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Acta literal de los debates
Miércoles 31 de marzo de 2004 - Estrasburgo Edición DO

8. Tráfico internacional de órganos
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede a las declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre el tráfico internacional de órganos.

Tiene la palabra el Ministro Roche, quien interviene en nombre del Consejo.

 
  
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  Roche, Consejo. (EN) Lo siento, señor Presidente, estaba un poco distraído: la Sra. Frassoni estaba flirteando conmigo. Esto demuestra que a veces el Parlamento Europeo puede ser un lugar mucho más agradable que el Dáil Éireann; nunca he tenido una experiencia así.

Dejemos el humor para centrarnos en algo bastante horripilante: el equivalente moderno de Burke y Hare, es decir, el tráfico de órganos humanos.

A medida que la ciencia médica avanza en el ámbito del transplante de órganos, existe una creciente demanda de órganos, lo que genera un problema de tráfico de órganos humanos. Esta es una práctica brutal y repugnante, y constituye una grave violación de la dignidad humana y de la integridad física. También tiene implicaciones graves en la lucha contra el crimen organizado, porque como en todo lo demás, el crimen organizado ha conseguido entrar en este ámbito particular. Conocemos la participación de bandas criminales en esta actividad bastante insólita.

Sé que esta cuestión ha sido motivo de preocupación y debate en el Parlamento. De hecho, elogio al Parlamento porque ha sido en gran medida el foro de condena de esta práctica. También es motivo de preocupación para el Consejo y es importante que al abordarla lo hagamos debidamente y tengamos claro el alcance del problema. Es una cuestión compleja y multidimensional y exige una consideración detenida.

En febrero de 2003, la Presidencia griega presentó una propuesta de Decisión marco sobre la prevención y el control del tráfico de órganos y tejidos humanos del Consejo, en el marco del Consejo de Justicia y Asuntos de Interior. El objetivo de la propuesta es contribuir a la lucha contra el tráfico de órganos y tejidos humanos como forma de crimen organizado.

El proyecto de Decisión marco contiene propuestas de exigir a los Estados miembros que garanticen que la extracción de un órgano de un donante por la fuerza, mediante amenazas o fraude, o que la extracción de un órgano de un donante que ha accedido a cambio de dinero, sean consideradas delitos penales. También se considera delito el reclutamiento, el transporte o la ocultación de una persona a quien se obliga por la fuerza o mediante amenazas, o cuando se paga para extraer un órgano o un tejido. También propone que la participación de personal médico o de enfermería en el transplante de un órgano a sabiendas de que ha sido adquirido por cualquiera de estos medios constituirá un delito penal. La propuesta en el documento marco será bastante amplia.

La propuesta ha sido objeto de debate en varias ocasiones en órganos relevantes del Consejo. Varios Estados miembros cuestionaron la necesidad de un instrumento en estos momentos. Además, resulta que los Estados miembros no tienen información precisa sobre la escala del problema, en el seno de la Unión Europea o cuando esta es el lugar de destino. En este sentido, las conclusiones del proyecto Falcone, que incluye un estudio de 13 Estados miembros sobre este asunto, serán interesantes. La Presidencia irlandesa seguirá supervisando las opiniones de los Estados miembros sobre la utilidad de una medida como esta en el ámbito de la Unión Europea con vistas a establecer si puede avanzarse con respecto a dicha medida.

Volviendo a la cuestión asociada del uso legal de órganos para su transplante, surgen cuestiones muy específicas con motivo de la escasez de órganos. Es preciso garantizar un alto nivel de calidad y seguridad. La Comisión ha indicado que realizará una profunda evaluación científica en relación con la situación del transplante de órganos. Presentará lo antes posible las conclusiones de esta evaluación y esperamos con interés este informe.

Resumiendo, en esta fase solo estamos al principio de un proceso que puede ser muy largo hasta que adopte un carácter definitivo. Pero el hecho de que estemos debatiéndola indica que existe sensibilidad y preocupación en torno a esta cuestión.

 
  
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  Vitorino, Comisión. (EN) Señor Presidente, la Comisión acoge con satisfacción el debate que se celebra hoy aquí sobre un problema que genera una gran preocupación, la del tráfico de órganos humanos.

