Presidente. − El punto siguiente es el debate sobre
- la pregunta oral al Consejo sobre Democracia, derechos humanos y el nuevo Acuerdo de Asociación y Cooperación entre la UE y Vietnam, del señor Cappato, en nombre del Grupo ALDE (O-0095/2008 - B6-0473/2008), y
- la pregunta oral a la Comisión sobre Democracia, derechos humanos y el nuevo Acuerdo de Asociación y Cooperación entre la UE y Vietnam, del señor Pannella, en nombre del Grupo ALDE (O-0096/2008 - B6-0474/2008).
Marco Cappato, autor. − (IT) Señor Presidente, señora Comisaria, representantes del Consejo, Señorías, están teniendo lugar las negociaciones sobre el nuevo acuerdo de cooperación con Vietnam y creo que es importante que el Parlamento esté informado sobre la esencia de las negociaciones, en particular, con respecto al respeto de los derechos humanos y la democracia.
No pedimos que mediante los acuerdos de cooperación podamos, con un chasquido de dedos, lograr, milagrosamente, el respeto de la democracia y los derechos humanos en Vietnam o en cualquier otro lugar. No obstante, lo que nuestra legislación europea nos exige que hagamos es negarnos a aceptar las infracciones graves y sistemáticas de los derechos humanos y la democracia. Sabemos que no tenemos grandes recursos con los que imponer este respeto; sabemos, no obstante, que la renegociación de los acuerdos de cooperación puede proporcionar una buena oportunidad para, al menos, avanzar algo en las infracciones más graves y sistemáticas.
Espero que en la resolución que se aprobará mañana, este Parlamento pueda proponer la Comisión y al Consejo algunos puntos especialmente graves, que, asimismo, se plantearon en la audiencia celebrada por la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento, con personalidades como, por ejemplo, Kok Ksor, Vo Van Ai y miembros del partido radical no violento, entre otras.
En primer lugar, la situación de la minoría degar, que son cristianos de las montañas centrales de Vietnam: todavía se les está deteniendo a centenares y todavía no hay libre acceso a las montañas centrales de Vietnam para los observadores internacionales, en particular, para las Naciones Unidas. Ahora que Vietnam está en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, esto no debe seguir pasando: los centenares de presos políticos que actualmente están detenidos deben ser puestos en libertad.
Hay un gran problema respecto de la libertad religiosa, y Vietnam debe responder sobre esto antes de la firma de un nuevo acuerdo, en particular, sobre el no reconocimiento de la Iglesia Budista Unificada. Thich Quang Do, el líder de la iglesia, está todavía detenido, y la tierra que pertenece a los católicos está todavía confiscada. Ya es hora de que Vietnam derogue las leyes que criminalizan a los disidentes y las actividades religiosas.
Señora Comisaria, señor Presidente en ejercicio del Consejo, nuestra petición es, por lo tanto, muy concreta: ¿podemos garantizar que estos problemas, al menos estas infracciones más graves de los derechos humanos, se resuelvan antes de celebrar un nuevo contrato de cooperación?
Jean-Pierre Jouyet, Presidente en ejercicio del Consejo. –(FR) Señor Presidente, Señora Comisaria, Señorías, señor Cappato, me alegra volver a estar con ustedes hoy.
Estamos siguiendo la situación de los derechos humanos en Vietnam muy de cerca, y la Presidencia ha tenido recientemente la oportunidad de expresar su preocupación, una vez más, tras las sentencias dictadas, en particular, contra dos periodistas que habían escrito unos artículos sobre casos de corrupción. El Consejo y la Comisión mantienen un diálogo periódico con Vietnam sobre el tema de los derechos humanos, en conversaciones que se celebran dos veces al año. La última reunión, celebrada en Hanoi el 10 de junio de 2008, nos permitió abordar, por un lado, la situación general de los derechos humanos en Vietnam, y, en particular, la libertad de expresión, la situación de las minorías y la aplicación de la pena de muerte, así como una serie de casos individuales.
Además de este diálogo, se tomará una serie de medidas más selectivas con respecto a casos individuales, en los que las detenciones o las sentencias nos parece que socavan el respeto por las libertades civiles y los compromisos internacionales y, en particular, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que Vietnam ha ratificado.
