Índice 
 Anterior 
 Siguiente 
 Texto íntegro 
Procedimiento : 2007/2148(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclos relativos a los documentos :

Textos presentados :

A6-0023/2008

Debates :

PV 21/02/2008 - 3
CRE 21/02/2008 - 3

Votaciones :

PV 21/02/2008 - 4.9
Explicaciones de voto
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2008)0068

Acta literal de los debates
Jueves 21 de febrero de 2008 - Estrasburgo Edición DO

3. Cuarto informe sobre la cohesión económica y social - El seguimiento de la Agenda Territorial de la UE y de la Carta de Leipzig: Hacia un programa de acción europea para el desarrollo espacial y la cohesión territorial (debate)
Acta
MPphoto
 
 

  La Presidenta. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate conjunto

- del informe (2007/2148(INI)) (A6-0023/2008) del señor Guellec, en nombre de la Comisión de Desarrollo Regional, sobre el cuarto informe sobre la cohesión económica y social,

y

- del informe (2007/2190(INI)) (A6-0028/2008) de la señora Kallenbach, en nombre de la Comisión de Desarrollo Regional, sobre el seguimiento de la Agenda Territorial de la UE y de la Carta de Leipzig: Hacia un programa de acción europea para el desarrollo espacial y la cohesión territorial.

 
  
MPphoto
 
 

  Ambroise Guellec, ponente. (FR) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, esta mañana estamos debatiendo dos informes de iniciativa parlamentaria y creo que los dos tienen una enorme importancia por diversas razones.

Primero, estamos considerando el Cuarto informe de la Comisión sobre la cohesión económica y social. Se trata de un documento realmente excelente, mucho mejor que las versiones anteriores, y constituye una sólida base para todo tipo de reflexiones sobre el futuro de la cohesión en Europa. Es también importante porque el nuevo Tratado de Lisboa establece la cohesión territorial como uno de los objetivos principales de la Unión Europea. Como sabemos, ahora se están sumando nuevos y grandes retos a los que ya conocemos, y la política de cohesión tiene que ayudar de manera importante a afrontarlos, para que podamos avanzar hacia la Europa que todos queremos: una Europa eficaz y solidaria.

¿Qué nos enseña el Cuarto informe? Que la convergencia social y económica entre los Estados miembros va por buen camino, habiéndose conseguido una reducción clara de las diferencias en renta y empleo estos últimos diez años, pero también que todavía existen discrepancias considerables entre regiones y, en ocasiones, dentro de una misma región y que, con frecuencia, esas diferencias tienden a acusarse. El desarrollo es real, pero produce demasiados desequilibrios. Es aquí donde entra en juego el nuevo concepto de cohesión territorial y donde tiene que ocupar un lugar central, junto con la cohesión económica y social, para que pueda continuar el desarrollo regional en toda la UE. Su puesta en práctica exigirá un enfoque integrado entre políticas sectoriales, así como una gobernanza real a distintos niveles.

En este sentido, esperamos con interés – y tengo que decir que con cierta impaciencia – el Libro Verde de la Comisión anunciado para el mes de septiembre. Existe, evidentemente, la necesidad de utilizar un lenguaje común al tratar esta cuestión, como hemos podido constatar en nuestros debates de la Comisión de Desarrollo Regional.

Las enseñanzas del Cuarto informe nos llevan a proyectarnos más allá del año 2013, puesto que los programas operativos para 2007-2013 están ya en marcha en casi todas partes. Una de sus características principales es un sistema de asignación de créditos para canalizar lo esencial de los recursos hacia los objetivos de la Agenda de Lisboa. Aunque queremos insistir en la estrecha relación de prioridades entre la Estrategia de Lisboa y la política de cohesión, consideramos que esta última debe ir más allá de esa esfera y situarse en una perspectiva más amplia.

Nuestro informe dice claramente que la convergencia en distintos niveles es una condición previa para la competitividad a largo plazo de las regiones, y que en los próximos años hará falta que las dos políticas se complementen para conciliar la eficacia y la solidaridad. La evaluación periódica que nosotros pedimos durante el período 2007-2013 tiene que permitirnos confirmar la idoneidad del proceso, o realizar los ajustes que sean necesarios con todo conocimiento. Hay que preguntarse también por la disociación aplicada durante el período de programación actual entre el desarrollo rural y la política regional. Su pertinencia no parece haberse demostrado sobre el terreno, y pensamos que el mantenimiento de esa disociación después de 2013 puede plantear un problema.

Nuestro informe insiste en los nuevos retos a los que se enfrentará la UE y su importante repercusión territorial. Algunos problemas son el envejecimiento de la población, el cambio climático, la energía, la concentración urbana, etc. Pensamos que la necesaria y urgente convergencia y el tratamiento territorial adecuado para afrontar estos retos exigen unas políticas reforzadas de cohesión social y económica después de 2013. Desde esta perspectiva, el Parlamento – como siempre ha hecho – se opondrá firmemente a cualquier intento de renacionalización de la política.

Quiero terminar, señora Presidenta, dando las gracias a los ponentes alternativos, que me han ayudado mucho en esta tarea, por el gran número de compromisos que hemos conseguido. Quiero destacar también la coherencia con el informe de la señora Kallenbach. Creo que sería bueno que se presentara en esta Cámara hoy un todo plenamente coherente.

 
  
MPphoto
 
 

  Gisela Kallenbach, ponente. − (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, quiero empezar dando las gracias a todos los ponentes alternativos por su buena y constructiva colaboración. Quiero dar también las gracias al personal de la comisión y del grupo y a los asistentes de los diputados. ¡Cuanto más fuerte es la comunidad, mejor es el producto!

Me complace enormemente que vayamos a debatir el informe del señor Guellec y el mío conjuntamente hoy. Cuando se trata de conseguir un verdadero desarrollo sostenible en Europa, estos dos informes constituyen un todo complementario. La política de cohesión es el hardware, mientras que la Carta de Leipzig y la Agenda Territorial son el software. Estos instrumentos sólo pueden funcionar en tándem. La UE se dota de capacidad jurídica y financiera a través de su política de cohesión. No tenemos ninguna responsabilidad real en materia de desarrollo regional, urbanismo y planificación espacial. Por eso, una política coherente a escala local y regional, a escala de los ministerios nacionales y a escala de la UE, es el requisito previo para que las ciudades y regiones europeas sean sostenibles. Es la única forma de generar valor añadido europeo. Las ciudades son un foco de oportunidades y de problemas. Producen un impacto en las regiones rurales y en su periferia inmediata. Por eso tenemos que aspirar a un desarrollo equilibrado del conjunto del territorio, a soluciones que partan de una perspectiva holística y que, al mismo tiempo, se adapten a cada situación. No puede haber una solución única, pero sí unos principios comunes, como el enfoque integrado, el principio de asociación, horizontal y vertical, entre las ciudades y la periferia, pero también con las partes directamente afectadas.

Hemos realizado grandes progresos en el ámbito europeo. Aparte de la Carta de Leipzig y la Agenda Territorial, el primer programa de acción europea durante la Presidencia portuguesa, la cohesión territorial se ha incluido como un objetivo de la Comunidad en el Tratado de Reforma. El peso del Parlamento queda reforzado por medio de la competencia compartida y el procedimiento de codecisión. Con el debate de hoy, queremos conseguir una declaración del Parlamento antes de la Cumbre de Primavera del Consejo, de manera que puedan incluirse las cuestiones territoriales y urbanas como componentes claros en las estrategias de Lisboa y Göteborg.

El deseo conjunto del Consejo de Ministros informal en Leipzig ha sido también que la Presidencia eslovena incluya la Agenda Territorial en el orden del día de su Cumbre de Primavera este año, con el fin de conseguir un mayor reconocimiento político del marco territorial para el desarrollo de las regiones y las ciudades, y nuevas formas de participación en las decisiones políticas de la UE. Ese deseo se reiteró claramente en la reunión de las Azores en noviembre. Hasta la fecha, no dispongo de información real sobre el progreso realizado en este terreno.

Por ello, me hubiera gustado mucho contar hoy aquí con la presencia de un representante del Consejo, que nos podría haber informado del estado de los preparativos. Lamentablemente, he oído decir que no parece existir un consenso en el Consejo para atender la petición de los Ministros. Me hubiera gustado escuchar del Consejo si en la Cumbre de Primavera se debatirá, y de qué forma, la Agenda Territorial. Me habría interesado saber también si es cierto que en el borrador actual de las Conclusiones del Consejo no se mencionan las cuestiones territoriales, ni se contemplan las enmiendas pertinentes en el Tratado de Lisboa, cuando esa sería la única forma de poner en práctica nuestras bellas palabras.

 
  
MPphoto
 
 

  Danuta Hübner, miembro de la Comisión. − Señora Presidenta, quiero empezar felicitando − o incluso agradeciendo − tanto a la señora Kallenbach como al señor Guellec sus informes, y también a la Comisión de Desarrollo Regional, por su excelente trabajo tanto con el cuarto informe de cohesión como con el informe sobre cohesión territorial.

La Comisión comparte plenamente su opinión de que la política de cohesión europea ha realizado una contribución importante para reducir las disparidades existentes en la Unión Europea y favorecer con ello la integración europea, y también para acercar la Unión a sus ciudadanos. Por ello, la Comisión rechaza de pleno los intentos de renacionalización de esta política.

Compartimos también su opinión de que, en el futuro, se tienen que garantizar suficientes recursos financieros para la política de cohesión, con el fin de hacer frente a los nuevos desafíos anticipados, que tendrán un importante impacto territorial en toda Europa. Debemos tener también en cuenta que, al mismo tiempo, la política de cohesión tendrá que seguir enfrentándose a las disparidades regionales resultantes de las últimas y las próximas ampliaciones.

Les puedo asegurar que, en el contexto de la «lisbonización» de nuestra política, la gran prioridad de la política de cohesión europea es, y seguirá siendo después de 2013, el objetivo de la reducción de disparidades, como se consagra en el Tratado de Reforma. La dimensión de solidaridad de la política es aquí esencial y la asignación de recursos mantendrá, desde luego, una relación inversa con la prosperidad de los países y las regiones.

Esta opinión es compartida también por la gran mayoría de partes implicadas en toda la Unión. Se comparte también la opinión de que la política de cohesión europea es mucho más que simplemente un mecanismo distributivo de recursos entre Estados miembros y regiones; esta política es, primera y principalmente, una política de desarrollo cuyo objetivo es promover el desarrollo endógeno de todas las regiones europeas.

La Comisión comparte, asimismo, su preocupación por la necesidad de una mayor coherencia entre la política de cohesión europea y otras políticas sectoriales de la Comunidad, sobre todo en materia de desarrollo rural, investigación y competencia. Yo añadiría aquí que la necesidad de coherencia entre las diferentes políticas de desarrollo se aplica también a la coordinación entre la política de cohesión europea y las políticas nacionales. Estoy convencida de que se trata de un aspecto fundamental para el futuro de la cohesión europea, también en su dimensión territorial.

Comparto plenamente su opinión de que el éxito de la Agenda Territorial y la Carta de Leipzig depende de dos condiciones. Primero, necesitamos poner en práctica un enfoque integrado del desarrollo territorial con el fin de evitar la fragmentación de nuestros territorios. Un ejemplo clásico aquí es pensar en categorías de estrategias puramente rurales o urbanas, que pasan por alto la importancia clave de las verdaderas regiones económicas.

Por otra parte, el enfoque integrado implica también la necesidad de integrar diferentes políticas sectoriales, tanto a escala de la UE como de los Estados miembros, y eso es algo que afecta al desarrollo de todos nuestros territorios.

La segunda condición, como bien han dicho ustedes, es la necesidad de que la Comisión vigile y evalúe periódicamente el progreso de las acciones emprendidas en el marco de la Agenda Territorial, y aquí tenemos que saber más sobre los efectos de esas acciones en los Estados miembros, de manera que la Comisión pueda ofrecerles una asistencia adecuada. Por ejemplo, con una mejor labor de vigilancia, la Comisión podrá avanzar en la definición de indicadores de cohesión territorial.

Está claro que la Comisión ve con buenos ojos – al igual que en su informe – la introducción del concepto de dimensión territorial de la cohesión en el Tratado de Lisboa, y ahora tenemos que sacar el máximo provecho de esta nueva dimensión de la política de cohesión y de las posibilidades que ofrece, como, por ejemplo, la nueva definición de subsidiariedad que da más peso a las autoridades locales y regionales. Por eso, la Comisión ha incluido el Libro Verde sobre cohesión territorial en nuestro programa legislativo y de trabajo para 2008.

Aunque todavía no existe una definición común del concepto, la cohesión territorial sintetiza los objetivos legales de la Unión para conseguir un equilibrio sostenible y un desarrollo armonioso de su territorio, y también para garantizar la igualdad de acceso a los servicios de interés general. Todos sabemos hoy que existen una serie de aspectos del equilibrio territorial en la Unión que amenazan al desarrollo armonioso de la economía y la sociedad de la Unión en los próximos años. Esos aspectos son de ámbito europeo, nacional y regional y afectan también a algunas zonas concretas y a las regiones ultraperiféricas.

