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Procedimiento : 2006/0256(CNS)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0141/2007

Textos presentados :

A6-0141/2007

Debates :

PV 23/05/2007 - 17
CRE 23/05/2007 - 17

Votaciones :

PV 24/05/2007 - 7.2
CRE 24/05/2007 - 7.2
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2007)0208

Acta literal de los debates
Miércoles 23 de mayo de 2007 - Estrasburgo Edición DO

17. Organización común de mercados en el sector de los cereales (debate)
Acta
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  La Presidenta. De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0141/2007) de Béla Glattfelder, en nombre de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, sobre la propuesta de Reglamento del Consejo que modifica el Reglamento (CE) n° 1784/2003 por el que se establece la organización común de mercados en el sector de los cereales (COM(2006)0755 – C6-0044/2007 – 2006/0256(CNS)).

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, Señorías, la Comisión ha seguido con gran interés el debate en la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural sobre el informe del señor Glattfelder. Estamos tratando una cuestión delicada.

Eliminar un instrumento como la intervención del maíz, como ha propuesto la Comisión, nunca es sencillo. Pero en este caso es necesario y los datos indican que nos enfrentamos a un problema estructural con la intervención del maíz. Ya no es una red de seguridad, sino que se ha convertido en una verdadera vía de comercialización. En un Estado miembro alrededor de un tercio de la cosecha de 2004-2005 y 2005-2006 se ofreció para la intervención. Los agricultores están produciendo directamente para la intervención. ¿Es eso normal en un momento en que los precios de mercado están a un nivel normal? Las reservas de intervención del maíz de la UE se duplicaron de 2003-2004 a 2004-2005 de 2,8 millones de toneladas a 5,6 millones. Si este crecimiento continúa, la Unión Europea tendrá 15,6 millones de toneladas en sus almacenes en el año 2013. La Comisión no desea que esto se produzca en un momento en que las reformas de la PAC están eliminando las reservas acumuladas de otros productos.

El informe sugiere que la propuesta de la Comisión es incoherente con el principio de expectativas legítimas, está basado en estimaciones de mercado incorrectas y tendría efectos negativos en los mercados de cereales. Quiero explicar por qué la Comisión no comparte estas opiniones, comenzando con las expectativas legítimas.

Las decisiones de los agricultores sobre las cosechas están basadas en una serie de consideraciones y, sobre todo, en la comercialización de sus cultivos. La propuesta de la Comisión no interfiere con la amplia gama de salidas comerciales potenciales para el maíz. El mercado y la estabilidad de los ingresos no están en ningún modo amenazados y se preservan plenamente las expectativas legítimas de los agricultores.

Sobre la economía de la propuesta, quiero subrayar que las estimaciones de la Comisión están basadas en tendencias a largo plazo. Las predicciones de los institutos de investigación independientes apoyan el análisis de la Comisión de que mantener el status quo no es sostenible. La falta de ofertas de intervención durante la campaña y la reventa de reservas de intervención en el mercado interior no pueden presentarse como pruebas concluyentes de que el mercado ha encontrado un nuevo equilibrio. En efecto, esto dista mucho de ser así y la economía de la producción del maíz indica que, con la normalización de los precios, el maíz volverá a ofrecerse masivamente a la intervención en algunos Estados miembros.

La Comisión cree que es preciso actuar. No podemos defender simplemente que todo siga igual. No redunda en interés del sector agrícola insistir en un programa que tan claramente se ha apartado de su objetivo original. Queríamos actuar con rapidez y propusimos la abolición inmediata del programa, pero nos dimos cuenta de que esto crearía algunas dificultades. Por tanto, estamos dispuestos a debatir una reducción paulatina del programa de intervención del maíz. Podría hacerse en un período de dos años y luego tendríamos la oportunidad de evaluar y debatir el futuro del programa en el contexto de la revisión. La Comisaria Fischer Boel está dispuesta a mantener ese debate. Pero la Comisión no puede aceptar que el Parlamento sencillamente rechace cualquier consideración sobre la alteración del programa de intervención del maíz, tal como propone el señor Glattfelder. Por tanto, esperamos que el Parlamento Europeo no apoye la recomendación de rechazar la propuesta de la Comisión y que entable un debate sobre cómo diseñar una reducción paulatina del programa insostenible de intervención del maíz.

