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Acta literal de los debates
Jueves 28 de octubre de 2004 - Estrasburgo Edición DO

3. Sonares navales
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede a la pregunta oral (B6-0018/04) del señor Karl-Heinz Florenz, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, a la Comisión, sobre los efectos medioambientales de los sonares navales activos de alta intensidad.

 
  
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  Florenz (PPE-DE), autor. (DE) Señor Presidente, me complace que esta no sea la última vez que tendremos a la Comisaria con nosotros, dado que ayer, de forma indirecta, prorrogamos su contrato de empleo.

Tal como yo lo veo, es una pregunta oral más que una intervención, por lo que intentaré ser muy breve. Como saben, la cuestión tiene que ver con los efectos medioambientales en las ballenas de los sonares subacuáticos, un artilugio de uso civil y militar que tiene efectos considerables en el sistema auditivo de las ballenas. Por desgracia, hemos recibido informes de expertos sobre la muerte de gran número de ballenas, cosa que no ha empezado hace poco, sino que ocurre desde hace ya bastante tiempo.

Quisiéramos que la Comisión nos indicara si ha sido informada de nuevos estudios y si se ha hecho suficiente publicidad de los mismos. Nos gustaría mucho saber si es consciente de que en los Estados Unidos ya se han desmantelado sistemas fijos de sonares de este tipo. ¿Es consciente de que ya hace tiempo que existen nuevas tecnologías capaces de realizar esas mismas funciones?

Aquí vemos el potencial de innovación de la estrategia de Lisboa. No queremos desguazar ningún barco, solo queremos que nuestros amigos del sector de la defensa sigan pudiendo viajar bajo el agua de forma ordenada, en vez de hacerlo de forma confusa y desorganizada como ocurre, por desgracia, en la actualidad. Es una oportunidad para la innovación; ¿quiere la Comisión tomar medidas en este ámbito incluso fuera de la Unión Europea?

 
  
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  Schreyer, Comisión. (DE) Señor Presidente, señor Florenz, Señorías, la Comisión agradece la oportunidad que le ofrece el Parlamento para reiterar la importancia de mantener y proteger el entorno marino.

En la sesión plenaria de marzo de este año, el Comisario Solbes hizo una declaración en nombre de la Comisión sobre los efectos de los sonares activos de baja frecuencia en el entorno marino, en la que se indicaba que el Derecho comunitario exige a los Estados miembros de la UE establecer sistemas estrictos para la protección de las ballenas en las aguas europeas. Sin embargo, la Comisión no disponía de información sobre los sistemas de sonares activos de alta intensidad y sus posibles efectos en las ballenas, necesaria para aclarar aspectos científicos importantes y adoptar una postura inequívoca.

Por este motivo, la Comisión pidió al Consejo Internacional para la Exploración del Mar que examinara científicamente este tema complejo. Con ello pretendía ofrecer una base para la descripción de las medidas que podrían ser necesarias en el futuro para evitar perturbar a las ballenas y garantizar el seguimiento de lo dispuesto en la Directiva Hábitats.

El estudio científico está en marcha desde entonces, y se espera que las conclusiones preliminares lleguen a principios de 2005. La Comisión pondrá a disposición del Parlamento y del público en general los resultados del estudio. Consultaremos a los Estados miembros, a través del Comité Hábitats, sobre las mejores opciones posibles para proteger a las ballenas de los sonares y otras formas de contaminación acústica, y en dichos debates participarán todas las partes interesadas.

Aunque la Comisión es consciente de los posibles efectos ambientales de las actividades militares, el hecho de que la UE no tenga competencias en este ámbito significa que la Comunidad no puede tomar medidas para regular el desarrollo de las nuevas tecnologías de defensa. Si, en el futuro, nos implicamos más en el ámbito de la investigación militar, por supuesto este será un tema importante. Permítanme reiterar que el estudio se encargó en septiembre de 2003, y que se espera que esté disponible a finales de este año. Dado que el estudio requiere cotejar todos los conocimientos disponibles sobre el tema, es una tarea compleja, y, como tiene que ver con el sector militar, en muchos casos no ha sido fácil.

