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 Texto íntegro 
Procedimiento : 2006/0196(COD)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0505/2007

Textos presentados :

A6-0505/2007

Debates :

PV 30/01/2008 - 19
CRE 30/01/2008 - 19

Votaciones :

PV 31/01/2008 - 8.7
Explicaciones de voto
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2008)0030

Acta literal de los debates
Miércoles 30 de enero de 2008 - Bruselas Edición DO

19. Plena realización del mercado interior de servicios postales comunitarios (debate).
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  El Presidente. − De conformidad con el orden del día, se procede al debate de la recomendación para la segunda lectura, en nombre de la Comisión de Transportes y Turismo, en relación con la plena realización del mercado interior de servicios postales comunitarios (13593/6/2007 – C6-0410/2007 – 2006/0196(COD)) (ponente: Markus Ferber) (A6-0505/2007).

 
  
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  Markus Ferber, ponente. − (DE) Señor Presidente, Señorías, hemos llegado al final de un largo debate mantenido durante cuatro legislaturas del Parlamento Europeo, que comenzó en 1992 con la publicación por parte de la Comisión del Libro Blanco sobre el desarrollo de los servicios postales, seguido de la aprobación de la primera Directiva sobre los servicios postales de 1997 y su posterior revisión en 2002. Ahora, a principios de 2008, después de más de quince años, confío en que podamos aprobar de forma conjunta una serie de normas racionales que puedan ayudarnos a conciliar los intereses de los consumidores, los intereses de las empresas que hasta ahora han disfrutado de un monopolio en la prestación de los servicios postales, los intereses de los competidores que desean entrar a formar parte de este mercado lucrativo y los de los empleados en el sector postal. Durante los últimos meses, en el Parlamento Europeo hemos trabajado mucho para lograr estos objetivos.

Debo destacar, señor Presidente, que el reloj está adelantado. Todavía no he hablado durante tres minutos y medio.

Creo que aquí, en el Parlamento Europeo, hemos logrado un compromiso digno entre todos estos intereses. Me gustaría asimismo dar las gracias a todos aquellos que han contribuido a hacerlo: a mis colegas diputados al Parlamento Europeo y, en especial, al señor Brian Simpson, con quien me une una amistad de catorce años forjada con nuestros esfuerzos conjuntos en el ámbito de los servicios postales. Desde 1994 hemos trabajado juntos en este importante asunto. Me gustaría agradecer a la Comisión la función tan constructiva que ha desempeñado tanto en sus propuestas como en la mesa de negociaciones.

Llegados a este punto, me temo que tengo que dirigir mi agradecimiento especial no a la actual Presidencia eslovena sino a la Presidencia portuguesa del Consejo que logró formular una Posición Común el 1 de octubre del año pasado.

Me siento especialmente orgulloso, y en el Parlamento Europeo debemos estarlo, por el hecho de que el Consejo, en su Posición Común, acogiera el resultado de nuestras deliberaciones entre los distintos grupos e incluyera más del 95 % de las mismas en los fundamentos de la Posición Común. Este hecho supone un gran éxito para el Parlamento Europeo y demuestra que el Parlamento Europeo puede solucionar cuestiones de complejidad tal como la liberalización del mercado en los servicios postales, lo cual supone una justificación más con respecto a los poderes adicionales que se le han conferido por el Tratado de Reforma.

Por tanto, en los debates de las comisiones previos a la segunda lectura, intentamos identificar las áreas de la Posición Común que podíamos mejorar. No fue fácil para nosotros porque, inevitablemente, cada compromiso tiene un aspecto en uno u otro sentido que podría ser objeto de mejora. No obstante, en diciembre, en la Comisión de Transportes y Turismo, en una votación que obtuvo una aprobación por aplastante mayoría, se determinó que todos los puntos a los que el Parlamento había conferido importancia han sido realmente tenidos en cuenta por el Consejo y que no podíamos hacer nada mejor al respecto. Cualquier enmienda habría representado un paso atrás.

Por este motivo, el ponente ahora puede afirmar que la recomendación secundada por una amplia mayoría de la comisión encargada es que la Posición Común sea aprobada sin ninguna enmienda, de lo cual yo estaría encantado si eso sucediera mañana. Habríamos sentado precedentes al haber logrado solucionar esta compleja cuestión de la liberación de los servicios postales que se ha llevado a cabo en esta Cámara durante quince años sin, por una vez, haber tenido que recurrir al procedimiento de conciliación. Permítanme recordar a la Cámara que siempre hemos tenido que recurrir a la segunda lectura para llegar a un acuerdo. Volver a hacerlo de nuevo la guinda sobre el pastel al final de un largo proceso legislativo. Solicito, por tanto, su apoyo y reitero mi agradecimiento a todos aquellos que han colaborado de forma tan constructiva en este proceso.

 
  
  

PRESIDE: LUISA MORGANTINI
Vicepresidenta

 
  
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  Andrej Vizjak, Presidente en ejercicio. − Me complace enormemente poder estar aquí en su Pleno de hoy.

La propuesta de la Comisión para la directiva sobre la plena realización del mercado interior de servicios postales comunitarios ha sido una de las más exigentes para los colegisladores a lo largo de los últimos quince meses. Cuando la Comisión la propuso en octubre de 2006, todo el mundo esperaba largos litigios y debates acalorados en el seno de nuestras instituciones acerca del futuro de uno de los servicios públicos más antiguos y tradicionales de Europa.

Debatir este asunto fue una tarea enormemente difícil para la Presidencia alemana y, sobre todo, para la Presidencia portuguesa de 2007. Desde el principio, nuestras instituciones establecieron en los debates el objetivo común de evitar el populismo y la demagogia y centrarse en los parámetros esenciales de este asunto, incluidos los aspectos sociales de los empleados postales y la financiación permanente de un servicio universal.

Como sabemos, el sector postal está amenazado por un cambio estructural y debe adaptarse a las nuevas circunstancias económicas y sociales. La fase final de la reforma total del mercado de los servicios postales internos ofrece una oportunidad única de crecimiento para todos los contratistas implicados. A la larga, el público espera que preservemos y mejoremos la calidad y eficacia de los servicios postales en beneficio de los usuarios, independientemente del lugar en el que viven.

La apertura del mercado de los servicios postales ha sido hasta la fecha una historia de éxito. Los nuevos actores han entrado en el mercado y se han explotado nuevas oportunidades, no sólo por parte de estos nuevos actores sino también por los que ya estaban establecidos. Se han desarrollado nuevos servicios para los usuarios. Es evidente que la plena liberalización de los servicios postales es una condición necesaria para darle vida a este sector y garantizar su existencia junto a nuevas formas de competencia y servicios alternativos.

El enfoque de nuestras dos instituciones es otra prueba de los principios fundamentales de la protección de servicios de alta calidad, fiables y asequibles para todos los usuarios y rechazar los obstáculos discriminatorios para los nuevos agentes que entran en el mercado. Al mismo tiempo, tanto el Parlamento Europeo como el Consejo aceptan que algunos mercados de servicios postales de la Unión Europea funcionan en condiciones muy diferentes. Por tanto, a la hora de expresar su Posición Común, el Consejo adoptó la decisión de establecer el final de 2010 como fecha tope final para la liberalización. No obstante, se ha aprobado un período de transición hasta finales de 2012 para que algunos Estados miembros puedan aplicar la nueva normativa. De conformidad con el principio básico de todas las directivas previas sobre servicios postales, el principio de subsidiariedad permite a los Estados miembros ajustar la normativa comunitaria a las circunstancias especiales nacionales y garantiza la existencia de una autoridad reguladora autónoma para supervisar los servicios postales.

Señorías, para concluir esta breve intervención, permítanme felicitar al señor Ferber y a los ponentes participantes de todos los grupos políticos, es decir, los ponentes alternativos, por su contribución a nuestros fructíferos y constructivos debates. A pesar de que no siempre estuvimos totalmente de acuerdo con sus observaciones específicas, me gustaría recordarles que el Consejo incluyó una serie de cambios pertinentes en su Posición Común de noviembre 2007, por lo que queda demostrada su determinación política, su apertura y su constructiva flexibilidad.

Me gustaría hacer hincapié especialmente en el excelente trabajo que la Comisión ha llevado a cabo en todo el proceso de la elaboración de la Posición Común y su compromiso con el apoyo efectivo y su orientación a los Estados miembros en todos los aspectos relativos a la aplicación de la nueva Directiva. Señorías, mañana recibirán la decisión final y volverán a tener constancia de nuestro principal acuerdo conforme a las disposiciones de la Posición Común del Consejo y la Recomendación de la Comisión de Transportes y Turismo del 9 de diciembre del pasado año. Estamos seguros de haber encontrado el equilibro correcto entre los diversos objetivos así como de haber tratado de forma sensata y abierta los retos políticos sin poner en peligro la seguridad jurídica de los contratistas y consumidores de los servicios postales.

Señorías, les agradezco de nuevo su cooperación, así como el texto, que tengo la certeza de que será aprobado, y, por supuesto, también les doy las gracias por su atención.

 
  
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  Leonard Orban, Miembro de la Comisión. − Señora Presidenta, mañana el Parlamento Europeo debe tomar una decisión histórica que marcará el final de un proceso iniciado hace ya más de 15 años. La tercera Directiva postal lleva a buen fin el proceso gradual y bien preparado de la plena realización del mercado interior.

