, que era el de que los ciudadanos quieren participar más en ese proceso de construcción de la Europa del futuro. Quiere participar en un debate público auténtico.

El proceso posterior a Niza y la Convención son decisivos para velar por que se pueda lograr una reforma democrática auténtica y los ciudadanos europeos puedan desempeñar un papel en ella. Acogemos con beneplácito el compromiso contraído en Gotemburgo a fin de avanzar en las negociaciones sobre la adhesión para que los Estados miembros más recientes puedan participar en las elecciones de 2004.

También acogemos con satisfacción la formulación de una estrategia europea de desarrollo sostenible, si bien se trata de una versión muy suavizada de la presentada originalmente por la Comisión, en la que figuraban metas ambiciosas y medidas concretas. El desarrollo sostenible redunda en beneficio de los ciudadanos; sus necesidades económicas y sociales y la conservación medioambiental. Su puesta en práctica tiene repercusiones enormes. No podemos seguir saqueando nuestros recursos naturales y después recurrir a la ciencia y la tecnología para intentar remediar los daños. Necesitamos otro planteamiento.

El Sr. Persson se ha referido a la importancia del establecimiento de los procesos. La Cumbre europea de Cardiff, celebrada en 1998, aprobó el llamado "proceso de Cardiff", que integra las consideraciones medioambientales en todos los sectores de la política de la UE como primer paso hacia el desarrollo sostenible. La Cumbre de Gotemburgo no constituyó el siguiente paso importante en sentido práctico, después del proceso de Cardiff, pero existe una importante conexión y en ella se puede basar la estrategia. Es de esperar que así sea y se logren avances en las cumbres de primavera a partir de ahora. Eso es esencial para que la UE haga una importante contribución a la Conferencia Río + 10, que se celebrará en 2002.

Otra decisión digna de beneplácito adoptada en Gotemburgo fue el plan para la ratificación del Protocolo de Kyoto, aun sin los EE.UU., antes de la Conferencia Río + 10. Así se enviará un mensaje muy claro, no sólo a los Estados Unidos, sino también al resto del mundo, sobre nuestro compromiso con ese objetivo y nuestra determinación de luchar contra el cambio climático.

 
  
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  Kaufmann (GUE/NGL) . – (DE) Señora Presidenta, señor Presidente del Consejo, las imágenes de Gotemburgo eran aterradoras. Vandalismo, ciego afán de destrucción, violencia criminal, todo esto debe ser condenado y mi Grupo lo condena con toda firmeza. ¡No deben volver a repetirse semejantes hechos! Las personas que deseen expresar su opinión, ejercer su derecho de manifestación o protestar contra determinadas decisiones políticas también deben poder seguir haciéndolo pacíficamente sin restricciones en el futuro, tal como lo hicieron los cerca de 20.000 manifestantes pacíficos en Gotemburgo.

Los ciudadanos y ciudadanas interesados continuarán considerando en el futuro las Cumbres europeas como una oportunidad política para expresar sus planteamientos y expectativas, y es bueno que así sea, pues en la construcción democrática se deben tener más en cuenta las aspiraciones de los ciudadanos y ciudadanas.

La Presidencia sueca del Consejo ha hecho muchos esfuerzos justamente en este sentido. Ha procurado abordar como un problema el déficit democrático en Europa y es preciso reconocerlo. Sin embargo, los resultados han sido francamente pobres. En cualquier caso, esto no es responsabilidad exclusiva del Gobierno sueco, sino que todos los Gobiernos deben responder por ello.

Lo que se requiere con vistas al debate público sobre el futuro de Europa es un debate amplio. Éste se debe centrar en los objetivos y debe estar orientado hacia los resultados, y ustedes ya saben, señora Presidenta, señor Presidente del Consejo, que esta Asamblea desea que una convención se encargue de preparar la siguiente Conferencia Intergubernamental. Ustedes han realizado un trabajo previo con este objeto y a la Presidencia belga le corresponderá dar un impulso a dicha convención antes del Consejo de Laeken. Yo me congratulo de que ya se haya propuesto la ampliación del orden del día y de que se incorporen nuevos temas al debate sobre el futuro de Europa.

 
  
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  Dell'Alba (TDI). – (IT) Señora Presidenta, señor Presidente en ejercicio del Consejo, es una paradoja de la historia que justamente en Gotemburgo se haya alcanzado el punto culminante de la nueva contestación, un nuevo fenómeno en la Cumbres europeas. Digo "paradoja" porque tradicionalmente Suecia con sus varios Gobiernos había hecho de la transparencia uno de los pilares de su política europea y se ha encontrado gestionando al órgano menos transparente, es decir, aquel en el que convergen todas las decisiones, incluso las más nimias, por una falsa concepción de la primacía de la intergobernabilidad sobre la cual, señor Presidente, espero que su país y ustedes mediten. Cuando el Parlamento reclama más poderes, lo hace en nombre de la representatividad que, sin duda, este órgano tiene y que los Gobiernos en esa formación - no en general, sino en esa formación – no tienen. Por lo tanto, desde este punto de vista, Gotemburgo puede ser una valiosa lección para aquellos Gobiernos que hoy se siguen mostrando reticentes ante una visión de Europa algo diferente, una visión que muchos colegas comparten en este Pleno.

Quiero felicitarme muy especialmente con la Presidencia sueca de un punto, o sea, del compromiso que asumió y que nadie ha resaltado porque se ha llevado a cabo algo sigilosamente, en favor del Tribunal Penal Internacional. La Presidencia sueca ha conseguido que los Quince adoptaran un documento, una posición común muy importante, una fuerte posición no solo en favor de la ratificación, sino de la campaña para la ratificación del Tribunal Penal Internacional y, hace tres días, ha ratificado asimismo el estatuto del Tribunal. Se trata de un compromiso que merece mi elogio porque, actuando así, Suecia contribuye a la creación de algo que, con la detención de Milosevic, es cada vez más una realidad.

Por último, una cosa que celebro es que no hayan logrado la distribución – perfecta, a la italiana - de las agencias quitando la posibilidad de asignar tal vez a Parma la Agencia Alimentaria para dársela a Helsinki, un procedimiento equivocado que por fortuna no ha llegado a buen puerto.

En todo caso, "¡bravo!" a la Presidencia sueca por lo que ha hecho tanto en lo referente al clima como al Tribunal.

 
  
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  Abitbol (EDD). - (FR) Señora Presidenta, señor Presidente, lo que quedará de la Presidencia sueca será, desgraciadamente, que por primera vez desde el nacimiento de las Comunidades Europeas unos policías, europeos en este caso, han disparado con fuego real sobre manifestantes europeos. Lo que quedará de la Presidencia sueca es esta violencia, y el desprecio. El desprecio con el cual los dirigentes europeos han tratado el resultado del referéndum en Irlanda.