Además, con ocasión del Día Europeo contra la Pena de Muerte, el 10 de octubre, una vez más, explicamos nuestra clara postura sobre este tema a las autoridades vietnamitas. Nos pareció que eran receptivos a nuestro mensaje, y mencionaron la reforma del Código Penal que está en marcha actualmente, una reforma que se espera que reduzca el número de delitos sujetos a pena de muerte. Eso es lo menos que podían hacer.
Señorías, tal y como claramente pueden ver, la cuestión de los derechos humanos es un elemento importante de nuestras relaciones con Vietnam. Es una cuestión delicada. Señor Cappato, usted mencionó la situación de los cristianos en Vietnam central, una cuestión a que estamos particularmente atentos, y le agradezco que la haya mencionado. Quiero señalar que la Unión Europea es la única potencia que lleva a cabo esa política global y decidida sobre esta materia, y esto, a veces, hace que seamos objeto de la crítica de nuestro socio. No obstante, quiero ser claro sobre esto: llevaremos a cabo esta política con determinación.
Quiero pasar ahora al futuro Acuerdo de Asociación y Cooperación, cuyo debate está en marcha. Actualmente, está en marcha una nueva sesión de conversaciones en Hanoi, que continuará hasta el 22 de octubre. Al igual que cualquier otro acuerdo celebrado por la Unión Europea, debe contener una cláusula muy importante de derechos humanos. Esta cláusula constituirá un elemento esencial del futuro acuerdo, que se puede suspender o incluso anular, si una de las partes no lo respeta; quiero insistir en este punto. En esta fase de las negociaciones, Vietnam no ha cuestionado el principio de una cláusula así. Una vez más, eso es lo mínimo que se puede hacer. Éste es un gesto positivo por parte de Vietnam y un compromiso real por su parte de respetar los derechos humanos. Por lo tanto, la Unión Europea tendrá a su disposición un instrumento jurídico eficaz para garantizar el respeto por los derechos humanos tan pronto como se haya ratificado el acuerdo.
Señorías, señor Cappato, estamos de acuerdo con ustedes en que hay que mejorar la situación de los derechos humanos en Vietnam. Consideramos que las medidas que hemos tomado durante varios años, están ayudando ahora a mejorarla, pero, además, en nuestra opinión, es la firma de un futuro Acuerdo de Asociación y Cooperación la que nos permitirá, en este caso como en otros, usar la cláusula de los derechos humanos para proporcionar el mejor marco posible para abordar esta cuestión con Vietnam. Naturalmente, se mantendrá totalmente informada a esta Cámara del desarrollo de las negociaciones que, les recuerdo, están en marcha.
Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. – (ES) Señor Presidente, disculpe por la interrupción de haber escuchado anteriormente un momento a algunos parlamentarios.
Presidente. – Señora Comisaria, no tiene usted la culpa de que colegas, con poca pertinencia, se acerquen a distraerla a usted en una muestra de poca solidaridad con el colega que está tomando la palabra en ese momento. Por tanto, está usted disculpada y son los parlamentarios los que tienen que tener en cuenta que, cuando está hablando otro de nosotros, no deben venir a interrumpir al Presidente del Consejo o a quien habla en nombre de la Comisión. Siga usted, por favor.
Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. – (FR) Señor Presidente, Señorías del Consejo, y, por supuesto, Señorías de esta Cámara, señor Cappato, la Comisión está muy satisfecha con la atención prestada por el Parlamento a la negociación de un Acuerdo de Asociación y Cooperación con Vietnam, así como a la situación de los derechos humanos en ese país.
Nuestro debate es muy oportuno, ya que, hoy mismo, tal y como nuestro Presidente ha mencionado, se están celebrando conversaciones en Hanoi para negociar este acuerdo. Puedo decirles que la situación de los derechos humanos es una cuestión absolutamente crucial para la Unión Europea en sus relaciones con Vietnam. Es cierto que ese país, a pesar de todo, está haciendo algunos progresos en este ámbito.
Estoy pensado, en particular, en los recientes esfuerzos por reducir el ámbito de la pena de muerte, por crear, por ejemplo, un marco legislativo que establezca las condiciones para el ejercicio de la libertad religiosa, y por gestionar mejor la cuestión de las minorías étnicas que habían huido a Camboya y que ahora están volviendo a Vietnam.
No obstante —tienen ustedes razón en este aspecto— está claro que, en los últimos meses, se ha iniciado, por desgracia, una preocupante tendencia con respecto, en particular, a la libertad religiosa y a la libertad de expresión. Esta tendencia la pone de manifiesto, más concretamente, el hostigamiento de la comunidad católica de Hanoi y la condena, la semana pasada, de unos periodistas por su investigación sobre la corrupción.
