13. Programa legislativo y de trabajo de la Comisión (2005) (continuación del debate)
El Presidente. De conformidad con el orden del día, pasamos al debate sobre el programa legislativo y de trabajo de la Comisión (2005), debate que se inició el 26 de enero de 2005 en Bruselas.
Tiene la palabra el señor Barroso.
Barroso,Presidente de la Comisión. (PT) Señor Presidente, distinguidos diputados al Parlamento Europeo, Señorías, antes de intervenir ante ustedes acerca del programa legislativo y de trabajo de la Comisión para 2005, permítanme que exprese brevemente mi satisfacción por los resultados del referendo celebrado ayer sobre la Constitución Europea en España, e intentaré hacerlo en español.
(ES) El pueblo español ha dicho sí a la Constitución Europea, un sí claro y rotundo.
(Aplausos)
Quisiera expresar ante ustedes la satisfacción de la Comisión Europea por este resultado. España ha dicho sí a una Europa unida en su diversidad. Quisiera agradecer a todos los que han participado con su compromiso en el proceso de referéndum, en particular a todos los miembros de este Parlamento que han contribuido con su voz y opinión a conseguir este importante resultado. En este sentido, ayer llamé al Presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para felicitarle y expresarle mi agradecimiento por el gran compromiso expresado por su Gobierno en el desarrollo de la campaña electoral.
Este sí, expresado de manera clara y sin matices, abre el camino al resto de los conciudadanos europeos que, en los próximos meses, serán igualmente llamados a pronunciarse sobre la Constitución Europea.
Este ha sido un paso muy importante en el proceso de ratificación de la Constitución Europea, que la Comisión considera como un instrumento único que nos permitirá a todos los europeos consolidar nuestras ideas de paz, prosperidad, solidaridad y seguridad en Europa.
(EN) Señor Presidente, hace un mes presenté los objetivos estratégicos propuestos por la Comisión, concebidos para guiar la acción europea hasta finales de la década. Se trata de un plan de trabajo político basado en tres pilares: prosperidad, solidaridad y seguridad. Se trata de aspectos que se refuerzan mutuamente y que abordan las preocupaciones concretas y las exigencias de los ciudadanos europeos. También presenté la primera entrega de los objetivos estratégicos: el programa de trabajo legislativo para este año. Permítanme recordarles algunos de sus principales elementos.
En primer lugar, el programa está más enfocado en términos políticos. Las iniciativas propuestas se estructuran alrededor de los tres objetivos estratégicos y su dimensión externa, y representan una primera traducción concreta del planteamiento equilibrado que persigue la Comisión. Esto se aplica tanto a nuevas iniciativas como a ámbitos en que proponemos reforzar las acciones en curso.
En segundo lugar, la Comisión está firmemente decidida a cumplir su programa de trabajo. A tal fin, la Comisión pretende adoptar una lista de poco más de un centenar de iniciativas prioritarias para finales de año.
Finalmente, no solo queremos cumplir los plazos, sino que también queremos hacerlo mejor. Queremos tomarnos en serio los principios de mejora de la normativa. Esto significa garantizar la calidad de la legislación; el respeto de los principios de proporcionalidad, subsidiariedad y valor añadido; y el uso generalizado de las evaluaciones de impacto.
Además de este programa de trabajo, he anunciado que la Comisión informará con regularidad al Parlamento sobre su calendario de planificación de propuestas legislativas en preparación. Me complace poder decir que este canal de información ya funciona.
Entretanto, la Comisión ha continuado aplicando sus propuestas. El 2 de febrero les presenté nuestras propuestas para una revisión a medio plazo de la Estrategia de Lisboa. Centrándose en el crecimiento y el empleo, aspira a crear las condiciones para lograr niveles de vida adecuados, justicia social para todos y sostenibilidad medioambiental. El 6 de enero y el 2 de febrero tuvimos un primer intercambio de puntos de vista.
Me complació oír que, en términos generales, las propuestas de la Comisión respondían a muchas de las expectativas y preocupaciones de los diputados a esta Cámara. Acojo con satisfacción las propuestas de resolución detalladas presentadas hoy por los Grupos políticos sobre el programa de trabajo. Cuando hablamos de asociación, diálogo y consulta, sabemos que no siempre estaremos de acuerdo en todo. Como en cualquier asociación, lo importante es que las posiciones planteadas estén claramente expresadas y que colaboremos para alcanzar objetivos comunes.
Quisiera comentar brevemente algunos de los asuntos importantes planteados en los comentarios y las propuestas de resolución.
En primer lugar, las acciones valen más que las palabras. La Unión Europea tiene la responsabilidad de convertir sus aspiraciones en realidad. Debe promover la prosperidad, la cohesión y la justicia social, tanto dentro de su territorio como más allá de sus fronteras. La Comisión está firmemente decidida a cumplir esta tarea. Ya hemos empezado a trabajar con este objetivo aplicando nuestro programa de trabajo para 2005: estamos en camino.
En segundo lugar, la competitividad y la cohesión social tienen que ir de la mano. Todos sabemos que lograr el equilibrio es difícil. Quiero que la Comisión sea útil en este sentido. Ello exige escuchar con atención los puntos de vista y las contribuciones de sus Señorías.
Tomemos por ejemplo la iniciativa REACH. Permítanme convencerles de que hemos tomado debida nota de las preocupaciones expresadas. Todos estamos de acuerdo en que es necesario proteger debidamente la seguridad de las personas y del medio ambiente. Por otra parte, también deberíamos abordar el temor de que algunos elementos de la propuesta supongan serias dificultades para una industria europea clave sin ningún valor añadido real en el terreno de la salud y del medio ambiente. A través del proceso legislativo, seguiremos examinando nuevas posibilidades de perfeccionar y mejorar el equilibrio entre normativa y competitividad.
Con respecto al proyecto de directiva de servicios, en este caso también estamos persiguiendo un objetivo que cuenta con el apoyo general, a saber, la plena realización del mercado interior de servicios para el año 2010. De nuevo puedo asegurarles que hemos tomado debida nota de las preocupaciones expresadas. Estoy plenamente convencido de que, a través del proceso legislativo, seremos capaces de elaborar un instrumento jurídico capaz de aprovechar el potencial oculto del mercado único sin poner en peligro los objetivos legítimos del interés público.
Hagámoslo sobre una base informada y deshagamos los mitos. Nuestras propuestas no cuestionan la responsabilidad de los Estados miembros a la hora de organizar y financiar servicios públicos clave en función de sus necesidades sociales, ni socavan las normas sobre el desplazamiento de trabajadores establecidas en la Directiva.
Finalmente, mencionaré el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La Comisión se compromete a ayudar a mejorar el pacto y a asegurar que cumpla estrictamente el Tratado. Las mejoras propuestas por la Comisión tienen por objeto incrementar su fundamento económico y mejorar su aplicación. Queremos mejores incentivos para promover «buenas políticas» en los «buenos tiempos». Queremos mejorar la definición de los objetivos a medio plazo de la política fiscal teniendo en cuenta elementos tales como el nivel de deuda y los costes iniciales de las reformas estructurales. Queremos evitar restricciones fiscales no deseadas en condiciones económicas adversas porque, al fin y al cabo, esperamos que nuestros presupuestos permitan aumentar la prosperidad centrando el gasto en sectores orientados al crecimiento e invirtiendo en el futuro.
No se trata de cuestiones académicas, se trata de la calidad de vida, de las oportunidades de las personas para ganarse el sustento y cosechar los beneficios de sus ahorros y pensiones. Se trata de la oportunidad de las generaciones actuales y futuras de llevar una vida tan plena como la que legítimamente puedan esperar.
En el marco de este planteamiento equilibrado, la Comisión ha hecho progresos con su propuesta recientemente adoptada sobre la agenda social revisada para el periodo que abarca hasta 2010. Esto muestra el firme compromiso de la Comisión de modernizar y desarrollar los sistemas sociales europeos, abordar la exclusión social y la pobreza y conseguir más y mejores puestos de trabajo.
Al liberalizar los mercados, no hay que olvidar a los individuos. Por esta razón, la semana pasada aprobamos dos nuevas propuestas para reforzar los derechos de los pasajeros. Ello me lleva a una cuestión clave: la Unión Europea debe contar con recursos financieros suficientes para actuar. La política de cohesión es y debe seguir siendo una política fundamental para la Unión. Sin solidaridad nunca podremos estar unidos. Es un complemento esencial de la competitividad y la Estrategia de Lisboa, ya que el aumento del grado de prosperidad de las regiones menos desarrolladas beneficia a la Unión en su conjunto.
También deberíamos tener en cuenta que ahora los Estados miembros son 25. Los nuevos Estados miembros están a la espera de pruebas tangibles de nuestra solidaridad. Por eso nuestras propuestas en torno a una nueva generación de políticas de cohesión para las próximas perspectivas financieras son sumamente importantes para la Unión, tanto económica como políticamente. No podemos permitirnos diluir nuestras obligaciones en este terreno.
Además, la Comisión está preparando actualmente su tercer paquete de propuestas para las próximas perspectivas financieras, que se basan en una cuidadosa revisión de su valor añadido europeo para brindar a los ciudadanos oportunidades que complementen los enfoques nacionales o cubran vacíos existentes. Este conjunto de instrumentos incluirá propuestas relativas al Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo; la protección de los consumidores y de la salud pública; la energía, incluidas las fuentes de energía renovables; la competitividad y la innovación en cuestión de libertad, seguridad y justicia.
La Comisión está haciendo su trabajo, pero convertir estas propuestas en una realidad dependerá en gran medida de las condiciones del acuerdo acerca de las Perspectivas Financieras previsto para junio. Como he dicho antes, no veo qué puede hacer la Comisión por una Europa que aspira a hacer más pero con menos recursos.
