INFORME sobre la Recomendación del Consejo relativa al nombramiento del vicepresidente del Banco Central Europeo

6.3.2018 - (N8-0053/2018 – C8-0040/2018 – 2018/0804(NLE))

Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios
Ponente: Roberto Gualtieri

Procedimiento : 2018/0804(NLE)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento :  
A8-0056/2018
Textos presentados :
A8-0056/2018
Debates :
Textos aprobados :

PROPUESTA DE DECISIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO

sobre la Recomendación del Consejo relativa al nombramiento del vicepresidente del Banco Central Europeo

(N8-0053/2018 – C8-0040/2018 – 2018/0804(NLE))

(Consulta)

El Parlamento Europeo,

–  Vista la Recomendación del Consejo de 20 de febrero de 2018 (N8-0053/2018)[1],

–  Visto el artículo 283, apartado 2, párrafo segundo, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, conforme al cual ha sido consultado por el Consejo Europeo (C8-0040/2018),

–  Visto el artículo 122 de su Reglamento interno,

–  Visto el informe de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (A8-0056/2018),

A.  Considerando que, mediante carta de 22 de febrero de 2018, el Consejo Europeo consultó al Parlamento Europeo sobre el nombramiento de Luis de Guindos para el cargo de vicepresidente del Banco Central Europeo para un mandato de ocho años, contados a partir del 1 de junio de 2018;

B.  Considerando que su Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios evaluó las cualificaciones del candidato propuesto, en particular con respecto a las condiciones enunciadas en el artículo 283, apartado 2, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, así como con respecto al imperativo de independencia total del BCE que se deriva del artículo 130 de dicho Tratado; y considerando que, en el marco de dicha evaluación, la comisión recibió de parte del mencionado candidato su curriculum vitae y sus respuestas al cuestionario que se le había remitido por escrito;

C.  Considerando que, posteriormente, dicha comisión celebró, el 26 de febrero de 2018, una audiencia de una hora y cuarto de duración con del candidato, durante la cual este realizó una declaración preliminar y a continuación respondió a las preguntas formuladas por los miembros de la comisión;

D.  Considerando que el Parlamento está preocupado por el equilibrio de género, el procedimiento de selección, la fecha escogida para el nombramiento y la independencia política, y pide al Consejo que inicie un diálogo con el Parlamento respecto a la forma de mejorar el proceso de cara a los próximos nombramientos;

1.  Emite dictamen favorable sobre la recomendación del Consejo de nombrar a Luis de Guindos vicepresidente del Banco Central Europeo;

2.  Encarga a su presidente que transmita la presente Decisión al Consejo Europeo, al Consejo y a los Gobiernos de los Estados miembros.

  • [1]  DO C 67 de 22.2.2018, p. 1.

ANEXO 1: CURRICULUM VITAE DE LUIS DE GUINDOS

Luis de Guindos Jurado

Ministro de Economía, Industria y Competitividad

Fecha de nacimiento: 16 de enero de 1960

FORMACIÓN ACADÉMICA

-   Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF). Premio extraordinario de fin de carrera.

-   Técnico Comercial y Economista del Estado (número uno de su promoción).

EXPERIENCIA PROFESIONAL

Sector público

-   Ministro de Economía, Industria y Competitividad (desde noviembre de 2016) – Responsable de las áreas de Economía y Apoyo a la Empresa; Relaciones Económicas Internacionales; Análisis Macroeconómico; Tesoro Español; Inversión y Comercio Internacional; Investigación, Desarrollo e Innovación; Industria.

-   Ministro de Economía y Competitividad (diciembre de 2011 - noviembre de 2016)

-   Secretario de Estado de Economía (2002-2004)

-   Secretario de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (2002-2004)

-   Secretario General de Política Económica y Defensa de la Competencia (2000-2002)

-   Director General de Política Económica y Defensa de la Competencia (1996-2000)

Nombramientos especiales

-   Miembro del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea (Ecofin), del Eurogrupo e invitado permanente de las reuniones del G20

-   Gobernador del Mecanismo Europeo de Estabilidad (desde 2012), del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, del Banco Europeo de Inversiones, del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, del Banco de Desarrollo Interamericano, del Banco de Desarrollo Africano, del Banco Centroamericano de Integración Económica, del Banco Asiático de Desarrollo (desde 2011) y del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (desde 2017)

-   Miembro del Comité Económico y Financiero de la UE (2002-2004)

-   Vicepresidente del Comité de Política Económica de la UE (1996-2000)

-   Jefe de la Delegación española en el Consejo Ecofin durante la Presidencia española de la UE (2002)

Sector privado

-   Director de IE Business School y del Centro del Sector Financiero de PwC (marzo de 2010 - diciembre de 2011)

-   PricewaterhouseCoopers – Responsable de Servicios Financieros (diciembre de 2008 - diciembre de 2009)

-   Nomura Securities – Presidente Ejecutivo (septiembre de 2008 - diciembre de 2008)

-   Lehman Brothers – Presidente Ejecutivo para España y Portugal (abril de 2006 - septiembre de 2008)

-   AB Asesores – Presidente Ejecutivo (1988-1996)

-   Miembro del Consejo de Administración de Endesa, S.A., Endesa Chile, Unedisa, Logista y BMN.

ANEXO 2: RESPUESTAS DE LUIS DE GUINDOS AL CUESTIONARIO

A. Antecedentes personales y profesionales

1.  ¿Podría destacar los principales aspectos de sus competencias profesionales en asuntos monetarios, financieros y económicos, así como los aspectos más relevantes de su experiencia a nivel europeo e internacional?

Soy licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por CUNEF, donde obtuve el premio extraordinario de fin de carrera. También fui número uno de mi promoción en las oposiciones a técnico comercial y economista del Estado. Mi formación académica se centra en los asuntos monetarios, financieros, económicos y empresariales.

Por otra parte, he desempeñado diversos cargos como funcionario del Estado, entre otros el de Secretario de Estado de Economía y el de Secretario General de Política Económica y Defensa de la Competencia. Al desempeñar estos cargos tuve la oportunidad de participar en la elaboración de las políticas económicas que permitieron a España entrar en la Unión Monetaria al cumplir todos los requisitos.

Desde el año 2011 he sido ministro de Economía, Industria y Competitividad de España. Como tal, he sido responsable del Tesoro Público, así como de las áreas de Economía y Apoyo a la Empresa, Relaciones Económicas Internacionales, Análisis Macroeconómico, Inversión y Comercio Internacional, Investigación, Desarrollo e Innovación, e Industria.

Durante mi mandato, he promovido una reforma en profundidad del sector financiero español, incluidas la recapitalización y reestructuración del sistema, además de otras medidas para garantizar que cualquier resolución bancaria que se tome en el futuro se aplique sin recurrir al dinero de los contribuyentes. Muchas de estas medidas se ejecutaron en el marco del programa de ayuda financiera a España a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Todas estas actuaciones han permitido restablecer el buen funcionamiento del sistema financiero, que es la principal correa de transmisión de la política monetaria.

Como ministro de Economía, también he representado a España en el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la UE y en el Eurogrupo. En estos foros, he contribuido a la construcción de la Unión Económica y Monetaria.

También he sido invitado permanente de las reuniones del G20 y gobernador del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, del Banco Europeo de Inversiones, del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, del Banco de Desarrollo Interamericano, del Banco de Desarrollo Africano, del Banco Centroamericano de Integración Económica, del Banco Asiático de Desarrollo y del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura.

Por último, he trabajado para varias empresas privadas relacionadas con el sector financiero (responsable de Servicios Financieros en PricewaterhouseCoopers, presidente ejecutivo para España y Portugal en Lehman Brothers and Nomura Securities, presidente ejecutivo en AB Asesores), así como para el sector académico (director de IE Business School y del Centro del Sector Financiero de PwC).

También he sido miembro del Consejo de Administración de Endesa, S.A., Endesa Chile, Unedisa, Logista y BMN.

2.  ¿Desempeña usted una actividad económica o tiene intereses financieros u otros compromisos que pudieran entrar en conflicto con sus futuros cometidos? ¿Existen otras circunstancias personales o de otra índole que deba tener en cuenta el Parlamento a la hora de examinar su candidatura?

No, no desempeño ninguna actividad económica ni tengo compromisos que puedan entrar en conflicto con mis funciones futuras. Solo tengo un plan de pensiones individual y una participación en un fondo de inversión abierto. En ambos casos, la sociedad gestora es Mutuactivos, filial de inversiones de una compañía de seguros. No dispongo, directa o indirectamente, de otros activos financieros.

También soy propietario de una casa en el sur de España y del 50 % de un piso en Madrid, así como de otros bienes inmuebles heredados de mis padres.

En cuanto a otros datos personales que pudieran tener relevancia para el cargo en el BCE, he de indicar que mi hija, de treinta años, trabaja como analista de riesgos júnior en un banco comercial español. Por otra parte, mi hijo, de veintiséis años, trabaja en el departamento de inversiones de una compañía de seguros.

3.  ¿Cuáles serán los principios rectores que le guiarán durante su mandato en el Banco Central Europeo?

Respetaré el mandato que el Tratado de la Unión Europea confiere al Banco Central Europeo: mantener la estabilidad de los precios en toda la zona del euro y apoyar las políticas económicas generales de la Unión. Mi contribución al BCE incluirá un enfoque global e integral a la hora de tomar decisiones, que tenga en cuenta las repercusiones de todas las políticas económicas que están interrelacionadas.

Para alcanzar estos objetivos, me ajustaré a los grandes principios rectores del BCE que son la independencia y la transparencia, ya que sin ellos no sería posible aplicar plenamente una política monetaria eficaz.

B. La política monetaria del BCE

4.  ¿Cómo debería el BCE llevar a cabo su política monetaria en las condiciones macroeconómicas actuales?

Lo primero que cabe recordar es que el mandato del BCE consiste en garantizar que la tasa de inflación a medio plazo en la zona del euro esté por debajo pero cerca del 2 %.

A pesar de la recuperación de la actividad económica que se está produciendo en la zona, ello no se ha traducido todavía en un repunte sostenido de las perspectivas de inflación a medio plazo, que siguen siendo moderadas (el BCE prevé una trayectoria de la inflación media del 1,4 % en 2018 y del 1,5 % en 2019). Las presiones inflacionistas subyacentes aún son débiles, dado que la apatía del mercado laboral sigue siendo importante. Las mejoras observadas en los mercados laborales aún necesitan tiempo para traducirse en un crecimiento salarial más dinámico. Por otra parte, las actuales perspectivas de inflación siguen dependiendo, en cierta medida, del impulso infundido por las medidas extraordinarias del BCE. Por esta razón, se requiere una reevaluación permanente de las condiciones económicas y monetarias de la zona del euro y de los efectos de las medidas aplicadas hasta la fecha. El BCE debe mantener la actual orientación de su política monetaria hasta que crezcan las presiones inflacionistas subyacentes y se observen suficientes indicios de un ajuste sostenido de la inflación. Por ello, el BCE debe estar preparado para ajustar su posición, si fuere necesario, con el fin de cumplir su mandato.

El BCE también debe estar alerta ante una eventual acumulación indebida de riesgos financieros en el contexto actual, caracterizado por unos tipos de interés muy bajos y unas condiciones financieras y monetarias permisivas.

5.  ¿Qué opinión le merecen la heterogeneidad de las condiciones monetarias y el acceso al crédito en toda la zona del euro y sus efectos en la política monetaria unitaria del BCE?

Cualquier zona monetaria que sea lo suficientemente amplia se caracteriza, por naturaleza, por una cierta heterogeneidad de las estructuras económicas de los países o regiones que la componen. La zona del euro no es ninguna excepción.

El BCE fija su política de modo que se adecue a la zona del euro en su conjunto. La heterogeneidad económica complica la aplicación de la política monetaria. Cuanto mayor sea la convergencia estructural y cíclica, más probabilidades habrá de que la política monetaria sea la adecuada para cada Estado miembro. A veces la política del BCE resulta demasiado laxa para algunos Estados miembros y demasiado restrictiva para otros. Este fue el caso durante el período anterior a la crisis. Las drásticas reducciones de los tipos de interés en algunos países después de la introducción del euro dieron paso a unas expansiones insostenibles junto con unos desequilibrios crecientes que, posteriormente, agravaron la crisis. En este contexto, la divergencia entre las tasas de crecimiento y las tasas de inflación fue alentada por una política monetaria que no podía ajustarse a todos.

