Lola Sánchez Caldentey, autora. – Señor Presidente, señor Comisario, se estima que en Somalia 4,7 millones de personas —que significa el 38 % de la población— viven con necesidad de ayudas por sequías, hambrunas o migraciones forzadas. Este es el perfecto caldo de cultivo para la inestabilidad y la violencia, en el que piratas y grupos terroristas campan a sus anchas. Además, la violencia de género en Somalia existe a niveles inaceptables y debe ser contenida. La Misión militar de la Unión Africana no solo es cómplice sino que, en algunos casos, la perpetúa.
La Unión Europea debería jugar un papel de promoción de estas políticas públicas. Sin embargo, nuestro apoyo a misiones militares dista mucho de ello y simplemente responde a la promoción de intereses geoestratégicos y comerciales. Seamos coherentes pues, como recuerda la Resolución, la estabilidad y la paz solo se pueden lograr mediante la cohesión social, el desarrollo sostenible y políticas basadas en los principios democráticos, en las que la dignidad y los derechos humanos sean plenamente respetados.