Las víctimas de este tipo de crimen son seres humanos especialmente vulnerables, en particular los niños. El tráfico ilegal de órganos puede suponer un riesgo significativo tanto para el donante como para el receptor. El tráfico de órganos humanos es una obscena violación del derecho a la integridad física y, en el peor de los casos, del derecho a la vida, tal y como reconoce la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

Últimamente la Comisión recibe cada vez más informaciones sobre supuestas situaciones de tráfico ilícito de órganos humanos en Mozambique y Albania, sobre todo a través de preguntas escritas que hace poco han formulado el Sr. Ribeiro e Castro y la Sra. Karamanou. La alarma también ha saltado por la proliferación de rumores en los medios de comunicación. Estas supuestas situaciones de tráfico son especialmente preocupantes y la Comisión las sigue muy de cerca, a través de la delegación de la Comisión en las regiones en cuestión y del intenso diálogo que mantiene con los Estados miembros a escala local, en particular en el contexto del diálogo político con estos países.

En cuanto a la situación de Mozambique, la Comisión ha contactado con la Oficina del Fiscal General, quien ha asegurado que ya se han iniciado investigaciones. La Comisión también ha insistido en su preocupación en una reunión celebrada en Bruselas con el Embajador de Mozambique.

La realidad demuestra que el tráfico de órganos humanos suele ir de sur a norte y de los pobres a los ricos, pero sin excluir movimientos dentro de una región concreta. La cooperación regional e internacional son esenciales para abordar este fenómeno con éxito. Los criminales en este tipo de actividad se aprovechan de la debilidad de la policía local, a menudo socavada por la corrupción, que, por tanto, no impide el comercio ilícito transfronterizo de órganos; así como de sistemas judiciales poco eficaces.

Hay que destacar que la Comisión viene subrayando la importancia que tiene para Albania adoptar las medidas necesarias para cerrar un acuerdo con Europol. Como he dicho antes, Albania es uno de los presuntos escenarios de actividades de tráfico de órganos de niños, cuyo destino es, supuestamente, la Unión Europea. A fin de impedir la entrada en la Unión Europea de órganos humanos que se obtienen ilícitamente, sirven mucho las medidas adoptadas para mejorar la cooperación entre las policías de los Estados miembros y las administraciones aduaneras, así como fortalecer los controles en las fronteras exteriores.

Sin embargo, en la actualidad las medidas específicas relativas a este tipo de delito parecen insuficientes. En esta línea, Grecia, durante su Presidencia de la Unión, presentó una iniciativa para la adopción por el Consejo de una decisión marco relativa a la prevención y al control de tráfico de órganos y tejidos humanos. El objetivo de esta iniciativa, que ya ha mencionado la Presidencia, era definir qué tipos de conducta habría que castigar en todos los Estados miembros y establecer normas mínimas en relación con las penas por dichos delitos.

La Comisión apoyó en gran medida esta iniciativa, a la vez que reconocía, sin embargo, que era preciso examinar y conocer más a fondo el aspecto jurídico y la realidad de la situación en los Estados miembros. En este contexto, y en vista de las deficiencias detectadas cuando se intentó llevar adelante la iniciativa griega, es importante mencionar que las competencias de Europol se ampliaron en enero de 2001, para incluir el tráfico ilícito de órganos y tejidos humanos. Actualmente, Europol está analizando este fenómeno y recabando información y datos relevantes relativos a los aspectos legales e ilegales del tráfico de órganos humanos. De hecho, Europol puede aportar un gran valor añadido en esta lucha común.

En cuanto a la recopilación de información, también debo mencionar el hecho de que el Consejo de Europa hace poco examinó la cuestión del tráfico de órganos y que en diciembre de 2003 preparó un informe útil que permite comprender la situación actual de este fenómeno en Europa. Al amparo del programa financiero AGIS de la Comisión para la cooperación policial y judicial en asuntos penales, también es posible apoyar proyectos en este ámbito especialmente delicado de la criminalidad, que todavía no ha sido analizado a fondo.

