INFORME sobre la Recomendación del Consejo relativa al nombramiento del presidente del Banco Central Europeo
16.6.2011 - (10057/2011 – C7‑0134/2011 – 2011/0804(NLE))
Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios
Ponente: Sharon Bowles
PR_NLE_art109
PROPUESTA DE DECISIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO
sobre la Recomendación del Consejo relativa al nombramiento del presidente del Banco Central Europeo
(10057/2011 – C7‑0134/2011 – 2011/0804(NLE))
El Parlamento Europeo,
– Vista la Recomendación del Consejo de 17 de mayo de 2011 (10057/2011)[1],
– Visto el artículo 283, apartado 2, párrafo segundo, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, conforme al cual ha sido consultado por el Consejo (C7‑0134/2011),
– Visto el artículo 109 de su Reglamento,
– Visto el informe de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (A7-0229/2011),
A. Considerando que, mediante carta de 20 mayo 2011, el Consejo Europeo consultó al Parlamento Europeo sobre el nombramiento de Mario Draghi como Presidente del Banco Central Europeo por un período de ocho años a partir del 1 de noviembre de 2011,
B. Considerando que la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento procedió a la evaluación de las credenciales del candidato propuesto teniendo en cuenta, en particular, las condiciones establecidas en el artículo 286, apartado 2, párrafo 2, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), y la necesidad de una total independencia del Banco Central Europeo, de conformidad con el artículo 130 del TFUE; que, en el marco de esta evaluación, la comisión recibió un curriculum vitae del candidato, así como sus respuestas al cuestionario escrito que se le había enviado,
C. Considerando que, en este contexto, la comisión celebró el 14 de junio de 2011 una audiencia de dos horas con el candidato en la cual éste hizo una declaración introductoria y a continuación respondió a las preguntas de los miembros de la comisión,
1. Emite dictamen favorable respecto a la recomendación del Consejo relativa al nombramiento de Mario Draghi como Presidente del Banco Central Europeo,
2. Encarga a su Presidente que transmita la presente Decisión al Consejo Europeo, al Consejo y a los Gobiernos de los Estados miembros.
- [1] Pendiente de publicación en el DO.
ANEXO 1: CURRICULUM VITAE DE MARIO DRAGHI
Nacido en Roma el 3 de septiembre de 1947, está casado y tiene dos hijos.
Fue nombrado Gobernador del Banco de Italia el 29 de diciembre de 2005. Al ocupar este cargo, es también miembro del Consejo de Gobierno y del Consejo General del Banco Central Europeo, así como miembro del Consejo de Administración del Banco de Pagos Internacionales.
También es Gobernador, representado a Italia, en los Consejos de Gobierno del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo y del Banco Asiático de Desarrollo.
Desde abril de 2006, preside el Foro de Estabilidad Financiera, que en la primavera de 2009 se convirtió en el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF). El CEF, en el que se reúnen autoridades nacionales e internacionales responsables de la estabilidad financiera, se creó para coordinar a nivel internacional el trabajo de las autoridades financieras nacionales y de los organismos internacionales de fijación de normas, así como para desarrollar y promover la aplicación de políticas eficaces en materia de regulación, supervisión y otras en el ámbito financiero.
Obtuvo su licenciatura en la Universidad La Sapienza de Roma, bajo la dirección del Profesor Federico Caffé (1970), con un trabajo sobre la integración económica y las variaciones de los tipos de cambio (Integrazione economica e variazioni dei tassi di cambio).
Obtuvo su doctorado en economía (Essays on Economic Theory and Applications) en el Massachusetts Institute of Technology, bajo la dirección de los Profesores Franco Modigliani y Robert Solow (1976).
A partir de 1975 fue profesor de economía en las universidades de Trento, Padua, y Venecia. Entre 1981 y 1991 fue profesor de economía y política monetaria en la Universidad de Florencia.
De 1984 a 1990 fue Director Ejecutivo en el Banco Mundial.
De 1989 a 1990 formó parte del grupo de trabajo creado por el entonces Ministro de Economía, y antiguo Gobernador del Banco de Italia, Guido Carli, con el fin de elaborar una nueva ley consolidada sobre la intermediación financiera. En 1990 trabajó como asesor económico del Banco de Italia. .
En 1991 fue nombrado Director General del Tesoro italiano, puesto que ostentó durante diez años bajo ocho Gobiernos distintos. En virtud de este cargo, en 1993 presidió la Comisión de Privatizaciones y posteriormente la comisión que revisó la legislación empresarial y financiera italiana, y elaboró la ley por la que se rigen los mercados financieros italianos (conocida como «Legge Draghi»).
Encabezó la delegación italiana que negoció el Tratado de Maastricht.
En 1999 fue nombrado presidente del Grupo de Trabajo 3 de la OCDE.
En 2000 fue nombrado Presidente del Comité Económico y Financiero europeo.
También ha sido miembro de los suplentes del G-7.
De 2002 a 2005 fue Vicepresidente y Director General de Goldman Sachs International.
Pertenece a los Consejos de Administración del Princeton Institute for Advanced Study y de la Brookings Institution.
También es autor y editor de diversas publicaciones sobre temas macroeconómicos y financieros.
En 2009, recibió honoris causa el título de Estadística en la Universidad de Padua.
En 2010, recibió honoris causa el título de Administración de Empresas en la Fundación CUOA de Vicenza.
Lista de publicaciones sobre temas macroeconómicos y financieros.
· Essay on economic theory and applications – Tesis de doctorado – MIT Dept. of Economics - 1977
· Studi di economia monetaria internazionale – Giuffrè Editore - 1978
· Produttività del lavoro, salari reali e occupazione –– Franco Angeli Editore - 1979
· Aspettative razionali e politica economica – in Banca Toscana, Studi e Informazioni n. 2/ giugno 1983
· Debito pubblico, saldo di parte corrente e tassi di interesse – en Ricerche Economiche, n. 1 – gennaio – marzo 1984
· Macroeconomic policies in an interdependent world –– comentario de la obra de F. Giavazzi «Exchange Rate Question in Europe» – 1989- publicado por el FMI.
· Economists as policymakers –en European economic review n. 36 - 1992
· The case for and against financial conglomerate groups –en Financial Regulation, Banco Mundial- 1992
· Commento su privatizzazioni e struttura del controllo societario – en Le nuove frontiere della politica economica – collana «Le tematiche economiche e finanziarie» – Sole 24 Ore libri – abril de 1995
· Il processo di riforma dell’ordinamento finanziario – en Bancaria, n.9/95 ABI, settembre 1995
· Da Sim a Eurosim: nuovi assetti per mercati e intermediari – en Quaderni IRS, n. 14 – maggio 1996
· Il riordinamento normativo dei mercati finanziari e mobiliari – in Diritto e Economia, nn. 1-2-3 1997
· La riforma dei mercati mobiliari e il TUF – en Bancaria, nn. 7-8 1997 – ABI
· Il TUF nel panorama dei sistemi di corporate governance – in ll controllo delle imprese italiane: la necessità di una riforma, S. De Angeli (a cura di), Vita e pensiero – 1998
· Indagine conoscitiva sull’evoluzione del mercato mobiliare italiano - Audizione innanzi alla Commissione Finanze della Camera – julio de 1998 – en Rivista delle Società, n.43/1998
· Corporate governance e competitività – en Economia e Management n.6/98- SDA Bocconi
· Il percorso futuro delle privatizzazioni, il ruolo del Ministero del Tesoro – en Economia e Management n. 1/99 – SDA Bocconi
· Il mercato finanziario a una svolta: linee guida dell’azione di riforma – en La riforma dei mercati mobiliari italiani, G. Morelli (a cura di), collana ABI Diritto e fisco – 1999
· Ragioni e obiettivi del Testo unico della finanza – en Il Testo Unico della Finanza, collana ABI Diritto e fisco – 1999
· Strenghtening Financial System – en «Financial Liberalisation in Asia» – D.H Brooks – M. Queisser – Banco Asiático de Desarrollo - 1999
· Privatizzazioni e governo societario – en «Interessi pubblici nella disciplina delle public companies» – Giuffrè editore - 2000
· Reform: economic policy administration – en International Journal of Public Administration – Volume 23 – nn. 2- 3 - 2000
· Investor and consumers protection in global financial services markets – en «Globalisation of Financial Markets and Financial Stability», C. Randzio-Plath - 2001
· Prefacio de «L’Euro, scenari economici e dimensione simbolica», L. Sommo e G. Campani (a cura di) – Edizioni Guerini e Associati - 2001
· Transparency and risk management – 2003
· Transparency Risk Management and International Financial Fragility – coautor (F. Giavazzi, Robert C. Merton) - Working paper 9806 – National Bureau of Economic Research - 2003
· Prefacio a «La Moneta», M. Merlino – Sperling & Kupfer 2003
· I conflitti d’interesse: un approccio internazionale – en Bancaria, n. 2/2005 – ABI 2005
· «Research of a New Bretton Woods: Riserve currencies and global imbalances» – Introductory remarks - 4th Florence Colloquium – Ass. Guido Carli e Fondazione Cesifin - 2007
· Public debt management – coautor (R. Dornbusch) - Cambridge University press - 2008.
ANEXO 2: RESPUESTAS DE MARIO DRAGHI AL CUESTIONARIO
A. Antecedentes personales y profesionales
1. Sírvase destacar los principales aspectos de su experiencia profesional en asuntos monetarios, financieros y económicos
2. Sírvase destacar los principales aspectos de su experiencia a nivel europeo e internacional.
Respuesta a las preguntas 1 y 2:
Fui nombrado Gobernador del Banco de Italia el 29 de diciembre de 2005. Al ocupar este cargo, fui también miembro del Consejo de Gobierno y del Consejo General del Banco Central Europeo, así como miembro del Consejo de Administración del Banco de Pagos Internacionales. .
También soy Gobernador, representado a Italia, en los Consejos de Gobierno del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo y del Banco Asiático de Desarrollo. Desde abril de 2006, presido el Foro de Estabilidad Financiera, que en la primavera de 2009 se convirtió en el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF). El CEF, en el que se reúnen autoridades nacionales e internacionales responsables de la estabilidad financiera, se creó para coordinar a nivel internacional el trabajo de las autoridades financieras nacionales y de los organismos internacionales de fijación de normas, así como para desarrollar y promover la aplicación de políticas eficaces en materia de regulación, supervisión y otras en el ámbito financiero.
Obtuve mi licenciatura en la Universidad La Sapienza de Roma, bajo la dirección del Profesor Federico Caffé (1970), con un trabajo sobre la integración económica y las variaciones de los tipos de cambio (
Integrazione economica e variazioni dei tassi di cambio).
Obtuve mi doctorado en economía (Essays on Economic Theory and Applications) en el Massachusetts Institute of Technology, bajo la dirección de los Profesores Franco Modigliani y Robert Solow (1976).
A partir de 1975 fui profesor de economía en las universidades de Trento, Padua, y Venecia. Entre 1981 y 1991 fui profesor de economía y política monetaria en la Universidad de Florencia.
De 1984 a 1990 fui Director Ejecutivo en el Banco Mundial.
De 1989 a 1990 formé parte del grupo de trabajo creado por el entonces Ministro de Economía, y antiguo Gobernador del Banco de Italia, Guido Carli, con el fin de elaborar una nueva ley consolidada sobre la intermediación financiera. En 1990 trabajé como asesor económico del Banco de Italia.
En 1991 fui nombrado Director General del Tesoro italiano, puesto que ostenté durante diez años bajo ocho Gobiernos distintos. En virtud de este cargo, en 1993 presidí la Comisión de Privatizaciones y posteriormente la comisión que revisó la legislación empresarial y financiera italiana, y elaboré la ley por la que se rigen los mercados financieros italianos (conocida como «Legge Draghi»).
Encabecé la delegación italiana que negoció el Tratado de Maastricht.
En 1999 fui nombrado Presidente del Grupo de Trabajo 3 de la OCDE.
En 2000 fui nombrado Presidente del Comité Económico y Financiero europeo.
También he sido miembro de los suplentes del G-7.
De 2002 a 2005 fui Vicepresidente y Director General de Goldman Sachs International.
Pertenezco a los Consejos de Administración del Princeton Institute for Advanced Study y de la Brookings Institution.
