15. Auditoría legal de las cuentas anuales y de las cuentas consolidadas
El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe del señor Doorn, en nombre de la Comisión de Asuntos Jurídicos, sobre la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la auditoría legal de las cuentas anuales y de las cuentas consolidadas, por la que se modifican las Directivas 78/660/CEE y 83/349/CEE [COM(2004)0177 C6-0005/2004 2004/0065(COD)] (A6-0224/2005).
Charlie McCreevy, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias al señor Doorn y a la Comisión de Asuntos Jurídicos por la excelente labor que han hecho en este expediente. Una colaboración eficiente entre las instituciones debería permitir adoptar esta propuesta en una única lectura.
La auditoría legal de las cuentas anuales es un tema de gran importancia para Europa. Algunos escándalos recientes han puesto de relieve la necesidad de responder a nuevos desafíos. A fin de modernizar la auditoría legal, la Directiva revisada clarificará las obligaciones de los auditores, su independencia y su ética. Para ello será necesario igualmente aplicar las normas internacionales en materia de auditoría y establecer criterios para la creación de una sólida supervisión pública de la profesión de la auditoría. Debemos contar con buenos auditores en la UE, pues es en beneficio de todos, de las propias empresas, de los inversores y ahorradores, tanto grandes como pequeños. Y de este modo aumentará la confianza económica.
Permítanme decir unas cuantas palabras sobre la limitación de la responsabilidad de los auditores. Esta cuestión ha surgido durante los debates sobre esta Directiva, aunque no figuraba en la propuesta original de la Comisión. Los auditores se muestran precavidos antes de realizar nuevas auditorías por que tienen miedo de asumir una responsabilidad ilimitada. Soy consciente de las ventajas de actuar a nivel de la UE, pues podría tener consecuencias para el mercado interior. Tengo la intención de trabajar activamente par ver lo que puede hacerse a este respecto. Como primer paso encargaré en breve un estudio.
Las enmiendas propuestas tienen en cuenta los debates celebrados en el Consejo, y cuentan con el firme apoyo del sector de la auditoría. Las soluciones que propone el ponente resultan, además, equilibradas y respetan las intenciones iniciales de la Comisión para este acto legislativo. Así pues, apoyamos firmemente el resultado.
Al igual que con el informe precedente, la comitología constituye una vez más el único tema pendiente. La situación es muy similar a lo que se ha dicho hace unos momentos en el marco del informe del señor Radwan acerca de la Directiva sobre la adecuación del capital. Me remito a las declaraciones que hice en ese contexto, a fin de no tener que repetirme.
Las competencias de ejecución son muy importantes para la Octava Directiva sobre el derecho de sociedades. Numerosas cuestiones técnicas y adaptaciones exigen la existencia de competencias en materia de comitología. Así lo confirmó el Consejo cuando manifestó su apoyo al compromiso general sobre el paquete de enmiendas. El Comité de Representantes Permanentes consideró que una cláusula de suspensión que pudiera suspender los poderes de ejecución podría ser perjudicial para una aplicación eficaz de esta Directiva. Por ello pedí al Parlamento que considerara detenidamente las consecuencias de dicha cláusula de suspensión.
La Comisión comparte las inquietudes expresadas por el Consejo. No obstante, también reconoce que el Parlamento tiene razón cuando señala que su papel dentro de la supervisión del ejercicio de la autoridad delegada debe adaptarse a su posición dentro del procedimiento de codecisión. A la espera de una solución global par la cuestión de la comitología, la Comisión comprende que el Parlamento desee limitar a tiempo la autoridad delegada. Para la Comisión es indispensable que dicho período tenga una duración suficiente para aplicar correctamente la Directiva. Tengo entendido que el ponente propondrá una cláusula de suspensión de dos años a partir de la entrada en vigor de la Directiva y a más tardar el 1 de abril de 2008. Sin embargo, dicha cláusula no se aplicaría al artículo 26 relativo a las normas internacionales en materia de auditoría. La Comisión puede aceptarlo. Esta solución concordaría con la solución que figura en el informe del señor Radwan sobre la propuesta de Directiva sobre la adecuación del capital. Asimismo, la Comisión pide al Consejo que se muestre flexible, pero sobre todo que considere prioritaria la revisión de la Decisión sobre la comitología de 1999.
