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Acta literal de los debates
Jueves 14 de abril de 2005 - Estrasburgo Edición DO

4. Diversidad cultural
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día se procede a la pregunta oral a la Comisión (O-0037/2005 - B6-0169/2005), formulada por el señor Sifunakis, sobre el proyecto de Convención de la UNESCO relativa a la diversidad cultural.

 
  
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  Sifunakis (PSE) , ponente.(EL) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, esta pregunta oral de la Comisión de Cultura y Educación y la consiguiente propuesta de resolución sobre el proyecto de Convención de la UNESCO relativa a la diversidad cultural son fruto del profundo interés que tiene nuestra Comisión en el progreso de las negociaciones en torno a este importante texto.

El anteproyecto de Convención de la UNESCO es consecuencia lógica de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural aprobada por la UNESCO en noviembre de 2002, que fue un paso positivo hacia la cooperación internacional, pero que ha resultado ser una respuesta insuficiente a las actuales amenazas para la diversidad cultural que supone la intensa mundialización del mercado de bienes y servicios culturales.

La Convención de la UNESCO tiene por objeto la defensa y promoción de la diversidad de los contenidos culturales y las expresiones artísticas a base de medidas adecuadas, y pretende facilitar el desarrollo de políticas culturales y fomentar intercambios culturales internacionales más amplios.

En nuestra opinión, esta Convención debe ser una herramienta de cooperación internacional a favor del desarrollo cultural. Creo que el anteproyecto representa un serio intento de afrontar los retos que supone para la diversidad cultural la mundialización y la política de comercio internacional. Todos esperamos que constituya un instrumento normativo vinculante para la protección de la diversidad cultural.

Es la única salida para Europa, dado el predominio actual de las producciones estadounidenses de cine y televisión en los mercados europeos, por ejemplo. Solo les recordaré que las producciones estadounidenses acaparan entre el 60 % y el 90 % de las compras de material audiovisual en los Estados miembros de la UE, mientras que la cuota correspondiente para Europa en el mercado estadounidense es del orden de un mero 1 o 2 %.

En este contexto, sin embargo, un pequeño número de países no europeos, sobre todo del mundo anglófono, están haciendo esfuerzos por debilitar el proyecto de Convención de la UNESCO. Por eso tenemos que resistirnos a la presión de estos pocos pero poderosos países, para que el texto final de la Convención subraye claramente el derecho de los Estados Parte a desarrollar, mantener y aplicar políticas y leyes encaminadas a promover y proteger la diversidad cultural y el pluralismo de los medios de comunicación. Es fundamental que logremos resistir todo intento de diluir o debilitar estos derechos por cualquier vía a través de la dicha Convención.

Habida cuenta de que, incluso dentro de la Unión, hay distintas posturas sobre el contenido de la Convención, los Estados miembros deben esforzarse en lo posible por coordinar sus posiciones, tanto entre ellos como con la Comunidad. Debemos señalar aquí que cualquier desunión minará la posición de la Unión y su credibilidad en las negociaciones.

Por eso insistimos en que la Unión Europea y sus Estados miembros no deben hacer nada durante el proceso de negociación y conclusión de la Convención que comprometa la diversidad cultural o socave la capacidad de los Gobiernos de respaldar la diversidad cultural.

En consecuencia, la cuestión de la relación entre el Derecho mercantil internacional y la futura Convención de la UNESCO es un aspecto clave que debe afrontarse de la mejor manera posible y que de ningún modo debe quedar en segundo plano.

También creemos que la Convención debe reconocer el papel fundamental que desempeñan los servicios públicos, sobre todo las cadenas de radiotelevisión públicas, en la salvaguardia, el apoyo y el desarrollo de la diversidad cultural.

Señor Comisario, Señorías, dada la constante presencia de la Comisión Europea en las negociaciones y teniendo en cuenta el profundo interés del Parlamento Europeo en el progreso de las negociaciones y su derecho institucionalmente protegido a ser informado inmediata e íntegramente en todas las fases del proceso de negociación y conclusión de los tratados internacionales,

· el Parlamento Europeo pide a la Comisión que le mantenga informado de los progresos con respecto al contenido y el calendario de las negociaciones, y

· el Parlamento Europeo pregunta cuándo exactamente se espera que esté listo el texto de forma que pueda ser aprobado por la Asamblea General de la UNESCO en París en octubre de 2005.

¿Podría la Comisión facilitarnos los detalles más recientes de las distintas posiciones formuladas en el marco de las negociaciones?

