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Procedimiento : 2010/2107(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A7-0331/2010

Textos presentados :

A7-0331/2010

Debates :

PV 14/12/2010 - 18
CRE 14/12/2010 - 18

Votaciones :

PV 15/12/2010 - 9.10
Explicaciones de voto
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P7_TA(2010)0485

Acta literal de los debates
Martes 14 de diciembre de 2010 - Estrasburgo Edición DO

18. Plan de acción para la eficiencia energética (debate)
Vídeo de las intervenciones
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  Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A7-0331/2010) del señor Bendt Bendtsen, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, sobre la revisión del Plan de acción para la eficiencia energética [2010/2107(INI)].

 
  
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  Bendt Bendtsen, ponente.(DA) Señor Presidente, el objetivo de la UE de lograr un ahorro energético del 20 % antes de 2020 podría estar en peligro de convertirse en otra profecía más de Lisboa. Con las iniciativas actuales, parece ser que lograremos el 10 % o el 11 %. Eso no basta. Debemos invertir en eficiencia energética por razones económicas, comerciales, medioambientales y sociales. Centrarse más en la eficiencia energética, ante todo, significará que usemos menos energía. Esto dará lugar al ahorro y, de acuerdo con las cifras de la Comisión, los beneficios financieros de lograr nuestro objetivo del 20 % rondan los 1 000 euros por hogar al año.

Mientras que China y los Estados Unidos ahora están invirtiendo considerablemente en este ámbito, las cosas evolucionan con mayor lentitud en Europa. Nos estamos quedando atrás. En China, el Estado subvenciona estos sectores. En los Estados Unidos se dispone de excelentes condiciones marco para las empresas, mientras que los ciudadanos europeos solo pensamos en cuánto lujo conseguiremos para nuestros salarios mensuales. Se concede muy escasa importancia a la innovación y el logro de resultados. Desde un punto de vista político, debemos centrarnos en algunas esferas que puedan permitirnos convertir este mundo en un lugar mejor a como lo encontramos, esferas que también ofrezcan un amplio beneficio económico, creen nuevos empleos y mejoren nuestra competitividad.

La eficiencia energética también tiene el beneficio adicional de proporcionar trabajo a las pequeñas y medianas empresas de Europa. En mi opinión, los tres pilares centrales de la política de eficiencia energética de la UE son los planes de acción nacionales, la política de productos y los edificios. Estos son tres tipos muy distintos de políticas y si empezamos con los planes de acción nacionales, no han demostrado ser muy eficaces, pero sin embargo tienen un gran potencial. Por lo tanto, debemos hacerlos más eficaces y darle a la Comisión la oportunidad de usarlos activamente como instrumento. La Comisión tendrá la posibilidad de rechazar los planes de acción si estos no son lo bastante ambiciosos. Esto producirá transparencia para los ciudadanos. No obstante, es de suma importancia que mantengamos la independencia de los Estados miembros y les demos la oportunidad de decidir por sí mismos dónde quieren aplicar sus esfuerzos. Así pues, en algunos países, el potencial de ahorro energético en edificios es mayor que en otros países, de igual modo que países completamente distintos probablemente se centrarán en aumentar el ahorro energético en relación con la producción.

El segundo pilar es la política de productos, que afecta a las normas y el etiquetado. Las normas son, con diferencia, el elemento más importante de los dos y es muy sencillo demostrar el volumen del ahorro que se logrará gracias a las normas y esto también aumentará la innovación.

La política relativa a los edificios también es importante. Los objetivos se establecerán en relación con el plan de trabajo para 2050. Los edificios son absolutamente fundamentales en la política energética y climática. El 40 % del consumo de energía procede de nuestros edificios. Este es un ámbito en el que puede lograrse un ahorro que será evidente en las cuentas finales. Estoy convencido de que estas tres esferas proporcionarán una base importante para la competitividad y la innovación durante muchos años. Por lo tanto, el informe recomienda un instrumento financiero para impulsar las inversiones en proyectos relativos a la eficiencia energética. Existen modelos en algunos países europeos en los que las inversiones se aprovechan muchas veces y la cuestión es si la UE no debería también organizar sus finanzas de esta forma. Espero que el Parlamento pueda acceder a aprobar este informe con una gran mayoría política, puesto que esto es importante, se trata de una esfera muy importante para Europa y para nuestras empresas.

 
  
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  Günther Oettinger, Miembro de la Comisión. – (DE) Señor Presidente, Señorías, en primer lugar, quisiera dar las gracias a la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, la Comisión de Industria, Investigación y Energía y la Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento por el debate intensivo y el informe que hoy nos ocupa. En particular, al señor Bendtsen, pero también a otros diputados que han participado en este asunto durante mucho tiempo y han demostrado un alto nivel de competencia.

Si reflexionamos sobre la situación provisional con respecto a los tres objetivos del 20 % que se nos han fijado —CO2, energías renovables en la combinación energética y una mayor eficiencia energética—: en cuanto al CO2 y las energías renovables, estamos logrando progresos positivos, pero en lo que se refiere a la eficiencia energética, tan solo estamos empezando. Si no tomamos medidas, no cumpliremos con el objetivo. Eso significa que, aunque se nos ha fijado un objetivo —al Parlamento, el Consejo y todas las instituciones europeas—, no es muy probable que nuestros progresos, en especial tras la crisis, produzcan un 20 % más de eficiencia energética; en su lugar, dadas las circunstancias actuales, solo sería posible lograr un máximo de entre el 8 % y el 10 % en un plazo de diez años.

Mi segunda observación es que no me satisface del todo la expresión «eficiencia energética», puesto que nadie excepto nosotros la entiende. Si ustedes preguntan a sus vecinos o amigos, seguro que ellos comprenden el ahorro de energía, pero la eficiencia energética es simplemente algún tipo de término técnico. De hecho, el problema que tenemos con respecto a este objetivo es que todavía no se ha definido de forma concluyente lo que hace falta lograr en realidad. Tenemos una evaluación global del consumo de energía durante 2005, complementada con datos de 2007, debido a la inclusión de Rumanía y Bulgaria, y ese año es el punto de partida. El nivel de consumo al que se hace referencia ahí es conocido por todos. Por aquel entonces —antes de que yo estuviera— todas las decisiones reflejaban una previsión normal, es decir, una demanda de energía que aumentaría, y de eso, a su vez, se descontó el 20 %. Si no se presta atención al ahorro energético, me pregunto si nuestra demanda de energía realmente aumentará. En mi país, Alemania, probablemente no. Sin embargo, en los nuevos Estados miembros —me basta con mencionar los automóviles, la cantidad de coches por habitante, los tamaños de las viviendas, el desarrollo industrial— seguro que aumentará. No obstante, hasta ahora, no se ha producido ningún informe objetivo que evalúe las previsiones. El 20 % de cuánto, no lo sabemos. Tenemos el modelo PRIMES, entre otros, pero dudo sobre muchas de las predicciones de las cifras. Por ejemplo, hay miembros fundadores de la Unión Europea que afirman que su demanda de energía se disparará antes de 2020 si no se ahorra energía. La deducción del 20 % ofrece exactamente las mismas cifras que las de 2005. No cabe duda de que eso no es posible. Eso significa, ante todo, que necesitamos estimaciones, perspectivas y previsiones que tengan autoridad. Queremos producirlas para febrero o marzo.

Cuento con que los Jefes de Estado o Gobierno se tomen este asunto en febrero con la misma seriedad con la que lo hicieron antes de la crisis, ya que me parece que, dadas las circunstancias, los Estados miembros no votarán a favor de objetivos vinculantes. Es posible que consigan una mayoría en el Parlamento, pero los Estados miembros desean trabajar de forma voluntaria y todavía están muy lejos de aceptar los objetivos vinculantes decididos hace dos o tres años. Así pues, es necesario que aclaremos cuál es la previsión para 2020 sin la eficiencia energética —más desde un punto de vista puramente teórico— y después simplemente recortarlo en un 20 %.

A continuación debemos preguntar: ¿por dónde empezamos? Lo primero de todo, en el ámbito del conjunto de edificios. En la esfera de la vivienda, el trabajo y la industria, es en los edificios existentes donde tenemos más trabajo por hacer. En este sentido, veo a los propietarios públicos —municipios, Estados— dando ejemplo. Es decir, la eficiencia debe buscarse, en primer lugar, en las propiedades del Estado. En segundo lugar, tenemos programas estructurales a nivel europeo y disponemos de distintos programas de restauración en los diversos países. Tenemos que conectar estos dos aspectos. Quizás tendremos que conceder menos dinero para pavimentar mercados y tener menos carreteras de circunvalación, pero en su lugar, cofinanciaremos más eficiencia energética. También considero que este es un objetivo fundamental para el próximo ejercicio presupuestario a nivel europeo.

Después está el tema del transporte. Huelga decir que tenemos que ahorrar ahí cuando sabemos que hay algunos Estados miembros en los que existen 550 coches por cada 1 000 ciudadanos —de motores diésel y de gasolina— y otros donde hay 100 o 120. Esto se armonizará, pero no a un nivel de 100 coches por cada 1 000 ciudadanos en Alemania, sino a 400 o 500 coches por cada 1 000 ciudadanos en Europa. Por lo tanto, necesitamos más eficiencia energética en el ámbito del transporte. A propósito, la forma más eficiente de transporte es la que se evita. En tercer lugar, está la industria y, en cuarto lugar, el sector de la energía.

La cuestión de la naturaleza vinculante de cualquiera de estas medidas se ha debatido en profundidad en el Parlamento Europeo. Hace unas semanas, sacamos a relucir este tema en un almuerzo informal en el Consejo de Energía. Puedo decirles que los Estados miembros y los ministros de energía están tratando el tema de la eficiencia energética con mucha delicadeza, pero todavía no están preparados para tomar una decisión sobre objetivos vinculantes. Por cierto, piensen en un Estado miembro como Polonia: ¿podrá con una reducción del 20 %? Lo dudo. O consideren un Estado miembro saturado como Alemania, Austria o Italia: ¿cómo conseguiríamos que Austria o Alemania, por ejemplo, aceptaran un recorte del 30 % para que Polonia pudiera adaptar su desarrollo económico, el número de coches por ciudadano o cualquier otra cosa a los objetivos? En este sentido, todavía nos quedan debates difíciles por delante en relación a cómo se aplicará esto en detalle en los diversos sectores —la industria, el sector de la energía, el transporte y la vivienda— y en los Estados miembros.

Ahora tendré en cuenta el informe y les agradezco sus contenidos. Quiero debatir este tema el 4 de febrero en el Consejo Europeo a fin de aclarar una vez más con cuánta seriedad se están tomando este asunto los gobiernos y después volveré a ustedes con una propuesta concreta de un nuevo plan de eficiencia energética. Estoy seguro de que entonces tendremos oportunidad en primavera y verano de discutir todo, incluida la cuestión de los objetivos vinculantes.

Teniendo presente el principio de subsidiariedad, quizás un plan de dos etapas podría ser el planteamiento adecuado. La primera etapa sería voluntaria. Esperaremos que se ofrezcan planes de acción nacionales en materia de eficiencia energética de forma anual y especificaremos lo que esperamos cada año en cuanto al logro de los objetivos, pero no esperaremos hasta 2020. Más bien, si procede, después de dos años pasaremos a objetivos vinculantes si observamos que durante los dos primeros años, la fase voluntaria no ha producido avances hacia el objetivo del 20 % en los Estados miembros. Muchas gracias por el debate de hoy.

 
  
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  Peter Liese, ponente de opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria.(DE) Señor Presidente, señor Oettinger, Señorías, en primer lugar, quisiera hacer una corrección: la versión alemana dice que soy el presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, pero eso no es correcto. Soy el ponente y, como tal, me gustaría expresar mi sincero agradecimiento al señor Bendtsen por su espléndido trabajo y su excelente cooperación. Ha presentado una estrategia ambiciosa sobre el tema de la eficiencia energética en la Unión Europea. La eficiencia energética es el medio más rentable para disminuir las emisiones y reducir nuestra dependencia de las importaciones de energía. Esto generará empleo en Europa y el dinero que invertimos ya no irá a parar a Rusia, Oriente Medio u otras regiones, sino que se quedará en nuestra economía.