Bert Doorn (PPE-DE), ponente. - (NL) Señor Presidente, Señorías, como ponente sobre la octava directiva, puedo informarles de que hemos elaborado un paquete interesante en las negociaciones con el Consejo y la Comisión. Por ejemplo, hemos conseguido ampliar el margen para las soluciones nacionales en los comités de auditoría, que son comités supervisores en el seno de las empresas. Hemos dicho una vez más que la gobernanza empresarial es un asunto que debe negociarse en el ámbito de los Estados miembros y que resulta inaceptable que, desde el ámbito europeo, se impongan soluciones radicales a este respecto.
Hemos conseguido que la rotación de los auditores sea lo normal y la rotación de las sociedades auditoras la excepción. Hemos conseguido también reducir la carga administrativa que soportan las pequeñas y medianas empresas en algunos ámbitos, y la Comisión se ha comprometido a presentar un informe sobre responsabilidades antes de finales de 2006. El Comisario McCreevy ha dicho hace un momento que «quiere emprender un estudio en un futuro próximo», pero nosotros acordamos que habrá un informe sobre la mesa antes de finales de 2006, y yo también espero que nos dé su palabra de que así será; nos gustaría asimismo intercambiar opiniones al respecto en esta Cámara.
Los regímenes de responsabilidad constituyen un problema debido a las grandes diferencias existentes entre los Estados miembros, pero tendremos que buscar soluciones. Con todo, se trata de un instrumento legislativo vital que, en mi opinión, se ha vuelto algo más pragmático en los últimos seis meses y también más práctico en su aplicación, que, después de todo, es lo que se pretende.
Existe otro gran obstáculo que hay que negociar, en concreto la comitología, como ha indicado usted ya, señor Comisario. A este respecto, hemos decidido apoyar la coherencia con el informe Radwan, pues creo que están en juego los mismos intereses.
Además, con respecto al comentario que hace un momento ha hecho un diputado –«No quiero entrar en los juegos de poder entre las instituciones»–, quiero repetir que no me parece que sean juegos de poder, sino simplemente una forma moderna de legislar. Nosotros tenemos que redactar la legislación marco y delegar los detalles en la Comisión y en los expertos, pero eso solo puede hacerse si el Parlamento tiene derecho de avocación. Eso es lo más importante.
Recuerdo que justo antes del referendo neerlandés sobre la Constitución que, como ustedes ya saben, no tuvo éxito, apareció un largo artículo en uno de los periódicos neerlandeses bajo el título «Los funcionarios de Bruselas tienen el poder». En realidad se refería a los comités ejecutivos que desarrollan a puerta cerrada todo tipo de legislación propuesta en esta Cámara. Ese es un ejemplo típico que aumenta el creciente desagrado de los ciudadanos con Bruselas, donde se hacen todo tipo de cosas a puerta cerrada.
Por tanto, creo que si hablamos de comitología, y me alegro de que el Consejo haya anunciado que pretende emprender iniciativas, habrá que hacer mucho para mejorar las cosas. En este sentido, apoyo la cláusula que fija el 1 de abril de 2008 como fecha de la «suspensión», como también se estipula en el informe Radwan. Sin embargo, quiero añadir que en lo que se refiere al artículo 26 sobre la aprobación de las normas internacionales de contabilidad, debemos hacer una excepción, porque implican, desde el punto de vista de esta cláusula de suspensión, acuerdos internacionales. No hace falta decir que, cuando se introduce una nueva norma sobre comitología, también es necesario aplicar el derecho de avocación a este tipo de normas de contabilidad.
Para finalizar, quiero agradecer a mis colegas de la comisión su colaboración tan constructiva. Creo que nuestras negociaciones de los últimos seis meses han sido muy útiles. Quiero agradecer también a la Comisión y al Consejo su actitud tan constructiva, y decir que podemos estar muy satisfechos con los resultados conseguidos.
Andreas Schwab, en nombre del Grupo PPE-DE. - (DE) Señor Presidente, señor Comisario, en primer lugar permítanme agradecer al señor Doorn el excelente trabajo que ha realizado con la ayuda de muchas comisiones. Creo que este informe representa un buen compromiso en un asunto tan complicado. Sobre todo por el número de diputados presentes en esta Cámara, es evidente que se trata de un instrumento legislativo altamente técnico, pero me parece que hará un gran servicio a la competitividad europea, tanto interna como externa. Se trata de un ámbito delicado que exige una legislación muy clara.