La heterogeneidad de las condiciones monetarias depende de numerosos factores, de los cuales el principal sigue siendo las diferentes situaciones cíclicas derivadas de las repercusiones de la crisis financiera en cada economía, así como los distintos ritmos de recuperación. También influyen, por otra parte, factores estructurales específicos.

Durante la crisis, una dificultad añadida fue la interacción entre, por un lado, las divergencias entre países en cuanto a la situación presupuestaria y la solidez de los sectores bancarios nacionales y, por otro lado, la falta de una verdadera unión presupuestaria y bancaria. Todo ello dio lugar a cierta fragmentación financiera entre jurisdicciones, lo cual, efectivamente, ha dificultado la transmisión de la política monetaria única. A este respecto, algunas de las medidas extraordinarias del BCE en el contexto de la crisis, como el programa para mercados de valores, el programa de operaciones monetarias de compraventa o el programa de transacciones de refinanciación a largo plazo, han contribuido decisivamente a paliar en parte esta fragmentación, que se ha reducido considerablemente como queda reflejado, por ejemplo, en la convergencia observada en los costes de financiación bancaria y otras condiciones financieras. Como consecuencia de ello, la política monetaria ha contribuido a reducir la heterogeneidad ayudando a todas las economías a salir de la recesión y las presiones deflacionistas. El avance hacia una unión bancaria también ha contribuido a distender el vínculo entre los bancos y los emisores soberanos.

A más largo plazo, se requieren mayores esfuerzos para que la zona del euro se aproxime a un área monetaria óptima, concretamente acelerando las reformas estructurales y creando un margen presupuestario que aumente la capacidad de cada economía para adaptarse a los choques asimétricos y a la evolución de las condiciones monetarias. Una integración más profunda, especialmente en el sector financiero, contribuirá a reducir la heterogeneidad. En estas circunstancias, las economías estarán más sincronizadas y, a la vez, mejor preparadas para hacer frente a los choques adversos, reduciendo la carga global que recae en la política monetaria.

6.  ¿Qué opina del aumento del total del balance del SEBC como resultado del programa de compra de activos?

En el marco de la crisis económica y financiera, el BCE recortó sus principales tipos de interés nominal a unos niveles próximos a su límite inferior efectivo, aunque ello no bastó para que la tasa de inflación se acercara al nivel fijado como objetivo. Por consiguiente, hubo que aplicar unas medidas de política monetaria menos convencionales.

Una de ellas fue el programa de compra de activos, concebido para aumentar el balance del Eurosistema con objeto de luchar contra las expectativas deflacionistas en un contexto en el que los tipos de interés ya eran bajos. Este programa ha sido fundamental para estabilizar las condiciones financieras en toda la zona del euro. Ha mejorado las condiciones financieras relevantes para la economía real a través de dos canales. En primer lugar, las compras aumentaron los precios y, por ende, redujeron el rendimiento de los activos adquiridos. Ello llevó a los inversores, incluidos los bancos, a buscar mayores rendimientos, por ejemplo efectuando más préstamos a la economía real. En segundo lugar, en la medida en que estas compras señalaban el compromiso del BCE a favor de una política monetaria flexible, también surgieron expectativas en cuanto a una reducción de los tipos de interés más adelante. Ello ejerció una presión adicional a la baja sobre los tipos de interés a largo plazo, que son esenciales para las decisiones de los hogares y las empresas en materia de inversión.

El aumento del balance del Eurosistema no es más que la consecuencia natural de este programa. En el último decenio, el balance del BCE prácticamente se ha cuadruplicado.

Dado que la inflación se ajusta a niveles que se corresponden con su mandato de mantener la estabilidad de los precios, el BCE deberá considerar cuál debe ser el total de su balance en el futuro, a qué velocidad deberá aproximarse del total deseado y cuál debe ser su composición idónea.

7.  ¿Cuál debe ser, en su opinión, el plazo adecuado para poner fin al programa de compra de activos?

Como ya se ha mencionado, el programa de compra de activos se introdujo en respuesta a unas circunstancias extraordinarias, pero en la medida en que estas están empezando a desaparecer, el BCE debería tratar de volver paulatinamente a una política más convencional. No obstante, es difícil fijar una fecha concreta para concluir este programa.

El Consejo de Gobierno del BCE ha indicado claramente en su comunicación que las compras de activos netos se mantendrán a un ritmo mensual de 30 000 millones de euros hasta finales de septiembre de este año, o más allá si fuera necesario. La evolución de las compras después de esa fecha es algo que deberá decidir el BCE a su debido tiempo, basándose en las perspectivas de inflación que prevalezcan en ese momento y en la evaluación, por parte del Consejo de Gobierno, del grado adecuado de estímulo monetario que se necesite posteriormente. Sin embargo, cabe señalar que una vez se ponga fin a las compras netas, el BCE debería seguir reinvirtiendo los pagos de capital de los activos con vencimiento durante el tiempo que sea necesario. A más largo plazo, el proceso de normalización de la política monetaria debería basarse en la evaluación de la orientación de la política monetaria que ha de seguir el BCE para cumplir su mandato de mantener la estabilidad de los precios.

8.  ¿Cómo garantizará la transparencia en lo que respecta a la ejecución del programa de compra de activos?

La transparencia ha sido una de las principales preocupaciones del BCE desde que se puso en marcha el programa de adquisición de activos. La comunicación externa es un elemento esencial para poder llevar a cabo la adquisición de activos de manera continua y fluida. A pesar de que la aplicación es compleja y descentralizada, los esfuerzos por garantizar la transparencia deben ser una prioridad.  De hecho, la transparencia es una cualidad deseable en cualquier política gubernamental. En mi opinión, el BCE ha sido muy transparente en la aplicación de este programa. Los parámetros del programa están claramente establecidos, como en el caso del requisito de asignar las adquisiciones entre las jurisdicciones en función de la clave de reparto del capital. Por otra parte, el BCE proporciona información detallada y oportuna sobre los distintos aspectos del programa (es decir, un balance financiero consolidado por semana, un extracto mensual de sus participaciones en cada uno de los cuatro programas del programa de compra de activos, las adquisiciones mensuales y acumuladas de activos admisibles por país en el programa de compras de valores del sector público (PSPP), etc.).

En general, este grado de transparencia es al menos comparable al de otros grandes bancos centrales en lo que respecta a sus programas de compra de activos a gran escala. Además, el régimen actual establece un equilibrio adecuado, garantizando la transparencia y haciendo que sea compatible con la flexibilidad necesaria para la ejecución del programa a fin de maximizar su eficacia y de evitar el arbitraje por parte de los mercados. Por ejemplo, no es necesario que las compras sigan las claves de reparto de capital en un determinado momento, pero el paquete global de activos adquiridos se basa efectivamente en estas claves de reparto.

En cualquier caso, la comunicación externa de la política es un aspecto esencial en la concepción del instrumento. Por este motivo, todos los aspectos relacionados con lo que debe publicarse y con qué frecuencia deben ser debatidos y acordados en el seno del Consejo de Gobierno.

9.  ¿Cuáles son las condiciones que deben establecerse para gestionar un aumento de los tipos de interés sin efectos perturbadores sobre los emisores soberanos y los mercados?

En primer lugar, es necesario destacar que, para cumplir su mandato, el BCE es plenamente independiente en lo que se refiere a la concepción y aplicación de sus políticas e instrumentos. Como algunos miembros del Consejo de Gobierno del BCE han puesto de manifiesto en los últimos tiempos, el proceso de normalización de la política monetaria —que incluye el aumento de los tipos de interés—, deberá responder, una vez que se inicie, a dos premisas fundamentales. En primer lugar, tendrá que ser previsible y transparente, a fin de garantizar una buena comunicación con los participantes en el mercado. En segundo lugar, tendrá que ser gradual y estar en consonancia con las perspectivas de inflación que prevalezcan.

Los emisores soberanos no son, en principio, distintos de otros participantes en el mercado. Tienen la obligación de prepararse y adaptarse a posibles cambios en la política monetaria; no es competencia del BCE definir una política que facilite la emisión de deuda soberana. Desde hace ya varios años, los emisores soberanos vienen reduciendo sus necesidades de emisión y aumentando la duración media de emisión, lo cual mejorará la capacidad de recuperación de la carga de intereses en esta hipótesis. Los gobiernos también deberían aprovechar la buena coyuntura económica para restablecer los estabilizadores presupuestarios y preparar sus economías para resistir mejor a futuros choques, como un aumento de los tipos de interés. En última instancia, los tipos de interés no seguirán siendo siempre tan bajos.

Una orientación anticipada, tal como se aplica actualmente en la zona del euro, los Estados Unidos, el Reino Unido y Japón, prepara en buena medida a los mercados frente a un incremento de los tipos de interés. El mercado de futuros registra una gran liquidez, lo cual permite a los operadores del mercado expresar sus expectativas de manera relativamente precisa. En el mejor de los casos, cualquier aumento debería ser gradual y ser anticipado por el mercado.

En resumen, la forma en que las decisiones se aplican y comunican en la actualidad está preparando correctamente al mercado para una normalización de la política monetaria.

10.  Según usted, ¿cómo puede el BCE contribuir al crecimiento económico y al pleno empleo cumpliendo al mismo tiempo su objetivo principal de mantener la estabilidad de los precios? ¿Cuáles son, en su opinión, las medidas adicionales de política monetaria que permitirían aumentar los efectos positivos de la política monetaria en la economía real?

Es importante recordar que el mandato explícito del BCE consiste en conseguir de la estabilidad de los precios. Garantizar unos niveles de inflación relativamente bajos y estables es la mejor contribución que la autoridad monetaria puede hacer al crecimiento económico. Por otro lado, para lograr una inflación estable resulta esencial que el crecimiento económico no se desvíe mucho de su tasa potencial. Pero, repito, los bancos centrales solo deben considerar este aspecto como medio para alcanzar la estabilidad de los precios.

Numerosas pruebas demuestran que, a largo plazo, no existe una disyuntiva entre inflación y crecimiento. Como he mencionado, la estabilidad de los precios es indispensable para un crecimiento sostenido. Sin embargo, a corto plazo, puede aparecer una disyuntiva de este tipo, en especial en los periodos de recesión. En este contexto, el BCE se centra en la estabilidad de los precios y, de este modo y empleando la flexibilidad disponible —al adoptar un todo un conjunto de medidas no convencionales para hacer frente a la reciente crisis—, ha ayudado a evitar que la economía cayese en deflación. El paquete de medidas aplicado por el BCE desde 2012 parece haber sido suficiente para apoyar la estabilidad de los precios y la recuperación económica. Como prueba concreta de ello cabe citar la compresión de los diferenciales de deuda pública, así como la convergencia de los tipos de interés aplicados por las entidades de crédito a las pequeñas y medianas empresas. No obstante, esta convergencia no habría sido posible sin las mejoras en la supervisión financiera, el refuerzo de la liquidez y las posiciones de capital de los bancos, y las reformas estructurales realizadas en muchos países de la zona del euro durante los últimos años. Además, la estabilidad financiera también es una condición previa para el crecimiento sostenido. En la medida en que la supervisión eficaz por parte del BCE ha evitado una mayor inestabilidad financiera, también ha respaldado el crecimiento y el empleo. De este modo, el BCE también ha contribuido considerablemente a la consecución de sus objetivos secundarios.

Las medidas políticas aplicadas actualmente por el BCE parecen apropiadas desde el punto de vista de las perspectivas actuales de inflación y de la orientación deseada de la política monetaria. En cuanto a futuras medidas, se trata de una cuestión que habrá que decidir sobre la base de las perspectivas imperantes para la inflación y las condiciones económicas y financieras globales de la zona del euro.

11.  ¿Cuál es su punto de vista acerca de los riesgos asociados al programa de compras de bonos corporativos (CSPP)? ¿Cree que podrían tener un efecto de distorsión de la competencia en el mercado único? ¿Piensa que los posibles efectos de distorsión del CSPP pueden minimizarse? Según usted, ¿debería incluir los objetivos de París y los ODS?

