Juan Fernando López Aguilar (S&D). – Señor presidente, han transcurrido ya dos años desde aquel desdichado referéndum en el que se puso de manifiesto —y no por primera vez— un error trágico perpetrado por un gobernante europeo: pretender frenar el populismo y la eurofobia, tan representados en esta Cámara, abrazando sus banderas.

Pero el daño está hecho. Muchos no lo deseábamos. Y lo que hemos visto, a pesar de la complejidad y de la oscuridad que traslucen muchos de los debates sobre el seguimiento del brexit, es que la opinión pública europea, que no lo deseaba, ya se ha hecho a la idea. Pero esto contrasta con la confusión reinante en la posición británica: ninguna claridad en relación con Irlanda del Norte, con Gibraltar —territorios que, por cierto, votaron en contra del brexit— y, sobre todo, preocupación en torno a los acuerdos de aviación comercial por parte de compañías participadas por capital británico.

Por eso son enormemente exigibles, señor Barnier, claridad, resolución y determinación, porque el tiempo corre en nuestra contra y el reloj de arena nos señala el tiempo de caducidad de la negociación. El momento de llevarla a cabo es ahora. El reloj de arena corre en nuestra contra.