INFORME sobre la Hoja de ruta del SEAE sobre cambio climático y defensa
4.4.2022 - (2021/2102(INI))
Comisión de Asuntos Exteriores
Ponente: Thomas Waitz
PR_INI
ÍNDICE
Página
PROPUESTA DE RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO
POSICIÓN MINORITARIA
POSICIÓN MINORITARIA
INFORMACIÓN SOBRE LA APROBACIÓN EN LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EL FONDO
VOTACIÓN FINAL NOMINAL EN LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EL FONDO
PROPUESTA DE RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO
sobre la Hoja de ruta del SEAE sobre cambio climático y defensa
El Parlamento Europeo,
– Visto el título V del Tratado de la Unión Europea (TUE), y en particular sus artículos 42 y 43,
– Vistos los objetivos de neutralidad en carbono de la Unión para 2030 y 2050,
– Vista la Hoja de ruta sobre cambio climático y defensa, de 9 de noviembre de 2020,
– Visto el Concepto para un enfoque integrado sobre cambio climático y seguridad, adoptado el 5 de octubre de 2021,
– Visto el Concepto de la UE para la protección del medio ambiente y la optimización energética en las misiones y operaciones militares dirigidas por la UE,
– Visto el Reglamento (UE) 2021/697 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2021, por el que se establece el Fondo Europeo de Defensa[1], y en particular su considerando 60, que establece una contribución del 30 % para objetivos climáticos, y su considerando 61, que establece contribuciones del 7,5 y del 10 % del gasto anual para atajar la pérdida de biodiversidad hasta 2027,
– Visto el Reglamento (UE) 2021/947 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 9 de junio de 2021, por el que se establece el Instrumento de Vecindad, Cooperación al Desarrollo y Cooperación Internacional - Europa Global[2] («Reglamento IVCDCI»), y en particular su considerando 49, que establece una contribución del 30 % para objetivos climáticos,
– Vista la Comunicación de la Comisión, de 8 de julio de 2020, titulada «Una estrategia del hidrógeno para una Europa climáticamente neutra» (COM(2020)0301),
– Visto el Plan de Acción sobre Cambio Climático y Seguridad de la OTAN,
– Visto el documento estratégico del SEAE, de junio de 2016, titulado «Estrategia global para la política exterior y de seguridad de la Unión Europea», así como sus informes de seguimiento,
– Vistas las Conclusiones del Consejo, de 22 de enero de 2018, sobre el enfoque integrado de los conflictos y crisis exteriores,
– Vistas las Conclusiones del Consejo, de 10 de diciembre de 2018, sobre las mujeres, la paz y la seguridad,
– Vistas las Conclusiones del Consejo, de 20 de enero de 2020, sobre la diplomacia climática,
– Vistas las Conclusiones del Consejo, de 25 de enero de 2021, sobre diplomacia climática y energética - Cumplir la dimensión exterior del Pacto Verde Europeo,
– Vistas las Conclusiones del Consejo, de 17 de junio de 2020 y de 10 de mayo de 2021, sobre seguridad y defensa,
– Vista la Comunicación conjunta de la Comisión y de la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, de 7 de junio de 2017, titulada «Un planteamiento estratégico de la resiliencia en la acción exterior de la UE» (JOIN(2017)0021),
– Visto el Informe Anual de Actividad 2020 de la Comisión – Industria de defensa y espacio,
– Vista la Comunicación de la Comisión, de 24 de febrero de 2021, titulada «Forjar una Europa resiliente frente al cambio climático – La nueva estrategia de adaptación al cambio climático de la UE» (COM(2021)0082),
– Vistos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas,
– Visto el informe de investigación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de 21 de junio de 2021, sobre el cambio climático,
– Vistas las decisiones de los líderes de la OTAN, de junio de 2021, sobre clima y seguridad,
– Visto el Informe sobre clima y seguridad a escala mundial, de junio de 2021, del Consejo Militar Internacional sobre Clima y Seguridad,
– Visto el informe final de 2021 del Proyecto BIOSEC, titulado «Biodiversity and Security» (Biodiversidad y seguridad), financiado por el Consejo Europeo de Investigación (CEI) para el período 2016-2020,
– Visto el proyecto de ADELPHI titulado «Weathering Risk: A Climate and Security Risk and Foresight Assessment» (Superar los riesgos: una evaluación de las perspectivas y los riesgos en materia de clima y seguridad),
– Vistos los proyectos cofinanciados por la Unión, como FREXUS, que tiene como objetivo mejorar la seguridad y la resiliencia climática en un contexto frágil gracias al eje agua-energía-seguridad alimentaria en la región del Sahel,
– Vistos los documentos de las Naciones Unidas sobre la seguridad humana y la responsabilidad de proteger,
– Vista su Resolución, de 7 de julio de 2021, sobre la cooperación UE-OTAN en el contexto de las relaciones transatlánticas[3],
– Vista su Resolución, de 3 de julio de 2018, sobre la diplomacia climática[4],
– Visto el artículo 54 de su Reglamento interno,
– Visto el informe de la Comisión de Asuntos Exteriores (A9-0084/2022),
A. Considerando que los factores ambientales pueden influir de diversos modos directos e indirectos en la seguridad de las personas y de los Estados;
B. Considerando que el cambio climático y los efectos relacionados con el clima, como la degradación medioambiental, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la desertización, los fenómenos meteorológicos extremos, la escasez de agua y alimentos, la contaminación atmosférica y las catástrofes naturales, favorecen que surjan conflictos o crisis y ya están poniendo en peligro la seguridad, la estabilidad y la paz a escala local, regional e internacional; que el cambio climático —cuyas consecuencias ya son evidentes y se prevé que se aceleren a medio y largo plazo— se ha convertido en un factor multiplicador del riesgo cada vez más predominante, ya que puede contribuir a agravar determinados factores de crisis preexistentes (como el aumento de las desigualdades económicas o una fuerte opresión política), y constituye un nuevo desafío para la seguridad, junto con las amenazas híbridas y cibernéticas, y que son necesarios recursos adecuados para afrontarlo;
C. Considerando que los vínculos entre el cambio climático y los conflictos pueden ser complejos y que los efectos concretos del cambio climático en los conflictos varían en su mayoría según el contexto; que es necesario respaldar unos intercambios más sistemáticos y amplios y el enriquecimiento mutuo entre las comunidades científicas que trabajan en torno al nexo entre clima y seguridad;
D. Considerando que el cambio climático sigue ocupando un lugar central en la agenda por la paz y la seguridad como principal «factor multiplicador de las amenazas», ya que agrava los riesgos sociales, económicos y medioambientales existentes que pueden alimentar el sentimiento de malestar y llegar a conducir a conflictos violentos; que los cambios medioambientales y climáticos y sus consecuencias, combinados con otros factores, agravan las vulnerabilidades, tensiones y riesgos preexistentes, sin que sean siempre un elemento desencadenante en sí mismos o la causa directa de conflictos armados internos o internacionales; que el cambio climático puede afectar a la seguridad de las personas de forma diferente en función de su género, condición socioeconómica, edad, orientación sexual, origen étnico, religión (o ausencia de esta), discapacidad (o ausencia de esta), etc.; que los grupos marginados en particular suelen verse perjudicados de forma desproporcionada por el cambio climático; que los riesgos para la seguridad relacionados con el cambio climático afectan especialmente a las poblaciones económicamente desfavorecidas y tienen efectos socioeconómicos; que el cambio climático tiene efectos negativos en el patrimonio cultural y natural de las zonas afectadas;
E. Considerando que la crisis climática afecta tanto a la seguridad de las personas como a la de los Estados; que el cambio climático presenta varios puntos comunes con dinámicas políticas, étnicas y socioeconómicas y es un motor directo de conflictos en la medida en que aumenta el riesgo de catástrofes y ejerce presión adicional sobre los ecosistemas, poniendo así en peligro los medios de subsistencia, la seguridad hídrica y alimentaria de las personas y las infraestructuras esenciales, por ejemplo, instigando cambios en el uso de la tierra y la degradación medioambiental;
