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Acta literal de los debates
Martes 27 de septiembre de 2005 - Estrasburgo Edición DO

18. Desarrollo regional
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate conjunto de los siguientes informes:

(A6-0251/2005) del señor Guellec, en nombre de la Comisión de Desarrollo Regional, sobre el papel de la cohesión territorial en el desarrollo regional [2004/2256(INI)];

(A6-0246/2005) del señor Marques, en nombre de la Comisión de Desarrollo Regional, sobre una asociación más estrecha con las regiones ultraperiféricas [2004/2253(INI)].

 
  
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  Ambroise Guellec (PPE-DE), ponente. – (FR) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, quisiera presentarles en unos minutos mi informe sobre el papel de la cohesión territorial en el desarrollo regional.

Hay que recordar que, desde hace varios años, gran número de regiones europeas vienen reclamando repetida e insistentemente que se tenga en cuenta este concepto en las políticas de la Unión Europea. La reciente adhesión de diez nuevos Estados miembros, que se ha traducido en un agravamiento de las disparidades regionales y en la aparición de nuevas desigualdades territoriales, ha intensificado singularmente la expresión de esta necesidad capital. Los redactores del proyecto de Constitución para Europa así lo comprendieron, pues el artículo 3 del proyecto de Tratado menciona la coherencia económica, social y territorial entre los objetivos esenciales de la Unión.

La problemática suerte del Tratado parece inducir a algunos responsables de la política regional, en particular de la Comisión Europea, a mostrar la máxima prudencia ante la mera mención de la necesaria cohesión territorial. Esta actitud nos parece infundada y espero, señora Comisaria, que comparta nuestro punto de vista. En efecto, la enorme diversidad geográfica, humana y cultural del territorio de la Unión, en un espacio a fin de cuentas relativamente restringido, representa una riqueza única en el planeta, pero lleva en germen, si no se tiene cuidado, un grave riesgo de distorsiones insoportables para los que se consideren sus víctimas. Por desgracia, así se demostró, más allá de todos nuestros temores, en los referendos de Francia y de los Países Bajos sobre el proyecto de Constitución Europea.

Es probable que consultas populares organizadas sobre las mismas bases condujeran a los mismos resultados en muchos otros Estados miembros. Por ello, he querido que mi informe contribuyera a dar respuestas a los interrogantes que se plantean. ¿Cómo reconciliar a los ciudadanos con el proyecto europeo? ¿Cuál es el futuro de Europa? De nuestra Europa.

Una de las respuestas la aporta la política de cohesión, esa política de solidaridad que es el modelo original de la UE y la distingue de una mera zona de libre cambio. Aparte de que debe disponer de los medios necesarios, lo que requiere que sea debidamente tenida en cuenta en las perspectivas financieras 2007-2013, es importante que integre la dimensión territorial en todos sus aspectos. Así, la cohesión territorial constituirá una base explícita, comprensible para todos los europeos, de un enfoque coherente del territorio de la UE. Más concretamente, de la realización de la cohesión territorial. Mencionaré algunos principios y medidas concretas.

Los principios son los siguientes: el principio de equidad entre los ciudadanos de todo el territorio, lo que supone en particular una accesibilidad adecuada a los servicios de interés general y los servicios de interés económico general; la integración de la dimensión territorial en las estrategias de Lisboa y de Gotemburgo; el desarrollo policéntrico del territorio europeo; el papel que deben desempeñar las ciudades pequeñas y medianas y la conexión con el mundo rural; el refuerzo de todas las dimensiones de la cooperación territorial; una descentralización basada en las regiones, que conocen mejor las necesidades y potenciales de sus territorios; la gobernanza multinivel, así como la participación de socios no públicos.

Una de las propuestas concretas que hacemos a la Comisión consiste en la creación de tres instrumentos. Primero, proponemos un mecanismo de fertilización cruzada de las políticas sectoriales que tienen una repercusión importante en el desarrollo de los territorios y la política de desarrollo regional. Después, nuevos indicadores territoriales, además del producto interior bruto, para medir el desarrollo de las regiones y evaluar objetivamente los obstáculos al mismo. Por último, un sistema de evaluación de la repercusión de las distintas políticas comunitarias en la cohesión territorial.

Otra propuesta se refiere a la elaboración de un libro blanco sobre el objetivo de la cohesión territorial y, en particular, sobre el modo de integrarlo en los planes estratégicos nacionales de los Estados miembros, que por lo demás están elaborando actualmente. Espero, por mi parte, que la votación de mañana refleje un amplio apoyo de la Cámara a una política de cohesión territorial ambiciosa.

 
  
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  Sérgio Marques (PPE-DE), ponente. – (PT) Señor Presidente, Señorías, señora Comisaria, hoy culminamos una etapa más en el proceso de dotación de estatuto propio a las regiones ultraperiféricas, de conformidad con el apartado 2 del artículo 299 de los Tratados. Ese estatuto propio se basa en la realidad muy específica de esas regiones, que se caracterizan por factores como lejanía, insularidad, topografía accidentada, tamaño reducido, geografía montañosa y dependencia económica de un único producto o actividad, así como la permanencia y combinación de estos factores. Estos son los rasgos característicos de lo que se denominan regiones ultraperiféricas y son únicos dentro de la UE.

La verdad es que constituiría una violación grave del principio de proporcionalidad e igualdad si se diese a estas regiones el mismo trato que a las demás regiones de Europa. El modelo de integración en estas regiones ultraperiféricas debe tener en cuenta sus características específicas y, por tanto, debe ser objeto de adaptación, ajuste y, en algunos casos, derogación. Debemos tratar de forma diferente aquellos que es diferente, porque las evidentes diferencias de las regiones ultraperiféricas afectan de manera muy negativa a su desarrollo socioeconómico y tienen como consecuencia una desventaja competitiva inaceptable y la imposibilidad de obtener beneficios derivados del mercado interior, la reciente ampliación, la Estrategia de Lisboa y la globalización.

En realidad, las regiones ultraperiféricas tienen pocas posibilidades de competir en igualdad de condiciones cuando las actividades económicas desarrolladas soportan la carga de unos costes adicionales muy significativos que se derivan, entre otras cosas, del transporte, de la ausencia de economías de escala y economías externas, de unos mercados pequeños y fragmentados y de la escasez de mano de obra cualificada. Por todo ello, es fundamental que busquemos medidas para profundizar en el tratamiento especial que la UE otorga a las regiones ultraperiféricas por sus características especiales. Este es el propósito principal de la comunicación de la Comisión titulada «Una asociación más estrecha con las regiones ultraperiféricas», sobre la cual tuve el grato y estimulante honor de redactar el informe que hoy nos ocupa.

La Comisión propone una estrategia global centrada en tres prioridades: competitividad, accesibilidad e integración regional. Propone, como instrumentos de esta estrategia, una nueva política de cohesión y una mayor contribución de las restantes políticas comunitarias. Propone también la creación de instrumentos innovadores, como el programa específico para compensar los costes adicionales, así como un programa de vecindad más amplio para favorecer la integración de las regiones ultraperiféricas en su espacio geográfico próximo, lo cual combina acciones de cooperación transnacional y transfronteriza con acciones de política aduanera y comercial. Esta es la espina dorsal de la propuesta de la Comisión para compensar y atenuar las principales desventajas que sufren las regiones ultraperiféricas. La gran prioridad es enfrentarse a las desventajas más graves, es decir, el aislamiento de estas regiones, promoviendo el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación, facilitando el acceso, en términos de transporte, al continente europeo, pero también promoviendo la integración de las regiones ultraperiféricas en el espacio vecino al que siemper han dado la espalda.

