Propuesta de resolución - B9-0393/2022Propuesta de resolución
B9-0393/2022

PROPUESTA DE RESOLUCIÓN sobre las consecuencias de la sequía, los incendios y otros fenómenos meteorológicos extremos: intensificación de la labor de la Unión en la lucha contra el cambio climático

12.9.2022 - (2022/2829(RSP))

tras las declaraciones del Consejo y de la Comisión
presentada de conformidad con el artículo 132, apartado 2, del Reglamento interno

Benoît Biteau
en nombre del Grupo Verts/ALE

Véase también la propuesta de resolución común RC-B9-0384/2022

Procedimiento : 2022/2829(RSP)
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B9-0393/2022
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B9‑0393/2022

Resolución del Parlamento Europeo sobre las consecuencias de la sequía, los incendios y otros fenómenos meteorológicos extremos: intensificación de la labor de la Unión en la lucha contra el cambio climático

(2022/2829(RSP))

El Parlamento Europeo,

 Visto el Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres - Informe Especial sobre la Sequía 2021, de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres,

 Vistos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas acordados en 2015, y, en particular, el objetivo 15,

 Vista la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD),

 Vista la Perspectiva mundial sobre los humedales 2021, publicada por la Convención de Ramsar sobre los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas,

 Visto el informe del Centro Común de Investigación de la Comisión titulado «Drought in Europe - August 2022» (Sequía en Europa - agosto de 2022),

 Vista la Comunicación de la Comisión, de 16 de julio de 2021, titulada «Nueva Estrategia de la UE en favor de los Bosques para 2030» (COM(2021)0572),

 Vista la Comunicación de la Comisión, de 20 de mayo de 2020, titulada «Estrategia de la UE sobre la biodiversidad de aquí a 2030 – Reintegrar la naturaleza en nuestras vidas» (COM(2020)0380),

 Vista la evaluación mundial de la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas, de 2019, de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas,

 Vista la Carta Europea de Recursos Hídricos,

 Visto el capítulo cuatro del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIECC) sobre hidrología y recursos hídricos,

 Vista la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 28 de julio de 2010, titulada «El derecho humano al agua y el saneamiento»,

 Vista su Resolución, de 8 de septiembre de 2015, sobre el seguimiento de la Iniciativa Ciudadana Europea Right2Water[1],

 Visto el informe n.º 17/2020 de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) titulado «Water and agriculture: towards sustainable solutions» (Agua y agricultura: hacia soluciones sostenibles),

 Visto el informe del World Resources Institute, de 21 de enero de 2020, titulado «Achieving Abundance: Understanding the Cost of a Sustainable Water Future» (Lograr la abundancia: entender el coste de un futuro sostenible del agua),

 Visto el informe n.º 12/2021 de la AEMA, de 14 de octubre de 2021, titulado «Water resources across Europe — confronting water stress: an updated assessment» (Recursos hídricos en Europa - haciendo frente al estrés hídrico: una evaluación actualizada),

 Visto el control de adecuación de 2019 de la Directiva marco sobre el agua[2], la Directiva sobre las aguas subterráneas[3], la Directiva sobre las normas de calidad ambiental[4] y la Directiva sobre inundaciones[5],

 Vistos los informes de evaluación y los informes especiales del GIECC,

 Visto el artículo 132, apartado 2, de su Reglamento interno,

A. Considerando que el 64 % del continente se encuentra en condiciones de advertencia por sequía (el 17 %, de alerta por sequía); que los datos preliminares sugieren que la actual sequía es la peor de, al menos, los últimos 500 años; que la temperatura media en Europa en 2022 fue la más alta jamás registrada tanto en el mes de agosto como en el período junio-agosto[6]; que se prevé que persistan unas condiciones más secas de lo habitual durante los próximos meses en amplias zonas de Europa y que las olas de calor y la sequía se refuerzan mutuamente;

B. Considerando que el cambio climático ya está teniendo graves efectos en los ecosistemas y las poblaciones humanas; que el continente europeo se está calentando más rápido que otras partes del mundo, según el GIECC, con un aumento de la temperatura de 2 °C en 2019 en comparación con la era preindustrial, mientras que el aumento de la temperatura media mundial es de 1,1 °C; que la sequía del presente año, que ha batido récords, es el último de un conjunto de fenómenos climáticos extremos que se están convirtiendo en la nueva normalidad, incrementándose en cantidad y magnitud; que, dado que el ciclo del agua se está intensificando con el cambio climático, serán más frecuentes e intensas las sequías, las tormentas y las inundaciones;