 
  
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  Borg, miembro de la Comisión. (EN) Quisiera agradecer a sus Señorías esta pregunta, que me permite, en nombre del Comisario Figeľ, poner al día al Parlamento Europeo acerca del estado de las negociaciones en curso relativas a una Convención de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural.

Se atiende así el requerimiento del Parlamento de ser informado acerca del debate sobre este asunto dentro del ámbito de la UNESCO. La pregunta oral y la propuesta de resolución sobre la UNESCO son consecuencia del informe y la resolución del Parlamento sobre la salvaguardia y promoción de la diversidad cultural y del papel de la región europea y de organizaciones internacionales tales como la UNESCO y el Consejo de Europa. Estos fueron aprobados el 2 de diciembre de 2003 y el 14 de enero de 2004 respectivamente, siendo ponente la señora Prets.

Ambos textos instaban a la Comisión a informar regularmente al Parlamento, especialmente a la Comisión de Cultura y Educación, sobre las negociaciones en curso en la UNESCO. La Comisión respondió positivamente a la invitación.

Siguiendo el calendario provisional de la UNESCO para las negociaciones sobre el futuro convenio, las negociaciones intergubernamentales arrancaron en septiembre de 2004, y las negociaciones sobre el fondo comenzaron en diciembre de ese mismo año con la primera reunión del Grupo de expertos. Algunas semanas después de concluir la reunión del Grupo de expertos, la Comisión aceptó la invitación del Parlamento de participar en una miniaudiencia sobre las negociaciones de la UNESCO. Este encuentro tuvo lugar el 25 de enero de 2005 con los miembros de la Comisión de Cultura, presidida por el señor Schmitt, y dio lugar a un importante debate con la Comisión y la Presidencia luxemburguesa sobre el proceso actual de negociación. La Comisión Europea sigue dispuesta a participar en futuros encuentros de esta índole. La Comisión de Cultura ya ha previsto un nuevo encuentro este mismo mes.

Las negociaciones van a buen ritmo en la UNESCO. Desde el punto de vista de la UE, la última sesión de negociaciones, celebrada en febrero, se desarrolló en un buen espíritu de colaboración basado en un Código de Conducta adoptado por el COREPER el 27 de enero de 2005. La unidad de la representación de la UE ha sido estrictamente respetada durante toda la sesión mediante posiciones comunes establecidas en numerosas reuniones de coordinación de la Comunidad.

Con una sola voz, la Unión Europea se ha erigido en referente del debate y en un importante interlocutor en la negociación. No obstante, la condición de observador que tiene la Comisión en la UNESCO implica numerosas restricciones que limitan su capacidad negociadora. La Unión Europea ha solicitado por tanto un estatuto de partícipe de pleno derecho para la Comunidad Europea en esta negociación, solicitud que será debatida en la UNESCO en abril.

A pesar de que la sesión de febrero no ha logrado redactar un nuevo proyecto consolidado de la convención, estas negociaciones sobre el fondo han arrojado resultados globales positivos en relación con las expectativas y posiciones de la Unión Europea. La tendencia general que se deriva de los debates plenarios está en línea con las posiciones comunes de la Unión Europea, incluida la articulación con otros instrumentos.

La sesión de abril del Consejo Ejecutivo de la UNESCO habrá de confirmar la convocatoria de una nueva sesión intergubernamental de negociación, provisionalmente fijada para el 25 de mayo al 4 de junio de 2005. Además, debatirá la petición formulada por la Comunidad Europea de un estatuto reforzado en las negociaciones en curso.

Los principales pasos próximos previstos en el calendario provisional de negociación en la UNESCO son los siguientes: La reunión de primavera del Consejo Ejecutivo se celebrará del 18 al 28 de abril de 2005. En ella destaca el debate sobre la solicitud de la Comunidad Europea de un estatuto reforzado en la UNESCO en relación con las negociaciones en curso sobre la futura convención. La próxima sesión de negociaciones intergubernamentales está fijada entre el 25 de mayo y el 4 de junio de 2005, mientras que la reunión de otoño del Consejo Ejecutivo tendrá lugar del 13 al 29 de septiembre de 2005. Finalmente, la Conferencia General se celebrará del 3 al 21 de octubre de 2005, momento en que, según el calendario provisional, debería aprobarse la Convención sobre la Diversidad Cultural.

En nombre del Comisario Figel’ deseo agradecer al Parlamento, y en especial a la Comisión de Cultura, su pronta y activa implicación en las negociaciones de la UNESCO y su apoyo general a la Comisión en este proceso.

