INFORME sobre la gestión de la política regional y de los Fondos Estructurales
(2001/2066(INI))
10 de enero de 2002
Comisión de Política Regional, Transportes y Turismo
Ponente: Samuli Pohjamo
PÁGINA REGLAMENTARIA
En la sesión del 17 de mayo de 2001, la Presidenta del Parlamento anunció que se había autorizado a la Comisión de Política Regional, Transportes y Turismo a elaborar un informe de propia iniciativa, de conformidad con el artículo 163 del Reglamento, sobre la gestión de la política regional y de los Fondos Estructurales.
En la reunión del 20 de marzo de 2001, la Comisión de Política Regional, Transportes y Turismo había designado ponente a Samuli Pohjamo.
En las reuniones de los días 21 de noviembre y 19 de diciembre de 2001, la comisión examinó el proyecto de informe.
En la última de estas reuniones, la comisión aprobó la propuesta de resolución por 43 votos a favor, 5 votos en contra y ninguna abstención.
Estuvieron presentes en la votación los diputados: Konstantinos Hatzidakis (presidente), Helmuth Markov, Emmanouil Mastorakis y Rijk van Dam (vicepresidentes), Samuli Pohjamo (ponente), Pedro Aparicio Sánchez (suplente de Carmen Cerdeira Morterero), Sir Robert Atkins, Emmanouil Bakopoulos, Rolf Berend, Theodorus J.J. Bouwman, Philip Charles Bradbourn, Felipe Camisón Asensio, Luigi Cocilovo (suplente de Luigi Cesaro), Garrelt Duin, Giovanni Claudio Fava, Markus Ferber (suplente de Jacqueline Foster), Mathieu J.H. Grosch, Ewa Hedkvist Petersen, Mary Honeyball, Juan de Dios Izquierdo Collado, Georg Jarzembowski, Elisabeth Jeggle (suplente de Giorgio Lisi), Dieter-Lebrecht Koch, Brigitte Langenhagen (suplente de Karla M.H. Peijs), Sérgio Marques, Linda McAvan (suplente de John Hume), Erik Meijer, Francesco Musotto, Camilo Nogueira Román, Juan Ojeda Sanz, Josu Ortuondo Larrea, Wilhelm Ernst Piecyk, Giovanni Pittella (suplente de Carlos Lage), Alonso José Puerta, Marieke Sanders-ten Holte, Gilles Savary, Ingo Schmitt, Elisabeth Schroedter (suplente de Reinhold Messner), Brian Simpson, Renate Sommer, Dirk Sterckx, Ulrich Stockmann, Margie Sudre, Helena Torres Marques (suplente de Mark Francis Watts), Ari Vatanen, Adriaan Vermeer (suplente de Isidoro Sánchez García, de conformidad con el apartado 2 del artículo 153 del Reglamento), Demetrio Volcic y Brigitte Wenzel-Perillo (suplente de Dana Rosemary Scallon).
El informe se presentó el 10 de enero de 2002.
El plazo de presentación de enmiendas a este informe figurará en el proyecto de orden del día del período parcial de sesiones en que se examine.
