Presidente. − El siguiente punto es el debate sobre:
– la pregunta oral formulada a la Comisión por Jan Marinus Wiersma, Hannes Swoboda, Katalin Lévai, Adrian Severin y Jan Andersson, en nombre del Grupo PSE, sobre la Estrategia europea respecto a la comunidad romaní (O-0081/2007/rev. 1 - B6-0389/2007)
– la pregunta oral formulada a la Comisión por Viktória Mohácsi, en nombre del Grupo ALDE, sobre la Estrategia europea respecto a la comunidad romaní (O-0002/2008 - B6-0003/2008)
– la pregunta oral formulada a la Comisión por Lívia Járóka, en nombre del Grupo PPE-DE, sobre un plan de acción comunitario para la comunidad romaní (O-0003/2008 - B6-0004/2008)
– la pregunta oral formulada a la Comisión por Roberta Angelilli, en nombre del Grupo UEN, sobre la Estrategia europea respecto a la comunidad romaní (O-0002/2008 - B6-0003/2008)
Lívia Járóka, autora. − (HU) Gracias, señor presidente. Señorías, Presidente en ejercicio del Consejo, se han elaborado muchos documentos, entre ellos la Resolución del Parlamento Europeo sobre la población romaní de 2005, el estudio de 2004 de la Comisión Europea, el informe sobre la situación de las mujeres romaníes de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo y el plan de acción EUROSTAT de 2003, para resolver la insostenible situación de la población romaní en Europa.
Sin embargo, ni los Estados miembros ni las instituciones europeas han avanzado realmente en la tarea de fomentar la inclusión de la población romaní, a pesar de que resultaría positivo, tanto para el mercado laboral como para las sociedades europeas, integrar con éxito a la minoría más populosa y con un mayor crecimiento de Europa.
El informe elaborado el pasado diciembre por el grupo de trabajo consultivo de alto nivel creado por el Comisario Špidla recomendaba elaborar un plan de acción comunitario. Debe elaborarse este plan de acción, pero es necesario que haya un compromiso más sólido y sincero por parte de la Comisión para poder adoptar medidas eficaces e inmediatas. Este requerimiento también se extiende al Parlamento Europeo y a la sociedad civil en muchos aspectos que afectan a la población romaní.
La Comisión Europea y los Estados miembros deben promover, financiar, controlar y poner en marcha ayudas directamente desde las fuentes de la Unión para los grupos más desfavorecidos. Cuando se recurre a los instrumentos financieros de la Unión Europea, el impacto en la igualdad de oportunidades de la inversión debe tenerse en cuenta como criterio material y contable, es decir, si la iniciativa se financia con fondos de la Unión, los adjudicatarios deben estar obligados a llevar a cabo o aplicar un plan de medidas y análisis de igualdad de oportunidades.
El hecho de que el plan de medidas fuese un elemento obligatorio de los concursos en los diferentes sectores de desarrollo y en determinadas regiones, contribuiría ampliamente a garantizar y fomentar la igualdad de oportunidades para los grupos sociales desfavorecidos y de aquéllos que se están quedando rezagados.
También es esencial crear un mapa crítico paneuropeo que plasme cuáles son las zonas de la Unión Europea en las que la exclusión social y la miseria afectan en mayor medida a las comunidades romaníes y no romaníes, mediante el cual la Comisión Europea, como apoyo a los Estados miembros, pueda comenzar la labor de desegregación, una tarea que los gobiernos han estado postergando durante décadas debido a distintos compromisos políticos.
Es importante que los Comisarios que, directa o indirectamente, sean responsables de la integración e inclusión de las minorías coordinen sus actividades a través de sus carteras de desarrollo, regionales, de igualdad de oportunidades, de empleo y de educación y, mediante la creación de un grupo de trabajo técnico, preparen un plan de acción en 2008 sobre los aspectos tocantes a la población romaní en cooperación con el Parlamento y la sociedad civil y que comiencen a aplicar el plan lo antes posible.
Además del hecho de que en 2005 adoptamos una resolución que ahora podemos comprobar que ha tenido un impacto casi nulo, también creo que es importante que comience cuanto antes el diálogo entre las partes, con la participación de la Comisión y de la sociedad civil.
En cualquier caso, también considero que en 2008 deberíamos ver acciones y conversaciones referentes a la población romaní organizadas por todas las partes. Creo que es importante y me comprometo en nombre del Partido Popular a promoverlo durante 2008. Gracias.
Roberta Angelilli, autora. − (IT) Señor presidente, Señorías, esta mañana se ha adoptado el informe sobre una estrategia europea referente a los derechos del niño. Una de sus prioridades es combatir la pobreza y la discriminación. A este respecto, hemos decidido dedicar un apartado especial a los niños romaníes, que a menudo se ven excluidos de los recursos sociales y sanitarios y de la educación.
Se trata de un hecho bien conocido el que un alto porcentaje de niños romaníes no asiste al colegio o lo hace sólo esporádicamente. Muchos niños romaníes en realidad se ven obligados a asistir a colegios especiales, cuando no a instituciones para discapacitados. Los datos disponibles indican que en algunos Estados miembros el abandono prematuro de la educación por parte de los niños romaníes supera el 60 %. Esta claro que aquellos niños que no están escolarizados, aquéllos que son analfabetos o que poseen un nivel inadecuado de educación o formación profesional son niños sin futuro, condenados a mendigar o a trabajar en el mercado negro. En cualquier caso, su suerte está echada: en el mejor de los casos se verán abocados a la pobreza y la exclusión social y, en el peor de los supuestos, serán víctimas de la delincuencia organizada.