También soy autor y editor de diversas publicaciones sobre temas macroeconómicos y financieros.
En 2009, recibí honoris causa el título de Estadística en la Universidad de Padua.
En 2010, recibí honoris causa el título de Administración de Empresas en la Fundación CUOA de Vicenza.
3. ¿Cuáles han sido las decisiones más importantes en las que ha participado durante su vida profesional?
A continuación, citaré brevemente los momentos de mi vida profesional en los que he tenido un papel de dirección en la adopción de decisiones de importancia:
1991: Encabecé la delegación italiana que negoció el Tratado de Maastricht;
1992: la lira deja el MCE;
1993-2001: en mi calidad de Director General del Tesoro italiano, presidí la Comisión de Privatizaciones. Igualmente, presidí la Comisión que revisó la legislación italiana sobre gobernanza de las empresas y el funcionamiento de los mercados financieros.
2008: presentación del primer informe del Foro de Estabilidad Financiera (primer informe completo sobre las causas de la crisis financiera). Sus 77 recomendaciones fueron apoyadas por la Cumbre del G-20 de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Londres.
2007-2008: Respuesta del BCE a la crisis financiera;
4. ¿Desempeña usted una actividad económica o tiene intereses financieros u otros compromisos que pudieran entrar en conflicto con sus futuros cometidos?¿Existen circunstancias personales o de otra índole que deba tener en cuenta el Parlamento a la hora de examinar su candidatura?
No.
B. Política monetaria y económica
5. ¿Cuáles serían los principales objetivos durante su mandato de ocho años como Presidente del Banco Central Europeo?
En primer lugar, y por encima de todo, respetaré plenamente el mandato conferido por el Tratado.
Creo firmemente que tres principios siguen siendo fundamentales para orientar la acción del futuro Presidente del Banco central Europeo, teniendo en cuenta el objetivo de la estabilidad de precios consagrado en el Tratado. En primer lugar, el máximo nivel de credibilidad en la búsqueda de este objetivo de la estabilidad de precios. En segundo lugar, actuar con total independencia a favor del interés general de la zona del euro, de la UE en su conjunto y de sus ciudadanos. En tercer lugar, una orientación a medio plazo, junto con una sana dosis de pragmatismo, en la evaluación de un entorno financiero y económico en constante evolución.
Querría añadir que considero la integridad, la transparencia y la responsabilidad como valores fundamentales para el ejercicio de las importantes responsabilidades que se confían al BCE.
6. ¿Qué opina de la política monetaria aplicada por el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) en los últimos doce años? ¿Qué cambios promovería, en su caso, al ser nombrado Presidente?
De acuerdo con el mandato conferido por el Tratado, se espera que consigamos la estabilidad de precios a medio plazo en el conjunto de la zona del euro.
A este respecto, el éxito del BCE ha sido importante, al ofrecer la estabilidad de los precios a todos los ciudadanos de la zona del euro. De esto da prueba una tasa media de inflación en la zona del euro por debajo, aunque cerca del 2 %, en los últimos 12 años, de acuerdo con la definición del BCE de estabilidad de precios. Este resultado es tanto más destacable si se tienen en cuenta los numerosos contratiempos que ha debido enfrentar la zona del euro, como los importantes aumentos de los precios del petróleo, casi de forma continua, así como de otras materias primas, y la crisis financiera, por citar tan solo unos pocos.
Además, y como reflejo de la credibilidad de los resultados en materia de estabilidad de precios en los últimos 12 años, las predicciones de inflación se han mantenido firmes en un nivel coherente con nuestro objetivo de mantener las tasas de inflación en la zona del euro por debajo, pero cerca del 2 % a medio plazo. Esta consolidación es importante para la eficacia de la política monetaria, es decir, la consecución de la estabilidad de precios, también en una perspectiva de futuro. En mi opinión, esta consolidación es una señal clara de que los mercados financieros y el público en general confieren una gran credibilidad a nuestro compromiso y capacidad para realizar nuestra política monetaria única de forma que permita conseguir la estabilidad de precios.
El hecho de que las expectativas de inflación se hayan mantenido estables en general, incluso durante la crisis financiera, cuando algunos comentaristas anunciaban panoramas de deflación, y durante algunos meses la inflación fue negativa, puede considerarse un claro indicio de la credibilidad de la política monetaria del BCE. A la luz de todo ello, no veo ningún motivo para introducir cambios en la forma en que hemos llevado a cabo la política monetaria en los últimos 12 años.
7. A menudo se afirma que debido a los cambios estructurales de la economía mundial la inflación ha dejado de ser una inflación de los precios al consumo para convertirse en una inflación de los precios de los activos. ¿Qué opina de esta afirmación y cuáles son sus consecuencias para la política monetaria?
Antes de la crisis financiera, uno de los temas principales de debate de los observadores, académicos y políticos era la llamada «Gran moderación». En los 30 años anteriores, se había establecido una tendencia a la reducción de la inflación y de su volatilidad, lo que se interpretó como consecuencia de mejores políticas monetarias y presupuestarias, así como de cambios estructurales como la mundialización (o más probablemente, una combinación de ambos factores). Con la crisis financiera, la atención se ha trasladado de la economía real a los mercados financieros; se ha argumentado que los bancos centrales, aunque han tenido éxito en la lucha contra la inflación de bienes y servicios, ahora se enfrentan a un nuevo reto planteado por la inflación de los precios de los activos.
Esto no es enteramente cierto, pues mantener la estabilidad de los precios de forma duradera sigue siendo un reto. Los bancos centrales hacen bien en no dar por hecho que han ganado de forma definitiva la lucha contra la inflación de los precios de bienes y servicios. Los bancos centrales deben preservar su propia credibilidad, duramente adquirida durante los últimos 30 años, y centrarse en su objetivo de estabilizar los precios.
Al mismo tiempo, es imposible negar que es probable que el desarrollo de los mercados financieros y su integración a nivel mundial hayan dado mayor relevancia para la política monetaria a la dinámica de los precios de los activos que hace treinta años. Paradójicamente, cabría argumentar que el éxito de la política monetaria en el control de la evolución de la inflación, al reducir la prima de riesgo exigida por los mercados financieros, puede haber contribuido a fomentar un desarrollo insostenible de los precios de algunos activos. En el futuro, el reto de los bancos centrales será tener debidamente en cuenta las implicaciones de la evolución del precio de los activos en relación con los riesgos a medio y largo plazo para la estabilidad de los precios.
Sin embargo, la política monetaria no es necesariamente el instrumento más adecuado para abordar las explosiones del crédito o del precio de los activos. Puede ser más adecuado utilizar instrumentos macroprudenciales que se centren en el origen de la exuberancia financiera. No obstante, los bancos centrales deben invertir en su comprensión de la dinámica del mercado financiero y de las relaciones cambiantes entre los sectores real y financiero de la economía.
En esta perspectiva, el control de la acumulación de desequilibrios monetarios y crediticios, así como de la evolución en los precios de los activos es un elemento importante para una sólida estrategia de política monetaria; también es fundamental una orientación a medio plazo. La estrategia del BCE está concebida para incorporar debidamente en la rutina la evaluación de los riesgos para la estabilidad de los precios derivados de una dinámica insostenible monetaria, crediticia y de los precios de los activos, riesgos que podrían materializarse en un horizonte a más largo plazo, y que con frecuencia anuncian ajustes bruscos y dolorosos, incluso algún tiempo después de que las burbujas del precio de los activos se hayan iniciado y crecido.
Por tanto, el análisis monetario desempeña un papel importante para prever a medio y largo plazo la evolución de los precios; una evaluación adecuada de la evolución monetaria y crediticia permite seguir la interacción entre la formación de precios en los mercados de activos y la creación del crédito y la liquidez en el sector financiero.
Este enfoque es importante, pues contribuye a que la política monetaria adopte una actitud disuasoria con respecto a los desequilibrios incipientes en el precio de los activos, que se reflejan en la dinámica de los agregados monetarios y crediticios. Yendo a contracorriente de las dinámicas insostenibles en materia de dinero, crédito y precios de los activos, la política monetaria puede limitar mejor la formación de burbujas de precios de los activos, en vez de intervenir a posteriori, cuando la burbuja ya ha estallado y los costes en términos de inestabilidad macroeconómica pueden ser muy altos.
8. ¿Qué consecuencias cree usted que tiene el aumento de los precios del petróleo para la política monetaria? ¿Existe una contradicción en términos de política monetaria entre la lucha contra la recesión y la cautela frente a las previsiones de inflación?
Como ya he indicado, la política monetaria del BCE está concebida para mantener la estabilidad de precios a medio plazo. Por tanto, es fundamental determinar si los aumentos en el precio de las mercancías son de carácter transitorio o permanente, y si existe el riesgo de que tengan efectos derivados.
En principio, si los cambios en los precios de las mercancías son de carácter temporal, se puede identificar la inflación producida por sus efectos directos. No obstante, hay que determinar si existen riesgos derivados, con el fin de que no tengan un impacto duradero en las expectativas y la evolución de la inflación a medio plazo. En particular, es necesario que la política monetaria evite que los aumentos temporales en la inflación den lugar a la aparición de efectos derivados en el comportamiento de los salarios y la fijación de los precios, debido, por ejemplo, a la vinculación de los salarios y los precios a la inflación pasada, o, más en general, a una peores expectativas de inflación.
Además, en caso de que una tendencia persistente al alza en los precios de las materias primas afecte de forma sistemática a la inflación, es todavía más necesario actuar de forma preventiva contra el riesgo que esta desviación al alza sostenida con respecto a los objetivos de estabilidad de precios socave el firme propósito de controlar las previsiones de inflación. En estas circunstancias, sería necesario un ajuste de la política monetaria, con el fin de mantener la estabilidad de los precios y el control de las previsiones de inflación.
En la actual coyuntura, el BCE supervisa muy estrictamente la evolución de los riesgos alcistas para la estabilidad de los precios.
Por lo que se refiere a la segunda parte de la pregunta, a largo plazo no hay ninguna relación entre el crecimiento y la inflación. Al contrario, la estabilidad de precios es una condición necesaria para el crecimiento sostenible. Por tanto, comparto plenamente el punto de vista que ha orientado hasta ahora las decisiones del Consejo de Gobernadores: cumplir el mandato fundamental del BCE de garantizar la estabilidad de precios a medio plazo es la contribución más importante que puede hacer la política monetaria para fomentar un crecimiento económico sostenible y la creación de empleo en la economía de la zona del euro.
9. Sin perjuicio del objetivo de estabilidad de precios, ¿cómo debería cumplir el BCE las obligaciones secundarias que le impone el Tratado (contribuir al crecimiento económico y al pleno empleo) y qué instrumentos podría utilizar para hacerlo?
La existencia de obligaciones secundarias en virtud del artículo 127 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea no implica que exista contradicción entre el objetivo primario del BCE de mantener la estabilidad de precios y el apoyo a las políticas económicas generales de la Unión.
Existe un amplio consenso, basado tanto en la investigación académica como en la experiencia histórica, sobre el hecho de que un banco central no puede influir en el crecimiento económico de manera sostenible cambiando la oferta de dinero, pero en cambio puede contribuir al crecimiento fomentando un entorno de estabilidad. Al controlar con firmeza las previsiones de inflación, si el banco central puede conseguir de forma creíble un entorno de estabilidad de precios, fomenta también la estabilidad macroeconómica, que es lo que mejor puede aislar a la economía de choques imprevistos.
A este respecto, querría señalar que, precisamente gracias a su credibilidad y sin poner en peligro la estabilidad de precios, el BCE también ha podido ofrecer un apoyo vital a la economía en la última crisis financiera, a través de los convencionales recortes de los tipos de interés hasta niveles históricamente bajos y además medidas no convencionales con el fin de garantizar la buena transmisión de la política monetaria.
Además, como hemos visto en los últimos años, la inestabilidad financiera plantea una grave amenaza para el crecimiento y el empleo. El análisis de la evolución de los riesgos para la estabilidad financiera y la participación en la elaboración de políticas de supervisión, reguladoras y otras políticas financieras para reforzar la resistencia del sistema financiero y evitar los riesgos para la estabilidad financiera, directamente en los ámbitos en los que el BCE tiene autoridad o a través de su participación en otros organismos, son también medios para contribuir a las condiciones para un crecimiento sostenible.