Lo que hoy parece una solución clara y obvia, estaba lejos de conseguirse sin oposición cuando se inició el debate. El 18 de octubre de 2006, la Comisión presentó sus propuestas. A ello le siguieron unas negociaciones intensas y constructivas en el seno de las instituciones. Fue finalmente el Parlamento Europeo, a través de su informe en primera lectura de 11 de julio de 2007, el que allanó el camino para el resultado de compromiso que tienen ustedes hoy delante.

Muchos miembros de esta Cámara han contribuido activamente a este importante resultado y —en nombre de mi colega, el Comisario McCreevy— quiero rendir homenaje especialmente al ponente, señor Ferber, y a sus colegas y ponentes alternativos de los otros grupos políticos que han dado forma a la transacción. Lo mismo puede decirse de las Presidencias finlandesa, alemana, portuguesa y —en última posición, pero no por ello en último lugar de importancia— eslovena.

Algunos comentarios sobre el contenido: el texto que hoy nos ocupa es equilibrado. Tiene en cuenta los intereses de diferentes grupos políticos y Estados miembros. La propuesta de la Comisión había fijado una fecha anterior para la liberalización del mercado, confirmando la fecha prevista por la Directiva postal vigente. Dos años más es mucho tiempo. Dará a todos los operadores tiempo para ultimar los preparativos. Pero no nos debe llevar a la complacencia.

Lo importante para el sector postal, sus clientes, sus operadores y sus trabajadores es que se haya fijado un plazo máximo para la plena realización del mercado. La posición común establece unas condiciones justas y nos obliga a eliminar barreras de acceso al mercado.

Para la votación de mañana se ha presentado un número limitado de enmiendas. La mayoría son enmiendas que ya fueron rechazadas por la Comisión de Transporte y Turismo en diciembre. Como dijo en su momento mi colega, el señor McCreevy, son enmiendas que no aportan ningún valor añadido al mercado interior, a los usuarios de servicios postales o a los carteros y carteras. Hay impulso para finalizar el proceso de reforma de los servicios postales.

Resumiendo, el contenido del texto que hoy nos ocupa es bueno en su conjunto y si leen sus principales disposiciones, estarán de acuerdo conmigo en que es fiel a nuestro objetivo: la plena realización del mercado no como un fin en sí mismo, sino como el medio para perseguir el objetivo más general de crear un sector de servicios postales de alta calidad, eficiente, sostenible y adaptado a las necesidades del siglo XXI.

 
  
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  Reinhard Rack, en nombre del Grupo del PPE-DE. (DE) Señora Presidenta, en los últimos años, todos nosotros, incluido yo, hemos lamentado en repetidas ocasiones el hecho de que, incluso en el caso de los proyectos legislativos principales, la mayoría de los asientos del banquillo del Consejo han seguido estando vacíos. Por tanto, deberíamos manifestar nuestra satisfacción por la representación de alto nivel de la Presidencia eslovena en este importante debate legislativo y por el hecho de que Eslovenia ya esté participando, por así decirlo, del espíritu del Tratado de Lisboa que, evidentemente, acaba de ser ratificado.

El mercado interior de los servicios postales ha sido un asunto con muchas idas y venidas. Nos complace saber que, si todo va bien, este nuestro actual proyecto contribuirá a concluir el proceso felizmente. La propuesta inicial de la Comisión era, en principio, coherente y aceptable, pero a nuestro parecer en el Parlamento Europeo, el principio básico era, en muchos casos, aplicado de forma demasiado amplia y consideramos que los puntos principales seguían sin resolverse.

En este sentido, resultó positivo el hecho de que, bajo la dirección de nuestro ponente, Markus Ferber, a quien le doy encarecidamente las gracias en nombre del Grupo del Partido Popular Europeo y de los Demócratas Europeos, nuestra comisión, que actuaba con una cómoda amplia mayoría, pudiera añadir numerosos elementos importantes a la propuesta de la Comisión en la primera lectura e interpretar y desarrollar sus disposiciones.

Con respecto al ámbito financiero hemos añadido concretamente una opción adicional, una de gran importancia, puesto que garantiza que un aspecto fundamental no sea ignorado. Reforzamos las disposiciones sociales, sobre todo, en asuntos tales como las condiciones laborales, las jornadas laborales y los derechos relativos a permisos de baja. En concreto, introdujimos una cláusula temporal de reciprocidad para garantizar que la Directiva no diera lugar a beneficios extraordinarios, permitiendo que unos cuantos monopolios ampliaran sus operaciones a mercados desregulados.

A cambio, acordamos que la entrada en vigor de la Directiva se aplazara dos años. Consideramos que la propuesta estaba en general muy equilibrada y nos sentimos reivindicados por las medidas del Consejo, que respaldaban ampliamente la posición del Parlamento Europeo. Mañana deberíamos aprobar dicha posición y compartir la satisfacción del Consejo, la Comisión y el ponente con respecto a los resultados obtenidos.

 
  
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  Brian Simpson, en nombre del Grupo del PSE. – Señora Presidenta, en nombre del Grupo del PSE quiero dar las gracias a Markus Ferber por su informe y por lo mucho que ha trabajado durante tantos años.

El Grupo del PSE acepta que una gran parte de la posición en primera lectura del Parlamento Europeo ha sido aprobada por el Consejo; ello garantizará el servicio universal, garantizará la financiación de dicho servicio, reconocerá además la necesidad de protección social y aplazará su transposición dos años hasta finales de 2010 para todos los antiguos Estados miembros y hasta 2012 para los nuevos.

A mí me parece un buen trato. Algunos siguen librando la batalla de la antiliberalización. Pero esa batalla se perdió hace 15 años cuando el Parlamento Europeo aprobó —en contra de mi recomendación en su momento— la liberalización del sector de los servicios postales.

Algunos de nosotros en este Parlamento hemos retrasado la plena liberalización del mercado durante esos largos 15 años, pero al fin ha llegado el momento de enfrentarse a la realidad.

Aunque, personalmente, me gustaría ver una segunda lectura sin enmiendas, mi grupo considera que hay que dejar claro cómo se financiará el servicio universal y se protegerán los servicios prestados actualmente a las personas ciegas y visualmente discapacitadas. Por eso apoyaremos las enmiendas 1, 2, 6 ,18 y 19.

Tenemos que asegurar que los servicios postales puedan competir, no necesariamente entre sí, sino con otras tecnologías. Pero necesitamos igualdad de condiciones para todos y espero, con las reservas que acabo de expresar, que podamos concluir el trabajo relacionado con este informe sobre la base de nuestra posición en primera lectura para volver a la cuestión más importante, que es la prestación de unos servicios postales fiables, regulares y asequibles a nuestros ciudadanos y el reconocimiento del importante trabajo que realizan los carteros y las carteras en toda la Unión Europea.

Por último, cuando Markus Ferber y yo empezamos a trabajar en este informe, ninguno de los dos tenía canas. ¡Y mírennos ahora a los dos!

 
  
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  Luigi Cocilovo, en nombre del Grupo ALDE. – (IT) Señora Presidenta, Señorías, a mí también, al igual que mis colegas, me gustaría dar las gracias al ponente, señor Ferber, por su trabajo. Se trata de una labor iniciada hace mucho tiempo y durante cuyo transcurso hemos tenido momentos de considerable convergencia y algunos momentos de debate constructivo. Por lo que se refiere a mi posición y a la de mi grupo, nunca ha existido ningún conflicto de principios o ideología con respecto a la idea de la liberalización, que todos aprobamos y apoyamos, aunque, evidentemente, pretendemos asegurar las garantías necesarias para un servicio universal.

En la propuesta actual de la Directiva, aprobada por el Parlamento durante la primera lectura y, a continuación, reconsiderada por el Consejo, podemos observar que existe dicha garantía incluso si algunas de las condiciones podrían ser más precisas, específicas y detalladas. No queremos ser como aquellos a quienes los árboles no les dejan ver el bosque, pero, por otro lado, no queremos obviar el hecho de que en algunas ocasiones el mal se oculta en los pormenores. Por este motivo, habríamos preferido que se hubieran especificado más algunas de las cuestiones relativas a aspectos tales como las autorizaciones, la garantía de una competencia adecuada, así como los pagos de las tarifas entre el operador responsable del servicio universal y otros servicios individuales, y las cuestiones relativas a los derechos y responsabilidades relacionadas con el acceso a la red. Lo habríamos preferido, pero la mayoría de las opiniones adoptadas en el Parlamento, que también se encontraban representadas en la comisión, indicaban que probablemente no era necesario especificar más las garantías y preferían, en su lugar, no correr el riesgo de elaborar un acuerdo complejo.

En resumen, en este momento sostenemos este punto de vista y, por lo que se refiere a las enmiendas relativas a las condiciones para las personas invidentes y con discapacidades visuales, nos gustaría dejar claro que, si dichas enmiendas, y únicamente éstas, obligaran a llegar a un acuerdo, no nos mostraríamos a favor. Sin embargo, si se aprobaran otras enmiendas, también votaríamos a favor. De lo contrario, votaríamos en contra de todas las enmiendas presentadas.