C. Considerando que el World Resource Institute halló que seis países de la Unión (Chipre, Bélgica, Grecia, España, Portugal e Italia) se enfrentan a elevados niveles de estrés hídrico, y calcula que para 2030 habrá una brecha del 56 % entre la oferta y la demanda mundiales de agua renovable[7]; que la AEMA estima que el estrés hídrico ya afecta al 20 % del territorio europeo y al 30 % de su población y que el coste de las sequías en Europa oscila entre 2 000 y 9 000 millones EUR anuales[8];

D. Considerando que el cambio climático ha modificado los patrones eólicos y meteorológicos de Europa, de modo que persisten los sistemas de alta presión, lo que da lugar a largos períodos con precipitaciones nulas o escasas, que provocan que los períodos de crecimiento de los cultivos sean más secos; que la humedad del suelo contribuye a la recarga de las aguas subterráneas, a la estructura y la biota del suelo y a las temperaturas del suelo y que la escasez de agua conduce a la erosión del suelo y una menor producción de los cultivos, entre otras consecuencias; que las anomalías de la humedad del suelo siguen siendo marcadamente negativas en la mayor parte de Europa debido a la falta de precipitaciones y a las olas de calor que se han producido en los últimos meses, en comparación con junio de 2022;

E. Considerando que las previsiones de la Unión para la producción de maíz en grano, soja y girasol son las más afectadas, con reducciones (frente a la media de los últimos cinco años) que se estiman en un 16 %, un 15 % y un 12 %, respectivamente; que es probable que otros cultivos se vean también gravemente afectados, en particular los forrajes; que la gravedad de los efectos de las sequías y las olas de calor en la producción agrícola se ha triplicado, aproximadamente, en los últimos cincuenta años[9]; que estos niveles de producción más bajos son especialmente preocupantes habida cuenta de las consecuencias del conflicto en curso en Ucrania en el mercado de alimentos y piensos;

F. Considerando que, según el último Atlas Mundial de la Desertificación, más del 75 % de la superficie terrestre ya está degradada y más del 90 % podría degradarse de aquí a 2050; que, a escala de la Unión, la desertificación afecta al 8 % de su territorio, principalmente en el sur, este y centro de Europa, y alcanza a catorce millones de hectáreas; que trece Estados miembros se han declarado afectados por la desertificación, según la define la CLD de las Naciones Unidas; que la desertificación se debe, entre otros factores, a la erosión del suelo, el pastoreo excesivo y la pérdida de la cubierta vegetal, especialmente de árboles, la pérdida de materia orgánica y biota del suelo y la degradación de la biodiversidad; que, en 2015, la Unión y los Estados miembros se comprometieron a lograr la degradación neutra del suelo en la Unión de aquí a 2030;

G. Considerando que la Directiva marco sobre el agua (DMA) establece en su artículo 4, letra b), inciso ii), que «los Estados miembros habrán de proteger, mejorar y regenerar todas las masas de agua subterránea y garantizarán un equilibrio entre la extracción y la alimentación de dichas aguas con objeto de alcanzar un buen estado de las aguas subterráneas a más tardar quince años después de la entrada en vigor de la presente Directiva»; que, veintidós años después, solo el 40 % de los lagos, estuarios, ríos y aguas costeras controlados cumplen los requisitos de un estado ecológico bueno o muy bueno según lo exigido por la DMA; que el control de adecuación en virtud de la Directiva puso de manifiesto que casi el 50 % de las masas de agua están cubiertas por una exención, lo que resulta insatisfactorio;

H. Considerando que el agua es un elemento esencial de la trama alimentaria; que es necesario que las aguas subterráneas y superficiales sean de buena calidad y estén disponibles en cantidad suficiente para lograr un sistema alimentario justo, sano, respetuoso con el medio ambiente y sostenible, tal como se describe en la Estrategia «De la Granja a la Mesa»; que el agua limpia y en suficientes cantidades es un elemento fundamental para establecer y lograr una auténtica economía circular en la Unión; que el Reglamento sobre los planes estratégicos de la política agrícola común (PAC)[10] establece el objetivo de «promover el desarrollo sostenible y la gestión eficiente de recursos naturales como el agua, el suelo y el aire, incluyendo la reducción de la dependencia química»;

