Vicente Miguel Garcés Ramón, en nombre del Grupo S&D. – Señor Presidente, estimados diputados, con esta Directiva el Parlamento cierra un ciclo de modernización e innovación legislativa en el ámbito de la utilización por los ciudadanos europeos de las nuevas tecnologías para la información y la comunicación.

Hemos aprobado una Resolución sobre un ciberespacio abierto, protegido y seguro, hemos aprobado una propuesta de Directiva sobre la accesibilidad de las páginas web y, ahora, vamos a aprobar una propuesta de Directiva para garantizar un elevado nivel común de seguridad de las redes y de la información en la Unión.

La seguridad en las redes y la información es de gran importancia para el sistema económico y la sociedad en su conjunto. La falta de seguridad de las redes y de la información puede comprometer servicios vitales para la sociedad e incidir negativamente en la vida y en la confianza ciudadanas.

Hay que considerar que esta Directiva contempla operadores del mercado de la electricidad, el petróleo, el gas, los transportes, la banca, los mercados financieros, el sector sanitario, la producción y el abastecimiento de agua y la cadena alimentaria. Se trata de que los usuarios europeos cuenten con normas mínimas que garanticen la fiabilidad, la seguridad, la transparencia, la sencillez, la interoperabilidad y la reducción de riesgos, garantías que deben aplicarse a todas las redes y a todos los sistemas de información.

Esta Directiva impulsará la I+D+i europea en estas áreas y ayudará a que las PYME conozcan mejor la seguridad de las redes y desarrollen sus propias capacidades en esta materia. La seguridad se debe garantizar a todos los espacios digitales, ya sea la consulta por soporte móvil o cualquier otro dispositivo.

Esta Directiva trata de evitar arbitrariedades entre los Estados miembros, garantizando los derechos fundamentales de información y comunicación propios de los Estados de Derecho. Hay que considerar que numerosos Estados europeos no han publicado todavía su estrategia nacional en materia de ciberseguridad, ni han elaborado un plan de contingencia para ciberincidentes; cabe insistir en la conveniencia de crear equipos de respuesta a emergencias informáticas y ratificar el Convenio del Consejo de Europa sobre la Ciberdelincuencia.

La ciberseguridad europea debe luchar contra el espionaje, que vulnera la soberanía de la Unión y de sus Estados, garantizando la protección de los datos personales. Todas estas dimensiones deben contemplarse en las negociaciones de la Unión Europea con terceros países, como es el caso de las negociaciones en curso del Acuerdo de Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, con el fin de preservar la soberanía de la Unión y la independencia de sus instituciones.