Por lo tanto, pedimos que tomen nota de que la conclusión del estudio exigirá un tiempo considerable. De todos modos, como he dicho en nombre de mis colegas Comisarios, espero que los resultados estarán disponibles a principios del año que viene, y entonces constituirán una base sólida para la acción.

 
  
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  Korhola (PPE-DE). (FI) Señor Presidente, en primer lugar quiero darle las gracias por ofrecernos esta oportunidad de recordar a todos una vez más la importancia del tema, y los muchos efectos que los sonares de alta intensidad tienen en nuestro entorno y especialmente en la fauna marina. Ya es la segunda vez que sacamos el tema de las ballenas, y lo volveremos a sacar en el futuro, hasta que veamos un claro progreso en este asunto. Quiero dar las gracias a la Comisaria Schreyer por su respuesta, que inspira esperanza. Es importante que la Comisión haga todo lo que pueda dentro de los límites de sus competencias.

Hace un par de años, yo personalmente recogí los nombres para la primera pregunta oral, y hay que decir que el material de investigación sobre el tema ha aumentado considerablemente de volumen durante el período transcurrido desde entonces. Se ha obtenido información precisa sobre los efectos de los sonares de alta intensidad de muchas fuentes fiables, como los datos publicados por 18 investigadores europeos en la edición de la revista Nature del 9 de octubre de 2003, que demuestra que los sonares de alta intensidad constituyen una amenaza considerable para los mamíferos marinos en concreto, pero también para los peces y demás fauna marina. Ha aumentado notablemente el volumen de pruebas que demuestran la relación entre la muerte de gran número de mamíferos marinos y los sonares de alta intensidad.

Hace un año, en octubre, los investigadores y nuestra delegación parlamentaria fueron a las oficinas centrales de la OTAN para presentar dos peticiones en que se solicitaba que los países miembros de la OTAN restringieran el uso de los sonares activos de baja frecuencia hasta que se investigara plenamente su impacto ambiental y su vinculación con las recientes muertes de ballenas. Entonces, la petición llevaba la firma de más de 85 000 personas y 68 organizaciones ecologistas de Europa, los Estados Unidos y Canadá.

Aunque estamos de acuerdo en que es totalmente legítimo probar y desarrollar este sistema de defensa, y realizar un seguimiento de los submarinos que utilizan nuevas tecnologías, es particularmente importante tener en cuenta la vulnerabilidad de nuestro medio ambiente. Desde el punto de vista del desarrollo sostenible, deberíamos intentar desarrollar tecnologías alternativas que protejan la naturaleza sin dejar de cumplir los objetivos que se les hayan asignado. En tecnología militar, así como en otros campos, vale la pena recordar el precio ecológico que debemos pagar por la tecnología que queremos emplear. Con los sonares de alta intensidad, el precio es demasiado elevado.

 
  
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  Sacconi (PSE).(IT) Señor Presidente, Señorías, los devastadores efectos del calentamiento terrestre, la contaminación acústica y química, de la sobrepesca y de los accidentes navales están degradando gravemente nuestros océanos y, de forma inevitable, las poblaciones de cetáceos que viven en ellos.

Ahora disponemos de pruebas científicas válidas y suficientes para demostrar que los sonares navales activos de alta intensidad pueden ser mortales para las ballenas, los delfines y los peces. Todos los cetáceos dependen extraordinariamente del oído para su supervivencia; muchas especies tienen un oído agudo y utilizan el sonido no sólo para localizar las presas, sino también para la navegación y la comunicación, a menudo a gran distancia.

Así, la contaminación acústica causada por los sonares no solo provoca daños fisiológicos, sino que interfiere en el comportamiento natural de los animales y en la comunicación normal. Enmascara las llamadas y desorienta a los animales, haciéndoles alejarse de su hábitat acostumbrado, en el que se alimentan y se reproducen.

El año pasado votamos una resolución sobre la protección y la conservación del medio ambiente marino. Este Parlamento se pronunció unánimemente a favor de la aplicación de medidas coherentes y coordinadas para frenar el declive de la biodiversidad antes de 2010 y promover la utilización sostenible de los mares, protegiendo y conservando los ecosistemas marinos. No tengo que recordar, señor Presidente, que estos eran los objetivos políticos que suscribimos de forma vinculante en la última cumbre mundial sobre desarrollo sostenible.