Además, es importante hacer hincapié en que la Comisión reconozca que la grave escasez de donantes de órganos sigue siendo un gran obstáculo al pleno desarrollo de servicios de transplante y limita gravemente el número de pacientes que pueden beneficiarse de esta forma de terapia. Esta escasez de órganos puede promover el comercio ilícito.

La Comisión es muy consciente de las consecuencias derivadas de la escasez de órganos y, por este motivo, ha señalado como acción prioritaria en su plan de trabajo para 2004, a fin de ejecutar el programa de acción comunitario en el ámbito de la salud pública 2003-2008, el desarrollo de una estrategia de la Unión Europea para aumentar la sensibilidad y la disponibilidad de órganos utilizados para su transplante. De hecho, la Comisión ya ha realizado un estudio de las prácticas actuales y los requisitos jurídicos asociados al transplante de órganos en los Estados miembros y en los países en vías de adhesión, y actualmente está analizando los resultados. Este análisis se comunicará al Parlamento Europeo, así como a los Estados miembros, tan pronto como concluya.

Para terminar, se han lanzado una serie de iniciativas para luchar contra el tráfico ilícito de órganos humanos, y la Comisión seguirá apoyando las iniciativas que resulten apropiadas para luchar contra este tráfico inaceptable.

 
  
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  Coelho (PPE-DE).(PT) Señor Presidente, señor Presidente en ejercicio del Consejo, señor Comisario, Señorías, el tráfico de seres humaos es una de las manifestaciones más nauseabundas del creciente problema de la delincuencia internacional, y el tráfico de menores resulta todavía más nauseabundo. El tráfico de menores para extraerles órganos es la parte más horripilante de este negocio inmoral y repulsivo.

Desde la perspectiva de la ética, no tengo interés en debatir los motivos en que se basa esta actividad criminal, ya se trate de motivos de brujería, tráfico de órganos u otros. Hay seres humanos que necesitan nuestra ayuda y nuestra protección, personas que pierden sus órganos o incluso su vida debido a estas prácticas.

Recientemente se han publicado informaciones sobre la práctica continua de este tipo de actividades delictivas en Mozambique, cosa que, desde luego, es motivo de gran preocupación. Aparte de la dimensión humana de estos sucesos, los portugueses mantenemos lazos lingüísticos y culturales con ese país. Por ello acojo con agrado tanto este debate como el que tuvo lugar ayer en el Parlamento portugués, a iniciativa de la Sra. Morais, diputada al Parlamento portugués. También me complació observar que el Primer Ministro de Portugal, el Dr. Durão Barroso, planteara esta cuestión al Presidente de Mozambique durante la visita que está realizando en este país.

Me gustaría señalar tres puntos acerca de esta cuestión. En primer lugar, debemos luchar contra este delito dondequiera que se cometa. No creo que podamos asumir otra postura. El tráfico de seres humanos y, en especial, de menores para la extracción de órganos, es un tráfico despreciable que hay que combatir y una de las peores manifestaciones del creciente fenómeno de la delincuencia internacional. Todos los especialistas están de acuerdo en que las redes más organizadas son las internacionales; al igual que otros tipos de delincuencia, este trasciende las fronteras nacionales. Si queremos hacer frente eficazmente a la delincuencia, identificar a los delincuentes y proteger a las víctimas, tenemos que reforzar la cooperación internacional. Y esto nos lleva a mi segundo punto. No debemos sentirnos avergonzados por nuestro nivel de desarrollo. He leído que la renuencia por parte de algunos países a aceptar que este tipo de delincuencia tenga lugar en su territorio se debe a la peregrina idea de que solo sucede en los países en vías de desarrollo. La verdad es que estas atroces actividades se realizan en todas partes, puesto que tanto comprar como vender órganos humanos es un delito, y cada vez hay menos fronteras para la delincuencia internacional.

El 23 de octubre del año pasado, en esta Cámara celebramos un debate sobre una propuesta de decisión marco para promover la lucha contra el tráfico de órganos y tejidos de origen humano al que han hecho referencia tanto el Presidente en ejercicio del Consejo como el Sr. Vitorino. Al mismo tiempo manifesté mi preocupación por la aparición de este fenómeno y mencioné el alarmante número de secuestros ocurridos en Brasil y Guatemala, así como las inquietantes noticias procedentes de nuevos Estados miembros, como Hungría y la República Checa. Pedí un planteamiento comunitario integrado y que se armonizara la definición tanto de los delitos de tráfico de órganos y tejidos de origen humano, como de sus respectivas sanciones.

