Aprobación del Acta de la sesión anterior – Presentación de documentos – Transmisión por el Consejo de textos de acuerdos – Composición de las comisiones y delegaciones – Composición del Parlamento –Suplicatorio de suspensión de la inmunidad parlamentaria – Composición de una comisión temporal – Orden de los trabajos: cf. Acta.
2. Intervenciones sobre asuntos de importancia política
El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede a las intervenciones sobre asuntos de importancia política.
McCarthy (PSE). – (EN) Señor Presidente, quiero agradecerle personalmente sus esfuerzos y su ayuda para tratar de conseguir la liberación de un habitante de mi distrito electoral de Liverpool: Ken Bigley, secuestrado en Iraq. El viernes recibimos la trágica noticia de su ejecución. Le agradecería, señor Presidente, que transmitiera nuestra solidaridad y nuestro más sentido pésame a su familia en nombre de los diputados a este Parlamento. Esta petición la hago también en nombre de los demás diputados del Partido Laborista Parlamentario Europeo.
(Aplausos)
El Presidente. Muchas gracias, señora McCarthy. Debo decirle que esa carta se ha enviado, y que previamente había trasladado mi pésame a la familia y al pueblo británico. La carta de condolencia que he remitido a la familia Bigley dice que todos nosotros nos sentimos afectados por el brutal asesinato. Previamente habíamos hecho un llamamiento a los raptores para que liberaran al Sr. Bigley, pero ese llamamiento –como tantos otros que se hicieron en todas las partes del mundo– fue en vano. Ahora solo nos queda lamentar su muerte y unirnos al pésame a su familia. Esta carta ha sido, pues, enviada. Le agradezco que haya señalado usted la oportunidad de hacerlo.
De Rossa (PSE). – (EN) Señor Presidente, quiero plantear la cuestión de los abusos de los derechos humanos en Colombia. La organización FrontLine, que es una fundación internacional para la protección de los defensores de los derechos humanos, se ha puesto en contacto conmigo. Se trata de una organización cuyos esfuerzos se centran en la defensa de los defensores de los derechos humanos que desarrollan actividades pacíficas en el ámbito de los derechos humanos en sus respectivos países.
En febrero de este año, varios sindicalistas pertenecientes a una asociación de campesinos fueron arrestados. Todavía no se les ha acusado de nada, ni existe prueba alguna de las eventuales graves acusaciones contra ellos. Solo en lo que va de año, más de 30 sindicalistas han sido asesinados en Colombia. La Unión Europea se ha referido a esta situación en varias ocasiones, pero los defensores de los derechos humanos, tanto en Colombia como en Europa, están muy preocupados porque la Unión Europea deja esta cuestión siempre fuera del orden del día. Les remitiré la carta que he recibido de la organización FrontLine en la que se les insta a exigir a las autoridades colombianas que liberen de inmediato a los miembros de Fensuagro por no existir contra ellos ninguna acusación legal válida, y que permitan a las organizaciones sindicales legítimas funcionar sin intimidaciones.
El Presidente. Muchas gracias, señor De Rossa. Así se hará, dándose curso a la cuestión que ha planteado.
Ludford (ALDE). – (EN) Señor Presidente, la Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido ha revelado que durante un período de cinco meses del presente año se han vertido 12 millones de metros cúbicos de aguas residuales sin tratar al río Támesis que atraviesa Londres. Esta situación no puede más que empeorar con el aumento de las violentas tormentas causadas por el calentamiento del planeta. Con dichos vertidos no solo se ha provocado la muerte de miles de peces, sino que se han alcanzado también niveles peligrosos de E. coli y otras bacterias patógenas.
Se trata de una cuestión europea, porque esos niveles superan de lejos los límites establecidos por la Unión Europea para las aguas de baño, pero se trata también de una cuestión transfronteriza, porque Thames Water es de propiedad alemana.
El Gobierno británico se niega a aportar el millón y medio de libras esterlinas necesarias para construir un túnel interceptor que detenga esos vertidos. Como ha dicho mi colega en la Cámara de Londres, estas cifras son muy lamentables. La situación es perjudicial para el medio ambiente, perjudicial para la salud humana y negativa para la imagen del Támesis.
Pido a los colegas de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria que persigan este incumplimiento del Derecho comunitario por parte del Gobierno británico y soliciten a la Comisión que lo investigue.
Angelilli (UEN). – (IT) Señor Presidente, creo que lo justo sería que el Parlamento expresara formalmente su horror e indignación por el número de víctimas del ataque terrorista de Taba la semana pasada. Creo que deberíamos enviar un mensaje de solidaridad y nuestras profundas condolencias a las familias de las víctimas, entre las que quisiera recordar especialmente a las dos jóvenes italianas, Jessica y Sabrina, cuyo único delito fue permitirse unas vacaciones que habían esperado con ansiedad tras un año de trabajo.
McAvan (PSE). – (EN) Señor Presidente, quiero recordar a esta Cámara que la semana que viene, del 17 al 24 de octubre, se celebra la Semana de un Solo Mundo. Es una oportunidad para que todos participemos y hagamos algo para luchar contra la pobreza y la injusticia en el mundo.
Una forma práctica de ayudar consiste en comprar productos de comercio justo. El Parlamento ya ha empezado a comprarlos. En Estrasburgo tomamos té de comercio justo, aunque en Bruselas el té sigue siendo Liptons. Quizás los Cuestores podrían tratar esta cuestión de por qué tomamos té de comercio justo en un sitio pero no en otro, y considerar que más podemos hacer en esta Cámara con respecto a la compra de productos de comercio justo. Sería un buen ejemplo para otras administraciones públicas. Espero que apoyen ustedes esta iniciativa.
El Presidente. Muchas gracias, señora McAvan, es muy pertinente su recordatorio.
Protasiewicz (PPE-DE).(PL) Voy a comentar un caso en el que varios Estados miembros han violado los Tratados. Esta Cámara, sin duda, está al tanto de que de conformidad con las disposiciones del Tratado de Adhesión, uno de cuyos signatarios fue la Unión Europea, los empresarios polacos tienen derecho a prestar servicios libremente en todos los Estados miembros. Esta es una de las libertades fundamentales de la UE que no quedó en suspenso a raíz de las negociaciones de adhesión y que todos los ciudadanos polacos pueden disfrutar desde el primer día de pertenencia a la Unión Europea. Los períodos de transición impuestos se aplican solamente a las personas que desean trabajar por cuenta ajena y no a las personas que prestan servicios o emprenden una actividad por cuenta propia. Pero en muchos Estados miembros, proveedores de servicios polacos que cumplimentan pedidos cursados por clientes locales así personas que desean abrir sus propios establecimientos de servicios se han encontrado con requisitos administrativos adicionales que les dificultan el desempeño de tales actividades. Si es preciso puedo dar detalles de los países en los que esto sucede. Por ello creo que deberíamos preguntar a la Comisión Europea qué medidas piensa tomar para examinar estas prácticas e impedir este tipo de acciones que violan los Tratados vigentes.
Agnoletto (GUE/NGL). – (IT) Señor Presidente, quiero llamar la atención del Parlamento sobre un asunto sumamente grave. El jueves, 7 de octubre, el FBI, al amparo de una orden federal, solicitó a Rack Space, un proveedor de servicios de los Estados Unidos, que le entregara el hardware de dos servidores que albergaban todo el material de Indymedia, en otras palabras, el material de docenas de sitios de esta red internacional que trabaja con grupos y asociaciones sin ánimo de lucro. Se entregó todo el material sin que Indymedia pudiese ni siquiera averiguar las razones de esta acción, que fue un auténtico acto de censura.
Creo que el Parlamento Europeo debe defender siempre los espacios de libertad de expresión y debate de todos. Por ello pido que se levanten las drásticas medidas impuestas sobre Indymedia y que, al menos, se indaguen las razones de las mismas.
McGuinness (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, mi comentario se refiere a las declaraciones que se han hecho antes sobre el comercio justo. La Unión Europea está a punto de introducir una reforma del régimen del azúcar que tendrá graves consecuencias para los agricultores europeos y los trabajadores del sector azucarero si sale adelante como está previsto.
Pero hay otras cuestiones más generales en juego aquí. He sido informado de que, en Brasil, el puñado de barones del azúcar que controlan la industria azucarera se están relamiendo a la vista de las reformas que proponemos, mientras que los que mantienen esa industria –los trabajadores y los campesinos sin tierras– viven con el temor y la preocupación de que su situación empeore. No podemos facilitar este proceso. Les insto a que, cuando iniciemos las negociaciones pormenorizadas sobre el azúcar, no solo tengamos en cuenta los aspectos económicos y comerciales, sino también las dimensiones sociales y morales de nuestras decisiones.
El Presidente. El apartado de intervenciones sobre asuntos de importancia política queda cerrado.
3. Balance de la Comisión Prodi
El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede a la declaración del Presidente de la Comisión sobre el balance de la Comisión Prodi.
Prodi, Romano,(IT) Señor Presidente, Señorías, no puedo negar que estoy algo emocionado al presentarme ante ustedes por última vez como Presidente de la Comisión Europea. De hecho, en pocos días llegaremos al final del camino que hemos recorrido juntos durante cinco años. Estos cinco años han estado marcados por grandes cambios políticos e institucionales y por acontecimientos transcendentales en Europa y en todo el mundo.
Quiero comenzar esta reunión recordándoles dónde estaba la Unión Europea en 1999. En el frente institucional había muchos que querían limitar la reforma a los llamados «flecos» de Ámsterdam y que proponían un plan institucional de alcance limitado que, sin duda, no estaba a la altura de los desafíos a que se enfrentaba la Unión. En el adverso clima económico de entonces, la preocupación, las dudas y el escepticismo sobre las posibilidades reales de la introducción del euro eran muy fuertes.
Igual de fuerte era la incertidumbre en torno a la fecha de la ampliación y al número de países que se incluirían en la misma. Muchos presionaban para limitar la ampliación a seis países como máximo. No se había establecido un calendario definitivo ni normas claras y la prensa y la opinión pública expresaban hondos temores. Además se cernía sobre todo el continente la amenaza todavía mayor de la situación de los Balcanes, a falta de una estrategia clara y convincente de la UE en la región. Por último, la Comisión misma estaba en crisis, sacudida por los hechos de 1998 y 1999. Su credibilidad y autoridad se hallaban en su punto más bajo y por ello necesitaba recuperar su imagen procediendo a la primera revisión seria y exhaustiva de su estructura administrativa.
Señorías, ante esta situación, recogimos el guante. En colaboración con ustedes, sacamos adelante un ambicioso plan para Europa. El punto central de este plan, el elemento unificador que impulsó nuestras acciones y les dio coherencia fue la ampliación.
La unificación de Europa, que implicaba la inclusión de diez nuevos países, un calendario claro para los demás países candidatos y perspectivas de la plena integración de todos los países balcánicos, es la mayor contribución que la Unión Europea podía hacer a la estabilización y el desarrollo político, económico y cultural de todo el continente. Para hacer frente al desafío de la ampliación teníamos que encontrar el justo equilibrio. No podíamos ir demasiado despacio y correr el riesgo de perder el impulso a favor de la integración en Europa, que era muy fuerte en los países candidatos. Tampoco podíamos acelerar excesivamente el proceso sin estar seguros de tener el apoyo de los ciudadanos de la Unión.
Por ello seguimos de cerca los procesos de reforma emprendidos en la Europa Central y Oriental y les prestamos todo nuestro apoyo, y al mismo tiempo tuvimos en cuenta las preocupaciones expresadas por los europeos sobre los costes de la ampliación, los movimientos de población, los riesgos medioambientales, la seguridad nuclear y la corrupción. El apoyo público en los nuevos Estados miembros superó todas las expectativas, tal como demostró el éxito de los sucesivos referendos. Hemos probado que la negociación y el diálogo, aunque a veces sean difíciles, complicados y minuciosos, son la única vía democrática para exportar la democracia y la estabilidad.
Al mismo tiempo, la ambiciosa ampliación de la Unión para satisfacer las aspiraciones de libertad, seguridad y democracia de la mitad del continente implicaba que debíamos ser igual de ambiciosos a la hora de abordar la revisión de nuestra estructura institucional. Por ello, primero solos, pero después respaldados por un consenso cada vez mayor, presionamos a favor de reformas que respondieran a la exigencia que suponía la gestión de una Europa de 25 Estados miembros o más. De este modo hemos estado constantemente involucrados en negociaciones en torno a la reforma institucional durante los cinco últimos años, con la aplicación del Tratado de Ámsterdam, la Conferencia de Niza, el rechazo inicial por los irlandeses del nuevo tratado y sus consecuencias, la Convención Europea y el Tratado Constitucional. Gracias a los esfuerzos conjuntos del Parlamento y la Comisión, se estableció finalmente el método de la convención, que mejoró el grado de democracia y transparencia en Europa.
Sin embargo, el escepticismo con que fue recibida esta propuesta, que yo he apoyado desde aquella noche en Niza, era muy profundo. Nunca antes habían chocado como entonces dos visiones de Europa. Por un lado, una Europa fuerte, política, capaz de responder a los desafíos globales a que nos enfrentamos, y por otro una Europa débil, vista únicamente como un espacio de prosperidad, estabilidad y regulación y no como una entidad política real. Por lo demás, Europa ha cambiado notablemente desde los años ochenta y noventa, como han cambiado también las diversas actitudes y políticas de los Gobiernos ante Europa.
En estos años, las alianzas entre los Gobiernos han sido a menudo pragmáticas, arreglos puntuales vinculados a propuestas concretas o a la situación política nacional o internacional del momento; no ha habido grupos de países que hayan presionado de forma continua a favor de una mayor integración. Por nuestra parte, siempre hemos luchado por hacer nuestra Unión más fuerte, más democrática y más eficaz. Lanzamos propuestas sumamente innovadoras –a favor de un Ministro de Asuntos Exteriores de la UE, por ejemplo–, tanto en la Convención Europea como en la Conferencia Intergubernamental subsiguiente.
Ahora hemos llegado al final de la historia. Dentro de unos días se firmará en Roma el Tratado Constitucional. Este será, sin duda, un acontecimiento muy significativo para Europa, que traerá más democracia, simplicidad y transparencia, aunque encierre otros aspectos menos satisfactorios, como por ejemplo los supuestos en los que todavía se requiere la unanimidad. Es una historia en la que todos nosotros, y especialmente ustedes, los diputados al Parlamento Europeo, han desempeñado un papel destacado.
Señorías, he hablado de ampliación, reforma institucional y políticas de crecimiento y paz: nada de esto habría sido posible si mientras estábamos trabajando en todos estos ámbitos no hubiéramos restablecido el orden, la fuerza, el prestigio y el orgullo de nuestra propia institución, la Comisión Europea. De hecho, no puede haber cambios sin una reforma global de las estructuras y del aparato administrativo. Los primeros efectos positivos se empiezan a sentir en varios sectores como el control financiero descentralizado y los programas de ayuda externa.
Pero por encima de todo, las reformas contenían mensajes políticos firmes y habían sido concebidas para recuperar la legitimidad, independencia y eficacia de la Comisión. Basta mencionar el sistema de rotación de los directores generales, tras muchos años en los que ciertas direcciones generales habían sido asignadas regularmente a funcionarios de la misma nacionalidad; o las normas de nacionalidad para los Comisarios y su personal, o, finalmente, la decisión de acercar los Comisarios a los departamentos que controlan.
Sin embargo, hay, por encima de todo, un elemento que ha caracterizado a mi Comisión y del que estoy especialmente orgulloso: su carácter colegiado. He podido confiar en un equipo muy conjuntado y altamente profesional, cuyos miembros han cooperado en gran armonía. Algunos miembros de esta Comisión ocupan hoy puestos importantes en sus Gobiernos y Parlamentos nacionales. Creo que se trata también de signos visibles de la renovación y el crecimiento de la institución que he tenido el honor de presidir durante más de cinco años. Asimismo estoy seguro de que la Comisión se fortalecerá todavía más bajo la presidencia de José Manuel Barroso, a quien deseo toda clase de venturas.
Señor Presidente, Señorías, el proceso de unificación de nuestro continente nos ofrece una gran oportunidad para extender la estabilidad y la prosperidad de la Unión por toda la región que la rodea. Por ello no nos hemos limitado a trasladar la línea divisoria, el “muro”, unos centenares de kilómetros más al este o al sur. Durante años ha habido conversaciones sobre las fronteras de Europa, pero nunca se ha presentado una propuesta de trabajo. Ahora hemos propuesto una nueva visión de las fronteras de la Unión a través de nuestra política de vecindad, que pretende establecer una verdadera relación especial con todo el abanico de países que van desde Rusia hasta Marruecos. La propia Constitución Europea reconoce la necesidad, que nosotros subrayamos, de establecer una nueva relación entre la Unión y nuestros países vecinos.
En un momento en que todos hablan de un «choque de civilizaciones», aunque estoy convencido de que es sobre todo un «choque de ignorancia», hemos dado un gran impulso al diálogo intercultural y la comprensión mutua, particularmente en la zona euromediterránea. Hablando del Mediterráneo, recuerdo muy bien la feroz crítica de que fui objeto cuando quise abrir la Libia del coronel Gaddafi. Ahora, dos días después del levantamiento de las sanciones contra Libia, aquel momento parece muy lejano. Han sido solamente cuatro años, pero cuatro años de trabajo discreto, constante, intenso que nos han permitido introducir cambios importantes en ese país y han preparado el camino para la readmisión de Libia en la comunidad internacional.
Señor Presidente, Señorías, en todos estos años siempre nos hemos expresado clara y firmemente a favor del multilateralismo. Más gobernanza mundial y regional, mayor colaboración con las Naciones Unidas y menos disparidad entre el Norte y el Sur, estos han sido los objetivos que han inspirado nuestras acciones. No solo hemos «hablado» de multilateralismo: lo hemos puesto en práctica para lograr nuestros objetivos y nuestras opciones políticas.
Permítanme mencionar tan solo unos pocos ejemplos. Hemos vinculado el objetivo de la liberalización del comercio a la necesidad de tener más en cuenta las legítimas demandas de la sociedad civil y los países en desarrollo. Hemos desempeñado un papel central en la ampliación de la Organización Mundial del Comercio para fomentar una gobernanza mundial más efectiva. Hemos concebido nuestros programas de cooperación y desarrollo y nuestros programas humanitarios sobre todo con ánimo de reducir la pobreza. Hemos fortalecido nuestros vínculos con otras regiones del mundo, como Latinoamérica o Asia, y hemos prestado ayuda en nuevos procesos de integración regional como la Unión Africana.
Finalmente, hemos hecho una contribución real al fortalecimiento de la relación transatlántica. Después de la guerra de Iraq, muchos afirmaron que el abismo entre los dos continentes ya era insalvable. Nunca di crédito a este tipo de ideas, pues estoy seguro de que en los ámbitos en los que Europa tiene su propia identidad y no está paralizada por los vetos nacionales, puede obtener resultados significativos trabajando junto con Washington, en pie de igualdad. Por ello hemos colaborado ardua y efectivamente con nuestros socios estadounidenses en asuntos prácticos de gran importancia, tanto en el ámbito de la seguridad y la lucha contra el terrorismo como en determinadas partes del mundo, como los Balcanes. Lo he dicho antes y lo repito: en este mundo difícil, a veces trágico, Europa, y solo Europa, ha sido capaz de exportar democracia.
En el campo económico, el euro ha sido sin duda la estrella de nuestro mandato. Desde el principio, el euro iba a ser la piedra angular de la nueva Europa. Por ello, desde el principio, consideramos el euro como un gran proyecto político, no solamente económico; un proyecto para líderes políticos y no solamente para banqueros centrales; un proyecto que requería visión, autoridad y coordinación. Durante todo nuestro mandato hemos insistido en la necesidad de una gobernanza económica más fuerte, porque el coste para Europa de la falta de unidad en este terreno es todavía demasiado alto.
Con este fin hemos elaborado varias propuestas para adaptar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento a las nuevas necesidades y a la nueva realidad económica, y hemos abierto finalmente un debate que varios interesados habían solicitado pero ninguno había tenido el coraje de iniciar. Tengo que admitir que sonreí cuando después de toda la crítica a mi posición un diario francés muy conocido escribió que las recientes propuestas de la Comisión habían hecho el pacto «más inteligente».
Después hemos contribuido de forma continua a la Estrategia de Lisboa y hemos avanzado las diversas propuestas necesarias para lograr nuestro objetivo de hacer de la Unión la economía más competitiva y dinámica del mundo de aquí al 2010. Por citar solo algunos ejemplos, pensemos en el Espacio Europeo de Investigación, la insistencia en la innovación por parte de las empresas y en la sociedad de la información, los nuevos programas de aprendizaje permanente en la enseñanza y la formación y la apertura de nuestras universidades al mundo. La reforma de la propia política de competencia es una de nuestras contribuciones más significativas a la mejora de nuestra competitividad.
En el campo social, la Agenda de Política Social ha sido el marco de referencia para toda una serie de medidas en el terreno del empleo, la seguridad social, la salud y seguridad en el puesto de trabajo, la igualdad de oportunidades y la integración social. Sin embargo, debemos ser sinceros y admitir que muchos objetivos en este campo no se han alcanzado. Sobre todo, no hemos logrado los objetivos para los que no pudimos recurrir al método comunitario y que quedaron postergados debido al requisito de la unanimidad. Uno de los ejemplos más reveladores es quizás el de las dificultades que encontramos con la patente comunitaria, que quedó aparcada repetidamente por razones lingüísticas. Si los Estados miembros no aprenden a comportarse de otra forma, la estrategia de Lisboa estará en peligro.
Además, están los resultados que hemos obtenido y las propuestas que hemos presentado para crear el espacio de libertad, seguridad y justicia, para mejorar la protección medioambiental, para los sectores de la energía y el transporte y para fortalecer la salud y la protección del consumidor. Por ejemplo, tenemos la aplicación de la agenda de Tampere y los esfuerzos que se hicieron para responder a los nuevos desafíos del terrorismo internacional después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Tenemos la estrategia de desarrollo sostenible de Gotemburgo, la Cumbre de Johanesburgo y la acción de Europa para sacar adelante el Protocolo de Kioto, que ahora parece estar en condiciones de producir sus resultados finales. En estos ámbitos hemos estado realmente a la cabeza del mundo y hemos demostrado en términos prácticos cómo la intervención de Europa puede generar valor añadido en un contexto multilateral.
Hemos combinado decisiones estratégicas de enorme significación para el futuro de Europa, como el sistema europeo de navegación por satélite, Galileo, o la estrategia global a favor del «cielo único europeo», con respuestas rápidas en situaciones de emergencia como los naufragios del Erika en 1999 y del Prestige en 2002.
Al inicio de nuestro mandato había otro sector en que era esencial restaurar la confianza del consumidor tras la crisis de las «vacas locas»: el sector alimentario. Respondimos con la estrategia integrada «del prado al plato», junto a medidas como la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria. La reforma de la propia política agrícola común está destinada a responder a los nuevos desafíos a escala nacional y mundial, con vistas a una estrategia más sostenible que tenga más en cuenta el desarrollo rural.
Finalmente, hemos impulsado nuestro proyecto político –nuestra visión– de la Europa posterior a la ampliación, con nuestras propuestas sobre las nuevas perspectivas financieras. Este es un proyecto político destinado a crear una auténtica ciudadanía europea, un proyecto a favor de una Unión de extensión ya continental que debe asumir nuevas responsabilidades para con sus ciudadanos, asumir sus propias responsabilidades en la escena internacional. Esta ha sido también nuestra ambición: hacer de Europa un protagonista de la escena mundial, lograr que Europa haga oír su voz e impulsar la creación de un mundo de paz, seguridad y desarrollo equilibrado.
Señor Presidente, Señorías, quisiera concluir mencionando una cuestión final que creo que debe anotarse en el haber de esta Comisión y del Parlamento Europeo. Se trata de la elaboración del acuerdo general entre nuestras dos instituciones para todo el periodo de nuestros mandatos. El acuerdo ha reforzado nuestras iniciativas compartidas, como la práctica de priorizar la notificación formal al Parlamento de las grandes iniciativas de la Comisión. Estos acuerdos han fortalecido el papel político entre la Comisión y la base de su legitimidad democrática, que en gran medida reside en el Parlamento Europeo. Esto es sin duda un avance de la democracia que aprecio mucho y por el que les estoy muy agradecido.
Por último, deseo resaltar el gran entendimiento entre el Parlamento y la Comisión en asuntos legislativos. Los conflictos entre nosotros pueden contarse con los dedos de una mano. Deberíamos estar encantados: es uno de los grandes méritos del procedimiento de codecisión y muestra lo bien que lo han aplicado las tres instituciones implicadas. Al final de estos cinco años, me complace ver cómo se han desarrollado relaciones constructivas entre la Comisión y el Parlamento. Espero y creo que seguirán así en el futuro.
En este caso, significaría que la Comisión saliente no solamente ha desarrollado buenas relaciones con el Parlamento, sino que también ha sentado las bases de un mayor fortalecimiento de la democracia en Europa. De hecho, estoy firmemente convencido de la necesidad de tener más Europa y más «Unión» en Europa. Debemos comprometernos plenamente con el proyecto político europeo y llevarlo adelante con fuerza, convicción y coraje. Esto es lo que hemos hecho durante estos años y les estoy muy agradecido por la ayuda y el apoyo que sus Señorías nunca se negaron a darnos.
El Presidente. Muchas gracias, señor Prodi. Antes de dar la palabra a los portavoces de los grupos políticos, quisiera –en nombre del Parlamento y en el mío propio– agradecer sus trabajos al frente de la Comisión, recordando que usted asumió sus funciones en momentos especialmente difíciles en la historia de Europa y que cinco años después –cuando deja sus funciones– Europa ha vivido algunas transformaciones históricas. Sí, realmente históricas. Esta es, sin retórica, la palabra adecuada para expresar lo que ha ocurrido en Europa durante su mandato.
La aplicación efectiva del euro, la aplicación efectiva de la Unión Monetaria –tanto tiempo soñada y que tanto trabajo ha costado hacer realidad– llevará el nombre de la "Comisión Prodi". La mayor ampliación de la Unión Europea – que seguramente nunca se repetirá– también se ha llevado a cabo bajo su Presidencia. Esta es una de las transformaciones estructurales de Europa que la historia asociará a su nombre y a la Comisión que usted ha presidido, y también su participación rica e intensa en los trabajos de la Constitución que será sometida a referéndum.
Solo por citar estos tres temas, señor Prodi, se va usted de la Presidencia de la Comisión con las alforjas llenas. Llenas de activos, de activos políticos profundamente transformadores de la realidad europea e impulsores de su unidad.
Mis predecesores me han dicho que siempre ha escuchado al Parlamento Europeo, que siempre han encontrado en usted un oído atento. Aunque quizás no siempre han seguido sus consejos, por lo menos siempre ha distinguido usted a los parlamentarios con su amabilidad y su permanente accesibilidad. Y, sobre todo y ante todo, con su compromiso europeo. Fue por ese compromiso con Europa –ampliamente reconocido– por el que usted accedió a la Presidencia de la Comisión. Puede usted sentirse satisfecho sobre todo porque, al dejarla, ese compromiso con Europa es aún mucho más reconocido que ayer.
(Aplausos)
Poettering (PPE-DE).–(DE) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, Señorías, este es un debate importante, que merece que esté presente la Presidencia del Consejo y también que asista la Comisión en pleno. En el futuro me gustaría que asistiera el conjunto de la Comisión al Pleno no solamente cuando pida nuestro voto de confianza, sino también a la hora de evaluar resultados, de los que depende también nuestro futuro. Me hubiese gustado ver hoy tanto a la Comisión como al Consejo plenamente representados.
Esta Comisión, bajo la presidencia de Romano Prodi, tuvo –como es habitual en la vida humana y política– sus luces y sus sombras. En términos de comunicación, nuestro papel es dual: por una parte somos aliados de la Comisión, porque defendemos el modelo comunitario, pero también estamos aquí para controlarla y estamos decididos a seguir haciéndolo en el futuro. Estoy de acuerdo con el Presidente de la Comisión saliente cuando dice que el Acuerdo Interinstitucional ha fortalecido la democracia y el enfoque parlamentario, y entendemos que la nueva Comisión también está vinculada por lo que hemos acordado con la Comisión encabezada por el señor Prodi.
En un aspecto histórico, el de la ampliación, juntos hemos obtenido grandes logros. Nuestro Grupo siempre ha sido una fuerza motriz de la incorporación de pleno derecho de los países de Europa Central, así como de Malta y Chipre, y el hecho de que a raíz de las últimas elecciones al Parlamento Europeo de junio, los diputados de los diez nuevos países puedan participar en este debate en nuestra Cámara, es algo de lo que todos podemos estar orgullosos.
El presidente de la Comisión saliente ha utilizado el término «inteligente» en relación con algo que él calificó una vez de estúpido, concretamente los criterios de Maastricht. Seguimos pensando que esta manifestación, este comentario de Romano Prodi no fue muy feliz. Sin embargo, apreciamos mucho el trabajo del Comisario saliente que tenía la responsabilidad de los asuntos monetarios –no quiero citar nombres, pues si lo hiciese, me vería obligado a hacerlo en muchos otros casos–, y la forma en que el ex Comisario defendió la estabilidad de la moneda europea. Espero que el nuevo Comisario responsable de este ámbito y, de hecho, la nueva Comisión en su conjunto, defenderán el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y la estabilidad monetaria de Europa.
No quedamos precisamente satisfechos con las propuestas sobre la política de productos químicos, con la que tendremos que bregar durante los próximos meses y posiblemente durante los próximos años. Sin querer entrar en detalles, diría que es importante que permitamos a esta nuestra Europa competir en vez de buscar una política que llevará a una Europa desindustrializada y a la pérdida de empleos. Necesitamos un equilibrio razonable entre ecología y economía, y la mejor política social es la creación de empleo y el mantenimiento de los empleos existentes. Por ello, quizás fue un error por parte tanto de esta Cámara como también, y en particular, de la Comisión que los objetivos que fijamos en el marco de la estrategia de Lisboa fueran insuficientemente ambiciosos y demasiado difusos. Al completar el mercado interior teníamos metas definidas y fechas fijas y lo que deberíamos aprender todos de esto para el futuro es que si queremos hacer que Europa sea más competitiva, debemos establecer metas estratégicas y también fechas fijas, para que Europa se más capaz de competir.
Las despedidas, por supuesto, siempre acarrean alguna pena, y permítame decirle, señor Prodi, en su calidad de Presidente de la Comisión, que usted conoce en qué alta estima tengo a su persona y no sería sincero si no dijese hoy que considero lamentable que haya dado usted prioridad en los últimos meses –podríamos decir que en los últimos dieciocho meses o en los últimos dos años– a la política nacional italiana. Hubiese preferido que concentrase todos sus esfuerzos en la política europea y en su labor como Presidente de la Comisión. Sin embargo, con todo quisiera que nos separemos con ánimo positivo. Quisiera dar las gracias a todos, y si pretendiera destacar en particular a uno de ustedes, sería la señora De Palacio, quien, en su calidad de Vicepresidente de la Comisión, ha sido responsable de las relaciones con el Parlamento Europeo. Sin embargo, quiero dar las gracias a todos los miembros de la Comisión por su compromiso y desearles a todos lo mejor. Al decir esto no me refiero directamente a los compromisos políticos personales de todos ellos, sino que personalmente les deseo lo mejor, y doy por hecho que la Comisión en su conjunto quiso hacerlo lo mejor posible en bien de esta nuestra Europa como comunidad, y esto es lo que nosotros, la Comisión y el Parlamento juntos, debemos seguir haciendo, así que muchas gracias y mis mejores deseos para todos ustedes.
(Aplausos)
Schulz (PSE).–(DE) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, en nombre de mi Grupo quiero agradecerle la labor que usted, junto con toda la Comisión, ha hecho en favor de la Unión Europea durante los cinco últimos años. Tanto el Presidente de la Cámara como el señor Poettering han enumerado ya una serie de hitos de su legislatura. Asumió usted su cargo en un momento difícil; las relaciones entre el Parlamento y la Comisión eran tensas después de la caída de la Comisión encabezada por Jacques Santer. Logró usted la distensión y lo hizo saliendo al encuentro del Parlamento, por la forma en que usted, con su conducta personal como Presidente de la Comisión, y también la de toda su Comisión, dejó claro el respeto que, dentro del marco interinstitucional, les infundía esta Cámara como órgano representativo de los pueblos de Europa. Por ello le estamos agradecidos, porque con ello ha marcado un hito en la historia de la Unión Europea. Su sucesor será juzgado según el listón que usted ha fijado en sus relaciones con esta Cámara. Nadie que en calidad de Presidente de la Comisión desee disfrutar de la confianza de esta Cámara podrá hacer menos de lo que ha hecho Romano Prodi.
(Aplausos)
Hay algo más, señor Presidente de la Comisión, de lo que puede usted estar orgulloso y por lo que le estamos muy agradecidos. En un período muy difícil para la política europea e internacional de Europa, usted asumió una posición a la que quiero referirme una vez más. Aquí, en esta Cámara, el Presidente Prodi declaró que el uso de las armas debe ser siempre y exclusivamente el último recurso, que solo se puede recurrir a las armas una vez se han agotado todas las alternativas y todos los instrumentos políticos y que las Naciones Unidas es el único foro en el que tales decisiones pueden tomarse legítimamente. Afirmó que las consecuencias de la guerra serían desastrosas e incalculables. El discurso que pronunció usted aquel día fue un discurso visionario. En lo que se refiere a la «guerra equivocada» contra Iraq, usted, en su calidad de Presidente de la Comisión Europea, sacó a las conclusiones acertadas y lo digo con gratitud en nombre de todo nuestro Grupo.
(Aplausos)
Ya se ha hecho referencia a la introducción del euro. Su campaña y la de sus Comisarios en favor de la Constitución –una campaña que sigue su curso, pues puede que se firme en Roma el 29 de octubre, pero eso no significa que esté ratificada–, esta campaña fue una causa que usted apoyó. Asimismo, cuando se produjo la ampliación, usted y el Comisario Verheugen, a quien quiero mencionar, trabajaron de forma ejemplar. Creo que sopesando las cosas, Romano Prodi puede mirar atrás con orgullo sobre una legislatura en la que, como siempre, hubo logros y flaquezas que no queremos pasar por alto. Nosotros, los socialistas, también hemos tenido de vez en cuando motivos para expresar nuestras críticas, y cuando comparo el discurso del señor Poettering al comienzo de su legislatura con el que ha pronunciado hoy, la euforia se ha atenuado un poco durante estos cinco años, pero las cosas son así en la vida política.
Señor Prodi, ahora usted regresa a Italia y todavía no ha tomado una decisión definitiva sobre lo que quiere hacer allí y lo que realmente hará. Pero permítame decirle, en nombre del Grupo Socialista, que, al margen de lo que decida –y espero que tome la decisión correcta–, el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo le apoyará en esa decisión, no solo con el pensamiento y el corazón, sino también con voluntad política. Muchas, muchas gracias por la cooperación durante los cinco últimos años.
(Aplausos)
Watson (ALDE). – (EN) Señor Presidente, señor Prodi, hace cinco años y un mes usted se dirigió a esta Cámara como el Presidente designado de una nueva Comisión. En aquella ocasión nos dijo que quería una Europa al servicio de los ciudadanos europeos. Los Liberales y Demócratas le apoyaron entonces, y tras cinco años agotadores, le volvemos a apoyar.
Los Liberales y Demócratas creemos que, con la perspectiva del tiempo, resaltarán algunos de los logros de la Comisión Prodi. Su Comisión puso en marcha la Agenda de Lisboa e introdujo el euro. Su Comisión empezó a trabajar en la reforma interna. Fue la que hizo posible la ampliación de Europa de 15 a 25 Estados. Su Comisión introdujo a Europa en el mundo de la seguridad europea común contra el terror.
Usted heredó una Comisión muy dañada por los escándalos. Prometió a esta Cámara que pondría orden dentro de la Comisión. Esa labor no ha terminado, pero el Comisario Kinnock ha tomado valientemente su relevo y usted deja atrás una Comisión en que la reforma ha entrado con pie firme. En el marco de ese proceso, usted ha tratado de conseguir una relación abierta, productiva y respetuosa de la Comisión con esta Cámara. Su sucesor hará bien en imitarle.
Su Comisión heredó una Europa que buscaba el camino para la reforma económica. Deja usted una Europa que encontró ese camino en Lisboa, por mucha vacilación con que lo hayamos recorrido. Al servicio de la Agenda de Lisboa, su Comisión ha sido una prolífica fuente de legislación inteligente, inventiva y reformista en el ámbito del mercado único. Los Liberales y Demócratas reconocemos y rendimos homenaje a la excepcional impronta personal del Comisario Bolkestein en ese trabajo. En particular, la introducción del euro, la mayor operación logística lanzada en Europa en 60 años, ha sido todo un triunfo práctico y político.