La Cumbre de Gotemburgo ha demostrado que la Unión Europea se estaba convirtiendo en una especie de "Ciudad prohibida", tan extraña para los pueblos europeos, y tan despreciativa con ellos, como la dinastía Manchú con respecto a la más lejana de las aldeas mongoles. Totalmente indiferente a la expresión soberana de los pueblos - recuerden ustedes el "no" de los daneses el pasado 28 de septiembre, que fue tratado con idéntico desprecio - me parece que la Unión Europea, y sé que esto va a sorprender posiblemente, está reproduciendo un modo de funcionamiento de naturaleza colonial con respecto a las naciones que la componen, poco más o menos con la diferencia de que la potencia colonial procede en este caso de la colonización en lugar de precederla, como ha ocurrido a lo largo de la historia.

Por ello, la reacción de los irlandeses, un pueblo escarmentado por la historia, me parece que anuncia un levantamiento general de los pueblos europeos: hacer frente a la emergencia de este neocolonialismo de nuevo cuño, endógeno de alguna manera, que desde Maastricht, Amsterdam y ahora Niza, pretende regirlos y aportarles nolens volens los beneficios de una empresa esencialmente saludable, Europa.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. SCHMID
Vicepresidente

 
  
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  Berthu (NI). - (FR) Señor Presidente, el Consejo de Gotemburgo fue en la buena dirección cuando confirmó que el proceso de ampliación es irreversible y fijó el objetivo de que los primeros países candidatos se adhieran a tiempo para que puedan participar en las elecciones europeas de 2004. Pero al mismo tiempo, este Consejo cometió una grave falta cuando, en el párrafo cuarto de sus conclusiones, pareció vincular la suerte de la ampliación a la del Tratado de Niza. Se trata de una falta de tipo jurídico, político y moral.

Falta jurídica, ya que, como declaró el 21 de junio el Presidente de la Comisión - y quizá por ello, Sr. Poettering, es por lo que el Presidente de la Comisión no se encuentra aquí hoy -: "legalmente, la ratificación del Tratado de Niza no es necesaria para la ampliación". No volveré sobre ello ya que en todo caso, desde el punto de vista jurídico, el Sr. Prodi no ha sido desmentido por nadie.

Falta de tipo político también, ya que el Tratado de Niza sólo es políticamente indispensable para la ampliación para aquéllos que quieren construir un superestado europeo. Así pretenden vincular superestado, ampliación Europea y Tratado de Niza, con el riesgo de que perezcan todos juntos.

Falta de tipo moral finalmente, ya que al confirmar la declaración del Consejo "Asuntos generales" del 11 de junio, el Consejo de Gotemburgo ha dado prueba, frente a la expresión democrática de un pueblo, de un desprecio profundo que arroja una luz extraña sobre la Europa que quiere construir.

Por nuestra parte, queremos acoger a los países del Este en una Europa democrática y libre, y por ello, señor Presidente, damos nuestra aprobación a la decisión lúcida y valiente de los irlandeses.

 
  
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  Van Velzen (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, señor Presidente del Consejo, señora Comisaria, en primer lugar, quisiera recalcar que la Presidencia sueca sí ha constituido un éxito serio y considerable, aunque no, desgraciadamente, con todos los expedientes, pero eso es imposible. El balance global es muy positivo. Me satisface, así mismo, que se continúe ofreciendo apoyo a la Presidencia belga. Tal vez debería centrar su atención en un par de cuestiones.

En primer lugar, la ampliación. Vemos que los países de Europa Central y Oriental realizan enormes esfuerzos en esa dirección. No obstante, la pregunta que cada vez surge con más fuerza es si, por supuesto, también la Unión Europea está preparada para la ampliación. Por ejemplo, cuando veo cuánto tiempo se ha necesitado para llegar a una posición común en el ámbito de la libre circulación de personas, me aterra pensar en expedientes todavía más complicados tales como la agricultura y la financiación de la Unión Europea. Por tanto, es muy importante, creo yo, fomentar que la Unión Europea esté lista a tiempo. Así mismo, lo es concienciar a nuestra propia opinión pública de lo que sucede. Eso es algo necesario no sólo en Europa Central y Oriental, sino también en la Unión Europea, tal como hemos visto con el referendo irlandés.

Está muy bien que tengamos a Milosevic en La Haya, pero espero que el dinero que se ha prometido se entregue con celeridad a la población de la antigua Yugoslavia. Ante todo, debemos ofrecerles perspectivas de futuro. Debemos ocuparnos, así mismo, de que se emprendan acciones en Macedonia desde la Unión Europea a fin de fomentar que los dos grupos de población puedan convivir en paz y que los Balcanes dejen de ser fuente de conflicto en esta cuestión.

Señor Presidente, creo que en lo que a Rusia se refiere, no sólo tenemos que ser amables con el Sr. Puttin, sino que tenemos que criticarle, especialmente, por el incumplimiento de los derechos humanos y también por la inobservancia de la libertad de pensa. Tenemos que enviar un mensaje claro al Sr. Puttin en lo que a esos puntos respecta.

Por último, la política energética constituye un pequeño fracaso de la Presidencia sueca. Resulta extraordinariamente lamentable que el eje francoalemán haya impedido que avance la liberalización del mercado energético en Europa. Me parece que es una labor importante para la Presidencia belga.

 
  
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  Van den Berg (PSE). – (NL) Señor Presidente, las piedras no son ni de izquierdas ni de derechas, son antidemocráticas. Y la mejor respuesta a los piedras y a la antidemocracia es defender nuestra propia democracia europea, explicar el porqué de Europa a nuestros ciudadanos, debatir con ellos y mostrar resultados concretos.

Mi Presidente de Grupo ya ha dado las gracias, y yo quiero hacerlo de nuevo, a Göran Persson, Lars Danielsson y Anna Lindh, quienes han colaborado de forma muy concreta con nosotros durante este período para perfilar algunas cuestiones.

Quisiera decir algo sobre el porqué de Europa, sobre una cosa que nuestros ciudadanos comprenden muy bien, a saber, la política exterior. Los ciudadanos saben que Europa en sí misma tal vez ha constituido el proyecto encaminado a la prevención de conflictos que más éxito ha tenido en el siglo pasado, y los ciudadanos también saben que Europa puede contribuir a la paz y a la estabilidad.

