Juan Fernando López Aguilar (S&D). – Señor presidente, comisaria, es verdad que hay un fantasma que recorre Europa: el fantasma del nacionalismo, que es la negación de Europa; el fantasma del populismo, que ofrece la respuesta simplona a quienes se sienten golpeados por la desigualdad y el empobrecimiento de señalarles un chivo expiatorio como si fueran enemigos del pueblo.

Pero es el fantasma de la extrema derecha, que excita el discurso del odio. El fascismo hizo un daño incalculable en el siglo XX, pero no se extinguió en el siglo XX. No solamente llega al siglo XXI, sino que está representado también en el Parlamento Europeo. Ese fascismo que propone el miedo y la explotación del miedo y del odio al diferente.

Pero para vencerle es imprescindible que la Unión Europea ofrezca algo más que un buen diagnóstico e incluso que un buen discurso. Tiene que ofrecer esperanza a quienes la han perdido. La esperanza de la integración en la diversidad, del respeto al diferente, de la capacidad de vencer los desafíos y los cambios sin oponer la respuesta reaccionaria de la estimulación del odio y del desprecio al diferente.

(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» (artículo 162, apartado 8, del Reglamento interno))