Bajo mi punto de vista, el CSPP ha contribuido considerablemente a mejorar el acceso de las empresas a la financiación, no solo directamente para las grandes corporaciones, cuyos bonos suelen ser admisibles para su adquisición en el marco del CSPP, sino también indirectamente para todas las empresas y otros segmentos de mercado, en especial para las pequeñas y medianas empresas (pymes) que no tienen acceso a los mercados de renta fija. Las condiciones favorables en los mercados de renta fija tienen efectos positivos de contagio a las pymes, por ejemplo al propiciar que las grandes empresas confíen más en la financiación mediante valores de renta fija, dejando así más margen en el balance de los bancos para conceder préstamos a las pymes. Por consiguiente, el CSPP ha incrementado la eficacia de la transmisión de la política monetaria a través del sistema bancario rebajando directamente los costes de la financiación de mercado de las sociedades no financieras.

Dicho esto, el BCE tendrá que permanecer atento ante una posible acumulación de desequilibrios y riesgos en determinados segmentos del mercado de deuda de las empresas como resultado de unas condiciones financieras muy laxas.

A fin de evitar los posibles efectos de distorsión del CSPP en la competencia en el seno del mercado único, el BCE aplica algunas medidas de atenuación por lo que respecta a la liquidez en los mercados primario y secundario. Su participación en las adquisiciones en el mercado primario está basada en un equilibrio entre el objetivo del programa y la necesidad de garantizar un funcionamiento adecuado del mercado. De forma similar, en el marco de las adquisiciones en el mercado secundario, el BCE tiene en cuenta la escasez de instrumentos de deuda específicos y las condiciones generales del mercado a fin de no distorsionar los precios y la liquidez. Además, las adquisiciones reflejan proporcionalmente todas las emisiones admisibles en circulación y la capitalización bursátil proporciona una ponderación para cada una de las diferentes jurisdicciones de emisión.

En relación con los objetivos de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), debemos empezar por reconocer que el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente son objetivos de la Unión establecidos en la legislación primaria. Por tanto, el apoyo del Eurosistema estará garantizado, siempre que respete plenamente el objetivo principal del BCE de la estabilidad de los precios a medio plazo. En este sentido, es importante tener en cuenta la labor que se está realizando respecto a una financiación sostenible en distintos foros europeos e internacionales. Por ejemplo, el Grupo de expertos de alto nivel sobre financiación sostenible de la Unión publicó recientemente un informe que fue presentado al Consejo Ecofin en febrero de 2017, con recomendaciones que abarcan el desarrollo de una taxonomía y una nomenclatura para los bonos verdes y las exposiciones verdes, y que se tendrá en cuenta en el marco del próximo plan de acción de la Comisión. El G20 también está desarrollando iniciativas en el marco del Grupo de estudio de las finanzas verdes, así como el Grupo de trabajo del Consejo de Estabilidad Financiera sobre divulgación de información financiera relacionada con el clima, a fin de impulsar la divulgación de los riesgos relacionados con el cambio climático y fomentar una mayor comprensión para determinar si estos riesgos pueden integrarse mejor en los marcos regulatorios y de gestión de riesgos. Estas iniciativas están todavía en fase de desarrollo y el apoyo del BCE será importante en este sentido. A la espera de su ulterior desarrollo, dichas iniciativas podrían facilitar al BCE medios para tomar en consideración las cuestiones ambientales durante la realización de adquisiciones (por ejemplo, tener en cuenta la taxonomía mencionada). No obstante, antes de incorporar factores ecológicos en su marco de política monetaria, el BCE debe estudiar con detenimiento los posibles riesgos respecto a la estabilidad financiera que pudieran derivarse de la consideración de otros criterios más allá del riesgo crediticio, que podrían no estar justificados desde una perspectiva prudencial.

12.  ¿Cómo valora la creciente cuota actual del programa de compra de bonos corporativos en el mercado primario y, al mismo tiempo, la decreciente cuota actual del programa de compras de valores públicos en el mercado secundario?

En primer lugar, se trata de dos programas realizados en condiciones distintas. Así, si bien las adquisiciones del CSPP se llevan a cabo en los mercados tanto primario como secundario, las compras en el marco del PSPP solo se efectúan en el mercado secundario, ya que el BCE no puede comprar títulos de deuda soberana en mercados primarios con arreglo al artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

La cuota relativamente amplia del CSPP en el mercado primario es una consecuencia natural de la configuración del programa, ya que el CSPP incentiva nuevas emisiones. Sin embargo, el programa también ha sido concebido para velar por que el Eurosistema adquiera una cuota relativamente pequeña de emisiones nuevas (en particular, no más del 30 % por emisión) a fin de garantizar el buen funcionamiento del mercado.

Por lo que respecta al PSPP, su cuota decreciente en la actividad de los mercados secundarios es debida a la reciente reducción del objetivo mensual de compras netas del programa de compra de activos (APP), que ha pasado de 60 000 millones de euros a 30 000 millones de euros. La mayor parte de esta reducción se ha concentrado en el componente PSPP del APP, lo que refleja la reciente evolución de la oferta relativa de obligaciones públicas frente a otros activos admisibles.

13.  ¿Qué opina sobre la aplicación de la provisión urgente de liquidez? ¿Qué podría mejorarse en el proceso de toma de decisiones para la provisión urgente de liquidez?

La estabilidad financiera es una condición necesaria para lograr una transmisión adecuada de la política monetaria. Los bancos centrales nacionales (BCN) pueden decidir suministrar liquidez de emergencia a entidades financieras solventes que se enfrenten a problemas temporales de liquidez, al margen de las operaciones ordinarias de política monetaria del Eurosistema.

La provisión urgente de liquidez se realiza bajo la responsabilidad de los BCN, a sus expensas y riesgo, y siempre se concede a entidades solventes. Los BCN podrán decidir conceder liquidez de emergencia a una entidad específica, la garantía que se solicitará y otras medidas de control de riesgos que deban adoptarse.

No obstante, el margen de discreción de los BCN está limitado por el Consejo de Gobierno del BCE, que puede prohibir, limitar o condicionar las operaciones de provisión urgente de liquidez, si estima que interfieren con los objetivos y tareas del SEBC. El grado de supervisión del Consejo de Gobierno aumenta de manera proporcional al volumen de la provisión urgente de liquidez solicitado. En el marco de la provisión urgente de liquidez también se prevé flexibilidad para responder a determinadas emergencias o para evitar posibles repercusiones sistémicas: el Consejo de Gobierno puede decidir no oponerse a la provisión urgente de liquidez para ciertos bancos hasta un determinado umbral y dentro de un plazo predefinido.

La provisión urgente de liquidez ha desempeñado un papel decisivo en la aplicación de la política monetaria del Eurosistema, especialmente durante la crisis. Ello ha contribuido a la estabilidad financiera y ha contrarrestado los efectos negativos sobre la confianza, apoyando así la transmisión de la política monetaria, en el marco del mandato del BCE.

En este sentido, las normas están claras. Una entidad de crédito puede acceder a la liquidez de emergencia si es solvente y posee activos disponibles suficientes para garantizar la recuperación del dinero provisto, de manera que el banco central, y, en última instancia, los ciudadanos, no sufran pérdidas.

El proceso de toma de decisiones es transparente. El BCE publicó el año pasado el Acuerdo sobre la provisión urgente de liquidez. En él se incluyen todos los detalles del proceso: desde la definición de la solvencia del banco hasta la división de responsabilidades entre el banco central nacional que concede el préstamo y el Banco Central Europeo, que no se opone a la concesión.

14.  ¿Debemos preocuparnos por la magnitud actual de los desequilibrios de TARGET?

Los desequilibrios actuales de TARGET2 son muy distintos de los de 2011 y 2012. Entonces la continuidad de la UEM estaba en entredicho (equivocadamente, como se ha demostrado). En este contexto, se temía que los países con déficits por cuenta corriente estuvieran en peligro de devaluación y se consideró que los países con superávits por cuenta corriente tenían probabilidades de revaluación, así que la respuesta racional del mercado fue la fuga de capitales desde la denominada periferia hacia Alemania.

El aumento de los saldos en TARGET2 desde finales de 2014 difiere del anterior episodio de aumento de los saldos. La ejecución del programa de compra de activos falsea las señales enviadas por los desequilibrios de TARGET y puede dar lugar a interpretaciones erróneas. Es bien sabido que algunos de estos desequilibrios de TARGET tienen un origen mecánico, relacionado con la manera en que se realizan las compras del APP. La condición de Fráncfort como centro financiero y del Bundesbank como contraparte de TARGET2 para la mayoría de bancos internacionales explica la subida de la posición acreedora del Bundesbank. En resumen, creo que los desequilibrios actuales de TARGET no han de ser motivo de preocupación. Prueba de ello es que los precios de los activos no reflejan ninguna tensión, como sí sucedía durante la crisis de la deuda soberana de 2011-2012.

En cualquier caso, es importante que el BCE siga supervisando de cerca los desequilibrios de TARGET2 y una amplia gama de indicadores que ofrecen información sobre los niveles de tensión en el mercado, como lo hace hoy.

15.  ¿Cuáles son los riesgos del desarrollo de monedas virtuales como el bitcóin para la estabilidad monetaria? ¿Qué papel cree que debe desempeñar el BCE respecto a las monedas virtuales? 

Permítame empezar señalando lo obvio: el bitcóin y otras criptomonedas a duras penas pueden presentarse como sustitutas del dinero emitido por los bancos centrales. Se ven afectadas por varios problemas, en su mayoría relacionados con las primeras fases de la ejecución de la tecnología TRD. La TRD todavía es relativamente ineficaz, la velocidad de las transacciones es limitada y los ajustes constantes de las configuraciones tecnológicas han dado lugar a casi 900 monedas distintas hasta la fecha. Por otro lado, el bitcóin y las demás monedas principales denominadas alternativas están concentradas en unas pocas manos y ello, junto con la escasez de liquidez, crea un entorno extremadamente volátil, propenso a las burbujas especulativas y los estallidos. Así pues, actualmente las criptomonedas no pueden realizar las funciones esenciales del dinero (medios de pago, unidad contable y reserva de valor) de forma sostenible.

Las monedas digitales de emisión privada pueden llegar a plantear problemas para los bancos centrales. En principio, para un banco central, una moneda digital presentaría los mismos desafíos que los que plantea la presencia de una moneda extranjera competidora. En el contexto de una economía global, la competencia entre divisas hace que la oferta y la demanda determinen un precio de equilibrio, el tipo de cambio, que refleja la utilidad relativa de las monedas.

En términos generales, si la circulación de una o más monedas digitales de emisión privada se incrementase alcanzando niveles significativos, la política monetaria se vería afectada de la misma manera que con cualquier otra moneda. El Banco Central (y los reguladores y organismos de supervisión) tendría que supervisar los tipos de cambio, los sistemas de pago de estas monedas, los mercados financieros de activos expresados en las nuevas monedas y las interconexiones entre los mercados y los participantes en el mercado, por un lado, y el sistema financiero tradicional, por otro. Esta supervisión sería necesaria para garantizar la eficacia de los impulsos monetarios, así como la integridad de los sistemas de pago y los mercados financieros, a fin de preservar la estabilidad financiera y blindar el sistema contra las perturbaciones. Además, los nuevos mercados de monedas digitales y pagos en moneda digital deberían estar sujetos a todas las reglamentaciones de lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

Hasta ahora, las criptodivisas no plantean un riesgo grave para la estabilidad financiera, como ha subrayado el Consejo de Estabilidad Financiera, dado su volumen e interrelación limitados. De cara al futuro, las criptodivisas podrían afectar a la estabilidad financiera si aumentan su volumen y su interrelación con el sector financiero.

En última instancia, los bancos centrales podrían incorporar la tecnología TRD en la que se basa el bitcóin para emitir una moneda digital soberana. Una moneda digital de base podría ayudar a los bancos centrales a mantener el control sobre los mecanismos monetarios, pero podría tener repercusiones importantes en la actividad bancaria fragmentaria que tendrían que estudiarse con mayor detenimiento.

En todo el mundo, la regulación de las monedas digitales es responsabilidad de los reguladores financieros. Más allá de las consideraciones sobre la política monetaria, el BCE debe supervisar la evolución de las criptomonedas y la interrelación entre el sistema financiero tradicional y esos mercados. En la medida en que los volúmenes de mercado sigan siendo relativamente pequeños y las entidades financieras se mantengan alejadas de estos activos de riesgo, el BCE no estará obligado a intervenir, pero debe permanecer atento a la posible repercusión en la estabilidad financiera y advertir a todas las partes interesadas de los riesgos asociados.