 
  
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  Roberts Zîle, en nombre del Grupo UEN. (LV) Señora Presidenta, Comisario, miembros del Consejo, les expreso mi más encarecido agradecimiento. Me gustaría en primer lugar agradecer al señor Ferber su trabajo a la hora de buscar un compromiso entre el Parlamento y el Consejo en un área tan delicada desde el punto de vista político como lo son los servicios postales. Me gustaría hacer hincapié en el hecho de que se recogieran en la Directiva las dificultades objetivas de la liberalización del enfoque de los servicios universales, sobre todo para los nuevos Estados miembros, mediante un plazo adicional de dos años para reservar estos servicios. Al mismo tiempo, se ha implantado un marco jurídico sólido para garantizar los servicios universales. Creo, por tanto, que la pelota se encuentra en el tejado de las autoridades de los Estados miembros. A pesar de las dificultades encontradas por las empresas de servicios postales en algunos Estados miembros, incluido mi país, Letonia, creo que la liberalización del mercado solucionará la situación aparentemente desesperante de los proveedores de servicios postales desfasados. Por lo que respecta a la votación de mañana, les pido que no apoyen las anteriores propuestas porque los Estados miembros deben hacer uso de su competencia también con respecto a las personas con discapacidad visual. Gracias.

 
  
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  Eva Lichtenberger, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señora Presidenta, me temo que los hechos de este asunto me impiden unirme a las celebraciones. Hecho número uno: ¿quién se beneficiará? Aquellos consumidores que viven en las ciudades y a quienes les encanta recibir publicidad en sus buzones. Son los que se beneficiarán. También las empresas especializadas en mailings masivos y campañas publicitarias postales.

Sin embargo, las personas invidentes o con discapacidades visuales no se beneficiarán. Por tanto, pido que apoyen nuestra enmienda en este asunto. Tampoco se beneficiarán los empleados de los servicios postales, que trabajarán por un salario bajo y estarán sometidos a una gran presión que sólo agravará las condiciones previstas. Otro grupo que tampoco se beneficiará será el de aquellos que vivan en países o en regiones remotas que tendrán que confiar en servicios postales privados, por lo que todos seremos testigos de una escalofriante disminución de los niveles de servicios a los mínimos posibles y permisibles. En concreto, no se beneficiarán los contribuyentes, que una vez más deberán financiar el servicio universal que anteriormente se financiaba internamente, por así decirlo, y que será financiado por las rentas de los mailings masivos y los servicios postales privados.

Por estas razones, me muestro en contra de la Directiva. Considero que está equivocada. La competencia es positiva pero hay que asegurarse de que se desarrolla en condiciones equitativas. Y no se ha hecho en este caso.

 
  
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  Erik Meijer, en nombre del Grupo GUE/NGL. (NL) Señora Presidenta, los servicios postales son un servicio público que requiere gran trabajo. En la segunda mitad del siglo XIX, los Estados europeos decidieron que necesitaban tener su propio monopolio de los servicios postales porque el sector privado no reunía las condiciones necesarias para realizar el trabajo.

Siempre han existido empresas privadas que han intentado sortear esta situación. Ofrecían servicios más baratos, pero de forma selectiva, eligiendo las parcelas más saturadas del servicio postal de entrega y ofreciendo peores condiciones de trabajo y de empleo. Desde el decenio de los noventa, una mayoría política ha intentado crear mayores posibilidades para dichas empresas y la decisión propuesta les da, casi enteramente, carta blanca. Mi Grupo cree que esto dará lugar a peores servicios de entrega para los consumidores, deteriorando las condiciones de los trabajadores y que los Estados miembros tendrán gastos adicionales para mantener y restaurar sus servicios postales universales.

Incluso ahora que los tres grupos mayoritarios han acordado un compromiso con respecto a los plazos y las medidas que los acompañan, mi Grupo todavía considera esta elección como un paso hacia atrás. Aparte de las medidas destinadas a mejorar determinados detalles, tales como garantías más estrictas para los usuarios invidentes y para los trabajadores, proponemos, por tanto, que esta liberalización sea rechazada. Esto estaría en consonancia con la reciente negativa de los votantes de la ciudad alemana de Leipzig a la venta de las empresas públicas.

 
  
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  Michael Henry Nattrass, en nombre del Grupo IND/DEM. – Señora Presidenta, tomo nota de la frase «una fecha fija e irrevocable». Algo que uno de los creadores de la UE, Jean Monnet, odiaba de la democracia era que nada en ella es irrevocable. Ningún gobierno democrático puede imponer lo irrevocable a su sucesor.

En la UE existe un déficit democrático porque la Unión, cada vez más estrecha, se diseñó como irrevocable. No hay salidas para la democracia. Las personas pueden votar sólo a favor de lo que quiere la elite de la UE. Es una calle de un sólo sentido. Los franceses y neerlandeses han votado en contra de esa unión irrevocable. El hecho de que hayan sido ignorados y de que se haya vuelto a proponer la misma Constitución fracasada demuestra mi argumento.

No están sabiendo aprender de la Historia. La Unión Soviética se disolvió. El Tausendjähriges Reich de Hitler duró 12 años. La reacción violenta que están provocando ustedes al negar a los ciudadanos la celebración de un referéndum acabará con este imperio intolerante de la UE, tan seguro como que el día precede a la noche.

 
  
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  Etelka Barsi-Pataky (PPE-DE). – (HU) Señora Presidenta, a finales de 2012 los servicios postales habrán sido liberalizados completamente y el mercado interior también se habrá logrado en este ámbito. Dado que la apertura el mercado tiene diferentes efectos en los mercados de cada Estado miembro, lo que hemos logrado a través de la legislación es que el mercado se vaya abriendo gradualmente. También hemos logrado una situación en la que las oficinas de correos importantes pueden mantener los ingresos de los que disponen hasta que se inicie la liberalización y yo, personalmente, considero que esto es un buen resultado. Después de mucho tiempo, ha nacido la normativa comunitaria que pone a todo el mundo en una situación competitiva. Agradezco esto especialmente al ponente. Dicho de otro modo, esta normativa no conllevará desventajas para las empresas que compiten tras la apertura del mercado sino nuevas posibilidades.

Señora Presidenta, todo esto sólo supone la mitad de una victoria si no se dan los siguientes pasos. ¿Cuáles son? En primer lugar, las oficinas de correos que gozan de una excepción deben centrarse en los próximos años en ser capaces de cumplir los requisitos de la competencia europea, es decir, que realmente hagan uso de las ventajas de los plazos que se le han concedido ahora.

En segundo lugar, la normativa y las políticas estatales deben garantizar que, mientras que las oficinas de correos se reducen conforme a la premisa de ser competitivas, debe asegurarse realmente el nivel adecuado del servicio universal. No deberíamos olvidar que la responsabilidad del servicio todavía seguirá siendo obligación del Estado. De hecho, la normativa fue creada para que los ciudadanos comunitarios, independientemente de su lugar de residencia, incluso en los lugares más pequeños, pudieran tener acceso a los servicios postales a un precio razonable y con una calidad razonable. Gracias por su atención.

 
  
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  Gilles Savary (PSE).(FR) Señora Presidenta, creo que lo que vamos a votar mañana es histórico, porque, desde el principio de los tiempos, en especial desde las monarquías, el correo siempre ha sido público. Lo ha sido porque el reparto del correo es estratégico. Lo ha sido también para garantizar un servicio universal y rápido.

Acabamos de poner fin, o vamos a poner fin mañana, al control público del correo en beneficio de un mercado postal ampliamente desregulado. Lo que nos propone esta Directiva será en primer lugar un enorme mercado para los abogados y los hombres de leyes, puesto que no se trata de una armonización: cada Estado miembro podrá elegir su modo de financiación, ¡y hay cuatro diferentes! Lo que nos propone esta Directiva es también compensar la financiación del servicio universal, paradoja absoluta, con ayudas estatales, cuando, en algunos países, la perecuación hacía que lo que era rentable financiara lo que no lo era.

Pienso que cometemos un error. El futuro lo dirá, pero ya tenemos hoy elementos que nos permiten juzgarlo. Más de 880 millones de euros inyectados en el servicio de correos británico; el servicio de correos español que, bajo la presión de la competencia, acaba de decretar que ya no prestará en las zonas rurales el servicio postal directo; y los alemanes, que tienen dificultades para hacer compatible el salario mínimo con el mercado postal. Creo que hoy estamos sirviendo a las compañías –vamos a ofrecerles la flor y nata del mercado–, pero no servimos al interés general postal ni a la competitividad exterior de la Unión Europea. Éste es mi sentimiento.

 
  
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  Dirk Sterckx (ALDE). – (NL) Señora Presidenta, respaldo el compromiso alcanzado por el señor Ferber y aprobado por el Consejo porque estoy a favor de un mercado abierto para los servicios postales. Creo que esta Directiva concede a los Estados miembros el margen necesario para garantizar que sus mercados se liberalizan de una forma adecuada y que existen diferentes proveedores que compiten por obtener clientes basándose en una calidad garantizada.

No creo, de ningún modo, que la intención de los Estados miembros sea usar este margen para impedir que sus mercados se abran, aunque ello represente asimismo un riesgo. Sería fácil aplicar esta Directiva de manera que las nuevas empresas hubieran de cumplir unos requisitos tan estrictos que ninguna de ellas se molestara en prestar servicios postales. Si éste es el modo en el que los Estados miembros aplican la Directiva, entonces habremos aprobado una buena legislación, pero no habremos cambiado nada en la práctica para los clientes de los servicios postales.