I. Considerando que la agricultura depende de la disponibilidad de agua; que el riego contribuye a proteger a los agricultores de la variabilidad climática y aumenta el rendimiento, pero también ejerce una presión significativa sobre los recursos hídricos; que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), no existe ningún ejemplo documentado de un ahorro sustancial de agua en los cultivos de campo tras la introducción del riego de alta tecnología, mientras que, por el contrario, las inversiones en la mejora de la tecnología de riego suelen dar lugar a un aumento del consumo de agua[11]; que en 2016 solo se regaba el 6 % de las tierras agrícolas de la Unión, pero que representaba el 24 % de toda la captación de agua de la Unión; que, según el Informe Especial del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) sobre el uso sostenible del agua en la agricultura, la aplicación de la PAC no se ha alineado de manera coherente con la política de aguas de la Unión y que, si no se consigue mejorar esta situación, podría aumentar la presión sobre los recursos hídricos;

J. Considerando que la captación de agua de aguas abiertas y subterráneas destinada al consumo humano, la industria y la agricultura, agravada por las temperaturas extremadamente elevadas y la falta de precipitaciones, supone un aumento de las concentraciones de contaminantes y nutrientes y, por tanto, incide en la proliferación de algas tóxicas y patógenos, como se ha experimentado en los sistemas fluviales, estuarios y masas de agua de Europa, lo que da lugar a pérdidas masivas de agua dulce y de peces, colapsa la pesca y agota medios de subsistencia; que las altas temperaturas del agua también reducen el contenido de oxígeno, lo que repercute drásticamente en los peces; que la disminución del flujo fluvial, junto con el dragado, libera toxinas concentradas que se han acumulado en los sedimentos, con importantes repercusiones en la vida acuática y la pesca aguas abajo;

K. Considerando que el 60 % de las cuencas fluviales se encuentran en regiones transnacionales, lo que hace esencial la cooperación transfronteriza; que veinte países europeos dependen de otros países para más del 10 % de sus recursos hídricos y que, en el caso de cinco países, más del 75 % de los recursos proceden del extranjero a través de ríos[12]; que el incumplimiento de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas en las regiones fronterizas causa el deterioro de las masas de agua transfronterizas, lo que hace imposible alcanzar los objetivos de la DMA en el Estado miembro de recepción; que, si bien la DMA menciona las «regiones ecológicas correspondientes», la cooperación en materia de agua es deficiente en la práctica; que, debido a la escasez de recursos, se espera que aumente la complejidad hidropolítica en las cuencas compartidas; que es probable que la escasez de agua y normas de asignación en virtud de la legislación europea sobre el agua se convierta en una deficiencia crítica; que, a escala global, es precisa una cooperación transfronteriza en materia de agua en aras de lograr un reparto equitativo de los beneficios, evitar conflictos, fomentar los nexos en el ecosistema energía-alimentos-agua y salvaguardar la gestión sostenible del agua y la protección de los ecosistemas;

L. Considerando que los recursos hídricos renovables per cápita han disminuido un 17 % en la Unión Europea en los últimos sesenta años; que varios países de la Unión, como Italia, Francia y España, han tenido que racionar el agua potable en los últimos meses debido a la sequía y que, por ejemplo, más de cien municipios franceses dependen actualmente del agua potable suministrada mediante camiones; que las fugas de agua representan el 24 % del total de agua consumida en la Unión;

M. Considerando que los flujos fluviales anuales están disminuyendo en el sur y el sudeste de Europa y están aumentando en el norte y el noreste de Europa; que los sistemas de producción de energía hidroeléctrica y de refrigeración de las centrales eléctricas se están viendo gravemente afectados; que el proyecto AMBER (gestión adaptativa de las barreras en los ríos europeos) demostró que los ríos europeos están bloqueados por más de un millón de barreras, de las que más de un 85 % son estructuras pequeñas en mal estado o inactivas; que todas las barreras afectan a la salud de los ríos y al ciclo del agua, pues modifican el caudal natural de un río y bloquean las rutas migratorias de los peces;