 
  
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  Hieronymi, en nombre del Grupo del PPE-DE. (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, es precisamente por el hecho de que la Unión Europea sea una comunidad económica y basada en valores no solo necesitamos –y hasta ahora hemos asegurado en los tratados– un mercado interior que funcione, sino también, y al mismo tiempo y con idéntica prioridad, la defensa de la diversidad cultural.

La defensa de la diversidad cultural en la Unión Europea no se ejerce en oposición a los Estados miembros; al contrario, significa explícitamente la salvaguardia de la diversidad cultural dentro de ellos. No obstante, si queremos proteger la diversidad cultural en todo el mundo, solo lo podemos hacerlo juntos, en el seno de la Unión Europea y de la UNESCO.

Solicitamos que los Estados miembros y la Comisión hagan tres cosas respecto a las negociaciones. En primer lugar, las negociaciones de la UNESCO deben concluir a tiempo para las siguientes rondas de negociaciones sobre el Derecho mercantil internacional en el marco de la OMC y del AGCS. La razón por la cual el mes de octubre de 2005 es tan importante es que de lo contrario quedaríamos en desventaja en materia de Derecho mercantil, y existe el riesgo de que la UNESCO tarde demasiado en presentar un instrumento jurídico.

En segundo lugar, necesitamos un instrumento efectivo. Por efectividad quiero decir que realmente asegure la igualdad –y la «igualdad de armas»– de los instrumentos jurídicos de Derecho empresarial y cultural.

En tercer lugar, la Unión Europea debe tomarse en serio la diversidad cultural en su propia actividad legislativa, lo que significa que la diversidad cultural no puede quedar absorbida en el derecho mercantil en la Directiva de servicios. Al contrario, los servicios audiovisuales deben excluirse del proyecto de directiva de servicios si no queremos perder credibilidad ante la UNESCO y capacidad de negociación con ella.

(Aplausos)

 
  
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  Prets, en nombre del Grupo del PSE. (DE) Señor Presidente, señor Comisario, el 16 de noviembre de 2004, el Consejo otorgó a la Comisión el mandato de negociar la convención de la UNESCO sobre la protección de la diversidad de los contenidos culturales y de las expresiones artísticas. Esta Cámara también ha expresado su punto de vista acerca de esta convención al votar a favor de la aprobación del informe de iniciativa que presenté sobre esta materia.

Como acaba de decir la señora Hieronymi, hay negociaciones de cara a la preparación de la conferencia general de la UNESCO prevista para octubre. Todos los asuntos del orden del día deben estar perfilados y cerrados a finales de mayo. Por ese motivo, esta Cámara necesita hacer saber su posición para poder influir en ellos.

¿Qué significa esto? Que cada Estado debe tener derecho a mantener, instituir y desarrollar políticas y normativas encaminadas a proteger y promover la diversidad cultural y el pluralismo de medios de comunicación. Esto no debe ser objeto de otros tratados internacionales y, bajo ningún concepto, de los acuerdos de la OMC. La convención debe aportar un mecanismo simple, unitario y vinculante para la resolución de conflictos, que permita el desarrollo de una jurisprudencia sobre diversidad cultural dentro del Derecho internacional.

El logro de estos objetivos requiere que la Comisión adopte una posición explícita y ejerza la mejor coordinación posible entre los 25 Estados miembros. Durante los primeros encuentros de expertos de diversos países, el pasado septiembre en París, la UE aún no hablaba con una sola voz. Entre los que estaban a favor figuraba Francia; Finlandia, entre los neutrales; los británicos, daneses y neerlandeses, entre los que se oponían.

Ahora que la Comisión puede solamente puede hablar a través de la Presidencia de Luxemburgo, tenemos una nueva situación antes nunca vista, y da la impresión de que la UE no está representada. Esto me impulsa a reiterar mi llamamiento a los representantes a que reconsideren cuidadosamente su enfoque estratégico a fin de evitar la desunión y la incertidumbre.

En el lado positivo hay que destacar que la Comisión se ha opuesto a que la convención de la UNESCO se subordine a las normas de la OMC. Si se quiere que la convención sea efectiva, necesitamos un texto coherente y vinculante. Estoy convencido de que realmente debemos terminar la próxima ronda de negociaciones antes –como ya se ha dicho– de que concluya la ronda de negociaciones de la OMC. Los Estados Unidos han conseguido hasta cierto punto desestabilizar a Canadá, un país que siempre ha desempeñado un papel destacado en esta iniciativa, y a la vez han logrado ganarse también nuevos aliados en Nueva Zelanda, la India y Australia.