 
  
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  Béla Glattfelder (PPE-DE), ponente. – (HU) Podemos examinar la propuesta de la Comisión Europea desde dos ángulos, y espero que presten atención a lo que voy a decir. El primer ángulo es si la propuesta está justificada, el segundo es si es legal.

En cuanto al primer punto de vista, nuestra tarea es bastante sencilla, porque lo que necesitamos es examinar si las razones ofrecidas en la propuesta presentada siguen siendo válidas. Hace medio año, cuando la Comisión presentó su propuesta, afirmó que hoy habría 9 millones de toneladas de maíz de intervención y a finales de este año 11 millones de toneladas. Esto no ha sido así.

Las reservas de intervención comprenden solo 3 millones de toneladas, en lugar de 9 millones, y en este momento no están aumentando; en 2006 no se hizo una oferta de intervención, y tampoco se hará en 2009. Las reservas están disminuyendo a ritmo constante, y a finales de año podrían llegar a cero, en lugar de a 11 millones de toneladas.

Los precios actuales son considerablemente más elevados que el precio de intervención. En contra de la justificación que ofrece la Comisión, las perspectivas de mercado para el maíz son buenas. Valdría la pena que la Comisión leyera sus propias previsiones de mercado. La semana pasada la DG Agricultura publicó una nueva previsión de mercado. Según este informe, los precios seguirán aumentando. El consumo en la UE está creciendo más rápidamente que la producción. No deberíamos basar nuestras decisiones actuales en las previsiones erróneas de hace medio año, sino en las más recientes, que se apoyan en las tendencias del mercado.

Permítanme añadir que desde 2004 las ventas de las reservas de intervención han sido en todos los casos a precios superiores al precio de intervención. La UE recibe más dinero del maíz que la cantidad a la que lo compró. En este momento el precio del maíz en Hungría es de unos 130 euros, comparado con el precio de intervención de 101 euros. Pero para los cultivadores de maíz, en 2005 la compra de las reservas evitó la pérdida de unos 200 millones de euros. Las ventas del producto han permitido que los ganaderos, sobre todo en los Países Bajos, Alemania, Italia y Polonia compren pienso a precios muy por debajo de los del mercado mundial.

Durante los últimos cuatro años, no solo los agricultores se han beneficiado de la intervención, sino también los consumidores. Pero la Comisión empezó a ponerse nerviosa porque durante dos años de producción récord, las reservas de intervención aumentaron de forma significativa. Ahora ya no hay ninguna razón para ponerse nerviosos. Durante los años de producción inferior se demostró que las reservas empezaban a caer, y según las últimas predicciones de la Comisión, esas reservas seguirán en el futuro a un nivel bajo. Por tanto, puede establecerse que la propuesta en la forma presentada por la Comisión ya no está justificada, y las razones originales han resultado ser falsas.

Así que examinemos si la propuesta es legal. La propuesta pretende terminar la intervención a partir de este año. Los agricultores ya plantaron su maíz en abril, las plantas han brotado y están muy altas. Por favor, miren esto: ¡esta es la altura del maíz! He cogido este maíz al lado del Rin. Espero que el agricultor no se enfade, porque después de todo también estoy defendiendo sus intereses y derechos. Ni siquiera la Comisión Europea puede ordenar a esta planta que vuelva a meterse bajo tierra.

Por supuesto, los agricultores tuvieron que prepararse para la siembra hace bastante tiempo. En el otoño reservaron el campo en el que plantarían el maíz. Pidieron la semilla y los productos de protección de la planta, y gastaron dinero en todas esas cosas. Durante el año, cualquier forma de restricción al sistema de intervención constituye una regulación retroactiva. Es una infracción grave de la seguridad jurídica y de las expectativas legítimas de los agricultores.

