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Procedimiento : 2008/2624(RSP)
Ciclo de vida en sesión
Ciclos relativos a los documentos :

Textos presentados :

RC-B6-0389/2008

Debates :

PV 04/09/2008 - 12.2
CRE 04/09/2008 - 12.2

Votaciones :

PV 04/09/2008 - 13.2
CRE 04/09/2008 - 13.2

Textos aprobados :

P6_TA(2008)0412

Acta literal de los debates
Jueves 4 de septiembre de 2008 - Bruselas Edición DO

12.2. Ejecuciones en la horca en Irán
Vídeo de las intervenciones
Acta
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  Presidente. − De conformidad con el orden del día, se procede al debate de seis propuestas de resolución sobre las ejecuciones en la horca en Irán(1).

 
  
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  Paulo Casaca , autor. − (PT) Celebramos este año el 20º aniversario de la ejecución en masa de millares de prisioneros políticos en las cárceles de Teherán. Fue uno de los mayores crímenes contra la humanidad jamás cometidos después de la Segunda Guerra Mundial.

El número de ejecuciones en Irán está totalmente fuera de control hoy: según las comunicaciones oficiales de las autoridades iraníes, en un mismo día se realizaron 29 ejecuciones en la horca en la cárcel de Evin, en Teherán. El régimen no respeta la minoría de edad, ni los derechos de nadie, y ahora nos enfrentamos a la posibilidad anunciada por las autoridades estadounidenses de la entrega del Campamento de Ashraf, donde casi 4 000 iraníes tienen la condición de personas protegidas que les fue concedida por las propias autoridades estadounidenses en virtud del IV Convenio de Ginebra. A pesar de haber sido oficialmente reconocida su condición de personas protegidas por las autoridades estadounidenses, a estas alturas y en estas condiciones estamos asistiendo a una negociación para su entrega a las autoridades iraníes.

Señora Comisaria, Señorías, es absolutamente imposible que permitamos una cosa así; si lo hacemos, estaremos colaborando con el peor de los crímenes cometidos contra la humanidad. Eso nos convertiría en cómplices. En ningún caso podemos permitir algo así. Tengo que decirles, Señorías, que esto es mucho peor que Guantánamo y así se lo tenemos que hacer entender muy claramente a las autoridades de los Estados Unidos. No podemos permitir este tipo de cosas, porque supondría una ruptura total con los valores de nuestra civilización.

 
  
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  Charles Tannock, autor. − (EN) Señor Presidente, el brutal régimen teocrático de Teherán parece obtener un placer perverso en conmocionar al mundo y en desafiar a las normas civilizadas que caracterizan a la mayor parte de los demás países. Irán es conocido no solo por el abultado número de ejecuciones, sino por las ejecuciones habituales y despiadadas de menores y de adultos jóvenes que cometieron sus delitos siendo niños.

Mientras que la mayoría de los países que todavía imponen la pena de muerte a los adultos lo hacen exclusivamente en casos de homicidio con agravantes, la interpretación que Irán hace de los delitos capitales es extremadamente amplia e incluye la homosexualidad y el adulterio. Los tribunales suelen imponer esta pena por lo que nosotros en Europa consideramos que son delitos menores o que no son delito.

En el pasado se ha ejecutado a adolescentes acusadas de actividad sexual fuera del matrimonio por los llamados «delitos contra la castidad sexual». Como Unión, debemos ser inquebrantables en nuestra condena del terrible historial de violaciones de los derechos humanos en Irán, así como de sus actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio para armas nucleares. Hacemos aquí, en esta Cámara, un llamamiento al Presidente iraní para que muestre clemencia, pero debo decir que no tengo muchas esperanzas.

 
  
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  Marios Matsakis, autor. − (EN) Señor Presidente, a pesar de las anteriores resoluciones de este Parlamento y de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y contrariamente a las consideraciones morales y éticas básicas, el régimen teocrático y totalitario que gobierna en Irán sigue sometiendo a sus ciudadanos a la pena de muerte, entre otros muchos males. No obstante, hay que decir también que las ejecuciones cometidas por el terrible y bárbaro método de la lapidación parecen haber llegado a su fin. Ese es, sin duda, un paso en la dirección correcta.