La cultura no debe subordinarse a criterios económicos; es un mercado por sí misma, que necesita sus propias reglas si desea mantener y desarrollar su diversidad. De esto somos todos responsables.

 
  
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  Drčar Murko, en nombre del Grupo ALDE. – (SL) Gracias, señor Presidente. El reconocimiento de la diversidad cultural, que en la práctica significa la coexistencia de ciudadanos de diferentes tradiciones, también supone el respeto de las diferentes tradiciones culturales. Respetar la diversidad cultural significa tener la oportunidad de comprender a otras personas y aceptarlas como son. Las relaciones interculturales pueden ser excepcionalmente fructíferas y enriquecer a la sociedad con una categoría especial de valor añadido, a la vez que relajan tensiones en las relaciones humanas.

Los principios de la diversidad cultural suponen el respeto de nuestros prójimos por sus buenas cualidades humanas y no por su procedencia. Si el principio arraiga en la sociedad, se convierte en una barrera natural contra separaciones y divisiones.

Se ha demostrado que las sociedades liberales y culturalmente diversas son también las que más éxito económico tienen. Los tipos de sociedad desarrolladas en Europa en el siglo XX, a pesar de las dos guerras mundiales, pueden contarse entre los grandes logros de la civilización humana.

Antes creíamos que estos logros no podrían volver a ponerse en tela de juicio, pero nos equivocamos. ¿Dónde, por ejemplo, aparecieron de repente las mayorías que aprobaron la limpieza étnica de los años 90, la más brutal negación de la diversidad cultural?

Numerosos acontecimientos, aunque afortunadamente aislados, nos advierten de que los criterios razonables pueden transformarse en su contrario. Si las sociedades empiezan a tolerar el discurso lleno de odio, si los políticos extremistas pueden pronunciar impunemente palabras despectivas sobre las culturas ajenas, esto significa que los frenos han fallado. La sensibilidad pública es menor, y aquellos que advierten contra la intolerancia hacia otras culturas son a su vez tachados de intolerantes.

Quizá hemos albergado demasiadas expectativas con respecto al modelo multicultural y lo hemos idealizado, pero una cosa está clara: a pesar de sus imperfecciones, ahora sabemos que las reglas de la coexistencia pacífica entre ciudadanos de diferentes culturas no tiene alternativa equivalente. Los pasos para promover el intercambio cultural en todo el mundo y el anteproyecto del documento de la UNESCO que abordamos hoy son una importante contribución y constituyen nuestra inversión política y económica común en el futuro.

Gracias.

 
  
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  Trüpel, en nombre del Grupo Verts/ALE. (DE) Señor Presidente, desearía destacar la importancia crucial que tiene que esta convención esté, políticamente hablando, cimentada sobre el concepto de que el arte y la cultura poseen un doble carácter. Por una parte, se trata de mercancías, pero el arte y la cultura no son nunca meras mercancías: son siempre portadores de significado, de identidad y de expresión estética. Esa es la razón básica por la que no pueden ser simplemente objeto de operaciones mercantiles y de la lógica de la liberalización. Es el caso del pluralismo de los medios de comunicación, y se aplica particularmente en la protección de la radiotelevisión pública, que garantiza una calidad especial y pretende facilitar el acceso a la cultura a tantas personas como sea posible. Dado que precisamente las fuerzas de mercado puras y la liberalización doctrinaria ponen en peligro este enfoque, es tan importante que logremos asegurar políticamente esta convención para la protección de la diversidad cultural.

También quisiera destacar la absoluta necesidad de mantenernos fuertes y unidos en estas negociaciones y de que los Estados miembros de la UE hablen de verdad con una sola voz. En la vertiente interna, es preciso garantizar la participación de esta Cámara, inclusive con la definición de un mandato explícito. Lo primordial en la vertiente exterior es que, como ya se ha dicho, las negociaciones con la UNESCO concluyan a tiempo, asegurando así que no nos retrasemos con respecto a las rondas de la OMC y del AGCS.

Si no queremos que la lógica del mercado nos supere a nosotros y a nuestro acuerdo proteccionista y nos someta a su dinámica, lo que necesitamos es un instrumento jurídico eficaz. Lo que exigimos para el mundo debe ser también defendido en el seno de la Unión Europea. Por eso es por lo que la directiva de servicios debe seguir garantizando la protección de la diversidad cultural, y eso es por lo que no debe aplicarse a estos bienes.