Considero que, sin duda, tenemos que aprobar el texto pero pediría a la Comisión que se asegurara que el objetivo de crear un mercado abierto en los servicios postales no se vea interceptado por las medidas adoptadas por los Estados miembros. Creo que en el país del ponente, por ejemplo, se han adoptado una serie de medidas que realmente vuelven a cerrar el mercado postal alemán.

 
  
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  Seán Ó Neachtain (UEN).(GA) Señor Presidente, el servicio postal de Irlanda desempeña una función fundamental en las vidas de las comunidades rurales, sobre todo, para los habitantes de las zonas rurales y de las regiones remotas que no tienen vecinos alrededor. Por tanto, acojo con satisfacción la prestación de un servicio universal, algo de vital importancia para los ciudadanos irlandeses y, estoy convencido, también para cualquier otro Estado miembro.

Me gustaría en primer lugar dar las gracias al ponente, el señor Ferber, por adherirse tan firmemente a dicho principio. En beneficio de los usuarios, ello debería constar en nuestros proyectos de documentos y en este sentido también acojo con satisfacción el nuevo servicio financiero establecido por el servicio postal irlandés en Irlanda. Este hecho demuestra que los proveedores de servicios postales pueden prepararse a sí mismos para los nuevos requisitos del mercado a la vez que siguen ofreciendo su servicio postal universal.

Además, me gustaría dar la bienvenida a la reciente normativa del Tribunal de Justicia según la que un proveedor de servicios postales puede acogerse a un acuerdo relativo a la distribución de ayudas sociales.

 
  
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  Pedro Guerreiro (GUE/NGL). – (PT) El Consejo aprobó la total apertura del mercado de los servicios postales comunitarios a partir del 31 de diciembre de 2010 durante la Presidencia portuguesa, aplicando las normas de competencia a lo que algunos afirman que debería ser un servicio público para crear un mercado interior de los servicios postales. «Eso es estupendo», dirá el Primer Ministro portugués. No obstante, dicha decisión representa un fuerte golpe para los servicios postales públicos, sobre todo, con la abolición de los ámbitos reservados, y pone en marcha un proceso para desmantelarlos y, en consecuencia, entregarlos a las multinacionales guiadas por los beneficios y ello, por añadidura, a costa del gasto público, lo que pone en peligro los derechos del Estado y de los trabajadores del sector.

Si quedaban dudas con respecto al verdadero significado de la inclusión del «protocolo sobre los servicios de interés general» en el proyecto del Tratado, esta Directiva las disipará: se trata de la continuación del desmantelamiento y la destrucción de los servicios públicos y de una amenaza a que su titularidad y la prestación de los mismos corresponda a empresas públicas gestionadas y controladas democráticamente. De aquí nuestra propuesta de rechazar esta Directiva.

 
  
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  Hélène Goudin (IND/DEM). – (SV) Señora Presidenta, el correo es uno de los servicios públicos que los ciudadanos de nuestros países, de todas las edades, más valoran. Por tanto, la formulación de la decisión es totalmente vital. En los debates previos sobre la Directiva he manifestado mis temores a que las necesidades de las áreas escasamente pobladas no sean atendidas. No estaba claro que se garantizara el mismo servicio a todo el mundo. En una ocasión, durante el turno de preguntas con el Comisario McCreevy se me prometió que no habría modificaciones en el requisito de ofrecer un servicio universal. Ahora tenemos un compromiso que ofrece garantías de que aquellos que viven en áreas escasamente pobladas tendrán recogida postal y servicio de entrega cinco días por semana, al igual que el resto. Apoyaré el compromiso de la Directiva postal mañana. Confiemos en que esto nos llevará a un servicio mejor, con reducción de precios y un sistema postal más eficaz para todo el mundo cuando liberalicemos el mercado interior en otro sector más.

 
  
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  Corien Wortmann-Kool (PPE-DE). – (NL) Señora Presidenta, me gustaría agradecer encarecidamente al ponente, el señor Ferber, el trabajo realizado. Ha conseguido que el Parlamento se ponga de acuerdo sobre esta difícil cuestión en la primera lectura, a pesar de que tanto él como yo, personalmente, creíamos que habría que dar otro paso más. No obstante, a la larga, nuestra posición unida fue lo que guió al Consejo y, por tanto, yo también estoy completamente de acuerdo con la Posición Común.

Los diputados del Grupo Socialista y del Grupo de los Verdes, desgraciadamente, tienen miedo y son incapaces de apreciar las enormes posibilidades de nuevas empresas y empleos que esta Directiva ofrecerá. Estoy totalmente convencida de esto y los ejemplos de diversos Estados miembros me respaldan. Sin embargo, ahora todo dependerá de que la Comisión Europea se ciña a la Directiva y de que no se quede en un documento que no se cumplirá.

Si se introduce la Directiva, realmente logrará el objetivo de liberalizar los mercados. Habrá mejores servicios para los usuarios y no lo que Alemania está haciendo, estrangulando a los nuevos actores, y no sólo nuevos actores sino también a nuevas empresas, nuevos servicios, nuevos empleos fuera del mercado con el pretexto de la protección social.

Por tanto, me siento satisfecha con la respuesta recibida ayer por parte de la Comisión Europea. Asumo que la Comisión va a investigar la situación en Alemania. Instaría a que lo hicieran, y rápidamente, porque los nuevos agentes del mercado alemán tienen graves problemas y sería terrible que las cosas no funcionaran y que sentaran un precedente erróneo.

Vaticino que Francia y otros países también lo harán y que, por ello, en último extremo no conseguiremos nada. Por tanto, la Comisión tiene una gran responsabilidad en este asunto. Confío en que utilicen todos los medios jurídicos posibles y que también ejerzan presión política para asegurar que esta Directiva se aplica correctamente al mercado postal comunitario.

 
  
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  Silvia-Adriana Ţicău (PSE). – (RO) Señora Presidenta, Comisario, los servicios postales tienen una importancia fundamental en la vida económica y social de las comunidades. Por tanto, debemos garantizar la accesibilidad de los servicios postales y, sobre todo, debemos garantizar la calidad de dichos servicios.

La plena liberalización del mercado de servicios postales, incluidas las entregas de pesos inferiores a 50 gramos, permitirá una mayor competitividad, el surgimiento de nuevos operadores y la creación de nuevos empleos.

No obstante, me gustaría destacar algunas cuestiones importantes. En primer lugar, es fundamental que el servicio universal se garantice y que cada ciudadano pueda recibir el correo, independientemente de si viven en una alta montaña o en una isla. En segundo lugar, debemos asegurar que existan condiciones de trabajo dignas en este ámbito laboral, en concreto, debemos asegurar que existan garantías sociales con respecto a los empleos y los ingresos. En tercer lugar, para que los Estados miembros garanticen el servicio universal, es fundamental que definan lo antes posible los medios de financiarlo. La Directiva concede a los Estados miembros flexibilidad en este sentido. En cuarto lugar, puesto que vivimos en un mundo cada vez más digitalizado, es vital que los operadores de los servicios postales diversifiquen su actividad para también ofrecer servicios electrónicos.

Puede que algunos Estados miembros dispongan de dos años más antes de que los servicios postales sean plenamente liberalizados. Independientemente de la fecha en la que se produzca la liberalización, los operadores de los servicios postales deberían tener una gestión eficaz que garantice la elevada calidad de dichos servicios.

 
  
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  Dariusz Maciej Grabowski (UEN). – (PL) Señora Presidenta, permitir que los operadores privados ofrezcan servicios postales es una decisión controvertida. El tiempo dirá si resulta beneficioso para los consumidores.

Debemos recordar que en algunos de los Estados miembros con un grado inferior de desarrollo, las instituciones que defienden los intereses de la competitividad y los usuarios están débilmente ancladas en la conciencia pública. Existe un riesgo de alterar el equilibrio entre los intereses del capital y los del consumidor. Por tanto, la fecha establecida de 2012 debe ser acogida con satisfacción.

Al mismo tiempo, sugeriría que antes de 2012 se realizara un análisis del funcionamiento del mercado de los servicios postales en aquellos países que ya han adoptado las nuevas normas, con vistas a identificar y evitar cualquier irregularidad en el resto de países. También considero que un operador que ofrezca servicios públicos debería ser recompensado por las autoridades y no —como los autores del informe sugieren— meramente compensado.

Los años de trabajo dedicados a esta legislación han teñido de gris el pelo del señor Ferber. Confío en que la introducción de las nuevas normativas no le ocasione más disgustos y le provoquen la caída del cabello.

 
  
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  Gabriele Zimmer (GUE/NGL). – (DE) Señora Presidenta, probablemente sea muy obvio que la posición del señor Ferber y de la señora Wortmann-Kool y otros diputados son polos opuestos. Considero errónea la idea de abordar la privatización y la liberalización de los servicios públicos como la respuesta normal a la globalización. También tengo motivos para creer que cada vez más ciudadanos se muestran en desacuerdo con dicho enfoque. En un referéndum celebrado en Leipzig el fin de semana pasado, el 80 % del electorado, o más bien de aquellos que votaron, rechazó la privatización por lo que se evitó que el ayuntamiento llevara a cabo más privatizaciones durante los próximos tres años.

