Inés Ayala Sender (S&D). – Señora Presidenta, frente a los grandes beneficiarios del FEIE, países que ni son los que tienen más desempleo ni los que más han sufrido con la crisis, para los países incursos en procedimientos de déficit excesivo como el mío, fruto en gran parte de políticas erróneas de recortes y austeridad y con prohibición expresa de poder endeudarse, la única novedad atractiva —un real valor añadido europeo— del FEIE era la aplicación, por fin, de la golden rule a las inversiones europeas. En origen se nos dijo que se aplicaría al primer tramo de aportaciones de los Estados miembros, que, como usted sabe muy bien, señor Katainen, fueron nulas. Ahora se nos dice que podrá aplicarse, de acuerdo con la comunicación del Vicepresidente Moscovici, a las plataformas de los bancos intermediarios de inversión, pero ni unas ni otras están funcionando como debieran.

Y el Banco Europeo de Inversiones, cuando el presidente de mi región, Aragón, se acerca para demandar apoyo concreto sobre proyectos concretos, le ofrece business as usual, sin solución al problema del endeudamiento. Y eso por no hablar de ejemplos penosos como el del proyecto Castor, que todavía el BEI publicitaba cuando el Gobierno del señor Rajoy planteaba ya paralizarlo con costosas consecuencias por los contribuyentes españoles.

Ahora nos propone ampliarlo más lejos, cuando aún no hemos resuelto la mayor contradicción, que procede de sus propios servicios. Se ofrece un instrumento de endeudamiento a países y regiones que tienen prohibido endeudarse por directrices y sanciones de la propia Comisión. Señor Katainen, ¿cómo vamos a hacer para resolver esa contradicción que es letal para el FEIE?