Iñaki Irazabalbeitia Fernández (Verts/ALE). - Señor Presidente, el pasado 8 de abril representantes del Parlamento de Cataluña, representando la voluntad de una mayoría de dicho Parlamento y de la ciudadanía catalana, acudió al Congreso de los Diputados español para pedir la transferencia de la competencia de realizar una consulta al pueblo catalán sobre su futuro político. El Congreso de los Diputados rechazó de plano la propuesta.

Desgraciadamente, el «no» es la respuesta habitual de las autoridades españolas. En 2005 fue el «no» al nuevo estatuto político para Euskadi aprobado mayoritariamente por el Parlamento Vasco. En 2010 fue el Tribunal Constitucional quien declaró inconstitucionales partes importantes del Estatuto catalán que había sido aprobado en referéndum por el pueblo catalán.

Ayer, el pueblo navarro de Etxarri-Aranatz realizó una consulta democrática, homologable y transparente, en la cual más del 90 % de los votantes se declaró favorable a la creación de un Estado vasco independiente. Fue un verdadero ejercicio democrático.

Cataluña votará el próximo 9 de noviembre su futuro. La dialéctica de los votos y de la democracia se impondrá a la dialéctica de la imposición y la negación de las autoridades españolas.

Por último, hoy hace 83 años que se proclamó la Segunda República española —tiempo de democracia y esperanza para los pueblos del Estado español—, truncada por el alzamiento fascista del general Franco, que dio lugar a una dictadura de cuarenta años cuyas consecuencias todavía sufrimos.