16.  ¿Cómo valora las interacciones entre los sistemas de pago y la política monetaria? ¿Cuál debería ser el papel del BCE, como banco central de emisión, en el marco de la supervisión de las entidades de contrapartida central?

Los sistemas de pago son esenciales para la ejecución de la política monetaria. El banco central depende de la existencia de un sistema de pago seguro y eficiente, condición indispensable para una transmisión fluida de la política monetaria y la preservación de la estabilidad financiera. Por consiguiente, una de las funciones básicas del Eurosistema es la promoción del buen funcionamiento de los sistemas de pago (artículo 127, apartado 2, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea) y la supervisión por parte del BCE tiene por objeto salvaguardar el canal de transmisión de la política monetaria. Si los fondos no circulan con fluidez entre los participantes en el mercado, los tipos de interés pueden presentar comportamientos anárquicos que podrían acabar afectando a su formación. En este contexto, la disfunción del sistema de pagos perjudica a la política monetaria. Además, la configuración del sistema TARGET por el Eurosistema ha proporcionado un sistema de pago a escala de la Unión que se usa para la liquidación de las operaciones de los bancos centrales. TARGET se ha convertido en un vehículo esencial para la ejecución de la política monetaria del Eurosistema y ha contribuido a la creación de un mercado monetario único dentro de la zona del euro.

Por lo que respecta al papel del BCE en calidad de banco central de emisión en la supervisión de las entidades de contrapartida central, está previsto que la revisión en curso del Reglamento EMIR aborde la necesidad de que el BCE disponga de las competencias adecuadas para garantizar la correcta supervisión de los posibles riesgos derivados de las entidades de contrapartida central para la ejecución de la política monetaria y el funcionamiento de los sistemas de pago. La propuesta implica, entre otras cosas, el refuerzo de la función desempeñada por los bancos centrales de la Unión en el marco regulatorio. Este refuerzo es necesario, en primer lugar, debido al continuo crecimiento de la compensación central y la concentración de riesgos financieros en las entidades de contrapartida central, lo que aumenta los posibles efectos perturbadores que dichas entidades pueden tener en la ejecución de la política monetaria. En segundo lugar, la salida del Reino Unido de la Unión implica que, en el futuro, una gran parte de las actividades de compensación expresadas en euros podrán llevarse a cabo desde fuera de la Unión.

17.  ¿Cuáles son los riesgos del brexit para la estabilidad financiera?

La repercusión del brexit dependerá de las características de la futura relación entre el Reino Unido y la Unión. Como todavía no está claro el resultado final de las negociaciones, deberíamos estar preparados para cualquier eventualidad, incluida una situación límite. Obviamente, una disposición transitoria conforme a las directrices del Consejo Europeo de diciembre facilitaría la transición. No obstante, todo este proceso es todavía incierto.

Desde el punto de vista del mercado europeo de servicios financieros, si el volumen de negocios de Londres fuese fragmentado y realizado en uno o varios mercados europeos o internacionales, ello daría lugar a una serie de consecuencias.

La fragmentación conllevaría costes estructurales temporales para el mercado de capitales de la Unión debido a la pérdida de economías de escala y redes, y a una disminución de la liquidez y de la profundidad de los mercados. Sin embargo, a largo plazo, estos costes disminuirían ya que los mercados que sustituirían a la City adquirirían profundidad.

Los sólidos vínculos transfronterizos entre el Reino Unido y la Unión en la prestación de servicios financieros hacen que el caso extremo de un brexit turbulento supondría riesgos significativos para la estabilidad financiera. Un motivo de preocupación son los derivados OTC y los contratos de seguros. En particular, en lo que concierne a las entidades de contrapartida central, la transición genera incertidumbre, ya que no puede presumirse que los miembros de las nuevas cámaras de compensación podrán equilibrar la oferta y la demanda ininterrumpidamente. Las operaciones en curso y las nuevas operaciones de los mercados del euro han de ser ejecutadas o migrar a entidades de contrapartida central autorizadas o reconocidas por la Unión, que sustituyan a las anteriores. Se trata de un proceso complejo que requiere tiempo. En términos más generales, también se plantean dudas sobre la transición hacia nuevas reglas o normas jurídicas.

Sin embargo, existen diversas medidas que pueden atenuar la incertidumbre que rodea a la transición. Así, un anuncio anticipado acerca del futuro marco, autorizaciones provisionales, mecanismos de protección de los derechos adquiridos o tiempo para la novación de todos los contratos representan pasos para contribuir a una transición ordenada.

Mucho depende de las decisiones estratégicas de los bancos que operan más en estos mercados. Resulta esencial que las entidades afectadas se preparen oportunamente para hacer frente a las fricciones que puedan surgir durante la transición y se adapten a todos los posibles escenarios futuros.

Tanto el BCE como los BCN deben estar preparados para afrontar la transición y el traslado de entidades financieras del Reino Unido. Son necesarios criterios claros en cuanto al tratamiento de estas entidades (es decir, la validación de los modelos internos que utilizaban en el Reino Unido) y los supervisores han de velar por que las entidades reubicadas no sean meras sociedades fantasma que mantienen su actividad y sus recursos en el Reino Unido.

Si la transición se prepara adecuadamente, no hay que esperar importantes repercusiones a largo plazo para la estabilidad financiera y la economía de la zona del euro.

18.  ¿Cómo puede mejorarse el marco de gobernanza económica y, en especial, su ejecución? UE

En una unión monetaria, los Estados miembros proporcionan importantes instrumentos de estabilización. En compensación, deben reforzarse otros mecanismos para evitar y amortiguar las perturbaciones.

•  En primer lugar, los mercados financieros redistribuyen los riesgos en una unión monetaria y aumentan la cuota de riesgo compartido del sector privado. Con la realización de la unión bancaria y de la Unión de los Mercados de Capitales se pretende conseguir mercados financieros integrados que garanticen una asignación eficaz de los recursos en toda la UEM. Estas uniones deben acabar de realizarse con carácter prioritario.

•  En segundo lugar, es esencial aumentar la resiliencia de las economías a título individual y evitar las divergencias de competitividad entre los miembros de la UEM que den lugar a desequilibrios insostenibles. Para ello, es necesario un marco de gobernanza económica sólido y eficaz que garantice la estabilidad financiera. Las reformas estructurales son importantes para asegurar la convergencia en la Unión, pero lo son todavía más para los países que comparten una moneda y para el buen funcionamiento de la Unión Económica y Monetaria.

•  Los Estados miembros deben ser conscientes de que formar parte de una unión monetaria implica una mayor coordinación de las políticas económicas, en consonancia con un nivel más profundo de integración.

La crisis ha demostrado que la estabilidad de precios que ofrece el BCE, junto con la coordinación de las finanzas públicas a través del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, no es suficiente para garantizar la estabilidad financiera en la zona del euro. La formación de desequilibrios puede poner en riesgo la estabilidad financiera y menoscabar los mecanismos de transmisión de la política monetaria. Es por ello que se han acometido reformas sustanciales de la gobernanza económica de la zona del euro: además del refuerzo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y de una mayor coordinación presupuestaria, se ha establecido un marco para la supervisión y corrección de los desequilibrios macroeconómicos. La misión del procedimiento de desequilibrio macroeconómico es controlar la formación de desequilibrios y poner en marcha medidas de corrección, cuando sea necesario. Además, el Semestre Europeo exige que los Estados miembros adopten las medidas necesarias para responder a sus principales retos e intenta coordinar la aplicación de reformas estructurales.

Todas estas reformas eran necesarias y útiles para la gobernanza económica, pero todavía queda mucho por hacer.

•  En el marco de las políticas fiscales, hay una creciente demanda de simplificación de las normas presupuestarias para garantizar una mayor apropiación y una aplicación transparente y coherente de las normas acordadas. Lo importante es que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento garantice que los Estados miembros constituyan reservas presupuestarias en épocas de bonanza. Por tanto, es necesario imponer contundentemente el cumplimiento de las normas presupuestarias acordadas, ya que, de lo contrario, los Estados miembros seguirán siendo vulnerables a la próxima crisis, habida cuenta del escaso margen presupuestario disponible hoy en día.  

•  Por otra parte, queda margen de mejora para que el procedimiento de desequilibrio macroeconómico se convierta en una auténtica herramienta de alerta rápida respecto a la formación de desequilibrios que desencadene la adopción de medidas correctoras.

•  La aplicación de reformas estructurales también debe mejorarse. Los Estados miembros deben asumir plenamente las reformas necesarias para abordar sus desequilibrios, así como sus responsabilidades individuales.

•  Los Estados miembros han de cumplir sus compromisos, mientras que el Semestre Europeo debe ofrecer un marco para una coordinación y secuenciación adecuadas de las reformas estructurales a fin de internalizar los posibles efectos de contagio. En este contexto, la coherencia entre las recomendaciones individuales y las recomendaciones para la zona del euro puede contribuir a reforzar la resiliencia de la unión monetaria.

Las reformas estructurales son esenciales para aumentar la resiliencia de la unión monetaria y mantener unos elevados niveles de crecimiento y empleo sostenibles a largo plazo. Permiten liberar el potencial de crecimiento y, al suprimir los obstáculos a la inversión, crean un entorno que favorece la inversión. Además, las reformas estructurales son el principal mecanismo de reducción de riesgos en una unión monetaria y ayudarán a generar la confianza política necesaria para avanzar en otras reformas que son necesarias para la profundización de la UEM.

Todas estas medidas contribuirán a hacer que cada una de las economías y la zona del euro en su conjunto sean más resilientes ante las perturbaciones adversas. No obstante, ni siquiera los mercados más flexibles y eficientes tienen la capacidad de amortiguar perturbaciones de gran envergadura. La zona del euro necesita una red de seguridad adecuada y esto es precisamente lo que se pretende lograr en el marco del actual debate sobre el refuerzo del Mecanismo Europeo de Estabilidad (véase la pregunta relacionada con el MEDE).

Con una perspectiva a más largo plazo, la zona del euro se beneficiaría de una mejor coordinación de las políticas fiscales y de la capacidad para aplicar una combinación de políticas adecuada en la zona del euro. En este contexto, un instrumento de estabilización fiscal podría resultar útil para hacer frente a grandes perturbaciones sin tener que depender excesivamente del BCE para la estabilización.  Su configuración debería responder a las preocupaciones relacionadas con el riesgo moral, por lo que subordinar el acceso a esta capacidad al cumplimiento de compromisos en materia de reformas estructurales y de las normas presupuestarias podría suponer un incentivo adecuado para lograr unas políticas económicas sólidas.

En la Cumbre del Euro de diciembre de 2017, los jefes de Estado y de Gobierno decidieron otorgar prioridad a los debates sobre la unión bancaria y el futuro del MEDE, con vistas a la adopción de un primer conjunto de decisiones en junio. Al mismo tiempo, está previsto que prosigan los debates sobre otras cuestiones con una perspectiva a más largo plazo. Ahora que las perspectivas económicas han mejorado es hora de reflexionar sobre la gobernanza económica de la UEM para velar por su resiliencia antes de que se produzcan futuras crisis.

19.  ¿Qué opina usted sobre el debate en curso en torno a los persistentes niveles elevados de deuda pública en la zona del euro?

La crisis dio lugar a un notable deterioro de las finanzas públicas en la UE y en la zona del euro, debido a que los Gobiernos habían dejado que los déficits se expandieran a fin de apoyar la economía, pero también porque los pasivos implícitos del sector bancario de algunos Estados miembros se materializaron en el balance del sector público. Los inversores plantearon su inquietud ante la sostenibilidad de la deuda pública y como consecuencia, los mercados financieros de la zona del euro se fragmentaron a lo largo de líneas nacionales.

Se tomaron medidas para evitar que esto volviera a producirse, como la creación de la Unión Bancaria (ya mencionada) y reformas sustanciales con miras a reforzar la disciplina presupuestaria y a mejorar la coordinación de las políticas económicas. Como resultado de estos esfuerzos, la UE es una de las regiones en las que se ha logrado una mayor consolidación presupuestaria, a pesar de la frágil recuperación, y los Estados miembros están saliendo con éxito del procedimiento de déficit excesivo. En los próximos años, se espera que los Estados miembros se encuentren bajo el componente preventivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. El esfuerzo de consolidación ha situado firmemente la proporción entre la deuda pública y el producto interior bruto en la zona del euro en una tendencia descendente.