10. ¿Qué piensa de la relación institucional entre el BCE, el Consejo y/o el Eurogrupo? ¿Cree usted que debería mejorarse la coordinación y la supervisión económica dentro del Eurogrupo?
El BCE participa, de forma permanente, y de acuerdo con las disposiciones relevantes del Tratado, en las reuniones del Consejo ECOFIN, del Eurogrupo y sus comités preparatorios. Además, el Presidente del BCE participa con frecuencia en las reuniones del Consejo Europeo en las que se trata de asuntos de los que se ocupa el BCE. Simétricamente, el Presidente del Consejo Ecofin, y el Comisario de Asuntos Económicos son invitados regularmente e las reuniones del Consejo de Gobernadores del BCE. Esta estrecha relación institucional permite que el BCE informe a los ministros acerca de sus decisiones de política monetaria y su evaluación de la evolución económica y financiera.
Además, el BCE examina con los Estados miembros sus políticas presupuestarias y estructurales, así como otras políticas macroeconómicas (como parte de la supervisión económica de la UE), los asuntos financieros internacionales y las políticas del sector financiero.
Por tanto, existen muchas oportunidades para que el BCE interactúe con el Consejo y el Eurogrupo, teniendo en cuenta las respectivas responsabilidades de las distintas instituciones y la independencia del BCE.
Sin perjuicio de lo anterior, es necesario que los Estados miembros sigan mejorando la coordinación políticas, así como reforzar la supervisión económica. En particular, para asegurar un fluido funcionamiento de la UEM y para cumplir con todo lo que implica pertenecer a un espacio con una moneda única, el Eurogrupo debe centrar sus debates en la consecución de posiciones presupuestarias sostenibles en la zona del euro, en mejorar su potencial de crecimiento y, en general, en evitar que se produzcan desequilibrios insostenibles. Esto también requiere una mayor presión de pares entre los Estados miembros.
11. ¿Qué piensa usted de las propuestas legislativas sobre la «reforma de la gobernanza económica» que se están examinando actualmente?
Los actuales esfuerzos para reforzar la gobernanza económica en la UE y en la zona del euro son de la máxima importancia. En particular en la zona del euro, es necesario profundizar y ampliar la supervisión, con el fin de reflejar el profundo nivel de integración económica que ya se ha conseguido, y apoyar el buen funcionamiento de la UEM.
Las normas y procedimientos existentes no han podido garantizar unas políticas presupuestarias prudentes en todos los países; muchos Estados miembros llegaron a la crisis con un déficit público elevado y márgenes de maniobra insuficientes. Además, en la concepción de la gobernanza de la UEM no se dio la importancia debida a los desequilibrios macroeconómicos: las tensiones de la deuda soberana no han afectado solo a países con problemas en sus finanzas públicas, sino también a los que presentan un elevado déficit exterior, un crecimiento desequilibrado y/o un sector privado con un gran nivel de endeudamiento. Por último, faltaba totalmente un marco adecuado para proteger la estabilidad financiera de la zona del euro en situaciones de crisis.
A este respecto, la nueva prioridad de la corrección de una elevada deuda pública y la contención del gasto público son medidas importantes para reforzar la supervisión en materia presupuestaria. Además, es necesario abordar de forma convincente en el nuevo marco el desarrollo de desequilibrios macroeconómicos duraderos en el interior de la zona del euro. Por tanto, apoyo con entusiasmo la ampliación del ámbito de la supervisión. El nuevo marco de supervisión macroeconómica, para ser eficaz, debe centrarse en los desequilibrios más perjudiciales, en particular las pérdidas de competividad persistentes, y tener en cuenta las características propias de la zona del euro.
La introducción del llamado «semestre europeo»debería asegurar que los diversos procesos de supervisión produzcan resultados coherentes, aunque se mantengan separados desde el punto de vista jurídico y procedimental.
Acojo con entusiasmo las propuestas del Parlamento Europeo de introducir un mayor automatismo en la supervisión, para corregir inmediatamente las desviaciones de una política correcta. En mi opinión, se trata de un factor clave para mejorar el cumplimiento de las recomendaciones políticas y reforzar la credibilidad del marco supervisor. Por tanto, debemos aprovechar todas las posibilidades en este campo, incluyendo un mayor uso de la votación por mayoría cualificada inversa cuando sea posible: las propuestas del Parlamento de introducir medidas políticas y de imagen para fomentar un cumplimiento temprano del marco supervisor; una aplicación más temprana y gradual de las sanciones financieras y la introducción de una nueva multa en caso de falsificación de las estadísticas, así como requisitos mínimos más estrictos que deben cumplir los marcos presupuestarios nacionales de los países de la zona del euro, y nuevas medidas en la buena dirección para que la supervisión sea más eficaz y corrija algunos de los errores del pasado.
Ahora, es de la máxima importancia que el impulso de reforma que se ha conseguido se aproveche para concluir de forma satisfactoria el diálogo tripartito dentro del plazo del 11 de junio fijado por el Consejo Europeo, para llegar a un ambicioso compromiso entre el Consejo y el Parlamento, que también implique a la Comisión, para aprovechar plenamente las posibilidades que ofrecen los Tratados.
12. ¿Qué funciones, relaciones y problemas ve usted para el BCE y el próximo Mecanismo Europeo de Estabilidad?
La ficha descriptiva del MEDE adoptada por el Consejo Europeo los días 24 y 25 de marzo de 2011 prevé la participación del BCE en partes de los procesos del MEDE.
En primer lugar, tras una petición de ayuda financiera de un Estado miembro de la zona del euro, el BCE se pondrá en contacto con la Comisión y el FMI para determinar si existe riesgo para la estabilidad financiera de la zona del euro en su conjunto que pueda justificar una activación del MEDE y, en este caso, realizar un análisis riguroso sobre la sostenibilidad de la deuda.
En segundo lugar, si sobre la base del análisis de sostenibilidad se llega a la conclusión de que existe una posibilidad realista de que un programa de ajuste macroeconómico reconduzca la deuda pública a una trayectoria sostenible, el BCE se pondrá en contacto con la Comisión y el FMI para evaluar las verdaderas necesidades financieras del Estado miembro de que se trate.
En tercer lugar, el personal del BCE continuará cuando proceda, y utilizando sus conocimiento técnicos, la negociación de un programa de ajuste macroeconómico y el posterior control de la aplicación del programa. Se mantiene así la práctica establecida con el Instrumento de Préstamo a Grecia y con la ayuda prestada en el marco del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera.
Por lo que se refiere a las operaciones de política monetaria del Eurosistema, los instrumentos de deuda emitidos por MEDE (como los bonos del MEEF) podrán utilizarse como garantía; el propio MEDE no tendrá acceso a las operaciones de política monetaria del Eurosistema.
13. ¿Qué implicaría la emisión de eurobonos para la gobernanza económica de la zona euro?
Los «Eurobonos», o bonos garantizados de forma solidaria por todos los Estados miembros de la zona del euro, se han propuesto como instrumento para aumentar el volumen y la liquidez de los mercados de deuda soberana, lo que, a su vez, reduciría los costes de los préstamos y sería un posible mecanismo para resolver las actuales crisis de la deuda soberana.
No obstante, el actual marco institucional en el que las políticas presupuestarias están descentralizadas no es compatible con el concepto de Eurobonos que se ha descrito más arriba. En primer lugar, un tipo de interés único a largo plazo para la zona del euro introduciría una subvención implícita de los Estados con unas finanzas sólidas hacia los Estados con finanzas menos sólidas. Esto podría constituir una recompensa injusta para políticas incorrectas, y reduciría la eficacia de los incentivos a la prudencia presupuestaria en el futuro. Al mismo tiempo, los Estados miembros con unas finanzas sólidas verían cómo parte de los beneficios de su prudencia se transfieren a otros Estados.
Hay otras propuestas más complejas, en las que los Eurobonos no sustituyen completamente a las emisiones nacionales, pero en esta fase, también presentan problemas técnicos y económicos.
Por todos estos motivos, la emisión de Eurobonos sólo sería apropiada en un marco institucional en el que se transfiera algún grado de competencia presupuestaria del nivel nacional al nivel de la Unión, internalizando de este modo tanto los beneficios como las responsabilidades relacionadas con la emisión de Eurobonos.
No obstante, esta vía requeriría de cambios institucionales de gran importancia, que en la actual coyuntura no es probable que obtengan un amplio apoyo.
14. En su opinión, ¿cómo debería reaccionar el BCE si se hiciera realidad un recorte en el valor nominal de las obligaciones de un Estado miembro de la zona del euro?
Un recorte en las obligaciones del Estado es consecuencia de un proceso de reestructuración de la deuda soberana. La reestructuración de la deuda es una opción cuyos costes superan a los beneficios.
Si el programa de ajuste para Grecia se aplica plenamente, la relación entre la deuda y el PIB comenzaría a reducirse de forma duradera después de 2013. Está claro que se trata de un reto de la máxima importancia; no obstante, en comparación con cualquier otra alternativa, el cumplimiento del programa económico sigue siendo, con toda probabilidad, el camino adelante menos gravoso para todas las partes implicadas.
En caso de una reestructuración, se reduciría el valor como garantías de las obligaciones del Estado de que se trate (y probablemente de todos los demás emisores del país). En el mismo sentido, es muy probable que la solidez financiera de los bancos nacionales (que, en general, tienen una importante exposición a los bonos reestructurados) también sufriera graves efectos desfavorables.
Lo que es más, una reestructuración de la deuda soberana acarrearía importantes riesgos financieros y macroeconómicos. La reestructuración en un Estado miembro de la zona del euro plantea un riesgo importante de desestabilización del sistema financiero, lo que tendría graves consecuencias para las perspectivas de crecimiento de la zona del euro.
Por último, no se pueden excluir importantes efectos indirectos en otros países de la zona del euro, con un impacto negativo en la confianza debido a las expectativas de una nueva reestructuración de la deuda en el país de que se trate o en otro. Podrían aparecer dudas sobre la sostenibilidad de la deuda y una mayor diversificación en todos los países de la zona del euro.
La vía hacia adelante para resolver cualquier crisis de la deuda soberana en la zona del euro reside en la disciplina presupuestaria y en la consolidación, cuando sea necesaria. Más en concreto, los países deben mantener unos esfuerzos ambiciosos de consolidación hasta que se corrijan los déficits excesivos, especificando claramente lo antes posible las medidas tributarias y de gasto correspondientes. Debe reforzarse la gobernanza presupuestaria, adoptando estrictas normas presupuestarias plurianuales en caso de incumplimiento, con el fin de fomentar la credibilidad del objetivo presupuestario en los años siguientes. En el caso de los países en los que se aplican programas de la UE o el FMI, se considera que el pleno cumplimiento del programa es la única forma de que el país recupere la disciplina presupuestaria y la credibilidad frente a los titulares de su deuda. También son de vital importancia las reformas económicas destinadas a estimular la competitividad y el crecimiento.
Por tanto, y si por desgracia llegara a producirse este caso, el BCE evidentemente tendría que maniobrar dentro de los márgenes establecidos en el Tratado (véase también la pregunta 16).
15. ¿Se crea un conflicto de intereses entre el mandato del BCE y el hecho de que sea titular de deuda pública de Estados miembros de la zona del euro?
Permítanme en primer lugar recordar tres características esenciales de nuestro programa para el mercado de valores (PMV): por su propia naturaleza es temporal, de importe limitado y con efectos monetarios totalmente neutrales.
La decisión de comprar obligaciones (del Estado) de países de la zona del euro se adoptó (además de otras medidas políticas temporales y no convencionales que ya se habían tomado) con el fin de apoyar la deuda y la liquidez en los segmentos públicos y privados del mercado de valores de la zona del euro que habían empezado a ser disfuncionales, con el fin de proteger el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria. El funcionamiento de este mecanismo es indispensable para la correcta aplicación de la política monetaria. A este respecto, la intervención del BCE en algunos mercados de obligaciones del Estado ha sido esencial para que BCE sigua cumpliendo lo que se espera de él, es decir, mantener la estabilidad de precios a medio plazo en la zona del euro en su conjunto.