Por otra parte, merece la pena recordar que la población romaní es muy joven, con aproximadamente un 45 % de individuos de menos de 16 años. Por ello, sería realmente útil e importante que la Comisión determinara acciones concretas y específicas para los niños romaníes, especialmente referidas a combatir el abandono escolar prematuro y a promover una escolarización adecuada de gran calidad. Sin derecho a la educación no existen garantías de igualdad de trato y, por encima de todo, no existe el derecho a tener un futuro.
Jan Marinus Wiersma, autor. − (NL) Señor presidente, nosotros también tenemos que formular varias preguntas a la Comisión y espero que el Comisario las conteste. Esta tarde, estamos debatiendo principalmente los esfuerzos de la Unión Europea —la Comisión Europea— para tratar de resolver los problemas de los romaníes, una gran parte de los cuales obtuvo la ciudadanía europea hace algunos años y, otra, el año pasado. Estos ciudadanos están viviendo en condiciones que, en la mayoría de los casos, son inaceptables. Nos alegra saber que hoy, en esta Cámara, vamos a recibir una respuesta por parte de la Comisión Europea.
También nos complace el hecho de que el Consejo Europeo le haya dedicado su atención a la situación de la población romaní en la Cumbre de Bruselas y le haya pedido a la Comisión que presente propuestas más específicas sobre qué puede hacer la Unión Europea para complementar la política de los Estados miembros con amplias comunidades romaníes, qué podemos hacer en el ámbito de la coordinación y el intercambio de las mejores prácticas y cómo pueden distribuirse mejor los recursos disponibles de la UE en esos países mediante financiación para resolver la situación de la población romaní.
Traigo esto a colación principalmente porque, tras la adhesión de varios países —el año pasado y también en 2004— dijimos: «Perfecto, entrad, una de las cosas que haremos juntos será tratar solucionar los problemas de la población romaní». Yo era el ponente de Eslovaquia y recuerdo que el Gobierno eslovaco hizo todo tipo de promesas, pero tengo mis dudas sobre la efectividad de la aplicación de esas promesas. Éste sigue siendo un asunto importante.
También queremos apuntar que los romaníes no pueden considerarse la típica minoría nacional, como los húngaros en Eslovaquia o los rusos en las Repúblicas Bálticas. Son una típica minoría europea, para la que debe desarrollarse una política europea especial, en cooperación con los Estados miembros implicados, aunque con una responsabilidad individual de la Unión Europea, como, de hecho, se reconoció en las declaraciones del Consejo Europeo en Bruselas.
Nos gustaría pedirle a la Comisión, en concreto, que garantice una mayor coordinación dentro de la propia Comisión. ¿Cómo podemos mejorar la cooperación? ¿Cómo podemos otorgarle a alguien, posiblemente a uno de los Comisarios, una responsabilidad central en la política sobre la población romaní? Quizá, puede que debiéramos considerar la posibilidad de reconocer a los romaníes como un tipo de minoría europea para poder evitar, en cierta medida, la aplicación del principio de subsidiariedad que actualmente se aplica a las políticas de minorías de los Estados miembros.
Para concluir, creo que las intenciones de todas las partes son buenas, pero que son necesarias una mejor coordinación y más acciones.
Viktória Mohácsi, autora. − (HU) Muchas gracias. Señor presidente, Señorías, me gustaría recordarles que este Parlamento llamó la tención sobre la falta de integración de la población romaní ya en 1983. También le solicitó a la Comisión, al Consejo y a los gobiernos de los Estados miembros en una Resolución de 1994 que hicieran todo lo posible en beneficio de la integración social, económica y política de los romaníes.
Como recordarán, en la resolución que el Parlamento adoptó en abril de 2005, se solicitaba a la Comisión que adoptara un plan de acción con recomendaciones claras para los Estados miembros y los países candidatos relacionadas con la integración política, social y económica de los romaníes.
En noviembre de 2007, se incluyó de nuevo el tema de la integración social de la población romaní en el texto de la Resolución del Parlamento sobre la libertad de movimiento, tras mi recomendación, como una estrategia para los romaníes a nivel europeo. Una vez más solicitamos a la Comisión que preparara inmediatamente una estrategia europea para la inclusión social de la población romaní usando los Fondos Estructurales y fondos de integración.
Mientras tanto, sabemos a ciencia cierta que se sigue obligando a los niños romaníes a estudiar en clases e instituciones segregadas en al menos diez Estados miembros de la Unión y que a los romaníes nos catalogan injustificadamente como discapacitados, nos otorgan una determinada profesión y nos etiquetan para siempre.
Desafortunadamente, en todos los Estados miembros se conoce bien el tipo de viviendas insalubres y las terribles condiciones en las que vive la población romaní. Siento tener que decir que también sabemos muy bien que la esperanza media de vida de los romaníes en los Estados miembros es quince años inferior a la esperanza de vida del resto de los ciudadanos de la Unión. Nos vemos obligados a volver a señalar que los romaníes tienen demasiada representación entre los desempleados de todos los Estados miembros.
Mientras sucede todo esto, desafortunadamente, no pasa ni un solo mes en el que no se produzca algún ataque racista contra la población romaní en algún Estado miembro. Sabemos por las noticias —o quizás no hayamos oído nada concreto sobre ello— que la noche del 4 de enero de 2008, quemaron un barrio de chabolas del distrito de Marconi en Roma en el que vivían aproximadamente 250 romaníes y, tres días después, también en Italia, algunas personas lanzaron cócteles Molotov a un asentamiento local de gitanos en Aprilia, amenazando directamente la vida de varios cientos de personas. En ambos casos, tras los ataques se esconden motivos racistas.
No cabe duda de que la solicitud está justificada, debe presentarse una propuesta de resolución, debe elaborarse una estrategia a nivel europeo y cada uno de los Estados miembros debe preparar un plan de acción para la integración de la población romaní. No hay excepciones, nadie debe actuar como si no hubiera romaníes en su país —los reconozcan o no— y, por tanto, lo que se ha dicho no fuera cierto para ninguno de los Estados miembros de la Unión, sin excepciones. Gracias.