Considero, pues, que es nuestro deber aprobar disposiciones que permitan preservar el universo marino que nos rodea y, por tanto, pido a la Comisión que respete los plazos que anunció aquí para pasar de los estudios a propuestas concretas.

 
  
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  Matsakis (ALDE).(EN) Señor Presidente, el sónar naval de alta intensidad es una especie de sistema de radar subacuático utilizado principalmente para la detección de submarinos y que, en lugar de utilizar ondas de energía electromagnética como el radar de superficie, explora el agua de los océanos mediante ondas de energía acústica. Estas ondas acústicas son, para simplificar, sonidos muy fuertes que viajan a través de muchos cientos de kilómetros invadiendo cada centímetro cúbico de agua oceánica en las zonas en las que se utilizan, sin ninguna limitación geográfica. En ocasiones, su fuerza es tal que incluso se pueden llegar a escuchar fuera del agua por personas que se hallan en las orillas cercanas.

Por lo tanto, no es de extrañar que este bombardeo de sonidos de alta energía ocasione graves trastornos en la vida marina, afectando en especial a aquellos animales que, por naturaleza, presentan una sensibilidad acústica más desarrollada, como las ballenas y los delfines. Lo que oye y siente una ballena cada vez que se activa un sonar equivale a lo que oiríamos y sentiríamos nosotros si cuatro motores de un avión jumbo funcionaran a toda potencia en esta sala. Las pruebas científicas recopiladas a raíz de las necropsias practicadas a ballenas varadas son cada día más firmes y esclarecedoras y resultan convincentes para la mayoría de los científicos, al tiempo que cumplen los criterios de nuestro principio de cautela.

Además de causar daños directos a determinados órganos internos como el aparato auditivo, las ondas de sonar asustan y aterrorizan a los animales, lo que les lleva a moverse de forma descontrolada y desconcertada en un intento desesperado por escapar de un ruido doloroso y desorientador. Así, pueden acabar emergiendo rápidamente desde aguas profundas y morir a causa de la descompresión, o fallecer tras varar en las playas próximas.

Hay que tener en cuenta que por cada animal varado existen cientos que mueren o sufren heridas graves sin que tengamos constancia de ello porque nunca alcanzan la orilla. Asimismo, debemos tener presente que la muerte provocada por los efectos del sonar es extremadamente dolorosa, terrible y lenta.

Por este motivo, es imprescindible aprobar con urgencia, y sin ningún cambio sustancial, la propuesta de resolución presentada por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria en la que se solicita la restricción del uso de estos sonares. Si se aprueba la enmienda que propone restringir el uso en hábitats marinos geográficamente no sensibles, esta resolución se verá muy debilitada y perderá gran parte de su efectividad.

(Aplausos)

 
  
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  Lucas (Verts/ALE).(EN) Señor Presidente, me complace que tengamos este debate, ya que se trata de un problema medioambiental crucial que inquieta a mucha gente.

Estos nuevos sonares, mucho más potentes –uno de los sistemas de sonido más fuertes jamás concebidos– han provocado una epidemia de varamientos, hemorragias internas, sorderas y lesiones pulmonares allá donde se han probado. Una sola emisión de la nueva tecnología puede afectar a los animales presentes en una extensión de 3,8 millones de km2 de agua. Por este motivo, considero que la respuesta dada por la Comisión a una pregunta escrita que planteé el pasado mes de noviembre no resulta suficientemente satisfactoria, ya que en ella se limita a afirmar que es preciso utilizar con precaución este tipo de tecnología. Este tipo de tecnología no se puede utilizar con precaución porque su impacto es descomunal. A una distancia de cien millas de la fuente sonora, la contaminación acústica puede seguir ocasionando desgarros en los tejidos de la bolsa de aire situada en la parte posterior del cerebro de ballenas y delfines.