Tal y como le dije al Vicepresidente del Gobierno vietnamita, el señor Khiêm, cuando estuvo en Bruselas muy recientemente, el 17 de septiembre, sería desastroso para la estabilidad a largo plazo de Vietnam y para su credibilidad internacional, si las actuales dificultades económicas y sociales de ese país les llevaran, instintivamente, a volver al autoritarismo y la represión.
Ahora más que nunca, Vietnam debe, por el contrario, establecer mecanismos que traten de permitir la expresión pacífica de las tensiones y las frustraciones sociales que se están sufriendo en ese país. Éste es un mensaje que el Presidente Barroso, asimismo, repetirá esta semana cuando se reúna con el Primer Ministro Dung al margen de la Cumbre de la ASEM en Pekín. Éste será el mensaje de la Unión Europea durante la próxima sesión del Diálogo UE-Vietnam de Derechos Humanos, que también tendrá lugar en Hanoi, en diciembre. El borrador del Acuerdo de Asociación y Cooperación propuesto por la UE a Vietnam confirma e incrementa la importancia que atribuimos a los derechos humanos en nuestras relaciones con este país.
Ciertamente, el actual borrador del acuerdo, tal y como dijo nuestro Presidente, incluye una cláusula de suspensión vital relativa a los derechos humanos; consolida el diálogo periódico entre la UE y Vietnam sobre los derechos humanos confiriéndole un régimen jurídico; y prevé ayudar a Vietnam a dotarse con un plan de acción nacional sobre derechos humanos. Incluye toda una serie de estipulaciones detalladas sobre el cumplimiento del Derecho laboral, la buena gobernanza y el fomento del Estado de Derecho. Asimismo, contiene una cláusula sobre la Corte Penal Internacional. Por lo tanto, este acuerdo es un instrumento jurídico y un resorte para la acción política que creo que necesitamos a fin de incrementar nuestra implicación en los ámbitos de los derechos humanos y la democratización.
Charles Tannock, en nombre del Grupo del PPE-DE. – Señor Presidente, tengo que decir —con bastante tristeza— que sigo siendo escéptico en relación con si la cláusula de derechos humanos dentro del acuerdo de cooperación UE-Vietnam, realmente vale siquiera el papel en el que está escrita.
Comprensiblemente, las nobles intenciones contenidas en ella son un reflejo de nuestros valores comunes europeos, pero creo que es poco más que pura fachada y una concesión comprensible al poderoso grupo de presión de derechos humanos dentro de la Unión. Después de todo, China es ahora el segundo mayor socio comercial de la UE, aunque la dictadura comunista de Pekín no presta atención a nuestra preocupación por los derechos humanos. Ciertamente, a veces me pregunto si incluso merece la pena volver plantear la cuestión.
La represión política y las violaciones de los derechos humanos en China nos suelen distraer de lo que está ocurriendo en su vecina Vietnam, donde las cosas son igual de brutales. Los disidentes que están a favor de la democracia y las minorías religiosas están en la cárcel, se intimida a los periodistas para que guarden silencio, y las libertades que en Europa damos por sentadas, como, por ejemplo, un Internet sin censura, simplemente no existen.
Por esa razón, el año pasado propuse, junto con el señor Cappato y otros, que se debía considerar a Thich Quang Do para el Premio Nobel de la Paz. Este valiente monje budista ha sufrido años de hostigamiento y cárcel en su búsqueda de la libertad religiosa y los derechos humanos.
Vietnam sintetiza el dilema al que se enfrenta la Unión Europea. ¿Qué importancia deben tener los derechos humanos en nuestras relaciones comerciales con terceros países cuando se incorporan formalmente a los acuerdos comerciales y a los acuerdos de asociación? Y ¿pueden unas relaciones económicas más sólidas ser una influencia positiva para los derechos humanos y políticos y las reformas democráticas?
Son preguntas difíciles que la nueva Comisaria de Comercio británica, la señora Ashton, tendrá que esforzarse por resolver. Creo que nuestros valores communes no son negociables. Por consiguiente, insto a la Comisión y al Consejo a que sean honestos y descarten esta pretensión anulando estas cláusulas de derechos humanos y democracia, o a que sinceramente hagan que los terceros países rindan cuentas por su violación injustificada de los valores que todos nosotros consideramos sagrados. Rindo un tributo especial al señor Cappato y a todo el magnífico trabajo que ha realizado con respecto a este asunto.
