Luis de Grandes Pascual (PPE). – Señora presidenta, los acuerdos logrados en la Comisión de Transportes eran un complicado equilibrio que se rompió por el rechazo en el Pleno de junio de 2018 de los tres mandatos de negociación.

Las tres propuestas de la Comisión responden, a mi juicio —y lo digo con todo respeto—, a intereses claros de algunos países del centro de la Unión de poner trabas a las empresas de los países más periféricos que realizan servicios de transportes en estos países. Sus empresas de transportes, quieran o no, son más competitivas.

La posición de defensa es acusar de dumping social y hasta de intentar imponer salarios mínimos europeos. Esta postura tan tajante va en contra del libre mercado, y se han utilizado argumentos de protección del trabajador para esconder proteccionismo nacional.

Sí a la protección de los trabajadores; no a su utilización para otros objetivos menos dignos.

La restricción a los descansos en cabina de los conductores, la realización de operaciones de cabotaje, los requisitos administrativos para acreditar los salarios mínimos y los contratos de trabajo, y la inclusión de vehículos más pequeños —furgonetas— en el ámbito de aplicación de la legislación supondrán mayores costes en el desempeño de las labores de transporte realizadas por las empresas de países periféricos.

Se ha acabado el tiempo de la negociación. Es necesario que esto lo haga la próxima Cámara. Y yo, después de quince años en el ámbito del transporte, lo voy a lamentar.

Les deseo suerte y acierto.