Por supuesto, tiene que haber compromisos; uno de ellos, mencionado por el señor Doorn, tiene que ver con la rotación. Se trata, básicamente, de que desaparezca la rotación externa; los Estados miembros tienen ahora otra alternativa. Algunos de ellos pueden conservar la rotación externa que han tenido hasta ahora. Mi instinto me dice que no habría que permitir a los Estados miembros que solicitaran la rotación externa, pues no creo que fomente la competitividad.
Como mi tiempo de uso de la palabra es limitado, quiero centrarme en la propuesta del Comisario McCreevy de estudiar los posibles efectos de la responsabilidad limitada en lo que respecta al mercado interior de las sociedades auditoras. La introducción de la responsabilidad limitada concedería a Europa una clara ventaja como centro de actividad empresarial y, por tanto, me complace que el Comisario McCreevy haya aceptado realizar ese estudio, que tendrá que concluir pronto, es decir, antes de finales de 2006.
Los Estados miembros que quieran especificar límites de responsabilidad disponen de toda una serie de soluciones; por ejemplo, responsabilidad proporcional, límites superiores o una combinación de ambas cosas. Lo que esta Cámara quiere de la Comisión es que los Estados miembros puedan adoptar sus propias decisiones en materia de responsabilidad y que nosotros, en Europa, consigamos unas normas armoniosas en lugar de armonizadas.
Por tanto, como el señor Doorn ha dicho todo lo que debía decirse sobre comitología y estoy de acuerdo con él, les agradezco su atención y espero que la directiva salga adelante.
Antonio Masip Hidalgo, en nombre del Grupo PSE. – (ES) Señor Presidente, me parece que el proyecto sobre auditorías puede considerarse un ejemplo de colaboración entre los distintos Grupos del Parlamento Europeo y entre este y las demás Instituciones: el Consejo y la Comisión.
El ponente se ha esforzado por implicarnos en la elaboración del texto y en sus reuniones con el Consejo y la Comisión, para que este proyecto contribuya a la homogeneización de legislación europea en un ámbito tan importante como el de las auditorías, que tanta preocupación ha causado en la opinión pública tras los escándalos de Enron y Parmalat. Será, en todo caso, un marco de mínimos, dejando hoy por hoy la competencia a los Estados en aquello en lo que dispongan de mayor capacidad, experiencia y proximidad para realizar las inspecciones.
Entre los puntos más polémicos de la propuesta de la Comisión Europea cabe destacar la rotación de firmas, auditores y socios, con el fin de reducir las posibilidades de convergencia de intereses entre auditores y auditados.
Tras muchos esfuerzos hemos conseguido abrir la puerta a la rotación de firmas, y no solo de socios, al permitirse a cada Estado adoptar como alternativa la rotación de firmas auditoras, es decir, la rotación externa.
Se han aceptado enmiendas en materia de independencia. Espero que el futuro nos demuestre su utilidad, pues son la garantía de una necesaria confianza en los mercados.
El proyecto mantiene la misma responsabilidad para los auditores que para otros profesionales. En mi opinión, ha de garantizarse la igualdad de trato en esta materia y la seguridad de los ciudadanos y de los clientes. Sin embargo, no les oculto mis dudas sobre el estímulo que debería suponer la nueva normativa para conseguir un aumento del número de grandes empresas de auditoría, evitando los problemas de oligopolio que condicionan el sector y a los que se ha referido el señor Comisario.
Con el caso Enron desapareció Arthur Andersen y de las llamadas cinco grandes solo quedaron cuatro. Un nuevo escándalo que hiciera perder la confianza depositada en otra gran empresa de auditoría podría ser fatal, no solo para la empresa afectada, sino también para la estabilidad del sistema. Por eso, he abogado desde un principio por no dejarlo todo al autocontrol de las propias firmas de auditoría y por apoyar el control realizado por las autoridades públicas, dado que no solo está en juego la viabilidad de una empresa, sino también la salud del sistema financiero.
Reitero mis felicitaciones al señor Doorn.