La segunda gran idea es promover la competitividad de las regiones ultraperiféricas, algo que se logrará no solo reduciendo los significativos costes adicionales que la condición ultraperiférica implica, sino también mediante una acción decisiva sobre factores dinámicos como la competitividad, la educación, la formación, la innovación, la investigación, la sociedad de la información y el espíritu emprendedor. En este último aspecto, la propuesta de la Comisión es claramente insuficiente, constituyendo esto su principal punto flaco.

El problema es que la política comunitaria, que podría tener un efecto importante en la competitividad de las regiones ultraperiféricas, dista mucho de ser lo que se necesita, como es el caso de las políticas destinadas a promover el capital humano, el desarrollo y la investigación tecnológicos, el medioambiente, los servicios de interés económico general y las telecomunicaciones. Por otro lado, la Comisión no prevé ningún plan especial para las regiones que dejen el Objetivo 1 por haber sobrepasado el 75 % de la media comunitaria en términos del PIB per cápita. Obviamente, se requiere un régimen especial de exclusión del Objetivo 1 e inclusión en el Objetivo 2, plenamente justificado en virtud del apartado 2 del artículo 299 de los Tratados.

La propuesta de la Comisión supone, no obstante, un paso importante en la dirección correcta, porque viene en el momento oportuno a establecer correctamente una estrategia y unas prioridades y porque propone políticas innovadoras. Aunque acogemos con agrado la iniciativa de la Comisión, le pedimos que sea más ambiciosa e incorpore las sugerencias y comentarios que se hacen en mi informe. No puedo concluir sin una palabra de agradecimiento a las personas que con sus contribuciones han mejorado este informe.

 
  
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  Danuta Hübner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quiero comenzar haciendo algunos comentarios en torno al excelente informe del señor Guellec sobre el papel de la cohesión territorial en el desarrollo regional. Agradezco mucho su apoyo en la promoción del concepto de cohesión territorial en nuestra política regional. Me gustaría que su entusiasmo fuera compartido por todos nuestros Estados miembros, pero, como saben, la versión actual de la propuesta de reglamento sobre los Fondos Estructurales ha debilitado la propuesta de la Comisión en materia de cohesión territorial. Esto es cierto, por ejemplo, en las cuestiones urbanas. Las propuestas que la Comisión consideraba preceptivas han pasado a ser simplemente opcionales por obra del Consejo. Otro ejemplo lo constituye el notable recorte de recursos financieros aplicado al nuevo objetivo de cooperación territorial europea en las perspectivas financieras, de acuerdo con la última propuesta de compromiso de la Presidencia luxemburguesa. En esta propuesta solo se contempla la mitad del importe previsto por la Comisión. Por eso quisiera animarles a volver a plantear nuestras ideas iniciales en las negociaciones.

Para mí, la labor en torno a la cohesión territorial debe impulsarse en dos frentes. Primero, haciendo mayor hincapié en la cohesión territorial en la próxima generación de programas de cohesión. Hay que decir que en el proyecto de directrices estratégicas de la Comunidad –que fue adoptado por la Comisión a finales de junio– pedimos a los Estados miembros y a las regiones que prestaran especial atención a un desarrollo territorial equilibrado a la hora de elaborar sus futuros programas regionales. En este contexto, los futuros marcos estratégicos nacionales brindan una oportunidad crucial para promover modelos de desarrollo respetuosos con el equilibrio territorial. Además, los reglamentos propuestos prevén disposiciones sobre el carácter específico de determinados territorios y se centran en determinadas prioridades temáticas que contribuyen al desarrollo territorial a través de la mejora de su accesibilidad o el fomento del desarrollo de polos de investigación e innovación.

Segundo, creo que podemos adelantar nuestro trabajo sobre la cohesión social a través de la promoción del intercambio de experiencias, mejores prácticas, referencias comparativas y análisis. Como saben, ORATE –el programa de investigación– nos ayuda a mejorar la comprensión de las tendencias territoriales y el efecto de las políticas sectoriales en la Unión ampliada. Además, a este mismo fin contribuyen otras redes, como Interact o Urbact. Estoy segura de que estas iniciativas tendrán continuidad en el futuro.

Con respecto a los informes periódicos sobre la cohesión económica y social elaborados por la Comisión, propongo dedicar una parte del cuarto informe sobre la cohesión –cuya publicación está prevista para 2007– a la cuestión de la cohesión territorial. Quiero informarles asimismo de que mis servicios están elaborando actualmente un documento de trabajo sobre la contribución de las ciudades al crecimiento y los puestos de trabajo en las regiones. Este documento vendrá a completar las directrices estratégicas de la Comunidad y se presentará en la reunión ministerial informal sobre comunidades sostenibles, que se celebrará en Bristol en diciembre de este año.

Por último, estoy igualmente segura de que podemos impulsar nuestra labor en torno a la cohesión territorial mejorando la coordinación de las políticas comunitarias y nacionales. Así pues, de nuevo agradezco que insistan ustedes en el papel de la cohesión territorial dentro de nuestra política regional y estoy dispuesta a impulsar la cuestión de la cohesión territorial tanto en el contexto de los nuevos programas como en nuestro intercambio de mejores prácticas.

Paso a comentar ahora el informe del señor Marques, que también es excelente. Trata de una asociación más estrecha con las regiones ultraperiféricas, con una serie de recomendaciones diversas que demuestran claramente el firme compromiso y la dedicación del Parlamento Europeo respecto de este importante asunto.

Me complace enormemente que la Comisión haya logrado sentar las bases para una estrecha asociación con las regiones ultraperiféricas, tanto en el plano político como en el técnico. Creo firmemente que el último encuentro que celebramos en Reunión constituye una prueba patente de esta asociación.

Como ha dicho, efectivamente habíamos propuesto un número significativo de medidas para promover el desarrollo económico de las regiones ultraperiféricas en consonancia con nuestro comunicado del año pasado. Nuestras propuestas abarcan muchos ámbitos, como la política de cohesión, la agricultura, la pesca y la investigación. Esas propuestas son ahora objeto de negociación en el Consejo y el Parlamento. Espero de verdad que podamos llegar pronto a un acuerdo.

Todavía se hallan en fase de erlaboración algunas propuestas importantes; en concreto, las normas sobre ayuda regional, que la Comisión adoptará a finales de 2005. Comparto su opinión de que queda mucho por hacer. Su propuesta de resolución constituye un hito importante, que tendremos en cuenta en nuestro quehacer diario. En nuestro próximo informe sobre regiones ultraperiféricas, posiblemente en 2007 o 2008, preveo hacer una evaluación del progreso realizado. Resulta igualmente indispensable contar con un planteamiento coherente en todas las políticas comunitarias que tenga en cuenta la situación específica de las regiones ultraperiféricas y que deberá complementarse con políticas nacionales apropiadas. En mi calidad de Comisaria encargada de la coordinación de las cuestiones relacionadas con esas regiones, me he comprometido a garantizar que todas las medidas adoptadas por la Comisión se adapten a la situación específica de dichas regiones. Su propuesta de resolución señala una serie de aspectos a los que me referiré en mis comentarios finales.

Con respecto a las perspectivas financieras y la política de cohesión y las regiones ultraperiféricas, acogemos con gran satisfacción el propósito declarado por la Presidencia del Reino Unido de consensuar el paquete de reglamentos a la mayor brevedad posible, de manera que pueda estar concluido muy rápidamente una vez conocido el resultado de las negociaciones sobre la futura financiación. Rindo homenaje al Parlamento, que ha reconocido rápidamente la urgencia de la situación y ha aprobado los reglamentos en primera lectura por una amplia mayoría y con enmiendas muy constructivas. Es especialmente importante para las regiones ultraperiféricas llegar a un acuerdo urgente sobre el presupuesto. Tal acuerdo debe incluir, a nuestro juicio, el programa especial que la Comisión ha propuesto para las regiones ultraperiféricas en compensación por los costes adicionales que han de soportar estas regiones.