F. Considerando que la subida del nivel del mar ha ocasionado ya inundaciones y salinización, lo que plantea un grave riesgo en términos de seguridad y para la propia existencia de islas y zonas costeras bajas; que, según la edición actualizada del informe Groundswell del Banco Mundial de 2021, el cambio climático podría forzar a 216 millones de personas a desplazarse dentro de sus países de aquí a 2050; que dicho informe también afirma que unas medidas inmediatas y concretas pueden reducir de forma significativa la magnitud de la migración climática; que la escasez de agua tiene un impacto pluridimensional en la seguridad humana y la estabilidad sociopolítica; que, debido al cambio climático, el suministro de agua se verá afectado, en especial en los países en desarrollo, al tiempo que aumentará la demanda mundial de agua; que el cambio climático está incrementando el riesgo de sequías e inundaciones; que la repercusión del cambio climático en los precios de los alimentos pone en peligro los medios de subsistencia y está provocando desplazamientos, enfermedades y hambrunas que conducen a una migración sin precedentes;
G. Considerando que, en el Sahel, los efectos del cambio climático en la disponibilidad de los recursos naturales, combinados con factores como el crecimiento demográfico, una gobernanza débil y los problemas en materia de tenencia de la tierra, han conducido a un aumento de la competencia por unos recursos naturales escasos —sobre todo tierra fértil y agua— y a tensiones y conflictos entre comunidades y grupos con medios de subsistencia similares;
H. Considerando que el cambio climático es uno de los factores que dan forman al entorno estratégico, pues amplifica los riesgos e impone restricciones; que la crisis climática ha afectado al sistema internacional, ya que puede exacerbar las tensiones geopolíticas y alterar los equilibrios entre las principales potencias; que los problemas relacionados con el cambio climático son explotados por agentes malintencionados para aumentar su influencia o alentar las hostilidades; que el deshielo de los casquetes polares está incrementando las tensiones geopolíticas, en especial en torno al Polo Norte;
I. Considerando que las Fuerzas Armadas estadounidenses han perdido más equipos e infraestructuras militares por las catástrofes naturales que por los conflictos armados de Afganistán e Irak juntos; que la Administración de Biden ha adoptado medidas positivas para combatir el cambio climático, en particular su regreso al Acuerdo de París y la inclusión del cambio climático en su Orientación estratégica provisional de seguridad nacional;
J. Considerando que las Fuerzas Armadas son uno de los mayores consumidores de combustibles fósiles del mundo;
K. Considerando que la producción interior de petróleo y gas de la Unión decrece de forma constante; que la dependencia energética de la Unión es elevada y va en aumento, y que todos sus Estados miembros son importadores netos de energía de un número limitado de terceros países, con una tasa de dependencia energética que ha aumentado del 56 % al 61 % entre 2000 y 2019; que un estudio reciente ha estimado la huella de carbono de 2019 del sector militar de los Estados miembros, incluidas las Fuerzas Armadas nacionales y las industrias de tecnología militar ubicadas en la Unión, en unos 24,8 millones de toneladas equivalentes de CO2; que la transformación energética y los sistemas avanzados de armamento requieren materias primas fundamentales, cuyas cadenas de suministro generan vulnerabilidades en algunos casos, también para las pymes especializadas del sector europeo de la defensa, en particular si dichas cadenas están dominadas por un número reducido de terceros países;
L. Considerando que, según la Agencia Europea de Defensa (AED), el combustible para el transporte representó el 52 % del consumo de energía de los veintidós Estados miembros que facilitaron datos relativos a 2016 y 2017 (países que representan el 96,9 % de los gastos totales de defensa de los Estados miembros de la AED); que, según el mismo estudio de la AED, las infraestructuras y edificios militares suponen otro gran consumo de energía, y que la calefacción, por sí sola, representó, de media, el 32 % del consumo de energía de las Fuerzas Armadas de los Estados miembros en 2017, el 75 % de la cual se generó a partir de combustibles fósiles y gas natural;
M. Considerando que algunos Estados miembros de la Unión están utilizando sus amplias zonas reservadas para uso militar para proteger la biodiversidad, por ejemplo, impidiendo el vuelo de helicópteros en zonas de nidificación;
N. Considerando que la delincuencia medioambiental es una actividad delictiva muy frecuente en el mundo y un importante problema de seguridad; que es necesaria una mayor cooperación entre la Unión y los países socios en torno a esta cuestión, que permita ayudar a los Estados a desarrollar sus capacidades de lucha contra los delitos medioambientales;
O. Considerando que la delincuencia medioambiental se ha convertido en el cuarto sector delictivo del mundo en cuanto a generación de beneficios, con un crecimiento tres veces más rápido que el de la economía mundial; que un informe de 2016 de Interpol y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estimó los beneficios de la delincuencia medioambiental en 258 000 millones USD al año, incluidos el comercio ilegal de especies silvestres, los delitos forestales y pesqueros, el tráfico de residuos y la minería ilegal;
P. Considerando que un informe de 2018 de Interpol, RHIPTO y la Iniciativa Mundial contra la Delincuencia Organizada Transnacional indicaba que la delincuencia medioambiental es el principal motor económico de conflictos y la mayor fuente de ingresos de grupos armados no estatales y organizaciones terroristas, por delante de las actividades ilegales tradicionales, como los secuestros para obtener rescates y el tráfico de drogas;
Q. Considerando que, en el Acuerdo de París de 2015, no se hace referencia al sector de la defensa, con lo que se deja a los Gobiernos nacionales decidir si incluyen los esfuerzos de mitigación del sector de la defensa en sus compromisos nacionales contraídos con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC); que todos los sectores deben contribuir a la reducción de las emisiones y, al mismo tiempo, adaptarse al cambio climático para alcanzar los objetivos de neutralidad en carbono de la Unión y mantener la eficacia operativa; que, en septiembre de 2020, Francia desveló su nueva estrategia energética de defensa, con 34 recomendaciones para reducir y optimizar el consumo de energía de sus Fuerzas Armadas y mejorar su seguridad energética;
R. Considerando que incluso un pequeño conflicto nuclear tendría enormes consecuencias humanitarias y afectaría también al clima de un modo muy negativo, provocando hambrunas y acortando las temporadas de cultivo durante varios años;
S. Considerando que la seguridad debe ocupar un lugar central en la reflexión medioambiental a fin de concebir soluciones de desarrollo sostenible realistas, duraderas y eficaces para la seguridad humana y la estabilidad mundial; que, en consecuencia, la acción exterior de la Unión debe tener cada vez más en cuenta el cambio climático y las consideraciones de índole medioambiental como riesgos fundamentales en materia de seguridad, y adecuar en consonancia estrategias y conceptos, procedimientos, equipos e infraestructuras civiles y militares, el desarrollo de capacidades, incluida la formación, y, cuando proceda, su marco institucional y sus mecanismos de rendición de cuentas; que la política de seguridad y defensa de la Unión y sus instrumentos deben contribuir de forma directa a prevenir y reducir los efectos negativos de la crisis climática en la seguridad; que todos los instrumentos de gobernanza y consolidación de la paz deben abordar el vínculo entre clima y seguridad;
T. Considerando que, debido a la repercusión del cambio climático y de sus efectos en la seguridad, las medidas de seguridad climática, es decir la anticipación y la adaptación a las consecuencias del cambio climático en el entorno estratégico y las misiones militares, y su financiación han de entenderse también como una contribución a la defensa y a la seguridad; que el IVCDCI tiene un objetivo de gasto del 30 % de su presupuesto de 80 000 millones EUR para siete años en acciones por el clima y de entre el 7,5 y el 10 % anual para objetivos de protección medioambiental y biodiversidad;