Los Liberales y Demócratas creemos que no hemos llegado suficientemente lejos en el camino de la reforma económica, ni hemos conseguido todo lo que podríamos haber conseguido. Pero si Europa tiene pocas posibilidades de conseguir los objetivos de Lisboa, la culpa no es de la Comisión por no establecer reglas, sino de los Estados miembros por no respetarlas en muchos casos. La Agenda de Lisboa se ha subordinado con demasiada frecuencia a la Agenda de París, a la Agenda de Berlín o a la Agenda de Londres.
Su Comisión heredó en 1989 una Europa abatida pero esperanzada, todavía dividida por una línea trazada entre Trieste y Gdansk. Hoy esa línea ha desaparecido, barrida por una ampliación histórica cuyo mérito esta Comisión tiene todo el derecho a atribuirse. Reconocemos su trabajo, y el trabajo del Comisario Verheugen, así como el trabajo de cientos de empleados de la Comisión que con su entrega permitieron remontar el vuelo.
Señor Prodi, ¡en mi país los políticos suelen verse en problemas cuando tienen escaramuzas con el sexo contrario! Recuerdo dos que tuvo usted: Penélope y Marta. No tardó mucho en vencer a la primera, y celebro ver hoy que por fin consiguió deshacerse de la segunda.
La Alianza de Liberales y Demócratas para Europa está convencida de que la Comisión Prodi ha cumplido los compromisos que contrajo con esta Cámara hace cinco años. Algunos utilizarán hoy el manido argumento de que usted ha mostrado más interés por la política italiana que por la presidencia de la Comisión Europea. No sé cómo puede alguien analizar los logros de esta Comisión y luego insistir en que usted tenía solo un pie en Bruselas.
Se ha dicho que el emperador Augusto de Roma –otro italiano con un destino europeo– heredó una ciudad de ladrillos y dejó una ciudad de mármol. Los Liberales y Demócratas creemos que, habiendo recibido una ciudad de ladrillos, su Comisión deja una Europa más grande, mejor y más sabia. Puedo resumirlo todo en una palabra italiana, señor Prodi: ¡Bravo!
(Aplausos)
Frassoni (Verts/ALE).–(IT) Señor Presidente, señor Prodi, durante los cinco últimos años sus relaciones con el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea ha pasado por momentos buenos y momentos difíciles, como es natural, pero permítame decir que, a la luz de las audiencias de estas semanas, estoy seguro –o más bien debería decir que me temo– de que muchos de nosotros vamos a echar de menos a su Comisión, particularmente a algunos de sus miembros, y esto no son buenas noticias ni para Europa ni para nosotros.
Reconocemos el hecho de que durante la reforma de la Unión Europea y el trabajo de la Convención, usted y su Comisión han sido capaces de marcar un rumbo correcto hacia el fortalecimiento y la democratización de la Unión Europea, incluso en medio de ataques no solo contra usted personalmente, sino también contra la existencia misma de una institución autónoma y auténticamente europea como la suya. Debo decir, y en esto estoy de acuerdo con el señor Schultz, que su posición sobre Iraq también ha sido clara y que estábamos de acuerdo con ella.
Sin embargo, esto no ayudó a evitar la guerra, porque la Unión Europea en su conjunto se negó una vez más a hablar con una sola voz y a organizarse de modo que fuese capaz de hablar con una sola voz sobre los temas de la guerra y la paz.
También reconocemos el hecho de que su Comisión pudo resistir las presiones de aquellos Gobiernos, que solo puedo calificar de miserables y miopes, que piensan que pueden hacer progresar a Europa manteniendo su presupuesto por debajo del 1 %. Esperemos que su sucesor sepa mantener una postura firme en este punto.
Su Comisión, como ya se ha dicho, es la Comisión de la ampliación, y en este contexto reconocemos también el enorme trabajo que se ha hecho para preparar las futuras ampliaciones, particularmente con respecto a Turquía. Sin embargo, no le ocultaré nuestra decepción por el fracaso a la hora de resolver el asunto de Chipre, teniendo en cuenta que llevábamos mucho tiempo pidiendo una iniciativa más firme por parte de la Comisión, que lamentablemente no llegó.
Hemos acogido con agrado su liderazgo y el de la mayoría de su Comisión –no al completo, por desgracia, y aquí me refiero particularmente a la Comisaria De Palacio– en el asunto del protocolo de Kioto y el cambio climático en general. Naturalmente nos habría gustado mucho que la Comisión hubiera propuesto también un Pacto de Estabilidad sobre el cambio climático, un plan honesto con números claros y sanciones. Esto no sucedió, pero esperamos poder lograrlo en el futuro.
Con respecto al Pacto de Estabilidad, como usted ya sabe y sin duda recuerda, nosotros le apoyamos firmemente cuando lo calificó de estúpido. Pero no hubo ninguna iniciativa inmediata. Estamos de acuerdo y bastante satisfechos con la propuesta que ha presentado su Comisión en relación con este tema, pero ha llegado demasiado tarde, tras una grave crisis en el seno de la Unión Europea.
En al menos tres cuestiones, sin embargo, nos hemos encontrado en lados opuestos. Lo lamentamos y esperamos convencerle no solo a usted, sino también a su sucesor. La primera cuestión en la que hubo un conflicto serio con nuestro Grupo fue indudablemente la de los organismos modificados genéticamente: fue un error levantar la moratoria y creo que los ciudadanos de la UE son conscientes de ello. Además, en lo que respecta a la cuestión de la energía y el medio ambiente, se ha hecho muy poco con vistas a aumentar el peso de las energías renovables, que en estos últimos cinco años han seguido siendo un poco la Cenicienta del debate. Finalmente, señor Presidente, el asunto del registro de los nombres de pasajeros. En nuestra opinión fue un grave error por parte de la Comisión concentrarse en un procedimiento que de forma definitiva y clara excluía al Parlamento de la participación en un asunto que afecta directamente a los derechos de los ciudadanos. Esperemos ya no tengamos que tratar más con una Comisión que crea que el Parlamento no debe decir nada en estos asuntos.
Wurtz (GUE/NGL).–(FR) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, evaluar en tres minutos el trabajo hecho durante cinco años por la Comisión es como intentar la cuadratura del círculo. Por eso me contentaré con señalar unos pocos aspectos sobresalientes que en nuestra opinión ilustran amplias tendencias que han caracterizado y todavía caracterizan la acción del ejecutivo de la UE y a la UE en general.
Que quede claro que no pretendo poner en entredicho a ningún individuo. Estoy cuestionando una política. Por encima de las divisiones políticas y nacionales, la Comisión actual cuenta con personalidades brillantes, desde el señor Lamy hasta el señor Patten. El problema está en el rumbo que se ha tomado.
El primer ejemplo de ello es la agenda de Lisboa. Cuatro años después de la adopción de lo que el Consejo Europeo llamó un nuevo objetivo estratégico para la década, ¿dónde estamos? Una de las ambiciones proclamadas, diría yo, era conseguir el pleno empleo, mientras que las cifras de la propia Comisión indican ahora que por primera vez en diez años estamos destruyendo más empleos que los que estamos creando. La otra ambición era la creación de la economía basada en el conocimiento más dinámica del mundo, mientras que la Comisión reconoce un descenso general de la inversión en ámbitos clave como la investigación, la educación y la formación. Una cifra citada por la Comisión nos produce verdaderos escalofríos: más del 17 % de los adolescentes europeos de quince años de edad no poseen las aptitudes mínimas exigibles de lectura, escritura y aritmética. Uno podría haber esperado como mínimo que se formulasen algunas preguntas iniciales y se planteara algún atisbo de duda sobre el interés del precipitado vuelo hacia el liberalismo de los últimos años, de los que estos fracasos pueden ser el precio a pagar. No, la pregunta nunca se ha formulado. Durante la crisis, la ola liberal sigue arrasando y no deja de crecer.
El segundo ejemplo es el programa Tampere 1999, en particular la política europea de asilo y migración. Lo que los defensores de los derechos humanos han llamado la Fortaleza Europa ¿ha dado resultados satisfactorios en lo relativo al tan cacareado control de los flujos migratorios? No, la repetición de los dramas a lo largo de la costa siciliana es testimonio de ello. ¿Hay por tanto voluntad de resolver los problemas desde el otro extremo, es decir, cambiando las reglas despiadadas de la economía mundial en un intento de frenar en origen estas migraciones motivadas por la necesidad de sobrevivir? Decididamente no. Haciendo caso omiso de los problemas éticos, humanitarios y legales, la Comisión lanza proyectos piloto encaminados a establecer centros de detención en la costa meridional del Mediterráneo, destinado a los refugiados interceptados en el mar. ¿Cuál será el próximo paso?
El último ejemplo son las relaciones transatlánticas. Después del 11 de septiembre había arraigado la idea de que nuestra expresión de solidaridad con el pueblo norteamericano no debía significar una aceptación dócil de las ideas de sus líderes en materia de seguridad internacional. «Aliados pero no alineados» era el mensaje. Eso no impidió a la Comisión declarar al Presidente Bush en la cumbre transatlántica de junio de 2003, es decir, después del inicio de la guerra de Iraq, que cuando Europa y los Estados Unidos están unidos, ningún enemigo puede hacernos frente. El caso es que la historia no ha confirmado desde entonces esta atrevida sinopsis. ¿Qué lección pública se ha extraído, sin embargo, de este giro de los acontecimientos? Ese es el problema, señor Presidente. Nunca se discuten opciones alternativas. Como dicen, sin novedad en el frente. Es hora de que cunda algún espíritu crítico en nuestras instituciones, pues las contradicciones son un motor del progreso.
(Aplausos)
Giertych (IND/DEM).(PL) Señor Presidente, no se puede negar el hecho de que la forma en que la Comisión Europea saliente actuó con respecto a los nuevos miembros de la UE fue extraordinariamente injusta. Todas las ampliaciones anteriores de la UE se realizaron de acuerdo con el principio de que las mismas condiciones que se aplicaban a los países que ya formaban parte de la UE debían aplicarse a los nuevos miembros. Este era el caso no solo de países como Grecia, Portugal e Irlanda, que tenían rentas nacionales tan bajas como Polonia, pero que tenían economías de mercado y se encontraban por tanto en condiciones de sacar ventaja rápidamente de los mecanismos de la UE. También fue el caso de la Alemania del Este, que al igual que Polonia tenía que someterse a una metamorfosis política. Desde el día de su ingreso en la UE, la República Democrática Alemana recibió subvenciones agrícolas equivalentes al 100 % de las que se pagaba a los agricultores de Alemania Occidental, así como cuotas de producción que igualaban el consumo. Las condiciones en las que se aceptó a Polonia y los demás países del bloque oriental fueron mucho peores, además de ser injustas. Esta injusticia seguirá siendo la tarjeta de visita del trabajo de su Comisión, señor Prodi. La UE fiscaliza la democracia en varios países de fuera de la UE que no tienen la mínima oportunidad de ingresar en ella, y sin embargo le falta el valor para examinar si los referendos sobre la adhesión a la UE se realizaron de forma democrática y si se otorgó el mismo tiempo en los medios de comunicación tanto a los que apoyaban como a los que rechazaban la adhesión. Lamentablemente no se vio ni igualdad ni democracia, y la UE prefirió ignorar este hecho. Esta es otra injusticia que caracteriza el mandato de la Comisión saliente y hay más causas de insatisfacción con el trabajo realizado por la Comisión bajo su presidencia. Durante este tiempo se presentó el proyecto de Constitución y el apoyo de la Comisión a este proyecto significa que la UE se encamina rápidamente a su conversión en un Estado único. Se habla del principio de subsidiariedad, pero al mismo tiempo se priva a los Estados miembros de competencias en materias que podrían regular perfectamente solos. Poco a poco se establecen planes para la creación de un ejército de la UE, una política exterior única, una moneda común, legislación común y jurisdicción común. La Comisión se está convirtiendo gradualmente en un Gobierno europeo y sin embargo no existe un consenso para que esto suceda.
Muscardini (UEN).–(IT) Señor Presidente, en el inicio de su mandato votamos a favor con la esperanza de que se resolvieran ciertos asuntos espinosos pero cruciales. Lamentablemente, a día de hoy muchos de ellos todavía están por resolver. La Comisión, junto con el Consejo, no ha logrado que la implantación del euro resultara menos costosa para los ciudadanos, y hasta el otro día no se habían establecido los criterios del Sistema de Preferencias Generalizadas, dejando abierto durante años por venir el problema del justo desarrollo y la cooperación entre Europa y los países más pobres.
La Autoridad de Seguridad Alimentaria de que hablamos al inicio de su mandato se ha quedado parcialmente sobre el papel y el Consejo también tiene alguna responsabilidad en ello: es decir, no está en marcha, como habíamos prometido. Además, las medidas para combatir la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos se han abordado, digamos, de forma marginal; la lucha contra el terrorismo no ha sido una prioridad real, a pesar de los signos que incluso antes del 11 de septiembre evidenciaban que había necesidad de una acción política y organizativa más enérgica.
Por ejemplo, se nos ignoró cada vez que recalcábamos la necesidad de regular la tecnología de la información, al menos para los países de la UE, con el resultado de que hoy el terrorismo internacional se ha convertido también en terrorismo de los medios de comunicación. De hecho ha aprendido cómo usar las nuevas tecnologías contra nosotros, cuando estas deberían usarse no solo para lograr objetivos económicos, sino también para difundir los principios de libertad, democracia y derechos humanos. Hay normas para la prensa, la televisión, los medios impresos, pero no para Internet, y esto es un problema no resuelto. Estas son solo algunas de las deficiencias que han quedado sin resolver durante los últimos años.
Han sido, por supuesto, años de una gran innovación positiva: Desde el euro hasta la reunificación europea y el Tratado Constitucional, y damos las gracias a la Comisión en su conjunto y a usted, señor Presidente, por haber obrado en pro de estos objetivos. Lamentablemente, sin embargo, no ha logrado dar a Europa el cambio que los ciudadanos pedían, a saber, más subsidiariedad, menos burocracia y más política.
Además, como italianos lamentamos el hecho, señor Presidente, de que en los últimos tiempos no se ha mantenido usted al margen de las maniobras políticas de partido mientras seguía desempeñando sus tareas, y ha suscitado críticas a su persona desde muchos lados. Como atestiguan las actas de esta Cámara, hemos intentado en muchas ocasiones apoyar y defender a la Comisión frente a las críticas de que fue objeto al inicio de su mandato. Ahora, sin embargo, nos hemos quedado compuestos y sin novia a causa de su doble papel de Presidente de la Comisión en Bruselas y de líder del centro izquierda en Italia.
Czarnecki, Ryszard (NI).(PL) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, todavía recuerdo mi primer encuentro con el señor Prodi, el entonces Primer Ministro de Italia, en Roma hace seis años. Esa reunión tuvo lugar durante una visita oficial del señor Buzek, quien a la sazón era Primer Ministro de Polonia y ahora es diputado al Parlamento Europeo. Yo acompañé al señor Buzek en mi calidad de Ministro de Asuntos Europeos. Incluso después de tantos años todavía guardo un entrañable recuerdo de su amabilidad y su actitud abierta hacia mi país, señor Prodi, y quisiera darle las gracias por ello.
Usted ha presidido la Comisión Europea durante un período histórico, que incluye la quinta y mayor ampliación de la historia de la UE. Usted ha hecho historia y pasará a la historia. Desde la ampliación, la UE se ha hecho más europea y más representativa de nuestro continente, y esperamos que en un momento dado también seamos capaces de competir más eficazmente con América y Asia. Pero su mandato no se ha caracterizado por gran cambio, sino también por suscitar muchas cuestiones con las que su sucesor portugués tendrá que lidiar. Nos deja usted con altos niveles de desempleo en la UE y con la idea de una Europa de dos velocidades, es decir, de una Europa de primera y otra de segunda clase. Seguir las pisadas de Jacques Delors no es tarea fácil, pero seguir las de Jacques Santer es mucho más sencillo, pues sus pasos no fueron ni son de gigante. En conclusión, sin embargo, hoy estamos sentados en un Parlamento que representa a 25 países y no a 15, y el mérito de esto es suyo, señor Prodi.
Grossetête (PPE-DE).–(FR) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, es casi un acontecimiento verle en esta Cámara, hasta este punto fueron sonadas sus repetidas ausencias en 2004, que se han interpretado como una señal de su falta de interés por nuestro Parlamento. Me temo que cuando se trata de hacer balance, el papel que usted ha desempeñado no ha colmado nuestras expectativas.
Admitimos que muchos Comisarios han hecho un trabajo excelente y lamentamos que se vayan. Ha habido muchos ejemplos de progreso en el campo de la seguridad en todas sus formas. Damos las gracias a la señora De Palacio, cuya valentía hemos apreciado; al señor Liikanen, que ha logrado sacar adelante un importante número de cuestiones; al señor Busquin por sus esfuerzos en investigación; y al señor Barnier, que nos ha proporcionado una nueva visión de los fondos regionales. Debo mencionar también los escollos que tuvo que superar el señor Byrne para afrontar los problemas de seguridad alimentaria y a la señora Reding y al señor Vitorino, cuya competencia hemos podido apreciar.
Dicho esto, señor Prodi, ¿dónde quedó la inspiración tan ansiada por los diputados? Aunque usted ha llevado a cabo con éxito la ampliación, nunca ha lanzado claramente el debate sobre las fronteras de Europa y los flujos migratorios. Le ha faltado ambición para aplicar la estrategia de Lisboa, para mejorar la gobernanza económica y para promover políticas a favor de juventud.
¿Por qué, señor Prodi, se está deteriorando hasta tal punto la imagen de la Comisión Europea a los ojos de nuestros conciudadanos? He aquí un ejemplo práctico: esta mañana me entero de que en relación con el eje Ginebra-Lyon-Burdeos, su Comisión, urgida por el señor Bolkestein, se muestra extremada e incomprensiblemente inflexible y exige una segunda licitación europea para la terminación de los 50 kilómetros que faltan en un momento en que ya se ha aceptado una licitación para el eje Lyon-Burdeos. Lanzar una segunda licitación europea por 50 kilómetros es una pérdida de tiempo y dinero. Es una decisión tecnocrática que va en contra del sentido común. ¿Cómo voy a explicar a mis conciudadanos que esta decisión será más cara y que causará retrasos? Sé lo que dirán sobre el tema de Europa.
Señor Prodi, si la Comisión actúa de esta forma, ninguna panoplia de estrategias de comunicación impedirá que sus esfuerzos y los nuestros en la base sean en vano. Si la gente debe creer en una Europa fuerte y más cercana a los ciudadanos, en este ámbito todavía está todo por hacer.
Swoboda (PSE) . – (DE) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, en lugar de ofenderse debería usted extrañarse como yo de que existan personas como la señora Grossetête, quien me ha precedido en el uso de la palabra, que siendo incapaces de hacer gala de valentía y objetividad en momentos como este, se sienten obligadas a tomar partido políticamente. Hablo en nombre de mi Grupo y de muchos diputados a este Parlamento cuando confirmo que usted realmente ha colaborado muy estrechamente y muy bien con esta Cámara. Lo mismo cabe decir de la Vicepresidenta, la señora De Palacio, y del señor Kinnock y de todos los miembros de esta Comisión. Se ha marcado un hito, se han fijado normas y eso no debe cambiar. Me pregunto, señora Grossetête, si la Comisión Barroso se adherirá a estas normas. El señor Barroso no lo ha demostrado hasta ahora, mientras que el señor Prodi sí lo ha hecho.
En segundo lugar, y contrariamente a lo que han dicho algunos diputados, la ampliación y la política mediterránea le han dado la razón, y en estos ámbitos también tendremos cosas que reclamar del señor Barroso; preguntaremos si puede darles continuidad hasta el mismo punto y con el mismo esmero que la Comisión dirigida por el señor Prodi. Esto me lleva a mencionar el diálogo con el islam. Como Presidente de la Comisión, el señor Prodi ha señalado que si queremos más seguridad, no necesitamos más armas, sino la voluntad de dialogar con nuestros vecinos en el marco de nuestra política de vecindad y ¿de dónde salió esto? Salió de la Comisión Prodi. Fue un logro muy importante, y no debemos dar las gracias por ello, sino también darle continuidad en el futuro.
Me habría gustado que se hubieran alcanzado más logros en el campo de la política de empleo y también en muchos otros ámbitos, pero en este terreno no ha sido la Comisión, sino el Consejo el que lamentablemente se ha mostrado muy cauto y dubitativo, como ya ha señalado el Presidente Prodi. Fue él el primero en tener el valor de decir, en un lenguaje que era quizás bastante provocador, que el Pacto de Estabilidad, tal como se había aplicado, no era muy inteligente. Ahora se han hecho propuestas y estoy convencido de que la mayoría de nosotros las apoyaremos, al igual que lo harán la mayoría de Ministros de Hacienda. Como economista digo que toda regla económica debe aplicarse inteligentemente, y no dogmática y burocráticamente. Estoy seguro de que el profesor Prodi fue también el primero en reconocerlo.
Permítanme decir también una cosa a modo de conclusión, referida al tema que actualmente se debate, algo de lo que el señor Bourlanges, que está sentado aquí a mi lado, puede hablar con experiencia. Contrariamente a lo que quieren hacernos creer los periodistas, lo que importa no es que un hombre o cualquiera sea condenado a la hoguera por pertenecer a un determinado gobierno o seguir una determinada línea política. Lo que los Socialdemócratas y la mayoría de esta Cámara estamos haciendo es tratar de mantener el listón que esta Comisión ha fijado en materia de derechos y libertades fundamentales y de lucha contra la discriminación. A este respecto queremos una respuesta clara. La cuestión será, en los próximos días, si la Comisión Barroso es capaz, particularmente en lo referente a los derechos y libertades fundamentales –en la elaboración de cuyo catálogo usted ha participado muy activamente–, de mantener el listón donde está. Es preciso promover todavía más el papel de las mujeres y no debe haber discriminación alguna por motivos de sexo o de orientación sexual. Este listón, fijado por la Comisión Prodi, es de lo que se trata. El señor Barroso debe demostrar su capacidad de mantenerlo donde está.
(Aplausos)
De Sarnez (ALDE).–(FR) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, está llegando usted al final de un mandato en el que habrá dejado la impronta de sus valores humanos y su generosa visión de la integración europea, que nosotros compartimos. Quiero destacar en esta Cámara la calidad de su historial.
Se le otorgó la responsabilidad de lanzar el euro como moneda oficial. Fue una gran responsabilidad y usted logró cumplir con acierto. Se nos anunció el caos, pero desde el 1º de enero de 2002, y gracias a una sabia preparación, nuestros conciudadanos no han tenido ningún problema para hacer suya la moneda única europea. En lo que al medio ambiente se refiere, ha sido posible realizar grandes progresos gracias a la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, la Directiva Marco sobre el Agua y la Directiva sobre la reducción de residuos y el reciclado.Con la elaboración de una verdadera política común en materia de asilo e inmigración y el refuerzo de la lucha contra el crimen a escala comunitaria se ha hecho avanzado en la promoción de la libertad de circulación y establecimiento dentro de la UE. También se han tomado medidas para promover la movilidad de los estudiantes, los investigadores y los trabajadores. Todos estos avances muestran hasta qué punto ha sido usted capaz de situar a los ciudadanos europeos en el centro de sus preocupaciones para asegurarles un medio ambiente mejor.
Usted tuvo que encabezar las difíciles negociaciones en torno a la ampliación de la UE, esta gran reunificación de la familia europea. A pesar de las presiones del Consejo Europeo, usted consiguió mantener el rumbo sin vacilar, de modo que la adhesión de los diez nuevos Estados no comportó la paralización de la UE.
En el plano institucional no podemos sino estar satisfechos con la elaboración de la Carta de los Derechos Fundamentales y la necesaria y valiente reforma de la Comisión. Además, las posiciones que usted defendió durante la CIG se han tenido en cuenta en el proyecto de Constitución Europea que, espero, nos permitirá en el futuro ayudar a esta UE ampliada a seguir prosperando. En este sentido, sus propuestas presupuestarias para el futuro constituyen además una visión clarividente de nuestras necesidades.
Señor Presidente de la Comisión, los principales objetivos que usted presentó al Parlamento el 15 de febrero de 2000 se han logrado. Sus acciones han sido justas e inspiradas. En nombre de los ciudadanos europeos que representamos en esta Cámara, deseo simplemente darle las gracias.
Hudghton (Verts/ALE). – (EN) Señor Presidente, su Comisión puede estar orgullosa del papel que ha desempeñado en la ampliación de la Unión Europea. Los partidos de la Alianza Libre Europea damos la bienvenida a nuestros nuevos vecinos y esperamos que llegue el día en que nuestros propios países –Escocia, Gales y Cataluña, por ejemplo –puedan ocupar su puesto en Europa como Estados miembros independientes.
Hace cinco años, señor Prodi, usted insistió en la necesidad de que la Unión Europea volviera a conectar con sus ciudadanos. Hasta hace cinco años, las encuestas de opinión demostraban unos niveles de apoyo de la opinión pública a la Unión Europea mayores en Escocia que en otras partes del Reino Unido. Pero esa diferencia ha desaparecido ahora. Una de las razones principales de ello ha sido una política considerada por muchos uno de los mayores fracasos de la Unión Europea: la política de pesca común. Su Comisión emprendió la reforma de la política pesquera común. Usted tuvo la oportunidad de dar esperanzas a las comunidades pesqueras de Escocia, pero en su lugar las hundió en la desesperación. Podría haber aceptado las propuestas de este Parlamento de establecer un sistema eficaz, descentralizado y regional para la gestión de los recursos pesqueros, pero en su lugar fomentó la creación de nuevos consejos consultivos. La culpa no puede recaer exclusivamente en la Comisión Europea, puesto que los sucesivos Gobiernos del Reino Unido han sacrificado repetidas veces los intereses de Escocia, pero la puntilla para mi partido –un partido proeuropeo– ha sido la decisión ilógica adoptada este año de incluir la política pesquera común entre las pocas competencias exclusivas en el proyecto de Constitución. Si se mantiene esta cláusula, votaremos en contra de la Constitución en el eventual referendo. Así pues, el apartado sobre pesca del informe presentado por la Comisión al final de su mandato se merece un suspenso.
Musacchio (GUE/NGL).–(IT) Señor Presidente, usted sabe cómo durante todos estos años hemos criticado de modo constante y también de forma radical la manera en que se está forjando esta Europa nuestra. Digo «nuestra» porque nosotros somos proeuropeos, como usted. Por esta razón, en lugar de reiterar simplemente nuestras críticas, que son duras, a la forma en que ha actuado su Comisión, y que usted ya conoce, le plantearé una pregunta sobre la que podemos reflexionar juntos. ¿Dónde se encuentra el proyecto europeo en relación con la globalización librecambista? Podemos apreciar la vana ilusión de la excelencia de un proceso gradualista subordinado a esta globalización sin darnos cuenta de que la globalización está consumiendo los derechos que maduraron en los Estados del bienestar del siglo XX y está generando nuevas dinámicas globales de injusticia y desemancipación.
De hecho estamos viendo el retorno de la guerra, la escalada del terrorismo y el intento de enfrentar a los trabajadores entre sí, como el que se está produciendo en este preciso instante en la industria del automóvil. En este cuadro, ¿donde se halla Europa? ¿No supone su misma Constitución un paso atrás si la comparamos con una constitución como la de Italia, que se fundamenta en el trabajo y el rechazo de la guerra, no es casi una sumisión a los dictados de la globalización librecambista?
Por esto, para nosotros Europa solo podrá mantener la esperanza de un futuro diferente si puede ser una alternativa real, en contraste con lo que ha sido hasta ahora.
Angelilli (UEN).– (IT) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, como corresponde en un momento de hacer balance, además de estar satisfechos con el progreso realizado, conviene también insistir en los objetivos que no se han alcanzado de forma adecuada, siempre y cuando se haga como una crítica constructiva de cara al futuro.
En primer lugar, la introducción del euro ha sido, desde luego, un logro importante. Ahora bien, la Comisión podría haber prestado un mayor apoyo a los Estados miembros en su lucha contra el aumento de los precios y haber ayudado a las empresas obligadas a cuadrar sus cuentas con un euro demasiado fuerte.
En segundo lugar, los problemas derivados de la ampliación aún no se han solucionado. Los nuevos países se lamentan de que se les considere países de segunda clase, mientras que los antiguos se enfrentan a una situación con menos financiación disponible y una mano de obra en los países de la ampliación mucho más barata que la suya.
Por último, tenemos que lamentar que la reforma del Pacto de Estabilidad, considerada urgente desde 2001, no se haya completado todavía, en particular tras la crisis del 11 de septiembre. Como han hecho otros diputados, quiero también recordarles que tanto en esta Cámara como en la Cámara de Estrasburgo, ha sido el propio señor Prodi quien ha calificado correctamente al Pacto de estúpido.
Esperamos que la futura Comisión dé respuestas concretas y rápidas a estos problemas y agilice la burocracia europea al máximo. Para terminar, señor Prodi, lamentamos de verdad que con demasiada frecuencia haya desempeñado usted un papel destacado en la política nacional italiana, quizá porque en 1999 le otorgamos también nuestra confianza. Creo que, a ese respecto, solo podemos hacer una valoración negativa.
Vanhecke (NI).– (NL) Señor Presidente, en realidad no es necesario hacer balance de las actividades de la actual Comisión Prodi, aunque habría mucho que decir al respecto. Creo que podríamos pasarnos toda una sesión hablando solo del asunto Eurostat, por ejemplo. Pero eso no será necesario, porque la semana pasada la Comisión Prodi pronunció lo que a mí me parece un veredicto final condenatorio con su consejo sobre la eventual adhesión de Turquía a la Unión Europea. De hecho, la Comisión realizó con ello su último acto antieuropeo. La reciente ampliación de la EU para incluir a países de la antigua Europa Oriental es criticable en lo que respecta a los plazos establecidos o algunas de las modalidades implicadas, pero nadie cuestiona el principio de que esos países de Europa Oriental pertenecen a la civilización europea común. Ahora bien, su respuesta favorable a Turquía, un país que no es europeo desde el punto de vista geográfico, político, cultural, histórico ni religioso, es más grave que un error. Es un crimen contra la misma idea de Europa.
Thyssen (PPE-DE).– (NL) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, he releído el discurso del Presidente de la Comisión de febrero de 2000 sobre los objetivos estratégicos y el programa legislativo y, justo al final, señor Presidente de la Comisión, usted mismo sugirió un parámetro con el que deseaba ser evaluado al final de su mandato. Dijo que si la participación en las elecciones europeas de 2004 era superior a la de 1999, habría concluido su tarea con éxito. Sin embargo, usted ya conoce el resultado de estas elecciones y sabe que el índice de participación fue del 45,7 %. Este resultado no solo es excepcionalmente bajo, sino, sobre todo, un 4 % más bajo que en 1999. Por supuesto, no queremos juzgarle a la antigua usanza, aplicando un único criterio –como defensora del método comunitario, no me aventuraría a tal cosa–, así que admito que han ocurrido muchas cosas positivas en los cuatro ámbitos para los que usted estableció objetivos estratégicos, y por esa razón estoy en deuda con usted. Quiero también dar las gracias a todos los Comisarios por su arduo trabajo durante estos cinco años.
Pero cuando me pregunto si los ciudadanos europeos perciben y entienden las ventajas de la Unión, cuando observo su reacción ante la ampliación, cuando veo que la Comisión y todas las demás instituciones europeas se relacionan con casos de fraude de forma reiterada, cuando concluyo que la imagen de las instituciones europeas no ha mejorado –basta ver las últimas encuestas del Eurobarómetro–, tengo que reconocer que la política ha fallado en un aspecto: no ha sabido tender puentes con la opinión pública. ¿Tiene esto que ver con la esencia misma de la política o con la falta de contacto y consulta con la sociedad civil representativa? ¿Puede atribuirse a una falta de profesionalidad en la comunicación, o es una combinación de las tres cosas? Me gustaría que el Presidente de la Comisión me dijera qué piensa él de esta cuestión y si puede hacer alguna recomendación a su sucesor para mejorar el trabajo en este aspecto.
D'Alema (PSE).– (IT) Señor Presidente, señor Prodi, tras cinco difíciles años durante los cuales el viento ha soplado en contra y el mar ha estado muy agitado, el balance de la Comisión Prodi viene marcado por el progreso y por unos resultados indiscutiblemente positivos.
Quiero empezar hablando de la transformación histórica que representa la reunificación de Europa, o de una gran parte de Europa, tras los años de la Guerra Fría. Es un gran triunfo para la democracia y la estabilidad. Más allá de los logros individuales, que podríamos enumerar fácilmente, creo que el aspecto de mayor relevancia política de la Comisión Prodi radica en su concepción del papel de la Comisión: no como un órgano burocrático, sino como un órgano político, que ha impulsado y relanzado todo el proceso europeo. El diálogo y la cooperación entre la Comisión y el Parlamento han reforzado este núcleo político, este motor de la Unión que, desde una visión europea y federalista como la mía, es lo único que puede hacer de Europa una gran potencia política supranacional. En ocasiones puede que eso haya molestado a algunos Gobiernos nacionales, pero sin duda representa un gran avance para la Unión, que por primera vez ha sentado una base oficial con los nuevos principios del Tratado Constitucional.
Por supuesto, Europa aún se enfrenta a importantes desafíos para construir la paz y la seguridad, para luchar contra el terrorismo con verdadera eficacia y sin recurrir a la guerra, y para dar un impulso renovado a nuestras sociedades y economías siguiendo las directrices de Lisboa. Pero solo podremos afrontar estos retos con unas instituciones más fuertes, como usted bien ha dicho, y con una Europa más unida, y ese es el enfoque adoptado por la Comisión Prodi en su paciente y tenaz labor.
Por lo tanto, quiero que el Parlamento haga extensivo su agradecimiento a usted y a todos los Comisarios, como ya se está haciendo. En lo que a mí respecta, hace cinco años tuve el honor, junto con el Canciller Schroeder, de proponer su nombre como Presidente de la Comisión en el Consejo Europeo de Berlín, y también de proponer la candidatura de Mario Monti. Quiero decir a ambos que Italia se siente honrada por la forma en que han sabido representar, en sus cargos europeos, las mejores tradiciones europeístas y democráticas de nuestro país.
Pistelli (ALDE).– (IT) Señor Presidente, señor Prodi, los últimos cinco años han sido testigos de numerosos cambios y, en algunas ocasiones, de acontecimientos dramáticos: las guerras en Afganistán e Iraq, el 11 de septiembre y el terrorismo internacional, que alcanzó al corazón mismo de Europa con la masacre de Madrid. Frente a estos retos, los Estados miembros no siempre han respondido con una sola voz. Pero la Comisión, bajo su mando, ha seguido con firmeza su curso hacia una Europa más grande y unida.
Nadie puede negar el logro de unos objetivos históricos que, sin duda, cambiarán para siempre la concepción de Europa y su papel en la escena internacional. Gracias a sus acciones, la Comisión ha recobrado impulso, respetabilidad y autoridad.
La unificación de Europa que se ha logrado con la adhesión de diez nuevos países, la mayor ampliación de la historia, ha curado las heridas de cincuenta años de divisiones y ha constituido la respuesta política al final de la Guerra Fría.
La introducción del euro y su comportamiento en los mercados internacionales han aumentado el peso económico de Europa en todo el mundo, y constituyen hoy ingredientes fundamentales para reforzar nuestro continente en una época de interdependencia económica y mundialización.
La política de vecindad ha hecho posible la estabilización de los Balcanes y las fronteras de Europa. Por último, el Tratado que establece una Constitución para Europa constituye un paso histórico y representa para nosotros un nuevo punto de partida en el camino hacia la integración política.
Estos objetivos no se habrían alcanzado sin su liderazgo, su integridad moral y su entrega a la causa de la Unión Europea. Por todo ello, nuestro grupo le agradece la visión y el valor que ha demostrado en los últimos cinco años, sentando las bases de una Europa más unida y protagonista en el mundo. Si tuviera que resumirlo todo en dos palabras, sabría muy bien qué decir: «misión cumplida».
Rizzo (GUE/NGL).– (IT) Señor Presidente, señor Prodi, Señorías, existe un fuerte vínculo entre su trabajo y el de la Comisión: el deseo de la unión política de Europa.
