INFORME sobre el Informe anual del BCE para 2007

9.6.2008 - (2008/2107(INI))

Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios
Ponente: Olle Schmidt

Procedimiento : 2008/2107(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento :  
A6-0241/2008
Textos presentados :
A6-0241/2008
Textos aprobados :

PROPUESTA DE RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO

sobre el Informe anual del BCE para 2007

(2008/2107(INI))

El Parlamento Europeo,

–   Visto el Informe anual del Banco Central Europeo (BCE) para 2007,

–   Visto el artículo 113 del Tratado CE,

–   Visto el artículo 15 del Protocolo sobre los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales y del Banco Central Europeo[1], anejo al Tratado,

–   Vista su Resolución, de 2 de abril de 1998, sobre la responsabilidad democrática en la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria[2],

–   Vista su Resolución, de 20 de febrero de 2008, sobre las Directrices integradas para el crecimiento y el empleo (Parte: Grandes orientaciones de las políticas económicas de los Estados miembros y de la Comunidad): Lanzamiento del nuevo ciclo (2008-2010)[3],

–   Vista la Comunicación de la Comisión titulada «UEM@10: Logros y retos tras los diez primeros años de Unión Económica y Monetaria» (COM(2008)0238),

–   Vistos el Informe de estabilidad financiera del BCE de diciembre de 2007 y su Informe sobre la integración financiera en Europa de abril de 2008,

–   Vistas las previsiones económicas de primavera de la Comisión 2008-2009,

–   Visto el artículo 45 de su Reglamento,

–   Visto el informe de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (A6‑0241/2008),

A. Considerando que en 2007 el PIB de la zona del euro creció un 2,6 % (frente al 2,7 % en 2006) a pesar de la mayor incertidumbre resultante de las turbulencias financieras en el segundo semestre,

B.  Considerando que la tasa de inflación fue del 2,1 % comparada con el 2,2 % en 2006, a pesar de un entorno económico caracterizado por unas significativas presiones al alza de los precios,

C. Considerando que el BCE continuó ajustando los tipos de interés en 2007, a 4,0 % en junio frente a 3,5 % en diciembre de 2006, y mantuvo ese nivel durante el segundo semestre,

D. Considerando que las declaraciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos abogan en favor de un enfoque muy cauteloso en cuanto al aumento de los tipos de interés en la zona del euro,

E.  Considerando que en 2007 el tipo de cambio del euro se apreció en un 6,3 % en términos efectivos nominales, y que esa apreciación fue particularmente pronunciada con respecto al dólar estadounidense (un 11,8 %),

F.  Considerando que las turbulencias financieras y los amplios desequilibrios globales representan un riesgo para el crecimiento económico mundial y para la evolución de los tipos de cambio,

G. Considerando que se espera que la inflación aumente hasta entre un 2,0 % y un 3,0 % en 2008 en la zona del euro, reflejando ampliamente la actual tendencia de aumento de los precios de los productos básicos, antes de caer a un nivel más moderado y situarse entre un 1,2 % y un 2,4 % en 2009,

H. Considerando que el principal objetivo del BCE y del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) es mantener la estabilidad de los precios, apoyando las políticas económicas generales de la Comunidad, tal y como se define en el artículo 105 del Tratado CE, y reconociendo la plena independencia del BCE y del SEBC en este contexto,

I.   Considerando que el principal problema del BCE es hacer frente al aumento de la inflación y a los primeros signos de una desaceleración económica debido a la crisis financiera de los recientes meses,

J.   Considerando que el Parlamento desea ayudar a consolidar el papel y la autoridad internacional del BCE y de la zona del euro a escala internacional,

El BCE hoy

1.  Acoge con satisfacción el hecho de que diez años después del lanzamiento de la Unión Económica y Monetaria (UEM) tanto el BCE como el euro sean bien respetados y sean aceptados generalmente en la economía global, y observa que el euro se ha convertido en una moneda con un nivel global que casi iguala al del dólar estadounidense;