Celebro poder confirmar que las recomendaciones básicas contenidas en el informe de la señora Kallenbach, en lo que respecta a la definición del concepto de cohesión territorial y a la aplicación de un enfoque integrado al desarrollo territorial, así como la mejora de las sinergias entre las políticas comunitarias, serán tenidas todas ellas en cuenta cuando elaboremos nuestro Libre Verde, que será aprobado por el Colegio el próximo mes de septiembre.

Permítanme aprovechar también esta oportunidad para informarles de que estamos avanzando con los Estados miembros en nuestro enfoque común de la cohesión territorial y sus componentes básicos. Actualmente estamos trabajando en las respuestas al cuestionario sobre cohesión territorial que hemos enviado a 25 Estados miembros y que nos permitirá hacer verdaderos progresos.

Además, hemos creado en la Comisión un grupo interservicios que nos está proporcionando un marco para trabajar internamente en la cohesión territorial, y ya hemos finalizado la primera parte de esta iniciativa: la identificación de la dimensión territorial de las políticas comunitarias básicas. Ahora nos hemos embarcado en el proceso, concretamente, en el proceso de creación de nuevas herramientas que atienden también su petición. Como probablemente sepan, la investigación de la evaluación del impacto territorial de las políticas, y también el desarrollo de indicadores de cohesión territorial, son algunas de las prioridades del nuevo programa ESPON reforzado.

En cuanto a las cuestiones urbanas, en marzo conoceremos los resultados de la auditoría urbana que ha finalizado ya y el segundo informe sobre el estado de las ciudades europeas está anunciado para junio de 2009. URBACT II se ha convertido en un instrumento estratégico para el trabajo en red y para los intercambios en materia de desarrollo urbano.

Mi impresión es que, en el caso de ambos informes, sus opiniones y las de la Comisión coinciden en gran medida, y ahora espero con interés el debate para conocer mejor lo que les preocupa.

 
  
MPphoto
 
 

  Nathalie Griesbeck, ponente de opinión de la Comisión de Presupuestos. (FR) Señora Presidenta, señora Comisaria, yo también quiero dar las gracias a nuestros ponentes, sobre todo a Ambroise Guellec, por su presentación y su trabajo con este informe. Como ponente permanente para las cuestiones relacionadas con los fondos estructurales en nombre de la Comisión de Presupuestos, yo también quiero insistir muy brevemente en los aspectos presupuestarios.

Esta política es hoy una de las más importantes para la solidaridad entre los pueblos de Europa en términos presupuestarios. Ahora, como ya hemos escuchado esta mañana, lo más importante es optimizar cada vez más la eficiencia de las políticas de cohesión. La Comisión de Presupuestos desea llamar la atención del Parlamento sobre una serie de indicadores preocupantes, como los retrasos en la ejecución y los compromisos pendientes.

Quiero insistir en lo que me parecen algunos puntos destacados en esta problemática. La UE tiene que tratar urgentemente de simplificar los procedimientos, como la prestación de asistencia técnica, en la elaboración y ejecución de muchos proyectos que necesitan nuestros países.

Es también imperativo que procedamos a un reparto claro de responsabilidades entre la UE y los Estados miembros para garantizar una mejor gestión compartida, y acojo con satisfacción las palabras de la señora Comisaria respecto a la decisión tomada el martes de aprobar un plan de acción sobre la estrategia de auditoría para los fondos estructurales.

Algo que llevo mucho tiempo diciendo, y que me alegro de que la señora Comisaria lo acabe de mencionar, es la necesidad de establecer indicadores cualitativos y cuantitativos del rendimiento que sean comunes a todos los Estados miembros, para evaluar las necesidades presupuestarias y ayudar a definir el próximo marco legislativo para el período plurianual posterior a 2013 y, en una palabra, para hacer más visible la presencia de Europa en relación con las políticas comunitarias y los ciudadanos europeos.

 
  
MPphoto
 
 

  Pedro Guerreiro, ponente de opinión de la Comisión de Pesca. − (PT) Tengo que empezar lamentando que la Comisión de Desarrollo Regional no haya incorporado ninguna de las enmiendas que la Comisión de Pesca ha presentado con relación al Cuarto informe sobre la cohesión. Esas enmiendas destacan, por ejemplo, la contribución del sector de la pesca a la situación socieconómica de las comunidades pesqueras en regiones de convergencia, en regiones que sufren desventajas geográficas o naturales permanentes, como las regiones ultraperiféricas, pero también en comunidades pesqueras pobres dentro de regiones más prósperas. Lamento, asimismo, que la cuantía financiera del Fondo Europeo de la Pesca (FEP), en una Unión de 27 miembros, no difiera significativamente del presupuesto del IFOP (Instrumento Financiero de Orientación de la Pesca) en una Unión de 15 miembros. El FEP requiere, por tanto, una mayor dotación financiera.

Por eso he vuelto a presentar, en este período parcial de sesiones, dos enmiendas que vienen a subrayar la importancia de la política estructural de la pesca para la cohesión económica y social.

 
  
MPphoto
 
 

  Oldřich Vlasák , en nombre del Grupo del PPE-DE. – (CS) Señora Comisaria, Señorías, los informes que estamos debatiendo hoy son importantes no sólo por la forma en que abordan la situación actual de nuestra política de cohesión y su dimensión territorial, sino también porque centran nuestra atención en el futuro más allá del año 2013. Quiero, llegados a este punto, dar las gracias a la señora Kallenbach y al señor Guellec por su excelente trabajo y su mentalidad abierta.

Los dos informes, como han dicho los ponentes, son complementarios y deben considerarse conjuntamente. La cohesión territorial, en virtud de su inclusión en el Tratado de Lisboa, se ha convertido en un concepto tan importante como el de la cohesión económica y social. Pero la cohesión territorial como concepto está menos investigado y se entiende peor. La cohesión territorial, hasta la fecha, carece incluso de una definición clara. El objetivo general de la cohesión es reducir las diferencias, pero esas diferencias siguen existiendo y son más pronunciadas en las regiones fronterizas entre el antiguo Bloque del Este y el Occidente democrático. La cohesión territorial, en mi opinión, se refiere también a la cohesión de las ciudades y el campo. Es indiscutible que las ciudades son el motor del crecimiento en todos los países y, por tanto, es lógico que la cuestión del desarrollo urbano se incluya en nuestra propuesta de resolución y que, al mismo tiempo, se pida el refuerzo del enfoque integrado. Ahora bien, en el futuro habrá que mejorar y simplificar el acceso de las concentraciones urbanas a los fondos estructurales y promover unos vínculos más estrechos entre las autoridades municipales y los promotores cuando se financien proyectos de desarrollo urbanístico con fondos privados.

Hemos aprobado la Carta de Leipzig y ahora tenemos que empezar a ponerla gradualmente en práctica. Al mismo tiempo, tenemos que crear unas buenas condiciones de vida en el futuro, para el desarrollo de nuestro territorio. Estoy convencido de que tenemos que analizar con detenimiento si es mejor enmarcar la política rural en la política agrícola común, o si debemos considerar una solución diferente.

Señorías, un último comentario. El debate sobre la política de cohesión es, sobre todo, un debate sobre la asignación de fondos. Es evidente y positivo que la política de cohesión se está fortaleciendo y está empezando a figurar en el presupuesto europeo. La política de cohesión tendrá que hacer frente a fenómenos nuevos, como el envejecimiento y la disminución de la población europea, la inestabilidad de los suministros energéticos y el deterioro del medio ambiente. Por eso es necesario que esta política se adapte en consecuencia y que se le garanticen fondos suficientes.

 
  
MPphoto
 
 

  Constanze Angela Krehl, en nombre del Grupo del PSE. (DE) Señora Presidenta, Señorías, el señor Vlasák tiene razón al decir que nos espera la tarea de formular una política de cohesión para el período posterior al año 2013. Hemos utilizado estos dos informes para abordar la cuestión. De hecho, hemos aglutinado en ellos todo lo que pensamos que es importante en este contexto.

Pero quiero recordarles que debemos tener en cuenta los objetivos estratégicos de la política de cohesión europea, que son, básicamente, la reducción de disparidades en las condiciones de vida entre las regiones de la Unión Europea y el apoyo a las estrategias de Lisboa y Göteborg. Si el Parlamento Europeo desea contribuir a modelar la futura política de cohesión, pienso que tiene que concentrarse en las estrategias clave, en lugar de volver al principio de la «regadera». Tenemos que afrontar los nuevos retos que puedan surgir en el contexto de la política de cohesión. Permítanme ponerles algunos ejemplos: cambios demográficos, protección del clima, despoblamiento regional y también una política urbana europea moderna.

Desde mi punto de vista, el enfoque de «igualdad de oportunidades para los ciudadanos y las regiones» es fundamental para encontrar soluciones en este ámbito. Creo que el aumento de las inversiones en educación, investigación, innovación y sus infraestructuras es cada vez más importante y, en mi opinión, realmente sostenible. Ahora bien, esto sólo podrá funcionar en el futuro si conseguimos una mayor implicación de los ciudadanos europeos en el desarrollo de programas y proyectos, como lleva tiempo pidiendo el Parlamento Europeo y vuelve a pedir en estos informes.

Quiero hacer un llamamiento a los Estados miembros – me parece lamentable que no contemos hoy aquí con la presencia de algún representante del Consejo − y decir que les estamos mandando algunos deberes. Si queremos financiar otras actividades adicionales en el marco de la política de cohesión, tendremos que disponer de los recursos financieros necesarios para ese fin.

 
  
MPphoto
 
 

  Grażyna Staniszewska, en nombre del Grupo ALDE. (PL) El Cuarto informe sobre la cohesión y el informe del señor Guellec destacan el éxito de la política de cohesión para reducir disparidades entre los Estados miembros. Destacan también el crecimiento en los países antes más retrasados, como Grecia y Portugal. Pero, al mismo tiempo, confirman el llamativo fracaso de esta política en sus intentos de unificar el nivel de desarrollo entre regiones.

Es lamentable que los Estados miembros consientan la indebida concentración de inversiones y otros motores del desarrollo en las capitales nacionales. En las regiones se da una situación parecida, puesto que la inversión tiende también a concentrarse en las zonas centrales, impidiendo con ello que toda la región se desarrolle al mismo ritmo. Las diferencias dentro de una misma región y entre distintas regiones de la Unión Europea son considerablemente mayores que en los Estados Unidos o Japón.

Todo apunta a la necesidad de introducir un mecanismo que favorezca la descentralización en los Estados miembros. Se necesita una política regional a largo plazo, pero dinámica, para las próximas perspectivas financieras. El informe del señor Guellec indica claramente la necesidad de establecer vínculos adecuados entre la Estrategia de Lisboa y la política de cohesión. La segunda no debe convertirse en un mero instrumento de la primera. La política de cohesión aspira a un desarrollo sostenible y armonioso, y ese es un importante fin en sí mismo. Es la forma más barata de evitar que se produzcan situaciones que pueden terminar siendo muy costosas. Estoy pensando en conflictos, flujos masivos de emigración e inmigración, traslado de empresas y hechos similares, todos los cuales suponen un trastorno para las poblaciones locales.

Además del Tratado de Lisboa, el informe aprobado hoy insiste en la importancia de la dimensión territorial. Pero existe una necesidad urgente de aclarar este concepto y de definir sin ambigüedades lo que implica la dimensión territorial. En la actualidad utilizamos este término de forma algo ambigüa, dando pie a muchas interpretaciones distintas. En algunas partes del informe del señor Guellec, este concepto se antepone a la política de cohesión económica y social, mientras que en otras se presenta como complementario. En algunos casos, se refiere a la igualdad de acceso a los servicios, mientras que en otros implica la distribución equilibrada de centros de investigación, por ejemplo.

Me parece lamentable que el debate en torno al Libro Verde sobre la cohesión territorial se haya programado para otoño, después del informe sobre la política de cohesión. El Libro Verde tendría que debatirse mucho antes.

 
  
MPphoto
 
 

  Mieczyslaw Edmund Janowski, en nombre del Grupo UEN. (PL) Señora Presidenta, señora Comisaria, en nombre del Grupo Unión por la Europa de las Naciones, quiero agradecer a los dos ponentes su trabajo.

El término cohesión ha adquirido un significado especial en la Unión. Las referencias a la necesidad de reducir diferencias entre las distintas regiones para unificar las economías nacionales y favorecer un desarrollo armonioso se remontan al Tratado de Roma.

El Cuarto informe abarca el período 2000-2006 y es el tema del informe Guellec, que contiene muchas y valiosas conclusiones. En dicho informe se resume la situación en todos los Estados miembros. Se indican también las regiones donde las disparidades son mayores. La reducción de disparidades en esas regiones tiene que plantearse como una empresa a largo plazo.

El informe presentado por la Comisión contiene muchos parámetros comparativos que no aparecían en anteriores documentos. No obstante, se sigue sugiriendo la utilización de indicadores que complementen al PIB básico por habitante en relación con diferentes niveles NUTS.

La política de cohesión es el fundamento de la integración y realiza una valiosa contribución al desarrollo armonioso de la Unión. Sus aspectos regionales, locales y medioambientales son importantes en este contexto, como ha mencionado ya la señora Staniszewska. Nosotros debemos reconocer también su repercusión en la innovación y la competitividad de la Unión y, por tanto, en la aplicación de la Estrategia de Lisboa. Las cuestiones demográficas son también importantes, ya que algunas regiones corren el peligro de despoblarse.