Repito que haremos todo cuanto podamos para recabar el apoyo de los Estados miembros a dichas ideas.

 
  
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  Luis Manuel Capoulas Santos (PSE) , ponente de opinión de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural. (PT) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, voy a hacer referencia al segundo informe. Como todos sabemos, para que cualquier política pueda aplicarse con éxito, se necesita una buena estrategia. Pero una buena estrategia, por sí sola, de poco vale si no existen los instrumentos políticos necesarios para su aplicación.

La Comisión merece un aplauso por el documento de estrategia que nos ha presentado. Lo que ese documento revela es que las sucesivas manifestaciones de preocupación y los llamamientos de varias instancias comunitarias a favor de reforzar la asociación con las regiones ultraperiféricas han sido debidamente atendidos y tenidos en cuenta. En lo que respecta a la agricultura, he sido el ponente de opinión de la Comisión de Agricultura y me grato constatar la posición unánime de sus miembros en su apreciación de cuestiones generales del documento, cuestiones sectoriales y las recomendaciones y sugerencias específicas que formulé para mejorar y llenar lagunas, sobre todo en lo que respecta a la producción de plátano, azúcar, leche, fruta y verdura.

Acojo con agrado el hecho de que el ponente respondiera positivamente a todas las cuestiones cruciales presentadas por la comisión y le felicito por su excelente trabajo. Comparto también su preocupación por las incertidumbres relativas a los instrumentos de política necesarios para dar expresión concreta a la estrategia que se preconiza, tales como los instrumentos diseñados para salir del actual punto muerto en el que se encuentran las perspectivas financieras para el próximo período de programación.

Sin ellas, este debate será poco más que una mera declaración de buenas intenciones. Quiero creer que la Comisión y el Consejo serán coherentes con las posturas que ya han asumido y espero que sepan estar a la altura de sus responsabilidades y de las expectativas creadas. De ser así, beneficiará a la cohesión social, económica y territorial de algunas regiones de la UE que sufren las mayores desventajas; de lo contrario, no se cumplirán los objetivos de nuestra Unión.

 
  
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  Duarte Freitas (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Pesca. (PT) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, antes de nada quiero felicitar al señor Marques por su magnífico informe y por incorporar las propuestas presentadas por la Comisión de Pesca.

Como ponente de opinión de dicha comisión, me corresponde hacer algunos comentarios que interesan al sector pesquero en dichas regiones. Aunque estoy de acuerdo en lo esencial con el contenido de la comunicación de la Comisión relativa a este sector, creo que tendría que haber ido un poco más lejos. Por eso mismo propuse una serie de puntos que considero esenciales en la opinión de la Comisión de Pesca. Para mí no cabe duda de que el programa POSEI de pesca se debe actualizar, como se ha hecho con el programa POSEI de agricultura del que fui ponente, en virtud de las características específicas del sector y las regiones y de su realidad siempre cambiante.

Deseo recordar la enorme fragilidad por todos conocida de las zonas de pesca allí, así como la importancia social y económica de la pesca en algunas de estas regiones. De hecho, a pesar de existir mucha agua, se sabe que no existen muchos peces en las aguas de las regiones ultraperiféricas. A ello se añade el hecho de no existir una plataforma continental, razón por la cual la pesca se practica fundamentalmente en los llamados «montes submarinos».

Sobre esta base, opino que la Comisión debe aplicar siempre el principio de cautela cuando sea apropiado, sin reservas ni demoras. Nos acordamos, por ejemplo, de la reciente propuesta de prohibir el arrastre de fondo en las Islas Azores, Madeira y Canarias, una posición que defendimos en el Parlamento Europeo. Sin embargo, la Comisión debe garantizar a las flotas de pesca de las regiones ultraperiféricas una discriminación positiva en lo que respecta al acceso a los recursos marítimos en esas zonas y salvaguardar la sostenibilidad de la pesca artesanal. Considero también que la Comisión debe poner límites a la utilización de determinadas artes de pesca que pueden dañar a los ecosistemas.

En lo que respecta al aspecto financiero, le recuerdo a la Comisión la fragilidad de las regiones ultraperiféricas. Por eso es importante que la Comisión tenga en cuenta que es preciso mantener en el Fondo Europeo de Pesca el nivel de ayudas actualmente concedidas en virtud del Instrumento Financiero de Orientación de la Pesca, mantener también el nivel de ayudas a la industria transformadora y mantener las derogaciones que han permitido que estas regiones modernicen su flota. Debería tratar también de aumentar los niveles de compensación de los costes adicionales que se incurren en la comercialización de determinados productos de pesca.

 
  
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  Ewa Hedkvist Petersen, en nombre del Grupo del PSE. (SV) Señor Presidente, deseo comentar el informe del señor Guellec sobre la cohesión territorial, comenzando por agradecerle la cooperación tan constructiva que hemos encontrado durante la redacción del informe.

La gran diferencia entre el presente y el pasado de hace 15 o 25 años es que las regiones participan muy activamente en su propio desarrollo. Ya no esperan a que otros les permitan desarrollar sus economías y sociedades y mejorar sus condiciones de vida. Desean hacer cosas por sí mismas. Por esa razón, no es tan extraño que la cohesión territorial se haya convertido en un concepto importante. Reúne ese sentimiento y el deseo que existe en toda Europa, incluso en los suburbios de las ciudades, de que todos seamos necesarios en el continente de Europa, que todos seamos importantes y que todas las regiones tengan algo que aportar. Esto debe ser evidente para todos nosotros en la UE. Por eso es tan importante el concepto de cohesión territorial, en virtud del cual mantenemos unido nuestro continente y todos los ciudadanos sienten que participan en él. Debemos aprovechar al máximo la enorme cantidad de conocimientos que existen en toda Europa para desarrollar nuestro continente. No hacerlo sería un error.

Europa en su conjunto goza de una riqueza increíble, que a menudo se encuentra en las regiones o en los suburbios. Contamos con muchos recursos naturales, que si se utilizan con un buen fin son útiles no solo para las regiones, sino también para el conjunto de Europa. Nos preocupa también la energía, que es nuestra fuente de ingresos en la exportación. Disponemos además de abundantes recursos naturales que podemos utilizar con fines turísticos y recreativos. Muchas personas trabajan en esos sectores, que son los que podemos desarrollar por el bien de todo nuestro continente. En Europa tenemos también diversidad. Tenemos minorías e inmigrantes de todo el mundo, de cuya energía y conocimientos debemos sacar el máximo provecho.

Por tanto, deseo hacer hincapié en una serie de aspectos del informe que me parecen importantes. Primero, las estrategias de Lisboa y Gotemburgo deben abarcar a todos. Debemos garantizar que se amplíen para incluir a todas las regiones. De lo contrario, no podremos desarrollar la totalidad de Europa. Segundo, no podemos aceptar zonas de política sectorial, que tienen el efecto opuesto al de fortalecer simplemente el centro. Tercero, deseo destacar la importancia que tiene que se evalúen las distintas zonas de política en Europa, de forma que consigamos una auténtica cohesión territorial. Tomemos por ejemplo el sector del transporte. Debemos asegurar la existencia de unas redes de transporte que permitan el desarrollo de la totalidad de Europa.