No obstante, esta tendencia global positiva oculta importantes divergencias entre los Estados miembros. A este respecto, es de la mayor importancia aprovechar el actual entorno económico positivo para constituir estabilizadores presupuestarios. Esto es especialmente indicado en el caso de los Estados miembros muy endeudados, que deben optar por una vía adecuada de consolidación acorde con su situación cíclica. Indudablemente, en épocas propicias las políticas presupuestarias deben crear un margen presupuestario suficiente para compensar trastornos adversos cuando se produzcan. De otro modo, el área del euro seguirá siendo vulnerable ante recesiones futuras. Ello significa que los Estados miembros deben hacer frente a sus responsabilidades en virtud del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

No significa en cambio que no haya margen para mejorar el marco presupuestario de la zona del euro a medio plazo. Hay llamamientos crecientes en favor de simplificar las normas presupuestarias y basar las recomendaciones de política fiscal en indicadores observables bajo el control del Gobierno que reflejen una comprensión común de la situación cíclica. Ello aumentaría la aceptación de las normas presupuestarias y facilitaría su cumplimiento coherente.

Finalmente, no debemos olvidar que el crecimiento sigue siendo fundamental para la sostenibilidad de las finanzas públicas. A este respecto, las reformas estructurales que liberen potencial de crecimiento y aumenten la competitividad de las economías de la zona del euro ayudarán a gestionar el volumen de deuda acumulado tras la crisis aportando crecimiento y empleo sostenibles a largo plazo.

20.  ¿Cuál es su opinión acerca de la reciente evolución del tipo de cambio entre el dólar estadounidense y el euro?

Aunque el tipo de cambio en sí mismo no forma parte del mandato del BCE (que se centra en la estabilización de la inflación de los precios de consumo) es ciertamente uno de los precios financieros que el BCE sigue atentamente en su evaluación de las perspectivas macroeconómicas, que a su vez representan un factor clave para sus decisiones de política económica.

La apreciación reciente del euro (18 % durante el pasado año) no es inhabitual desde un punto de vista histórico: desde la introducción de la moneda única, ha habido varios episodios de incrementos similares e incluso más acusados. La apreciación del euro se asocia con una revaluación de las perspectivas de la política monetaria por parte de los participantes en el mercado, en vista de la evolución macroeconómica positiva de la zona del euro, así como de la esperada disminución de las compras de activos por el BCE. En gran medida, esta reciente apreciación del tipo de cambio efectivo nominal de la zona del euro es el reflejo de evoluciones positivas, como la mejora de las perspectivas económicas y la creciente confianza del mercado, en un contexto de superávit por cuenta corriente, por lo que este movimiento está asociado con la mejora de las variables económicas fundamentales. Obviamente, se espera que la apreciación tenga algún efecto restrictivo de las exportaciones y la inflación. No obstante, si la tendencia a la apreciación persistiera o se acentuara, podría tener un mayor impacto moderador del crecimiento y la inflación, lo que haría más difícil que el BCE alcanzara su objetivo de inflación. En cualquier caso, el BCE debe permanecer vigilante ante la evolución de los tipos de cambio y analizar continuamente los desafíos que plantean para la estabilidad de los precios.

21.  ¿Cómo evalúa los logros alcanzados por el G-20? ¿Cuál es su opinión sobre el nivel actual de coordinación entre los principales bancos centrales?

El G-20 ha demostrado ser un foro clave para reforzar la cooperación económica internacional y fomentar una economía global abierta e integrada. Hay dos ámbitos en los que el G-20 se ha mostrado especialmente eficaz. Por un lado, el G-20 ha reforzado la resiliencia del sistema financiero global con su mandato al Consejo de Estabilidad Financiera para que desarrolle un paquete general de reformas, especialmente para hacer frente al riesgo moral de las entidades de importancia sistémica mundial. Por el otro lado, y con la colaboración de la OCDE, el G-20 ha tenido un útil papel en la lucha contra la evasión fiscal y el blanqueo de capitales con el lanzamiento de un conjunto de medidas para abordar la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios y favorecer el intercambio automático de información fiscal. Actualmente, el G-20 se encuentra ante nuevos retos, como abordar la innovación financiera en el sistema financiero (FinTech) y en la fiscalidad, lo que demuestra que sigue siendo pertinente su papel en términos de coordinación global.

Los bancos centrales pueden contribuir a la estabilidad de los tipos de cambio comunicando esmeradamente y por adelantado su orientación de la política monetaria, en la línea de la mejora registrada a lo largo de los últimos años mediante las «indicaciones sobre la orientación futura». En este sentido, es muy positivo que los comunicados del CMFI, el G-7 y el G-20 sigan reflejando las repercusiones negativas que la volatilidad excesiva y los movimientos desordenados de los tipos de cambio pueden tener para la estabilidad económica y financiera y el compromiso de las autoridades nacionales de abstenerse de practicar devaluaciones competitivas y de valerse de los tipos de cambio para fines competitivos. El BCE debe mantener una comunicación constante con los bancos centrales de otras divisas. Sin embargo, hay poco espacio para emprender una coordinación de gran alcance de la política monetaria a nivel global, pues los bancos centrales tienen mandatos nacionales. Dicho esto, considero que en estos últimos años hemos presenciado un grado bastante satisfactorio de cooperación entre los principales bancos centrales en las economías avanzadas, como se refleja, por ejemplo, en su fluida comunicación sobre tipos de cambio, su orientación favorable a la estabilidad global y su provisión de liquidez en moneda extranjera. Pienso que esta coordinación es bienvenida y debe seguir reforzándose en el futuro.

C. Estabilidad y supervisión financieras

22.  ¿Cómo podemos abordar el legado de la crisis de los altos niveles de préstamos dudosos así como los riesgos en el flujo de préstamos dudosos?

Aunque están concentrados en bancos concretos, los préstamos dudosos son probablemente el mayor desafío con que se enfrenta actualmente la zona del euro, pues están erosionando la confianza en los bancos europeos. Los préstamos dudosos pesan en los balances de los bancos, no solo porque obstaculizan su rentabilidad potencial, sino también porque restringen su capacidad de préstamo. Según la Autoridad Bancaria Europea (ABE), los préstamos dudosos se reducen desde 2014, pero la proporción y el volumen se mantienen elevados (cerca de 800 000 millones de euros).

Los tres aspectos más destacados que deben tenerse en cuenta a la hora de abordar los préstamos dudosos son la transparencia, su adecuada valoración y la adecuada dotación de provisiones. Con arreglo a estas líneas, las medidas propuestas recientemente por el BCE y la Comisión van en la dirección correcta.

Es necesario un enfoque paso por paso, que combine la presión continua de los supervisores (por ejemplo, el MUS) para incrementar las provisiones y vender activos dudosos, junto con mejoras en el marco regulador de algunos países, de manera que sea más sencilla la ejecución de la garantía y más eficaz la venta de préstamos dudosos y activos embargados. Con miras a la velocidad del proceso, podría ser también necesario tener en cuenta los niveles de capital de los bancos y su capacidad de captación de fondos en los mercados.

Para hacer frente a los préstamos dudosos es necesario un enfoque global, como exponían en julio de 2017 las Conclusiones del Consejo Ecofín sobre el Plan de acción para hacer frente a los préstamos dudosos en Europa. Ello engloba una amplia variedad de medidas, desde los mecanismos prudenciales de protección a los marcos de insolvencia o el desarrollo de mercados secundarios.

23.  ¿Cómo evalúa el alto nivel de activos de nivel 2 y nivel 3 en muchos balances bancarios? ¿Tiene debidamente en cuenta estos activos el marco de supervisión actual?

La clave para la gestión y la supervisión adecuadas de un banco reside en disponer de información correcta sobre el verdadero valor de sus activos. Cuanto mayor sea la falta de precisión a este respecto, más compleja y menos fiable será la evaluación de su solvencia.

Por consiguiente, los activos de nivel 2 y nivel 3, para los que no existen precios de mercado regulares y cuyo valor debe estimarse sobre la base de otros criterios o de modelos matemáticos complejos, representan un reto para contables, supervisores y administradores de bancos.

Precisamente por ello el marco fijado por el CEF para determinar qué bancos deben considerarse sistémicos a nivel global (bancos de importancia sistémica global, BISG) tiene en cuenta el volumen de este tipo de activos como uno de los elementos principales para determinar el grado de complejidad de un banco. Con arreglo a esta clasificación, los BISG están sujetos a requisitos más estrictos en materia de solvencia y resolución.

En todo caso, parece haber una cuestionable tendencia a estigmatizar automáticamente estos activos y considerarlos «activos problemáticos», como los préstamos dudosos, los préstamos reestructurados o los activos embargados.

No obstante, los supervisores deben abordar adecuadamente estos activos. En primer lugar, debemos estar seguros de que los activos de nivel 2 y nivel 3 están identificados y clasificados debidamente en los balances de los bancos. En segundo lugar, los supervisores deben controlar la adecuada valoración de ambos tipos de activos. Esto es particularmente importante en el caso de los bancos grandes y complejos. Análogamente al enfoque adoptado en relación con los préstamos dudosos, los supervisores bancarios deben cerciorarse de que los bancos valoran correctamente los activos o, en caso contrario, reflejar la infravaloración lo antes posible en la cuenta de pérdidas y ganancias.

24.  ¿Cuáles son sus puntos de vista sobre la regulación de las entidades del sector bancario paralelo?

La financiación no bancaria ofrece una alternativa a la financiación bancaria y contribuye a apoyar la economía real.  El sistema bancario paralelo es una fuente de diversificación de la oferta de crédito, pero también puede convertirse en una fuente de riesgos para el sistema, directos o indirectos, a través de su interconexión con bancos.  Es importante, así pues, abordar estos riesgos e identificar las medidas políticas adecuadas para evitarlos y garantizar la transparencia de las entidades del sector bancario paralelo. Cuanto más transparentes sean estos riesgos, más precisa será la formación de precios.

En este sentido, se han hecho muchos progresos. El CEF viene trabajando desde su creación en 2009 en la transformación del sistema bancario paralelo en una financiación resiliente basada en el mercado.  Asimismo, la Comisión publicó en 2013 una comunicación en la que se exponen varias prioridades, como la transparencia del sector bancario paralelo y el establecimiento de un marco para los fondos del mercado monetario (FMM). Los fondos del mercado monetario aportan financiación a corto plazo a entidades financieras, empresas y Estados. El 20 de julio de 2017 entró en vigor el Reglamento (UE) 2017/1131 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 14 de junio de 2017, sobre fondos del mercado monetario, con varias medidas para reducir la vulnerabilidad de estos fondos ante situaciones de pánico entre los inversores.

En todo caso, habida cuenta de la importancia del sistema bancario paralelo para la estabilidad macrofinanciera, debe continuar siendo objeto de una atenta observación.

25.  ¿Considera usted que el marco de resolución está funcionando eficazmente, a la luz de los casos del Banco Popular, la Banca Popolare di Vicenza y la Veneto Banca?

Casos recientes han puesto de manifiesto que el marco europeo de resolución bancaria, establecido en 2014 con la adopción de la Directiva sobre reestructuración y resolución bancarias y el Reglamento sobre el Mecanismo Único de Resolución, ha demostrado funcionar con eficacia.

Un caso destacado ha sido la reciente resolución del Banco Popular el pasado junio. El 6 de junio de 2017, a raíz de la constatación del BCE de que el sexto mayor banco español era inviable o probablemente iba a serlo, la Junta Única de Resolución (JUR) logró adoptar un plan de resolución (respaldado por la Comisión Europea e implementado por el FROB, la Autoridad de Resolución Ejecutiva española), y ejecutó la venta del grupo a un comprador viable. Obrando así, cumplió su mandato de proteger la estabilidad financiera, garantizar las funciones críticas y evitar el gasto de dinero del contribuyente. En la mañana del 7 de junio, las oficinas del Banco Popular abrieron para desarrollar sus actividades como de costumbre, sin que se gastara un solo céntimo de dinero público y sin repercusiones para los mercados financieros y el público en general, a pesar de que la Autoridad de Resolución había hecho uso de sus poderes extraordinarios para amortizar y convertir acciones e instrumentos admisibles de capital de nivel 1 o de nivel 2.