2.  Recuerda que el Tratado CE distingue explícitamente entre los objetivos de estabilidad de los precios del BCE, por un lado, y el apoyo a las políticas económicas generales, por otro, y que, por lo tanto, los dos objetivos no pueden tratarse como si fueran sustituibles; reconoce la plena independencia del BCE para el cumplimiento de este doble mandato, y acoge con satisfacción que, mediante el Tratado de Lisboa, el BCE se convertirá en una institución de la UE con personalidad jurídica y un estatuto político y financiero independiente claramente establecido; considera que el reconocimiento del BCE como una institución europea aumenta la responsabilidad del Parlamento y, en particular, de su comisión competente en materia de asuntos económicos y monetarios, como una institución ante la cual el BCE es responsable de sus decisiones sobre política monetaria;

3.  Acoge con satisfacción a Chipre y Malta en la UEM, y toma nota del éxito de su entrada en la misma;

Estabilidad financiera

4.  Reconoce el excelente trabajo del BCE en la gestión de las turbulencias financieras desencadenadas por la crisis de las hipotecas «subprime» de los EE.UU., en especial, la operación lanzada el 9 de agosto de 2007 que inyectó liquidez por un importe de 95 000 millones de euros en los mercados como oferta de tipo fijo al 4,00 % siguiendo el mismo procedimiento de las operaciones normales de mercado del BCE; observa que la operación, así como las operaciones de ajuste fino y las abundantes operaciones semanales de refinanciación que se desarrollaron posteriormente, lograron estabilizar los tipos de interés a muy corto plazo; considera que lo anterior muestra, una vez más, el valor de una política monetaria común tal como la ofrecida por el BCE que estabiliza la economía en períodos de inestabilidad;

5.  Comparte la opinión del BCE de que la creciente complejidad de los instrumentos financieros y la opacidad de la exposición de las instituciones financieras pueden dar lugar a una mayor incertidumbre con respecto al grado de riesgo que implican, al que asume, en última instancia, el riesgo y a la magnitud de las posibles pérdidas;

6.  Subraya la necesidad de establecer un marco de la UE para la supervisión financiera y señala que, aunque el Tratado CE no confía al BCE ninguna responsabilidad directa en relación con la supervisión prudencial de las entidades de crédito y la estabilidad del sistema financiero, existe la necesidad de una participación más estrecha del BCE en la supervisión;

7.  Considera que el BCE se ha visto reforzado por el éxito de su manejo de la actual crisis financiera; acoge con satisfacción el aumento de la credibilidad y del reconocimiento internacional del BCE; pide al Eurogrupo que siga el ejemplo del BCE y aumente los conocimientos especializados y la coordinación en los asuntos relacionados con la regulación y la supervisión de los mercados financieros;

8.  Subraya la creciente necesidad de cooperación entre los bancos centrales y las autoridades supervisoras para mantener la estabilidad en los mercados financieros, en especial teniendo en cuenta que los sistemas financieros están cada vez más integrados; pide al BCE que continúe impulsando una integración y una comunicación mejoradas en el interior de la UE así como en sus relaciones con otros bancos centrales e instituciones pertinentes, en particular por lo que se refiere a las relaciones con el Banco de Inglaterra, puesto que Londres es el principal centro financiero de la Unión Europea; pide al BCE que desempeñe un papel activo en los diversos foros que debaten sobre los cambios en la supervisión, tales como el seguimiento del proceso de Lamfalussy;

9.  Reconoce que bancos centrales importantes, tales como el BCE y la Reserva Federal de los EE.UU., advirtieron contra la subestimación de los riesgos para la economía antes de la burbuja informática en 2000 y de la crisis de las hipotecas «subprime» en 2007; observa que los mercados financieros no pudieron responder eficazmente a esas advertencias; pide, por lo tanto, al BCE que analice dicha respuesta y proponga cómo mejorar la correlación entre tales advertencias anticipadas y las reacciones del mercado; pide al BCE, habida cuenta de las recientes turbulencias financieras, que analice y evalúe las consecuencias de la crisis financiera y que examine si dispone de suficientes instrumentos para hacer frente a una crisis financiera europea transfronteriza y qué competencias necesita para mejorar la supervisión macroprudencial en la zona del euro;

