PROPUESTA DE RESOLUCIÓN sobre la situación en Libia
16.9.2014 - (2014/2844(RSP))
presentada de conformidad con el artículo 123, apartado 2, del Reglamento
Charles Tannock, Anna Elżbieta Fotyga, Geoffrey Van Orden, Ruža Tomašić en nombre del Grupo ECR
Véase también la propuesta de resolución común RC-B8-0111/2014
El Parlamento Europeo,
– Vistas sus anteriores resoluciones sobre la situación en Libia,
– Vistas las elecciones parlamentarias de Libia celebradas en junio de 2014,
– Vista la Resolución 2174 (2014) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la que se pide el alto el fuego inmediato en Libia, un diálogo político inclusivo y la transferencia de armas,
– Vistas las conclusiones de la reunión especial del Consejo Europeo celebrada el 30 de agosto de 2014,
– Vista la reunión de los enviados especiales para Libia de la Liga Árabe, la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Malta, España, el Reino Unido y los Estados Unidos con las Naciones Unidas, que se celebró el 24 de julio para analizar los últimos acontecimientos de Libia,
– Vistas las conclusiones de la tercera reunión ministerial Unión Europea-Liga de Estados Árabes, celebrada en Atenas el 11 de junio de 2014,
– Vistas las declaraciones de Bernardino León, representante especial del secretario general y presidente de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL), en particular las efectuadas el 11 de septiembre de 2014,
– Visto el informe de las Naciones Unidas, de 4 de septiembre de 2014, en el que se detallan graves violaciones de derechos humanos en Trípoli y Bengasi,
– Vistas las prioridades en materia de cooperación con los países vecinos meridionales para los próximos años, establecidas en el Instrumento Europeo de Vecindad, en relación con Libia,
– Vista su Recomendación, de 20 de enero de 2011, destinada al Consejo, sobre las negociaciones con vistas a un acuerdo marco entre la Unión Europea y Libia,
– Vista su Resolución, de 23 de octubre de 2013, sobre los flujos migratorios en el Mediterráneo[1],
– Visto el artículo 123, apartado 2, de su Reglamento,
A. Considerando que, en 2011, cayó, tras 42 años, el régimen autocrático del coronel Muanmar el Gaddafi como consecuencia de seis meses de revueltas y guerra civil; que, en octubre de dicho año, el Consejo Nacional de Transición (CNT), principal grupo de la oposición, declaró que el país había sido oficialmente «liberado» y se comprometió a hacer de Libia un Estado pluralista y democrático; que, en agosto de 2012, el CNT transfirió el poder al nuevo parlamento de Libia, el Congreso Nacional General;
B. Considerando que las aspiraciones del pueblo libio, fruto de la revolución de 2011, han sido sustituidas por un vacío de poder, por la violencia y por la inestabilidad política; que, debido a esta situación, numerosas milicias gobiernen en su propio territorio, por lo que los sucesivos gobiernos de Trípoli han tenido que luchar por ejercer su autoridad; que los dirigentes políticos de Libia no han logrado controlar muchas de las milicias que derrocaron a Muanmar el Gaddafi en las revueltas de 2011;
C. Considerando que las elecciones parlamentarias de junio de 2014 no han conseguido, hasta ahora, estabilizar la situación de Libia, superar las divisiones existentes entre grupos políticos y grupos armados o llevar al país por un camino más pacífico, inclusivo y democrático;
D. Considerando que la capital de Libia, Trípoli, ha sido testigo de seis semanas consecutivas de violencia desde mediados de julio de 2014, en medio de luchas entre facciones rivales; que en otras ciudades y municipios de Libia también se han registrado actos de rivalidad y violencia entre otras milicias;
E. Considerando que, en agosto, altos funcionarios del Gobierno y del nuevo Parlamento se vieron obligados a trasladarse de Trípoli a Tobruk por motivos de seguridad; que, según ciertas informaciones, las milicias capturaron a la mayor parte de los ministros del Gobierno libio en Trípoli el 1 de septiembre de 2014;
F. Considerando que Qatar y los Emiratos Árabes Unidos respaldan ahora a facciones rivales en la escalada de desórdenes internos en Libia;
G. Considerando que se han visto envueltas en el conflicto víctimas civiles, entre las que se encuentran mujeres, niños y ciudadanos extranjeros; que quienes cometen actos de violencia parecen ignorar las posibles repercusiones de sus actos en los civiles inocentes;
H. Considerando que los recientes combates han provocado un deterioro general de las condiciones de vida en Libia, donde escasea el suministro de alimentos, combustible, agua y electricidad; que la salida del país del personal médico extranjero y la escasez de material médico han agravado la difícil situación de la población civil;
I. Considerando que los recientes combates hacen más probable la amenaza de una propagación de los grupos terroristas; que, si la situación no se controla, la inestabilidad ya existente se podría agravar en toda la región;
J. Considerando que, desde diciembre de 2013, han sido asesinados o secuestrados varios ciudadanos extranjeros, debido al deterioro de la seguridad; que, en agosto de 2014, varios gobiernos de los Estados miembros de la UE se unieron a los Estados Unidos para condenar la actual violencia en Libia;
K. Considerando que, según ciertas informaciones, han desaparecido docenas de civiles en Trípoli y Bengasi, exclusivamente a causa de su pertenencia —real o supuesta— a determinada tribu, familia o religión;
