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Acta literal de los debates
Miércoles 19 de septiembre de 2001 - Bruselas Edición DO

12. Contaminación atmosférica
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  El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate conjunto de los siguientes informes.

- A5-0293/2001 de la Sra. Oomen-Ruijten, en nombre de la Delegación del Parlamento en el Comité de Conciliación, sobre el texto conjunto, aprobado por el Comité de Conciliación, de la directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre limitación de emisiones a la atmósfera de determinados agentes contaminantes procedentes de grandes instalaciones de combustión, y

- A5-0292/2001 de la Sra. Riitta Myller, en nombre de la Delegación del Parlamento en el Comité de Conciliación, sobre el texto conjunto, aprobado por el Comité de Conciliación, de la directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a techos nacionales de emisión de determinados contaminantes atmosféricos.

 
  
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  Oomen-Ruijten (PPE-DE), ponente. – (NL) Señor Presidente, hace casi tres años que la Comisión presentó una propuesta para la adopción de una directiva sobre limitación de emisiones a la atmósfera de determinados agentes contaminantes procedentes de grandes instalaciones de combustión. Transcurridos tres años, esta semana llegamos, por fin, a la conclusión de este expediente, a mi juicio, muy importante. Nadie se lo tomará a mal si digo que hemos recorrido un camino difícil, un camino que ha costado mucho a varios implicados.

Ha habido mucha resistencia, no sólo por parte de algunos Estados miembros, sin también por parte de algunos colegas. Ha habido advertencias muy fuertes y protestas por parte de los interesados, también en el sector eléctrico de algunos Estados miembros. Sin embargo, pudimos modificar sin ningún problema la reglamentación originaria que, en mi opinión y en la de algunos colegas, era demasiado débil. Al fin y al cabo, las posibilidades técnicas se hallan disponibles en gran medida, y las reglas que adoptamos en la primera lectura hace tiempo que son obligatorias en un gran número de Estados miembros de la Unión Europea y, por tanto, política habitual.

La propuesta originaria de la Comisión para modificar la directiva de 1998 no constituyó un gran éxito en opinión de la mayoría de esta Casa. La normativa era demasiado débil y, además, algunas de las instalaciones existentes quedaban fuera del ámbito de aplicación de la directiva. En realidad, juntos hemos dado forma, en tanto Parlamento Europeo, a lo que realmente supone ahora una política de medio ambiente, y quiero dar aquí las gracias sinceramente una vez más a todos los colegas que han colaborado en ello. Hemos demostrado de qué somos capaces cuando verdaderamente queremos hacer algo contra esa sucia contaminación del aire, que también perjudica a las personas. En tanto Parlamento Europeo, endurecimos mucho las normas de emisión en la primera lectura e incluimos, así mismo, las instalaciones de combustión existentes en el ámbito de aplicación de la directiva.

Entonces, apareció la posición común del Consejo que, por otra parte, se logró con la mayor dificultad. La regulación se había endurecido y se había atendido el deseo del Parlamento Europeo de incluir las instalaciones existentes en la directiva. Desgraciadamente, cada país volvió a exigir sus propias excepciones, y si esto hubiera dependido del Consejo de Ministros, habríamos continuado usando las antiguas instalaciones contaminantes, carentes de adecuaciones técnicas, eternamente – podría decirse que hasta que las ranas críen pelo -.

En nuestra opinión, la posición común carecía de toda visión. Se había convertido en un revoltijo con lo que quería cada uno. Si lo comparo con las normas que se aplican en este momento en Japón y en Estados Unidos, entonces, nosotros, que queremos hacer todo tan impecablemente, habríamos quedado particularmente mal con los criterios de emisión del Consejo en las discusiones sobre Kioto.

Se han hecho llamamientos en el sentido de que no era necesario fijar criterios para las instalaciones de combustión porque tendríamos el excelente informe de la Sra. Myller sobre valores límite de emisión. Por ello, en tanto Administración europea, no teníamos que abordar el tema hasta tener estos valores límite de emisión, ya que con ellos se regula todo y son obligatorios para todos los Estados miembros. No obstante, finalmente ha resultado algo distinto.

Si satisficiéramos las expectativas de los defensores de la liberalización del mercado de la energía, en otras palabras, si no introdujéramos criterios o permitiéramos excepciones para que las centrales antiguas y contaminantes produzcan electricidad, entonces, en nuestra opinión, el mecanismo de mercado se vería perturbado y los que dañan el medio ambiente se verían recompensados con una ventaja, ya que podrían mantener unos precios más bajos con sus centrales antiguas.