La Comisión de Medio Ambiente ha aprobado un dictamen exhaustivo. No hay necesidad de que yo repita todo lo que incluye, pero también es muy ambicioso. Tampoco todo lo que incluye es de igual importancia. No obstante, me gustaría señalar de nuevo dos aspectos. En primer lugar, —ya hemos hablado de esto, señor Comisario— proponemos que la Unión Europea establezca un objetivo a largo plazo en el ámbito de la eficiencia energética, porque si planificamos hasta 2050, también necesitamos saber aproximadamente cuánto consumimos. En segundo lugar, también hemos destacado los problemas con la definición. Creo que deberíamos tomar como base la cantidad de energía consumida, ya que se puede medir y disponemos de datos para ello. No tenemos datos para nada más en lo que se refiere a la medición por unidad, por ejemplo. Por lo tanto, considero que este es el planteamiento correcto y espero que, en consecuencia, podamos incorporarlo a la estrategia durante los próximos meses.

 
  
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  Lena Kolarska-Bobińska, ponente de opinión de la Comisión de Desarrollo Regional.(PL) Señor Presidente, señor Comisario, la eficiencia energética es uno de los principales retos que afrontará la Unión Europea durante los próximos diez años. También es un elemento clave de nuestra estrategia energética. En la actualidad, la prioridad es que los Estados miembros apliquen las disposiciones constructivas del informe y la estrategia energética de la Comisión. Para que esto suceda, es necesario resolver varios problemas. A nivel comunitario, todavía estamos afrontando el problema de medir la eficacia energética. Actualmente utilizamos las previsiones de 2020 para este fin; sin embargo, no sería sensato adoptar objetivos jurídicos vinculantes basándose en estas previsiones. En cuanto al futuro, no somos clarividentes. Por eso, es necesario desarrollar una tecnología nueva y mejorada, como ya se ha mencionado en la discusión de hoy. Esta tecnología nos permitirá lograr nuestro objetivo.

También es importante tener en cuenta las diferencias regionales. La forma en que se usa la energía en Copenhague es distinta a como se usa en la zona oriental de Polonia. No existe ningún Plan de acción que se ajuste a todo y tenemos que asegurarnos de que estos planes son compatibles con la realidad. Las autoridades regionales y locales se encargarán de aplicar políticas sobre eficiencia energética y, por lo tanto, la Comisión Europea y los Estados miembros deberán coordinar sus actividades con las autoridades locales. De lo contrario, se les percibirá como burocracia y el origen de elevados costes para las regiones y los ciudadanos. Sin una gestión a múltiples niveles y la asignación de financiación para este objetivo, todo el proyecto estará condenado al fracaso.

 
  
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  Herbert Reul, en nombre del Grupo PPE.(DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, en primer lugar quisiera dar las gracias a quienes han trabajado en este informe y, en particular, al señor Bendtsen. Me gustaría mencionar dos aspectos y quizás hacerles reflexionar. Todos estamos de acuerdo en que la eficiencia energética, es decir, utilizar la energía de un modo económico, es la solución más simple y más sensata. La cuestión es: ¿cómo logramos este objetivo? También me gustaría plantear la siguiente pregunta: ¿en realidad, qué hemos logrado aquí en el Parlamento al seguir ofreciendo a la gente porcentajes nuevos y más elevados? ¿Realmente hemos logrado más y hemos tenido más resultados? ¿Por qué y en qué ámbitos hemos estado usando energía con mayor eficacia? Me han dicho que la industria, que consume mucha energía, utiliza la energía con más eficacia porque de esta forma ahorra dinero y porque le beneficia. También me han dicho que los ciudadanos saben que un aparato concreto consume más o menos energía, es decir, si pueden ver eso y pueden ver que algo que les beneficia, entonces se mostrarán a favor de la eficiencia energética. Tal vez trabajar con porcentajes sea completamente la forma equivocada de hacerlo y, en su lugar, deberíamos adoptar un enfoque basado en incentivos.

Mi segunda pregunta es la siguiente: el señor Comisario ha hecho algunas observaciones muy claras y elocuentes sobre lo complicado que es simplemente explicar lo que es la eficiencia energética. ¿Qué es en realidad? ¿Hasta qué punto se aplica de forma distinta en los Estados miembros? Mi colega diputado acaba de señalar que los Estados miembros también tienen situaciones muy diferentes en cuanto a sus economías y geografía, completamente diferentes. ¿Es la solución correcta trabajar con una estimación vinculante o no deberíamos pensar en algo distinto? Creo que, en cuanto a la política energética, necesitamos, hasta cierto punto, alejarnos del debate del pasado, que intentaba lograr algo con estimaciones simples, objetivos vinculantes y soluciones milagrosas, porque es evidente que no hemos conseguido bastante. Quizás, por primera vez, deberíamos intentar la ruta alternativa de soluciones variadas y diferenciadas, que tiene en cuenta las distintas situaciones, pero después también consigue resultados. Lo que importa es el resultado que logramos más que nuestras circunstancias particulares.

(El orador acepta contestar a una pregunta con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» de conformidad con el apartado 8 del artículo 149 del Reglamento.)

 
  
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  Hannes Swoboda (S&D).(DE) Señor Presidente, solo tengo una pregunta para el señor Reul. ¿No es posible disponer de objetivos vinculantes durante el desarrollo y considerarlos todavía diferenciados? Usted ha contrastado «vinculantes» y «diferenciados» mientras que creo que es posible unir ambos. Apoyo por completo algunas de las medidas que el señor Comisario ha propuesto, aunque tal vez podamos hallar una forma de avanzar de forma distinta en función de las circunstancias geográficas y de otros tipos, pero al final conseguir todavía objetivos vinculantes.

 
  
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  Herbert Reul (PPE).(DE) Señor Presidente, yo también soy partidario de soluciones diferenciadas y, como usted, señor Swoboda, estoy en proceso de considerar cómo se pueden producir este tipo de soluciones. No deberíamos descartar nada en absoluto con respecto a dónde hay que hacer algo. Tomaré hoy como mi punto de partida. En este momento, creo que es un enfoque equivocado conseguirnos básicamente un poco de margen con objetivos vinculantes y porcentajes. Les invito a todos ahora a que reflexionen sobre lo que podemos lograr y cómo, de forma gradual. Me entristece que no hayamos conseguido más. Quizás por eso debamos optar por un enfoque distinto.

 
  
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  Britta Thomsen, en nombre del Grupo S&D.(DA) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, me gustaría comenzar agradeciendo al señor Bendtsen y los demás ponentes su cooperación productiva en este informe.

Hemos conseguido llegar a un acuerdo en muchos ámbitos, en particular, en la ambición de recoger los frutos al alcance de la mano que son consecuencia de impulsar la eficiencia energética. Sin embargo, también se ha producido desacuerdo en algunos temas. No estamos de acuerdo cuando se trata de establecer objetivos ambiciosos y vinculantes para la eficiencia energética.

En mi opinión, resulta imprescindible que nos mantengamos firmes en el objetivo mínimo de aumentar la eficiencia energética en un 20 %. Ese es el camino a seguir si queremos una economía ecológica y sostenible que pueda generar un millón de nuevos empleos en Europa. No obstante, es fundamental que estos objetivos de eficiencia energética sean vinculantes para los Estados miembros, ya que para todos es evidente que la UE tiene recomendaciones y objetivos en una gran cantidad de esferas que nunca se llevan a cabo en la práctica porque no son vinculantes.

Al mismo tiempo, hemos visto que los objetivos vinculantes funcionan. Por lo tanto, es obvio que esto también se aplique a las medidas de eficiencia energética. Sabemos que esta es sencillamente la forma más barata de reducir las emisiones de CO2, que garantiza la seguridad del suministro y, al mismo tiempo asegura que las facturas de la calefacción de los consumidores no sean tan elevadas; y, además, menos gasto en las facturas de la calefacción representaría un avance, en especial, para los muchos europeos afectados por lo que podríamos denominar pobreza energética.

Los ciudadanos padecen pobreza energética si una proporción relativamente grande de sus ingresos tiene que gastarse en calentar su hogar. En la actualidad no existen definiciones comunes de pobreza energética, ni existen iniciativas políticas adecuadas para reducirla. Las consecuencias de la pobreza energética son desastrosas porque esta da lugar al deterioro de la salud y las condiciones de vida generales de los grupos de bajos ingresos. Por consiguiente, debemos ofrecer créditos baratos para inversiones en eficiencia energética en los hogares y también debemos utilizar los Fondos Estructurales para este fin.

Espero con interés la votación de mañana y espero que podamos conseguir una amplia mayoría para respaldar el informe y medidas más contundentes para combatir la pobreza energética.

 
  
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  Fiona Hall, en nombre del Grupo ALDE.(EN) Señor Presidente, quisiera rendir homenaje al señor Bendtsen que ha trabajado muchísimo en este informe y ha cooperado estrechamente con los ponentes alternativos de otros partidos. Ha conseguido reunir a diputados en torno a este tema y merece una calurosa felicitación.

El ahorro de energía marca muchísimas casillas. En primer lugar, el cambio climático. Cancún nos ha recordado cuánto necesitamos hacer y el ahorro de energía es la forma más barata y sencilla de pasar a una reducción del 30 % en los gases de efecto invernadero. En segundo lugar, la seguridad energética. La semana pasada estuve en Zagreb discutiendo la adhesión de Croacia con colegas liberales y me dijeron que Croacia importa el 50 % de su energía y también utiliza el doble de la energía que utilizaría si se aplicaran medidas de eficiencia energética.

Ahora que la energía es una competencia europea común de conformidad con el Tratado de Lisboa, la eficiencia energética también debe ser una responsabilidad común.

Prestando más atención al plano del ahorro energético, también estamos tratando los problemas prácticos que los ciudadanos afrontan en su vida. Hay demasiada gente que padece la pobreza energética, pasando dificultades para mantener cálidas unas viviendas que no cuentan con el aislamiento adecuado. Hacer que los hogares sean más eficientes desde el punto de vista energético permite que la gente tenga más dinero para gastarlo en la economía local en una época de dificultades económicas y financieras. Esto también generaría muchos miles de puestos de trabajo en la economía local.

Así pues, dados todos estos resultados positivos, sorprende bastante darse cuenta de que un objetivo del 20 % en eficiencia energética es la parte del paquete de medidas para 2020 que actualmente está destinada al fracaso, como ha dicho el señor Comisario. Por supuesto, las últimas estimaciones demuestran que vamos camino de alcanzar tan solo el 9 % del 20 % previsto para 2020.

Y ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos y admitir que nos equivocamos en 2008. En aquel entonces, deberíamos haber hecho que el objetivo fuera vinculante y realmente es necesario que ahora avancemos y encontremos formas para hacerlo posible.

Agradezco al señor Comisario que nos haya ofrecido una visión muy reveladora de lo que está preparando para el próximo año. Creo que aquí ha llegado el momento de tomar la decisión política de que necesitamos un objetivo vinculante en materia de ahorro energético, porque sin él realmente estamos socavando todo lo que hacemos en las esferas de la economía, la seguridad energética y el cambio climático.

 
  
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  Yannick Jadot, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, primero me gustaría felicitar al ponente por la calidad de su trabajo y, en principio, evidentemente, apoyar la aprobación de este informe ya aprobado en la Comisión de Industria, Investigación y Energía.

Pasemos ahora al increíble potencial asociado con el ahorro de energía, una idea que se ha señalado aquí. Los informes de la Comisión Europea dicen que si detenemos nuestro excesivo consumo de energía, si reducimos nuestro derroche energético en un 20 %, podríamos crear un millón de puestos de trabajo, podríamos ahorrar casi 1 000 euros por hogar en Europa y podríamos, obviamente, reducir nuestra factura energética exterior.