He escuchado con gran interés la introducción de la señora Comisaria, en la que se ha hablado mucho de investigación y nada sobre la reivindicación de una moratoria. En julio, el Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional emitió de forma unánime una firme declaración en la que manifestó su preocupación por el alto nivel de contaminación acústica submarina y mencionó lo que denominaba pruebas convincentes de que poblaciones enteras de ballenas y de otros mamíferos marinos están potencialmente amenazados por ella. Por tanto, no nos diga que es preciso intensificar la labor de investigación hasta que se solicite una moratoria; nosotros no lo hacemos: ya hay suficientes pruebas que demuestran la necesidad de actuar.

Ruego encarecidamente a sus Señorías que voten en contra de la enmienda presentada por el Grupo del PPE-DE, destinada a debilitar la resolución mediante una llamamiento a los Estados miembros a que se establezcan restricciones geográficas en los hábitats marinos sensibles. Sencillamente, dicha enmienda no tiene justificación científica alguna.

Aunque el discurso de la señora Korhola ha sido muy bueno –lamento que ya haya abandonado la Cámara–, no ha explicado por qué ha puesto su firma bajo una enmienda cuya aprobación menoscabaría y dejaría sin efectividad la misma resolución que dice apoyar. Teniendo en cuenta que una sola emisión de esta tecnología de baja frecuencia puede trastornar a animales en un área de 3,8 millones de km2 de agua y que se conoce muy poco acerca de sus modelos migratorios, las restricciones geográficas no resultan apropiadas. No funcionarán. Insto a mis colegas a que rechacen esta enmienda.

 
  
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  Sjöstedt (GUE/NGL). (SV) Señor Presidente, naturalmente, también nuestro Grupo apoya esa resolución y la reclamación de una moratoria en el uso de esa técnica. Ahora tenemos una prueba abrumadora de que la técnica es peligrosa. Por ejemplo, se ha demostrado que existe una relación entre los ejercicios militares en los que se utiliza esa técnica y la alta incidencia de ballenas varadas.

Como se ha dicho ya en este debate, solo se ha presentado una enmienda a esa excelente resolución. Proviene del otro lado de esta Cámara y ha sido presentada por el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos. Quieren atenuar uno de los puntos absolutamente esenciales restringiendo la demanda de no utilizar esa técnica, de modo que se aplique solo a determinadas zonas geográficas. Esto sería gravemente perjudicial para el documento. También es prácticamente imposible, porque estamos hablando de especies que recorren distancias muy grandes y que no se pueden confinar a unas zonas determinadas. También nos preocupan las ondas de sonido que de por sí ya pueden viajar cientos de kilómetros. Nosotros votaremos a favor de la resolución y en contra de la enmienda.

 
  
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  Blokland (IND/DEM). (NL) En política europea, durante años el principio de cautela ha sido un principio rector importante, y dentro de poco debatiremos en esta Cámara sobre un amplio paquete legislativo basado en ese principio, sobre sustancias químicas. También en política medioambiental intentamos evitar que los nuevos desarrollos técnicos dañen la flora y la fauna.

En cuanto a los nuevos sonares sobre los que estamos debatiendo en la actualidad, puedo ser breve. Vemos casos de mamíferos marinos varados cuyo oído está dañado. Esos animales embarrancan en zonas donde pescan barcos equipados con un nuevo tipo de sonar especialmente fuerte. Esos factores, combinados, nos llevan a creer que esos sonares causan daños a los mamíferos marinos. Opino que también deberíamos aplicar el principio de cautela en ese caso y, por lo tanto, deberíamos prohibir temporalmente el uso de esos tipos de sonares en aguas europeas hasta que se haya podido demostrar que existe alguna otra causa o –si el daño se debe realmente a esos sonares– hasta que se imponga una prohibición definitiva. En relación con la enmienda presentada por el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócratas-Cristianos) y de los Demócratas Europeos, entiendo que las restricciones se pueden imponer en zonas protegidas, pero me parece inteligente conservar el texto actual de la resolución para enviar el mensaje más firme posible al Consejo y a la Comisión.

 
  
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  Jackson (PPE-DE).(EN) Señor Presidente, represento al sudoeste de Inglaterra, en cuyas orillas ha aparecido durante los últimos años un número cada vez mayor de delfines muertos. En 2002 y 2003 se encontraron en las playas los restos de unos 300 delfines y marsopas.