No obstante, la justicia de muchos de los procesos que tienen lugar en Irán deja mucho que desear. En numerosos casos, las formas de administrar justicia están lejos de ser las propias del siglo XXI. Además, las persecuciones por motivos políticos o teológicos siguen siendo frecuentes. Estas prácticas son otro estigma de vergüenza para las autoridades que gobiernan en Teherán. Es más, se sigue ejecutando a delincuentes juveniles, a pesar de las protestas internacionales.

Con esta nueva resolución de hoy, es de esperar que los líderes del régimen iraní escuchen por fin a la razón y al sentido común, y procedan con rapidez para que su país respete las normas internacionalmente aceptadas de una conducta racional. El pueblo iraní se merece algo mucho mejor que sufrir la barbarie política y religiosa impuesta por unos líderes estrechos de miras y sumamente crueles. Hace mucho que tendría que haberse producido un cambio liberal en Irán. Esperemos que se produzca pronto.

 
  
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  Feleknas Uca, autor. − (DE) Señor Presidente, una vez más tenemos que hablar sobre las violaciones de los derechos humanos en Irán, cuando no ha pasado nada de tiempo desde la última vez que hablamos sobre esto.

Hace apenas tres meses, redactamos una resolución en esta Cámara sobre las ejecuciones en Irán. Lamentablemente, no se ha producido ninguna mejora desde entonces. Todo lo contrario: a la sombra de la crisis nuclear, los asesinatos del régimen mulá continúan sin tregua. Hace apenas una semana, un joven de 18 años, Behnam Saree, fue ejecutado en público. La semana anterior, un joven de 20 años fue ahorcado por un delito que había cometido a los 15 años. El procedimiento es siempre el mismo: el joven es obligado a subirse a un taburete, se le coloca una soga alrededor del cuello, y cuando el verdugo tira de una patada el taburete, la soga aprieta. No hay piedad alguna en este método.

Ante un acto tan bárbaro, resulta difícil de imaginar una barbarie aún mayor. Les pregunto, Señorías, ¿puede haber peor barbarie? Y les tengo que decir: ¡sí, puede haberla! La ejecución de menores es aún peor. La aplicación de la pena de muerte a jóvenes que todavía no han alcanzado la mayoría de edad constituye un grave incumplimiento de las obligaciones y los compromisos internacionales de la República Islámica.

Irán ha ratificado una serie de convenios internacionales que le comprometen a no ejecutar a delincuentes menores de edad. Es macabro —de hecho, roza el mal gusto— que representantes del Gobierno iraní respondan a las críticas contra esta práctica alegando que la ejecución se suspende hasta que la persona alcanza la mayoría de edad.

Irán es el país que lleva a cabo el mayor número de ejecuciones de menores y, por tanto, ocupa una posición profundamente vergonzosa como cabeza de esa lista. Desde 1990, según Amnistía Internacional, ningún otro país del mundo ha ejecutado a tantos menores. Sólo en 2007 y 2008 se ha ejecutado a 15 jóvenes, y la situación de los delincuentes juveniles que se enfrentan a la pena de muerte ha llegado a un nivel inaceptable, incluso crítico, en Irán. Al menos 132 delincuentes juveniles esperan actualmente en la cárcel su ejecución, y la cifra real podría ser mucho mayor.

La situación en las cárceles de Irán es también crítica: desde el 25 de agosto, varios cientos de presos políticos kurdos se han declarado en huelga de hambre en las cárceles iraníes. Protestan contra las condiciones inhumanas, las torturas y los malos tratos, y contra la pena de muerte. La comunidad internacional tiene que actuar urgentemente aquí. Tenemos que seguir haciendo una campaña incansable e insistiendo en la obligación de que Irán respete los derechos humanos.

La situación es demasiado precaria como para seguir retrasando el momento de abordar esta cuestión.

 
  
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  Raül Romeva i Rueda, Autor. − Señor Presidente, a principios de agosto nos llegaba una magnífica noticia de Irán. La justicia iraní había decidido suspender el recurso a la lapidación como método de ejecución.

La consecuencia inmediata era que, al menos, diez mujeres ya no serían ejecutadas con tal brutal método. Sin embargo, la satisfacción no pudo ser completa, porque cabe recordar que en la propuesta de reforma del código penal, que examina actualmente el Parlamento, se mantiene la posibilidad de la muerte por lapidación en determinados casos de adulterio.