Una reducción o ahorro de energía del 20 % es el equivalente a quince proyecto Nabucco en términos energéticos y en la actualidad no alcanzamos ese objetivo. La señora Hall ha presentado esta idea ya mí me parece que tenemos problemas con los cálculos. Si los informes hoy demuestran que estamos lejos de lograr el 20 %, entonces podemos evaluar el ahorro que conseguimos o no cada año. También sabemos que este planteamiento de diseño y etiquetado ecológicos para coches, etc., no produce coherencia general y nos permite obtener los resultados que buscamos.

Me sorprende un poco el debate que estamos celebrando aquí. Disculpe, señor Comisario, pero cuando usted dice que tenemos un problema al definir la eficacia energética, esto puede que sea cierto desde un punto de vista teórico, pero el paquete de medidas sobre clima y energía es muy claro en cuanto al objetivo. Pues dice que el consumo de energía debe reducirse en un 20 % por debajo del nivel de referencia. Este problema no tiene nada que ver con la definición de eficiencia energética. Existen niveles de energía a los que debemos volver, eso es lo que dice el paquete de medidas sobre clima y energía.

Se nos dice que no necesitamos un objetivo vinculante. Así que estamos fijando uno sobre las energías renovables. Hace unos días, en Cancún, la Comisión Europea negoció un acuerdo vinculante sobre el cambio climático e intentó defender el Protocolo de Kioto y en esta Cámara estamos citando los argumentos de los Estados Unidos y China diciendo: «Optaremos por los objetivos voluntarios y, después, si un día nos damos cuenta de que no están funcionando, estableceremos objetivos vinculantes».

En relación con el informe que nos ocupa, varios diputados han propuesto que se refuerce la parte sobre los edificios. Existe la posibilidad de adoptar una iniciativa europea a gran escala sobre los edificios, que sin embargo representa el 40 % de nuestro consumo de energía; podemos ir mucho más lejos en materia de renovación.

Por último, en la actualidad los ciudadanos se enfrentan al frío. Están pagando unos precios muy elevados por su energía. Si Europa sale de la crisis, la energía será mucho más cara en todo el mundo. Los ciudadanos se enfrentarán a un incremento que duplicará los precios de la energía. Debemos actuar con mucha más rapidez y también quisiera pedirle, señor Comisario, que haga el favor de recalcarle al señor Van Rompuy que la reunión del 4 de febrero también debería ser una reunión sobre el consumo energético. Desde esta perspectiva, el plan de trabajo que él propone hoy es indignante.

 
  
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  Konrad Szymański, en nombre del Grupo ECR.(PL) Señor Presidente, quisiera ante todo agradecer al ponente la cooperación tan constructiva y abierta en la preparación del informe. En mi intervención, me gustaría centrarme en una cuestión. Nuestro grupo político no podrá aceptar la introducción de objetivos energéticos vinculantes para el sistema europeo. En primer lugar, no disponemos de una metodología común para medir la eficiencia; demasiados indicadores no son comparables. Los objetivos deberían fijarse para cada país por separado, de tal manera que el diverso potencial de ahorro se tenga en cuenta además de los logros actuales en este ámbito. Pondré el ejemplo de mi país: desde 1990, Polonia ha mejorado su eficiencia energética en un 50 %. A pesar de esta mejora, Polonia sigue siendo un país de poca eficiencia en comparación con la media europea. La introducción de un objetivo uniforme y vinculante será perjudicial desde el punto de vista político y supondrá que el coste de introducir cambios se reparta de forma desigual entre los Estados miembros.

 
  
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  Marisa Matias, en nombre del Grupo GUE/NGL.(PT) Señor Presidente, yo también quiero comenzar diciendo que creo que este es un buen momento para presentar una propuesta de revisión del Plan de acción sobre eficiencia energética y, si hay alguna duda, creo que el debate que estamos celebrando aquí hoy aclarará las cosas. La política de eficiencia energética es absolutamente fundamental en varios sectores, desde los edificios hasta las infraestructuras energéticas, las tecnologías de la información y la comunicación, el transporte, la financiación, todas estas cuestiones y muchas más, y todos los demás sectores. Es esencial que dispongamos de políticas coordinadas y articuladas, porque de lo contrario, no podremos lograr nuestros objetivos. La política de eficiencia energética también es fundamental para que podamos combatir el cambio climático, como ya se ha mencionado, en materia de la reducción de emisiones a la que tenemos que responder.

No podemos tener un debate, por un lado, en apoyo de la reducción de emisiones y, por el otro, tener otro debate relativo a la eficiencia energética diciendo que no es posible. Por lo tanto, me gustaría señalar algunas ideas que me parecen fundamentales en esta discusión. En primer lugar, es importante que establezcamos objetivos vinculantes. Como ya se ha mencionado anteriormente, la situación por la cual todavía tenemos criterios voluntarios simplemente nos ha conducido a la situación en la que nos encontramos ahora: no podemos fijar objetivos vinculantes porque será imposible alcanzar una eficiencia energética del 20 % para 2020 y le diremos a la población europea que, al final, fue una promesa vacía y que en realidad lo que va a pasar es algo completamente distinto, porque solo conseguimos el 9 %. Creo que este es un argumento inaceptable que resulta contradictorio en sí mismo, ya que el hecho de que no vayamos a alcanzar una eficiencia energética del 20 % es precisamente porque no establecemos objetivos vinculantes para ello. Si los objetivos tienen este efecto, también tienen el efecto de ofrecer la motivación para políticas y proyectos. Si no queremos hacerlo, estamos siendo cobardes y no podemos depender de la buena voluntad. Tenemos que depender, por desgracia en este caso, de la voluntad política.

Espero que mañana, la voluntad política se incline hacia el establecimiento de este objetivo de eficiencia energética del 20 % para 2020 y no solo porque lograr esto permitirá que se creen un millón de puestos de trabajo, nuevos empleos, y estamos en una situación en la que no podemos perder la oportunidad de crear empleo. Lo que parece que está ocurriendo aquí con el hecho de no asumir ningún compromiso común es lo mismo que está pasando con la política económica a nivel europeo.

La Unión Europea se muestra incapaz de tener una política económica para la creación de empleo. También se muestra incapaz de tener una política común para la eficiencia energética. Espero que esto no sea así, espero que consigamos resultados no solo en este sector, sino también en el sector de la construcción, y sinceramente espero que mañana podamos dar una respuesta no solo coordinada y articulada, sino una respuesta a la crisis que estamos viviendo.

 
  
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  Jaroslav Paška, en nombre del Grupo EFD.(SK) Señor Presidente, la revisión negociada del Plan de acción para la eficiencia energética describe muchas formas en las que la Unión Europea podría contribuir a hacer realidad su ambición de una reducción prevista del volumen de gases de efecto invernadero para 2020.

La filosofía de la elaboración presentada se basa en la noción lógica de que podemos conseguir recortes drásticos en los costes de producción y la contaminación ambiental si logramos gestionar la energía de un modo racional y si adoptamos las medidas necesarias y asequibles para limitar el derroche energético en todos los sectores de consumo de energía. Las medidas propuestas no conciernen solo al ámbito de la infraestructura energética, es decir, la producción y transmisión de energía, sino también al sector de la construcción, la producción industrial y el transporte. Las medidas se describen en general como premisas fundamentales, sin ninguna necesidad de describir su beneficio esperado. Sin duda, es positivo que la UE disponga de una especie de lista que recoja las medidas que permiten un aumento gradual de la eficiencia energética. Sin embargo, con respecto al plazo del objetivo para el compromiso de la UE de reducir en un 20 % el volumen de gases de efecto invernadero que se producen en Europa para 2020, quizás fuera buena idea pensar en las medidas, el alcance, el coste y el resultado final que estamos dispuestos a aplicar durante los próximos diez años en el marco de las opciones y competencias actuales.

No estoy diciendo que debamos renunciar a promover cambios o aumentar la eficiencia en la producción y transmisión energéticas, sino que, considerando el coste y el tiempo necesarios para la planificación, el diseño y la aplicación, no creo que se produzcan muchos cambios en este ámbito antes de 2020, ni siquiera en varias de las demás medidas propuestas. Por lo tanto, creo firmemente que sería positivo que la Comisión ahora pudiera seleccionar medidas del amplio documento antes mencionado que sean viables desde una perspectiva organizativa, financiera y de programación, y en las que podamos centrarnos con objeto de crear un fuerte impulso inicial para la adopción de una filosofía de gestión energética, como elemento del pensamiento de la comunidad experta al principio y del público en general más adelante. Después de todo, señor Comisario, ya estamos tratando de ofrecer apoyo con la calefacción de edificios y animando a la población a cambiar bienes de consumo o coches, de tal manera que puedan adquirir otros mejores y más eficientes. Continuemos con esto de una forma más convincente y quizás más sofisticada y promovamos más la introducción de medidas nuevas y sensatas. En mi opinión, esa es la manera de impulsar la eficiencia energética.

 
  
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  Arturs Krišjānis Kariņš (PPE).(LV) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, tengo una pregunta. ¿Quién sabe cuánto petróleo y gas importamos en Europa? ¿Quién sabe cuánto petróleo y gas extraemos en Europa? La respuesta es que, aunque extraemos cierta cantidad en Europa, en comparación con nuestras necesidades, importamos petróleo y gas a gran escala de Oriente Medio y Rusia. Esta dependencia de las importaciones, que es una tendencia en aumento, también significa que se nos está haciendo cada vez más difícil desarrollar relaciones con estos terceros países de forma objetiva. No obstante, Señorías, reflexionemos un momento sobre lo que representa esta importación de petróleo y gas. ¿Qué significa para nuestras poblaciones? En realidad, es la exportación de dinero de Europa a estos terceros países. Mediante la importación de petróleo y gas, en realidad estamos exportando dinero.

¿Qué sabemos sobre el futuro? Sabemos que en el futuro, el precio que pagamos por el petróleo y el gas únicamente aumentará, porque estos recursos están pasando a ser cada vez menos accesibles y su extracción cada vez más cara. Esto significa que en el futuro, si no cambiamos nuestro comportamiento, seguiremos exportando cantidades cada vez más elevadas de dinero de la Unión Europea a terceros países.

Señorías, hay una forma simple de detener esta exportación masiva de dinero de la Unión Europea y es muy sencilla: podemos hacerlo conservando energía. Al conservar energía, en realidad estaremos ganando dinero, que podemos invertir no en terceros países sino en nuestras propias economías. Así que pido a mis colegas diputados que presten su apoyo al informe del señor Bendtsen sobre la eficiencia energética, que constituye una forma en la que podemos contribuir a nuestra economía. Gracias por su atención.

 
  
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  Marita Ulvskog (S&D).(SV) Señor Presidente, a mí también me gustaría comenzar expresando mi agradecimiento al señor Bendtsen. La conclusión está muy clara en el informe. Necesitamos objetivos vinculantes en materia de eficiencia energética lo antes posible y esto es importante por un sinfín de motivos: motivos económicos y motivos relativos a la competencia, el empleo, el medio ambiente y el clima.

El Comisario Oettinger ha mencionado la cuestión del lenguaje. Esto tiene que ver con el ahorro energético o la eficiencia energética y la cuestión es la siguiente: ¿de qué estamos hablando en realidad? En mi país, solemos decir que es estúpido dejar que el fuego suba por la chimenea. Dicho de otro modo, no deberíamos usar nuestros recursos energéticos de tal forma que los beneficios que estos nos reporten resulten insuficientes. Eso es obvio y varios de ustedes ya han mencionado el equilibrio entre la producción de energía y los costes de producción, asumiendo riesgos con ello y el consumo de energía. Desde luego, debemos ser lo más inteligentes posible.