PROPUESTA DE RESOLUCIÓN
Resolución del Parlamento Europeo sobre la gestión de la política regional y de los Fondos Estructurales (2001/2066(INI))
El Parlamento Europeo,
– Visto el artículo 158 del Tratado constitutivo de la CE,
– Visto el artículo 163 de su Reglamento,
– Visto el informe de la Comisión de Política Regional, Transportes y Turismo (A5‑0006/2002),
A. Considerando que el objetivo de las acciones de los Fondos Estructurales de la UE es fortalecer la cohesión económica, social y territorial y reducir las diferencias de desarrollo entre las regiones así como fomentar su desarrollo sostenible, en particular, en las regiones que se encuentran en una situación más desfavorecida, en las regiones ultraperiféricas, en las regiones insulares y en las zonas rurales,
B. Considerando que las políticas económicas nacionales y las diferentes áreas de política de la UE, sus objetivos y medidas han de coordinarse de tal forma que se respalden mutuamente y contribuyan a fortalecer la cohesión social, económica y territorial,
C. Considerando que la futura ampliación constituirá un gran reto para la política de cohesión y dará lugar a presiones para que se realicen reformas en la política regional,
D. Considerando que también se están detectando problemas en la ejecución de los Fondos Estructurales en el período que acaba de comenzar, por lo que ahora sería un buen momento para evaluar la situación con arreglo a las experiencias del anterior y del actual período de programación y estudiar fórmulas para su mejora,
E. Recordando que el objetivo fundamental de la reforma de los Fondos Estructurales llevada a cabo por la Agenda 2000 era la simplificación, lo cual se ha llevado a cabo en lo que se refiere tanto al número de programas objetivo como de iniciativas comunitarias,
F. Considerando que, tras las mejoras introducidas por la reforma de los Fondos Estructurales por parte de la Agenda 2000, la ejecución de los mismos deberá seguir progresando y que estos avances serán también posibles en el marco de la legislación vigente,
1. Considera que en la ejecución de los Fondos Estructurales se deberá lograr un aprovechamiento de los créditos eficaz y orientado a los resultados, una ejecución de los proyectos acorde con el calendario, la mejor calidad posible de los proyectos y un control adecuado, por parte de la Comisión y las autoridades nacionales, de la correcta utilización de los créditos;
2. Hace hincapié en que la financiación debe orientarse de la manera más directa y eficaz posible a las regiones y comunidades locales a través de los gobiernos nacionales; considera que las regiones deben poder diversificarse a fin de aprovechar los Fondos Estructurales eficazmente; que las acciones deben dirigirse a las regiones y comunidades locales que tengan una gran necesidad de ayuda y padezcan problemas específicos y que sean capaces de aprovechar la ayuda de manera eficaz;
3. Lamenta la poca información disponible sobre buenas prácticas e insta a la Comisión a que mejore su información en este aspecto; recuerda que quienes se encargan a nivel regional y local de la aplicación consideran que las oportunidades de formación y las reuniones deberían utilizarse como instrumentos de apoyo, junto con las publicaciones e Internet, para la difusión de las buenas prácticas;
Negociaciones de los programas
4. Considera lamentable que para las negociaciones sobre los documentos de los programas se empleara una media de 8-12 meses en lugar del plazo establecido de cinco meses; expresa su sorpresa ante el hecho de que, casi dos años después del inicio del período de programación, aún no se hayan aprobado todos los programas, pero señala igualmente que esto se ha debido a los retrasos en que han incurrido algunos Estados miembros;
5. Señala que la Comisión aprobó las orientaciones generales con tanto retraso que la preparación de los programas ya estaba muy avanzada en los Estados miembros y en las regiones;
6. Lamenta el enorme retraso de la Comisión en aprobar los documentos de orientación de las iniciativas comunitarias y de las acciones innovadoras; recuerda que este retraso dio lugar a la pérdida de parte de los créditos para acciones innovadoras;
7. Considera que los Estados miembros deben hacer frente a sus propias responsabilidades y crear las condiciones para que puedan respetarse los plazos y normas establecidos para las negociaciones de los programas; hace hincapié en que debería existir un plazo dentro del cual la Comisión debiese dar su respuesta;
8. Pide a la Comisión que reflexione acerca de la posibilidad de diferenciar los períodos de programación de los programas objetivo de los de las iniciativas comunitarias a fin de que no se produzcan pausas entre los períodos de programación y que la fase de elaboración de todos los programas y las negociaciones no se produzcan al mismo tiempo, como de hecho ocurre actualmente debido a los retrasos;
9. Considera que se podrían seguir unificando y simplificando las directrices para la elaboración de los programas; observa que algunos Estados miembros desearían una relación y unos contactos más directos con la Comisión; recuerda que no se conseguirá incluir a empresas en los programas si los procesos son largos y complicados;