En cualquier caso, el problema en Irán no sólo tiene que ver con la lapidación, sino con la propia existencia de la pena de muerte, y es que la cifra de personas ejecutadas en Irán sigue siendo de las más altas del mundo. Ya se ha dicho, y repito: 191 personas han sido ejecutadas este año, 317 en 2007 y sólo China supera ese récord.

En términos generales, debemos condenar, sin tapujos, la persecución, encarcelación y, a menudo, ejecución de aquellas personas que se comprometen con la defensa y la promoción de los derechos humanos, de quienes defienden la libertad de opción sexual, así como de quienes luchan por acabar con la pena capital; todas ellas suelen ser acusadas en Irán de llevar a cabo actividades contrarias a la seguridad nacional.

Son numerosos los casos que deberíamos mencionar aquí, pero permítanme que, al menos, mencione uno: el del activista y defensor de los derechos de las minorías, Yaghoub Mehrnehad, integrante de la etnia baluchi, director ejecutivo de la asociación juvenil «Voces de Justicia», quien fue ejecutado el pasado 4 de agosto, después de haber denunciado públicamente a las autoridades locales por su actitud.

 
  
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  Marcin Libicki, autor. − (PL) Señor Presidente, hoy estamos debatiendo los delitos cometidos por Irán contra sus propios ciudadanos. Esta cuestión es diferente a otras que hemos debatido con frecuencia aquí, porque Irán no está en guerra con nadie. Por tanto, no está sometida a las intensas presiones que a veces provocan algunos tipos de actuaciones criminales. El régimen iraní fue elegido de una manera bastante democrática. Esa es otra razón por la que no deberían existir presiones políticas. Tampoco hay tensiones entre los diferentes grupos nacionalistas dentro de Irán.

No obstante, al menos una persona es ejecutada todos los días en Irán. Personas mayores de edad son ejecutadas por delitos cometidos cuando tenían 13 o 14 años, y también se ejecuta a menores. La comunidad internacional debe sacar las conclusiones adecuadas. Debe excluir a Irán de todas las organizaciones internacionales que pueda. Acciones de esta naturaleza pueden dar resultados. El mejor ejemplo de ello es que la lapidación se ha abandonado. Hago también un llamamiento para que los refugiados del Campamento de Ashraf no sean entregados a Irán, ya que correrían el riesgo de ser entregados a su verdugo.

 
  
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  Tunne Kelam, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EN) Señor Presidente, señora Comisaria, es realmente urgente demostrar al régimen iraní nuestra firme condena por el creciente número de ejecuciones que se llevan a cabo en ese país y también nuestro apoyo al cambio democrático en ese país. Pero nos preocupa asimismo el destino de los casi 4 000 miembros de la oposición iraní que están residiendo en el Campamento de Ashraf en Iraq.

Por tanto, hacemos un firme llamamiento a las autoridades iraquíes y también a las estadounidenses para que no impongan por la fuerza el retorno a Irán a ningún refugiado iraní y para que, en su lugar, encuentren una solución satisfactoria a largo plazo para los residentes en el Campamento de Ashraf que disfrutan de la condición de persona protegida en virtud del IV Convenio de Ginebra.

 
  
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  Proinsias De Rossa, en nombre del Grupo del PSE. – (EN) Señor Presidente, a mí me parece que, cuando una religión de cualquier clase consigue el poder absoluto en cualquier parte del mundo, es igual de brutal e intolerante que una dictadura seglar. En Irán, la homosexualidad es un delito capital, el adulterio es un delito capital, el espionaje, el robo a mano armada, el tráfico de drogas y, por supuesto, la apostasía, son todos ellos delitos capitales: serás ahorcado si no acatas las normas.

Según fuentes de la oposición, algunos activistas políticos han sido acusados de delitos penales y ejecutados. Un hombre iraní ha sido ahorcado por violación, a pesar de que la supuesta víctima retiró sus acusaciones y se ordenó una revisión judicial de la sentencia. En los ahorcamientos públicos se utilizan grúas móviles y pescantes de camiones y, al no haber caída, este procedimiento somete a la persona ejecutada a una muerte lenta y dolorosa por asfixia.

Es fundamental que presionemos a las autoridades iraníes para que conmuten automáticamente todas las penas de muerte impuestas por lo menos a los delincuentes juveniles, y para que suspendan la ejecución de los cuatro jóvenes que esperan en este momento a que se les aplique la pena capital. Celebro que se haya suspendido la lapidación de mujeres y espero que esta decisión se siga cumpliendo. Pero, como se dice en la resolución, es preocupante que se haya adoptado legislación nueva que trata de mantener la lapidación para los casos de adulterio.