En este período, durante la Presidencia sueca y en colaboración con los colegas de la Comisión (Patten), y Solana, hemos visto cómo se planteaba la presencia de una Europa común más fuerte ante algunos expedientes difíciles. Eso ha sucedido en el ámbito de “everything but arms”, en tanto avance hacia una Europa más abierta en el terreno comercial a fin de lograr que se celebre una ronda comercial mundial centrada en el desarrollo. Eso ha sucedido al oponernos a la iniciativa americana de un “missile defense system” y nuestra creencia de que debemos invertir mejor y de manera más justa en la prevención de conflictos. Eso ha sucedido en un momento en el que casi se ha llegado a una situación de guerra en Oriente Medio, pero hemos intentado, sin embargo, sentar a ambas partes a la mesa, de manera que la presencia europea se ha visto considerablemente reforzada en este período. Y eso ha sucedido en el problema, tal vez, más sensible y complicado para Europa: FYROM/Macedonia.

Quisiera decir algo sobre la prevención de conflictos, ya que he entendido muy bien que la Presidencia sueca haya presionado mucho en una dirección que nos agrada en sobremanera.

Por supuesto, podemos invertir mucho en tecnología y creer que eso nos proporciona una seguridad semejante a la de un escudo. No niego que necesitamos nuevos progresos, pero la iniciativa americana no constituye el camino adecuado. Necesitamos invertir en diplomacia, en la prevención de conflictos, en las redes civiles, en la relación que existe entre todas estas conexiones con el ámbito de la ayuda al desarrollo y el comercio que, juntos, crean estabilidad en el mundo. Así, podemos evitar que los cien conflictos existentes en el planeta sigan proliferando.

Esta idea de política exterior supone un nuevo concepto de seguridad. Creo que los suecos han contribuido a perfilar un nuevo concepto en esta materia. Se trata de un valor europeo que, creo, nos queda y va muy bien. Les doy las gracias por ello.

 
  
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  Schmidt, Olle (ELDR). (SV) Señor Presidente, señora Comisaria, señor Primer Ministro, la Presidencia sueca merece un elogio, incluso de sus adustos opositores en Suecia. Reconozco que durante este semestre he sentido a menudo alegría y orgullo.

No obstante, tengo una importante objeción: la decisión sobre responsabilidad de los transportistas que impone severas multas a los que no sigan las normas comunitarias. En la práctica, esto significa que la responsabilidad por los refugiados que quieran viajar a la Unión se traslada de las autoridades a los empleados de las aerolíneas. Esto es y seguirá siendo inaceptable.

Usted, señor Primer Ministro, habló aquí en el Parlamento en enero sobre una actitud generosa de la UE y del anhelo de contar con una política de asilo humanitaria, que vaya más allá de la Convención de Ginebra. La responsabilidad de los transportistas en la UE no es humana ni generosa, sino que todo lo contrario. Empleando sus palabras, la UE, como una región rica en una comunidad mundial, debería ser generosa y humanitaria.

Señor Primer Ministro, usted ha tenido la perspicacia de dar a Raoul Wallenberg el lugar que le corresponde en la historia. Nunca traicionemos su recuerdo.

 
  
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  Belder (EDD). – (NL) Señor Presidente, permítame detenerme en las conclusiones del Consejo Europeo de Gotemburgo y, en particular, en la situación en Oriente Medio. Creo que la atención está justificada. Basta con echar un vistazo al titular de hoy del Neue Zürcher Zeitung: “Gewalt statt Waffenruhe im Nahen Osten”; violencia en lugar de un alto el fuego en Oriente Medio.

Por el momento, no se contempla el final de la Intifada palestina. Al mismo tiempo, la tensión entre Israel y Siria aumenta de forma peligrosa. No existe, por consiguiente, una reanudación del llamado proceso de paz en Oriente Medio, a pesar de todos los esfuerzos diplomáticos recientes por parte americana y europea.

¿Cuáles son las opciones que todavía tienen los mencionados mediadores? Las conclusiones del Consejo Europeo de Gotemburgo no entran en esta cuestión cardinal. Sus deseos son encomiables. Términos positivos como “un periodo de apaciguamiento” y “la aplicación de otras medidas de confianza” deben terminar con una violencia profundamente enraizada.

¿Tienen los Estados Unidos y Europa que abandonar a su suerte a Israel y a la Autoridad Palestina? ¡En absoluto! Se trata de que ambos mediadores sean conscientes de su potencia diplomática y militar. El Alto Representante, el Sr. Solana, aborda esta división esencial de papeles. En su informe relativo a Oriente Medio, presentado a la Cumbre de Gotemburgo, reconoce sin rodeos la posición esencial de los Estados Unidos en la anhelada reanudación del proceso de paz.

Esta constatación real conduce al Alto Representante a insistir en una constante consulta recíproca de manera que “nuestros esfuerzos sean complementarios”.

Precisamente, este esfuerzo exige una actuación europea equilibrada en la región. Por tanto, pregunto al Consejo y a la Comisión qué requisitos les unen en el considerable apoyo que prestan a la Autoridad Palestina. En este momento, el primer requisito debe ser la contención decisiva de la violencia. Precisamente, eso puede acabar con la actual situación de estancamiento en Oriente Medio.

 
  
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  Salafranca Sánchez-Neyra (PPE-DE). - Señor Presidente, para muchos observadores, en la cumbre de Gotemburgo ha sido mucho más importante lo que ha sucedido fuera que lo que ha pasado dentro. Me refiero, naturalmente, al ejercicio de la violencia por parte de los manifestantes y a las relaciones con los Estados Unidos. En relación con este último aspecto, si bien es verdad que subsisten puntos de diferencia, como es el caso de la pena capital, el protocolo de Kioto y el escudo antimisiles, es claro que ha habido avances considerables en lo que se refiere, Señor Presidente, al tema de la declaración común sobre Oriente Medio y al tema del enfoque común sobre los Balcanes.

En el tema de la violencia, creo que hay que distinguir claramente el ejercicio de acciones violentas -y la violencia tiene que ser erradicada, porque en democracia no se pueden defender las ideas por la fuerza- del mensaje que se ha transmitido en el curso de las protestas. En interés de todos, Señor Presidente, la globalización ha de ser un barco en el que haya menos náufragos que tripulantes.

En lo que se refiere a las cuestiones internas, hay que distinguir claramente entre las promesas y las realidades. Creo que es una realidad el deseo reiterado de mantener el calendario de las negociaciones de ampliación, pero creo también, Señor Presidente, que es importante el hecho de que no sepamos cómo se va a financiar ese proceso de adhesión y quiénes serán los candidatos que van a formar parte de en la primera ola de adhesiones. Me parece importantísimo, Señor Presidente, que tengamos presente que nuestro proyecto de integración no se legitima sólo cada cinco años cuando hay elecciones al Parlamento Europeo, sino que tiene que ser legitimado todos y cada uno de los días de nuestro proyecto de integración. En ese sentido, no basta solamente con que haya una mejor y mayor coordinación policial, ni con que la Comisión marque un rumbo a nuestro proyecto de integración, sino que es absolutamente necesario que nos pongamos de acuerdo sobre una visión común de la Europa que queremos. Ese acuerdo, hoy por hoy, no existe y, sin embargo, es fundamental, Señor Presidente, para que nuestro proyecto de integración no sea lo que ha sido hasta ahora: mucho más fruto de la ilusión y del entusiasmo de nuestros ciudadanos que de la voluntad de nuestros gobernantes.