Tras el reciente estudio publicado en la edición de octubre de la revista Nature, la atención se ha centrado en los sonares navales. No obstante, la prioridad absoluta para los grupos preocupados por la muerte de estos mamíferos marinos en el sudoeste de Inglaterra y en muchas otras partes del país se centra en poner fin cuanto antes al indiscriminado arrastre en pareja que se produce en el Canal de la Mancha. Esperamos con impaciencia que la Unión Europea tome medidas a este respecto. Mis electores no aciertan a entender por qué aún no se han tomado medidas sobre la base del principio de cautela, citado con tanta frecuencia por la Comisión para respaldar sus iniciativas.

Queremos que se intensifiquen los esfuerzos de investigación sobre el efecto de los sonares navales. Según veo, el Grupo Verts/ALE ha presentado una enmienda en la que se reivindica una moratoria alegando que se ha demostrado el peligro que suponen este tipo de sonares. Eso no es del todo cierto. De acuerdo con el estudio publicado por Nature, «la incidencia de estos casos de mamíferos muertos durante un ejercicio con un sonar naval indica que los factores acústicos podrían ser importantes.» En dicha revista se declara que es preciso llevar a cabo una investigación más exhaustiva.

Sabemos que tenemos que ser realistas. Los diputados del Grupo de los Verdes apoyan la idea de una restricción inmediata o de una prohibición de estos sistemas, pero la armada británica, y seguramente también otros con sitios web menos accesibles, está a punto de realizar pruebas con el nuevo sonar S2087 de alta intensidad y baja frecuencia en las fragatas Tipo 23. El Ministerio de Defensa reconoce que se produce un efecto acústico que podría causar daños en los mamíferos marinos. Por este motivo, va a aplicar medidas atenuantes y de control destinadas a proteger a estos animales. Preferiríamos que dentro de una estrategia comunitaria común se contemplara, por ejemplo, la prohibición de uso del sonar en las zonas de reproducción marinas.

Impedir su utilización en aguas de la Unión Europea privaría a los responsables de nuestra defensa de una herramienta útil de alerta temprana que bien podríamos necesitar en un mundo peligroso. Es un equilibrio difícil, pero creemos que nuestra enmienda al texto aporta la mejor solución posible. Si no se aprueba, muchos de nosotros, con gran pesar, tendremos que abstenernos o votar en contra de esta propuesta.

 
  
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  Medina Ortega (PSE). (ES) Señor Presidente, éste es el segundo debate que celebramos este año en el Parlamento sobre el tema de los zifios. En el debate anterior, el Comisario Solbes ya nos anunció la realización de este estudio, y me congratulo de que la Comisaria Schreyer haya confirmado lo que dijo el Comisario Solbes y de que, antes de final de año, el estudio esté concluido.

En estos momentos, la evidencia científica es clara. La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha realizado unos estudios muy detallados sobre el tema y está claro que los sonares de baja frecuencia que se utilizan en las maniobras militares navales producen daños a los animales.

Lo que haría falta ya es pasar, como ha dicho antes el señor Sacconi, de la etapa de los estudios a la etapa de las propuestas concretas. Corresponde a la Comisión presentar propuestas a los Estados miembros, propuestas concretas, y espero que en el próximo debate que celebremos en este Parlamento tengamos ya esas propuestas sobre la mesa.

Por lo tanto, concluyo pidiendo a la Comisión que muy pronto, es decir, inmediatamente después de que tenga esos estudios en la mano, presente esas propuestas, de modo que, el próximo año, sin retrasarse demasiado, el Parlamento pueda estudiarlas y recomendar a los Estados las decisiones que deben tomarse.

 
  
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  Hammerstein Mintz (Verts/ALE). (ES) Señor Presidente, hay que decir bien claro que es imposible restringir los efectos de los sonares geográficamente. No sé qué quiere hacer el Grupo del PPE-DE: quizás lo que tienen que hacer es repartir cascos para los delfines y las ballenas.

En las Islas Canarias este verano han muerto una serie de zifios, claramente debido a los efectos del sónar. El Grupo Verts/ALE viene denunciando este hecho desde hace mucho tiempo. El Gobierno español y el Ministerio de Defensa han reconocido el problema y el Gobierno canario admitió recientemente que este tipo de dolencia está relacionado con la utilización de sonares activos de media frecuencia.

