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Acta literal de los debates
Miércoles 29 de enero de 2003 - Bruselas Edición DO

Situación en el Iraq
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  Soares (PSE). (PT) Señor Presidente, Alto Representante, Señorías, como es lógico votaré a favor de la resolución que es fruto del acuerdo entre diversos Grupos parlamentarios. Se trata de un compromiso posible, pero para mí insuficiente. La doctrina de una guerra preventiva para proteger intereses vitales de los Estados Unidos es inaceptable. El Papa se ha expresado en estos términos y se ha sentido obligado a condenar esa doctrina porque contraviene el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Por consiguiente, esa doctrina debería ser criticada y rechazada expresamente por el Parlamento Europeo.

Asimismo, la «errática» política de la administración Bush –en palabras de Bill Clinton, y errática es lo menos que se puede decir de ella– oculta los monstruosos intereses de una nueva estrategia para controlar el petróleo en Oriente Próximo y ha servido de coartada para que se produzca un terrorismo de Estado real e inaceptable: el terrorismo perpetrado por el gobierno de Ariel Sharon. Digo esto el día siguiente a la victoria de Ariel Sharon en las elecciones israelíes, que, a mi juicio, tendrá trágicas consecuencias para Israel. Realmente espero equivocarme, porque me considero un amigo del pueblo israelí.

El discurso pronunciado ayer por George Bush volvió a ser extremadamente arrogante y a carecer de fundamentos reales. Es obvio que quiere una guerra a cualquier precio, por razones propias y para proteger los intereses de los Estados Unidos. La existencia de armas de destrucción masiva, una acusación que hace el Presidente Bush –hasta ahora sin pruebas convincentes– contra el dictador y asesino Sadam Husein, parece un simple pretexto, haciendo caso omiso de Kim Jong-Il, el dictador coreano –quien sí tiene armas nucleares– y de todos los demás dictadores de Oriente Próximo.

Me gustaría terminar alabando el valor y la clarividencia política de los Gobiernos francés y alemán por haber condenado una guerra contra Iraq sin la autorización expresa de las Naciones Unidas. Nosotros, y yo, en mi calidad de diputado del Parlamento Europeo, estamos orgullosos de la «vieja Europa». En mi opinión, todos los Gobiernos europeos, especialmente los de los Quince, deberían mantener esa posición. Decir la verdad es la mejor forma de demostrar nuestra amistad y respeto por los Estados Unidos de América; la América del espíritu de los pioneros y del idealismo, no la América del egoísmo y el juego sucio.

(Aplausos)

 
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