Creo que este es un informe constructivo y verdaderamente espero que la Comisión escuche lo que el Parlamento Europeo tenga que decir.

 
  
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  Konstantinos Hatzidakis, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EL) Señor Presidente, simplemente hemos intercambiado el turno porque el señor Galeote llegará más tarde.

Deseo comenzar manifestando que tenemos ante nosotros dos informes excelentes, uno redactado por el señor Guellec y otro por el señor Marques, a los que felicito.

En lo que respecta al informe del señor Marques, diré muy brevemente –porque no provengo de ninguna de esas regiones y mis distinguidos amigos que sí provienen de una de ellas saben más de este asunto que yo– que la Unión necesita dar prioridad a las cuestiones de las regiones ultraperiféricas, cumpliendo los compromisos que todos contrajimos en el marco del Tratado de la Unión Europea; estoy seguro de que, en la medida de lo posible, la Comisión procederá en esa dirección.

Comentaré en líneas generales el informe del señor Guellec; la señora Comisaria tenía razón, el proyecto de reglamento sobre los Fondos Estructurales contiene muchas ideas relacionadas con la cuestión de la cohesión territorial, una cuestión que se trata en el informe del señor Guellec. Por su parte, el Parlamento Europeo hará todo lo que pueda en sus negociaciones con el Consejo para garantizar que este principio de cohesión territorial se promueva a través de los reglamentos relativos a los Fondos Estructurales.

Pero no debemos olvidar que este principio se introdujo por primera vez en un texto del Tratado de la Unión Europea con ocasión de la aprobación del proyecto de Constitución. Fue una idea fomentada conjuntamente por su predecesor, el señor Barnier, y la Comisión de Política Regional del Parlamento Europeo por aquel entonces. El compromiso fue, sin lugar a dudas, todo un éxito, aunque, como todos saben, no hemos conseguido todavía que se ratifique la Constitución.

Quiero decir que la ratificación de la Constitución, en relación con el principio de la cohesión territorial, pondrá a nuestra disposición muchos más instrumentos que ahora para profundizar en la política regional y contemplar la cohesión territorial dentro del marco de la política de competencia, dentro del marco de la política de transporte de la Unión Europea, etc.

En consecuencia, señora Comisaria, deseo insistir en lo comentado ayer en esta Cámara. La Comisión Europea por una parte, y nosotros por otra, debemos aprovechar este período de concentración en la Constitución Europea para educar a los ciudadanos de la Unión y garantizar que esta Constitución, que contiene disposiciones favorables para los propios ciudadanos, se apruebe lo antes posible, de modo que dispongamos de instrumentos legislativos más sólidos.

Obviamente, siempre y cuando este período de concentración no se convierta en un período de hipnosis. Esa es la increíble apuesta que tenemos ante nosotros. Opino que el Parlamento y la Comisión deben hacer todo lo posible para no malgastar un tiempo valioso y para asegurar que la Unión Europea se dote del Tratado Constitucional al que tiene derecho y que se merece.

(Aplausos)

 
  
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  Jean Marie Beaupuy, en nombre del Grupo ALDE. – (FR) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, en mi nombre personal y en el de mis colegas del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, quiero expresar al señor Guellec y al señor Marques el gran placer que ha sido para nosotros trabajar sobre su informe, que, por supuesto, en lo esencial es aceptable para nosotros.

Por mi parte quisiera centrarme en especial por uno de los puntos abordados en el informe del señor Guellec, que no deja de tener efectos sobre el informe del señor Marques, ya que el señor Guellec se ha ocupado del papel de los centros urbanos y sus alrededores.

Desde hace algunos años venimos hablando con fruición –yo mismo represento a una ciudad, Reims, en Champagne– del concepto de las cuencas. Las cuencas son los territorios que engloban una ciudad, ya sea pequeña, mediana o grande, y todos los territorios rurales que la rodean en 5, 10, 15, 20 kilómetros, o incluso, en el caso de la capital francesa, París, hasta 200 kilómetros a la redonda, donde se encuentran cierto número de personas que cada día se desplazan de su lugar de trabajo a su lugar de residencia. Era pues indispensable, para alcanzar los objetivos de Lisboa y Gotemburgo, que la Unión Europea inscribiera lo esencial de sus intervenciones en el marco de un desarrollo territorial armonioso, coherente.

Estas cuencas, en particular, deben desempeñar plenamente su papel, lo que no sucede actualmente. Hablaba de desplazamientos; es el todo evidente que, en todas esas cuencas, se plantean problemas de vivienda. Las viviendas son más caras en el centro de la ciudad y más baratas en la periferia; algunas personas optan por vivir en la periferia porque tienen más tranquilidad o porque la vivienda es más barata. Todo ello provoca problemas de desplazamientos todos los días. Vemos pueblos despoblados a pocos kilómetros de nuestras ciudades, cuando en algunos de nuestros barrios se producen concentraciones humanas espeluznantes. Constatamos problemas de seguridad, y un largo etcétera.

Por tanto, es natural que, para alcanzar los objetivos de Lisboa y de Gotemburgo, tengamos que garantizar una auténtica coherencia en estas cuencas, entre el centro de la ciudad, la periferia inmediata, la periferia cercana y la periferia lejana. ¿Podemos superar estas dificultades sin demasiado trabajo? La respuesta es evidentemente negativa, dada la multiplicidad de agentes implicados. Están los organismos de vivienda, los responsables de la toma de decisiones en el sector del empleo y, por supuesto, los responsables políticos, que operan a escala local, regional y nacional. Ahora bien, sabemos cuán difícil es armonizar las posiciones de las distintas organizaciones políticas.

A este respecto, creo, señor Presidente, Señorías, señora Comisaria, que la Unión Europea tiene un papel capital que desempeñar actualmente, que es hacer de aguijón para garantizar, en los años que vienen, una verdadera cohesión de todos esos territorios, un desarrollo armonioso dentro de estas cuencas.

Por último, señor Marques, quiero expresar el gran respeto que me inspira su informe y todo el respaldo que le aportamos. Deseo que, en todas las zonas ultraperiféricas, ya sea de pequeñas ciudades o de grandes ciudades, pero también en todas las demás zonas que fuere, los 1 100 millones de euros que evidentemente esperamos que se liberen nos permitan garantizar el desarrollo armónico en el que todos tenemos tanto interés.

 
  
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  Gisela Kallenbach, en nombre del Grupo Verts/ALE. (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, aunque me propongo centrar mis observaciones principalmente en el informe del señor Guellec, quiero decir al señor Marques que considero que la «cohesión territorial» se aplica también a las regiones ultraperiféricas. Estoy muy agradecida al señor Guellec por este excelente informe, y creo que al ser un informe de propia iniciativa puede ser un buen medio para que en esta comisión del Parlamento Europeo podamos desarrollar nuestro propio enfoque.

Un buen trabajo de equipo ha hecho posible este informe bien equilibrado y con visión de futuro. Si todos coincidimos en que queremos –y permítame decir, señora Comisaria, que espero que tenga usted éxito en sus esfuerzos por lograr que los Estados miembros se unan a nosotros– comunicar Europa a las personas allí donde estén y en sus vidas cotidianas, entonces, la cohesión territorial, junto con la social y la económica son de enorme importancia. Nos ayudarán a asegurar la aceptación del principio de que todos los ciudadanos de la UE deben ser valorados de la misma manera y tratados equitativamente al margen de la región donde vivan; asimismo servirá para incorporarlo en todos nuestros documentos, por ejemplo los que estén relacionados con los Fondos Estructurales y de Cohesión, pero también en la aplicación de las estrategias de Lisboa y Gotemburgo.