 
  
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  Marco Cappato, en nombre del Grupo ALDE. – (IT) Señor Presidente, Señorías, si pensamos en Irán como una amenaza mundial y nuclear, una acción política y diplomática firme nos exigiría implicar a Rusia, por ejemplo. Además, Irán demuestra mejor que nadie que la cuestión de los derechos humanos debe formar parte integrante de nuestra política internacional y de seguridad común, porque en la raíz de Irán como peligro nuclear está la violencia cotidiana de este régimen contra los ciudadanos iraníes, a los que tenemos que prestar atención.

Espero que la Comisaria pueda decirnos más sobre el uso que se está haciendo de los fondos para promover la democracia y el Estado de derecho. Sabemos lo difícil que es contactar con la oposición democrática en Irán. Está también la cuestión general de la pena de muerte, que se ha votado en las Naciones Unidas. Esta Cámara insistió mucho en una moratoria, en una suspensión mundial. Ahora es el momento de reforzar esa actitud y proponer que las Naciones Unidas nombren a un enviado especial del Secretario General para la pena de muerte. Ya he propuesto esto en una enmienda oral, y espero que los grupos políticos estimen conveniente apoyarla.

 
  
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  Mogens Camre, en nombre del Grupo UEN. (EN) Señor Presidente, creo que todos los miembros de esta Cámara estarán de acuerdo conmigo en que, cuando uno se entera de los casos concretos de violación de los derechos humanos mencionados en esta resolución, no puede creer que cosas así estén sucediendo en este siglo. Pero esa es la verdad deplorable acerca de la situación en un país que ha regresado a la brutalidad medieval y primitiva en un intento de reprimir a su propio pueblo, un pueblo que anhela la democracia, la libertad y la reforma.

Nosotros, las democracias occidentales, no podemos negociar eternamente con el régimen criminal de Teherán, con la ingenua esperanza de que nuestros débiles negociadores terminarán por conseguir algo de un régimen que no comprende ni respeta el mundo moderno ni sus valores y que aparentemente aborrece a su propio pueblo tanto como nos aborrece a nosotros. Dejemos que esta resolución sea un último llamamiento a la justicia y a los derechos humanos. Quiero mencionar también, y con profundo pesar, que la UE sigue manteniendo al movimiento democrático de la oposición iraní, el PMOI, en su lista de organizaciones terroristas, a pesar de las sentencias del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas en Luxemburgo y del Tribunal Supremo británico, según las cuales no se justifica su inclusión en dicha lista.

Por último, apoyo las enmiendas orales del señor Kelam sobre el Campamento de Ashraf y la enmienda oral del señor Hutchinson. Estas enmiendas mejorarán la resolución.

 
  
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  Koenraad Dillen (NI). – (NL) Señor Presidente, no debemos hacernos falsas ilusiones. La teocracia en Teherán no muestra nada más que desdén por la democracia en Europa. Al mismo tiempo, es bueno que el Parlamento Europeo haya vuelto a condenar las ejecuciones en Irán sin ambigüedades. La ejecución de menores no es solo contraria al Derecho internacional, sino también una barbarie absoluta que lo dice todo sobre la naturaleza despiadada del régimen que gobierna en Teherán desde hace décadas. Debería ser también una advertencia para los ingenuos que creen que Irán se puede manejar con mano blanda.

Pero hay algo que se omite en la resolución. Se dice con razón que el número de ejecuciones es mayor en Irán que en ningún otro país, salvo China. Pero tendría que haberse añadido que, desde enero de 2005, los únicos países que han condenado a muerte y ejecutado a menores han sido Arabia Saudí, Sudán, Yemen y Pakistán. No es ninguna coincidencia que todos ellos sean países islámicos donde se aplica la letra y el espíritu de la sharia. Puede que sea políticamente incorrecto decir eso, pero los hechos hablan por sí mismos. Estas prácticas nos vuelven a demostrar que ese islamismo, que todavía no ha tenido un siglo de las luces, es incompatible con nuestros valores occidentales.