Permítanme asimismo decirles que no es sólo el caso de que esta Directiva que debatimos hoy incorpore salvaguardias para salvar a los ciudadanos —empleados— del dumping social. Hemos visto cómo la introducción de los salarios mínimos en los servicios postales de Alemania se ha enfrentado a la reticencia de aquellas empresas que han cimentado sus negocios en salarios bajísimos. También tengo serias reservas con respecto a las implicaciones de las instituciones públicas que adjudican contratos a dichas empresas.

 
  
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  Małgorzata Handzlik (PPE-DE). – (PL) Señora Presidenta, se ha trabajado durante 15 años en la liberalización del sector postal, que supone más 90 000 millones de euros al año en toda la Unión. Hoy estamos a punto de votar e inscribir dicha legislación en la historia de la Unión, y quiero felicitar al ponente por su excelente trabajo.

La versión actual del proyecto representa un amplio compromiso cuyos objetivos principales parecen haber sido logrados: plena realización del mercado interior en los servicios postales, principalmente a través de la conclusión del monopolio de los servicios postales y una continuación garantizada del servicio público de alta calidad a bajo coste.

La versión actual de la Directiva no es, sin embargo, tan ambiciosa como la propuesta original de la Comisión. En el transcurso de las deliberaciones, un cambio con respecto a la idea de liberalización a favor de una apertura gradual y bastante prudente del mercado postal para cartas que pesen menos de 50 gramos se convirtió en algo cada vez más evidente. Esto se refleja en la fecha acordada para la entrada en vigor de la Directiva, sobre todo, en el caso de los nuevos Estados miembros y países con poblaciones pequeñas, áreas geográficas reducidas y las cláusulas de servicios públicos.

La fecha acordada del 31 de diciembre de 2012 para los Estados miembros que se adhirieron a la Unión en 2004 parece innecesariamente lejana. Soy consciente de que es parte del compromiso negociado, con el que estoy de acuerdo, pero también es posible que ponga freno a los cambios propuestos. Temo que un plazo tan largo —más de cuatro años— para la entrada en vigor de la Directiva simplemente ralentizará unos cambios que, en el caso de haberse establecido un plazo de dos años, por ejemplo, tendrían efecto prácticamente de forma inmediata.

Por último, me gustaría manifestar mi apoyo a la petición de la señora Pleštinská de que se incluyan de nuevo cláusulas relativas a las personas invidentes y con discapacidades visuales en la Directiva propuesta. Se echan en falta en la versión actual.

 
  
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  Saïd El Khadraoui (PSE). – (NL) Señora Presidenta, me gustaría mostrar mi agradecimiento al ponente y a mis colegas diputados que han colaborado para lograr un resultado que representa una considerable mejora con respecto a la propuesta original de la Comisión. Entiendo por qué muchos de nosotros quieren dejarlo en ese punto, pero a los elementos positivos que hemos añadido en la Directiva les acecha también una serie de peligros. Realmente, todavía no se ha logrado nada puesto que se ha concedido a los Estados miembros mucha responsabilidad en dos puntos fundamentales.

En primer lugar, todavía quedan muchos interrogantes sobre cómo va a financiarse el servicio universal. Los Estados miembros tienen en este sentido varias opciones pero no siempre está claro si realmente funcionan. En muchos casos, esto dará lugar a todo tipo de disputas, incluidas las judiciales. Por tanto, considero que sería útil dejar claras dos cosas: primero, que los Estados miembros tienen la obligación de garantizar el servicio universal y la financiación para el mismo, independientemente de las circunstancias, y segundo, que debe exigirse a los Estados miembros que ordenen su casa y la preparen para esta nueva situación de forma concienzuda y a su debido tiempo.

El segundo punto importante es el ámbito social. En este sentido, es importante destacar que esta Directiva permite que los Estados miembros exijan a todos los operadores de los servicios postales a través de un sistema de licencias que cumplan los mismos convenios colectivos, por ejemplo, así como otras normas mínimas. Es una buena idea, pero todavía es sólo opcional y se aplicará de forma diferente en función del país.

En resumen, creo que la Directiva podría ser más precisa y esto no tiene nada que ver con tener miedo, sino que refleja el hecho de que el mercado libre tenga que ser regulado y que la liberalización tiene que prepararse cuidadosamente.

 
  
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  Kyriacos Triantaphyllides (GUE/NGL). – (EL) Señora Presidenta, estamos descontentos con la Comisión Europea, el Consejo y nuestro ponente, porque no han hecho ninguna referencia a las fluctuaciones del número de trabajadores del sector, las condiciones de trabajo, las jornadas laborales o el salario.

De igual modo, tampoco se ha elaborado ninguna disposición para un control eficaz de las políticas de tarifas para las empresas ni para las situaciones de monopolio privado en el transporte de paquetes y los envíos urgentes.

Además, el informe hace hincapié en el empleo estable de los Estados miembros a pesar de las fluctuaciones locales pero no se han suministrado datos que lo demuestren.

Por tanto, en estas circunstancias no es posible hacer una evaluación adecuada de los intereses de los trabajadores.

Por último, debería hacerse hincapié en que el Consejo, en cierto sentido, ha ratificado las enmiendas del Parlamento al tiempo que ha permitido un gran debate sobre las consecuencias sociales tanto para los empleados de los servicios como para los consumidores.

 
  
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  Astrid Lulling (PPE-DE). – (DE) Señora Presidenta, la plena realización del mercado interior de servicios postales ilustra ampliamente el dicho de que «la paciencia es la madre de la ciencia». Incluso yo puedo apoyar este proyecto que tenemos sobre la mesa, el resultado de quince años de difícil negociaciones. Resulta que soy una de las que preferirían haber preservado el monopolio de las administraciones estatales de los servicios postales para las cartas de un peso inferior a 50 gramos. Ahora se ha establecido que esta última fase de la liberalización controlada del mercado postal entre en vigor el 1 de enero de 2011.

Dada la estructura de los servicios postales de Luxemburgo, el requisito reglamentario de emplear voluntarios de las fuerzas armadas en el servicio público y los costes derivados, no podría haberme adherido a esta rápida e insuficientemente controlada liberalización del mercado interior de los servicios postales, porque ello podría haber tenido consecuencias intolerables para los empleados y consumidores de los servicios postales.

Para la primera lectura, pedí por tanto al ponente, el señor Ferber, que permitiera una ampliación de dos años al plazo de transposición para los países pequeños con una densidad de población relativamente baja para que pudiera continuar limitando la disposición de determinados servicios al proveedor del servicio universal y le agradezco su comprensión en este sentido. He intentado limitar discretamente dicho régimen para asegurarme que Luxemburgo se beneficiara de la excepción, pero los ministros prefirieron evitar cualquier malentendido nombrando los países afectados. Ello nos mantiene a salvo.

Lo importante es que el requisito del servicio universal garantiza la recogida del correo y su rápida entrega a la dirección residencial o empresarial designada todos los días laborables, incluso en las regiones remotas o escasamente pobladas. La financiación externa que podría ser necesaria para cubrir el coste neto del servicio universal y, por tanto, la cuestión de las tarifas asequibles, también ha sido regulada satisfactoriamente. Por último, se han adoptado las mejores medidas posibles para salvaguardar los empleos cualificados fijos con los proveedores de servicio universal que garanticen la observancia de las condiciones de empleo y de los regímenes de seguridad social basándose en las disposiciones fijadas por ley o por los convenios colectivos, contrariamente a lo que la izquierda nos había hecho creer. Deberían leer el texto del proyecto. Éste también establece de forma específica que los preparativos para la liberalización del mercado interior de los servicios postales deben tener en cuenta las consideraciones sociales.

En la propuesta presentada por nuestros misioneros filantrópicos relativa a los servicios postales gratuitos para los discapacitados visuales, personalmente no entiendo por qué las personas que gocen de una buena situación económica y que sean discapacitados visuales deberían poder enviar su correspondencia de forma gratuita a costa del contribuyente. En cualquier caso, aquellos que proponen esta enmienda están errando el tiro, porque son los Estados miembros quienes garantizan dichas disposiciones. ¡La subsidiariedad obliga!

 
  
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  Zita Gurmai (PSE). – (HU) Gracias, Señora Presidenta. Señorías, la apertura gradual del mercado interior de los servicios postales constituye un hito importante en la consecución del mercado interior. Contribuirá a acabar con los derechos especiales que existen en los sectores de los servicios postales y establecerá una fecha concreta e irrevocable para la liberalización del mercado, garantizando un servicio universal sostenible y de alta calidad. La apertura del mercado intensificará la competitividad y, por tanto, podrá mejorarse el nivel del servicio en cuanto a calidad, precio y oportunidades de elección. Esta medida promoverá la armonización de los servicios fundamentales relativos a la regulación de los servicios postales y probablemente dará lugar a unas tarifas más reducidas así como a servicios mejores, más variados e innovadores; se crearán asimismo mejores condiciones para el crecimiento y el empleo.