Cuando nosotros apostamos por la entrada de Italia en el euro, también aspirábamos a conseguir ese difícil objetivo. Gracias a usted, señor Prodi, hoy podemos decir que la unión política de Europa está más cerca, razón por la cual no creo que valga la pena repetir los objetivos que se han alcanzado en las esferas política e institucional. Por otra parte, conviene destacar lo que nos queda todavía por hacer para lograr la paz como objetivo y como herramienta capaz de resolver conflictos políticos en todo el mundo y lograr un verdadero multipolarismo lo antes posible. Solo así podremos combatir el choque de civilizaciones causado por la guerra preventiva y el terrorismo.
Una Europa de derechos sociales e individuales, con trabajo para todos, un estado del bienestar moderno y eficaz, y una sociedad multirracial y multicultural donde los derechos del individuo sean la riqueza de todos.
Señor Prodi, gracias por lo que ha hecho. Hemos sido y seguiremos siendo críticos en muchas cuestiones, hemos tenido y seguiremos teniendo opiniones diferentes, pero estamos y seguiremos estando unidos por la Europa de la paz y el progreso que nos gustaría crear. A la vista de los sucesos ocurridos recientemente, estamos seguros de que le echaremos de menos.
Evans, Jonathan (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, quiero empezar con algunos comentarios de felicitación. Uno de sus principales objetivos era la ampliación con éxito de la Unión Europea. En mayo de este año, la Unión Europea dio la bienvenida a diez nuevos Estados miembros en lo que ha sido la mayor ampliación desde su creación. Fue un momento decisivo en la historia de nuestro continente desde la Guerra Fría y no podemos más que reconocer el papel que usted ha desempeñado en el logro de este hito político. Quiero decir también que la Comisión ha puesto en práctica algunas de las estrategias económicas más liberales en las que su sucesor tiene ahora el compromiso de seguir avanzando. Nos embarcamos en la Estrategia de Lisboa bajo su dirección, pero lamentablemente se han hecho pocos progresos y es probable que el informe presentado por el señor Wim Kok al Consejo en noviembre así lo reconozca.
Pero mis comentarios positivos sobre la Comisión terminan aquí. En los últimos cinco años, la Comisión se ha hecho fatalmente adicta al cambio constitucional. En su intervención ante este Parlamento en el año 2000 para explicar cuáles eran sus prioridades como Presidente, usted declaró: «Los ciudadanos europeos están decepcionados y preocupados. Han perdido la confianza en las instituciones europeas.» Me temo que el período transcurrido desde entonces nos ha traído la Convención Constitucional, la CIG y lo que puede terminar siendo una Constitución de la Unión Europea. El nivel de participación en las elecciones europeas de este año indica claramente que ese proceso no ha conseguido suscitar interés. De hecho, ha reforzado la idea en toda Europa de que algunas instituciones como la Comisión están excesivamente al servicio de sí mismas.
En esa comparecencia del año 2000, usted dijo también que una referencia comparativa sencilla del éxito de la Unión Europea sería una elevada participación en las elecciones al Parlamento Europeo de 2004. Una de las principales razones por las que no se está logrando su objetivo es esa obsesión por el cambio constitucional, que interesa muy poco a nuestros electores. Al mismo tiempo, y lamento tener que decir esto, sobre todo estando el Vicepresidente Kinnock sentado junto a usted en esta Cámara, se ha progresado poco en la reforma de la Comisión.
Lamento decir que todo esto era inevitable, porque en los últimos 12 meses la Comisión ha perdido el rumbo. No voy a disculparme por decir que eso se debe en gran medida a su decisión de dedicar una parte importante de su tiempo a atacar al señor Berlusconi, el Primer Ministro italiano, y a construir alianzas en su contra. Esas actividades han socavado la imparcialidad de la oficina del Presidente de la Comisión y han conseguido que la Comisión llegue a verse como una especie de empresa en quiebra. Todos los presidentes tienen derecho a manifestar opiniones políticas, pero lamento decir que sus intervenciones políticas han sido...
(El Presidente interrumpe al orador)
Berès (PSE).– (FR) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, recuerdo el estado de ánimo que reinaba en esta Cámara hace cinco años cuando usted asumió sus responsabilidades. El Parlamento Europeo se encontraba en una situación algo paradójica. El problema era que durante mucho tiempo se había mostrado demasiado indulgente con la institución más cercana, es decir, la suya. Por haber sido tan indulgente, el Parlamento se vio obligado de repente a pegar un puñetazo sobre la mesa y casi censurar a su predecesor. Usted llegó cargado de un espíritu de desconfianza hacia nuestra institución porque, desde que dejamos de mostrarnos indulgentes y empezamos a pegar puñetazos sobre la mesa, la Comisión empezó a vernos como una amenaza y parecía temblar cada vez que nuestra institución tomaba la más mínima iniciativa. Llegó decidido a gobernar Europa como idea central de su legislatura.
Desde entonces, me parece que las cosas se han enderezado. Ha conseguido usted restablecer la cercanía que existía entre nuestras dos instituciones, y no se ha convertido en el gobierno de Europa, con o sin el proyecto de Tratado por el que se establece una Constitución europea, que nuestras naciones ahora tienen que examinar. Usted ha presidido un colegio. Quiero rendir homenaje al trabajo de algunos Comisarios y en particular, como no le sorprenderá, al señor Vitorino, al señor Lamy, al señor Verheugen, al señor Almunia y a su predecesor, y al señor Busquin. Creo que gracias a la energía de estos Comisarios y a la de otras personas, el colegio que usted ha presidido ha conseguido los logros que ahora se atribuyen tanto a él como a usted.
Asimismo, quiero elogiar una característica particular de su mandato: paradójicamente, refleja una forma de inteligencia a veces demasiado visionaria, o puede que injustificada. Me refiero a tres de sus experimentos. El primero es cuando usted nombró a un grupo de sabios alrededor del señor Dehaene quien, con acierto, había propuesto la división de nuestros documentos en dos partes y la revisión de nuestras políticas comunes para reflejar la opinión mayoritaria. También se elaboraron los informes Sapir y Penelope.
(El Presidente interrumpe al orador)
Duff (ALDE). – (EN) Señor Presidente, antes de nada quiero felicitarle por haber presidido una Comisión que tanto ha contribuido a la unificación política de Europa. Bajo su presidencia, la vieja cuestión de si Europa podía «ampliarse» y «profundizarse» al mismo tiempo, que es una de las que más atormentó a sus predecesores, ha encontrado una respuesta decisiva y positiva. Me pregunto, tras sus cinco años de experiencia a la cabeza del Ejecutivo, ¿cuál sería el principal consejo que le daría a su sucesor en lo que respecta a las relaciones con este Parlamento?
Quiero terminar deseándole mucho éxito personal. Solo ha existido otro Presidente de la Comisión que consiguió proseguir su carrera política después de abandonar la Comisión. Fue Roy Jenkins, quien logró convencer a los británicos de que Europa era tan importante para su vida nacional como para justificar un cambio político radical dentro de su propio país. ¡Buona fortuna!
Tajani (PPE-DE).– (IT) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, en los últimos años Europa ha hecho muchos avances y ha logrado algunos objetivos importantes: la reunificación con los países del Este, el nacimiento del euro y la firma de la primera Constitución, conseguidos gracias al compromiso de todas las instituciones de la Unión: la Comisión, el Consejo y el Parlamento.
Tengo que ser igualmente honesto y decir que se han desatendido otros objetivos que son competencia de la Comisión. En primer lugar, se han trivializado las tareas de Lisboa, y los informes de primavera nos han parecido en muchos casos decepcionantes. En segundo lugar, la actividad relacionada con la elaboración de propuestas y planes en el ámbito de la política industrial ha sido insuficiente; en tercer lugar, respecto a la actividad legislativa, los programas anuales nunca han sobrepasado el 50 %; en cuarto lugar, en lo que concierne a la reforma de la Comisión, ha existido demasiado paracaidismo en los nombramientos. En resumen, durante estos últimos cinco años el excelente trabajo realizado por muchos Comisarios, empezando por la señora De Palacio, se ha visto empañado por numerosas sombras.
Con todo, señor Prodi, su mandato comenzó con los mejores augurios. El Parlamento le dio su aprobación casi unánime. Incluso nosotros, sus oponentes políticos en Italia, le dimos un voto de confianza por el bien general de los intereses de la Unión Europea y de nuestro país. Queríamos demostrarle que la polémica nacional es una cosa, y el liderazgo de las instituciones europeas, otra bien distinta. Dado nuestro gran sentido de la responsabilidad, nunca le hemos retirado nuestro apoyo en esta Cámara.
Sin embargo, usted ha preferido utilizar su prestigioso cargo para emprender actividades políticas en Italia contra el Gobierno y para encabezar el liderazgo de la oposición. Eso lo lamentamos mucho. Hubiéramos preferido que adoptara usted una actitud como la de Jacques Delors, quien abandonó el liderazgo de la comuna de Clichy antes de asumir la presidencia de la Comisión. Fue una manera explícita de dejar claro que el gobierno de la Comisión no puede conjugarse con la participación en la política nacional.
Paasilinna (PSE).– (FI) Señor Presidente, señoras y señores Comisarios, Señorías, la defensa de la Estrategia de Lisboa en términos económicos y políticos es una cuestión importante en unos tiempos difíciles.
Quiero además recordarles a todos la reforma del sector de las telecomunicaciones. Se trata de un gran paquete legislativo que ha vuelto a aumentar nuestra credibilidad, por ejemplo, como legisladores en la escena mundial, y nos ha permitido competir una vez más con los Estados Unidos. Los monopolios y duopolios se han disuelto en beneficio de los consumidores y los usuarios, y eso es importante. Ha sido un gran logro. Hemos conseguido lo mismo también en el sector energético. Ahora estamos adquiriendo y construyendo redes energéticas transeuropeas. Todos entendemos su importancia para conseguir un sistema fiable y beneficioso para el consumidor.
Tendríamos que cuidar mejor de las personas que, al desaparecer las barreras, permanecen en el lado equivocado de nuestras fronteras internas. Es un hecho que las barreras intelectuales y sociales son cada vez más rígidas.
La ampliación es una cuestión importante, y ahora estamos cosechando sus beneficios: igualdad y justicia. Estas ventajas deberían hacerse también visibles fuera de Europa. Por eso quiero decir que la discriminación sexual por parte de la Comisión es una idea intolerable, y el Parlamento no podrá coexistir con una Comisión que actúe de esa manera.
Andria (ALDE).– (IT) Señor Presidente, basándome en mi experiencia en los últimos años como cabeza visible de una administración local en la región italiana del Mezzogiorno, quiero hacer hincapié en uno de los elementos de la Comisión Prodi que ha sido indiscutiblemente positivo: la constante atención prestada a las administraciones locales y, sobre todo, a las regiones que, con la Agenda 2000, se han convertido en las verdaderas protagonistas de la política de cohesión europea.
Las zonas periféricas han acogido con satisfacción el método de trabajo basado en un diálogo permanente con las regiones y las administraciones locales, un método que la Comisión confirmó en su Comunicación de diciembre de 2003 y demostró posteriormente con el llamamiento a los representantes de las administraciones locales, bajo el título «Mil debates para Europa», sobre el tema de la Constitución, que hizo usted, señor Prodi, junto con el señor Cox, anterior presidente del Parlamento, y el Presidente del Comité de las Regiones.
En estos últimos años, con el Libro Blanco sobre el nuevo sistema de gobierno, la Comisión ha abordado el problema del déficit democrático de la Unión Europea, relanzando el concepto de democracia popular. Con las políticas comunitarias, ha ayudado a las regiones europeas más débiles a crear instituciones para promover el desarrollo y ha introducido una cultura de planificación, evaluación e integración de las intervenciones.
Andrikienė (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, la Comisión Europea que preside Romano Prodi está finalizando su mandato. Es cierto que durante el mandato de esta Comisión en concreto se llevó a cabo con éxito la mayor ampliación de la Unión Europea, y mi país natal, Lituania, se convirtió en miembro de pleno derecho de la Unión Europea. Es muy probable que en un futuro próximo el nombre de Romano Prodi aparezca en los libros de texto de los niños lituanos.
Sin embargo, quisiera hacer algunos comentarios sobre una de las responsabilidades de la Comisión, las relaciones exteriores, y especialmente la política de vecindad europea, mencionada hoy por el señor Prodi. Esta política, que tiene una gran importancia, busca no solamente ampliar las fronteras de la Unión Europea, sino también ampliar el espacio de paz y estabilidad en Europa. Es un hecho que en ocasiones nuestros vecinos son países con una burocracia muy desarrollada y una democracia controlada. En ocasiones son países en los que se socavan y violan diariamente los derechos humanos, por ejemplo en Belarús. La resolución del Parlamento Europeo sobre la política UE-Rusia señala que esta política no es ni mucho menos adecuada: sus objetivos no están definidos claramente, le falta coherencia interna, no se promueven efectivamente los intereses y valores.
Si miramos las cifras de la ayuda financiera para el fortalecimiento de la democracia en Belarús y para la garantía de los derechos humanos y civiles, comparando los Estados Unidos de América con la UE uno se pregunta si Belarús está en la frontera oriental de los Estados Unidos o de la UE. Yo añadiría Moldova a esta lista, dado que hasta ahora no existe una representación permanente de la UE en este país. Solamente seis Estados miembros de la UE tienen embajadas allí, en comparación con la presencia de representantes de la UE en muchos países que están muy lejos de la UE y que no son en absoluto socios muy importantes.
Deseo terminar diciendo que espero sinceramente que la Estrategia de Lisboa, con todas las grandes esperanzas puestas en ella, no se convierta en un proyecto europeo inacabado tal como sucedió con otras prometedoras estrategias en el pasado. Mis mejores deseos para los Comisarios y Comisarias.
Wojciechowski (PPE-DE).(PL) Señor Presidente de la Comisión, Señorías, el mandato de la Comisión Prodi pasará a la historia por haber emprendido la mayor y más importante ampliación en la historia de la UE. Se han adherido a la Unión Europea países que en el pasado estuvieron divididos por el Telón de Acero. Pero aunque la ampliación en sí misma ha sido todo un éxito para la Comisión Prodi, resulta difícil saber en qué condiciones se ha llevado a cabo. La Comisión impuso a los países candidatos unas condiciones de negociación duras e injustas, y el proceso para conseguir plenos derechos de adhesión y reducir las diferencias de desarrollo será largo. La profunda división que existe entre la vieja y la nueva Unión Europea nos causará problemas a todos, y es una pena que no hayamos sabido aprovechar bien esta oportunidad histórica. Ha faltado imaginación política, y la visión de una Europa totalmente comprometida con la solidaridad. Como diputado polaco al Parlamento Europeo, me preocupa la tendencia de ciertos cambios en la política agrícola. La liberalización y el alejamiento de la protección previa del mercado agrícola europeo suponen un golpe para la agricultura europea y, sobre todo, para los agricultores de los nuevos Estados miembros. Los agricultores polacos tienen que enfrentarse a una competencia doblemente injusta. Tienen que competir en desigualdad de condiciones tanto dentro de la Unión Europea, puesto que Polonia recibe subvenciones mucho menores, como en el mercado mundial, al que la Unión Europea se está abriendo masivamente. Las medidas para combatir la pobreza mundial no pueden aplicarse a costa de perpetuar o intensificar la pobreza en el interior de la Unión Europea. Las reformas del mercado del azúcar propuestas por la Comisión provocarán la bancarrota de una gran parte de la industria azucarera europea, y podrían llevar al desastre a los agricultores y productores polacos. Como diputados polacos del Partido Popular, no queremos tener nada que ver con estas reformas ni con esta política. Por otra parte, acogemos con satisfacción la negativa de la Comisión a reducir el presupuesto de la Unión Europea. Una reducción así podría despojar a la ampliación de su sentido económico y, en última instancia, también de su sentido político. Quiero felicitar al señor Prodi por haber cumplido su misión.
Hökmark (PPE-DE).(SV) Señor Presidente, la ampliación es una de las razones por las que ahora vivimos en una Europa mejor que nunca y mejor para nuestra generación que para cualquier otra generación anterior. Por eso creo que la Comisión y los Estados miembros se merecen nuestro agradecimiento y nuestra felicitación.
Al mismo tiempo, esta nueva Europa se enfrenta a nuevos retos, y la Comisión actual no ha estado tan acertada al abordar muchos de ellos, sobre todo por no haber sabido resistirse a las tentaciones de la política partidista nacional. Si no consigue vencer esas tentaciones, el impulso del proyecto europeo de unificación será insuficiente.
Nos preocupa la capacidad de avanzar en el proceso de Lisboa. Ahora nos enfrentamos al reto de conseguir que la ampliación tenga éxito en un sentido real, y no solo formal. Para eso hace falta un proceso de Lisboa que garantice que todas las partes de la Unión Europea puedan ser cada vez más competitivas y que los nuevos Estados miembros tengan la oportunidad de crecer por sí mismos, y no a costa de otros.
Exige también capacidad de operar en la escena internacional. La Unión Europea debe adoptar una política creíble respecto a Oriente Próximo, y por ello es importante que tenga la fuerza y la capacidad necesarias para identificar las amenazas que ponen en peligro la paz.
La gran amenaza para la paz en Oriente Próximo no procede de las pequeñas democracias, sino de las grandes dictaduras. En particular, procede de un país que apoya abiertamente el terrorismo, que tiene como objetivo manifiesto la destrucción de otro país y que constantemente está demostrando su capacidad armamentística nuclear y de medio alcance. Creo que la Unión Europea tiene también que formular una política para Oriente Próximo que se atreva a abordar los problemas que ahora plantea Irán.
(Aplausos)
Peterle, Alojz (PPE-DE).(SL) Señor Presidente, durante el período en que el señor Delors presidió la Comisión, Europa fue testigo de la caída del comunismo, la restauración de la democracia en el Este, la emergencia de nuevos Estados y, al mismo tiempo, el inicio de un proceso político que condujo a la unificación de Europa. La presidencia del señor Santer asistió a la evolución del proceso de adhesión de los países candidatos en la mayor ampliación de la historia de la Unión Europea.
Señor Presidente, bajo su presidencia, tras arduas negociaciones y acuerdos, los diez nuevos Estados miembros se han convertido en miembros de pleno derecho de la Unión Europea con la expectativa de conseguir una Europa verdaderamente unida, construida no solo por europeos profesionales, sino por sus ciudadanos, tanto hombres como mujeres. Puesto que he tenido la oportunidad, en varias ocasiones y en funciones diferentes, de participar en el proceso como representante de Eslovenia, soy consciente de la gran voluntad, coordinación y atención mutua que ha exigido este proyecto.
Señor Presidente, celebro que la Comisión haya adoptado la visión y las prioridades que usted estableció al comienzo de su presidencia, y celebro también que sus esfuerzos hayan dejado una honda impresión en este período único de la construcción de la Unión Europea y de la historia de Europa. Permítame, como jefe de la delegación eslovena en el PPE-DE, expresarle mi sincero agradecimiento por su contribución y, en particular, por la atención que ha prestado a Eslovenia. Quiero también darle las gracias por su presencia el 1 de mayo de 2004 en la celebración que festejó la ampliación de Europa en la frontera esloveno-italiana, en el extremo sudoccidental del antiguo Telón de Acero, y marcó el fin de la era del totalitarismo y de una Europa dividida.
Como antiguo miembro de la Presidencia de la Convención Europea, permítame expresarle mi reconocimiento por la excelente contribución que ha realizado la Comisión Europea al acuerdo alcanzado sobre la Constitución Europea.
Prodi, Romano,(IT) Señor Presidente, seré muy breve porque ya he tomado nota de las observaciones y consejos que me han dado y no me parece necesario dar una respuesta analítica en este momento. He anotado y asimilado lo que han dicho todos ustedes sobre el desarrollo industrial, la necesidad de una recuperación económica en Europa y la necesidad de que la normativa industrial no frene el desarrollo de ese sector. Lo mismo puedo decir de las sugerencias relativas a la energía, el medio ambiente y el progreso.
En cambio, quiero terminar simplemente haciendo una observación y expresando mi agradecimiento. La observación es la siguiente: todos los que han intervenido –incluso para expresar críticas o puntos de vista particulares-– son, en el fondo, conscientes de que el modelo europeo tiene un carácter especial y que hemos dado al mundo una lección sobre la forma de conseguir el progreso con un método diferente al de la política de la fuerza, sin hacernos ilusiones, sin creer que somos lo que no somos y sin creer que el mundo es lo que no es.
La prioridad que otorgamos al multilateralismo, nuestra visión del mundo como un todo en tantos ámbitos diferentes –el medio ambiente, la economía, la energía–, por primera vez en la historia y, por lo tanto, nuestra búsqueda de métodos de trabajo compatibles con dicha visión: esta es la extraordinaria contribución de Europa a la mundialización.
He escuchado críticas justificadas a la mundialización: pero la mundialización existe y está aumentando. El problema está en su interpretación, y el método europeo es el único que lo ha hecho. ¿Por qué? Porque hemos dado un ejemplo de unión y ahora, al final de mi mandato, quiero recordar la verdadera, única y gran definición de Europa, que aprendí cuando visité el Parlamento rumano en las primeras rondas de negociaciones. En aquella ocasión me dijeron: «Queremos entrar en Europa porque Europa es una unión de minorías; es una unión en la que nadie es el árbitro de los demás, nadie ejerce poder sobre los demás». Es cierto que somos un conjunto de países pequeños y grandes reunidos en un difícil equilibrio, y esa es la lección que estamos dando al mundo, una gran lección.
Por supuesto también hay fracasos, aspectos individuales, dificultades para trasladar nuestras aspiraciones y sentimientos a la política cotidiana. Sin embargo, es un esfuerzo que cada vez se comprende más. En las últimas semanas he visitado los países del Cáucaso y he visto la bandera nacional ondeando junto a la europea, sin razón alguna, solo por el sentimiento de sentirse seguros junto a una gran estructura que carece de aspiraciones coloniales y deseos de dominación o supremacía: esta es la lección que podemos dar al mundo.
Es lo que hemos intentado hacer en la Comisión, dentro de unos límites y con deficiencias, por supuesto, pero con un gran espíritu de armonía. En esta Comisión nunca habrán percibido disputas o tensiones: nunca hemos actuado con mala intención entre nosotros. Quizás nosotros también, en la propia Comisión, hayamos estado influidos por ese espíritu europeo de ser una unión de minorías, y hayamos aprendido esta lección que, en mi opinión, es el mejor legado que podemos dejar a los ciudadanos del mundo.
Quiero terminar agradeciéndoles su cooperación, su comprensión y también su tolerancia ante ciertos excesos y algunas decisiones con las que no hayan estado de acuerdo, pero cuyo espíritu posiblemente hayan entendido: si no tenemos un Parlamento fuerte y políticamente robusto y una Comisión fuerte y políticamente robusta, será difícil que alcancemos nuestros objetivos, unos objetivos que –como puedo constatar– todos compartimos.
El Presidente. Muchas gracias, señor Prodi.
El debate queda cerrado.
DECLARACIÓN POR ESCRITO
(ARTÍCULO 142)
Pafilis (GUE/NGL).– (EL) Las políticas promovidas por la Comisión saliente han tenido un impacto negativo en la clase trabajadora y en los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
La Unión Europea se ha militarizado rápidamente y ha participado o tolerado guerras imperialistas, interesada solo en cobrar su parte del botín.
Utilizando el «terrorismo» como pretexto, ha reforzado y creado nuevos mecanismos de represión contra los derechos humanos y las libertades. Y ha adoptado la doctrina norteamericana de la «guerra preventiva».
La Comisión ha contribuido y fomentado un Tratado Constitucional profundamente reaccionario, que traerá nuevos sufrimientos a los trabajadores.
La Unión Europea ha tomado medidas para aumentar el poder y los beneficios de las grandes empresas. Las consecuencias son intolerables para las clases trabajadoras y los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
El «milagro» de la UEM ha requerido nuevos programas de austeridad y nuevos programas para reducir el poder adquisitivo de las familias trabajadoras, debilitar los derechos sociales y políticos por los que han luchado las clases trabajadoras, mantener un alto índice de desempleo y recortar el gasto social con el Pacto de Estabilidad.
La aplicación de la estrategia de Lisboa ha confirmado el objetivo de aumentar la rentabilidad conseguida por las grandes empresas mediante la reducción de los costes salariales y la creación de unas condiciones de inseguridad e incertidumbre para los trabajadores.
El señor Barroso ha manifestado su intención de continuar de inmediato con esa misma política contraria a los intereses de los trabajadores. El movimiento de los trabajadores en Europa se está reforzando y ofreciendo resistencia. En él tienen depositada su esperanza los ciudadanos para conseguir una Europa de paz y derechos de los trabajadores, una Europa socialista.
4. Situación en Oriente Medio
El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede a las declaraciones del Consejo y la Comisión sobre la situación en Oriente Medio.
PRESIDENCIA DEL SR. SARYUSZ-WOLSKI Vicepresidente
Solana,Alto Representante. (ES) Señor Presidente, antes de entrar en materia sobre el punto del orden del día, puesto que es la primera vez que comparezco ante el Parlamento que fue elegido antes del verano, quisiera repetir una vez más lo que ya dije hace cinco años -la primera vez que estuve en el Parlamento-: que los miembros de esta Cámara encontrarán todo el apoyo y toda la cooperación por mi parte en los temas que son de mi competencia. Quiero también desearles lo mejor a todos ustedes, y espero que con el trabajo de todos, de todas las Instituciones conjuntamente, podamos realizar el sueño de todos nosotros: una Europa mejor al servicio de los ciudadanos y una Europa mejor, también, al servicio del mundo.
Siento, señor Presidente, que mi primera comparecencia ante sus Señorías trate sobre un tema que ha levantado tanta emoción, tanta frustración y tantas pasiones a lo largo de los últimos años. El tema de Oriente Próximo está en el corazón de todos los ciudadanos de Europa y el sufrimiento de las gentes de esas tierras próximas a nosotros es nuestro sufrimiento.
El lunes pasado, el día 11, en Luxemburgo, el Consejo de Ministros de la Unión Europea analizó este tema con gran detenimiento -como saben sus Señorías- y aprobó una Resolución que no voy a repetir, porque espero y estoy seguro de que todos ustedes la han leído. Sí quisiera, en el breve tiempo que me ofrece la Presidencia, tratar tres puntos muy claros y precisos para que podamos centrar el debate sobre ellos, si sus Señorías así lo desean.
El primer punto sería nuestra visión de los últimos acontecimientos que se han producido en esa zona; el segundo, analizar la situación política tanto en Palestina como en Israel; y el tercero, cómo se ve la situación actual desde la Unión Europea y cómo podríamos entre todos encontrar la manera de acelerar el proceso de paz y, por lo tanto, salir de esta situación de espiral de violencia en la que nos encontramos.
En cuanto al primer punto, el de los últimos acontecimientos, me situaré, señor Presidente, en la última reunión del Cuarteto, que tuvo lugar en Nueva York el día 22 de septiembre. Me gustaría subrayar cuatro puntos del documento que surgió de esa reunión, porque algunos de ellos son importantes para el debate posterior. Algunos de esos puntos parecían quizá olvidados o haber entrado en una fase de adormecimiento, pero, afortunadamente, gracias a esa reunión del Cuarteto del día 22 de septiembre, han vuelto a su puesto en el corazón de la gente. De esos cuatro puntos, me voy a referir a los siguientes: la necesidad de reformas dentro de la Autoridad Palestina -todos estamos de acuerdo con ello- y también una condena total y absoluta del terrorismo. Pero en aquella resolución se habla también de que hay que detener los asentamientos, de que los miembros del Cuarteto toman nota de la Decisión de la Corte Penal Internacional sobre el muro y de que los miembros del Cuarteto queremos que el proceso de retirada de Gaza que se ha puesto en marcha en Israel sea un proceso que esté contemplado en un proceso político más amplio y que lleve realmente a la resolución del problema en su totalidad.
A partir de ese momento, el 22 de septiembre, la situación, desgraciadamente, ha empeorado sobre el terreno en Gaza. Lo que hemos visto en los últimos días y las últimas semanas alrededor de Gaza nos ha hecho sufrir a todos y, sobre todo, nos ha hecho a todos reflexionar sobre el sentido que tienen algunas actuaciones sobre el terreno. Cierto es que hubo un momento en el que la violencia empezó con el lanzamiento de cohetes Qassam en la parte norte de la franja de Gaza por parte de terroristas palestinos, pero cierto es también que la respuesta de Israel no ha sido la que los demócratas europeos esperábamos. Ha sido una respuesta que va más allá, a nuestro juicio, de lo que debiera ser una respuesta proporcional: 119 muertos, un tercio de ellos menores de 18 años, por parte de Palestina; 5 muertos, por parte de Israel, entre ellos dos niños. Es imposible seguir viviendo en esta espiral de violencia, donde muere gente, sin sentido, sigue muriendo gente, sin sentido, y todo este proceso de violencia no hace avanzar un solo milímetro el proceso de paz.
¿Cómo pararlo? ¿Cómo evitar que siga esta violencia? Por parte de la Unión Europea hemos hecho todo lo posible durante estas semanas -en contacto permanente con las autoridades de Israel, Palestina, Egipto y Jordania-, para ver si es posible que haya una paz comprensiva, un cese el fuego comprensivo. Ha sido imposible. No lo hemos conseguido, y no hemos conseguido siquiera que hubiera una especie de pausa para resolver los temas de carácter humanitario. Por lo tanto, sentimos frustración, emoción y tristeza por los acontecimientos de estos últimos días.
Además, para complicar más las cosas y la situación, el atentado terrorista que tuvo lugar en la noche del jueves en Taba fue algo también terrible. Terrible por el sentido que tuvo, por la gente que murió, gente de Israel que estaba de vacaciones, gente de Egipto que estaba cuidando los hoteles, algunos ciudadanos europeos que estaban de vacaciones allí. Por lo tanto, expreso la condena más contundente por este acto que tenía un sentido para los terroristas: tratar de desestabilizar un país, Egipto, que está cooperando de manera admirable para el proceso de paz. Por lo tanto, una vez más, hago un llamamiento a todos los que nos puedan escuchar a través de este Parlamento Europeo en pro del sentido común, la paz, y el fin de la violencia para que el proceso de retirada de Gaza por parte de Israel se pueda realizar en paz y en tranquilidad, sin más víctimas, por uno u otro lado.
El segundo punto al que quería referirme es la situación de Palestina: la conocen ustedes muy bien; saben muy bien cuál es la posición de la Unión Europea. Palestina necesita en este momento un gobierno, una Autoridad Palestina que tenga la capacidad de actuar como tal, como un gobierno, y para ello hemos pedido y hacemos todo lo posible para que las normas que han sido más o menos acordadas por el Presidente Arafat sean firmadas por él, que las haga reales a través de un Primer Ministro que tenga poderes reales para operar en lo que fundamentalmente son los elementos que definen un Estado: la seguridad, por una parte, y la economía por la otra.
Por lo que respecta a la parte económica, señor Presidente, creo que nuestro buen amigo el Ministro de Finanzas está haciendo una labor admirable. Todo el mundo es consciente de ello. Pero en el ámbito de la seguridad queda mucho por hacer, y recae en el Presidente Arafat la responsabilidad de proceder a una delegación real de funciones en su Primer Ministro en lo relativo a la seguridad; que pueda actuar y que actúe de hecho por medio de su Ministro del Interior. En tanto en cuanto esto no ocurra, será más difícil la lucha contra el terrorismo, el control de la situación por lo que respecta al terrorismo, la paz y el orden en los territorios ocupados.
También quisiera decirles que es muy importante que haya un interlocutor claro por parte de Palestina. Israel sigue afirmando día tras día que no encuentra un interlocutor con quien discutir el proceso de paz. Esto puede llegar a ser una coartada para quien no quiera avanzar, y los palestinos deberían ser capaces de organizar su propia vida política de manera que esa coartada no sea utilizada por aquellos que no quieren avanzar en el proceso de paz. Por lo tanto, desde la Unión Europea quiero pedir una vez más -como lo está haciendo mi delegado personal, el Sr. Marc Otte, en estos momentos en Palestina, que haya una Autoridad Palestina capaz de hacer frente a las responsabilidades que tiene que tener desde el punto de vista de sus reformas internas.
Pero no solamente ocurren cosas de ese tenor en Palestina. Quisiera decir que también Israel está atravesando un momento de cierta inestabilidad política; esto también puede tener repercusiones en alguna de las medidas que se están tomando en este momento. El voto negativo de hace dos días en la Knesset plantea un problema político al Primer Ministro Sharon en lo que respecta las próximas decisiones que tienen que tomarse sobre el plan de salida de Gaza: la votación fundamental sobre la financiación, sobre el proceso de disengagement -de salida de Gaza-, me parece que también está creando dificultades en el seno de la sociedad política de Israel. Estamos, por tanto, en las próximas semanas, en una situación de muy posibles nuevos realineamientos políticos en Israel que pueden llevar incluso a la formación de un Gobierno de coalición. Pero, en cualquier caso, es muy probable también que las elecciones que debían celebrarse en el año 2006 tengan que adelantarse al año 2005 por las razones que acabo de decir. En cualquier caso, lo que nos interesa es que el proceso de paz no vaya más despacio de lo que va.
Señorías, la Hoja de Ruta nos hablaba de un proceso de paz según el cual debería haber dos Estados a finales de 2005. En 2005 tendremos, como mucho, la salida de las fuerzas de Israel de Gaza, no tendremos más. Y eso es un gran fracaso por parte de todos y muy concretamente por parte de Israel y Palestina y por parte del Cuarteto y de la comunidad internacional.
Me gustaría decirles también, Señorías, que las últimas declaraciones que algunos personajes políticos de Israel han hecho son declaraciones que la Unión Europea no puede aceptar. Son declaraciones fruto de un descaro realmente impresentable, para nosotros al menos. Decir lo que se ha dicho sobre el sentido que tiene el disengagement -la salida de Gaza-, el sentido que tiene una negativa total y absoluta a la Hoja de Ruta, en la que el Gobierno de Israel ha puesto su firma, me parece que es algo que tenemos que denunciar de la manera más clara. No podemos aceptar esa forma de trabajar en política. Este tipo de declaraciones producen una falta de confianza, no solo en nosotros, sino en todo el mundo árabe, en los países vecinos, en los propios palestinos y en una buena parte de la sociedad de Israel, y así no podemos seguir. Afirmar una cosa y luego decir lo contrario en los periódicos no es honesto en política. Y no es cualquiera quien lo dice, lo dice una persona de peso, una persona significativa e importante, de las personas más próximas al Primer Ministro de Israel.
Dicho esto, la pregunta que nos hacemos todos es: ¿qué hacer? ¿Qué podemos hacer desde la perspectiva europea? Señorías, señor Presidente, la Unión Europea tiene una dirección clara, enmarcada en la Hoja de Ruta, que es también producto del esfuerzo de los europeos, los americanos, las Naciones Unidas y la Federación Rusa. La defendemos desde el principio hasta el final y no estaremos de acuerdo con aquellos que no la defiendan desde el principio hasta el final. Nosotros sí y, por lo tanto, todo lo que queramos o podamos aportar en estos momentos, lo queremos hacer dentro de ese marco que es la Hoja de Ruta. ¿Qué podríamos hacer para acelerar ese proceso a corto y a medio plazo? A corto plazo, a mi juicio, deberíamos trabajar sobre cuatro pistas, para que en el próximo Consejo de Ministros de marzo, y seguramente en el Consejo Europeo de marzo, podamos ratificarlas y ponerlas en marcha.
La primera es la seguridad. La Unión Europea está dispuesta y tiene un plan y un concepto para ayudar a la Autoridad Palestina a mejorar sus condiciones desde el punto de vista policial; para que pueda realizar su función de manera seria y rigurosa, en la ley y en el orden, y en la lucha contra el terrorismo. Estamos dispuestos a hacerlo. Tenemos el plan para hacerlo, tenemos la gente para hacerlo y tenemos la voluntad de hacerlo.
En segundo lugar vienen las reformas. La Unión Europea va a ayudar en todo lo que pueda a la Autoridad Palestina para que el proceso de reformas iniciado se lleve a cabo hasta el final. Los líderes de la Autoridad Palestina pueden estar convencidos, pueden estar seguros de que, si quieren avanzar por el camino de las reformas, siempre nos encontrarán a su lado.
En tercer lugar vienen las acciones de carácter económico. El Comisario Patten hablará de ello con más detalle, pero, en cualquier caso, tienen que saber que estamos dispuestos a seguir ayudando a que ese proceso de paz, desde el punto de vista económico, no tenga que sufrir por falta de recursos procedentes de la Unión Europea. Pero también hay que decir claramente que los ciudadanos europeos, que pagan impuestos en Europa, no pueden estar permanentemente pagando dinero, si las operaciones que se financian no conducen al objetivo deseado, que es la paz. Y sí me gustaría decir que, si el proceso de disengagement, o proceso de salida de Gaza, tiene como objetivo único y exclusivo Gaza, los ciudadanos y los líderes de Israel pueden estar seguros de que no podrán contar con el dinero de la Unión Europea. El proceso de Gaza tiene que formar parte de un proceso más largo, un proceso que desemboque realmente en los dos Estados, que es el objetivo fundamental de la Hoja de Ruta.