N. Considerando que la reducción del volumen de agua almacenada ha tenido graves repercusiones en el sector energético, tanto en lo que respecta a la generación de energía hidroeléctrica como a los sistemas de refrigeración de otras centrales eléctricas; que las sequías de este verano han exacerbado las serias dificultades del mercado de la energía en Europa;

O. Considerando que la producción de energía nuclear depende de los recursos hídricos; que muchas centrales nucleares tuvieron que ralentizar su actividad durante el verano debido a la sequía, lo que acentuó los riesgos para la seguridad; que, para mantener la producción de energía, se han concedido a cinco centrales nucleares francesas excepciones a las normas medioambientales que regulan la temperatura del agua liberada en el medio ambiente[13]; que estas excepciones podrían tener repercusiones adicionales en los ecosistemas acuáticos ya afectados por las olas de calor;

P. Considerando que las crecientes necesidades de agua de las actividades industriales compiten con el riego agrícola y generan tensiones en las zonas rurales;

Q. Considerando que muchas actividades turísticas dependen de los ríos y que la escasez de agua afecta actualmente al 17 % del territorio de la Unión; que la situación es más preocupante en torno al Mediterráneo, donde alrededor del 50 % de la población vive bajo un estrés hídrico constante durante el verano y muchas atracciones turísticas tuvieron que suspender sus actividades empresariales debido a la sequía;

R. Considerando que la falta de precipitaciones y la retirada masiva de agua para el riego han repercutido en el transporte fluvial y creado dificultades al suministro de materiales pesados, en particular en el valle del Rin, lo que está teniendo un impacto negativo en muchos sectores de actividad;

S. Considerando que la deforestación y la degradación forestal en las cuencas hidrográficas ponen en peligro la disponibilidad de agua; que los bosques son cada vez más vulnerables a los efectos del cambio climático, en particular por la creciente prevalencia de los incendios forestales; que los años de sequía y degradación han creado las condiciones idóneas para la propagación de los incendios forestales; que Europa está sufriendo incendios forestales de proporciones extraordinarias;

T. Considerando que han ardido más de cinco millones de hectáreas de bosque en los diez años comprendidos entre 2011 y 2021, principalmente debido a las sequías; que los incendios forestales declarados entre el 4 de junio y el 3 de septiembre han acumulado una superficie quemada total de 508 260 hectáreas[14] y que la capacidad de la Unión para luchar contra los incendios forestales alcanzó su tope;

U. Considerando que unos bosques estables, mixtos, de árboles de diversas edades y especies y con una cubierta continua aportan muchos beneficios colaterales, en particular la mitigación de las sequías y del calor; que los sistemas agroforestales y los árboles incorporados a los ecosistemas agrícolas también aportan muchos beneficios, entre los que se encuentran la productividad y la resiliencia;

V. Considerando que las Naciones Unidas estiman que desde 1970 han desaparecido el 35 % de los humedales a escala mundial, a un ritmo tres veces más rápido que los bosques naturales, a pesar de aportar muchos beneficios; que los humedales costeros, como los manglares, capturan carbono hasta 55 veces más rápido que las selvas tropicales, mientras que las turberas, que solo cubren el 3 % de la superficie terrestre, pueden almacenar el 30 % de todo el carbono procedente de la tierra solo cuando están húmedas y absorber el exceso de agua para evitar inundaciones y sequías; que, según la Comisión, en la Unión se han perdido alrededor de dos tercios de los humedales que existían hace cien años;

W. Considerando que la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho al agua y al saneamiento como un derecho humano el 28 de julio de 2010; que el agua potable es esencial para el ejercicio de todos los derechos humanos; que 1 884 790 ciudadanos firmaron la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) denominada «Right2Water» en 2013 sobre el derecho al agua y al saneamiento; que, en la actualidad, un millón de ciudadanos de la Unión no tienen acceso al agua y ocho millones no disponen de saneamiento;