Wolf Klinz, en nombre del Grupo ALDE. - (DE) Señor Presidente, Señorías, espero que la directiva sobre los auditores contribuya a restaurar la confianza en los resultados al final del ejercicio y el funcionamiento de los mercados, hecho añicos por los escándalos destapados en los últimos años. Probablemente aporte seguridad a los inversores, la seguridad que una vez disfrutaron, y más competitividad a las empresas europeas. Si se comparan los puntos principales de la opinión redactada por la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios y la versión final que el señor Doorn, su ponente, nos ha presentado tras las negociaciones de la troika, vemos que se superponen en gran medida, por ejemplo con respecto a la rotación, los costes incurridos por las pequeñas y medianas empresas, y la responsabilidad. Celebro la propuesta de que la Comisión realice un estudio sobre la cuestión de la responsabilidad para finales de 2006 y estoy de acuerdo con lo que el señor Schwab ha dicho al respecto.
Me hubiera gustado escuchar un mensaje más positivo sobre otras dos cuestiones importantes, la creación de comités de auditoría y la prestación de otros servicios diferentes a los de auditoría. La Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios ha acogido con satisfacción el requisito de crear comités de auditoría y ha apoyado las ideas de la Comisión. En conjunto, el informe del señor Doorn representa un paso en la dirección correcta y le agradezco el trabajo que ha hecho como ponente. La votación que vamos a celebrar es crucial para concluir con éxito el procedimiento rápido y, por tanto, los mercados recibirán dentro de poco la señal que esperan con impaciencia.
Asimismo, me alegro de que el señor Doorn aborde en su informe la cuestión de la comitología, aunque esperaba que la fecha para la cláusula de suspensión fuera el 1 de enero en lugar del 1 de abril de 2008.
No obstante, me sorprende que resulte difícil de aceptar el enfoque propuesto de aplicar las normas internacionales de auditoría, conocidas como NIA. Aquí también el Parlamento ha de aferrarse a su derecho de avocación. Aunque la señora Wallis, ponente alternativa de mi Grupo en la comisión competente, recomienda que aprobemos este informe, me abstendré de votar a causa de las reservas que acabo de explicar.
Giuseppe Gargani (PPE-DE). – (IT) Señor Presidente, Señorías, mi intervención tiene por objeto, ante todo, resaltar, más allá de la retórica o las frases rutinarias, el importante trabajo realizado por el señor Doorn; además, como he dicho en comisión y quisiera repetir aquí, en mi opinión el trabajo efectuado es inteligente, equilibrado y trascendental.
Considero que la directiva es realmente importante, porque existe un problema de seguridad de los mercados, que los escándalos han puesto aún más de manifiesto. No obstante, hace tiempo que había surgido la necesidad de una directiva como la que llevamos adelante, que resulta ser un éxito en primera lectura y que establece el equilibrio que habíamos alcanzado en el Parlamento.
Hay nuevas garantías para los ahorradores, en los que debemos centrar nuestra atención, como en el caso de los consumidores, dado que la relación financiera entre los bancos, las emisiones y los ahorradores sigue siendo un elemento fundamental para la estabilidad social de un país.
Agradezco también al ponente la inteligente solución que ha encontrado para la rotación de las sociedades de auditoría. Mi país está muy de acuerdo con esta solución y muy satisfecho con ella, y hablo por mi propia experiencia, desde luego, pero creo que los demás países han llegado a la misma conclusión. Este es otro aspecto en que hay que reconocer el equilibrio alcanzado por el señor Doorn y sus colegas. El acuerdo en torno a las medidas de ejecución da una medida, justamente, de la importancia que el Parlamento puede y debe tener para lograr la difícil operatividad que requiere la directiva.
En conclusión, estoy de acuerdo con todas las observaciones positivas que se han expresado ya; me complace mucho declarar formalmente que el informe ha sido provechoso, y el ponente y yo lo sometemos a esta Cámara.
Arlene McCarthy (PSE). – (EN) Señor Presidente, la primera vez que debatimos la cuestión de la gobernanza empresarial después de recibir el informe del grupo de alto nivel fue en el marco de los escándalos de Enron y WorldCom. Expertos del sector contable de la UE afirmaron que «eso nunca podría haber sucedido en Europa», pero entonces se produjo el escándalo de Parmalat, que contaba con un comité de auditoría –al igual que Enron– formado por eminentes expertos independientes. El problema es que no mostraron ninguna independencia de criterio para enfrentarse a unos socios comerciales y a la dirección de la empresa por sus prácticas fraudulentas.