 
  
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  Portas, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (PT) Señor Presidente, la señora Murko ha señalado correctamente en su intervención que la diversidad cultural pretende defender y proteger a las minorías. Todas las culturas en el mundo globalizado son hoy culturas minoritarias, pero los mercados no reflejan esta realidad, y esta discrepancia está en la raíz del problema. En el polo opuesto a la diversidad cultural se encuentran la ignorancia y quienes conciben la cultura como una mera mercancía, junto con quienes sostienen que las redes de comunicación mundiales son simples plataformas para la «producción de contenidos».

Esta es la tendencia predominante en las negociaciones internacionales y la que se manifiesta en la UE y en varios Gobiernos; por ejemplo, en la propuesta de directiva sobre la liberalización de los servicios. Por eso este debate es tan importante en este preciso instante. La opinión de esta Cámara y la de la Comisión de Cultura y Educación es que hay que encontrar otra vía, una vía que comprometa al Parlamento, a las instituciones europeas y a cada Estado miembro a buscar otras prioridades, otras políticas y otros instrumentos.

La resolución es muy clara. Los Estados miembros tienen la obligación de proteger la diversidad cultural, de proteger el pluralismo en los medios de comunicación y de tomar medidas, de invertir en la creación, producción y distribución de bienes culturales. Hablando en plata, los Estados miembros tienen la obligación de mantenerse firmes, y esa es, una vez más, la idea central de nuestra exigencia de que la UE adopte cuanto antes una posición unificada y resuelta en estas negociaciones.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. ONESTA
Vicepresidente

 
  
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  Salvini, en nombre del Grupo IND/DEM. (IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, aparte de algunas inquietudes y recelos, la resolución nos parece positiva en la medida en que se trata de expresar una posición común. Sin embargo, me gustaría expresar algunas dudas sobre su aceptación y ejecución en los Estados miembros.

He escuchado antes la intervención de la diputada del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, respecto a la cual me gustaría saber cuáles son los criterios en materia de tolerancia e intolerancia para poder decidir quién puede tener la palabra en un canal de televisión. Lamento, por ejemplo, que en Italia se utilizará una resolución sobre la diversidad cultural –cuyo título, pienso, puede concitar el acuerdo de todos– como un instrumento contra un político que, aunque yo no lo represente, es fácilmente identificable como el Primer Ministro.

Varios exponentes de la Comisión de Cultura y Educación, incluidos los que apenas han participado alguna vez en sus trabajos, utilizan proyectos como este para debates de política interna que tienen muy poco que ver con el hecho de que la cultura no es una mercancía ni un mercado. A propósito de la diversidad cultural, asimismo, se habla mucho de lenguas minoritarias; tengo la impresión, no obstante, de que estas lenguas rara vez son protegidas.

Me gustaría preguntar a la Comisión cuántas lenguas europeas están en peligro de desaparición: me refiero al catalán, el vascuence, las lenguas de mi país, al lombardo, el piamontés, el ligur y el veneciano. Una cosa es argumentar en abstracto sobre la diversidad lingüística y otra bien distinta es proteger en la práctica las lenguas que la mundialización está intentando destruir.

Por tanto, más allá de la resolución, con la que los diputados de la Lega Nord y del Grupo Independencia y Democracia estamos de acuerdo, me preocupa lo que podría ser el uso de un documento como este en los Estados miembros. En primer lugar, quisiera saber qué instrumentos y qué recursos económicos empleará la Unión para insistir en la defensa de estas lenguas, de modo que la medida que estamos a punto de aprobar no sea una mera resolución vaga, sino que dé resultados positivos en las regiones afectadas. Por último, espero sinceramente que la Comisión elabore un mapa de las lenguas europeas que están en peligro de extinción, mientas que el Parlamento guarda silencio ocupándose de otros asuntos.