Señorías, el desarrollo sostenible y la cuestión del cambio climático están muy presentes en el plan de trabajo de la Comisión. Aunque celebramos la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto, no podemos quedarnos ahí. El 9 de febrero adoptamos una Comunicación sobre el desarrollo sostenible y otra titulada «Ganar la batalla contra el cambio climático mundial». Estas propuestas completan las relativas a la revisión intermedia de la estrategia de Lisboa. Junto al pilar económico, la estrategia de desarrollo sostenible y la nueva agenda social representan otros dos pilares complementarios de nuestra estrategia para los próximos cinco años.
Naturalmente, debemos mirar también más allá de nuestras fronteras. Este año podremos analizar los progresos realizados para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La situación es claramente decepcionante. La Unión Europea puede y debe contribuir más a la realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El próximo mes publicaremos nuestra contribución al ejercicio de revisión en curso. Debemos infundir más dinamismo e imaginación para la materialización de nuestros compromisos de Monterrey. En este terreno, nuestra mayor prioridad será África, y queremos proponer nuevas iniciativas concretas para África.
El multilateralismo y la política de vecindad reforzada son también prioritarios para la Comisión. Otro objetivo central es una contribución renovada al proceso de paz en Oriente Medio y el relanzamiento de las relaciones transatlánticas. Cuando nos reunamos con el Presidente Bush mañana, le comunicaremos nuestro deseo de un multilateralismo efectivo y nuestro compromiso de trabajar por la paz y la ayuda humanitaria allí donde sea necesario.
Todos compartimos la convicción de que la fuente de legitimidad de nuestra labor cotidiana es la acción a favor de los ciudadanos europeos. Reforzar la implicación de los ciudadanos es un deber prioritario de la Comisión y, para hacerlo, propondremos un programa específico en el marco de las perspectivas financieras. Facilitando a los ciudadanos una información sencilla y transparente sobre los retos europeos, estarán más capacitados para entenderlos y formarse una opinión. Todos los Comisarios se han comprometido a trabajar en este sentido, y sobre todo la Vicepresidenta Wallström, ya que se trata de su ámbito de competencia.
En conclusión, permítanme recordar el modo en que la Comisión que tengo el honor de presidir se plantea hacer frente a estos desafíos comunes y abordar estas preocupaciones comunes. Para nosotros, el método será la cooperación, en particular entre las instituciones europeas. Tengo interés en repetir aquí algo que ya he dicho en muchas ocasiones en este Parlamento: pienso desarrollar una relación constructiva entre la Comisión y el Parlamento Europeo. Celebro haber podido comprobar, en el debate del 26 de enero, que el Presidente Juncker y muchos de ustedes están de acuerdo en que es importante trabajar en común en torno a los objetivos estratégicos propuestos por la Comisión. Esto representaría un paso sin precedentes hacia una mayor coherencia de la acción de la Unión.
Por último, en el espíritu de cooperación propuesto, la Comisión desea colaborar muy estrechamente con el Parlamento en el espíritu de colaboración propuesta. La Vicepresidenta Wallström estará presente mañana en la Conferencia de Presidentes de las comisiones en el marco de un diálogo que la Comisión desea que sea permanente y regular sobre las cuestiones prioritarias para nosotros, tanto desde el punto de vista de la programación como por lo que se refiere a la fijación de las prioridades políticas.
En resumen, señor Presidente, Señorías, deseo que el programa de trabajo para el año 2005 sea el primer logro de la cooperación que les propongo para la renovación europea. Me complacerá escuchar ahora sus comentarios y sugerencias sobre su contenido.
Grossetête (PPE-DE), en nombre del Grupo. – (FR) Señor Presidente, nos satisface mucho que el Presidente Barroso haya podido unirse a nosotros y podamos examinar juntos este programa para 2005, cuya presentación se ha retrasado, aunque ya sepamos por qué motivo.
Sabemos, señor Barroso, que hará usted todo lo posible por aumentar la eficacia. Su programa es ambicioso y confiamos plenamente en usted; queremos confirmarle nuestra confianza porque ha sabido usted escuchar atentamente, y sobre todo escucharnos a nosotros. En efecto, ha tomado usted la iniciativa de revisar la Directiva de servicios para tener en cuenta nuestras inquietudes. Lo mismo sucede con REACH, como acaba usted de explicarnos.
Debemos, por tanto, centrarnos en las cuestiones clave, a saber, el crecimiento y el empleo. Legislar menos y mejor será nuestro principal eje de trabajo. Sé que compartimos las mismas ideas al respecto. Nos ha hablado usted además de las acciones que hay que emprender. La productividad en Europa crece a la mitad del ritmo que en los Estados Unidos, donde el crecimiento medio de las inversiones es del 5,4 % anual frente al 1,7 % de las inversiones europeas.
Nuestros conciudadanos esperan de hecho cambios prácticos que puedan describirse en términos simples: ver cómo aumenta el poder adquisitivo y dejar de temer el desempleo y las deslocalizaciones. Esperamos pues con impaciencia su programa marco para la competitividad y la innovación, con objetivos precisos y reuniones programadas.
Desarrollar el crecimiento y el empleo es apoyarse en la innovación y en la investigación y, ante todo, conciliar política ambiental y política industrial. Estas dos políticas no son contradictorias, sino todo lo contrario, son complementarias. Las consideraciones medioambientales no representan limitaciones u obstáculos. Constituyen puntos fuertes, una oportunidad para nuestra economía. Por consiguiente, Europa debe jugar la carta de la innovación ecológica y de las tecnologías de vanguardia para responder a una demanda de productos de alto valor añadido que nuestros competidores no pueden satisfacer.
Gracias a sus normas medioambientales estrictas, la Unión Europea estimula la innovación e incrementa la capacidad competitiva de su industria. Pienso en el desarrollo de energías renovables, entre otras la energía eólica y la energía solar, en los biocarburantes y en los transportes limpios, otros tantos sectores que ofrecen a nuestra industria una verdadera oportunidad en términos de empleo y exportaciones. Observamos con interés, señor Presidente de la Comisión, sus propuestas en este terreno, en particular el reglamento sobre las medidas que hay que adoptar para luchar contra formas de contaminación atmosférica.
El desarrollo económico viable y la recuperación del crecimiento descansan ante todo en la salud de nuestras empresas, pero también en la salud de los hombres y las mujeres, que hacen que funcione nuestra economía. Apreciamos la parte de su programa relativa a la salud y la política de protección del consumidor. Europa debe anticipar asimismo las posibles amenazas de grandes plagas, luchar contra las nuevas epidemias y la resistencia a los antibióticos. Por tanto, esperamos con gran interés la propuesta de directiva encaminada a tomar medidas a escala comunitaria para la lucha contra la gripe aviar. Habrá que hacerlo rápido y bien.
Por lo que respecta a la evolución demográfica en Europa, el Libro Verde debe dar pie rápidamente a medidas prácticas, como por ejemplo el aprendizaje a lo largo de toda la vida, sistemas sanitarios en los que se pueda confiar a largo plazo e investigación sobre las enfermedades neurodegenerativas. Por lo que se refiere a la política de solidaridad, es justo que los nuevos Estados miembros se beneficien de estos programas, pero no olvide que los fondos en cuestión también hacen llegar la imagen de la Unión Europea a todos los Estados miembros. Es indispensable, por tanto, que todos los países tengan acceso a estas formas de ayuda estructural.
Pedimos asimismo una mayor eficacia en el modo en que los Estados miembros dan curso a las resoluciones judiciales, aunque a este respecto esperamos aún los resultados de la codecisión estipulada en la Constitución. Sabemos que todo esto debe contribuir a mejorar la movilidad de los europeos. Debemos mejorar asimismo la movilidad de la juventud, facilitando los intercambios universitarios y haciendo que las personas se beneficien de esas formidables experiencias que son las carreras profesionales.
Somos ambiciosos, igual que usted. Deseamos desarrollar y mejorar las condiciones de trabajo con vistas a la adopción de medidas concretas y a la mejora del equilibrio entre vida familiar y vida laboral. De este modo, podremos cumplir el objetivo que la UE debe perseguir, estimulando de este modo al conjunto de la sociedad europea. Al ejercer su capacidad de iniciativa, la Comisión Europea debe ser visionaria.
En el ámbito de la política exterior, insistimos en las relaciones euromediterráneas. La política euromediterránea debe potenciarse y pasar a ser prioritaria. Del mismo modo, debemos atender a nuestras fronteras europeas.
Para terminar quisiera decirle, señor Presidente de la Comisión, que la voluntad política ha de traducirse en perspectivas financieras que deben apreciarse en su justa medida. Los Estados miembros no pueden pedir más a Europa dando menos. Por tanto, lo que necesitamos ahora es energía política para poner en marcha el motor que impulsa nuestros esfuerzos, que constituyen la base de nuestra labor. Usted tiene esa energía. Estaremos a su lado con ese espíritu de relación constructiva de que nos ha hablado.
PRESIDENCIA DEL SRA. KAUFMANN Vicepresidenta
Schulz (PSE), en nombre del Grupo del PSE. – (DE) Señora Presidenta, Señorías, el discurso que acabamos de oír no ha sido un discurso del Partido Popular Europeo, sino de los gaullistas franceses. Señora Grossetête, teniendo en cuenta el contenido de su discurso, la invito cordialmente a unirse a nosotros, y pronto conseguiremos mayorías favorables a políticas socialmente responsables en la Unión Europea. He visto un profundo estupor en los ojos del diputado señor Poettering, y ha sido un verdadero placer observar su reacción.
Presidente Barroso, estoy encantado de que haya conseguido estar con nosotros a pesar del poco tiempo que tiene. Quiero que esto quede muy claro. Todos somos conscientes de los problemas que ha tenido en Londres con su vuelo. Su presencia aquí es una buena señal para la cooperación entre la Comisión y el Parlamento Europeo. Permítanme hacer hincapié en ello. Pero basta ya de cumplidos, ya que también tengo que hacer una o dos observaciones que me parece que no serán tan de su agrado.