Los comités de auditoria preceptivos nunca han sido la respuesta, con arreglo a esta propuesta, que más bien pretende cambiar la cultura y la práctica de la auditoría. Gracias al pragmatismo de nuestro ponente, el señor Doorn, y a la eficaz colaboración con la Comisión y la Presidencia, ahora contamos con un instrumento comunitario flexible que incrementará la calidad y la coherencia de las auditorías en toda Europa, al tiempo que respetará las disposiciones nacionales vigentes en materia de derecho de sociedades.
Un enfoque basado en amenazas y salvaguardias conducirá a un régimen mucho más sólido y eficaz en la UE. Dicho enfoque resultará mucho mejor que el sistema basado en las normas Sarbanes-Oxley, que quizá faciliten el encarcelamiento de los culpables, pero que no mejoran la ética, la independencia y la supervisión pública de las estructuras de control de cuentas.
La eliminación de la obligación de crear un comité de auditoría y su sustitución por la propuesta de encargar esas funciones a una organización que cumpla las normas y objetivos de auditoria y que pueda aplicar los requisitos de forma transparente fue una decisión sensata. Asimismo me complacen los compromisos alcanzados en torno del tema de la rotación de la empresa de auditoría y de la cuestión relativa a los trabajos no relacionados con la auditoría.
Sin embargo, tenemos que resolver el tema de la comitología. La Comisión y las sucesivas Presidencias, incluida la británica, han redoblado sus esfuerzos por mejorar la regulación a base de una legislación comunitaria de mayor calidad y agilizando su transposición y aplicación. El Parlamento debe intervenir en este programa de mejora de la legislación, y debe tener derecho, en su calidad de órgano colegislador, a que la legislación técnica que vote esta Cámara pueda ser objeto de escrutinio y seguimiento.
Y tiene igualmente un papel que desempeñar en su transposición y aplicación. Me complace la iniciativa de la Presidencia y las propuestas de hacer avanzar la reforma de los procedimientos de comitología adoptados en 1999 a fin de poder desempeñar un papel en la mejora de la legislación y del procedimiento reglamentario, y espero que las enmiendas que presentará el Parlamento en este ámbito sean aceptadas a fin de que realmente podamos desempeñar nuestro papel en el proceso de cooperación.
Paul Rübig (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, dada la importancia de este asunto para la competitividad de la industria europea, la Comisión de Industria, Investigación y Energía le ha dedicado mucha atención. Sobre todo para las empresas que cotizan en Bolsa, es muy importante que se dé la máxima prioridad a los derechos de los accionistas cuando se designan los auditores. Aquí es donde, sobre todo, entran en juego las sensibilidades nacionales.
Por supuesto, hay que tener en cuenta la cuestión de los costes. Pueden ser altísimos, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas que desean cotizar en bolsa, que adoptan las medidas necesarias y que se esfuerzan por ser tan transparentes como deben, y, por tanto, pido que la responsabilidad limitada se trate con las entidades aseguradoras, para que los auditores puedan actuar con la debida responsabilidad.
Andrzej Jan Szejna (PSE). - (PL) Señor Presidente, los últimos escándalos han minado la confianza de los consumidores e inversores. Podría mencionar los casos de Enron o Parmalat, por ejemplo. La magnitud de esos escándalos ha sido alarmante y han desvelado varios tipos de fraude. La iniciativa de la Comisión Europea constituye una respuesta acertada a la situación.
El proyecto de la Comisión sobre las auditorías legales es resultado de muchos años de trabajo e incorpora las recomendaciones de 2000 y 2002. La presente directiva sustituirá a la octava directiva de 1984 relativa a los auditores legales, que contiene únicamente los principios de la acreditación de auditores, pero no hace referencia alguna al procedimiento de auditoría, supervisión o control de calidad externo. El nuevo proyecto de directiva describe las obligaciones de los auditores legales y establece una serie de principios éticos. El objetivo es garantizar la profesionalidad y la independencia de los auditores legales, lo cual implica su honestidad, competencia profesional, honradez, confidencialidad profesional y responsabilidad general.