En tercer y último lugar, no debemos tener miedo de ayudar. Tenemos la obligación de ayudar, tanto en nombre de las causas humanitarias que suscribimos, como en interés –que debe ser un interés común– de poner fin a este comercio nefasto y de desmantelar las redes internacionales existentes. Por ello decimos con toda claridad a la Comisión y al Consejo que tenemos la obligación de ayudar. Tomamos nota de la declaración que hizo el Comisario Nielson en su momento, en el sentido de que las autoridades mozambiqueñas no habían solicitado hasta entonces nuestra ayuda. Por ello nos gustaría decir a los Gobiernos, al poder judicial y a las fuerzas de policía de los países interesados que no tienen nada que temer de la ayuda internacional a la lucha contra estos delitos. Pues al hacerlo no debilitamos, sino que reforzamos los instrumentos y recursos para combatir este mal común.

 
  
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  Lage (PSE).(PT) Señor Presidente, señor Presidente en ejercicio del Consejo, señor Comisario, nos complace observar que la cuestión que planteamos sobre el tráfico de seres humanos y menores en Mozambique ha desencadenado un debate más amplio sobre el tráfico ilegal de órganos y tejidos de origen humano, no solo en la UE, sino a una escala mucho más amplia. No cabe duda de que no hay nada más abominable que manipular la forma humana –que debe ser un artículo acabado en sí mismo y cuya integridad y dignidad es necesario proteger– para convertirla en un objeto del que se puede extraer un órgano para transplantarlo en otra persona. Esta práctica es tan horripilante que la UE tiene razón de alarmarse y nosotros –es decir, el Parlamento, la Comisión y el Consejo– tenemos que hacer todo lo posible por dotarnos de los medios necesarios para impedir que prolifere dicho tráfico, por evitar que crezca y enriquezca a unas cuantas personas sin escrúpulos y a sus redes delictivas.

Me gustaría hablar de Mozambique. En Mozambique, el misterio rodea la provincia de Nampula. El tráfico de menores tiene lugar en dicha provincia; se sabe que han desaparecido 50 menores, probablemente secuestrados y sacrificados, ya sea para retirar órganos con fines de brujería, rituales mágicos o satánicos, esclavitud sexual, o retirar órganos para venderlos a alguna red internacional. El misterio rodea la existencia en Mozambique de una red internacional de tráfico de menores destinada a la obtención de órganos.

La iglesia mozambiqueña afirma que las sospechas están bien fundadas y que se teme que dicha red funciona efectivamente. Las autoridades mozambiqueñas han realizado declaraciones contradictorias sobre este tema, que van desde declaraciones para apaciguar los temores de la población, en el sentido de que no existen pruebas de que se realice dicho tráfico, hasta afirmaciones de que existen señales que indican la existencia de esta red. Por ello me gustaría pedirles, señor Comisario y señor Presidente, que soliciten a las autoridades mozambiqueñas que clarifiquen este asunto. Es necesario aclarar este asunto, y debemos ayudar a la población de Nampula y a los niños de Nampula y de Mozambique en general para que puedan vivir en paz.

 
  
  

PRESIDENCIA DE LA SRA. LALUMIÈRE
Vicepresidenta

 
  
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  Calò (ELDR).(IT) Señora Presidenta, las escalofriantes informaciones que nos llegan de Mozambique, en particular de la zona de Nampula, en la que la inexplicable desaparición de menores oculta un obsceno tráfico de órganos humanos, pueden parecer increíbles porque resultan tan repugnantes para cualquier ser humano. Desgraciadamente, a pesar de que el Holocausto puede parecer increíble, sucedió en realidad sin quitar el sueño a aquellos que debían haber tenido los medios para conocer o intervenir pero no lo hicieron.