Cuando nos referimos a la cohesión, lo hacemos desde el punto de vista económico y social. Se necesita urgentemente una definición correcta del término cohesión territorial. La cohesión debe entenderse como la seguridad de que, con independencia de su lugar de residencia, los ciudadanos de la Unión puedan disfrutar de igualdad de oportunidades de acceso a servicios sanitarios, educación, cultura, Internet y transporte, por ejemplo. La política de cohesión debe reforzarse y mejorarse con recursos suficientes de la Unión. La cuestión urbana es particularmente importante, como ha señalado la señora Kallenbach.

Recientemente se ha planteado el tema de cómo elegir entre cohesión o competitividad, igualdad o eficiencia. Mi breve respuesta es elegir ambas cosas, en su debida medida.

 
  
MPphoto
 
 

  Elisabeth Schroedter, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, a finales del decenio de 1990 la filosofía imperante en la Unión Europea era que la capacidad de integración de la Unión debía medirse por el éxito del mercado interior. Pero la esperanza de que los problemas existentes en la Unión Europea puedan resolverse con los conceptos de desarrollo del mercado interior, acuñados pensando exclusivamente en el crecimiento económico, sigue sin cumplirse.

El mercado interior europeo basó el crecimiento de la actividad económica en centros de gravedad, los cuales atraían más actividad a costa de las regiones desfavorecidas y el medio natural. Pero incluso en los mismos centros, no todo el mundo podía disfrutar de los beneficios; por el contrario, la pobreza aumentó, causando tensiones y agitación.

Hoy, la Comisión está cometiendo el mismo error. Está subordinando la política de cohesión a la estrategia de Lisboa. En lugar de dar realmente prioridad a los problemas de las regiones más desfavorecidas y promover únicamente los proyectos de desarrollo sostenible, está invirtiendo en conceptos obsoletos de infraestructuras y, en consecuencia, sólo en los centros económicos. Los municipios y las regiones tendrán que depender de los grandes bancos europeos durante generaciones. En mi opinión, se trata de un problema generalizado, porque en el fondo, las próximas generaciones tendrán que pagar el precio del fracaso de las políticas de desarrollo. Y eso, a su vez, producirá movimientos migratorios – mi colega, la señora Krehl, ya los ha cuantificado – y motivará también una actitud antieuropeísta al no compartir los beneficios algunos segmentos de la población. Estas estrategias están abocadas al fracaso.

Creo que debemos tratar de no arriesgar la cohesión interna de la Unión Europea. La cohesión económica y social tiene que seguir siendo realmente un ámbito distinto de la política y todas las regiones y todos los pueblos de Europa tienen que poder disfrutar de sus beneficios. Eso será posible sólo si la política de cohesión se basa en un modelo social inspirado de verdad en la solidaridad y en modelos de desarrollo sostenible que no se lleven adelante a costa del medio ambiente.

 
  
MPphoto
 
 

  Pedro Guerreiro, en nombre del Grupo GUE/NGL. − (PT) En esta breve intervención sobre una cuestión tan importante como es el futuro de la política de cohesión en la Unión Europea, sólo podemos destacar algunos de los principios fundamentales que creemos que deberían guiar este debate.

Primero, la política regional es un instrumento indispensable para la promoción de la tan valorada cohesión económica y social. Se trata de una política estructural que debe tener como primer y principal objetivo, como ya se ha dicho, la reducción de disparidades en los niveles de desarrollo de distintas regiones y el atraso de las regiones más desfavorecidas, la promoción de una convergencia real y el estímulo del crecimiento y el empleo. Tiene, por tanto, que servir como instrumento de redistribución y compensación de los crecientes costes del mercado único, de la Unión Económica y Monetaria y de la liberalización del comercio internacional para los países y regiones menos desarrollados de la Unión Europea.

Segundo, la política de cohesión y los recursos financieros destinados a la misma tienen que utilizarse para promover proyectos de desarrollo económico, social, ambiental y territorial. Así pues, estos proyectos no tienen que supeditarse a una política que tenga como prioridad y dogma la competencia, la desregulación o lo que se entiende por adaptabilidad y espíritu emprendedor, que son prioridades de la Estrategia de Lisboa. En otras palabras, consideramos que la denominada competitividad no debe sustituir a la convergencia en los Estados miembros y en las regiones que se enfrentan a un retraso en su desarrollo socioeconómico.

Tercero, los actuales recursos financieros que la Comunidad destina a la política de cohesión son insuficientes para responder a las necesidades de una convergencia real, a las disparidades regionales, a los elevados niveles de desempleo o a las desigualdades de renta y pobreza en la Unión Europea, por lo que reiteramos la necesidad de aumentar el presupuesto comunitario, teniendo como objetivo central y primordial la promoción de la cohesión económica y social en toda la Unión Europea.

 
  
MPphoto
 
 

  Bastiaan Belder, en nombre del Grupo IND/DEM. – (NL) Señora Presidenta, he leído los informes de la señora Kallenbach y el señor Guellec con interés. La cohesión de los países europeos sigue siendo un tema fascinante. La integración de la política interior y la cooperación entre los Estados miembros y las regiones de la UE está tomando cada vez más forma. El informe de cohesión demuestra claramente que esa estrategia consigue resultados. La cohesión entre los Estados miembros ha aumentado.

Al mismo tiempo, demuestra que la cohesión entre regiones dentro de los Estados miembros es cada vez menor, sobre todo entre regiones urbanas y no urbanas. En mi opinión, las autoridades nacionales, regionales y locales tienen un papel importante justamente en ese tipo de situaciones. No entiendo, pues, por qué se ha rechazado de antemano la posibilidad de que los Estados miembros aumenten por su cuenta su contribución al desarrollo regional.

Es demasiado pronto para saber cuánto tiempo debe mantenerse la política actual. Está claro que plantea algunos retos específicos. Pero analicemos también si puede resolver la llamada divergencia; es decir, no sólo la cohesión a nivel de cada Estado miembro, sino también a nivel regional, entre y dentro de los Estados miembros. Puesto que probablemente no sea ese el caso, conviene adoptar un enfoque diferente que dé mayor protagonismo a los Estados miembros. Nadie conoce mejor la situación nacional y regional que los respectivos Estados miembros. Ellos pueden idear soluciones que hagan factible el logro de los objetivos de cohesión a escala subnacional.

 
  
MPphoto
 
 

  Jean-Claude Martinez (NI). (FR) Señora Presidenta, la Comisión Europea está tan preocupada con la cohesión entre los Estados miembros y dentro de ellos que ha destinado 350 000 millones de euros a este fin de aquí a 2013.

Se ha anunciado también un Libro Verde porque en Bruselas, siempre que surge un problema, tiene que escribirse un libro sobre él. Existe, desde luego, un problema de cohesión entre Europa Occidental y Europa Oriental, entre la Europa de los pueblos y la Europa de las ciudades, y entre la Europa de los barrios ricos y la Europa de los barrios obreros.

¿Pero de quién es la culpa? ¿Quién ha despoblado los pueblos donde se producía vino y se criaba ganado, señora Presidenta, en Grecia, donde se producía tabaco, algodón y aceite de oliva? ¿Quién, y qué políticas, han cerrado miles de oficinas de correos en Suecia, Alemania y Francia? ¿Quien ha abandonado las estaciones de tren rurales, las vías férreas y las maternidades? ¿Es el viento en los puertos el que destruye las artes de pesca, el sustento de los pescadores, los comercios y los astilleros? ¿Son los lobos en los Pirineos y los Alpes los que se comen a los pastores o a los corderos importados de Nueva Zelanda?

Todos conocemos la respuesta: han sido la política de comercio internacional practicada por la Comisión a través del acuerdo GATT y la OMC quienes han ocasionado el cierre de 90 explotaciones diarias en España y Francia en los últimos 20 años. Ha sido la supresión dogmática de la protección aduanera la que ha destruido los equilibrios industriales bajo una oleada de importaciones.

Ahora, para conseguir la cohesión, tenemos primero que asegurar la coherencia entre distintas políticas. No podemos apostar por una política en Cotonou con los estados ACP para luego incumplirla en Ginebra con el comercio del plátano. No podemos establecer una preferencia comunitaria para los productos rurales entre 1962 y 1986, para luego incumplir todo eso con el libre comercio en las Rondas de Uruguay o Doha.

La cohesión exige, por tanto, una cierta dosis de coherencia en las decisiones. Señora Comisaria, o construimos Europa o construimos el mundo. O nos centramos en los aspectos sociales, o nos centramos en el mundo.

 
  
MPphoto
 
 

  Lambert van Nistelrooij (PPE-DE). – (NL) Señora Presidenta, señora Hübner, la naturaleza diferente y peculiar de este Cuarto Informe radica en que no sólo somete la política actual a una profunda reflexión, sino que mira hacia el futuro y hacia los nuevos retos que Europa tiene que afrontar. Considera la globalización y sus efectos, el cambio climático, los problemas de la energía y los retos demográficos. Es bueno que estemos ocupándonos de estas cuestiones ahora, sobre todo justo antes del receso de primavera este mes de marzo. El señor Guellec ha realizado un excelente trabajo. Ha dicho que la política de cohesión no debe cambiar en lo esencial – lo que se reitera expresamente en el nuevo Tratado – pero que el contenido de los compromisos y de los programas regionales sí que debe cambiar.

Esta semana nos hemos ocupado también de la Estrategia de Lisboa y lo que me llama la atención es la necesidad de avanzar con decisión y realizar una contribución expresa, destinando el 60 ó 65 % del presupuesto de cohesión a este fin. Así se demostrará hasta qué punto la política de cohesión permite afrontar el reto de las nuevas circunstancias. Lo que se dice en el informe Kallenbach es también importante, que consideremos la cohesión territorial como una función básica de la Unión Europea. La globalización se centra en algunas regiones clave, las zonas metropolitanas, y la respuesta de Europa es que es fundamental compartir el conocimiento y las condiciones creadas para promover el espíritu empresarial en todas las regiones, también en las zonas rurales. Ese es el nuevo plan de trabajo.

El PPE ha optado finalmente por no recurrir a la renacionalización como respuesta al debate sobre 2013. Con ello se consigue una mayor coherencia entre la política de I+D e innovación, el mercado interior y los entresijos de la Unión, combinando la economía basada en el conocimiento – que a la larga se verá implicará en esto − con un alto nivel de empleo y prosperidad en nuestras regiones.

Suscribo con placer la iniciativa relativa a la transparencia que ha propuesto la señora Hübner. Los ciudadanos tienen que saber lo importante que es para ellos esta política.

 
  
MPphoto
 
 

  Iratxe García Pérez (PSE). – (ES) Señora Presidenta, querría comenzar mi intervención agradeciendo a la señora Kallenbach y, especialmente, al señor Guellec la labor que han desarrollado en estos informes y que ha posibilitado un acuerdo mayoritario en el marco de la Comisión de Desarrollo Regional.

La política europea de cohesión ha sido un ejemplo de una política exitosa en la Unión Europea, cumpliendo los principios en los que se sostiene y que ha permitido contribuir a la eliminación de las desigualdades.

Países como España han obtenido indudables resultados en materia de convergencia, gracias a la política de cohesión. Por ello, nos reafirmamos en el papel que se ha desempeñado en el refuerzo de la capacidad de los Estados miembros para su desarrollo y la creación de puestos de trabajo avanzando en la formación del capital humano.

Pero asimismo debemos asumir que las desigualdades territoriales se mantienen y, por ello, tenemos que dar una respuesta firme con el fin de avanzar en una política que afronte nuevos retos como el envejecimiento o los procesos de despoblación en determinadas áreas, sobre todo del medio rural.

Debemos poner de manifiesto los retos pendientes con el fin de reducir las disparidades regionales e interregionales, y llegar a conseguir un desarrollo económico y tecnológico, para lo que el enfoque dirigido al cumplimiento de la Estrategia de Lisboa debe ser un eje prioritario, sin olvidar otros elementos como son los cambios demográficos.

Para conseguir un desarrollo equilibrado y sostenible de la política regional de la Unión, ésta debe conducirse en estrecha cooperación con los actores regionales y en coordinación con las demás políticas. Asimismo somos conscientes de la necesidad de impulsar medidas concretas para reducir las disparidades entre las regiones accesibles y las regiones con desventajas estructurales, como las montañosas, insulares o escasamente pobladas.

Por ello, de cara al futuro, es indispensable mantener una apuesta firme por una política de cohesión reforzada, con importantes recursos financieros que afronten todos los desafíos.

Ayer en este Parlamento aprobábamos, con una gran mayoría, el Tratado de Lisboa y hoy debemos impulsar un nuevo elemento de este Tratado, donde se establece la cohesión territorial como un objetivo fundamental de la Unión para avanzar en un futuro más próspero de Europa.

 
  
MPphoto
 
 

  Jean Marie Beaupuy (ALDE). (FR) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, tengo que decir, señora Comisaria, que mientras escuchaba su respuesta a los dos informes de nuestros colegas, señor Guellec y señora Kallenbach, he tenido la impresión de que no hacía falta que yo dijera nada, porque era evidente que nos estaba demostrando que nos había entendido perfectamente.