X. Considerando que la sequía está empeorando las condiciones de vida de las personas debido al calor y a la falta de agua; que las personas más desfavorecidas se ven afectadas de manera desproporcionada; que existe una tasa de mortalidad excesiva en los países europeos más gravemente afectados por la sequía; que el acceso a una vivienda adecuada es un derecho fundamental; que la sequía provoca grietas en los edificios más frágiles, lo que deteriora la calidad de vida de sus habitantes; que la sequía también repercute en la salud mental y agrava la ansiedad ecológica, especialmente entre los jóvenes; que las altas temperaturas también coinciden con el aumento de las tasas de suicidio; que los hombres y las mujeres se ven afectados de manera diferente por el cambio climático; que las mujeres pueden ser más vulnerables a las temperaturas extremas, especialmente las de los grupos de edad más avanzada;

Y. Considerando que la sequía, los incendios, las temperaturas ambiente extremas y otros fenómenos meteorológicos extremos también tienen un impacto cada vez mayor en la salud y la seguridad en el trabajo y afectan a un número creciente de trabajadores, en particular a los trabajadores de las industrias agrícola y forestal, de los sectores de la construcción y la salud y a los bomberos; que el calor es un grave riesgo para la salud de los trabajadores que trabajan al aire libre, ya que provoca deshidratación, agotamiento por calor y golpes de calor, así como pérdidas de conciencia y ataques cardíacos en las circunstancias más extremas; que el uso de equipos de protección individual en condiciones de calor extremo es especialmente difícil; que los patrones meteorológicos extremos también afectan a la salud mental y generan trastornos como la ansiedad, trastornos del estado de ánimo, estrés y depresiones; que la creciente imprevisibilidad de las condiciones meteorológicas extremas y las pérdidas financieras que causan se sumarán a esta presión;

1. Recuerda que, en consonancia con la Ley Europea del Clima y los demás textos legislativos y no legislativos sobre el clima, la Unión Europea debe intensificar su acción por el clima tanto en materia de mitigación, para contener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C en comparación con los niveles preindustriales, como de adaptación, para fomentar la resiliencia; pide a la Comisión que, en el 27.º período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) en Egipto, actualice la contribución de la Unión determinada a nivel nacional en virtud del Acuerdo de París y aumente su objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 al 65 % en comparación con los niveles de 1991;

2. Acoge con satisfacción el proyecto de Ley de la Unión de restauración de la naturaleza, que debe seguir mejorándose con el fin de proporcionar un marco para la restauración de ecosistemas resistentes a la sequía, incluida la restauración de bosques de árboles de diversas edades y especies y con cubierta continua, humedales, cubierta vegetal natural, dinámica de llanuras inundables, infiltración natural en todo el paisaje y mejora de la resiliencia de las cuencas fluviales;

3. Pide a la Comisión que coordine el desarrollo de planes regionales o nacionales integrales desde la fuente hasta el uso final del agua, con el fin de atajar las fugas y las filtraciones de agua debidas a infraestructuras de baja calidad o mal mantenidas a los niveles de cuenca, urbano y de explotación agrícola, y que intercambie las mejores prácticas a tal efecto;

4. Destaca el papel positivo que desempeñan la agroecología y los sistemas de producción ecológica a la hora de salvaguardar las cantidades y la calidad del agua mediante el aumento de la eficiencia y la circularidad en el uso de los recursos, la mejora de la resiliencia de las explotaciones agrícolas mediante la reducción de los insumos y la diversificación de la producción y, por lo tanto, la dispersión del riesgo, lo que es especialmente importante para evitar las pérdidas totales de cosechas; recuerda que plantar setos y árboles, asegurar la cubierta del suelo, evitar el pastoreo excesivo, reducir la compactación y aumentar los niveles de materia orgánica y humus del suelo son actividades útiles para los agricultores;

5. Pide a la Comisión que garantice la aplicación de los planes estratégicos nacionales de la PAC con vistas a que la agricultura europea sea menos dependiente del riego y más resistente a las sequías, reduciendo al mismo tiempo las presiones hidromorfológicas en general, teniendo en cuenta las conclusiones del Informe Especial del TCE sobre el uso sostenible del agua en la agricultura;

6. Subraya la necesidad de unos sistemas de riego agrícola más eficientes y específicos y de una recalibración general de las necesidades de riego; pide que solo se apoyen las inversiones en regadíos si dan lugar a una reducción neta del agua utilizada para el riego en la cuenca de captación de que se trate; subraya que debe darse prioridad a la inversión en restauración de ecosistemas y en métodos de producción encaminados hacia la agroecología;