 
  
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  Myller (PSE). – (FI) Distinguido Primer Ministro, señor Persson, distinguido Comisario, señor Wallström, señora Presidenta, quiero dar especialmente las gracias a la Presidencia sueca por haber intentado con tenacidad impulsar cuestiones de gran importancia medioambiental y por haber conferido precisamente al medio ambiente el protagonismo político, junto con las cuestiones económicas y sociales, durante el medio año de su Presidencia.

Lamentablemente, la totalidad del Consejo no ha sido capaz de actuar con el grado de progresismo ecológico que la Presidencia sueca se hubiera merecido gracias a sus propios esfuerzos. Es verdad que se llevaron a cabo las últimas conciliaciones, aunque quizás no con la ambición deseada por el Parlamento, pero lo que no se puede poner en tela de juicio bajo ningún concepto es el hecho de que la Presidencia sueca ha intentado verdaderamente obtener resultados.

El desarrollo sostenible es un paso importante para tener en cuenta el medio ambiente en la política europea. La consolidación del pilar ecológico en el marco del desarrollo sostenible es también imprescindible dado que, con motivo de las evaluaciones anuales sobre los avances en materia de desarrollo sostenible, debemos ser capaces de fijar objetivos claros para el pilar ecológico a fin de hacer posible su seguimiento. Debemos contar con objetivos medibles, con objetivos de carácter cualitativo y cuantitativo, así como con las suficientes perspectivas sobre los modos de evaluar el estado del medio ambiente, con el fin de que también podamos afrontar adecuadamente las amenazas que tenemos por delante.

En mi opinión, la Presidencia sueca se ha desarrollado muy bien en todos los demás aspectos, pero habría sido muy grato que la decisión sobre la Agencia de Seguridad Alimentaria se hubiese adoptado en la Cumbre de Gotemburgo, ya que los trabajos deberían iniciarse inmediatamente.

 
  
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  Cushnahan (PPE-DE). - (EN) Señor Presidente, quisiera felicitar a la Presidencia sueca por su éxito y también expresar mi pesar por que el resultado del referéndum irlandés ensombreciera muchos de sus logros, en particular en la esfera de la ampliación.

El Consejo Europeo de Gotemburgo fue generoso como respuesta a nuestro apuro, por lo que acojo con satisfacción su disposición para ayudar al Gobierno irlandés a encontrar una vía por la que avanzar. Lamento que no vaya a ser fácil. Con un poco más de esfuerzo de la clase política de Irlanda, se podría haber obtenido fácilmente una votación a favor del "sí", pero ahora que ya se ha celebrado el referéndum muchos, incluidos los partidarios del Tratado de Niza, se sentirán reacios a invalidarlo. También conviene decir que las recientes observaciones del Sr. Prodi en los medios irlandeses de comunicación, en el sentido de que la ampliación puede proseguir, aun cuando no se ratifique el Tratado de Niza, contribuyen, lamentablemente, a la confusión.

Sin embargo, mi mayor preocupación se debe a la existencia de un fuerte núcleo euroescéptico dentro del Gobierno irlandés. Mientras el Taoiseach hablaba a nuestros socios europeos dentro del Consejo para intentar reparar los daños causados a nuestra reputación, su Ministro de Hacienda, Charlie McCreevy, estaba fuera calificando el rechazo irlandés del Tratado de Niza de acontecimiento notable y provechoso.

Quiero aprovechar la oportunidad para advertir al Consejo y a la Comisión que tengan cuidado, pues el continuo planteamiento euroescéptico del Sr. McCreevy podría ser perfectamente un indicio de su intención de provocar otra pelea con la UE a propósito de la política presupuestaria de Irlanda de aquí a unas posibles elecciones generales irlandesas en otoño. Espero que se logre la ratificación del Tratado de Niza y que, cuando volvamos a abordar esa cuestión en Irlanda, logremos un resultado diferente.

 
  
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  Corbett (PSE). - (EN) Señor Presidente, también yo quisiera felicitar a la Presidencia sueca por una primera Presidencia muy lograda de la Unión. Pese a que un puñado de manifestantes extremistas intentaron echarla a perder en Gotemburgo, al final recordaremos los sólidos logros de su Presidencia del Consejo.

Digo bien "Presidencia del Consejo", porque no es, naturalmente, la Presidencia de la Unión. Cada una de las instituciones tiene su propio presidente. Nosotros tenemos a la Sra. Fontaine, la Comisión tiene al Sr. Prodi, el Consejo tiene el Gobierno de un Estado miembro por rotación. En realidad, no existe una presidencia de la Unión, pese a lo cual todas las Presidencias se presentan con frecuencia como Presidencia de la Unión, lo que contribuye a una sensación en la opinión pública que hace recaer demasiado peso sobre la Presidencia. Se conciben demasiadas esperanzas. Pero, cuando se ocupa la Presidencia, no se ocupa un cargo ejecutivo, se ocupa la Presidencia de una de las instituciones con un programa heredado para un período muy breve y la gente espera demasiado de ella. Ésa es la razón por la que a veces hay decepciones al final de la Presidencia. Esta vez menos -porque ustedes lo han hecho tan bien-, pero quisiera aconsejar a las Presidencias futuras que no se arroguen algo que no son y que se dediquen a la sólida labor necesaria para lo que ese cargo significa en realidad.

El mayor éxito de ustedes ha sido la aceleración de las negociaciones sobre la ampliación y ahora parece que todos los países candidatos, excepto Rumania y Bulgaria, podrían haber ingresado perfectamente cuando se celebren las elecciones europeas. Eso significa que este Parlamento tendrá por lo menos 732 miembros, posiblemente más. Serán muchos más, si hay alguna baja en ese calendario, porque los diputados de cualquier país que no hayan suscrito su tratado de adhesión al comienzo de 2004, sino que ingrese durante la próxima legislatura, se sumarán a los 732. Eso va a causar grandes problemas administrativos y financieros a este Parlamento. Haremos todo lo que podamos para abordarlo, pero sospecho que, si hay problemas, se nos reprochará en la opinión pública las consecuencias de una decisión adoptada por los Gobiernos.