Por ello, la actuación del BCE para continuar cumpliendo su mandato no se ve en modo alguno afectada por el hecho de ser titular de obligaciones del estado de algunos Estados miembros de la zona del euro. El BCE tiene la intención de conservar hasta su madurez las obligaciones que ha comprado. Por tanto, su balance no se ve afectado por las fluctuaciones de los precios de mercado debidas a cambios en la política monetaria. En términos más generales, las decisiones sobre las medidas habituales del BCE (los fundamentales tipos de interés) se adoptan con independencia de las medidas no convencionales. Así se garantiza que la política monetaria del BCE puede ajustarse a tiempo para contrarrestar los riesgos para la estabilidad de los precios a medio plazo, y que a la vez se responde a los fallos que persisten en el mecanismo de transmisión a través de medidas no convencionales.
Permítanme añadir que la simple posibilidad de intervención en el mercado de obligaciones ha contribuido a limitar la extensión del contagio desde los países directamente afectados por la crisis de la deuda soberana a otros países, lo que habría implicado un mayor bloqueo del sistema monetario de transmisión en la zona del euro en su conjunto, si el PMV no hubiera existido.
16. El Presidente del BCE ha amenazado con retirar liquidez al sector bancario de algún Estado miembro de la zona del euro si este Estado no reestructura su deuda pública. ¿Piensa usted utilizar sus competencias de esta forma o de forma similar?
El Eurosistema solo puede ofrecer liquidez a bancos que sean sólidos desde el punto de vista financiero, contra la prestación de garantías suficientes, de acuerdo con lo dispuesto en el TFUE y en el estatuto del SEBC. En la actualidad, el BCE acepta deuda pública griega como una garantía adecuada tras la suspensión de la aplicación del umbral mínimo de calificación crediticia como requisito para la constitución de garantía; esto se debe a que el BCE ha analizado cuidadosamente el programa de la UE y el FMI, y lo ha considerado adecuado para hacer frente a la actual crisis de la deuda soberana. Esta evaluación positiva, así como el sólido compromiso del Gobierno griego de aplicar en su totalidad el programa son, por tanto, la base de la suspensión anunciada (véase la pregunta 14).
Este programa no prevé una reestructuración de la deuda. En su lugar, asegura que Grecia pagará totalmente su deuda al vencimiento. En este sentido, el cumplimiento del programa contribuye a la credibilidad de la deuda griega como garantía elegible.
17. ¿Cuál es su valoración de las mayores deudas y créditos por cobrar del sistema Target II de los miembros del BCE?
Los débitos y créditos de Target II son el reflejo de los flujos transfronterizos entre los bancos de la zona del euro; cuando los flujos transfronterizos circulan a través del sistema de pagos Target II, el Banco Central nacional del pagador en un país dado contrae una obligación frente al Banco Central nacional del país del cobrador. Esto crea obligaciones en el interior del Eurosistema, que se agregan y deducen al final de cada día de operaciones, con lo que cada Banco Central nacional tiene un crédito o una obligación frente al BCE.
Un Banco Central nacional contrae una obligación Target II frente al BCE si facilita más fondos a sus contrapartes (es decir, a los bancos a los que facilita liquidez contra garantías) de la que sería necesaria en tiempos normales (en conjunto, las necesidades normales son la suma de las reservas que tienen los bancos en el Banco Central nacional más los «factores autónomos netos» - fundamentalmente billetes en circulación y depósitos del Estado en el Banco Central nacional menos los activos financieros netos del Banco Central nacional). En estos momentos, por ejemplo, los bancos centrales nacionales de irlanda, Grecia, Portugal y España tienen un balance negativo, es decir, una obligación frente al BCE.
En efecto, en los actuales tiempos de crisis, algunos bancos comerciales tienen dificultades para conseguir financiación en el mercado, que también es posible se vean exacerbadas por la retirada de depósitos. Con el fin de compensar los flujos transfronterizos de salida, el Banco Central nacional debe responder a las necesidades de liquidez de los bancos. En cambio, en los países en los que los bancos reciben flujos transfronterizos de entrada, los bancos necesitan menos liquidez de sus respectivos bancos centrales nacionales que en tiempos normales (y esos bancos centrales nacionales adquieren un crédito Target II frente al BCE).
Como ya he mencionado en varias ocasiones, es esencial abordar el problema de las pujas excesivas de algunos bancos en las subastas de refinanciación del Eurosistema.
No obstante, los créditos Target II en el balance de un banco central nacional no constituyen por sí mismos una exposición al riesgo financiero del banco de que se trate.
18. ¿Cómo piensa asegurar la transparencia de las compras de deuda pública del BCE en el mercado secundario y del Programa de adquisición de obligaciones garantizadas (CBPP)? ¿Revelará qué obligaciones se han comprado y a qué precio?
En primer lugar, querría recordar que el Consejo de Gobernadores es transparente sobre las cantidades totales que ha comprado en el marco de ambos programas. Como saben, el CBPP concluyó en junio de 2010, cuando alcanzó su volumen previsto de 60 000 millones de euros. Los importes pendientes se publican diariamente en la página web del BCE. Lo mismo se aplica al SMP, con una publicación semanal de las cantidades pendientes, que se incluyen en el Estado financiero semanal, así como en el anuncio de la operación semanal de absorción destinada a depurar las compras de obligaciones en el marco del PMV.
En segundo lugar, permítanme recordar el objetivo de ambos programas, que es mantener el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria en la zona del euro. A este fin, el CBPP se destinaba a apoyar a un segmento del mercado que ha sufrido durante la crisis financiera, lo que es importante para mantener el flujo de crédito en la economía. El PMV se inició con el principio de la crisis de la deuda soberana en mayo de 2010. El programa se centra en valores garantizados, como la deuda del Estado, emitidos en Estados miembros de la zona del euro, que son vitales para el proceso de transmisión de la política monetaria, pues generalmente tienen un papel crucial en los balances de los bancos.
La publicación completa de la posición de cada uno de los valores del BCE adquiridos en el marco de ambos programas habría hecho más difícil que el BCE consiguiera su objetivo. Por ejemplo, los participantes en el mercado podrían haber intentado obtener ganancias a partir del PMV estableciendo estrategias de negociación de gran frecuencia, lo que podría haber reducido en gran medida la eficacia del programa. Como consecuencia de la falta de eficacia del PMV, se obstaculizaría el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria, que es esencial para que el BCE alcance su objetivo de mantener la estabilidad de precios en la zona del euro.
En opinión del Consejo de Gobernadores, el coste de revelar información de cada una de las obligaciones adquiridas por el BCE sería muy superior al posible beneficio. Por ello, hemos decidido no revelar el desglose detallado de los activos, ni prevemos hacerlo.
19. Las burbujas en los mercados inmobiliarios han tenido un papel importante en la crisis económica. ¿Qué medidas recomienda a los responsables políticos europeos para limitar en el futuro las fluctuaciones de los precios de los activos en los mercados inmobiliarios europeos?
La crisis ha confirmado que la explosión de las burbujas de precios de los activos tiene graves impactos sobre la economía real. La experiencia reciente ha demostrado, como en casos anteriores, que las burbujas de precios de los activos y la desviación de los precios inmobiliarios de sus valores «fundamentales» se han visto acompañadas por la acumulación de desequilibrios financieros en el sector privado.
Por ello, la primera recomendación es supervisar de cerca la naturaleza de los movimientos de los precios de los activos, y crear efectos de palanca, así como invertir en instrumentos para detectar los desequilibrios y los desajustes. El examen sistemático y detallado de la evolución del dinero y del crédito, inherente a la estrategia del BCE en materia de política monetaria, puede aportar información importante sobre la interacción entre exceso de liquidez y la excesiva extensión del crédito, por una parte, y la alimentación de una evolución insostenible de los precios de los activos, por otra. Los recientes esfuerzos realizados a nivel de la UE en el contexto del refuerzo de los procedimientos de macrosupervisión, tal y como se reflejan en el mecanismo de alerta a través de un cuadro de indicadores.
La segunda recomendación es trabajar hacia un acuerdo sobre una «caja de herramientas» eficaz en materia de medidas previas para prevenir la acumulación de desequilibrios, así como una clara comprensión de las ventajas comparativas de los distintos ámbitos políticos en este proceso de prevención. La política monetaria no tiene ningún papel para influir en los precios de los activos, aunque puede establecer con eficacia una influencia contraria al considerar las consecuencias de la acumulación de desequilibrios monetarios y crediticios, así como sus consecuencias en las perspectivas a medio plazo en materia de estabilidad de precios (véase la pregunta 7). Pero contrarrestar la aparición de burbujas de precios de los activos completamente formadas únicamente a través de los tipos de interés del banco central no es la mejor solución. Es estas circunstancias existen instrumentos más eficaces en otros ámbitos políticos, como las políticas presupuestarias y reguladoras.
En general, la autoridades deberían examinar la posibilidad de aplicar una serie de medidas políticas, teniendo en cuenta las características propias de los mercados inmobiliarios en sus respetivas jurisdicciones. En este contexto, una definición adecuada y la aplicación eficaz y coherente de medidas macroprudenciales a través de las jurisdicciones son de fundamental importancia.
El primer instrumento realmente macroprudencial son las reservas de capital anticíclicas (CCB), que se aplicarán gradualmente a partir de 2016 y se activarán en periodos de excesivo crecimiento del crédito, que va acompañado de la acumulación de riesgos sistémicos. Como el crecimiento explosivo del crédito se origina en las burbujas del precio de los activos, y contribuye a alimentarlas, el CCB puede contribuir a desactivar las burbujas de activos, al exigir a todos los bancos que retengan capital adicional para los préstamos en esos periodos.
Otros instrumentos macroprudenciales pueden ser más adecuados para contrarrestar el riesgo de recalentamiento del mercado inmobiliario. Entre ellos están la aplicación de porcentajes máximos del préstamo en relación con el valor para los préstamos hipotecarios, así como el establecimiento de porcentajes máximos del préstamo en relación con la renta, o del servicio de la hipoteca en relación con la renta. Estos instrumentos se comprenden relativamente bien y ya se han utilizado en algunos países. En principio, no obstante, hay una gran variedad de instrumentos (microprudenciales o fiscales) que se pueden utilizar a efectos macroprudenciales con el fin de contrarrestar la aparición de burbujas de activos, con el consiguiente riesgo sistémico.
Entre otras medidas puede encontrarse la exigencia de requisitos adicionales de capital por parte de los supervisores en virtud del segundo pilar del marco Basilea II para los bancos que las autoridades consideren particularmente expuestos a determinado tipo de riesgos (por ejemplo, concentración del riesgo en los mercados inmobiliarios). Además, una supervisión más intensa, acompañada de pruebas de resistencia especificas, también puede contribuir a una política de préstamos más cauta por parte de los bancos. La eliminación de incentivos fiscales injustificados para los préstamos hipotecarios también puede considerarse como un posible instrumento de la política macroprudencial para mitigar el excesivo crecimiento del crédito en este segmento del mercado.
Nuestra comprensión del funcionamiento de estos instrumentos desde un punto de vista macroprudencial aún está en sus inicios, tanto desde el punto de vista teórico como empírico. La JERS y otras autoridades macroprudenciales en todo el mundo están examinando estas cuestiones.
Por último, permítanme mencionar que una mayor transparencia y una comunicación más eficaz de los riesgos a los consumidores (incluyendo una mayor cultura financiera) también pueden fundamentar una decisión mejor informada sobre la financiación de la vivienda y comportamiento más cauto por parte de los clientes en este ámbito.
20. ¿Cuáles son, en su opinión, los objetivos más importantes de la próxima Estrategia para el empleo y el crecimiento hasta 2020? ¿Cómo podrían el BCE y los instrumentos de coordinación de las políticas económicas contribuir al éxito de esta estrategia? Sírvase enumerar, por su orden de importancia, las reformas estructurales que usted considera prioritarias para la UE y justificar sus opciones.
Europa necesita reforzar las condiciones clave para conseguir y mantener un elevado nivel de crecimiento económico a largo plazo. Para ello se requieren condiciones adecuadas para la innovación y la creación de capital humano. Es necesaria una mayor productividad para aumentar nuestro nivel de vida y contribuir a que las finanzas públicas se mantengan en una situación sostenible, teniendo también en cuenta el envejecimiento de la población, y para utilizar de forma más eficaz los recursos naturales y la energía, protegiendo a la vez el medio ambiente.