La modificación de la Directiva es el resultado de un compromiso ejemplar, un compromiso que tuvo en cuenta las diferencias derivadas de las características históricas y económicas de los Estados miembros. Tiene en cuenta el hecho de que la preparación para la liberalización requiere más tiempo en algunos Estados miembros, principalmente, en aquellos de Europa Central y Oriental. Al mismo tiempo, dados los intereses de terceros y para evitar la distorsión de la competencia en el mercado interior en países en los que el sector postal ya se encuentra completamente liberalizado, los servicios postales de países que todavía no han empezado a liberalizar sus mercados es posible que no ofrezcan servicios hasta el plazo acordado para la exención, a finales de diciembre de 2012. Me gustaría agradecer al señor Ferber su trabajo, pero, por supuesto, también al señor Simpson, el ponente alternativo.

 
  
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  Emanuel Jardim Fernandes (PSE). – (PT) Debo felicitar al señor Ferber y al señor Simpson por la calidad de su informe así como a todos aquellos diputados y partidos participantes por su apertura durante el proceso de negociación. Esta liberalización del mercado de los servicios postales todavía está lejos de conseguir un mercado competitivo en el que los consumidores y las empresas sean los grandes triunfadores. No obstante, yo argumenté que el enfoque de la Comisión podría no garantizar lo suficiente el servicio universal. En consecuencia, apoyé la postura del ponente alternativo, el señor Simpson, sobre la necesidad de garantizar el servicio universal y establecer un fondo de compensaciones para liberalizar los servicios postales para envíos inferiores a 50 gramos en el año 2010, o en casos especiales, tales como los nuevos Estados miembros con regiones exteriores para el 31 de diciembre de 2012. Me muestro también satisfecho con aquellos Estados que incluyen disposiciones especiales, aunque debo destacar que es posible que no sean suficientes, en cuyo caso, será necesario adoptar medidas adicionales.

Por lo que respecta al empleo, me complace que se haya introducido el hecho de que sea obligatoria la presentación de un informe sobre el desarrollo general del empleo en el sector, las condiciones laborales aplicadas por todos los operadores dentro de un Estado miembro, así como cualquier medida futura. Me satisface enormemente la Posición Común lograda pero apoyo las enmiendas presentadas por mis colegas el señor Savary, el señor El Khadraoui y la señora Ayala Sender, entre otros, y por mi grupo parlamentario, ya que refuerzan la idea de la necesidad de un proceso meditado de liberalización para fortalecer el acceso, el desarrollo y el empleo universal igualitario. Por todos estos motivos, insto al Pleno a que brinde su apoyo a este informe y al Consejo y expreso asimismo mi apoyo a la posición del Parlamento.

 
  
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  Richard Howitt (PSE). – Señora Presidenta, el Parlamento Europeo debe aprobar nuestras enmiendas para volver a incluir en esta Directiva los servicios postales gratuitos obligatorios para las personas ciegas.

Señor Vizjak, usted dice que han sido abiertos y flexibles, pese a lo cual han rechazado de pleno las enmiendas del Parlamento Europeo sobre los servicios gratuitos obligatorios para las personas ciegas. Hemos oído al señor Orban decir esta noche, en nombre del Comisario McCreevy, que nuestras enmiendas no aportan ningún valor añadido a los usuarios de los servicios postales.

Señor Orban, ¿es que los ciegos no usan servicios postales? ¿Y no es el verdadero valor añadido del que ustedes hablan los costes reales añadidos que los ciegos van a tener que pagar?

Lamento decir al señor Ferber que creo que se equivocó al hacer la concesión de eliminar este requisito aprobado por el Parlamento Europeo en primera lectura. Ayer tampoco respondió usted a mi pregunta: ¿Están amenazados los servicios prestados a las personas ciegas? Espero que pueda contestarme hoy. Porque si no lo están, ¿qué objeción puede tener usted a que se supriman de la Directiva? Y si lo están, eso demuestra la necesidad de incorporarlos a la misma. En Italia, Alemania, Finlandia, Países Bajos, Grecia y Portugal, la oficina de correos, no el Gobierno, presta esos servicios gratuitos. En un mercado liberalizado, los proveedores nuevos y los ya existentes tratarán inevitablemente de reducir los costes; las personas ciegas no tienen que sufrir las consecuencias. Después de la liberalización de los servicios postales en Nueva Zelanda, se acabaron los servicios que recibían las personas ciegas. No podemos permitir que suceda aquí lo mismo.

Por último, para los que se declaran solidarios con las personas discapacitadas, pero consideran que éste no es el lugar adecuado o la forma adecuada de solidarizarse con ellas, lo mismo sucedió con la Directiva de los ascensores y la Directiva de los autobuses y autocares, otros ejemplos de legislación sobre el mercado único. El Parlamento Europeo lo rechazó en un principio, pero nosotros insistimos en hacer obligatorio el acceso para las personas discapacitadas. Hoy, de nuevo, tenemos que insistir en unos derechos obligatorios para los ciudadanos europeos que son ciegos o discapacitados visuales.

 
  
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  Zita Pleštinská (PPE-DE).(SK) Señora Presidenta, gracias por darme la palabra.

La Posición Común adoptada por el Consejo no incluye las enmiendas relativas a los servicios postales gratuitos para invidentes a pesar de que en la primera lectura el Parlamento Europeo votó a favor de mantener los servicios postales gratuitos para invidentes tras la liberalización del mercado postal comunitario.

Pretendía votar a favor de la enmienda 3, presentada por Eva Lichtenberger, en la que se reitera la posición del Parlamento en la primera lectura. Tras el debate de hoy con el ponente, Marcus Ferber, me comunicaron que la aprobación de cualquiera de las enmiendas pondría en peligro una transacción previamente acordada relativa a la adopción de la Directiva sobre la plena realización del mercado interior de servicios postales comunitarios en la segunda lectura, y que podría implicar tener que llegar a una conciliación.

Soy consciente de la importancia que entraña aprobar esta Directiva. Cuando este asunto haya sido transferido a las legislaciones nacionales, los Estados miembros podrán solucionar esta cuestión de conformidad con el principio de subsidiariedad. Por tanto, instaría a todos los Estados miembros a que ofrecieran servicios postales gratuitos a las personas invidentes y con discapacidades visuales conforme al principio de subsidiariedad y las obligaciones del servicio universal.

 
  
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  Ewa Tomaszewska (UEN). – (PL) Señora Presidenta, me gustaría asimismo respaldar la enmienda relativa a las personas con discapacidades visuales. Si la Unión Europea declara a todos, sin excepción, que no tolera la discriminación, entonces, el acceso a los servicios postales también debe ser igual para todos y, en el caso de las personas con discapacidades visuales, esto implica un acceso asistido.

 
  
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  Gerard Batten (IND/DEM). – Señora Presidenta, la presente Directiva es otro ejemplo más de cómo la legislación comunitaria, incompetente e igual para todos, afecta negativamente a las vidas de los ciudadanos británicos. Esta Directiva es el motivo por el que se están cerrando oficinas de correos y por el que los trabajadores postales están perdiendo su empleo. Las oficinas de correos realizan una función esencial dentro de la comunidad, especialmente para las personas de edad avanzada, los pobres, las personas con problemas de movilidad y las personas con discapacidad. Esta es sólo una de tantas leyes comunitarias que han perjudicado, y siguen perjudicando, a mi país. Los británicos lo saben y ése es uno de los motivos por los que se les niega la celebración de un referéndum sobre la Constitución de la UE. Si se ratifica, tendrán que esperar mucho más de lo mismo.

 
  
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  Marian Harkin (ALDE). – Señora Presidenta, creo que el ponente ha conseguido, en general —aunque no totalmente— un buen equilibrio. La prestación de servicios universales garantizará a los consumidores el pleno acceso a los servicios postales y los Estados miembros seguirán teniendo flexibilidad a la hora de decidir el mecanismo más eficaz y eficiente para garantizar el cumplimiento de la obligación de servicio universal.

La obligación de servicio universal permitirá también que se establezcan puntos de acceso suficientes para tener plenamente en cuenta las necesidades de los usuarios en zonas rurales y zonas escasamente pobladas, algo que sé que tendrá una buena acogida, sobre todo en mi país, Irlanda.

Antes de nada, tengo que reconocer que tenía algunas reservas sobre las repercusiones en los trabajadores postales, pero los Estados miembros siguen teniendo autoridad para regular las condiciones laborales y la negociación colectiva en el sector, evitando con ello la competencia desleal.

Por último, quiero decir que apoyo la enmienda que propone establecer la obligación de prestar servicios gratuitos a las personas ciegas y visualmente discapacitadas. Discrepo con el Comisario Orban, ¿o se trata del Comisario McCreevy? Yo sí que creo que proporcionará valor añadido porque, en un mercado plenamente liberalizado, los servicios gratuitos para las personas ciegas y visualmente discapacitadas desaparecerán, de modo que proporcionaremos un valor añadido si podemos garantizar su continuidad.

 
  
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  Miroslav Mikolášik (PPE-DE).(SK) Señora Presidenta, gracias por darme la palabra. En primer lugar, me gustaría agradecer al señor Ferber su excelente informe, gracias al cual la ansiada Directiva pronto entrará en vigor. Esta Directiva implica que a partir del 1 de enero de 2009 el mercado interior de los servicios postales comunitarios se habrá realizado plenamente.