Esta es una primera etapa, y me complace extremadamente felicitar a esta Cámara, porque los excelentes informes elaborados por usted, sus colaboradores, nuestra comisión y nuestro Parlamento han conseguido un elevado grado de cohesión entre nuestros puntos de vista. Pero ahora, además de esa cohesión, tenemos que pasar a la acción, porque está muy bien que consigamos cohesión entre nosotros, pero tenemos también que producir algunos resultados concretos.

Esto me parece posible a través del Libro Verde que están preparando ustedes para el próximo otoño, y aquí quiero mencionar dos puntos que me interesan especialmente y que me parecen esenciales para poner en práctica toda la política de cohesión y la Carta de Leipzig que tanto deseamos.

Esos dos puntos son los siguientes: primero, la necesidad, que usted ya ha mencionado y que quiero reiterar en los términos más enérgicos, de demostrar coherencia entre las diferentes políticas de la Unión Europea con relación a las zonas urbanas y periurbanas. Ayer por la noche tuvimos un debate sobre demografía. Ayer por la tarde tuvimos un debate sobre transporte. Y antes de eso tuvimos un debate sobre asuntos sociales. Todas las DG de la Comisión están implicadas, todas las comisiones del Parlamento Europeo están implicadas ... Hace falta poner coherencia en todo esto dentro del microterritorio de la ciudad y de su entorno. Espero que del Libro Verde salga una posición.

Segundo punto. ¿Cómo podremos conseguirlo nosotros, el Parlamento y la Comisión, aunque nos pongamos de acuerdo en todo esto, sin la adhesión de los ciudadanos y los Gobiernos? Ya le he dicho, señora Comisaria, que tenemos que realizar un enorme esfuerzo en materia de comunicación, y ya sé que usted se ha comprometido a hacerlo, para que todas nuestras intervenciones, todos nuestros comentarios, todas nuestras expectativas en materia de cohesión, sean dichas con palabras y frases que animen a los Gobiernos a actuar y a persuadir y motivar a nuestros conciudadanos.

Estos son los dos puntos principales, señora Comisaria, que espero ver en el Libro verde. Después de escucharnos, confío en que nos ayude a encontrar aplicaciones concretas.

 
  
MPphoto
 
 

  Wieslaw Stefan Kuc (UEN). – (PL) Señora Presidenta, señora Comisaria, uno de los objetivos fundamentales de la Unión Europea es reducir las diferencias en los niveles de desarrollo y renta entre los distintos países y regiones. Esas diferencias se han acusado en los últimos años, porque con las últimas ampliaciones han entrado en la Unión países mucho menos desarrollados.

Se estima en más de 15 años el retraso de esos países con respecto al resto. La única forma de reducir esas diferencias es mediante un rápido desarrollo, lo cual plantea un reto importante, sobre todo si se tienen en cuenta los recortes en los recursos financieros y las limitadas oportunidades que tienen los países más atrasados de utilizar dichos recursos. Es poco probable que el éxito conseguido en España, Portugal, Grecia e Irlanda se repita, y desde luego no a corto plazo. Es también poco probable que alcancemos a los Estados Unidos y a Japón en un futuro próximo. Pero debemos recordar que los comienzos son siempre difíciles, y pensemos en la República Checa como un ejemplo positivo de todo lo que puede conseguirse. Las expectativas de vida de los ciudadanos han cambiado y siguen cambiando, lo que augura un buen futuro. Además, la Estrategia de Lisboa establece directrices claras para nuestras acciones.

Termino dando las gracias sinceramente a los ponentes por sus presentaciones. Veo que el señor Martínez no está ya en la Cámara, pero tengo que añadir que discrepo totalmente de su intervención.

 
  
MPphoto
 
 

  Alyn Smith (Verts/ALE). – (EN) Señora Presidenta, es un placer contar con la presencia de la señora Comisaria aquí en el Parlamento. Esperamos volver a verla dentro de poco en Escocia y seguir manteniendo nuestra fructífera cooperación en lo que respecta a esta política.

Antes de comentar brevemente algunas cuestiones, quiero hacerme eco de los comentarios del señor Guerreiro sobre las ayudas al sector de la pesca en el marco de la política de cohesión. Nosotros apoyaremos sus enmiendas, y creo que este sector tiene una especial importancia estratégica en nuestra geografía.

Quiero insistir en la petición de unas mejores estadísticas formulada por el ponente, sobre todo para la selección y el control de la eficiencia de los programas de financiación. Parece muy claro, tal como están las cosas, que la selección a los niveles NUTS I, NUTS II o incluso NUTS III es un objetivo general y algo disperso. Celebro que, en el futuro, los flujos de financiación se orienten más hacia actividades temáticas, ya sea la Agenda de Lisboa, la promoción de una economía del conocimiento, la promoción de I+D, la cooperación transfronteriza o las ayudas al sector de la pesca en el marco de la Agenda de Lisboa.

Ese es, creo, el futuro de una política de cohesión realmente vibrante para la Unión Europa, que es en gran medida la joya de la corona de la UE. Ha conseguido acercarla a nuestros ciudadanos y nos ha convertido en una Unión donde los Estados miembros pueden seguir siendo un conjunto de estados diferentes.

Tenemos muchas posibilidades de hacer que esta política sea aún más relevante y esperamos con interés las declaraciones de la señora Comisaria sobre el Libro Verde en su intervención.

 
  
MPphoto
 
 

  Bairbre de Brún (GUE/NGL). – (GA) Señor Presidente, los dos informes presentados hoy muestran lo necesaria que resulta la política de cohesión, y la manera en que tal política debería ser ejecutada. El desarrollo regional equilibrado es de suma importancia. El informe del señor Guellec se centraba en asegurar que los fondos regionales sean suficientes y que vayan destinados a cubrir las necesidades de los ciudadanos y de las regiones de manera eficaz. El único modo de abordar la política de cohesión es como herramienta de aplicación para la estrategia de Lisboa. Quisiera felicitar al ponente.

Irlanda se ha beneficiado en gran medida de los fondos de cohesión y, para que otros países se beneficien en idéntica medida, debemos asegurar que los recursos crecientes se dirijan a favorecer el desarrollo regional y a abordar la exclusión social. No sólo debe disminuirse la brecha de las disparidades entre los Estados miembros, sino que debemos disminuir también las que existen en el interior de los Estados miembros, así como entre las regiones.

El señor Guellec informa sobre los impresionantes índices de crecimiento registrados en Irlanda, España, Portugal y Grecia entre los años 2000 y 2006. Sin embargo, ha destacado que, a pesar de este crecimiento, existen grandes disparidades entre las regiones en el interior de estos países.

Quisiera felicitar igualmente a la señora Kallenbach por su informe, y recibo con especial satisfacción que haga hincapié en el refuerzo del papel que deben desempeñar las autoridades urbanas locales para conseguir que el acceso a los servicios públicos se encuentre disponible para todos los ciudadanos. Existe la necesidad de dotar de una capacitación de poderes a escala local, del respeto por el medio ambiente y de una calidad elevada de servicios públicos que esté disponible universalmente para que el medio urbano sea un lugar atractivo en el que vivir y trabajar.

El desarrollo sostenible constituye un gran reto para las áreas urbanas en el siglo xxi, y el marco que nos ha presentado hoy la señora Kallenbach puede ayudarnos a afrontarlo.

 
  
MPphoto
 
 

  Derek Roland Clark (IND/DEM). – Señora Presidenta, en estos informes se describen las disparidades existentes entre las economías rurales y urbanas, entre ricos y pobres, sobre todo en Europa Oriental, y entre los desfavorecidos y el resto de la sociedad.

La respuesta, aparentemente, consiste en ofrecer un amplio catálogo de actividades de desarrollo cultural, económico y técnico y la creación de un tejido social. Se destaca el éxito de esos programas en Irlanda, España, Portugal y Grecia para reducir las desigualdades y favorecer estrategias, marcos y programas de acción similares que generen progreso en las zonas afectadas, sobre todo en Europa Oriental. En concreto, se mencionan los fondos de cohesión. Ese es el quid de la cuestión. En los últimos años se han destinado 65 000 millones de euros a esos programas en los países occidentales más necesitados, pero Europa Oriental es mucho más pobre de lo que jamás lo fueron esos países. Así que esas subvenciones – porque eso es lo que son − se sacarán de los países que las siguen recibiendo y de una hucha cada vez más pequeña, a medida que los helados vientos económicos de Estados Unidos nos alcancen.

Lamentablemente para todos sus ciudadanos – los ricos y también los pobres –, esas subvenciones son traicioneras en sí mismas, porque restan iniciativa a los ciudadanos y favorecen una cultura de dependencia.

Si realmente quieren ustedes ayudar, presten atención al Profesor Buchanan, de la London School of Economics. En su artículo dice claramente que «para ayudar a un país pobre, el comercio vale seis veces más que las ayudas». ¿Aprenderán ustedes alguna vez eso? O, por decirlo de otra manera, si en un país pobre se le da pescado a un hombre hambriento, se le alimenta para un día. Pero si se le enseña a pescar, se le alimenta para toda la vida.

 
  
MPphoto
 
 

  Rolf Berend (PPE-DE). – (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, no es necesario volver a insistir aquí en la importancia política del Cuarto informe sobre la cohesión económica y social. Estoy de acuerdo con el ponente en todas las cuestiones básicas y le felicito por su excelente trabajo. Hace bien en insistir en que los nuevos desafíos anticipados se podrán afrontar únicamente si la política de cohesión sigue siendo una política comunitaria, lo que en cualquier caso está de acuerdo con el Tratado. Por tanto, en su informe rechaza claramente todo intento de renacionalización de esta política. El requisito previo es, no obstante, un presupuesto de cohesión equilibrado para la UE.

Es cierto que hacen falta recursos suficientes para salvaguardar el desarrollo armonioso de todas las regiones en la UE y para afrontar los nuevos retos. Pero existe una opinión diferente sobre la elección de las palabras en el informe sobre la demanda de recursos financieros en el marco de la política de cohesión después de 2013. Al igual que muchos de mis colegas, a mí no me parece bien que en esta primera etapa, en 2008, el informe deba pedir anticipadamente más recursos financieros para el futuro, sobre todo teniendo en cuenta que justo ahora se nos está criticando, y con razón, por no utilizar siempre, en tiempo, toda la financiación disponible.

Por tanto, la Comisión ha conseguido un buen texto de compromiso que, sin embargo, se aplica únicamente al texto de la resolución y no a los considerandos. Así que no debemos incluir ninguna declaración conflictiva en los considerandos, sino mantener la coherencia con el texto que dice «suficientes recursos para una política de cohesión equilibrada».

En definitiva, se trata de una cuestión de credibilidad: en el pasado, la política de cohesión ha conseguido éxitos duraderos y puede que también los consiga en el futuro si dispone de recursos suficientes, sin que tengamos que pedir más recursos financieros en este momento. Señora Comisaria, se ha referido usted en su intervención primera a unos recursos financieros suficientes para afrontar los retos futuros. Esa es una buena fórmula.

 
  
MPphoto
 
 

  Pierre Pribetich (PSE). (FR) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, las manos construyen pueblos y los hombres construyen ciudades. Jean-Jacques Rousseau habría sido partidario, seguro, del enfoque integrado. Es un método que se inscribe perfectamente en este marco de construir ciudades y no pueblos fragmentados, como se establece en la Carta de Leipzig y en la Agenda Territorial.

Quiero, por tanto, dar las gracias a todos los responsables, especialmente a la señora Kallenbach, por su excelente colaboración en esta tarea. Celebro el alcance de las propuestas en relación con los aspectos sociales y económicos, el medio ambiente, el desarrollo espacial y la cohesión territorial, y también la gran atención prestada a las propuestas que mejoran el informe presentadas por nuestro Grupo Socialista.

Si se presta una mayor atención a las dimensiones territoriales y urbanas de las políticas de la UE, sobre todo a través de los planes de desarrollo integral y una mejor cooperación entre las zonas urbanas y periurbanas, se podrá sacar provecho de todos los beneficios conseguidos con el enfoque integrado. La cooperación, sin embargo, no tiene que acabar ahí. Hay que establecer alguna relación o conexión entre las zonas rurales, urbanas y periurbanas. En este sentido, insisto en la importancia de promover el atractivo y la competitividad de las zonas rurales como una herramienta para combatir el éxodo rural masivo.

Si se tuvieran que destacar los puntos principales de este informe, yo mencionaría en primer lugar la necesidad urgente de crear redes de transporte multimodal integradas y sostenidas por Europa para mejorar las infraestructuras, y sobre todo los modos de transporte respetuosos con el medio ambiente, como la bicicleta o la marcha.

La identificación de signos de declive en algunas zonas y la intensificación del trabajo para la puesta en práctica de una política de integración social constituyen el marco de una política pública orientada a reducir eficazmente las desigualdades y a prevenir la exclusión social.

El posicionamiento del ser humano en el mismo centro de la construcción de las políticas en materia de infraestructura, conciliando los problemas urbanos y humanos, sobre todo en el contexto actual de crisis de la vivienda, en una sociedad donde no todas las personas viven bajo techo, y la necesidad de hacer más hincapié en una vivienda digna asequible, siguen siendo esenciales y constituyen un factor crucial de integración social y de calidad de vida en las ciudades, en el contexto de un desarrollo urbano sostenible.