Estrategia y concepto
1. Señala que el artículo 21 del TUE ofrece una base jurídica adecuada para que la acción exterior y la política común de seguridad y defensa (PCSD) de la Unión permitan afrontar los principales desafíos del siglo XXI, de los que el cambio climático y los factores basados en el clima constituyen elementos clave; recuerda que el artículo 21 del TUE exige lo siguiente a la Unión: «c) mantener la paz, prevenir los conflictos y fortalecer la seguridad internacional; [...] f) elaborar medidas internacionales de protección y mejora de la calidad del medio ambiente y de la gestión sostenible de los recursos naturales [...]; [y] g) ayudar a las poblaciones, países y regiones que se enfrenten a catástrofes naturales o de origen humano»; resalta la urgente necesidad de acelerar y profundizar la integración, en las políticas exterior, de seguridad y de defensa de la Unión, en particular en la PCSD, de la mitigación del cambio climático y la adaptación a este teniendo en cuenta los conflictos; afirma que los principales objetivos de las misiones y operaciones de la PCSD son, de conformidad con el artículo 42, apartado 1, y el artículo 43, apartado 1, del TUE, el mantenimiento de la paz, la prevención de conflictos y el fortalecimiento de la seguridad internacional allí donde dichas misiones y operaciones se lleven a cabo, al tiempo que debe garantizarse su plena eficacia operativa;
2. Expresa su firme convencimiento de que la tecnología y las actividades militares deben contribuir a los objetivos de neutralidad en carbono de la Unión, al objeto de colaborar en la lucha contra el cambio climático sin que ello perjudique la seguridad de las misiones ni socave las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas; subraya, en ese sentido, que la acción exterior de la Unión y las Fuerzas Armadas de los Estados miembros deben tratar de reducir al mínimo su propia huella de carbono y sus efectos negativos en los recursos naturales y la biodiversidad;
3. Insiste en la necesidad de mejorar la anticipación a fin de prevenir las consecuencias de las modificaciones de los ecosistemas y del cambio climático cuando estas puedan llegar a incrementar la presión sobre las Fuerzas Armadas o suscitar tensiones regionales;
4. Subraya la necesidad urgente de invertir en soluciones inteligentes, integradas y que incluyan a la sociedad en su conjunto para lograr reducciones significativas de las emisiones y evitar los peores efectos del cambio climático, así como de invertir de forma masiva en la resiliencia climática de las naciones que lo necesitan a fin de evitar la inestabilidad, los conflictos y las grandes catástrofes humanitarias;
5. Pide al alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión (AR/VP) que se asegure de que la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático y los efectos relacionados con el clima se integren debidamente en la acción exterior de la Unión, siguiendo el ejemplo del Reglamento IVCDCI; reclama el desarrollo de estrategias, políticas, procedimientos, medidas y capacidades específicas en materia de clima; pide al AR/VP que se asegure de que el desarrollo de una política de la Unión sobre seguridad climática y defensa entraña la aplicación de un enfoque de seguridad humana; celebra la intención del SEAE de que las misiones y operaciones civiles y militares de la PCSD desarrollen e incorporen un conjunto de acciones para la aplicación efectiva de aspectos medioambientales en su trabajo; respalda que se refuercen las capacidades de los Estados miembros con la incorporación de aspectos medioambientales en los programas de formación de las misiones civiles y militares, así como mediante el intercambio de buenas prácticas y conocimientos especializados;
6. Pide que se desarrollen valores de referencia concretos para calibrar los progresos a la hora de abordar los vínculos entre el cambio climático, por una parte, y los conflictos, por otra; solicita al AR/VP que informe semestralmente al Parlamento sobre los progresos logrados en el uso y el cumplimiento de esos valores de referencia e indicadores; pide a los Estados miembros que incorporen conocimientos sobre las repercusiones del clima en materia de seguridad en los programas de asistencia militar en el exterior;
7. Insiste en que, en la Brújula Estratégica, es importante abordar los vínculos entre cambio climático, seguridad y defensa, con miras a definir objetivos claros y medidas concretas para que los Estados miembros mejoren la eficiencia energética en las Fuerzas Armadas y se adapten a todos los efectos del cambio climático en materia de seguridad a medio y largo plazo, abarcando desde la prospectiva estratégica, la formación y la innovación hasta el desarrollo de capacidades en el marco de la Unión;
8. Recuerda que la inseguridad tiene muchas y diferentes causas profundas interconectadas, como la pobreza, la fragilidad del Estado, la falta de infraestructuras y servicios públicos, un acceso muy limitado a bienes esenciales, la falta de educación, la corrupción, etc., entre las que se encuentra el cambio climático;
9. Recuerda que en África, y en particular en el Sahel, la interacción del cambio climático con los factores tradicionales de conflictividad (entre otros, la descomposición del Estado, la ausencia de servicios públicos y la degradación del contexto de seguridad) exacerba los problemas de violencia y terrorismo;
10. Pide un mayor apoyo a los esfuerzos encaminados a combatir el cambio climático y mejorar las alternativas climáticamente neutras en la vecindad inmediata de la Unión, en particular en los Balcanes Occidentales, la Asociación Oriental y la vecindad meridional, para prevenir posibles problemas en materia de seguridad;
11. Resalta que, debido al cambio climático, el Ártico se ha calentado tres veces más rápido que la media del planeta en los últimos cincuenta años; destaca el modo en que el cambio climático ha modificado la situación geopolítica en el Ártico y crea un desafío geopolítico para la Unión; insiste en que el Ártico reviste una importancia estratégica y política para la Unión y subraya el compromiso de la Unión como agente responsable que busque el desarrollo sostenible y pacífico a largo plazo de la región; destaca que el Ártico debe seguir siendo una zona de cooperación pacífica y pide que se adopten medidas para evitar que se encamine hacia una creciente militarización; recuerda que Finlandia, Suecia y Dinamarca, Estados miembros de la Unión, son miembros del Consejo Ártico;
Hoja de ruta sobre cambio climático y defensa
12. Acoge con satisfacción la Hoja de ruta sobre cambio climático y defensa (en lo sucesivo, «la Hoja de ruta») y pide al SEAE, junto con los servicios pertinentes de la Comisión y la AED, que garantice, donde proceda, la aplicación exhaustiva de los tres ámbitos de trabajo: la dimensión operativa, el desarrollo de capacidades y las asociaciones; solicita que se vuelvan a estudiar los plazos de revisión de la Hoja de ruta y, en particular, que los objetivos generales se revisen mucho antes de 2030; pide a los Estados miembros que desarrollen estructuras nacionales para respaldar los objetivos; insta a todas las partes a considerar este proceso una de sus prioridades y a desarrollar y aplicar iniciativas acordes con el enfoque integrado; insiste en el importante papel de las Fuerzas Armadas en lo que atañe no solo a la adaptación, sino también a la mitigación de su influencia en el cambio climático y el medio ambiente, entre otras cosas, midiendo y cartografiando de forma integral la huella ambiental de las Fuerzas Armadas, tal y como se propone en la Hoja de ruta; insta al AR/VP a proponer a los Estados miembros un programa de actuación inmediata, compuesto por acciones prioritarias presentadas en la Hoja de ruta que puedan aplicarse a corto plazo;
