INFORME sobre una estrategia europea para la promoción de las proteaginosas: fomentar la producción de proteínas y leguminosas en el sector agrícola europeo

27.3.2018 - (2017/2116(INI))

Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural
Ponente: Jean-Paul Denanot

Procedimiento : 2017/2116(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento :  
A8-0121/2018
Textos presentados :
A8-0121/2018
Textos aprobados :

PROPUESTA DE RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO

sobre una estrategia europea para la promoción de las proteaginosas: fomentar la producción de proteínas y leguminosas en el sector agrícola europeo

(2017/2116(INI))

El Parlamento Europeo,

–  Vista su Resolución, de 8 de marzo de 2011, sobre el déficit de proteínas en la UE: búsqueda de soluciones para un antiguo problema[1],

–  Vistos el proyecto de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo, denominado «Ómnibus», relativo a las normas financieras aplicables al presupuesto general de la Unión y la enmienda al objeto de incluir una solicitud a la Comisión para que elabore un «plan para las proteaginosas» a más tardar a finales de 2018[2],

–  Vista la Declaración europea sobre la soja, presentada el 12 de junio de 2017 al Consejo de Agricultura por Alemania y Hungría, y firmada después por catorce Estados miembros[3],

–  Vista la Decisión del Consejo 93/355/CEE, de 8 de junio de 1993, relativa a la celebración de un memorándum de acuerdo entre la Comunidad Económica Europea y Estados Unidos de América sobre determinadas oleaginosas en el marco del GATT[4],

–  Visto el documento titulado «Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible», adoptado el 25 de septiembre de 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y en particular sus objetivos de desarrollo sostenible 2, 12 y 15,

–  Vista la decisión adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas durante su sesión n.º 68 de proclamar oficialmente el año 2016 como Año Internacional de las Legumbres, bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)[5],

–  Visto su estudio titulado «The environmental role of protein crops in the new Common Agricultural Policy»[6] (La función medioambiental de las proteaginosas en la nueva PAC),

–  Vista la audiencia celebrada en el Parlamento sobre la mejora del abastecimiento de proteaginosas en Europa,

–  Vista la Declaración sobre la soja del Danubio, de 19 de enero de 2013,

–  Visto el artículo 52 de su Reglamento interno,

–  Vistos el informe de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural y la opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (A8‑0121/2018),

A.  Considerando que la Unión Europea adolece de un importante déficit de proteínas vegetales a causa de las necesidades del sector de la ganadería, que depende de las importaciones de piensos de terceros países, una situación en la que, lamentablemente, las mejoras han sido escasas pese a las múltiples intenciones e iniciativas anunciadas al respecto desde hace más de quince años y a la utilización en piensos de productos derivados de la producción de biocombustibles; que la situación de la Unión en estos momentos, caracterizada por la importación de proteínas vegetales (principalmente soja) de América del Sur, resulta insostenible y evidencia que hemos de actuar de manera más decidida, en particular para mejorar la sostenibilidad de estas importaciones;

B.  Considerando que es crucial reducir la enorme dependencia de la Unión de las importaciones de proteaginosas, que se destinan principalmente a piensos; que, además del impacto ambiental en las regiones productoras de soja, la situación actual conlleva importantes riesgos en especial para el sector ganadero de la Unión a causa del considerable aumento de la volatilidad de los precios en los mercados internacionales;

C.  Considerando que el Parlamento Europeo se ha manifestado en varias ocasiones en relación a las proteínas y la necesidad de establecer un plan para las proteaginosas europeo sin que sus iniciativas hayan tenido consecuencias efectivas que auguren un cambio en la dependencia europea de terceros países en lo que al abastecimiento de proteínas vegetales respecta;

D.  Considerando que, a raíz de la crisis de la EEB, se impuso de manera justificada la prohibición a nivel europeo del uso de harina animal en piensos[7], pero que ello ha provocado un fuerte aumento de la importación de soja procedente de América Latina;

E.  Considerando que, en consecuencia, la Unión solo consagra el 3 % de las tierras de cultivo a las proteaginosas e importa más del 75 % de su abastecimiento de proteínas vegetales, principalmente procedentes de Brasil, Argentina y los Estados Unidos;

F.  Considerando que los sectores ganaderos de la Unión son sumamente vulnerables a la volatilidad de los precios y a las distorsiones de la competencia y dependen de la importación de proteínas vegetales asequibles y de elevada calidad, lo que representa un auténtico desafío para las explotaciones europeas;

G.  Considerando que las proteaginosas europeas generan subproductos oleaginosos que pueden contribuir a la economía circular y ser de importancia para el consumo humano, las energías renovables o la producción de sustancias químicas ecológicas; que la producción simultánea en Europa de proteínas y subproductos permite reducir las importaciones tanto de proteínas modificadas genéticamente como de biocombustibles que fomentan la deforestación;

H.  Considerando que el problema de las proteínas vegetales utilizadas en piensos ha sido en demasiadas ocasiones estudiado centrándose en las materias ricas en proteínas y relacionándolo con nuestro déficit en proteínas vegetales y la búsqueda de materias primas destinadas a complementar la dieta del ganado;

I.  Considerando que la cuestión de la proteína vegetal en Europa requiere un análisis más detenido de la cuestión, a fin de dotarse de una estrategia a largo plazo y conseguir el mayor número de instrumentos a nuestro alcance para actuar más eficazmente en la reducción de nuestra dependencia de las proteínas vegetales importadas; que dicha estrategia constituye un instrumento en la transición hacia sistemas agroalimentarios y agrícolas más sostenibles;

J.  Considerando que las proteínas, al igual que la energía, son un componente esencial e indispensable de nuestra alimentación y pueden aportarse en forma vegetal o animal;

K.  Considerando que las proteínas vegetales son un aspecto fundamental de los desafíos en materia de seguridad y soberanía alimentaria (tanto para alimentos como para piensos), la protección del medio ambiente, el cambio climático y las energías renovables; que son indispensables para la vida y están presentes en todos los alimentos consumidos, tanto por el hombre como por los animales;

L.  Considerando que, de 1994 a 2014, la producción total europea de materia rica en proteínas pasó de 24,2 a 36,3 millones de toneladas (+ 50 %), pero el consumo total pasó de 39,7 a 57,1 millones de toneladas (+ 44 %); que el déficit de proteínas global de la Unión (20,8 millones de toneladas en 2014) va, pues, en aumento; que el mercado mundial de las proteínas vegetales, asociado al de la soja y la soja triturada, ha registrado en los últimos cincuenta años una evolución considerable, y que el consumo de estas materias primas ha experimentado un gran auge en todos los Estados miembros, habiendo pasado el consumo de soja de 2,42 millones de toneladas en 1960 a casi 36 millones en la actualidad; que el sector ganadero de la Unión depende en gran medida de las importaciones de soja y soja triturada procedentes de terceros países, en especial de América del Sur; que la demanda de soja dentro de la Unión ocupa una superficie de casi quince millones de hectáreas, trece de los cuales se sitúan en América del Sur;

M.  Considerando que el cultivo de proteaginosas aporta un considerable valor añadido al medio ambiente, que no se ve amenazado por el uso asociado de productos fitosanitarios;

N.  Considerando que, en los últimos años, China se ha convertido en el mayor importador mundial de soja y ha puesto en marcha su propia estrategia, opaca y sin ambages, de protección de sus suministros que, al margen de los mecanismos clásicos de mercado, se basa en contratos de producción con el mayor proveedor de soja del mundo, que es Brasil, y en enormes inversiones en este país, a costa del medio ambiente, en las infraestructuras de producción, transformación (triturado) y transporte portuario; que esta estrategia de internacionalización del sector agroindustrial chino podría tener repercusiones en el actual abastecimiento de soja y semillas oleaginosas de la Unión, que también es un cliente importante de Brasil, así como comprometer la estabilidad de los mercados de esta;

O.  Considerando que la mayoría de la soja importada, en particular de América, procede de cultivos modificados genéticamente y que los consumidores europeos desconfían de esta técnica; que van en aumento tanto el interés por los productos locales sin OMG como la preocupación que suscita la huella de carbono de las importaciones; que, en la Unión, son muchos los productores y transformadores de soja, productores de piensos, representantes de la industria de la alimentación (productores de carne, leche, huevos y otros usuarios de soja), cadenas comerciales e instituciones correspondientes de todo tipo que son partidarios de los sistemas sostenibles certificados de producción de soja sin OMG;

