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Textos presentados :

O-0002/2006 (B6-0004/2006)

Debates :

PV 26/04/2006 - 13
CRE 26/04/2006 - 13

Votaciones :

Textos aprobados :


Acta literal de los debates
Miércoles 26 de abril de 2006 - Bruselas Edición DO

13. Modificación del protocolo sobre privilegios e inmunidades (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate de la pregunta oral sobre la modificación del Protocolo sobre privilegios e inmunidades, planteada por el señor Gargani en nombre de la Comisión de Asuntos Jurídicos al Consejo (O-0002/2006 – B6-0004/2006).

 
  
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  Giuseppe Gargani (PPE-DE), autor. (IT) Señora Presidenta, Señorías, de nuevo estamos debatiendo, como tantas veces hemos hecho en este Parlamento, un asunto muy delicado, el relativo a la inmunidad.

Es un honor para mí haber vuelto a suscitar el debate con mi pregunta, en nombre de la Comisión de Asuntos Jurídicos y sus coordinadores. Creo que todos mis colegas diputados son conscientes de la necesidad de unas normas comunes del Parlamento Europeo respecto de la inmunidad; se trata de una vieja aspiración del Parlamento Europeo contar con tales normas.

Hace veinte años, uno de nuestros colegas diputados, el señor Donnez, obtuvo la aprobación para un informe sobre inmunidad parlamentaria europea con el propósito de superar una situación que, hace 20 años, ya era restrictiva e inadecuada con respecto al ámbito de actividad del Parlamento Europeo en su conjunto. El Protocolo sobre privilegios e inmunidades estipulaba que los diputados al Parlamento Europeo no podían ser interrogados acerca de los votos que emitían, pero al mismo tiempo delegaba en las legislaciones nacionales de los diputados todo lo relativo al establecimiento de normas sobre inmunidad.

Naturalmente, todo esto obedecía a una lógica y en aquella época, dado que el Parlamento era entonces una asamblea de los diferentes Parlamentos nacionales, la norma tenía su propia razón de ser, su propia justificación. Sin embargo, a nadie se le escapa que, gracias al sufragio universal, hoy existe una jurisprudencia, con todas las conquistas logradas entre tanto, mientras que el Parlamento tampoco ha permanecido quieto. Existe asimismo una actitud decidida por parte de la Comisión de Asuntos Jurídicos, que durante la última legislatura expresó y apoyó una necesidad diferente, a saber, que todos los diputados al Parlamento Europeo deberían tener una referencia estatutaria común, una referencia organizativa común.

Es evidente, no solo para la Comisión de Asuntos Jurídicos, sino para todo el Parlamento, lo difícil que resulta para los diputados tener que remitirse a las leyes nacionales: el Reino Unido tiene un determinado tipo de legislación, Alemania tiene otro e Italia, a su vez, tenía otro distinto y luego lo modificó. Eso no favorece la credibilidad y no invita a que el Parlamento Europeo llegue a ser auténticamente autónomo o independiente.

Tras tantos debates, también usted, señora Presidenta, en su condición actual de Presidenta de esta Cámara, será buena conocedora del Estatuto de los diputados al Parlamento Europeo, dado que lo hemos discutido y aprobado dentro de la Comisión de Asuntos Jurídicos y, por dos veces, en esta Cámara.

Sin embargo, el Consejo se ha opuesto a que el asunto quedara incorporado a la legislación primaria, así que hemos modificado la parte del Estatuto relacionada con los aspectos organizativos del Parlamento; a continuación hemos realizado un ejercicio de gestión ciertamente difícil, que posteriormente ha producido un resultado: el Consejo –y aquí está el quid de la cuestión, señora Presidenta, Señorías– se esforzó por convocar una reunión intergubernamental de los Estados miembros, incluidos todos los diferentes países, a fin de poder ratificar lo que habíamos decidido en el Parlamento.

Creo que ahora hemos alcanzado un equilibrio muy importante: hemos debatido y hemos concedido muy sagazmente a los diputados al Parlamento Europeo en su conjunto unas prerrogativas que realzan la función del Parlamento y aumentan su independencia.

Evidentemente, como el compromiso del Consejo data ya de mayo de 2005 y ahora estamos prácticamente en mayo de 2006, nuestra intención, al presentar esta pregunta, era alcanzar una conclusión rápida. Nuestro compañero diputado, el señor Donnez, ya era consciente de esta necesidad hace 20 años, que según ha puesto de relieve la votación del Parlamento continúa siendo importante y esencial, por lo que el Consejo tiene que ratificar inmediatamente lo que hemos decidido y establecido. Hemos dado un gran paso adelante; cuando así quede reconocido podremos atribuir, sin lugar a dudas, una función mucho más importante y mucho más preciada a los diputados al Parlamento Europeo.