El pasado mes de abril, el Gobierno y el Ministerio de Defensa firmaron un acuerdo de colaboración para evitar el varamiento masivo de zifios que se está produciendo en la zona de las Islas Canarias. Este acuerdo es muy significativo, porque muestra la preocupación y muestra que los zifios se ven afectados por los sonares.

Lo que nos parece absolutamente inaceptable es la enmienda presentada por el Partido Popular para que se restrinja el uso de radares/sonares navales de alta intensidad sólo en las zonas definidas como hábitats marinos sensibles, cosa que es realmente imposible. Pedimos el rechazo de esta enmienda.

 
  
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  Von Wogau (PPE-DE). (DE) Señor Presidente, Señorías, permítanme decir desde el principio que considero muy lamentable que esta Cámara no haya hecho uso de una de las opciones de que dispone. Es una realidad que el Parlamento Europeo no es responsable solo de la protección del medio ambiente, sino también de los temas de seguridad y defensa, y sobre este segundo tema incluso hemos creado una subcomisión. Creo que cualquier resolución que adoptemos tendría mucho más peso si tuviera en cuenta estos aspectos.

Yo diría que es extraordinariamente importante que encontremos una solución, y que debemos proteger a las ballenas y los delfines. Creo que en este sentido existe un amplio consenso en esta Cámara, en general, pero por otra parte está la cuestión de decidir qué es lo mejor que podemos hacer. No sé si es realista pedir una moratoria, porque hasta cierto punto el uso de esos dispositivos seguirá siendo necesario para la seguridad y por otros motivos. Por lo tanto, creo que sería más realista buscar primero un límite geográfico adecuado y llegar a un acuerdo para que esos dispositivos no se sigan utilizando en lugares donde hayan muerto ballenas y delfines en gran número. Por ello, recomiendo encarecidamente la enmienda presentada por el Partido del Grupo Popular Europeo.

No obstante, queda otro aspecto asociado, y es que en la actualidad se está debatiendo un programa preparatorio para la investigación sobre seguridad –aparece en los debates del Presupuesto, señora Comisaria Schreyer– y la Unión Europea debe ejecutarlo y financiarlo. Tal como yo lo veo, la cuestión de los sustitutos de los sonares, o la de utilizar otros métodos para proteger a las ballenas, debería abordarse a través de ese programa.

 
  
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  McAvan (PSE).(EN) Señor Presidente, es evidente que nos enfrentamos a un serio problema para la vida marina y guarda una posible relación con los sonares navales. Por lo tanto, estoy de acuerdo con la idea central de la resolución y defiendo la necesidad de hacer algo. Sin embargo, no puedo aceptar la idea de una moratoria ya que, como hemos escuchado hoy, afecta a la seguridad. Necesitamos tiempo para desarrollar tecnologías alternativas.

Agradezco sus palabras, señora Comisaria. Sería conveniente esperar a que finalice el estudio pericial y, en consecuencia, determinar las medidas que se pueden poner en marcha en enero. Mientras tanto, debemos seguir controlando este grave problema que preocupa a tantos ciudadanos.

 
  
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  Schreyer, Comisión. (DE) Permítame observar brevemente que la Comisión apoya ese compromiso de detener la pérdida de biodiversidad para 2010. La segunda cuestión que quiero abordar es que, si la Comisión quiere presentar recomendaciones eficaces, necesita resultados científicos sólidos, y por ese motivo el estudio es tan importante. Pronto lo tendremos a nuestra disposición, y ni que decir tiene que sus Señorías conocerán los resultados y las propuestas.

El tercer punto es que informaré de esta resolución a mi sucesor como Comisario responsable de la investigación en materia de seguridad, porque creo que será muy importante aprovechar todas las opciones de que disponemos en el campo de la investigación.

 
  
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  El Presidente. Comunico a sus Señorías que he recibido la propuesta de resolución(1).

El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar a las 11.30 horas.

(La sesión, interrumpida por unos minutos, se reanuda a las 11.35 horas)

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. BORRELL FONTELLES
Presidente

 
  

(1) Cf. Acta.

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