Para conseguir estos objetivos, Europa necesita facilitar los avances en el aumento de la productividad y acelerar la reestructuración económica y la inversión. Por tanto, el objetivo de las importantes reformas estructurales debe ser restablecer la competitividad, mejorar la educación, la formación profesional y la investigación, aumentar los incentivos para el trabajo y el empleo. Son reformas que se deben aplicar con urgencia.
La eliminación de las rigideces nominales y reales en el mercado de trabajo y las políticas de moderación salarial contribuirán significativamente a reducir el desempleo estructural en los próximos años. Estas medidas deben de ir acompañadas de políticas de refuerzo de la competencia nacional y transfronteriza en los mercados de productos. A este respecto, debe aplicarse plenamente la directiva sobre los servicios, con el fin de mejorar la competencia transfronteriza en los servicios y seguir avanzando en el cumplimiento del objetivo de un mercado único.
Las reformas estructurales también deben apoyarse en una consolidación del sector financiero. Además, unos balances saneados, una gestión eficaz del riesgo y unos modelos empresariales transparentes y sólidos son fundamentales para consolidar la resistencia de los bancos ante las crisis y garantizar un acceso adecuado al crédito, sentando así las bases para un crecimiento sostenible y para la estabilidad financiera
Para que la Estrategia UE 2020 tenga éxito, es necesario mejorar y fortalecer la supervisión de las políticas de los Estados miembros, incluido el nuevo mecanismo de supervisión macroeconómica que se ha propuesto. Creo que la mejor contribución del BCE a la creación de un entorno que favorezca el crecimiento es garantizar la estabilidad de los precios y contribuir a reforzar el marco para la estabilidad financiera en Europa.
21. ¿A qué ritmo deben adherirse, en su opinión, los nuevos Estados miembros a la unión monetaria y adoptar el euro, considerando todos los criterios de convergencia y la participación en el mecanismo de tipos de cambio (MTC II)? ¿Qué piensa acerca del futuro de la Unión Monetaria europea a largo plazo y cuáles serán los principales desafíos a los que se enfrentará, en particular a la vista de las actuales dificultades?
Con la firma del Tratado, los Estados miembros que se han adherido a la UE desde 2004 se han comprometido a adoptar el euro. El marco de convergencia, consagrado en el Tratado y en el Protocolo, establece que los Estados miembros podrán adoptar el euro una vez hayan alcanzado un alto grado de convergencia sostenible. Los criterios de convergencia son los parámetros de evaluación de este aspecto para el BCE y la Comisión. El calendario de la adopción del euro dependerá de la rapidez con que los Estados miembros alcancen un alto grado de convergencia sostenible, y este factor difiere de un país a otro. Durante su participación en el MTC II, que precede a la adopción del euro, los Estados miembros deben demostrar que pueden mantener la estabilidad de precios, la disciplina presupuestaria y la competitividad sin grandes cambios en el tipo de cambio.
Una de las lecciones de la crisis es que el marco de gobernanza económica de la UEM debe reforzarse de forma importante. Los responsables políticos de los países de la zona del euro deben ser conscientes de que la participación en la zona del euro tiene repercusiones en las políticas económicas que se aplican a nivel nacional. Una prioridad fundamental es un marco de gobernanza económica que contribuya a garantizar la prevención y la corrección de los desequilibrios presupuestarios y macroeconómicos. Este marco establecería las condiciones previas para el crecimiento sostenible y la estabilidad financiera en la zona del euro en su conjunto.
Por tanto, comparto la opinión de que hasta ahora, las propuestas de un marco de gobernanza económica más fuerte no van lo bastante lejos Necesitamos más procedimientos automáticos de supervisión, incluido el nuevo marco de supervisión macroeconómica que se está examinando. Me satisface que también el Parlamento Europeo haya dado pruebas de mayor ambición en ese enfoque, en particular en lo que se refiere a un mayor automatismo y a un uso más amplio y temprano de las sanciones. En mi opinión, también contribuiría a la supervisión macroeconómica centrarse claramente en los países de la zona del euro con grandes déficits por cuenta corriente, pérdidas importantes de competitividad y elevados niveles de deuda pública y privada.
22. ¿Cuál es su opinión sobre la fiscalidad de las transacciones financieras a corto plazo? ¿Cree usted que un impuesto sobre las transacciones monetarias es compatible con los Tratados de la UE, que garantizan la libre circulación de capitales? ¿Cree usted que un impuesto sobre las transacciones de divisas que impliquen al euro podría tener efectos beneficiosos - por ejemplo, estabilizando los tipos de cambio de los países que desean adherirse a la zona euro en el futuro?
Soy escéptico sobre la fiscalidad de las transacciones financieras.
En primer lugar, dudo de sus efectos positivos. Al aumentar el coste de las transacciones, este impuesto reduciría la liquidez en los mercados. Al contrario de lo que esperan algunos de quienes lo proponen, un impuesto sobre las transacciones podría aumentar y no reducir la volatilidad. Además, este impuesto también afectaría a las transacciones de las empresas no especulativas, en gran número de proveedores y subcontratistas internacionales. Una sola transacción relacionada con el comercio en los mercados cambiarios internacionales suele desencadenar una serie de transacciones relacionadas, pues los agentes redistribuyen entre ellos los balances de órdenes. Si se establece un impuesto sobre cada una de las transacciones, el coste de la actividad empresarial aumentaría de forma significativa tanto para los importadores como para los exportadores.
En segundo lugar, la aplicación de un impuesto de este tipo implicaría enormes dificultades prácticas. A no ser que se adoptase a nivel mundial, un impuesto sobre las transacciones financieras a corto plazo haría casi con toda seguridad que los mercados de cambio extranjeros se trasladasen fuera de la UE. Si, por ejemplo, se intentase eximir del impuesto a los flujos no especulativos, también se producirían innumerables complicaciones para poder distinguir entre las transacciones. En general, podría conducir a una actividad estructuradora de los impuestos con el fin de reducir la responsabilidad tributaria de los participantes en el mercado, lo que tendería a reducir la transparencia. También me preocupa la compatibilidad con los Tratados de la UE, y querría señalar que el BCE ha planteado cuestiones jurídicas al respecto en un dictamen oficial.
Por todas estas razones, tampoco creo que un impuesto de este tipo beneficiaría a los países candidatos a la adopción del euro. La estabilidad de los tipos de cambio debe conseguirse a través de una sólida política macroeconómica y a través de los mecanismos europeos de tipo de cambio existentes.
23. ¿Cuál es su opinión sobre las funciones respectivas del Consejo y del BCE en materia de representación exterior de la zona euro?
En la zona del euro, la política monetaria es una competencia e la Unión. Por tanto, asegura su representación exterior una institución de la Unión, el BCE. El BCE también representa las demás funciones del Eurosistema en las instituciones y foros internacionales. Un razonamiento similar se aplica a la política de tipos de cambio del euro, en la que tienen responsabilidades tanto el BCE como el Consejo, que ostentan conjuntamente la representación a nivel internacional.
Las políticas económicas son en gran media una responsabilidad nacional, que se realiza en un marco europeo. Por tanto, la representación exterior de las políticas económicas corresponde en primer lugar a los Estados miembros, que también tienen la responsabilidad financiera asociada a su pertenencia alas instituciones y foros internacionales. Una vez dicho esto, es necesario que los Estados miembros se coordinen estrechamente con las instituciones competentes de la Unión siempre que un asunto incida en parte o totalmente en las competencias de la Unión.
No obstante, conforme los Estados miembros refuercen en el futuro el «capítulo económico» de la UEM, podrán conseguir una representación más coordinada de sus políticas a nivel internacional, en particular en lo que se refiere a la zona del euro, ya que el marco de coordinación reforzada de las políticas económicas será más exigente para los países que comparten la moneda única.
Un vía hacia adelante para la zona del euro es la aplicación del artículo 138 del TFUE, que permite que los países de la zona del euro adoptar «posiciones comunes sobre las
cuestiones que revistan especial interés para la unión económica y monetaria» y para «contar con una representación única en las instituciones y conferencias financieras internacionales». Por las razones que he indicado anteriormente, a nivel personal consideraría de utilidad profundizar el examen de esta opción, que, evidentemente, es, en último término una cuestión de política de los Estados miembros.
24. ¿Cuál es su opinión acerca de la reciente evolución del tipo de cambio entre el dólar estadounidense y el euro?
¿Cuál es su opinión acerca de la reciente evolución del tipo de cambio entre el renminbi chino y el euro? ¿Cree usted que los bancos centrales pueden luchar de forma eficiente contra una volatilidad excesiva? ¿Piensa que debe fomentarse el papel internacional que pueda desempeñar el euro?
Siguiendo el ejemplo del Presidente del BCE, preferiría no realizar comentarios sobre los tipos de cambio. Dicho esto, comparto plenamente la valoración del Presidente Trichet, del Secretario del Tesoro de los Estados Unidos Geithner y del Presidente de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal Bernanke en el sentido de que un dólar sólido y estable frente a las principales monedas redunda en interés de los Estados Unidos y de la economía mundial.
Tras abandonar su vinculación de facto con el dólar en junio de 2010, el renminbi se ha apreciado alrededor de un 4 % frente al dólar, pero se ha depreciado más de un 8 % frente al euro y casi un 4 % en términos nominales efectivos (a 24 de mayo de 2011). Creo que las autoridades chinas deberían aprovechar la flexibilidad que ofrece el nuevo marco político para permitir una apreciación gradual del renminbi en términos reales. La comunidad internacional está de acuerdo —y los líderes del G-20 en su cumbre en Seúl el año pasado así lo corroboraron— en que el progreso hacia sistemas de tipos de cambio determinados por el mercado, la mejora de la estabilidad de los tipos de cambio, de manera que sean un reflejo de los fundamentos económicos subyacentes, y la abstención de toda devaluación competitiva de las divisas, favorecen a las economías emergentes interesadas, incluida China, y a la comunidad internacional.
Compartimos con las autoridades de las demás monedas flotantes principales el interés en un sistema financiero internacional sólido y estable. Los tipos de cambios deben reflejar los fundamentos económicos. La volatilidad excesiva y los movimientos desordenados en los tipos de cambio tienen consecuencias adversas para la estabilidad económica y financiera. Por ello, hay que mantener un estrecho seguimiento de los mercados de divisas y cooperar adecuadamente.
Los estudios académicos sugieren que, en circunstancias excepcionales, la cooperación mediante, por ejemplo, intervenciones en los mercados de divisas pueden ser eficaces si estas intervenciones son concertadas y coherentes con los fundamentos económicos y lo que se ha comunicado oficialmente y se emprenden cuando la magnitud del desfase del tipo de cambio es relativamente elevada. A este respecto, se considera mayoritariamente que las intervenciones concertadas del G-7 (por ejemplo, en 2000 sobre el euro; o en 2011 sobre el yen) han sido un éxito.
Por lo que respecta al papel internacional del euro, comparto la neutralidad adoptada por el BCE en 1999, que no trata de impedir ni de fomentar su uso internacional. Esta política sigue siendo plenamente válida, ya que el uso internacional de las monedas debe ser el resultado de un proceso del mercado en el que los agentes económicos extranjeros deciden si una moneda resulta atractiva como reserva de valor. Al perseguir una política monetaria orientada a la estabilidad y fomentar la integración financiera de Europa, el BCE y el Eurosistema pueden contribuir indirectamente al uso internacional del euro, que se ha convertido en la segunda moneda de reserva más importante del mundo.
25. ¿Cómo evalúa los logros alcanzados por el G-20? ¿Cuál es su punto de vista sobre el actual nivel de coordinación?
El G-20 ha servido para dar un impulso político de alto nivel a la contención de la crisis, la gestión de la crisis y la prevención de futuras crisis. Debe seguir velándose por la cohesión dentro del G-20 durante la salida de la crisis, entre otras razones, para garantizar que las políticas acordadas hasta la fecha se apliquen de forma íntegra y coherente. Es, por tanto, muy positivo que los líderes del G-20 hayan subrayado la importancia de que continúe la cooperación política internacional para abordar las causas profundas de la crisis financiera y sentar las bases para un sólido crecimiento económico mundial. Yo, que he asistido personalmente a muchas reuniones de los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G-20, debo decir que me siento animado por el alto nivel de responsabilidad colectiva mostrado por los miembros del G-20.
