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Acta literal de los debates
Miércoles 13 de febrero de 2019 - Estrasburgo Edición revisada

Equidad fiscal para una sociedad justa (debate de actualidad)
MPphoto
 

  Izaskun Bilbao Barandica, en nombre del Grupo ALDE. – Señor presidente, comisario, una de las claves para fortalecer el proyecto europeo es la reconstrucción de su vocación social. Una frase que resume a la perfección lo que eso quiere decir la pronunció el presidente del Gobierno vasco —el lehendakari— ante las autoridades comunitarias en Bilbao: es hora de dedicar al menos el mismo esfuerzo a rescatar personas que el que hemos dedicado a rescatar bancos.

Los recursos que necesitamos para ello proceden de nuestros sistemas fiscales. Evidentemente, la primera condición para que los impuestos se pongan al servicio de la redistribución de la riqueza que crea el desarrollo es que sean justos y sean progresivos. La segunda, que se dediquen a estimular la economía real y penalicen la especulación financiera. Y, además, que sean eficientes recaudando. Contribuir a ello desde el nivel europeo implica al menos control, coordinación y transparencia entre administraciones fiscales. Es imprescindible para plantar cara al fraude fiscal y las prácticas de elusión y planificación fiscal agresiva. Y mantener actitud coherente frente a los paraísos fiscales.

Es urgente también concluir con la armonización de los tipos de interés del impuesto de sociedades, y yo añadiría que los que gravan el patrimonio. Son ambas herramientas que utilizan los países por hacerse con contribuyentes. Contribuyen a deslocalizar la tributación del lugar en que se producen los beneficios y atentan contra las políticas de cohesión. Pero, además, reducen los ingresos fiscales en su conjunto. Son el origen, junto con la profundidad de la crisis, de muchos de los recortes que han afectado al gasto social en toda Europa.

Subsidiariedad también en el plano fiscal. Acercar la responsabilidad de la recaudación a la facultad de gastar es una herramienta magnífica para prevenir el déficit y estimular la economía real. Porque la capacidad de gasto va a depender de la recaudación. La proximidad previene además la corrupción y convierte la solidaridad, como acción colectiva, en una práctica más consistente. Así lo vienen demostrando décadas el concierto vasco y el convenio navarro, que podrían ser un excelente laboratorio para diseñar el funcionamiento de un ministerio europeo de Hacienda.

Finalmente, las instituciones europeas pueden hacer mucho para orientar el gasto público en favor de inversiones con valor social y europeo. Pero necesitan más recursos propios para convertir en determinantes sus operaciones de fomento y cofinanciación de obras públicas con valor añadido europeo; programas de apoyo a la economía real o a la convergencia y cohesión social. Por ahí comienza la soberanía europea. Por eso considero una buena idea que la tasa sobre transacciones financieras pueda contribuir a ese propósito.

 
Last updated: 24 May 2019Legal notice - Privacy policy