PROPUESTA DE RESOLUCIÓN sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa
17.9.2019 - (2019/2819(RSP))
presentada de conformidad con el artículo 132, apartado 2, del Reglamento interno
Kati Piri, Isabel Santos
en nombre del Grupo S&D
Véase también la propuesta de resolución común RC-B9-0097/2019
B9‑0099/2019
Resolución del Parlamento Europeo sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa
El Parlamento Europeo,
– Vistos los principios universales de los derechos humanos y los principios fundamentales de la Unión Europea como una comunidad basada en valores comunes,
– Vista la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948,
– Vista la declaración realizada por el vicepresidente Frans Timmermans y la comisaria Vĕra Jourová el 22 de agosto, víspera del Día Europeo en Conmemoración de las Víctimas de los Regímenes Totalitarios y Autoritarios,
– Visto el informe de 9 de mayo de 2017 del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia,
– Vista la Resolución 71/179 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 19 de diciembre de 2016, titulada «Combatir la glorificación del nazismo, neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia»,
– Vista su Resolución, de 25 de octubre de 2018, sobre el auge de la violencia neofascista en Europa[1],
– Vista su Resolución, de 12 de mayo de 2005, sobre el 60.º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en Europa el 8 de mayo de 1945[2],
– Vista la Decisión Marco 2008/913/JAI del Consejo, de 28 de noviembre de 2008, relativa a la lucha contra determinadas formas y manifestaciones de racismo y xenofobia mediante el Derecho penal[3],
– Vista la Declaración de Praga sobre la Conciencia Europea y el Comunismo, adoptada el 3 de junio de 2008,
– Vista su Declaración sobre la proclamación del 23 de agosto como Día Europeo en Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo[4], aprobada el 23 de septiembre de 2008,
– Vista su Resolución, de 2 de abril de 2009, sobre la conciencia europea y el totalitarismo[5],
– Visto el informe de la Comisión, de 22 de diciembre de 2010, sobre la memoria de los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios en Europa (COM(2010)0783),
– Vistas las Conclusiones del Consejo, de 9 y 10 de junio de 2011, sobre la memoria de los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios en Europa,
– Vista la Declaración de Varsovia pronunciada el 23 de agosto de 2011 con ocasión del Día Europeo en Conmemoración de las Víctimas de los Regímenes Totalitarios,
– Vista la declaración conjunta realizada el 23 de agosto de 2018 por representantes del Gobierno de ocho Estados miembros en conmemoración de las víctimas del comunismo,
– Vistas las comisiones de la verdad y la justicia establecidas en distintas partes del mundo, que han ayudado a quienes vivieron bajo numerosos antiguos regímenes totalitarios y autoritarios a superar sus diferencias y lograr la reconciliación,
– Vista su Resolución, de 13 de enero de 1983, sobre la situación de Estonia, Letonia y Lituania[6],
– Visto el artículo 132, apartado 2, de su Reglamento interno,
A. Considerando que, tal como consagra el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea (TUE), la Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías; y que estos valores son comunes a todos los Estados miembros;
B. Considerando que durante el siglo XX millones de víctimas fueron deportadas, encarceladas, torturadas y asesinadas por regímenes totalitarios y autoritarios en Europa; que nunca debe olvidarse el carácter único del Holocausto cometido por el régimen nazi;
C. Considerando que hace 80 años, el 23 de agosto de 1939, la Unión Soviética comunista y la Alemania nazi firmaron el Tratado de no Agresión, conocido como el Pacto Molotov-Ribbentrop, y sus protocolos secretos, por el que estos dos regímenes totalitarios dividían Europa y el territorio de Estados independientes en esferas de interés, allanando así el camino al estallido de la Segunda Guerra Mundial;
D. Considerando que como consecuencia directa del Pacto Molotov-Ribbentrop —al que siguió el Tratado de Amistad y Demarcación nazi-soviético de 28 de septiembre de 1939— la República Polaca fue invadida en primer lugar por Hitler y dos semanas después por Stalin, lo que privó definitivamente al país de su independencia; que la Unión Soviética comenzó una agresiva guerra contra Finlandia el 30 de noviembre de 1939, y en junio de 1940 ocupó y se anexionó partes de Rumanía —territorios que nunca fueron devueltos— y se anexionó las repúblicas independientes de Lituania, Letonia y Estonia; que el 23 de agosto de 1989, se conmemoró el 50.º aniversario del Pacto Molotov-Ribbentrop y se recordó a las víctimas de los regímenes totalitarios mediante la Cadena Báltica, una manifestación sin precedentes en la que participaron dos millones de lituanos, letones y estonios;