No deseo retomar la cuestión de si su aparición en un anuncio del PSD en Portugal fue correcta o no. Eso ya forma parte del pasado. Sin embargo, quiero plantear una propuesta seria respecto a las negociaciones sobre el acuerdo marco. Hemos de tomar una decisión. Existe una disposición en el acuerdo marco entre el Parlamento y la Comisión donde se afirma claramente que no se prohíbe a los Comisarios la participación en actividades políticas en sus países de origen, siempre y cuando discutan de antemano la actividad con el Presidente de la Comisión. Este da su consentimiento a todo lo que sea necesario para llevar a cabo la actividad o expresa sus recelos.
Sin embargo, no existe norma alguna para el Presidente, aunque, por supuesto, su conducta debería ser ejemplar. Personalmente, yo no tengo ningún problema con el hecho de que los Comisarios, o de que usted como Presidente de la Comisión, tengan un conjunto de opiniones políticas y las expresen en público. Sé perfectamente cuál es su filiación política. Huelga decir que no se le pide que actúe con hipocresía, pretendiendo que su elección a la presidencia de la Comisión le ha convertido en alguien políticamente neutral. A mí me parece bien que continúe defendiendo sus opiniones, pero la misma norma debe aplicarse tanto al Presidente como a los Comisarios, tanto si se les autoriza como si se les prohíbe participar en la política nacional. Es inaceptable que a algunos se les conceda y a otros no. Por eso sugiero que aclaremos esta cuestión en el acuerdo marco.
Señor Presidente, un segundo comentario: en nuestro último debate acerca de su programa de trabajo, manifesté en nombre de nuestro Grupo que veíamos el vaso medio lleno. Dije esto porque habíamos visto signos alentadores de que usted estaba prestando atención a las peticiones que nosotros, los socialistas, habíamos formulado a usted y a la Comisión.
Después, unos días más tarde, leí una entrevista suya en el Financial Times, en la que adoptó una orientación totalmente distinta de la que nos había presentado cuando se dirigió a este Parlamento. «La economía está al mando», dijo usted en la entrevista. ¡No! La cohesión social está al mando, por lo menos para nosotros los socialistas, señor Presidente, y no vamos a eximirle de sus obligaciones a este respecto. Usted presentó un programa de trabajo con elementos socialistas, pero a continuación concedió una entrevista en el Financial Times que iba en una dirección diametralmente opuesta. Más tarde, el señor Špidla presentó un documento con el que los socialistas estamos plenamente de acuerdo, pero al que siguieron comentarios en la prensa de la señora Hübner y que consideramos totalmente inadmisibles.
Señor Presidente, ha encontrado usted el camino al edificio Berlaymont, pero tengo la impresión de que, cada vez que llega a la rotonda Schuman, ya no está seguro de qué salida debe tomar. Por esta razón, permítame sugerirle que siga nuestras propuestas socialistas, porque el problema de la Unión Europea es el siguiente: si no queda claro para los ciudadanos que esta Unión les ofrece seguridad social y permitimos que sigan pensando que Bruselas existe para destruir sus sistemas de seguridad social, el riesgo que corremos será mayor que las oportunidades que vayamos a crear. Hasta que no dejemos de transmitir dicha impresión, los ciudadanos continuarán dando la espalda a Europa.
Esto tiene que ver con el hecho de que muchos de sus Comisarios, quizás no usted mismo, señor Barroso, y lo que es peor, muchos de sus funcionarios dentro de la Comisión, presentan el enfoque neoliberal como un hecho normal y corriente; la teoría dice que todo irá bien en Europa cuando esta se desregule, sea más flexible y siga una espiral social descendente. Mientras esta sea la principal orientación de las políticas de su Comisión, el clima no cambiará nunca a favor de la UE. A nosotros, los socialistas, no se nos ha elegido para apoyar la clase de políticas neoliberales que consagra la Directiva Bolkestein, sino para garantizar ambas caras de la moneda en que desde hace tiempo se centran nuestros debates. Por un lado, necesitamos competencia y flexibilidad, pero este aumento de la competencia y flexibilidad debe servir para promover la consecución de otro objetivo, a saber, la estabilidad social.
Por esta razón, le pido que mantenga lo que dijo en sus directrices estratégicas y lo que nos presentó, junto con la señora Wallström y el señor Verheugen, en la Estrategia de Lisboa, y que formula los siguientes principios: mayor flexibilidad y más competencia, sin duda, pero también un compromiso duradero con las estructuras sociales que son el mayor logro de Europa. Si usted lee nuestra resolución, verá que estamos dispuestos a entablar una cooperación constructiva con usted, pero únicamente si usted, junto con su Comisión, está dispuesto a construir una Europa social. Entonces le daremos con mucho gusto nuestro apoyo.
(Aplausos)
Duff (ALDE), en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señor Presidente, es curioso que los socialistas crean que puede haber progreso social sin crecimiento económico y reformas estructurales. También es increíblemente ingenuo por parte del señor Schulz criticar al Presidente de la Comisión por participar en la política de su país: nuestros políticos no son apátridas, no están divorciados de sus raíces políticas. Mi única crítica sobre el artículo del Financial Times es el ataque del Presidente Barroso a los «federalistas ingenuos». No tengo ni idea de a qué se refería.
Mi Grupo acoge con agrado el enfoque más definido del programa de trabajo y el hecho de que se base en una estrategia política clara. Sin embargo, me sorprende también la magnitud del programa. Evidentemente, hará falta jerarquizar más las prioridades. Para mi Grupo, nuestra prioridad es completar el mercado único, especialmente en el ámbito de los servicios financieros.
Esto exigirá una revisión y, tal vez, un escrutinio más profundo del legado de la Comisión Prodi que el que ha experimentado en la actualidad el programa, sin duda respecto a las patentes de software, pero también al acceso a los servicios portuarios. Insistimos mucho no solo en mejorar la calidad de la redacción, sino también en reducir en cierta medida la cantidad.
Voy a terminar con una petición para centrarnos en un programa que ha empezado pero cuyo final todavía queda lejos, especialmente con respecto a las normas financieras y comerciales que afectan al Chipre del Norte. No debemos dejar a los turcochipriotas al margen.
Beer (Verts/ALE), en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señora Presidenta, el Presidente Barroso acaba de proponer la complicidad entre la Comisión y el Parlamento en una buena causa. En nombre de mi Grupo, el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, quisiera mencionar dos posibles ámbitos de complicidad en vista de los acontecimientos actuales. Usted mismo, señor Barroso, ha aludido al hecho más importante, en concreto las próximas conversaciones en Bruselas con el Presidente de los Estados Unidos.
Estoy convencida de que, a causa de la ofensiva de simpatía de la señora Condoleezza Rice en Europa, en los próximos días y semanas deberá surgir y surgirá –y el tema de Irán será la prueba de fuego– la cuestión de si únicamente tenemos un objetivo común y continuamos cada uno por nuestro camino, o si conseguimos desarrollar medidas multilaterales y evitar el peligro del unilateralismo del que fuimos testigos durante la guerra preventiva contra Iraq.
En nombre de mi Grupo, permítanme animarles encarecidamente e instar enérgicamente a la Comisión a que haga todos los esfuerzos en las próximas conversaciones por persuadir al Gobierno de los Estados Unidos de que preste un apoyo activo a la estrategia negociadora de los tres representantes de la UE.
Permítanme repetir los objetivos comunes tanto de los negociadores estadounidenses como de los europeos y de los Estados miembros de la UE. Nuestro propósito es que haya pleno consenso. Debemos impedir la mayor proliferación de armas de destrucción masiva en la región de Oriente Próximo. Debemos seguir adelante con el desarrollo de una estrategia política para la región de Oriente Próximo sobre la base de la estrategia de seguridad europea. Debemos lograr que Irán se comprometa de modo vinculante a abstenerse del uso militar del potencial creado por su programa nuclear, y necesitamos que el Organismo Internacional de la Energía Atómica tenga acceso ilimitado para permitirle inspeccionar todas las instalaciones nucleares de Irán. Estos son los requisitos imprescindibles para la creación de un cordón de seguridad alrededor de los países de la región, incluido Israel.
Estoy convencida de que las negociaciones europeas son la manera correcta de avanzar y cuentan con más probabilidades de tener éxito si podemos persuadir al Presidente Bush de que no se limite a esperar en las gradas, que no profiera amenazas verbales y no se plantee la opción de un ataque preventivo, sino de que ponga sobre el tapete una revisión activa de las actuales sanciones económicas contra Irán y un debate sobre garantías de seguridad para Irán.
Pienso que deberíamos avanzar en este terreno si también permanecemos fieles a nuestro principio de salvaguardia de los derechos humanos. Insto concretamente a la Comisión a no aparcar el diálogo sobre los derechos humanos durante las negociaciones, sino a intensificarlo. Lamento enormemente tener que decir lo siguiente, pero he sabido que el Gobierno alemán, el mismísimo Gobierno que apoya activamente nuestras negociaciones por parte de la UE, ha iniciado el procedimiento de deportación de una joven de 26 años que obtuvo el divorcio de su marido iraní y se convirtió al cristianismo. La deportación a Irán en estas circunstancias –y nos hemos opuesto a ello en dos resoluciones previas– expone a una mujer al peligro de lapidación, de enjuiciamiento o incluso de muerte.
Pienso que una política tan bipolar dificulta las cosas, pero debemos conseguir concentrar una mayoría en Europa tras una política coherente de derechos humanos. Ello reforzará nuestra credibilidad en la cuestión de Irán. No tengo ningún deseo de ver cómo Irán logra oponer los europeos a los Estados Unidos, porque ambos tenemos los mismos objetivos. Debo volver a recalcar esta cuestión.
Permítanme que también haga referencia en este momento a otra cuestión en la que mi Grupo está de acuerdo con el Presidente de los Estados Unidos, a saber, el mantenimiento del embargo sobre China. Si decimos que el criterio del respeto de los derechos humanos es fundamental para nuestra política exterior europea, debemos reconocer que la situación de los derechos humanos en China sigue siendo terrible, y por esta razón la Cámara aprobó una resolución, hace unas pocas semanas, en la que rechazaba la iniciativa lanzada por el Presidente Chirac y el Canciller Schröder. Esperamos que se mantenga el embargo y reiteramos que los intereses económicos no deben prevalecer sobre los derechos humanos.