Benita Ferrero-Waldner, Miembro de la Comisión. − (DE) Señor presidente, Señorías, en primer lugar me gustaría agradecer a la señora Járóka, a la señora Angelilli, al señor Wiersma y a la señora Mohácsi que hayan planteado estos temas, a los que me referiré en nombre de mi colega, Vladimír Špidla, ya que él está en estos momentos en China, y que nos brindan la posibilidad de debatir sobre esta importante cuestión.
Los acontecimientos del año pasado pusieron de manifiesto que tanto los organismos de la Unión Europea como los propios Estados miembros están intensificando sus esfuerzos para mejorar la situación de la población romaní en la Unión Europea de forma permanente. Hemos podido escuchar que es algo necesario, y estoy de acuerdo. Ya se han dado algunos pasos importantes a este respecto. Estas iniciativas van desde la decisión del Parlamento Europeo en 2005 de crear el Año europeo de la igualdad de oportunidades para todos hasta el trabajo del grupo de expertos de alto nivel sobre la integración de minorías étnicas y el Comité Económico y Social Europeo, además de las conclusiones que aceptó el Consejo Europeo en diciembre, a las que se acaba de hacer referencia.
Debo decir que no podemos mantenernos indiferentes ante el difícil tema de la discriminación, tal como los miembros de la comunidad romaní la experimentan, y su exclusión de la sociedad y el mercado laboral. Por lo tanto, hemos tomado la firme decisión de utilizar todos los instrumentos de los que disponemos, como la legislación, los Fondos Estructurales y las campañas de información y concienciación, para mejorar esta situación. Es obvio que los programas y medidas de políticas sociales y desempleo no se están usando correctamente para promover la integración social de la población romaní. Por ello, necesitamos concentrar todos nuestros esfuerzos principalmente en mejorar el acceso a estas medidas mediante un plan orientado. No es necesario decir que un plan de este tipo debe basarse en un compromiso serio y a largo plazo de los Estados miembros y en un uso eficiente de las políticas e instrumentos comunitarios.
Permítanme contestar brevemente y con carácter práctico sus preguntas y perfilar nuestras propuestas para el año 2008. La Comisión adoptará este verano las directrices sobre la estrategia revisada para combatir la discriminación: una acción de seguimiento del Año europeo de la igualdad de oportunidades para todos. Según las conclusiones de diciembre de 2007 del Consejo Europeo, la mayor parte de estas directrices se centra en el problema romaní y en las recomendaciones del grupo de expertos de alto nivel sobre la integración de las minorías étnicas. Estas directrices tendrán como complemento un documento de trabajo de los servicios de la Comisión que analiza la evolución y la eficacia que esas medidas alcanzan en beneficio de la población romaní, tanto en el ámbito político como en el legislativo, y también a la hora de planificar programas para los Fondos Estructurales.
Al mismo tiempo, nos ofrecemos a organizar un foro romaní, destinado a reunir a los representantes de gobiernos y Parlamentos regionales, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, además de a todas las figuras destacadas de la sociedad civil romaní y otras partes implicadas importantes. Estamos convencidos de que los derechos de los romaníes pueden reforzarse mediante un debate abierto de alto nivel y de que puede conseguirse un uso de los recursos mucho más orientado que redunde en su beneficio.
El personal de mi colega Vladimír Špidla preparará las iniciativas a las que me he referido y, a continuación, se centrará en el problema romaní dentro de los ámbitos de la no discriminación, el Fondo Social Europeo, el empleo y la integración social. Dado que la situación de la población romaní está relacionada con varias áreas de actividad de la Comisión, como la política regional, la educación, la salud pública y la justicia, el grupo interinstitucional especializado en temas romaníes, que se creó en 2004, facilitará el intercambio de información. Finalmente, hace unas semanas, la Comisión finalizó un acuerdo marco de cooperación con la Oficina Europea de Información sobre Asuntos Romaníes, la ERIO. Esta asociación establecerá un contacto permanente y directo entre las entidades Europeas y la sociedad civil romaní.
En cuanto al resto, hay que recordar que se están poniendo en marcha varias iniciativas tanto a nivel nacional como europeo como parte del Año europeo del diálogo intercultural que acaba de comenzar. Éstas tienen como objetivo destacar y, por tanto, sensibilizar a la población frente a la importancia del diálogo entre culturas y sobre todo las ventajas que la diversidad cultural aporta a nuestra sociedad.
Durante la primavera de 2008, la Comisión publicará un Libro Verde sobre aspectos educativos en cooperación con alumnos de un contexto inmigrante o que pertenezcan a una minoría desfavorecida. También tratará los aspectos principales que afectan a los romaníes, como por ejemplo la segregación educativa. Este Libro Verde desencadenará un exhaustivo debate sobre el tema y podría conducir a la elaboración de un plan de acción a escala europea.
También debo añadir, respondiendo directamente a la pregunta de la señora Mohácsi, que la Comisión pretende presentar una propuesta en 2008 de una directiva de aplicación del principio de igualdad de trato fuera del ámbito del empleo, es decir, una directiva horizontal, como anunciamos en nuestro programa de trabajo.
Éstos son en la actualidad los elementos fundamentales que estamos preparando. Ahora, espero con interés el debate, al final del cual quizá tenga que añadir algún otro comentario.
Roberta Alma Anastase, en nombre del PPE-DE. – (RO) Creo que la organización de este debate en una sesión plenaria es muy importante ya que es necesario elaborar un balance de las acciones europeas referentes a la población romaní y analizar los métodos para mejorar la eficacia de los mismos.
Algunos acontecimientos recientes nos demuestran que aún hay lagunas importantes a nivel de política europea en este ámbito y que es necesario llevar a cabo una actualización y un ajuste para enfrentarnos a los retos actuales.