7. Subraya la importancia de la calidad del suelo para la retención y filtración del agua; pide a la Comisión que haga de la capacidad de retención y limpieza del agua, así como de la humedad del suelo, un pilar clave del proyecto de Ley de la Unión sobre salud del suelo que se publicará en 2023;

8. Pide un objetivo vinculante de la Unión de neutralidad en la degradación de las tierras en la Unión de aquí a 2030, en consonancia con el Informe Especial del TCE sobre la desertificación, ya que el compromiso de 2015 de la Unión y los Estados miembros no ha puesto a la Unión en vías de resolver este problema;

9. Destaca la necesidad de acelerar la reducción de la contaminación de las aguas subterráneas y superficiales, en particular por nitratos y plaguicidas;

10. Destaca que los «megaincendios» están aumentando en intensidad y frecuencia en todo el mundo; manifiesta su preocupación ante la prevista expansión de las zonas propensas a los incendios y la prolongación de las temporadas de riesgo alto de incendio en la mayoría de las regiones europeas, en particular en los escenarios de altas emisiones; recuerda que un paisaje diverso con bosques biodiversos proporciona una mejor protección o barrera natural frente a los incendios forestales a gran escala e incontrolables; destaca que la restauración de bosques biodiversos sería beneficiosa para la prevención y la contención de incendios; destaca que son necesarios más recursos y una gestión de los incendios basada en la ciencia así como el apoyo al desarrollo de capacidades a través de servicios de asesoramiento para hacer frente a los efectos del cambio climático en los bosques; pide a la Comisión Europea y a los Estados miembros que fomenten y utilicen mejor los planes de gestión de incendios integrada, y señala que esto puede requerir una mejor capacidad reguladora en los Estados miembros, el refuerzo de los servicios públicos, un apoyo específico y una mayor cooperación en materia de prevención, preparación y respuesta ante catástrofes; destaca la importancia de seguir desarrollando y utilizando plenamente el Mecanismo de Protección Civil de la Unión para incendios forestales y otras catástrofes naturales; pide a la Comisión que recopile y difunda entre los Estados miembros conocimientos sobre cómo adaptar los bosques al cambio climático actual y previsto, en consonancia con la nueva estrategia de adaptación de la Unión; pide a la Comisión que elabore evaluaciones y mapas del riesgo de incendios forestales, sobre la base de los productos mejorados de Copernicus, la inteligencia artificial y otros datos de teledetección, con el fin de apoyar la acción preventiva; destaca la importancia de impulsar el Mecanismo de Protección Civil de la Unión para garantizar unas capacidades adecuadas de lucha contra los incendios forestales en la Unión;

11. Destaca que la gravedad de algunas catástrofes naturales también se debe, en algunos casos, a factores de origen humano, como una ordenación territorial inadecuada que conduce a la construcción de viviendas e infraestructuras en el lecho mayor de los ríos o en territorios propensos al deslizamiento de tierras; reitera, a este respecto, que los pagos del Fondo de Solidaridad de la Unión deben favorecer una mayor resiliencia y sostenibilidad, con la financiación de soluciones basadas en los ecosistemas (por ejemplo, la reforestación, la restauración de hábitats, especialmente de los humedales, y la reconstrucción a prueba de terremotos);

12. Pide a la Comisión que presente una estrategia global de la Unión en materia de cantidades y asignación de agua, incluida la organización de una conferencia europea sobre el agua, con el fin de desarrollar rápidamente criterios para una asignación justa del agua en las cuencas hidrográficas entre Estados miembros y que proponga prioridades claras para distintos usos en el caso de sequías plurianuales; pide que esta estrategia tenga en cuenta el enfoque basado en los derechos humanos y el principio de «no causar un perjuicio significativo» a fin de dar prioridad a los usos sanitarios, civiles y para agua potable, seguidos de los usos biológicos y ecosistémicos y, por último, de los usos económicos; pide que esta estrategia incluya también mecanismos para la renegociación de las cantidades de agua obtenidas por las distintas partes interesadas;