El Consejo no quiso aceptar las enmiendas del Parlamento al respecto, y tuvo que recurrirse a la conciliación, en la que tuvo lugar un análisis combinado del informe de Riitta Myller. Se lo agradezco. Ha sido una compañera estupenda en esas negociaciones.

Durante el triálogo con la Presidencia sueca y la Comisión en mayo y junio de este año, se ha logrado un avance considerable, por otra parte, en lo relativo a la reducción de las emisiones de SO2, el dióxido de azufre, y también sobre algunas cuestiones técnicas importantes. En lo que al NOx respecta, los óxidos de nitrógeno, esas medidas más estrictas se lograron con mucha dificultad. Durante el triálogo se alcanzó un acuerdo transitorio sobre la obligación de la Comisión de ampliar las mediciones continuas – gracias, Hans Blokland - a las emisiones de metales pesados.

Así mismo, el Consejo satisfizo los deseos del Parlamento al eliminar algunas excepciones, especialmente, en el caso de determinadas instalaciones que utilizan combustible sólido y lignito procedente de su propio suelo. Lamentablemente, con el primer compromiso, no llegamos todavía a un acuerdo sobre el que, para mí, es el punto más importante, el NOx.

Tras la primera lectura, dimos un gran paso cuando el Consejo estuvo de acuerdo en que las antiguas instalaciones cayeran en el ámbito de la directiva. Eso era importante, ya que estas antiguas instalaciones son, a menudo, las menos eficientes en cuanto a la energía y también emiten gases de efecto invernadero de forma desmedida. Con el compromiso alcanzado en la conciliación, el Parlamento Europeo consiguió endurecer, especialmente, los valores límite propuestos para el SO2 y el NOx. El Consejo estuvo de acuerdo, realmente enseguida, en reducir considerablemente las emisiones de SO2, en el caso de las medianas y grandes instalaciones de combustión, en particular, ya que son las que más lo producen.

En relación con las emisiones de NOx, hemos establecido, en tanto Parlamento Europeo, una reducción de los valores límite de estas sustancias de entre 650 mg por metro cúbico para las grandes instalaciones de combustión y 200 mg para las instalaciones que queman combustible sólido. Estos valores límite, sin embargo, se aplican sólo a partir del año 2016 en las instalaciones nuevas y existentes. Realmente es demasiado tarde. Tal como ya he dicho, algunos Estados miembros adoptaron estas normas hace unos tres años. No nos hemos negado a ello, porque constituía un importante avance, y también porque es una condición esencial para que, después, los Estados candidatos también se vean sujetos a la misma.

Además, también hemos podido dejar de lado las excepciones que el Consejo quería para las instalaciones “de carga máxima”, de manera que las emisiones contaminantes también en lo que a eso respecta pueden ser controladas.

Por tanto, opino, a pesar de todo, que se ha alcanzado un acuerdo amistoso en la conciliación, que hemos ido mucho más lejos de lo que posiblemente se esperaba en la segunda lectura. Doy las gracias a la Presidencia sueca y a todos mis colegas, especialmente, a la Sra. Myller. Agradezco a la Comisión su respaldo constructivo. Recomiendo, por tanto, en nombre de la delegación, que se adopte esta directiva.

 
  
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  Myller (PSE), ponente. – (FI) Señor Presidente, señora Comisaria, el objetivo del Parlamento en relación con esta propuesta de directiva era conseguir establecer unos valores límite del máximo rigor para las emisiones atmosféricas responsables de la acidificación. La acidificación, la formación del ozono troposférico y la eutrofización del suelo son problemas estrechamente relacionados que tienen su origen en las emisiones de óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre, amoníaco y compuestos orgánicos volátiles. Es razonable que estos problemas sean examinados en su conjunto, pues así lograremos que la reducción de las emisiones contaminantes sea más rentable.

En su propia propuesta, la Comisión partió de esta base para calcular los techos nacionales de emisión que cada Estado miembro debería conseguir para el año 2010. En su Quinto Programa de Acción en materia de Medio Ambiente y en su estrategia contra la acidificación, la Comunidad –la Unión Europea- se ha fijado el objetivo de garantizar la protección de las personas frente a todos los contaminantes atmosféricos conocidos. La Comisión constató en su propuesta que, por lo pronto, no le es posible establecer los llamados objetivos finales en materia de cargas y niveles críticos, sino que el objetivo definitivo de largo plazo debe ser alcanzado a través de los objetivos provisionales que la Comisión ha fijado ahora para el año 2010.