L. Considerando que, durante el año 2014, la marina italiana ha rescatado hasta ahora, 60 000 migrantes que se dirigían en barcos hacia Europa desde el Norte de África; que se supone que estos barcos venían en su mayoría de Libia; que, de acuerdo con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, casi 2 000 migrantes se habrían ahogado, incluidas las 200 personas fallecidas recientemente al naufragar su barco cerca de Tajoura, al este de Trípoli; que se teme que otros 500 migrantes hayan perecido tras la presunta embestida de otro barco cerca de Malta;
M. Considerando que, el 13 de agosto de 2014, los parlamentarios libios aprobaron una resolución en la que pedían la intervención de las Naciones Unidas para proteger a la población civil de los combates que están teniendo lugar en el país; que el 27 de agosto de 2014 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una resolución en la que pedía el alto el fuego inmediato en Libia, además de sanciones contra quienes participen en los brotes de violencia entre milicias rivales;
N. Considerando que hay una urgente necesidad de restablecer la credibilidad en el proceso político de Libia; que el escepticismo generalizado entre los ciudadanos libios ha provocado una erosión de la credibilidad y una baja participación en las recientes elecciones; que, como resultado de la actual situación de violencia, está aumentando la amenaza al proceso democrático que se inició tras el derrocamiento del coronel Gaddafi;
O. Considerando que, debido a los combates, se estima que hay al menos 100 000 desplazados internos libios, incluidos habitantes de Tawergha, que se encuentran en campos de desplazados desde 2011; que otras 150 000 personas, entre las que hay numerosos trabajadores migrantes, han abandonado el país;
P. Considerando que, desde 2011, la Unión Europea ha proporcionado más de 80 500 000 EUR en ayuda humanitaria para satisfacer las necesidades básicas, tratar a los heridos, asistir a los refugiados y prevenir violaciones de derechos humanos en Libia;
1. Considera que el pueblo libio se encuentra en una encrucijada y que, mediante el apoyo internacional y la reconciliación nacional, se le puede ayudar a asumir un compromiso político constructivo e inclusivo sobre la base de aspiraciones y principios compartidos, y a poner fin a la violencia;
2. Teme que, sin tal unidad nacional, Libia se enfrente a un período más largo de caos, fragmentación política y social, violencia y estancamiento económico; teme asimismo que los recientes casos de violencia puedan constituir un paso previo a una verdadera guerra civil en Libia;
3. Expresa su preocupación por la escasa o ninguna mediación internacional de alto nivel para superar la situación de crisis, ni por parte de las potencias occidentales ni por organismos de la región, como la Liga Árabe o la Unión Africana;
4. Pide urgentemente a todas las partes del conflicto que cesen todas las hostilidades armadas y se impliquen en un diálogo político inclusivo para construir un Estado basado en el respeto de los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho;
5. Advierte de las graves consecuencias para Libia de que continúen los combates, la polarización política y el sectarismo, en un momento en que todos los ciudadanos, las comunidades y los grupos deben trabajar juntos para lograr la unidad nacional, la renovación democrática y la seguridad del pueblo libio;
6. Condena los recientes combates en zonas como Trípoli y Bengasi, en particular los bombardeos indiscriminados de edificios residenciales y de edificios públicos; condena asimismo el uso de la aviación en dichas operaciones militares;
7. Expresa su gran preocupación por las noticia de aviones de guerra de los Emiratos Árabes Unidos que llevan a cabo ataques aéreos contra objetivos de Trípoli, y advierte de que tales acciones son un indicio de una dramática escalada de los recientes actos de violencia, que amenazan con arrastrar a los combates a otros actores de la región; expresa su preocupación por el hecho de que Qatar haya apoyado a la milicia islamista, incluso a quienes están representados en el parlamento alternativo y no oficial en Trípoli;
8. Pide al Gobierno provisional de Libia y a la Cámara de Representantes que formen un gobierno inclusivo destinado a poner fin a la violencia y proteger los derechos y la seguridad del pueblo libio; rechaza, por carecer de legitimidad, el parlamento alternativo que parece haberse instituido en Trípoli;
9. Pide a la Asamblea Constituyente que concluya urgentemente su trabajo de redacción de una constitución para Libia que goce del mayor apoyo posible entre sus ciudadanos; defiende asimismo que dicha constitución debe conducir a un futuro sostenible y democrático para Libia, basado en los principios del Estado de Derecho y los derechos humanos, y que contribuirá a una estabilidad política a largo plazo en el país;
10. Expresa su profunda preocupación por la difícil situación de los refugiados que huyen desde las costas libias hacia Europa en embarcaciones inseguras; lamenta profundamente los cientos de personas que han perecido en la travesía, y teme que mueran muchas más en futuras travesías;
11. Pide a la UE que siga prestando asistencia humanitaria, financiera y política en zonas en crisis del Norte de África y Oriente Próximo para abordar las causas profundas de la migración y las presiones humanitarias;
12. Reconoce la importancia de la estabilidad de Libia para toda la región y para la Unión Europea, también por lo que respecta a su papel como vía de entrada de flujos migrantes a la UE;
13. Encarga a su Presidente que transmita la presente Resolución al Consejo, a la Comisión, al SEAE, a la Vicepresidenta de la Comisión / Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, a los Parlamentos y los Gobiernos de los Estados miembros, al Secretario General de las Naciones Unidas, a la Unión Africana, a la Liga Árabe y al Consejo de Representantes de Libia.
- [1] Textos Aprobados, P7_TA(2013)0448.