 
  
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  Bernd Posselt (PPE-DE). - (DE) Señor Presidente, un colega diputado del ala izquierda de esta Cámara acaba de utilizar la trágica cuestión de la pena de muerte en Irán y los terribles crímenes que se están cometiendo allí como pretexto para lanzar un ataque contra la religión en sí misma. Ha atribuido estas acciones a la naturaleza religiosa del régimen. En mi opinión, eso es absurdo.

Se trata de un régimen totalitario perfectamente ordinario que simplemente utiliza el islamismo en beneficio propio. Ese es el problema y nosotros tenemos que condenar enérgicamente al propio régimen, no al islamismo ni a la religión en sí misma.

Curiosamente, los regímenes más abominables de la historia mundial fueron los que invocaron el Socialismo Nacional o Internacional, como sigue ocurriendo todavía hoy en China.

Por consiguiente, debemos ser claros con respecto a un punto: esta Cámara no es lugar para las discusiones ideológicas, ni siquiera sobre la cuestión de Irán. No se trata de ideología, sino de la universalidad de los derechos humanos, que trasciende las diferencias ideológicas. No hay derechos humanos asiáticos, como tampoco hay derechos humanos islámicos que den a las personas menos seguridad y que puedan consentir la pena de muerte de una y otra forma. Nos oponemos radicalmente a la pena de muerte, ya se practique en los Estados Unidos, en China o en Irán, pero no pensamos lo mismo de esos países. Tenemos que ser muy claros en una cosa: el régimen iraní es un régimen totalitario y nosotros queremos que desaparezca.

 
  
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  Józef Pinior (PSE). - (PL) Señor Presidente, la legislación internacional es muy clara. La pena de muerte no puede imponerse a personas menores de 18 años en el momento de cometer el delito. Irán está violando esa legislación internacional.

Quiero insistir en que, como Estado, Irán ha ratificado convenios internacionales. Ha firmado compromisos de esa naturaleza. En julio de este año, 24 organizaciones para la protección de los derechos humanos de todo el mundo pidieron a Irán que suspendiera la aplicación de la pena de muerte a menores y también que suspendiera todo uso de la pena de muerte en su territorio. En lo que va de año se ha ejecutado a seis menores en Irán, lo que supone un total de 26 ejecuciones desde 2005.

Señor Presidente, señora Comisaria, la Cámara ha celebrado ya varios debates sobre la crueldad con que se aplica la ley en Irán. No podemos permitir la entrega a Irán de los refugiados actualmente en el Campamento de Ashraf, ya que en ese país no se respeta el Estado de derecho.

 
  
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  Janusz Onyszkiewicz (ALDE). - (PL) Señor Presidente, la situación de los derechos humanos en Irán no está mejorando. Dos personas fueron ejecutadas ayer en la horca, en Arak y en Boujerd, y muchas otras esperan a que se les apliquen sus sentencias. Varios miles de oponentes al régimen de los Ayatolá están actualmente acogidos en el Campamento de Ashraf. Son miembros de Muyahidín Jalq (Combatientes del Pueblo) e Iraq les amenaza con la expulsión. Para muchos de ellos, eso significaría una muerte segura. Las fuerzas de los Estados Unidos han garantizado hasta ahora la seguridad de los refugiados en el campamento, en virtud del IV Convenio de Ginebra. El cambio previsto en la condición reconocida a estas fuerzas significa que, tal como se dice en la propuesta de resolución, hace falta encontrar lo antes posible una solución a largo plazo para los refugiados iraníes acogidos en ese campamento. Aprovecho la ocasión para recordar a la Cámara, una vez más, la necesidad de que las sentencias de los tribunales sean debidamente ejecutadas y que se elimine a Muyahidín Jalq de la lista de organizaciones terroristas.

 
  
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  Marek Aleksander Czarnecki (ALDE). - (PL) Señor Presidente, el número de ejecuciones públicas en Irán está aumentando. Según los datos de Amnistía Internacional, cada año se ejecutan a unos 200 individuos ante miles de personas. En Irán, la pena de muerte se aplica en casos de blasfemia, apostasía, adulterio y prostitución, entre otros. La aplicación de la pena capital a casos de inmoralidad y apostasía han motivado protestas justificadas de los defensores de los derechos humanos fuera de Irán y de los políticos reformistas dentro del país.