Desarrollo económico y monetario

10. Observa el debate en curso sobre cómo definir la estabilidad de los precios, con respecto a la cual algunos se pronuncian en favor de un objetivo inflacionista directo; considera, sin embargo, que un sistema de dos pilares basado en el agregado M3 es la manera más adecuada para medir la estabilidad de los precios; pide al BCE que adopte medidas destinadas a la mejora continua de dicho sistema; reconoce el valor añadido de la información adicional y de la detección temprana del riesgo inflacionista y la discreción operativa que tal sistema proporciona;

11. Subraya que el riesgo de desarrollos económicos asimétricos en la zona del euro podría aumentar al incrementarse el número de países miembros, pues con ello se incrementan las diferencias de tamaño y madurez entre las economías participantes; pide al BCE que preste especial atención a esta situación y que haga frente a estos riesgos en una fase temprana y los comunique a los Estados miembros;

12. Pide a todos los Estados miembros que participan en la zona del euro, a los Estados miembros que han optado por no participar en ella, así como a los Estados miembros candidatos a la adhesión que tomen nota de esos desafíos y, por lo tanto, respeten plenamente los criterios del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y cumplan los criterios de Maastricht, según proceda, pues lo anterior, junto con la consolidación fiscal y una política salarial en consonancia con la evolución en materia de crecimiento y productividad, garantizan la máxima protección contra los desafíos que presentan los desarrollos asimétricos;

13. Señala que, en el contexto de la reciente corrección de las expectativas de crecimiento, todo aumento de las tasas de interés ha de realizarse con cuidado para no poner en peligro el crecimiento económico; señala que, con el fin de apoyar la recuperación económica, los Estados miembros deben aplicar las reformas estructurales necesarias y poner en marcha actividades de inversión;

14. Espera que el Consejo trate de la misma forma a todos los Estados miembros candidatos a la adhesión a la zona del euro y respete plenamente la evaluación y las recomendaciones del BCE referentes a su preparación para incorporarse a la zona del euro;

15. Toma nota de la apreciación del euro especialmente con respecto al dólar estadounidense; subraya el objetivo de la estabilidad de los precios, pero reconoce que unos cambios fuertes y rápidos en el tipo de cambio del euro no deben obstaculizar la capacidad del BCE para gestionar su política monetaria confrontada a la inflación o alternativamente a difíciles perspectivas de crecimiento en los países dependientes de la exportación; pide al BCE que siga este desarrollo y tome medidas si resultan necesarias, y pide al Eurogrupo, la Comisión y el BCE que intensifiquen la coordinación de sus acciones en materia de política cambiaria;

16. Reconoce la creciente presión al alza sobre la inflación a la que contribuye, en particular, el precio de los alimentos y de la energía, e insta al BCE a reforzar su diálogo con los bancos centrales nacionales sobre este asunto para incitar a que se preste una fuerte atención a la estabilidad de los precios a nivel mundial;

Gobernanza y toma de decisiones efectiva

17. Recuerda el actual llamamiento en favor de una mayor transparencia en el BCE que se traduciría en un aumento de la credibilidad y la previsibilidad, y aprecia las mejoras ya realizada en este ámbitos; reconoce, a ese respecto, las dificultades para poner las actas de las reuniones del Consejo de Gobierno del BCE a disposición del público, pues las diferencias en las posiciones individuales podrían interpretarse como una representación de los intereses nacionales, induciendo presiones de los Gobiernos de los Estados miembros sobre los miembros del Consejo de Gobierno; pide al BCE que presente al Parlamento y al público en general un resumen anual de las medidas adoptadas para mejorar su rendimiento en consonancia con la presente Resolución;

18. Considera que el diálogo político monetario entre el Parlamento y el BCE ha sido un éxito y debe servir de base en el futuro; hace hincapié en que la responsabilidad ex-post del BCE es de primordial importancia para la confianza y, por ende, para la estabilidad de la los mercados financieros; considera que es importante para la unidad del Comité Ejecutivo y del Consejo de Administración del BCE que se siga confiando en su presentación pública; apoya una política de información por parte del BCE dirigida al Parlamento, al Consejo, a la Comisión y al Eurogrupo; lamenta el bajo nivel de compromiso que ha demostrado el BCE en su respuesta a la Resolución del Parlamento Europeo, de 12 de julio de 2007, sobre el Informe anual del BCE para 2006[4]; hace hincapié en que la exigencia de mejoras en la política de comunicación del BCE debe ser vista sólo en el contexto del mantenimiento de la independencia del BCE y de sus órganos;