10. Insta a la Comisión y a los Estados miembros a que comprueben si la parte complementaria del documento del programa responde a los objetivos iniciales consistentes en hacer más flexible la ejecución de los programas y aumentar la calidad de los mismos;
Gestión y ejecución
11. Insta a los Estados miembros a que desarrollen sistemas de gestión y control adecuados y a que vinculen la evaluación de los programas a la toma de decisiones; hace hincapié en que los Estados miembros y las autoridades regionales y locales, principalmente en los países candidatos, deben reservar recursos humanos suficientes y cualificados para la gestión de los programas de los Fondos Estructurales;
12. Lamenta que en algunos Estados miembros la política rectora de la administración central dificulte la ejecución de los programas de los Fondos Estructurales en las regiones; considera que la administración central no debería desempeñar un papel dominante, sino más bien de coordinación, apoyo y garante del control de legalidad;
13. Hace hincapié en que los programas y proyectos no deberían estar demasiado fragmentados; considera que la gestión y sus gastos, así como el control y el seguimiento deberían ser flexibles y proporcionales a la importancia del programa o proyecto en su conjunto; insta a los Estados miembros y a la Comisión a estudiar cuál sería el nivel adecuado de gestión y de seguimiento en el caso de los proyectos pequeños;
14. Considera que la evaluación debería dejar de ser únicamente un puro mecanismo de control final y casi exclusivamente financiero para pasar a integrar desde el inicio la programación y la elaboración de proyectos con el fin de ayudar a simplificar la gestión, el seguimiento y el control, y que esta evaluación deberá incluir prioritariamente no sólo los indicadores financieros sino indicadores de la calidad de los programas y proyectos y su eficacia social y cohesiva;
15. Insta a la Comisión a presentar propuestas concretas (por ejemplo, vía las buenas prácticas) de gestión y simplificación más flexibles y con mayor capacidad de adaptación a los cambios producidos por la aceleración de la coyuntura económica, social y medioambiental que, de hecho, condiciona la aplicación y continuidad de programas y proyectos; en este sentido, insta a la Comisión a elaborar un mecanismo suficiente de respuesta rápida ante acontecimientos de tipo catástrofe natural o medioambiental, reestructuración industrial, movimientos migratorios, etc.;
16. Considera que aún deberían mejorarse la evaluación de los proyectos y los criterios utilizados; señala que las regiones pueden utilizar también como instrumento para la evaluación de la calidad de los programas y proyectos los indicadores de eficacia orientativos que se siguen en el procedimiento presupuestario; considera que las normas de los diferentes Fondos deberían ser más uniformes y que incluso se debería conseguir un Fondo único de desarrollo regional en 2007;
17. Señala que la cooperación se considera beneficiosa en los Estados miembros y en las regiones y que se ha respetado satisfactoriamente, si bien de diferentes maneras, en los diferentes Estados miembros; lamenta que la cooperación se haya aplicado de manera desigual en los distintos Estados miembros y que se haya consultado a algunos sectores (ONG, comunidades locales, etc.) sólo en la última fase;
18. Exige que se respete el principio de adicionalidad y que se controle su respeto de manera eficaz; considera que debería intensificarse el seguimiento de este principio y aclararse las disposiciones; exige que la Comisión reforme y clarifique las normas relativas al respeto de la adicionalidad; considera que, siempre que sea técnicamente posible, también debería hacerse un seguimiento de la adicionalidad en el marco del programa y a nivel regional; pide, por último que se prevea un régimen de sanciones adecuado para los casos en que no se respete este principio;
19. Considera que, a pesar de que la reserva de eficacia es, por su importe, marginal, puede resultar, en principio, un estímulo importante para las regiones, sobre todo al aplicarse en el territorio de un Estado miembro; considera que la reserva de eficacia debe dirigirse allí donde se puedan obtener más resultados con los recursos adicionales;
20. Considera que los importes a los que se aplique, en su caso, el mecanismo automático de liberación deben volver a comprometerse en favor de programas de regiones con un desarrollo retardado que puedan garantizar un nivel de eficiencia y eficacia con sus propias intervenciones;
21. Lamenta que en las regiones se consideren complicados los proyectos comunitarios cofinanciados, transfronterizos y transnacionales; recuerda que con los proyectos transfronterizos y transnacionales se puede obtener un valor añadido real; pide que se defina el concepto de zona transfronteriza, habida cuenta también del proceso de ampliación en curso y de los programas previstos para las regiones y las zonas transfronterizas y destinados específicamente a ellas;
22. Insta a la Comisión a que evalúe si se han tenido suficientemente en cuenta las necesidades de las zonas urbanas y rurales en el nuevo programa del objetivo 2 y si se ha logrado la compatibilidad de las iniciativas comunitarias URBAN y LEADER con los programas del objetivo 2;