P.  Considerando que, a fin de responder a las necesidades alimentarias de la Unión, la agricultura europea se ha transformado en el marco de la PAC; que la PAC se ha reforzado, y los mercados de productos agrícolas y de materias primas se han abierto, lo que ha desembocado en una mayor dependencia de la Unión de la importación de proteínas vegetales procedentes de América; que la globalización ha resultado en un acercamiento en cuanto a hábitos alimenticios y en la especialización de las explotaciones, lo que ha derivado en importantes movimientos a gran escala de insumos a larga distancia para la producción de proteínas, ya se trate de abonos nitrogenados de síntesis o de materias primas ricas en proteínas para piensos, con repercusiones sobre el medio ambiente y el clima;

Q.  Considerando que la producción de proteaginosas, en especial de soja, importadas para la producción de piensos es uno de los principales factores de cambio de uso de la tierra y contribuye de forma considerable a la deforestación global en numerosas regiones de terceros países; que el aumento del cultivo de proteaginosas en Europa puede suponer un importante complemento a las medidas para el fomento de cadenas de suministro de productos agrícolas que no acarreen deforestación; que la lucha contra el desafío mundial de la deforestación y la degradación forestal ha adquirido aún más importancia a raíz de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y del Acuerdo de París sobre cambio climático;

R.  Considerando que el nitrógeno necesario para la alimentación de las plantas y la producción de proteínas vegetales, a excepción de las leguminosas, proviene en la actualidad principalmente de los abonos nitrogenados de síntesis, los cuales, además de que su producción resulta cara y consume mucha energía, contaminan las fuentes tanto de agua como de aire y dejan una marcada huella ecológica al emplear grandes cantidades de combustibles fósiles durante su proceso de producción; que esto no ayuda a la consecución del objetivo de la economía circular y de un uso más eficiente nuestros recursos y flujos de residuos; que, en estas condiciones, es importante replantearse la cuestión de las proteínas, desde la fase de producción hasta la de consumo, en términos de rendimiento productivo y medioambiental, y ello cerrando mejor el ciclo del nitrógeno, en particular la utilización y obtención de abonos orgánicos nitrogenados, como los obtenidos a partir del reciclado de nutrientes de flujos de residuos orgánicos, por ejemplo el estiércol animal;

S.  Considerando que, para reducir la dependencia de la Unión de las importaciones de proteínas vegetales, resulta necesario centrarse no solo en los cultivos ricos en proteínas que satisfacen las necesidades de rumiantes y no rumiantes, sino también en todos aquellos cultivos (superficies forrajeras y de pastos incluidas) que, pese a contener menos proteínas, ocupan importantes áreas en toda la Unión; que el pastoreo de rumiantes en pastizales ofrece muchas ventajas, entre ellas la reducción de los costes de los insumos agrícolas;

T.  Considerando que la producción de proteínas vegetales no experimentará ningún aumento si no se mejora la rentabilidad de las proteaginosas y que la ejecución de un plan estratégico, eficaz y ambicioso en materia de abastecimiento de proteínas vegetales resulta actualmente necesaria para brindar apoyo al desarrollo sostenible de la agricultura europea; que un plan de este tipo exige la movilización de diversas políticas de la Unión, y en primer lugar de la PAC;

U.  Considerando que, en los últimos decenios, la Unión ha recurrido a tres palancas de acción principales para apoyar el objetivo de independencia proteínica europea, a saber, las ayudas no disociadas voluntarias a las proteaginosas y las oleaginosas, la política europea en materia de biocombustibles y la condicionalidad del 30 % de las ayudas directas, introducida por la última reforma de la PAC en relación con la aplicación de medidas de ecologización, incluidas la obligación de consagrar el 5 % de las tierras de cultivo a superficies de interés ecológico y la decisión de permitir en ellas el cultivo de plantas fijadoras de nitrógeno y cultivos intermedios;

V.  Considerando que el interés por parte de los agricultores en los cultivos fijadores de nitrógeno y ricos en proteínas ha aumentado considerablemente debido a que estos les facilitan el cumplimiento de los requisitos impuestos por la política de ecologización, y que este interés alentará a los obtentores a reanudar o intensificar su actividad en relación con dichos cultivos;

W.  Considerando que, en el periodo 2000‑2013, las medidas establecidas por la PAC no consiguieron por sí solas invertir la tendencia al retroceso o el estancamiento de la producción de proteínas en Europa, pero que, a partir de 2013, la combinación de esas ayudas con la medida de ecologización que permite el cultivo de proteaginosas en superficies de interés ecológico ha disparado la producción de proteaginosas en la Unión;

X.  Considerando que el acuerdo político alcanzado en 2013 sobre la PAC por el Parlamento, el Consejo y la Comisión contempla la posibilidad de cultivar especies fijadoras de nitrógeno en superficies de interés ecológico;

Y.  Considerando que hay estudios que revelan que los fabricantes de piensos añaden con frecuencia más proteínas a sus productos de las que se consideran necesarias y que una determinación más precisa del contenido proteínico necesario para el animal en cuestión puede aportar ventajas en términos de eficiencia;

Z.  Considerando que, debido al bajo porcentaje de cultivos de proteaginosas en la Unión, está menguando en esta el número de programas de investigación sobre proteínas vegetales y, en paralelo, la formación, la innovación y la adquisición de experiencia práctica; que se debe aumentar la eficacia de la innovación y reforzar la política de investigación en materia de proteínas, pero que esto solo dará frutos si cuenta con el respaldo de compromisos políticos que vayan de medio a largo plazo; que la política de investigación en materia de proteínas debe asimismo abarcar los cultivos domésticos de leguminosas adaptados a las condiciones locales;

AA.  Considerando que apoyar las actividades de mejora vegetal revestirá importancia para la obtención de nuevas variedades de proteaginosas que puedan contribuir a aumentar la producción de proteínas en la Unión; que para la eficacia de dichas actividades resulta necesario disponer de una política de investigación duradera con una dotación financiera suficiente, así como de un marco normativo adecuado que fomente la innovación;

AB.  Considerando que la Comisión ya ha financiado, o está en proceso de financiar, una serie de proyectos importantes, incluidos los comprendidos en el epígrafe «SFS‑44‑2016: A joint plant breeding programme to decrease the EU's and China's dependency on protein imports» (SFS‑44‑2016: Programa conjunto de mejora vegetal para reducir la dependencia de la Unión y China de las importaciones de proteínas); que se deben garantizar la comunicación, la difusión y el aprovechamiento adecuados de los resultados de tales proyectos, a fin de que las futuras decisiones estratégicas adoptadas en este ámbito se basen en datos empíricos;

AC.  Considerando que el coste de la soja prácticamente se ha duplicado en términos reales desde 2007;

1.  Considera que ha llegado el momento de poner en práctica un plan estratégico europeo de calado para la producción y el abastecimiento de proteínas vegetales basado en el desarrollo sostenible de los cultivos presentes en toda la Unión; estima por otra parte que este cambio implica una modificación sustancial de nuestros sistemas de producción para responder a las necesidades de subsistencia de los agricultores y a las exigencias de la economía circular y la producción agrícola sostenible sobre la base de principios como la agroecología y otras prácticas respetuosas del medio ambiente, lo que incluye estrategias de alimentación de rumiantes con bajos insumos basadas en pastos permanentes y pastos temporales en tierras cultivables;

2.  Pide a la Comisión que tome medidas inmediatas con objeto de evitar cualquier reducción del nivel actual de producción de proteaginosas, teniendo debidamente en cuenta los beneficios medioambientales derivados del cultivo tradicional de especies fijadoras de nitrógeno en superficies de interés ecológico;

3.  Señala que las proteaginosas pueden ser beneficiosas para el medio ambiente gracias a su capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico; añade que entre los beneficios que de ello se derivan están un menor uso de fertilizantes basados en combustibles fósiles, la mejora de la calidad y fertilidad del suelo, y, en el caso de la rotación, la disminución de los niveles de enfermedad provocados por el monocultivo ininterrumpido, y la protección y el refuerzo de la biodiversidad; hace por otra parte hincapié en que la fijación biológica de nitrógeno mediante estos cultivos puede ayudar a reducir los costes de los insumos y los posibles perjuicios medioambientales ligados al uso excesivo de abonos;