Salvo en lo concerniente al amoníaco, el Parlamento aprobó en segunda lectura el nivel máximo de referencia propuesto por la Comisión, pero añadiendo un objetivo de largo plazo. Según el parecer del Parlamento, los objetivos intermedios han de ser alcanzados para el año 2010, mientras que el objetivo final, la protección de las personas en todo el territorio de la UE frente a todos los contaminantes atmosféricos conocidos, debería ser alcanzado para el año 2020. A la hora de iniciarse la conciliación, los términos de las partes estaban claros: el Consejo dio a entender claramente que no le era posible modificar los índices que había adoptado en su posición común. Tampoco se mostraba dispuesto a aceptar los objetivos de largo plazo, basándose en que, a juicio del Consejo y de la Comisión, no era técnicamente factible cumplir la exigencia de que las cargas y niveles críticos no fuesen rebasados en ninguna región. En lo que se refiere a los techos de emisión, la posición común del Consejo se encontraba relativamente lejos de los índices presentados por la Comisión, si bien eran mejores que los llamados índices de Gotemburgo, suscritos éstos por la mayoría de los Estados miembros.

La aprobación en su día de la posición común del Consejo hubiera significado que abandonábamos sin resistencia la lucha por mejorar la calidad del aire y por proteger la salud de los ciudadanos. Tras un largo forcejeo y tras la presentación de abundantes compromisos por parte de la Comisión, la conciliación nos ha servido para incluir en la Directiva unos principios fundamentales cuya orientación está más en consonancia con el planteamiento del Parlamento. En la conciliación se aprobaron como cifras indicativas los valores límite más rigurosos propuestos por la Comisión y por el Parlamento y se decidió que la posición común del Consejo tenga carácter vinculante para los Estados miembros. La consideración de cifras indicativas significa que la Comisión estará obligada a aplicar la cláusula de revisión de la Directiva en los informes evaluativos de 2004 y 2008 en función de los avances científicos y tecnológicos, contemplando, a la luz de estos últimos, la posibilidad de alcanzar valores límite aún más estrictos. Asimismo, estas evaluaciones deben considerar en qué medida se podrán cumplir para el año 2020 los objetivos de largo plazo. Así pues, como resultado de la conciliación, la Comisión ha sido dotada de instrumentos para reducir los niveles de referencia de la Directiva y tiene la obligación de supervisar la reducción de emisiones también a largo plazo, con el fin de que las cargas y niveles críticos no sean rebasados y que, efectivamente, las personas sean protegidas con eficacia frente a los contaminantes atmosféricos. El hecho de haberse incluido este objetivo de largo plazo en un artículo de la Directiva ha representado un logro considerable, y quizás se trate de lo más importante que se ha conseguido en la conciliación. Entre los contaminantes responsables de la acidificación, las emisiones procedentes del tráfico marítimo y aéreo son las más difíciles de afrontar. También hemos hecho progresos en este punto. La Comisión estará obligada a adoptar medidas al respecto.

Quiero también dar las gracias a la Sra. Ria Oomen-Ruijten por la excelente colaboración que hemos mantenido en esta conciliación. Es de una importancia realmente excepcional que se haya conseguido tramitar tan favorablemente la Directiva relativa a las emisiones procedentes de las grandes instalaciones de combustión, puesto que se trata de un instrumento crucial que permitirá la aplicación de esta Directiva relativa a techos nacionales de emisión. También quiero dar las gracias por la extraordinaria colaboración que todos ellos han prestado al presidente y a los miembros de la delegación del Parlamento, así como a los representantes de la Comisión y a la Presidencia sueca.

 
  
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  Jackson (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, me gustaría felicitar a las ponentes del Parlamento por los esfuerzos que han realizado. Pueden sentirse orgullosas del resultado que han obtenido. La elaboración de los informes ha supuesto una inmensa cantidad de trabajo hasta altas horas de la noche. No obstante, en mi calidad de diputada británica al Parlamento Europeo, debo decir que encontramos enormes dificultades respecto a estas directivas, en particular, la directiva sobre las grandes instalaciones de combustión. Quiero centrarme en la cuestión de que nuestra labor se vio entorpecida enormemente porque ni la Comisión ni el Consejo revelaron realmente las repercusiones de lo que estaban proponiendo. Tampoco nos dieron una evaluación precisa ni nos ayudaron a evaluar las repercusiones de lo que el Parlamento Europeo proponía.