La Unión Europea, que tan orgullosa se siente de sus principios y su liberal Estado de Derecho, no puede permitir que esto ocurra. Esta propuesta no solo es contraria a nuestros principios, sino también a la práctica anterior de la Comisión. En el transcurso de reformas anteriores –la reforma del azúcar, la abolición de la intervención del centeno– dejaron tiempo suficiente para la preparación. Por ejemplo, cuando se abolió la intervención del centeno, pasó un año entre la publicación del reglamento y su aplicación. ¿Por qué los agricultores del maíz no tienen derecho a un trato igualitario? ¿No son ciudadanos de la Unión Europea? Si se les hace esto a los agricultores, ¿quién será el próximo?

Si el Parlamento Europeo no protege los derechos de los ciudadanos, ¿cómo puede proteger sus propios derechos? Porque en este caso es lo que necesitábamos. El Consejo no esperó que se aceptase la opinión del Parlamento. La Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural ya decidió la semana pasada abolir la intervención con efecto retroactivo. También decidió que en la próxima reunión del Consejo de Ministros, votarían al respecto sin debate.

No importa la decisión que tomemos, ya no podemos influir en el Consejo. Mañana no decidiremos sobre el futuro de la Polítoca Agrícola Común, sino que la debatiremos en el contexto del «chequeo médico». Decidiremos que no aceptamos reglamentos con efecto retroactivo, y ahora podemos permitirnos ser honestos, podemos mantener nuestros principios, lo que significa que tenemos que rechazar la propuesta ilegal de la Comisión.

 
  
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  James Nicholson, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EN) Señora Presidenta, en primer lugar quiero felicitar al ponente por su informe y decir que puedo entender sus dificultades, teniendo en cuenta el Estado miembro del que procede.

Creo que si va a haber un cambio de política tiene que ser gradual, independientemente de la política de que se trate, para permitir que la producción se adapte al cambio.

Cuando salí elegido por primera vez diputado a este Parlamento –hace ya bastantes años–, teníamos montañas de mantequilla, lagos de leche, almacenes frigoríficos repletos de carne de buey. Y ahora esto ha quedado atrás en gran medida. A lo largo de los años hemos pasado por muchas reformas de la Política Agrícola Común, desde MacSharry hasta la Agenda 2000 pasando por la Revisión Intermedia, y ahora –la Comisaria no está con nosotros esta noche y sé por qué– esperamos las propuestas del «chequeo».

Vivimos en un mundo de mercados cambiantes y puede ser muy difícil especular sobre los precios futuros. Basta con mirar los precios actuales de la leche para ver el cambio que puede ocurrir en un período de tiempo muy corto.

La intervención solo puede ser una solución a corto plazo para los agricultores porque a largo plazo conseguirán mejores rendimientos con el mercado. Creo que los nuevos Estados miembros tienen que buscar a largo plazo otras soluciones para el maíz, no solo como alimento. Hay un uso alternativo que puede beneficiar más a todos. Creo que los nuevos Estados miembros deberían investigar las alternativas y nosotros deberíamos apoyarles. A largo plazo será más beneficioso que seguir con la intervención.

Tiene que haber cierto grado de compromiso en este terreno particular entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento. Creo que las cuatro enmiendas de compromiso que reconocen el problema de los nuevos Estados miembros representan la mejor manera de seguir avanzando.

 
  
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  Bogdan Golik, en nombre del Grupo del PSE. – (PL) Señora Presidenta, los cambios planeados por la Comisión Europea en el actual sistema de la intervención del mercado del cereal mediante la exclusión del maíz del programa pretenden resolver el problema del aumento anual del excedente del maíz.