Barbara Weiler, en nombre del Grupo del PSE. – (DE) Señor Presidente, Señorías, nosotros en Europa sentimos una profunda comprensión, un vivo interés y una gran compasión por el pueblo vietnamita. Mi grupo todavía recuerda demasiado bien el terrible sufrimiento y devastación que causaron las guerras y las ocupaciones en Vietnam, no sólo por parte de los Estados Unidos, sino también por parte de países europeos.
Vietnam se está transformando ahora en una región especialmente dinámica y apasionante del Sureste de Asia. Los diez Estados miembros de la ASEAN no son todos democracias tal y como entendemos el término en Europa, pero las cosas están cambiando. La nueva Carta de la ASEAN manifiesta expresamente que no se pueden ignorar las violaciones de los derechos humanos, señor Tannock, y las negociaciones que la preceden demuestran que las violaciones de los derechos humanos se encuentran entre las prioridades.
Ahora es especialmente un buen momento porque se han reabierto las negociaciones; se esta renegociando el acuerdo de cooperación de 1995. Es cierto que, después de China, la Unión Europea es el socio comercial más importante de Vietnam, y precisamente por esa razón, podremos hacer avances. Ciertamente, los acuerdos de asociación no son inútiles.
El Grupo Socialista en el Parlamento Europeo pide a la Comisión que trabaje para asegurar que la libertad de prensa, las libertades de las minorías y de los activistas que están a favor de la democracia, la libertad de religión y, por supuesto, la libertad de los observadores de las Naciones Unidas para actuar sean garantizadas. Entonces, podremos desarrollar una amistad incluso más estrecha con este hermoso país.
Athanasios Pafilis, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (EL) Señor Presidente, entendemos perfectamente que no es probable que el imperialismo y sus representantes, la Unión Europea y los Estados Unidos de América y todos aquellos que los apoyan, olviden Vietnam, porque fue un símbolo mundial: su pueblo derrotó al imperialismo francés y estadounidense y logró su independencia.
Las mismas resoluciones propuestas hoy son inaceptables ya que piden a Vietnam que cumpla las sugerencias de la Unión Europea. Lo que no consiguieron lograr con las armas, lo están ahora tratando de conseguir con el chantaje económico. Ése es el objetivo de las cláusulas que ustedes han aprobado sobre el denominado respeto por los derechos humanos y la democracia.
Puesto que han mencionado la cuestión de los derechos humanos, les pido a todos ustedes, en particular al señor Cappato, que nos conteste: existen decenas de miles de personas en Vietnam que padecen las consecuencias del agente naranja, de inhumanas armas químicas y biológicas que usaron los Estados Unidos de América. Hay miles de nacimientos con malformaciones, muertes por cáncer y zonas enteras asoladas por la conocida empresa Monsanto.
¿No tienen estas personas, que todavía están sufriendo y muriendo, derechos humanos, entre los que se incluye el más importante de todos ellos, es decir, el derecho a la vida? ¿Por qué entonces no apoyan que el Gobierno de Vietnam y las víctimas aborden la demanda de indemnización por las consecuencias de esta guerra bioquímica prohibida, pero apoyan los supuestos derechos humanos para la devolución de los bienes de la Iglesia que pertenecen al pueblo?
Por esa razón es hipócrita citar los derechos humanos. Sólo el pueblo de Vietnam tiene capacidad para resolver sus problemas, no los que, a fin de cuentas, deberían haberles pedido perdón por el asesinato de un millón de personas en la guerra que desencadenaron contra ellos. Lo que se necesita es una cooperación económica equilibrada, mutua y beneficiosa sin chantaje político y económico.
PRESIDE: Edward McMILLAN-SCOTT Vicepresidente
Jim Allister (NI). - Señor Presidente, a pesar de que el Gobierno de Vietnam ha manifestado últimamente que garantizan la libertad religiosa, y a pesar de lo mucho que se ha esforzado el último orador por lavarle la cara al régimen de Vietnam, la realidad es muy diferente, en particular, para los grupos cristianos aislados. Aunque la confiscación de los bienes de la Iglesia ha sido general, aquellos vinculados a iglesias evangélicas no registradas han sido objetivo concreto de la persecución del Estado. Sólo hace unos meses, un joven indígena que se negó a repudiar su fe cristiana murió a causa de las heridas que le infligieron en un interrogatorio oficial; y cientos de ellos permanecen por su fe en prisión, donde los malos tratos son frecuentes. Alabo su coraje, condeno a sus perseguidores, pero, sobre todo, hago un llamamiento a la UE para que no pongan la mejora de las relaciones con Vietnam y el comercio por encima de la defensa y exigencia de los derechos humanos básicos para estos seres humanos de gran fe. No debemos, por el bien del comercio u otros beneficios a corto plazo, hacer más aceptable el escandaloso historial de derechos humanos de Hanoi.