Occidente no puede limitarse a observar pasivamente unos actos tan macabros. El Parlamento Europeo debe condenar firmemente las acciones del régimen iraní. Al mismo tiempo, el Parlamento debe apoyar las aspiraciones pacíficas y reformistas de la oposición, representada por Muyahidín Jalq (Combatientes del Pueblo). El resultado lógico de la transformación democrática de esa organización, encabezada por la señora Maryam Radjavi, sería su exclusión de la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea.

 
  
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  Dumitru Oprea (PPE-DE).(RO) Desde un punto de vista psicológico, se ha comprobado que las penas duras no han tenido nunca una función correctora, pero sí han generado odio, violencia y deseos de venganza contra personas y autoridades. Yo soy partidario de castigar a los culpables, pero no utilizando la pena de muerte.

No olvidemos que los programas de educación y reintegración social pueden conseguir la rehabilitación de las personas. No olvidemos que en Irán se aplica la pena de muerte a jóvenes menores de 18 años, aunque los derechos internacionales, reconocidos formalmente por los propios iraníes, no permitan esas atrocidades. Hemos tenido noticias del terrible caso de un grupo de jóvenes de Isfahán que han sido castigados por bailar más cerca de lo permitido, a unos centímetros de distancia.

Como profesor, quiero recordarles que los resultados positivos de la educación no se pueden conseguir con miedo, coacción y castigos físicos.

 
  
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  Aloyzas Sakalas (PSE). - (EN) Señor Presidente, quiero llamar la atención de mis colegas sobre los cientos de ejecuciones que se llevan a cabo en Irán cada año. Ese es el resultado del fracaso de la política adoptada por nuestra Unión con respecto a Irán en los últimos años.

Tenemos que saber que sólo una firme oposición interna en Irán podrá cambiar la situación. Mi pregunta hoy es por qué la UE sigue manteniendo al movimiento de la oposición iraní en una lista negra, a pesar de que los tribunales británicos han ordenado que sea excluido de esa lista. ¿No es hora de que el Consejo, durante la Presidencia actual, cumpla con su obligación de respetar el Estado de derecho y quite de una vez por todas de la lista negra a los movimientos de la oposición? Creo que la señora Ferrero-Waldner podría adoptar las medidas necesarias.

 
  
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  Ewa Tomaszewska (UEN). - (PL) Señor Presidente, la condena a muerte de un niño de diez años es sencillamente inhumana. El uso de grúas como horcas es un crimen y una utilización inadecuada de la tecnología. Además, las ejecuciones públicas alientan conductas agresivas en la población. Ya hemos debatido en muchas ocasiones la situación en Irán. Irán está incumpliendo cínicamente los compromisos internacionales contraídos formalmente por ese país. Nuestras resoluciones están resultando ineficaces. Confío en que la Comisión Europea considere la posibilidad de imponer sanciones ante los crímenes cometidos por los gobernantes de Irán contra su propio pueblo.

 
  
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  Zbigniew Zaleski (PPE-DE). - (PL) Señor Presidente, el actual régimen totalitario en Irán se caracteriza por la reducción al absurdo de la ley y el recurso a la psicología del terror. La ley funciona cuando los ciudadanos saben qué delitos son castigados, pero los castigos tienen que ser proporcionados. Hay un ejemplo histórico pertinente. En la Rusia Soviética no había ninguna ley, sólo la voluntad de una única persona que todo lo sabía y de su departamento, la KGB. La situación en Irán es absurda porque la pena de muerte se puede imponer por nada y por todo. En Irán no hay tribunales, no hay lógica, ni hay juicios justos. Por eso apoyo el llamamiento en contra de la entrega a Irán de refugiados políticos como los de Iraq mencionados antes, y especialmente los menores, porque simplemente se les ejecutaría sin juicio previo.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, creo que éste es, desde luego, uno de los casos más tristes de violación de los derechos humanos: la pena de muerte, sobre todo cuando se aplica a menores de edad. Creo que todos estamos de acuerdo en la necesidad profunda, seria y urgente de hacer algo al respecto. En junio se debatió esta misma cuestión, y desde junio la situación lamentablemente no ha mejorado, sino que se ha deteriorado. Nuestro grado de preocupación se refleja en el creciente número de declaraciones publicadas también por la Unión Europea desde el debate de junio, ocho más hasta la fecha.