Como sabe, señora Presidenta, la sección del Estatuto que hemos aprobado era la menos importante. Dije en ese debate –y lo repito hoy– que se trata de un asunto fundamental que afecta a nuestra normativa y realza al Parlamento Europeo y nuestra función, sobre todo nuestra función.

La solicitud al Consejo está formulada en este sentido y espero que el Parlamento en su totalidad tome en consideración dicha solicitud, así como que cada Grupo y cada diputado, incluso a nivel individual, la apoye, ya que solo de esa forma será posible ejercer presión sobre el Consejo.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. COCILOVO
Vicepresidente

 
  
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  Hans Winkler, Presidente en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, Señorías, señor Gargani, en respuesta a su pregunta, quiero comenzar diciendo que me complace reiterar lo que ya se ha dicho en el pasado: el Consejo aplaude la aprobación, en julio del año pasado y tras laboriosas negociaciones, de un Estatuto de los diputados al Parlamento Europeo que garantizará la igualdad de condiciones en el desempeño de su mandato a partir de 2009, es decir, en la próxima legislatura parlamentaria. En una declaración sobre el Estatuto, el Consejo ha afirmado incluso que, en principio, estaba dispuesto a examinar la posibilidad de revisar el Protocolo sobre privilegios e inmunidades de los diputados al Parlamento Europeo una vez que el Estatuto quedara aprobado. Huelga decir que el Consejo se atendrá a esta declaración y me gustaría subrayar que seguimos estando dispuestos a estudiar este asunto aun cuando, como es sabido, el Estatuto no entre en vigor hasta 2009, cuando quede constituido el nuevo Parlamento Europeo.

Con respecto a la pregunta sobre la convocatoria de una Conferencia Intergubernamental, antes de nada me gustaría señalar que el procedimiento está recogido en el artículo 48 del Tratado de la Unión Europea y que, en virtud de dicho artículo, el Gobierno de cualquier Estado miembro, o la Comisión, podrá presentar al Consejo proyectos de revisión de los Tratados sobre los que se funda la Unión. De acuerdo con el 2º párrafo de dicho artículo, si el Consejo, previa consulta al Parlamento Europeo y, en su caso, a la Comisión, emite un dictamen favorable a la reunión de una conferencia de los representantes de los Gobiernos de los Estados miembros, esta será convocada por el Presidente del Consejo. Esas son las disposiciones recogidas en el Tratado de la Unión Europea.

Sin embargo, en mi condición de representante del Consejo, quisiera plantear un tema que conviene tener en cuenta a la hora de examinar la cuestión de si se dan las condiciones para convocar una Conferencia Intergubernamental. Si celebráramos dicha Conferencia en estos momentos, interrumpiríamos el período de reflexión destinado al examen fundamental de los objetivos y el futuro de Europa. Dejaré en el aire la pregunta de si sería adecuado convocar una Conferencia Intergubernamental únicamente con el fin de revisar los privilegios e inmunidades de los diputados al Parlamento Europeo. He de admitir que, desde nuestro punto de vista, resulta dudoso que una Conferencia dedicada exclusivamente a los privilegios e inmunidades de los diputados resultara útil en estos momentos a efectos de aumentar la confianza de la opinión pública en el Parlamento Europeo; creemos que muy probablemente sería recibida con incomprensión.

Partiendo de la formulación de la pregunta de hoy, el Consejo supone que, a los demás efectos, el Parlamento Europeo no se propone plantear ninguna propuesta nueva relativa al contenido, sino que refrenda los deseos del último Parlamento. Eso es importante para nuestra labor futura. En cualquier caso, como ustedes saben, es privilegio de los representantes de los Gobiernos de los Estados miembros en un Conferencia Intergubernamental decidir la base sobre la que han de girar sus debates. Huelga decir que la Presidencia del Consejo no puede predecir, en estos momentos, qué va a decidir una Conferencia Intergubernamental autónoma.

Sin embargo, he querido aportar al debate estas consideraciones de carácter más general. No se trata de si el Consejo está dispuesto o no a cumplir un compromiso contraído: por supuesto que lo está. La cuestión, más bien, es si este es el momento oportuno para dar un paso así únicamente con el fin de modificar los Tratados en relación con los privilegios y las inmunidades.

 
  
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  Maria da Assunção Esteves, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (PT) Señor Presidente, la Europa política que queremos construir exige un nuevo ordenamiento institucional y jurídico, que cubra las disposiciones estatutarias para los diputados al Parlamento Europeo.