Esta primera experiencia de resolución en el marco de la unión bancaria ha estado seguida de otros casos en Italia en los que las autoridades de toda Europa también han trabajado y cooperado estrechamente para aplicar la legislación de la Unión.

El 23 de junio de 2017, el BCE declaró que la Banca Popolare di Vicenza y la Veneto Banca eran inviables o probablemente iban a serlo, y la JUR decidió que la acción de resolución no estaba justificada en interés público en el caso de estos bancos. Como consecuencia, ambas entidades fueron liquidadas en virtud de procedimientos de insolvencia italianos.

Últimamente, cabría mencionar los casos más recientes del ABLV en Letonia y su filial en Luxemburgo. El 23 de febrero fueron declarados inviables o con probabilidades de serlo, y serán liquidados conforme a la legislación nacional.

A pesar de los enormes progresos registrados en la construcción de la Unión Bancaria, pueden extraerse lecciones de estos casos. En primer lugar, los marcos de insolvencia pueden armonizarse en mayor medida, pues son la alternativa a la resolución, que, por el contrario, se ejecuta en un marco común de la UE. En segundo lugar, es necesario también reforzar el marco de resolución a fin de gestionar crisis causadas por problemas de liquidez, preferiblemente mediante instrumentos y procedimientos que deberían ser simples, rápidos y con la credibilidad suficiente. Hay que seguir trabajando para reforzar el proceso de planificación de la resolución, entre otras vías, mediante la determinación y el control del requisito mínimo de fondos propios y pasivos admisibles para todas las entidades (tomando siempre en consideración las circunstancias particulares de cada grupo), el diseño de las estrategias de resolución o un mayor énfasis en la recopilación de información oportuna y actualizada. La reforma en curso de la Directiva sobre reestructuración y resolución bancarias ofrece una oportunidad para incorporar determinados elementos clave al sistema actual y, en último extremo, para reforzar y hacer aún más sólido el marco europeo de resolución.

25.  ¿Cuáles son sus opiniones sobre los posibles pasos hacia la realización de la Unión Bancaria con un Sistema Europeo de Garantía de Depósitos y un mecanismo de protección presupuestaria, incluida la necesaria aplicación de la legislación vigente sobre la Unión Bancaria y el trabajo en curso sobre el reparto y la reducción de riesgos?

Completar la Unión Bancaria constituye, junto con la Unión de los Mercados de Capitales, una prioridad para la Unión Económica y Monetaria. En ausencia de reparto del riesgo presupuestario, la unión financiera adquiere la máxima importancia para absorber trastornos. Además, establecer la igualdad de condiciones para los bancos en la Unión Bancaria contribuirá a la estabilidad financiera y a una transmisión fluida de la política monetaria.

Como ya se ha indicado, desde la crisis se han implementado reformas sustanciales, con una revisión de la regulación bancaria y la constitución del Mecanismo Único de Supervisión y del Mecanismo Único de Resolución. Como consecuencia, los bancos están hoy mejor capitalizados y son fundamentalmente más resilientes, con mejores coeficientes de solvencia, liquidez y endeudamiento.

En junio de 2016, el Consejo de la UE acordó una hoja de ruta para completar la Unión Bancaria. Esta hoja de ruta contiene medidas para reducir y repartir los riesgos en el sector bancario. Están en curso los trabajos para explorar la secuenciación más adecuada para estas medidas y para hacer operativa esta hoja de ruta, como requirió la Cumbre sobre el Euro en 2017. Los Estados miembros deben decidir hasta qué punto deben avanzar en paralelo o secuenciadas las medidas de reducción de riesgos y reparto de riesgos.

Están aportando progresos sustanciales en relación con las medidas de reducción de riesgos previstas en la hoja de ruta las propuestas legislativas de la Comisión de noviembre de 2016, de las que dos elementos (prelación de acreedores y NIIF 9) ya se han tramitado por la vía rápida. Están avanzando las negociaciones sobre los otros elementos de este paquete. Los préstamos dudosos siguen constituyendo el reto principal del sector bancario de la UE. Es necesario hacer frente al legado de la crisis y prevenir la acumulación futura de préstamos dudosos.

El análisis de la Comisión Europea, compartido por otras instituciones, es que los riesgos del sector bancario se han reducido sustancialmente y ahora es el momento de avanzar en la realización de los dos elementos que faltan de la Unión Bancaria: el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (SEGD) y el mecanismo de protección común para el Fondo Único de Resolución (FUR).

El SEGD es el tercer pilar de la Unión Bancaria y como tal es la laguna más importante en su arquitectura. Un sistema de garantía de depósitos completo garantizaría la igualdad de condiciones en la Unión Bancaria y fomentaría una mayor integración financiera. Ahora que se han centralizado la supervisión y la resolución bancarias, ofrecer a los depositantes las mismas garantías con independencia de su ubicación equilibraría las obligaciones y responsabilidades en la Unión Bancaria. En un esfuerzo de consenso, la Comisión ha propuesto una vía pragmática hacia adelante, con la introducción gradual del SEGD. En esta propuesta revisada, la primera fase de reaseguro no entraña ningún reparto de riesgos, lo que debería facilitar su rápida introducción.

En cuanto al mecanismo de protección común para el FUR, ya hay un acuerdo político para introducirlo a más tardar al final del periodo de transición. La hoja de ruta prevé la posibilidad de hacerlo operativo antes, con la condición de que se haya progresado con las medidas de reducción de riesgos. Hay un amplio acuerdo en que el Mecanismo Europeo de Estabilidad sería un vehículo adecuado. Es importante realizar rápidos progresos hacia el mecanismo de protección común para la credibilidad del Mecanismo Único de Resolución.

Actualmente estamos ante una oportunidad extraordinaria para establecer una Unión Bancaria completa que garantice igualdad de condiciones a los bancos europeos e incremente su resiliencia ante crisis venideras. Las medidas de reducción de riesgos contribuirán a formar el necesario consenso para realizar progresos sin repartir riesgos. Al mismo tiempo, las medidas de reparto de riesgos contribuyen también a reducirlos. Los Estados miembros se encuentran ante el reto de decidir la secuenciación más adecuada. A la conclusión del proceso, una Unión Bancaria completa contribuirá a preservar la estabilidad financiera y, como consecuencia, a una transmisión fluida de la política monetaria.

26.  ¿Qué falta todavía para profundizar la UEM?

Cuando se creó la zona del euro, se esperaba que la estabilidad de precios junto con unas políticas presupuestarias prudentes coordinadas a través del Pacto de Estabilidad y Crecimiento garantizasen la estabilidad macroeconómica en la unión monetaria. Resultaron insuficientes los mecanismos para prevenir divergencias de competitividad, que dieron lugar a desequilibrios insostenibles en la zona del euro, financiados principalmente con deuda a corto plazo.

Cuando estos desequilibrios se hicieron palmarios, los miembros de la zona del euro no disponían ya del tipo de cambio como mecanismo de ajuste. Las rigideces del mercado de trabajo y los mercados de productos dieron lugar a un coste sustancial en términos de empleo y productividad. Además, la fragmentación financiera de la zona del euro y los temores de redenominación afectaron al mecanismo de transmisión de la política monetaria única, de modo que las condiciones de financiación de los operadores económicos resultaron determinadas por su país de localización.

Aunque las reformas implementadas durante la crisis han mejorado significativamente la resiliencia de la UEM, aún queda mucho por hacer para que la UEM esté preparada adecuadamente para la próxima crisis. Profundizar la UEM supone reformar su arquitectura para aumentar su resiliencia y dotarla de los mecanismos necesarios para, en un primer momento, prevenir trastornos y a continuación, en un segundo momento, adaptarse a ellos cuando se produzcan.

La prevención de crisis supone la reducción de riesgos en la unión monetaria. En primer lugar, en el sector financiero, en el que ya se han implementado reformas sustanciales. En segundo lugar, en las economías de los Estados miembros, cuando resulte necesario velar por su resiliencia mediante reformas estructurales adecuadas que eviten divergencias de competitividad. Las reformas estructurales son el principal mecanismo de reducción de riesgos de la UEM. Además de promover la convergencia real, las reformas estructurales liberarán crecimiento potencial y apoyarán el empleo y el crecimiento económico sostenibles.

No obstante, incluso si se alcanzara la plena convergencia, la zona del euro sería incapaz de prevenir todos los trastornos macroeconómicos. Por lo tanto, son también necesarios instrumentos de gestión de crisis.

La unión financiera puede promover el reparto de riesgos en el sector privado. Para financiar la integración financiera, son necesarias la Unión de los Mercados de Capitales y la Unión Bancaria. Un mecanismo de protección común para el Fondo Único de Resolución y un Sistema Europeo de Garantía de Depósitos son necesarios para poder disfrutar una Unión Bancaria completa (véase la pregunta anterior).

Además, hay llamamientos crecientes en favor de una capacidad de estabilización macroeconómica para la zona del euro a fin de responder ante trastornos graves que resulten excesivos para los estabilizadores automáticos nacionales. Quienes la propugnan la conciben como un complemento para los estabilizadores presupuestarios nacionales en caso de trastorno adverso grave. También podría utilizarse para apoyar la implementación de una orientación presupuestaria adecuada, contribuyendo con ello a una adecuada combinación de políticas en la zona del euro y a reducir la excesiva dependencia de la política monetaria respecto de la estabilización. Si se implementa esta capacidad de estabilización, su diseño debería tener debidamente en cuenta las consideraciones sobre los riesgos morales y aportar incentivos para unas políticas económicas sólidas, en particular las finanzas públicas sostenibles o la realización de reformas estructurales que garanticen una mayor convergencia real e incrementen la resiliencia de las distintas economías.   

Finalmente, reforzar el MEDE, como se expone a continuación, reforzaría la capacidad de la UEM para preservar la estabilidad financiera.

Todas estas reformas darán lugar a una mayor integración de las economías de la zona del euro que demandará transferencias de soberanía. Estas transferencias de soberanía deben ir acompañadas de la debida rendición de cuentas democrática, con un papel reforzado para los Parlamentos nacionales y el Parlamento Europeo.

27.  ¿Cómo considera usted el desafío para el BCE si el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) debiera transformarse en un fondo monetario europeo?

Desde su creación en 2012, el Mecanismo Europeo de Estabilidad ha desempeñado un papel crucial para preservar la estabilidad financiera en la zona del euro. Junto con su predecesor, el FEEF (establecido en 2010), ha prestado asistencia financiera a cinco Estados miembros. Cinco años después, los líderes han conferido un mandato claro para debatir el futuro de la institución. Se abre ahora una oportunidad para desarrollar una red de seguridad completa para la zona del euro. Europa debe disponer de la capacidad y los instrumentos necesarios para gestionar sus crisis, manteniéndose al mismo tiempo abierta a la participación del FMI.

Desde una perspectiva puramente institucional, al MEDE le corresponde el marco de la UE. Ello reforzaría su rendición de cuentas democrática. No obstante, si para ello es necesario modificar los Tratados, las negociaciones podrían retrasarse. Mientras tanto, no debe desaprovecharse la oportunidad de reforzar y consolidar la institución con miras a incorporarla al marco comunitario a su debido tiempo. El MEDE, como institución de gestión de crisis, debe estar equipado adecuadamente para desempeñar esta función.

Parece haber un amplio acuerdo en que el MEDE sería una solución idónea para el mecanismo de protección común para el Fondo Único de Resolución.

Se espera también que el MEDE desempeñe un papel más destacado en los futuros programas de asistencia financiera, en particular en la concepción y el seguimiento de programas en colaboración con la Comisión.

En cuanto a su interacción con el BCE, debemos tener en cuenta ante todo que el BCE y el MEDE tienen mandatos diferentes. El principal objetivo del BCE es garantizar la estabilidad de precios en la zona del euro, mientras que el MEDE es una institución presupuestaria responsable de mantener la estabilidad financiera en la zona del euro prestando apoyo financiero acompañado de condiciones a países de la zona del euro. Estos mandatos son complementarios: mientras que la estabilidad de precios es una condición necesaria para la estabilidad financiera, esta, al mismo tiempo, contribuye a la transmisión fluida de la política monetaria. Por lo tanto, un MEDE reforzado y mejor equipado para mantener la estabilidad financiera debería ser un apoyo para que el BCE desempeñe mejor su mandato.