Han mencionado ustedes muchos casos, y yo también quiero mencionar algunos. La semana pasada, por ejemplo, al día siguiente de que la UE deplorara el ahorcamiento del señor Hejazi, menor de edad, se ejecutó a otro menor. El 26 de agosto, el señor Zaree fue ejecutado en la prisión de Shiraz. Y ello a pesar de las peticiones de clemencia no sólo de la Unión Europea, sino de todo el mundo y en particular del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Con la ejecución del señor Zaree, son ya seis los menores ejecutados —como ustedes han dicho— en lo que va de año. Según la información disponible, son más de cien los menores que esperan a ser ejecutados en Irán. Lamentablemente, el número de ejecuciones sigue aumentando. Mientras nosotros hablamos, otro menor, el señor Soleimanian, se enfrenta a una ejecución inminente. La moratoria del uso de la pena de muerte en menores, decretada por el Juez Supremo de Irán, está siendo incumplida de forma descarada y reiterada por sus propios jueces.

En cuanto a la cuestión del Campamento de Ashraf, se deben aplicar por supuesto los Convenios de Ginebra, como a todo el mundo. En cuanto a la deportación forzosa a Irán de los residentes del Campamento de Ashraf, habrá que elevar las protestas oportunas al Gobierno de Irán. Hemos probado en numerosas ocasiones a hablar a las claras o a utilizar la diplomacia discreta. Yo misma lo he intentado por todos los medios siempre que el Ministro de Asuntos Exteriores o el Presidente del Parlamento han venido a verme para hablar de otros temas, como las cuestiones nucleares. Sólo hemos tenido éxito en un caso: la lapidación de mujeres. Yo siempre me he manifestado claramente en contra de este método, pero como pueden imaginar, y estoy también totalmente en contra de lo que está sucediendo con los jóvenes y por supuesto, con la pena de muerte en general. Sin embargo, las autoridades iraníes suelen hacer oídos sordos a nuestros llamamientos. Por eso a veces no tenemos más remedio que recurrir a la denominada «diplomacia del megáfono» que Teherán dice detestar y rechazar.

Irán tiene que asumir sus propias responsabilidades. Su comportamiento no puede más que ensombrecer su ya manchada reputación internacional. Sin una mejora concreta de la situación de los derechos humanos, no podremos progresar debidamente para lograr nuestro objetivo común de estrechar las relaciones entre la Unión Europea y la República Islámica del Irán, ni siquiera aunque se resuelva la cuestión nuclear.

Confío en que el Parlamento Europeo y todos los socios de la UE estén de acuerdo con esta línea de actuación y actúen en consecuencia. Hoy vuelvo a hacer un llamamiento a las autoridades de la República Islámica del Irán para que respeten plenamente los convenios internacionales que ese país también ha ratificado. Pido a Irán que perdone la vida a todos los menores que todavía languidecen esperando a ser ejecutados. La situación general de los derechos humanos es realmente muy difícil. Como saben, hemos mantenido un diálogo sobre los derechos humanos, pero lamentablemente no ha funcionado. Hemos tratado de trabajar por la vía de la diplomacia pública y estamos colaborando estrechamente con algunos Estados miembros de la UE para realizar una diplomacia pública bien coordinada. Hemos asignado 3 millones de euros a un servicio de noticias de televisión en Farsi. Estamos tratando también de trabajar con la sociedad civil en Irán, pero nos estamos encontrando con numerosos obstáculos.

 
  
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  Presidente. − Se cierra el debate.

La votación se celebrará al final del debate.

Declaraciones por escrito (artículo 142)

 
  
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  Glyn Ford (PSE), por escrito. – (EN) Este Parlamento apoya la abolición total de la pena de muerte en todo el mundo. Lamentablemente, queda mucho camino por recorrer. Por eso debemos tratar de avanzar todo lo que podamos. Celebramos que se haya suspendido el uso de la lapidación como método de ejecución de mujeres en Irán. Instamos al Majlis a modificar urgentemente la legislación con el fin de asegurar que nadie sea ejecutado por crímenes cometidos con menos de 18 años de edad.

Tenemos que condenar también el encarcelamiento y la persecución de ciudadanos iraníes que defienden los derechos humanos y la abolición de la pena de muerte. En las actuales circunstancias, instamos a las autoridades iraquíes y estadounidenses a no imponer la deportación forzosa a los refugiados y solicitantes de asilo y a tratar de encontrar una solución a largo plazo para la situación a la que se enfrentan esas personas actualmente en el limbo del Campamento de Ashraf.

 
  

(1) Véase el acta.

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