Markov (GUE/NGL), en nombre del Grupo GUE/NGL. – (DE) Señora Presidenta, señor Presidente de la Comisión, Señorías, aunque el tema de este debate es el programa legislativo y de trabajo de la Comisión para 2005, sin duda debe situarse en un marco estratégico más amplio, que está muy influido por la Estrategia de Lisboa y, lamentablemente, está concebido sobre todo para intensificar la competencia. Para empeorar las cosas, pienso que también se están empleando los medios equivocados para perseguir dicho objetivo.
Los beneficios de explotación de los grandes conglomerados en la Unión Europea se incrementaron un 78 % en 2004. La proporción de los beneficios respecto al PIB se sitúa casi en el nivel más alto alcanzado en los últimos 25 años. Durante los últimos doce meses se ha registrado otro superávit sustancial de la balanza comercial y la balanza de pagos.
Incluso en la República Federal de Alemania, donde las grandes empresas se quejan continuamente de estar maniatadas por una ubicación poco competitiva, 46 de las 50 empresas incluidas en el índice bursátil DAX registraron aumentos sorprendentes de sus beneficios durante los tres primeros trimestres.
Al mismo tiempo, el desempleo está creciendo. Se suceden los debates sobre la introducción de jornadas laborales más largas de formas diversas. Se espera que los empleados practiquen la moderación salarial, que de hecho equivale una disminución de los ingresos reales. Se recortan las prestaciones sociales, o se aumentan drásticamente las cotizaciones de los beneficiarios, y los programas basados en la solidaridad pasan a depender cada vez más de la financiación privada.
Estas acciones debilitan la demanda, en lugar de reforzarla. Consideramos que se trata de una tendencia perniciosa. Está claro que necesitamos competencia, pero debe ser compatible con los criterios de Gotemburgo, de forma que se minimice el desempleo, se maximice la protección del consumidor y se garantice la seguridad social dentro de un entorno saludable, con el fin de lograr la cohesión social a través de la solidaridad y el desarrollo sostenible.
En consecuencia, debemos formular las siguientes peticiones a la Comisión: abandonen sus políticas económicas neoliberales y desechen sus directivas sobre la prestación de servicios en el mercado único, así como la Directiva sobre el tiempo de trabajo, y presenten en su lugar otras directivas sobre la mejora de la salud y la seguridad en el trabajo o sobre la armonización de los niveles de bienestar. Protejan a las pequeñas y medianas empresas aplicando las directivas aprobadas por el Parlamento anterior, como la Directiva sobre patentes de software, como base para una nueva propuesta. Junto con el Consejo, enmienden el Pacto de Estabilidad para que el gasto en educación y formación cuente como inversión, eliminándolo de esta forma del cálculo del porcentaje de deuda. Luchen por un comercio mundial democrático y socialmente justo tratando de reformar la OMC, y no acudan a Hong Kong con las mismas ideas que la antigua Comisión llevó a Cancún.
No discutan sobre opciones militares más efectivas, sino únicamente sobre soluciones pacíficas. Defiendan una mejor protección del medio ambiente, y recuerden que desde luego todavía queda mucho trabajo por hacer aquí, en la Unión Europea, en ámbitos como el de la biodiversidad, la prevención y el reciclado de residuos y el uso sostenible de los recursos. Incidan más en la lucha por proteger el clima del planeta, porque no solo los Estados Unidos, sino también China, la India y Brasil deben verse motivados para asumir más firmemente este esfuerzo.
Este sería el camino a seguir por la Unión Europea; promovería el desarrollo sostenible y crearía empleos. Es un error perpetuar o siquiera intensificar la marcha por los caminos trillados que no llevan a ninguna parte y que desde hace tiempo están desacreditados.
Batten (IND/DEM), en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Señora Presidenta, me gustaría darle las buenas tardes al señor Barroso pero ¡vaya por Dios! ¡Ya estamos de nuevo! Este programa legislativo es fruto, en gran parte, de la estrategia política anual, que fue publicada por la última Comisión en febrero de 2004. La Comisión Europea es el gobierno no elegido de la UE, pero ¿qué otro gobierno del mundo tendría un programa legislativo establecido por su predecesor? El Partido por la Independencia del Reino Unido ya se ha quejado anteriormente de que la Comisión no responde ante nadie, pero esto vuelve a demostrar lo antidemocráticas que son las cosas. ¡Se nos endilgarán políticas formuladas por personas que ya no están en el cargo!
El 26 de enero, el señor Barroso se dirigió al Parlamento en Bruselas para hablar de este programa, pero el señor Prodi y su equipo son los que lo elaboraron. El objetivo político central de la nueva Comisión es el crecimiento económico. Este también era el objetivo central del documento de la antigua Comisión, elaborado el mes de febrero pasado. Es más, el señor Prodi lo convirtió en uno de sus objetivos clave cuando tomó posesión del cargo en 1999. Pues no ha servido de mucho, porque el crecimiento de la UE es más bajo ahora que entonces. Afortunadamente para el señor Prodi, él se encuentra de nuevo tranquilamente en Roma y ya no debe responder de sus fracasos.
El documento afirma que, a causa del relevo institucional de 2004, se aprobó un procedimiento más ligero que el habitual para que el Parlamento Europeo considerara la estrategia política. Ese procedimiento concluyó en el mes de abril pasado, en otras palabras, incluso antes de la elección del actual Parlamento Europeo. Todos sabemos que este Parlamento es una farsa, pero esto justamente demuestra cuán absurdo es.
Los eurófilos se han quejado de que los ciudadanos británicos no serán informados como es debido acerca de la Constitución de la UE. Los españoles acaban de votar sobre la Constitución, pero el hecho es que el 90 % de los españoles, que según los eurófilos estaban bien informados acerca de la Constitución, declararon al centro público español de sondeos de opinión que su conocimiento de la misma era escaso o nulo, y menos de la mitad se molestaron en ir a votar.
De lo que habría que informar a los ciudadanos europeos no es la incomprensible Constitución, sino la montaña de legislación europea que tramitarán las instituciones de la UE este año, una legislación ideada por una Comisión desaparecida y aprobada por un Parlamento extinguido, que ya no han de responder ante los ciudadanos a que afectará este programa. Sin embargo, los ciudadanos de Europa, en especial los de Gran Bretaña, se están dando cuenta de lo que está ocurriendo. Pronto no solo habrán caducado y desaparecido la última Comisión y el último Parlamento, sino también todo el proyecto de la UE, ¡y cuanto antes mejor!
Ryan (UEN), en nombre del Grupo UEN. – (EN) Señora Presidenta, el principal desafío al que se enfrenta la Unión Europea en la actualidad es de tipo económico. El Parlamento Europeo, la Comisión Europea y los Gobiernos de la UE van a tener que colaborar estrechamente si quieren alcanzar los objetivos de la Estrategia de Lisboa. No será una tarea fácil, no debemos subestimar los retos que tenemos ante nosotros.
Una de las cuestiones que deben examinarse de forma más cuidadosa se refiere al marco normativo en Europa: necesitamos menos y no más regulación. Esto ha quedado muy claramente destacado en un informe aparecido en el Financial Times de hoy sobre un estudio llevado a cabo por el Centro para el Estudio de la Innovación Financiera, que afirma con claridad que la mayoría de las personas involucradas en servicios bancarios y financieros creen que tenemos un exceso de regulación y que necesitamos abordar esta cuestión, de forma que las empresas puedan ser más competitivas.
Las grandes prioridades de la Unión Europea en la actualidad incluyen: la plena realización del Plan de Acción de Servicios Financieros para garantizar un mayor nivel de competencia entre las entidades financieras que operan en los 25 Estados miembros de la UE, lo que implica asegurar que los servicios bancarios minoristas estén a disposición de todos los ciudadanos de la UE en los 25 Estados miembros; facilitar la fusión de bancos europeos y la actualización de la legislación relativa a la gestión de activos para garantizar que los gestores de fondos puedan administrar fondos de activos sobre una base transfronteriza; la introducción de una nueva legislación para reducir los costes de compensación y liquidación de transacciones de valores; y la introducción de una mayor competencia en el sector de los seguros.
La Unión Europea debe promover un mayor grado de diálogo con los Estados Unidos para racionalizar las normas que gobiernan el funcionamiento del sector de la contabilidad. La Unión Europea funciona con un sistema conocido como IAS, el sistema de Normas Internacionales de Contabilidad. Mientras tanto, la comunidad empresarial estadounidense utiliza una estructura contable llamada GAAP. Este año, 8 000 empresas que funcionan con el sistema IAS cotizarán en las bolsas europeas. Es un error que los Estados Unidos y Europa funcionen con dos planes contables distintos. Habrá que intensificar el diálogo para resolver estas cuestiones.
La Unión Europea debe aplicar la nueva Directiva de servicios. Debe garantizar que los beneficios de todas las tecnologías estén a disposición de las comunidades en Europa, tanto urbanas como rurales.
Señor Barroso, sus recientes declaraciones sobre la Estrategia de Lisboa y el camino de progreso económico para Europa han sido muy positivas, y le deseo mucha suerte. Espero que tenga éxito, Europa necesita que lo tenga.
Kirkhope (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, este programa alimenta una esperanza real de revitalización y reorientación de la Agenda de Lisboa. Sin embargo, a medida que nos acercamos al Consejo de primavera del mes que viene, es fundamental que los Gobiernos nacionales pongan manos a la obra e impulsen las reformas económicas que son cruciales para la futura prosperidad contemplada en el programa.