Ahora bien, la propuesta de la Comisión sobre el principio de rotación de auditores y sociedades de auditoría es otra cuestión muy discutida que debe añadirse a la lista de aspectos polémicos. En general, el principio de rotación merece nuestro apoyo, ya que garantiza la independencia y favorece una evaluación objetiva. Los aspectos negativos de la rotación son sus costes adicionales, la pérdida de conocimientos técnicos y el consiguiente riesgo de cometer errores. Las sociedades de auditoría deben rotar al menos cada siete años y convendría que la distancia entre contratos fuera como mínimo de dos años. Es preciso hacer todo el esfuerzo posible para garantizar una competencia saludable, reducir el riesgo de fraude y prestar servicios de alta calidad.
Al parecer, los procedimientos presentados en el informe constituyen una respuesta equilibrada y razonable a la necesidad de garantizar tanto la calidad de las auditorías como la independencia de los auditores.
Para concluir, quiero hacer hincapié en que debemos tratar de restablecer la confianza en el mercado y, además, fortalecer los derechos de los accionistas, para que las inversiones sean más seguras y las empresas europeas más competitivas.
Charlie McCreevy, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias a sus Señorías por sus aportaciones y por la gran labor que están llevando en torno a esta Directiva tan importante.
Probablemente debería haber dicho desde un principio que he sido auditor y que aún pago mi cuota anual al Instituto Irlandés de Auditores Públicos, si bien, como he dicho a numerosas personas, yo no confiaría demasiado en las cuentas que pudiera elaborar actualmente para nadie. Me parece que debía haberlo dicho desde el principio.
El señor Doorn y otros han planteado la cuestión de la fiabilidad de las auditorías, un tema que me interesa mucho personalmente. He pedido a mis servicios que estudien esta cuestión con carácter urgente. En breve encargaremos un estudio para poder presentar nuestros resultados antes de que termine 2006. Esa es nuestra intención y esperamos poder cumplir fácilmente este calendario.
Asimismo se planteó la cuestión de los comités de auditoría. A menudo, los comités de auditoría resultan necesarios para ayudar a que los auditores puedan cubrirse las espaldas contra posibles presiones por parte de la dirección de la sociedad. El Parlamento Europeo y el Consejo sostienen que es necesario dejar todo el margen que sea posible a los Estados miembros de la UE para que creen su propio sistema de comités de auditoría de sociedades autorizadas, siempre que lleven a cabo todas las funciones que contempla nuestra Directiva. Hemos sido flexibles en este aspecto para tener en cuenta, en la medida de lo posible, estas preocupaciones.
Quizá, como ha señalado la señora McCarthy, podemos tener el mejor sistema normativo del mundo o al menos podemos creer que tenemos el mejor sistema normativo del mundo, pero dicho sistema nunca evitará que se produzca un escándalo o un fraude si varias personas se ponen de acuerdo para intentar llevar a cabo una actividad fraudulenta, independientemente de que exista o no un sistema normativo, y tenemos que recordar, que en los Estados Unidos tienen un sistema normativo desde hace tiempo y que este impidió ninguno de los escándalos del otro lado del Atlántico ni ningún sistema normativo basado absolutamente en principios podrá hacerlo. Ningún procedimiento de control de cuentas del mundo y ningún mecanismo de control interno pueden garantizar al 100 % que nunca se producirá un caso de fraude o delito financiero. Sin embargo, debería permitir, en el plazo más breve posible, saber lo que está ocurriendo. Para las empresas y para todo el mundo es de suma importancia tener confianza en la profesión de la auditoría, confianza en la independencia de los auditores, en la clase de normas que deben cumplir y en la ética de la profesión.
Me temo que tengo que aceptar, en mi calidad de antiguo miembro de esa profesión, que los escándalos de los últimos años han hecho que el público pierda la confianza en la profesión contable y de auditoría. Me parece que no hace falta decir que corresponde a la profesión recuperar esa confianza y que los diversos cambios introducidos, tanto dentro de la profesión, como ahora por parte de las instituciones europeas, al igual que probablemente hagan los Estados miembros, permitan a la gente volver a creer en las normas de la profesión de la auditoría.
Una vez más, como ya he dicho, se ha planteado la cuestión de la comitología, al igual que lo hizo en el debate precedente, y repito que la Comisión puede aceptar propuesta de suspender las competencias de ejecución tras dos años, excepto en el caso del artículo 26, para esta Directiva.
Quiero dar las gracias a sus Señorías por sus detalladas contribuciones.
El Presidente. El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar el miércoles a las 12.00 horas.