19. Pide al BCE que, en sus declaraciones consecutivas a decisiones adoptadas por su Consejo de Gobierno, explique claramente con mayor detalle si, en el curso de los debates, se alcanzó fácilmente un consenso o si persistieron los puntos de vista divergentes, puesto que ello proporcionaría a los mercados más información sin dificultar la perspectiva europea común en la decisión del Consejo de Gobierno del BCE;

20. Pide al BCE que presente sus ideas para reformar la estructura del Consejo de Gobierno, a la vista de que el número de gobernadores será superior a 15 a partir del 1 de enero de 2009; observa que, al incrementarse el número de países miembros de la zona del euro, las reformas pasarán a ser incluso más necesarias; apoya la anterior sugerencia del BCE de que el peso económico de los Estados miembros participantes sea considerado el factor más significativo para los derechos de voto rotatorios y de que el número de responsables se mantenga bajo para asegurar la eficacia;

21. Considera que la independencia del BCE, incluido el procedimiento de nombramiento de los miembros de su Comité Ejecutivo, ha demostrado su eficacia; señala que el artículo 112, apartado 2, letra b), del Tratado CE establece que los miembros del Comité Ejecutivo serán nombrados de entre personas de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios, y subraya que su nacionalidad carece de importancia y que sólo se tendrán en cuenta los estrictos criterios establecidos en el Tratado CE, por ejemplo, sus calificaciones; considera que la responsabilidad democrática ex-ante y la transparencia mejorarían si el Consejo evaluara a varios posibles candidatos y si el candidato propuesto por el Consejo se sometiera a una votación de aprobación por el Parlamento;

22. Considera que, dado el futuro estatuto de institución del BCE de conformidad con el Tratado de Lisboa, se debe reforzar la función del Parlamento en lo relativo al nombramiento de los miembros del Comité Ejecutivo; hace hincapié en su voluntad de estudiar, junto con las demás instituciones, posibles mejoras del procedimiento antes de la próxima renovación del Comité Ejecutivo en 2010;

23. Reconoce el creciente papel del Eurogrupo y de su Presidente a la hora de establecer una parte importante de la agenda económica de la Unión Europea, en especial, la estructura más formal y el papel central en la coordinación de la política económica en el Eurogrupo, según lo enunciado en el artículo 136 del Tratado CE, modificado por el Tratado de Lisboa, también para los Estados miembros que no participan en la zona del euro; apoya una consolidación del desarrollo de una única voz de la zona del euro en los foros internacionales, según lo dispuesto en el artículo 138 del Tratado CE, modificado por el Tratado de Lisboa, con el Presidente del Eurogrupo actuando como portavoz;

24. Acoge con satisfacción la cooperación entre el BCE, la Comisión y el sector de los servicios financieros en el éxito del lanzamiento del Espacio Único Europeo de Pagos (SEPA) y las iniciativas de los valores europeos a corto plazo (STEP); considera que éstas son contribuciones positivas del sector de los servicios financieros para impulsar la integración financiera en la Unión Europea;

25. Acoge con satisfacción el comienzo de las operaciones Target 2 y el término de las actividades de migración hacia la plataforma compartida única; considera que es un paso importante en la dirección de la integración financiera y de la reducción de los costes de compensación y liquidación; considera urgente que el BCE presente una estructura de gobierno para T2S;

Dimensión exterior del euro

26. Observa un incremento constante del estatuto del euro como moneda internacional; señala que la representación de la Unión Europea en lo referente a los asuntos económicos y monetarios en los foros internacionales refleja mal el verdadero peso económico de la zona del euro y que esto puede verse como un obstáculo para una mayor influencia en los asuntos financieros internacionales; pide, por lo tanto, que se adopten medidas concretas para lograr una representación unificada de la zona del euro en las instituciones financieras internacionales tales como el FMI;