 
  
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  Libicki, en nombre del Grupo UEN.  (PL) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, el tema de nuestro debate de hoy es la cultura, pero hemos de preguntarnos qué queremos decir con este término. ¿Significa cultura todo lo que rodea a una persona y toda su forma de vida, o solamente los productos culturales, como la pintura, la escultura, la arquitectura, la música y, sobre todo, las películas, que ya han sido mencionadas hoy? No debemos olvidar que el papel del Estado como patrocinador de la cultura siempre ha sido significativo, pero nunca crucial. No podemos dejar de mencionar a los Médicis o a los papas en relación con el arte sublime del Renacimiento italiano, pero ellos no fueron los responsables del hecho de que el arte renacentista en Italia alcanzase entonces su cénit. De modo análogo, el hecho de que los príncipes alemanes actuaran como benefactores en los siglos XVIII y XIX no significa que ellos fueran los responsables del desarrollo de una música tan maravillosa en esa parte del mundo. Nadie puede reclamar el mérito de que Chopin naciera y trabajara en Polonia. No se puede gestionar la cultura, y por eso no debemos caer en el error de pensar que cualquier medida que se tome va a asegurar el éxito de Europa en este campo. No podemos olvidar que el mercado también desempeña un papel importante, motivo por el cual guardamos buenos recuerdos de las magníficas películas italianas de los años 50, 60 y 70, mientras que hoy domina el cine estadounidense. Antes triunfaban las películas italianas y francesas, o incluso polacas, que a pesar del comunismo eran realmente buenas, y hoy esta distinción recae sobre las estadounidenses. Los medios de comunicación han de desempeñar un papel importante en este proceso, aunque es un hecho desafortunado que a veces incumplen su deber al devenir enteramente comerciales. No debemos olvidar que las afirmaciones de que las películas europeas son casi desconocidas en los Estados Unidos y de que las estadounidenses son las más populares en Europa son absolutamente simplistas y no deben preocuparnos demasiado. Después de todo, el arte y la cultura de los Estados Unidos son esencialmente versiones del arte europeo, aunque no debemos dar la espalda a Henry James, Ernest Hemingway o John Steinbeck por ser estadounidenses. No perdamos la esperanza. Después de todo, el mundo entero está bajo el dominio de la cultura europea, aunque a veces venga en una edición estadounidense.

 
  
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  Dillen (NI). (NL) Señor Presidente, Señorías, seguramente nadie en esta Cámara estará en desacuerdo conmigo cuando diga que la protección de la diversidad cultural y la expresión artística merece nuestra plena atención no solo en la UE, sino también en el resto del mundo. Todos deberíamos lamentar que en esta Cámara no se preste mayor atención a estos asuntos; en cambio, como sucede con todos los temas que preocupan a la sociedad, inclusive en este debate, la ideología amenaza con imponerse muchas veces sobre la preocupación genuina por esta diversidad. Ha sucedido demasiado a menudo que conceptos vagos y generales, incluida la diversidad cultural, han adquirido significados distintos y que a algunos les sirvan de eufemismo –por ejemplo, el debate sobre el lugar del islam en nuestra sociedad occidental– en un intento de manipular la necesaria división entre iglesia y Estado o la igualdad entre hombres u mujeres. Esto es solo un ejemplo de cómo un objetivo sacrosanto como la diversidad cultural puede servir a causas menos nobles cuando los relativistas culturales lo interpretan de formas diferentes. En consecuencia, debemos definir claramente qué queremos decir e identificar a las partes implicadas y, sobre todo, asegurar que la protección de la diversidad cultural no conduzca a que se impongan desde arriba una serie de normas derivadas de la ideología. Esto solamente beneficiará a la libertad artística.

 
  
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  Pack (PPE-DE). (DE) Señor Presidente, Señorías, el sostenimiento y la promoción de la diversidad cultural es una importante tarea dentro y fuera de la Unión Europea, a la que esta Cámara siempre ha dado prioridad política. Es un asunto que afecta a los más importantes valores democráticos –entre otros, la libertad de opinión, la tolerancia y el diálogo entre culturas–, valores que merecen protección. La convención objeto de debate es un importante instrumento de cooperación internacional en la salvaguardia de estos valores culturales. Para conservar nuestro puesto en el escenario internacional necesitamos un mandato y necesitamos que nuestra posición no dé lugar a dudas.

La mundialización es una amenaza para la diversidad cultural y el pluralismo en los medios de comunicación. Esta convención proporciona asimismo a los Gobiernos nacionales un marco jurídico para tomar medidas necesarias para la protección –y, si es preciso, también para la promoción– de la diversidad cultural. Contrariamente a lo que nos dicen a menudo, no es un instrumento proteccionista, y tampoco es un cheque en blanco. No obstante, sí que mejora el intercambio internacional de bienes culturales y fomenta la diversidad.