Me siento especialmente satisfecho porque se ha mantenido el principio de subsidiariedad y dicha aplicación concreta ha sido concedida a los Estados miembros, que elaborarán la legislación específica para su situación concreta. No obstante, me gustaría asimismo hacer hincapié en el aspecto social de esta legislación por lo que se refiere a los derechos de las personas con discapacidades, sobre todo, las personas invidentes o con discapacidades visuales y su derecho a beneficiarse de servicios postales gratuitos.

Pido a mis colegas diputados que apoyen las enmiendas pertinentes presentadas en el Pleno esta semana y que fueron aprobadas por el Parlamento en la primera lectura. Estos servicios son adecuados y cruciales para este sector de la población: personas con ingresos excesivamente bajos, zonas con alta tasa de desempleo y personas con situaciones sociales difíciles, sin olvidarnos de las personas afectadas por la exclusión social.

 
  
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  Mairead McGuinness (PPE-DE). – Señora Presidenta, gracias por la oportunidad de contribuir a este debate. Felicito al ponente por el trabajo que ha realizado. Pienso que los ciudadanos creen que ya está sucediendo, pues en muchos Estados miembros no se prestan unos servicios postales igual de buenos en todas las regiones. Celebro ver que se aplicará el principio de subsidiariedad en esta cuestión y que los Estados miembros serán los que decidan la mejor forma de aplicar el principio de un mercado desregulado.

Tengo que apoyar al presidente de mi intergrupo, Richard Howitt, en la cuestión de la discapacidad. Lamentablemente, se ha dicho que los ciegos que son ricos se beneficiarán. Lamentablemente, son muy pocas las personas que son ciegas y ricas en Europa y en todo el mundo. Ójala pudiéramos responder diciendo que todos ellos son ricos y famosos, pero no es el caso.

Creo que tenemos que adoptar una actitud firme al respecto, sólo para demostrar que Europa, además de defender la libertad de circulación de capitales y servicios, se preocupa también de los que no tienen voz ni pueden ver.

 
  
  

PRESIDE: Diana WALLIS
Vicepresidenta

 
  
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  Andrej Vizjak, Presidente en ejercicio. − El animado debate de hoy ha demostrado que existen muchas opiniones diversas justificables sobre la regulación de este legendario servicio público tradicional. Es conveniente que se expresaran diversas opiniones y preocupaciones.

Sin embargo, debemos hacer hincapié en que el texto propuesto es un compromiso equilibrado entre, por un lado, la liberalización del mercado interior en los servicios postales, asegurando la competencia y el valor añadido que esto aporta y, por otro lado, la protección del consumidor y la protección de los derechos del consumidor y los derechos de los grupos de consumidores vulnerables y de aquellos que viven en regiones remotas. En resumen, en opinión del Consejo, se trata de un texto de compromiso adecuado y me gustaría manifestar mi apoyo a dicha opinión.

También apreciamos la intención que subyace tras determinadas enmiendas pero durante las discusiones de los debates previos se llegó a una solución final de compromiso. Por tanto, consideramos que se trata de un buen texto y confío en que harán uso de su sabiduría política mañana cuando tengan la oportunidad final de apoyar este texto.

 
  
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  Leonard Orban, la Comisión. En primer lugar, me gustaría hacer extensivo mi agradecimiento a todos aquellos participantes en el debate y hacer hincapié en que este debate ha demostrado el gran interés de los Diputados al Parlamento Europeo en este expediente. Dicho interés está estrechamente vinculado a la función crucial que los servicios postales desempeñan en la economía europea y en la vida cotidiana de los ciudadanos europeos.

Me gustaría destacar que la conclusión de este proceso garantizará sistemáticamente una alta calidad de un servicio universal para todos los ciudadanos europeos y para la comunidad empresarial.

El objetivo principal de la reforma de los servicios postales consiste en beneficiar a todos los consumidores y usuarios de los servicios postales, incluidos los grupos con necesidades especiales. En este sentido, presté especial atención a las contribuciones de varios diputados que se manifestaron sobre la continuación de la provisión de un servicio gratuito para las personas invidentes o con discapacidades visuales.

La Comisión Europea es especialmente sensible a estas inquietudes. Consideramos que la liberalización del mercado no cambiará este aspecto y que las obligaciones internacionales se seguirán respetando plenamente. Me gustaría destacar que la Posición Común especifica que la liberalización del mercado no impedirá la prestación de servicios gratuitos a las personas invidentes y con discapacidades visuales.

De conformidad con el artículo 23 de la Directiva, la Comisión Europea debe preparar un informe sobre la aplicación de esta Directiva, en la que se recoja información sobre los grupos anteriormente mencionados. La Comisión considera que la Directiva actual, en el formato actual al que el Parlamento Europeo ha contribuido de manera tan significativa, es el mejor marco jurídico posible que conducirá a unos servicios postales comunitarios de alta calidad y sostenibilidad al tiempo que cumple las obligaciones internacionales.

En conclusión, Señorías, consideramos que el informe, elaborado por el señor Markus Ferber y aprobado por la Comisión de Transportes por una amplia mayoría, debería ser respaldado.

 
  
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  Markus Ferber, ponente. − (DE) Señora Presidenta, Presidente en ejercicio, Comisario, Señorías, permítanme que haga algunas observaciones.

En primer lugar, estaría más contento si aquellos diputados que pronunciaron discursos apasionados para que todo el mundo les escuchara hubieran permanecido en la Cámara durante el resto del debate. Tengo que decir que es algo que me desagrada bastante. Me estoy refiriendo en concreto a diputados tales como la señora Lichtenberger.

En segundo lugar, debo destacar que estamos hablando aquí de liberalización y no de privatización. La estructura de la sociedad de los servicios postales existentes no interesa a la Unión Europea y no se menciona en esta Directiva.

En tercer lugar, permítanme que les diga que, hace quinientos años, cuando se crearon los primeros servicios postales, eran empresas privadas las que se encargaban de prestarlos. Los gobiernos decidieron que ellos podían hacerlo mejor mucho tiempo después. De modo que, no distorsionemos la historia, por favor.

En cuarto lugar, me gustaría recordar a la Cámara que también se ha abusado de los monopolios estatales. Me complace que la señora Zimmer prestara atención a dicho problema. De hecho, ella procede de una región en la que el Estado abusó sin duda de su monopolio postal hasta 1990, en detrimento de gente inocente. Éste es otro aspecto que debe ser expuesto convincentemente en el actual debate.

Permítanme que aclare algo: no nos olvidamos de los invidentes en esta legislación. Están incluidos, pero están incluidos conforme al espíritu de esta Directiva. A través de sus disposiciones, la Unión Europea está diciendo a los Estados miembros que son responsables del servicio universal y de la consolidación del cumplimento de las obligaciones del servicio universal, que son responsables, a través de la concesión de licencias y de los procedimientos de autorización de garantizar que determinados servicios, tales como los servicios postales para invidentes puedan mantenerse a largo plazo. Le agradezco enormemente al Comisario su anuncio de que la Comisión pretenda tener en cuenta este asunto en su informe conforme al artículo 23 de la Directiva. No hemos olvidado nada. No nos hemos olvidado de los invidentes. No obstante, me pregunto si los invidentes deberían tener acceso gratuito garantizado por la Unión Europea y los usuarios de sillas de rueda, no. Es algo más que hay que sopesar.

 
  
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  La Presidenta. − El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar mañana, 31 de diciembre de 2008.

Declaraciones por escrito (Artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Jean-Pierre Audy (PPE-DE), por escrito.(FR) Celebro la adopción, en segunda lectura, de la posición común con el Consejo por la que se modifica la Directiva postal de 1997 en relación con la plena realización del mercado interior de servicios postales comunitarios y felicito a mi encomiable colega alemán Markus Ferber por el inmenso trabajo realizado.

Celebro que el Consejo haya aceptado los elementos principales de la posición del Parlamento Europeo, en particular el aplazamiento de la fecha general de aplicación al 31 de diciembre de 2010, con una prórroga de 2 años para los Estados que se adhirieron a la Unión a partir de 2004; el servicio universal con un reparto y una recogida al menos cinco días a la semana para cada ciudadano de la Unión, con el mantenimiento de un número suficiente de puntos de acceso en las regiones rurales, aisladas o poco pobladas; el respeto de la subsidiariedad en materia de cuestiones sociales, ámbito en el que deseo que los interlocutores sociales trabajen a escala europea. Lamento que no se hayan sentado las premisas para un mecanismo regulador europeo en este sector. Por último, quisiera expresar mi deseo de que los operadores se pongan rápidamente de acuerdo para crear un sello europeo para la carta de 50 gramos; próximamente emprenderé una iniciativa política sobre este tema.

 
  
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  Monica Maria Iacob-Ridzi (PPE-DE), por escrito. (RO) La Posición Común satisface las exigencias planteadas por el Parlamento en sus votaciones para la primera lectura, así como las enmiendas propuestas por la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales. Sin embargo, la Comisión todavía debe proporcionar una investigación clara sobre el efecto que la liberalización de los servicios postales probablemente tendrá en el empleo.