Naturalmente, nada de esto es culpa de la Presidencia sueca. Al contrario, la aceleración de las negociaciones de adhesión debe ayudar a ese respecto. Pero es algo que todos los Estados miembros, y todos nosotros, deben tener presente, al avanzar hacia la Convención para preparar la próxima Conferencia Intergubernamental. Espero que sea una Convención propiamente dicha y que la preparación de la próxima Conferencia Intergubernamental no corra a cargo del habitual grupito de asesores en materia de política exterior, sino que sea un más amplio órgano representativo.

 
  
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  De Rossa (PSE). - (EN) Señor Presidente, deseo comenzar felicitando a la Presidencia sueca por su gran éxito. Me complace en particular que la Presidencia lograra incluir el desarrollo sostenible en el núcleo de la política europea. Es extraordinariamente importante que nuestros ciudadanos vean la Unión Europea más que como una operación económica y un mercado libre, porque, si no, se sentirán sin lugar a dudas más alejados aún del concepto de integración europea.

Es importante tener presente que la integración económica y una correcta orientación de la economía europea es importante. Igualmente importante es tener presente que no puede haber desarrollo económico en una economía moderna sin una fuerte dimensión social. Quisiera afirmar que el desarrollo sostenible y el empleo son parte integrante de la dimensión social de la Unión Europea.

También deseo felicitar a la Presidencia sueca por haber incluido en el programa el concepto de prevención de conflictos con mayor insistencia que hasta ahora. Dadas las tradiciones del pueblo sueco, se trata, evidentemente, de algo muy apreciado por él. Es muy apreciado también por el pueblo de Irlanda, que, lamentablemente, hace poco rechazó el Tratado de Niza, precisamente porque hasta cierto punto no entendió bien la naturaleza de la Unión Europea y lo que estamos intentando hacer en relación con la Fuerza de Reacción Rápida.

Me complace que la Presidencia haya tenido éxito y que se hayan incluido esas cuestiones en el programa. Ahora nos corresponde a nosotros, en este Parlamento, y a las Presidencias futuras desarrollarlas aún más.

 
  
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  Fiori (PPE-DE). – (IT) Señor Presidente, no puedo sino compartir las conclusiones del documento final de Gotemburgo. Entre otras cosas, quisiera subrayar algunos puntos que me parecen extraordinariamente importantes para el desarrollo de Europa: las pensiones y el plan de sostenibilidad financiera, el nuevo ciclo de las negociaciones para la reforma del comercio internacional, los temas ligados a la salud pública y a la utilización de los recursos naturales estrechamente relacionada con el crecimiento económico. En lo que respecta a este punto, por ejemplo, en algunos dossiers hubiéramos deseado más coraje, también porque en este momento el miedo es ver sacrificadas en aras de los temas de la ampliación algunas situaciones consolidadas dentro de la Unión Europea, precisamente en lo referente al sector agrícola.

También en el tema de la seguridad alimentaria respecto de la ampliación, en nuestra opinión, en algunos momentos la tendencia es de silenciar más que de buscar una línea operativa que ofrezca garantías al consumidor. Tenemos el tema de la seguridad alimentaria demasiado, permítanme el adjetivo, fresco – dioxinas, vacas locas, las crisis que hemos sufrido en los últimos años – como para no considerarlo prioritario en las decisiones políticas de los próximos años.

Y ahora, un apunte de carácter político. Consideramos que en algunos dossiers no ha existido la relación que habríamos deseado con el Parlamento Europeo y en temas políticos extraordinariamente relevantes – pensamos, por ejemplo, en la relación con Rusia y el escudo antimisiles – hemos tenido unas huidas hacia delante. Sin un adecuado debate en Estrasburgo, se corre el riesgo de crear una serie de puntos sin retorno que podrían producir profundas fracturas, especialmente en un período tan políticamente delicado como éste, en el cual algunos Estados tienen realidades de Gobierno consolidadas – pienso en Italia, en España y en el Reino Unido – mientras que en otros Estados, como Francia y Alemania, hay situaciones supeditadas a citas electorales. En consecuencia, algunas posiciones podrían sufrir presiones debidas a posiciones electorales más que a posiciones globales europeas.

El Parlamento Europeo, a nuestro modo de ver, se ha de utilizar como instancia de compensación extraordinariamente importante.

 
  
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  Lamassoure (PPE-DE). - (FR) Señor Presidente, en Gotemburgo, el Consejo Europeo adoptó dos decisiones contradictorias. Por una parte, confirmó el calendario de la ampliación tal como deseaba el Parlamento Europeo, adelantando el objetivo del final de las negociaciones a finales del año 2002. Muy bien. Por otra parte y al mismo tiempo los Jefes de Estado y de Gobierno decidieron ignorar las consecuencias del "no" irlandés en el último referéndum. Ahora bien, este "no" crea una incertidumbre máxima con respecto al calendario de la ratificación, y quizá también sobre su resultado.

Efectivamente, para que la ratificación de Niza llegue a buen puerto, es necesario esperar a que se celebren las elecciones nacionales irlandesas, que estas elecciones concluyan con la victoria en Dublín de una mayoría más unida que la actual sobre el tema, y una mayoría dispuesta a comprometer su credibilidad en este terreno, ahora mismo minado. Y es necesario que los nuevos dirigentes encuentren argumentos que convenzan al pueblo irlandés para cambiar de opinión. Los que nos dicen ahora que todo esto será una simple formalidad son los mismos que dormían a pierna suelta antes del reciente referéndum.

Eso quiere decir que, para los países candidatos, el Tratado de Niza ya no es el sésamo ante la puerta de la Unión, sino un cerrojo, un cerrojo cerrado a cal y canto por los irlandeses y del que nadie garantiza que se abra. Por ello, la única garantía de que se mantenga el calendario prometido en Gotemburgo es iniciar la negociación de adhesión sobre la base de los actuales tratados, es decir, del Tratado de Amsterdam. Eso es lo que el Sr. Prodi ha intentado decir y se le ha hecho callar. Pero la política del avestruz no es buena consejera.

Con o sin Niza, la reforma institucional sigue estando totalmente sin hacer. Para el Parlamento Europeo, ésta sólo puede depender actualmente de un planteamiento constitucional. Pero mientras tanto, la verdad nos obliga a decir a los países candidatos que no tienen otras garantías para mantener el calendario propuesto que comenzar a negociar sobre la base de Amsterdam. Y si, en el otoño de 2002, el Tratado de Niza está finalmente ratificado, siempre habrá tiempo de adherirse a él. En el caso contrario, la ampliación se salvará.

 
  
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  Oomen-Ruijten (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, la cuestión del desarrollo sostenible ocupa un lugar muy prominente en el segundo capítulo de las conclusiones del Consejo Europeo. El Primer Ministro Persson ha hablado de un desarrollo sostenible que tiene dimensiones sociales, económicas y ecológicas. Estoy de acuerdo con él. El desarrollo sostenible, también estoy de acuerdo con él, debe añadirse a los criterios de Lisboa.