No se trata de emprender una cruzada contra la OMC ni –por decirlo sin rodeos– contra los Estados Unidos. Simplemente queremos que la convención y las negociaciones de la OMC y el AGCS se complementen recíprocamente. Lo que tenemos en este momento es algo parecido a la batalla entre David y Goliat. Se trata de fortalecer a David para que pueda imponerse en esta batalla, que se está librando en interés de la diversidad cultural que hemos de proteger, y por esa razón debemos llegar a un entendimiento común en el seno de la UNESCO a fin de poder prevalecer en las negociaciones del AGCS y de la OMC. Quiero subrayar lo que han dicho la señora Hieronymi y la señora Trüpel: dentro de la Unión Europea también tenemos que asegurar que la directiva de servicios no se aplique a los materiales audiovisuales.

 
  
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  Badía i Cutchet (PSE). (ES) Señor Presidente, señoras y señores diputados, quiero agradecer al señor Borg la información que nos ha proporcionado sobre el desarrollo de las negociaciones de la Convención sobre la Diversidad Cultural.

La Convención sobre la Diversidad Cultural debe ser un verdadero instrumento de cooperación internacional, que proteja y promueva la diversidad de los contenidos culturales y las expresiones artísticas ante las presiones de la globalización y la política comercial internacional. Asimismo, debe garantizar el pluralismo de los medios audiovisuales y reconocer el papel fundamental de los servicios públicos, especialmente los de radiodifusión.

Cabe destacar como hecho positivo la decisión del Consejo que autorizó a la Comisión Europea a negociar en representación de la Unión. Sin embargo, y a pesar del gran precedente que sienta en la Unión, quisiera destacar la necesidad de que el Parlamento Europeo esté permanentemente informado sobre el contenido y el calendario de la negociación y de que a la vez se tenga en cuenta la opinión de la sociedad civil.

Atendiendo a la doble naturaleza de los servicios y productos culturales como bienes económicos, por un lado, pero también como vectores de la identidad de los pueblos, quiero subrayar que su regulación debe tener en cuenta, también, su especificidad, incluida la de los trabajadores y trabajadoras del sector.

Finalmente, saludo la propuesta de crear un observatorio para la diversidad cultural en la UNESCO, que operará en colaboración con las organizaciones profesionales y pido a la Comisión y a los miembros de la comunidad internacional, especialmente a los Estados Unidos, a Canadá y a México, que apoyen esta Convención como un instrumento normativo de carácter vinculante. Su adopción, durante la próxima Conferencia General de la UNESCO de octubre de 2005, permitiría tener en cuenta estos objetivos en las negociaciones comerciales de la Organización Mundial del Comercio en el terreno de la cultura.

 
  
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  Graça Moura (PPE-DE).(PT) Señor Presidente, la Convención de la UNESCO propuesta establece principios sobre la soberanía de los Estados y su derecho a tomar las medidas que deseen en lo tocante a la cultura, pero persigue el objetivo primordial de sacarla del ámbito de competencias de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esto se desprende de los artículos 13 y 19 y de la comunicación del 14 de septiembre de 2004 del Comité de Enlace Internacional de Coaliciones para la Diversidad Cultural, distribuido por la propia UNESCO.

Cito textualmente: «La convención debe prever un compromiso claro para los Estados, en términos no ambiguos, de apoyar los objetivos de esta Convención en otros foros, en particular al abstenerse de asumir compromisos de liberalización que afecten a la cultura en el contexto de acuerdos de comercio internacional.» Esto no solo equivale a consagrar el chovinismo, el aislamiento o, todavía peor, nuevos poderes para fiscalizar y bloquear el contacto directo y fructífero entre culturas. Pero lo más complicado es que en esta lista no exhaustiva de bienes culturales anexa al anteproyecto figuran cientos de especificaciones: juegos, actividades de ocio y deportes, tradiciones culinarias, trajes típicos, turismo cultural, alfarería, tejidos, bordados, cestería, cristalería, joyería, artículos de piel, madera, metal, muebles, decoración interior, objetos de diseño y muchos más. Cualquier cosa que se les ocurra nombrar está incluida.

El Tratado de la CE contempla el desarrollo cultural y el respeto de la diversidad nacional y regional en el artículo 151. Pero esto solo afecta a las culturas de los Estados miembros. Con respecto a terceros países y organizaciones internacionales, el Tratado solo alude a la cooperación en la esfera cultural. Lo que tendríamos que hacer es satisfacer a los Estados miembros –a todos los Estados miembros– en una Europa de identidades nacionales que a veces mantienen un conflicto feroz unas con otras y que guardan celosamente sus características peculiares, pero una Europa en que la soberanía de cada Estado miembro está completamente salvaguardada.