Por eso he pedido a todos mis colegas que voten masivamente a favor de este informe, que demuestra la voluntad del Parlamento Europeo de comprometerse a favor de una cohesión territorial fuerte y de un enfoque integral global que nos permita construir finalmente la ciudad.

 
  
  

PRESIDE: MIGUEL ANGEL MARTÍNEZ MARTÍNEZ
Vicepresidente

 
  
MPphoto
 
 

  Elspeth Attwooll (ALDE). – Señor Presidente, resulta difícil destacar un aspecto en particular de estos dos excelentes informes, pero quiero manifestar mi especial agradecimiento al señor Guellec por la manera en que su informe aborda el problema de las disparidades entre regiones.

Porque incluso en las regiones que pueden considerarse globalmente como relativamente prósperas, pueden seguir existiendo algunos grupos desfavorecidos o socialmente excluidos, como consecuencia de su situación territorial. Los habitantes de islas y de regiones montañosas y escasamente pobladas, periféricas y fronterizas pueden estar en esa situación. También lo pueden estar las comunidades que dependen de las pesca, sobre todo en regiones como las que acabo de mencionar. Por eso también espero que el Parlamento apruebe las enmiendas 19 y 20, que tratan de mejorar su situación.

Pero las causas de esa situación de desventaja o exclusión pueden situarse en un plano más claramente social. Estoy pensando en un proyecto de mi país en Aberdeenshire llamado Can-Do y que ha proporcionado empleo a personas con dificultades de aprendizaje, en la clasificación de latas y botellas para reciclar. Este proyecto dejó de recibir ayuda europea cuando los fondos correspondientes al período actual se reasignaron a regiones del país donde la pobreza está más generalizada. Pero las personas afectadas siguen estando en la misma situación de riesgo de exclusión social que antes.

Estos dos ejemplos demuestran que si queremos que los fondos vayan a parar a quienes más los necesitan, tenemos que idear un enfoque más sofisticado para cuantificar esa necesidad. Pido a la Comisión que preste especial atención a la petición que se hace en el informe de mejorar las herramientas estadísticas y permitir una cuantificación más exacta del grado de cohesión y una mejor evaluación de la contribución de las acciones locales encaminadas a ese fin. Esas herramientas nos permitirían también identificar casos reales de desventaja y decidir la mejor forma de resolverlos.

 
  
MPphoto
 
 

  Andrzej Tomasz Zapalowski (UEN). – (PL) Señor Presidente, la política de cohesión presta una contribución esencial a la integración de las sociedades dentro de la Unión, como se pone de manifiesto en el informe. No obstante, los obstáculos administrativos y procesales que impiden a las regiones con infraestructuras más débiles alcanzar el nivel de las más desarrolladas siguen multiplicándose.

¿A quién se supone que ayuda un procedimiento tan complicado para movilizar los recursos de la Unión? Después de todo, en el caso de las redes de carreteras, los fondos podrían ser transferidos directamente a departamentos de la autoridad local competente que están bajo el control de instituciones en los Estados miembros. Así no habría que esperar varios años para poder realizar trabajos de construcción o reparación.

Está claro que tienen que aplicarse otros principios con relación a las personas, los bufetes de abogados y las asociaciones. Si realmente queremos conseguir algo en las regiones menos desarrolladas, debemos transferir ayuda para fines específicos a los presupuestos de las autoridades locales, aunque ellas no aporten nada de sus propios recursos, porque en ocasiones son tan pobres que no se pueden permitir ni la más pequeña contribución.

 
  
MPphoto
 
 

  Jan Olbrycht (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, señora Comisaria, el informe del señor Guellec explica la posición del Parlamento Europeo respecto al Cuarto informe sobre la cohesión económica y social. Este informe contiene información y análisis sobre la eficacia de la política de cohesión. En realidad, de conformidad con el procedimiento aprobado, constituye la primera etapa del debate sobre la política de cohesión en el nuevo período de programación. El informe del señor Guellec contiene, por tanto, propuestas, así como opiniones sobre los análisis.

El debate sobre el futuro de la política de cohesión debe tener en cuenta las nuevas condiciones y retos. La aplicación en curso de la Estrategia de Lisboa, el cambio climático, los cambios en la política energética y la evaluación de las implicaciones de los procesos migratorios hacen que la Unión Europea se enfrente a nuevos retos. Todo ello significa también que hay que actuar para reducir las nuevas diferencias de desarrollo. Evidentemente, se plantea la cuestión de qué acciones deben financiarse con fondos comunitarios y cuáles deben ser emprendidas como una política comunitaria.

En el debate sobre el futuro de la política de cohesión, nos referimos al debate sobre el futuro de la Unión Europea. Hablamos a menudo de la llamada Unión de acción o Unión de resultados y de una Unión que sea apreciada y aceptada por sus ciudadanos.

Al mismo tiempo, somos conscientes de que los llamados reformistas están promoviendo nuevas soluciones, como por ejemplo la renacionalización de la política de cohesión. En esencia, eso supondría la negación de la política de solidaridad. Debemos tener en cuenta que los Estados miembros están aplicando sus propias políticas internas para reducir las disparidades y que lo están haciendo al margen de la financiación europea, recurriendo a sus propios recursos. Por tanto, los países más ricos están teniendo más éxito. En efecto, la renacionalización supondría una restricción de la política de cohesión y nosotros tenemos que oponernos a eso. Así pues, si queremos crear una Unión de resultados o una Unión de acción, tenemos que reforzar la política de cohesión.

 
  
MPphoto
 
 

  Evgeni Kirilov (PSE). – Señor Presidente, el Cuarto informe sobre la cohesión demuestra los efectos positivos de la política de cohesión de la UE, por lo que ésta tiene que seguir ayudando a las regiones europeas a conseguir la prosperidad y la convergencia económica y social.

Nos enfrentamos ahora a nuevos retos, y hemos decidido que nuestros esfuerzos tienen que centrarse en eso. Pero quiero insistir en un problema que ya planteamos en julio de 2007 cuando se aprobó la resolución sobre las regiones más pobres de la UE. Lamentablemente, no se ha vuelto a prestar atención a esta importante cuestión. De la misma forma que las regiones ultraperiféricas han sido objeto de una estrategia especial, ahora necesitamos un tratamiento prioritario y un enfoque estratégico para las regiones menos prósperas, con el fin de superar sus dificultades específicas, que son una combinación de problemas socioeconómicos y de características territoriales y espaciales. Espero que la señora Comisaria aborde esa cuestión en su Libro Verde.

Por tanto, apoyo firmemente la futura puesta en práctica de la política de cohesión en sus tres dimensiones: económica, social y territorial, ya que puede servir como un ejemplo positivo del principio de solidaridad de la Unión Europea.

 
  
MPphoto
 
 

  Marian Harkin (ALDE). – Señor Presidente, en primer lugar quiero felicitar a los dos ponentes. En el informe del señor Guellec se destaca el hecho de que, a pesar de la convergencia económica entre los Estados miembros, las disparidades regionales y locales son también cada vez mayores.

La situación afecta de lleno a la política de cohesión e indica claramente la necesidad de incluir una importante dimensión territorial en todas sus políticas, pero sobre todo en la Estrategia de Lisboa. Yo he visto en mi país, Irlanda, situaciones en las que se ha conseguido − o incluso superado − la convergencia con la media de la UE, pero en las diferencias económicas entre regiones son cada vez mayores. Es muy importante que estas diferencias no sigan aumentando, y una de las formas de conseguirlo es aumentar la inversión en innovación, investigación y desarrollo en las regiones más atrasadas.

Quiero dar las gracias al señor Guellec por incluir mi sugerencia sobre la importancia del capital social para promover el crecimiento económico regional. Todos somos conscientes de la contribución que realizan el capital físico, el capital natural y el capital humano como base del crecimiento y el desarrollo económico. Ahora bien, el capital social, que es el recurso latente que reside dentro y entre grupos que trabajan en colaboración, proporciona un valor añadido. Los datos del Manual de Naciones Unidas, que se refieren a un número considerable de países, indican que la contribución del capital social al crecimiento económico se sitúa en torno al 5 % del PIB.

Por último, en respuesta al comentario del señor Clark sugiriendo que debemos tener «comercio, no ayuda», le diría que en la UE hacemos ambas cosas: comercio a través del mercado único y ayuda para fines específicos cuando es necesaria. Eso es lo mejor de ambos mundos.

 
  
MPphoto
 
 

  Boguslaw Rogalski (UEN). – (PL) Señor Presidente, señora Comisaria, el alcance de este informe es tan amplio que me limitaré a comentar un par de cuestiones.

Uno de los principales retos a los que se enfrenta el desarrollo de la Unión es la rápida propagación de las zonas urbanizadas, conjuntamente con el consumo de energía, el transporte y los cambios demográficos, como el despoblamiento de algunas partes de la Unión, así como las crecientes disparidades entre las zonas más y menos ricas. Una política de desarrollo integral, centrada principalmente en la modernización de las infraestructuras, mejorando la eficiencia energética e introduciendo modos de transporte baratos y respetuosos con el medio ambiente, ayudará a garantizar la continuidad en este sector.

Otro objetivo de esa estrategia debe ser la orientación al desarrollo de las zonas rurales para hacerlas más competitivas, frenando así su despoblamiento, que tan importante es para los nuevos Estados miembros. Quiero llamar también su atención sobre la importancia de la cooperación entre las zonas urbanas y rurales para promover el desarrollo del territorio en su conjunto. El acceso a tecnologías de la información y la comunicación debe realizar una contribución fundamental a la creación de cohesión territorial y al desarrollo de algunas zonas, y ahí es donde reside actualmente nuestro principal problema.

 
  
MPphoto
 
 

  Markus Pieper (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, antes de nada, en relación con el informe de la señora Kallenbach y la Carta de Leipzig, es cierto que tenemos que considerar en mayor medida la planificación espacial en un contexto europeo. ¿Pero exige eso nuevas competencias europeas con respecto a la política de vivienda y la planificación espacial? Yo creo que aquí hay un gran interrogante. En cuanto al informe del señor Guellec y concretamente a las perspectivas para la futura política estructural, los retos regionales que plantean la globalización, la demografía, el cambio climático, la migración y demás, se describen todos ellos con detalle. Lo mismo puede decirse de la perspectiva política.

Debemos adherirnos a los objetivos probados y testados de la política estructural, y debemos complementarlos con estos nuevos componentes. Acojo con satisfacción el enfoque integrado propuesto por el ponente, también en relación con los desafíos que plantea el desarrollo rural. Sin embargo, debemos centrarnos más, como principio general, en el valor añadido europeo de estos programas. Ya sea con relación a la cohesión, a la innovación o a la financiación transnacional, Europa debe conceder ayuda únicamente cuando verdaderamente podamos hacer una contribución europea sostenible.

Para tener éxito en el futuro, tenemos que evaluar con ojos más críticos los instrumentos desplegados hasta ahora. Las ayudas operativas únicas no crean ningún valor añadido europeo, mientras que el fomento a largo plazo de la investigación, la educación y la infraestructura ¡claro que sí! Sólo podremos hacer más eficiente la política estructural con un uso más transparente de los fondos y con efectos de apalancamiento como, por ejemplo, la financiación de créditos y las asociaciones entre los sectores público y privado.

Aunque, desde luego que no hemos explotado todas nuestras opciones aquí, no puedo apoyar la petición que hace el ponente de un cheque en blanco para después de 2014. Tenemos que evaluar primero el período actual y hacer un uso más eficiente de nuestros instrumentos para afrontar retos como el cambio climático y la demografía. Sólo entonces podremos empezar a pedir una contribución presupuestaria.

El cheque en blanco para el futuro que se pide ahora en el informe no puede ser tomado realmente en serio. Pido, por tanto, que apoyen nuestra enmienda en la votación.

 
  
MPphoto
 
 

  Emanuel Jardim Fernandes (PSE).(PT) Señor Presidente, señora Comisaria, me gustaría antes de nada felicitar al ponente y a la ponente alternativa de mi Grupo, señor Guellec y señora García, por la calidad del informe y por su apertura al diálogo sobre la cohesión.

El informe hace bien en reconocer los enormes esfuerzos hechos (principalmente en Portugal, España, Grecia e Irlanda) en materia de crecimiento y convergencia. Sin embargo, esos esfuerzos tienen que continuar y ampliarse, no sólo en los países más carentes de solidaridad y cohesión, sino también en algunas de las regiones de esos países, puesto que el proceso de evaluación de la riqueza no puede depender exclusivamente del PIB, sino que tiene que extenderse a otros criterios.

En este sentido, he presentado contribuciones que vienen a reconocer claramente la insularidad y la ultraperiferia como instrumentos que limitan el desarrollo. En concreto, de acuerdo con el Tratado CE, artículo 299, apartado (2), y como ha dicho la Comisaria Hübner, los problemas de accesibilidad son uno de los mayores obstáculos para el desarrollo. Por eso es esencial que adaptemos las políticas comunitarias para tener en cuenta esta limitación resultante de la insularidad y la ultraperiferia.

 
  
MPphoto
 
 

  Samuli Pohjamo (ALDE). – (FI) Señor Presidente, señora Comisaria, quiero aportar el punto de vista septentrional a este debate. Es importante que los problemas permanentes del norte – las largas distancias, el clima frío y la escasez de población – se tengan en cuenta en el futuro como factores que precisan ayuda, como se tienen en cuenta los problemas de las regiones montañosas e insulares.

