Enrique Guerrero Salom (S&D). –Señor Presidente, desde hace casi una década, a cada Presidencia de turno le toca afrontar una crisis nueva, pero al mismo tiempo hereda todas las anteriores: la crisis financiera, la crisis del euro, la crisis de seguridad, la crisis de los refugiados y los migrantes. Su crisis específica es el brexit.

Ayer celebramos un debate en este Parlamento. Creo que la posición mayoritaria es favorable a una activación inmediata del artículo 50, una negociación liderada por la Comisión y la búsqueda de una salida lo más limpia posible y de un acuerdo beneficioso para ambas partes, pero manteniendo al mismo tiempo que quien se va no puede mantener las ventajas de quien se queda sin asumir también sus propias responsabilidades.

Pero hay algunas causas de las crisis que están ahí desde hace unos cuantos años: crecimiento insuficiente, desempleo alto —especialmente inasumible entre los jóvenes—, pobreza y desigualdad, creciente falta de cohesión dentro de la Unión, recibimiento inhumano de los refugiados y alejamiento de los ciudadanos.

A todas esas crisis, a todas esas causas, hay que darles una respuesta positiva. El miedo y el odio son reacciones humanas más intensas, más fuertes, que la confianza y la solidaridad, pero solo la confianza y la solidaridad promueven sociedades cohesionadas y de progreso.

Por tanto, necesitamos propuestas positivas que lleguen a los ciudadanos, que refuercen la confianza y la solidaridad. De lo contrario, el miedo y el odio acabarán arrastrándonos.