27. Anima al BCE a continuar avanzando hacia el reforzamiento de su proceso de coordinación en los contextos financieros internacionales; considera que un estatuto internacionalmente más fuerte para el euro generará beneficios para la zona del euro que animarán a los Estados miembros que actualmente no participan en ella a buscar la adhesión plena a la misma;

o o

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28. Encarga a su Presidente que transmita la presente Resolución al Consejo, a la Comisión, al Eurogrupo y al Banco Central Europeo.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

En su informe referente al informe anual del BCE, el Parlamento Europeo evalúa el trabajo del Banco Central Europeo en 2007. Este año, el informe se centra en los desafíos para el BCE, especialmente como consecuencia de las turbulencias financieras que han seguido a las crisis de las hipotecas «subprime» de los EE.UU., pero también en los problemas de gobernanza tales como la toma de decisiones efectiva y la transparencia.

1.        El BCE hoy

El Banco Central Europeo es el único organismo verdaderamente común de la Unión Europea que trata la estabilidad financiera y la política monetaria. Diez años después de la puesta en marcha de la UEM, el papel de la zona del euro y de su moneda común se ha revelado un gran éxito. Y ello aunque después de esta prometedora década algunos políticos de Europa, entre los que también se incluyen Jefes de Estado, continúan cuestionando la independencia del BCE. Como el ponente, apoyo la independencia del BCE, pues es fundamental para asegurar una política monetaria estable, y sinceramente acojo con satisfacción que esta independencia se reconozca y se consolide claramente en el Tratado de Lisboa.

La Comisión estima que los beneficios de la introducción del euro incluyen:

  una inflación de alrededor del 2 % por término medio durante los últimos diez años,

 la creación de casi 16 millones de puestos de trabajo desde 1999,

 unos tipos de interés a largo plazo más bajos que han caído a menos del 4 %, la mitad del nivel de los años 90,

 la desaparición de la necesidad de cambiar moneda, lo que facilita los viajes y las compras en la zona del euro,

 unos tipos de cambio estables que han impulsado el comercio entre los países de la zona del euro.

Estos efectos son cambios tangibles para todos los ciudadanos de la zona del euro. Pero los cambios no sólo se han observado en sus países miembros; al incrementarse el papel del euro y del espacio monetario común aumentan también los costes de mantenerse fuera de dicha zona. Aunque los países candidatos a incorporarse a ella, como mi propio país, Suecia, y los países que han optado por no participar en la misma, como Dinamarca y el Reino Unido, no son todavía miembros de la zona del euro, la consagración del Presidente del Eurogrupo y la creciente necesidad de cooperación en estos asuntos hace que este grupo informal resulte mucho más importante. El artículo 136 del Tratado de Lisboa establece claramente el papel del Eurogrupo y pone de relieve su importancia para la coordinación de la política económica. Apoyo enérgicamente esta posición y reconozco al mismo tiempo que intensifica las repercusiones de la no participación en estos debates. El coste de permanecer al margen de la parte más fundamental de la integración más profunda en Europa sigue siendo sustancial no sólo en términos económicos, sino también en términos políticos. Mi propio país, Suecia, ha declarado su objetivo de entrar en el núcleo de la integración europea. La incorporación plena a la cooperación económica es, por lo tanto, desde mi punto de vista, muy deseable por no decir inevitable.

2.        2007: un año de muchos desafíos

2007 ha resultado ser un año interesante y difícil para el BCE, habiéndose registrado un fuerte crecimiento en el primer semestre seguido de las turbulencias financieras de agosto y de los meses siguientes. La inflación se ha incrementado constantemente y es ahora de alrededor del 3 %, considerablemente mayor que el objetivo de la inflación en torno al 2 % a medio plazo. El dólar, pero también otras monedas, se han debilitado sensiblemente frente al euro lo que ha relanzado los debates sobre el tipo de cambio.

La ampliación de la zona del euro da un mayor peso al espacio monetario, pero genera al mismo tiempo más desafíos al resultar más compleja la toma de decisiones y al incrementarse las diferencias en el desarrollo económico entre los países miembros. Así pues, ello implica diversos desafíos para el BCE, sobre los que opina este informe, sugiriendo también cómo podría el BCE mejorar sus acciones.