Hay que recordar también que las regiones septentrionales producen valor añadido en ámbitos como la minería, el procesamiento de la madera y el turismo. La investigación en el norte y las nuevas aplicaciones tecnológicas en cooperación con universidades, empresas, sector público y consumidores seguirán produciendo innovaciones nuevas e importantes, de las que se beneficia el conjunto de Europa.

Quiero también recordar a todos las oportunidades que ofrece la combinación de la Estrategia Báltica con la Dimensión Septentrional en, por ejemplo, la utilización de recursos energéticos en la región de Barents.

Por último, quiero felicitar a los ponentes por sus excelentes informes y dar las gracias a la Comisaria Hübner por su interés en el extremo más septentrional de la Unión.

 
  
MPphoto
 
 

  Emmanouil Angelakas (PPE-DE). – (EL) Señor Presidente, señora Comisaria, quiero dar también las gracias a los dos ponentes por sus importantes informes.

La política de cohesión es importante porque ha contribuido al desarrollo económico y social de muchas regiones. Ha acortado las diferencias entre regiones, las ha acercado más a la media y ha reducido las disparidades entre ellas.

Pero todavía queda mucho por hacer. No se ha conseguido un desarrollo uniforme. Existen divergencias en muchos casos acusadas. Cualquier idea de renacionalización de la política de cohesión tiene que ser rechazada. Recientemente se han adherido nuevos Estados miembros, con regiones que están muy alejadas de la media. El término «cohesión territorial» descrito en el Tratado de Lisboa tiene que elaborarse y analizarse más a fondo.

Por último, debe prestarse especial atención a regiones e islas aisladas, como en el caso de Grecia, donde las políticas de cohesión ayudarán considerablemente a la población local a no moverse, a encontrar empleo, a tener acceso a nuevas tecnologías y oportunidades profesionales, y a alcanzar la media de la Comunidad.

Por estas razones, los términos del informe sobre la política de cohesión son los correctos: habrá que garantizar y aumentar la financiación, incluso para el período posterior a 2013. Los retos son importantes y la política de cohesión no tiene que quedarse corta ni retrasarse en su aplicación por una insuficiente dotación financiera cuando todas las partes reconocen su utilidad.

Para terminar, celebro también las declaraciones que ha hecho hoy la Comisaria Hübner y la determinación de la Comisión a avanzar con la política de cohesión. Esperamos con interés el Libro verde y sus conclusiones.

 
  
MPphoto
 
 

  Andrzej Jan Szejna (PSE). – (PL) Señor Presidente, señora Comisaria, la reducción de las disparidades sociales y económicas entre regiones europeas es un objetivo fundamental de la Unión Europea. Estamos tratando de crear una Europa donde todas las regiones sean iguales.

Tras las últimas ampliaciones, se ha hecho cada vez más necesario reforzar el objetivo de la cohesión. Esto es así porque, según algunas estimaciones, al ritmo actual del crecimiento económico, países como Polonia, Bulgaria y Rumanía tardarán más de 15 años en alcanzar un nivel del PIB igual al 75 % de la media de la Unión.

El pleno uso de los fondos estructurales, según la legislación comunitaria, es un sine qua non para reducir las disparidades sociales y económicas entre regiones europeas. Esto se aplica especialmente a los nuevos Estados miembros, que están experimentando muchos problemas. Por ejemplo, las autoridades locales polacas han tenido que hacer frente recientemente a las dificultades causadas por la progresiva caída del valor del euro frente a la moneda polaca, lo que ha reducido el valor real de los fondos de la Unión destinados a la ejecución de proyectos regionales que ya se habían confirmado.

Además, el coste de mano de obra y producción en Europa es cada vez mayor, lo que está aumentando el coste de las inversiones financiadas con recursos de la Unión y reduciendo el valor de esos fondos en términos reales. En consecuencia, peligra la ejecución de muchos proyectos de la Unión.

 
  
MPphoto
 
 

  Sérgio Marques (PPE-DE).(PT) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, en primer lugar quiero destacar el excelente trabajo realizado por el señor Guellec y la forma tan inteligente y decidida con que ha realzado y defendido la optimización y el refuerzo a partir de 2013 de una política de solidaridad con las regiones europeas.

En verdad, con este informe, más que con la evaluación del impacto de la política de cohesión en 2000-2006, hemos abierto el debate sobre qué tipo de política de cohesión queremos para después de 2013. Así pues, quiero hacer un comentario sobre el presente y tres sobre el futuro.

Mi primer comentario es que, como demuestra el Cuarto informe, la política de cohesión sigue siendo esencial para reducir las disparidades entre los niveles de desarrollo de las distintas regiones y para favorecer a las regiones más desfavorecidas que se han quedado retrasadas, o en otras palabras, para crear una Unión Europea más armoniosa, solidaria y viable. Pero no debemos olvidar que, además de este objetivo esencial, la política de cohesión ha contribuido también decisivamente a la construcción y expansión del mercado interior, al éxito de las sucesivas ampliaciones, a la creación y consolidación de la moneda única y a la creciente identificación de los ciudadanos con la Unión Europea.

Mi segundo comentario es que la política de cohesión tiene ahora que renovar su papel, enriquecida y reforzada por la nueva dimensión de cohesión territorial consagrada en el Tratado de Lisboa, para sacar provecho de la diversidad y complementariedad de los territorios y apostar decididamente por un desarrollo policéntrico de la Unión Europea.

El informe de la señora Kallenbach, a la que también felicito, nos ofrece algunas directrices en este sentido.

Mi tercer comentario es que la política de cohesión tiene que abarcar y responder cada vez más a los desafíos actuales, como los que plantea la globalización, la migración, el envejecimiento de la población, el cambio climático, la diversificación energética, la investigación y el desarrollo tecnológico. Para ser coherentes, tenemos que considerar la necesidad de aumentar los recursos destinados a reforzar la política regional.

Por último, hará falta una perspectiva renovada de las regiones ultraperiféricas para garantizar que éstas puedan seguir sintiéndose confortables en el espacio europeo. Será imperioso encontrar nuevas respuestas a los problemas graves, como el aislamiento, la falta de accesibilidad y las desventajas competitivas a las que se enfrentan estas regiones.

 
  
MPphoto
 
 

  Gábor Harangozó (PSE). – (HU) Muchas gracias, señor Presidente. Señora Comisaria, Señorías, quiero felicitar a la señora Kallenbach y al señor Guellec por sus excelentes informes, que son dos hitos en el debate sobre la política de cohesión.

Existen diferencias considerables en el desarrollo de nuestras regiones, pero si lo analizamos en mayor profundidad, veremos que hay diferencias aún mayores entre distintas zonas dentro de una misma región. No hemos conseguido tratar adecuadamente la erradicación de la pobreza rural y el desarrollo de las zonas más retrasadas, en el marco de la política agrícola. Hace falta un esfuerzo mucho mayor en este ámbito, dentro del marco de una política de cohesión renovada e integrada que sea capaz de invertir los procesos negativos en las zonas de menor crecimiento.

La sinergia entre la cohesión y el refuerzo de la competitividad tiene que aumentar, porque una no puede subordinarse a la otra. Han surgido nuevos retos, como el envejecimiento o incluso el tema de la eficiencia energética y el cambio climático, que también debemos afrontar. Por eso mismo, es fundamental que reforcemos la política de cohesión y que rechacemos la propuesta de transferirla al ámbito nacional. Si ponemos la solidaridad y la cohesión en el centro del proyecto europeo, la Unión será realmente fuerte y competitiva. Gracias por su atención.

 
  
MPphoto
 
 

  Miroslav Mikolášik (PPE-DE). – (SK) Señorías, el desarrollo bien planificado y responsable de las zonas urbanas está adquiriendo una importancia cada vez mayor, sobre todo ante desafíos como la congestión de las redes de transporte urbano, el daño medioambiental y el desarrollo urbanístico. Por eso aprecio mucho la aprobación de la Agenda Territorial y la Carta de Leipzig.

Las ciudades tienen una responsabilidad única en la protección del clima: esa protección debe ser una prioridad a todos los niveles políticos. Las ciudades podrían ayudar a resolver una mala situación del tráfico y a reducir las emisiones mundiales que causan el efecto invernadero interconectando, por ejemplo, diferentes modos de transporte y desarrollando una infraestructura para ciclistas y peatones. Sugiero también que las ciudades den prioridad a los edificios energéticamente eficientes y utilicen edificios ya existentes para nuevos fines, en lugar de urbanizar terrenos nuevos.

Quiero insistir en que no sólo las regiones metropolitanas, sino también las zonas suburbanas y las zonas rurales, están consiguiendo los objetivos de cohesión. Por eso pido a la Comisión que haga un seguimiento de los proyectos que están teniendo éxito y prepare, en base a los mismos, un modelo de desarrollo para las poblaciones de pequeño y mediano tamaño fuera de las zonas metropolitanas. Una de las características de Europa, a pesar de su tamaño relativamente pequeño, es su diversidad geográfica. Por eso es necesario tener en cuenta las características propias de cada región y las diferencias resultantes, y dar a los habitantes de diferentes regiones la posibilidad de aprovechar las oportunidades únicas y el potencial ofrecido por las zonas en donde residen. Para mí es muy importante incluir, entre nuestros objetivos políticos, la necesidad de resolver cuestiones territoriales relacionadas con islas y zonas montañosas, regiones fronterizas y regiones poco pobladas, para que mejore también la calidad de vida de sus habitantes.

Para terminar, quiero insistir en que el desarrollo urbano tiene que seguir una estrategia integrada y bien coordinada, respaldada a todos los niveles tanto por el Gobierno como por el sector privado.

 
  
MPphoto
 
 

  Miloš Koterec (PSE). – (SK) Gracias, Señor Presidente. Estamos debatiendo el Cuarto informe sobre la cohesión económica y social y los informes de la señora Kallenbach y el señor Guellec en un momento en el que empiezan a surgir los primeros temas para el plan presupuestario 2014-2010.

Quiero relacionar ambas cosas e insistir en la importancia de esa relación. No temo que desaparezca del plan presupuestario la financiación de la política de cohesión, pero no me gustaría que se redujese la cuantía de este fondo durante el próximo período presupuestario. Además, como bien han dicho los ponentes, sigue habiendo importantes disparidades regionales, incluso problemas estructurales, y puesto que esta situación ha empeorado como consecuencia de la ampliación, es necesario contemplar la posibilidad de dar un mayor peso a este capítulo del presupuesto.

Como se dice correctamente en el informe, la situación es tan compleja que no podemos resolverla desde la Comisión. Aunque los Gobiernos de los Estados miembros juegan un papel importante en este asunto, cada vez está más claro que el problema no se podrá resolver sin la participación de las autoridades regionales y locales. Su papel consiste no sólo en crear una posible sinergia entre ellos y el Gobierno al tomar decisiones sobre cuestiones relacionadas con el desarrollo de sus territorios, sino también en asumir la responsabilidad de ese desarrollo y, sobre todo, en proporcionar retroinformación sobre el progreso del desarrollo y la cohesión.

¿Quién puede proporcionar más información sobre el desarrollo real en una región sino las personas que viven en ella? Por tanto, pido a la Comisión no sólo que incluya en su proceso de control los indicadores macroeconómicos, sino que sea creativa y utilice esa información ...

(El Presidente interrumpe al orador)

 
  
MPphoto
 
 

  James Nicholson (PPE-DE). – Señor Presidente, ante de nada quiero felicitar a los ponentes por sus excelentes informes. Quiero decir también que entiendo la pasión de los diputados de los nuevos Estados miembros. Sé que no es nada fácil contentar a los electores cuando regresan a sus respectivos Estados miembros, pero ahora ustedes forman parte de la Unión Europea y, por tanto, al igual que el resto de nosotros, no siempre conseguirán todo lo que les gustaría o quisieran conseguir.

Tengo que decir a los que simplemente están jugando con las palabras que la diferencia entre más recursos y suficientes recursos es, en realidad, muy pequeña. Yo, desde luego, soy partidario de poner «suficientes recursos».

A veces conviene reconocer los logros conseguidos y hacer balance de ellos. Yo soy partidario de utilizar esta vez la palabra «suficientes», especialmente cuando muchos de los fondos destinados a esos ámbitos no se han gastado. Ojalá mi región hubiese tenido la mitad de su suerte en conseguir esa ayuda, que nosotros no tuvimos. Ahora seguimos estando incluso tan retrasados como algunos países de los que estamos hablando.

 
  
MPphoto
 
 

  Stavros Arnaoutakis (PSE). – (EL) Señor Presidente, señora Comisaria, quiero dar también las gracias a los ponentes por el excelente trabajo que han realizado con estos dos informes.

Una vez más, el Parlamento Europeo confirma su posición muy clara sobre la importancia y el papel de la política de cohesión, que acerca Europa a sus ciudadanos. Esta es una política con un valor añadido muy claro para el conjunto de la UE. En el futuro, será preciso no sólo mantenerla, sino reforzarla con los recursos necesarios.