Financiación
23. Considera lamentable que las regiones sigan percibiendo que las normas de financiación son complicadas, en parte confusas y de variada interpretación; considera que las instrucciones deberían ser sencillas y claras y que las regiones deberían recibir suficiente asesoramiento y orientación a la hora de aplicar las normas;
24. Considera que la norma de financiación n+2 es necesaria y debe respetarse;
25. Insta a aquellos Estados miembros que cuentan con los mayores remanentes de pago en el anterior período de programación de los Fondos Estructurales a que los utilicen y a que eviten los retrasos en el actual;
26. Considera que durante el período de programación de los Fondos Estructurales debe haber cierta flexibilidad para modificar los porcentajes de financiación de las diferentes acciones, prioridades, programas e incluso fondos, intercambiándolos entre sí con el acuerdo expreso del Estado miembro interesado y de la Comisión;
Seguimiento y control
27. Opina que la importancia y las posibilidades de ejecución de los proyectos deben clarificarse de manera realista en la fase de aprobación y debe comprobarse si los objetivos establecidos y el contenido de los programas responden a las necesidades reales de las regiones y si las normas son lo suficientemente flexibles; señala que la calidad de las evaluaciones ex ante del período de programación iniciado varía considerablemente, según la Comisión, entre los Estados miembros y las regiones;
28. Considera que deben evitarse los controles paralelos y que las instancias que controlan la financiación deben homogeneizar las inspecciones; recuerda que un exceso de control reduce la innovación;
29. Considera que el Parlamento debería hacer un seguimiento más eficaz de la calidad y los resultados de los programas de los Fondos Estructurales y mejorar el seguimiento presupuestario; subraya que el Parlamento debería contar con canales claros y transparentes en la obtención de información y en la organización del seguimiento; considera que la Comisión debe proporcionar informes periódicos y actualizaciones sobre el rendimiento económico y la calidad de los programas de los Fondos Estructurales para ayudar al Parlamento Europeo a ejercer más rigurosamente el control de los programas;
30. Considera que la función del Parlamento en el control, el seguimiento y la evaluación de la política estructural es una garantía, para los ciudadanos, de la eficacia de las políticas comunitarias en materia regional, lo que hace primordial la visibilidad y protagonismo de esa función; propone establecer, a fin de proporcionar a la comisión competente información de fondo sobre la gestión de la política regional comunitaria, un grupo de trabajo oficioso que vigile la aplicación de los programas de los Fondos Estructurales y su ejecución presupuestaria y evalúe los resultados de los mismos;
31. Considera que los informes anuales de los Fondos Estructurales y del Fondo de Cohesión aparecen demasiado tarde para poder funcionar como instrumentos de evaluación eficaces y que no son suficientes para llevar a cabo un seguimiento eficaz de la ejecución de los Fondos Estructurales;
32. Insta a la Comisión a seguir realizando las revisiones anuales estratégicas de los programas de los Fondos estructurales y, por consiguiente, a seguir mejorando la evaluación y la elaboración de informes sobre la ejecución de los Fondos Estructurales; considera que el seguimiento actual se centra excesivamente en el grado de ejecución del presupuesto y que el seguimiento de la calidad debería desempeñar un papel más importante;
33. Considera que en las regiones y en los Estados miembros se debería intentar llevar a cabo un autocontrol de la ejecución de los programas y proyectos, así como mejorar, por propia iniciativa, la gestión de las acciones de los Fondos Estructurales y la calidad y la eficacia de los programas y proyectos;
34. Considera que la aplicación de los programas y proyectos debería reforzarse aún más a través de estudios sobre la eficacia de los recursos, de estrategias de salida claramente expresadas y de un mayor uso de medidas de liberación de créditos para aquellos proyectos que no se hayan puesto aún en marcha dos años después de su aprobación;
35. Encarga a su Presidenta que transmita la presente resolución al Consejo y a la Comisión.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Introducción
La cohesión económica y social de la Unión Europea es un objetivo tan importante como el Mercado Único o la Unión Económica y Monetaria. Los importes asignados a los Fondos estructurales han aumentado de modo vertiginoso desde el 1989: 64.000 millones de euros en el período 1989-1993, 155.000 millones de euros en el período 1994-1999 y 195.000 millones de euros en el período 2000-2006.[1] Con esta cofinanciación, la Unión pretende apoyar el esfuerzo por conseguir los propósitos de la política de desarrollo regional de los Estados miembros. Dada la amplitud de las medidas de política regional comunitaria, la responsabilidad sobre la ejecución práctica de los programas de los Fondos estructurales recae en los Estados miembros.