4.  Pide que, con el apoyo del Observatorio del Mercado de los Cultivos Herbáceos de la UE, se establezca una plataforma europea que permita identificar las superficies destinadas a proteínas con el tipo de cultivo y su localización, desarrollar referencias técnicas accesibles a todos los agricultores, establecer la capacidad en cuanto a producción de proteínas al objeto de facilitar la comercialización, y hacer un catálogo de toda la investigación, pública y privada, en materia de proteínas;

5.  Recomienda centrarse en todas las fuentes proteínicas vegetales, por ende en los cultivos vinculados tanto con la alimentación humana como con la del ganado, y en el apoyo normativo para la obtención y comercialización de nuevas proteínas vegetales; considera, por otra parte, que la investigación en cuanto a fuentes alternativas de proteínas ha de acrecentarse;

6.  Es consciente de que la producción de soja en América del Sur es uno de los principales factores de cambio de uso de la tierra y fuente de múltiples problemas ecológicos, como la contaminación de las aguas subterráneas con plaguicidas, el agotamiento de los recursos hídricos y la deforestación, que desembocan en una pérdida devastadora de biodiversidad; reconoce que la producción de soja tiene consecuencias negativas tanto sociales como en lo que a la salud respecta en los países productores, las cuales se ven agravadas por la debilidad de los derechos de tenencia de tierras, el acaparamiento de tierras, las expulsiones forzadas y otros abusos de los derechos humanos;

7.  Recuerda que la crisis de la EEB de los años noventa y la prohibición de utilizar proteínas animales transformadas en los piensos, tal como se recoge en el Reglamento (CE) n.º 999/2001, han incrementado la demanda de proteínas de origen vegetal en Europa; señala que en el sector piscícola europeo se utilizan fuentes alternativas de proteínas para piensos, como por ejemplo la harina de pescado;

Objetivos múltiples del plan

8.  Considera que este plan debe maximizar la producción sostenible de biomasa en la superficie agrícola pertinente mediante la obtención de cubiertas vegetales permanentes, una parte de las cuales puede destinarse al suministro proteínico;

9.  Estima necesario insistir más en el potencial que encierran los cultivos de leguminosas —tanto semillas como piensos—, dado que esta familia tiene varias características positivas desde el punto de vista agrícola, económico y medioambiental, y ante todo la ventaja fundamental de fijar el nitrógeno atmosférico mediante un sistema de simbiosis, por lo que no necesita tantos abonos nitrogenados de síntesis y le basta con muy poco plaguicida; subraya que tras las leguminosas la estructura del suelo está en buenas condiciones para el siguiente cultivo gracias al nitrógeno que dejan, capaz de aumentar el rendimiento entre un 10 y un 20 %; señala que la rotación redunda en la mejora de la calidad del suelo, la reducción de los niveles de enfermedad y el fomento de la biodiversidad;

10.  Destaca asimismo que en los sistemas de rotación de cultivos que incorporan leguminosas se interrumpen los ciclos reproductivos de plagas y patógenos, por lo que se reducen los niveles de enfermedad de las plantas y la necesidad de aplicar plaguicidas; señala que otra ventaja es que, al interrumpir los monocultivos todos los años, también aumenta la biodiversidad;

11.  Recomienda que, en particular en el marco de la PAC, se apoye en la Unión el cultivo de la soja logrando que sea rentable y competitivo, dado que esta, con sus nuevas variedades, ofrece en la actualidad posibilidades inéditas a aquellas regiones en las que pueda adaptarse, pero señala que ello no debe ir en menoscabo del cultivo de otras legumbres proteínicas (altramuces, habas, guisantes, garbanzos, cacahuetes, etc.); considera que esta gran variedad de especies permitiría producir la mayor cantidad posible de proteínas en todas las regiones de Europa en función del clima de cada zona;

12.  Pide que se preste mayor atención a la gestión de los cultivos herbáceos y de trébol, los cuales, por su importancia en términos de superficie, contribuyen en gran medida a colmar las necesidades de proteínas en los piensos (únicamente en el caso de los rumiantes); señala que leguminosas como el trébol pueden crecer bien en pastizales;

13.  Recomienda la reintroducción de proteaginosas como la soja, la alfalfa, las habas o los guisantes y de cultivos como el trébol, la esparceta y otras leguminosas en los sistemas de grandes cultivos y forrajeros;

14.  Estima necesario el fomento de cadenas locales y regionales de producción y transformación de proteínas mediante la creación de grupos de agricultores y el acercamiento de los productores de cultivos herbáceos y los ganaderos (contratos de suministros e intercambios, o construcción de pequeñas y medianas biorrefinerías descentralizadas de proteínas ecológicas) para el intercambio de conocimientos sobre variedades adecuadas de leguminosas, rotaciones y tipos de suelo; considera conveniente, en este sentido, que se apoye, a través de la PAC, a aquellos agentes que asuman riesgos al pasar a formar parte de cadenas de distribución corta de alimentación humana y piensos a base de proteínas; destaca la importancia de los contratos directos entre los ganaderos y los productores de piensos;

15.  Anima a que se promueva la producción de variedades de calidad de proteínas vegetales sin OMG claramente trazables y etiquetadas —tanto por lo que respecta al lugar de producción como en lo relativo a los métodos— ante el creciente interés de los consumidores europeos por los productos sin OMG;

16.  Estima necesario que se apoye una mayor autonomía en materia de piensos de las explotaciones ganaderas a nivel tanto individual como regional en lo que respecta no solo a los rumiantes, sino también a los animales con el estómago compuesto de una única cavidad, en particular mediante la fabricación de piensos en la explotación;

17.  Considera oportuno que se minimicen las pérdidas de las cosechas y los flujos residuales, y se eleve el valor alimenticio, mediante la mejora de los sistemas de recolección, almacenamiento y transformación (secado, envasado, etc.);

18.  Opina que para la mejora de la producción de proteínas vegetales resulta necesario aumentar la rentabilidad de estos cultivos e implantar usos como la rotación de cultivos (con una duración mínima de tres años) y la siembra intercalada en el caso de las leguminosas, y asociar en mayor medida variedades y cultivos en los sectores de producción de legumbres (trébol y colza, guisante y triticale, etc.) y forraje (pasto, trébol, morcajo, etc.), a fin de pasar a un sistema agroalimentario más sostenible apoyando la sustitución de los monocultivos que utilizan un elevado aporte de insumos tanto dentro como fuera de la Unión por un sistema agroecológico diversificado;

19.   Pide que se lleven a cabo trabajos de investigación en lo que respecta a la idoneidad para el uso en la rotación y los cultivos mixtos, la selección de nuevas variedades y especies que brinden flexibilidad a los agricultores para adaptarse al cambio climático, la capacidad de resistencia al estrés, la mezcla de cultivos, la mejora del rendimiento, el contenido en proteínas y la digestibilidad de los piensos (semillas germinadas, colza, etc.), la mejora de la resistencia de las plantas a enfermedades, los mecanismos biológicos de germinación de las malas hierbas en cuanto elemento para su control, el aprovechamiento del forraje y los bioestimulantes; subraya la necesidad de que los agricultores dispongan de una serie de instrumentos, entre los que haya prácticas de gestión, técnicas y productos fitosanitarios, a la hora de combatir las plagas y otros factores que puedan afectar negativamente al rendimiento y crecimiento de la cosecha;

20.  Solicita una fuerte inversión en investigación, en particular en materia de variedades, a fin de mejorar el rendimiento agronómico de estos cultivos, dotar de interés económico a los cultivos de proteaginosas, que pueden salir perdiendo en comparación con los márgenes que proporcionan otros cultivos, obtener más variedades al objeto de garantizar el rendimiento, resolver las cuestiones agronómicas que limitan el cultivo de las proteaginosas, y garantizar unos volúmenes suficientes, lo que resulta indispensable para la estructuración de las cadenas de producción y distribución; subraya que es asimismo necesario obtener proteaginosas que estén más adaptadas al clima europeo, aumentar su valor proteínico y velar por la seguridad de las inversiones al objeto de impulsar la investigación;