13. Celebra, en particular, las medidas de repercusión inmediata y a corto plazo de la Hoja de ruta para 2020-2021, en especial la formulación de un proceso de notificación sencillo, vinculado al desarrollo de capacidades de medición y basado en indicadores de progreso relativos a la huella ambiental, en particular la energía, el agua, la gestión de los residuos, etc., de las misiones y operaciones de la PCSD; insiste en la necesidad de elaborar evaluaciones más pormenorizadas para 2024, teniendo en cuenta las enseñanzas extraídas y las buenas prácticas, y de incorporar requisitos más exigentes para especificaciones técnicas adecuadas en el marco de la contratación pública a fin de mitigar un enfoque basado en el ciclo de vida, tal como se prevé en el Concepto militar, de 2012, para la protección del medio ambiente y la eficiencia energética en las operaciones militares dirigidas por la UE; resalta la necesidad de incluir de forma sistemática consideraciones climáticas y medioambientales en la tecnología, la investigación, las licitaciones y las infraestructuras militares;
14. Acoge favorablemente las recientes iniciativas de la Comisión, el Consejo y el SEAE en el ámbito de la diplomacia climática, la seguridad y la defensa, en particular el Marco estratégico de diplomacia climática, la Hoja de ruta y el Concepto para un enfoque integrado sobre cambio climático y seguridad; pide al AR/VP que vele por que todos estos diferentes conceptos se conecten y armonicen de forma adecuada en un marco coherente y uniforme; resalta la necesidad de hacer de esto una prioridad y solicita al AR/VP que informe de los progresos realizados para junio de 2023;
15. Lamenta que la Hoja de ruta no haga hincapié en la alta demanda de la Unión de energías renovables y de combustibles alternativos a precios competitivos que se espera para el futuro, que podría brindar oportunidades beneficiosas para todas las partes, proporcionando nuevos foros para la cooperación y el diálogo, un beneficio económico mutuo, una mayor seguridad del suministro y estabilidad internacional; subraya que las características del hidrógeno limpio hacen que sea uno de los candidatos para sustituir a los combustibles fósiles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de las fuerzas militares;
16. Pide al AR/VP que, a mediados de 2023, presente una evaluación de la huella de carbono y del impacto ambiental de la acción exterior de la Unión, a fin de sentar las bases para contribuir a la mitigación del cambio climático; hace hincapié, teniendo en cuenta el carácter sensible de la información evaluada, facilitada por las misiones y operaciones de la PCSD, en la necesidad de desarrollar, para 2023, una metodología eficaz que mida las emisiones de gases de efecto invernadero de todas las actividades de seguridad y defensa de la Unión, incluidas las emisiones procedentes de la fabricación, la posesión y el desmantelamiento, también para atajar la actual falta de datos fiables y comparables a escala internacional; cree que la Hoja de ruta debe utilizarse para propiciar el desarrollo de una estrategia y de promesas nacionales claras de reducción de las emisiones militares, incluida la notificación obligatoria de las emisiones militares a la CMNUCC y a los Parlamentos nacionales, ya que sin informes ni transparencia no habrá presión alguna para recortar las emisiones ni forma de establecer el impacto de dichas promesas;
17. Pide el establecimiento de objetivos voluntarios para reducir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero de las misiones y operaciones militares y emprender el camino hacia la neutralidad climática para 2050, lo que permitirá mejorar aún más la eficacia operativa;
18. Propone poner en marcha un proyecto piloto para medir y cartografiar las emisiones de gases de efecto invernadero de las misiones y operaciones de la PCSD; considera que EUFOR ALTHEA sería una buena elección para dicho proyecto piloto;
Un enfoque global y coherente
19. Pide una acción coordinada para reducir rápidamente tanto la magnitud como el alcance del cambio climático gracias a una disminución drástica de las emisiones, a fin de evitar consecuencias significativas, graves o catastróficas para la seguridad mundial en el futuro; destaca la necesidad de garantizar que todos los elementos del ámbito de la seguridad, incluidas las infraestructuras, las instituciones y las políticas, sean resilientes al cambio climático y puedan adaptarse con rapidez a sus efectos;
20. Acoge con profunda satisfacción que el nuevo instrumento de la Unión, Europa Global (IVCDCI), refleje correctamente la urgencia y la importancia de una acción exterior por el clima de carácter rápido, fuerte y amplio; celebra, a este respecto, que el IVCDCI integre la perspectiva climática y vaya a garantizar que el 30 % de su presupuesto de 80 000 millones EUR para siete años apoye acciones por el clima; pide a la Comisión que respete plenamente esos objetivos e incluya en sus cálculos solo medidas con una clara dimensión climática; celebra que se excluyan de la financiación las inversiones en combustibles fósiles y las medidas que tengan efectos perjudiciales o adversos importantes para el medio ambiente y el clima; celebra rotundamente la política de seguridad climática del IVCDCI (véase la subsección 3, punto 1, letra d), del anexo III al Reglamento IVDCDI); pide a la Comisión que conceda prioridad a aquellas acciones que velen por lograr resultados exhaustivos e inclusivos vinculando la mitigación y adaptación al cambio climático a la prevención de conflictos y la consolidación de la paz; acoge con satisfacción el programa sobre cambio climático y medio ambiente del IVCDCI, al mismo tiempo que resalta la necesidad de aumentar el apoyo en materia de gobernanza medioambiental, incluido el fortalecimiento institucional, a los Estados frágiles y afectados por conflictos; exige que se aproveche todo el potencial de consolidación de la paz en relación con el medio ambiente en virtud del programa de paz, estabilidad y prevención de conflictos del IVCDCI; considera que el enfoque del IVCDCI en materia de seguridad climática debe constituir una referencia para todas las demás acciones exteriores de la Unión, y pide al AR/VP que garantice que la PCSD en particular se sincronice con este enfoque; pide a la Comisión y al SEAE que aprovechen los resultados de la investigación existente sobre las vulnerabilidades emergentes en materia de seguridad climática, en particular en el Sahel, Oriente Próximo y África oriental;
21. Considera que la seguridad climática debe integrarse plenamente en el conjunto de instrumentos de la Unión para la prevención de conflictos y la gestión de crisis, a fin de reforzar la resiliencia de los Estados frágiles y las poblaciones afectadas;
22. Resalta la necesidad de impulsar las capacidades de la Unión de prospectiva estratégica, alerta temprana, conciencia situacional y análisis de conflictos utilizando datos cualitativos y cuantitativos y métodos innovadores procedentes de diversas fuentes; subraya que, además de la cooperación sistemática con organizaciones de la sociedad civil, los programas espaciales de la Unión, el Centro de Satélites de la Unión Europea (SatCen), el Centro de Inteligencia y de Situación de la Unión Europea, la unidad de prevención de conflictos del SEAE, los centros de investigación nacionales, los laboratorios de ideas, los servicios nacionales de inteligencia y el Centro Común de Investigación también deben contribuir a la prospectiva estratégica, la consolidación de la paz y la investigación en materia del clima y los conflictos; considera de suma importancia que estos conocimientos se utilicen para diseñar adecuadamente las misiones, operaciones y acciones futuras, teniendo en cuenta parámetros que van desde el cambio de las condiciones climáticas al contexto político local; encomia el papel esencial desempeñado por los programas espaciales de la Unión, como Copernicus, en la comprensión del cambio climático y el seguimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero; recuerda que las agencias descentralizadas de la Unión, en particular el Satcen, disponen de capacidades únicas para recopilar datos sobre el cambio climático y sus aspectos de seguridad en el mundo; señala que el programa espacial de la Unión es crucial, en la actualidad, para encarar los aspectos de seguridad del cambio climático; celebra los esfuerzos actualmente realizados por Satcen en este ámbito;