En los Estados miembros y las regiones se considera a menudo que la gestión de los Fondos estructurales de la Unión Europea es burocrática y la ejecución de los programas complicada, lenta e inflexible. Al evaluar el resultado de los Fondos estructurales habría que proceder a un examen de su productividad y a un análisis cualitativo. La evaluación no debería limitarse a medir el grado de utilización de los recursos económicos y su distribución cuantitativa.
Esta fase del período de programación 2000-2006 constituye un buen momento para evaluar los resultados en materia de elaboración y aplicación de reglamentos y directrices, la puesta en marcha de los programas, y los problemas prácticos, por ejemplo en relación con la ejecución y financiación de los programas.
El objetivo de este informe de propia iniciativa es analizar la ejecución práctica de los Fondos estructurales y presentar propuestas sobre el modo en que puede mejorarse el funcionamiento de los mismos. Se pretende dilucidar de qué manera pueden mejorar las intervenciones de los Fondos estructurales en el marco de la reglamentación actual y cuáles son los aspectos a tener en cuenta en la preparación de la próxima reforma.
A fin de recabar información para el presente informe, el ponente envió un cuestionario compuesto de casi cuarenta puntos a algunas regiones de cada Estado miembro. Hasta la fecha se han recibido unas 30 respuestas de la casi totalidad de los Estados miembros. El ponente desea expresar su agradecimiento a todas las regiones que han contestado el cuestionario.
La reforma de los Fondos estructurales - Agenda 2000
En el contexto de la reforma de los Fondos estructurales de la Agenda 2000 se llevó a cabo una centralización de dichos Fondos, reduciendo el número de objetivos de siete a tres. Se optó por una aplicación estricta del principio de centralización (regla de subvencionabilidad del 75%) y se introdujeron ayudas transitorias para las regiones que formaban parte de las zonas de los objetivos en el período 1994-99. Se introdujo también un instrumento nuevo, la reserva de eficacia, que significa que en la adjudicación orientativa nacional de los créditos de compromiso se deja en la reserva de eficacia un 4% de los créditos para su adjudicación posterior durante el período de programación.
Se amplió y reforzó el mecanismo de asociación para generar un valor añadido más significativo. La asociación se rige por el principio de subsidiariedad, ya que la elección de los socios sigue recayendo en los Estados miembros. El propósito era conseguir una simplificación del sistema de programación, sobre todo con la inclusión de los grandes proyectos y las subvenciones globales en otras formas de ayuda. En cuanto a las medidas, se llevó a cabo una descentralización de la programación de tal manera que es el Estado miembro o la autoridad de gestión, en lugar de la Comisión, quien aprueba el complemento del documento de programación después de que éste haya recibido el visto bueno del Comité de seguimiento.
Se trató de clarificar y simplificar las bases de las normas relativas a la gestión financiera con el propósito de mejorar la ejecución del presupuesto y estrechar el vínculo con la ejecución de los programas. Se adoptó el “n+2”, es decir que cada medida deberá concluir en los tres años que siguen a la decisión de financiación.