21.  Recomienda un mayor uso tanto de la agricultura de precisión, en particular mediante la digitalización, a fin de ajustar lo más posible los insumos para el cultivo y las raciones de pienso al objeto de reducir el desperdicio y determinados tipos de contaminación, como de la eliminación mecánica de malas hierbas;

22.  Pretende favorecer la adquisición de nuevos conocimientos, la transferencia de conocimientos, la formación inicial y continua, y el apoyo a la innovación e investigación aplicada de todo tipo en materia de alimentación tanto humana como animal;

23.  Pide que se apoyen todas las formas de innovación e investigación aplicada poniendo en común experiencias y conocimientos técnicos y basándose, en particular, en los agentes locales que disponen de soluciones innovadoras;

24.  Pide que se apliquen criterios de sostenibilidad a las importaciones de pienso al objeto de garantizar una producción sostenible de proteaginosas en terceros países que no tenga consecuencias perjudiciales para el medio ambiente ni la sociedad;

25.  Destaca el importante papel que puede desempeñar la educación alimentaria en la configuración de la demanda de alimentos; subraya la necesidad de adoptar pautas alimentarias, ya sea a nivel de la Unión o de los Estados miembros, con el objetivo de promover una dieta sana y abordar al mismo tiempo los problemas medioambientales ligados a la producción de alimentos;

26.  Considera indispensable mejorar el apoyo técnico a los agricultores y los servicios de asesoramiento con la finalidad de fomentar la producción sostenible de proteaginosas, ya sean legumbres o de forraje;

Instrumentos del plan

27.  Opina que este plan requiere la movilización y la coordinación de varias políticas de la Unión: la PAC, la política de investigación, las políticas sobre medio ambiente y acción por el clima, la política energética, y las políticas de vecindad y comercial;

28.   Estima que es de importancia para la PAC apoyar el cultivo de proteaginosas a través de distintas medidas, como el pago no disociado voluntario —que, para dar un mayor margen de maniobra, no debería estar restringido a los cultivos y zonas en dificultades— y el componente ecológico, así como mediante el segundo pilar, en particular con medidas agroambientales relativas a la agricultura ecológica y a otras modalidades agrícolas, la calidad de la inversión, el Sistema de asesoramiento a las explotaciones y la formación, sin olvidar la innovación a través de la AEI; subraya que la implantación de un pago no disociado ha impulsado la producción de proteaginosas en algunos Estados miembros;

29.  Considera que se deben extraer importantes lecciones de la reciente prohibición del uso de plaguicidas en superficies de interés ecológico, a pesar de cubrir, en 2016, el 15 % de las tierras de cultivo europeas (8 millones de hectáreas) y de que casi al 40 % de dichas superficies se destina a cultivos fijadores de nitrógeno o intermedios; estima que, en el marco de la movilización general de todos los terrenos agrícolas utilizables prevista en el plan de autonomía en materia de proteínas vegetales, se pueden usar las superficies de interés ecológico para la producción de proteaginosas en la agricultura tanto convencional —recurriendo a la gestión integrada de plagas, teniendo en cuenta que los agricultores que explotan estos cultivos en dichas superficies no siempre tienen la garantía de que vayan a poder reaccionar contra la proliferación de plagas— como ecológica, habida cuenta de que, para sustituir las importaciones de soja en la Unión, en esta debería haber el equivalente a casi 17 millones de hectáreas de cultivo de soja; opina que las superficies de interés ecológico son asimismo indispensables para mejorar la biodiversidad, que se ve amenazada, y nuestra seguridad alimentaria, dado que la biodiversidad, en particular mediante la mejora de la polinización, puede aumentar en torno a un 20 % el rendimiento de los cultivos vecinos, que pueden ser proteaginosas;

30.  Recomienda adecuar las modalidades de ecologización en relación con el mantenimiento de pastos permanentes, de modo que se tengan mejor en cuenta, en determinadas regiones, las características específicas de la alfalfa, sola o mezclada con pasto, en los prados temporarios de más de cinco años, el umbral tras el cual se pasa a la categoría de pastos permanentes con arreglo a la legislación, lo que limita su arada más allá de ese periodo de cinco años, a pesar de que su replantación redundaría en la producción de un gran volumen de proteínas forrajeras con el consiguiente refuerzo de la autonomía proteínica de las explotaciones en cuestión;

31.  Celebra que, en el marco de la revisión del Ómnibus en lo que a la política agrícola común respecta, el Parlamento Europeo haya conseguido revalorizar el coeficiente de conversión de los cultivos fijadores de nitrógeno de 0,7 a 1 como compensación a la prohibición de utilizar plaguicidas en las superficies de interés ecológico;

32.  Considera que una estrategia europea en materia de proteínas debe tener en cuenta el texto refundido de la Directiva sobre las fuentes de energía renovables, el doble aprovechamiento de las proteaginosas, y el papel de sus subproductos, desechos y residuos en la economía circular, así como impulsar tanto la rotación y diversificación de cultivos como el recurso al barbecho con arreglo a las medidas de ecologización de la PAC;

33.  Considera importante que la futura PAC tenga en cuenta nuevas propuestas complementarias para promover el cultivo de proteaginosas, como las que van en el sentido de que en los sistemas de rotación como mínimo trienal de las tierras de cultivo haya un componente leguminoso; subraya en este sentido que en aquellos Estados miembros en los que menudeen las enfermedades de la humedad podría resultar necesario un periodo de rotación más amplio; cree asimismo que reviste especial importancia la creación de un pago ecosistémico que sea más flexible que el componente ecológico, a fin de reconocer las ventajas del cultivo de las leguminosas y oleaginosas para la biodiversidad, en particular en lo que respecta a la alimentación de los polinizadores, dotar de mecanismos de asunción de riesgos a los innovadores, e introducir una subprioridad en materia de proteínas dentro de la política de desarrollo rural;

34.  Insiste en la necesidad de implantar nuevos instrumentos para fomentar el aumento de la oferta de proteínas vegetales, en especial la soja, y velar por una ejecución equitativa entre todos los Estados miembros;

35.  Considera que la investigación sobre el terreno en relación con una estrategia en materia de proteaginosas está fragmentada y dispersa; pide que se redoblen los esfuerzos en materia de investigación y desarrollo, en particular la investigación pública, en el caso de los cultivos proteínicos poco explorados aptos para alimentación humana y animal que revistan escaso o nulo interés para los inversores privados, así como en el de las proteínas alternativas, como los insectos o las algas; solicita asimismo una mayor cooperación entre los centros de investigación públicos y privados; destaca la necesidad de elaborar un marco normativo que respalde los programas de investigación e innovación al objeto de aumentar la producción de proteínas y mejorar su competitividad;

36.  Recomienda aumentar la inversión en aquellos proyectos de investigación agrícola e industrial centrados en la mejora de la calidad y diversidad de las proteínas funcionales destinadas al consumo humano;

37.  Opina que resulta necesario tanto garantizar nuestra autonomía en lo que al abastecimiento de soja respecta mediante una mayor cooperación con los países vecinos como diversificar la sostenibilidad en origen de las proteínas producidas fuera de la Unión, en particular las procedentes de aquellos vecinos de la Unión que han optado por Europa y producen soja que puede ser transportada hasta la Unión por el Danubio; pide que estas importaciones cumplan las mismas normas sociales y medioambientales que han de seguir estas producciones dentro de la Unión y acepta gustosamente los cultivos de soja sin OMG para atender la demanda de los consumidores;

38.  Es consciente de que los actuales usos agrícolas resultan impensables sin la soja, de que esta leguminosa tan importante había, en nuestra historia reciente, prácticamente desaparecido de la agricultura europea, y de que su cultivo ha aumentado de 17 millones de toneladas en 1960 a 319 millones de toneladas en 2015;

39.  Pide que se hagan ajustes al segundo pilar de la PAC tendentes a reconocer y retribuir mejor la contribución de aquellos cultivos que sirven de alimento a los polinizadores en los momentos cruciales de la temporada (plantas de floración temprana en primavera) y el papel que desempeñan en la lucha contra su declive;

40.  Apoya la implantación de sistemas transparentes de etiquetado de productos basados en normas de producción certificadas, como las de Donau Soja y Europe Soya;

41.  Considera que, aunque siga en vigor, el acuerdo de Blair House de 1992 ha quedado desfasado de hecho y no ha de obstaculizar el desarrollo sostenible del cultivo de las proteaginosas en Europa;

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42.  Encarga a su presidente que transmita la presente Resolución al Consejo y a la Comisión.