Bernd Posselt (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Vietnam es un país que se está abriendo cada vez a la Unión Europea, pero tiene un grave obstáculo, los derechos humanos y las libertades fundamentales. A este respecto, quiero dirigir nuestra atención, en particular, a la libertad religiosa, al igual que, afortunadamente, esta resolución. Los cristianos de Vietnam están perseguidos, y el Obispo de Augsburg, que está especialmente preocupado por los cristianos perseguidos, está aquí hoy para hablarnos sobre el tema. Además, se impide a los budistas y otros grupos religiosos la práctica de su religión y se les persigue por ello.
Podemos dejar bien claro que nuestra obligación es trabajar para asegurar que Vietnam se convierta en un socio en condiciones de igualdad, que se abra, y que se acerque más a nosotros. No obstante, no debe ser a costa de los derechos humanos fundamentales, sino que debe basarse en una asociación justa que se sustente en los citados derechos.
Richard Howitt (PSE). - Señor Presidente, nuestra resolución de hoy no sólo plantea nuestra preocupación sobre la libertad de expresión, la represión de los disidentes y la discriminación religiosa en Vietnam. Pide a la Unión Europea que explique lo que se está consiguiendo a través del diálogo sobre derechos humanos y que establezca unas referencias claras para avanzar en la consecución del Acuerdo de Asociación y Cooperación con Vietnam.
No podemos aceptar que cuando un periodista descubre pruebas de una malversación de 750 000 dólares estadounidenses dentro del Ministerio de Transportes, usados en parte para apostar en los partidos de fútbol de la Primera División inglesa, ese periodista acabe en la cárcel.
No podemos aceptar el uso de la pena de muerte para veintinueve delitos diferentes, que para nosotros no lo son. Las ejecuciones, nos cuentan, son a las cuatro de la mañana, sin previo aviso, lo que significa que los presos nunca se duermen antes de las seis de la mañana por miedo a que haya llegado su momento.
Y no podemos aceptar las amenazas y la intimidación contra la Iglesia católica como, por ejemplo, las que siguieron a las protestas pacíficas masivas de Hanoi el mes pasado. Amnistía Internacional grabó a una mujer saliendo de la iglesia que se encontró un grupo gritando «Muerte al arzobispo» y «Muerte a los curas».
Vietnam ha formado parte del Convenio Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos desde 1982. Las pruebas actuales demuestran un claro incumplimiento de los artículos 2 y 18. Es más, en julio, Vietnam se hizo cargo de la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pedimos a los negociadores europeos que dejen claro al Gobierno vietnamita que si se aspira a apoyar el Derecho internacional en las instituciones internacionales se tiene que respetar también en el propio país.
Konrad Szymański (UEN). - (PL) Creo que en la lista de las violaciones de los derechos humanos en Vietnam, es necesario subrayar la violencia del Estado hacia los católicos. El Gobierno de Hanoi controla, de manera unilateral, las propiedades de la Iglesia católica, lo que infringe compromisos anteriores. A los católicos que se oponen a la incautación de edificios en Hanoi que pertenecen a la Nunciatura Apostólica, los atacan bandas de delincuente. Está aumentando el número de presos de conciencia. Recientemente, hubo más detenciones en los alrededores del monasterio redentorista de Thai Ha. El Arzobispo de Hanoi, Quang Kiêt, está sometido a arresto domiciliario y permanece bajo vigilancia, y por tanto se teme por su vida. Aunque Vietnam, hablando en términos relativos, se ha abierto económica y socialmente, se ha convertido en un país en el que se persigue, cada vez más, a los cristianos. El nuevo acuerdo entre la Unión Europea y Vietnam debe abordar la cuestión de la libertad religiosa en ese país. De lo contrario, no debe ser firmado.
Marco Cappato (ALDE). - (IT) Señor Presidente, Señorías, quiero decirle al señor Pafilis que la guerra en Vietnam, en este momento, es la que está manteniendo el régimen de Vietnam contra su propio pueblo, los vietnamitas, y las comunidades jemer krom y degar.