¿Cómo hemos de medir los objetivos que ha mencionado el señor Comisario? Al igual que en todos los demás contextos en los que tenemos ambiciones comunes a escala global o europea, debemos ponernos de acuerdo en un método de medición común y después decidir sobre los objetivos vinculantes. Lo que estamos poniendo a prueba ahora mismo es la ineficacia de no tener objetivos vinculantes y, usando el método paso a paso, estamos posponiendo para el futuro la introducción de un cambio. Creo que deberíamos dejar de hacer eso y deberíamos apoyar al señor Bendtsen.

 
  
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  Jorgo Chatzimarkakis (ALDE). (DE) Señor Presidente, señor Comisario, la eficiencia energética siempre ha sido el principal recurso que se nos ha ofrecido. Es el gigante dormido con un potencial oculto pero enorme para la economía energética europea. Todo eso es cierto y lo bonito que tiene es que está libre de ideologías. Sobre todo, el enfoque de este asunto puede ser neutral desde el punto de vista tecnológico.

Todo eso nos interesa aquí y hay una idea que evidentemente también es un poco divisionista, es la cuestión de que los objetivos sean o no vinculantes. En este sentido, debo decir, señor Comisario, que me gusta su enfoque de dos etapas por el cual ustedes empiezan confiando en los Estados miembros y estableciendo acuerdos voluntarios y después, si observamos que no alcanzaremos los objetivos para 2020, puede ser que apretemos las tuercas. Ese es el enfoque correcto que hay que adoptar.

Este informe, en general, avanza en la dirección correcta, hay poco que criticarle. Sin embargo, hay una cuestión que me gustaría plantear, que es el papel de los fondos regionales. Usted ya lo ha mencionado, señor Comisario. En los fondos regionales, además de los Fondos de Cohesión, en la Unión Europea tenemos un instrumento inmenso en nuestras manos que no estamos aprovechando. En este campo de la eficiencia energética, podríamos crear por fin un valor añadido europeo al que podríamos dar uso de forma innovadora para comprender la eficiencia energética de una manera que no se ha hecho antes. Como actual ponente para la aprobación de la gestión presupuestaria para la Comisión, veo lo mal que hemos derrochado el dinero en la esfera de la cohesión. ¡Pongamos fin a ese derroche! Respaldo la importancia que usted le concede a este asunto, Comisario Oettinger, y el hecho de que usted intente dar pie a un mayor uso de estos fondos, entre otras cosas, para este instrumento de eficiencia energética. Esa es la única forma de asegurarnos de que realmente exista cohesión, al menos en el sector de la energía.

Creo que debo advertir de las campañas de difamación, como vimos con las bombillas y con las alcachofas de ducha. Estas campañas son el tipo de cosas que alienan a los ciudadanos. Así pues, debemos asegurar que nuestro objetivo sea lograr eficiencia energética en general y que tengamos presente esta meta sin llevar a cabo campañas de difamación política que, en última instancia, lo que consiguen es que los ciudadanos pierdan su impresión positiva de la UE.

 
  
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  Bas Eickhout (Verts/ALE).(NL) En primer lugar, me gustaría dar las gracias al ponente, el señor Bendtsen, por el informe que ha preparado y que sienta las bases de lo que es necesario que ocurra aquí.

No obstante, miremos todo con perspectiva. Todo el mundo sabe que, para 2050, Europa tiene que reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 80 % o, como nosotros defendemos, en un 95 %. Ese es un reto increíble. ¿Dónde podemos conseguir el mayor ahorro? El mayor ahorro se conseguirá si consumimos aún menos energía. Entonces necesitaríamos importar menos energía, reemplazar menos energía, es decir, desarrollar menos alternativas, y ese es simplemente el camino más barato a seguir. Por lo tanto, es absurdo que, aunque ya sabemos que Europa va en camino de incumplir este objetivo de conservación de energía, nosotros, y en especial quienes estamos en la Comisión, sigamos centrándonos en lograr objetivos de reducción y energía renovable. Esto significa que la conservación de energía, o el uso de menos energía, constituye un objetivo que no vamos a poder cumplir.

Sin embargo, hay tanta energía que podría ahorrarse en todo lo que nos rodea. Por ejemplo, en el entorno urbano. El entorno urbano consume alrededor del 40 % de nuestra energía, cuyo 99 % corresponde a los edificios existentes. Estos tienen que adaptarse para hacerse más eficientes energéticamente. La tasa actual de adaptación en Europa se sitúa en el 1,4 % al año: es decir, nos costará más de 60 años reemplazar nuestro entorno urbano en su totalidad. Esto nos llevará hasta 2070, pero, mientras tanto, nos hemos fijado objetivos que tenemos que alcanzar ¡antes de 2050!

Precisamente de eso se debería tratar: tenemos que garantizar que podemos ahorrar energía en el entorno urbano, por ejemplo, en un plazo mucho más corto, y por eso hemos presentado una enmienda para una iniciativa europea para la construcción. Esto ahorrará dinero a todos, es una opción más barata, nos prepararemos para el futuro y —lo que es más importante— ahorrará dinero a los ciudadanos, que no tendrán que gastar tanto en energía. Ahora bien, ese es un argumento que ustedes casi nunca escuchan. Sin embargo, a la larga, los ciudadanos gastarán menos en energía. ¡De eso es de lo que debería tratar todo este asunto!

 
  
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  Zbigniew Ziobro (ECR).(PL) Señor Presidente, desde septiembre de 2009, los europeos han estado cambiando las bombillas tradicionales, a las que se habían acostumbrado, por aquellas producidas con nueva tecnología de ahorro energético. La necesidad de este cambio se justificó con eslóganes de ahorro energético y el cambio ha tenido lugar a pesar de los indicios de que el coste financiero que deberían soportar los ciudadanos de la UE sería demasiado, especialmente durante un periodo de tiempo tan corto. Es un secreto a voces que los datos presentados por aquel entonces por la Comisión Europea sobre los efectos de este cambio procedían de materiales publicitarios de los productores de estas bombillas de nueva tecnología y hay numerosas pruebas que indican que esto fue así.

En el informe que estamos debatiendo, podemos ver igualmente suposiciones demasiado optimistas. Se hace escasa referencia a las diferencias de desarrollo entre los Estados miembros de la UE y, en consecuencia, a los costes que tendrán que asumir si se aplican las recomendaciones. Si las instalaciones industriales deben lograr una mejora anual de la eficiencia energética del 2 %, mientras que, al mismo tiempo, reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, el resultado será un aumento de los costes de producción y el traslado de la producción fuera de Europa.

 
  
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  Jacky Hénin (GUE/NGL).(FR) Señor Presidente, intentar conseguir ahorro es todo un reto, un reto que nos permitirá reducir la dependencia de Europa, un reto que nos permitirá liberar recursos financieros considerables que puedan financiar la investigación de nuevas formas de producción energética y un reto que nos permitirá revitalizar nuestras regiones.

Aunque la eficiencia energética de los edificios debe ser nuestra principal preocupación, es indispensable que los objetivos y medidas de la Unión, al igual que los de los Estados miembros, se centren en la vivienda social, porque los más pobres son quienes más deben beneficiarse de nuestras iniciativas de eficiencia energética. Debemos poner fin a este escándalo de hacer que los más pobres paguen las facturas de energía más elevadas, mientras que, al mismo tiempo, con la excusa de la eficiencia energética, se crean vacíos fiscales que permiten que los más ricos reduzcan sus facturas a la vez que pagan menos impuestos.

Una verdadera política de eficiencia energética también debería representar una oportunidad para vender electricidad a menor precio a los ferrocarriles, metros y tranvías, como pasaba en Francia antes de que las directivas europeas sobre el mercado único de la energía lo prohibieran.

Así pues, una de las primeras medidas sería abolir el mercado único de la energía en la Unión, porque la competencia en un producto como la electricidad, que no puede almacenarse y es difícil de transportar, es una aberración con respecto a la eficiencia energética.

Por último, la eficiencia energética no creará empleos de alta calidad a menos que se base en una auténtica iniciativa industrial estratégica comunitaria que esté libre de las limitaciones del libre mercado.

 
  
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  Bogdan Kazimierz Marcinkiewicz (PPE).(PL) Señor Presidente, coincido con el ponente en que se debería conceder más importancia a la innovación en materia de sistemas, como las redes inteligentes, los sistemas de medición inteligentes, una integración más fácil de las tecnologías renovables y también el desarrollo de una estrategia global para los productores y distribuidores de generación de calor. Sin embargo, creo que el mayor ahorro y la mayor eficiencia se deben lograr fomentando la responsabilidad personal de todo ciudadano europeo. Al igual que aprendimos a ahorrar agua, tenemos que aprender a respetar la energía y usarla con eficacia. Todos los procedimientos para conceder permiso a nuevas infraestructuras se debería simplificar y acelerar con el fin de aprovechar al máximo el ahorro potencial.

La eficiencia y seguridad energéticas serán prioritarias durante la próxima Presidencia húngara de la Unión Europea. Polonia, que asumirá la Presidencia después de Hungría, y que ha incluido el tema de la seguridad energética en su programa, también intensificará el debate sobre soluciones modernas, legislativas y no legislativas, que permitan al sector energético europeo seguir siendo competitivo al tiempo que mejora la eficiencia energética.

Llegado este momento, tengo que señalar que personalmente pienso que una cuestión cada vez más crítica es la plausibilidad de las previsiones y la calidad del modelo PRIMES utilizado por la Unión Europea, en especial, considerando que no se logró un consenso en Cancún. Este es un tema para otro debate, pero me gustaría pedir que ahora se considerara un nuevo enfoque posterior a la crisis del tema del consumo y las demandas de energía en la Unión Europea. El transporte parece ser la forma más adecuada de aplicar soluciones modernas y eficientes en materia de energía. La eficiencia energética en la Unión Europea debería adaptarse a la demanda, que está vinculada directamente al gasto y los cambios en los hábitos de los ciudadanos. En mi opinión, los cambios se producirán mediante beneficios cuantificables para los consumidores e incentivos apropiados y formas a largo plazo de financiar a los fabricantes.

 
  
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  Francesco De Angelis (S&D).(IT) Señor Presidente, Señorías, el informe del señor Bendtsen es positivo por como mínimo cuatro razones:

– reafirma que la eficiencia energética es la forma más eficaz y rápida de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y que un compromiso firme para ofrecer recursos e inversión en este ámbito dará lugar al crecimiento económico y la creación de empleo para las pequeñas y medianas empresas;

– formula propuestas válidas sobre instrumentos financieros viables y pide a la Comisión que se centre con firmeza en la formación profesional, el acceso a la información para pequeñas y medianas empresas y la restauración de los edificios actuales;

– establece objetivos específicos y confirma los contratos de rendimiento energético como instrumento para adquirir un ahorro de energía garantizado y una plataforma de lanzamiento para crear empleo y reducir las facturas de los ciudadanos europeos;

– por último, el informe será mucho más útil si se pueden establecer objetivos vinculantes en materia de emisiones sin condiciones ni objeciones.

Debemos hacer que el objetivo del 20 % sea un objetivo alcanzable; no podemos dejar pasar esta oportunidad, puesto que transmitiría una señal esperanzadora a Europa.

 
  
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  Vladko Todorov Panayotov (ALDE).(BG) Señor Presidente, lograr un alto grado de eficiencia energética es el primordial objetivo político de la Unión Europea, ya que constituye un elemento integral de la estrategia general de desarrollar una economía competitiva y con bajas emisiones de carbono que estimule la actividad empresarial y mejore el empleo creando muchos nuevos puestos de trabajo. Con la votación de mañana sobre el plan de eficiencia energética, el Parlamento Europeo transmitirá una señal firme a la Comisión y el Consejo sobre la necesidad de medidas urgentes y específicas en este ámbito.

En primer lugar, insto a la Comisión Europea a que realice un análisis minucioso de la eficacia de la legislación existente sobre la renovación de las viviendas actuales y normas energéticas más estrictas para las nuevas construcciones. Crear una infraestructura eficaz desde el punto de vista energético y desarrollar tecnologías modernas para vehículos son otras prioridades importantes que espero que formen parte del nuevo plan de eficiencia energética de la Comisión para 2011.