Y, finalmente, en cuarto lugar, creo que tenemos que trabajar seriamente sobre el proceso electoral. Hay que ayudar a establecer un proceso electoral en los Territorios, y a que los palestinos lo puedan dirigir; a que haya una comisión electoral que sea fiable y que tenga la confianza de la gente, de manera tal que el proceso electoral pueda resultar en un liderazgo -el que deseen los ciudadanos de Palestina- que pueda encaminar a ese país hacia su sueño dorado, que es el sueño de muchos de nosotros, el sueño de los dos Estados.
He dicho esto sobre el corto plazo, señor Presidente. ¿Podemos seguir solo con un método incremental, del paso a paso, o ha llegado el momento de hacer algo más? ¿O ha llegado el momento de dar un salto más largo, de jugar un papel mucho más arriesgado, si cabe, pero que lleve mucho más rápidamente a la solución final? Nosotros creemos que sí, que el paso a paso, el pequeño paso a pequeño paso, está seguramente a punto de tocar a su fin y que, dentro de la Hoja de Ruta, se puede avanzar y se puede avanzar más deprisa si es que hay voluntad política. Nosotros la tenemos y, una vez que se celebren las elecciones en los Estados Unidos de América, trataremos de seguir trabajando con ellos, con nuestros amigos rusos y con nuestros amigos de las Naciones Unidas, para ver si es posible acelerar la Hoja de Ruta, de manera que esta lentitud que genera sufrimiento y frustración -sin nada positivo ni para los palestinos, ni para los israelíes, ni en la zona, ni en la región, ni para los vecinos, ni para nosotros mismos y nuestras sociedades-, se acabe y empiece de verdad un avance mucho más rápido que nos conduzca al sueño de todos nosotros, que es -como he dicho antes- los dos Estados.
Hemos hablado mucho de los dos Estados, pero nunca hemos definido cómo queremos que sea el Estado palestino, qué fronteras va a tener. Todos estos temas quedan abiertos y no se han cerrado. A mí me gustaría decir una vez más que, desde el punto de vista de la Unión Europea, algunos de los elementos que forman parte del debate final sobre esos parámetros están claros para nosotros. Para nosotros las fronteras de ese Estado palestino tienen que ser las fronteras de 1967. Lo decimos bien claro, lo dijimos el lunes en la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores, lo hemos dicho por medio del Consejo Europeo y lo repetimos hoy con solemnidad en esta Cámara. Y, a partir de esas fronteras de 1967, las dos partes podrán negociar los intercambios de territorio que estimen necesarios. Pero la base de la negociación debe ser esa y de ahí habría que avanzar -y espero que podamos hacerlo antes de que acabe el año- en cómo avanzar más directamente y más deprisa hacia la definición de los parámetros finales, que puedan dar realidad a ese sueño de tanta gente y a un proceso político que contradice algunas de las afirmaciones que han hecho en los últimos días personas responsables y respetables en nombre de Israel.
Tras hablar como lo hemos hecho en los últimos días con los líderes de Jordania, de Egipto y de Arabia Saudita, yo les quiero decir que todos ellos tienen el mismo sentimiento de que, sin saber exactamente adónde vamos, ni cuáles son las fronteras del nuevo Estado palestino, ni en qué momento se va a producir ese salto hacia adelante, la estabilidad de sus propios países está en un cierto nivel de riesgo. Jordania, en principio, es un país que tiene fronteras todavía sin definir, que no sabe todavía cuál va a ser su vecino y que quiere y tiene derecho a saber cuáles van a ser las fronteras de su nuevo vecino, que es el Estado palestino.
Señor Presidente, la situación -como he dicho- es triste, de frustración para los que han dedicado muchas horas de su vida a tratar de encontrar un camino para la paz. Es importante que se resuelva, porque todo el Oriente Próximo -no solamente el proceso de paz, sino todo el Oriente Próximo- está inmerso en una crisis profunda y de esa crisis profunda todos queremos salir. Pero tenemos que empezar saliendo muy probablemente a través de un proceso de paz más rápido, más eficaz, con más implicación por parte de la comunidad internacional y de los actores fundamentales, que son Israel y Palestina.
Señor Presidente, poco más les quiero decir en esta tarde, pero quiero decirles de todo corazón que seguiremos trabajando de aquí al próximo Consejo de Ministros, para ver si podemos poner en marcha un pequeño plan que, dentro de la Hoja de Ruta, pueda acelerar el proceso de la manera en la que me he expresado ante sus Señorías.
Señor Presidente, Señorías, con la tristeza, la frustración y a la vez con la emoción que todos estos temas suscitan en quien les habla -y en todos ustedes-, les vuelvo a decir que seguiremos trabajando día y noche para conseguir ese objetivo.
Patten,Comisión. (EN) Señor Presidente, si no se produce un caso de fuerza mayor, creo que esta será mi última intervención en esta Cámara, con seguridad en lo que a Oriente Próximo se refiere. He perdido la cuenta del número de debates que ha habido sobre este tema desde que tomé posesión de mi cargo. En un asunto tan delicado como este es normal que nuestros intercambios de opiniones hayan sido a veces algo difíciles. Espero que hayan tenido cierta utilidad. Espero por supuesto que no hayan producido ningún daño.
Al acercarse el final de mi mandato como Comisario, y subrayo el «como Comisario», he empezado a ir al teatro otra vez. Hace poco vi una nueva interpretación del admirable dramaturgo irlandés Frank McGuinness de Hécuba, de Eurípides. Los clasicistas y aficionados al teatro entre ustedes recordarán que se trata de un drama sombrío y sangriento de muerte, odio y venganza. Quizás muy adecuado para esta producción, el telón de fondo del escenario era un alto muro negro en el que estaban grabados los nombres de los israelíes y palestinos que han muerto en los últimos años: odio, venganza y sangre. Desde luego es verdad, al volver la vista atrás, que a pesar de los heroicos esfuerzos de mi amigo y colega el Alto Representante y de otros, desafortunadamente no hay mucho progreso del que informar. Hace unos días, sin ir más lejos, como ha señalado el Alto Representante, vimos la espantosa masacre de turistas israelíes en Egipto. Una y otra vez una esperanza tras otra se han visto defraudadas. Hubo Camp David, Taba y los acuerdos alcanzados allí, e informes excelentes de Mitchell, Tennet y Zinni, todos los cuales fueron vanos. En efecto, desde Taba el trágico balance es de un total de 4 360 personas muertas: 1 026 israelíes y 3 334 palestinos. Ojo por ojo y diente por diente, tras lo cual, como dijo Gandhi, todos acaban ciegos. Niños inocentes por niños inocentes.
La última iniciativa son las propuestas del Primer Ministro Sharon a favor de una retirada unilateral en Gaza. Todo paso hacia una retirada de los territorios ocupados, aunque sea limitado, debe ser bienvenido. Sin embargo, como ha señalado el Alto Representante, existen muchas cuestiones que deben clarificarse, especialmente en el contexto más amplio de la hoja de ruta. Aunque tenemos nuestras reservas, esta iniciativa prevé el inicio de la retirada de asentamientos, un aspecto importante y acorde con lo que hemos estado diciendo durante mucho tiempo. Por ello estamos dispuestos a intentarlo, aunque hemos de decir claramente, como ha dicho el Alto Representante, que las partes actuarán en los cinco elementos que el Consejo Europeo considera esenciales para que el plan funcione. Debemos insistir en que se respeten esos puntos.
El escepticismo que ha rodeado indudablemente esta iniciativa ha aumentado, como ha dicho muy diplomáticamente el Alto Representante, a raíz de los insólitos comentarios que hace poco hizo el jefe del Estado Mayor y asesor principal del Primer Ministro israelí, que han causado un profundo daño. Espero que a pesar de tales comentarios, la solución de dos Estados se siga reconociendo como la única esperanza para el final del conflicto. Para ser realistas no deberíamos esperar demasiado, excepto, por desgracia, quizás más muerte y destrucción hasta después de las elecciones presidenciales norteamericanas. Incluso después no sería prudente esperar milagros. Sin embargo, como mínimo la comunidad internacional debería tener la audacia de llevar al Gobierno israelí a establecer su compromiso con la solución de dos Estados y a los palestinos a establecer su compromiso con la seguridad y la reforma. Este es el único camino para acabar con el conflicto. La hoja de ruta muestra cómo hacerlo, así que el desafío para la Unión Europea es conducir a las partes y a otros en la comunidad internacional hacia la hoja de ruta. De lo contrario, las personas pueden llegar a creer que el Sr. Weisglass estaba en lo cierto y que su único error fue dejar salir al gato de la bolsa.
Durante el curso de mi mandato he intentado, con el apoyo de la mayoría del Parlamento, establecer una Autoridad Palestina reformada, capaz de gobernar Palestina en su momento y de negociar y alcanzar un acuerdo con Israel. Durante este período el Gobierno israelí ha intentado marginar al propio Presidente Arafat. Sin embargo, al final, el Presidente Arafat sigue ahí aunque, lamentablemente, la Autoridad Palestina misma ha quedado destrozada. Admito que el Presidente Arafat pueda ser parte del problema, pero no es el único problema. Lo que siempre he tenido claro es que una Autoridad Palestina reformada es parte de la solución.
No está claro si, en las actuales circunstancias interiores y exteriores, la Autoridad Palestina está en condiciones de cumplir su cometido en una solución de dos Estados. La combinación letal de demasiado poca acción en el lado palestino y lo que quizás ha sido demasiada acción por parte israelí ha destruido de forma bastante efectiva casi toda la autoridad que la Autoridad Palestina podría haber tenido en caso contrario. Necesitamos encontrar la vía de dar a la Autoridad Palestina un mayor margen de maniobra político y hacerlo a cambio de sólidas garantías de seguridad y reforma.
El Alto Representante ha descrito la labor en general que hemos llevado a cabo para apoyar el desarrollo tanto económico como institucional y la ayuda humanitaria en Palestina. La Unión ha hecho más que nadie. Este Parlamento ha votado a favor y ha apoyado mucha más ayuda que ningún otro. Espero que este Parlamento empiece ahora a plantearse algunas preguntas minuciosas acerca de la continuación de la ayuda a la escala actual.
Permítanme una observación obvia. Somos los mayores donantes del Fondo de Desarrollo Palestino del Banco Mundial. Decir que somos los mayores donantes en realidad es un eufemismo. Casi nadie más está aporta algún dinero. Queremos que ese dinero se use para sentar las bases de una economía en los territorios palestinos que pueda proporcionar empleo, ingresos y al menos un mínimo de crecimiento económico de modo que las personas puedan vivir una vida mejor con mayor dignidad, tener mayores posibilidades de obtener empleo, etc.
Tenemos derecho a preguntarnos si ese dinero se gastará inútilmente y si vale la pena realizar cualquier gasto antes de obtener garantías seguras de Israel sobre su retirada de Gaza, el modo en que esa retirada se va a realizar y las perspectivas de Gaza a medio y largo plazo. Estoy seguro de que el Parlamento no querría pensar que simplemente hemos estado pagando la factura de lo que han hecho las fuerzas armadas israelíes.
Tenemos que dejar claro que nuestro papel, el papel que queremos desempeñar ayudando a apoyar la reconstrucción, debe ser tributario de un diálogo político real con las autoridades israelíes. De lo contrario el dinero simplemente será malgastado, del mismo modo en que una parte demasiado grande de lo que ya hemos hecho ha sido malgastado.
Repito que trabajando sobre la base del informe del Consejo de Relaciones Exteriores, trabajando sobre la base de la labor iniciada por el señor Rocard y sus colegas en ese Consejo, hemos hecho más que nadie para establecer instituciones reformadas en Palestina. Saludo la labor de personas como el señor Salam Fallad, que ha intentado valientemente asegurar que Palestina tenga un Gobierno decente y transparente. Sin embargo, hay que decir que sin progreso político, sin una mejora de la situación de la seguridad y sin un diálogo más eficaz con Israel, va a ser increíblemente difícil seguir justificando este tipo de ayuda y este tipo de gasto.
No existe un problema más importante que este para la comunidad internacional, no solo por el baño de sangre que sigue produciendo, sin resolverlo, sino también por el daño que inflige a la relación entre Occidente y el mundo islámico. Nadie debería albergar ninguna duda del efecto de la lucha entre Israel y Palestina y del efecto que tiene en las actitudes en el mundo islámico. Debemos trabajar todavía más duramente para tratar de establecer los parámetros de una solución de este sangriento conflicto. Si no lo logramos, entonces, volviendo a lo que es, creo, la última línea de Hécuba, de Eurípides: «el destino se impone y nadie puede resistirse». Derramamiento de sangre, derramamiento de sangre y más derramamiento de sangre, venganza, venganza y más venganza, a menos que las personas en Washington, en Europa y, sobre todo, en Israel y Palestina tengan el coraje político de tratar de lograr lo que sus pueblos merecen y lo que el mundo entero necesita.
(Aplausos)
Laschet (PPE-DE).– (DE) Señor Presidente, señor Solana, señor Comisario, ha dicho usted que esta era su última intervención en nuestra Cámara, y creo que muchos de nosotros –entre los que me incluyo, pese a nuestras diferencias de opinión– pensamos que usted ha sido una de las personalidades más importantes y destacadas de esta Comisión y que ha dado a la política exterior una impronta muy especial, por lo que deseo darle las gracias en nombre de nuestro Grupo.
(Aplausos)
El debate de hoy se centra, como es habitual cuando debatimos temas de actualidad y urgencia, en la escalada de la violencia. Rara vez podemos dar buenas noticias sobre Oriente Próximo; al contrario, la situación es a menudo muy grave. Cohetes de Hamás lanzados contra ciudades israelíes, acciones militares excesivas y encima el atentado en Taba, un lugar asociado a tantos acuerdos de paz, negociaciones para la paz y conceptos de paz. En el país vecino de Israel, Egipto, una nueva dimensión del terror se ha cobrado víctimas civiles inocentes, europeos, egipcios e israelíes, recordándonos la tragedia de la situación, por lo que estoy de acuerdo con lo que el señor Solana ha dicho hoy, que la Hoja de Ruta es el único camino posible. El Primer Ministro Sharon habló sobre este tema el lunes en la Knesset, y creo que los europeos debemos también insistir en ello; esta es la posición que une al Consejo, la Comisión y el Parlamento. La Hoja de Ruta contempla una solución con dos Estados, un Estado palestino y un Estado israelí.
¿Qué tiene que ocurrir en las próximas semanas? Agradezco mucho al señor Solana que nos haya recordado en términos muy claros la responsabilidad de Arafat; que nos haya recordado que el Primer Ministro tiene ahora que poder actuar de forma independiente; que las fuerzas de seguridad tienen que dejar de estar bajo el control de Arafat y convertirse en una autoridad policial independiente, con todos los poderes necesarios para combatir el terrorismo.
Se ha referido usted también a la cooperación monetaria y económica. En los últimos años hemos tenido la impresión de que cuanto mayor era la escalada de violencia, más dinero daba Europa para tratar de conseguir la estabilidad social. Pero sería bueno que las fuerzas policiales se reformaran y que Europa concediera más subvenciones para la reconstrucción, de manera que los afectados tuvieran claro que si hay paz, hay también ayuda europea, pero que esa ayuda no es incondicional ni a cualquier precio.
Por esta razón, nuestro Grupo apoya las medidas que usted ha mencionado, y le deseamos mucho éxito en su aplicación.
Schulz (PSE).– (DE) Señor Presidente, Señorías, los ciudadanos de Europa se preguntan por qué deberían interesarse en nuestros debates de política exterior. Se preguntan: ¿qué tenemos que ver nosotros con eso? Cuando me encuentro con visitantes que vienen a escuchar los debates de esta Cámara, a menudo me parece que no se sienten implicados. «¿Por qué es asunto nuestro?» Permítanme retomar algo que ha dicho el Comisario Patten: si la paz en Oriente Próximo es inalcanzable o muy difícil de conseguir, a la larga nuestra seguridad también se desestabilizará debido a la creciente radicalización de las personas ante el fracaso del proceso de paz. Existe una relación causal entre este conflicto regional y la radicalización mundial.
Por eso, los europeos estamos directamente afectados y formamos parte de la Hoja de Ruta, que –como todos han reconocido– es la única alternativa posible. Es bueno que el Primer Ministro de Israel la apoyara en su declaración del lunes.
Comisario Patten, ha hecho usted referencia a Hécuba. En lugar de ahondar tan profundamente en el drama, quiero citar solo una frase sobre el terrorismo y la tortura que no puedo quitarme de la cabeza. Es esta: «Al final de cualquier serie de actos crueles, su origen ya no importa; solo queremos que se detengan». Así es como se sienten muchos de los afectados, y eso es comprensible, pero no suficiente. La frase es poco oportuna, porque los que cometen actos crueles tienen que aprender dónde están los límites. Los que solo entienden el lenguaje de la violencia –y los hay en los dos bandos– tienen que verse aislados.
Es cierto que la reforma de las fuerzas de seguridad está vinculada a este fenómeno. La reforma de las fuerzas de seguridad y de la policía contribuye a garantizar la imposición de unos límites a la actuación de los violentos. Se puede controlar a los radicales trabajando codo con codo con los moderados. Es bueno que Egipto y otros Estados árabes moderados se hayan ofrecido a cooperar con Israel para alcanzar un alto al fuego, pero es un ofrecimiento que Israel tiene que aceptar. Tiene que haber diálogo entre iguales, en lugar de negociaciones exclusivas en las que se abandona el diálogo mutuo cuando se hacen exigencias que no se cumplen.
Así pues, nosotros como europeos necesitamos valor para alentar y apoyar abiertamente a los que están dispuestos a entablar un diálogo, preferiblemente sin condiciones previas. Esta es la principal contribución que los europeos podemos y debemos hacer. Exige también que nos comprometamos con el modelo de dos Estados. Permítanme añadir ahora que el modelo de dos Estados no puede limitarse a la retirada de Cisjordania. También hay que garantizar la viabilidad del segundo Estado, y el señor Laschet tiene razón cuando afirma que se requiere la movilización de fondos para la reconstrucción, y que nosotros tenemos que comprometernos con ello, puesto que redunda en beneficio de nuestra propia seguridad.
(Aplausos)
Malmström (ALDE).(SV) Señor Presidente, la situación en Oriente Próximo parece estar completamente bloqueada. Arafat permanece en su cuartel general, viejo, aislado, en precario estado de salud e incapaz de liderar a su gente. Sharon fracasa una y otra vez con su plan de retirada de Gaza. Parece haber perdido contacto tanto con su partido como con el electorado. La cuestión es si se trata del hombre que puede traer la paz a Israel. Yo no lo creo.
El futuro del plan de Gaza es muy incierto, y parece que la violencia está aumentando en la región. Es la peor situación en mucho tiempo. No creo que estos caballeros puedan traer una paz duradera a Oriente Próximo. No pueden detener la matanza. No pueden detener la violencia y los actos de terrorismo, ni pueden conseguir lo que todos en esta Cámara deseamos: dos Estados conviviendo en paz y respetándose.
Este conflicto se ha prolongado durante muchas décadas y ha causado mucho sufrimiento tanto al pueblo palestino como al pueblo israelí, que vive con el miedo constante a los actos de terrorismo y a los atentados suicidas.
Hemos hecho muchos planes, celebrado muchas conferencias, reuniones y debates en esta Cámara, pero sin conseguir nada. Tenemos que considerar la posibilidad de una presencia internacional práctica en la región que pueda supervisar la retirada de Gaza y quizá permanecer allí durante un largo plazo.
Tras las elecciones norteamericanas, gane quien gane, la Unión Europea y los Estados Unidos tienen que sentarse a formular una estrategia común, posiblemente basada en la Hoja de Ruta, en la que hablen el mismo lenguaje y emitan las mismas señales a esos dos dirigentes. La paz en Oriente Próximo nos beneficiará a todos, además de ser una parte importante de la lucha contra el terrorismo internacional.
(Aplausos)
Romeva i Rueda (Verts/ALE).–(ES) Señor Presidente, efectivamente, tal y como señala la Escuela de Cultura y de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, la situación en Israel y Palestina está muy lejos de haber mejorado en los últimos meses, más bien lo contrario.
La sentencia de la Corte Internacional de Justicia relativa al muro de separación construido por Israel, la negativa de este país de acatar dicho dictamen, la impresión en los ambientes diplomáticos de que la Hoja de Ruta del Cuarteto está al borde del fracaso y las protestas de grupos palestinos por la corrupción en Gaza son solo algunos de los ejemplos de estos pasos atrás.
Es evidente, por otra parte, que no podemos extraer la delicada situación de Palestina e Israel del contexto internacional y de las nefastas consecuencias que está teniendo la absurda manera de afrontar el terrorismo a escala internacional por parte de los Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos, actitud que –a mi juicio– está alimentando cada día más los fanatismos de Al Qaeda. Por todo ello, es necesario que la Unión Europea adopte una actitud mucho más contundente con relación a lo que está sucediendo en Oriente Próximo. Hago dos propuestas: seguir y apoyar la propuesta de poner todos los medios necesarios para que se lleve a cabo un proceso normal y transparente de elecciones en Palestina de forma que Sharon ya no pueda utilizar el argumento de la falta de interlocutor legitimado y válido en la parte palestina, pero también, dado el insultante desprecio que Sharon ha demostrado no solo con relación a los derechos humanos sino también con relación a la legalidad internacional, en lugar de seguir exportando armas a Israel –tal y como han venido haciendo no pocos países europeos en los últimos años, entre los que cito a Austria, Bélgica, Francia, Alemania, Grecia, Italia, España y el Reino Unido, entre otros–, creo que ha llegado el momento de que la Unión Europea asuma medidas mucho más contundentes para presionar al actual gobierno israelí, entre las cuales yo no descartaría la cancelación del Acuerdo de asociación.
Charles Chaplin en la película Monsieur Verdoux dijo de una forma muy clara: si matas a cinco personas eres un asesino, si matas a 5 000 eres un héroe. Por favor, dejemos de convertir al Sr. Sharon en un héroe.
Adamou (GUE/NGL).– (EL) Señor Presidente, quiero expresar mi dolor y preocupación por las recientes actuaciones del ejército israelí.
Una vez más, los resultados han sido trágicos, con docenas de palestinos, en su mayoría civiles y niños, muertos o heridos. Lamento profundamente que, a pesar de la protesta mundial, el Gobierno israelí insista en esta guerra no declarada y sangrienta. Ante los ojos del mundo se están cometiendo crímenes contra la humanidad. El Parlamento Europeo debe también instar al Gobierno israelí a que detenga de inmediato los ataques y el asesinato de civiles en la Franja de Gaza, que detenga la construcción del muro, cuyo único objetivo es aislar a los palestinos, que detenga el derribo de casas y que respete los dictados del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la Convención de Ginebra. Al mismo tiempo, tendríamos que denunciar con la mayor firmeza posible los ataques con cohetes y los bombardeos en Egipto la semana pasada, que provocaron la muerte de numerosos civiles israelíes y egipcios, porque lo último que hacen es contribuir al proceso de paz.
Asimismo, debemos instar a las dos partes a aplicar la Hoja de Ruta.
Por último, en nombre de mi Grupo quiero expresar nuestro apoyo al pueblo palestino, que continúa resistiendo y luchando por su independencia, y a las fuerzas de paz en Israel que están actuando para acabar con el derramamiento de sangre.
Belder (IND/DEM).– (NL) Señor Presidente, el terror y el trauma van de la mano en este conflicto entre israelíes y palestinos; son el resultado del ansia de destrucción compartida por las organizaciones terroristas Hamás, la Yihad islámica y Hezbolá. Mientras tanto, el político palestino Mustafá Barghouti ha escrito que –y cito textualmente– «la mayoría silenciosa del pueblo palestino no se identifica ni con los terroristas ni con la autoridad palestina». Con la mirada puesta en las cruciales elecciones de diciembre, Barghouti insta a Europa a que, de una vez por todas, apoye con firmeza a las fuerzas democráticas en las regiones palestinas, en lugar de apoyar al gigantesco aparato opresor de Arafat. Me gustaría escuchar lo que el Alto Representante del Consejo tenga que decir en respuesta a este insistente llamamiento. Asimismo, el llamamiento palestino es una prueba de la voluntad de la Unión Europea para combatir el terrorismo de forma eficaz. ¿Creen el Consejo y la Comisión que la firma de un acuerdo de asociación con Siria es compatible con esto?
En segundo lugar, se sabe que el régimen de Assad facilita las operaciones terroristas de Hamás, la Yihad Islámica y Hezbolá contra el Estado de Israel de Hamás. Ayer mismo, la prensa alemana publicaba un artículo –el periódico «Die Welt», para ser más exactos– sobre la forma en que el terror ha convertido al pueblo israelí en una nación traumatizada. Un experto en traumas ha confirmado que Israel sigue siendo un país de supervivientes. Esto debería preocuparnos en Europa, y no solo por razones históricas.
Ryan (UEN). – (EN) Señor Presidente, las fuerzas armadas israelíes prosiguen actualmente la mayor incursión en Gaza desde el inicio de la Intifada y el número de víctimas mortales continúa aumentando. Algunos cálculos indican que al menos la mitad de los cientos de palestinos muertos eran civiles. Las acciones del ejército israelí son simplemente desproporcionadas y esta es una opinión compartida por Kofi Annan, los Ministros de Exteriores de la UE y muchos más.
Acojo con cauta satisfacción el anuncio del Primer Ministro Sharon de completar la retirada de la Franja de Gaza, pero hay una serie de condiciones que deben cumplirse en el contexto de la futura retirada israelí de Gaza. Esta retirada debe realizarse en el contexto del acuerdo sobre la hoja de ruta del Cuarteto. Debe ser un paso hacia una solución de dos Estados. No debe implicar una transferencia de la actividad de asentamiento a Cisjordania. Debe haber un traspaso organizado y negociado de la responsabilidad a la Autoridad Palestina. Israel debe facilitar también la rehabilitación y reconstrucción de Gaza.
Lo esencial es simplemente esto: la hoja de ruta sigue siendo el marco más probable para lograr una resolución del conflicto palestino-israelí. Los miembros del Cuarteto internacional, a saber, la Unión Europea, Rusia, los Estados Unidos y las Naciones Unidas, están comprometidos con este plan de la hoja de ruta. Sin embargo, el actual ciclo de violencia está causando sufrimiento a muchas personas y esto está llevando a las partes todavía más lejos de un acuerdo negociado. El paso más importante es para ambos lados desistir de nuevos actos de violencia.
Se necesita liderazgo en ambos lados, y estos no es fácil. Soy diputado irlandés al Parlamento Europeo y en Irlanda sabemos lo difícil que puede resultar. Conocemos perfectamente el ciclo de la violencia, las represalias, el ojo por ojo. Pero también conocemos perfectamente los enormes beneficios que todos obtienen cuando la violencia termina y se instauran la negociación real y el diálogo.
Esto exige valor por ambos lados. Creo que deberíamos pedir a ambos bandos del conflicto que tengan esta valentía y que muestren su liderazgo. No es fácil estar en una situación de liderazgo, se necesita mucho valor. A veces pienso que en este conflicto no se está mostrando coraje. Como ya he dicho, los irlandeses conocemos los beneficios que pueden obtener los pueblos del Oriente Próximo si muestran valor y liderazgo.
Czarnecki, Ryszard (NI).(PL) Señor Presidente, quiero felicitarle por su presidencia del Parlamento Europeo. Sin duda, es usted la persona adecuada en el lugar adecuado. El tema que estamos debatiendo hoy es la situación en Oriente Próximo, igual que hace unos meses, igual que hace un año, e incluso igual que hace 15 años, como el Comisario Patten ha señalado antes. Por cierto, el señor Patten ha sido galardonado con un doctorado honorífico por una universidad polaca. Puede que haya llegado el momento de dejar de utilizar un lenguaje diplomático y formal y empezar a utilizar el lenguaje de los hechos. Sencillamente, no es cierto que las dos partes en el conflicto de Oriente Próximo sean igual de culpables y que la verdad se encuentra en algún punto intermedio. En la actualidad nos enfrentamos a una situación nueva. Desde principios de año, casi 150 cohetes fabricados localmente por Hamás han bombardeado ciudades israelíes. Este tipo de cohetes han causado daños materiales y sembrado el pánico durante años, pero ahora también están matando a personas e incluso a niños. Esto demuestra que el conflicto se ha agravado. Demuestra también que el bando palestino tiene que asumir la responsabilidad de esa escalada. ¿Cómo podemos reaccionar ante esto? ¿Tenemos que permanecer pasivos, o podemos e incluso queremos actuar como árbitros y mover al Gobierno israelí y a Arafat como piezas sobre un tablero de ajedrez? Ninguno de estos enfoques es correcto. Continuamente discutimos sobre grandes planes y hojas de ruta. Quizá sería bueno que primero examináramos con rigor el destino de los fondos de la Unión Europea. Es importante que averigüemos si a veces, contrariamente a nuestras intenciones, esos fondos van a parar directamente a los que matan en Oriente Próximo. El anterior Parlamento Europeo ya debatió este asunto.
En conclusión, seamos generosos, pero comprobemos en qué se está gastando nuestro dinero.
Klich (PPE-DE).(PL) Señor Presidente, en su intervención el señor Solana ha reconocido la impotencia de Europa frente al conflicto entre israelíes y palestinos, pero Europa no es la única impotente. Lo mismo puede decirse de las Naciones Unidas y de los Estados Unidos. El señor Solana ha planteado la pregunta de qué se puede hacer en una situación así. Y después nos ha dado la respuesta correcta. Hay que ceñirse a la Hoja de Ruta, porque es la que nos indica la dirección que debe tomar la Unión Europea. Todo eso está muy bien, pero no cabe duda de que nuestra posición tendría que ser más abierta y flexible, y que tendríamos que adaptar más nuestras políticas a una situación política cambiante. Además, tendríamos que formular nuestra política respecto a Oriente Próximo con un enfoque más matizado. Si se presenta un proyecto serio, como la retirada unilateral de Israel de la Franja de Gaza, tendríamos que acogerlo con verdadera satisfacción, y no solo «reconocerlo como un paso importante», por citar textualmente la Comunicación del Consejo. Tenemos también que reflexionar sobre los pasos y las medidas necesarias para apoyar ese proyecto. Si queremos seguir apoyando a la Autoridad Palestina, como usted declara en su programa de cuatro puntos, debemos tener en cuenta un aspecto mencionado hace un momento. Me refiero a que, después de haber visto cómo se derrochaban parte de nuestros fondos, es importante que garanticemos en el futuro la correcta utilización de los fondos destinados a apoyar la estabilización de la Autoridad Palestina. Dicho de otro modo, se necesitan mecanismos de control adecuados para gestionar la ayuda de forma eficaz. Me parece, señor Solana, que en su intervención no ha hecho usted referencia a ningún enfoque regional. Después de todo, una solución al conflicto entre israelíes y palestinos afectaría a toda la zona de Oriente Próximo. En anteriores debates sobre el fortalecimiento del proceso de paz y la estabilización en Iraq, hemos discutido este enfoque, y esta es también la política correcta en relación con Irán y Libia. Estamos teniendo éxito tanto en la lucha contra el terrorismo como en las medidas para prevenir la proliferación de armas de destrucción masiva, como en el caso de Libia. Por desgracia, también estamos experimentado contratiempos, como en el reciente caso de Irán. Esta política tiene que racionalizarse. Hasta el momento, la Presidencia ha realizado un buen trabajo. Esperamos que responda a esta petición de la Cámara y que la Comisión y la Secretaría hagan lo mismo.
PRESIDENCIA DEL SR. KAUFMANN Vicepresidente
Napoletano (PSE).– (IT) Señora Presidenta, algunas personas han declarado que la guerra en Iraq favorece una solución rápida al conflicto en Oriente Próximo. Una previsión cínica e instrumental para justificar una guerra equivocada e ilegal. Una previsión desmentida por la terrible situación que tenemos ante nuestros ojos: desesperación en los campamentos palestinos, aumento del terrorismo y del fundamentalismo, crisis en la Autoridad Palestina y miedo en la sociedad israelí, lo que da al Primer Ministro Sharon la oportunidad de desencadenar una represión indiscriminada y de proceder impertérrito a la construcción del muro.
El anuncio de la retirada de Gaza no ha allanado el camino para la devolución de los territorios ocupados de Cisjordania. Por el contrario, podría ser el preludio, con los asentamientos que se están intensificando, de la adquisición definitiva por parte de Israel de la mayoría de esos territorios, confinando a los palestinos a enclaves que nada tienen que ver con el Estado soberano que les corresponde por derecho.
La Hoja de Ruta no ha proporcionado los instrumentos para impedir que el proceso de negociación vuelva a estar cargado de violencia. La comunidad internacional y, sobre todo, el Cuarteto para Oriente Próximo, tienen que sacar algunas conclusiones de todo esto y reflexionar sobre ello. En cuanto a la posibilidad de encontrar una solución al conflicto, los negociadores de Ginebra, a diferencia de Camp David, han demostrado que se pueden encontrar soluciones dignas a todos los puntos del conflicto con las que ambas partes estén de acuerdo, incluso en las cuestiones más sensibles y espinosas, como el estatuto de Jerusalén o el derecho de retorno hasta el estatuto final. La cuestión de Oriente Próximo debe tener prioridad absoluta en las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos –con la esperanza de que se produzca un cambio en la administración norteamericana.
Hoy podemos también confiar en el papel positivo que están desempeñando algunos países árabes –Egipto y Jordania–, la mejora de nuestras relaciones con Siria y la normalización de las relaciones con Libia. Mañana, esta situación podría ser muy diferente. Si ayer la seguridad de Europa dependía de los acontecimientos en el este, hoy depende de la dimensión meridional y sudoriental. Por todas estas razones, el conflicto de Oriente Próximo no nos es ajeno, sino que constituye la principal cuestión para el futuro de la seguridad europea.
Auken (Verts/ALE).–(DA) Señora Presidenta, el señor Solana ha dicho que no podíamos seguir dando dinero. Algo tenía que pasar. Lo que en realidad haga la UE es, sin duda, cuestión de especulación. El hecho es que la UE no ha hecho mucho, además de realizar pagos y adoptar declaraciones. Recomendaría encarecidamente que, en primer lugar, se prestara atención a la propuesta del señor Romeva i Rueda sobre la cancelación del acuerdo de cooperación para que al menos se produzcan unas consecuencias mínimas derivadas de la continua violación de los acuerdos. En segundo lugar, quiero apoyar lo que se acaba de decir sobre la conveniencia de dar al Acuerdo de Ginebra mucho más peso en esta «Hoja de Ruta». Puede que entonces veamos dónde lleva la ruta y finalmente se haga un llamamiento a un debate más convincente sobre el tema. De hecho, parece que se está definiendo al terrorista como alguien que se suicida. Sin embargo, cualquiera que tenga helicópteros y misiles militares no es un terrorista, sino un soldado, y no tiene importancia si mueren muchos más civiles con estos medios que mediante atentados suicidas. No puede ayudar que sigamos adoptando un doble lenguaje a este respecto. Debemos hablar con Israel del mismo modo en que lo hacemos con otros Estados adultos y exigir que una nación democrática esté alerta en estas cuestiones. Tal y como están evolucionando las cosas, no vamos a tener dos Estados viables. No tendremos Estados viables porque Israel morirá en el proceso, y por ello es vital tanto para Israel como para Palestina que también empecemos a hablar con los israelíes como si pudieran tolerar que se les hablase como a adultos.
Morgantini (GUE/NGL).–(IT) Señora Presidenta, 3 500 palestinos muertos, y más de 1 000 israelíes: estimado señor Solana, usted habla de un «llamamiento» y de esperar a que las fuerzas israelíes se retiren de Gaza. Francamente, ya llevo seis años en este Parlamento escuchando palabras sabias que atribuyen la responsabilidad de la situación a una parte u otra, pero hoy los palestinos siguen muriendo, asesinados por un ejército de ocupación. De ocupación. De hecho, la verdad es sencilla: no hay asimetría, hay simetría. Lo que vemos ante nosotros es un país ocupado y el rechazo total hacia la legislación internacional. Deberían creer a Sharon cuando le dice al descendiente de Winston Churchill que estrujará a los palestinos de Gaza y Cisjordania como a un sandwich de pastrami. Dove Weisglass no miente cuando claramente afirma que retirarse de Gaza significa simplemente ponerle antipolillas al proceso de paz.