En las últimas semanas me han impresionado las declaraciones del Presidente de la Comisión y su objetivo claro de situar el crecimiento y la prosperidad en el centro de su estrategia para el próximo periodo. Por el contrario, no me han impresionado nada las peroratas de los socialistas, como las del señor Schulz, sobre el replanteamiento de las prioridades dentro del proceso de Lisboa. La izquierda en Europa sigue empeñada en los viejos métodos de los mercados laborales inflexibles, los elevados costes laborales extrasalariales y otras barreras al crecimiento.
¿Es que no ven que la razón por la que Europa se encuentra en un declive económico relativo es precisamente su modelo social anticuado? ¿No pueden entender que la elevada tasa de desempleo en tantas partes en Europa viene provocada por las propuestas económicas obsoletas a las que se aferran? Nada de lo que el señor Schulz acaba de decir ayudaría a los cinco millones de desempleados que hay en la actualidad en su país. Por lo tanto, continuamos urgiendo al Presidente de la Comisión a que mantenga el ritmo de la reforma, y urgimos a los Gobiernos a que tengan en cuenta las razones del fracaso de la Agenda de Lisboa durante los primeros cinco años.
Queremos ver un compromiso renovado con la plena realización del mercado único. El señor Barroso comprende con buen criterio que muchos de los remedios para la falta de dinamismo económico están precisamente en manos de los Estados miembros. Sin embargo, además de la iniciativa que ha tomado, le animaría a que dedicara un esfuerzo real a la reducción de la producción legislativa de la propia Comisión.
La Comisión debe ser tan eficaz como lo exijan nuestras empresas y nuestros ciudadanos. Habla con razón de mejorar la normativa, pero la prioridad debe ser reducir esta normativa y, sobre todo, es preciso que la legislación se someta a una plena evaluación de impacto. Los diputados conservadores británicos al Parlamento Europeo han estado al frente de la batalla por la reducción de la normativa y por el cumplimiento de dichas evaluaciones de impacto. Espero y confío en que pronto observaré progresos en todas estas cuestiones en relación con la Directiva de servicios, cuyo apoyo por parte del señor Barroso me complace.
Swoboda (PSE). – (DE) Señora Presidenta, señor Presidente de la Comisión, Señorías, pienso que ustedes en la Comisión y nosotros en el Parlamento –o por lo menos la amplia mayoría de los diputados a esta Cámara– quieren ganarse el apoyo de la ciudadanía al proyecto de integración europea. Si eso es lo que queremos, debemos ofrecer a los ciudadanos contenidos reales, y explicarles la importancia de dichos contenidos.
Desde nuestro punto de vista, la prioridad debería ser una Europa social. Sin embargo, con el fin de lograr una Europa social, necesitamos puestos de trabajo. Para crearlos necesitamos crecimiento, y para generar crecimiento necesitamos tanto inversiones como, sobre todo, educación, formación y aprendizaje permanente, y –sí, señor Kirkhope– también necesitamos mayor flexibilidad. No obstante, todo aquel que pida flexibilidad debe saber que la flexibilidad y la seguridad social no se excluyen mutuamente; tal y como ha demostrado el modelo nórdico, la opinión pública está de hecho dispuesta a aceptar un mayor grado de flexibilidad si existe una red de seguridad social y si también existe, por ejemplo, un amplio abanico de oportunidades para la formación continua que permita enfrentarse a las implicaciones de dicha flexibilidad, incluidas sus implicaciones sociales.
También necesitamos servicios públicos efectivos. Su declaración, señor Presidente, no me ha satisfecho por completo, porque la cuestión de los servicios no puede reducirse a la economía de mercado. Nuestros servicios públicos forman parte de nuestra identidad; tanto si se trata de servicios postales como del transporte municipal, forman parte de la identidad europea, que los ciudadanos de Europa desean con razón que sean defendidos. Por lo tanto, no se trata de una cuestión puramente económica, sino también de un asunto con gran carga emotiva.
Una observación final: lo que ha hecho recientemente la Vicepresidenta, la señora Wallström, con respecto a los derechos de los pasajeros aéreos ha sido, en mi opinión, un paso muy positivo. El hecho es que debemos salir a la palestra y contar a los ciudadanos lo que hemos logrado en este Parlamento, incluidas nuestras respuestas a las propuestas de la Comisión. Debemos decirles que nos encontramos aquí por ellos, y por eso les ruego a ustedes que no contemplen las medidas legislativas desde una perspectiva exclusivamente técnica, como medio para crear mejores normas, sino que piensen en todo momento en las personas para quienes elaboramos estas leyes y a quienes deseamos comunicárselas. Si la Comisión y el Parlamento Europeo son capaces de defender juntos en el futuro este planteamiento, ganaremos el favor de muchos ciudadanos para esta nuestra Unión Europea.
Brok (PPE-DE). – (DE) Señora Presidenta, creo que el Presidente en ejercicio del Consejo ya ha dejado claro que hoy es un buen día. Hemos podido ver los resultados de España, que nos colocan a todos en mejor posición, no solo respecto a la campaña del referendo, sino también porque ha quedado claro que una gran nación se ha decidido por gran mayoría a favor de este proyecto político. Mañana también tendremos algo de qué alardear, cuando usted se reúna con el Presidente Bush. A todos nos ha quedado claro, y esto debe reflejarse en nuestras políticas, que únicamente la acción conjunta nos convierte en un factor significativo, y esta acción da sus frutos, porque no puedo encontrar ninguna otra explicación para el comentario de Condoleezza Rice de que la Constitución Europea debería ser adoptada. Se trata en este caso de un tono totalmente nuevo de la política estadounidense. Permítame también expresarle mi agradecimiento, Presidente Barroso, por haber contribuido particularmente a que el Presidente de esta Cámara pueda participar en la reunión de mañana.
Me gustaría aludir a otra cuestión asociada, en concreto nuestra política de vecindad. No creo que hayamos hecho suficientes progresos en esta dirección, y el Presidente Yúschenko estará aquí en el Parlamento el miércoles, de modo que podremos buscar una nueva manera de afrontar el formidable desafío de consolidar la democracia en Europa Oriental, de forma que puedan forjarse vínculos más estrechos entre Europa Oriental y la Unión Europea. Ello implica una necesidad urgente de algo más que la política de vecindad, porque de lo contrario aumentarán las presiones a favor de centrar prematuramente los debates en la plena integración, cosa que no podemos conceder de inmediato porque sería una sobrecarga para la capacidad integradora de la Unión Europea
Debemos ofrecer una visión a los ciudadanos de esos países, por lo que sin duda vale la pena considerar si quizás debería existir otra opción que no cierre la puerta de la plena integración, pero que ofrezca esta perspectiva como objetivo a largo plazo. Al mismo tiempo, una opción de este tipo podría rendir beneficios inmediatos, como ocurrió en el pasado con el Espacio Económico Europeo, desde el que Austria, Finlandia y Suecia se integraron en la Unión Europea.
Pido a la Comisión que reflexione seriamente sobre ello, porque me temo que, de lo contrario, nos veamos inmersos muy pronto en una difícil situación. Esta tarde ha quedado claro que estamos proporcionando a estos países, víctimas no solo de la Segunda Guerra Mundial, sino también de las dictaduras que le siguieron, una posibilidad que les permita asentar la democracia mientras nuestra Unión Europea se refuerza sin merma de su capacidad de actuar.
Goebbels (PSE). – (FR) Señor Presidente, señor Presidente Barroso, Señorías, permítanme hacer unas pocas observaciones personales sobre el programa de trabajo de la Comisión. Es un espléndido inventario del tipo de los que hacía el poeta Jacques Prévert, pero me recuerda a lo que solía decir Wim Kok a propósito del proceso de Lisboa: «Lisboa trata de todo y por tanto de nada». Con el programa de trabajo de la Comisión sucede algo parecido: los árboles no dejan ver el bosque. Cada Comisario se ha esforzado por adornar su propio árbol de Navidad añadiéndole algunas guirnaldas personales.
No le critico, señor Presidente. Si se hubiera limitado a lo esencial, los diputados habríamos sido los primeros en decir que ha olvidado tal o cual tema que consideramos más importante. No obstante, le pido, señor Presidente, que consagre su energía a lo esencial. Europa debe defender su modelo social y su modelo medioambiental. Todos estamos de acuerdo en que Europa debe introducir reformas y ser más flexible en ciertos ámbitos. Pero no se ganará usted la adhesión de los ciudadanos europeos votando lo que la derecha se dispone a votar mañana cuando yo presente mi informe, a saber: menos impuestos para los ricos y más trabajo para los trabajadores. Eso no funcionará.
El Comité de Política Económica dice en su informe anual de 2005 que Europa necesita un marco macroeconómico que propicie la estabilidad y el crecimiento, y que dicho marco es indispensable, pero los Gobiernos solo recogerán plenamente los frutos de las reformas estructurales en términos de crecimiento y empleo en un entorno macroeconómico adecuado. Tenemos la estabilidad, señor Barroso, ahora lo que necesitamos es crecimiento.
Roure (PSE). – (FR) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, como sabemos, el programa legislativo de la Comisión permite traducir las prioridades políticas del Consejo en acciones concretas. Nos satisface, pues, comprobar que da prioridad a la aplicación de la legislación europea, pero queremos compromisos firmes para los próximos años.
En efecto, la mejora de la seguridad en Europa sigue siendo una prioridad, pero en ningún caso debe reforzarse a costa de las libertades civiles. Las propuestas a favor de la intensificación del intercambio de información y del refuerzo de la cooperación operativa suponen un paso adelante en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, pero el sentimiento de inseguridad de los europeos, que reconocemos, debe combatirse ante todo con una política activa de protección y promoción de los derechos fundamentales. Así es como deben autodefenderse nuestras democracias, y así es como saldrán airosas.