El Tratado prohíbe toda armonización de las disposiciones legislativas y reglamentarias de los Estados miembros en este campo. Por lo tanto, ¿hasta qué punto está la Comisión implicada en la Convención propuesta? ¿Es intención de la Comisión arrastrar a Europa indirectamente hacia una forma de armonización prohibida por su propio Tratado? ¿Pretende someter a Europa al ámbito de competencias de la OMC, que encierra una peligrosa abundancia de situaciones que acarrean consecuencias imprevistas?

 
  
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  Weber, Henri (PSE). (FR) Las negociaciones en curso en la UNESCO revisten para nosotros, los europeos, una gran importancia. Hasta ahora hemos conseguido hacer prevalecer nuestros principios en los círculos internacionales. Mis predecesores han recordado esos principios en este foro: los bienes y los servicios culturales no son mercancías como las demás.

La diversidad cultural es una riqueza para toda la humanidad. Todo gobierno debe tener derecho a apoyar la creación cultural y la difusión de la cultura de su país sin supeditarse a las sacrosantas exigencias de la libertad de comercio ni a la autoridad de la OMC. Hasta ahora hemos conseguido hacer que esos principios se respeten, y el sector cultural ha quedado excluido de la negociación internacional sobre la liberalización de los servicios en la Organización Mundial del Comercio.

Pero aquellos que consideran que los bienes y servicios culturales pertenecen a la industria del entretenimiento vuelven a la ofensiva. Por iniciativa suya, se multiplican los acuerdos bilaterales de libre comercio que incluyen el sector de la cultura. En la UNESCO, los representantes de los Estados Unidos y sus aliados tratan, y en buena medida con éxito, de debilitar el texto original propuesto para la Convención.

La única manera eficaz de garantizar nuestro derecho a la identidad y la diversidad culturales es convertirlo en un derecho universal reconocido por todos los pueblos y defendido por sus representantes en las instituciones internacionales. La Convención de la UNESCO debe convertirse en el instrumento jurídico internacional de referencia en cuestiones de política cultural. No debe supeditarse a los demás acuerdos comerciales. Debe disponer de un mecanismo eficaz de resolución de las diferencias. Por último, debe estar preparada para la próxima Conferencia General de la UNESCO de octubre de 2005, que es cuando puede adoptarse.

 
  
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  Borg, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, he tomado buena nota de lo que han dicho varias Señorías y transmitiré sus comentarios y sugerencias al señor Figeľ. En general, diré antes que nada que la Comisión acoge con agrado la resolución del Parlamento sobre la diversidad cultural y que nuestros puntos de vista coinciden plenamente. La resolución del Parlamento ayudará a que la Comisión prosiga su labor en el proceso negociador en cooperación con el Parlamento.

Acerca de ciertos aspectos específicos que han planteado los oradores, quisiera hacer los siguientes comentarios. Sobre la implicación del Parlamento, reafirmo nuestro compromiso de mantenerle informado. Hasta ahora hemos transmitido regularmente información al Parlamento, especialmente a la Comisión de Cultura y Educación. El próximo encuentro tendrá lugar el 19 de abril y el señor Figeľ se compromete a continuar dialogando con la comisión y a abordar junto con ella el fondo de las negociaciones en curso. Tenemos intención de hacer valer las ideas del Parlamento en las negociaciones. Su firme apoyo es bienvenido y nos ayuda en nuestra tarea.

En cuanto a la solicitud de más información sobre las negociaciones, he de declarar que de momento la mayor parte de las negociaciones se refieren al procedimiento. El debate sobre el fondo vendrá más tarde, durante los periodos parciales de sesiones de mayo y junio. En cuanto a los plazos, nos gustaría que se respetara el calendario, lo cual nos permitiría concluir las negociaciones en el curso del presente año.

En las cuestiones de fondo prestaremos especial atención a la protección de las especificidades culturales y nacionales, así como a los intereses de nuestro sector de medios de comunicación. En el punto planteado con respecto a las lenguas, diré que la diversidad lingüística es otro aspecto de nuestra política. De hecho, la Comisión ha incluido una propuesta de aprendizaje permanente en las perspectivas financieras de 2007-2013. La diversidad lingüística es un pilar de esta propuesta y del principal programa de educación y cultura.

 
  
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  El Presidente. – El debate queda cerrado.

Al término de este debate he recibido una propuesta de resolución(1). La votación sobre esta resolución tendrá lugar a mediodía.

 
  

(1) Cf. Acta.

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