3.        Estabilidad financiera

Las crisis de las hipotecas «subprime» han puesto de manifiesto que la estabilidad financiera es una cuestión global puesto que las crisis ya no se limitan a un país o a una región. La operación del 9 de agosto del BCE inyectó liquidez por un importe de 95 000 millones de euros en los mercados como oferta de tipo fijo. Esta operación del BCE siguió el mismo procedimiento de las operaciones normales de mercado del BCE. Junto con las operaciones de ajuste fino y las abundantes operaciones posteriores semanales de refinanciación, logró estabilizar los tipos de interés a muy corto plazo. Los esfuerzos coordinados con la FED y el Banco de Inglaterra han contribuido en gran parte a mantener a flote el sistema financiero, pero no han solucionado las crisis. También han mostrado la necesidad de una mejor cooperación entre los bancos centrales y otras instituciones. El hecho de que el BCE así como la FED advirtieran ambos del riesgo de depreciación antes de la crisis de las hipotecas «subprime», sin que hubiera una respuesta suficiente de los mercados, genera cuestiones sobre cómo puede llegarse a mejores respuestas.

Los debates en curso en diversos foros son importantes para tomar medidas equilibradas sobre cómo conectar los bancos centrales y las entidades de supervisión a un nivel más global. Como siguen registrándose turbulencias, es importante proceder a un análisis completo junto con el sector antes de tomar cualquier nueva medida importante. En la Unión Europea, el seguimiento del proceso de Lamfalussy debería ser uno de los pilares para la actualización de una estructura de supervisión europea.

4.        Ampliación y gobernanza

El Banco Central Europeo asienta su aceptación entre la opinión pública en el hecho de que mantiene objetivos, tales como la estabilidad de los precios y el crecimiento económico, considerados necesarios por la opinión pública y de que las medidas tomadas para alcanzar estos objetivos son suficientemente explicadas por el BCE. Esto genera fuerzas que van en direcciones muy diversas; una toma de decisiones efectiva frente a la apertura y la participación. Estas diversas tendencias pueden intensificarse al aumentar el número de Estados miembros de la UE que cumplen los criterios para incorporarse a la zona del euro. El resultado será una zona ampliada que englobará a más ciudadanos de la Unión, pero también un espectro más amplio en cuanto al desarrollo económico, el índice de crecimiento y la madurez de las economías. En el BCE habrá que equilibrar los desafíos de la toma de decisiones efectiva con la necesidad de la participación. Para que el BCE haga frente a estos desafíos que se avecinan debe iniciar un estudio de las posibles opciones existentes para introducir cambios en su toma de decisiones y para implicar en una fase temprana a las instituciones pertinentes en estos debates.

Vistos los debates anteriores sobre cómo reformar el Consejo de Gobierno y sobre cómo lograr unos debates, unas deliberaciones y una toma de decisiones efectivos, el sistema actual parece inviable pues ensancharía la brecha entre el peso económico y el peso político de los países miembros de la zona del euro en el BCE. Una opción pragmática podría ser poner más poder en manos del Comité Ejecutivo, pero, dado que el principio de «una persona, un voto» es una función establecida y una parte importante del aspecto democrático, tal sistema no resulta políticamente aceptable. Esto deja cuatro opciones: ponderación del voto, representación, bancos centrales regionales o rotación. Considero que la rotación en la pertenencia al Consejo de Gobierno basada en el peso económico es la mejor opción en la medida en que combina la eficacia con la legitimidad democrática. Renunciar al principio de igualdad de los Estados miembros es un problema, pero creo que debe hacerse para asegurar la necesaria capacidad de toma de decisiones; la mejor manera de asegurar que los intereses nacionales no influencien indebidamente las políticas del BCE es alinear el poder político y el peso económico de los gobernadores de los bancos centrales nacionales tan estrechamente como sea posible. Por lo tanto, el principal punto de la propuesta debe centrarse en el peso económico como factor determinante para seleccionar la regularidad en que uno puede sentarse en el Consejo de Gobierno.