Cada Parlamento posee un Estatuto especial para los diputados que detalla los valores de autonomía y representación, pero el Estatuto especial de los diputados al Parlamento Europeo va un poco más allá. Nos ayuda a comprender la importancia del Parlamento en el desarrollo de la Unión Europea política.

Un único Estatuto de los diputados, con un régimen apropiado en materia de e inmunidades, constituye un requisito esencial para una Unión política cada vez mejor integrada, cuyo sistema de representación a gran escala esté basado en los principios de la democracia. El régimen de privilegios e inmunidades de los diputados es parte integrante del tejido del Estatuto. Está separado del contexto de los privilegios e inmunidades de otros funcionarios de la Unión y no debe permitirse que se fragmente en las preferencias de cada Estado miembro.

La pregunta que el Parlamento está planteando hoy al Consejo no es exclusivamente de naturaleza formal. Su finalidad consiste en poner de relieve la diferencia entre un concepto de Europa como estructura democrática integrada, con el Parlamento en su punto central, y un concepto de Europa como estructura fragmentada.

Además, la revisión del régimen de privilegios e inmunidades forma parte de un compromiso expresado por el Consejo. La posibilidad de celebrar una Conferencia Intergubernamental, ahora o en algún momento futuro, podría discutirse. La necesidad de adecuar el ajuste deseado al Estatuto de privilegios e inmunidades resulta evidente. También estamos convencidos de que la Conferencia Intergubernamental debe escuchar la voz del Parlamento, tanto ahora como en el futuro.

 
  
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  Katalin Lévai, en nombre del Grupo del PSE. (HU) Estoy de acuerdo con la sugerencia del presidente Gargani en el sentido de que la importancia del Estatuto de los diputados es un tema que deberíamos abordar. Considero tremendamente lamentable que, a lo largo de todas estas últimas décadas, el Parlamento no haya logrado resolver de manera satisfactoria, a propuesta del mismo, este importante asunto y la condición de sus diputados. Creo que debemos conceder al Parlamento el derecho a regular, por iniciativa propia, el régimen jurídico.

Recordemos que el Parlamento Europeo es el único órgano de la Unión Europea elegido por sufragio directo, constituyendo la representación de la voluntad de los ciudadanos europeos y la soberanía nacional, y como tal, desempeña una función vital para reducir el déficit democrático del sistema institucional europeo, a la hora de crear una Europa de los ciudadanos y salvar distancias con respecto de las instituciones de la Unión Europea. La importancia de celebrar la Conferencia Intergubernamental es incuestionable, y en lugar de discutir, sería preferible dejar de lado todos los conflictos de intereses que la están obstaculizando, ya que se trata efectivamente de un asunto muy importante. Las decrecientes participaciones en las elecciones europeas y la paralización –ojalá que meramente transitoria– del proceso de la Constitución Europea, así como el sentido negativo del voto nacional francés y neerlandés, vienen a demostrar que ahora, más que nunca, resulta urgente inculcar a la ciudadanía la idea europea.

Sin embargo, hasta que exista la posibilidad de resolver satisfactoriamente la situación, podrían volver a producirse los lamentables sucesos vividos al final de la última legislatura, acompañados de una disminución de la confianza por parte de los ciudadanos. Por tanto, propongo que incluyamos la aprobación del Estatuto de los diputados al Parlamento Europeo en nuestra agenda lo antes posible.

 
  
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  Marek Aleksander Czarnecki (NI). (PL) Señor Presidente, hoy debatimos la modificación del protocolo sobre los privilegios e inmunidades de los diputados al Parlamento Europeo. En mi opinión, ante todo deberíamos centrarnos en modificar la legislación sobre la inmunidad de los diputados lo antes posible. La situación a la que nos enfrentamos dista mucho de ser ideal. Tenemos tantas normativas diferentes en la Unión Europea como Estados miembros. Cada país tiene normas diferentes. Esto no es compatible ni con el principio de igualdad de trato ni con la investigación oportuna de estos asuntos por la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento. Deberíamos establecer un sistema uniforme que se aplique por igual a los diputados de todos los países de la Unión Europea. Una normativa de este tipo impediría asimismo ciertas prácticas que hemos tenido que abordar en más de una ocasión, en las que Gobiernos de algunos países han formulado acusaciones infundadas contra diputados en el marco de su lucha contra una oposición incómoda.

 
  
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  Manuel Medina Ortega (PSE). – (ES) Señor Presidente, creo que el representante del Consejo, señor Winkler, ha dado una respuesta bastante acertada a la situación en la que nos encontramos hoy: no hemos podido todavía aprobar la Constitución y, además, si abriéramos un debate en este momento sobre los privilegios e inmunidades de los parlamentarios europeos, nos encontraríamos probablemente con que la mayor parte de la opinión pública europea no estaría dispuesta a garantizar a los diputados de este Parlamento las inmunidades y privilegios que hoy tenemos.