  • [1]  DO C 199E de 7.7.2012, p. 58.
  • [2]  Informe sobre la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre las normas financieras aplicables al presupuesto general de la Unión y por el que se modifica el Reglamento (CE) n.º 2012/2002 y los Reglamentos (UE) n.º 1296/2013, (UE) n.º 1301/2013, (UE) n.º 1303/2013, (UE) n.º 1304/2013, (UE) n.º 1305/2013, (UE) n.º 1306/2013, (UE) n.º 1307/2013, (UE) n.º 1308/2013, (UE) n.º 1309/2013, (UE) n.º 1316/2013, (UE) n.º 223/2014, (UE) n.º 283/2014 y (UE) n.º 652/2014 del Parlamento Europeo y del Consejo, y la Decisión n.º 541/2014/UE del Parlamento Europeo y del Consejo.
  • [3]  Secretaría General del Consejo (OR. en) 10055/17, Bruselas, 7 de junio de 2017.
  • [4]  DO L 147 de 18.6.1993, p. 25.
  • [5]  Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Año Internacional de las Legumbres: semillas nutritivas para un futuro sostenible.
  • [6]  IP/B/AGRI/IC/2012‑067 (PE495.856).
  • [7]  Reglamento (CE) n.º 999/2001.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

I. SITUACIÓN ACTUAL

Estos últimos quince años el Parlamento se ha pronunciado varias veces sobre las proteínas y sobre la necesidad de poner en marcha un plan europeo en la materia. Por desgracia, estas iniciativas no han tenido un seguimiento real y perdura la dependencia de la Unión respecto del abastecimiento de proteínas vegetales. Parece que el contexto actual es más favorable a volver a estudiar la cuestión, ya que hoy el Parlamento, el Consejo y la Comisión la han incluido en su orden del día. El pasado junio, el Consejo lo hizo mediante su «declaración soja» y la Comisión, anunciando una iniciativa del comisario Hogan sobre una «estrategia proteína» para Europa.

En ocasiones anteriores se abordó el problema de las proteínas utilizadas en la alimentación animal solo desde el punto de vista de las materias ricas en proteínas y nuestro déficit de proteínas vegetales, que hemos intentado resolver sobre todo mediante importaciones de soja. Con el fin de pensar de otro modo sobre el tema de la proteína en Europa, también es importante recordar el papel de las proteínas en la alimentación humana.

El problema de la proteína es, de hecho, más complejo. Se encuentra en el centro de dos grandes retos a los que tenemos que responder en la actualidad: la seguridad alimentaria y el medio ambiente y el cambio climático.

1.  La proteína en el centro de dos grandes desafíos

a)  Un desafío en materia de seguridad alimentaria

Se necesitan los flujos de abastecimiento de proteínas vegetales importadas para cubrir las necesidades de los animales de granja.

El mercado mundial de proteínas asociado al de las tortas de soja ha experimentado estos últimos años cambios considerables, que podrían generar tensiones en el futuro, pues algunas regiones del mundo se han convertido en consumidoras muy importantes de proteínas, particularmente en forma de carne.

Desde hace más de cincuenta años, el consumo de soja se ha disparado en todos los países agrícolas y esta materia prima ocupa hoy el 45 % del mercado mundial de proteínas. En Europa, el consumo de soja ha pasado de 2,42 millones de toneladas en 1960 a unos 36 millones de toneladas en la actualidad. En otros lugares, especialmente en China, el consumo se ha incrementado enormemente. Este país es hoy el primer importador mundial de soja, que procede principalmente del mayor productor y exportador mundial: Brasil. Es necesario prestar mucha atención a un hecho: China, que absorbe más de las dos terceras partes de la producción de Brasil, ha creado una estrategia de seguridad de su abastecimiento que podría, en el futuro, amenazar nuestro propio abastecimiento y el de otros compradores de soja.

En un futuro, nuestra factura de soja podría pues aumentar considerablemente y corremos el riesgo de tener un abastecimiento insuficiente o nulo.

b)  Un desafío ambiental

La producción de proteínas vegetales, con el uso de nitrógeno, en forma de abonos de síntesis, también presenta un impacto ambiental considerable pues genera contaminación (por un efecto cascada) de los sistemas hídricos y gases de efecto invernadero durante su producción. Un mejor cierre del ciclo del nitrógeno comporta replantearse en profundidad la sostenibilidad de nuestros sistemas de producción agrícola y alimentaria.

La problemática de las proteínas pone en cuestión el desarrollo de nuestra agricultura y de nuestro modelo alimentario. En nuestro sistema alimentario ya no bastan simples ajustes en función de las materias primas vegetales ricas en proteínas importadas y de una producción masiva de abonos nitrogenados de síntesis, pues estos ajustes pueden provocar desequilibrios locales y tensiones internacionales. Tenemos que repensar seriamente un sistema agroalimentario sostenible en el que las proteínas encuentren el lugar que les corresponde, a fin de dotarnos del mayor margen de maniobra y de acción posible para reducir nuestra dependencia en cuanto a las proteínas vegetales.

2.  La necesidad de prestar atención a todas las fuentes de proteínas

a)  Un balance de proteínas para una alimentación animal desequilibrada

Cada año, 477 millones de toneladas de materias primas entran en la alimentación animal, de las cuales un 50 % provienen de la producción forrajera y el resto, de grandes cultivos y de la importación.

La demanda de proteínas vegetales, descontado el forraje, se eleva a unos 45 millones de toneladas de proteínas brutas al año. Estas necesidades quedan cubiertas en un 60 % por los coproductos en forma de tortas, y en un 40 % por cultivos de cereales, oleaginosas y proteaginosas en grano.

La Unión presenta un índice de autosuficiencia del 38 % para el conjunto de sus proteínas en la alimentación animal. Este índice, del 5 %, es especialmente bajo para las tortas de soja, que representan alrededor de una tercera parte de estos abastecimientos proteínicos.

b)  Un potencial disponible

Buscar una mayor autonomía exige centrarse principalmente en cultivos ricos en proteínas, pero también en todos aquellos que, pese a contener menos proteínas, se cultivan en superficies importantes en todos los territorios de la Unión. Esta ampliación a todas las fuentes de proteínas permite implicar a todas las regiones europeas en un proceso colectivo de desarrollo sostenible y reducción de nuestra dependencia de proteínas.

En la Unión existe una amplia gama de cultivos y variedades. En primer lugar, las leguminosas en grano como las oleaginosas (colza, girasol, soja) y las proteaginosas (guisantes, garbanzo, judía, altramuz, haba). En los últimos años, los volúmenes de tortas de colza han aumentado significativamente debido al desarrollo de agrocarburantes. La producción de soja sigue siendo modesta, pero podría recibir más atención gracias a variedades mejor adaptadas, mejores rendimientos y un mayor interés económico con relación a los cereales. También puede encontrar un valor añadido en la alimentación humana (leche, tofu). No deben pasarse por alto otros productos en grano (como el guisante forrajero, el haba, el altramuz y el garbanzo) si la investigación pone al día nuevas variedades y medios para combatir determinadas plagas. También deben tenerse en cuenta las leguminosas para pienso de las que se habla con menor frecuencia pero que, en cultivo puro o en combinación, pueden desempeñar un papel fundamental en la autonomía de las explotaciones y la mejora de las prácticas agrícolas. Finalmente, la mejora de la calidad de los cereales también debe tomarse en consideración en los balances de proteínas.

II. UN PLAN ESTRATÉGICO AMBICIOSO Y AMPLIO PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE DE LOS CULTIVOS PROTEÍNICOS EN EUROPA

Es necesario recurrir a varias políticas de la Unión con efectos en las proteínas y velar por su coherencia a fin de apuntalar un plan europeo en materia de proteínas.

a)  La PAC

En el marco actual

Parece oportuno preferir un apoyo directo a las proteínas, mediante los dispositivos del primer pilar, con miras a permitir una aplicación del plan sobre la proteína en toda la Unión.