El Sr. Bowe y yo, como diputados británicos al Parlamento Europeo, tuvimos que enfrentarnos a grupos de interés británicos que, básicamente, decían que si aprobábamos las enmiendas del Parlamento, las minas de carbón británicas que seguían en funcionamiento se verían todas ellas obligadas a cerrar. Nos enfrentábamos, pues, a la posibilidad de aprobar enmiendas y aprobar informes de nuestra propia comisión que habrían tenido repercusiones económicas muy graves en nuestro Estado miembro.

Cuando acudimos a la reunión del Consejo de Ministros, descubrimos que otros Estados miembros tenían exactamente los mismos problemas, Finlandia, por ejemplo, y que los ministros y gobiernos de dichos países nunca se habían puesto en contacto con sus diputados al Parlamento Europeo para explicarles las dificultades que, en su opinión, iban encontrar. Asimismo se dio la situación extraordinaria, cuando acudimos a la reunión de codecisión, de que cuatro funcionarios hicieron intervenciones que, realmente, debían haber hecho los ministros.

Lo que quiero decir es lo siguiente. Necesitamos dos cosas: necesitamos mucha más honestidad por parte de los Estados miembros y de la Comisión sobre las repercusiones reales en los Estados miembros de las propuestas que se presentan y sobre lo que se discute. Como mínimo, debería existir algún tipo de asesoramiento al respecto. En segundo lugar, respecto a las reuniones de codecisión, queremos que se ponga fin a la celebración de reuniones entre quince diputados al PE, un ministro y catorce funcionarios. Eso es ridículo. Muchas de las cuestiones que nos presentan los informes de la Sra. Oomen-Ruijten y de la Sra. Myller deberían haberlas expuesto los ministros. Queremos reunirnos con ministros cuando asistimos a las reuniones de codecisión.

 
  
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  Bowe (PSE). – (EN) Señor Presidente, me limitaré a decir, en primer lugar, que como diputado británico, deseo respaldar lo que ha dicho la Sra. Jackson.

Sólo las personas que se encuentran en esta sala saben realmente lo mucho que han trabajado las dos ponentes hasta llegar a esta posición final y poder presentar estos dos informes al Parlamento para la votación final. Somos sus iguales y sabemos lo mucho que se han esforzado y les felicitamos a las dos por la labor realizada. Ha sido necesario mucho tiempo y éstos son dos de los informes más difíciles que he visto en los doce años que llevo en el Parlamento.

Por fin, a pesar de todas las dificultades y también de la conciliación final, tenemos una propuesta viable y realista. No va a ser fácil. De hecho, va a ser muy duro poder cumplir algunos de los requisitos, pero se ha logrado un equilibrio satisfactorio entre la protección del medio ambiente, por un lado, y la necesidad de la sociedad de fuentes de energía fiables y seguras a un precio asequible, que es algo que no podemos pasar por alto, por otro.

Deberán introducirse cambios para poder cumplir los requisitos de la presente propuesta. El sector de la energía se verá obligado, sin ninguna duda, a sustituir alguna que otra central antigua, esperemos que por fuentes más modernas de generación de energía. Se conseguirá una reducción importante de las emisiones de dióxido de azufre y óxido de nitrógeno, que son las principales causas de la lluvia ácida y del ozono troposférico, con la consiguiente mejora de las condiciones medioambientales para la salud humana. Un posible efecto colateral puede ser que, a medida que mejora la eficacia general de las centrales eléctricas, asistiremos a una reducción global del dióxido de carbono en relación con la energía generada. Éste sería un efecto colateral práctico y útil de esta legislación.

La implantación de todas estas medidas no será tarea fácil. Es un objetivo a largo plazo. Es algo aceptable y comprensible en semejantes circunstancias, por ello, en nombre del Grupo Socialista, acojo favorablemente estas propuestas y les daremos nuestro respaldo en la votación de mañana.