Entre los diversos temas de la agenda del G-20, me gustaría destacar los siguientes:
En primer lugar, el marco del G-20 para un Crecimiento Sostenible, Fuerte y Equilibrado es un mecanismo fundamental para la cooperación multilateral. El objetivo de este marco es ayudar a gestionar la transición de la respuesta a la crisis a un crecimiento mundial fuerte, sostenible y equilibrado, así como dar respuesta a los desequilibrios mundiales que han contribuido a la crisis financiera. En estos momentos es importante que todos los miembros del G-20 cumplan plenamente los compromisos que adquirieron en este marco. En este sentido, son esenciales medidas enérgicas para salvaguardar la sostenibilidad fiscal y unas reformas estructurales ambiciosas.
En segundo lugar, los líderes del G-20 han aprobado los cimientos para la transformación del sistema financiero, incluida la labor realizada por el Comité de Basilea y el Consejo de Estabilidad Financiera. Resulta esencial que los G-20 apliquen íntegra y coherentemente los acuerdos alcanzados y que sean ejemplares en el cumplimiento de sus compromisos. Se está trabajando a escala nacional y regional para aplicar los objetivos del G-20 y las recomendaciones concretas, detalladas y ambiciosas del Consejo de Estabilidad Financiera para reforzar la estabilidad financiera, y ya se están viendo resultados. Pero quedan por llevar a la práctica tareas importantes, como la plena aplicación de las nuevas normas Basilea III sobre capital y liquidez de los bancos, el tratamiento de las entidades financieras con importancia sistémica, así como el reforzamiento de la supervisión y la regulación de la actividad bancaria «sumergida». También son importantes la robustez y la transparencia de los mercados OTC y de instrumentos derivados sobre materias primas, el desarrollo de marcos y herramientas macroprudenciales y la convergencia sobre normas de contabilidad más estrictas.
En tercer lugar, se están realizando importantes esfuerzos para reforzar el funcionamiento del Sistema Monetario Internacional. Se ha empezado a trabajar, entre otros aspectos, en la configuración de enfoques y medidas coherentes para dar respuesta a flujos de capital potencialmente desestabilizadores, así como en la gestión de la liquidez mundial. Por lo que se refiere a los flujos de capital, me gustaría destacar que, por regla general, los controles temporales a la entrada de capitales deben considerarse un instrumento de última instancia y no un sustituto de una sólida actuación en los ámbitos macroeconómico, macroprudencial y estructural. Para limitar las distorsiones y las externalidades negativas de los controles de capital, es importante reforzar la cooperación internacional, por ejemplo, llegando a acuerdos sobre principios y buenas prácticas. Por lo que respecta a la gestión de la liquidez mundial, destacaría que son de agradecer todos los esfuerzos para comprender mejor las interconexiones financieras. Dicho esto, cualquier mecanismo que canalice la liquidez transfronteriza a escala mundial no puede funcionar sin la cooperación directa o indirecta de los bancos centrales, ya que son estos los que están en condiciones de ofrecer los niveles de liquidez deseados. En ese contexto, los bancos centrales no pueden, y no deben, comprometerse por anticipado a la generación de liquidez internacional durante una crisis.
C. Estabilidad y supervisión financieras
26. ¿Qué recomendaría para reforzar los vínculos entre la supervisión macroprudencial y la microprudencial? ¿Piensa que la JERS y las AES dispondrán de competencias efectivas?
La interacción y la coordinación entre las supervisiones macroprudencial y microprudencial están garantizadas por la estructura interinstitucional de la JERS, ya que las AES están representadas en la JERS a través de sus presidentes, que son miembros con derecho a voto. Además, la cooperación entre la JERS y las AES (y, más en general, con los supervisores nacionales) está garantizada porque la legislación establece un amplio deber de cooperación e intercambio de información entre los componentes del Sistema Europeo de Supervisión Financiera (SESF)[1].
La cooperación entre los supervisores macroprudenciales y microprudenciales será esencial, en particular, porque se espera que la supervisión macroprudencial se desarrolle fundamentalmente con herramientas de regulación y de supervisión prudencial. Por consiguiente, el ejercicio del mandato macroprudencial encomendado a la JERS exigirá una buena coordinación con las autoridades de supervisión nacionales, que serán las destinatarias de las recomendaciones de la JERS. En este contexto serán de especial importancia la AES, a las que el marco legislativo ha encomendado garantizar un seguimiento adecuado de los avisos y recomendaciones de la JERS.
Por lo que se refiere a la JERS, el marco jurídico le atribuye competencias para emitir avisos de riesgo y recomendaciones, reflejando en gran medida las recomendaciones del Grupo De Larosière de crear un órgano competente para la supervisión macroprudencial sobre la base de la competencia y la experiencia del BCE, los bancos centrales nacionales y los supervisores nacionales.
Creada formalmente el 16 de diciembre de 2010, la JERS ya ha celebrado dos reuniones de su Junta General, ha creado sus comités consultivos y en estos momentos funciona a pleno rendimiento. El marco legislativo encomienda al BCE prestar asistencia analítica, estadística, logística y administrativa a la JERS. En este contexto, el BCE está haciendo todo lo posible para reforzar sus capacidades y sus herramientas de análisis para analizar el riesgo sistémico. En concreto, la asistencia del BCE a la JERS (además de proporcionar la Secretaría) consiste en lo siguiente:
· El BCE proporcionará a la JERS productos periódicos para identificar y evaluar el riesgo sistémico en la UE recurriendo a la organización establecida para llevar a cabo las tareas de estabilidad financiera del BCE;
· La contribución periódica del BCE irá acompañada de: i) infraestructura de análisis que desarrollará y mantendrá las herramientas de análisis y las metodologías para el análisis del riesgo sistémico; ii) infraestructura para datos macroprudenciales, aprovechando la función estadística del BCE; y iii) redes de información de mercados que habrán de desarrollarse.
El éxito de la JERS dependerá, de modo crucial, de la disponibilidad de información rápida y de alta calidad que permita la supervisión macroprudencial, lo que requerirá una estrecha colaboración entre la JERS, las tres AES, el BCE y las autoridades (de supervisión) y bancos centrales nacionales. El intercambio de información será necesario principalmente a escala agregada (con medidas de dispersión, siempre que sea posible) de forma periódica (normalmente trimestral) o a escala de una única entidad y, con arreglo al Reglamento de la JERS (artículo 15), solo puede tener lugar con carácter ad hoc. La cooperación y la puesta en común de información con otros países y organismos similares del resto del mundo también será importante.
Por lo que se refiere al pilar macroprudencial del marco institucional de la UE, se ha atribuido a las AES un conjunto considerable de competencias, relativas al establecimiento de normas, al cumplimiento de estas y a la coordinación de la supervisión, además de herramientas eficaces para ejercer estas competencias. En primer lugar, por lo que se refiere al establecimiento de normas, las AES pueden emitir normas técnicas para la regulación y la supervisión financieras, que pueden ser jurídicamente vinculantes mediante su adopción por la Comisión o tener carácter de Derecho indicativo (soft law). Se espera que con estas herramientas las AES establezcan un sistema de normas para la UE que dé respuesta a las principales lagunas del marco actual que se han mencionado anteriormente, es decir, las divergencias existentes entre los países por lo que se refiere a elementos de regulación fundamentales.
En segundo lugar, las AES deben garantizar que las normas de supervisión se apliquen de forma coherente. Con este fin, se ha conferido a las AES una facultad muy eficaz: la posibilidad de adoptar decisiones jurídicamente vinculantes dirigidas a los supervisores nacionales o, en caso de incumplimiento, también a entidades financieras concretas en determinados supuestos, si está justificado por consideraciones de estabilidad financiera. Estas importantes facultades, sujetas un procedimiento específico, pueden ejercerse, en particular, i) cuando los supervisores infrinjan el Derecho de la UE; ii) cuando en situaciones transfronterizas exista un desacuerdo entre las autoridades de supervisión nacionales; y iii) cuando el Consejo declare un situación de emergencia. En los dos últimos casos, las facultades de las AES están sujetas a la importante «cláusula presupuestaria» establecida en el artículo 38 del Reglamento AES, según la cual las AES no pueden vulnerar en modo alguno las competencias presupuestarias de los Estados miembros. Por último, quisiera señalar que no se ha puesto a disposición de las AES herramientas específicas para la gestión y resolución de crisis.
Desde el punto de vista del BCE, es muy importante destacar los siguientes desafíos principales a los que se enfrentan a corto plazo las AES:
1) la definición del marco operativo relativo a la cooperación y el intercambio de información de las AES con la JERS, junto con esta y el BCE;
2) la finalización de un régimen creíble de pruebas de resistencia.
A medio plazo, como ha señalado el Presidente de la ABE y el Vicepresidente de la JERS en sus audiencias ante el Parlamento Europeo, un reto fundamental podría ser la renuencia del propio sector financiero a un aumento de la regulación y, por consiguiente, a medidas reguladoras que dimanan de las facultades de las AES o a recomendaciones de intervenciones de regulación formuladas por la JERS.
27. Por lo que respecta a la JERS ¿considera que puede haber un conflicto de intereses con el mandato del BCE relativo a la política monetaria?
Las responsabilidades del BCE y de la JERS son claramente distintas. Como ya saben, el objetivo principal del BCE es mantener la estabilidad de precios en la zona euro. Además, debe contribuir a la «buena gestión de las políticas que lleven a cabo las autoridades competentes con respecto a la ... estabilidad del sistema financiero» y promover el buen funcionamiento de las infraestructuras de mercado. En cambio, hay que destacar que la JERS, de reciente creación, es responsable de la supervisión macroprudencial del sistema financiero de la UE, detectando los riesgos para la estabilidad financiera y, en su caso, emitiendo avisos de riesgo y recomendaciones de intervención para hacer frente a tales riesgos.
A pesar de ello resulta evidente que la estabilidad de precios y la estabilidad financiera no pueden analizarse por separado. A largo plazo, la estabilidad de precios contribuye a la estabilidad financiera, mientras que la estabilidad financiera es un requisito previo para la capacidad del banco central de mantener la estabilidad de precios. Así, los objetivos del BCE y de la JERS se refuerzan mutuamente. Sin dejar de respetar la función de la JERS como organismo responsable de la política macroprudencial de la UE, será importante que ambos organismos entablen un diálogo sobre cuestiones que puedan afectar al riesgo sistémico.
Tengo plena confianza en que la independencia institucional del BCE y de la JERS son una garantía de que los instrumentos de sus políticas se orientarán a los objetivos para los que se han concebido.
28. ¿Qué papel cree usted que debe desempeñar en el futuro el BCE en la supervisión bancaria?
El papel del BCE en la supervisión financiera está definido con claridad en el Tratado y consiste en contribuir a la aplicación de las políticas establecidas por las autoridades nacionales competentes en el ámbito de la supervisión bancaria y la estabilidad financiera. Además, el Tratado permite a los Estados miembros encomendar al BCE tareas específicas relativas a las políticas de supervisión prudencial de las entidades financieras y de crédito. Esta posibilidad se ha aprovechado, por ejemplo, al asignar al BCE la responsabilidad de prestar asistencia analítica, estadística, logística y administrativa a la JERS.
Respaldo el nuevo marco institucional de la UE centrado en la JERS y las AES y confío en que la fluida interacción y el eficaz funcionamiento de sus dos pilares —las supervisiones macroprudencial y microprudencial— supondrán un marco eficaz para potenciar la estabilidad financiera en la UE.
29. ¿Qué cuestiones considera más urgentes en la legislación relativa a los servicios financieros?