En conclusión, yo diría que la eficiencia energética puede y debe convertirse en un negocio rentable. Así puede hacerlo por sí sola y producir un gran beneficio social.

 
  
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  Ilda Figueiredo (GUE/NGL).(PT) Señor Presidente, la realidad demuestra que no basta con aprobar un Plan de acción para la eficiencia energética. Es preciso realizar una evaluación de los resultados del plan de 2006 y poner en práctica políticas que contribuyan a alcanzar los objetivos, mediante la diversificación de los métodos para aumentar la eficiencia energética. El argumento de la crisis no puede usarse como excusa para no cumplir el objetivo del 20 % en 2020, ni para derribar soluciones que resuelvan el grave problema de la pobreza energética.

Es importante dar a conocer las experiencias positivas de otros países, sin olvidar a China y los Estados Unidos, y apostar por la financiación de medidas que aumenten la eficiencia energética en los edificios, las viviendas sociales, el transporte y la industria. Se deberían incluir los recursos necesarios en el presupuesto comunitario para apoyar a los Estados miembros y las familias que tienen más dificultades. La eficiencia energética también aumenta el empleo, reduce la pobreza y es un factor de progreso y desarrollo social. Debemos invertir en esto.

 
  
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  Richard Seeber (PPE).(DE) Señor Presidente, señor Comisario, usted ha propuesto un plan muy sensato y el señor Bendtsen lo ha hecho aún mejor. Debemos conseguir salir de la ecuación «más crecimiento económico equivale a más consumo energético al mismo tiempo». Esto nos plantea un reto particular a nosotros, como políticos, puesto que disponemos de un progreso tecnológico normal que, por supuesto, se caracteriza por el hecho de que tenemos más productos eficientes energéticamente y modos de funcionamiento económico. Sin embargo, a pesar de nuestro fuerte crecimiento económico, debemos conseguir que se reduzcan nuestras facturas de energía. En este sentido, es preciso que propongamos soluciones verdaderamente innovadoras y ofrezcamos los incentivos adecuados a través de políticas. Además, la historia económica ha demostrado que las sociedades que disfrutaron de mayor éxito a largo plazo fueron aquellas sociedades que hicieron de esta eficiencia —ya fuera en relación con las materias primas o la energía— el lema en el que basaron sus vidas. Este es un reto particular para nosotros los europeos, con nuestro alto nivel de vida.

Debemos promover la eficiencia energética si, siendo realistas, esperamos conseguir nuestros objetivos climáticos. También me gustaría tomarme la libertad de recordarles que reducir la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles sigue siendo un objetivo político importante. Además, el capital que se libera como resultado de las facturas de energía más reducidas permite un mayor potencial de consumo que, además, puede contribuir a nuestro crecimiento económico a largo plazo.

Dicho esto, creo que el enfoque que ustedes han elegido, es decir, no fijar estos objetivos de forma vinculante, es el correcto. No deberíamos perdernos en debates sobre definiciones y problemas de medición. Es importante que tracemos el camino a seguir. La Comisión y el ponente están adoptando el enfoque correcto en este sentido. Sin duda, deberíamos dejar este objetivo como no vinculante, pero eso no significa que debamos moderar nuestras ambiciones. Por los motivos expuestos, se debe seguir estableciendo grandes ambiciones, pero elegir un camino en el que esto solo pueda lograrse a través de un objetivo vinculante no es la forma adecuada de hacerlo, así que nuestro Grupo rechazará ese planteamiento.

 
  
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  Hannes Swoboda (S&D).(DE) Señor Presidente, me gustaría comenzar felicitando al señor Bendtsen por un informe muy bueno. Básicamente, solo quiero hacer una observación, señor Comisario, y es que usted tiene experiencia en política regional, en un gran Estado federado en Alemania, mientras que yo la tengo en política local. No conseguiremos los objetivos, ya sean vinculantes o no —y yo defiendo los objetivos vinculantes— si no nos dirigimos a los Estados, las regiones y las comunidades directamente y les concretamos lo que se puede hacer. Cuando pienso en la renovación de las políticas de vivienda y transporte —que, gracias a Dios, usted ha mencionado en repetidas ocasiones— y en la lucha contra la pobreza, estas son esferas que no se encuentran reguladas a nivel nacional sino fundamentalmente a niveles local, regional y municipal. Por lo tanto, también tenemos que actuar a esos niveles. Sería una gran oportunidad atraer a las ciudades y las comunidades a nuestro gran proyecto europeo de eficiencia energética, ahorro energético y, por supuesto, otros ámbitos de política energética.

Así que quisiera pedirles que actúen en consecuencia y quizás también que consideren cómo podemos llegar mejor a los ciudadanos, en concreto a través de las ciudades, las comunidades y las regiones, puesto que esa conexión es imprescindible para conseguir la aceptación de esos objetivos, ya sean vinculantes o no.

 
  
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  Maria Da Graça Carvalho (PPE).(PT) Señor Presidente, señor Comisario, la eficiencia energética es fundamental para aumentar la seguridad del suministro, mejorar la calidad del aire, reducir las emisiones de efecto invernadero y potenciar la competitividad de nuestra sociedad. Eficiencia energética significa hacer más con menos recursos. Este informe establece una visión ambiciosa para la eficiencia energética mediante, por ejemplo, la introducción de metas individuales e incentivos positivos. Se introducen elementos importantes en cuanto a la modernización de las infraestructuras de la energía, como por ejemplo las redes inteligentes, la eficiencia energética en los edificios y los transportes, el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones y el desarrollo de la investigación científica en el ámbito de la energía.

Este informe subraya la necesidad de duplicar los fondos para la investigación científica en el desarrollo tecnológico y la demostración en el campo de la energía. Con respecto a la financiación, el informe insta al uso de los Fondos Estructurales como apoyo a la eficiencia energética y pide que esto sea prioritario en el presupuesto comunitario a partir de 2013.

Por todo lo anterior, me gustaría felicitar al ponente, el señor Bendtsen, por la excelente labor realizada y por el equilibrio conseguido y me gustaría invitarles a todos ustedes a apoyar este importante informe.

 
  
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  Zigmantas Balčytis (S&D).(LT) Señor Presidente, aunque se han introducido muchas medidas legislativas en el ámbito de la eficiencia y ahorro energéticos, no todas ellas están produciendo los resultados deseados. De acuerdo con investigaciones científicas, al ritmo de avance actual, ni siquiera llegaremos a la mitad del objetivo establecido del 20 %. Por lo tanto, es necesario adoptar medidas más vinculantes y mayor control en los Estados miembros. Creo que al revisar el Plan de acción para la eficiencia energética, la Comisión Europea debe tener en cuenta seriamente el hecho de que los Estados miembros no están explotando bastante las oportunidades de ahorro energético, lo cual impide que aumente la independencia energética. Asimismo, es necesario que cada uno de los Estados miembros establezca objetivos vinculantes de eficiencia energética y supervise cómo se aplican, porque de lo contrario, el enorme potencial del ahorro energético seguirá estando por explotar.

 
  
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  Lambert van Nistelrooij (PPE).(NL) Señor Presidente, señor Comisario, me alegro de poder hacer algunas observaciones sobre este informe. Se trata de un informe excelente, porque nos permitirá conseguir varias cosas a la vez: no solo los objetivos medioambientales y de reducción de CO2, sino también nuestros objetivos de producción y otros objetivos encaminados a garantizar que sigamos siendo competitivos. Será positivo tanto para el medio ambiente como para la economía.

Señor Comisario, usted también ha hablado sobre su ambición de elaborar un Plan de acción a corto plazo. Sin embargo, permítame hacer tres puntualizaciones: en primer lugar, sobre los planes de acción nacionales para la eficiencia energética. Hay mucho por mejorar al respecto y es necesario que la Comisión Europea examine dichos planes de forma crítica. Señor Comisario, usted ha señalado que trabajará en dos etapas. La primera etapa incluirá la consulta, pero presionando un poco, y la segunda posiblemente incluya cierto grado de coacción. En mis discusiones anteriores con el señor Comisario y en mis enmiendas, he insistido en la presión que se está aplicando y me alegro de que esta cuestión ahora gane importancia.

Solo tengo una pregunta para usted, señor Comisario: ¿dispondrá de suficientes instrumentos que le permitan resistir hasta el final al mismo tiempo que avanza hacia la etapa de coacción? ¿Podría ofrecernos una análisis de ese aspecto, ahora o en un futuro cercano, o en su Plan de acción?

Mi segunda observación tiene que ver con la política regional. El señor Swoboda también ha hablado sobre esto. Se podría hacer mucho con esos fondos. En la mayoría de los países, los fondos que están disponibles ni siquiera se utilizan para mejorar la eficiencia energética. Por lo tanto, he presentado una enmienda del artículo 81 con el fin de aclarar su redacción. No siempre tiene que significar más dinero; se trata también de gastar los recursos existentes de forma sensata.

Por último, mi tercera puntualización —y aquí también estoy de acuerdo con el señor Swoboda— necesitamos conseguir que los ciudadanos, las autoridades locales y las empresas participen más en la conservación de energía, a través de medidas como, por ejemplo, marcas de calidad, convenios con alcaldes y acuerdos con la industria. En mi país, los Países Bajos, un acuerdo con la industria ya ha producido una mejora anual del 2 % en eficiencia energética. Ahora bien, ¡esa es una medida de lo que podríamos lograr en términos concretos! Gracias, le deseo toda la suerte del mundo y gracias al ponente.

 
  
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  Silvia-Adriana Ţicău (S&D).(RO) Señor Presidente, entre 50 y 125 millones de ciudadanos europeos se ven afectados por la pobreza energética. Por eso creo que se debería dar prioridad a las políticas de ahorro y eficiencia energéticos en el ámbito de la vivienda social.

Solo el 1 % de los edificios que existirán en 2020 serán de nueva construcción. Por eso, cuando debatimos sobre los edificios actuales, no podemos hablar de objetivos vinculantes sin asignar suficientes recursos financieros. Por este motivo, pensamos que se necesitan planes de financiación innovadores, además de facilidades fiscales que hagan las inversiones en eficiencia energética más atractivas y ofrezcan apoyo institucional a largo plazo.

Señor Comisario, recientemente en el Parlamento se celebró una reunión del grupo del programa Concerto, cinco años después de su creación. Lamentablemente, los 400 representantes de las autoridades locales y regionales mencionaron que a nivel local y regional no se sabe que todos los Estados miembros tienen la posibilidad de utilizar el 4 % de la asignación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional a nivel nacional para la eficiencia energética en edificios.

Por esta razón, me gustaría acabar, señor Comisario, pidiéndole que aproveche el examen intermedio para asignar una mayor suma de fondos a los programas de eficiencia energética y, en particular, a promover las oportunidades de utilizar hasta el 15 % del Fondo Europeo de Desarrollo Regional para la eficiencia energética en la futura perspectiva financiera.

 
  
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  Antonio Cancian (PPE).(IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, me gustaría dar las gracias al ponente, el señor Bendtsen, por la precisión de su informe.

El señor Comisario ha abierto esta sesión diciendo —y coincido con él— que hoy somos un poco retóricos cuando hablamos sobre la eficiencia, esa incertidumbre envuelve el objetivo del 20 %, dado que ya se ha reducido a la mitad y no sabemos realmente a lo que nos estamos refiriendo. Quisiera añadir que la cultura del ahorro y eficiencia energéticos no existe.

Por lo tanto, nos encontramos en una situación y en un momento en que no tenemos más alternativa que cambiar. ¿Cómo? En primer lugar, creo que deberíamos avanzar hacia la innovación y las nuevas tecnologías en ambos campos, la eficiencia energética de los edificios y, sobre todo, la eficiencia energética del transporte.

También me gustaría centrarme en la importancia de disponer de los recursos suficientes para alcanzar estos objetivos. Creo que para ahorrar tenemos que invertir. Hoy en el Parlamento el Presidente Barroso ha declarado que los eurobonos no se van a usar y que él tiene otros instrumentos financieros asignados.