Cada Estado miembro se responsabilizará globalmente de la aplicación, seguimiento y eficacia de las intervenciones. Las tareas de la autoridad de gestión, del Comité de seguimiento y de las autoridades responsables del control quedan minuciosamente definidas. La evaluación, a pesar de mantenerse independiente, forma parte ahora de la preparación, ejecución, seguimiento y control de la programación, constituyendo así una parte de la gestión de la programación.
Experiencias iniciales del período de programación
Programación
A la hora de establecer los objetivos de los programas de los Fondos estructurales y de realizar las evaluaciones previas, hay que preguntarse si los objetivos y programas establecidos responden verdaderamente a las necesidades de las regiones. Los programas deberían ser de calidad y tener resultados claros.
Las regiones deberían centrar sus esfuerzos en sus zonas menos desarrolladas y tener en cuenta suficientemente sus propias particularidades regionales. Actualmente se aspira a incluir en los programas todo cuanto sea posible, con la consecuencia de que el rendimiento y la efectividad de los proyectos tienden a quedar en un segundo plano. Es verdad que esto también puede ser el resultado, por ejemplo, de la fijación de objetivos sectoriales orientativos estrictos por parte de la administración central.
La estructura administrativa de los Estados miembros difiere de un país a otro de manera significativa. En algunos Estados miembros la administración regional desempeña un papel destacado y bien definido en la ejecución de los programas. En otros países la aplicación de los programas se dirige más bien desde la administración central. En ciertos Estados miembros las administraciones centrales han creado sus propias prácticas nacionales, que dificultan la utilización provechosa de los Fondos estructurales.
En las regiones se considera que la gestión de los programas de los Fondos estructurales se ha vuelto en parte más dificultosa y que ha aumentado la burocracia. El nuevo período de programación se ha puesto en marcha muy lentamente. El plazo de cinco meses previsto para las negociaciones de los programas se ha alargado, siendo en promedio más del doble de lo previsto. Casi dos años después del comienzo del período de programación, por ejemplo entre los programas del Objetivo nº 2, casi un 15% están aún por aprobar.
Las negociaciones de los programas han requerido un período de tiempo muy prolongado. Parece ser que en las regiones no siempre se aprecia plenamente el significado de las orientaciones facilitadas tardíamente por la Comisión. La Comisión estima que la calidad de los documentos de programación no es homogénea entre los Estados miembros, y tampoco lo es en todos los casos dentro de un mismo Estado miembro, por lo cual las negociaciones se han alargado. Los Estados miembros no siempre han hecho llegar a tiempo sus documentos de programación y los documentos adicionales solicitados.
Por otra parte, las demoras en las negociaciones parecen deberse en muchos casos a la lentitud de los trámites de la Comisión y a los retrasos de sus respuestas, o bien a nuevas exigencias de la Comisión, cuya importancia, según las regiones, era en algunos casos secundaria. El programa se compone ahora de dos partes, es decir, de la parte básica y del complemento de programación. Ha habido retrasos sobre todo en la tramitación de los complementos de programación. También la reforma de la organización interna de la Comisión ha ocasionado retrasos.
Entre los períodos de programación no deberían producirse interrupciones. Con vistas al futuro cabe plantear si conviene separar y solapar los períodos de programación, por una parte, de los programas conforme a los objetivos y, por otra, de las iniciativas comunitarias. En el proceso de negociación la Comisión también debería estar sujeta a unos plazos bien definidos, dentro de los cuales deberá dar una respuesta.
La práctica de la asociación ha generado a su vez más trabajo de gestión, pero se considera que también ha aportado valor añadido. En algunas regiones se considera que la asociación es demasiado aparatosa y favorece un enfoque sectorial. Por otra parte, la asociación permite aprovechar mejor, en la programación y en la selección de proyectos, las particularidades, la diversidad y los lados fuertes de las regiones.
Proyectos
La gestión de un proyecto y los gastos que ocasiona deberían ser proporcionales a la envergadura del proyecto. Los proyectos más pequeños podrían agruparse bajo un "paraguas", para obtener unidades más grandes, con resultados más efectivos. Por otra parte, cabe preguntarse si no sería más conveniente que los proyectos de menor envergadura recibieran una financiación íntegramente nacional. Cuanto más sencillas y directas sean las medidas, más fácil será realizar una buena evaluación de los resultados. Las regiones consideran que la ejecución de proyectos transfronterizos reviste una dificultad innecesaria.