Queremos que se tomen iniciativas para luchar contra el racismo, la xenofobia y formas de discriminación. El refuerzo de la cooperación judicial sigue siendo una de las prioridades para garantizar a los ciudadanos europeos los mismos derechos y el mismo acceso a la justicia en toda Europa. Acogemos, pues, favorablemente la ampliación prevista de la cooperación judicial a determinados aspectos del Derecho de familia. Hacemos a la Comisión un llamamiento para que respete este compromiso y presente propuestas basadas en el principio del reconocimiento mutuo en los ámbitos de la evaluación y la utilización de las pruebas y de las garantías procesales. Deseamos que se adopte un enfoque más justo sobre las cuestiones de asilo e inmigración, que permita ante todo el respeto de los derechos y el reparto de las cargas y responsabilidades. Deseamos una apertura de vías legales a la inmigración que respete las necesidades y derechos fundamentales de los inmigrantes. Por último, pedimos un avance significativo en la definición de unas normas mínimas para la concesión y la anulación del estatuto de refugiado.
Lehne (PPE-DE). – (DE) Señora Presidenta, Señorías, permítanme empezar con un breve comentario sobre el contenido político de los discursos que hemos escuchado hoy, en particular el del señor Schulz.
Pienso, y nuestro debate actual sobre la Estrategia de Lisboa lo corrobora, que dicha estrategia consta de varios pilares. No cabe ninguna duda de que todos los pilares son, en principio, componentes igualmente importantes de la estrategia. Por otro lado, es obvio que sin una economía que funcione no pueden llevarse a cabo políticas sociales y medioambientales adecuadas. La economía es, por decirlo así, la clave de la realización de todas nuestras otras buenas intenciones políticas. Por lo tanto, las prioridades deben fijarse de acuerdo con ello, aunque no hay que olvidar la estructura de pilares. Tal vez debería mencionar de paso que no hay mejor política social que la creación de puestos de trabajo. Puede que se trate de otra obviedad, pero también hay que decirlo.
Otro pequeño recordatorio no estaría de más, ya que se está llamando continuamente la atención del Presidente de la Comisión sobre este asunto. Ambos Vicepresidentes competentes de la Comisión Europea –el que firmó el documento en Lisboa y el que ha firmado el programa que estamos debatiendo hoy– son socialistas. Puede que convenga recordarlo de pasada. Ello significaría que el expediente está en las mejores manos dentro de la Comisión, y no logro vislumbrar la razón de sacar a relucir una y otra vez este debate acerca de supuestas diferencias que no existen.
También tengo una petición particular a este respecto, y es que la Comisión debe dar gran prioridad, en el marco del presente programa legislativo, como en otros ámbitos, a la aplicación de su acuerdo interinstitucional con el Consejo y el Parlamento. Es algo sumamente importante. Entre las razones por las que las cosas no salieron en el pasado tan bien como tendrían que haber salido se encuentra la falta de evaluación del impacto de las propuestas legislativas y la forma insuficiente en que se llevó a cabo la consulta a los interesados.
Insto al Presidente y a la Vicepresidenta de la Comisión, en particular en el transcurso de su trabajo durante los próximos meses, a garantizar que el acuerdo interinstitucional se aplique coherentemente en este contexto. Esta será la clave, en muchos ámbitos, del éxito al que ellos y todos nosotros aspiramos.
(Aplausos)
Gebhardt (PSE). – (DE) Señora Presidenta, permítame decir al señor Barroso que ha dedicado su discurso de hoy a tres objetivos espléndidos: prosperidad, solidaridad y seguridad. Naturalmente, ello despierta grandes expectativas entre nosotros los diputados, y debo decir, señor Barroso, que mi reacción ha sido similar a la del señor Swoboda, porque lo que ha dicho usted de la Directiva de servicios en este contexto ha resultado realmente ser bastante insustancial. Si realmente quiere que logremos prosperidad, solidaridad y seguridad para nuestros ciudadanos, entonces deberá ocuparse de la Directiva de servicios más a fondo que lo que ha parecido indicar hoy.
Si se toma en serio su asociación con nosotros, y de hecho con todas las instituciones, todavía le queda mucho por hacer. Además, no debemos olvidar algo que es incluso más importante, señor Barroso, a saber, nuestra asociación con los ciudadanos de la Unión Europea, con todos sus 450 millones de habitantes. Es para ellos, y para nadie más, para quienes realizamos nuestras políticas.
Silva Peneda (PPE-DE). – (PT) En las últimas semanas, la Comisión ha tomado decisiones sobre dos temas clave: las directrices estratégicas para su mandato y la reforma de la Estrategia de Lisboa. Ambas decisiones subrayan el hecho de que las principales prioridades para la UE, en las circunstancias actuales, son relanzar el crecimiento económico y crear empleo.
Sinceramente, no entiendo la discusión sobre qué es lo primero, si el crecimiento económico o el empleo. Para mí es muy sencillo. Los puestos de trabajo se crean en las empresas. Pues bien, las empresas solo crecen y se desarrollan cuando existe un clima de confianza y de deseo generalizado de crear una atmósfera propicia a las inversiones.
Este enfoque de la vida, esta cultura, se hará realidad si existe la capacidad de desarrollar las políticas económicas correctas. Cuanto mayor sea el compromiso entre los Estados miembros de aplicar las reformas necesarias, tanto antes podrá implantarse una cultura de este tipo. Es la única forma de poder mantener, y de hecho desarrollar, el modelo social europeo. El dinamismo económico no debe considerarse el enemigo de la protección social; de hecho, es su aliado más incondicional.
Sin embargo, tengo una preocupación distinta que está relacionada con la definición de las prioridades y la clara asignación de responsabilidades. Precisamente la ausencia de estos elementos hizo necesaria la reforma de la Estrategia de Lisboa. Ahora corresponde a los Estados miembros hacer alarde del espíritu de reforma propuesto por la Comisión mediante la acción política práctica.
Existe una necesidad acuciante de llevar a cabo reformas que, en su mayoría, no resultan populares, pero que Europa necesita. Estas reformas solo tendrán éxito si se explican, si es preciso de forma exhaustiva. Es la única manera de que sean entendidas y aceptadas.
Concluiré diciendo que, en mi opinión, vale la pena considerar los beneficios de escapar del entorno de la oficina y salir a la calle y, como diputados al Parlamento Europeo, deberíamos ser los primeros en hacerlo.
Grabowska, Genowefa (PSE).(PL) Señora Presidenta, señor Presidente de la Comisión, deberíamos aplaudir el hecho de que la Comisión Europea pretenda centrar sus esfuerzos en tres aspectos, en concreto el crecimiento económico, el bienestar social y la protección del medio ambiente. Sin embargo, solo el tiempo dirá si y, de qué manera, van a ponerse en práctica estos loables planes. Cualquier tipo de desequilibrio, en particular uno que favorezca el crecimiento económico a expensas del bienestar social y de la protección medioambiental, representaría una amenaza para Europa y sus ciudadanos, y en particular para los ciudadanos de los nuevos Estados miembros.
Sin embargo, la Comisión Europea también es la guardiana de los Tratados, y como tal supervisa la aplicación de la legislación por parte de los Estados miembros. Por lo tanto, pediría a la Comisión que supervisara dicha aplicación con regularidad, particularmente con respecto al cumplimiento del principio de no discriminación. Este principio, cuya aplicación es obligatoria, ya ha sido motivo de preocupación respecto a las disposiciones del reglamento REACH y de la Directiva de servicios. ¿No le preocupa a la Comisión Europea que los intentos de excluir los servicios de construcción de esta Directiva sean considerados discriminatorios por los nuevos Estados miembros? Existen más ejemplos de prácticas de este tipo, y por lo tanto pido al señor Barroso que garantice una supervisión minuciosa por parte de la Comisión de la aplicación de la legislación por lo que se refiere al principio de no discriminación.
Karas (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente de la Comisión, Señorías, habiendo escuchado este debate, no puedo sino repetir que debemos pensar más como europeos y dejar de enzarzarnos en políticas nacionales y de partido. Necesitamos más optimismo y confianza, más intenciones serias, más claridad y escrutinio, y la voluntad política para cumplir los compromisos sobre los que andamos pontificando. Necesitamos más liderazgo, más liderazgo de los círculos políticos, más liderazgo de aquellos que gobiernan y más liderazgo de la Comisión.
También quisiera hacer un llamamiento a todos los que se encuentran aquí para reflexionar un poco. Todos estamos aquí para hacer realidad las cuatro libertades, tanto de hecho como de derecho, y todo lo que sirva a este fin se considerará una buena política. Debemos reflexionar sobre lo que hemos consagrado en la Constitución. La verdad es que no entiendo por qué estamos debatiendo hoy de estas cuestiones. En la Constitución proclamamos el principio de una economía social de mercado. De esta forma, estamos afirmando claramente que el Mercado no es un fin en sí mismo, sino un medio para un fin, que necesitamos un mercado eficiente que cumpla sus responsabilidades sociales y medioambientales. Nos hemos autoimpuesto los objetivos del pleno empleo y de la sostenibilidad. ¿Por qué seguimos transmitiendo la impresión al público en general de que oponemos estos objetivos entre sí?
No necesitamos un populismo corto de miras, lo que queremos es una mayor responsabilidad para el futuro. Permítanme pues hacer la siguiente petición al Presidente de la Comisión: haga una prueba de subsidiariedad antes de presentar propuestas. Explique al público qué es lo que se gana al legislar a escala de la UE. Defina los beneficios en términos de crecimiento, competencia y empleo. Defina el grupo destinatario. Defina claramente los motivos, los objetivos y los resultados, y diga quién debe hacer qué y cuándo, de manera que podamos ejercer nuestro derecho de escrutinio parlamentario.