Como punto final, no se espera que el MEDE se convierta en una institución monetaria. Aunque sus similitudes con la función del Fondo Monetario Internacional pueden resultar comprensibles, sería aconsejable evitar posibles confusiones en el futuro derivadas de un cambio de nombre a «Fondo Monetario Europeo». Hay muchas otras denominaciones posibles que podrían reflejar adecuadamente el carácter de esta institución, pero la decisión final corresponde a los Estados miembros.

28.  ¿Qué opina sobre la necesidad de garantizar una separación estricta entre la política monetaria y la supervisión bancaria y cuáles son, en su opinión, las reformas que mejorarían y favorecerían esa separación? ¿Cuál es su opinión sobre el actual marco institucional de la JERS en el seno del BCE con respecto a sus logros concretos en la supervisión macroprudencial?

El marco actual parece funcionar bien. La asunción por parte del BCE de las competencias en la supervisión de las entidades de crédito se ha abordado de una forma que respeta plenamente su independencia en el desempeño de sus funciones en materia de política monetaria. Cuando se confió al BCE la supervisión prudencial de las entidades de crédito en 2014, se consideraba que, como banco central de la zona del euro, estaba bien situado para llevar a cabo estas nuevas tareas debido a su amplia experiencia en cuestiones macroeconómicas y de estabilidad financiera. De hecho, en muchos Estados miembros los bancos centrales también son responsables de la supervisión bancaria.

Con el fin de garantizar una separación estricta entre ambas competencias, se adoptó un marco jurídico detallado (el Reglamento del MUS, la Decisión del BCE sobre la separación entre la política monetaria y sus funciones de supervisión, la creación de la Comisión de mediación, modificaciones a la Reglamentación interna, normas de confidencialidad sobre el intercambio de información y el secreto profesional), de modo que cada una de estas funciones políticas se ejerciera de conformidad con sus objetivos correspondientes. Por otra parte, la organización interna del BCE garantiza que los miembros de su personal que participen en la realización de las funciones de supervisión estén separados en el plano organizativo de los miembros que realizan otras tareas y sujetos a canales de información independientes. También se han establecido para el MUS nuevos procedimientos que garantizan un proceso de adopción de decisiones de supervisión ágil e independiente (el procedimiento de no objeción). Y por último, en lo que se refiere a la rendición de cuentas, el BCE está obligado a informar al Parlamento Europeo y al Consejo sobre el modo en que mantiene la separación de ambas funciones. Podría existir cierto margen para perfeccionarse en algunos ámbitos tales como el funcionamiento de los servicios compartidos en el seno del BCE o el proceso de toma de decisiones, pero en conjunto el sistema está funcionando bien en el actual marco jurídico. En cualquier caso, una separación efectiva entre las funciones de política monetaria y de supervisión no debe impedir cosechar, en la medida de lo posible y deseable, todos los beneficios que cabe esperar de la combinación de estas dos funciones políticas en la misma institución.

Por lo que respecta a la JERS, ha estado trabajando con normalidad desde su creación. Una parte significativa de su éxito es resultado del respaldo del BCE a todos los niveles. La política macroprudencial es una cuestión clave para un banco central y, por lo tanto, el BCE debería continuar con su liderazgo en la JERS. La JERS es un órgano generalmente eficiente que no requiere grandes cambios políticos, sino ajustes específicos en su estructura. No obstante, su estructura y composición actuales reflejan el marco institucional en el momento de su creación, que ha cambiado mucho desde entonces. Uno de los cambios más importantes ha sido la puesta en marcha del Mecanismo Único de Supervisión y del Mecanismo Único de Resolución. La cooperación entre la JERS y estas instituciones debe reforzarse, habida cuenta de la posible pertinencia de su cometido para la política macroprudencial.

29.  ¿Cuáles son sus puntos de vista sobre la reforma estructural del sector bancario en lo que respecta a las entidades «demasiado grandes o interconectadas para quebrar»?

El Consejo de Estabilidad Financiera, en estrecha cooperación con el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, ya ha desarrollado un conjunto de criterios para determinar la importancia sistémica global de los bancos. De acuerdo con estos criterios, en la actualidad hay treinta entidades de crédito agrupadas en cinco categorías (aunque la quinta categoría está vacía actualmente) en función de su grado específico de importancia sistémica mundial, con unos requisitos crecientes de capacidad total de absorción de pérdidas (TLAC). Además, la Directiva sobre requisitos de capital contiene un conjunto de criterios para definir otros tipos de entidades de importancia sistémica (es decir, bancos cuya quiebra podría tener consecuencias sistémicas para la estabilidad financiera y la economía real en uno o varios Estados miembros), que también están sujetas a un recargo de capital. Por último, en el marco de la Directiva sobre reestructuración y resolución bancarias, se van a establecer las exigencias del requisito mínimo de fondos propios y pasivos admisibles también teniendo en cuenta el tamaño y la complejidad de la entidad bancaria.

Las exigencias de la TLAC y del requisito mínimo de fondos propios y pasivos admisibles constituyen un paso significativo para ser capaces de abordar los problemas de las entidades «demasiado grandes para quebrar». Su objetivo es garantizar la aplicación eficaz y creíble del instrumento de recapitalización interna, evitando la utilización del dinero de los contribuyentes.

D. Funcionamiento del BCE, rendición de cuentas democrática y transparencia

30.  ¿Cuál será su enfoque personal del diálogo social en el BCE?

Las cuestiones de personal del BCE y su política de empleo son cada vez más visibles en los últimos tiempos. A medida que se amplía el papel del BCE, determinados asuntos relativos a la gestión de los recursos humanos son cada vez más importantes en el contexto del diálogo social en la institución. En mi opinión, sería muy positivo seguir mejorando la cooperación con los representantes del personal y los sindicatos para trabajar juntos con el fin de seguir mejorando en temas como el modelo de asignación de recursos, el mantenimiento de unas normas de calidad elevadas y las prestaciones post-empleo. Sobre la base de principios como la transparencia, la cooperación y el respeto mutuo, el diálogo social podría aportar mejoras concretas para todos. Los representantes del personal deberían ser oportunamente informados y consultados sobre todas las cuestiones importantes para ellos. Además, a escala del SEBC/sistema del euro, el BCE mantiene un diálogo fructífero con los representantes del personal que debe mantenerse en los ámbitos donde las decisiones de los órganos rectores del BCE puedan tener una repercusión en las condiciones de empleo en los bancos centrales.

31.  ¿Qué conclusiones saca de la comparación entre las políticas de transparencia que sigue el BCE y las de otros grandes bancos centrales (la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, etc.)?

La transparencia y la buena comunicación son hoy en día esenciales para la gestión de la política monetaria, para transmitir información pertinente a los mercados financieros y al público, de forma que la dirección de la política monetaria pueda entenderse bien y anticiparse. Una mejor comprensión por parte del público hace más creíble y efectiva la política monetaria. Por último, pero no por ello menos importante, la transparencia es una de las piedras angulares de la buena gobernanza.

Las políticas de transparencia que sigue la Reserva Federal (FED) y el Banco de Inglaterra, por un lado, y el BCE, por otro, son necesariamente diferentes debido a la distinta naturaleza de dichas entidades, así como al contexto, los retos y los factores determinantes que afrontan. Uno de estos factores importantes es la complejidad del carácter multinacional del Eurosistema en comparación con otras autoridades de política monetaria. Sin embargo, esto no significa que las normas de transparencia del BCE sean inferiores a las de sus homólogos. Por el contrario, las normas de transparencia del BCE han aumentado rápida y considerablemente en los últimos tiempos. Hay que reconocer los esfuerzos considerables realizados por el BCE en los últimos años para reforzar su transparencia. La publicación de las cuentas de las reuniones de política monetaria y la divulgación de los órdenes del día son solo algunos ejemplos. En este sentido, el compromiso firme y reiterado del BCE de revisar, adaptar y actualizar su marco de transparencia es sin duda esencial y debe respaldarse.

32.  ¿Cuál es su opinión sobre la rendición de cuentas del BCE ante el Parlamento Europeo y los pasos necesarios para mejorarla, especialmente en el contexto de los diálogos trimestrales sobre política monetaria con la Comisión ECON? ¿Qué medidas y futuras reformas, en su opinión, reforzarían la rendición de cuentas democrática del BCE ante el Parlamento Europeo?

La rendición de cuentas garantiza que el BCE actúa de conformidad con su mandato. Es el contrapeso necesario de la independencia, que es esencial para que el BCE pueda cumplir ese mandato libre de cualquier interferencia. El BCE recibió el mandato directamente de los ciudadanos de la UE con ocasión de la ratificación de los Tratados y, por lo tanto, desde una perspectiva democrática, el BCE es responsable de su actuación ante los ciudadanos europeos y sus representantes por elección directa, presentes aquí, en el Parlamento Europeo.

El BCE ha desarrollado un marco de rendición de cuentas sólido y global a lo largo de los años. Las audiencias trimestrales de su presidente en la Comisión ECON, las numerosas y diversas preguntas que los diputados al Parlamento Europeo envían al BCE en relación con sus políticas y actividades fundamentales, las audiencias de los demás miembros del Comité Ejecutivo sobre temas específicos, la publicación y presentación del informe anual del BCE, así como el seguimiento de la Resolución correspondiente del Parlamento Europeo, el frecuente intercambio de puntos de vista entre el presidente del PE y el presidente del BCE y los numerosos requisitos de rendición de cuentas contenidos en el Reglamento del MUS, son solo ejemplos que demuestran la profundidad y la trascendencia de la relación de rendición de cuentas del BCE con el Parlamento Europeo.

En este contexto, el diálogo monetario trimestral constituye una herramienta esencial para proporcionar transparencia a las decisiones de política monetaria adoptadas por el BCE de cara a los ciudadanos de la Unión y sus representantes, especialmente en épocas en las que decisiones como la orientación futura o la estrategia de salida de la política monetaria no convencional se enfrentan a un mayor control. Creo que el elevado nivel actual de interacción demuestra que se trata de un ejercicio muy útil en el que ni los diputados al PE tienen miedo de hacer preguntas decisivas ni los representantes del BCE evitan facilitar la máxima información y justificación posible. Además, los temas elegidos por la Comisión ECON y el análisis de fondo sobre los temas gracias a documentos elaborados por expertos en política monetaria proporcionan previamente un foco de atención para las audiencias que permite a los diputados participar con el BCE en debates más amplios sobre la política económica en general.

Como ocurre con las demás políticas de la Unión, el Parlamento Europeo constituye un contrapoder fundamental que hay que preservar y garantizar. De cara al futuro, el marco de rendición de cuentas debe seguir siendo eficiente y adaptado a las nuevas necesidades y retos, ampliando las interacciones en caso necesario. En el caso del diálogo monetario, esas interacciones deben orientarse a garantizar una buena comprensión de la estrategia del BCE, dirigida adecuadamente y aplicada eficazmente y con éxito. Esto podría complementarse con sesiones temáticas especializadas sobre temas específicos que permitan un análisis y un debate más profundos sobre ámbitos de especial interés. En suma, la relación entre el BCE y el Parlamento Europeo, su socio clave en términos de rendición de cuentas, tiene que seguir siendo estrecha y sólida.

33.  ¿Cuáles son en su opinión los riesgos y desafíos más importantes a los que se enfrenta el BCE en la coyuntura actual?

A pesar de las medidas no convencionales extraordinarias aplicadas en los últimos años, se prevé que la inflación de la zona del euro se aparte de la tasa de referencia del 2 % durante los próximos años. Esta situación justifica una reevaluación permanente de las condiciones económicas y monetarias de la zona del euro y de los efectos de las medidas aplicadas hasta la fecha. Entretanto, el BCE debe también estar alerta sobre una eventual acumulación indebida de riesgos financieros en el entorno actual de tipos de interés muy bajos y condiciones financieras y monetarias permisivas.

De cara al futuro, persisten algunos retos importantes para la política monetaria en la zona del euro. Algunos se presentarán relativamente pronto, mientras que otros tienen un carácter más a largo plazo. A corto plazo, y en la medida en que la inflación muestra un continuo ajuste hacia su objetivo, el BCE tendrá que evaluar el modo de normalizar su postura en política monetaria. Esto implica tanto la adquisición de activos dentro del programa de adquisición de activos, así como el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito, que en la actualidad está en niveles negativos. Para el futuro, habrá que vincular los ajustes en el trazado de las adquisiciones netas de activos a los progresos realizados en la convergencia de la inflación hacia su objetivo. Una vez finalizadas las adquisiciones netas, se puede llevar a cabo la normalización mediante el aumento del tipo de la facilidad de depósito y de los demás tipos de interés oficiales.