En el nuevo acuerdo habrá una cláusula de derechos humanos. Eso es bueno, pero ya hay una cláusula en el acuerdo vigente, y no estamos consiguiendo asegurar su cumplimiento. Así que nuestra petición, que creo que es muy importante, es que antes de firmar un nuevo acuerdo obtengamos concesiones sobre aspectos fundamentales en los que hay una violación sistemática de los derechos humanos: el acceso a las montañas centrales de Vietnam, la liberación de los presos políticos y el reconocimiento de la Iglesia budista y de los bienes de los católicos, porque si no conseguimos algo antes de la firma del acuerdo, será imposible exigir, posteriormente, el respeto por la legislación europea y el Derecho internacional.
Jean-Pierre Jouyet, Presidente en ejercicio del Consejo. – (FR) Señor Presidente, Señorías, señor Cappato, creo, por una parte, que no debemos confundir lo que significa haber sido víctima del imperialismo con saber, hoy, lo que significa repetar los derechos humanos. Por mi parte, no compararé a las víctimas de las armas bioquímicas con aquellos que son víctimas de las agresiones a la libertad religiosa. Todo esto forma un todo, absolutamente indivisible.
Para responder al señor Tannock, pero también en determinada medida al señor Cappato, no debemos subestimar el valor de la cláusula de suspensión en lo se que refiere a los derechos humanos. Sólo tenemos que tener en cuenta lo difícil que es alcanzar otros acuerdos que, a menudo, se negocian durante casi veinte años con otros grupos de Estados; estoy pensando en los Estados del Golfo. Asimismo, sólo tenemos que tener en cuenta el papel que desempeña esta cláusula con respecto a determinados países dentro del marco del Acuerdo de Cotonú. Esto demuestra que la Unión Europea está seriamente interesada en fomentar los derechos humanos en estos acuerdos.
En cuanto a las concesiones adicionales solicitadas por el señor Cappato, son precisamente las negociaciones realizadas por la Comisión las que deben hacer posible ver —y la Comisaria ha subrayado este punto— si las autoridades vietnamitas han hecho progresos en este ámbito. Dicho progreso se evaluará en su conjunto. Una vez más, creo que sólo a través del diálogo veremos los progresos que se hagan en las relaciones de estos países con la Unión Europea, y que sólo a través de dichos acuerdos y cláusulas la Unión Europea puede fomentar mejor los valores que usted y nosotros, señor Cappato y otros miembros de esta Cámara, claramente sustentamos.
Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. − Señor Presidente, creo que está muy claro que todos queremos abordar la cuestión de los derechos humanos siempre que sea posible y donde sea poible. Tal y como dije, así lo hice hace sólo unas pocas semanas, y así lo hice cuando fui allí hace dos años. Recuerdo que entonces pude, además, conseguir la puesta en libertad de unos pocos presos, así que, ciertamente, hay una posibilidad. Además, lo que hacemos es facilitarles listas y decirles que aquí, aquí y aquí, hay que hacer algo.
Por consiguiente, creo ha sido un debate importante porque ha vuelto a centrar nuestras ideas en la cuestión concreta de las comunidades religiosas y, en este caso especifico, de los cristianos y católicos. Tenemos que centrarnos, claramente, en estas cuestiones, pero, al mismo tiempo, quiero decir, además, que sabemos que Vietnam está también enfrentándose ahora a una difícil situación económica y social, así que, si Vietnam no tiene cuidado, los países extranjeros, en particular los europeos, no invertirán allí. Además del simple diálogo, éste es también un instrumento muy bueno que tenemos.
Por ejemplo, pediremos, obviamente, un gesto de clemencia por parte de las autoridades vietnamitas a favor de los dos periodistas que, recientemente, se ha encarcelado y juzgado en Hanoi por haber usado su libertad de expresión. Eso es algo que, claramente, también volveremos a mencionar.
Finalmente, quiero decir que Vietnam, la próxima vez, será objeto de un examen periódico y universal sobre la situación en la que se encuentran los derechos humanos, en Ginebra, y que será otra ocasión excelente para evaluar las cuestiones y ver lo que se ha hecho hasta el momento.
Presidente. − Se cierra el debate.
He recibido cuatro propuestas de resolución(1) de conformidad con el artículo 108, apartado 5, del Reglamento interno.