23. Subraya que, en los programas de seguridad climática, el principio de políticas y programas impulsados por los datos tiene que ser esencial; reconoce, al mismo tiempo, las limitaciones que presentan para la predicción de conflictos los enfoques de macrodatos y de índices cuantitativos de tensión medioambiental, ya que se exponen a prestar muy poca atención al contexto societal local; recuerda la falta de disponibilidad de datos fiables en algunos Estados frágiles, también como consecuencia de la corrupción y de unas estructuras de gobernanza débiles, en cuyo caso podrían utilizarse datos indirectos; considera que los conocimientos e iniciativas de la sociedad civil y las poblaciones locales deben desempeñar un papel clave en el marco de los esfuerzos de la Unión por atajar los efectos del cambio climático en los conflictos;
24. Pide al SEAE y a la Comisión que garanticen la conexión adecuada de la alerta temprana y el análisis de conflictos con una acción y unas respuestas tempranas, y que velen por que se establezca una capacidad importante de prospección estratégica; celebra, a este respecto, el análisis de conflictos en curso en unos sesenta países por parte del SEAE; recuerda que es esencial que las acciones climáticas sean sensibles a los conflictos para evitar causar daños involuntarios y contribuir a la paz siempre que sea posible;
25. Destaca la necesidad de un enfoque individualizado que incluya análisis regionales específicos e iniciativas dirigidas localmente y esté adaptado a la situación concreta sobre el terreno; insiste en la importancia de reforzar la resiliencia de las comunidades, y en que el apoyo a la responsabilización a nivel local y a las estructuras inclusivas de gobernanza local es esencial para garantizar que los esfuerzos sean sostenibles; destaca que un enfoque inclusivo y responsable hacia las poblaciones locales y unas medidas de protección del medio ambiente más eficaces, como el acceso a recursos vitales, también aumentan la seguridad de las fuerzas y del personal de la Unión (seguridad de las misiones); manifiesta su pleno apoyo a los defensores del medio ambiente, en la medida en que son objeto de una represión creciente en diversas partes del mundo; destaca que los Estados que están reduciendo la capacidad de acción de los defensores del medio ambiente están perjudicando a muchos de los que más se necesitan y socavando los intereses de la Unión en el proceso;
26. Pide cooperación internacional para abordar los retos relacionados con la migración medioambiental, a fin de elaborar soluciones comunes; pide que se dedique especial atención a la prestación de una asistencia adecuada a los niños y a los jóvenes;
27. Cree que hay que reforzar la consolidación de la paz en relación con el medio ambiente, ya que es una de las soluciones globales sostenibles y justas para combatir los efectos del cambio climático y puede también crear oportunidades para la consolidación de la paz, promoviendo al mismo tiempo el diálogo y la cooperación a nivel local, nacional e internacional —por ejemplo, sobre gestión de los recursos naturales, acceso a la tierra y el agua, protección del medio ambiente, reducción del riesgo de catástrofes, acogida de refugiados climáticos, etc.—, y brindando oportunidades para adoptar un enfoque transformador que aborde las causas profundas de los conflictos y los motores estructurales de la marginación; destaca la necesidad de incrementar las iniciativas de mediación previa a los conflictos, por ejemplo, aumentando los niveles de financiación a través del IVCDCI; hace hincapié en la necesidad de tener en cuenta el medio ambiente en todo el ciclo de los conflictos y de abordar también la situación posterior a estos de un modo adecuado, pues puede suceder que las poblaciones acaben siendo más vulnerables a los riesgos medioambientales o se produzca un aumento de la delincuencia medioambiental o de la devastación del medio ambiente (por ejemplo, deforestación) en espacios no gobernados;
28. Subraya que la acción por el clima de la Unión debe ser inclusiva, procurar promover la igualdad de género, aplicar el enfoque basado en los derechos humanos de la Unión, fomentar la buena gobernanza y aplicar las agendas sobre la juventud, la paz y la seguridad y sobre las mujeres, la paz y la seguridad, conforme al Plan de Acción en materia de Género III de la UE; reclama, en particular, el apoyo para las iniciativas de las organizaciones de base de mujeres, jóvenes y pueblos indígenas, y la extracción de enseñanzas de dichas iniciativas;
29. Insiste igualmente en la necesidad de desplegar expertos en seguridad climática en las misiones y operaciones de la PCSD, y alienta a los Estados miembros a que apoyen estos esfuerzos proporcionando dichos expertos; propone encargar a las delegaciones de la Unión la tarea concreta de mejorar la presentación de informes sobre la gobernanza de la tierra y los recursos naturales, así como sobre la evolución socioeconómica y política conexa; subraya la importancia de encargar también a los actores pertinentes de la UE un estrecho seguimiento de la situación en las regiones gravemente afectadas por el cambio climático y la degradación del medio ambiente, como el Sahel, el Cuerno de África y el Pacífico, y el desarrollo de mecanismos para observar, evaluar, documentar y comunicar al público el impacto, las enseñanzas aprendidas y las mejores prácticas de los esfuerzos por conseguir resultados integrales mediante la conexión entre la adaptación al clima y la consolidación de la paz;
30. Acoge con satisfacción el incremento de la atención prestada al nexo entre clima y seguridad y la participación del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la 26.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en Glasgow (COP26), y pide una cooperación concreta entre la Unión y la OTAN a este respecto;
Abordar la dimensión operativa
31. Reconoce que muchas misiones de la PCSD se llevan a cabo en zonas gravemente afectadas por el cambio climático, lo que multiplica los retos que deben afrontarse en esas misiones;
32. Destaca que el cambio climático también podría generar desplazamientos de población y plantear retos para los teatros de operaciones; pide una concienciación clara respecto a los aspectos de seguridad del cambio climático como factor crítico con el que tendrán que lidiar los militares, no solo por sus repercusiones en las operaciones militares, sino también para anticipar los crecientes desplazamientos internos inducidos por el clima, que son ya mayores que los desplazamientos debidos a conflictos; observa, no obstante, la baja preparación de las Fuerzas Armadas para las consecuencias en materia de seguridad del cambio climático mundial;
33. Apoya la integración de un enfoque sensible al clima y cree firmemente en la urgencia de que los Estados miembros otorguen a todas las misiones y operaciones de la PCSD y las acciones del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (el «Fondo») el mandato de contribuir más a un enfoque integrado para abordar los desafíos en materia de seguridad climática, en particular en las regiones del Sahel y del Cuerno de África, lo que propiciará una reducción del coste de las operaciones (reducción del consumo energético, uso de nuevas fuentes de energía), mejorando al mismo tiempo la eficacia operativa de las misiones;
34. Hace hincapié en que las misiones y operaciones de la PCSD y las acciones del Fondo pueden contribuir a aumentar la resiliencia climática de sus países de acogida, e insiste en que, sobre todo en sus estrategias de salida, debe incluirse un legado positivo en términos de su huella local, sin afectar a sus tareas principales de seguridad y defensa, la viabilidad y la eficacia operativa de la misión o la seguridad del personal civil y militar en sus estrategias de salida; destaca que reducir la dependencia operativa de los combustibles fósiles aporta beneficios en términos de eficiencia y eficacia operativas, incluida una mayor seguridad del personal de las misiones, al reducir las cadenas logísticas de suministro, y refuerza la credibilidad del compromiso de la PCSD a la luz del liderazgo climático mundial de la Unión;