Estoy de acuerdo con los argumentos de la Comisión sobre la necesidad de reformar el mecanismo de intervención, pero aplicar los cambios planeados de la noche a la mañana puede hacer más bien que mal. La reforma el mercado del cereal debería ser gradual, y las medidas tomadas deberían resolver el problema existente de forma exhaustiva. Los agricultores deben tener tiempo suficiente para prepararse para los cambios. En lugar de excluir de repente el maíz del programa de intervención, una solución sería mantener la intervención hasta 2008, y luego reducir o retirar gradualmente el programa de intervención del maíz estableciendo límites de intervención máximos para los Estados miembros individuales dependiendo de sus niveles de producción, como ocurre en la actualidad con el mercado del arroz (dicha solución aumentaría la transparencia del sistema y facilitaría el control del mercado); y, por último, mantener el programa de intervención del maíz para un período transitorio de dos años, siempre que se refuerce el control para evitar la acumulación de excedentes.

Estas soluciones nos permitirían retirar de forma gradual la intervención del maíz sin alterar el mercado, puesto que no es solo un programa de intervención, sino también un programa de apoyo a la exportación del libre mercado en forma de restituciones a la exportación. En ese sentido tenemos que modificar nuestros instrumentos de apoyo a la exportación actuales para los cereales del libre mercado para permitir la exportación de productos de países con ubicaciones desfavorables como Austria, República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría. El mercado principal de la exportación de cereales de la UE es el Norte de África y Oriente Próximo, lo que significa que para los países mencionados cualquier cereal exportado exige un trasporte marítimo caro a una distancia mayor que los cereales exportados de los puertos del oeste o el sur de Europa. Esta solución también aumentaría la eficacia de la exportación de cereales. También vale la pena mantener este mecanismo en el próximo año económico.

Por favor, no consideren mi intervención como un intento de expresar simplemente mi solidaridad con el maravilloso pueblo húngaro (según el famoso proverbio polaco y húngaro «los polacos y los húngaros son hermanos, tanto en la espada como en la copa», si bien en este caso yo diría «los polacos y los húngaros son hermanos, tanto en la espada como en el cereal», que en húngaro sería lengyel, magyar két jóbarát, együtt harcol s arat gabonát), sino más bien como un medio de retirar gradualmente y de forma lógica el programa de intervención del maíz.

 
  
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  Leopold Józef Rutowicz, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señora Presidenta, la intervención de Béla Glattfelder menciona los peligros de la propuesta de la Comisión para excluir el maíz del Reglamento del Consejo sobre la organización común del mercado de los cereales.

El mercado de los cereales ha cambiado desde 2003. En los países vecinos como Ucrania y Rusia, antes el granero de Europa, el capital local y europeo se ha invertido en cereal y pienso para cerdos. Está emergiendo un poderoso rival a la agricultura de la Unión Europea.

El maíz ya se ha plantado y no podemos cambiar las condiciones de intervención del maíz para los agricultores en medio del ciclo de producción. La idea de excluir solo el maíz del Reglamento podría tener repercusiones no intencionadas, sobre todo en el mercado del cereal. La demanda de cereales, incluido el maíz, aumentará con el aumento del consumo de carne, así como su uso para desarrollar la industria de los biocarburantes, que es muy importante para el futuro de este mercado.

En resumen, no hay motivos para aplicar la propuesta de la Comisión hasta que el mercado de los cereales de la Unión Europea se haya estabilizado.

(La Presidenta interrumpe al orador)

 
  
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  Czesław Adam Siekierski (PPE-DE). (PL) Señora Presidenta, la propuesta original de la Comisión Europea de eliminar el programa de intervención del maíz a partir del año económico 2007-2008 es inaceptable. Me sumo a mis colegas húngaros para oponerme a esta restricción radical sobre la intervención en el mercado.

Aunque es cierto que hay margen para el cambio, en lugar de desechar el programa de intervención deberíamos ofrecer oportunidades para ayudar y desarrollar el mercado de cereales de la UE. No hace mucho, la Comisión aprobó unos criterios muy duros sobre la intervención del maíz; quizá deberíamos esperar a ver los resultados de esas restricciones. Además, la Comisión debería tener en cuenta las actuales tendencias del mercado. Hay Estados miembros de la UE que tienen que importar maíz para satisfacer su demanda. Por esta razón, primero deberíamos mejorar la fluidez y operación de este mercado dentro de la Unión Europea.