Coincido totalmente con lo que aquí se ha apuntado. Cito: “Debemos cambiar las tendencias que amenazan la calidad futura de nuestra vida”. También coincido con la afirmación de que “el desarrollo sostenible ofrece grandes posibilidades económicas y dará lugar a la innovación tecnológica y a inversiones que producirán crecimiento y empleo”.

No obstante, señor Presidente, el papel lo aguanta todo. El papel en que se han escrito estas bellas conclusiones, o no se había secado todavía o el Consejo erró totalmente el lunes de la semana pasada al ejecutar dos expedientes legislativos en materia de medio ambiente.

Ahora lo que realmente me pregunto es lo siguiente ¿Hablan realmente los Presidentes de Gobierno a título personal cuando redactan estas conclusiones y siguen, en realidad, lo que se ha acordado en Europa en la reunión semanal del consejo Ministros? ¿Y se preguntan si es consecuente y está en línea con lo que se cuentan en los seis primeros meses anteriores o lo que se dicen una vez en estos seis meses?

La moraleja de esta historia - y se lo digo ahora a la Presidencia sueca, pero se aplica a todas las Presidencias - es que el Parlamento Europeo, y también el ciudadano europeo, no se deja tomar más el pelo. Estamos realmente hartos de que cada seis meses se haga una bonita declaración. Queremos pasar al día a día y que se dé un contenido concreto a los expedientes. Ya hemos escuchado palabrerías durante mucho tiempo, que no son aceptables, ya no son creíbles.

 
  
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  Wijkman (PPE-DE). (SV) Señor Presidente, quisiera comenzar felicitando a Göran Persson por el excelente ejercicio de la Presidencia. Se pueden decir muchas cosas provechosas, por ejemplo, sobre la apertura, la ampliación hacia el Este y los esfuerzos para alcanzar la paz en los Balcanes. Dispongo de muy poco tiempo, por lo que les pido que me permitan ocuparme de dos materias en las que los resultados son, a mi juicio, relativamente escasos.

Se debió avanzar más en la estrategia de la Unión para el desarrollo sostenible. El resultado de Gotemburgo fue, en términos generales, una decisión marco con muy escaso contenido. Espero que el Primer Ministro, aún después de la Presidencia sueca, continúe impulsando estos asuntos para conseguir contenidos más concretos, objetivos más claros y calendarios a largo plazo para algunas materias.

Compruebo con satisfacción que el Primer Ministro mencionó especialmente las relaciones con el Tercer Mundo. Éste es un elemento muy importante del desarrollo sostenible. El desarrollo sostenible no es posible sin una perspectiva mundial desde el comienzo.

No obstante, opino que los resultados más pobres se han conseguido en el debate sobre el futuro. Creo que Suecia, como país que ejerce la Presidencia, no ha aprovechado la ocasión para discutir con detenimiento no sólo el contenido y la orientación del futuro de la Unión, sino también su organización. En mi opinión, Suecia ha perdido por walk over. Bélgica, antes de asumir la Presidencia, se ha pronunciado más sobre este tema que Suecia. Esto es grave, puesto que es necesario debatir estos asuntos, especialmente en relación con la apertura, la democratización y el arraigo popular. Es importante para Europa, pero, ante todo, lo es para Suecia. En nuestro país todavía se discute si decir sí o no a la Unión, sin considerar los contenidos o la futura organización.

Espero que en los próximos meses el Primer Ministro participe activamente, como una parte del trabajo de la troica, cuando, con toda seguridad, Bélgica promueva estos asuntos.

 
  
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  Jarzembowski (PPE-DE) . – (DE) Señor Presidente, señor Presidente del Consejo, señora Comisaria, yo también tengo que echar un poco de agua al vino, pues la Presidencia fracasó, a mi parecer, en dos ocasiones, cuando no consiguió zanjar la disputa entre dos Estados miembros sobre Gibraltar y poner fin con ello al bloque de la política europea en el ámbito del transporte aéreo. Para los ciudadanos resulta incomprensible que proyectos legislativos importantes, como el relativo al incremento de las indemnizaciones en el caso de exceso de reservas en el transporte aéreo, no se aprueben aunque ya se hayan negociado en el Consejo. Como también resulta incomprensible que iniciativas legislativas importantes, como la creación de un espacio aéreo único europeo, se encuentren bloqueadas ya en la Comisión.

Este sería un buen ejemplo, señor Presidente del Consejo, de un caso en el que el Consejo habría podido hacer cuanto estuviera en su mano, pues todo el mundo sabe que una disputa como la de Gibraltar no se puede resolver a escala ministerial entre los ministros de Transportes. Es un tema de jefes de Estado y de Gobierno. Pero éstos fracasaron en dos ocasiones en este contexto. Yo espero que, por lo menos, el Protocolo de Gotemburgo acierte en cuanto al contenido de fondo. En efecto, allí se dice que el Consejo espera que esta disputa sobre Gibraltar pueda quedar zanjada en las próximas semanas. Por lo tanto, quedamos a la espera de que, dos semanas después de finalizada, la Presidencia sueca dé al menos algún fruto.

No obstante, señora Comisaria, también quiero dirigir un ruego, un llamamiento urgente, de hecho, a la Comisión. Es imprescindible que ésta adopte la iniciativa legislativa con vistas a la creación de un espacio aéreo único europeo antes de la pausa del verano y la remita al Consejo y al Parlamento. Señora Comisaria, usted sabe tan bien como nosotros que los numerosos retrasos y las esperas en el aire no sólo constituyen una molestia para los ciudadanos, que ven retrasado el comienzo de sus vacaciones, sino que también suponen un incumplimiento de las condiciones del contrato y cuestan caros. Usted sabe tan bien como nosotros que el consumo absurdo de queroseno en el aire es inadmisible desde un punto de vista medioambiental. Por esto necesitamos una normativa europea razonable que acabe con estos retrasos. Esperamos recibir todavía este verano su propuesta con este objeto.

 
  
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  Bradbourn (PPE-DE). - (EN) Señor Presidente, como el Sr. Jarzembowski, deseo referirme a la cuestión del transporte. He leído con preocupación en las conclusiones de la Cumbre de Gotemburgo en particular que la Comisión va a continuar con su intención de proponer un marco para velar por que "en 2004 el precio de la utilización de los diferentes modos de transporte refleje mejor los costos para la sociedad", lo que revela claramente el principio del cobro de las infraestructuras fomentado por la Comisión desde la publicación en julio de 1998 de su Libro Blanco sobre una fijación de precios justa y eficiente en el sector del transporte, posteriormente aprobado en el informe Costa Neves, que el Parlamento aprobó en enero.