Bajo los auspicios del G-20, el Consejo de Estabilidad Financiera, que tengo el honor de presidir, ha realizado un destacado trabajo. Sin embargo, tanto a nivel internacional como europeo, queda mucho por hacer. Permítanme mencionar cuatro cuestiones en que son necesarios avances rápidos:
En primer lugar, por lo que se refiere a Basilea III, el objetivo principal es la rápida, plena y coherente aplicación del nuevo marco, así como una evaluación más completa y posibles ajustes a algunas de las nuevas medidas, como los coeficientes de apalancamiento y las normas sobre liquidez, durante el período de observación. Los ajustes a esas medidas se basarán en la información recabada durante el período de observación y darán respuesta a las consecuencias no deseadas para bancos concretos, el sector bancario, el mercado financiero y la economía en su conjunto. Además, para garantizar la igualdad de condiciones y evitar el «arbitraje normativo», a nivel mundial y de la UE, es importante que Basilea III se transponga de forma completa y coherente, tanto en su espíritu como en su letra, a la legislación y la normativa nacional (en Europa mediante la DRC IV). Quiero señalar, en relación con los recientes debates sobre el proyecto de DRC IV, que Basilea III establece normas mínimas y que los países tienen libertad para ser más estrictos.
En tercer lugar, por lo que se refiere las entidades financieras con importancia sistémica, el Consejo de Estabilidad Financiera y el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea se han comprometido a presentar a la aprobación de la cumbre de noviembre del G-20 recomendaciones para determinar cuáles son las entidades financieras con importancia sistémica a escala mundial, así como el nivel adecuado de absorción de pérdidas y medidas para mejorar las herramientas y regímenes de solución de crisis. Resulta esencial que estas propuestas se apliquen coherentemente a nivel internacional, y el Consejo de Estabilidad Financiera establecerá un consejo de revisión interpares para llevar a cabo el correspondiente seguimiento.
En tercer lugar, si queremos abordar eficazmente futuras crisis es vital establecer una gestión y resolución coherentes de las crisis que puedan dar una respuesta creíble en el caso de entidades transfronterizas. En este contexto será un hito la propuesta legislativa de la Comisión Europea sobre un marco de gestión de la crisis que se espera para otoño. Por lo que se refiere al desarrollo del marco de solución de las crisis, es vital que se acuerde una caja de herramientas constituida por potestades y disposiciones financieras creíbles que eviten el recurso a los presupuestos estatales. Aun cuando hay un amplio acuerdo a nivel internacional sobre las herramientas de solución de crisis más eficaces en el contexto nacional, el Consejo de Estabilidad Financiera sigue trabajando en recomendaciones relativas a las cuestiones transfronterizas y en el análisis del potencial de la imposición de pérdidas a los acreedores en el punto de no viabilidad pero antes de la insolvencia (bail-inable debt) con diferentes perspectivas (por ejemplo, la recapitalización o la absorción de pérdidas por titulares de deuda subordinada o privilegiada).
Por último, resulta crucial avanzar en el fortalecimiento de la supervisión del llamado sistema bancario «sumergido» («shadow banking»). Conviene mejorar la comprensión de la compleja cadena de actividades y entidades que participan en la intermediación crediticia al margen del sector bancario regulado y, de este modo, evaluar la idoneidad del vigente marco regulador y determinar los ámbitos relativos al riesgo sistémico que se encuentran fuera del perímetro de las actividades bancarias reguladas.
En todas estas cuestiones no estaremos a la altura de nuestro compromiso y de nuestra responsabilidad colectiva por la robustez del sistema financiero si las reformas acordadas no se aplican de modo coherente en los países más importantes. Los EE.UU. y la UE tienen una responsabilidad especial a este respecto. Permitir que los intereses nacionales enerven la aplicación de las reformas necesarias a escala mundial para evitar crisis futuras constituiría un grave error de apreciación.
D. El funcionamiento del BCE, la rendición de cuentas democrática y la transparencia
30. ¿No deberían modificarse las competencias de los miembros del Comité de acuerdo con los cambios que se detecten en las tareas y prioridades del BCE?
Las responsabilidades del Comité Ejecutivo del BCE se establecen en el artículo 12 de los Estatutos del SEBC y del BCE (en lo sucesivo, el «Estatuto»), que le asigna las competencias de poner en práctica la política monetaria de conformidad con las decisiones adoptadas por el Consejo de Gobierno y de preparar las reuniones del Consejo de Gobierno. Por otra parte, el artículo 11 del Estatuto dispone que el Comité Ejecutivo es responsable de la gestión ordinaria del BCE.
Ambos artículos se refieren al Comité Ejecutivo en su conjunto, de acuerdo con su carácter de organismo que adopta sus decisiones de forma colegiada. El Comité Ejecutivo adopta todas sus decisiones conjuntamente, sin que se pueda atribuir la responsabilidad a alguno de sus miembros. Por consiguiente, todos los miembros del Comité Ejecutivo participan, por definición, en todos los ámbitos de competencia de este organismo: política monetaria, sistemas de pago, billetes de banco, etc. El carácter colegiado del Comité Ejecutivo también se refleja en la representación que se suele hacer de la estructura organizativa del BCE en sus publicaciones.
Sin embargo, dada la multitud de cuestiones de las que se ha de ocupar el Comité Ejecutivo, es perfectamente lógico que, por motivos administrativos, sus miembros se pongan de acuerdo sobre los ámbitos de actividad del BCE de los que se ocupará en mayor medida cada uno de estos miembros, pero sin desvirtuar la responsabilidad colectiva del Comité Ejecutivo en su conjunto.
Como resulta evidente, soy consciente de que el Reglamento Interno atribuye una responsabilidad principal al Presidente por lo que se refiere al «reparto de carteras», que permite tener en cuenta las competencias especiales de cada miembro del Comité Ejecutivo y aprovecharlas al máximo en beneficio del Banco. Como la designación de miembros del Comité Ejecutivo tiene lugar de forma escalonada, existe la posibilidad de revisar cada cierto tiempo la asignación de jerarquías. El hecho de revisar cada cierto tiempo el reparto de responsabilidades entre los miembros del Comité Ejecutivo también refuerza la colegialidad del proceso de adopción de decisiones.
31. ¿Cuál es en su opinión el sistema adecuado para garantizar una rotación equitativa de los miembros del Comité Ejecutivo del BCE, también en términos de nacionalidades y de género?
El Tratado —y creo que con razón— se ocupa principalmente del criterio de experiencia y competencia profesionales, al disponer que los miembros de BCE sean «nombrados... entre personas de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios». Estos artículos restringen la consideración de la nacionalidad al disponer que solo puedan ser miembros del Comité Ejecutivo los nacionales de Estados miembros de la zona euro. De este modo, los instrumentos jurídicos se abstienen de modo consciente de establecer prerrequisitos por razón de nacionalidad (salvo la limitación evidente a los nacionales de la zona euro) o género.
Me gustaría añadir que el carácter supranacional del BCE implica que las decisiones de sus órganos de toma de decisiones se tomen exclusivamente con una perspectiva de la zona euro y no con miras a intereses nacionales particulares. Los miembros de los órganos de toma de decisiones del BCE no representan a sus Estados miembros, sino que participan en la toma de decisiones a título personal.
Añadir otras consideraciones al proceso de designación, como la representación por nacionalidad o género, introduciría elementos arbitrarios que podrían ser contraproducentes a la hora de elegir a las personas más capacitadas. El procedimiento de designación, que prevé la consulta al Parlamento Europeo, constituye una importante salvaguardia en el proceso general de selección con miras a garantizar el cumplimiento de los criterios establecidos.
32. ¿Cree usted que sería necesario ampliar las competencias profesionales representadas en el Comité del BCE en lugar de recurrir únicamente representantes de bancos centrales?
Como ya he dicho, el Tratado y el Estatuto disponen que los miembros del Comité Ejecutivo sean «nombrados... entre personas de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios». Es evidente que esto no implica que deban ser necesariamente representantes de los bancos centrales, pero no resulta sorprendente que una amplia experiencia en un banco central sea relevante y se tome en consideración.
Lo anterior no quiere decir que otras competencias y experiencias profesionales no sean de gran valor. De hecho, si se consultan el currículum y la experiencia profesional de los miembros pasados y actuales del Comité Ejecutivo, resulta manifiesto que no han sido siempre y exclusivamente representantes de los bancos centrales, sino que disponen de competencias y experiencias variadas que suponen un valor añadido en el proceso de toma de decisiones. Mi propia experiencia profesional, como la de cualquiera de los principales responsables de los bancos centrales, demuestra que mi carrera profesional me ha permitido adquirir experiencias diversas en una serie de cargos en los sectores público y privado, y en el mundo universitario, que me son de gran utilidad en el contexto del BCE.
33. ¿Cuál será su enfoque personal del diálogo social en el BCE?
El personal del BCE constituye el principal activo de la institución. Me gustaría mantener un diálogo social fructífero y efectivo con el personal, alimentado por una colaboración constructiva con sus representantes, tanto si han sido elegidos para representar sus intereses (por ejemplo, el Comité de Personal) como si, cumpliendo los criterios pertinentes, representan a un grupo específico (por ejemplo, los representantes de las organizaciones sindicales reconocidas). Me propongo compartir información con ellos, hacerles partícipes desde las primeras fases de los asuntos y consultarles sobre todos los temas pertinentes. En resumen, pretendo colaborar con los representantes del personal de modo amistoso, con un espíritu de colaboración, buena fe y respeto mutuo.
Además, a escala del SEBC/Eurosistema, el BCE mantiene un diálogo con los representantes del personal de los bancos centrales nacionales y las federaciones sindicales a las que pertenecen, con la publicación de un boletín semestral y celebrando en Frankfurt dos reuniones al año de diálogo social del SEBC. Estas son herramientas importantes, mediante las que se pueden compartir y debatir la evolución de los proyectos del SEBC/Eurosistema con los representantes del personal y las federaciones sindicales. Quiero mantener estas actividades para promover la cooperación y el espíritu de equipo dentro del sistema.
34. ¿Estaría a favor de un procedimiento de confirmación por el Parlamento Europeo (a pesar de los problemas de orden constitucional que plantearía tal cambio)?
En los últimos años, el Parlamento Europeo ha adquirido un amplio conjunto de importantes competencias, en especial gracias al Tratado de Lisboa. El Tratado también establece un procedimiento preciso para la designación de los miembros del Comité Ejecutivo del BCE, que incluye la consulta al Parlamento Europeo, el cual celebra una audiencia y una votación sobre los candidatos propuestos por el Consejo.
Considero que la experiencia demuestra que este procedimiento de designación ha sido beneficioso para el BCE. Es esencial que este procedimiento se desarrolle correctamente y que garantice, como así ha ocurrido, una continuidad adecuada en la dirección de la institución y la credibilidad del proceso de selección ante los ciudadanos y los mercados de la UE. Respetando el espíritu subyacente al requisito de designar «personas de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios», el procedimiento ha llevado a la designación de personas con un alto grado de competencia, compromiso, independencia e integridad. Por consiguiente, no considero necesario cambiar el actual procedimiento, vistos sus resultados.
35. ¿Podría exponer sus puntos de vista sobre el concepto de rendición de cuentas democrática en relación con el BCE y los bancos centrales en general?
Para que cumplan su cometido de modo eficaz, los bancos centrales tienen que disponer de un alto grado de independencia. Esta independencia debe ir acompañada de la rendición de cuentas. Cabe definir la rendición de cuentas democrática de los bancos centrales como la obligación de explicar y justificar debidamente sus decisiones y de asumir la responsabilidad del ejercicio de su mandato ante los ciudadanos. Al rendir cuentas y ser transparentes, los bancos centrales aumentan su credibilidad, que es un sólido activo en circunstancias normales y un elemento significativo en tiempos de crisis como los que estamos viviendo.
La independencia del BCE está firmemente establecida en el Tratado, que también se ocupa de cómo debe rendir cuentas. El BCE debe rendir cuentas, en primer lugar, ante los ciudadanos europeos e, institucionalmente, ante el Parlamento Europeo, que es la institución compuesta por los representantes que estos han elegido directamente. La rendición de cuentas del BCE ante el Parlamento Europeo es fundamental para la legitimidad democrática del BCE. Sé que en el pasado el BCE siempre ha valorado mucho sus intercambios con el Parlamento Europeo, no solo sobre cuestiones económicas y monetarias, sino también, el pasado año, sobre la reforma del marco de supervisión de la UE y, este año, sobre el paquete legislativo en materia de gobernanza. Mi deseo es mantener este fructífero diálogo.