35. Recuerda que todas las misiones y operaciones civiles y militares de la PCSD y las acciones del Fondo deben formar parte de una estrategia política más amplia para contribuir a la seguridad humana e incrementar el nivel local de seguridad y estabilidad; destaca la necesidad de integrar la seguridad climática y la consolidación de la paz relacionada con el medio ambiente en los conceptos actualizados de la Unión sobre reforma del sector de la seguridad y desarme, desmovilización y reintegración, reforzando la resiliencia de las estructuras de gobernanza local pertinentes, en particular en lo que se refiere a la calidad de los servicios de seguridad, la inclusividad (especialmente en lo que respecta a la participación y los derechos de las mujeres, los jóvenes y los grupos marginados en toda su diversidad), la rendición de cuentas y la transparencia;
36. Destaca que, en la actualidad, la mayoría de los impactos del cambio climático aboga por una ampliación de las misiones de seguridad civil, que no forman parte del cometido principal de las Fuerzas Armadas;
37. Pide al SEAE que garantice que las misiones civiles y las operaciones militares sean sensibles al clima en su diseño; subraya que es urgente evitar que las actividades de la Unión en terceros países frágiles contribuyan a la escasez de recursos, el aumento de los precios de recursos esenciales o la degradación y la contaminación medioambientales; insiste en la necesidad de diseñar infraestructuras y cadenas de suministro de las misiones que sean resilientes y sensibles al clima y al medio ambiente y lo optimizadas energéticamente y neutras en carbono posibles; considera imperativo invertir de forma masiva en la investigación y el desarrollo de combustibles y sistemas de propulsión neutros en carbono para los vehículos militares de tierra, mar y aire, y aprovechar las nuevas tecnologías, como los sistemas móviles de energía solar, en particular para instalaciones estáticas, con vistas a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, velando al mismo tiempo por la mejor adecuación posible entre rendimiento operativo y eficacia medioambiental y sin crear nuevas dependencias de agentes extranjeros;
38. Propone crear un currículo para un curso de «formación de formadores» de la Escuela Europea de Seguridad y Defensa a fin de incorporar las cuestiones climáticas y medioambientales en el sistema ordinario de formación militar en los niveles táctico y estratégico; cree que estos cursos deben constituir una formación obligatoria previa al despliegue para los asesores de seguridad climática de las misiones y operaciones de la PCSD, así como las delegaciones de la Unión;
39. Considera que la huella de carbono de las infraestructuras militares podría optimizarse persiguiendo una mayor eficacia energética en términos de renovación y de recurso adaptado a las energías renovables;
40. Celebra los esfuerzos de modernización emprendidos para adecuar los equipos a las variaciones extremas de temperatura ocasionadas por el cambio climático, en particular por las unidades de diseño ecológico, a fin de garantizar su sostenibilidad;
41. Destaca la necesidad de reforzar la consolidación de la paz relacionada con el medio ambiente y la seguridad climática de la Unión, incluyendo tareas y esfuerzos de apoyo en materia de mediación, diálogo, protección de la población civil, resolución de conflictos y reconciliación, al objeto de apaciguar las tensiones que provoca el clima entre distintas comunidades que compiten por unos recursos escasos, como el suelo agrícola o el agua, y que alientan fácilmente a grupos armados violentos y extremistas, se transforman en conflictos armados o, incluso, en guerras entre Estados; destaca, a este respecto, que las misiones adaptadas deben centrarse, entre otras cosas, en la consolidación de la paz integrada, la consolidación de la paz relacionada con el medio ambiente y las medidas de adaptación al clima, así como el fomento de las capacidades civiles de prevención de conflictos; propone que dichas misiones adaptadas se centren en lo siguiente:
a) la escasez de recursos inducida por el clima que contribuye a los conflictos y la inestabilidad,
b) las infraestructuras esenciales en Estados frágiles y cómo aumentar su resiliencia en términos de seguridad,
c) la protección y la defensa de la biodiversidad prestando atención a los conflictos, en particular, en los ecosistemas de Estados frágiles y arrasados por la guerra;
Integración del cambio climático en el desarrollo de capacidades militares
42. Afirma que todas las capacidades y servicios militares utilizados por la Unión y los Estados miembros deben contribuir a lograr sus objetivos climáticos y adaptarse a unas condiciones climáticas cada vez más difíciles, al objeto, entre otros fines, de poder garantizar el cumplimiento de sus tareas, en la Unión y fuera de ella; considera urgente, en lo que atañe a la adaptación al clima, que las Fuerzas Armadas de los Estados miembros adapten sus capacidades a unas condiciones climáticas cada vez más difíciles;
43. Pide que se evalúe el impacto de los cambios en los patrones meteorológicos inducidos por el cambio climático y de la mayor frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos en la eficacia operativa de las Fuerzas Armadas, así como los requisitos de capacidades posiblemente derivados de ellos;
44. Subraya que un aumento en el gasto de defensa no debe, aun teniendo en cuenta la necesidad de mantener el nivel de ambición de nuestros ejércitos, dar lugar a un incremento de las emisiones, y que una parte del gasto de defensa debe destinarse a inversiones en tecnologías y capacidades que reduzcan significativamente las emisiones, como por ejemplo la electrificación y el uso de combustibles neutros en carbono, subrayando que las consideraciones climáticas y medioambientales se han convertido en un factor clave; recuerda que los estrategas y planificadores militares de la Unión y de la OTAN han estado trabajando, durante más de una década, en cómo pueden reducir las Fuerzas Armadas su huella de carbono; pide que la Unión y la OTAN desarrollen una metodología que ayude a los aliados a medir las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades e instalaciones militares y adoptar objetivos de reducción de las emisiones; recuerda que la reducción de la huella energética y la demanda de combustible tiene también un efecto positivo en la seguridad y la eficiencia de las misiones; celebra, a este respecto, las actividades de la AED, en particular la política «Go Green», su concepto «Military Green», su grupo de trabajo medioambiental, su Foro Consultivo de Energía Sostenible en el Sector de Defensa y Seguridad y su Foro de Incubación sobre la Economía Circular en la Defensa Europea; reclama la aceleración y ampliación de dichos proyectos y una evaluación externa independiente de los mismos;
45. Observa que la AED ha llegado a la conclusión de que la ulterior reducción en el consumo de combustibles fósiles reduce los costes, disminuye las emisiones y limita la dependencia de fuentes no europeas, y que el número de víctimas puede reducirse significativamente, dado que hay muchos menos convoyes de combustible que puedan convertirse en objetivo de los adversarios, liberando de este modo recursos para usarlos en la protección de dichos convoyes, y que las capacidades generales aumentan su eficacia por la mejora de la resistencia, la movilidad y la autonomía; recuerda que el aumento del porcentaje de combustibles descarbonizados en el ejército puede, además de contribuir a la neutralidad climática, ayudar a mejorar la seguridad del suministro y la autonomía estratégica; destaca que una demanda elevada de combustibles fósiles y unas rutas de suministro largas impulsan los costes de las misiones y operaciones e incrementan los riesgos de seguridad para el personal de las misiones y los contratistas;