Varias modalidades de la ecologización son interesantes para los cultivos de proteínas, empezando por la diversificación de cultivos, la agricultura ecológica y los regímenes de certificación, pues todos fomentan formas de agricultura que practican rotaciones y una variedad de aparcelamientos favorables al cultivo de proteínas. También las superficies de interés ecológico (SIE) pueden utilizarse para producir proteínas sin que sea siempre necesario recurrir a plaguicidas.

Visto el número de Estados que aplican esta opción, el pago no disociado voluntario es el instrumento más adecuado para el desarrollo de las proteaginosas y podría ampliarse siempre que no se limite a los sectores y las regiones en dificultades.

El pilar de desarrollo rural ofrece una serie de ayudas favorables al desarrollo de las proteínas: las medidas agroambientales, las medidas de inversión en las explotaciones para la producción y la transformación, en calidad, asesoramiento, formación, innovación, agricultura ecológica.

En el marco de las mejoras o la reforma de la PAC

Podemos recomendar algunas correcciones de determinados instrumentos existentes. De este modo, el pago por ecologización, la obligación de rotación (de una duración mínima de tres años) de los cultivos podría resultar un complemento útil de la diversificación. Ello presentaría grandes beneficios agronómicos y ambientales (mejor lucha contra los enemigos de los cultivos, mejora de la calidad del suelo, etc.); también podría tenerse en cuenta la combinación de cultivos. El pago vinculado debería dejar de utilizar el criterio de sector y región en dificultades cuando se utiliza para apoyar cultivos proteínicos y debe ser más flexible para facilitar el uso de las dotaciones disponibles.

Pueden preverse otros mecanismos en el marco de una reforma de la PAC: una ayuda del primer pilar a los servicios ecosistémicos para los cultivos de leguminosas; un apoyo específico a la asunción de riesgos a la hora de poner en marcha secciones de proteínas en el territorio. Asimismo puede preverse la combinación de todos estos apoyos agrícolas con la financiación del FEDER.

b)  La política de investigación

La Unión no ha mostrado nunca una gran determinación para llevar a cabo acciones de investigación a largo plazo con miras a encontrar soluciones para reducir nuestra dependencia en materia de proteínas vegetales. La inversión en la investigación pública es muy importante para los cultivos poco desarrollados que interesan poco o nada al sector privado.

c)  La política de vecindad

Algunas regiones situadas a las puertas de la Unión, Ucrania por ejemplo, disponen de condiciones climáticas y de producción favorables para el desarrollo de la soja ya presente en este país muy agrícola. Una cooperación en el ámbito de las proteínas con dicho país, que está en conflicto con su vecino, Rusia, pero que ha elegido Europa, tendría sentido, pues ya importamos toneladas de cereales de la región que entran en competencia con nuestros propios productores.

d)  La política comercial

En la década de 1960, la Comunidad Europea celebró los acuerdos del GATT, que favorecieron la importación masiva de proteínas procedentes de terceros países, en especial de América, lo que permitió que estas materias primas accedieran libres de derechos de aduana al territorio europeo pues las necesitábamos. Se retomaron estos pactos en los acuerdos de Blair House de 1992, sin una compensación en cuanto a los gravámenes en nuestras fronteras, en un momento en que nos ahogábamos bajo excedentes de cereales. Por otra parte, en el mismo periodo, se negoció un memorando con los EE. UU. con vistas a limitar el apoyo que la Comunidad Europea estaba autorizada a brindar a sus cultivos de oleaginosas y proteaginosas. Quisiera simplemente aprovechar presente informe para mencionar que estos acuerdos han quedado hoy anticuados y no corresponden a la realidad de nuestra época, en especial en cuanto a los retos mundiales para el medio ambiente y el cambio climático que nos empujan a reconsiderar nuestros modos de producción y de consumo.

OPINIÓN de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (11.12.2017)

para la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural

sobre una estrategia europea para la promoción de las proteaginosas: fomentar la producción de proteínas y leguminosas en el sector agrícola europeo
(2017/2116(INI))

Ponente de opinión: György Hölvényi

SUGERENCIAS

La Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria pide a la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, competente para el fondo, que incorpore las siguientes sugerencias en la propuesta de Resolución que apruebe:

A.   Considerando que, históricamente, el déficit europeo en la producción de proteaginosas se remonta, por una parte, a acuerdos comerciales internacionales celebrados con anterioridad, especialmente con los Estados Unidos, que permitieron a la Unión proteger su producción de cereales y, a cambio, hicieron posible la importación en régimen de franquicia aduanera de oleaginosas y proteaginosas en la Unión (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio y Acuerdo de Blair House de 1992 entre la Unión y los Estados Unidos); que a estas circunstancias se sumaron los significativos progresos realizados por terceros países en términos de eficacia en la producción de proteaginosas, lo que acarrea una desventaja competitiva para los agricultores europeos, para los que la producción de proteaginosas no es suficientemente interesante desde el punto de vista económico;

B.   Considerando que las producciones procedentes de Brasil, Argentina y Estados Unidos no están sujetas a las mismas exigencias medioambientales, sanitarias y reglamentarias, así como en materia de OMG, que las producciones europeas;

C.   Considerando que la seguridad jurídica, la estabilidad y la coherencia de las políticas públicas europeas son elementos esenciales de cualquier estrategia creíble a largo plazo en materia de proteínas;

D.   Considerando que, en los últimos decenios, la Unión ha utilizado tres palancas de acción principales para apoyar el objetivo de independencia proteica europea, es decir, las ayudas no disociadas voluntarias a las proteaginosas y las oleaginosas, la política europea en materia de biocombustibles y la condicionalidad del 30 % de las ayudas directas, introducida por la última reforma de la política agrícola común (PAC) en relación con la aplicación de medidas de ecologización, incluida la obligación de consagrar el 5 % de las tierras de cultivo a superficies de interés ecológico y la decisión de permitir en ellas el cultivo de plantas fijadoras de nitrógeno y cultivos intermedios;

E.  Considerando que, debido al bajo porcentaje de cultivos de proteaginosas en la Unión, el número de programas de investigación sobre proteínas vegetales disminuye, al igual que la formación, la innovación y la adquisición de experiencia práctica en la Unión; que una política de investigación solo tiene perspectivas de éxito si se inscribe en compromisos políticos de medio a largo plazo;

1.  Recuerda que la Unión solo consagra el 3 % de las tierras de cultivo a las proteaginosas e importa aproximadamente el 70 % de sus piensos ricos en proteínas, principalmente de Brasil, Argentina y Estados Unidos, constituidos ampliamente por cultivos OMG; destaca que la promoción del cultivo de proteaginosas es necesario para reducir la dependencia de la Unión de las importaciones y reducir la huella de carbono y ambiental de la agricultura;

2.  Considera que el fomento del cultivo de proteaginosas, como parte de la rotación de cultivos, también puede ser un instrumento importante en la transición hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles, en la medida en que apoya la transición de los monocultivos que utilizan un elevado aporte de insumos con una alta utilización de productos químicos sintéticos y gran impacto medioambiental, hacia sistemas agroecológicos diversificados, y puede contribuir a restaurar un medio ambiente propicio y aumentar las fuentes de alimentación de los polinizadores, elementos esenciales de la biodiversidad;

3.  Subraya que la disponibilidad de datos estadísticos relativos al conocimiento del cultivo y el comercio de proteaginosas y a las preferencias de los consumidores a este respecto, así como sobre las iniciativas de los agricultores para cultivar proteaginosas y su impacto en el medio ambiente, la salud y la alimentación, es esencial para poner en marcha, desarrollar, aplicar y supervisar una estrategia europea para promover las proteaginosas;

4.  Destaca que las proteaginosas no solo incluyen la soja, sino también cereales y leguminosas para forraje, que pueden cultivarse en una amplia gama de condiciones agroclimáticas y de tipos de suelo en toda Europa; señala que las proteaginosas se utilizan en los productos alimenticios, los piensos y como combustible; considera que es importante promover la conservación y el cultivo de variedades autóctonas;

5.  Recuerda que la crisis de la EEB de los años noventa y la prohibición de utilizar proteínas animales transformadas en los piensos, tal como se recoge en el Reglamento (CE) n.º 999/2001, han incrementado la demanda de proteínas de origen vegetal en Europa; señala que en el sector piscícola europeo se utilizan fuentes alternativas de proteínas para piensos, como por ejemplo la harina de pescado;