Esto no son mentiras; esta es la verdad, y esta es la línea política que está adoptando Sharon. Sin duda, no puede haber justificación para los actos criminales que los terroristas palestinos puedan llevar a cabo contra los ciudadanos israelíes. ¿Pero realmente lo único que podemos hacer son llamamientos? ¿Europa no tiene autoridad para decir a Israel «Es hora de terminar con la ocupación militar israelí»?
Esto no es simplista o ingenuo: es la verdad. Estoy cansada de nuestras hipocresías, cansada de seguir así, mientras cada día se destruyen casas y mueren niños. Ayman, de 13 años, que iba al colegio con la cartera puesta y recibió un disparo, es el símbolo de la barbaridad a la que puede llegar un ejército de ocupación militar, al igual que, desde luego, es bárbaro que Hamás deba mandar niños palestinos para lanzar bombas a ciudadanos israelíes.
Sin embargo, creo que tenemos autoridad y poder no solo para hacer llamamientos, sino para decir que la ocupación militar israelí debe terminar. Preocupémonos más bien de dar expresión a la voz de los palestinos e israelíes que luchan juntos por la paz: hay muchos. Son estas voces las que deberíamos escuchar.
Tannock (PPE-DE). – (EN) Señora Presidenta, a diferencia de la oradora que me ha precedido, me niego a condenar de forma tan enérgica al Gobierno de Israel o al ejército israelí en su operación del 29 de septiembre en Gaza para impedir que Hamás, una organización prohibida tanto en los Estados Unidos como en la UE, lanzara cohetes Qassam, que recientemente mataron a dos niños israelíes e hirieron a diez civiles en Sderot. Ningún Gobierno puede tolerar que un enemigo mortífero e implacable asesine a civiles sin reservarse el derecho a tomar represalias con todos los medios a su alcance, y la Autoridad Palestina no ha metido en vereda a sus terroristas.
Por suerte, durante años los cohetes de Hamás se han parecido más a petardos que a bombas, pero desde principios de 2004 se han lanzado 149 cohetes de gran potencia explosiva desde Gaza. La BBC, que no es conocida por su amistad con Israel, ha informado de que de los 16 hombres palestinos abatidos por el ejército israelí, 15 eran conocidos militantes terroristas.
Todos tenemos un enemigo común en la lucha contra el terrorismo islamista internacional. La semana pasada, turistas israelíes inocentes murieron en Taba a consecuencia de un atentado con bomba que tiene todos los distintivos de Al Qaeda. Asimismo, cabe destacar que Israel se ocupó de suministrar apoyo médico y humanitario tanto a todos los heridos como a los inocentes civiles palestinos durante la operación en Gaza.
El Primer Ministro Sharon, a pesar de la feroz oposición del Likud, continúa con la retirada de los asentamientos de Gaza a fin de reactivar la hoja de ruta para la paz en Oriente Próximo y de alcanzar una solución de dos Estados. Sin embargo, insto a la Autoridad Palestina a que tome medidas enérgicas contra Hamás, la Yihad Islámica y las Brigadas Al-Aqsa, porque de lo contrario Israel se mostrará muy reacio a retirarse de Cisjordania, que supone un reto mucho mayor y, en última instancia, también un premio mucho mayor.
De Keyser (PSE).–(FR) Señora Presidenta, Comisario, señor Solana, en cuanto a la situación en Oriente Próximo ¿qué conclusiones podríamos sacar, como Diputados al Parlamento Europeo, un año después de los acuerdos de Ginebra, que acogimos con esperanza al ver que la «Hoja de Ruta» se estaba perdiendo, un año después de los debates en el Pleno sobre la aplicación del acuerdo de asociación entre Israel y la Unión Europea, y unos meses después de la condena del muro, tanto por parte de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra como por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya? Como se ha dicho, el resultado general equivale a un baño de sangre; y como ha dicho el señor Patten, quien a hierro mata, a hierro muere.
Desde la segunda Intifada ha habido 4 350 muertes, incluidas las de 3 500 palestinos; 33 600 casas han sido destruidas; y desde la operación «Día de Penitencia», coordinada por el Gobierno de Sharon, 120 palestinos y tres israelíes han muerto. Tres israelíes son demasiados, señor Tannock, pero también lo son los 120 palestinos, y no debería haberme atrevido a mencionar, como usted lo ha hecho, que dos niños israelíes murieron cuando se sabe que hace dos días una niña palestina que llevaba una cartera fue asesinada por dos soldados israelíes y rematada por un oficial, que le disparó en la cabeza. No debería haberme atrevido a sacar a colación estas cuestiones, pero hoy lo hago.
Pero ¿qué podemos hacer nosotros, el Parlamento Europeo? Les preguntamos acerca del papel que puede desempeñar la Unión Europea en el seno del Cuarteto. ¿Qué otra cosa podemos hacer, como diputados al Parlamento Europeo, sino recordar continuamente en esta Cámara los acuerdos de asociación y condenar de nuevo lo que es indefendible en la legislación internacional? ¿Qué podemos hacer? Nuestra impotencia se combina con rabia. Muchos de nosotros viajamos a Palestina. Yo pasé la mitad de mis vacaciones allí con maestros palestinos tratando con los niños palestinos traumatizados por la guerra. En este Parlamento, ni somos una ONG ni podemos firmar cheques en blanco, porque controlamos la emisión de nuestros cheques. Sin embargo, no podemos resignarnos a esta impotencia y a la idea de que Europa se olvidaría de la legislación internacional.
Hammerstein Mintz (Verts/ALE).–(ES) Señora Presidenta, estoy de acuerdo con el Sr. Solana en que la política del paso a paso se ha agotado.
¿Cuál es la alternativa que proyecta para apuntar más alto? Porque la realidad es muy dura. Primero, la Autoridad Palestina apenas controla ni tiene eficacia en los territorios. Más aún, gracias a la carta blanca de los Estados Unidos, la Hoja de Ruta prácticamente está muerta y será muy difícil resucitarla.
La política de hechos consumados de los asentamientos, el muro, la atroz violencia de los israelíes y palestinos han hecho añicos los propósitos del Cuarteto. Hemos tocado prácticamente fondo. No hay ningún indicio de que las condiciones del Consejo para apoyar la retirada de Gaza sean cumplidas por parte de Israel. Es más, Sharon ya ha dicho que descarta más concesiones israelíes y que realmente no ofrece ningún propósito de paz más allá de la retirada de Gaza.
Deberíamos ser conscientes de que se acaba el tiempo y se agota el espacio de maniobra de una solución mínimamente justa y viable para el pueblo palestino y para la seguridad de Israel. Si la Unión Europea no consigue encarrilar rápidamente la paz en el Oriente Próximo, esta cuestión va a continuar envenenando la paz y la seguridad tanto en el Oriente Próximo como por todo el Mediterráneo.
Gahler (PPE-DE).–(DE) Señora Presidenta, en Europa hay frustración y desconcierto generalizados por la falta de progreso del proceso de paz en Oriente Próximo, aunque todos pensamos que sabemos cuál debería ser el resultado de ese proceso: dos Estados y una resolución amistosa de las disputas territoriales. A tal fin, le pedimos a Israel que no se establezcan más asentamientos, que los que hay no se extiendan y que el muro de Cisjordania no se considere un hecho político al diseñar las fronteras del futuro. Sin embargo, cuando veo que este horrible edificio ha salvado vidas humanas reduciendo sustancialmente el número de atentados suicidas, no puedo criticar a Israel por construirlo, pero puedo criticarlo por el hecho de que el muro no siga la frontera reconocida. De todas formas, sin duda el muro debe mantenerse hasta que la Autoridad Nacional Palestina esté dispuesta a utilizar sus propias fuerzas policiales y de seguridad para arrestar a aquellos que llevan a cabo estos ataques. Es el señor Arafat el que está en medio de este tipo de reorganización efectiva.
Gaza es otro punto en cuestión. No le encuentro explicación a que deban dispararse más cohetes Kassam contra Israel, incluso después de anunciar su retirada militar y civil sin condiciones. Es evidente que ciertos elementos palestinos tienen casi miedo ante la perspectiva de una retirada israelí, porque, en este caso, los palestinos de Gaza finalmente tendrían que organizarse y ponerse a reconstruir la ciudad y sus alrededores. Hasta ahora, Israel ha servido de motivo por el que, con la lucha en contra de la ocupación, en realidad no se ha progresado en el terreno de las medidas necesarias. Su retirada también abriría una vía para volver a aplicar la «Hoja de Ruta», que es lo que solicitó el Cuarteto el 22 de septiembre.
Sin embargo, cuando veo el modo en el que, en esta pequeña zona de Gaza, los miles de personas que integran fuerzas policiales y de seguridad palestinas son claramente incapaces de impedir que se lancen estos cohetes Kassam, empiezo a sospechar que se está provocando a Israel para que permanezca en Gaza. No debemos permitir que este intento salga adelante, porque también en Israel hay personas que no quieren retirarse de Gaza, y a estos elementos no habría que prestarles apoyo. Redunda en beneficio de todos nosotros que empecemos lo antes posible a poner en práctica la «Hoja de Ruta». Todas las partes la han suscrito y deben hacer lo que se han comprometido a hacer.
Menéndez del Valle (PSE).–(ES) Señora Presidenta, el ministro español de Asuntos Exteriores ha dicho que, sobre el conflicto de Oriente Próximo, hay demasiadas declaraciones y poca acción y que ya es hora de pasar a la acción.
Mientras esta llega, me gustaría resaltar que hay declaraciones de representantes de la Unión que no me parecen adecuadas. Por ejemplo, la del enviado para el Próximo Oriente, el Sr. Marc Otte, quien ha dicho al Financial Times Deutchland que -cito textualmente- "el muro de separación israelí cumple su papel". ¿Acaso su papel es impedir el establecimiento de un Estado palestino viable?
Igualmente rechazable me parece el punto 2 de las conclusiones del Consejo de Relaciones Exteriores del 11 de octubre, donde, en mi opinión, una vez más, el doble rasero se hace patente.
¿Por qué condena el Consejo todas las formas de terrorismo, "incluidos los ataques con cohetes en Israel"? ¿Por qué, cuando dice que condena todas las formas de terrorismo, no añade: "incluido el que ha matado a más de 40 niños palestinos y herido a más de 120, hasta ahora en Gaza, en tan solo 12 días"? ¿Por qué el Consejo afirma que Israel tiene derecho a proteger a sus ciudadanos de ataques terroristas, sin añadir que los palestinos tienen idéntico derecho?
Si el Consejo se limita a condenar la naturaleza desproporcionada de las acciones militares israelíes en Gaza, ¿por qué no utiliza el mismo tan manido eufemismo para referirse a los palestinos? ¿Doble moral? ¿Ineficacia? Sí, en mi opinión, sí. Y en mi opinión, efectivamente, basta ya de declaraciones.
Los palestinos continúan esperando. ¿Por cuánto tiempo? Continúan esperando desde la Declaración de Venecia, de la Unión, del 13 de junio de 1980.
(Aplausos)
Swoboda (PSE) . – (DE) Señora Presidenta, señor Solana, señor Comisario, quiero empezar pidiendo disculpas porque otro compromiso me obligará a marcharme poco después de haber finalizado mi intervención. Hay una cuestión específica que quería plantearle, señor Solana, o más bien un comentario que quería hacer siguiendo con lo que ha dicho el Comisario Patten. Estoy plenamente de acuerdo con lo que tiene previsto hacer en sus cuatro puntos. En mi opinión, son equilibrados y correctos. La única cuestión es esta: ¿están dispuestas las dos partes a que pongamos estos planes en práctica? Estoy de acuerdo con el señor Gahler en que hay que establecer la seguridad, pero ¿cuántos dispositivos de seguridad ha destruido Israel en los últimos años? ¿Había voluntad por parte de los palestinos, en la medida en la que así lo desearan –y no todos ellos lo hacían– de responsabilizarse de la seguridad?
Volviendo a la reforma de la Autoridad, ¿cómo puede reformarse la Autoridad cuando el cierre a cal y canto de las fronteras está convirtiendo a Arafat en un héroe para los palestinos? Los palestinos lo habían tenido en menor consideración, y eso fue en lo que Israel le ayudó.
En cuanto al apoyo económico, solo votaré a favor del mismo en esta Cámara cuando esté seguro, o al menos pueda dar por sentado que lo que se invierte en infraestructura no será destruido de nuevo por Israel. Esto es una condición necesaria, porque no se puede esperar que el contribuyente –a quien ambos se han referido con razón– reconstruya infraestructura únicamente para ver cómo se destruye.
Lo mismo se puede decir de las elecciones, que son necesarias, y estoy totalmente a favor de las mismas. También las he discutido con el Ministro de Hacienda, a quien también tiene usted en alta consideración, y cuya esperanza es que se una sangre joven y nueva a la Autoridad Palestina, pero que también me dijo que las elecciones deben ser factibles en cuanto a la totalidad de la infraestructura, y aquí, de nuevo, depende de Israel hacerlas posibles.
Así que apoyo plenamente su programa, que considero bueno, equilibrado y adecuado, pero necesita de ambas partes para poder aplicarse, pues en caso contrario será tan insustancial como lo han sido otros. Se deduce que Israel debe participar de lleno en él y estar dispuesto a poner estas cuestiones en práctica. Si lo hace, entonces estoy a favor de ser tan críticos como podamos con la Autoridad Palestina y tan duros como podamos en nuestras negociaciones con ella.
Solana,Alto Representante. (ES) Señora Presidenta, brevemente, empezaré contestando a las últimas reflexiones de mi buen amigo, el Sr. Swoboda. Los cuatro puntos a los que he hecho referencia, sin ninguna duda tienen que tener la participación de las dos partes, no solamente de la Autoridad Palestina –que lo tiene que hacer–, sino también de Israel. Por eso es por lo que estamos trabajando en esa dirección. Pero creemos honestamente –para hacer verdad la solicitud que había hecho el Sr. Menéndez del Valle hace muy poco– que no son suficientes las palabras, sino que hace falta presentar iniciativas, tratar de actuar. Eso es lo que vamos a intentar hacer. Lo que les he presentado esta tarde es un pequeño programa –pequeño, no por su extensión sino por su profundidad– en el sentido de avanzar en lo que es nuestro objetivo fundamental: la Hoja de Ruta hasta su finalización y en tiempo útil, no dentro de un siglo. Tenga la seguridad de que pondremos en marcha las medidas que podamos.
Me gustaría también subrayar que la retirada de Gaza, si se hace dentro del proceso de la Hoja de Ruta es algo que apoyamos y que sería bueno. Sería bueno que hubiese una ley aprobada por la Kneset por la que se retiren los asentamientos y se financie a la gente que los ocupa para que se marchen. Antes eran financiados para que abrieran asentamientos. Si es verdad que conseguimos dentro de dos semanas que se apruebe una ley que haga lo contrario, será un éxito para Gaza y para el futuro del West Bank. Veremos si se consigue dentro de unos días. ¿Habrá suficientes votos para hacerlo? Creo que sí porque creo que el Partido Laborista va a apoyar en ese caso al Primer Ministro Sharon para sacar esa ley adelante.
Pero insisto, estos cuatro puntos que he mencionado requieren y necesitan la contribución, el apoyo y la comprensión por parte de los palestinos y por parte del Gobierno de Israel.
Pero me gustaría también subrayar que he hablado de algo más; no podemos seguir solamente con un proceso incrementado. Creo que hay que dar un salto más valiente hacia adelante y empezar a definir los parámetros finales sobre los cuales las dos partes se tienen que poner de acuerdo. Para eso, lógicamente, es fundamental que exista un interlocutor aceptado por las dos partes. Por eso es tan importante el apoyo que vamos a dar a los palestinos, para que puedan desarrollar realmente, en las condiciones en las que están ahora, la posibilidad de encontrar la fórmula de establecer una Autoridad Palestina sólida, representativa, capaz de hacer de interlocutor viable con Israel. Eso es lo que nos diría la racionalidad.
La irracionalidad nos diría otras cosas. A lo peor, desgraciadamente, domina la irracionalidad frente a la racionalidad. Desgraciadamente, lo hemos visto en múltiples ocasiones. Nosotros, mujeres y hombre políticos tenemos que seguir apoyando la racionalidad de las acciones. Si, desgraciadamente, las personas que están encargadas de la dirección de otros países no sienten lo mismo, tendríamos que ver cuál es la mejor forma para operar en esas condiciones.
Quisiera decir tres cosas nada más. La primera es que no he tratado de evitar hablar del tema regional. Me parecía que con el tiempo que se había marcado en el debate no había suficiente para hablar de todos los temas regionales. Sin duda el tema de Iraq, de Irán y todos los temas que su Señoría ha planteado son temas que están en nuestra agenda prioritariamente. Me parecía que no era el día para entrar en ellos y por lo tanto no lo he hecho.
La segunda cuestión es que quisiera decir con todo cariño a mi buena amiga que yo no he hecho llamadas ni apelaciones de buena voluntad. No estamos entre personas que pertenecemos a organizaciones caritativas. Somos hombres y mujeres políticos que deseamos que se resuelvan los problemas. Al final de mi intervención he hecho una apelación de carácter moral, pero el resto ha estado lleno de medidas concretas, específicas, que deben conducir –si se ponen en práctica– a resultados positivos.
Finalmente, quisiera defender a mi representante personal y representante de toda la Unión Europea, el Sr. Marc Otte, y le rogaría al Sr. Menéndez del Valle que leyera las declaraciones en su totalidad.
Señora Presidenta, si me permite, y saliéndome del tema, creo que es la última vez que voy a estar en esta Asamblea, en el Parlamento Europeo, con un buen amigo el Comisario Chris Patten. Hemos vivido cinco años juntos. Mucha gente que está aquí hoy sentada pensaba que íbamos a ser dos catástrofes, él y yo, y multiplicadas por dos al hacerlo juntos. Se ha demostrado todo lo contrario, que dos más dos no son cuatro sino que pueden ser seis. Eso, creo que debemos agradecerlo a la cooperación y particularmente a la inteligencia de Chris Patten.
(Aplausos)
Su buen sentido y su inteligencia han sido una lección de buen hacer para todos –al menos para mí, Chris– y espero que desde Oxford tu consejo siga llegando a partir de las ondas, internet, la palabra, los libros, de lo que sea, pero que siga llegando. Gracias, Chris, por tu cooperación en estos cinco años. No te olvidaremos.
(Aplausos)
El Presidente. Llegados a este punto, daré por concluido el debate sobre este tema.
DECLARACIONES POR ESCRITO
(ARTÍCULO 142)
Figueiredo (GUE/NGL).–(PT) La situación actual en Oriente Próximo es terrible, y plantea una preocupación particular la grave situación de Palestina, donde el Gobierno de Sharon está cometiendo los crímenes más horribles contra los palestinos.
La arrogancia provocadora de Israel y el terrorismo de Estado de su Gobierno, que ha gozado del apoyo firme del Gobierno Bush y que, al igual que las fuerzas ocupantes de Iraq, está matando diariamente a ancianos, mujeres y niños, no puede seguir quedando impune.
La Unión Europea no puede seguir manteniendo una posición débil. Es hora de que el Consejo Europeo tome medidas firmes, convierta la opinión del Parlamento en acción, suspenda el Acuerdo de Asociación con Israel y exija el cumplimiento de las decisiones de las Naciones Unidas.
La arrogancia provocadora de Sharon y de su Gobierno, que goza del apoyo del Gobierno Bush, es terrible. El Gobierno Bush vetó un proyecto de resolución que condenaba las actividades terroristas de Israel, mientras la gente está luchando por su derecho a la libertad y a la dignidad.
Los palestinos, al igual que los iraquíes, tienen derecho a un Estado, derecho a determinar su propio destino y derecho a vivir en paz.
Toussas (GUE/NGL). – (EL) Expresamos nuestra repugnancia y condena por el crimen constante que el Gobierno israelí está cometiendo contra los palestinos. El trágico recuento al final de los «Días de Penitencia» fue 111 palestinos muertos en 15 días, incluidos niños y estudiantes.
Condenamos a aquellos que fomentan la agresión israelí. Condenamos a los Estados Unidos por apoyar y armar al Gobierno israelí. Condenamos a la UE, que está en contra del genocidio de los palestinos de palabra, pero lo tolera de hecho poniendo a ambas partes en igualdad de condiciones. La condena solo en palabras es hipocresía. La UE sigue proporcionando apoyo económico a Israel mediante acuerdos de asociación y armándolo. Ni siquiera un delegado de un Estado miembro de la UE fue al Tribunal de La Haya para testificar sobre el muro israelí. La «sagrada familia» en la cumbre de la OTAN en Estambul respaldó unánimemente los planes imperialistas de los Estados Unidos para un «Gran Oriente Próximo», que prevén un aumento de las relaciones de la OTAN con Israel.
Por lo tanto, exigimos que se tomen medidas económicas y políticas inmediatamente, incluida la suspensión inmediata del acuerdo de asociación y cooperación con Israel, a fin de obligar al Gobierno israelí a que ponga fin al asesinato de palestinos, a que retire las fuerzas de ocupación israelíes de suelo palestino, a que derribe el muro de la vergüenza y a que cree un Estado palestino independiente con capital en Jerusalén oriental.
5. Situación en Georgia
El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate de la declaración del Consejo sobre la situación en Georgia.
Solana,Alto Representante. (EN) Señora Presidenta, voy a hablar sobre Georgia, un tema muy importante, y estoy seguro de que la mayoría de los aquí presentes están muy preocupados por la situación en ese país. Desde el comienzo del cambio político en Georgia, la Unión Europea mantiene estrechas relaciones con el nuevo Gobierno y los nuevos dirigentes políticos que gobiernan en Georgia desde la llamada «revolución rosa».
Quiero explicarles lo que hemos hecho hasta ahora. En primer lugar, hemos nombrado un representante especial, el señor Heikki Talvitie, quien nos representa en la región y, en particular, en Georgia. Todo el mundo, incluido el Presidente Saakashvili, el Ministro de Asuntos Exteriores, el Gobierno en su conjunto y los países de la región aprecian enormemente el papel que ha desempeñado. Ha sabido actuar de vínculo entre Georgia y Rusia, lo cual, como pueden ustedes imaginar, es un elemento muy importante en la situación actual.
En segundo lugar, hemos incluido a Georgia y a dos países más de la región, Azerbaiyán y Armenia, en la política de vecindad, cosa que es muy importante. Esta es la forma más importante de ayudar a estos países a acercarse a la Unión Europea. Lo hemos hecho con rapidez, y tanto el pueblo como los dirigentes de Georgia se han sentido muy felices con esta decisión.
Asimismo, quiero decir que la Unión Europea ya organizó una conferencia de donantes para Georgia. Fue un éxito, justo después del cambio de Gobierno. En julio lanzamos la primera operación de la PESD para el Estado de Derecho en Georgia. Está funcionando muy bien. Se trata de una innovación, una de las muchas operaciones y acciones que la Unión Europea puede llevar a cabo entre toda la panoplia de capacidades de que disponemos para ayudar a países en transición.
La situación en Georgia no es buena desde un punto de vista económico. El PIB ha disminuido casi un 60 %, lo cual es muy preocupante. Probablemente, el 60% de la población vive por debajo del umbral de pobreza y aún hay 300 000 personas desplazadas a causa de las guerras en Georgia.
No puedo concluir el tema de Georgia sin hablar de los conflictos y los problemas a que se enfrenta el país. Georgia ha resuelto un problema mediante la autonomía de Adjaria, pero aún quedan dos grandes problemas que no se resolverán tan fácilmente: el problema de Osetia del Sur y el problema de Abjasia. La OCDE puede desempeñar un papel importante en este terreno. El señor Talvitie, nuestro representante, continuará trabajando en ello. Sin embargo, la solución de estos problemas no será tan sencilla como la que he mencionado antes, que se resolvió sin conflictos mediante el proceso de autonomía. Será más difícil. Requerirá una buena comprensión por parte de Rusia. Estamos dispuestos a desempeñar ese papel si es necesario, pero tenemos la impresión de que estas dos cuestiones tomarán más tiempo y serán más difíciles. En cualquier caso, tienen que resolverse. Si no se resuelve el problema, la integridad de Georgia nunca será una realidad.
También quiero decir algo sobre la cooperación regional. Georgia no puede aislarse de sus otros dos vecinos en el sur del Cáucaso: Azerbaiyán y Armenia. Mantenemos relaciones con los tres países. Nos gustaría construir una relación viva e importante con los tres países, cercana a la Unión Europea y a su sueño. Por lo tanto, quiero decir que el Presidente Saakashvili tiene el apoyo de la Unión Europea. Desde el principio ha estado claro que se enfrenta a enormes problemas. Vamos a ayudarle con las reformas internas que tiene que llevar a cabo y en las relaciones de Georgia con los países vecinos, en particular sus relaciones con Rusia, lo cual será muy importante. Como saben, aún quedan tropas rusas en Georgia. El Presidente Saakashvili ha dicho que no aceptará un ejército de ningún otro país en su territorio y, por lo tanto, dará garantías a los rusos para que se retiren sin correr el riesgo de que otro ejército de algún otro país aparezca en Georgia. Georgia se enfrenta a tiempos difíciles y necesita la ayuda de sus amigos. Aquí estamos. Somos amigos de Georgia.
Patten,Comisión. (EN) Señora Presidenta, permítame plantear brevemente tres preguntas. ¿Hasta dónde ha llegado Georgia desde la «revolución rosa» hace once meses? ¿Cómo hemos intentado ayudar a Georgia en este proceso? ¿Cuáles son los retos futuros en las relaciones UE-Georgia?
En primer lugar, los logros de Georgia. En primer lugar, por supuesto, todos los observadores consideran que las elecciones presidenciales y parlamentarias en enero y marzo de este año han sido las más libres y justas en la historia postsoviética de Georgia. Ahora Georgia tiene un Presidente y un Gobierno con un mandato popular muy sólido para llevar a cabo las profundas reformas políticas y económicas que todos creemos tan necesarias.
Se ha comenzado con buen pie al abordar los problemas estructurales de Georgia, por ejemplo la corrupción endémica, que ha perjudicado todos los aspectos de la vida en Georgia. Las finanzas del Estado están comenzando a recuperarse. La recaudación de impuestos ha aumentado, lo cual ha permitido que el Gobierno de Georgia pague los salarios puntualmente. La reforma de las fuerzas policiales ha comenzado y se ha presentado un nuevo código fiscal al parlamento. Solo es el principio, pero Georgia ha progresado mucho en los últimos once meses.
¿Cómo hemos ayudado desde noviembre del año pasado? En primer lugar, hemos ofrecido un firme apoyo político a los nuevos líderes políticos y les hemos animado a proseguir en el camino de la reforma. Hemos mantenido un estrecho contacto con ellos y con el representante especial, quien ha realizado una excelente labor. Hace poco, el Presidente Prodi ha visitado Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Era la primera visita de un Presidente de la Comisión al sur del Cáucaso, y demostró a todas luces, este mismo mes, el apoyo de la Comisión a Georgia.
También hemos ayudado a movilizar un apoyo financiero internacional significativo para la agenda de reforma del Gobierno de Georgia. Sus Señorías estarán al tanto del gran éxito de la conferencia que organizamos junto con el Banco Mundial en junio. Fue muy bien. En junio duplicamos a 137 millones de euros nuestro compromiso con Georgia durante los años 2004 a 2006. Así pues, hemos aumentado de forma sustancial la contribución de apoyo a la reforma en Georgia.
La tercera manera en la que hemos ayudado a Georgia es la inclusión de Georgia, Armenia y Azerbaiyán en la política de vecindad europea. La Cámara le ha dado un amplio respaldo.
¿Qué retos nos esperan? En primer lugar, Georgia tiene que seguir adelante con la reforma. No cabe duda de que el trabajo más arduo es hacer realidad el compromiso de reforma, en particular en un país como Georgia, cuyas instituciones estatales han sido vaciadas de contenido y han quedado muy debilitadas en los últimos años.
En segundo lugar, tenemos que trabajar para explotar las posibilidades que ofrece la inclusión de los países del Sur del Cáucaso en la política de vecindad a la que me he referido. Por lo que respecta a Georgia, tiene la responsabilidad de demostrar un compromiso real con la reforma política y económica; es la única manera de garantizar la estabilidad de Georgia a largo plazo. Será un punto crucial en el plan de acción que esperamos en su momento para negociar con las autoridades de Georgia.
El otro reto son los conflictos en torno al territorio de Georgia. Acogemos con satisfacción, y el Alto Representante ya lo ha mencionado, la declaración del Presidente Saakashvili en la Asamblea General de las Naciones Unidas confirmando el compromiso de Georgia de resolver los conflictos exclusivamente por la vía pacífica. Nuestra posición en la UE está clara: apoyamos la soberanía y la integridad territorial de Georgia; instamos a todas las partes a que traten de resolver los conflictos mediante la negociación, la creación de confianza y medios exclusivamente pacíficos. Nuestros programas de rehabilitación en Osetia del Sur y Abjasia pueden ayudar a generar confianza entre las comunidades.
Si queremos resolver los conflictos y asegurar la estabilidad de Georgia a largo plazo, es esencial que las relaciones entre Georgia y Rusia mejoren de forma considerable. Esperamos que los Presidentes y Gobiernos de estos países puedan trabajar para encontrar soluciones a las diferencias bilaterales manteniendo el respeto de la soberanía de cada país. Desde nuestro punto de vista, el sur del Cáucaso es una parte muy importante de la vecindad común de la Unión Europea y Rusia. Continuará teniendo prioridad en nuestro diálogo bilateral con Rusia. Nuestra opinión, como saben, es que los mejores vecinos son fuertes, estables y prósperos. Esto es lo que queremos decir cuando hablamos de trabajar por la mejora de una vecindad común. Espero que el Gobierno de la Federación Rusa opine lo mismo. Es la mejor manera de buscar métodos para asegurar una Europa pacífica y una vecindad europea en los próximos años.
Para concluir, quiero expresar mi gratitud a mi amigo, el Alto Representante, por lo que ha dicho, porque –tomando prestado un comentario– mi padre lo habría disfrutado mucho y mi madre se lo habría creído. Ha sido un gran placer trabajar con Javier Solana durante los últimos cinco años. Es cierto que ni siquiera los pedagogos y los estudiantes de doctorado más eruditos podrían encontrar alguna cuestión en la que el Alto Representante y yo hayamos diferido en los últimos cinco años. Ha sido un verdadero placer para mí trabajar con él. Hay mucho cinismo en torno a la política, pero solo quiero subrayar que ha sido un amigo durante estos cinco años y seguirá siéndolo. Le deseo mucha suerte cuando entre en vigor el Tratado Constitucional y él asuma sus responsabilidades como Ministro de Asuntos Exteriores. También les deseo lo mejor a mis sucesores como Comisarios europeos responsables de la cartera que he tenido el placer de asumir.
Finalmente, deseo pedir disculpas a sus Señorías por no poder asistir a todo el debate. Tengo una cita con el médico en la que ha de manipularme el cuello –aunque no de forma tan permanente como algunos diputados a la Cámara hubieran deseado en algunas ocasiones.
(Aplausos)
El Presidente. – Bien, señor Patten, solo espero por su bien que el doctor lo manipule correctamente, y ahora propongo que entremos en debate.
Landsbergis (PPE-DE) – (LT) Señora Presidenta, señor representante de la Unión Europea, miramos a Georgia con esperanza, puesto que muestra una autodeterminación resuelta por establecer un Estado de Derecho democrático. Su población, que son nuestros vecinos europeos, lo necesita. Durante muchos años sufrieron una dictadura soviética, después de la cual han tenido que sufrir conflictos internos, interferencias extranjeras y corrupción. Debemos apoyar a Georgia como un país que ha afirmado sus aspiraciones euroatlánticas y ya ha empezado a tomar medidas concretas para acercarse más a los principios y normas de la Unión Europea. Puede ser que Georgia tenga que escoger una de las alternativas duras, si los dos retos más importantes resultan ser demasiado difíciles para resolverse simultáneamente. Debido a la conocida división obligada de Georgia en una parte principal y dos partes separadas de facto, las alternativas para este país son las siguientes: establecer una democracia europea en la parte de Georgia a la que es leal y está gobernada por Tiflis, es decir, poder legislativo con una economía libre y derechos para las minorías o esforzarse por finalizar la división lo antes posible y restaurar el poder legislativo y el control administrativo del Estado de Georgia en la totalidad del territorio del país. De estas pruebas, mi consejo es que se dé prioridad al primer reto –la construcción de un Estado democrático en la zona que hoy gobierna Georgia. No obstante, el hecho de que Georgia mire a Occidente, a sus vecinos europeos y a la Unión Europea, también constituye una prueba para la Unión Europea. Ese es el principio de apertura europea. Cuando consideramos el Continente de Europa en sí mismo, que es cuna de tierras de antiguas leyendas y del vellocino dorado, Georgia es uno de los Estados cristianos más antiguos. Que aquellos países que aceptan nuestros ideales se acerquen más a nosotros en todos los sentidos. Y la buena voluntad de la Unión Europea estimulará su progreso. Gracias.
Wiersma (PSE).–(NL) Señora Presidenta, desde que fue declarada independiente en 1991, Georgia ha tenido graves problemas para garantizar la soberanía en la totalidad de su territorio. De forma muy rápida, movimientos separatistas en Osetia del Sur y Abjasia han conseguido, a fuerza de conflicto armado, separar partes importantes del país del control del gobierno central. A pesar de intentos casi incesantes por parte de las Naciones Unidas en Abjasia y de la OSCE en Osetia del Sur para alcanzar una solución política pacífica de estos conflictos, no se ha progresado mucho hasta la fecha. La continua existencia de estos hervideros de conflicto constituye una amenaza permanente para la estabilidad en Georgia. Los brotes de lucha en Osetia del Sur en agosto de este año solo son una clara ilustración de esto, como lo son las elecciones ilegales, llamadas presidenciales en Abjasia, que ponen en peligro el desarrollo de la democracia en Georgia.
Además de las cuestiones de hoy, quisiera hacer algunas observaciones sobre el papel de la Unión Europea. Apoyamos la línea establecida por el señor Solana y el Comisario Patten, y otros diputados a esta Cámara sin duda harán observaciones más detalladas. Tras la adhesión de ocho Estados miembros nuevos de Europa central a la Unión Europea, los problemas de los países vecinos, especialmente los Estados que una vez formaron parte de la Unión Soviética, se han acercado mucho más a nosotros. Con la inminente adhesión de Rumanía, el conflicto persistente de Moldova sobre la separación de Transdniéster supondrá una amenaza continua para la seguridad y la estabilidad en una de las nuevas fronteras exteriores de la Unión Europea. Les puedo asegurar que la situación en Transdniéster es muy similar a la de Georgia. El desarrollo de los acontecimientos no nos deja otra opción que seguir mucho más de cerca lo que está ocurriendo en los países de nuestro alrededor. Es necesario que la Unión Europea asuma una responsabilidad más grande y en mayor medida que antes, a fin de reforzar la democracia y la estabilidad en esos países. Se deduce que un brote repentino de conflictos y una supresión permanente de los derechos humanos en nuestras puertas constituye una amenaza para la estabilidad y la democracia en los Estados miembros de la propia Unión Europea. La conclusión de los acuerdos de asociación y cooperación y el desarrollo por parte de la Comisión de la estrategia para los nuevos vecinos y los planes de acción que subsiguen suponían un primer paso hacia la asunción de esta mayor responsabilidad. En nombre del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, recomendaría a la Comisión y al Consejo que tradujeran rápidamente estas iniciativas en medidas concretas, tanto en el ámbito de refuerzo de la democracia como en el ámbito de una reforma minuciosa de la política económica y social en los países en cuestión.
No obstante, la responsabilidad de la Unión Europea tendrá que ir más allá. También tendrá que incluir una mayor implicación en la búsqueda de una solución pacífica a los conflictos de Osetia del Sur y Abjasia, y no solo allí, sino también en Transdniéster y Nagorno-Karabaj. La Unión Europea no puede hacer esto sola. Tendrá que buscar una alianza con Rusia, pero el Gobierno ruso también tendrá que dejar de desempeñar un doble papel en muchas de estas zonas de conflicto; es inaceptable que Rusia tenga que actuar como intermediaria mientras al mismo tiempo se pone de parte y apoya a una de las partes implicadas en los conflictos, ya sea en Transdniéster o en Georgia. Para la Unión Europea, no se trata de querer apartar a empujones a Rusia de esa parte de Europa y extender su propio interés geoestratégico en Europa Oriental. La Unión Europea –en la medida de lo posible, junto con Rusia– tiene interés por establecer la paz, la estabilidad, el progreso económico y social en sus fronteras o cerca de ellas. Gracias.