Señor Comisario, recientemente hemos aprobado un informe que establece un fondo para financiar la eficiencia energética mediante el uso de los fondos sobrantes de los anteriores planes de recuperación. Incluso con un presupuesto limitado, creo que el fondo es muy simbólico en la medida en que establece el principio de atraer capital privado en un modelo de colaboraciones público-privadas, racionalizar los fondos que ya están a nuestra disposición —los Fondos de Cohesión, entre otros— y ponerlos en un recipiente que pueda atraer dinero, que, en vez de dar dinero, lo preste mediante el desarrollo de proyectos importantes; debería ser un fondo rotatorio que diera significado a todo esto.

Creo que este es el sistema correcto para buscar recursos y garantizar que la eficiencia ya no sea un tema tabú.

 
  
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  Mario Pirillo (S&D).(IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, la revisión del Plan de acción para la eficiencia energética debería seguir un enfoque holístico que combinara las numerosas políticas estratégicas de Europa.

Aunque la inversión en eficiencia energética es imprescindible porque contribuye a asegurar el logro de los objetivos de reducción de emisiones para 2020, también es importante destacar aquellas iniciativas que nos permitirán explotar más a fondo el potencial de ahorro energético de la UE hasta ahora sin utilizar.

Me complace que se haya prestado mucha atención a la eficiencia energética de los edificios; en este sentido, también se deben llevar a cabo iniciativas a nivel europeo. Nuestras empresas deberían pensar de nuevo en cómo podrían hacer que sus procesos de producción y sus productos fueran más eficientes.

Por último, establecer objetivos de eficiencia obligatorios es positivo, porque sin ellos, será difícil lograr resultados ambiciosos en la UE.

 
  
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  Anni Podimata (S&D).(EL) Señor Presidente, señor Comisario, me gustaría volver a una cuestión: la importancia de adoptar un objetivo vinculante de eficiencia energética para la economía europea. En las difíciles condiciones económicas de varios Estados miembros que necesitan incentivos muy eficaces para el crecimiento y para la protección y creación de puestos de trabajo, un objetivo vinculante creará un entorno de inversión apropiado para fortalecer la competitividad y el potencial de exportación de las empresas europeas, en especial las pequeñas y medianas empresas dedicadas al comercio de tecnologías y servicios de eficiencia energética.

Los Estados miembros obtendrán los incentivos necesarios para fortalecer esos mercados en cada economía en la que puedan ofrecer el mayor valor añadido y crear más empleos. Además, los hogares, las empresas y el sector público obtendrán considerables beneficios económicos comparativos, puesto que sus facturas de energía serán inferiores. Por lo tanto, me gustaría felicitar al ponente por su informe y pedir a la Comisión Europea que aplique las propuestas incluidas en el informe Bendtsen, ayudando así a nuestras economías a salir de la crisis al mismo tiempo.

 
  
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  Peter Jahr (PPE).(DE) Señor Presidente, señor Comisario, evidentemente, la eficiencia energética es un tema muy importante, y es natural que tengamos que ser muy ahorradores con los combustibles fósiles. Está claro que las estimaciones clave necesarias deben representar un reto, pero también deben retener siempre un sentido adecuado de la proporción; tienen que ser siempre realistas. Es necesario que sean eficientes para una sociedad pero también para el individuo y también debe ser asequible para los propietarios. Para los ciudadanos, debe ser comprensible y explicable y, sobre todo, para ellos también debe ser viable económicamente. Esto es así porque, sin la aceptación de la población, no se avanzará en la protección del clima. Este aspecto, en particular, es un elemento que echo en falta en este informe.

 
  
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  Kriton Arsenis (S&D).(EL) Señor Presidente, señor Comisario, las negociaciones en Cancún fueron relativamente satisfactorias. Las negociaciones sobre el cambio climático están progresando. Países como China han estado esperando la conclusión de Cancún. Han estado tomando medidas incluso desde el fracaso de Copenhague. Si no invertimos en sectores como la eficiencia energética y el ahorro energético, perderemos dos veces. Por un lado, nuestros hogares, nuestras empresas y nuestros servicios públicos seguirán pagando costes absurdos y, por el otro, nos arriesgamos a dejar de liderar la economía ecológica en Europa.

Por eso es necesario que pensemos que, si ya estamos teniendo problemas para competir con países como China, ¿cómo podremos competir en el futuro con una China ecológica? Por eso es realmente importante que apoyemos un objetivo vinculante para la Unión Europea, con el fin de lograr un ahorro energético del 20 %.

 
  
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  Sonia Alfano (ALDE).(IT) Señor Presidente, Señorías, las políticas de eficiencia energética aplicadas hasta ahora por los distintos Estados miembros para 2020 no nos permitirán lograr el objetivo de una reducción del 20 % en el consumo de energía; tendremos suerte si llegamos al 10 %, que sin duda es un resultado decepcionante.

Si el consumo de energía sigue aumentando, lograr el objetivo de energía renovable del 20 % también puede estar en peligro, ya que esa meta se calcula como proporción del consumo energético final de la UE. Apoyo firmemente que también se fije un objetivo vinculante para la eficiencia energética, a fin de asegurar que las políticas climáticas y energéticas de Europa se refuercen mutuamente.

Por desgracia, los hechos indican que contar con la buena voluntad de cada uno de los Estados miembros no va a funcionar. La Unión Europea debe mostrar el camino con políticas y objetivos claros y eficaces. Dejemos de invertir en nuevas instalaciones para producir más energía e invirtamos nuestro dinero y nuestro esfuerzo en la energía más limpia del mundo, la energía cuyo uso podemos evitar.

Por último, pido la aprobación de la enmienda 2, que insta a la Comisión a lanzar una iniciativa sobre la eficiencia energética de los edificios existentes en 2011.

 
  
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  Oreste Rossi (EFD).(IT) Señor Presidente, Señorías, la eficiencia energética es la palabra clave de nuestra futura economía, pero esta se debería promover, no imponer: los Estados miembros deben sumarse a este propósito para garantizar que cualquiera que opte por hacer su hogar o empresa más eficiente energéticamente reciba ayuda para hacerlo así.

No podemos concebir que se obligue a los ciudadanos a invertir sin convencerles ni ayudarles: mejorar la eficiencia energética significa ayudar al medio ambiente y ahorrar recursos, pero en un ámbito tan delicado como este, es fundamental combinar estas opciones con políticas europeas encaminadas a un mercado único europeo de la energía.

Los objetivos vinculantes solo conllevan gasto innecesario y muy a menudo ineficaz; es mejor convencer a ciudadanos, instituciones y organismos de que el ahorro en este ámbito también repercute en la seguridad y la calidad de vida de la población.

 
  
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  Csanád Szegedi (NI).(HU) Señor Presidente, Señorías, nuestra posición es que el origen del cambio climático que tiene una influencia cada vez mayor en la actualidad no reside exclusivamente en la contaminación medioambiental provocada por el ser humano. Sin embargo, todos compartimos la responsabilidad de poner fin a la destrucción de nuestro medio ambiente, tanto local como globalmente, y de esforzarnos por restaurar su estado saludable original de la mejor forma que podamos. En consecuencia, la petición de eficiencia energética también es positiva. Los edificios que empleamos son responsables de alrededor del 40 % del consumo energético mundial y, por lo tanto, hacer frente al tema de estos edificios es de suma importancia. Debemos avanzar hacia nuevas propiedades que no produzcan emisiones de CO2 y también debemos hallar una solución a los problemas de actualizar los edificios existentes en términos de eficiencia energética. Además, debemos reducir continuamente el consumo y las emisiones contaminantes de vehículos instando a la introducción de tecnologías totalmente eléctricas o híbridas. Estoy convencido de que, como diputados de esta Cámara y políticos, debemos dar ejemplo cuando se trata de eficiencia energética.

 
  
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  Elena Băsescu (PPE).(RO) Señor Presidente, también me gustaría destacar la importancia de promover la eficiencia energética porque beneficia considerablemente a toda la economía. Asimismo, cabe mencionar los beneficios sociales, incluida la creación de nuevos puestos de trabajo antes de 2020.

Creo que es vital desarrollar y vender nuevas tecnologías energéticas de vanguardia. Esta es la forma de mantener la competitividad de las empresas europeas que consumen mucha energía ante la competencia mundial. Soy partidaria de que se llegue a un acuerdo sobre una metodología común para evaluar los objetivos nacionales de eficiencia y ahorro energéticos y realizar un seguimiento de los avances en la consecución de tales objetivos.

También acojo favorablemente el trabajo de la Comisión «hacia una red energética europea plenamente integrada». La Comisión debería presentar propuestas prácticas para simplificar y acelerar los procedimientos de autorización de los proyectos de infraestructura.

 
  
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  Catherine Stihler (S&D).(EN) Señor Presidente, agradezco al señor Bendtsen que haya mencionado el sector de la construcción en sus observaciones iniciales. Me gustaría señalar a su atención que en enero se votará sobre mi informe relativo a los productos de la construcción y nosotros también hemos discutido sobre la eficiencia energética en ese informe.

No obstante, quisiera hacer dos breves puntualizaciones. El señor Swoboda ha mencionado la importancia de las autoridades locales. Solo quería llamar la atención de esta Cámara sobre la comprensión en este momento, ciertamente en el Reino Unido, de los recortes presupuestarios que están afectando a las autoridades locales. Creo que debemos incorporar eso al debate y las discusiones que se producirán.

También quiero formular una pregunta a la Comisión. En el informe hablamos sobre la importancia de los contadores inteligentes y se da una fecha a finales de 2011 para las funcionalidades comunes mínimas. ¿Podremos lograr esto, señor Comisario? Siento que esta noche no tengamos aquí a nadie de la Presidencia, pero creo que eso es importante. También me gustaría sumarme a los oradores anteriores que han planteado el problema de la pobreza energética, lo que creo que todos en esta Cámara estarían de acuerdo en que es sumamente importante destacar.

 
  
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  Günther Oettinger, Miembro de la Comisión. – (DE) Señor Presidente, Señorías, me gustaría comenzar apoyando la observación del señor Swoboda de que la aplicación se lleva a cabo sobre el terreno, regional y localmente. De hecho, tenemos múltiples experiencias, en su mayoría positivas, de programas de restauración, donde con frecuencia cada euro de dinero público atrae seis o siete euros de inversión privada. También es necesario que examinemos si nuestros programas regionales pueden formar parte de esto. Me cuesta imaginar que una autoridad local solicite financiación directamente a la Comisión, pero abrir los programas regionales en mayor medida a la dinámica restauración de edificios me parece que sería un avance muy importante para el próximo periodo de financiación a más tardar.

También está la cuestión de una bonificación del tipo de interés de los préstamos. ¿Queremos usar bancos estructurales públicos a fin de reducir los tipos de interés para los préstamos relativos a la restauración de edificios? También me gustaría hacer una puntualización en cuanto a los edificios. Se ha dicho varias veces que si aumentas la eficiencia energética, ahorras dinero. Eso es cierto, pero no inmediatamente. Si consideramos los edificios que hay en Europa, podemos ver que, de media, la restauración necesaria para cada vivienda —desde ventanas hasta el aislamiento activo y pasivo, el equipamiento eléctrico adecuado y las mejoras apropiadas de los sistemas de calefacción— ascendería a un total de entre 30 000 y 60 000 euros por vivienda. No se ahorra dinero durante el primer año. En consecuencia, necesitamos invertir durante los próximos diez años para que se reduzca el gasto energético y se reinvierta durante los siguientes cuarenta años. En resumidas cuentas, esto representa un contrato intergeneracional a la inversa. Hasta ahora, mi generación ha acumulado deudas enormes, como ponen de manifiesto los problemas monetarios que estamos teniendo. Ahora bien, por primera vez, tenemos la oportunidad de invertir, por medio de la eficiencia energética, para que durante las próximas décadas, nuestros hijos recojan los beneficios a través de menos gasto en energía. ¿Podemos hacerlo? ¿Estamos dispuestos a hacerlo? Cuento con ustedes. Debemos formular nuevas prioridades en relación con las cuestiones presupuestarias. Cualquiera que saque a relucir la modernización energética de los edificios en el presupuesto europeo también debe abordarla teniendo en cuenta las consecuencias. No recibiremos más dinero, así que ¿donde queremos reorganizar? Ese también será el problema fundamental en relación con este tema a nivel presupuestario europeo.