Hay que considerar la oportunidad de utilizar, en el siguiente período de programación, una cofinanciación comunitaria para conjuntos de proyectos de mayor envergadura, que tienen una repercusión más amplia. De este modo podría realizarse de manera más eficaz el seguimiento, el control y las medidas de inspección. Los proyectos de menor alcance seguirán siendo por supuesto necesarios, por ejemplo en las zonas rurales, en las regiones insulares y en las regiones de baja densidad demográfica.
Financiación
A pesar de la reducción del número de objetivos y programas, siguen existiendo varios fondos con los cuales se financian las intervenciones de política regional. El sistema de varios fondos genera más trabajo de gestión y problemas en la coordinación de los fondos.
Otro problema que atañe a la financiación de los proyectos es el modo de conseguir financiación nacional. Es difícil implicar a las empresas en los proyectos comunitarios, dada la complejidad de la burocracia y la larga duración de los trámites. Al recibir financiación comunitaria las regiones, se han visto privadas de fondos nacionales o se ha modificado el destino de los mismos, hecho que ha llevado al incumplimiento del principio de adicionalidad. Es preciso hacer más efectivo el control del cumplimiento de la adicionalidad.
Seguimiento, control y evaluación
El seguimiento de los Fondos estructurales precisa un control más minucioso de su utilización y de una mejor evaluación de los resultados. Hay que transferir más responsabilidades y más recursos de control a los Estados miembros, a una instancia más cercana a los agentes que ejecutan los proyectos, a fin de detectar las posibles debilidades de los sistemas de gestión. Es preciso examinar la funcionalidad de la división del trabajo entre la Comisión, los Estados miembro y las regiones.
En cuanto al control y la evaluación de los resultados efectivos de los proyectos hay que mencionar también los proyectos que han fracasado. Es importante divulgar información relativa a las buenas prácticas tanto a escala nacional como europea.
Actualmente el éxito de los proyectos se mide muchas veces exclusivamente en función de la proporción de créditos comprometidos sobre los créditos disponibles en el período de programación. Un seguimiento centrado únicamente en el grado de ejecución de los programas no es suficiente, sino que es necesario disponer de mejores indicadores de productividad.
Los indicadores que servirán para medir los resultados del proyecto deben adoptarse al comienzo del período de programación. Al seleccionar los indicadores se tendrá en cuenta la diversidad de las regiones. Es preciso lograr una evaluación más detallada, aunque un cálculo exacto, por ejemplo del número de puestos de trabajo, resulta bastante problemático.
Los indicadores utilizados en la evaluación deberán proporcionar datos con un grado de concreción suficiente. Por otra parte, tienen que estar razonablemente armonizados y ser comparables. Hay que prestar atención a la fiabilidad de la recogida de datos.
Conclusiones
Según se ha observado, la ejecución práctica de los Fondos estructurales también ha creado problemas en el período de programación iniciado. Las regiones han se han extrañado, sobre todo, por el retraso de los programas y las divergencias en la interpretación de las normas.
La productividad, el valor añadido regional y la calidad deben ser los principales criterios para la ejecución de los programas de los Fondos estructurales. Además, los objetivos establecidos y los programas que los ejecutan tienen que responder adecuadamente a las necesidades de las regiones.
El papel de la Comisión de Política Regional del Parlamento Europeo no debería limitarse a la mera aprobación anual de los créditos. La comisión debería participar de modo más activo en las actividades de evaluación de la política de los Fondos estructurales. La comisión debe dedicar más esfuerzos al seguimiento de la aplicación de la política regional: no basta con el trabajo realizado en el contexto del procedimiento presupuestario y de los informes de cohesión. El objetivo es crear modelos de funcionamiento claros y transparentes, que rijan la obtención de la información y la organización del seguimiento. La Comisión debe elaborar la información de base y los informes necesarios para el trabajo de seguimiento del Parlamento.
- [1] Las cifras se refieren al primer ejercicio de cada período de programación.