Hacemos bien en convertir la asociación en un principio primario, no solo una asociación entre ciudades, el interior del país y las zonas rurales, sino también una asociación entre todos los niveles políticos. Tal como lo veo yo, el desarrollo coherente y armonioso de todos los países de la UE, de las regiones y las ciudades depende en gran medida de ello, y quiero expresar mi fuerte apoyo a la idea de que el grado de desarrollo de una región debería valorarse haciendo referencia a algo más que su PIB; es preciso incluir otros indicadores territoriales –como por ejemplo las facilidades educativas, científicas, culturales y deportivas, o la incidencia de desempleo o el estado de la infraestructura–, puesto que considerar la región como un todo ofrece una imagen mucho más clara. Se trata de un paso significativo hacia una valoración más justa, y finalmente permitirá a las personas que viven allí tener una mejor comprensión de Europa y de los reglamentos que aprobamos, y tengo la impresión de que sigue siendo sumamente necesaria una comunicación mucho mejor entre nosotros y los ciudadanos de Europa.

 
  
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  Pedro Guerreiro, en nombre del Grupo GUE/NGL. (PT) El apartado 2 del artículo 299 del Tratado dice que, teniendo en cuenta la situación estructural, social y económica de las Azores, Madeira, y las islas Canarias y los departamentos franceses de ultramar, deberían adoptarse medidas específicas para apoyar a estas regiones.

Estas regiones se caracterizan por unas desventajas estructurales permanentes que las separan de las demás regiones de los Estados miembros de la UE. Estas desventajas estructurales se ven agravadas por su lejanía, su insularidad, su pequeño tamaño, su difícil topografía y clima y por su dependencia de algunos productos, unos factores cuya permanencia y combinación limitan gravemente su desarrollo. Ello se contempla en los tratados y, por este motivo, las características específicas de las regiones ultraperiféricas han de integrarse en todas las políticas de la Comunidad, teniendo en cuenta sus necesidades de desarrollo y la necesidad de una aplicación eficaz de la cohesión económica y social, un principio que también se contempla en los Tratados. Además, es preciso establecer un programa comunitario específico para apoyar a estas regiones, que recoja todas las medidas dispersas, que conceda unos recursos financieros adecuados dentro del marco de las perspectivas financieras para 2007-2013. Ello contribuirá de forma significativa a resolver los problemas de las regiones.

Muchas de las características y necesidades de estas regiones y sus poblaciones pueden y deben ser abordadas. Entre ellas quiero recalcar la necesidad de garantizar la sostenibilidad de las poblaciones de peces y las actividades de las comunidades pesqueras en estas regiones. Para ello, es esencial que el control exclusivo de acceso a sus aguas, de conformidad con la jurisdicción nacional relevante, coincida con su zona económica exclusiva.

Hemos de considerar la posibilidad de aplicar una serie de medidas de apoyo permanentes en el ámbito del medio ambiente, dado que la mayor parte del territorio de estas regiones se compone de reservas naturales y zonas protegidas. Por ultimo, deberíamos apoyar medidas en el ámbito de la formación en artesanía tradicional, producción local y turismo.

 
  
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  Graham Booth, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Señor Presidente, el Viceprimer Ministro británico ha estado aquí esta semana, así que resulta oportuno un informe centrado en dos de sus temas favoritos: regionalismo y jerigonza burocrática. Mis electores de habla llana no tienen tiempo para el regionalismo y dudo que se interesen por los procedimientos de evaluación del impacto territorial estratégico.

El señor Guellec verdaderamente no se hace eco de mensajes sencillos expresados por votantes normales. Sus paisanos franceses rechazaron la Constitución de la UE, y sin embargo esta constituye un ingrediente esencial de su informe. No me sorprende, ya que el sitio web del ponente cuenta con toda una sección dedicada a la Constitución, incluida una tabla de fechas clave. La fecha clave más reciente para el señor Guellec es el 29 de octubre de 2004, día en que el Tratado Constitucional fue ratificado en Roma. El día del referendo francés, el 29 de mayo de 2005, no es ni siquiera un detalle menor para él. Ha afirmado que la cohesión territorial constituye un objetivo esencial de la UE en la Constitución. Lamentablemente para él, la Constitución no es un objetivo esencial para los votantes franceses y neerlandeses.

¿Qué es la cohesión territorial? El ponente solo acierta a decirnos que el primer intento formal de definirla proviene de la Comisión. ¿Quién ha oído jamás semejante disparate: proponer un proyecto e intentar después una definición? ¡Qué típico es de esta enloquecida Unión Europea!

El ponente afirma que las regiones son el nivel más apropiado para determinar las necesidades. Debería visitar la llamada región que yo represento. La autoridad regional en Exeter no tiene forma humana de saber qué es mejor para Gloucester, Swindon o Penzance, a muchas millas de distancia. La gente normal en dichas zonas no piensa así. Tal vez al señor Guellec no le inquiete saber lo que piensa esa gente normal, siempre que pueda proclamar que su querida Constitución Europea refuerza el papel de las regiones. El único problema que se le plantea es que la gente normal de su propio país no está de acuerdo con su planteamiento. Sin duda consigue la cohesión en un aspecto, toda vez que las gentes normales de todas las partes del continente se sentirán confundidas por su informe y él habrá perdido totalmente el contacto con todas ellas.

 
  
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  Mieczysław Edmund Janowski, en nombre del Grupo UEN. (PL) Señor Presidente, la aplicación de la política de cohesión se deriva directamente de las disposiciones del Tratado constitutivo de las Comunidades Europeas. En él se dice que como Comunidad lucharemos por reducir las disparidades entre el nivel de desarrollo de las distintas regiones individuales y el grado de subdesarrollo de las zonas menos privilegiadas. Esto también es válido para las zonas rurales y remotas. Por ello está plenamente justificado que abordemos esta cuestión tan importante y me gustaría dar las gracias al ponente por su trabajo.

La política de cohesión implica más que la aplicación de las disposiciones de un tratado. Tiene que ver con el pensamiento a largo plazo y la acción estratégica. Asimismo es una expresión de solidaridad dentro de la Unión. Claramente, al considerar la cohesión territorial no deberíamos adoptar un enfoque simplista, en el sentido de que todo el mundo está autorizado a hacer cualquier cosa en igual medida. Todos somos conscientes de que deberíamos aspirar a lograr la igualdad entre ciudadanos, lo cual es cosa bien diferente.

Las diferencias existentes entre los Estados miembros y sus regiones significan que la política de cohesión de la Unión ha de adoptar diversos enfoques. La política ha de ser continua por naturaleza y tener unos objetivos acordados y límites apropiados desde el punto de vista de los plazos y las zonas abarcadas. Asimismo quiero hacer hincapié en que ha de tener disponer de recursos financieros adecuados si no se quiere que carezca de sentido. A este respecto, las dificultades experimentadas a la hora de alcanzar un acuerdo sobre las perspectivas financieras 2007-2013 son motivo de preocupación. Los retrasos y la amenaza real de un retraso del presupuesto de la Unión podrían tener graves consecuencias.

Desde mi punto de vista, sería aconsejable retomar una buena fuente de información de naturaleza políticamente neutra. Estoy pensando en el estudio Europa 2000 Plus, al que se ha referido el ponente, aunque por supuesto es preciso actualizarlo.

El Parlamento y el Consejo han de asumir las prioridades establecidas en las directrices estratégicas publicadas por la Comisión en julio. Deberían servir de base para una elaboración realmente cohesiva por parte de los Estados miembros de documentos orientados al futuro, en concreto los Marcos de Referencia Estratégicos Nacionales. En general, creo que las prioridades definidas en el documento de la Comisión son sensatas.