La tolerancia mutua y la integración multiétnica son principios fundamentales de la Unión Europea y la población romaní es una comunidad importante dentro de Europa que tiene una influencia notable en la vida social, política y económica de varios Estados miembros de la Unión. Por tanto, es imperativo desarrollar una perspectiva coherente a escala europea con respecto a los romaníes que conceda una especial importancia a su integración y a garantizar una base común de derechos y responsabilidades.
Aunque en noviembre le formulé a la Comisión Europea una pregunta relacionada con este tema y la respuesta fue que se iniciarían nuevas propuestas destinadas a la integración de los romaníes, quería solicitarle a la Comisión que aclarara dichas intenciones. En primer lugar, estaría interesada en el modo en que la Comisión abordará este problema desde el punto de vista institucional para garantizar una coordinación eficaz y un seguimiento de las acciones europeas para la protección y la integración de los romaníes.
El papel de la educación, y yo diría, la educación para la tolerancia, no es menos importante, como ya han indicado mis colegas. Todos los ciudadanos de la UE se beneficiarían de esta educación, sería una educación para la tolerancia que serviría como factor estimulante de la integración, la interacción y la relación social de los romaníes en la Unión Europea. Su desarrollo haría que la integración social de la población romaní fuera más sencilla y, por otra parte, limitaría la estigmatización y la discriminación contra ellos. En consecuencia, solicito a la Comisión que nos informe sobre la existencia de dichos programas y la aplicación de los mismos, pero, especialmente, sobre si tiene programado tener en cuenta este asunto cuando elabore futuras políticas europeas sobre los romaníes.
Doy las gracias y espero que este debate desemboque en decisiones firmes y concretas para mejorar las políticas europeas sobre la población romaní.
Hannes Swoboda, en nombre del Grupo PSE. – (DE) Señor presidente, Comisario, gracias por su respuesta, que coincide parcialmente con nuestra opinión en algunos puntos. Entenderá que mostremos nuestra impaciencia con respecto a este tema dado que los últimos incidentes han vuelto a demostrar lo acuciante que es el problema.
En primer lugar, con respecto al foro romaní: estamos de acuerdo. Creo que es una buena idea, especialmente en lo relativo a la implicación de la población romaní. Sin embargo, es importante actuar rápidamente ya que me temo que, ahora que se han presentado nuevas propuestas, el debate sobre ellas no acabará nunca y no hay demasiado margen para las vacilaciones. Opino que el foro romaní debería formarse lo antes posible, este mismo año. Sin duda el Parlamento colaborará.
En segundo lugar, también es importante, por supuesto, comprometer a las autoridades locales ya que los gobiernos suelen mostrar sus buenas intenciones y hacer promesas, pero al final el problema acaba en algún alcalde o en algún punto de una región y realmente no llega a resolverse.
En tercer lugar, muchas gracias por su compromiso con respecto a las propuestas de igualdad de trato fuera del lugar de trabajo. En general, este es un tema importante que recibe todo el apoyo de mi Grupo.
Pero por todo ello, Comisario, me gustaría apuntar en nombre de mi Grupo que esos grupos interdisciplinarios —todos estamos familiarizados con ellos desde nuestras propias administraciones— son complejos y útiles. Desde nuestro punto de vista, sería importante que hubiera un Comisario responsable de coordinar este tema o al menos que hubiera un representante autorizado entre los Comisarios encargado de llevarlo a término.
Todavía no sé porqué el Comisario rumano tiene el trabajo que tiene. Si al menos pudiera ocuparse de él, eso ayudaría. No lo sé.
Pero nos gustaría ver que estos temas reciben un trato prioritario. Las cosas se mueven en la dirección correcta. Gracias, Comisario, por su informe, pero un poco más de fuerza y de ritmo repercutiría muy favorablemente en interés de la población romaní.
Alfonso Andria, en nombre del Grupo ALDE. – (IT) Señor presidente, Comisario, Señorías, aunque hayan sido varias preguntas orales a la Comisión las que han motivado este debate, en esencia es una continuación natural de una iniciativa que el Parlamento emprendió hace tiempo y en la que ha estado haciendo hincapié recientemente. Está claro que necesitamos un plan de acción para mejorar la situación de los romaníes dada la escasa integración de esta minoría en el marco social y civil de los países de la Unión Europea.
El carácter transnacional de la población romaní, que es una de sus características especiales, da lugar a la necesidad, que yo apoyo personalmente, de preparar una estrategia europea para que puedan liberarse de las preocupantes y degradantes condiciones en las que viven, en muchos casos al borde de lo inhumano, lo que sin duda es el resultado de la exclusión social y desencadena distintas consecuencias adversas: desde el alejamiento del país receptor hasta la violencia, bien en calidad de perpetradores o de víctimas.
Además de directrices que ayuden a las autoridades nacionales y locales a poner freno al aumento de las cifras de las minorías de cada Estado miembro que se ven abocadas a la miseria social, es necesario poseer fondos adecuados para apoyar las acciones que se emprendan. Sin embargo, no es simplemente un problema de financiación. El verdadero objetivo es conseguir un acceso igualitario al empleo, la educación, la vivienda, la sanidad, los servicios sociales y el entorno necesario para ejercer los derechos civiles, comenzando por los procesos de toma de decisiones. Todo ello implica un enfoque integrado que combine distintas acciones para lograr estos objetivos. Esa es la razón por la que me opongo personalmente a concederle la responsabilidad del tema romaní a un único Comisario europeo.
Dos años después del inicio de la Década para la Inclusión Romaní (2005-2015), aún hay que aplicar y cumplir un gran número de compromisos adquiridos por los gobiernos. ¿Qué iniciativas pretende emprender la Comisión con respecto a este tema? Espero que comiencen lo antes posible, justo después del Año europeo de igualdad de oportunidades para todos, precisamente en este Año europeo del diálogo intercultural.