Tras una experiencia tan terrible, debemos asumir el compromiso de poner fina a este obsceno tráfico con todos los medios con que cuenta la comunidad internacional. Los diputados a este Parlamento debemos alzar nuestra voz contra aquellos que son sus cómplices o no se oponen a él con suficiente determinación, y a favor de aquellos que arriesgan e incluso pierden su vida por denunciar e intentar detener esta masacre moderna de los inocentes. Son los miembros de la sociedad civil y política, y no solo los de la sociedad religiosa, los que deben hacerse cargo de este problema.

Las preguntas ya se han formulado, pero no basta con ello. Todas las personas prominentes de este mundo que pueden influir en el destino de tantas personas tienen la responsabilidad ética de adoptar medidas prácticas y urgentes para garantizar la seguridad de los menores y de las personas que los protegen.

 
  
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  Ribeiro e Castro (UEN).(PT) Señora Presidenta, señor Presidente en ejercicio del Consejo, señor Comisario, el tráfico de órganos humanos es la nueva piratería de la época moderna y constituye una forma especialmente sórdida y brutal de piratearía. Puede provocar persecuciones, secuestros e incluso asesinatos. Su causa es la codicia y no conoce escrúpulos. La lucha contra este fenómeno debe ser firme, amplia e inquebrantable. No todos los casos son iguales. Hay casos en los que las autoridades ignoran deliberadamente el tráfico de órganos, mediante el cual una persona puede vender, digamos, su propio riñón por un puñado de dólares. Incluso es esos casos, la libertad es una ilusión y la realidad sigue siendo una sórdida forma de piratería que explota la indefensión de los pobres y desdichados donantes.

Aparte de la violencia de este tráfico nefasto que viola la dignidad e integridad humanas, también alimenta un mercado horroroso y estimula actividades delictivas sumamente peligrosas y el desarrollo de redes mafiosas internacionales. Puesto que se permite que funcione este mercado, cuando no hay suficiente oferta de órganos para la venta, los criminales cubren la laguna secuestrando o incluso asesinando a sangre fía a personas.

El principio de la donación gratuita de órganos para transplantes es uno de los principios fundamentales de la civilización y una condición básica para la dignidad de la persona y para nuestra seguridad y libertad. Si la donación de órganos no es gratuita, todos somos, en teoría, víctimas potenciales de este asalto generalizado contra el cuerpo humano. La UE deberá aplicar el principio de la donación gratuita en todo su territorio, debe hacer tremendos esfuerzos por consagrarlo en su legislación y debe asegurarse de que se cumple en todo el mundo. Si la donación de órganos no es gratuita, la perseguirá la amenaza de la delincuencia o tal vez ya operen en ella los delincuentes. Asimismo, la UE debe encabezar la lucha contra este azote moderno a nivel internacional, pues se trata de una de las manifestaciones más horrorosas de la delincuencia internacional de los tiempos modernos. La propuesta de Decisión marco presentada por la Presidencia griega debe aprobarse sin demora con el fin de asegurar que todos los Estados miembros puedan erradicar este tráfico, ya sea como proveedores o receptores, o como campo de operaciones. Debemos reaccionar con presteza y eficacia cada vez que se descubra este delito en el mundo.

En los últimos tiempos, la atención se ha centrado en determinadas regiones de Mozambique, en África Oriental. Los hechos de este caso aún están por dilucidar; no obstante, por esta misma razón debemos seguir actuando hasta que exista una transparencia completa y la gente pueda quedarse tranquila. Debemos responder a la valentía y tenacidad de organismos religiosos y activistas de los derechos humanos que han puesto de relieve las docenas de desapariciones de niños y jóvenes, algunos de los cuales han sido encontrados muertos posteriormente, con sus cuerpos mutilados. No debemos retrasar nuestra respuesta debido a inquietudes fuera de lugar o debido a que la transparencia no es total. Es posible que en Nampula se hayan producido no uno, sino varios sucesos trágicos, en los que se haya visto implicado el tráfico de seres humanos y menores, o el tráfico de órganos para la brujería u otros fines no médicos y el tráfico de órganos humanos destinados a las redes internacionales. No lo sabemos, pero aún así no podemos cejar en nuestros esfuerzos tan solo porque no conocemos todos los hechos. Debemos luchar sin cesar contra lo que es, en todas sus formas, un delito despreciable.