Además de los retos que plantea el entorno actual de baja inflación y la necesidad de normalizar finalmente la orientación de la política monetaria, a largo plazo la política monetaria se enfrenta a un reto formidable, relacionado con el hecho de que los tipos de interés pueden mantenerse a un nivel muy bajo en el futuro. En particular, las pruebas apuntan a que el llamado tipo de interés natural ha descendido en los últimos años en las economías avanzadas y podría ser ahora cercano a cero o incluso negativo. Independientemente de las razones de esto (demográficas, tecnológicas, etc.), esos tipos de interés naturales plantean dificultades importantes para la política convencional de tipos de interés.

En estas circunstancias, parece que algunas de las medidas recientes, como los programas de adquisición de activos o la orientación de expectativas sobre los tipos de interés a corto plazo, se mantendrán entre las herramientas de los bancos centrales, ya que han demostrado ser útiles para reducir los tipos de interés a largo plazo cuando los tipos a corto plazo están estancados en su límite inferior efectivo. No obstante, estas políticas también tienen sus limitaciones. Por lo tanto, puede ser necesaria una reflexión más profunda sobre posibles ajustes en la estrategia de política monetaria. Sin embargo, así como cualquier cambio que se produzca en la estrategia de política monetaria es responsabilidad de los bancos centrales, vale la pena recordar que la política monetaria es en gran medida ineficaz para elevar los tipos de interés reales naturales. Estos últimos se hallan ampliamente determinados por factores reales, como la demografía y el progreso tecnológico. Como consecuencia de ello, la responsabilidad de elevar los tipos naturales recae en otros ámbitos políticos, como la política fiscal y, en particular, las reformas estructurales. Así pues, aunque la política monetaria ha logrado mucho en los últimos años, solo a través de un esfuerzo concertado de todos los responsables económicos seremos capaces de garantizar un período de crecimiento económico elevado y estable con estabilidad de precios en la zona del euro.

34.  A partir de un informe reciente del Defensor del Pueblo de la UE y de las recomendaciones del Parlamento Europeo contenidas en el último informe sobre el BCE aprobado en febrero de 2018, cuál es su opinión sobre:

1)  la necesidad de publicar las declaraciones de intereses financieros de los miembros de su Consejo de Gobierno a fin de prevenir los conflictos de intereses,

2)  la necesidad de garantizar una abstención profesional de dos años para los miembros salientes del Consejo de Gobierno del BCE,

3)  que los miembros del Comité Ejecutivo deban, en principio, abstenerse de ser simultáneamente miembros de foros u otras organizaciones que incluyan a ejecutivos de bancos supervisados por el BCE;

El BCE es una entidad a la que se confían tareas de interés general y, por lo tanto, es de la máxima importancia que se exijan a su personal, y en particular a los miembros de sus órganos de decisión, las normas éticas más estrictas con el fin de evitar cualquier posible conflicto de intereses y garantizar el máximo nivel de integridad, competencia, eficacia y transparencia.

Sobre la exigencia de publicación de las declaraciones de intereses financieros, estoy de acuerdo con toda medida que aumente la transparencia y la rendición de cuentas en instituciones públicas como el BCE, puesto que se trata de un requisito necesario para su independencia. De hecho, yo mismo estoy ya sujeto a esa exigencia como miembro del Gobierno español, y estoy obligado a publicar mis intereses financieros o privados tanto antes de hacerme cargo del Ministerio como después de abandonarlo.

Sobre los períodos de abstención, no estoy personalmente contra este tipo de período de incompatibilidad para evitar posibles conflictos de intereses. De hecho, la legislación española (Ley 3/2015, de 30 de marzo, reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado), que debo respetar, regula de forma exhaustiva las incompatibilidades profesionales y salariales durante y después de un período de servicio público como alto funcionario.

Por lo que respecta a la última pregunta, los miembros del Comité Ejecutivo del BCE deben estar en contacto con la realidad y la economía real a fin de ser plenamente conscientes de las opiniones, dudas y preocupaciones de los actores del sistema. Eso puede conseguirse de distintas maneras, si bien no todas ellas son adecuadas para prevenir posibles conflictos de intereses.

35.  ¿Cuál es su valoración de la actuación del BCE en el contexto de los programas de asistencia financiera? ¿Cómo ve la evolución en el futuro de una posible participación del BCE en programas de asistencia financiera?

En ocasiones se ha puesto en cuestión la participación del BCE en programas de asistencia financiera, como está establecida actualmente en el paquete legislativo sobre supervisión presupuestaria y el Tratado del MEDE, pero creo que se puede afirmar que era necesaria en momentos críticos. De todos modos, esa participación debe entenderse en un contexto de premura, de tensión en el mercado, información incompleta, muy poca experiencia con grandes ajustes en el marco de la Unión monetaria y con la falta de un marco jurídico adecuado y preciso para hacer frente a situaciones de crisis.

En esta situación, la participación del BCE, tal como está prevista en el Derecho derivado aplicable, se limitó básicamente a proporcionar asesoramiento y conocimientos especializados sobre una serie de cuestiones relevantes para el correcto funcionamiento de la política monetaria, la estabilidad financiera y el apoyo a las políticas económicas generales de la Unión. El BCE (junto con la Comisión Europea y el FMI), facilitó información al Eurogrupo y al Consejo de Gobernadores del MEDE, que era el único órgano de decisión.

A pesar de este papel, y aunque se mantuvo la plena independencia del BCE, ha habido algunas preocupaciones y dudas sobre la posible interferencia del BCE en asuntos de soberanía nacional y/o sobre eventuales conflictos de intereses, y por eso creo que el papel futuro del BCE en relación con los programas de asistencia financiera seguirá siendo en lo esencial meramente consultivo en materia de vigilancia y evaluación de los programas.

A partir de ahora, el tratamiento de futuras crisis será mucho más favorable gracias a un marco de gestión de crisis más sólido e integral, que incluye la Directiva sobre reestructuración y resolución bancarias y la unión bancaria todavía incompleta, lo que sin duda ayudará a minimizar la necesidad de intervención del BCE.

36.  ¿Qué podría hacer concretamente el BCE para tener más mujeres candidatas para altos cargos en el futuro y aumentar en general la diversidad de género en el BCE?

La diversidad de género es un asunto de vital importancia y nuestras principales instituciones deben convertirse en un ejemplo para el resto de la sociedad. Por lo tanto, es importante que el BCE, así como otras entidades públicas y privadas, promuevan a mujeres a sus puestos más altos. En ese sentido, el BCE tendrá que elegir a cuatro nuevos miembros de su Comité en los próximos dos años. Todos los miembros que van a concluir sus mandatos son hombres, así que tenemos por delante una excelente oportunidad para dar paso a un Comité más equilibrado en cuanto al género y para avanzar hacia la igualdad de género.

El BCE ya está trabajando para garantizar la diversidad de género mediante el apoyo a un entorno de trabajo diverso e inclusivo, así como estableciendo objetivos específicos en cuanto al número de mujeres en puestos directivos. No obstante, los avances deben proseguir, en particular en puestos directivos, y luchar contra el techo de cristal seguirá siendo importante en los próximos años.

37.  ¿Cómo ve las posibles mejoras para la rendición de cuentas del BCE ante el Tribunal de Cuentas en cuanto a su eficiencia operativa?

Como consecuencia de la independencia del BCE, el mandato del TCE se limita a la evaluación de la eficacia operativa de su gestión, tal como se prevé en el artículo 287 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Esto tiene por objeto mantener un equilibrio entre la garantía de una buena gestión financiera de los fondos públicos y de una información adecuada a los ciudadanos, por un lado, y el aislamiento de la toma de decisiones del BCE respecto de cualquier presión política a corto plazo, lo que constituye una condición previa para que el BCE cumpla adecuadamente su mandato. En cualquier caso, la disposición del BCE a colaborar y responder a las recomendaciones del TCE en el pasado reciente es un paso positivo, como lo es su compromiso de seguir adaptando su marco de rendición de cuentas a los retos futuros.

38.  ¿Qué opina del hecho de que, en el pasado, el Consejo ignorara una vez el dictamen del Parlamento Europeo en relación con el nombramiento de un miembro del Comité Ejecutivo?

De acuerdo con el Tratado de la Unión Europea (artículo 283), el presidente, el vicepresidente y los otros cuatro miembros del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo serán nombrados por el Consejo Europeo por recomendación del Consejo, previa consulta al Parlamento Europeo y al Consejo de Gobierno del BCE. Es decir, la responsabilidad de seleccionar los miembros del Comité recae exclusivamente en el Consejo.

Por lo tanto, cuando el Consejo adopta una decisión que no coincide con el dictamen emitido por el Parlamento Europeo, no significa que no haya tenido en cuenta dicho dictamen. Significa que, tras haberlo analizado y evaluado, el Consejo ha tomado, no obstante, otra decisión.

Por lo que respecta al caso específico mencionado en la pregunta, el dictamen del Parlamento Europeo nunca puso en cuestión las credenciales del candidato, tan solo señaló que no era una mujer.

39.  ¿Cómo piensa personalmente mejorar el equilibrio de género en el BCE?

Como he dicho en la pregunta #36, el equilibrio de género es una prioridad para mí, no solo por motivos de igualdad, sino también como una condición para la eficiencia económica. Existen numerosas pruebas de que la diversidad y la integración son un estímulo para el rendimiento, y el equilibrio de género es un modo de promover la diversidad. Por eso todos debemos trabajar según nuestras capacidades y responsabilidades para eliminar todos los obstáculos para que las mujeres progresen en el mundo profesional.

Si soy elegido vicepresidente seguiré prestando apoyo a este principio, como lo he hecho en el pasado, como muestran los nombramientos de los que soy responsable: seis de los ocho altos cargos en el Ministerio de Economía están ocupados por mujeres, incluidas las tres Secretarías de Estado, la Secretaría General del Tesoro y la Secretaría General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa.

PROCEDIMIENTO DE LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EL FONDO

Título

Nombramiento del vicepresidente del Banco Central Europeo

Referencias

N8-0053/2018 – C8-0040/2018 – 2018/0804(NLE)

Fecha de la consulta / solicitud de aprobación

20.2.2018

 

 

 

Comisión competente para el fondo

       Fecha del anuncio en el Pleno

ECON

 

 

 

 

Ponentes

       Fecha de designación

Roberto Gualtieri

23.1.2018

 

 

 

Examen en comisión

26.2.2018

 

 

 

Fecha de aprobación

27.2.2018

 

 

 

Resultado de la votación final

+:

–:

0:

27

14

13

Miembros presentes en la votación final

Burkhard Balz, Hugues Bayet, Pervenche Berès, Udo Bullmann, David Coburn, Esther de Lange, Markus Ferber, Jonás Fernández, Neena Gill, Roberto Gualtieri, Brian Hayes, Gunnar Hökmark, Danuta Maria Hübner, Cătălin Sorin Ivan, Petr Ježek, Wolf Klinz, Georgios Kyrtsos, Philippe Lamberts, Werner Langen, Bernd Lucke, Olle Ludvigsson, Gabriel Mato, Costas Mavrides, Bernard Monot, Caroline Nagtegaal, Luděk Niedermayer, Stanisław Ożóg, Dimitrios Papadimoulis, Dariusz Rosati, Pirkko Ruohonen-Lerner, Anne Sander, Alfred Sant, Molly Scott Cato, Pedro Silva Pereira, Theodor Dumitru Stolojan, Kay Swinburne, Ramon Tremosa i Balcells, Ernest Urtasun, Marco Valli, Tom Vandenkendelaere, Jakob von Weizsäcker

Suplentes presentes en la votación final

Enrique Calvet Chambon, Jan Keller, Verónica Lope Fontagné, Paloma López Bermejo, Thomas Mann, Michel Reimon, Tibor Szanyi, Romana Tomc, Miguel Urbán Crespo, Roberts Zīle

Suplentes (art. 200, apdo. 2) presentes en la votación final

Zbigniew Kuźmiuk, Edouard Martin, José Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra

Fecha de presentación

6.3.2018

Última actualización: 9 de marzo de 2018
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