Esas propuestas son cualquier cosa menos justas y eficientes, en particular por lo que se refiere al transporte por carretera. Las propias investigaciones de la Comisión muestran, por ejemplo, que con el cobro de las infraestructuras el costo por kilómetro de un automóvil en el Reino Unido aumentaría un 97% en 2005.

No cabe duda de que hemos obtenido algunas enseñanzas de las protestas por el precio de los combustibles que provocaron una paralización en muchos Estados miembros el pasado otoño. Los usuarios de la carretera ya se ven obligados a pagar un ojo de la cara para subvencionar otras formas de transporte, en particular en el Reino Unido, y las propuestas de la Comisión no harán sino agravar esa situación. Pese a varios años de estudio y consulta, incluso los llamados "expertos" en esa esfera reconocen los fundamentos científicos del denominado cálculo de costos sociales y marginales -proceso mediante el cual se fijan esas cargas- no está verificado y no es seguro. La fijación de cargas que forzará la salida de las carreteras de algunos no fomentará un cambio de los hábitos viajeros del público en general, sino que simplemente provocará disensión e irritación generalizadas. El usuario de la carretera no debe ser objeto de una caza de brujas.

Los Estados miembros deben tener libertad para establecer sus propios regímenes fiscales y decidir sus propias prioridades para la fijación de cargas sobre las infraestructuras y sus mejoras. Insto a todos los diputados a este Parlamento a que reconozcan las horrendas repercusiones que esta propuesta tendrá y los animo a que se me sumen en la oposición a semejantes propuestas en cada una de las fases de su recorrido.

 
  
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  Trakatellis (PPE-DE). - (EL) Señor Presidente, la Cumbre de Gotemburgo ha sido la primera en la historia de la Unión Europea en la que se ha planteado como prioridad absoluta garantizar la sostenibilidad y la viabilidad del modelo socioeconómico de desarrollo. Si juzgamos los resultados de la Cumbre basándonos también en el apoyo a las estrategias, el logro más significativo es la institucionalización de un proceso de seguimiento de la política medioambiental, paso a paso, mediante el control anual que se introducirá en la Cumbre de la primavera del Consejo Europeo.

Igualmente, la obligación de trazar estrategias nacionales y la coordinación de la política de los Estados miembros constituirá un acontecimiento especialmente importante para los países muy retrasados en este campo. También se podría caracterizar como de importancia primordial la determinación de una serie de objetivos y medidas, en una primera fase, en cuatro sectores: cambios climáticos, garantía de la sostenibilidad en los transportes, la lucha contra los peligros de la salud pública y la utilización responsable de recursos naturales. Y digo "se podría" porque no se han adoptado en paralelo medidas concretas de coste de gestión de la contaminación, que tengan como objeto personas y empresas.

También hay que decir que aún hay carencias en la salud pública, en donde los peligros son grandes, y les recuerdo por ejemplo las vacas locas, la fiebre aftosa… Precisamente ayer en Grecia se comunicó el primer caso confirmado de encefalopatía espongiforme bovina. Y hay carencias también en la biotecnología, en la que la Unión Europea debería avanzar esencialmente en la aplicación de una tecnología que ofrezca ventajas significativas a la sociedad del siglo XXI.

Así pues, los resultados de la Cumbre no han estado a la altura de las expectativas. Por consiguiente no podría decir que haya sido un hito. Sin embargo es un punto de partida en el paso de las proclamaciones e intenciones al de la aplicación de una política integral de protección medioambiental estrechamente unida al desarrollo social y económico.

Para terminar, señor Presidente, quisiera decir que puede que la Cumbre haya proclamado la incorporación de los objetivos de la sostenibilidad ambiental pero, por desgracia, lo que falta es la adopción de calendarios, de medidas concretas, de índices, y de objetivos obligatorios.

 
  
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  McMillan-Scott (PPE-DE). - (EN) Señor Presidente, fui testigo de la violencia en Gotemburgo. Para mí, simbolizó la distancia en aumento entre los dirigentes y los dirigidos. Lamento que la Cumbre llegara a la conclusión de que debía dejar de lado el resultado del referéndum irlandés y continuar como hasta entonces.

El referéndum de Irlanda nos brindó una oportunidad de pararnos a pensar sobre la forma como se desarrolla Europa. Al parecer, el objetivo del Tratado de Niza era propiciar la ampliación de la Unión Europea para incluir las nuevas democracias. El deber primordial de los políticos de Europa es el de lograrla lo antes posible. Sin embargo, discrepo del Presidente de la Comisión, quien la semana pasada escribió en The Wall Street Journal que el Tratado de Niza era esencial para la ampliación. No lo es. Podríamos hacer el ajuste necesario en los tratados de adhesión para la votación por mayoría cualificada, los derechos de voto, el número de diputados al PE y demás en relación con cada uno de los países que se adhiera a la Unión Europea.

Debemos aprovechar ahora esta oportunidad de hacer aportaciones a los pueblos de Europa, representados por sus diputados nacionales y por sus diputados al Parlamento Europeo, estableciendo no una Convención, sino una conferencia parlamentaria. Dicha conferencia parlamentaria debe preparar el terreno para la próxima Conferencia Intergubernamental. Ante todo, debe comenzar determinando las opciones que Europa necesita para contribuir al futuro de la economía, la política social, el medio ambiente, el transporte y el presupuesto: el tipo de Europa que las dos grandes familias políticas -el centro izquierda y el centro derecha políticos de Europa- propugnan, cosa que brindaría la posibilidad real de optar en las elecciones europeas de 2004 entre las propuestas del centro izquierda y las del centro derecha. De ese modo las elecciones europeas tendrían sentido y coincidirían, en realidad, con las opiniones de la mayoría de los diputados a esta Asamblea de que el criterio de continuar como hasta ahora, el criterio de arriba abajo, ya no se puede sostener más.

 
  
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  Persson, Consejo. (SV) Señor Presidente, comentaré brevemente algunas intervenciones, pero, en primer lugar, permítame dejar constancia de mi gratitud por los reconocimientos que han expresado los diversos Grupos políticos sobre la Presidencia sueca. Es un agradecimiento que quiero hacer extensivo a todos los que han trabajado intensamente y se han comprometido con la Presidencia sueca. El grupo de experimentados funcionarios dirigido por el Secretario de Estado, Lars Danielsson, debe ser mencionado especialmente en este contexto.