Ambos informes insisten en este enfoque. Me gustaría destacar la importancia de:

- la asociación y participación de las autoridades locales en particular, a todos los niveles;

- las sinergias entre políticas comunitarias, sobre todo la política de cohesión y la política de desarrollo rural;

- la planificación de políticas y acciones que promuevan el desarrollo policéntrico de los territorios de la UE, con especial hincapié en las zonas rurales;

- el importante papel que pueden realizar las poblaciones de pequeño y mediano tamaño, y por último,

- la reducción de las desigualdades dentro de una misma región, el desempleo juvenil y los altos niveles de pobreza que se encuentran en muchas regiones de la UE.

 
  
MPphoto
 
 

  Rumiana Jeleva (PPE-DE). – (BG) Al margen de los diferentes puntos de vista que existen, recordemos la razón de ser de la política de cohesión y de sus objetivos: es el reflejo de las esperanzas de una mayor prosperidad y de un mejor futuro para toda Europa.

Todos los europeos aspiran a una vida mejor y la política de cohesión es el instrumento para ayudarles en esos esfuerzos. Recordemos que existen muchas diferencias dentro de la Unión Europea y que, al mismo tiempo, los recursos financieros suelen ser escasos.

Por tanto, creo que la política de cohesión tiene que ser reforzada y fortalecida. Creo también que conviene garantizar su óptima aplicación. Algunos procedimientos y normas siguen siendo demasiado complejos y, probablemente por esa razón, ineficientes. Un procedimiento como una revisión global de la política de cohesión podría contribuir a su mejora general en beneficio de todos los europeos.

Por último, quiero reiterar el importante papel de la política de cohesión para las regiones menos desarrolladas. Los ciudadanos que viven en ellas creen en la ayuda de la UE. ¡No debemos defraudarles!

 
  
MPphoto
 
 

  Jamila Madeira (PSE).(PT) Señor Presidente, Señorías, la política de cohesión, una política comunitaria por excelencia, tiene un papel primordial en la afirmación de una Europa solidaria, cercana a los ciudadanos, de todos y para todos. Esa es una clara manifestación de la importancia de la Unión en las vidas cotidianas de todos los ciudadanos europeos.

La ampliación a 27 ha traído algunos cambios en la naturaleza de Europa. Los objetivos que Europa se propone ahora son diferentes a los que existieron en su génesis. Los desafíos a los que ahora debemos responder, como la globalización, el descenso demográfico, la desertización de algunas regiones o el cambio climático, sumados a un aumento de la frecuencia y dimensión de las catástrofes naturales, son mucho más exigentes y requieren un mayor esfuerzo de nuestra parte.

La innovación impone también nuevas metas a esta política, que, a pesar de enfrentarse a más desafíos y a una Unión mayor, no ha aumentado su presupuesto proporcionalmente. Sin embargo, se ha adaptado en nombre de la solidaridad, lo que ha llevado, por ejemplo, a que algunas regiones que estaban antes en el Objetivo 1, pasen a ser consideradas ahora regiones ricas y no elegibles debido al efecto estadístico.

Es imperativo, por tanto, garantizar la reducción de las disparidades por medio del acceso a un presupuesto adecuado, sin necesidad de abandonar a su suerte a algunas regiones de esta vasta Unión.

La aprobación del Tratado de Lisboa reforzó su necesidad y consagró definitivamente en el Derecho comunitario la cohesión territorial, que es el aspecto más importante de la política de cohesión. Es fundamental que esta política persiga no sólo la cohesión económica y social, sino también la solidaridad entre regiones ...

(El Presidente interrumpe a la oradora)

 
  
MPphoto
 
 

  Catherine Stihler (PSE). − Señor Presidente, celebro la oportunidad de hablar brevemente sobre el futuro de la política de cohesión, que tiene una importancia crucial para los viejos y nuevos Estados miembros.

Trabajo estrechamente con los organismos públicos locales escoceses para resolver sus problemas, y me complace saber que la federación escocesa de municipios (COLSA) ha acogido recientemente con satisfacción el proyecto de Tratado UE en lo que respecta a la administración local. El Tratado reconoce el principio del autogobierno local, así como el de cohesión territorial.

No me ha sorprendido que una de las cinco cuestiones fundamentales tratadas recientemente con COLSA sea la política regional. Con la reducción de los fondos estructurales de la UE, la financiación del desarrollo regional tienen que enfocarse mejor – como ya han dicho muchos oradores − a las zonas y autoridades locales, que deben ser las principales administradoras de esos fondos. El informe Guellec refuerza el papel de las autoridades locales en la administración de los Fondos Estructurales; al fin y al cabo, olvidamos por nuestra cuenta y riesgo que todas las políticas son locales.

 
  
MPphoto
 
 

  Maria Petre (PPE-DE). – (RO) Señor Presidente, señora Comisaria, los informes que debatimos y por los que felicito a los dos ponentes plantean una serie de cuestiones que me parecen de extrema importancia: el de la relación entre las zonas urbanas y rurales para el desarrollo equilibrado y sostenible del conjunto del territorio, el problema de la extensión caótica de los asentamientos urbanos que producen fragmentación del paisaje, así como la pérdida continua de tierras.

Todas estas cosas, sumadas al cambio climático y al desploblamiento de las zonas rurales, son retos que estamos obligados a tener en cuenta, tanto a nivel europeo como a nivel de las administraciones locales que gestionan esas políticas.

Como diputado rumano al Parlamento Europeo, apoyo firmemente la idea de que no sólo las zonas metropolitanas tienen potencial de innovación y pido a la Comisión que trabaje con mayor intensidad para planificar el desarrollo de las poblaciones de pequeño y mediano tamaño en las zonas rurales.

 
  
MPphoto
 
 

  Lidia Joanna Geringer de Oedenberg (PSE). – (PL) Gracias, señor Presidente. El Cuarto informe sobre la cohesión económica y social es más detallado que los anteriores. Se basa en muchos indicadores y proporciona datos comparativos útiles que se refieren también a países como Estados Unidos, Japón, China y la India.

Desde su concepción, la política de cohesión ha realizado una contribución importante al reforzamiento de la capacidad de todos los Estados miembros para promover un desarrollo armonioso y crear puestos de trabajo nuevos y permanentes. Es demasiado pronto para evaluar los resultados de la política de cohesión en los nuevos Estados miembros de la Unión, pero existe motivo de preocupación por los evidentes retrasos que se están produciendo en el uso de los fondos estructurales actuales en esos países. La convergencia entre países enmascara a menudo unas diferencias cada vez mayores entre regiones y dentro de una misma región. En muchas zonas están surgiendo disparidades regionales y locales que afectan al empleo y también a la productividad, a los ingresos, al nivel de educación y al potencial de innovación.

La integración social y la política de igualdad de oportunidades han de tenerse en cuenta en todas las etapas de la ejecución de los proyectos emprendidos en el ámbito de la cohesión. Confío en que la próxima revisión del marco financiero permita disponer de los recursos presupuestarios necesarios para afrontar los ambiciosos retos de la nueva política de cohesión para la Unión ampliada, asegurando así que todos los ciudadanos ...

(El Presidente interrumpe a la oradora)

 
  
MPphoto
 
 

  Daniel Dăianu (ALDE). – Señor Presidente, pido el apoyo de esta Cámara a los informes, pero al mismo tiempo quiero llamar su atención sobre una opinión distinta, que relaciona el traslado de industrias dentro de la UE con la política relativa a los fondos estructurales y la cohesión.

Los fondos estructurales pueden verse como una subvención general que la UE concede a las zonas menos desarrolladas. ¿Debemos entender que esta política de cohesión regional es cuestionada por los dirigentes políticos de los principales Estados miembros de la UE? ¿Qué debe hacerse? ¿Deben frenar las zonas de los Estados miembros menos desarrollados de la UE el desarrollo de infraestructuras, por miedo a que se les acuse de competencia desleal?

Me refiero a un artículo publicado en el Financial Times hace dos lunes, en el que se decía que la economía de mercado no debe ser una jungla. Las políticas públicas son importantes, y no sólo por razones sociales. Pero debemos mantener nuestro equilibrio, porque no existe ninguna economía local o nacional infalible en este mundo, y por mucho que creamos en la justicia social, no todos los ciudadanos pueden salir ganando al mismo tiempo, en el mismo lugar y todas las veces.

 
  
MPphoto
 
 

  Antonio De Blasio (PPE-DE). – (HU) Gracias por darme la palabra, señor Presidente. Nadie duda de la importancia y el éxito de la política de cohesión. Creo que esto queda demostrado en el informe, por el que quiero felicitar al ponente.

Su objetivo es conseguir una verdadera alineación, pero es fundamental que los fondos destinados a este fin se administren bien. Estoy convencido de que el valor de un proyecto en espera de su ejecución no radica únicamente en la cuantía de los fondos asignados al mismo, sino en su eficacia.

La eficacia puede medirse de dos formas: por cómo favorece la alineación y por cómo se utilizan las sumas de dinero destinadas a fines similares en distintos países. Al fin y al cabo, un cierto proyecto en un Estado miembro no puede recibir una cantidad muchas veces mayor que la que recibe otro. Quiero llamar su atención sobre esta cuantificación y, en futuro, sobre el hecho de que la eficacia es la base para fortalecer la política de cohesión. Muchas gracias.

 
  
MPphoto
 
 

  Wolfgang Bulfon (PSE). – (DE) Señor Presidente, ¿cuándo necesitan los ciudadanos la solidaridad de Europa? ¿Cuándo necesita un Estado miembro la solidaridad de Europa? Seguramente, en el primer caso, cuando se produce una catástrofe. Por eso me parece incomprensible que una decisión aprobada por el Parlamento en 2006 para adaptar el Fondo de Solidaridad – según se establece en el apartado 45 del Informe sobre la cohesión – no se haya puesto en práctica todavía. Por eso les pido a todos – al Parlamento y a la Comisión – que presionen al Consejo para que resuelva esa cuestión lo antes posible, porque habrá una próxima catástrofe, se lo puedo garantizar.

 
  
MPphoto
 
 

  Zita Pleštinská (PPE-DE). – (SK) Si se quiere poner en práctica con éxito la política de cohesión, se necesitan agentes locales capaces de actuar, de concentrar sus esfuerzos y de hacer un uso óptimo de los fondos europeos. Por eso los Estados miembros deben descentralizar la administración, aumentar las capacidades administrativas a escala regional y reducir una burocracia excesiva en la gestión de la política de cohesión.

Aunque el proceso de dividir los sectores en agrupaciones y focos de innovación, que comporta beneficios claros para grandes sectores y sus inmediaciones, puede llevar a la identificación de algunas zonas de integración, se aprecia la falta de apoyo efectivo, simple y espacial para los sectores más pequeños. En Eslovaquia, algunas comunidades con menos de 2 000 habitantes y emplazadas en regiones geográficamente desfavorecidas dejarán de figurar en ciertos programas operativos y en la política de cohesión.

Pido a los Estados miembros que establezcan un sistema no discriminatorio para todas sus regiones, de forma que todas ellas puedan participar activamente en la aplicación de la política de cohesión.

 
  
MPphoto
 
 

  Reinhard Rack (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, yo soy ponente para cuestiones relacionadas con la movilidad urbana. En nuestras deliberaciones, la relación entre los centros urbanos y los municipios de la periferia tiene una especial importancia. Somos también conscientes de que los nuevos Estados miembros tienen problemas especialmente graves para organizar su infraestructura, mantener unos modos de transporte más respetuosos con el medio ambiente y evitar que aumente de nuevo el uso de los vehículos privados. En este contexto, quiero hacer una petición concreta: que en el marco de sus opciones políticas regionales, la Comisión nos ayude a buscar e identificar soluciones al problema del transporte en la periferia urbana y a la cohesión social en los nuevos Estados miembros.

 
  
MPphoto
 
 

  Danuta Hübner, miembro de la Comisión. − Señor Presidente, quiero aprovechar esta oportunidad al final del debate para dar las gracias a sus Señorías por todas sus contribuciones. Se han planteado muchas cuestiones a las que no puedo dar respuesta ahora por falta de tiempo, pero de las que he tomado buena nota, como las referentes a las poblaciones de pequeño y mediano tamaño o el desarrollo del transporte urbano.

En sus informes se establece una clara relación entre el pasado y el futuro. En realidad, se está tendiendo un puente entre ambos y por eso me gustaría decir algo sobre la fase en que se encuentran las consultas públicas sobre el futuro de la política de cohesión europea. Iniciamos esas consultas a finales de septiembre de 2007 y hasta la fecha se han presentado más de 100 declaraciones y dictámenes debidamente elaborados, no sólo por parte de administraciones nacionales, regionales y locales, sino también por parte de algunas asociaciones europeas de planificación espacial, agentes económicos y sociales, instituciones de investigación y ciudadanos particulares.

A petición de una de esas administraciones, hemos ampliado las consultas hasta mediados de febrero, porque todavía se están preparando dictámenes.

Una evaluación preliminar de dichos dictámenes demuestra claramente que esta política recibe un respaldo total y general. Se destaca el efecto directo sobre el crecimiento y el desarrollo, como también el hecho de que esta política provoca nuevas formas de pensar y realiza también un papel muy eficaz de apalancamiento, al atraer recursos financieros adicionales.

Se aprecia un gran interés en el mecanismo de aplicación y un apoyo generalizado a todos los principios que hemos establecido conjuntamente con el Parlamento Europeo en los últimos años.