 
  
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  Evans, Jillian (Verts/ALE). – (EN) Señor Presidente, quisiera expresar mi satisfacción por ambas directivas y felicitar a las dos ponentes, como han hecho otros diputados. He seguido con especial atención el debate sobre la limitación de emisiones procedentes de grandes instalaciones de combustión. Dichas instalaciones son unas de las mayores fuentes de contaminantes atmosféricos en Europa, después de las emisiones del transporte, y por ello es muy importante que exista una legislación estricta que controle dichas emisiones. La inclusión de instalaciones existentes representa una importante mejora sobre la legislación anterior. Significa que habrá igualdad de condiciones para todas las instalaciones, incluidas las más contaminantes, y algunas centrales eléctricas de países candidatos, que pueden generar electricidad a menor coste porque tienen menos controles y no necesitan cumplir los mismos requisitos.

Una vez más, como han dicho otros diputados, podemos garantizar a la población que, gracias a las distintas exenciones y autorizaciones de valores más bajos introducidas en el texto de compromiso final, las centrales eléctricas ya existentes, como la de Aberthaw en mi circunscripción, no se verán amenazadas. La central de carbón de Aberthaw ha sido objeto de una atención considerable por parte de la prensa y otros medios de comunicación por los temores desatados respecto a su viabilidad y su rentabilidad como consecuencia de la presente directiva. Lo cierto es que ocurre todo lo contrario. La directiva permitirá proteger los puestos de trabajo de las empresas mineras y generadoras de electricidad del País de Gales a más largo plazo.

Éste ha sido un debate muy importante, porque ha demostrado que no se trata de tener que elegir entre un aire más puro y el empleo, como querían hacernos creer algunos. Los esfuerzos para luchar contra la contaminación pueden ir de la mano de la protección de puestos de trabajo y de la sustentación de las comunidades.

Mi Grupo apoya también el compromiso que endurece los valores límite para el dióxido de azufre y el óxido de nitrógeno y que introduce requisitos generalmente más estrictos. El Grupo apoya asimismo los resultados de la Conciliación respecto al informe de la Sra. Myller sobre la directiva relativa a techos nacionales de emisión de determinados contaminantes atmosféricos, sobre el que también votaremos a favor.

 
  
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  Blokland (EDD). – (NL) Señor Presidente, me limito a la contaminación atmosférica causada por las grandes instalaciones de combustión. Todavía opino que el resultado de la conciliación queda muy lejos de las actuales posibilidades técnicas para reducir las emisiones contaminantes. Continúan figurando extrañas excepciones en la directiva, tal como permitir que las grandes instalaciones antiguas de combustión contaminen 2000 horas al año, al igual que las excepciones permitidas a España, Creta y Rodas.

Las instalaciones existentes todavía contaminarán mucho la atmósfera mediante el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno. El resultado de la conciliación es especialmente lamentable en el caso de estos últimos, dado que los Estados Unidos ya han ido mucho más allá de las normas que serán vinculantes para la Unión Europea tan sólo dentro de algunos años.

Además, ahora ya vemos que se incinera mucha biomasa en las centrales térmicas. Aquí se aplican normas de emisión muchos menos estrictas que en el caso de las instalaciones de incineración de residuos. Esperaba que, como resultado de la liberalización del mercado de la energía, se mantuvieran los mismos criterios medioambientales a fin de impedir distorsiones en la competencia.

Concluyendo, señor Presidente, el motivo por el que votaré a favor de esta directiva no es que se luche contra la contaminación atmosférica de forma efectiva, sino que esta nueva directiva es menos mala que la anterior.

 
  
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  Korhola (PPE-DE). – (FI) Señor Presidente, nuestra colega, la Sra. Ria Oomen-Ruijten, ha cumplido sobresalientemente sus funciones de ponente en las tres lecturas de la tramitación de la Directiva sobre las grandes instalaciones de combustión. Así pues, tenemos en nuestras manos una directiva remodelada que, según podemos suponer, contribuirá considerablemente a la reducción de las emisiones procedentes de dichas instalaciones, sin dejar de tener en cuenta las realidades prácticas de la vida. Tengo el gran placer de haber participado en la elaboración de las enmiendas de compromiso presentadas, y me siento agradecido de que éstas fueran aceptadas por la ponente y aprobadas por el Parlamento. Dichas enmiendas siguen estando presentes en esta Directiva tras la conciliación y permiten, entre otras cosas, la producción combinada de calor y electricidad, lo cual es esencial desde el punto de vista del desarrollo sostenible. Al principio existía el peligro de que la Directiva hubiera anulado la rentabilidad de los métodos de generación termoeléctrica combinada (CHP). Ello hubiera supuesto un gran retroceso.