PRESIDENCIA DEL SR. OUZKÝ Vicepresidente
Brejc, Mihael (PPE-DE) . (SL) Gracias, señor Presidente. La Comisión ha elaborado un programa amplio y ambicioso. Ha fijado tareas prioritarias con las cuales estoy de acuerdo y que apoyo. También me complace la ambición, la energía y, por descontado, el entusiasmo del Presidente de la Comisión. Sin embargo, si queremos que Europa sea eficaz, si queremos que Europa esté más cerca de sus ciudadanos y si queremos alcanzar los objetivos, tenemos que actuar de una manera más eficaz de lo que lo hemos hecho hasta ahora. Una parte importante de la eficacia de la Unión Europea se debe a sus sistemas administrativos, a su administración pública. Usted los menciona en los objetivos estratégicos, en la página cuatro, señor Presidente. Esto está muy bien. Pero al mismo tiempo recuerdo que la Comisión Prodi empezó la reforma de la administración pública en la Unión Europea. El ex Comisario Kinnock fue su responsable. Aunque desconozco cómo terminó todo, si es que empezó alguna vez, los ciudadanos de la Unión Europea siguen considerándola un enorme aparato burocrático, alejado de los ciudadanos, aparato que tiene un coste enorme y que precisa un volumen extremadamente grande de trabajo administrativo para cualquier nimiedad, por no mencionar los proyectos importantes. Por lo tanto, todos nosotros juntos, no solo aquellos de nosotros que estamos aquí en el Parlamento Europeo, sino también nuestros electores, esperan con razón que la nueva Comisión encuentre, en el marco de las tareas prioritarias que ha establecido, la energía, el tiempo y la voluntad para ocuparse de su propio sistema administrativo, de su propia burocracia. En este sentido, espero respuestas muy claras. Una última cosa: está bien que exista una buena legislación, pero lo que es más importante es que pongamos efectivamente en práctica una buena legislación. Muchas gracias.
Zaleski (PPE-DE).(PL) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, señor Vicepresidente de la Comisión, Señorías, mis comentarios se dirigen principalmente al señor Schulz.
– (DE) Señor Schulz, tras nuestra conversación acerca de la resolución sobre Auschwitz, ha cambiado usted completamente sus puntos de vista y, por lo tanto, es usted merecedor de mi más profundo respeto. Muchas gracias. Ahora, sin embargo, quiero responder a sus comentarios críticos sobre el Papa.
– (PL) Señorías, con respecto al asunto del presupuesto y la asignación de fondos para la reunión de jóvenes con el Papa en Colonia, quiero dejar claro que si alguien más consigue reunir a tantos jóvenes para una buena causa, sin duda voy a votar a favor de que se financie la reunión. Voy a hacerlo independientemente de si la persona en cuestión es el señor Schulz o el presidente de un Grupo o partido, y voy a hacerlo tanto si esta persona es socialista, verde, católica o seguidora de cualquier otro movimiento político o religión. Si el acontecimiento en cuestión promueve la unidad social y psicológica y la creación de una Europa común, merece un auténtico respeto. Creo que el señor Schulz reconocerá que este es el caso y, de hecho, puedo verle cómo asiente con la cabeza. Quisiera darle las gracias por ello.
También quiero recordar a los diputados de los diez nuevos Estados miembros y no solo a aquellos del Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos, sino también a aquellos que son socialistas, verdes, comunistas o no inscritos, que gracias al Papa y a sus acciones hoy podemos estar deliberando sobre una Europa común. Si no fuera por él, seguiríamos sin poder celebrar una reunión de estas características, y quiero recordar al señor Schulz que esto ha sido debido principalmente al quehacer del Papa, y que el señor Kovács solo desempeñó un pequeño papel como mucho. Si sus Señorías no se dan cuenta de esto, o lo han olvidado, quiero recordárselo enérgicamente y animarles a que voten a favor de esta ayuda, que permitirá celebrar la reunión de manera adecuada y asegurar que sea un gran éxito. Muchas gracias.
Casa (PPE-DE). (MT) Señor Presidente, permítame felicitar al señor Barroso, Presidente de la Comisión, por el programa legislativo de la Comisión y el programa que ha presentado. Hoy, Europa ha crecido para estar formada por 25 Estados miembros, y soy uno de esos diputados que proceden de uno de los países que se han incorporado más recientemente con la ampliación. Europa es lo que tiene que ser exactamente; una Europa con una voz importante en los procesos de toma de decisiones a escala mundial, y tenemos que mantener este papel reforzando continuamente los cimientos que sentaron Schuman, De Gasperi y Monnet, basados en los principios que han hecho posible que la Unión Europea llegue hasta donde ha llegado hoy. La labor que lleva a cabo la Unión Europea tiene que reflejar constantemente los principios de subsidiariedad y solidaridad.
Es sumamente importante que el crecimiento económico se disemine equitativamente en todas las regiones europeas. Europa está obligada a ayudar a aquellos que por alguna razón se han rezagado a que se recuperen y expandan sus economías. Se puede crear una economía sólida mediante una cooperación más estrecha entre los Estados miembros, y en este punto quiero felicitar a la Comisión por la aplicación de una nueva estrategia económica cuyo objeto es crear más de seis millones de puestos de trabajo. La Estrategia de Lisboa ha de tener prioridad absoluta para todos los que trabajamos en las instituciones europeas.
Tenemos que ser capaces de traducir esta estrategia en trabajo y prosperidad, meta que solamente se puede alcanzar si logramos eliminar el exceso de burocracia y crear un entorno empresarial fuerte. En esta Asamblea hay que estimular iniciativas que creen trabajo en todo nuestro continente. Los ciudadanos de Europa esperan de nosotros que mejoremos el nivel de vida de Europa y, por lo tanto, tenemos que esforzarnos al máximo posible en este sentido. El programa de trabajo y legislativo que se ha presentado da una indicación clara de la visión de la Comisión para los próximos años y, si coopera estrechamente con el Parlamento, creo que podemos traducir este nuevo programa en ventajas para todos los ciudadanos europeos.
Barroso,Presidente de la Comisión. (FR) Señor Presidente, intentaré responder a algunas preguntas concretas y, después, quisiera tratar una cuestión política de carácter más general que me parece importante para nuestro trabajo en el futuro.
Por lo que se refiere a las preguntas concretas, en primer lugar, el señor Duff me ha señalado que no había entendido muy bien o no le había gustado una observación que se me atribuye sobre el federalismo ingenuo. Quisiera precisar lo que he dicho, porque quizás no estuviera claro en el contexto. De hecho, cuando critico el federalismo ingenuo, no critico el federalismo en sí, sino todo lo contrario. Siento un gran respeto por todos los federalistas, por los hombres y mujeres que pusieron en marcha nuestro gran proyecto europeo. Y sigo considerando que el método federal es esencial para esta nuestra Europa. Por otra parte, el método comunitario, o en todo caso el método que solemos llamar así, es una especie de método federal. En realidad, he criticado el federalismo ingenuo por oposición a lo que podría considerar un federalismo más sofisticado, más inteligente, es decir, una idea que no busca construir la Unión Europea, una unión cada vez más estrecha entre todos los europeos, a costa de la legitimidad de los Estados democráticos. En efecto, en nuestros países tenemos Estados democráticos, Gobiernos democráticos y Parlamentos democráticos. He tenido el honor de trabajar en Ginebra con un gran federalista como es Denis de Rougemont, que acusaba a veces al Estado de todos los males, como si no fuera también una institución democrática. Soy favorable a una Unión cada vez más fuerte, pero ese refuerzo no puede socavar la legitimidad de los Estados democráticos. Quiero hacer esta aclaración porque ya he escuchado críticas a mi comentario que reflejaban una imagen deformada de mi pensamiento y mi sentimiento sobre Europa.
La segunda cuestión se refiere a la seguridad y la justicia. En efecto, hemos hablado mucho de economía, pero no hay que olvidar que tenemos un programa, por lo demás muy ambicioso, en materia de seguridad y justicia que será aplicado por el Vicepresidente Frattini. Este es precisamente el objeto de una de las preguntas que se han formulado. La seguridad, la justicia y la protección de los derechos fundamentales serán una de las prioridades de la Comisión. En efecto, hay que dar una respuesta concreta a la demanda de seguridad de los ciudadanos. Por ello, en 2005 presentaremos concretamente al Parlamento el plan de acción encaminado a poner en práctica la estrategia adoptada en La Haya, en forma de propuestas relativas a la protección de las víctimas, especialmente las mujeres y los niños, frente al crimen organizado. Quisiera llamar su atención sobre el hecho de que se trata de una nueva dimensión de la acción descrita en nuestro programa: la protección de los niños. Pensamos –quiero subrayarlo también– que es un ámbito en el que es posible reforzar la acción a escala europea. Así, pueden presentarse propuestas con miras a reforzar el reconocimiento mutuo y la confianza entre las autoridades judiciales y puede elaborarse una propuesta relativa a una estrategia europea en materia de inmigración legal y lucha contra los traficantes de seres humanos. Seguridad, justicia y protección de los derechos humanos son realmente una prioridad, y me gustaría que supieran que la Comisión va a hacer todo lo necesario para responder a estas exigencias.
Algunos de ustedes, entre ellos el señor Karas, el señor Kirkhope, el señor Lehne, y también en cierto modo el señor Goebbels, han mencionado la cuestión de cómo orientar la legislación a sus objetivos, y si procede reforzarla o restringirla. Me alegro de que el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo sean plenamente conscientes de esta preocupación. Cuando hablo de una «legislación mejor», no siempre quiero decir que haga falta menos legislación. En algunos casos, precisamente porque estamos en una Unión, necesitamos cierta armonización, más legislación, a veces incluso para armonizar o simplificar la legislación existente. Pero quisiera dejar bien claro que compartimos esta preocupación por la calidad de la legislación y la hemos introducido en nuestro programa. Por tanto, en todas las acciones que emprendamos sopesaremos los factores de coste, proporcionalidad y subsidiariedad que utilizaremos a efectos de la evaluación de impacto.
Por esta razón, y en este punto respondo en parte al señor Goebbels, hemos tenido que elaborar, por supuesto, una lista de nuestros principales objetivos. Se trata de un programa de ejecución para este año. Sin duda nos criticarían si solo presentase cuatro o cinco prioridades. La línea política es una cosa y, a este respecto, hablamos de prioridades muy claras y bien enfocadas, definidas cuando presentamos los objetivos estratégicos. Otra cosa es el programa concreto, legislativo y de ejecución, que sus Señorías deben conocer para controlar nuestra actividad, puesto que la Comisión es responsable ante el Parlamento.