Se apoya también plenamente la necesidad de que esta política responda a los retos que han comentado ustedes hoy aquí, y que están relacionados no sólo con la globalización, sino también con la demografía, el clima y la energía, y la reestructuración en general, como también se apoya el enfoque integrado.

Una de las cuestiones importantes que han planteado ustedes hoy es cómo procederemos con el Libro Verde, que será aprobado por la Comisión en septiembre. Vendrá luego un largo período − probablemente de cuatro meses − de debate en todos los formatos, no sólo en la web. Entretanto, nuestros servicios están organizando una reunión con las principales partes interesadas para mediados de abril. Eso nos ayudará a tener en cuenta otras opiniones.

Estaría dispuesta, si es necesario, a organizar una audiencia con la Comisión Parlamentaria de Desarrollo Regional y con cualquier otra institución interesada en compartir con nosotros sus opiniones sobre el Libro Verde, antes de que sea aprobado por la Comisión.

Otra cuestión planteada, que preocupa también a la Comisión, es la de las estadísticas y los indicadores. A través de nuestro centro analítico, ESPON, que hemos reforzado mucho, también financieramente, para los próximos años y que ahora tiene un presupuesto mucho mayor, nos comprometeremos a medir algunas de las nuevas dimensiones y algunas de las dimensiones actuales de la cohesión territorial. Ese trabajo está ya en marcha, y espero que conozcamos pronto los resultados.

Les puedo asegurar que la Comisión seguirá buscando indicadores adecuados que complementen tanto el PIB como los indicadores de empleo, y propondrá en el Quinto Informe de Cohesión un nuevo tipo compuesto de indicador.

Muchas gracias por todos sus comentarios. Quiero dar especialmente las gracias a los ponentes por su contribución al debate – no sólo en el pasado, sino también en el futuro.

 
  
MPphoto
 
 

  Ambroise Guellec, ponente. (FR) Señor Presidente, voy a ser muy breve. Antes de nada, con relación a los comentarios que se han hecho sobre las enmiendas presentadas por la Comisión de Pesca, tengo que decir que la pesca es una cuestión que me interesa mucho como diputado al Parlamento Europeo que soy por una región costera, pero lamentablemente no hemos conseguido integrar las enmiendas propuestas por la comisión en el texto que estamos a punto de someter a votación. Lo lamentamos, pero creo que eso no significa que debamos prestar menos atención a un sector tan importante para algunas regiones de la UE.

Quiero decir también que la cohesión es una gran política europea. Pienso también que se ha presentado como un tema de gran importancia en la Cámara esta mañana. Es importante, sobre todo, para futuros trabajos. La Comisaria ha dicho antes que nos estamos ocupando de un informe, pero evidentemente es el futuro lo que nos interesa. Ella sabe que las expectativas son demasiado elevadas en lo que respecta a la cohesión territorial y lo que eso representará cuando quede reflejada en el Tratado de Lisboa. Podemos decir que la pelota está ahora en el campo de la Comisión y que, por supuesto, cuenta usted con nuestra asistencia y apoyo, señora Comisaria. Es preciso que entre todos hagamos un buen trabajo.

Quiero añadir que el hecho de que la política regional en su conjunto sea ahora una cuestión sometida a codecisión en el Consejo y el Parlamento nos ayudará a avanzar juntos, para dejar esto más claro a nuestros conciudadanos − aunque me parece que ya ha quedado claro esta mañana − y también para que se ejerza una verdadera solidaridad en beneficio de las regiones que más lo necesitan. Estas dos cuestiones se han planteado muy claramente esta mañana.

Nos espera una tarea ingente. Acogemos con satisfacción una política que es esencial para la Unión Europea.

 
  
MPphoto
 
 

  Gisela Kallenbach, ponente. − (DE) Señor Presidente, yo también quiero dar las gracias a muchos de mis colegas diputados por sus valiosas contribuciones y su apoyo. Creo que se ha demostrado, primero, que tenemos que mantener la solidaridad como un activo europeo fundamental; segundo, que tenemos que dirigir y desplegar nuestros instrumentos – en este caso, la política de cohesión – con mucha más eficiencia para conseguir un desarrollo verdaderamente sostenible; y tercero, que tenemos que comunicarnos verdaderamente con los ciudadanos desde el principio.

Quiero dar las gracias en particular a la Comisaria Hübner. Señora Comisaria, usted ha dejado claro que, al igual que esta Cámara, le interesan los avances prácticos: el enfoque integrado, los indicadores que producen resultados cuantificables, la definición de dimensión territorial, el Libro Verde. Creo que necesitaremos especialmente su ayuda para conseguir que el Consejo se implique en esto. De nuevo, me parece lamentable que no haya nadie del Consejo presente en este importante debate.

Las conclusiones extraídas de estos dos informes tienen que llevar a la modificación de la Estrategia de Lisboa y afianzar de verdad el nuevo objetivo de la Comunidad, la dimensión territorial, en la práctica; de lo contrario, no tendremos más que palabras huecas.

Permítanme que haga una última petición a mis colegas diputados antes de la votación: seamos prácticos. No nos limitemos a repetir la revisión y el análisis; pongamos la condición de exigir el enfoque integrado para conceder financiación con cargo a los Fondos Estructurales, y establezcamos compromisos claros para reducir también los gases de efecto invernadero. La protección del clima tiene que implantarse en las ciudades; de lo contrario, todas nuestras promesas a escala europea y nacional carecerán de valor.

 
  
MPphoto
 
 

  El Presidente. − Se cierra el debate.

Los informes se someterán a votación en el turno de votaciones que comienza dentro de unos minutos.

Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)

 
  
MPphoto
 
 

  Filip Kaczmarek (PPE-DE), por escrito. (PL) La política de cohesión económica y social es el pilar de la solidaridad europea. Este rasgo de la política europea es la envidia de las iniciativas de integración regional en otras partes del mundo. La naturaleza única del proyecto europeo se debe en gran medida al concepto de cohesión, precisamente.

En el caso de iniciativas regionales en África y Sudamérica, no existen fondos ni siquiera para una política de cohesión simbólica. Los planes de ampliación de la Unión suelen evaluarse por su capacidad de contribuir eficazmente al aumento de la cohesión. Puede decirse de manera inequívoca que la política de cohesión es un gran éxito para la Unión y para todos sus Estados miembros.

No hay duda alguna de que los propios ciudadanos de la Unión la evalúan en función de si, en su opinión, se está poniendo en práctica la política de cohesión y si está consiguiendo sus objetivos declarados. Muchos Estados miembros, sobre todo los que han accedido a la UE recientemente, tienen puestas grandes esperanzas en la política de cohesión. Es de esperar que la solidaridad no se quede sólo en bellas palabras, sino que se traduzca en un compromiso concreto con los que el destino les ha tratado con menos amabilidad. La cohesión es también un instrumento para crear igualdad de oportunidades y una publicidad espléndida para la Unión.

Por esa misma razón, no debemos pensar en reducir los recursos financieros destinados a aumentar la cohesión económica y social. Por el contrario, debemos contemplar la asignación de más recursos financieros a la cohesión, aunque sólo sea por los numerosos retos nuevos que se están planteando. Gracias.

 
  
MPphoto
 
 

  Janusz Lewandowski (PPE-DE), por escrito. – (PL) Señor Presidente, la política de cohesión no es una de las políticas fundamentales presentes en la Unión Europea desde su creación. No es casualidad que la política de cohesión se formulara justamente cuando se produjo la adhesión de países relativamente menos desarrollados a la Unión Europea, puesto que esos países no estaban al mismo nivel que los seis Estados miembros originales. Desde ese momento, la cohesión ha ganado en importancia, convirtiéndose en un pilar de la integración europea y en un elemento fundamental de los tratados y presupuestos. La asignación de más de 308 000 millones de euros a la cohesión en el marco de las perspectivas financieras 2007-2013 así lo demuestra.

Recientemente se está hablando mucho de esta política fundamental de la Unión. Es curioso que esa tendencia haya coincidido con la ampliación de la Unión Europea para incluir a los países de Europa Central y Oriental. Esta última está más atrasada, por motivos históricos. Por eso no se propone prescindir ya de la política de cohesión, sino reorientarla radicalmente, por los supuestos despilfarros de Fondos Estructurales y abusos en este ámbito. ¡Ese es el gran error que podemos cometer! Las irregularidades tienen que ser detectadas y eliminadas, pero es precisamente la política regional la que hace que la presencia de la Unión se deje sentir en los 27 Estados miembros. La cohesión significa crear igualdad de oportunidades y un sentido de compañerismo, y no debe mezclarse con otras políticas, como la competitividad y la lucha contra el calentamiento global, por ejemplo, que deben tener sus propias partidas presupuestarias. La decisión de qué debe financiarse en el marco de la cohesión tiene que seguir siendo una competencia de cada país y región. Ellos conocen mucho mejor sus propias necesidades que las autoridades de Bruselas.

 
  
MPphoto
 
 

  Rareş-Lucian Niculescu (PPE-DE), por escrito. – (RO) El Informe de la Comisión hace referencia al despoblamiento de las zonas rurales, con la ausencia de lugares de trabajo como telón de fondo, salvo en la agricultura, o debido a las malas condiciones de vida.

El Fondo de Desarrollo Rural contribuye, conjuntamente con los otros fondos, a la cohesión económica y social. El uso eficiente de los fondos de desarrollo rural representa una buena solución a estos problemas.

No obstante, la condición necesaria para hacer un uso eficiente de estos fondos es un mejor conocimiento de los posibles beneficiarios de las oportunidades de financiación ofrecidas.

El acceso a información es incluso más importante en los nuevos Estados miembros, que no están todavía familiarizados con el uso de los instrumentos de financiación de la Comunidad.

Quiero poner un ejemplo de Rumanía, el país que yo represento: según un estudio, la mitad de la población rural desconoce la existencia de los fondos destinados a ellos y sólo un ciudadano de cada diez sabe a qué institución debe dirigirse para solicitar esos fondos. Es lamentable que el Gobierno de Rumanía no haya hecho esfuerzos suficientes para informar a los ciudadanos, pero es también evidente que nadie puede sustituir al trabajo del Gobierno rumano.

No obstante, considero que la garantía de un acceso adecuado a la información y la preparación de los futuros beneficiarios deben constituir un tema importante en el programa de trabajo de la Comisión, como premisa para el uso eficiente de los instrumentos orientados a la cohesión.

 
  
MPphoto
 
 

  Richard Seeber (PPE-DE), por escrito. – (DE) La ampliación de la UE el 1 de mayo de 2004 ha aumentado las disparidades económicas y sociales en la UE. En enero de este año, comenzó un nuevo período de programación para la política de cohesión, que se centrará en nuevas prioridades y objetivos: protección del medio ambiente, competitividad y creación de más y mejores puestos de trabajo.

La política de cohesión de la UE tiene como finalidad, a través de sus cuatro programas distintos, ayudar a que Europa y sus regiones sean más competitivas, por ejemplo, a través de la innovación, el desarrollo de la sociedad del conocimiento y el refuerzo de la competitividad económica. Con ella se pretende también aumentar el atractivo de las regiones para los inversores y residentes, a través del desarrollo regional sostenible. Es necesario crear mejor y, sobre todo, más empleo, y promover el desarrollo de las regiones para que puedan ofrecer más oportunidades y reducir las disparidades. Con su futura ampliación, los fondos de la UE tendrán ahora que dividirse entre 27 Estados miembros. Por consiguiente, hay que mejorar el uso que se hace del dinero, aumentando la eficiencia y la transparencia.

En cuanto al marco financiero, el Consejo Europeo ha reservado 307 600 millones de euros para el período 2007-2013. Eso es mucho dinero. Es importante que las regiones con problemas de desarrollo en los Estados miembros más ricos, como Austria, reciban también una parte justa de los fondos. Las regiones montañosas, sobre todo, necesitan más ayuda.

 
  
MPphoto
 
 

  László Surján (PPE-DE), por escrito. (HU) Al revisar los tres últimos años de la política de cohesión y ver las cosas buenas que se han hecho, pero también los errores que hay que corregir, el Parlamento Europeo no mira sólo hacia atrás, sino también hacia delante.

Para acelerar el desarrollo de las regiones más atrasadas, tenemos que cambiar dos cosas. Tenemos que prestar mucha más atención a la eficacia de los programas y tratar de aumentar el valor creado sobre el terreno. (Hace falta más trabajo teórico en relación con esto, para que los resultados puedan evaluarse con una mayor exactitud). Sin embargo, no podemos silenciar la necesidad de garantizar más recursos que en la actualidad para programas que hagan un uso eficaz de las ayudas y que se mantengan al margen de la corrupción y de la influencia política en el período posterior a 2013.

El desarrollo más rápido de las regiones más atrasadas beneficiará no sólo a sus habitantes, sino también a los de zonas más desarrolladas que garantizan los recursos necesarios. Pido, por tanto, a mis colegas que sigan el consejo del ponente también en este sentido, y no modifiquen el texto que se les ha presentado.

 
  
  

(La sesión, interrumpida a las 11.55 horas en espera del turno de votaciones, se reanuda a las 12.05 horas)

 
  
  

PRESIDE: Hans-Gert PÖTTERING
Presidente

 
Aviso jurídico - Política de privacidad