Newton Dunn (ALDE). – (EN) Señor Presidente, cuando visité Tiflis con la delegación del Parlamento a Georgia y el Cáucaso meridional, me llamó la atención no solo la gran decencia y simpatía de la población de Georgia, sino también todo lo que hay que cambiar en ese país que se encuentra en una situación tan difícil. La enorme anarquía y la necesidad de reforzar la ley y el orden; la necesidad de que las tropas rusas cumplan su promesa y se retiren; la necesidad, sobre todo, de tolerancia entre los pueblos vecinos del Cáucaso meridional, para adoptar el modelo de la Unión Europea –la manera de aprender a vivir en paz y tolerancia y respetándose unos a otros, cosa que han de hacer. Todos estamos de acuerdo en que nos interesa sin duda ayudar a los pueblos de Georgia porque son nuestros vecinos y compartimos un futuro con ellos.
Quiero rendir un sentido homenaje a mi amigo el señor Patten, que veo que ya se ha ido al médico. Ha actuado con gran acierto como Comisario. A él le debemos una enorme gratitud y siento que le vayamos a perder.
Isler Béguin (Verts/ALE).–(FR) Señora Presidenta, señor Solana, el entusiasmo popular que llevó a Georgia a realizar su revolución de terciopelo ha provocado que la gente tenga expectativas enormes. Aspiran a unas condiciones de vida mejores, a una estabilidad política y a ver la lucha contra la corrupción y el establecimiento de un Estado gobernado por el Estado de Derecho.
Este nuevo impulso no debe debilitarse, y todos somos responsables del apoyo a este movimiento pacífico. La escalada de violencia, junto con los asesinatos y ataques condenados el pasado verano en Osetia del Sur muestran el punto hasta el que Georgia, como la totalidad de la región del Cáucaso Meridional, sigue siendo frágil y está en peligro de sumergirse en el conflicto armado. Desgraciadamente, este miedo ha sido exacerbado por las recientes declaraciones de las autoridades rusas, que podrían realizar huelgas preventivas en el Cáucaso Meridional bajo la consigna de su doctrina de seguridad. Condenamos dichas huelgas en Iraq, y las condenamos en este caso. No obstante, Rusia sigue estando en una posición clave para resolver estos conflictos regionales, y no solo en Georgia. Sin embargo, no puede seguir participando doblemente, por un lado apoyando a la comunidad internacional en sus esfuerzos por ayudar a las autoridades de Georgia a establecer un Estado gobernado por el Estado de Derecho y por otro apoyando a los separatistas de Abjasia y Osetia, concediéndoles, por ejemplo, pasaportes rusos o abriendo la línea ferroviaria que une Sujumi y Rusia.
Mi primera pregunta es sencilla: ¿cuáles son los compromisos que la Unión Europea pretende exigir a Rusia a fin de conseguir una resolución duradera en esta región de los conflictos que se han extinguido pero no se han resuelto? El compromiso de la Unión Europea en esta región se ha incrementado sin duda alguna, como dijo, con el Representante Especial de la Unión Europea y la Misión Estado de Derecho para Georgia –una primicia, como ha subrayado usted. No obstante, la urgencia de la situación es tal que la Unión Europea tiene que avanzar más. Debe preparar un plan de trabajo genuino para su representante, que pueda servir de impulsor o negociador para conseguir una resolución pacífica de los conflictos. Por ejemplo, su ayuda podría ser valiosa en la próxima reunión entre el Primer Ministro de Georgia, el señor Jvania, y el líder separatista de Osetia del Sur, el señor Kokoity. Georgia es una pieza de un puzzle gigante del Cáucaso, y no olvidemos que estos países son países europeos. Ellos serán los últimos candidatos en adherirse a una Unión Europea completada con éxito.
En este contexto, la otra cuestión es la integración. ¿Va a hacer oídos sordos la Unión Europea a la petición pública realizada por el señor Saakashvili, Presidente de Georgia, de integración en la Unión Europea? Es una pregunta seria y legítima. No nos contentaremos con un compromiso con la Nueva Política de Vecindad para el cual nosotros, el Parlamento Europeo, hemos obligado al Consejo a integrar el Cáucaso Meridional en esa nueva vecindad. No dejemos a estos países enfrentarse solos a la cuestión de las fronteras europeas. Señor Solana, ¿podemos abrir las puertas a los Balcanes y cerrarlas al Cáucaso?
Fotyga (UEN).(PL) Señora Presidenta, señor Solana, estoy encantada con las declaraciones realizadas por el señor Solana y el señor Patten sobre Georgia.
El Jefe del Estado de Georgia fue elegido el 4 de enero de 2004, cuando el Presidente Saakashvili recibió un mandato democrático sin precedentes en nuestro lado del mundo. Tiene tareas importantes por delante, que incluirán la reforma del Estado y no simplemente la restauración de la integridad territorial de Georgia. El mandato del Presidente Saakashvili también es un momento de gran esperanza para todo el pueblo de Georgia. Como representante de Polonia, soy consciente de la inmensa dificultad que conlleva sostener dicha esperanza, pero la esperanza es necesaria para llevar a cabo reformas tan importantes como la que le espera a Georgia. Me han resultado especialmente interesantes los comentarios del señor Patten sobre la introducción de la cuestión del apoyo a Georgia y las ambiciones del Presidente Saakashvili en la agenda para las conversaciones bilaterales con Rusia. Creo que deberíamos adoptar un enfoque muy decidido durante estas conversaciones, puesto que la postura de Rusia es clave para la solución de los problemas de Georgia en un futuro cercano. También es crucial resolver una situación que, como puede verse en nuestra propuesta de resolución, todos estamos de acuerdo en que está en un punto muerto, a pesar de todos los esfuerzos de la comunidad internacional. Queremos que se reduzca la presión ejercida por Rusia, y que la cooperación con los separatistas…
(La Presidenta interrumpe a la oradora)
Battilocchio (NI).–(IT) Señora Presidenta, hablo en nombre del nuevo Partido Socialista italiano representado en esta Cámara por mí y por el señor De Michelis. El Cáucaso es una región que, por razones geopolíticas y económicas, corre el riesgo de ser explotada. Una región donde distintas culturas y grupos étnicos, cristianos y musulmanes, respiran el mismo aire, con todas las dificultades que eso conlleva.
Beslán, la «revolución de la rosa» en noviembre de 2003 y los problemas en Georgia de este verano pasado son solo la punta del iceberg. Entendemos la preocupación de Rusia por defender la seguridad nacional y sus propias fronteras, y de combatir el terrorismo. No obstante, esto no ocurrirá con armas y represalias, y mucho menos dejando a un lado el diálogo pacífico y transparente con todas las partes implicadas.
Por ello es importante que la Unión Europea intervenga con celeridad para promover la reforma de el sistema jurídico, penitenciario y fiscal a fin de combatir la corrupción y permitir que el territorio esté controlado de forma efectiva; que aumente los recursos disponibles para el representante especial de la Unión Europea en el Cáucaso; que ayude a redefinir la relación entre el centro y las regiones, mediante la transferencia de activos públicos del centro a aquellas zonas más deprimidas económicamente y al mismo tiempo diferentes en etnias para impedir nuevas fuerzas centrífugas; que refuerce el papel de la sociedad civil, especialmente en las regiones separatistas; y, por último, que utilice cualquier medio posible para impedir la actividad militar renovada, en coordinación con la OCDE.
Paasilinna (PSE). – (FI) Señora Presidenta, señor Solana, queremos la desmilitarización total de la región; queremos que Rusia se retire de la zona. Me pregunto qué tipo de paz están construyendo los americanos cuando forman a soldados de Georgia allí, y quién se beneficia actualmente de este proyecto de oleoducto. En la Unión Europea enseñamos el Estado de Derecho, no cómo disparar una pistola, y esta diferencia siempre debería aclararse a nuestros amigos. Las elecciones que se celebraron fueron un buen ejemplo de progreso. El enviado especial Heikki Talvitie ha realizado un buen trabajo allí, pero la región del Cáucaso muestra todos los síntomas de conflictos crecientes y continuados: étnicos, económicos, religiosos, militares y políticos.
De hecho, la situación se ha ido de las manos, por lo que respecta a todos los implicados, incluidos los rusos de Rusia, especialmente los que están cerca de la frontera. Este es un enorme problema para nosotros. Sigue avanzando y es difícil de detener. Es bueno que Georgia, Armenia y Azerbaiyán estén acogidas a nuestra política de buena vecindad, pero eso no es suficiente. Creo que en este caso la clave de la situación está en la relación entre Georgia y Rusia.
Quiero preguntarle algo, señor Solana. Pronto se reunirá con el Presidente Putin. ¿Le mencionará las relaciones entre Georgia y Rusia cuando se reúna con él?
Beglitis (PSE). – (EL) Señora Presidenta, quiero dar las gracias al señor Solana por su informe.
El conflicto continuo de Georgia nos preocupa a todos, porque crea las condiciones para la desestabilización del Cáucaso en su conjunto, con repercusiones sobre los intereses de seguridad estratégicos de la Unión Europea y sus Estados miembros, los Balcanes y el Mediterráneo Sudoriental y Oriente Próximo en su conjunto.
Teniendo en cuenta los riesgos relacionados con la energía en la zona, la Unión Europea debería tomar inmediatamente iniciativas específicas para promover una resolución pacífica de los conflictos en Abjasia y Osetia del Sur. Dentro de este marco, convocar una conferencia internacional bajo los auspicios de las Naciones Unidas podría ayudar a encontrar una solución pacífica y diplomática. Al mismo tiempo, la Unión Europea debería elaborar iniciativas específicas dentro del marco de la política de vecindad europea y hacer su presencia estratégica en la zona más visible. La planificación estratégica es necesaria, junto con una gran ayuda económica en forma de asistencia por parte del Banco Europeo de Inversiones y relaciones comerciales preferentes con Georgia y el resto de países del Cáucaso.
Los acontecimientos en Georgia también preocupan a Grecia, porque miles de ciudadanos de descendencia griega viven en Georgia en estado de inseguridad. Grecia ha tomado importantes iniciativas a nivel bilateral en los últimos años para financiar proyectos de infraestructura en los sectores de sanidad, educación e intercambios culturales y educativos, a fin de construir una sociedad civil democrática.
Quiero terminar subrayando el papel crucial desempeñado por Rusia en la zona. La Unión Europea necesita integrar de modo dinámico las relaciones con el Cáucaso en el diálogo político con Rusia. Al mismo tiempo, necesitamos expresar nuestra oposición constante hacia la postura del Gobierno Putin acerca de la intervención militar preventiva, tal y como lo hemos hecho repetidamente con la doctrina de los Estados Unidos del Gobierno Bush. Esta postura pone en peligro la paz porque alimenta el conflicto, alimenta el círculo vicioso del terrorismo y el crimen organizado.
Solana,Alto Representante.(FR) Señora Presidenta, seré breve porque creo que todos estamos de acuerdo en lo que se va a hacer y decir sobre Georgia y sobre los países vecinos de nuestra Europa ampliada. Quisiera subrayar tres puntos que, en mi opinión, son significativos e importantes. Las reformas políticas son necesarias, y tenemos que apoyarlas. También tenemos que cooperar con estos países en lo relativo a reformas económicas, especialmente en Georgia. Finalmente, necesitamos ayudarles a resolver los problemas regionales.
No obstante, quiero subrayar otros dos puntos en particular: en primer lugar, las relaciones con Rusia, como varias de sus Señorías han mencionado. Puedo decirles que la cuestión de las relaciones con los países de la región se plantea en todas las reuniones que tenemos con nuestros amigos rusos, y en todos los niveles; con el Presidente Putin, el Ministro Ivanov y con todos. Puedo decirles que en las reuniones en Nueva York hablamos en profundidad con nuestros amigos rusos y examinamos desde todos los ángulos y de todos los modos la cuestión de los países que forman frontera con Rusia y la Europa ampliada.
También quiero subrayar el papel de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que nadie ha mencionado. La OSCE es la organización cualificada para gestionar las cuestiones entre estas regiones y que también se responsabiliza de la aplicación de los compromisos de la declaración de Estambul relativa a la retirada de tropas rusas de Georgia en particular. Mi amigo el señor Wiersma ha hablado sobre esto.
Siendo este el caso, puedo decirles que todos estamos de acuerdo en cuanto a la necesidad de cooperar con estos países y proporcionarles toda la ayuda política y económica que necesitan. Estos países, con sus valores europeos, pertenecen a Europa. No obstante, por el momento, debemos seguir operando dentro del marco de la política de vecindad y seguir haciendo uso de todas las oportunidades que nos permite este mecanismo.
PRESIDENCIA DEL SR. COSTA Vicepresidente
El Presidente. Doy las gracias al Consejo y a todos aquellos que han participado en este debate. Quisiera terminar informando a la Cámara de que la Mesa ha recibido seis propuestas de resolución y que la votación tendrá lugar mañana.
6. Futuro del Espacio de libertad, seguridad y justicia
El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate de las declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre el futuro del espacio de libertad, seguridad y justicia, que también se someterá a votación mañana en el informe del señor Bourlanges.
Cedo la palabra al señor Donner para que hable durante diez minutos en nombre del Consejo.
Donner,Consejo. (NL) Gracias, señor Presidente. También quiero darle las gracias por invitar a la Presidencia a intercambiar ideas con usted acerca del programa plurianual sobre Justicia y Asuntos de Interior. No solo ya se han establecido contactos, sino que también hay un grado de interés satisfactorio sobre el tema; por ejemplo, el señor Bourlanges y el señor Gargani asistieron a la reunión informal de Ministros de Justicia y Asuntos de Interior de los días 30 de septiembre y 1 de octubre, que estaba totalmente dedicada al programa plurianual. Sin duda, la Presidencia ha leído el informe que el señor Bourlanges ha redactado, como ponente, en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior. Como ya he dicho al Consejo, esta preparación nos ofrece la oportunidad de distanciarnos en cierta medida de las preocupaciones actuales y de considerar el medio plazo.
La Presidencia cree que las preguntas principales son: «¿De qué seremos capaces en la Unión Europea dentro de cinco años?» o «¿Qué aspecto debería tener el espacio de libertad, seguridad y justicia en ese momento a fin de ajustarse a las necesidades que nuestros ciudadanos tengan entonces?» La última es crucial. De hecho, el espacio existe para los ciudadanos y no al revés. Considerando de nuevo los debates que se han celebrado en el Consejo y el informe del señor Bourlanges, es evidente que el Consejo y el Parlamento Europeo, en su mayor parte, están prestando atención a las mismas cuestiones. De ese modo, puedo informarles de que las propuestas de directrices políticas que la presidencia está presentando actualmente a debate tratan un número considerable de las cuestiones mencionadas en la resolución. Es importante que de ese modo podamos otorgar la consideración que esta resolución se merece cuando alcancemos la fase final.
No quiero adelantarme a este debate. Hasta la fecha, solo se ha celebrado una reunión informal. Sin embargo, a este respecto me referiría a cuestiones como la extensión del ámbito de aplicación del procedimiento de codecisión, los derechos civiles, las autoridades de formación policial y judicial, el reconocimiento mutuo y, en conexión con esto, normas mínimas comunes, planes de contingencia, refuerzo de Europol y Eurojust y también las cuestiones relativas a la inmigración, a la lucha contra la inmigración ilegal, el asilo, la repatriación y el control fronterizo. Estas cuestiones se abordan también con el significado mencionado en la resolución. Sobra decir que la prevención y la lucha contra el terrorismo también es un punto de la agenda. Al mismo tiempo –como ya he dicho en la introducción del Consejo–, aunque el terrorismo es actualmente una grave amenaza, la cooperación en el marco del espacio de libertad, seguridad y justicia no puede basarse en eso. En cambio, tendrá que basarse en los intereses positivos y el valor añadido que comporta.
En cuanto a la resolución, quisiera mencionar un punto más, que es la extensión de la jurisdicción del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas que se ha propuesto. La Presidencia no ha adoptado este punto de forma deliberada, por la razón de que con el volumen de trabajo que ya ha aumentado a raíz de la ampliación, ahora sería irresponsable cargar al Tribunal de modo inmediato con la jurisdicción de Justicia y Asuntos de Interior. Como todos saben, los fallos prejudiciales actualmente tardan más de dos años. Al aceptar las decisiones en el ámbito de asilo y probablemente también en el ámbito de casos penales, pueden dictarse fallos prejudiciales sobre la interpretación de directivas comunitarias en asuntos políticos actuales. Es inaceptable que en estos procedimientos se tenga que aplicar a los procedimientos legales un plazo de dos años en los que hay gente detenida. El Tratado Constitucional permite estas eventualidades insistiendo, en el artículo III-369, en la rápida gestión de casos en los que haya personas detenidas o extranjeros bajo arresto. Vemos que la Presidencia es de la opinión de que se necesitarán medidas adicionales para permitir al Tribunal aplicar esta disposición. Esta necesidad también se ha mencionado en las conclusiones preliminares. Por lo tanto, no se trata de si se rechaza o no la extensión de la jurisdicción del Tribunal, sino de realizar una elección distinta respecto a las prioridades.
Por cierto, he leído con gran interés lo que especifica la resolución sobre la toma de decisiones por mayoría cualificada en los ámbitos en los que los anteriores tratados lo prevén. Existen propuestas que van en una dirección que sin duda apoyan los Países Bajos y la Presidencia neerlandesa, y espero que el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior, y posiblemente el Consejo Europeo después puedan dar un paso importante en esa dirección. Los debates sobre las conclusiones preliminares se celebrarán en las próximas semanas. La intención es que el Consejo, compuesto por los Ministros de Justicia e Interior, alcance un acuerdo político el 26 de octubre sobre todo el paquete, sobre el cual será posible que el Consejo Europeo finalice los asuntos el 5 de noviembre. Quizás en este momento se me permita finalizar mi intervención introductoria.
Vitorino,Comisión. (PT) Señor Presidente, Señorías, esta probablemente sea mi última intervención en esta Cámara como Comisario de Justicia y Asuntos de Interior. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer al Parlamento, y especialmente a la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior y a su presidente, el señor Bourlanges, su constante apoyo en el desarrollo de la Agenda de Tampere en los últimos cinco años.
Mi participación en el debate de hoy es muy sencilla, porque podría limitarme a decir que acojo con satisfacción la resolución presentada por el señor Bourlanges prácticamente en su totalidad. Esto me ayudaría a batir el récord de brevedad al que se ha referido, señor Presidente, pero ser tan breve establecería, sin duda, un precedente terrible para mis colegas Comisarios.
Añadiré únicamente tres puntos breves. El primero de ellos, al cual acaba de aludir, señor Presidente en ejercicio del Consejo, es que pienso que el próximo Consejo Europeo debería celebrar la decisión de que el artículo 67 del Tratado actual puede aplicarse en su totalidad, y una serie de cuestiones pueden someterse a voto, por codecisión y por mayoría, como ya disponen actualmente los Tratados. Esta decisión incrementará el perfil político del Parlamento y garantizará el principio de legitimidad democrática, que es crucial para la introducción de disposiciones en ámbitos tan sensibles como la política de inmigración, la política de asilo y las políticas que conciernen a los derechos fundamentales de los ciudadanos. Acojo favorablemente las iniciativas tomadas por la Presidencia neerlandesa a este respecto, y espero que tengan éxito en el Consejo Europeo de 5 de noviembre.
Mi segundo punto tiene que ver con la cuestión de las prioridades. Un plan plurianual de cinco años corre el riesgo de adoptar gradualmente la apariencia de un árbol de Navidad; todos quieren ver en él algo de lo más cercano a su corazón. Este programa necesita un perfil político claro, y ese perfil político debe ser el resultado del establecimiento de un número crucial de prioridades de modo que la gente pueda entenderlas. Creo que el señor Bourlanges ha ido al grano.
Me sorprende que la prioridad principal en este momento sea intensificar la cooperación en el plano operativo –cooperación entre fuerzas de seguridad, entre fuerzas policiales y entre órganos judiciales– en la lucha contra el terrorismo. Únicamente seremos eficientes si podemos construir una atmósfera de confianza entre los 25 Estados miembros, que ayudará a las fuerzas de seguridad a cooperar de modo más eficaz en la prevención de ataques terroristas y en la lucha contra el terrorismo en general.
Creo que la segunda prioridad es la cuestión de la adaptación de la legislación que se ha trasladado a la legislación nacional. En los últimos cinco años se ha elaborado un corpus legislativo significativo. Los plazos para la adaptación de esa legislación al ordenamiento jurídico nacional de cada Estado miembro han de cumplirse ahora, y los mecanismos para asegurar la calidad de dicha adaptación deben garantizarse; en otras palabras, las leyes nacionales que dan forma práctica a las leyes europeas deben mantenerse fieles al espíritu de las leyes europeas y estar sujetas a un control de calidad necesario y apropiado.
Creo que es importante, señor Presidente, Señorías, que el Parlamento envíe un mensaje contundente a los miembros del Consejo Europeo. De hecho, la Comisión, por su parte, estableció sus prioridades con claridad en la comunicación que enviamos en junio de este año. En el diálogo con la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior y la Comisión de Asuntos Jurídicos, pudimos entrar con más detalle en estas cuestiones. Por ello quiero reiterar, en este debate final, que lo que la Comisión ha encontrado –basándonos en la consulta pública que hemos realizado, y en el proceso de presentación de nuestras propias propuestas– es que los ciudadanos tienen tres preocupaciones fundamentales. La primera es que, por una parte, habría que dar prioridad a la justicia civil y comercial, a la cooperación en el ámbito de la justicia penal y a la lucha contra el terrorismo, y por otra, a los juicios penales conjuntos que garantizan el cumplimiento de los valores del Estado de Derecho democrático y a la puesta en marcha de iniciativas de protección de todas las víctimas del crimen y, en especial, de las víctimas del terrorismo.
La segunda preocupación es un gran deseo de ver finalizada la segunda fase de desarrollo de un sistema de asilo europeo basado en el procedimiento común y en un estatuto común para el reconocimiento de refugiados y solicitantes de asilo. En tercer y último lugar, hay una clara preocupación por las cuestiones de seguridad. Mientras los ciudadanos han demostrado que reconocen el valor añadido de Europa en la lucha contra el terrorismo, todavía queda trabajo por hacer demostrando la importancia de ciertos instrumentos comunes que se han creado, como Europol y Eurojust, y la necesidad de asegurar que, en la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo, la legislación que se ha introducido garantice la protección de los derechos fundamentales del público en general y la información personal.
Terminaré diciendo, señor Presidente, que probablemente uno de los ámbitos en el que los últimos cinco años han sido menos productivos es el de la regulación de la inmigración legal. Comprendo que, respecto a esta cuestión, todavía estamos muy lejos de crear las condiciones necesarias para aprobar una legislación conjunta. No obstante, no nos hagamos ilusiones; en los próximos cinco años, ha de darse prioridad a los reglamentos comunes y a una política común de inmigración legal para los países de la Unión Europea.
Señor Presidente, Señorías, por ello quisiera dejarles con el mensaje de que estoy seguro de que, con la reconocida eficacia de la Presidencia neerlandesa y con la contribución tan sustancial y bien recibida del Parlamento, el programa plurianual para los próximos cinco años avanzará con éxito en manos de mi sucesor, a quien le deseo pleno éxito en la construcción de Europa como espacio de libertad, seguridad y justicia. Muchas gracias.
El Presidente. Muchas gracias por su brevedad, señor Vitorino, pero permítame decir que solo el tiempo dirá si este va a ser su última intervención en esta Cámara o si simplemente ha sido la última anterior a la que realizará un día cuando vuelva a esta Cámara.
Ahora doy la palabra al señor Bourlanges, presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, durante cinco minutos.
Bourlanges (ALDE), ponente.–(FR) Señor Presidente, algo ha ido mal: he olvidado mis notas. Así que he pasado los últimos cinco minutos intentando ponerlas de nuevo en orden. Por lo tanto, mi intervención será mucho más animada, aunque le falte coherencia.
Permítame en primer lugar dar las gracias al Comisario Vitorino por sus valiosos comentarios. En mi opinión, las relaciones entre la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior y usted han sido ejemplares y muy satisfactorias. Usted ha dicho que este era su última intervención como Comisario en esta Cámara. Yo le diría que mañana será otro día. También quisiera dar las gracias a la Presidencia neerlandesa, que desde el comienzo de su mandato ha demostrado una gran capacidad de escuchar al Parlamento Europeo, y en especial al señor Donner, que ha demostrado ser muy sensible con los argumentos que hemos presentado a favor del uso del apartado 2 del artículo 67, a fin de extender la votación por mayoría cualificada, la codecisión, y espero que las garantías asociadas con el Tribunal de Justicia respecto a la totalidad del Título IV del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea.
Señor Presidente en ejercicio del Consejo, usted ha dicho que, por lo que respecta al Tribunal de Justicia, tendremos que esperar un poco. Entiendo su razonamiento y la dificultad en la que se encuentra, pero permítame señalarle que este argumento es bastante raro. Solo porque un hospital esté saturado, ¿se le dice a la gente que tiene que ir a morirse a otra parte? El Tribunal de Justicia realmente tiene problemas. De acuerdo, intentemos resolverlos, pero mientras tanto, esto no significa que las personas en espera de un juicio no tengan derecho a la justicia.
Señorías, reconozcamos que el informe que les estoy presentando prueba la considerable unidad de la comisión que presido, una unidad que no siempre ha sido evidente. El punto central de este informe, y el que estamos subrayando, es la extensión del voto por mayoría cualificada y la codecisión respecto al Título IV del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea. Pensamos que el voto por mayoría cualificada es una garantía de eficacia, y pensamos que la codecisión es una garantía de democracia. Añadiríamos que la supervisión por parte del Tribunal de Justicia es una garantía de seguridad jurídica.
Señor Presidente, ¿cuál es la posición del Consejo en este caso? Con los Tratados de Ámsterdam y Niza se tiene la opción jurídica de aplicar la extensión. La voluntad política también parece estar ahí, puesto que todos los Gobiernos se han puesto de acuerdo en un proyecto de Constitución o Tratado Constitutivo que incluye esta extensión. Entonces, si tanto la opción como la voluntad política están disponibles, permítame decir que tiene el deber de aplicar la extensión, a menos que –de modo atípico para usted, señor Presidente en ejercicio del Consejo– vaya a dar salida a no se sabe qué tendencias esquizofrénicas que parecen estar causando preocupación en el Consejo. Si en el plano institucional tiene muchas cosas que hacer en apoyo del Tratado Constitucional, entonces tiene que hacer algo específico en este ámbito especial, a fin de que, como usted ha dicho, este cambio trascendental tenga lugar en abril.
Asimismo tenemos la cuestión de la transparencia en el Consejo. Hay muchas cosas que podría subrayar, por ejemplo la protección de los derechos fundamentales. Este Parlamento concede mucha importancia no solo a la protección de los derechos fundamentales, sino también a su promoción. Toda la legislación europea debe tener como objetivo específico extender estos derechos y que no se perciban a la luz de cualquier distorsión que puedan sufrir. Esto supone un cambio de dirección que también nos hace querer ver el rápido establecimiento de la agencia de derechos humanos.
En cuanto al asilo y la integración –temas muy sensibles ahora que, mucho más que otros temas de la agenda, han sido sin duda causa de una serie de preocupaciones por parte de los miembros de mi comisión–, permítanme afirmar claramente, en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, que si va a haber centros de acogida para solicitantes de asilo, la cuestión central de la que depende todo es la de aclarar cuál es la autoridad administrativa y jurídica que tiene jurisdicción sobre estos solicitantes de asilo. Es inconcebible, por lo que respecta a nuestra comisión, que pueda ser cualquier autoridad excepto la de un Estado miembro o la de la propia Unión Europea. En este contexto, hay que considerar una gran variedad de soluciones, siempre que no exista el deseo de imponer a la gente destinada a estos centros de acogida condiciones de prisión parcial, como se ve en ciertos lugares. En cualquier caso, estamos convencidos, en lo que respecta a este punto, de que el problema no se resolverá sin un aumento de la solidaridad financiera. Por ello el señor Vitorino hacía al Consejo de «Justicia y Asuntos de Interior» el siguiente llamamiento: si va a ejercerse la solidaridad, hace falta dinero.
Terminaré con algunas palabras sobre el terrorismo y los derechos fundamentales. Destacaré la siguiente paradoja, que me sorprende. Ahora, en un momento en el que todos quieren que las fuerzas policiales puedan intercambiar información, y la prudencia está a la orden del día cuando se trata de transmitir datos, surge la siguiente situación: las fuerzas policiales tienen claramente muchas dificultades en el intercambio de información, mientras los datos se extienden por todo el mundo en condiciones jurídicas poco satisfactorias. Esperamos que el Consejo de noviembre restaure parte de la lógica en esta cuestión y que asegure que los derechos fundamentales de las personas se garanticen en lo relativo a protección de datos.
El Presidente. – No puedo darle las gracias por haber realizado una intervención concisa, pero sí puedo hacerlo por la pasión con la que ha hablado.
Klamt (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, en vista del poco tiempo del que dispongo para hablar, me limitaré a una petición importante en el ámbito de la libertad, la seguridad y la justicia, que es la lucha contra la discriminación de todo tipo. En su informe, el señor Bourlanges tiene razón al solicitar que la Carta de los Derechos Fundamentales sea el pilar de la política futura, y, citándolo, que deberían –los derechos fundamentales– «aplicarse en todas partes y en todo momento con el mismo rigor».
Sin embargo, en el caso de muchos diputados a esta Cámara, estos nobles principios fracasan cuando se trata de decisiones domésticas. ¿Libertad de opinión? –sí, eso es evidente, pero la opinión debe estar de acuerdo con las opiniones del diputado en cuestión. Si no, entonces los disidentes pueden esperar, como mínimo, que se les prohíba participar en el trabajo de la Unión Europea. Entonces se quedan, en el mejor de los casos –si se me permite utilizar las palabras de nuestro Presidente, el señor Borrell– para encargarse de remolachas.
¿Libertad religiosa? –por supuesto; es una de nuestras libertades fundamentales, pero hay que ser, en la medida de lo posible, sintoísta, confucionista, musulmán, budista o wahabí. Si eres cristiano o católico, entonces los Demócrata-sociales, Liberales, Verdes y Comunistas dirán que unos pensamientos tan anticuados le hacen incapaz de aplicar los valores de la Unión Europea.
¿Antidiscriminación? Se te permite ser incapaz, pero no ser cristiano. Si eso no es discriminación, ¿qué es? Es una ironía trágica que ciertos miembros de la Comisión de Libertades Públicas, Justicia y Asuntos Interiores, mientras se imaginan a sí mismos como baluartes en defensa de las libertades y derechos fundamentales, estén actualmente pisoteando estos derechos. El excelente informe del señor Bourlanges debería animarnos, porque exigimos mucho, pero cada uno de nosotros, como individuo, tiene que actuar de acuerdo con las normas que nosotros mismos establecemos.
(Aplausos)
Roure (PSE).–(FR) Señor Presidente, en el Consejo de 5 de noviembre, los Estados miembros van a decidir nuevas direcciones políticas encaminadas al espacio de libertad, seguridad y justicia. Dadas las expectativas en aumento de los europeos en este ámbito, es esencial que seamos ambiciosos en la definición de nuestras nuevas prioridades.
Hemos llegado a un momento crucial para el espacio de libertad, seguridad y justicia. Lo que es seguro es que se ha avanzado mucho desde Tampere. Los ambiciosos objetivos establecidos entonces permitieron la adopción de la orden de detención europea, aunque con dificultad. Esta es una herramienta esencial en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado. También hemos conseguido definir normas mínimas en el ámbito de asilo, aunque podamos lamentar el hecho de que se trate de normas ascendentes. Aun así, el resultado en su conjunto sigue siendo insatisfactorio. Los resultados obtenidos se quedan muy cortos respecto a lo que podríamos haber esperado tras la Cumbre de Tampere. Existe una falta asombrosa de voluntad política por parte de los Estados miembros, y la regla de la unanimidad nos ha reducido, en muchos casos, a la parálisis. Como resultado, los Estados miembros no han podido adaptar las decisiones europeas a tiempo. La aplicación de una buena parte de la legislación europea ha sufrido, en el mejor de los casos, retrasos inaceptables.
En el ámbito del asilo, la regla de la unanimidad nos ha limitado a contentarnos con el denominador común más bajo. Por el contrario, el contexto europeo debería permitir una armonización ascendente, especialmente cuando se trata de la protección de los derechos fundamentales, los procedimientos de asilo y la lucha contra las formas de discriminación. Por último, los Estados miembros han reducido la política de inmigración europea a su aparato represivo. Por ello, el Consejo ha adoptado, en contra del consejo del Parlamento, disposiciones relativas a vuelos conjuntos con el objetivo de retirar refugiados. Como todos hemos dicho, no se están realizando esfuerzos suficientes para permitir la inmigración legal. Desgraciadamente, el último Consejo de «Justicia y Asuntos Interiores» no promete nada bueno. La parte de la Unión Europea en el apoyo a la creación de sistemas de asilo nacionales en Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia da la impresión, una vez más, de que la prioridad de los Estados miembros es devolver los problemas fuera de sus fronteras. Y tampoco el debate sobre la gestión de peticiones de asilo y de campamentos de tránsito fuera de la Unión Europea debe llevar a la gestión externa del asilo.
Las nuevas prioridades del espacio de libertad, seguridad y justicia deben, sobre todo, permitir la aplicación de todas las decisiones europeas adoptadas hasta la fecha. Los nuevos objetivos que se han establecido deben, entre otras cosas, hacer más por promover los derechos fundamentales y la armonización genuina del asilo. Por lo tanto, le preguntaría al Consejo y a la Comisión qué ha sido de la Directiva relativa a normas comunes respecto al procedimiento para la concesión y la retirada del estatus de refugiado. También deberían tomarse medidas en el futuro para garantizar que los Estados miembros estén obligados, dentro del plazo permitido, a adaptar las decisiones europeas a la legislación nacional. Por último, es esencial que el Parlamento Europeo esté totalmente implicado en el espacio de libertad, seguridad y justicia. Por ello pediría al Consejo que siguiera el camino del ponente y presidente de nuestra comisión, que pide a los Estados miembros que tomen las decisiones necesarias para que se aplique la codecisión en este ámbito.
Haré uso de los últimos segundos que me quedan para darle las gracias al Comisario Vitorino por la gran calidad del trabajo que ha realizado con el Parlamento Europeo. Es habitual decir que nadie es indispensable, pero cuando alguien vale para un trabajo, se le echa de menos cuando ya no está.
Ludford (ALDE). – (EN) Señor Presidente, antes de empezar con las observaciones que tengo previstas, quiero corregir el intento del PPE de reescribir la historia: el PPE y sus aliados de derechas votaron el lunes para impedir que el señor Buttiglione fuera Comisario.
En los próximos cinco años de construcción de un espacio de libertad, seguridad y justicia necesitamos medidas efectivas y coherentes, legitimidad democrática, seguridad jurídica y respeto de los derechos fundamentales. Eso representaría una gran mejora con respecto a los cinco últimos años. A pesar de los valientes esfuerzos del Señor Vitorino –a quien saludo y a quien echaré mucho de menos–, ni siquiera él puede hacer milagros en el Consejo.
Fijémonos en la eficacia. Como dice la comunicación de la Comisión, ahora la dimensión de justicia y política interior ha adquirido firmemente el rango de una de las políticas prioritarias de la Unión. No obstante, cuando la Comisión menciona el volumen de cuestiones de justicia y política interior que se tratan en las instituciones europeas y la frecuente presencia de tales cuestiones en la agenda del Consejo Europeo en señal de su importancia crucial, temo que se haya escogido la referencia comparativa equivocada, puesto que mientras los asuntos de justicia y política interior generan el 30 % del trabajo de traducción en el Consejo, solo producen el 5 % de las decisiones. También sabemos que el enlace entre inteligencia y policía es insuficiente: las autoridades alemanas y españolas tenían diferentes datos que podrían haber permitido identificar a los terroristas del 11 de septiembre, aunque no hubieran podido evitar aquella atrocidad.
El historial de aplicación de decisiones de la UE que se toman es deficiente. Italia, el país en el que el señor Buttiglione todavía es Ministro, no ha aplicado la orden de detención europea. Mientras tanto, ese país está violando el Convenio sobre Refugiados de la ONU, deportando inmigrantes a Libia e impidiendo su acceso a un procedimiento de concesión de asilo. Por lo tanto, el Gobierno que pretende proporcionar el próximo Comisario de Libertad, Seguridad y Justicia se está saltando a la torera el Estado de Derecho.
El historial de la Unión Europea en materia de defensa de los derechos fundamentales, que ya es frágil, se encuentra en peligro y necesita una mejora radical. Las medidas relativas al asilo y la inmigración en los últimos cinco años son incompletas y desequilibradas, y han incorporado algunos de los peores aspectos de las políticas nacionales. En particular, apenas hemos progresado en cuanto a las vías abiertas a la inmigración legal. No es de extrañar que los contrabandistas y los traficantes se rían de camino al banco.