Las autoridades que se enfrentan a delitos tan terribles a veces se sienten avergonzadas y empiezan a contradecirse a sí mismas o se muestran vacilantes cuando salen a la luz casos concretos. A nadie le gusta que el nombre de su país se asocie con esta situación a escala internacional. Tenemos que comprenderlo y tratar siempre con respeto al país implicado. Y precisamente por ello tenemos que dejar claro, con paciencia y perseverancia, que el problema no es la vergüenza, sino que el problema es el tráfico y el delito. Todo el mundo, en todo el planeta, debe colaborar en la investigación y en la lucha contra esta pérfida piratería, que carece de país de origen. La amenaza tiene carácter internacional y afecta a cada uno de nosotros.

Ya sea en Israel o Sudáfrica, en el continente asiático, europeo o americano, ya tenga su origen en Mozambique o en las regiones más desfavorecidas de Brasil, en Moldova o Albania, en los fragmentados Balcanes, en la inmensidad de África, en la deprimida Asia Central o en los extrarradios más pobres de las ciudades asiáticas o latinoamericanas, sabemos que este tráfico va a atacar. Al igual que un buitre, este asalto general al cuerpo humano busca regiones de pobreza humana y lugares en que la autoridad del Estado es débil. Explota las zonas en las que viven las personas y las comunidades más débiles; detecta a los miembros más débiles y pobres de la sociedad y los ataca. Estos son los ámbitos en los que debemos actuar en colaboración con las autoridades competentes a fin de sensibilizar, de estimular y ofrecer ayuda práctica, para procesar e intercambiar información, para averiguar toda la verdad, para tranquilizar a la gente y desmantelar las redes dondequiera que aparezcan. La Comisión y el Consejo deben hacer un esfuerzo y me gustaría que el Consejo actuara con la misma diligencia que ya ha mostrado la Comisión en este tema, independientemente de que los casos se produzcan en Mozambique o en cualquier otro lugar del mundo.

 
  
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  Evans, Robert J.E. (PSE).(EN) Señora Presidenta, he estado escuchando, especialmente al Ministro Roche, y ha sido una especie de experiencia surrealista. A medida que transcurría mi perplejidad iba en aumento. Señor Roche, ha concluido su intervención diciendo que este proceso acaba de empezar. Lo cual suscita esta pregunta: ¿qué es la coordinación entre las Presidencias de la Unión Europea? Usted ha mencionado el documento marco elaborado, en febrero de 2003, por el Gobierno griego, porque fue una iniciativa griega. Yo fui el ponente de este Parlamento sobre el documento marco, y el Gobierno griego anhelaba presentarlo durante su Presidencia en el primer semestre del año pasado.

El proceso está lejos de su inicio; de hecho, el año pasado por esta época esperábamos que estuviera cerca del final. Algunos Gobiernos, quizá el italiano, el irlandés y, sin duda, algunos escandinavos, lo estaban fastidiando y frenando todo. Mi informe fue aprobado por 420 votos contra ninguno en el Parlamento Europeo. ¿Conoce usted este informe sobre el tráfico de órganos humanos? ¿Lo ha leído? El Sr. Coelho lo ha mencionado antes. Estoy seguro de que mi informe respondería a algunos de los problemas que ha planteado usted. Yo podría contarle muchas cosas sobre esta situación: supuestamente, más de 1 000 ciudadanos europeos al año va a países más pobres del mundo a buscar órganos humanos, ya sea la India, Pakistán, Albania u otros de los países que se han mencionado.

En el mercado ya existe mucha información; no partimos de la nada. ¿Qué posibilidades hay de lograr verdaderos progresos? En realidad, ¿qué sentido tiene este debate? ¿Qué investigaciones hay detrás de sus declaraciones si no ha tenido en cuenta todo lo que ya ha pasado por este Parlamento, si no ha leído a fondo el trabajo realizado y los informes aprobados en este Parlamento, previa consulta con la Comisión y otros Gobiernos? El peligro es que todo el trabajo bien hecho y las buenas intenciones de que aquí han hablado sus Señorías quedarán en nada si una Presidencia tras otra no se basan en lo que ya está hecho.