Merece la pena mencionar el aspecto urbano. El señor Beaupuy acaba de referirse a ello, en relación con el papel que desempeñan los centros metropolitanos. Otros factores importantes son el espíritu empresarial y la economía basada en el conocimiento. Asimismo quiero decir que es esencial una verdadera coordinación del trabajo relacionado con diversos documentos de la Unión. No debemos limitarnos a alabar esta idea.

Convendría tener en cuenta seriamente la propuesta relacionada con la relevancia de acelerar el trabajo sobre el Libro Blanco sobre cohesión territorial. Más bien parece como si se hubiese tenido poco en cuenta la actual situación en los nuevos Estados miembros en el trabajo emprendido hasta la fecha.

Según las últimas cifras publicadas sobre el gasto de la Unión en el último año, dos países de los antiguos Quince, en concreto Grecia y Portugal, encabezan la lista de beneficiarios netos en lo que se refiere al PIB. Los nuevos países se encuentran muy por detrás. Quiero añadir que, en lo que respecta a sumas absolutas, España va a la cabeza. No es mi intención criticar a nadie en modo alguno, sino simplemente deshacer el mito de que se están entregando enormes cantidades de dinero a los nuevos Estados miembros.

Señor Presidente, la Unión no puede mirar al futuro con optimismo si no tiene una buena política de cohesión. Quiero recordar a la Cámara que no puede haber cohesión europea sin solidaridad europea.

 
  
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  James Hugh Allister (NI).(EN) Señor Presidente, el informe Guellec no me impresiona por tres razones.

En primer lugar, la UE carece de poder en el campo de la ordenación del territorio, pero pretende trazar el curso de la misma apoyándose en la difunta Constitución. Eso es una equivocación y refleja un desprecio total por los votantes de Europa, en primer lugar los del propio país del señor Guellec, que rechazaron categóricamente la Constitución.

En segundo lugar, se promueve la cohesión territorial en aras del objetivo político de pasar por alto y degradar la entidad del Estado nacional. Pretende la integración territorial. Aquí subyacen cuestiones políticas y constitucionales evidentes, que tal vez lo sean todavía más para mí, dado de donde provengo, que para algunos otros. Yo no quiero que mi parte del Reino Unido, Irlanda del Norte, pase a ser tratada como una parte del conjunto territorial de la isla de Irlanda. Eso constituiría una ofensa y un desafío a la voluntad política declarada de la población de Irlanda del Norte. La UE tiene que actuar dentro de los límites y parámetros de esa realidad.

En tercer lugar, en el contexto de la financiación de la cohesión, hablar de cohesión territorial en mi región resulta un tanto irónico, ya que fuimos excluidos de la subvención de la cohesión desde sus inicios, mientras que nuestra vecina en la República de Irlanda quedó incluida. El camino real hacia la cohesión pasaba por la igualdad de acceso a la financiación, pero eso fue denegado a Irlanda del Norte, mientras que el sur de Irlanda recibió más de 2 000 millones de euros para sus infraestructuras.

Por tanto, resulta tanto más disparatado hablar ahora de modo grandilocuente de garantizar la igualdad de trato entre territorios. La UE tuvo la oportunidad de conceder tal igualdad de financiación a Irlanda del Norte para las infraestructuras necesarias, pero la echó a perder al adoptar como criterio de acceso las estadísticas nacionales en lugar de las necesidades regionales.

 
  
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  Rolf Berend (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, si estoy bien informado, se han añadido los tres minutos del señor Galeote a mi tiempo de intervención, pero dejaré que sean los servicios los que decidan; sea como fuere, no necesitaré los tres minutos, aunque me complacería poder utilizar algunos de ellos.

Por supuesto, en lo referente al excelente informe de propia iniciativa del señor Guellec, tengo una opinión bien distinta a la del señor Allister, que ha hablado antes que yo, pues el señor Guellec tiene razón al recalcar la cohesión territorial como uno de los objetivos estratégicos de la UE de cara a la promoción de un desarrollo armonioso y equilibrado en todo su territorio. En este sentido, también ha señalado acertadamente que la UE se presenta a sí misma como algo más que una simple zona de libre comercio, y con razón.

La ampliación al este ha aportado una dimensión nueva y significativa al reto de la cohesión, pues la UE no se había enfrentado nunca antes a un aumento tan marcado de las disparidades. Es cierto que la nueva UE ampliada se caracteriza ahora por una gran diversidad geográfica y cultural, y esto es lo que la distingue de importantes zonas económicas similares como los Estados Unidos, Japón o Mercosur.

Sin embargo, dado que tal diversidad constituye uno de los grandes factores de crecimiento de la UE, es preciso mantenerla a medida que progresa la integración de la UE.

Esto significa que las políticas que afectan a la estructura territorial y urbana de la UE han de promover su continuidad territorial, sin –permítanme recalcar– estandarizar las identidades locales y regionales, pues desempeñan un papel vital a la hora de enriquecer la calidad de vida de la población en su conjunto.

Si me permiten expresarlo en términos más precisos, el territorio que se crea ahora no va a abolir los espacios nacionales, regionales o locales. Al contrario, el objetivo de la planificación territorial a escala europea es hacer un mejor uso de cada especificidad como fuente de crecimiento. El ponente tiene razón al decir que por ahora la UE no posee competencias para la planificación del territorio, pues no existen disposiciones a este respecto en los tratados, aunque es una cuestión espinosa para los Estados miembros.

Estoy convencido de que la reducción del número de objetivos para el próximo periodo de planificación hará más coherente la nueva política de cohesión regional. La nueva política de cohesión regional, con menos objetivos que alcanzar en el próximo periodo de planificación, debe adquirir un nuevo dinamismo –y lo hará– al enfrentarse a los retos que le esperan, a fin de que también se alcance el objetivo de cohesión territorial y, si es preciso, independientemente de los fondos presupuestarios dedicados a la política regional y de cohesión, que esperamos serán suficientemente substanciosos como para permitirnos realizar las tareas impuestas.

Teniendo presente este objetivo, hemos de centrarnos por un lado en las directrices estratégicas comunitarias para la cohesión, sin dejar de tener en cuenta las especificidades territoriales, y ahora que hablo de este tema, he de decir que soy más bien escéptico en relación con las propuestas del ponente, según las cuales, junto con el PIB, es preciso crear nuevos criterios e indicadores territoriales para evaluar el desarrollo de una región y los obstáculos para este desarrollo.

De anteriores periodos de planificación hemos aprendido que en este punto nos enfrentamos al grave riesgo de que tales criterios adicionales, cuando una u otra parte los pone en práctica, pueden degenerar fácilmente en una lista de deseos que ya no podrá evaluarse objetivamente.

Es cierto que la cohesión económica, social y territorial exige una interconexión no solo entre los niveles regionales, estatales y europeos, sino también entre los diversos ámbitos de política de la Comunidad. Sin embargo, en el futuro, las regiones seguirán siendo el nivel territorial adecuado para la aplicación de la política de cohesión, según los principios de subsidiariedad y descentralización.

Teniendo en cuenta esto, el Parlamento y la Comisión han preferido –con razón– una clara descentralización y concentración de acuerdo con el principio de «un fondo, un programa», y en este sentido soy optimista para el próximo período de planificación.

 
  
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  Emanuel Jardim Fernandes (PSE).(PT) Señora Comisaria, Señorías, quiero empezar felicitando a mi amigo, el señor Marques, por su excelente informe y agradecerle que haya estado dispuesto a integrar aportaciones de otros diputados a esta Cámara. Asimismo quiero felicitar al señor Guellec por la calidad de su informe.