13. Señala que el sector de la energía es el mayor consumidor de agua de Europa, con un 44 % del consumo, y que el propio sector del agua consume cantidades considerables de energía para la extracción de agua, el bombeo, la calefacción, la refrigeración, la limpieza y la desalinización; destaca que la mejora de la eficiencia hídrica puede tener un impacto directo en la reducción del consumo de energía y el cambio climático; pide a la Comisión que apoye el aumento de los esfuerzos de los Estados miembros para ampliar el uso de técnicas de reutilización del agua, tecnologías y prácticas de riego que ahorren agua, tecnologías de cubiertas verdes, duchas y aseos inteligentes en el sector del agua, en particular el suministro, el saneamiento y la gestión de las aguas pluviales, y en todos los ciclos y aplicaciones industriales, residenciales y comerciales del agua; pide que se modifique la legislación vigente para fomentar la reutilización del agua en las industrias que la utilizan en grandes cantidades, respetando al mismo tiempo los criterios de calidad más estrictos, así como en las oficinas y los hogares mediante la reutilización de las aguas grises;

14. Toma nota del aumento de los cultivos energéticos, como la colza, el aceite de palma, la soja, el trigo, el maíz, etc., que se cultivan para producir biodiésel y etanol y que requieren agua para su producción, compitiendo de hecho con el uso del agua para los cultivos alimentarios;

15. Destaca que, en toda Europa, muchas personas viven en viviendas obsoletas y degradadas y en condiciones de vida insatisfactorias, lo que las hace más vulnerables a los efectos de las condiciones meteorológicas extremas; pide la rápida adopción de un fondo social para el clima ambicioso con el fin de apoyar a los grupos más desfavorecidos, en particular para aumentar la eficiencia energética de sus hogares y descarbonizar sus sistemas de calefacción y refrigeración, también mediante la integración de la energía procedente de fuentes renovables, lo que les permitirá reducir sus facturas energéticas y también mejorar su calidad de vida;

16. Subraya la importancia de evitar la financierización del agua para garantizar un acceso justo y una buena gestión de los recursos; pide que se prohíba la cotización del agua en las bolsas de valores europeas; pide a la Comisión y a los Estados miembros que colaboren con los Estados Unidos para evitar que la cotización del agua en la bolsa estadounidense repercuta en la disponibilidad de agua en Europa;

17. Pide a la Comisión que se abstenga de seguir fomentando las privatizaciones de los servicios relacionados con el agua, de conformidad con el artículo 345 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, ya que no existen ventajas demostradas y han impulsado la apropiación empresarial; pide a la Comisión que cree una base de datos en la que se publique el estado de los recursos y las reservas de agua en poder de particulares que captan agua en un plan de gestión del agua;

18. Recuerda la obligación de los Estados de garantizar el derecho humano al agua potable, lo que entraña, en particular, el establecimiento de un mecanismo de participación que incluya la aplicación del consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas y las comunidades locales en relación con las infraestructuras energéticas de gran tamaño (como las presas) y las industrias extractivas, el reconocimiento sistemático de los derechos consuetudinarios al agua potable y la disponibilidad de recursos judiciales (a través de un mecanismo de denuncia) en caso de violación de los derechos humanos; subraya, además, la necesidad de implicar a los ciudadanos de la Unión en la gestión del agua;

19. Destaca el papel de la política comercial de la Unión para lograr el ejercicio del derecho humano fundamental al agua; pide, a este respecto, que se incluyan disposiciones relacionadas con el agua en los acuerdos comerciales de la Unión en forma de cláusulas de derechos humanos;

20. Recuerda que la salud y la seguridad de los trabajadores es una competencia de la Unión y que, de conformidad con la Directiva 89/391/CEE[15], los trabajadores deben estar protegidos frente a todos los riesgos, incluidos los de nueva aparición; pide a la Comisión que evalúe urgentemente y en profundidad los nuevos riesgos emergentes del cambio climático sobre la salud y la seguridad laboral, con el fin de proteger mejor a los trabajadores de la exposición a temperaturas más elevadas, a la radiación ultravioleta natural y a otros riesgos para la salud y la seguridad;

21. Encarga a su presidenta que transmita la presente Resolución al Consejo y a la Comisión, así como a los Gobiernos y Parlamentos de los Estados miembros.

Última actualización: 14 de septiembre de 2022
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