6.  Cree que se deben crear condiciones para el desarrollo de un suministro interior de proteínas viable y sostenible en la Unión, que no solo aportaría beneficios económicos para agricultores y productores de piensos y alimentos para los consumidores, sino también una amplia variedad de beneficios medioambientales y climáticos, como la capacidad de fijar el nitrógeno de la atmósfera, la reducción de emisiones de CO2 procedentes de la producción de fertilizantes químicos sintéticos, que consume mucha energía, y de emisiones de dióxido de nitrógeno producidas durante el cultivo de proteaginosas, mejorando la calidad del suelo y la gestión de los recursos hídricos, reduciendo los niveles de enfermedad derivados del monocultivo continuado y protegiendo la biodiversidad; observa, además, que la combinación de cereales y proteaginosas en la misma parcela, una práctica común en la agricultura ecológica, ha demostrado su utilidad y no debe marginarse;

7.  Destaca que en los sistemas de rotación de cultivos que incluyen leguminosas se interrumpen los ciclos reproductivos de plagas y patógenos, por lo que se reducen los niveles de enfermedad de las plantas; señala además que con la desaparición de los monocultivos se mejora también la biodiversidad;

8.  Señala que los cultivos de leguminosas atraen a los polinizadores, pero que los insecticidas utilizados en estos cultivos pueden ser letales para ellos;

9.  Recuerda que en torno al 75 % de las semillas de soja se destinan a la alimentación animal y que se plantan semillas de soja genéticamente modificadas en más de 90 millones de hectáreas en todo el mundo: el 82 % de la superficie total destinada al cultivo de soja; recuerda que en los Estados Unidos el porcentaje de semillas de soja genéticamente modificadas es muy superior al 90 %;

10.  Recuerda que la Unión depende de las importaciones masivas de materias primas para alimentación animal ricas en proteínas, en su mayor parte soja modificada genéticamente tolerante a herbicidas, que no es deseable;

11.  Subraya que la dependencia excesiva de las importaciones de soja procedentes del continente americano, que no están sujetas a las mismas normas medioambientales y regulatorias que los cultivos europeos, combinada con el aumento de la demanda de proteínas de soja procedentes de China sitúa a Europa en una posición vulnerable en relación con la seguridad del suministro, sobre todo teniendo en cuenta el aumento de la demanda debido a la creciente población mundial y al aumento del consumo de carne;

12.  Destaca que estas importaciones conllevan una importante huella de carbono y plantean graves problemas medioambientales en los países de origen, como deforestación, pérdida de biodiversidad, degradación de los ecosistemas, efectos ecotoxicológicos, también en especies no objetivo, y daños a la salud de trabajadores locales, así como un impacto negativo sobre la utilización de la tierra en las zonas productoras de soja;

13.  Señala que la mayor parte de la soja genéticamente modificada que se importa a la Unión se ha hecho resistente a uno o varios herbicidas, como el glifosato, por lo que estos se encuentran presentes como residuos en los alimentos y piensos importados;

14.  Subraya que la Unión se beneficiaría de una producción a gran escala de proteaginosas que reduciría su déficit de proteínas de origen vegetal; reconoce los importantes obstáculos derivados de los rendimientos relativamente bajos de las leguminosas adecuadas y su escasa competitividad en materia de precios respecto de los productos importados;

15.  Apunta que las vacas y otros rumiantes han evolucionado junto con bacterias beneficiosas que convierten el pasto y otra vegetación en una fuente de alimentación rica en proteínas; subraya por tanto que, desde el punto de vista medioambiental, sanitario o económico, no es conveniente alimentar a estos animales con soja importada que ha sido transportada largas distancias, teniendo en cuenta que se podrían utilizar fuentes locales de alimentación animal;

16.  Observa que el hecho de que los rumiantes ya no se alimenten de forraje sino de soja y maíz importados ha llevado a la destrucción de bosques tropicales, pastos permanentes, praderas y pastizales, lo que supone una pérdida devastadora de biodiversidad y de carbono debido al cambio de uso de la tierra;

17.  Considera que para reducir la dependencia de la soja importada, utilizada predominantemente para la alimentación animal, se debe fomentar e incentivar la alimentación a base de pastos en Europa;

18.  Observa que, además de la alimentación a base de pastos, existen otras alternativas de pastoreo o forraje en pastizales temporales, como por ejemplo el pastoreo a base de trébol e intercalado con cultivos de leguminosas como la veza, los altramuces y las leguminosas de grano como la alfalfa;

19.  Apoya los objetivos de la Declaración europea sobre la soja y otras iniciativas para impulsar la producción de soja no modificada genéticamente y otros cultivos de proteaginosas en Europa siempre que, en la práctica, se implanten de manera responsable y respetando el objetivo de desarrollar sistemas agrícolas que sean sostenibles, socialmente justos y resilientes desde el punto de vista ecológico;

20.  Subraya la necesidad de despertar el interés de los agricultores acerca del cultivo de proteaginosas;

21. Señala que, para incentivar a los agricultores a cultivar proteaginosas, esta actividad debe ser viable desde el punto de vista financiero;

22.  Recuerda que la PAC tiene un impacto decisivo en la decisión de los agricultores de cultivar o abandonar el cultivo de proteaginosas, por lo que debe ser utilizada en todo su potencial dentro del marco de los objetivos de sostenibilidad europeos y de acuerdo con diversas iniciativas relativas a la producción de proteaginosas y leguminosas a nivel nacional;

23.  Señala que la introducción de un pago no disociado voluntario para los cultivos de proteaginosas ha contribuido a incrementar la producción en los Estados miembros que lo aplican y pide a los Estados miembros que lo utilicen plenamente;

24.  Cree que la futura PAC debe incluir un pago por cultivos de leguminosas proteaginosas y hacer un uso mejor y más específico de instrumentos relacionados con el cultivo de proteínas, utilizando incentivos más que medidas sancionadoras;

25.  Considera que se debe respaldar a los agricultores para que cultiven su propio forraje proteínico y a los ganaderos para que alimenten a los animales a base de pastos, ya que así aumentará su autosuficiencia y se conseguirá un mayor grado de bienestar animal;

26.  Subraya que es esencial crear unas condiciones equitativas para la producción de leguminosas proteaginosas en la Unión y garantizar así la igualdad de oportunidades para los agricultores en todos los Estados miembros;

27.  Señala que, aunque el volumen de proteaginosas que se cultiva en la Unión es actualmente escaso, el acuerdo de Blair House sigue estando en vigor; opina que debería reconsiderarse la necesidad de este acuerdo y señala asimismo que existen cláusulas de exención de la OMC para las medidas de apoyo que sean beneficiosas para el medio ambiente y la sociedad;

28.  Considera que, tras unos cuantos años de vigencia, podremos extraer importantes lecciones de la reciente prohibición del uso de plaguicidas en superficies de interés ecológico;

29.  Señala que la función principal de la prohibición del uso de plaguicidas en superficies de interés ecológico es fortalecer los procesos ecológicos promoviendo la biodiversidad; señala, por tanto, que la prohibición del uso de plaguicidas en superficies de interés ecológico está en consonancia con los objetivos legislativos;

30.  Recuerda que los subproductos de la producción de alimentos y de biocombustibles, así como de determinadas proteínas animales transformadas constituyen importantes fuentes alternativas de proteínas para piensos, y se debe promover su utilización; resalta que los biocombustibles se inscriben en una lógica de economía circular cuando se producen a partir de coproductos, desechos o residuos, ocupan una parte menor de las tierras agrícolas, contribuyen a la rotación y la diversificación de los cultivos agrícolas o a la utilización de los barbechos con arreglo a las medidas verdes de la PAC y no acarrean, por sí solos, un aumento del precio de los productos alimenticios;

31.  Destaca que la legislación relativa a las proteínas animales transformadas muchas veces está desfasada y debe adecuarse a los fines perseguidos a fin de crear más espacio dentro del marco normativo para facilitar el uso de fuentes de proteínas alternativas, como las proteínas de los insectos;

32.  Observa que el estudio de GLOBIOM encargado por la Comisión ya incorpora los beneficios de la coproducción de piensos y biocombustibles en relación con las emisiones de gases de efecto invernadero en el cálculo de las emisiones debidas al cambio indirecto del uso de la tierra;