Como ponente alternativo de la Comisión de Desarrollo Regional, presenté diversas enmiendas, la mayoría de las cuales fueron aprobadas, y propuse que mi Grupo político apoyara el informe y la mayoría de las enmiendas presentadas en la votación, tanto en comisión como ahora en el Pleno. A pesar de nuestras diferentes perspectivas y enfoques, hemos apoyado conjuntamente la estrategia propuesta por la Comisión, en primer lugar, para el desarrollo sostenible de las regiones ultraperiféricas de la UE, en cuanto a las prioridades, los instrumentos y sobre todo el establecimiento de un programa específico de compensación de costes adicionales relacionados con las limitaciones permanentes que sufren las regiones ultraperiféricas, como la lejanía, la insularidad, el tamaño reducido, la topografía accidentada y el clima adverso, la dependencia económica de unos pocos productos y actividades y el carácter limitado de los mercados locales, y en segundo lugar, el establecimiento de un plan de acción de gran vecindad.

Aunque somos partidarios de la estrategia, hemos formulado algunas críticas o reservas relacionadas con los siguientes ámbitos: en primer lugar, la ausencia de medidas y recursos financieros para seguir las afirmaciones y propuestas de la Comisión; en segundo lugar, el uso del PIB per cápita como único criterio para que estas regiones puedan acogerse al nuevo objetivo de «Convergencia» de la política de cohesión reformulada; en tercer lugar, el uso de criterios demográficos para el reparto de créditos presupuestarios previsto en el programa específico para compensar los gastos adicionales; y en cuarto lugar, la incertidumbre sobre el plan de acción para la gran vecindad, dado que no está claro cómo encajará este en el futuro objetivo de «cooperación territorial europea» de la política de cohesión reformulada y de la respectiva «Nueva política de vecindad».

Por consiguiente, de acuerdo con el punto de vista expresado por el ponente, quiero proponer que las regiones ultraperiféricas merecen ser tratadas como un caso especial en vista de sus limitaciones específicas, en virtud del apartado 2 del artículo 299, relativo a las condiciones de acceso a los Fondos Estructurales, por el que hay que darles un apoyo financiero preferencial, al margen de su nivel de ingresos.

Asimismo quiero defender un incremento en los créditos presupuestarios en relación con el programa específico a redistribuir equitativamente sobre la base de las limitaciones que les afectan. Además, debería aclararse el plan de acción de gran vecindad dentro del marco de referencia del futuro objetivo de «cooperación territorial europea» y la nueva «Política de vecindad» de la Unión. El concepto de vecindad debería abarcar tanto a las regiones y países vecinos como Marruecos, Cabo Verde y Brasil, como a los países que tienen grandes comunidades de inmigrantes de las regiones ultraperiféricas que mantienen fuertes lazos tradicionales.

Por ello apoyo la adopción de este informe, señor Presidente, Señorías, pues representa un paso más en la dirección correcta en respuesta a la propuesta positiva de la Comisión. De este modo, una vez que se hayan aprobado las perspectivas financieras, se tendrán las condiciones para el desarrollo sostenible de las regiones ultraperiféricas, y la promoción lograda de la cohesión económica, social y territorial.

 
  
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  Alfonso Andria (ALDE).(IT) Señor Presidente, Señorías, deseo expresar mi sincera satisfacción con los dos informes de los señores Guellec y Marquez; me centraré especialmente en el del señor Guellec.

Uno de los objetivos fundamentales de la Unión es la política de cohesión, sobre todo tras la última ampliación y con vistas a las inminentes adhesiones de Bulgaria y Rumanía. Precisamente la política de cohesión ha distinguido mucho este primer tramo de legislatura del Parlamento Europeo, que ha aprobado todos los reglamentos relativos a la política regional para el período de programación 2007-2013.

Por otro lado, la constante y provechosa colaboración y diálogo con la Comisaria Hübner, que he experimentado personalmente como ponente del reglamento relativo al Fondo de Cohesión, ha determinado la firme voluntad de la Comisión y del Parlamento de no aceptar soluciones reduccionistas. En efecto, no puede haber una política de cohesión creíble y eficaz sin unos instrumentos financieros adecuados y, por ello, se espera una pronta decisión sobre las perspectivas financieras.

Es necesario evitar que las ayudas europeas se concentren en unas pocas zonas, aumentando de ese modo las disparidades existentes dentro de una misma región. Hay que realizar, en cambio, en las zonas menos desarrolladas, intervenciones extensas, armoniosas y profundas, como bien ha indicado el señor Guellec. Estoy de acuerdo además con el ponente en la importancia de las ciudades, sobre todo de las de tamaño pequeño y mediano, como motores de la cohesión territorial. Esto es lo que intenté defender a base de enmiendas, que después aprobó el Parlamento, al reglamento sobre el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, del que fui ponente alternativo por mi Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa. Las enmiendas destacaban asimismo el papel de pivote que desempeña la dimensión urbana también en el desarrollo de los entornos rurales directamente adyacentes.

Acojo favorablemente también la propuesta del señor Guellec de utilizar junto al habitual parámetro del PIB indicadores territoriales específicos para medir el desarrollo de las regiones. No obstante, considero que deben emplearse periódicamente, de forma que den lugar a evaluaciones sobre la repercusión de los programas comunitarios en curso. Entre los muchos efectos positivos que tendría una metodología de trabajo como esta citaré la ulterior transferencia de responsabilidades a las autoridades y agentes locales, que deben considerarse cada vez más protagonistas y promotores del desarrollo, y una mayor flexibilidad en la fase de aplicación de las medidas, dando lugar a una repercusión más apreciable en los territorios.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SEÑOR OUZKÝ
Vicepresidente

 
  
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  Kyriacos Triantaphyllides (GUE/NGL). (EL) Señor Presidente, me complace tener la oportunidad de debatir y votar hoy dos informes importantes sobre la política regional de la Unión.

Si me lo permite, me gustaría centrar mi intervención en el informe del señor Guellec sobre el papel de la cohesión territorial en el desarrollo regional.

En mi opinión, el informe de mi colega contiene un apartado muy importante: me refiero al apartado 3, según el cual el Parlamento pide «que el desarrollo regional se base en programas que garanticen la igualdad de trato entre los territorios, preservando su diversidad, lo cual implica, en particular, una accesibilidad adecuada de los servicios de interés general (SIG) y los servicios de interés económico general (SIEG)».

¿De qué servicios de interés general estamos hablando hoy? ¿Los servicios que la Comisión Europea insiste en liberalizar? ¿Cómo podrán estos servicios seguir siendo servicios de interés general y cómo ayudarán a la cohesión territorial? Para darles un ejemplo espectacular, estoy seguro de que saben que dentro de poco, Grecia, sobre la base de la legislación comunitaria, privatizará sus líneas aéreas nacionales. Me pregunto en qué medida ayudará esto a la cohesión territorial, conociendo las peculiaridades del Estado griego. ¿Cómo puede un individuo privado reemplazar al Estado como proveedor de un servicio de interés general? Evidentemente, avanzamos a paso firme, en este caso, hacia el declive de los ciudadanos en las zonas ultraperiféricas que esperan un servicio de interés general y de los trabajadores que se arriesgan a encontrarse sin empleo en la Comunidad del futuro.