Nos enfrentamos a crecientes amenazas a la intimidad procedentes de varias fuentes, incluidas las propuestas de conservación de datos de tráfico, transferencia de datos de pasajeros aéreos, confección de perfiles, combinación de varias bases de datos, etc. Mientras tanto, las autoridades de protección de datos no disponen del poder ni de los recursos suficientes, y no hay reglas europeas específicas para el ámbito de la justicia penal.
Debemos defender nuestras normas y valores en el futuro, no erosionarlos más. La UE debería tratar positivamente de establecer normas de protección de los derechos de los ciudadanos y una cultura de respeto de las libertades fundamentales a fin de crear la confianza mutua necesaria para el reconocimiento mutuo. La Agencia de Derechos Humanos, que espero que se establezca en breve, debería supervisar y evaluar a la luz de las normas incluidas en los Tratados.
Por último, necesitamos urgentemente transparencia y escrutinio democrático. ¿Por qué, como ha dicho el señor Bourlanges, el Consejo se muestra reacio y desafía el Tratado de Niza, que necesita un paso semiautomático a la codecisión, al igual que una votación por mayoría cualificada? Los miles de medidas en materia de cooperación judicial y policial entre funcionarios nacionales –no eurócratas, señalemos– tienen que incluirse en el ámbito del escrutinio parlamentario, como ocurre con las actividades del Coordinador Antiterrorista.
Flautre (Verts/ALE).–(FR) Señor Presidente, quiero llamar su atención sobre los riesgos que conlleva nuestro silencio vergonzoso y, en efecto, culpable para lo que está sucediendo en estos precisos momentos en la isla de Lampedusa; acontecimientos que cuentan claramente con la aprobación del Consejo, de la Comisión y de todos los organismos autorizados, a pesar del hecho de que las prácticas en cuestión –expulsiones colectivas sin ninguna oportunidad de recurso– van claramente en contra de compromisos extremadamente importantes y suponen una total y absoluta violación de los mismos.
Siendo este el caso, no puedo creer, al escucharles, Comisarios y miembros del Consejo, que pretendamos reforzar nuestra política de asilo común y promover los derechos fundamentales, cuando permitimos que se produzca, ante nuestros propios ojos y sin ninguna reacción por nuestra parte, lo que no es sino un acto de fuerza, que afecta gravemente a nuestro deseo y nuestros esfuerzos –laboriosos como por supuesto son– por progresar hacia una política de inmigración y asilo común. Por otra parte, ¿qué país elige la nación de la UE en cuestión como destino para todos aquellos que han sido expulsados? Recurre a un país conocido por sus atentados contra las libertades humanas, por actuar fuera de todo marco legal para la detención y persecución de personas, por dar a los inmigrantes el peor recibimiento posible y por llevar a cabo actos de tortura. Por otra parte, este país es regularmente el objetivo de informes internacionales y se cita en los mismos. Así pues, incumple varios acuerdos internacionales y europeos de muchas maneras.
No creo realmente que nuestro deseo de progresar hacia una política de inmigración y asilo común pueda sobrevivir a nuestro silencio –y, en mi opinión, a un silencio culpable– con respecto a lo que está sucediendo. Cualquier Estado miembro podría considerar que ese silencio representa una oportunidad para alcanzar acuerdos bilaterales, que anularían totalmente nuestros laboriosos esfuerzos por alcanzar una política común. Por lo tanto, les pido, señores Presidentes de la Comisión y del Consejo, que expresen su total rechazo a este tipo de acuerdos.
Krarup (GUE/NGL).–(DA) Señor Presidente, este informe recurre a la democracia y al Estado de Derecho. Su bonito aspecto exterior no es sino una «fachada acorazada». En primer lugar, todo el proyecto de establecer un espacio de libertad, seguridad y justicia es, sobre todo, un mecanismo para crear una UE federal. Es ese resultado, y no una preocupación por la justicia, el que impulsa el proyecto aquí en el Parlamento. Sin embargo, el federalismo, junto con el poder supranacional, supone una debilitación de los sistemas legales que tienen su base democrática en los Estados miembros. En segundo lugar, el informe ignora las amenazas para el Estado de Derecho que supone la creación, en los últimos años, de grandes sistemas policiales y de control –Schengen, Europol, etc.– que no pueden ser controlados y sobre los que es imposible tener una opinión general. Esa es la verdadera amenaza para el Estado gobernado por el Derecho. En el informe no se menciona nada de esto.
En definitiva, el informe no restablece el equilibrio entre los imperativos de seguridad y el respeto de los derechos humanos, en favor de estos últimos. Eso es lo que menciona una enmienda de las once presentadas en total por el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica que, en conjunto, intentan remediar las graves deficiencias del informe en un ámbito práctico, concretamente el respeto de los inmigrantes y de los solicitantes de asilo.
Borghezio (IND/DEM).–(IT) Señor Presidente, las palabras expresadas hace un momento acerca de la situación en Lampedusa habrían tenido una fría acogida el pasado sábado y domingo en el coloquio internacional en el que participaron importantes representantes de países africanos de la CEDEAO, que se reunieron con diputados del Parlamento Europeo para discutir estas mismas cuestiones.
Tengo la impresión de que los nuevos líderes africanos tienen las ideas mucho más claras acerca de estas cuestiones que alguien que habla sobre tales problemas desde un punto de vista más teórico. Ellos pueden ver con sus propios ojos las actividades de las organizaciones criminales y mafiosas, que organizan la inmigración ilegal y la llevan a cabo, y que, de hecho, descubren maneras de explotar los métodos y las normas que sientan la base para el derecho de asilo, para poder organizar la inmigración ilegal. Los líderes africanos nos alertan de tales maniobras y actividades y afirman estar dispuestos, siempre que reciban el apoyo de los países europeos desde el punto de vista económico y social, a activar políticas y procedimientos de control, incluyendo procedimientos policiales, en el territorio africano. Eso es lo que dicen los nuevos líderes africanos y sin duda son más realistas y tienen una opinión mucho más práctica y seria del problema.
Por lo tanto, no estamos de acuerdo con muchos aspectos de este informe, particularmente cuando, como defensores de la soberanía de los Estados miembros individuales, escuchamos que se pide, incluso para una cuestión tan delicada, una votación por mayoría cualificada e incluso que sea introducida anticipadamente, antes de que la Constitución entre en vigor. En contraste, creemos que Lampedusa realmente demuestra la importancia del papel que todavía desempeñan los países de origen.
Finalmente, para concluir, me pregunto dónde estaba la Unión Europea y dónde estaba la Comisión cuando necesitábamos crear una oficina de emergencia para proteger a las víctimas del terrorismo. ¿Dónde estaba la Comisión Europea del señor Prodi cuando los ciudadanos europeos estaban, al igual que lo están ahora, en manos de criminales terroristas, a merced de su chantaje, de sus métodos asesinos, sus amenazas y sus bárbaras acciones? ¿Dónde estaba la Comisión Europea?
Libicki (UEN).(PL) Señor Presidente, Señorías, la libertad es un criterio que siempre se debe tener en cuenta a la hora de tomar decisiones importantes de cualquier tipo. Después de todo, gracias a la sed de libertad la Unión Europea existe actualmente, dado que sentó una base para su creación. Gracias a la sed de libertad, siete de los nuevos Estados miembros, que durante medio siglo han estado sometidos al dominio alemán y comunista, han sido capaces de unirse a estas instituciones y de convertirse en miembros de pleno derecho de la Unión Europea. Actualmente, dos importantes amenazas para la libertad son el terrorismo y la inmigración, en ese orden. Estas amenazas también pueden ser percibidas como un desafío. Debemos estar a la altura del mismo, encontrar una forma de avanzar y hacer frente al problema de la inmigración de una vez por todas. El aumento de los niveles de delincuencia representa la siguiente amenaza obvia para la libertad. También me gustaría llamar especialmente la atención sobre la amenaza para la libertad que supone la intrusión del Estado en áreas de la vida a las que no debería tener acceso, concretamente áreas de la vida privada. Este es un problema extremadamente grave, porque realmente supone una importante amenaza para la libertad. Las nuevas tecnologías también representan una gran amenaza, dado que posibilitan el control de los ciudadanos en un grado muy superior de lo que antes era posible. El desafío al que se enfrentan las instituciones europeas y todos los europeos es la consecución de un equilibrio entre el deseo de una vida pacífica y segura, y el deseo de vivir en libertad. Me gustaría preguntar si algunos de los miembros de la Comisión que han votado en contra del Sr. Buttiglione no se han guiado de algún modo por criterios religiosos, violando así la cuestión extremadamente grave de la libertad religiosa.
Dillen (NI).(NL) Señor Presidente, Señorías, como saben, la Comisión Europea concluyó en su recomendación relativa a Turquía que ese país no respeta suficientemente los criterios políticos de Copenhague. De este modo, se inventó un concepto muy novedoso y original, en forma de un criterio para la adhesión a nuestro espacio de libertad, seguridad y justicia. Por lo tanto, parece que la tortura está permitida en estos tiempos, siempre que no se lleve a cabo sistemáticamente. Resulta que en opinión de la Comisión, ya no hay un problema de derechos humanos fundamentales en Turquía. Según la recomendación, Turquía respeta que se conceda prioridad al Derecho internacional, los derechos de la minoría kurda son finalmente respetados –aunque solo en teoría– y los turcos disfrutan al fin de derechos y libertades fundamentales. Entonces, ¿qué sucede ahora? Precisamente el mismo día que la Comisión califica a Turquía de Estado constitucional, el diario austriaco Der Standard comunica que el 14% de las solicitudes de asilo de Turquía son reconocidas y, como Reinhard Müller afirmó hace solo dos días en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, los refugiados son personas que han huido de sus países de origen, por un razonable temor a la persecución. Resulta que esas solicitudes de asilo están justificadas y los derechos humanos se siguen violando en Turquía o bien que Erdogan tiene razón en su cínica declaración realizada la semana pasada ante el Consejo, afirmando que las organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch están realmente vinculadas al terrorismo internacional.
Mayor Oreja (PPE-DE).–(ES) Señor Presidente, en primer lugar quiero expresar mi agradecimiento y mi felicitación al Sr. Bourlanges por su informe, no solo por el contenido del mismo, sino por su capacidad de aceptar las numerosas enmiendas que le hemos hecho llegar. Gracias en ese sentido, señor Bourlanges.
Me voy a limitar a hacer dos reflexiones sobre lo que puede significar esta nueva etapa en el desarrollo del espacio policial de libertad y de justicia europea.
La primera es que, en materia de seguridades de la Cumbre de Tampere, yo destacaría dos iniciativas que, en mi opinión, han sido muy relevantes a la hora de la construcción de este espacio. En primer lugar, la euroorden, que, sin duda, fue la consecuencia de los terribles atentados del 11 de septiembre, y, en segundo lugar, el plan de acción contra el terrorismo, que fue también la consecuencia de los terribles atentados de Madrid, iniciativas que debemos en buena parte al Sr. Vitorino. Hoy -pienso- es un buen día para reconocérselo.
Pero un espacio de libertad y de justicia no puede construirse desde la respuesta o desde la reacción a los atentados y nosotros no desearíamos que la tercera iniciativa relevante de este espacio se hiciera después de los atentados. Hay que saber sustituir la respuesta por la iniciativa y hay que saber sustituir las medidas aisladas, aunque puedan estar en un plan, por lo que es un proyecto político.
La segunda reflexión nos debe llevar a la metodología que debe inspirar esta segunda parte en el desarrollo del espacio. Primero, el diagnóstico: el Consejo debe preguntar a los Gobiernos cuál es el principal problema en materia de seguridad que tienen esos países y hace falta saber cuál es el principal problema que afecta a la seguridad de los europeos. Yo creo, como el Sr. Vitorino, que hoy es el terrorismo islamista y que ese es -en mi opinión- el principal problema de la seguridad de los europeos.
Segundo, después del diagnóstico del proyecto, un proyecto político es más que un plan de acción; no es simplemente un conjunto de medidas, significa un esfuerzo de los Gobiernos, del Consejo y de la Comisión para abordar un problema. No se puede abordar el terrorismo de un modo genérico. Hay que decir cómo se combate contra una organización terrorista con nombres y apellidos, de forma concreta. Y, después del diagnóstico y después del proyecto político, sabremos exactamente cómo se perfila y se define un espacio policial y judicial europeo. Pero, ese es el orden, no el contrario, como en ocasiones ocurre.
Por último, termino diciendo que un espacio de libertad, justicia y seguridad europeo tiene que asociarse al diagnóstico de un problema y tiene que ser eficaz para resolver un problema. Y, si no somos capaces de ser eficaces y no unimos el espacio a la resolución del problema, no habrá espacio policial y judicial común.
(Aplausos)
Hazan (PSE). – (FR) Señor Presidente, en vísperas de este importantísimo Consejo –por no decir crucial– relativo a la creación del espacio judicial europeo, quiero comenzar expresando un deseo: que finalmente se celebre un auténtico debate con el Consejo y que el Consejo escuche al fin lo que dice el Parlamento Europeo.
Mi principal objetivo al dirigirme a esta Cámara, es informarles de nuestras exigencias básicas, a la luz de nuestra nueva agenda política. En primer lugar, considero esencial que se apruebe finalmente una política realmente activa en materia de inmigración legal. Por otra parte, como el señor Vitorino reconoció sinceramente hace unos minutos, hasta ahora se ha dado prioridad principalmente al aspecto represivo de la política de inmigración y asilo, lo que ha provocado que se hayan dejado a un lado muchos aspectos de esta política de inmigración legal. Las cosas no pueden seguir así de ninguna manera.
Permítanme decir unas palabras acerca del plan para construir, a las puertas de Europa, los denominados centros de asistencia para refugiados, que son verdaderos campos. Quiero hacer constar que me opongo totalmente a este proyecto. De hecho, representaría un paso atrás sin precedentes en el ejercicio de las responsabilidades de Europa hacia la población que huye de conflictos y demostraría un absoluto desprecio por los derechos humanos, algo absolutamente inaceptable. Ciertamente, no nos tranquilizan las recientes declaraciones realizadas por el Comisario designado, el señor Buttiglione, ni tampoco, con respecto a esta cuestión, la que he escuchado esta tarde a la señora Klamt. Más allá de las estrictas normas para la administración de los flujos migratorios, hay normas igualmente elementales relativas al respeto de los derechos individuales.
Sobre la cuestión de la prioridad concedida a la lucha contra el terrorismo, existe sin duda consenso con respecto a la base y a las características esenciales de esta lucha, pero hay dos cosas que esperamos del Consejo. La primera es que aplique medidas realmente efectivas, que vayan más allá de meras declaraciones de intención del tipo del nombramiento, tras los atentados con bomba de Madrid, del señor de Vries, que no ha sido dotado de los recursos necesarios para emprender acciones. En segundo lugar, queremos que la lucha contra el terrorismo implique la búsqueda de un equilibrio entre la seguridad de las personas y su libertad, y que no imitemos a nuestros amigos norteamericanos que, en su lucha contra el enemigo terrorista, incumplen lo más fundamental de los derechos esenciales.
Concluiré diciendo que las exigencias que estamos planteando nos parecen absolutamente indispensables y que esperamos que el próximo Consejo de Justicia y Asuntos de Interior escuche verdaderamente estas exigencias.
In 't Veld (ALDE).(NL) Señor Presidente, otros seres humanos están falleciendo ahogados ante nuestros propios ojos, en su búsqueda de una existencia mejor, y nosotros, europeos sensibles, dado que no podemos soportar ver la imagen de personas ahogadas, proponemos volcar el problema en el umbral de la puerta del norte de África. Eso no es una solución, sino evitar el problema. Lo que realmente necesitamos es la política de inmigración europea que tanto llevamos esperando y que permitirá a las personas entrar en la Unión Europea legalmente.
También tengo una pregunta muy concreta; una pregunta que ya he planteado anteriormente y que también he presentado por escrito al Consejo; tiene que ver con los derechos civiles y con la libre circulación. ¿Qué iniciativas emprenderá la Presidencia neerlandesa para el reconocimiento de las parejas homosexuales casadas, para que los homosexuales dejen de correr el riesgo de perder sus derechos de seguridad social, pensiones y de propiedad, así como el derecho a la reunificación familiar cuando se trasladen a otro Estado de la UE?
Clark (IND/DEM). – (EN) Señor Presidente, hablo particularmente en nombre del Partido por la Independencia del Reino Unido. El curso de la justicia y la seguridad en Europa dio un paso hacia atrás cuando se eliminaron los controles en las fronteras interiores. Esto ha fomentado los movimientos a gran escala de personas por todo el continente, por no decir mucha inmigración ilegal, que proporcionan una tapadera y unas condiciones perfectas para aquellos a quienes más tememos: criminales como los traficantes de seres humanos y los terroristas. Ahora tienen vía libre para propagarse.
El Partido por la Independencia del Reino Unido volverá a establecer los controles fronterizos de Gran Bretaña y recuperará el derecho a decir quién entra en nuestro país. Durante siglos hemos aceptado gente de todo el mundo, pero en pequeñas cantidades para que pudieran establecerse tranquilamente y de modo productivo. Ahora nuestras islas están llenas y tratamos de equilibrar la cifra de los que entran con la cifra de los que salen.
Creemos en la soberanía del Estado nacional democrático. Los países son perfectamente capaces de establecer sus propios criterios humanos para los solicitantes de asilo y de gestionar sus propios sistemas de seguridad. Las capacidades y necesidades de un país no son las mismas que las de cualquier otro. No creemos en la armonización al estilo de la UE.
Allister (NI). – (EN) Señor Presidente, ahora quisiera centrar este debate en el crimen organizado y extraer algunas lecciones de nuestra experiencia en Irlanda del Norte. Tras los ceses de hostilidades en Irlanda del Norte, hemos visto un marcado traspaso del potencial terrorista, tanto unionista como republicano, hacia el crimen organizado. El IRA Provisional es ahora un agente clave en este ámbito.
El crimen organizado se ha convertido en la fuente principal de ingresos y riqueza para el Sinn Féin/IRA. El miembro del Consejo del Ejército del IRA «Slab» Murphy es un líder del crimen en Irlanda que preside un imperio fronterizo construido a base de contrabando de combustible. El Ministro de Justicia de Dublín considera que el IRA está profundamente implicado en el crimen organizado centrado en el puerto de Dublín. Se reconoce que el secuestro en serie de enormes cargamentos de cigarrillos es obra del IRA. La verdad ineludible es que el Sinn Féin, que se enmascara como partido democrático y tiene dos diputados desvergonzados en esta Cámara, está financiado en su mayor parte por la actividad criminal organizada. No me sorprende que sea el partido más rico de Irlanda. Los terroristas unionistas también se han afincado en el crimen organizado, especialmente en el despreciable tráfico de drogas. También ellos son considerados los sucios bandidos que son.
Mi petición en esta Cámara es que en toda Europa, bajo la égida de cada Estado nacional, el crimen organizado debe ser perseguido sin tregua.
El Presidente. Ahora cederé la palabra al señor Donner, Presidente en ejercicio del Consejo, dado que en virtud del Reglamento del Consejo tiene derecho a tomar la palabra siempre que la solicite.
Sin embargo, antes de cederle la palabra, quiero señalar a la Presidencia neerlandesa que, en las sesiones en las que el Consejo habla y realiza declaraciones, el orden del día de la Presidencia debe establecerse de forma que pueda asistir a todos los debates. Esto se debe a que los debates con el Parlamento no son meros trámites, sino un elemento crucial en la relación entre el Consejo y el Parlamento. Tiene la palabra el señor Donner.
Donner,Consejo. (NL) Gracias, señor Presidente. En respuesta a su última observación, permítanme decir que hice todo lo posible al respecto, averigüé previamente cuánto tiempo se necesitaba y se le concedió esa cantidad de tiempo, que me permitió planificar mis restantes compromisos convenientemente. Siento muchísimo que el factor tiempo haya impedido que las cosas vayan según lo previsto, pero ya es demasiado tarde para hacer cambios. Por lo tanto, tengo que irme. En cualquier caso, la Presidencia neerlandesa seguirá estando representada.
A pesar de que no es mi última reunión con el señor Vitorino, considero conveniente aprovechar esta oportunidad para agradecerle profundamente, también en nombre del Consejo, la cooperación entre el Consejo y la Comisión en todo este asunto. Gracias a su compromiso, la Unión Europea ha conseguido progresar mucho. También gracias a su encanto personal ha sido posible que el Consejo alcance compromisos y su perspectiva ha desembocado en soluciones innovadoras. De hecho, opino que ha sido un buen Comisario para la Unión.
El espacio de libertad, seguridad y justicia que pretendemos crear ha sido objeto de todo tipo de comentarios, por parte de diversos sectores. Se ha descrito como un paso hacia una Europa federal que perjudicaría a la libertad y la democracia, porque esta última se establece de abajo a arriba.
Yo mismo procedo de un país en el que la democracia fue inventada en algún momento de la Edad Media y tardó muchísimo tiempo en prevalecer. Una condición para la democracia es que nuestras comunidades puedan vivir seguras, que es lo que intentamos conseguir aquí. Después de todo, la cooperación entre los países de Europa implica que se encuentre una alternativa para garantizar que nuestros ciudadanos puedan ejercer sus derechos en libertad y puedan vivir seguros. Esta libertad y seguridad se encuentran amenazadas, no principalmente por parte de los gobiernos, sino sobre todo por aquellos que son nuestros conciudadanos. En una sociedad bien organizada, los gobiernos son la primera garantía para los derechos y las libertades de los ciudadanos. Sobra decir que estos gobiernos necesitarán ser controlados y sus poderes limitados, pero la ausencia de una autoridad es generalmente la mejor garantía para el caos, en el que los derechos de los ciudadanos son los primeros en ser sacrificados. Sin embargo, si la acción del gobierno se basa en el temor, los derechos son también con frecuencia los primeros afectados. No obstante, se está poniendo de manifiesto que resulta cada vez más difícil que los países individuales ofrezcan esas garantías, por lo que estamos obligados a unir los recursos, siempre que se respeten la diversidad y la tradición en este sentido. Como ya se ha señalado, las libertades más importantes y más propensas a ser arrinconadas son las libertades que se sacrifican ante los atentados contra la vida de otros seres humanos.
El tema del terrorismo se ha mencionado en este sentido. Ya he afirmado a este respecto que se trata de una importante cuestión en estos momentos, pero que no debemos cometer el error de utilizar el temor al terrorismo como una base sobre la que cooperar en este ámbito dentro de Europa. Debemos aumentar el valor añadido de la cooperación con respecto a los intereses y a las necesidades reales de la sociedad. No hace falta decir que, a corto plazo, no debería hacerse ningún esfuerzo por combatir el terrorismo. Tras los atentados de Madrid, el Consejo elaboró una larga lista con las medidas necesarias. En un momento dado, el Consejo demostró determinación, aunque en otra capacidad, y adoptó una directiva y varias medidas en el ámbito de la protección de la privacidad personal. Esas normas resultan aplicables y también son ejecutadas dentro de la Unión. Asimismo, existe cooperación en el ámbito de la justicia y los asuntos de interior, por una parte, y una mayor cooperación dentro de la Unión, por la otra. Estas dos cooperaciones no deberían mantenerse separadas de forma sistemática, dado que esto significaría que, en el ámbito de la justicia y los asuntos de interior, todo tendría que ser duplicado con respecto a lo que ya se ha conseguido en la Unión Europea.
Ahora me gustaría hablar sobre una serie de observaciones que se han hecho aquí acerca del desarrollo y el futuro de la política de inmigración y asilo. Indudablemente se trata de una cuestión clave y sus representantes de la Comisión que están presentes saben que la Presidencia pretende realizar grandes progresos en este punto también, en los próximos meses. Inicialmente eso implicará, de forma inevitable, alcanzar un compromiso y encontrar una base que algunos considerarán, a primera vista, un mínimo común denominador. De hecho, tomar eso como base nos permitirá progresar posteriormente, entrando en detalle en el asunto. Ya he indicado y admito sin reservas que la Presidencia neerlandesa pretende establecer la toma de decisiones por mayoría cualificada, precisamente para que esto resulte posible. Sin embargo, eso solo se puede hacer cuando se ha establecido una base inicial por unanimidad, de forma que podamos continuar progresando sobre esa base.
Se han dicho varias cosas en esta Cámara acerca de lo que supuestamente se ha decidido durante el Consejo informal acerca de los centros de recepción en el norte de África. Permítanme señalar que nuestra principal responsabilidad y prioridad viene dictada por el hecho de que incluso ahora las personas continúan ahogándose en el Mediterráneo diariamente, en su intento por alcanzar Europa. Europa ha regulado la migración legal, pero no así la migración ilegal, que es de lo que se está hablando aquí. Como también se ha debatido durante el Consejo informal, corresponde a los Estados miembros encontrar una respuesta a la pregunta de cómo podemos solucionar esta cuestión. En este sentido, durante el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior, se mantuvieron conversaciones con el Alto Comisionado para los Refugiados, el señor Lubbers, aunque el Comisario Vitorino también dio su opinión acerca de la dimensión exterior de la política de migración y asilo. La preocupación por encontrar una solución efectiva y apropiada al problema del Mediterráneo fue evidente en estos tres oradores. Los ministros presentes también reconocieron esta preocupación. Al mismo tiempo, se puso de manifiesto que las iniciativas existentes se pueden utilizar como base para muchas cosas. Se han hecho declaraciones aquí acerca del Estado italiano y, en cualquier caso, la Presidencia ha preguntado a Italia acerca de su planteamiento con respecto al problema y a la acción que se emprende en el caso de las personas que presentan solicitudes de asilo. El Gobierno italiano ha garantizado a la Presidencia que esas personas son admitidas en el procedimiento de asilo nacional y que el Alto Comisionado está implicado en la gestión del mismo. Sin embargo, el caso es que si no se presenta ninguna solicitud de asilo, las personas pueden ser devueltas a su país de origen o, al menos, de tránsito. Si se captura a las personas en alta mar, pueden ser devueltas al país de tránsito. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad garantizar que la recepción sea posible en esos países de tránsito, lo que también se puede hacer bajo la autoridad del Alto Comisionado para Refugiados. Por definición, esta no es una cuestión que corresponda a los Estados nacionales. También está la cuestión de la Directiva que establece los estándares mínimos con respecto al procedimiento de asilo. La Presidencia neerlandesa pretende completar el proceso de toma de decisiones antes de que finalice su mandato.
Me gustaría hacer algunas observaciones aparte, particularmente con respecto a las observaciones iniciales del señor Bourlanges, además de mi comentario acerca del Tribunal de Justicia. No es el caso que los jueces solo vayan a actuar si se amplía la jurisdicción del Tribunal de Justicia en un ámbito en el que no opere absolutamente ningún juez. La ley de inmigración y el Derecho penal son ámbitos en los que ha existido una protección legal bastante extensa, en todos los Estados miembros desde tiempos muy tempranos. Por lo tanto, en este sentido la función principal del Tribunal es la interpretación uniforme de las disposiciones. He advertido que si la Unión utiliza las decisiones para avanzar en los ámbitos de inmigración y Derecho penal, esto exigirá una interpretación uniforme. Por lo tanto, la principal responsabilidad de la Unión es la de garantizar que la interpretación de las disposiciones de los procedimientos en los que la libertad de las personas está en juego se realice inmediatamente. De no ser así, será cierto, como se suele decir que la «justicia retrasada es justicia denegada». Esa es la principal responsabilidad de la Unión y ese es el motivo de que haya hecho hincapié en esto.
Con respecto a sus observaciones sobre la toma de decisiones mediante mayoría cualificada, ya he señalado las ambiciones mínimas de la Presidencia relativas a este punto. En este sentido, necesitaremos esperar a ver el curso de los acontecimientos. Con respecto a su observación sobre la Agencia de Derechos Humanos, me gustaría decir lo siguiente. Como saben, el Consejo Europeo tomó una decisión al respecto en septiembre y la Presidencia neerlandesa se asegurará tan pronto como pueda de que…
El Presidente. Señor Donner, señor Presidente en ejercicio del Consejo, por cortesía institucional, la Mesa naturalmente no establece límites de tiempo fijos para el Consejo ni para la Comisión; sin embargo, el tiempo debe asignarse de acuerdo con un uso de la palabra justo. Al menos, así es como se ha asignado a los diputados a esta Cámara. El Consejo ha previsto hablar durante cinco minutos al final del debate. Soy perfectamente consciente de que está hablando en medio del debate y no al final, pero permítame recordarle que lleva casi doce minutos. Por lo tanto, he de pedirle que sea breve, para que los diputados a esta Cámara tengan tiempo para hablar. Muchas gracias.
Donner,Consejo. (NL) He intentado ser lo más sucinto posible y he llegado a una conclusión natural con mis comentarios por lo que respecta a las preguntas dirigidas al Consejo. Gracias.
El Presidente. En ese caso, le ruego acepte mis más humildes disculpas por haber provocado esta conclusión tan precipitada. Volvamos ahora al orden del día. Tiene la palabra la señora Kudrycka.
Kudrycka (PPE-DE).(PL) Quiero darle las gracias, señor Presidente, por proteger los derechos de los diputados.
Señor Presidente, los Estados miembros que se han unido a la Unión Europea en 2004 fueron los primeros en tener que satisfacer los requisitos con respecto a la protección de las fronteras exteriores y en el transcurso de las negociaciones relativas a la adhesión la Unión Europea realizó una valoración muy positiva de sus esfuerzos. Desde el 1 de mayo de 2004, estos diez países han participado en medidas de cooperación en virtud del Acuerdo de Schengen, a pesar de que un obstáculo fundamental para su participación ecuánime en tales medidas conjuntas es la falta de acceso al Sistema de Información de Schengen. Esto impide la aplicación recíproca de los compromisos alcanzados en virtud del Tratado con respecto a la asistencia legal en cuestiones penales, como la orden de detención europea, la cooperación policial y una política de inmigración común. Como consecuencia, por ejemplo, los nuevos Estados miembros no podemos emitir listas de Schengen uniformes y, lo que es más importante, el período de tiempo durante el que deben realizarse controles en las fronteras interiores de la UE ha sido prolongado notablemente. Este problema cuenta con la desaprobación de la mayoría de los ciudadanos de Polonia y de los restantes Estados miembros nuevos. Les resulta difícil entender por qué la estrategia previa a la adhesión, que la UE y los países candidatos tardaron casi diez años en aplicar, no ha sido capaz de garantizar que el sistema de información esté listo para aceptar usuarios adicionales el 1 de enero de 2004.
En 2003, la Comisión Europea y los Estados miembros establecieron la fecha de finales de 2006 para completar la segunda generación del Sistema de Información de Schengen. Sin embargo, actualmente la fecha prevista es el 1 de mayo de 2007. Creo que la Comisión y el Consejo deberían mantener el plazo original del 31 de diciembre de 2006, como fecha prevista para que la segunda generación del Sistema de Información de Schengen esté lista para su funcionamiento. La integración de los sistemas informáticos de los nuevos Estados miembros y la transferencia de datos del sistema antiguo al sistema nuevo también deberán completarse para esa fecha. La Comisión Europea debería poner a disposición del Consejo el informe que contiene evaluaciones y valoraciones positivas de expertos de la Unión Europea, basadas en indicadores objetivos de la situación en la frontera exterior oriental. Lamento decir que los informes de prensa continúan defendiendo el estereotipo y el mito de que los nuevos Estados miembros no ofrecen una protección satisfactoria de las fronteras comunes de la UE. Creo que la difusión de información apropiada por parte de la Comisión no solo promovería el reconocimiento de los esfuerzos realizados por los nuevos Estados miembros, sino que también ayudaría a garantizar que se aprecie su impacto positivo. Durante una audiencia ante nuestra comisión, el Profesor Buttiglione realizó una valoración muy positiva del estado de preparación para la aplicación de la segunda generación del Sistema de Información de Schengen, en la frontera oriental de la Unión Europea. Al mismo tiempo, se comprometió a acelerar las medidas operativas en este ámbito. Espero que, en la planificación del futuro del espacio de libertad, la Comisión y el Consejo asuman el reto de garantizar que la libre circulación para los ciudadanos europeos, una de las libertades fundamentales de la UE, se aplique lo más rápidamente posible y sin discriminación. Esta sería la forma más rápida de conseguir el mayor nivel de seguridad posible. También nos permitiría combatir el terrorismo de forma más efectiva. Muchas gracias.
PRESIDENCIA DEL SR. ONYSZKIEWICZ Vicepresidente
El Presidente. Al asumir la Presidencia, quiero pedir una vez más a todos los diputados que cumplan estrictamente los límites de tiempo. Ya es tarde, hay una larga lista de oradores y todavía tenemos que analizar otra cuestión.
Díez González (PSE).–(ES) Señor Presidente, todo desarrollo futuro del espacio de libertad, seguridad y justicia deberá tener en cuenta, entre otras consideraciones, la irrupción en Europa del terrorismo fundamentalista islámico, que golpeó a la Unión en el corazón de Madrid. Es una amenaza que se suma a la que representa el terrorismo nacionalista de ETA, más débil que nunca, sí, pero que aún sigue teniendo capacidad de matar.
El terrorismo fundamentalista islámico coincide con ETA en su objetivo de derrotar a la democracia y en el fanatismo con que actúa contra víctimas siempre inocentes, pero se diferencia en su estrategia, en su organización, en la forma de actuar y en sus apoyos. Pues bien, para combatir a ambos hemos de construir este espacio de libertad, seguridad y justicia con un mismo objetivo: derrotarlos, deteniendo y poniendo a disposición de la justicia a los inductores y a los autores de los crímenes y adecuando la táctica, e incluso la estrategia, a la dimensión, al contexto y a la estructura de cada organización terrorista.
La historia reciente nos ha demostrado que somos capaces de actuar juntos después de un atentado, pero somos en cambio incapaces de movilizar todos los instrumentos del Estado de Derecho para prevenirlo. Les pondré un ejemplo: el Consejo ha adoptado una serie de decisiones marco que aún no han sido transpuestas a las legislaciones nacionales de determinados países y, por tanto, más allá de las bellas palabras solidarias de sus Jefes de Estado y de Gobierno, no son operativos. ¿A qué esperan? ¿Qué tiene que ocurrir? ¿Cuántos trenes más tienen que volar por los aires para que comprendamos que la lucha contra el terror nos compete en primera persona, que es una tragedia para quien lo sufre, pero que la política para prevenirlo y derrotarlo ha de ser Europea?
Me pregunto, Señorías, si no ha llegado el momento en el que se podría, llegado el caso, sancionar a un Estado que pusiera en riesgo la seguridad de sus vecinos por no aplicar normativas comunes en la lucha contra el terrorismo. Sé que es tercer pilar, pero depende de la voluntad política. Esta situación se puede cambiar. Insisto, solo requiere voluntad política. ¿Se puede sancionar a un Estado que no cumpla el pacto de estabilidad y no a quien ponga en riesgo la vida de sus vecinos por no aplicar la normativa europea? Es una triste paradoja.
Señorías, sería de gran interés que la nueva Comisión elaborara y remitiera al Parlamento un informe de evaluación sobre la forma en la que han sido transpuestas las decisiones marco a las legislaciones nacionales y sobre el valor añadido que han incorporado.
Señor Presidente, me despido, pero permítame que me dirija brevísimamente al señor Vitorino: yo sé que, a veces, desde los despachos, a uno se le olvida que los últimos depositarios de la acción política son ciudadanos con cara y ojos. Sé que no es su caso, y quiero decirle que, gracias a su tesón, a su trabajo y a su inteligencia muchos ciudadanos europeos, muchos vecinos míos, se han sentido más libres.
Guardans Cambó (ALDE).–(EN) Señor Presidente, muchos de nosotros hemos leído, incluso estudiado, este documento, el informe de la Comisión sobre el 11 de septiembre. Todos sabemos lo que es, todos sabemos lo que dice. Es la respuesta –multipartidista, objetiva, rigurosa– de los políticos de una sociedad que quieren proteger a esta sociedad, que intentan ser autocríticos con sus propias instituciones e identificar lo que no funcionaba en el seno de las mismas.
Entonces, si volvemos a Europa, encontramos estos documentos, uno de los cuales fue presentado ayer por el Consejo. Es el informe del Consejo, del 12 de octubre, que sigue al informe de la Comisión del 8 de junio de 2004, e intenta colmar el vacío. ¿Qué ha sucedido con la decisión marco sobre el terrorismo? Estos documentos son casi clandestinos, porque las grandes decisiones políticas se toman en público, y con esta no ha ocurrido así. Esto es deprimente. Esto demuestra que ni siquiera la Presidencia de los Países Bajos ha proporcionado a la Comisión las respuestas que necesita para elaborar estos documentos. Pero la Presidencia de los Países Bajos no está sola en esto: solo 13 países de los 25 han hecho los deberes.