Hay también otra cuestión que quiero plantear. Dos diputados de esta Cámara, los señores Jadot y Eickhout, han dicho que la base está clara. Sin embargo, tengo que discrepar: no está claro. Digo esto con las decisiones del Consejo Europeo sobre la mesa. Por cierto, la última decisión presentada por el Consejo Europeo en marzo de este año, donde se habla de avanzar hacia un aumento del 20 % en eficiencia energética es, por sí sola, casi una reducción de la coherencia. Esto se debe a que avanzar hacia un 20 % también significa que el 18 %, el 19 % o el 17 % también serían suficientes. Me reafirmo en el 20 %, invariable, aunque el Consejo Europeo se apartara un poco de esto por primera vez en marzo. La decisión de marzo de 2007 se refiere a las previsiones de consumo energético en 2020, que debían reducirse en un 20 %.

El organismo europeo que se encarga de elaborar estudios al respecto es PRIMES. Citaré tres columnas de cifras para demostrarles qué problemas afrontamos en este sentido, que no se han planteado hasta ahora. El consumo energético de Italia durante 2007 fue de 173 millones de toneladas. La previsión para 2020 era que aumentaría a 208 millones de toneladas, a los cuales se debía restar después el 20 %. Así que eso deja a Italia más o menos donde estaba antes. La previsión aumenta y el 20 % se resta.

O veamos el ejemplo de un país realmente pequeño, Luxemburgo. El consumo energético de Luxemburgo durante 2007 fue de 4,6 millones de toneladas. La demanda prevista asciende a 5,6 millones de toneladas, pero eso después se reduce a 4,5 millones. O bien consideremos el caso de Portugal. El consumo para dicho año fue de 23,8 millones de toneladas, lo que después aumentaría hasta 30 millones, antes de volver a reducirse hasta 24 millones. Es necesario que discutamos cuanto antes las previsiones. Esta es la idea fundamental y se ha tratado muy brevemente en el debate en general, país por país.

Muchos de ustedes han defendido los objetivos vinculantes. Soy optimista y realista. Si nosotros en la Comisión propusiéramos un objetivo vinculante para cada Estado miembro, estos, a día de hoy, serían rechazados por los Estados miembros, de los que además todos somos ciudadanos. Por lo tanto, no tenemos ninguna posibilidad de hacerlo así, ya que no conseguiríamos nada en absoluto. Quizás un plan de dos fases, en el que nos acompañen los Estados miembros, sería más realista y más pertinente. En un plan de este tipo, pediría a los Estados miembros que ahora crearan planes nacionales de eficiencia de forma voluntaria, pero el 20 % se aplicaría en todos los aspectos. Si observamos dentro de dos años que no hemos conseguido bastantes progresos coherentes, entonces fijaremos objetivos vinculantes, que probablemente entonces los Estados miembros no estarían en posición de rechazar. Les pido a todos que examinen si este —teniendo en cuenta el conocimiento de sus gobiernos— no sería quizás el mejor camino europeo para nuestros objetivos comunes.

Ya sean vinculantes o voluntarios, los planes de acción nacionales son necesarios. Podemos examinar los contenidos, la coherencia y los efectos de los planes desde un punto de vista político. Desde luego, tampoco aceptaremos que permanezca sin cambios cualquier plan cuyos contenidos no cumplan nuestras especificaciones. Devolveríamos cualquier plan de este tipo sobre una base política.

Muchas gracias a todos por el debate de hoy. Me gustaría volver aquí al Parlamento en marzo para iniciar oficialmente el debate con una propuesta. El informe es un primer avance excelente hacia esto.

 
  
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  Bendt Bendtsen, ponente.(DA) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, gracias por un debate constructivo. Si alguien se detuviera a escuchar este debate, podría parecerle que existe mucho desacuerdo en el tema de la eficiencia energética. Con objetivos vinculantes o no, la eficiencia energética es algo en lo que debemos adoptar una posición firme. Tenemos que hacer algo al respecto. Me gustaría señalar que aunque hemos debatido a fondo este tema —los objetivos vinculantes— los ponentes, por supuesto, también hemos debatido y hemos acordado que es importante que garanticemos el cumplimiento de la actual legislación comunitaria en este ámbito. Hemos promulgado legislación sobre muchísimos temas. Es importante que esta legislación se cumpla y se aplique. Asimismo, es importante que adoptemos medidas en relación con el desarrollo urbano, los edificios, el uso de nuevas tecnologías energéticas y con respecto a una mejor política de productos. El transporte es algo en lo que debemos adoptar una postura firme y, por último pero no menos importante, es conveniente hacer que se financien estas iniciativas energéticas en el futuro. A mi parecer, todavía existe mucha fruta madura a nuestro alcance que podemos recoger, es decir, nos quedan oportunidades para aumentar la eficiencia energética en Europa.

¿Por qué es tan importante ahora? No repetiré lo que mi colega diputado, el señor Kariņš, de Letonia ha dicho en este contexto, esto es, que Europa está pagando mucho dinero a Oriente Medio y Rusia. ¿No podría destinarse este dinero a un uso mejor en Europa? Pero eso no es todo: no cabe duda de que si Europa quiere ir por delante en este ámbito, es necesario que invirtamos. Las inversiones, por supuesto, aportarán dividendos en forma de más empleo, más empresas innovadoras y nuevos puestos de trabajo, en particular, trabajos para nuestras pequeñas y medianas empresas en Europa.

Habiendo dicho todo esto, quisiera dar las gracias a todas las personas que han participado. Me gustaría dar las gracias a la Comisión y los servicios pertinentes. Y quisiera decir que todos ustedes han estado muy dispuestos a cooperar y me gustaría dar las gracias a mi propio grupo, que ha demostrado mucha confianza y me ha apoyado durante la elaboración de este informe. También me gustaría agradecer a los ponentes alternativos su cooperación que ha sido sumamente constructiva, en la que también mostraron resistencia. Sin embargo, lo importante ahora que hemos llegado hasta aquí es que este Parlamento lance una señal clara a la Comisión en cuanto a la forma en que debemos proceder para lograr eficiencia energética en el futuro.

 
  
  

PRESIDE: Edward McMILLAN-SCOTT
Vicepresidente

 
  
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  Presidente. – Se cierra el debate.

La votación tendrá lugar mañana (miércoles, 15 de diciembre de 2010).

Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)

 
  
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  Cristian Silviu Buşoi (ALDE), por escrito.(RO) Las medidas de eficiencia energética son vitales para que la UE pueda lograr los objetivos que se ha fijado para combatir el cambio climático. Tenemos el objetivo de reducir el consumo energético en un 20 %. Sin embargo, aunque tenemos directivas para los otros dos objetivos, que claramente establecen cómo se logrará este objetivo, no tenemos ningún instrumento de este tipo para la eficiencia energética. Por eso insisto en la necesidad de una directiva sobre eficiencia energética.

Además, para poder lograr los resultados que queremos, se debe promover la eficiencia energética a todos los niveles, en todas las políticas nacionales y europeas. La innovación es una de las claves para tener éxito a este respecto. Por ese motivo creo que el futuro Programa Marco de Investigación debería considerar prioritaria la eficiencia energética.

Por último pero no menos importante, creo que las autoridades públicas deberían dar ejemplo en este sentido y hacer que los edificios de su propiedad fueran eficientes desde el punto de vista energético.

Asimismo, los Estados miembros pueden promover la eficiencia energética mediante los requisitos estipulados en los procedimientos de contratación pública. Por lo tanto, se debe dar prioridad a las empresas que utilicen tecnologías menos contaminantes.

Por último, los Estados miembros pueden impulsar la demanda de productos ecológicos a través de medidas fiscales o subvenciones compatibles con el mercado interior.

 
  
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  Elisabetta Gardini (PPE), por escrito.(IT) El Plan de acción para la eficiencia energética no es una competición en la que se coloquen vallas y obstáculos en el camino, sino el comienzo de un proceso cultural, un objetivo político europeo encaminado a influir en el comportamiento de individuos y empresas. Es un proceso que se hace más fácil no por limitaciones estrictas que generan costes inasequibles para los ciudadanos y las empresas, sino por incentivos reales; un proceso que se realiza por medio de infraestructuras energéticas, cambiando el desarrollo urbano, los productos, el envasado y el transporte. Quisiera señalar que la eficiencia energética está considerada la forma más rentable de gestionar las emisiones de gases de efecto invernadero y otras emisiones que resultan de la producción de energía. Además, según un estudio realizado por Confindustria, la Confederación General de la Industria Italiana, solo en Italia, la eficiencia energética podría tener un impacto socioeconómico en toda la economía nacional equivalente a unos 238 000 millones de euros y podría incrementar el valor de la producción total, con el consecuente aumento del empleo en alrededor de 1,6 millones de unidades estándar de trabajo, durante el periodo comprendido entre 2010 y 2020. Por lo tanto, considero primordial no solo canalizar la inversión hacia este sector, sino también asegurar la aplicación eficaz y el fortalecimiento de los instrumentos europeos disponibles.

 
  
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  Adam Gierek (S&D), por escrito.(PL) La eficiencia energética, en los términos más generales, es la restricción del consumo individual racionalizando el uso de aparatos eléctricos. Las oportunidades fundamentales de aumentar el total de la eficiencia energética han de hallarse en los procesos industriales físicos y químicos, que se basan en lo siguiente: 1) dar mejor uso a los flujos de calor liberados por los combustibles fósiles o nucleares mediante a) la transferencia de la conversión del ciclo Carnot a una temperatura y presión más elevadas, b) el uso de la recuperación apropiada de calor residual, por ejemplo, en los procesos de cogeneración; 2) reducir la resistencia de Ohm durante la transmisión de corriente eléctrica; 3) reducir la resistencia térmica en los intercambiadores de calor; 4) aumentar la resistencia térmica mediante materiales de aislamiento en la construcción; 5) reducir la resistencia a la fricción; 6) reducir las pérdidas de campos magnéticos; 7) acortar las cadenas de conversión energética demasiado largas.

Por lo tanto, el objetivo político de 3x20 para 2020 no solo tiene que ver con limitar el uso energético en un 20 % bruto, por ejemplo, como resultado de subidas de precios, puesto que esto solo provocaría que descendiera el nivel de vida, sino más bien mediante la racionalización, que permitiría que se obtuviera un 20 % más de trabajo útil de la misma cantidad de energía primaria. Por consiguiente, se necesitarán métodos apropiados para que los Estados miembros evalúen la aplicación de este objetivo político.

 
  
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  András Gyürk (PPE), por escrito.(HU) La revisión del Plan de acción para la eficiencia energética es una tarea cada vez más urgente puesto que, en relación con los objetivos 20-20-20 de la UE, la falta de progresos es más evidente en el ámbito de los objetivos de eficiencia energética. Muchas iniciativas ya indican el camino correcto, pero los logros actuales todavía están eclipsados por las diversas posibilidades sin explotar. Europa acaba de empezar a reconocer su falta de progresos y se ha dado cuenta de que no puede permitirse el lujo de tomarse el desarrollo de la eficiencia energética a la ligera. Estas inversiones pueden reducir las emisiones con menos dinero que cualquier otra solución y pueden revitalizar la economía. Una señal de un momento decisivo y positivo es que partiendo de la decisión del Parlamento Europeo, incluso los recursos hasta ahora sin usar del Programa de recuperación económica pueden usarse para avances en materia de eficiencia energética e inversiones ecológicas.