También considero muy importantes el arsenal de otras medios, ya consolidados, que el BCE ha utilizado, como ustedes bien saben, para rendir cuentas sin que así se lo exija su Estatuto. El Informe Anual del BCE se presenta al Parlamento Europeo (y al Consejo); el Presidente del BCE comparece trimestralmente ante la Comisión ECON; otros miembros del Comité Ejecutivo son invitados a participar en audiencias sobre cuestiones específicas. De modo voluntario, el BCE organiza ruedas de prensa mensuales con una introducción del Presidente; publica su Boletín Mensual y otras publicaciones oficiales, y los miembros de su Comité Ejecutivo pronuncian discursos y conceden entrevistas. Tengo el convencimiento de que el BCE cumple los más estrictos criterios de transparencia y rendición de cuentas que se puedan exigir a los bancos centrales y pretendo mantener estos logros.
36. El BCE siempre ha ignorado la petición del Parlamento Europeo de que se publiquen las actas de las reuniones de su Consejo de Gobierno. ¿Cuáles son, en su opinión, los impedimentos e inconvenientes de dicha publicación? ¿Estaría usted a favor de que el BCE publique las actas de las reuniones de su Consejo de Gobierno en un futuro próximo?
Un banco central independiente debe cumplir las exigencias de rendición de cuentas que le impone la legislación. La rendición de cuentas es una condición previa esencial, y un elemento fundamental de la legitimidad democrática. Exige disciplina a un banco central independiente para cumplir su cometido con los más altos niveles de profesionalidad y es esencial para contribuir al mantenimiento de la estabilidad de los precios a medio plazo.
El proceso de rendición de cuentas sigue los principios establecidos en el Tratado. En primer lugar, el BCE debe rendir cuentas ante a los ciudadanos de la UE y los representantes de estos en el Parlamento Europeo, que es la única institución europea que eligen directamente. En segundo lugar, el Estatuto del SEBC estipula que las reuniones tendrán carácter confidencial.
La rendición de cuentas debe proporcionar al público la información necesaria para que pueda comprender las decisiones de política monetaria adoptadas por el Consejo de Gobierno. A este respecto, la publicación de información demasiado detallada podría llegar a ser contraproducente, porque los mensajes sobre la política monetaria podrían perder claridad.
Es cierto que la publicación de las actas con el resultado de las votaciones del Consejo de Gobierno aportaría al público más información sobre la diversidad de puntos de vista representados en el Consejo de Gobierno. Sin embargo, este órgano tiene carácter colegial, y al igual que otros muchos comités de política monetaria, asume una responsabilidad colectiva. Esto implica que los miembros del Consejo de Gobierno son responsables conjuntamente de las decisiones de este órgano. Una rápida publicación de las actas podría tener el efecto indeseado de que los miembros del Consejo de Gobierno se verían sujetos a tentativas de la prensa de hacerles responsables personalmente de las decisiones adoptadas, dañando la responsabilidad colectiva y la independencia personal.
Al mismo tiempo, otras herramientas de comunicación ya garantizan que el público reciba la información necesaria para comprender plenamente las decisiones de política monetaria adoptadas por el BCE. La definición cuantitativa de la estabilidad de los precios y la estrategia de política monetaria contribuyen a que el público valore la actuación del BCE; esta valoración externa del BCE se ve facilitada por la rápida publicación de información relevante, como la contenida en los comunicados de prensa, el Boletín Mensual del BCE y en la introducción del Presidente tras las ruedas de prensa mensuales.
37. ¿Qué conclusiones saca de la comparación entre las políticas de transparencia que sigue la Reserva Federal y las practicadas por el BCE? ¿Qué piensa usted acerca de la publicación, por parte de la Reserva Federal o del Banco de Inglaterra, de las actas de sus reuniones? ¿Cree usted que esta política podría ser aplicada por el BCE?
Estoy convencido de que la transparencia es esencial para los bancos centrales que buscan la estabilidad de precios, como lo confirma la práctica seguida por todos los principales bancos centrales. La transparencia contribuye a reducir la incertidumbre sobre las futuras actuaciones y la volatilidad de la inflación, y ayuda a consolidar las expectativas sobre la inflación. El BCE, la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra han mejorado sus prácticas y pueden considerarse en la actualidad los líderes mundiales por lo que se refiere a transparencia de los bancos centrales.
La transparencia exige que el banco central explique con claridad cómo interpreta su mandato y comunique sus objetivos, para ayudar al público a seguir y evaluar su actuación. Además, el banco central tiene que explicar el marco analítico utilizado para su toma de decisiones interna, y su evaluación de la situación de la economía, y con frecuencia debe aclarar cuál es la lógica económica subyacente en sus decisiones.
Existe una tendencia común entre los bancos centrales hacia una mayor transparencia y creo que el BCE ha encabezado esta tendencia en muchos aspectos. El BCE ha anunciado una estrategia oficial de política monetaria y explica con regularidad las decisiones de política monetaria, aplicando esta estrategia. Tanto el BCE como el Banco de Inglaterra han especificado claramente, en términos cuantitativos, en qué consiste la estabilidad de los precios. No ocurría así con la Reserva Federal, pero en comunicaciones recientes se pueden encontrar indicaciones de que define la estabilidad de los precios de forma similar al BCE.
Los tres principales bancos centrales —la Reserva Federal, el BCE y el Banco de Inglaterra— han hecho hincapié en la importancia de una comunicación eficaz y la adecuada interacción con el público. Ahora bien, existen varias opciones para reforzar la comunicación, y la publicación de las actas solo es una de ellas. Por lo que se refiere al Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, resulta perfectamente lógico publicar las actas de las reuniones, ya que existe la responsabilidad individual. En el caso de la Reserva Federal se exige formalmente la publicación de las actas, pero los registros de votación publicados pueden no reflejan plenamente la diversidad de puntos de vista durante las deliberaciones internas del Comité Federal de Mercado Abierto. Para dar a conocerlos, la Reserva Federal ha recurrido a otros instrumentos.
Como he dicho en mi respuesta anterior, el BCE tiene la obligación de respetar la confidencialidad de las deliberaciones del Consejo de Gobierno, lo que permite que este adopte sus decisiones de política monetaria de modo plenamente independiente con el fin de realzar su responsabilidad colectiva. Ahora bien, el BCE hace uso de otras herramientas de comunicación que pueden compararse a las actas de los otros bancos centrales mencionados. En especial, la introducción del Presidente en las ruedas de prensa ofrece un amplio resumen de la evaluación de la evolución económica que es pertinente para el establecimiento de la política monetaria. Esta evaluación sigue las líneas acordadas colectivamente por el Consejo de Gobierno. Esta información se ofrece casi en tiempo real. Además, la rueda de prensa mensual incluye un turno de preguntas que permite explicar al público de forma oportuna y equilibrada las decisiones de política monetaria.
Creo que el éxito de las prácticas del BCE de celebrar ruedas de prensa, de proporcionar al público y a los medios de comunicación información más amplia, queda demostrado por el hecho de que otros bancos centrales, como el Banco de Inglaterra y, más recientemente (desde abril), la Reserva Federal, han seguido su ejemplo.
38. ¿Qué opina del diálogo monetario con el Parlamento Europeo? ¿Podrían los miembros de la dirección del BCE tratar de la política monetaria y sus decisiones con otros actores políticos o esto mermaría la independencia del banco?
La Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo celebra audiencias trimestrales con el Presidente del BCE. Esta interacción periódica es un complemento de la independencia del BCE y es fundamental para la rendición de cuentas democrática del BCE. Ofrece al BCE una oportunidad muy importante de explicar sus políticas a los representantes elegidos directamente por los ciudadanos europeos.
Las audiencias periódicas permiten una interacción exhaustiva y fructífera entre ambas instituciones y han contribuido a que se comprendan mejor en Europa las políticas del BCE.
El marco institucional para las relaciones del BCE con otras instituciones y foros de la UE también está consolidado. El marco actual permite una interacción eficaz entre los distintos responsables políticos, por ejemplo, con el Eurogrupo y el Consejo del ECOFIN o, a un nivel inferior, en el seno del Comité Económico y Financiero y el Comité de Política Económica de la UE. Esta interacción, además, tiene lugar al amparo de las disposiciones del Tratado y respetando plenamente el mandato y la independencia del BCE.
E. Generalidades
39. ¿Cuáles son en su opinión los riesgos y desafíos más importantes a los que se enfrenta el BCE?
En relación con los principales desafíos y riesgos a los que se enfrenta el BCE, permítanme limitarme aquí a tres de ellos:
Por lo que se refiere a la política monetaria, no cabe duda de que acompasar el fin de una política monetaria que todavía es muy laxa y la progresiva eliminación de las medidas excepcionales son retos importantes. La política monetaria ordinaria (por ejemplo, la fijación de los tipos de interés rectores) debe ajustarse, como se ha hecho hasta la fecha, para cumplir el mandato del BCE, es decir, de modo que se mantenga la estabilidad de los precios en el conjunto de la zona euro a medio plazo; han de eliminarse progresivamente las medidas excepcionales en la medida en que ya no resulten necesarias para transmitir la política monetaria a la economía y, en último término, a los precios. Todavía persisten un elevado grado de incertidumbre sobre las condiciones macroeconómicas y financieras y algunas vulnerabilidades que exigen una cuidadosa evaluación de la situación y las perspectivas globales. Esto, a su vez, requiere un elemento de gradualidad en la modificación de la política monetaria tanto ordinaria como excepcional.
Otro reto que me gustaría destacar se refiere a la estabilidad financiera. La crisis financiera ha suscitado preguntas sobre la relación entre la política monetaria y la estabilidad financiera, poniendo de relieve que perseguir el objetivo de la estabilidad de los precios no se opone a que el BCE pueda prestar apoyo en otros ámbitos, como la estabilidad financiera. Es fundamental entender mejor el papel que desempeña el sector financiero en el mecanismo de transmisión.
Por último, permítanme referirme a Europa. La crisis de la deuda soberana pone verdaderamente a prueba la voluntad política de Europa de hacer todo lo necesario para garantizar los logros de integración económica y monetaria en Europa, y, por ello, también pone a prueba la solidez de las instituciones europeas y nacionales. Hay que actuar con determinación, especialmente los gobiernos de los países afectados por la crisis de la deuda soberana, para recobrar la confianza y evitar el contagio. Con miras al futuro, habría que crear instituciones que impidan que se vuelvan a generar desequilibrios y, en caso de producirse, que puedan solucionarlos eficazmente.
Esto exige que el contexto europeo tenga cada vez más importancia en la evolución de los Estados miembros. Las políticas fiscales, las reformas estructurales y la supervisión financiera deben respetar plenamente la dimensión europea y, en especial, la dimensión de la zona euro. Los países de Europa solo podrán cosechar todos los frutos que se derivan de la participación en una unión económica y monetaria si ajustan su actuación a los requisitos europeos. Este formidable reto no solo me importa a mí, que estoy entregado a la causa europea, sino que también es importante para la política monetaria del BCE, ya que afecta a las condiciones en que debe actuar el BCE.
- [1] La JERS y las AES, junto con los supervisores financieros nacionales y el Comité Mixto de la AES, forman el Sistema Europeo de Supervisión Financiera (SESF).
RESULTADO DE LA VOTACIÓN FINAL EN COMISIÓN
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Fecha de aprobación |
15.6.2011 |
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Resultado de la votación final |
+: –: 0: |
33 2 4 |
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Miembros presentes en la votación final |
Sharon Bowles, Udo Bullmann, Pascal Canfin, Nikolaos Chountis, George Sabin Cutaş, Leonardo Domenici, Diogo Feio, Elisa Ferreira, Ildikó Gáll-Pelcz, José Manuel García-Margallo y Marfil, Jean-Paul Gauzès, Sven Giegold, Sylvie Goulard, Liem Hoang Ngoc, Gunnar Hökmark, Wolf Klinz, Jürgen Klute, Philippe Lamberts, Werner Langen, Astrid Lulling, Arlene McCarthy, Ivari Padar, Alfredo Pallone, Anni Podimata, Antolín Sánchez Presedo, Olle Schmidt, Edward Scicluna, Peter Simon, Peter Skinner, Theodor Dumitru Stolojan, Ivo Strejček, Kay Swinburne, Marianne Thyssen, Ramon Tremosa i Balcells, Corien Wortmann-Kool |
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Suplente(s) presente(s) en la votación final |
David Casa, Ashley Fox, Thomas Mann, Claudio Morganti |
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