El informe de la Sra. Oomen-Ruijten es, al igual que el de la Sra. Myller, un ejemplo de cómo el procedimiento de conciliación puede servir para alcanzar con éxito un buen resultado también en temas complejos y difíciles. Estas dos directivas son merecedoras de tal denominación.

Los techos nacionales y los valores límite de emisión de las instalaciones industriales son cuestiones en las que los Estados miembros han velado tradicionalmente por sus propios intereses, intentando impedir el establecimiento de objetivos que pudieran poner en peligro tanto su propia competitividad, como la competitividad global de la UE. La Comisión se vio obligada a tener en cuenta estos aspectos ya en los trabajos de elaboración de su propuesta. También el Parlamento, desde su idealismo, ha debido tener presentes las realidades políticas. A pesar de ello, debemos considerar que se trata de un resultado ambicioso. Tendrá una relevancia inmediata en lo que se refiere a la calidad del aire en Europa. Además, es un signo importante de lo que está por venir: la UE está dispuesta a trabajar para alcanzar los objetivos establecidos en el Protocolo de Kioto también en el terreno de la política pragmática.

Está previsto que la Comisión presente varias propuestas importantes en materia de lucha contra el cambio climático en el curso de este otoño. Los dos informes que ahora esperan aprobación son prometedores. Las instituciones de la UE son capaces de realizar un trabajo equilibrado que seguramente permitirá alcanzar resultados estimulantes. Tampoco podría esperarse menos ante la realidad del cambio climático.

 
  
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  Lange (PSE). – (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, estimadas y estimados colegas, también yo quiero agradecer sinceramente la tenacidad y el compromiso de la ponente. Éstos fueron sin duda particularmente necesarios durante las negociaciones con el Consejo, concretamente en el caso de las negociaciones sobre las grandes instalaciones de combustión. El Parlamento deseaba –y finalmente también lo ha conseguido– que la inclusión de las instalaciones antiguas en la directiva. Este es un aspecto central en el que podemos apuntarnos un éxito.

No obstante, también es preciso reconocer que éste no ha sido completo. Hemos tenido que aceptar muchas normas de excepción, prórrogas y valores límite irrelevantes, y no porque técnicamente no exista otra posibilidad, pues de ser así habríamos escuchado frecuentes reproches del tipo: lo que ustedes desean, apreciado Parlamento, es absolutamente imposible desde un punto de vista técnico. En este caso, está perfectamente claro que reequipar las instalaciones existentes para equipararlas al nivel de las nuevas no plantea absolutamente ningún problema. Además, esto ya se ha hecho en muchos sectores. La resistencia se apoyó exclusivamente en consideraciones económicas concretas relativas a grandes instalaciones de combustión particulares. Este es un planteamiento corto de miras. Tenemos que empezar a reflexionar ya en términos económicos globales y considerar también los costes derivados de la contaminación y de la emisión de sustancias nocivas que recaen sobre la población. En este sentido, me resulta del todo incomprensible e inexplicable la posición del Consejo con respecto a este tema durante las negociaciones. No obstante, dado que finalmente se han incluido las instalaciones antiguas, yo también acepto el compromiso.

 
  
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  Hulthén (PSE) . (SV) Señor Presidente, ni la hora ni el ambiente reinante aconsejan iniciar una controversia - con el presidente de la comisión ni con otros miembros británicos del Parlamento - sobre quiénes son los que más pierden con la acidificación o con las medidas para paliarla.

Por el contrario, intentaré expresarme de manera más positiva, agradeciendo a los diputados británicos el haber acabado esta directiva permitiéndonos así adoptar mañana una decisión. Esta decisión significará - usando términos algo espectaculares - que mi región recuperará la vida y que las industrias maderera y pesquera y la diversidad biológica podrán reparar los daños que se les han causado durante decenios, tal vez durante todo un siglo.

Éste es un excelente ejemplo que demuestra la necesidad de una colaboración europea sólida y concreta. Gracias a esta colaboración habremos logrado cambios en mi región - terminar con la acidificación - que no habríamos alcanzado solos. Aunque no seamos capaces de eliminar la acidificación por completo podremos detenerla y adoptar medidas para reparar los daños que ha causado.