Elly de Groen-Kouwenhoven, en nombre del Grupo Verts/ALE. – Señor Presidente, la situación actual de la comunidad romaní me obliga a comenzar con una crítica, la de que la Comisión Europea se ha mostrado lenta y remisa a la hora de tratar los asuntos de la comunidad romaní en Europa.
Basta con echar un vistazo al Consejo de Europa y a la OSCE, que disponen desde hace dos décadas de oficinas dedicadas por entero a estos temas. El Consejo de Europa ha publicado muchas recomendaciones específicas sobre la comunidad romaní, y la OSCE ha desarrollado su plan de acción sobre la mejora de la situación de esta comunidad en el ámbito OSCE. Me pregunto cuánta atención han dedicado la Comisión y los Estados miembros de la UE a dichos documentos y si se han tomado en serio la resolución conjunta del PE sobre la población romaní, o los planes de acción del Decenio de la Inclusión Romaní.
No obstante, no es mi estilo el de criticar solamente y la señora Ferrero-Waldner me ha dado algunos motivos para el optimismo. Por tanto, me gustaría pedirle a la señora Comisaria que compartiera el siguiente mensaje con el Presidente Barroso y el colegio en su próxima reunión.
Primero, debe elaborarse cuanto antes una estrategia europea para la comunidad romaní, centrada sobre todo en la mejora de las condiciones de vida de esta comunidad en Europa, en la creación de puestos de trabajo para cerca del 90 % de romaníes que se encuentran sin trabajo, en la lucha contra los sentimientos antigitanos, en el apoyo a la educación de la población romaní, en el fomento de la sanidad en los hogares romaníes y en la promoción de la inclusión política de dicho colectivo.
Segundo, para poner en práctica una estrategia así, la Comisión Europea necesita una unidad romaní permanente, que tenga contratado a personal romaní para atender a ese órgano. Espero sinceramente que la Comisión contrate al personal romaní sobre la base de sus capacidades, no de su piel, tal como han hecho algunos Estados miembros en el pasado.
Tercero, la Comisión Europea debería considerar prioritario un fondo europeo especial para proyectos romaníes. El Parlamento Europeo debería contribuir asimismo a la «unión de esfuerzos» europeos conjuntos para mejorar la situación de la comunidad romaní. En esta coyuntura me gustaría volver a formular la propuesta de contar con un ponente permanente del PE para asuntos romaníes, que pudiera proporcionar una visión válida y presentar recomendaciones a esta Cámara, otras instituciones de la UE y a los Estados miembros.
Además, me gustaría escuchar la voz de la comunidad romaní con mayor claridad en esta Cámara. Sus intereses deberían estar representados por sus diputados al Parlamento Europeo.
Por último, quiero subrayar que la estrategia europea para la comunidad romaní debe expresar valores políticos comunes llegada la hora de un futuro proceso de ampliación y la lucha contra el ultranacionalismo y la extrema derecha en Europa.
Vittorio Agnoletto, en nombre del Grupo GUE/NGL.– (IT) Señor Presidente, señoras y señores: me gustaría dar las gracias a la Comisaria por sus palabras y promesas —que también me parecen estar en línea con lo que ha declarado muchas veces el Parlamento Europeo en sus resoluciones—, pero tales promesas de actuar no son suficientes por sí solas.
Desearía preguntar qué instrumentos utiliza la Comisión y qué puede decirnos sobre el empleo de los fondos, que, en el marco de diversas rúbricas de gastos, hasta la fecha se han puesto a disposición de los Estados miembros para la inclusión de la comunidad romaní. En segundo lugar, ¿qué controles está realizando de la aplicación concreta a nivel nacional de las directivas adoptadas? En tercer lugar, me uno a los que piden que haya una única persona en la Comisión para abordar todos los asuntos relacionados con la comunidad romaní.
Volviendo a mi país, he de insistir en que afrontamos una ola de racismo y estigmatización muy acusados, principalmente hacia la comunidad romaní, sobre todo porque Italia no ha transpuesto plenamente la Directiva 43/2000/CE contra la discriminación racial. ¿Qué medidas pretende adoptar la Comisión a este respecto? La legislación italiana no ha transpuesto el concepto de acoso por razones de raza, el asunto de compartir la carga de la prueba o la protección ante los abusos sufridos como resultado de la discriminación racial.
Además, pregunto a la Comisión si sabe que en un importante municipio italiano —en concreto, Milán— los niños inmigrantes, que en este caso pertenecen mayoritariamente a la comunidad romaní, cuyos padres no están regularizados y carecen de permiso de residencia, no pueden ir a los colegios estatales. A mí me parece que esto se opone totalmente a todos los documentos de la UE, contradice la Carta de los Derechos Fundamentales y también la Resolución que aprobamos esta mañana sobre los derechos de la Infancia.
Por ultimo, me gustaría señalar que el Gobierno italiano está debatiendo el enésimo Decreto-ley sobre un asunto que, de hecho, está realmente relacionado con la comunidad romaní, a saber, si es posible incluir una referencia a los fines económicos entre las razones que se aportan para justificar la expulsión del país —en este caso, de Italia— de un ciudadano de otro Estado miembro. Aunque en apariencia trata el tema general de la inmigración, este decreto se dirige en realidad a la comunidad romaní en concreto. Me gustaría conocer sus opiniones.
Desislav Chukolov (NI). – (BG) Distinguidos colegas: yo también tomo la palabra para que se escuche por fin en esta cámara cómo están realmente las cosas y cesen así las declaraciones hipócritas, al menos por un tiempo.
