Javier Couso Permuy (GUE/NGL). – Señor presidente, el 14 de abril el mundo fue testigo de una agresión militar contra un país soberano, un ataque unilateral fuera de la legalidad internacional. No hubo autorización del Consejo de Seguridad ni legítima defensa; es decir, según el Derecho internacional, estamos ante un acto criminal definido como crimen contra la paz; ilegal además para el Derecho interno, pues no se consultó a los Parlamentos.
¿Qué hizo la Unión Europea que, según sus Tratados, debe promover la paz, observar un estricto respeto del Derecho internacional y de la Carta de Naciones Unidas? Lo contrario, eso es lo que hizo. Fue comprensiva con esta agresión; fue complaciente con la acción de este nuevo «cuarteto de las Azores»: el trío patético, trío de matones que han actuado como acusadores, jueces y verdugos.
La Unión Europea —sin esperar pruebas, sin esperar al trabajo de investigación de la OPAQ— dio crédito a la propaganda de organizaciones supuestamente humanitarias que conviven con los terroristas que matan en Siria, pero también en Madrid, en París, en Barcelona y en Bruselas. Triste e indigno comportamiento.