5.        Transparencia

Al igual que el ponente, considero que la apertura y la transparencia son de la máxima importancia, y creo que facilitar información a la opinión pública consolidará la legitimidad y la previsibilidad del BCE. Reconozco, sin embargo, las dificultades para poner las actas de las reuniones del Consejo de Gobierno del BCE a disposición del público, pues las diferencias en las posiciones individuales podrían interpretarse como intereses nacionales. Si los puntos de vista se presentaran acompañados de los nombres, ello también aumentaría el riesgo de que los Gobiernos ejercieran presiones sobre el gobernador de su «propio» banco central nacional. Esto podía obstaculizar los objetivos de las acciones del Banco Central Europeo, lo que puede a largo plazo debilitar su estatuto y su legitimidad entre la opinión pública. Independientemente de estas dificultades, persiste la necesidad de una mayor y mejor información. Por lo tanto, pido al Consejo de Gobierno del BCE que presente siempre los debates que hayan conducido a una decisión y que explique en detalle especialmente si se alcanzó fácilmente el consenso o si persistieron los puntos de vista divergentes. Esto daría a la opinión pública así como a los mercados financieros más información sobre cómo se han desarrollado los debates entre los miembros del Consejo de Gobierno, sin mencionar nombres o países.

6.        El papel internacional del euro

Desde su introducción, el euro se ha consagrado firmemente como moneda internacional importante que ocupa el segundo lugar tras el dólar estadounidense. Los bonos y obligaciones internacionales denominados en euros superaron en 2004 a los denominados en dólares estadounidenses, mientras que el porcentaje de préstamos bancarios emitidos por los bancos de la zona del euro a prestatarios no pertenecientes a la zona del euro denominados en euros fue del 36 % con respecto al 45 % que fue emitido en dólares estadounidenses. El euro es también la segunda moneda más activamente negociada en los mercados de divisas en todo el mundo y se utiliza en más de un tercio de todas las transacciones en divisas.

En mi opinión, esto demuestra el valor de la cooperación monetaria, y que el euro es un activo importante para todos los miembros de la UEM. Sin embargo, el euro tiene una desventaja clara en comparación con el dólar puesto que es un actor menos unitario que el dólar en los foros internacionales, lo que hace que falte una voz fuerte en estos contextos. Por lo tanto, pido al BCE que tome medidas con vistas a una representación europea en las instituciones financieras internacionales que refleje el verdadero peso económico de la zona del euro; una representación unificada de la zona del euro en estos asuntos fortalecería la posición del euro en las instituciones financieras internacionales y consolidaría con ello su estatuto como moneda. Además, ello supondría beneficios significativos para los países miembros de la UEM que estimularían la ampliación de la zona del euro, puesto que los países situados fuera de la zona del euro verían claramente los beneficios de incorporarse a la UEM.

RESULTADO DE LA VOTACIÓN FINAL EN COMISIÓN

Fecha de aprobación

3.6.2008

 

 

 

Resultado de la votación final

+:

–:

0:

40

1

1

Miembros presentes en la votación final

Mariela Velichkova Baeva, Zsolt László Becsey, Pervenche Berès, Sharon Bowles, Udo Bullmann, David Casa, Manuel António dos Santos, Elisa Ferreira, José Manuel García-Margallo y Marfil, Donata Gottardi, Dariusz Maciej Grabowski, Benoît Hamon, Karsten Friedrich Hoppenstedt, Sophia in ‘t Veld, Othmar Karas, Piia-Noora Kauppi, Wolf Klinz, Christoph Konrad, Guntars Krasts, Kurt Joachim Lauk, Andrea Losco, Astrid Lulling, Florencio Luque Aguilar, Hans-Peter Martin, John Purvis, Alexander Radwan, Bernhard Rapkay, Dariusz Rosati, Eoin Ryan, Antolín Sánchez Presedo, Olle Schmidt, Peter Skinner, Margarita Starkevičiūtė, Ivo Strejček, Ieke van den Burg

Suplente(s) presente(s) en la votación final

Mia De Vits, Ján Hudacký, Janusz Lewandowski, Vladimír Maňka, Theodor Dumitru Stolojan

Suplente(s) (art. 178, apdo. 2) presente(s) en la votación final

Milan Gaľa, Tobias Pflüger