¿Qué podemos deducir del debate hasta ahora? Deducimos que están preocupados por la población gitana en Europa, que incluye también a mi país, Bulgaria. Ni siquiera me atrevo a imaginar que ahora mismo se puedan estar preocupando por las pensiones extremadamente bajas de los jubilados en Bulgaria o por los honestos y afanosos búlgaros que se convierten diariamente en víctimas de los delitos de los gitanos.
Señorías, por lo que deben mostrar algo de preocupación es por el hecho de que el Partido Socialista de Bulgaria compre con regularidad votos a la comunidad romaní durante las elecciones en nuestro país. Preocúpense por que el socio de la coalición de los Socialistas búlgaros, el Movimiento por los Derechos y las Libertades, representado aquí por el Grupo ALDE, compre el resto de los votos, también emitidos por los gitanos. Preocúpense por que el Presidente del Movimiento por los Derechos y las Libertades, Ahmed Doghan, califique la compra de votos —de votos gitanos— como «una práctica europea normal».
Muestren algo de preocupación por el hecho de que en Bulgaria la población gitana represente del 3 al 4 % del total, mientras que los delitos cometidos por ellos constituyen del 30 al 40 % de todos los delitos. Y no se trata sólo de delitos cometidos por razones de pobreza, sino también de actos extremamente desvergonzados y brutales. Porque la violación y el asesinato de una anciana de 79 años no es un delito por razones de pobreza. Están de acuerdo ¿verdad?
Las grandes sumas de dinero invertidas para paliarlo está claro que no funcionan. Esta financiación no surte efecto porque el dinero desaparece en fundaciones y ONG sospechosas. En nuestra opinión, que es la de los patriotas de Ataka, la solución a este problema reside en acatar todas las leyes en cada país. Acatar la ley, sin dar muestras de tolerancia alguna hacia minorías específicas, nos brindará el éxito. Porque en Bulgaria no se investigan con detalle los delitos cometidos por los gitanos. Esto es un hecho. Un hecho, y pueden comprobarlo ustedes mismos.
El asesinato de las hermanas adolescentes Belneyski no se investigó; por el contrario, se encubrió. Estos asuntos deberían constituir un motivo de preocupación. Porque tolerar los delitos a una minoría particular en detrimento de la mayoría no nos traerá el éxito, sino todo lo contrario. Gracias por su atención.
Katalin Lévai (PSE). – (HU) Señor Presidente, Señorías, me complació escuchar las palabras de la Comisaria Ferrero-Waldner, como también las iniciativas que pueden esperarse en el futuro. Considero que esto ayudará en gran medida a la situación de la comunidad romaní, pero, al mismo tiempo, me temo que estoy de acuerdo con mi colega neerlandés al expresar su impaciencia. Yo también estoy impaciente, junto con muchos otros, porque la situación está cambiando a un ritmo realmente lento.
En Europa viven de siete a nueve millones de romaníes, la mayoría en malas condiciones sociales, y se enfrentan a las mismas dificultades desde hace años: los problemas de la exclusión y la inclusión, la falta de empleo, la cuestión de la segregación escolar y la múltiple discriminación de las mujeres romaníes.
La mayoría de los Estados miembros no consideran a la comunidad romaní como una minoría de su país, por lo que no quieren realizar cambios sustanciales en su situación. De hecho, las experiencias de los últimos años nos han demostrado, en cambio, un refuerzo de las actitudes radicales y antigitanas tanto en los Estados miembros nuevos como en los antiguos.
Por lo tanto, estimo que no hay más tiempo que perder: necesitamos cambios reales y una política romaní europea armonizada. Sin política romaní europea no hay política romaní nacional; hemos de entenderlo y afrontarlo. Sería conveniente que adoptáramos medidas para que se reconociera la condición de minoría transnacional de los romaníes, ya que se trata realmente de una condición particular.
El Parlamento Europeo y, dentro de él, el Grupo Socialista, ya ha lanzado un plan de acción y en marzo recorreremos Europa para organizar conferencias, seminarios y visitas con la participación de las comunidades romaníes locales, ONG y gobiernos a fin de exponer casos de discriminación. De este modo, atraeremos la atención de la opinión pública europea hacia la desfavorable situación de los romaníes y trataremos de remediarla. Muchas gracias.
Adrian Severin (PSE). – Señor Presidente, los romaníes no son ni los sucesores del antiguo Imperio Romano, ni los habitantes contemporáneos de Roma. No son ni una nación sin Estado, ni una minoría nacional. Son una comunidad étnico-cultural, que aún conserva su tradición tribal, y una comunidad paneuropea que ha estado sometida a la esclavitud en la Europa previa al modernismo y de los primeros tiempos de dicho movimiento, que fue deportada a campos de exterminio por los regímenes fascistas y encerrada en los Estados convertidos en cárceles por la dictadura comunista. Se convirtieron en ciudadanos europeos libres a finales de la Guerra Fría y de la primera ampliación de la Unión Europea posterior a la bipolarización.
Al haber estado marginada y excluida durante muchos siglos, la comunidad romaní se encontró relegada de la prosperidad europea y trató de protegerse desafiando el orden europeo. Hoy, cuando esa Europa se ha reconciliado consigo misma, debería hacerlo también con la población romaní, ¿o tal vez debería declararla y tratarla como a ciudadanos de segunda clase, que deban ser concentrados de nuevo en determinados Estados miembros transformados en guetos romaníes? Sólo existe una respuesta a estas preguntas: la cuestión romaní es una cuestión europea. No se trata de un asunto sencillo sino de un reto enorme, un desafío común que debemos resolver conjuntamente. De lo contrario seremos incapaces de integrar la comunidad romaní en la sociedad europea e incorporarla al orden europeo.