46. Pide a la DG Industria de Defensa y Espacio, a los Estados miembros, al SEAE y a la AED que adopten un enfoque que incorpore desde el diseño una baja huella energética, ambiental y de carbono cuando apliquen los fondos de la Unión pertinentes, y que informen periódicamente sobre los progresos; destaca que seguir un enfoque coordinado a escala de la Unión reviste especial importancia para la puesta en marcha de iniciativas de investigación, desarrollo, modernización o puesta en común y uso compartido, en particular en lo que atañe a las tecnologías y capacidades militares y de doble uso; recuerda la importancia estratégica de desarrollar todos los aspectos tecnológicos y abordar los costes de todo el ciclo de vida junto con la normalización y la certificación a escala de la Unión para garantizar que los equipos estén preparados para encarar los efectos de la crisis climática; celebra que el FED contribuya a la integración de las acciones climáticas en las políticas de la Unión y a la consecución del objetivo global de destinar el 30 % del gasto del presupuesto de la Unión a objetivos climáticos, que es objetivo fijado para el presupuesto de la UE para el período 2021-2027; recuerda que las actividades de investigación y desarrollo pueden tener como objetivo soluciones para mejorar la eficiencia, reducir la huella de carbono y aportar mejores prácticas sostenibles; acoge con satisfacción la inversión pertinente de 133 millones EUR prevista en el primer programa de trabajo anual, pero observa que esto representa únicamente el 11 % del presupuesto global anual del FED; recuerda el papel de NextGenerationEU en la acción por el clima y pide a los Estados miembros que utilicen recursos de sus planes nacionales de recuperación para invertir en la transición ecológica de sus infraestructuras militares;
47. Subraya que hace falta un aumento de las inversiones en defensa «verde», en particular, destinando un mayor porcentaje de la I+D militar y de las innovaciones tecnológicas de doble uso (materiales, energía, etc.) financiadas con cargo al presupuesto de la Unión a combustibles y sistemas de propulsión neutros en carbono para las aeronaves, los buques y otros vehículos militares, en especial en lo relativo a futuros sistemas armamentísticos importantes (por ejemplo, el sistema futuro de combate aéreo (FCAS) y el carro de combate principal europeo (EMBT)), así como a otros que se desarrollen dentro de los marcos previstos por la Unión; destaca que, dado su carácter dual, dichas inversiones reportan enormes efectos expansivos positivos en el sector civil, en particular para la debilitada industria de la aviación civil, que busca modelos de negocio y tecnologías menos intensivos en el consumo de energía y más rentables; opina que se podría favorecer el recurso al diseño ecológico para limitar el impacto medioambiental de los equipos militares durante todo su ciclo de vida, velando al mismo tiempo por la mejor adecuación posible entre rendimiento operativo y eficacia medioambiental; cree que hay que seguir promoviendo la electrificación de la tecnología militar y dotarla de amplia financiación mediante subvenciones europeas concedidas a través del FED, en particular en lo relativo a los sistemas armamentísticos, pero también en cuanto a la vivienda, los cuarteles y los correspondientes sistemas de calefacción o refrigeración, ya sea en los Estados miembros o en los campamentos militares cuando se despliegan; recuerda que la adaptación de los medios de defensa y sus usos al cambio climático constituye una responsabilidad que corresponde principalmente a los Estados miembros y que la Unión como tal todavía no tiene capacidades propias;
48. Destaca la necesidad de que la Unión vigile y mitigue de forma permanente cualquier vulnerabilidad o dependencia a que pueda dar lugar la «electrificación» de las Fuerzas Armadas europeas, en particular en lo que atañe al acceso a las materias primas fundamentales; resalta que la «ecologización» y a la digitalización de las Fuerzas Armadas europeas no deben crear en ningún caso nuevas vulnerabilidades ni restar seguridad a Europa ni a los ciudadanos europeos;
49. Pide que se incorporen criterios de eficiencia energética y principios de economía circular en los programas de desarrollo de capacidades y en las directrices de contratación pública, sobre la base de la experiencia adquirida y las enseñanzas aprendidas por los Estados miembros y en el marco de las actividades de la AED; pide a los Estados miembros que trabajen en pro de la optimización de los procesos y en el diseño, la construcción y el funcionamiento de sistemas respetuosos con el medio ambiente, basándose en los principios de circularidad, en particular en lo que atañe a las bases de operaciones y las oficinas sobre el terreno; pide que se refuerce el papel de apoyo a los Estados miembros de la AED, el Fondo Europeo de Defensa (FED) y la Cooperación Estructurada Permanente (CEP), difundiendo las mejores prácticas nacionales y organizando intercambios periódicos entre homólogos sobre defensa ecológica y mitigación del cambio climático;
50. Considera que ha llegado el momento de desarrollar nuevos proyectos de la CEP dirigidos a establecer normas y valores de referencia en materia de eficiencia energética, crear nuevas capacidades o poner en común y modernizar las existentes; pide a los Estados miembros que estudien la viabilidad de utilizar la CEP para la creación de un cuerpo de ingenieros militares que se centre en abordar las catástrofes naturales inducidas por el clima y la protección de las infraestructuras esenciales en Estados frágiles; resalta la importancia de incluir revisiones periódicas para evaluar los progresos logrados en dichos proyectos y resolver las deficiencias lo antes posible; encomia el papel desempeñado por las operaciones conjuntas de salvamento de civiles en catástrofes naturales, como los ejercicios de Francia y Países Bajos de gestión de catástrofes Hurex en el Caribe;
51. Subraya que, en la futura revisión del Pacto sobre la Vertiente Civil de la PCSD, es preciso abordar el cambio climático y la degradación medioambiental, en particular, con respecto a la integración de los aspectos relativos al clima y el medio ambiente en las tareas operativas y la política de formación;
Aumento de la cooperación internacional y refuerzo del multilateralismo
52. Recuerda la importancia de la cooperación como pieza central del liderazgo de la Unión en la lucha contra el cambio climático, tal y como establece la Hoja de ruta; celebra los actuales intercambios entre efectivos del personal con las Naciones Unidas y la OTAN, y destaca la necesidad de estrechar la cooperación en este ámbito; pide al SEAE y a los correspondientes servicios de la Comisión que promuevan el establecimiento del diálogo con otros socios, como la Unión Africana, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, Canadá y los Estados Unidos; destaca que también es necesario abordar la actual falta de datos fiables y comparables a escala internacional sobre consumo de energía y emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de la defensa;
53. Destaca que las políticas de seguridad climática no solo deben centrarse en la adaptación a las perturbaciones, la escasez de recursos y un mayor grado de imprevisibilidad, sino también en fomentar el cambio más profundo necesario para restaurar la estabilidad y el equilibrio ecológicos a escala mundial;
54. Pide que el nexo entre clima y seguridad se incluya como nuevo ámbito prioritario en la asociación estratégica Naciones Unidas-UE para las operaciones de paz y la gestión de crisis;
55. Toma nota del objetivo declarado de la OTAN de que la organización alcance la neutralidad en emisiones de carbono para 2050; subraya que veintidós Estados miembros son también miembros de la OTAN, y pide al AR/VP que se asegure de que los objetivos, valores de referencia y metodologías de reducción de emisiones están sincronizados entre los Estados miembros, ya que cuentan con un único conjunto de fuerzas; cree que la OTAN y la Unión deben decidir que la seguridad climática se considere un nuevo ámbito para la cooperación y las acciones concretas; pide, más en concreto, que el cambio climático y la seguridad se incluyan como un nuevo ámbito específico de cooperación en la tercera Declaración conjunta UE-OTAN;
56. Resalta la importancia de la diplomacia parlamentaria en el estrechamiento de los lazos internacionales para combatir el cambio climático, también a través del trabajo de las comisiones y delegaciones del Parlamento Europeo, y pide que se preste más atención al nexo entre clima y seguridad;
57. Destaca que la falta de financiación para el clima representa una barrera fundamental a la hora de encarar eficazmente el cambio climático y fomentar la seguridad climática; lamenta que en 2009 la comunidad internacional prometiera 100 000 millones USD de financiación para el clima para los países en desarrollo, pero esta promesa no se hubiera cumplido todavía en la fecha de la COP26;
°
° °
58. Encarga a su presidenta que transmita la presente Resolución al vicepresidente de la Comisión / alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, al Consejo y a la Comisión.