En primer lugar quiero referirme a las manifestaciones en Gotemburgo: somos demócratas, defendemos el derecho a manifestarse, nos oponemos a la violencia y condenamos a los que emplean la violencia para ejercer presión sobre procesos políticos. Lo que ha ocurrido en Gotemburgo fue que dialogamos amplia y democráticamente con personas que tenían criterios diferentes a los nuestros. Fue provechoso, ya que en una democracia hay que intercambiar opiniones. Lo que ocurrió a continuación es que había un grupo relativamente pequeño de gamberros muy activos en la escena internacional, personas a las que hemos visto anteriormente y que me temo que volveremos a ver. La policía y las fuerzas del orden, que realizaron un excelente trabajo en Gotemburgo, deben enfrentarlos con determinación. Esos gamberros se denominan a sí mismos antifascistas. Debo confesar que jamás he visto algo más parecido al fascismo que sus métodos de trabajo. Toda su actitud hacia la política es propia de fascistas. Todos sus métodos violentos son fascistas. Cuando pongo la etiqueta de fascistas a esos comunistas es para demostrar que ambos extremos se han juntado. Hemos visto numerosos ejemplos en la política europea. Quizá tengamos que volver a vivirlos, pero ¡los demócratas no debemos enfrentarnos! Debemos presentar un frente unido contra la violencia, contra el fascismo y contra el comunismo. Esta es la lección de Gotemburgo.

Lamento que no esté presente el Sr. Poettering, jefe del Grupo PPE-DE. Habría sido muy provechoso que escuchase directamente los humildes puntos de vista de los representantes del Consejo. Espero que se informe de estos sencillos pensamientos a través de las actas.

En su elegante y bien articulada intervención, Pat Cox mencionó un asunto al que asigno gran relevancia, esto es, la conciliación en relación con la transferencia de empresas. Me preocuparía mucho que el Parlamento ignorase los resultados de la conciliación. Es un hecho único y algo que va a tener consecuencias para los trabajos futuros del Parlamento. Por eso insto al Parlamento a ser fiel con el resultado de la conciliación, tal como señaló Pat Cox.

Permítanme decir también que valoro positivamente lo expresado por el diputado Van Velzen, y que yo mencioné en mi intervención, esto es, que tenemos la tendencia a considerar que los mayores problemas radican en los países candidatos. Esta claro que les resulta difícil adecuarse a las exigencias que les ponemos, pero sus procesos de reformas se desarrollan con energía y clara conciencia de los objetivos. Ahora que nos acercamos al fin de las negociaciones, creo que se va a demostrar que los países miembros son los que tienen las principales dificultades para definir posiciones. Nuestra experiencia durante el corto tiempo que ejercimos la Presidencia es que esto ha sido lo que ha demandado los mayores esfuerzos. Comparto plenamente la idea de que estamos ante difíciles capítulos, por ejemplo, la agricultura y la política regional, materias que estudiaremos minuciosamente dentro de la estructura actual de la política europea.

Permítanme decir que el diputado Corbett de United Kingdom manifestó una idea muy interesante sobre el carácter de la Presidencia. Quisiera hacer un llamado de advertencia sobre esta tendencia, esto es, pensar que cada vez que un país asume la Presidencia en el Consejo Europeo se va a reformar la Unión desde sus cimientos. Es extraordinariamente importante que quien presida el Consejo entienda su tarea como una responsabilidad continuada, que implica que cada Presidencia debe acoplarse a las demás. La política debe ser estable y, si es posible, hay que hacerla avanzar. Sin embargo, los intereses comunes de la Unión deben ser prioritarios y, por ese motivo, hay que dejar los aspectos nacionales en un segundo plano. Así hemos trabajado. Hay quienes piensan que ha sido aburrido, pero estoy convencido de que es una actitud necesaria si queremos mantener las Presidencias rotativas. Valoro muy positivamente las palabras del Sr. Corbett.

El diputado Anders Wijkman se lamenta por el deficiente debate sobre el futuro durante la Presidencia sueca. Permítanme decirle directamente que eso lo he escuchado antes. ¿De qué nos hemos ocupado entonces durante la Presidencia sueca? De política exterior, de política medioambiental, de la ampliación de la Unión; ¡esto es el debate del futuro! Sin embargo, hay quienes opinan que este debate debe versar sobre las estructuras de la Unión y señalan que hay que tener una especie de postura federalista como mérito para poder debatir estos temas en la UE. No estoy de acuerdo con esto y opino que el debate sobre el futuro debe versar sobre lo que queremos alcanzar. Después, paulatinamente durante las Presidencias belga, española y danesa, discutamos las instituciones que requiera esta voluntad política. Así hay que entenderlo, y entonces somos nosotros, la Presidencia sueca, los que más hemos contribuido a este debate. Se trata de la ampliación, se trata de la política exterior y de seguridad, se trata del medio ambiente.

Permítanme decir al diputado Bradbourn que agradezco su intervención. Señaló, desde su perspectiva conservadora, un punto importante. Se ha dicho que las conclusiones medioambientales de Gotemburgo no son detalladas, que no son obligatorias y que ni siquiera constituyen un reto. Las críticas del Sr. Bradbourn – que esas conclusiones van demasiado lejos y que son detalladas – demuestran, sin embargo, justamente que son así. ¡Son detalladas! Todos los que critican esas conclusiones por ser insuficientes han tenido en la intervención del Sr. Bradbourn una respuesta bastante buena y clara. Doy las gracias al Sr. Bradbourn por su intervención, pero no comparto sus ideas. Así, aproximadamente, creo que puedo describir la situación.

Por último, permítanme decir que el diputado Dell’Alba mencionó algo que quizá sea lo más importante ocurrido durante el semestre de Presidencia sueca. Pienso espontáneamente en que la entrega de Milosevic a La Haya no es una consecuencia directa de las actuaciones de la Presidencia sueca, pero sí es una consecuencia, entre otras cosas, de la firme actitud de la Unión Europea en esta materia. Es consecuencia de entender que las relaciones internacionales se fundamentan en valores. Es consecuencia de nuestra defensa de los derechos humanos. La entrega de Milosevic a La Haya podrá describirse en el futuro como el gran hecho que cambió el carácter de la política exterior, que el que atropella a sus conciudadanos o a otras personas, el que inicia guerras con fundamentos étnicos, dondequiera que se encuentre, será visto, será descubierto y será juzgado por una opinión internacional políticamente unánime, fundamentada en valores democráticos y en los derechos humanos. La entrega de Milosevic a La Haya es un hecho político de gran magnitud y una victoria para todos los que creen en una política exterior asentada en valores comunes.

¡Gracias por su colaboración durante la Presidencia sueca!

(Aplausos)

 
  
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  El Presidente. – He recibido seis propuestas de resolución de conformidad con el apartado 2 del artículo 37 del Reglamento.(1)

El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el miércoles.

 
  

(1) Cf. Acta.

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