Por lo que se refiere a otra pregunta concreta, a saber, sobre el cambio climático, quiero decir a la señora Beer, que estoy seguro de que planteará esta cuestión mañana al Presidente Bush, que uno de los temas que figuran en nuestro plan de trabajo es la posibilidad de cooperar con los Estados Unidos, parcialmente en un espíritu post-Kyoto. Es un tema delicado. Conocemos la posición actual del Gobierno estadounidense, pero creo que procede entablar un diálogo sobre esta cuestión con los Estados Unidos de América. Probablemente tenga yo ocasión de abordar esta cuestión con el Presidente de los Estados Unidos.
Por lo que se refiere, ahora, a la cuestión de la Directiva de servicios, quiero decirles, respondiendo más concretamente al señor Swoboda, que estoy de acuerdo con ustedes en su preocupación por los servicios de interés general. Lo he dicho ya muchas veces: los servicios de interés general, algunos servicios públicos, forman parte de lo que podemos denominar la tradición o cultura organizativa de algunos Estados. Por tanto, tratamos precisamente de tener en cuenta esas preocupaciones, que consideramos legítimas.
Por ello, mi Comisión ha tomado la iniciativa de revisar algunos aspectos de la Directiva de servicios, y esperaba alguna palabra de felicitación de su parte. Ahora bien, es exactamente lo contrario lo que oigo de ustedes, cuando califican a esta Comisión de neoliberal sin haber sido ella la que presentó la Directiva en cuestión. En efecto, estamos buscando un equilibrio sin renunciar al objetivo, que es crear un verdadero mercado interior de los servicios, porque es esencial para la creación de empleo en Europa. Es un objetivo que no podemos abandonar y que, por lo demás, es objeto de consenso hasta 2010, pero hay que perseguirlo de manera equilibrada. Esta es la cuestión política fundamental que me gustaría plantear a nuestros amigos del Partido Socialista Europeo y en particular al señor Schultz, que ha planteado la cuestión.
Deben ustedes elegir: o bien quieren oponerse a la Comisión, o bien desean colaborar con ella. Les he dicho ya que la Comisión quiere trabajar con espíritu de cooperación y de relación constructiva con el Parlamento, en particular con todos los que de verdad quieren hacer avanzar a Europa, lo cual no es una propuesta neoliberal por nuestra parte.
Las propuestas que he formulado en esta Cámara son fruto de un consenso. En la Comisión hay demócrata-cristianos, socialistas y liberales. La Agenda de Lisboa fue presentada a la Comisión por mí mismo y por el Vicepresidente Verheugen, que pertenece a su familia política. El programa que acabo de presentar hoy ha sido presentado por mí y por la Vicepresidenta Wallström, que también pertenece a su familia política.
No queremos caer en el dogmatismo; queremos unir a los europeos que desean reformas para Europa, pero no queremos abandonar las reformas. Si ha sido posible que la Comisión tomara todas estas decisiones por unanimidad, aunque hayan podido manifestarse algunas diferencias; si demócratas cristianos, socialistas, liberales e independientes han encontrado un consenso, ¿por qué no podríamos conseguirlo aquí, en el Parlamento Europeo, y unirnos en torno a un programa de reformas ambicioso para Europa, en el que estén presentes las preocupaciones sociales y medioambientales? No caricaturicen a nuestra Comisión. Eso no es justo.
(Aplausos)
Si miran la lista de nuestros objetivos, encontrarán una serie de propuestas concretas en el terreno social y medioambiental. Sabemos muy bien que hoy es imposible construir el crecimiento sin la dimensión ambiental. Al contrario, pensamos que el medio ambiente contribuye al crecimiento y al aumento de la competitividad de Europa. En esto estamos de acuerdo, así que no vean obstáculos donde de hecho no hay ninguno. Lo que queremos es señalar que el status quo ya no es una opción actualmente o que Europa tiene serios problemas de competitividad con respecto a otras regiones del mundo y que queremos enderezar esta cuestión adaptando y renovando nuestro modelo social. He aquí por qué la Comisión tiene un Presidente que desea una reforma, pero también diputados socialistas, liberales, demócrata- cristianos e independientes que también desean esta reforma, hecha con un espíritu de equilibrio y de proporción.
Por tanto, quisiera pedir al Partido Socialista que no adopte una postura de oposición a la Comisión: al contrario, que colabore con nosotros, que colabore de forma crítica, como todos los grupos. La señora Grossetête, que pertenece a la familia política más grande del Parlamento Europeo, nos ha comunicado también ciertas peticiones y exigencias, y le doy las gracias.
Quisiera llamar ahora su atención, como europeos que son al igual que yo, sobre el hecho de que no vivimos un momento cualquiera de la historia de Europa. Ayer conocimos el resultado del referendo en España, y lo celebramos, pero tendremos también un referendo en Francia. Tendremos un referendo en el Reino Unido; he hablado de ello hoy con el Primer Ministro Blair en Londres. ¿Qué creen que esperan los europeos ahora? Quieren que las instituciones trabajen juntas; no entienden muy bien los matices del debate o la política de los Grupos políticos. Quieren saber si la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo trabajan en el mismo sentido, si están realmente preocupados por sus problemas o no.
Creo que sería sumamente inoportuno, en este momento en que se celebran referendos muy importantes, que los ciudadanos miraran a Europa y vieran a la Comisión por un lado y, por otro, a algunos Grupos importantes, como su gran familia socialista europea, y que de ello se desprendiera una imagen de división. Este es el llamamiento muy sincero que he lanzado ya a algunos de ustedes personalmente y que quiero recordar. No abandonemos nuestras ideas, por supuesto, ya que todos tenemos gran empeño en ellas, pero es posible mirar más allá de esas ideas y alcanzar un consenso dinámico a favor de las reformas que Europa necesita. Creo que esto es realmente posible.
(Aplausos)
La última cuestión se refiere a la crítica que ha expresado usted, señor Schultz, a la declaración que hice acerca de mi país. Con respecto a este punto, como por lo demás usted ha reconocido, no he incumplido ninguna obligación, porque del código de conducta de la Comisión se desprende claramente que sus miembros pueden ser miembros activos de partidos políticos y de sindicatos. No se ha producido, por tanto, ningún incumplimiento del deber. Me he limitado a testimoniar mi solidaridad al partido que he presidido durante varios años. Lo que sí habría sido un acontecimiento político en mi país es que yo me hubiera callado. Por tanto, les agradecería que no plantearan esta cuestión en forma de ataque personal contra mí por la posición que he adoptado, pues yo estaba perfectamente autorizado a adoptarla.
Ha mencionado usted la posibilidad de una revisión del código de conducta en el acuerdo interinstitucional. Quiero decir que estoy absolutamente en contra de esa idea, ya que nuestro código de conducta precisa que los miembros de la Comisión pueden participar en una campaña electoral si solicitan autorización al Presidente de la Comisión. La pregunta que ha planteado usted es por tanto qué sucede en el caso del Presidente de la Comisión. He de señalar que si el Presidente de la Comisión tiene la facultad de negar o aceptar la participación de los Comisarios, tiene también esa facultad con respecto a sí mismo. Esto está claramente consagrado en el Tratado, cuyo artículo 217 dice lo siguiente:
(EN) Los miembros de la Comisión ejercerán las funciones que les atribuya el Presidente bajo la autoridad de este.
de un acuerdo interinstitucional, una merma de la autoridad del Presidente sería contrario al Tratado tal como está redactado, y debilitar la autoridad del Presidente de la Comisión equivaldría a debilitar la autoridad de la propia Comisión.
Necesitamos una Comisión fuerte. Por ello, pienso que su propuesta no es buena. Quisiera llamar la atención de todas las familias políticas sobre el hecho de que nosotros, el Parlamento Europeo y la Comisión, debemos reforzarnos mutuamente. Somos las instituciones europeas por excelencia, podemos hacer cosas extraordinarias juntos y, por tanto, debemos ayudarnos recíprocamente a mejorar nuestra posición. Personalmente, yo trato de ensalzar en todas mis declaraciones públicas el papel del Parlamento Europeo, y no solo en mis declaraciones. Espero que ustedes hagan lo mismo, porque tenemos grandes desafíos que superar juntos, y si vamos codo con codo podremos salir airosos. Pero eso no se consigue restando importancia a la Comisión y pidiendo a los Comisarios que sean funcionarios. En vez de ello, hemos de pedirles que asuman sus responsabilidades políticas, que ejerzan su ciudadanía y expresen sus preferencias, al mismo tiempo que desempeñan sus tareas, por supuesto, en un espíritu europeo. Como ciudadano, tengo derecho a expresar mi punto de vista sobre mi país, tengo derecho, como todos los ciudadanos europeos, a votar con arreglo a mis opiniones.
Como Presidente de la Comisión no haré discriminaciones. En efecto, a petición de ustedes, recibí al jefe de la oposición, que será el Primer Ministro de mi país. Lo recibí algunos días antes del comienzo de la campaña electoral, porque, como Presidente de la Comisión, no utilizo mi puesto para oponerme a ningún Gobierno en particular y no hago distinciones entre Gobiernos de izquierdas o de derechas. En efecto, creo que la Comisión debe representar el interés general europeo.
Dicho esto, los miembros de la Comisión son hombres y mujeres políticos. Quizás a algunos diputados a esta Cámara esto no les guste. Sin embargo, como ciudadanos tenemos derechos. Tenemos derecho a expresarnos, y este es un derecho fundamental. Por esta razón, no acepto su crítica a este respecto. Quiero subrayar que todos necesitamos instituciones europeas fuertes. Esta institución, la Comisión, debe ser fuerte y trabajar junto con un Parlamento fuerte, firmemente decidido a introducir cambios y reformas con ese sentido del equilibrio que está en la esencia de nuestra Europa.
(Aplausos)
El Presidente. He recibido seis propuestas de resolución para concluir este debate, de conformidad con el artículo 103 del Reglamento.
El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar el martes a las 12.00 horas.