Se trata de un asunto cultural y social. La Unión Europea debería habilitar subvenciones, desarrollar programas y organizar estructuras institucionales específicas con el fin de ayudar a las autoridades nacionales de los países en que los romaníes opten por asentarse para ofrecer a esta comunidad una vida material digna, una educación apropiada, una oportunidad justa para competir con los demás, al margen de cualquier discriminación, y un sentido de cohesión de su existencia en el seno de la civilización europea. Esperamos que la Comisión Europea dé los pasos adecuados en esa dirección y que mantenga al Parlamento Europeo totalmente informado de los avances logrados.
Jan Andersson (PSE). – (SV) Señor Presidente, señora Comisaria, al debatir la Estrategia de Lisboa en la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, hablamos sobre altas tasas de crecimiento y de empleo, así como de buenas condiciones sociales y de una atención sanitaria de calidad, y una de las cosas que afirmamos también es que el sistema educativo y el desarrollo de capacidades deben constituir una fuerza impulsora en la consecución de estos objetivos. Cuando trasladamos todas estas intenciones a la minoría romaní, nos encontramos sorprendentemente con un alto desempleo. Nos encontramos igualmente con unas condiciones sociales y una atención sanitaria que no son particularmente buenas, malas condiciones de vivienda, una sociedad segregada para ellos e incluso un sistema educativo también segregado. Hay disposiciones educativas especiales para los romaníes que les niegan el derecho a una educación apropiada. Sin embargo, la Estrategia de Lisboa está hecha para todos.
Usted tenía una serie de propuestas buenas. Nosotros las apoyamos, pero es importante que la estrategia se ponga en práctica mediante un plan de acción. Es importante que haya integración, pero, al mismo tiempo, también debe haber coordinación dentro de la Comisión. Es importante que revisemos nuestros fondos, de modo que tengan en cuenta a la minoría romaní. Y, por ultimo, es importante que, cuando elaboremos estrategias en los ámbitos del empleo, la educación, etcétera consideremos siempre la situación de la comunidad romaní, a fin de que se integren en diferentes estrategias.
Csaba Sándor Tabajdi (PSE). – (HU) Señor Presidente: la Unión Europea no posee una política de minorías ni para los romaníes ni para minorías nacionales tradicionales ni para las minorías de inmigrantes. Yo incluyo a la comunidad romaní entre las minorías nacionales tradicionales, pero, al mismo tiempo, por su situación social desfavorecida específica, debe tratárseles como una categoría aparte.
Me complace que, como consciencia viva del Parlamento Europeo, las dos diputadas húngaras de ascendencia romaní —las señoras Járóka y Mohácsi—, entre otros, hayan planteado esta cuestión porque condenamos con razón los actos ocurridos el mes de noviembre en Italia. Es cierto que deberíamos retomar continuamente esta cuestión.
¿Cuál es el deber de la Unión Europea?
Acojo con satisfacción las palabras de la Comisaria Ferrero-Wadner. La UE también tiene un deber, pero ha de realizar una distinción entre lo que es competencia de un Estado miembro y lo que lo es de la UE. Estoy totalmente de acuerdo con el señor Swoboda, que ya no está aquí, no por la monarquía austrohúngara, sino porque tiene razón, en particular en que se decide a nivel local si algo sucederá o no. En concreto, debe proporcionarse al Estado miembro un programa de acción nacional. Me siento orgulloso de que hayamos preparado el primer programa a medio plazo de Europa dirigido a la comunidad romaní en el marco de mi ministerio. El dinero debe darse al Estado miembro, pero todo ha de decidirse a nivel local.
¿Qué puede hacer la UE? Debería supervisar lo que hacen los Estados miembros y aportar un método de buenas prácticas para alcanzar la mejor solución. Noe s sólo cuestión de dinero, sino también de si hay algún experto cualificado de la mayoría y de la comunidad romaní que quiera llevar este asunto adelante. El futuro de Europa depende de las minorías.
Paul Rübig (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente: en primer lugar, me gustaría rechazar la crítica de que el Comisario Špidla es demasiado vago como para prestar atención a este problema. No considero que sea el modo adecuado de realizar los debates en esta cámara.
Es importante que nos centremos en aportar una disposición sobre educación para los jóvenes romaníes. Todos estamos familiarizados con el sistema de educación obligatoria y, en mi opinión, la lengua y la alfabetización, así como los conocimientos básicos de aritmética —son sencillamente cosas necesarias para llevar una vida en condiciones— deberían ser obligatorios.
Por otro lado, comprendo que no todo el mundo quiera integrarse, por supuesto. Está claro que no queremos ofrecer iniciativas a todos aquellos que no desean integrarse en nuestra sociedad. Yo creo que el concepto de un enfoque abierto de estos problemas es la principal solución para el futuro.
Christopher Beazley (PPE-DE). – Señor Presidente, este debate ha puesto de relieve algunos de los problemas que plantea el asunto que estamos discutiendo. Me parece, señora Comisaria, que en lugar de que nosotros diseñemos una estrategia y les digamos a los demás lo que hacer, tal vez sería sensato preguntar a los representantes de la comunidad romaní.
Actualmente contamos con dos diputados al Parlamento Europeo romaníes. Recuerdo, asimismo, un diputado socialista español muy famoso de esta Cámara, elegido en 1989, que era especialmente simpático y facilitaba gran cantidad de información sobre toda la cuestión de la cultura romaní. Esa cultura forma parte de la nuestra y de la civilización europea y refleja el tipo de gente que somos.
Tal vez sería aconsejable echar un vistazo a la historia del pueblo romaní, hablar con los representantes de la cultura romaní y preguntarles la mejor forma para fomentar sus expectativas, en lugar de decirles cómo integrarse en nuestra sociedad y cómo solucionar sus necesidades sociales.