E. Considerando que tras la derrota del régimen nazi y el fin de la Segunda Guerra Mundial, algunos países europeos pudieron reconstruirse y acometer un proceso de reconciliación, pero otros permanecieron bajo regímenes dictatoriales —incluida la ocupación soviética— y privados de libertad, democracia, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico;
F. Considerando que recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo es de una importancia crucial para la unidad de Europa y de su ciudadanía y para consolidar la resiliencia de la Unión frente a las amenazas externas actuales;
G. Considerando que grupos y partidos políticos abiertamente neofascistas, neonazis, racistas y xenófobos incitan al odio y a la violencia en la sociedad, recordándonos lo que fueron capaces de hacer en el pasado;
H. Considerando que la difusión de la incitación al odio en línea genera con frecuencia un aumento de la violencia, también por parte de grupos neofascistas;
1. Hace hincapié en que el Día Europeo en Conmemoración de las Víctimas de los Regímenes Totalitarios y Autoritarios que se celebra todos los años el 23 de agosto sirve para recordar que no debemos dar por hechos la dignidad, la libertad, la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos ni que la paz, la democracia y los derechos fundamentales son irreversibles;
2. Rinde tributo a todas las víctimas del nazismo, del estalinismo y de los demás regímenes totalitarios y autoritarios; hace hincapié en que la memoria refuerza el valor de la paz y la prosperidad que la Unión nos ha traído;
3. Pone de relieve que la Segunda Guerra Mundial, la guerra más devastadora de la historia de Europa, fue el resultado directo del infame Tratado de no Agresión nazi-soviético de 23 de agosto de 1939, también conocido como Pacto Molotov-Ribbentrop, y sus protocolos secretos, que permitieron a dos regímenes totalitarios repartirse Europa en dos zonas de influencia;
4. Reitera que los regímenes nazi y estalinista, así como los demás regímenes totalitarios y autoritarios provocaron, a lo largo del siglo XX, asesinatos masivos, genocidios, deportaciones y la pérdida de vidas y libertades a una escala sin precedentes en la historia de la humanidad;
5. Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros; expresa su honda preocupación ante la creciente normalización del fascismo, el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia en la Unión, y manifiesta su inquietud ante las informaciones en algunos Estados miembros sobre casos de colusión de líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad con neofascistas y neonazis;
6. Pide a los Estados miembros que condenen y contrarresten todas las formas de negación del Holocausto, incluidas la trivialización y minimización de los crímenes cometidos por los nazis y sus colaboradores, y que eviten su banalización en el discurso político y en los medios de comunicación;
7. Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes tanto de los regímenes fascistas y estalinista como de los demás regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;
8. Anima a los Estados miembros a promover, a través de la cultura en general, la educación relativa a la diversidad de nuestra sociedad y nuestra historia común, incluida la enseñanza de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, como el Holocausto, y la deshumanización sistemática de sus víctimas durante años;
9. Insta a los Estados miembros a velar por el respeto de las disposiciones de la Decisión Marco, a luchar contra las organizaciones que propaguen discursos de odio y violencia en espacios públicos y en línea y a prohibir efectivamente los grupos neofascistas y neonazis y cualquier otra fundación o asociación que exalte y glorifique el nazismo y el fascismo, dentro del respeto del ordenamiento jurídico y la jurisdicción nacionales;
10. Pide a la Comisión que preste un apoyo eficaz a proyectos que promuevan la memoria histórica y el recuerdo en los Estados miembros y a las actividades de la Plataforma de la Memoria y la Conciencia Europeas, y que asigne recursos financieros suficientes en el marco del programa Europa para los Ciudadanos a fin de respaldar la conmemoración y el recuerdo de las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios;
11. Encarga a su presidente que transmita la presente Resolución al Consejo y a la Comisión, así como a los Gobiernos y los Parlamentos de los Estados miembros.