15.03.2022
POSICIÓN MINORITARIA
presentada de conformidad con el artículo 55, apartado 4, del Reglamento interno
Mick Wallace
La Hoja de ruta sobre el cambio climático y la defensa establece un plan de acción para la mitigación del cambio climático en el ámbito de lo que denomina «seguridad climática». A tal fin, pide un aumento del gasto en investigación, tecnologías y capacidades que permita a las fuerzas armadas reducir su huella de carbono. Sin embargo, el texto permite el establecimiento voluntario de objetivos de reducción de las emisiones de carbono, una posición más débil que la contenida en la hoja de ruta original, cuyo objetivo era «trabajar para incluir aspectos de defensa en las contribuciones determinadas a nivel nacional».
La redacción del texto se centra en el aumento de la eficiencia y no en las reducciones absolutas que se lograrían con una menor actividad a cargo de las fuerzas armadas; de hecho, el informe mantiene reiteradamente que estos esfuerzos de reducción no deben afectar al rendimiento de las fuerzas armadas.
En efecto, el informe aboga por una gran transferencia de riqueza pública a empresas privadas de fabricación de armamento para ofrecer innovaciones y equipos que no garanticen reducciones globales de las emisiones de carbono procedentes de las actividades de las fuerzas armadas. Para lograr estas reducciones, la UE debe reducir las operaciones militares, cesar su cooperación con la OTAN, servirse de la diplomacia y abogar por la cancelación de la deuda en las zonas afectadas por el cambio climático. El Grupo The Left no puede apoyar este texto.
15.03.2022
POSICIÓN MINORITARIA
presentada de conformidad con el artículo 55, apartado 4, del Reglamento interno
Bernhard Zimniok
La actual narrativa sobre el clima no solo es muy discutible, sino que, en gran parte, la política climática de la Unión ha sido y sigue estando dictada más por sentimientos que por hechos y, como se ha descubierto recientemente, por la injerencia de terceros países en diversas naciones europeas, en beneficio del tercer país y en nuestro perjuicio. No se puede permitir que la capacidad de defensa de cada Estado miembro se vea reducida por las políticas climáticas de la Unión, al margen del nivel de alegaciones infundadas en las que se basan dichas políticas. La defensa de cada nación es prerrogativa del Gobierno nacional y cualquier intento de restringir esta soberanía nacional es inaceptable, por lo que el presente Informe debe rechazarse. Además, es excepcionalmente imprudente exigir estas medidas sumamente restrictivas y reveladoras para las fuerzas de defensa de los Estados miembros en un momento en que la seguridad y la paz para toda Europa están en peligro debido a la escalada del conflicto en Ucrania. Las demandas propuestas del Informe para alcanzar los objetivos de neutralidad en carbono de la Unión y reducir las emisiones de los ejércitos solo sirven para obstaculizar la expansión actual y prevista de las fuerzas de defensa en los Estados miembros, lo que, en última instancia, pone en grave riesgo a nuestros ciudadanos, naciones, culturas y patrimonios nacionales.
INFORMACIÓN SOBRE LA APROBACIÓN EN LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EL FONDO
Fecha de aprobación |
15.3.2022 |
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Resultado de la votación final |
+: –: 0: |
37 16 20 |
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Miembros presentes en la votación final |
Alviina Alametsä, Alexander Alexandrov Yordanov, François Alfonsi, Maria Arena, Petras Auštrevičius, Traian Băsescu, Anna Bonfrisco, Reinhard Bütikofer, Fabio Massimo Castaldo, Susanna Ceccardi, Włodzimierz Cimoszewicz, Katalin Cseh, Tanja Fajon, Anna Fotyga, Michael Gahler, Giorgos Georgiou, Sunčana Glavak, Raphaël Glucksmann, Klemen Grošelj, Bernard Guetta, Márton Gyöngyösi, Sandra Kalniete, Peter Kofod, Andrius Kubilius, Ilhan Kyuchyuk, Jean-Lin Lacapelle, David Lega, Miriam Lexmann, Nathalie Loiseau, Leopoldo López Gil, Antonio López-Istúriz White, Jaak Madison, Claudiu Manda, Lukas Mandl, Thierry Mariani, Pedro Marques, David McAllister, Vangelis Meimarakis, Sven Mikser, Francisco José Millán Mon, Javier Nart, Gheorghe-Vlad Nistor, Urmas Paet, Demetris Papadakis, Kostas Papadakis, Tonino Picula, Manu Pineda, Giuliano Pisapia, Thijs Reuten, María Soraya Rodríguez Ramos, Nacho Sánchez Amor, Isabel Santos, Jacek Saryusz-Wolski, Andreas Schieder, Radosław Sikorski, Jordi Solé, Sergei Stanishev, Tineke Strik, Hermann Tertsch, Dragoş Tudorache, Hilde Vautmans, Harald Vilimsky, Idoia Villanueva Ruiz, Viola Von Cramon-Taubadel, Thomas Waitz, Witold Jan Waszczykowski, Charlie Weimers, Isabel Wiseler-Lima, Bernhard Zimniok, Željana Zovko |
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Suplentes presentes en la votación final |
Özlem Demirel, Peter van Dalen |
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Suplentes (art. 209, apdo. 7) presentes en la votación final |
Alexandr Vondra |
VOTACIÓN FINAL NOMINAL EN LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EL FONDO
37 |
+ |
NI |
Fabio Massimo Castaldo, Márton Gyöngyösi |
PPE |
Peter van Dalen, Vangelis Meimarakis |
Renew |
Petras Auštrevičius, Katalin Cseh, Klemen Grošelj, Bernard Guetta, Ilhan Kyuchyuk, Nathalie Loiseau, Javier Nart, Urmas Paet, María Soraya Rodríguez Ramos, Dragoş Tudorache, Hilde Vautmans |
S&D |
Maria Arena, Włodzimierz Cimoszewicz, Tanja Fajon, Raphaël Glucksmann, Claudiu Manda, Pedro Marques, Sven Mikser, Demetris Papadakis, Tonino Picula, Giuliano Pisapia, Thijs Reuten, Nacho Sánchez Amor, Isabel Santos, Andreas Schieder, Sergei Stanishev |
Verts/ALE |
Alviina Alametsä, François Alfonsi, Reinhard Bütikofer, Jordi Solé, Tineke Strik, Viola Von Cramon-Taubadel, Thomas Waitz |
16 |
- |
ECR |
Anna Fotyga, Jacek Saryusz-Wolski, Hermann Tertsch, Alexandr Vondra, Witold Jan Waszczykowski, Charlie Weimers |
ID |
Jean-Lin Lacapelle, Jaak Madison, Thierry Mariani, Harald Vilimsky, Bernhard Zimniok |
NI |
Kostas Papadakis |
The Left |
Özlem Demirel, Giorgos Georgiou, Manu Pineda, Idoia Villanueva Ruiz |
20 |
0 |
ID |
Anna Bonfrisco, Susanna Ceccardi, Peter Kofod |
PPE |
Alexander Alexandrov Yordanov, Traian Băsescu, Michael Gahler, Sunčana Glavak, Sandra Kalniete, Andrius Kubilius, David Lega, Miriam Lexmann, Leopoldo López Gil, Antonio López-Istúriz White, David McAllister, Lukas Mandl, Francisco José Millán Mon, Gheorghe-Vlad Nistor, Radosław Sikorski, Isabel Wiseler-Lima, Željana Zovko |
Explicación de los signos utilizados
+ : a favor
- : en contra
0 : abstenciones