Bangladés, en particular los matrimonios infantiles
Beatriz Becerra Basterrechea, en nombre del Grupo ALDE. – Señor presidente, solo oímos hablar de Bangladés cuando hay un accidente en una planta textil que trabaja para compañías occidentales y mueren decenas de trabajadores desprotegidos. Pero en Bangladés, uno de los países más pobres del mundo, hay más cosas que merecen nuestra atención, aunque no afecten a nuestros intereses empresariales.
En más de la mitad de los matrimonios en Bangladés, un país de 150 millones de habitantes, la novia es una niña, una menor. Hasta hace unos meses, la ley prohibía expresamente que una menor de dieciocho años pudiera casarse. Pero acaban de reformarla introduciendo una brecha de excepcionalidad a la norma. ¿Para qué? Para que las niñas que quedan embarazadas puedan casarse con el futuro padre, es decir con su abusador. Así me lo confirmó hace poco en las Naciones Unidas, la ministra de Asuntos de la Mujer y la Infancia, la señora Meher Afroz Chumki.
No puede existir ninguna excepción que permita el matrimonio infantil. Las niñas de Bangladés necesitan protección legal y educación completa en materia sexual y reproductiva.
La Unión Europea ha comprometido nuevas ayudas de casi 700 millones bajo su Programa Indicativo Plurianual para Bangladés. Señora Mogherini, señor Mimica, les pido que sean estrictos aquí. Congelen esos fondos de inmediato. No financiemos a un Gobierno que abre puertas traseras a los matrimonios con menores.