33.  Destaca que las leguminosas son una fuente importante de proteínas de origen vegetal y, por lo tanto, también desempeñan un papel importante a la hora de garantizar una alimentación humana sana y sostenible; considera que se debe aumentar el volumen de proteaginosas no modificadas genéticamente de gran calidad que se cultivan en la Unión para satisfacer el creciente interés de los consumidores por las dietas a base de vegetales, así como su demanda;

34.  Destaca el importante papel que puede desempeñar la educación nutricional en la configuración de la demanda de alimentos; subraya la necesidad de adoptar directrices nutricionales, ya sea a nivel de la Unión o de los Estados miembros, con el objetivo de promover una dieta sana y abordar al mismo tiempo las preocupaciones medioambientales ligadas a la producción de alimentos;

35.  Hace hincapié en que los bajos precios de las proteínas a escala mundial, las difíciles condiciones climáticas, los elevados costes de los insumos y la competencia de los cultivos proteaginosos genéticamente modificados procedentes de fuera de Europa son todos ellos retos a los que hay que hacer frente;

36.  Señala que, ante el cambio climático, es especialmente pertinente la investigación científica independiente sobre la estabilización de los rendimientos y sobre la resistencia al estrés;

37.  Recuerda que, para hacer el cultivo de proteaginosas más atractivo para los agricultores de la Unión, la investigación se debe centrar también en el rendimiento, los niveles de proteínas y alcaloides y en el desarrollo de sistemas de cultivo más sostenibles, en particular los basados en la rotación de cultivos de proteaginosas;

38.  Subraya que las estructuras existentes, como el Sistema de asesoramiento a las explotaciones y la Asociación Europea para la Innovación podrían dar asesoramiento y formación para agricultores sobre el cultivo de proteaginosas, también en el marco de la rotación de cultivos;

39.  Apoya el establecimiento de sistemas transparentes de etiquetado de productos basados en normas de producción certificadas, como las normas de Danubio Soja y de Europa Soja;

40.  Pide que se amplíen las normas de etiquetado de los organismos modificados genéticamente a fin de abarcar los productos procedentes de animales que se hayan alimentado principalmente de piensos modificados genéticamente;

41.  Señala que la inversión en la difusión de conocimientos, el intercambio de buenas prácticas y el desarrollo del mercado también es una necesidad acuciante; destaca la importancia del conocimiento local y regional de los suelos y de las variedades de leguminosas adecuadas;

42.  Subraya la necesidad de innovar y desarrollar prácticas de gestión y técnicas para combatir las malas hierbas, las plagas y otros factores que pudieran afectar negativamente al rendimiento y al crecimiento de la cosecha.

INFORMACIÓN SOBRE LA APROBACIÓNEN LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EMITIR OPINIÓN

Fecha de aprobación

7.12.2017

 

 

 

Resultado de la votación final

+:

–:

0:

45

1

1

Miembros presentes en la votación final

Marco Affronte, Zoltán Balczó, Ivo Belet, Biljana Borzan, Paul Brannen, Soledad Cabezón Ruiz, Nessa Childers, Miriam Dalli, Angélique Delahaye, Stefan Eck, Bas Eickhout, Karl-Heinz Florenz, Gerben-Jan Gerbrandy, Arne Gericke, Jens Gieseke, Julie Girling, Sylvie Goddyn, Françoise Grossetête, Jytte Guteland, Karin Kadenbach, Urszula Krupa, Peter Liese, Norbert Lins, Susanne Melior, Rory Palmer, Piernicola Pedicini, Pavel Poc, John Procter, Julia Reid, Michèle Rivasi, Annie Schreijer-Pierik, Jadwiga Wiśniewska, Damiano Zoffoli

Suplentes presentes en la votación final

Jørn Dohrmann, Herbert Dorfmann, Luke Ming Flanagan, Martin Häusling, Krzysztof Hetman, Merja Kyllönen, Gesine Meissner, Nuno Melo, Ulrike Müller, Gabriele Preuß, Bart Staes, Claude Turmes

Suplentes (art. 200, apdo. 2) presentes en la votación final

Norbert Erdős, Sven Schulze

VOTACIÓN FINAL NOMINALEN LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EMITIR OPINIÓN

45

+

ALDE

Gerben-Jan Gerbrandy, Gesine Meissner, Ulrike Müller

ECR

Jørn Dohrmann, Arne Gericke, Urszula Krupa, John Procter, Jadwiga Wiśniewska

EFDD

Piernicola Pedicini

ENF

Sylvie Goddyn

GUE/NGL

Stefan Eck, Luke Ming Flanagan, Merja Kyllönen

NI

Zoltán Balczó

PPE

Ivo Belet, Angélique Delahaye, Herbert Dorfmann, Norbert Erdős, Karl-Heinz Florenz, Jens Gieseke, Françoise Grossetête, Krzysztof Hetman, Peter Liese, Norbert Lins, Nuno Melo, Annie Schreijer-Pierik, Sven Schulze

S&D

Biljana Borzan, Paul Brannen, Soledad Cabezón Ruiz, Nessa Childers, Miriam Dalli, Jytte Guteland, Karin Kadenbach, Susanne Melior, Rory Palmer, Pavel Poc, Gabriele Preuß, Damiano Zoffoli

Verts/ALE

Marco Affronte, Bas Eickhout, Martin Häusling, Michèle Rivasi, Bart Staes, Claude Turmes

1

-

EFDD

Julia Reid

1

0

ECR

Julie Girling

Explicación de los signos utilizados

+  :  a favor

-  :  en contra

0  :  abstenciones

INFORMACIÓN SOBRE LA APROBACIÓNEN LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EL FONDO

Fecha de aprobación

20.3.2018

 

 

 

Resultado de la votación final

+:

–:

0:

35

1

6

Miembros presentes en la votación final

John Stuart Agnew, Clara Eugenia Aguilera García, Eric Andrieu, José Bové, Daniel Buda, Nicola Caputo, Matt Carthy, Jacques Colombier, Michel Dantin, Paolo De Castro, Jean-Paul Denanot, Albert Deß, Herbert Dorfmann, Norbert Erdős, Luke Ming Flanagan, Beata Gosiewska, Martin Häusling, Anja Hazekamp, Esther Herranz García, Jan Huitema, Peter Jahr, Ivan Jakovčić, Jarosław Kalinowski, Zbigniew Kuźmiuk, Norbert Lins, Philippe Loiseau, Mairead McGuinness, Ulrike Müller, Maria Noichl, Marijana Petir, Laurenţiu Rebega, Bronis Ropė, Ricardo Serrão Santos, Czesław Adam Siekierski, Marc Tarabella, Maria Gabriela Zoană

Suplentes presentes en la votación final

Paul Brannen, Stefan Eck, Julie Girling, Elsi Katainen, Anthea McIntyre, Annie Schreijer-Pierik, Thomas Waitz

VOTACIÓN FINAL NOMINALEN LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EL FONDO

35

+

ALDE

Jan Huitema, Ivan Jakovčić, Elsi Katainen, Ulrike Müller

ECR

Beata Gosiewska, Zbigniew Kuźmiuk, Anthea McIntyre

ENF

Jacques Colombier, Philippe Loiseau

GUE/NGL

Luke Ming Flanagan

NI

Laurenţiu Rebega

PPE

Daniel Buda, Michel Dantin, Albert Deß, Herbert Dorfmann, Norbert Erdős, Julie Girling, Esther Herranz García, Peter Jahr, Jarosław Kalinowski, Norbert Lins, Mairead McGuinness, Marijana Petir, Annie Schreijer-Pierik, Czesław Adam Siekierski

S&D

Clara Eugenia Aguilera García, Eric Andrieu, Paul Brannen, Nicola Caputo, Paolo De Castro, Jean-Paul Denanot, Maria Noichl, Ricardo Serrão Santos, Marc Tarabella, Maria Gabriela Zoană

1

-

EFDD

John Stuart Agnew

6

0

GUE/NGL

Matt Carthy, Stefan Eck, Anja Hazekamp

Verts/ALE

Martin Häusling, Bronis Ropė, Thomas Waitz

Explicación de los signos utilizados

+  :  a favor

-  :  en contra

0  :  abstenciones

Última actualización: 13 de abril de 2018
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