Sé que todo esto no es suficiente, por lo que espero con interés la futura revisión. La acidificación continuará, a pesar de la decisión de mañana. Agradezco a los diputados y a la comisión el trabajo realizado.

 
  
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  Wallström, Comisión. – (EN) Señor Presidente, Señorías, es para mí motivo de gran satisfacción que estas dos importantes incorporaciones a la legislación comunitaria sobre la contaminación atmosférica hayan alcanzado la fase final de cara a su adopción. Me uno a sus felicitaciones y agradecimientos a las dos ponentes, la Sra. Oomen-Ruijten y la Sra. Myller, por sus esfuerzos, pero quisiera agradecer también al presidente de la Delegación del Parlamento, Sr. Friedrich, su participación en el desarrollo de dichas negociaciones hacia una conclusión fructífera – lamentablemente, no puede acompañarnos esta noche – y al Sr. Provan que se haya incorporado a última hora a la que ha resultado ser una de las mejores noches del verano.

Las propuestas sobre los techos nacionales de emisión y las grandes instalaciones de combustión representan un avance muy importante en la legislación comunitaria sobre contaminación atmosférica. Como saben, la propuesta sobre los techos nacionales de emisión contribuirá al establecimiento de un programa continuo para luchar contra la contaminación atmosférica transfronteriza que obligará a los Estados miembros a limitar las emisiones que provocan los mayores daños, no sólo a los propios países, sino, como ha dicho la Sra. Hulthén, también a sus países vecinos.

La primera fase establece unos límites máximos de emisiones que son vinculantes y que los Estados miembros deberán alcanzar a más tardar en 2010. Prevé una serie de revisiones periódicas – en 2004, 2008 y 2012 – con vistas a seguir reduciendo los techos de emisión en el futuro: este sistema de revisión ha sido reforzado muy considerablemente en respuesta al interés del Parlamento. Las primeras revisiones intentarán compensar el déficit antes de 2010 teniendo en cuenta el total de emisiones en toda la Comunidad tal y como establece la propuesta original de la Comisión. Todas las revisiones examinarán el modo de alcanzar nuestro objetivo a largo plazo de mantenernos por debajo de niveles medioambientales críticos a partir de 2010. A continuación se tomará el año 2020 como punto de referencia. En revisiones posteriores, la Comisión informará, en particular, sobre el progreso en la realización de nuestros objetivos a largo plazo y, con estos objetivos en mente, estudiará qué otras medidas adicionales son necesarias para alcanzar dichos objetivos, como ha dicho la ponente, "preferentemente antes de 2020".

Al mismo tiempo, con la propuesta sobre las grandes instalaciones de combustión, entrarán en vigor niveles de emisiones nuevos y más estrictos en el sector eléctrico, en particular, en las centrales más antiguas que son una de las principales responsables de la acidificación y de la contaminación por ozono. El análisis de la Comisión de la posición común relativa a las grandes instalaciones de combustión demuestra que las emisiones de dióxido de azufre así como de óxido de nitrógeno procedentes de este sector experimentarán un considerable descenso como consecuencia de esta legislación.

El compromiso sobre la propuesta de grandes instalaciones de combustión garantizará la flexibilidad a medio plazo para tener en cuenta las diferentes circunstancias existentes en los Estados miembros, así como las considerables ventajas medioambientales a largo plazo en una Comunidad ampliada.

El Parlamento ha conseguido grandes logros en este debate y debería sentirse muy orgulloso de su contribución. La Comisión está satisfecha con el resultado. Con la aprobación de esta legislación, la Comisión estará obligada a volver en 2004 para revisar ambas directivas y presentar sus propuestas para seguir avanzando. Ya explicábamos en la comunicación sobre el programa Aire puro para Europa, que presentamos en mayo de 2001, cómo pensamos prepararnos para esta primera revisión y ya hemos comenzado a trabajar en este sentido.

Para terminar, invito al Parlamento a que dé su aprobación al resultado de la conciliación y a que se una a nuestros intentos de seguir avanzando. Espero con interés que el Parlamento pueda respaldar el programa Aire puro para Europa.

 
  
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  El Presidente. - El debate conjunto queda cerrado.

La votación tendrá lugar mañana a las 11.00 horas.(1)

(Se levanta la sesión a las 23.30 horas)

 
  

(1) Orden del día de la próxima sesión: cf. Acta.

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