Benita Ferrero-Waldner, Miembro de la Comisión. − (DE) Señor Presidente: permítame resumir una vez más: ha sido un debate sumamente interesante y todos vemos muy clara la necesidad de reaccionar. Comprendo, por supuesto, que todos deseen la respuesta más rápida posible.
Debo decir que hay también una directiva, la 2000/43/CE, que ya garantiza la aplicación del principio de igualdad de trato, independientemente del origen racial o étnico en los sectores social, laboral y educativo, así como en el acceso y el suministro de productos y servicios, lo que también se aplica a la comunidad romaní. Considero que esto también es fundamental aquí. La directiva también permite adoptar medidas positivas en los Estados miembros. Sin embargo, es cierto que éstos no están obligados a incluir estas medidas en sus disposiciones legislativas nacionales.
Por el contrario, los reglamentos europeos sí que han de aplicarse, y debo decir que nosotros en la Comisión hemos adoptado una decisión firme para garantizar su aplicación. De hecho, la Comisión interpuso el año pasado procedimientos de infracción a 22 Estados miembros que no han aplicado los reglamentos europeos adecuadamente, incluida Italia, señor Agnoletto.
Por lo que se refiere a la finalidad de la integración de las personas en el mercado laboral, el Fondo Social Europeo también constituye nuestro instrumento más importante. Gran parte de las medidas dirigidas a mejorar la empleabilidad de los miembros de la comunidad romaní puede cofinanciarse con el Fondo Social Europeo. Entre el año 2000 y 2006, se destinaron unos 275 millones de euros, por ejemplo, a proyectos orientados específicamente a la integración de los romaníes.
El grupo de expertos de alto nivel sobre la integración de las minorías étnicas ha señalado que ciertos proyectos financiados por el FSE, como el programa Acceder en España, representan excelentes modelos de integración activa de los romaníes. Por consiguiente, me gustaría volver a realizar un llamamiento urgente a cada uno de los Estados para que aprovechen esta oportunidad. Estoy de acuerdo con la señora Swoboda en que no son sólo los organismos de los Estados nación, por supuesto, los que desempeñan aquí un importante papel: con frecuencia también lo hacen las autoridades locales.
Como todos sabemos, la exclusión social de la comunidad romaní constituye un fenómeno complejo y, por esa razón, para abordarlo se necesita un enfoque coherente que abarque todos los aspectos importantes de sus vidas. Esto incluye la educación, el empleo, la sanidad, la vivienda y la infraestructura. El enfoque requiere una coordinación eficaz en las instituciones europeas. Estoy convencido de que, con ayuda de estas medidas, se conseguirán verdaderos avances a lo largo del próximo año.
He oído, por supuesto, que muchos de ustedes —no todos— desearían que un determinado comisario se encargase de este asunto; sin duda, se lo transmitiré a mi colega, el señor Špidla. Sin embargo, hay una gran variedad de temas que intervienen aquí; por tanto, lo más importante es una coordinación eficaz. Indudablemente pueden volver a hablar con el señor Špidla sobre el otro asunto.
Desearía resaltar brevemente algunos de los temas que se plantearon en particular durante el debate. Entre ellos se hallaba la cuestión de cómo se está desarrollando el diálogo con la sociedad civil y también con la propia comunidad romaní. Desde mi punto de vista, un diálogo como éste —y en concreto sobre la forma de proceder con respecto a la comunidad hijos— es fundamental para garantizar el principio de no discriminación, por un lado, y para combatir el desempleo y fomentar el desarrollo social de regiones en las que viven los romaníes, por otro. Así mismo, resulta fundamental para derribar las barreras que se encuentran principalmente en la cabeza de la mayoría, de modo que esta comunidad se considere como una verdadera parte de esta cultura europea.
Aquí coincido con todos aquellos que han planteado este asunto.
Siempre he abogado por la educación sobre derechos humanos, y todos los que me conocen saben que para mí es una especie de afición aparte de la política. Una educación en la tolerancia. Sólo puedo decir que indudablemente incluiré el asunto de la educación sobre derechos humanos, que considero sumamente importante, en esas directrices.
Señora De Groen-Kouwenhoven, he de decir aquí que la Comisión puede ser lenta, pero le aseguro que no es vaga. Cuando uno ve que el Consejo Europeo y, en particular, la OSCE han establecido numerosos programas, en especial con la ayuda de la Comisión Europea, se da cuenta de que, a efectos prácticos, hay algunos enfoques positivos en este sentido.
Mi comentario final se refiere al asunto de la minoría transnacional. Me gustaría decir que debería considerarse el hecho de que la Unión Europea no tiene autoridad para definir las minorías en los propios Estados miembros. Además, saben que, en este contexto, habría que tener en cuenta que las medidas de política social no se adaptan al origen étnico, sino siempre a las necesidades individuales. Sin embargo y como también ya saben, los Estados miembros en particular tienen una idea muy diferente de lo que es una minoría y de cómo se define. De ahí que este asunto todavía no pueda resolverse muy rápido. Por lo demás, me complacerá dar paso a sus comentarios. Por supuesto, próximamente recibirán directrices sobre el asunto.
Presidente − El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar el jueves 31 de enero de 2008.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
David Martin (PSE), por escrito. – Está claro que la romaní es una minoría desatendida en la Unión Europea; no podemos permitir que eso continúe así. Apoyo plenamente a mis compañeros al pedir a la Comisión que emprenda nuevas acciones en este asunto. Nos encontramos ante una situación en virtud de la cual existe un grupo, considerado el mayor grupo minoritario étnico en la Unión Europea, que vive en condiciones que no alcanzan los estándares, a la que nos resulta difícil proteger y ayudar. Necesitamos de forma desesperada una acción concreta e inmediata por parte de la Comisión para ayudar a la integración de la comunidad romaní en todos los ámbitos de la sociedad, ya sean económicos, sociales o políticos. La UE tiene que ponerse a la cabeza de este problema.