Porque en este momento yo, como parlamentario —lo digo sinceramente—, preferiría no tener ningún privilegio ni ninguna inmunidad: preferiría ser tratado como cualquier ciudadano de la Unión Europea. Y lo digo también porque, en el pasado, concretamente en la pasada legislatura, este Parlamento abusó de su facultad en materia de privilegios e inmunidades para cubrir algún tipo de actividad criminal.

Creo que en este momento hay dos posibilidades. Si el poder judicial en cada uno de los Estados miembros es independiente y parcial, es la mejor garantía que nosotros podemos tener; ya hay algún país que no reconoce ningún privilegio, hay por lo menos dos o tres que no los reconocen. Yo creo que, probablemente, si en este momento abriéramos el debate del Estatuto, lo que este Parlamento debería proponer es, simple y sencillamente, la eliminación, con respecto a los parlamentarios, de cualquier tipo de privilegio o de inmunidad que no abarque al conjunto de los ciudadanos. Si los ciudadanos tienen que entregarse a la justicia y confiar en ella, no veo por qué los diputados del Parlamento Europeo tienen que tener un tratamiento privilegiado.

En todo caso, estoy de acuerdo con lo que ha dicho el señor Winkler, que ha dado el punto de vista jurídico y tiene razón: no es el momento de abrir un debate y una Conferencia Intergubernamental sobre el tema y, si la abriéramos, en este Parlamento deberíamos reconsiderar cuál es la situación desde el punto de vista de nuestras relaciones con los ciudadanos.

 
  
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  Giuseppe Gargani (PPE-DE), autor. – (IT) Señor Presidente, Señorías, en mi intervención de antes he olvidado de decir algo que, en mi opinión, pertenece al ámbito del Derecho europeo: las inmunidades no son un privilegio de los diputados individuales, sino que corresponden a la institución en su conjunto.

Creo que este aspecto se deriva de la tradición histórica y del significado principal de la inmunidad. Señorías, hay que decir que afirmar lo contrario o buscar excepciones a esa norma es demagógico. Ya hemos aprobado y debatido esta cuestión en muchas ocasiones, tanto en comisión como en el Parlamento, y hemos establecido una disposición. Si tanto el Consejo como las sucesivas Presidencias semestrales hubieran sido diligentes, entonces esta disposición ya habría sido ratificada por el Consejo.

Dado que este privilegio refuerza el papel del Parlamento y aumenta su independencia, si el Consejo lo incluyese en el plan de trabajo no solo sería un gran mérito para la Presidencia en ejercicio, sino que quizá también allanaría el camino a una constitución.

El freno aplicado a la convención o las dificultades a que se enfrenta para ser aprobada en Europa no deben comprometer el papel que tiene conferido el Parlamento en su conjunto. Por otra parte, existen referencias nacionales, pero cuentan poco, porque el Parlamento Europeo es elegido por sufragio universal.

 
  
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  Hans Winkler, Presidente en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, Señorías, quiero dejar una cosa clara: mis comentarios no deben interpretarse, por supuesto, como un rechazo de los privilegios legítimos de los diputados al Parlamento Europeo. Existen en todos nuestros Estados, están justificados y huelga decir que el Consejo los reconoce.

La Presidencia del Consejo transmitirá a los Estados miembros el deseo que se ha expresado aquí y mencionará todos los elementos, incluida la declaración que ya se ha citado repetidamente. El nuevo Estatuto entrará en vigor en 2009. Cualquier decisión que se tome ahora con respecto a una Conferencia Intergubernamental tendrá que ser ratificada naturalmente por todos los Estados miembros de la Unión Europea, de acuerdo con sus requisitos constitucionales.

Aunque se convocase de inmediato una Conferencia Intergubernamental –cosa que, como he dicho, no considero conveniente en estos momentos– que aprobase un reglamento de ese tipo, este no podría entrar en vigor antes del comienzo de la próxima legislatura del Parlamento Europeo.

Por último, quiero mencionar la cuestión planteada en el debate respecto de la cooperación del Parlamento Europeo con tal Conferencia Intergubernamental. Quiero dejar claro que cualquier implicación de este tipo y el alcance de la misma tendrían que estipularse, claro está, en la Decisión del Consejo relativa a la convocatoria de la Conferencia Intergubernamental, en la que se estableciesen las modalidades de participación de otras instituciones.

 
  
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  El Presidente. He recibido dos propuestas de resolución(1), presentadas de conformidad con el apartado 5 del artículo 108 del Reglamento.

El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el jueves, a las 11.00 horas.

 
  

(1)Cf. Acta.

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