Menos palabras y más trabajo: legislar es trabajar. Está muy bien venir a decir palabras bonitas e intentar proteger a los Estados y a su imagen en lugar de proteger a los ciudadanos. Pero eso no funciona.
Pęk (IND/DEM).(PL) Señor Presidente, Señorías, me horroriza lo que se ha dicho hoy en la Cámara. Uno tras otro, los oradores han afirmado su confianza en la Unión y en sus espléndidos logros. ¿Qué puede ser, de hecho, más espléndido que la igualdad, la libertad, la fraternidad y un espacio de libertad, seguridad y justicia? Pero, ¿dónde está ese espacio?, me pregunto yo. ¿Dónde está la justicia y dónde está la igualdad de derechos, si uno no puede siquiera conseguir intérpretes durante las reuniones de la comisión, algo a lo que todos los Estados miembros y los diputados de esta Cámara tienen derecho en virtud de los Tratados? ¿Dónde está la justicia, la ética y la moral, si uno lucha contra la pornografía infantil en Internet, pero al mismo tiempo promueve el acceso a la pornografía en general, en nombre de las llamadas libertades de los ciudadanos? ¿No es este un caso de doble personalidad y una peculiar esquizofrenia? En mi opinión, la Unión Europea se encuentra actualmente en un cruce de caminos. Está intentando crear arenas movedizas, al haber rechazado los principios de la ética civilizada y de la ética cristiana, que han servido de base durante miles de años. Se afirma que el espíritu de la vieja base se está manteniendo, dado que se sustituye por una nueva, concretamente el derecho y los derechos humanos. Sin embargo, al mismo tiempo he presenciado preocupantes debates, incluso dentro de mi comisión, que se conoce de hecho como la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior. He oído hablar acerca de la necesidad de combatir las acciones criminales de los pedófilos en Internet. Simultáneamente se está permitiendo que varias desviaciones sexuales proliferen en nombre de esta misma libertad. Así pues, me pregunto, señor Presidente, si todo este edificio no está a punto de derrumbarse. En nombre de esos principios, me gustaría terminar mencionando a un poeta polaco que dijo que todo aquel que se atreve a aprovechar las chispas de la fragua del diablo para quemar el poder del mismo blasfema contra la sabiduría eterna y lleva al mundo a la oscuridad exterior. ¡Que esto nos sirva de advertencia!
Cederschiöld (PPE-DE).(SV) Señor Presidente, debo realizar una observación general. La UE se enfrenta ahora al difícil desafío de crear con éxito normas legales comunes para la recién ampliada UE y, pronto, para la todavía más ampliada UE. Exigimos que el Estado de Derecho debe ser el mismo en una UE de 30 como en una de 25 países. En esos precisos momentos se espera que nosotros los suecos extraditemos a Grecia a un joven de 21 años, Kalle Jonsson, en virtud de una orden de detención. Kalle Jonsson lleva esperando ser juzgado desde 2001. ¿Es justo que una persona joven tenga que esperar tres años?
El sistema legal de la UE se basa en la confianza mutua: confianza en los sistemas legales de los demás. La mayoría de la gente de mi país cree que la UE trata sobre comercio y mercado interior. No tienen ni idea de que tenemos que reconocer las sentencias de los tribunales de los demás y reconocerlas también en la UE más ampliada del futuro, independientemente de, por ejemplo, las circunstancias de ese reconocimiento. La UE ya tiene áreas problemáticas –y tendrá más– dentro de sus propias fronteras exteriores. Al mismo tiempo, la gente necesita tener la confianza necesaria en los sistemas legales de todos los Estados miembros. Eso es más difícil que obtener el apoyo popular para el Tratado. Si no se consigue ese apoyo popular dentro del plazo previsto, la ampliación se retrasará, la cooperación legal se debilitará o incluso se descompondrá el Estado de Derecho. Simplemente: ¿cómo va la Comisión a realizar con éxito esta tarea o es que la idea de conseguirlo es utópica y un simple sueño?
Para terminar, un sincero agradecimiento, señor Vitorino, por habernos ayudado a estar más cerca de ese sueño, y también agradezco sinceramente al señor Bourlanges que haya demostrado su intención de acelerar este proceso.
Kreissl-Dörfler (PSE).–(DE) Señor Presidente, Señorías, ¿cómo vamos a crear en el futuro el espacio de libertad, seguridad y justicia, de forma que satisfaga las necesidades de los europeos en el siglo veintiuno? Debemos garantizar que la UE continúe defendiendo la franqueza frente al mundo, la liberalidad y tolerancia.
Estamos de acuerdo en que debemos actuar con determinación contra el terrorismo internacional y el crimen organizado, pero las medidas que adoptemos para ello han de ser apropiadas. Por poner un ejemplo, nosotros concedemos mucha importancia a la orden de detención europea, pero desafortunadamente no todos lo hacen. Nosotros, por otra parte, no deseamos emprender acciones por este motivo, ni tenemos un entusiasmo loco por recopilar todos los elementos concebibles de datos acerca de las personas, para almacenarlos durante períodos de tiempo sin especificar y pasárselos a todos los organismos oficiales. El aumento de la seguridad que esto promete es ilusorio y las libertades civiles y la protección de las personas, por los que hemos luchado tanto tiempo, no deben sacrificarse por ello. Estos valores deben ser la base de todo lo que hagamos en el ámbito de la justicia y los asuntos de interior. En Tampere I se puso claramente de manifiesto y debemos mantenernos fieles a ello.
Continuamos necesitando una política de asilo común y una política que nos permita controlar la inmigración ilegal y evitar la trata de personas, sin alterar o incluso abandonar el principio de solidaridad.
¿Cuál va a ser en el futuro el concepto europeo de hombre, mujer y libertad –el del siglo diecinueve o el del siglo veintiuno, que satisfaga las necesidades de sus ciudadanos? En el grupo socialista del Parlamento Europeo, estamos a favor del concepto del siglo veintiuno.
A pesar de que el discurso de la señora Klamt ha sido brillante, hay un dicho en el fútbol bávaro que afirma «un balón que no da en el blanco sigue sin ser un gol».
(PT) Yo también quiero decir unas palabras al señor Vitorino. Muchas gracias por su excelente trabajo. Le deseo lo mejor para el futuro. Puedo decir, en nombre de mi grupo político, que le echaremos de menos aquí, le echaremos mucho de menos. Muchas gracias.
Wallis (ALDE).–(EN) Señor Presidente, al mirar hacia el futuro de un espacio de justicia, ¿podríamos también centrarnos más en la cooperación y el acceso a la justicia en cuestiones civiles y comerciales? Suele ser el espacio de la Cenicienta, que se deja de lado por cuestiones más urgentes, y sin embargo afecta a las vidas diarias de nuestros ciudadanos y empresas. Un orden jurídico civil y comercial coherente garantizaría el funcionamiento adecuado del mercado interior, y de ese modo la consecución de los objetivos de Lisboa.
La base de nuestro enfoque debe ser el reconocimiento mutuo, mostrando respeto por nuestras distintas tradiciones jurídicas y culturas. No obstante, también deberíamos cuestionar si no estamos creando una telaraña jurídica más enredada y un sistema de justicia a dos niveles, uno para los casos fronterizos y otro para los llamados casos internos, como ocurre con la directiva sobre asistencia jurídica.
Un sistema de justicia transfronterizo europeo, adicional y opcional, que es posible que surja de la propuesta de orden de pago europea, podría traer menos seguridad y más confusión. El 25 de octubre se supone que vamos a celebrar el Día Europeo de la Justicia Civil. Me pregunto si mucha gente se enterará de la celebración. Les pediría que lo publicitáramos más en años venideros.
Kirkhope (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, mientras debatimos sobre un espacio de libertad, seguridad y justicia, es un tanto irrisorio que este espacio propuesto se extienda por toda Europa pero no parezca existir aquí en el Parlamento Europeo. Que los diputados ataquen las opiniones puramente personales –y el derecho a expresar esas opiniones– de los candidatos a la Comisión porque no coinciden con las suyas es un ejemplo de intolerancia que degrada a nuestra Asamblea y a los partidos afectados. Si estos son los principios del socialismo y del liberalismo, son absolutamente indeseables en este lugar.
En relación con las cuestiones principales, no necesitamos un marco prescriptivo. A veces nos beneficia, en nuestro espacio de libertad, seguridad y justicia, tener más acuerdos bilaterales y multilaterales, como el acuerdo sobre equipos de investigación comunes, una iniciativa en la que tuve el orgullo de participar en su momento. Sin embargo, no cooperamos lo suficiente. Es posible que si nos concentráramos en una mayor cooperación entre Estados miembros y organizaciones, en lugar de crear estructuras complejas y con demasiadas pretensiones, alcanzaríamos resultados más prácticos para nuestros ciudadanos y así fomentaríamos una mayor aceptación del tipo de Europa que pueden aceptar y del que pueden beneficiarse.
En conclusión, no creo haber votado a favor del señor Vitorino. Ni siquiera creo que me cayera muy bien al principio. No obstante, quiero dejar claro que creo que ha sido un Comisario muy eficaz y cooperador y que ha respetado a esta Cámara. Eso, en mi opinión, lo sitúa en una de las categorías más altas, y le deseo lo mejor para el futuro.
Díaz De Mera García Consuegra (PPE-DE).–(ES) Señor Presidente, señor Vitorino, el Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia, en esta nueva etapa de la Unión, debe ser fortalecido para conseguir una mayor eficacia y legitimidad ante los nuevos retos que se nos avecinan y que en algunos casos son verdaderas, agudas, contrastadas, larvadas o latentes amenazas contra nuestros valores esenciales.
Nos parece fundamental que la Unión Europea se comprometa con una estrategia política antiterrorista común que sea capaz, sin complejos y con la determinación que deriva del Derecho, de la razón y del deseo de protección de la vida, de neutralizar sin contemplaciones cualquier organización terrorista que actúe en nuestro espacio de libertades o desde nuestro espacio de libertades. Así reforzaremos la credibilidad y la confianza de nuestros ciudadanos en nuestras instituciones democráticas.
No podemos, señor Presidente, promover ni fortalecer nuestras libertades ni nuestros derechos si no somos capaces de defenderlos. Y esos derechos y esas libertades constituyen nuestro mayor patrimonio.
Señor Presidente, para contribuir a ese propósito y a ese compromiso irrenunciable necesitamos también dar respuesta a algunos problemas, al problema del asilo. Necesitamos un procedimiento común y unas medidas eficaces para proteger a los refugiados y atacar a las mafias que trafican cruelmente con ellos. Necesitamos gestionar en común nuestras fronteras exteriores y, finalmente, es indispensable avanzar mucho en la cooperación judicial y penal y especialmente en materia penal.
Me alegro de las coincidencias entre el Consejo y el Parlamento, al margen de las reservas sobre competencias del Tribunal de Justicia. Alabo la sensibilidad de la Presidencia neerlandesa y la corrijo: sí, el terrorismo es nuestro principal y fundamental problema.
Termino, señor Presidente, felicitando al Sr. Bourlanges y muy especialmente al Comisario Vitorino, con cuyo discurso me encuentro comprometido de la A a la Z.
Coelho (PPE-DE). – (PT) El excelente informe del señor Bourlanges ha llegado cuando nos acercamos al quinto aniversario del Consejo de Tampere de 1999, que intentaba establecer un espacio de libertad, seguridad y justicia.
En cierto sentido, la situación a la que nos enfrentamos en esta sesión plenaria es un retrato de lo que experimentamos en los últimos cinco años. La Comisión siempre presente, con la inteligencia y tenacidad del señor Vitorino –y quiero aprovechar para felicitarle– y el Consejo, cuando no ha estado ausente, ha demostrado ser incapaz de tomar decisiones. Miro a la silla vacía del Consejo y tengo la imagen de lo que ha sucedido en los últimos cinco años en el espacio de libertad, seguridad y justicia.
Me gustaría creer que el Consejo Europeo del 5 de noviembre será lo que el Parlamento ha pedido, mediante la resolución del señor Ribeiro e Castro. Lo que propusimos fue un Tampere II, para evaluar el espacio de libertad, seguridad y justicia, y para establecer nuevos objetivos y calendarios, con urgencia y determinación. Debo decir, señor Vitorino, que creo que el orden del día para el Consejo del 5 de noviembre, al que la Comisión también ha contribuido notablemente, es un planteamiento bastante práctico. Estoy de acuerdo con los principios generales de las directrices políticas para el programa plurianual. La principal prioridad debe ser la lucha contra el terrorismo internacional, mediante una estrategia antiterrorista general, tanto a nivel de los Estados miembros de la UE como a escala mundial.
Al mismo tiempo, debe haber una política para proteger y promover los derechos y las libertades fundamentales. También es necesario prestar especial atención a aspectos como el control de los flujos migratorios, el funcionamiento de la Agencia de Gestión de Fronteras, la puesta en marcha del Sistema de Información de Visados (VIS) y la segunda generación del Sistema de Información de Schengen, así como el aumento de la seguridad en el ámbito de los documentos de viaje y visados.
Finalmente, quiero decir al Consejo ausente que si el establecimiento de este espacio de libertad, seguridad y justicia es realmente una de las principales prioridades políticas de la UE, esto se debe reflejar claramente en la asignación de fondos suficientes en las próximas Perspectivas Financieras. Muchas gracias.
Busuttil (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, me gustaría comenzar haciendo constar mi firme protesta por la falta de servicios de interpretación en maltés. Es una lengua oficial de la Unión Europea y, sin embargo, la cabina de interpretación está vacía. Son deficiencias bastante inoportunas y francamente inaceptables.
Quería tomar la palabra para llamar la atención sobre la gravísima situación a la que se enfrenta mi país con respecto al problema de la inmigración ilegal. Solo durante los nueve primeros meses de este año han desembarcado en Malta 1 200 personas. Algunos pueden pensar que 1 200 no es una cifra tan extraordinaria, pero si tenemos en cuenta el tamaño de Malta y su elevadísima densidad de población, podemos reconocer de inmediato que la situación es muy grave. Para que se hagan una idea más clara, puedo decirles que el desembarco de 1 200 inmigrantes en Malta equivale prácticamente –en términos de impacto– al desembarco de 140 000 personas en Sicilia. Y esto es solo en los nueve primeros meses de este año. Por lo tanto, el efecto es masivo y está claro que mi país necesita ayuda para poder hacer frente a esta grave situación.
Con respecto a la cuestión de la inmigración ilegal, es muy fácil señalar a otros con el dedo. Es mucho más difícil compartir la responsabilidad de hacer frente a una constante afluencia de embarcaciones cargadas de personas, cuando uno no tiene medios suficientes para hacerse cargo de ellas. Por lo tanto, como mínimo debemos reconocer que no se trata solamente del problema de un país ni del de unos cuantos países: es un problema común europeo y, como tal, deberíamos buscar una solución común europea.
Por lo tanto, la Unión Europea debería invertir su dinero donde está su boca y ayudar a los países afectados a prepararse mejor para hacer frente a la situación. En particular, habría que asignar recursos financieros suficientes para ayudarles a mejorar su infraestructura y sus servicios, con el fin de que puedan manejar mejor la situación.
Decimos que la Unión Europea se asienta sobre el principio de subsidiariedad. Con respecto a esta cuestión, ha llegado el momento de pasar de las palabras a la acción, y de expresar la solidaridad en la práctica.
El Presidente. Quiero disculparme por la falta de un servicio de interpretación del maltés, que se debe a la escasez de intérpretes. Por supuesto, esto no es justificación alguna y espero que la situación se rectifique pronto.
Kelam, Tunne (PPE-DE). – (ET)Señor Presidente, en mi declaración me gustaría centrarme en la libre circulación de los ciudadanos de la Unión Europea.
Este espacio de libertad y justicia debe justificar su nombre en los próximos años, no solo sobre el papel, sino también en la práctica. Los ciudadanos de los nuevos Estados miembros en particular no se sentirán ciudadanos de pleno derecho de la Unión Europea hasta que se eliminen realmente las fronteras para todos los ciudadanos de la UE. Desafortunadamente los documentos presentes no hacen frente de forma adecuada a los problemas existentes con respecto a la aplicación de las libertades de los ciudadanos de la Unión Europea, incluyendo la aplicación del denominado «programa de geometría variable». En mi opinión, también debe hacerse frente a las divisiones existentes de forma más clara en el programa del Consejo Europeo de Tampere II.
Deberíamos evitar situaciones en las que los ciudadanos de terceros países, a los que resultan aplicables reglamentos y regímenes especiales, tengan una posición más favorable que los ciudadanos de los nuevos Estados miembros. En un futuro próximo, una cuestión práctica que exigirá mucho trabajo es la ampliación del sistema de Schengen, para incluir a los nuevos miembros lo antes posible. Debemos concentrar nuestra voluntad política, para que se pueda crear esta oportunidad para 2007, no solo en teoría, sino también en la práctica. El Consejo y la Comisión necesitan asignar fondos para ello, con el fin de establecer el sistema de información de visados necesario y garantizar la disponibilidad de expertos para realizar misiones para los nuevos Estados miembros. Este proceso también implica políticas específicas por parte de la Unión Europea, destinadas a concluir el proceso de negociación del acuerdo sobre las fronteras, entre los nuevos Estados miembros y sus vecinos, para lo que los nuevos miembros han hecho todo lo que estaba en sus manos.
Finalmente, quiero dar las gracias al Comisario Vitorino por su efectivo y valioso trabajo en la gestión de los asuntos de interior de la UE, así como por su considerable contribución a la Convención Europea.
Schierhuber (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, me complace mucho que el orden del día de hoy incluya este tema tan importante para todos los ciudadanos de la Unión Europea y es una lástima que muchos de los grupos hayan abandonado la Cámara.
En este ámbito también, la Unión se enfrenta a nuevos desafíos, simplemente porque nuestras fronteras exteriores se han desplazado y debemos ser capaces de garantizar que sean muy seguras. Resulta prioritaria la consecución de una política fronteriza coordinada y la seguridad de nuestras fronteras exteriores debe ser establecida conjuntamente, aunque mantengo cierto escepticismo con respecto a la creación de un cuerpo Europeo de Guardia de Fronteras para la UE.
Nuestro objetivo futuro debe ser la creación de una ley de asilo común y de normas claras sobre la migración, donde el establecimiento de las cuotas se reserve para los Estados miembros. En este contexto, es importante emprender acciones contra la inmigración ilegal. A pesar de que el derecho de asilo es sacrosanto, la inmigración no puede ser un derecho. También tenemos que trabajar por una mayor cooperación con los Estados fronterizos de la UE, para hacer frente al asilo y a los flujos migratorios. La protección de nuestros ciudadanos exige que emprendamos acciones contra el terrorismo y el crimen organizado y, en el ámbito de la protección de datos en este sentido, es importante que alcancemos un buen compromiso entre antiterrorismo, nuestros intereses económicos y los derechos de los ciudadanos. Nuestra política debe concentrarse cada vez más en la lucha contra la pornografía infantil, la trata de mujeres y el tráfico de drogas, la corrupción y por la estabilización de los Balcanes.
Para concluir, y hablo en nombre de mi propio país, quiero dar las gracias especialmente al Comisario Vitorino por su compromiso y por sus positivos esfuerzos por la Europa que compartimos.
Sonik (PPE-DE).(PL) Quiero regresar a la cuestión de la política de asilo, en el contexto de los nuevos Estados miembros. La ampliación de la Unión Europea de 2004 vino acompañada de un significativo aumento de las solicitudes de asilo en los nuevos Estados miembros. De acuerdo con las predicciones del Alto Comisionado para Refugiados de la ONU, que recientemente realizó una visita de análisis a Polonia, Eslovaquia y Hungría, las cifras continuarán aumentando al ritmo actual en estos países, al menos durante los próximos años. Por ejemplo, tras el agravamiento del conflicto en el norte del Cáucaso, Polonia está aceptando actualmente el mayor número de refugiados chechenos. Desde mediados de septiembre esta cifra ha aumentado en varios cientos por ciento. Cada día unos 50 ciudadanos chechenos cruzan la frontera oriental de Polonia. La mayoría de ellos son madres con sus hijos y muchos son menores solos. El trabajo para la consecución de una política de asilo común debe intensificarse y es necesario tomar medidas para establecer un mecanismo de financiación conjunta, basado en la solidaridad entre los Estados miembros, así como un mecanismo organizativo para la integración de las personas a las que se les concede la categoría de refugiados. También es necesario crear rápidamente un sistema integrado para la gestión de las fronteras y una agencia europea para la gestión de la cooperación operativa en las fronteras exteriores. Esta agencia deberá comenzar sus actividades lo antes posible, con el fin de establecer estándares comunes para la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea. El lugar más adecuado para la ubicación de esta agencia es Polonia, dado que es el país con la mayor frontera terrestre de la Unión Europea.
El Presidente. El debate sobre el informe queda cerrado. Quiero invitar al señor Vitorino a que tome la palabra.
Vitorino,Comisión. (EN) Señor Presidente, en primer lugar, con respecto a las observaciones de los diputados sobre la nueva generación del sistema de información de Schengen, quiero reiterar que, de acuerdo con nuestra planificación inicial, la Comisión sigue perfectamente el calendario en su esfuerzo por garantizar que el sistema de nueva generación entre en vigor en 2007. Esperamos que los nuevos Estados miembros hagan el máximo uso del servicio de Schengen, para prepararse de cara al importante momento en el que se anulen los controles fronterizos internos.
Mi segunda observación se refiere a la situación de Lampedusa. Reconocemos que las autoridades italianas se encuentran bajo una gran presión, pero el Gobierno italiano nos ha garantizado que todos aquellos que llegan a Lampedusa en busca de asilo son tratados de acuerdo con las convenciones internacionales, en particular la Convención de Ginebra. Por lo tanto, sus peticiones de asilo han sido analizadas por las autoridades sobre el terreno. Quiero hacer hincapié en que corresponde al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados verificar la situación allí.
En tercer lugar, quiero reiterar que el proyecto piloto que la Comisión y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados pretenden desarrollar en Marruecos, Mauritania, Argelia, Túnez y Libia no incluye nada acerca de los campos. Existe confusión con respecto a este punto: el objetivo del proyecto es reforzar los sistemas de asilo nacionales. No tiene nada que ver con los campos.
Comparto las opiniones de varios diputados a esta Cámara que han hecho hincapié en la necesidad de garantizar que en las próximas perspectivas financieras existan suficientes herramientas financieras para mejorar la solidaridad en la gestión de las fronteras interiores y en la gestión de los flujos migratorios y de asilo. Espero que podamos contar con el apoyo de la Cámara para la propuesta de la Comisión relativa a esta cuestión.
Finalmente, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a varios diputados de la Cámara por las amabilísimas palabras que me han dedicado. Dejé esta Cámara como diputado al Parlamento hace diez años y ahora la dejo como Comisario. ¡Dios sabe en calidad de qué puedo volver!
(Aplausos)
El Presidente. El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar el jueves a las 11.30 horas.
7. Proyecto de presupuesto rectificativo nº 9/2004
El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate sobre el informe (A6-0013/2004) de la Sra. Gill sobre el proyecto de presupuesto rectificativo nº 9 de la Unión Europea para el ejercicio 2004.
Gill (PSE), ponente. – (EN) Señor Presidente, me gustaría explicar la historia y el papel del Supervisor Europeo de Protección de Datos y las razones del proyecto de presupuesto rectificativo nº 9. El Supervisor Europeo de Protección de Datos y el supervisor adjunto han sido nombrados este mismo año. Es decir, tres años después de que entrara en vigor el Reglamento. En febrero de este año, la Comisión presentó el anteproyecto de presupuesto rectificativo nº 2, que incluía los créditos para las líneas presupuestarias de la Sección VIII (B) del presupuesto de 2004. La Comisión propuso una suma total de 1,2 millones de euros para que el Supervisor Europeo de Protección de Datos emprendiera sus actividades. La propuesta fue aprobada en ese momento por el Consejo y el Parlamento, y el nuevo Supervisor Europeo de Protección de Datos, el señor Hustinx, y el supervisor adjunto, el señor Delgado, han comenzado a trabajar y se encuentran en las instalaciones del Parlamento Europeo. Por lo tanto, este presupuesto rectificativo nº 9 modificará los créditos del SEPD, completando la suma concedida en el presupuesto rectificativo nº 2, que fue aprobado anteriormente este año.
Sin embargo, cabe destacar que las cifras originalmente previstas en el presupuesto rectificativo nº 2 eran solo para nueve meses. Estas cifras fueron calculadas en 2001 y el hecho es que el Supervisor Europeo de Protección de Datos comenzó a existir en 2004. Debido a este retraso de dos años, este presupuesto rectificativo particular es necesario, porque tenemos que aumentar los créditos de compromiso por un importe de más de 670 000 euros y los ingresos en 170 000 euros.
Por otra parte, se necesitan unos 300 000 euros más para sufragar los compromisos jurídicos en curso. Esto incluye la remuneración de miembros de la institución; hay un ajuste de los créditos para el personal; también hay problemas relativos a la formación de los titulados y a los intercambios de funcionarios. Asimismo, se necesita dinero para alquileres, equipos informáticos y telecomunicaciones.
Asimismo propongo que asignemos 200 000 euros a la reserva. Reduciremos algunos de los créditos para gastos de misiones, dietas de secretariado, costes de traducción e interpretación, y gastos de publicación e información.
Como ya he mencionado, estos problemas surgieron porque el Parlamento Europeo y el Consejo aprobaron el Reglamento en 2001. El principal propósito de este Reglamento es la protección de los individuos ante el tratamiento de datos personales por parte de organismos e instituciones comunitarias. Con respecto a la libre circulación de esos datos, este Reglamento establecía una autoridad de supervisión independiente, denominada el Supervisor Europeo de Protección de Datos. Este Supervisor es responsable de controlar el tratamiento de datos personales por parte de las instituciones comunitarias y trabajará con cada institución y con su responsable de la protección de datos. El Supervisor manejará datos personales delicados, relativos, por ejemplo, a métodos sanitarios y evaluación del personal.
Me complace informar a la Cámara de que el Consejo ha aprobado este proyecto de presupuesto rectificativo. Sin embargo, debo señalar que en el debate de la Comisión de Presupuestos existían ciertas reservas con respecto a los costes. Dado que se trata de una institución recién establecida, estamos dispuestos a aceptar este presupuesto en particular, tal cual está. Sin embargo, quiero dejar claro que en el futuro nos gustaría que existiese un mayor rigor presupuestario, así como una mejor planificación y previsión, por parte tanto de la Comisión como de estas nuevas instituciones que estamos estableciendo. Soy consciente de que existen limitaciones con respecto a la manera en la que se puede gastar el dinero, el fundamento jurídico, etc. Sin embargo, tenemos que asegurarnos de realizar una previsión mejor.
Teniendo en cuenta el número de presupuestos rectificativos, entre otras cosas, también debemos recordar que nos encontramos en un punto crítico y que el Parlamento formará una nueva comisión temporal sobre perspectivas financieras. Por lo tanto, es importante que, al mismo tiempo que luchamos por nuestros principales objetivos políticos –que quedarán consagrados en las nuevas perspectivas financieras–, examinemos también algunas de las estructuras internas y acuerdos interinstitucionales.
A menudo nuestros procedimientos internos son demasiado complicados como para que el ciudadano de la UE pueda entenderlos. Tenemos que simplificar el proceso presupuestario. Es importante recordar que lo que estamos haciendo hoy no es solo una cuestión de información técnica en el informe: afecta a mis electores de West Midlads y afecta a todos los electores de toda Europa. Esta nueva institución protegerá a nuestros ciudadanos en relación con el tratamiento de datos, que crece sin cesar. Eso es positivo y me satisface recomendar a la Cámara que aprobemos este presupuesto rectificativo, tal cual está.
Schreyer,Comisión. (DE) Señor Presidente, señora Gill, Señorías, el informe que se acaba de presentar hace referencia a la aplicación práctica del artículo 8 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, que cubre la protección de las personas con respecto al procesamiento de datos personales, que ha supuesto otro de los éxitos de la Unión Europea de los últimos años. La función del Supervisor Europeo de Protección de Datos fue establecida ya en 1997 por el Tratado de Ámsterdam. La protección de los derechos fundamentales en la UE, incluyendo la protección de los datos personales, fue anticipada en particular mediante la adopción de la Carta de Derechos Fundamentales en 2000
El 22 de diciembre de 2003, el Parlamento Europeo y el Consejo acordaron el nombramiento del Supervisor Europeo de Protección de Datos, que entró en vigor el 17 de enero de 2004. El Supervisor Europeo de Protección de Datos tiene la misión de garantizar la protección de las personas con respecto al procesamiento de datos personales y la libre circulación de tales datos a través de las instituciones y organismos de la Comunidad establecidos por este Tratado o sobre la base del mismo.
Esta es la tercera vez este año que esta nueva autoridad de supervisión ha sido objeto de un presupuesto rectificativo. El 9 de mayo su Cámara aprobó el segundo presupuesto rectificativo, que asignaba al Supervisor de Protección de Datos la suma de 1 272 millones de euros y 15 puestos en el presupuesto de 2004. El plan de la organización tiene en cuenta el cuarto presupuesto rectificativo relativo a la introducción del nuevo Estatuto para funcionarios y otros trabajadores. El informe de la señora Gill propone que el proyecto de presupuesto rectificativo nº 9 sea aprobado sin modificaciones.
Las previsiones rectificativas para 2004 se basan en un gasto previsto de 670 279 euros y unos ingresos previstos de 172 443 euros. El Apartado B de la Sección VIII del Presupuesto de 2004 asciende a 1,9 millones de euros en total y prevé la conversión de tres puestos permanentes en temporales, sin cambios en el número de personal empleado, según lo aprobado en el segundo presupuesto rectificativo de este año.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a la ponente por este proyecto, por el propio informe y por el apoyo al Parlamento en este ámbito.
Dover (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, hablo en nombre del señor Ferber, que no ha podido estar con nosotros esta tarde, y también en calidad de ponente alternativo a la señora Gill por el Grupo del PPE-DE. La comisión está decepcionada por la incapacidad percibida para controlar el presupuesto para el organismo en cuestión, aunque acepto que no se ha establecido hasta este mismo año. Acogí con satisfacción la firma de un acuerdo de cooperación administrativa institucional en junio, entre la Comisión, el Parlamento y el Consejo. Este acuerdo estaba pensado en primer lugar para garantizar que esta autoridad aprovechase la experiencia adquirida en otras instituciones de los ámbitos administrativo y financiero, mediante la transferencia de conocimientos técnicos; en segundo lugar, para permitir que ocupase inmediatamente su lugar como institución, ejerciendo sus funciones y prerrogativas; y finalmente para garantizar el cumplimiento de la regla de oro de las buenas gestiones financieras, a través de la introducción de economías de escala. Esto último no se ha cumplido del todo y esta es la razón por la que el Grupo del PPE-DE se abstuvo en la votación sobre este presupuesto rectificativo y suplementario en particular.
No queríamos trastornar el proceso y la aprobación del presupuesto, pero lo que hicimos –y la señora Gill estará de acuerdo conmigo– fue reclamar la máxima precaución para 2005. Esta será una cuestión para otro ponente, lo sé, pero dado que los 1,2 millones de euros que se precisaban inicialmente aumentaron hasta los 1,9 millones, tal y como acaba de decir la Comisaria, y dado que se están pidiendo 2,8 millones para el año que viene, yo pediría la máxima precaución, porque esperamos una gestión financiera mejor que esta. No tenemos quejas ni reproches con respecto a lo que hace esta organización –que es muy necesaria–, pero nos preocupa cómo lo hace.
Seppänen (GUE/NGL). – (FI) Señor Presidente, Señor Comisario, quiero felicitar a la Comisión. La creación de la oficina del Supervisor Europeo de Protección de Datos es un paso oportuno y necesario. El proyecto de presupuesto rectificativo que estamos debatiendo es una cuestión rutinaria relacionada con esto, que deberíamos aprobar de acuerdo con la propuesta de la señora Gill.
En este sentido, me gustaría recordar a la Comisión que debe emprender acciones más drásticas para la realización del trabajo de la Agencia europea de productos químicos, tan pronto como se haya aprobado la legislación sobre productos químicos. La decisión de crear una Agencia europea de productos químicos ha sido tomada por el Consejo Europeo. Sin embargo, esta no comenzará a funcionar a tiempo, a menos que se realicen los preparativos necesarios para crear un espacio de oficinas y llevar a cabo otras tareas para el establecimiento de la Agencia en Helsinki. Por otra parte, esto deberá hacerse más rápido de lo que se ha hecho en el caso de la creación de la oficina del Supervisor de Protección de Datos. Se ha perdido una increíble cantidad de tiempo con respecto a este proyecto.
El número de oficinas y agencias ya ha pasado de siete a 23 desde que comenzó el milenio y del mismo modo que estamos a punto de abrir la oficina del Supervisor de Protección de Datos en Grecia, también deberíamos, de manera creíble, abordar la tarea de cumplir la promesa realizada a Finlandia. El trabajo de la Agencia de productos químicos deberá comenzar cuanto antes.
Titford (IND/DEM). – (EN) Señor Presidente, lo único que se puede decir es: aquí estamos de nuevo, amigos, pasen y vean cómo los increíbles burócratas de Bruselas hacen que se desvanezcan otros 1,2 millones de libras de los contribuyentes en un abrir y cerrar de ojos. Asómbrense al ver cómo crean otra institución no deseada, destinada a sepultar nuestra ya apremiada comunidad empresarial en el reino del delicioso nuevo papeleo.
Vean ante sus propios ojos cómo la Unión Europea sigue creciendo y creciendo. Con solo un golpe de bolígrafo, un nuevo metomentodo recibirá un gigantesco presupuesto con el que ampliar su feudo personal y crear otra montaña de burocracia.
Señor Presidente, los Estados nacionales pueden crear y crean sus propios mecanismos con respecto a la protección de datos. Gran Bretaña tiene su propio registro de protección de datos y reglamentos muy detallados que lo secundan. Sencillamente no necesitamos este cargo de Supervisor Europeo de Protección de Datos y recomiendo encarecidamente a los diputados que voten en contra de este presupuesto rectificativo y, aunque sea por una vez, que digan «no» a los constructores del imperio de la UE.
Martin, Hans-Peter (NI).–(DE) Señor Presidente, señor Comisario, lo bueno de la última parte de un debate es siempre que uno puede escuchar atentamente y yo personalmente diría que todos y cada uno de los discursos que se han dado tenías algo plausible al respecto. Sin embargo, pasando al tema que nos ocupa, mi postura es que tiene sentido, cuando existen tantos reglamentos europeos, que exista y deba existir un Supervisor Europeo de Protección de Datos.
No obstante, en mi opinión, tiene poco sentido hacerlo de la manera que se está intentando ahora. Creo que los conservadores tienen buenas razones para abstenerse y que hay motivos más que justificados para votar en contra. En lugar de hacer un uso mucho más eficiente de lo que tenemos y de recuperar las cosas de las que disponemos desde hace mucho tiempo, estamos intentando una vez más añadir nuevas cosas, a lo que me opongo claramente. Creo que el Supervisor de Protección de Datos es otro ejemplo de cómo se podría gestionar eficientemente con mucho menos.
Kozlík (NI).(SK) Señor Presidente, Señorías, en primer lugar me gustaría apoyar el proyecto propuesto para la rectificación del presupuesto de la Unión Europea de 2004, relativo a la cuestión del Supervisor Europeo de Protección de Datos. Sin embargo, al mismo tiempo, con respecto a la gestión presupuestaria de la Unión Europea en los siete primeros meses de 2004, quiero expresar mi preocupación por la clara discrepancia en la entrega de contribuciones, de las que se han pagado el 74 %, y la entrega de pagos, de los que se han pagado solo el 54 %, y que van notablemente atrasados.
Si se proyecta sobre el presupuesto de la República Eslovaca para los nueve primeros meses de 2004, esto representa un 70 % de cumplimiento de las contribuciones a los presupuestos de la Unión Europea, mientras que solo se ha realizado el 15% de los pagos anuales previstos del presupuesto de la Unión Europea. Esta situación significa que en lugar de recibir ayuda tras la adhesión, Eslovaquia y los restantes Estados miembros se han convertido en contribuyentes netos al presupuesto de la Unión Europea.
Esta situación debería ser revisada urgentemente, tanto en el plano de la Comisión Europea, como del Consejo de Europa y de los Gobiernos nacionales.
Muchas gracias.
El Presidente. Con esto llegamos al final de la lista de oradores.