La Comisión Europea tiene que desarrollar soluciones adecuadas que exijan la supresión eficaz de los excedentes de cereal de los países con una ubicación desfavorable, y en los que los costes del transporte son mucho más elevados. Por ejemplo, deberíamos apoyar la exportación de cereales a países terceros, y en particular a los países situados en un lugar difícil. Si los límites de la UE se ponen en la compra del maíz, como nuestros colegas alemanes y el Consejo proponen en sus enmiendas, parece que la mejor solución sería compartir los límites entre los Estados miembros.

 
  
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  Monica Maria Iacob-Ridzi (PPE-DE). – (RO) Doresc să susţin poziţia raportorului, domnul Béla Glattfelder, şi să expun neajunsurile propunerii Comisiei din perspectiva unui nou stat membru, cum este România.

În primul rând, eliminarea stocului de intervenţie la porumb reprezintă o schimbare din mers a politicii agricole comune. După un efort susţinut de transpunere şi adaptare la legislaţia europeană în agricultură, şi ţin să vă amintesc că este vorba de un corp de legi care însumează în jur de 20 de mii de pagini, agricultorii români au devenit participanţi la o politică instabilă şi care le înşeală aşteptările. Indiferent de calităţile politicii de intervenţie, dacă aceasta este o măsură bună sau nu, aceasta nu trebuie schimbată înainte de a avea o discuţie generală între toate instituţiile Uniunii şi statele membre. Această discuţie este prevăzută să aibă loc în cadrul controlului sănătăţii finanţelor europene din 2008-2009. De asemenea, o reformă cuprinzătoare a politicii agricole comune nu trebuie şi nu poate fi pusă în practică înainte de 2013. Cert este faptul că măsura propusă de Comisie creează efecte retroactive. La fel ca şi în Ungaria şi alte state membre, agricultorii români au semănat deja cultura de porumb şi este nedrept faţă de ei ca în cazul unor surplusuri neabsorbite de piaţă să nu beneficieze de plasa de siguranţă ce o reprezintă stocul de intervenţie.

Doamnelor şi domnilor, România a devenit după aderare al doilea producător din Uniune, cu o cotă estimată de 17 procente. Comisia a argumentat că sistemul intervenţiei este abuzat de fermierii din Uniune pentru care stocul de intervenţie a devenit un debuşeu comercial important, dar acest argument nu este universal valabil, nu se poate în nici un fel spune că planificarea agricultorilor români ar fi depins de un calcul prealabil privind vânzarea către intervenţie. Dacă vor apărea stocuri în România, acest lucru va reprezenta pur şi simplu şi va rezulta din mecanismele pieţei. De asemenea, vreau să accentuez faptul că susţin raportul domnului Glattfelder aşa cum este el. Amendamentele depuse la propunerea de regulament nu corectează neajunsurile documentului legislativ, întrucât orice limitare impusă posterior campaniei de semănare, indiferent de amploarea ei, este incorectă faţă de agricultori. Nu trebuie să neglijăm nici aspectele de ordin instituţional: acordul la care s-a ajuns în Consiliu nu respectă procedura de consultare a Parlamentului care se aplică în privinţa politicii agricole comune.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, quiero dar las gracias a los diputados por sus contribuciones a este debate. He escuchado con mucha atención lo que han dicho y quiero responder a algunas cuestiones específicas que se han planteado.

Un punto importante se refiere a la cuestión de si se han respetado las expectativas legítimas de crecimiento. La Comisión está convencida de que se han respetado y se siguen respetando. La temporada de siembra del maíz es en marzo y en abril. Los agricultores que deciden plantar maíz en la primavera del 2007 son conscientes de que puede no haber ninguna intervención para la cosecha de 2007. En ese sentido, el Boletín Oficial publicó una comunicación a los productores de maíz en diciembre de 2006.