En la estrategia energética 2020 publicada por la Comisión Europea en noviembre, la eficiencia energética también figura como máxima prioridad. Ahora es en el informe Bendtsen donde se formulan recomendaciones concretas sobre cómo podemos explotar nuestras posibilidades con mayor eficacia. Me alegro de que el informe también incluya soluciones como las redes inteligentes y las ESE que aplican inversiones que producen un rendimiento en eficiencia energética. No obstante, la financiación todavía sigue siendo la cuestión más importante. Las ayudas a la eficiencia energética también deben incluirse en los futuros presupuestos comunitarios a largo plazo, prestando especial atención a los programas de reconstrucción de edificios de los antiguos países socialistas. En este ámbito es donde se puede conseguir un ahorro impresionante con una inversión relativamente pequeña.

 
  
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  Jiří Havel (S&D), por escrito. (CS) La eficiencia energética es una de las prioridades fundamentales de la Estrategia Europa 2020 y la estrategia energética para Europa 2011-2020, que también hace que este informe sea sumamente importante y de actualidad en relación con la cumbre celebrada recientemente en Cancún. El informe se basa en el Plan de acción para la eficiencia energética de 2006, insta a la Comisión a actualizar este plan, a revisar la directiva sobre los servicios energéticos y también a establecer objetivos vinculantes para lograr un aumento del 20 % en eficiencia energética para 2020. El informe expone argumentos a favor de las ventajas de una mayor eficiencia energética: sociales (posible creación de un millón de puestos de trabajo o disminución de la pobreza energética en la UE), económicas (posible ahorro energético de hasta 100 000 millones de euros), estratégicas (mantenimiento de la competitividad de las empresas europeas mediante ahorro energético) y, por último pero no menos importante, de seguridad energética (mayor autosuficiencia energética para la UE). El informe incluye recomendaciones en las esferas de infraestructura energética, desarrollo de ciudades y edificios, productos de información y comunicaciones, licitaciones y financiación. En mi opinión, el papel de las fuentes de financiación (los Fondos Estructurales, el instrumento ELENA del Banco Europeo de Inversiones, los fondos nacionales de eficiencia energética, etc.) al financiar proyectos de eficiencia energética es especialmente importante. En general, creo que el informe presentado por el señor Bendtsen incluye un análisis preciso de esta cuestión, así como recomendaciones pertinentes sobre la eficiencia energética y, por lo tanto, recomiendo que se apruebe en su forma propuesta.

 
  
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  Edit Herczog (S&D), por escrito.(HU) Fundamentalmente, por el bien de la UE y de todos sus Estados miembros, conviene sacar el máximo partido posible de la energía. De este modo, se puede reducir la dependencia de la energía exterior, se puede aumentar la seguridad energética e igualmente la competitividad de la Unión Europea. Por lo tanto, la eficiencia energética tiene especial prioridad en la aplicación de la Estrategia Europa 2020 y la obtención de tantos fondos para la energía como sea posible debería condicionarse a su principio. De acuerdo con los objetivos asumidos en el marco de la Estrategia Europa 2020 (desde 2005 en adelante), el Plan de acción nacional de Hungría prevé medidas muy importantes en el ámbito de la energía producida a partir de fuentes renovables y eficiencia energética. El Fondo de crédito para la eficiencia energética (EHA) lleva funcionando desde 1991 y ha prestado apoyo a las inversiones de los ciudadanos en eficiencia energética.

Además, el Gobierno húngaro tiene previsto mejorar la eficiencia energética de los mayores consumidores del sector público en un 60 % a través de la actualización de instituciones públicas (por ejemplo, mediante la instalación de placas solares y la modernización de sistemas de aislamiento y calefacción), basándose en el proyecto del Programa para la energía de edificios complejos y la protección del clima. Hay grandes planes, pero la crisis financiera y económica que sigue existiendo ha puesto seriamente en peligro su aplicación. Por lo tanto, debemos pedir a la Comisión que preste mucha atención a los planes de acción nacionales y su aplicación y garantice la incorporación a la legislación nacional de las directivas comunitarias adoptadas hasta ahora, ya que la aplicación de la estrategia energética para 2020 y la consecución de los objetivos de reducción de las emisiones de CO2 pueden depender de esto. Por lo demás, solo cabe esperar que se produzcan avances en este ámbito mediante la aplicación conjunta de los instrumentos financieros pertinentes y la creación de un marco legislativo adecuado.

 
  
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  Jarosław Kalinowski (PPE), por escrito.(PL) Un aumento de la eficiencia energética contribuye directamente a una mejora de la seguridad energética para toda la UE. Si se introducen cambios adecuadamente, se conseguirá una reducción de las emisiones contaminantes. Esta es definitivamente una dirección muy positiva para el desarrollo, que apoya nuestros esfuerzos por combatir el cambio climático. El uso de las tecnologías más recientes en la modernización de infraestructuras también asegurará el ahorro energético y, en consecuencia, el crecimiento económico en los Estados miembros de la UE. Gracias a esto, como señala el propio ponente, se crearán nuevos puestos de trabajo no solo en las zonas urbanas sino también en los mercados locales y en el campo. Desde luego, todos estos objetivos en un principio necesitarán recursos adecuados e inversión. Sin embargo, creo que vale totalmente la pena asegurar que Europa tenga una economía ecológica y de ahorro y eficiencia energéticos.

 
  
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  Petru Constantin Luhan (PPE), por escrito.(RO) La Unión Europea necesita tomar medidas para afianzar el futuro de su suministro energético y proteger sus intereses energéticos fundamentales. Las medidas de eficiencia energética desempeñan un papel crucial a la hora de lograr esto garantizando que se logren las metas relativas al clima y la energía al menor coste posible. Creo que es necesario iniciar consultas generales con representantes locales y regionales, con objeto de establecer directrices bien definidas sobre la eficiencia energética y se debe prestar apoyo al diseño de proyectos y la garantía de acceso a los 9 000 millones de euros que la Comisión ha puesto a disposición a través de la Política de Cohesión. El uso inteligente de estos fondos nos permitirá alcanzar el objetivo del 20 % de eficiencia energética, lo que contribuirá, en gran medida, a cumplir los objetivos de la Unión Europea en materia de sostenibilidad y competitividad. Además, reducir el consumo por medio de la eficiencia energética es la forma más sostenible de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y provocar una reducción considerable de las importaciones (alrededor del 25 % o el 26 %).

 
  
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  Alajos Mészáros (PPE), por escrito.(HU) En cuanto a la revisión del Plan de acción para la eficiencia energética, uno de los medios más eficaces de reducir las emisiones de CO2 y otros gases es la eficiencia energética. También reporta enormes beneficios para la creación de empleo y el crecimiento económico. Desde que se adoptó el Plan de acción para la eficiencia energética en 2006, el entorno económico ha experimentado cambios importantes. Por lo tanto, sin duda considero que la revisión de la política de eficiencia energética de la UE y su armonización con nuestras prioridades actuales constituyen un avance necesario. Soy partidario de que utilicemos el documento que evalúa los resultados y las carencias del Plan de acción de 2006 como base para esta evaluación. Debemos hacer todo lo posible para poder cumplir el objetivo del 20 % establecido en nuestra Estrategia Europa 2020.

Mientras que los valores que corresponden a las emisiones y las fuentes de energías renovables se pueden medir con facilidad, los datos sobre la eficiencia energética son más difíciles de calcular. Para ello, necesitamos la ayuda de la Comisión. Mediante los datos estadísticos facilitados por la Comisión, podremos hacer un seguimiento de los cambios de nuestra política energética. Generalmente se conoce que la eficiencia energética de los edificios también brinda oportunidades considerables. Así que debemos recomendar la actualización de nuestros edificios, puesto que está disminuyendo la proporción de la construcción de nuevos edificios. Existen numerosos edificios, principalmente en los países centroeuropeos, que, tras la renovación pertinente, podrían tener un gran potencial en términos de eficiencia. En cuanto a las medidas legislativas en apoyo a soluciones de eficiencia energética, los Estados Unidos y China van muy por delante de nosotros. Debemos hacer cuanto esté a nuestro alcance para reducir al mínimo nuestra desventaja. La Unión Europea y los Estados miembros deben respaldar medidas y medios para aumentar la financiación en este ámbito.

 
  
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  Pavel Poc (S&D), por escrito.(CS) Aunque la Unión Europea ha establecido objetivos para reducir el consumo energético en un 20 %, estos no son vinculantes, a diferencia de los objetivos en lo relacionado con la reducción de emisiones y las energías renovables. Por lo tanto, los Estados miembros no están lo bastante motivados para lograr los mejores resultados posibles en el ámbito de la eficiencia energética. Ya existen la tecnología y los procesos prácticos para mejorar la eficiencia energética, pero, dado que no hay objetivos vinculantes, estos proyectos no se financiarán adecuadamente y, en consecuencia, no se aplicarán. Sin embargo, si la UE consiguiera su objetivo para 2020, eso supondría un ahorro financiero de hasta 78 000 millones de euros al año. Además de reducir la dependencia de las importaciones de petróleo y gas natural, impulsando así la seguridad del suministro energético, esto también supondría un ahorro considerable para los hogares. Considero este factor de suma importancia, porque en la actualidad está aumentando la cantidad de personas que viven la llamada pobreza energética, donde las facturas de electricidad y gas absorben la mayor parte del presupuesto familiar. Sin embargo, si se fijaran metas vinculantes, los hogares podrían ahorrar hasta 1 000 euros al año, de acuerdo con las estimaciones de la Comisión Europea. Además de mayor competitividad, el aumento de la eficiencia energética también impulsaría la creación de empleo estable y daría lugar a una reducción de las emisiones de CO2 de 780 millones de toneladas, que es más de lo que se exige en el Protocolo de Kioto.

 
  
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  Daciana Octavia Sârbu (S&D), por escrito.(EN) Las ventajas de reducir el consumo y dependencia energéticos en Europa serían, al mismo tiempo, económicas, medioambientales y políticas. Por lo tanto, el Plan de acción para la eficiencia energética tiene consecuencias de gran alcance. He sido ponente de opinión de la Comisión de Medio Ambiente sobre la contribución de las TIC a la eficiencia energética y sé que una de las tareas más importantes al respecto consiste en facilitar la integración de las fuentes de energía renovables en el suministro eléctrico. Las redes inteligentes pueden ayudar a conseguir esto, mientras que los contadores inteligentes pueden hacernos conscientes de cuándo podemos ahorrar energía y ayudarnos de este modo a reducir el consumo. Es necesario que la Comisión se centre correctamente en estos dos elementos en el Plan de acción y los Estados miembros den su apoyo a la instalación de la infraestructura necesaria para llevarlo a cabo, si es necesario, mediante la contratación pública.

 
  
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  Vladimir Urutchev (PPE), por escrito.(EN) La eficiencia energética representa la medida más rentable para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Con menor consumo energético, dependeríamos menos de las importaciones de petróleo y gas y la variabilidad de sus precios. Es de vital importancia centrar la inversión en la eficiencia energética y limitar el dinero que gastamos en importaciones de gas y petróleo. Ese dinero debería crear empleo en nuestras PYME, la agricultura, el sector de la silvicultura y la industria. Las estimaciones de la Comisión han demostrado que un aumento del 20 % en eficiencia energética podría crear nada más y nada menos que un millón de nuevos puestos de trabajo en Europa y un hogar medio podría ahorrar como mínimo 1 000 euros al año. Se han logrado muchos progresos desde el último Plan de acción para la eficiencia energética, pero no hay nada que demuestre que el objetivo puede cumplirse antes de 2020. Se deberían introducir nuevos instrumentos destinados a impulsar el ahorro energético a niveles comunitario y nacional que se centraran en dos esferas primordiales: la renovación de los edificios existentes y las medidas para impulsar la financiación. Los edificios antiguos tienen el mayor potencial de eficiencia y faltan instrumentos financieros adecuados para aprovechar ese potencial. Se debería hacer frente a estas dos cuestiones en la revisión del Plan de acción para la eficiencia energética con el fin de avanzar en este terreno como se desea.

 
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