 
  
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  Roche, Consejo. (EN) Señora Presidenta, ha sido un debate interesante. No tiene ningún sentido intentar convertir un debate en el que no ha habido desacuerdos en motivo de confrontación. He mencionado la cuestión que se planteó en una contribución excelente en los documentos de que todavía hace falta mucha información sobre esta cuestión. Estoy de acuerdo en que ese excelente trabajo se inició durante la Presidencia griega. Personalmente opino que es una pena que hasta la fecha no se hayan adoptado medidas más concretas.

Es un debate asombroso. El Comisario Vitorino ha dicho con razón que en cualquier comunidad civilizada existiría preocupación por un comercio de este tipo. Ha esbozado con bastante detalle los esfuerzos realizados. Me ha impresionado mucho el Sr. Coelho, quien ha demostrado la necesidad de que la Unión actúe de forma coherente para abordar una política. El Sr. Lage y el Sr. Calò han planteado cuestiones similares. Estoy de acuerdo con el Sr. Ribeiro e Castro en que no debemos permitirnos el lujo de poner objeciones a la acción por preocupaciones que no vienen al caso. Al final, la realidad es que la Unión no ha avanzado en este asunto. La Presidencia griega lo planteó y lo propuso a la Unión. Hay motivos para que no haya avanzado más. No estoy muy seguro de que ningún Estado miembro lo haya «fastidiado todo». Si así fuera, estoy seguro de que lo habrán hecho porque consideraban que había motivos de peso y convincentes para ello.

Sin embargo, a excepción de esta displicente intervención final, ha sido un buen debate. Ha contribuido a subrayar la necesidad de una acción concertada de la Unión. Demuestra que, si la Unión actuara de forma concertada, podría poner fin a lo que es claramente un comercio maléfico.

 
  
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  Vitorino, Comisión. (PT) Señora Presidenta, Señorías, antes que nada me gustaría reiterar que la Comisión continuará siguiendo muy de cerca los casos mencionados, relacionados con Mozambique y Albania, y se mantendrá vigilante, en estrecha cooperación con las embajadas de los Estados miembros en estos dos países.

En segundo lugar, tengo que señalar que, desde un punto de vista jurídico, la iniciativa de Grecia durante su Presidencia plantea ciertos interrogantes que exigen un debate político. Nuestros estudios muestran que, de hecho, el tráfico ilegal de órganos no está penalizado en todos los Estados miembros. La información de que disponemos muestra diferencias significativas en relación con la debida clasificación de estos delitos.

En tercer lugar, la aplicación de medidas penales presenta cierta complejidad, ya que, como sabemos, los beneficiarios de los transplantes de órganos obtenidos ilegalmente son generalmente europeos, si bien dichos transplantes se efectúan en terceros países, lo que plantea la cuestión de la sanción penal basada en el principio del territorio nacional en el que se ha cometido el acto delictivo. Por consiguiente, estas cuestiones fueron planteadas durante la presentación y el primer debate de la iniciativa griega a favor de una Decisión marco aplicable al tráfico ilegal de órganos, y se realizó un estudio en el marco del programa Falcone para identificar las cuestiones básicas que exigían un tratamiento legislativo a escala europea.

Como saben sus Señorías y yo acabo de señalar, esta no fue una iniciativa de la Comisión y, en cierto modo, el quid de este debate es la falta de continuidad de las iniciativas de los Estados miembros, que adquieren cierto impulso cuando el país interesado ocupa la Presidencia, pero que más tarde carecen de garantía de continuidad. Por nuestra parte hemos elaborado este estudio y hoy día estamos mejor preparados para identificar, de forma más exhaustiva que la iniciativa griega, los ámbitos principales que deben ser objeto de una intervención legislativa en este ámbito.

 
  
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  La Presidenta. – Gracias, señor Comisario.

El debate queda cerrado.(1)

(La sesión, interrumpida a las 17.49 horas, se reanuda a las 18.00 horas)

 
  

(1) Posición común del Consejo y de la Comisión – Modificación del orden del día: cf. Acta.

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