Se mencionaba que no hemos visto grandes ofertas de intervención del maíz en el año actual. Eso es cierto. Pero los elevados precios actuales de los cereales no se deben al mercado interior, sino a la situación en el mercado internacional. El auge de la industria del bioetanol, en particular en los Estados Unidos, también ha influido en los elevados precios de los cereales. Las situaciones cambian de un año para otro. Es posible que el año 2007-2008 sea similar a los últimos dos años, con ofertas de intervención masivas.

Otra cuestión que se ha planteado es que esta propuesta traslade el problema del maíz a otros cereales. Como ya he explicado, esta propuesta está encaminada a resolver el actual problema del maíz. Es cierto que la eliminación de la intervención del maíz podría llevar a una pérdida relativa de la competitividad de la cebada y el trigo blando, lo que desencadenaría un riesgo de aumentar las reservas públicas de cereales. Sin duda es necesario un examen completo del sistema de intervención de los cereales. Esto se hará en el marco del «chequeo».

Aunque el debate ha clarificado algunos puntos, también ha confirmado que los aspectos fundamentales de las propuestas de la Comisión son correctos. Como he dejado claro en mi intervención inicial, el sector del maíz necesita esta propuesta. La Comisión está preparada para ser flexible y encontrar opciones que den a los operadores un aterrizaje suave, pero no puede estar de acuerdo con el mantenimiento del status quo. Como ya he dicho, la Comisión también está dispuesta a aceptar una eliminación progresiva de dos años, como muchos han pedido. Si el informe Glattfelder se aprueba en su forma actual como un rechazo de la propuesta de la Comisión, sin duda la señora Fischer Boel llevará de nuevo el asunto al Colegio de Comisarios, pero su posición sobre esta cuestión ha quedado bastante clara.

 
  
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  El Presidente. El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el jueves a las 12 horas.

Declaraciones por escrito

(artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Zdzisław Zbigniew Podkański (UEN), por escrito. – (PL) Señora Presidenta, la Comisión pretende detener el programa de intervención del maíz a partir del año económico 2007/2008. El objetivo aparente es evitar que aumente el excedente. Por desgracia, este paso es irreflexivo y no tiene sentido, en particular porque la Comisión ha acordado importar maíz genéticamente modificado en grandes cantidades. La Comisión no parece entender las consecuencias de esta decisión, tanto para el mercado del cereal como para el de la carne porcina.

En mi opinión, la Comisión debería pensar y actuar de forma diferente, seguir pagando por las semillas ambientales, imponer una prohibición total en el maíz genéticamente modificado y proteger nuestro mercado de dichos productos de mercados terceros.

Será una actitud más sana y responsable con el medio ambiente, y permitirá aumentar la demanda de nuestros productos agrícolas.

 
  
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  Csaba Sándor Tabajdi (PSE), por escrito. – (HU) Tengo que expresar serias objeciones en relación a la propuesta de la Comisión Europea de poner fin a la intervención del maíz. Es otro ejemplo más de la negligencia de la Comisión Europea a la hora de tener en cuenta los intereses de los nuevos Estados miembros en particular. Esta medida es completamente ilegal, puesto que en diciembre los agricultores ya habían comprado las semillas para plantar el maíz y habían firmado sus contratos, y por tanto no pueden transformar sus mecanismos de producción. La propuesta es aún más extraña porque dos meses antes de que se hiciera, se cambiaron las normas de compra del maíz bajo el régimen de intervención, lo que sugiere que la Comisión Europea está quedándose sin ideas. El Tribunal Europeo de Justicia comenzará una vista sobre este caso en cuestión de días, tras la presentación del Gobierno húngaro.

Está injustificado poner fin al sistema de intervención, y va en contra de toda la Unión, puesto que según los pronósticos, dentro de unos años quizá haya una escasez de maíz en la UE. Nuestra posición competitiva a escala internacional sufrirá si la abolición de la intervención del maíz conduce a una caída de los precios.

Este paso pone en duda la solidaridad de la Unión a los ojos de los agricultores húngaros y europeos.

 
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