En su dictamen, la comisión solicitó una evaluación del impacto de los efectos de esta medida en los cinco millones, como mínimo, de puestos de trabajo relacionados con los servicios postales o dependientes de los mismos. Este estudio se facilita por el hecho de que los servicios postales ya han sido liberalizados en diversos Estados miembros de la UE, tales como el Reino Unido, Suecia y los Países Bajos. La experiencia en dichos países no ha demostrado hasta la fecha que la liberalización haya conllevado un aumento del empleo en este sector ni a una mejora de la calidad de los mismos.

Considero que deberían permitirse determinados mecanismos de protección para las situaciones en las que la aparición de nuevos proveedores de servicios en el mercado conduzca a despidos masivos. Uno de los mecanismos disponibles para las empresas y los Estados miembros implicados podría ser el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización.

 
  
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  Janusz Lewandowski (PPE-DE), por escrito. (PL) Señora Presidenta, el camino a la liberalización de los servicios postales se está haciendo largo y, en cierto modo, el Parlamento es culpable de ello por haber ampliado el plazo límite de la Comisión Europea en dos años. Las posiciones adoptadas por las delegaciones nacionales reflejan la situación fluctuante de los mercados de los 27 países. Suecia, el Reino Unido y Finlandia, como corredores a la cabeza de la liberalización del mercado, así como Alemania y los Países Bajos, que ya han recorrido un largo tramo en ese sentido, todos ellos consideran el plazo final como una victoria del proteccionismo. Empezando por su modelo de economía controlada por el Estado, los nuevos Estados miembros consideran no sólo la propuesta original de 2009 sino también el plazo del compromiso de 2011 como una amenaza para los puestos de trabajo del sector postal. Polonia, por ejemplo, tiene unas 100 000 personas empleadas por Poczta Polska, que es incapaz de enfrentarse a la competencia libre a medio plazo. Tras haber encontrado aliados en los servicios públicos de Europa occidental, principalmente La Poste de Francia, han logrado negociar condiciones especiales que aplazan la apertura completa del mercado hasta finales de 2012.

En cualquier caso, el interés corporativo de los trabajadores de los servicios postales, ha prevalecido sobre los de los consumidores, a los que se sometió a una dura prueba durante el período de máxima actividad de las Navidades de diciembre de 2007, cuando la incapacidad del monopolio postal quedó patente de manera cruda. El lento progreso realizado en la liberalización de este sector del mercado interior, que empezó ya en 1989 con el primer proyecto de Directiva, demuestra la fortaleza de los intereses corporativos para defender el statu quo frente a la ampliación del interés público.

 
  
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  Mary Lou McDonald (GUE/NGL), por escrito. Una vez más, nos hallamos ante una propuesta presentada por motivaciones ideológicas, esta vez sobre los servicios postales. No se ha evaluado nunca la repercusión social que tendrá, ni se ha realizado ninguna consulta seria con los directores, los empleados o los usuarios de las oficinas de correos.

No existe ninguna demanda, lógica o justificación para la liberalización de los servicios postales. Los ciudadanos no quieren encontrarse con diferentes oficinas de correos que compiten por vender sus productos. No quieren que se cierren sus oficinas de correos más cercanas porque su mercado no genere suficientes beneficios a las empresas postales privadas que inundarán el mercado y condenarán al ostracismo a operadores públicos como An Post.

Los ciudadanos quieren unos servicios postales fiables que envíen su correspondencia con el mínimo de errores y que mantengan las oficinas de correos locales en el centro de las comunidades a las que sirven.

¿Cómo pueden tomarse en serio los ciudadanos la idea de que la UE está favoreciendo una Europa social cuando esta propuesta constituye un nuevo paso hacia su destrucción?

Es hora de que pongamos fin al proceso de liberalización y privatización que se ha puesto en marcha por motivaciones ideológicas.

Los ciudadanos irlandeses tienen la oportunidad de ponerle freno votando no al Tratado de Lisboa.

 
  
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  Katrin Saks (PSE), por escrito. (ET) Yo me muestro a favor de la liberalización del mercado lo antes posible y acojo con satisfacción la Directiva de la plena realización del mercado interior de servicios postales.

El cierre de pequeñas oficinas de correos en Estonia ha generado la ira de la población pero es evidente que con la aplicación de las nuevas tecnologías, tales como Internet, la demanda del servicio tradicional postal ha descendido.

Si existe competencia, es posible que surja un nuevo negocio de servicios basados en Internet y esto es un hecho que debe ser bienvenido. También entiendo la necesidad de que se establezca un plazo conocido por los Estados miembros.

Por tanto, resulta importante que se aplique el principio de reciprocidad a la hora de permitir que los Estados miembros se nieguen a abrir su mercado a los proveedores de servicios postales de los Estados circundantes cuyos proveedores están protegidos por la ley.

Lo importante es que el servicio postal universal también se garantice a todo el mundo, incluidos los que viven en áreas lejanas e islas. El servicio postal debe ser asequible, de alta calidad y accesible para todos.

Es necesario elaborar planes para un servicio postal orientado a los costes, puesto que el concepto se percibe de forma muy diferente en los distintos Estados miembros. Considero que existen bases para exigir que las consideraciones relativas a los costes de todos los servicios se excluyan del indicador del servicio postal universal.

 
  
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  Richard Seeber (PPE-DE), por escrito. (DE) La liberalización a escala comunitaria de los servicios postales no se producirá en 2009, como se había previsto originalmente, sino en 2011. Desde el punto de vista económico, el sector postal es muy importante y también afecta a otros sectores de la economía. Al igual que en otros ámbitos de la actividad económica, una mayor competencia en el área de las entregas postales resulta sensata. No sólo se beneficiarán las empresas, sino que también los consumidores obtendrán grandes beneficios. No obstante, no será así si las condiciones básicas no son las adecuadas. Dicho de otro modo, debe garantizarse que la correspondencia se entregue de forma tan eficiente como siempre y a precios razonables. Debe prestarse atención especial para garantizar que la prestación global de servicios postales se garantice a largo plazo y se garantice a todo el mundo, incluidas las regiones remotas.

Se confiere una especial importancia a las condiciones de trabajo adecuadas y, sobre todo, a la seguridad en el trabajo para todos aquellos que trabajan en los servicios postales. También resulta importante que se apliquen las mismas condiciones a las operaciones de todos los proveedores de servicios postales. Desde un principio se ha afirmado rotundamente que no se trataba de una liberalización feroz.

Debemos crear un régimen conveniente y sostenible para todo el mundo —las empresas postales, sus empleados y, por supuesto, sus consumidores—.

 
  
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  Esko Seppänen (GUE/NGL), por escrito. (FI) La liberalización de los servicios postales para una competencia libre implicará inevitablemente un empeoramiento de los servicios, sobre todo en países escasamente poblados, como Finlandia. La oficina de correos debería ser un servicio público y necesitamos garantizar que se financie adecuadamente mediante los fondos obtenidos a través de los servicios que son «fáciles» de gestionar con el fin de prestar asistencia a las regiones que sean más «difíciles». Un Estado que desea preservar su unidad y su sentido de comunidad no privatizará los servicios postales públicos. Confíamos asimismo en un servicio público que salvaguarde la protección de la intimidad y garantice el tipo de seguridad que pedimos a una oficina de correos. La privatización podría dar lugar a una política de personal precaria que dañaría la confianza en la oficina de correos. Por eso, nuestro Grupo vota en contra de la posición sobre la privatización adoptada por el Consejo.

 
  
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  Alexander Stubb (PPE-DE), por escrito. La liberalización de los servicios postales es un aspecto importante del mercado interior europeo.

A lo largo del debate, se han planteado muchas cuestiones relacionadas con los servicios postales universales. Creo que podemos basarnos en la experiencia de algunos mercados postales europeos que ya están liberalizados. Los servicios postales se han garantizado en esos países al mismo tiempo que ha mejorado la calidad y el servicio por medio de una gestión más empresarial. Al mismo tiempo, en mis viajes por toda Europa me he encontrado con unos servicios lentos y malos en muchos países que están tratando de introducir el mayor número posible de excepciones en sus planes de liberalización.

Además, este informe deja mucha flexibilidad a los Estados miembros para la liberalización. Muchas de las cuestiones planteadas tendrán que ser resueltas por las autoridades nacionales.

Quiero dar las gracias al señor Ferber por su perseverancia durante todo este complicado proceso.

 
  
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  Iuliu Winkler (PPE-DE), por escrito. (RO) La plena liberalización de los servicios postales en los Estados miembros tendrá un efecto positivo no sólo en los usuarios y consumidores de los servicios postales de los Estados miembros, que se beneficiarán de nuevos e innovadores servicios y de precios más bajos, sino también en la economía de los Estados miembros en conjunto.

La propuesta de la Directiva que se debate está completa en su forma actual, la cual permite la ampliación del plazo de la plena liberalización del mercado de los servicios postales en el caso de determinados Estados miembros.

Rumania es uno de los beneficiarios de las nuevas disposiciones adoptadas por el Parlamento Europeo. El proveedor del servicio universal rumano está siendo reestructurado en la actualidad conforme a una planificación establecida por el Gobierno rumano para el período comprendido entre 2007 y 2010 y los preparativos de la liberalización empezarán posteriormente.

Este plazo beneficia a los consumidores rumanos puesto que las perspectivas de liberalización del mercado a partir del 1 de enero de 2013 implican una mejor calidad de los servicios a un precio asequible.

 
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