Soledad Cabezón Ruiz (S&D), por escrito. – La situación que atraviesa el proyecto europeo es demasiado crítica como para que la Comisión Europea, el gobierno europeo, se limite a plantear en su esperado Libro Blanco sobre el futuro de la UE una serie de escenarios, algunos de los cuales no debieran haberse presentado porque son una vuelta atrás inaceptable. Europa no puede ser de nuevo un mercado único y nada más, sin ciudadanía europea, sin políticas comunes y sin los programas de cohesión territorial que han llevado a países como el nuestro a la senda de la modernidad, el bienestar y el progreso económico. Los socialistas consideramos imprescindible desarrollar un pilar social en la UE, que responda a las necesidades más urgentes de los ciudadanos golpeados por la crisis —especialmente en el Sur de Europa—, que establezca un salario mínimo europeo y un suelo común de condiciones laborales dignas. Queremos profundizar en la unión económica y monetaria, lanzar una política expansiva y reforzar nuestra lucha contra el fraude y la evasión fiscal. Quizás, en el contexto actual, la mejor solución para alcanzar nuestros objetivos sea la planteada hace unos días en Versalles, la de la Europa a distintas velocidades. Una Europa flexible, sí, pero con alma social.