Asimismo debatimos la cohesión territorial en un momento en que, en Bruselas, los Gobiernos de los Estados miembros apenas consiguen ponerse de acuerdo sobre las perspectivas financieras, con el resultado de que los Estados miembros se encontrarán con algunas sorpresas. Así que no escondamos la cabeza en la arena. La cohesión territorial es deseable, pero sobre unas bases adecuadas, unas bases que estén relacionadas con la opinión social, no sobre la base de presiones del mercado.

 
  
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  Mirosław Mariusz Piotrowski (IND/DEM). – (PL) Señor Presidente, uno de los objetivos estratégicos de la Comunidad Europea al que se refieren a menudo los que abogan por la integración es reducir las disparidades en el nivel de desarrollo de las regiones de Europa. Los ciudadanos de los nuevos Estados miembros dieron y siguen dando mucha importancia a esta cuestión. Junto con la cohesión económica y social, la cohesión territorial tiene un papel importante que desempeñar para lograr este objetivo.

En vista de las diferencias en el desarrollo entre los 25 Estados miembros que pronto serán 27, son especialmente importantes las acciones en relación con el transporte, el turismo, la protección ambiental, la investigación y la innovación. El equilibrio territorial puede asegurarse reforzando los centros urbanos pequeños y medianos. En estas zonas, la planificación urbana debería prever el desarrollo de reservas de viviendas, redes de transporte y regeneración de las tierras previamente destinadas a uso industrial. Este enfoque permitirá a la periferia y a las zonas rurales circundantes beneficiarse también del crecimiento económico de los centros.

Actualmente, el crecimiento económico y urbano dinámico solo tiene lugar dentro de los centros urbanos más grandes, en concreto en las zonas metropolitanas. Por desgracia, se pasan por alto las necesidades de desarrollo de las unidades urbanas más pequeñas, por lo cual el crecimiento acentúa las desigualdades en lugar de reducirlas. El desarrollo territorial satisfactorio en todos los Estados miembros de la Unión solo podrá conseguirse por medio de la aplicación de un modelo descentralizado de desarrollo espacial. Una característica clave de un modelo de este tipo es que se basa en una red de ciudades con diferente potencial económico, social y cultural. Otra característica importante es el establecimiento de vínculos permanentes con las zonas rurales.

La región de Lubelski de donde provengo es una de las más grandes de Polonia. Representa el 8 % del territorio de mi país y el 5 % de su población. En esta región hay 40 ciudades en su mayoría pequeñas y medianas, siendo la más grande Lublin, la capital de la región. Esta última tiene una población de unos 400 000 habitantes, y la población de las demás ciudades varía entre 20 000 y 70 000 habitantes. Más de la mitad de la población de la región vive en zonas rurales. Si se tiene en cuenta el nivel poco satisfactorio de infraestructura, la región de Lubelski podría servir como ejemplo de la aplicación práctica de la cohesión territorial de una forma descentralizada.

Solo podemos esperar que las actividades de los responsables de la Unión no queden en meras palabras e intenciones, como ha sucedido en el pasado. Se necesitan medidas específicas, y deberían contemplarse en el presupuesto de la Unión para los próximos años, y también en las perspectivas financieras a largo plazo.

 
  
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  Salvatore Tatarella (UEN).(IT) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, antes de nada quiero agradecer a la Comisión el buen trabajo realizado para definir mejor las peculiaridades de las regiones ultraperiféricas y satisfacer las exigencias de estas zonas, que, por su situación geográfica, sufren especialmente en términos de desarrollo y de competitividad del mercado.

Es bueno que se planteen medidas cada vez más efectivas de apoyo a estas regiones y que, con el informe del señor Marques, se prevea también un plan de acción en favor de la gran vecindad a fin de favorecer los intercambios entre esas regiones y los mercados adyacentes.

El plan de acción a favor de la gran vecindad es una buena ocasión tanto para entablar vínculos económicos, sociales y culturales con los países que acogen a comunidades de emigrantes procedentes de las regiones ultraperiféricas, como para suprimir las barreras que limitan las oportunidades comerciales con las zonas geográficas circundantes, como el Caribe, las Américas y África.

La Comisión, en su Comunicación COM(2004)0343, de 26 de mayo de 2004, se planteaba dos objetivos: reducir las dificultades de acceso a las regiones ultraperiféricas, no solo en relación con la Europa continental, sino también entre una región y otra, y mejorar la competitividad de las empresas.

Este es el objetivo que hay que alcanzar: ayudarles a crecer para que crezcamos todos. Si queremos, este es también el sentido de la estrategia de Lisboa. En este contexto, sin embargo, el esfuerzo primordial es tener certezas sobre las perspectivas financieras, porque solo entonces se podrá valorar si las financiaciones a disposición de las regiones permitirán una distribución equitativa de los recursos conforme a las exigencias que la Comisión ha esbozado.

En conclusión, por tanto, bienvenido sea un mayor compromiso con las regiones ultraperiféricas y una cooperación reforzada con las mismas, para que puedan salir del aislamiento haciéndolas cada vez más competitivas en el mercado común.

 
  
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  Robert Kilroy-Silk (NI).(EN) Señor Presidente, sé que dispongo de un minuto y que usted no va a dejar que me exceda, ¿cierto? Usted conspira contra mí, como hizo el anterior Presidente, practicando una especie de acoso institucional. Pero dejemos eso a un lado.

Me complace tener la oportunidad de dejar constancia del profundo enfado de mis votantes de los Midlands Orientales por los intentos de Bruselas –con la ayuda, dicho sea de paso, de un indolente Gobierno británico– de dividir Inglaterra mediante la imposición de regiones artificiales. Supondrá la división de la nación inglesa y socavará nuestra nacionalidad.

Bien, tengo algo que decirle: eso no va a funcionar porque la gente de Derby, por ejemplo, en los Midlands Orientales, no tiene una especial afinidad con la gente de Lincolnshire. Las regiones son artificiales. Son falsas. Carecen de identidad. Y tampoco funcionarán porque el pueblo inglés no las quiere. En la región nororiental, el 90 % votó en contra en la única ocasión de que dispusieron y votarán los mismo en cualquier otra.

Los ingleses somos muy tolerantes. Estamos dispuestos a subvencionar a los galeses, a los escoceses y a la mayoría de las naciones de aquí. Lo hacemos con resignación. No toleraremos que se nos despoje de nuestra nacionalidad y nuestra identidad. Así que continúen con su política. Continúen intentando dividirnos, porque lo que lograrán será enardecer a los ingleses y al nacionalismo inglés y nosotros nos reafirmaremos e insistiremos en volver a autogobernarnos.

 
  
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  El Presidente. Gracias, señor Kilroy-Silk. El tiempo de intervención asignado a usted no es nada personal. No es voluntad mía, ni mi responsabilidad. Simplemente me limito a leer la lista que tengo delante, como muy bien sabe.

 
  
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  Margie Sudre (PPE-DE).(FR) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, quiero encomiar los excelentes informes del señor Guellec y el señor Marques. Como procedo de una región ultraperiférica, me detendré más bien en el del señor Marques, que se dedica a una asociación más estrecha con las regiones ultraperiféricas, pues permite, gracias a un trabajo de fondo, elaborar un balance muy completo de las acciones de la Unión Europea en estas regiones.

Apoyo sin reservas al ponente, que, si bien constata que las últimas propuestas formuladas por la Comisión a favor de las regiones ultraperiféricas son prometedoras, la insta a ejercer aún más activamente el derecho de iniciativa que le confieren los Tratados en materia de políticas de cohesión, sin duda, pero también en las demás políticas comunitarias y más en general en los ámbitos que son importantes para el desarrollo de las regiones ultraperiféricas.

Me parece esencial precisar una vez más, cuando todos nos preocupamos por las perspectivas financieras y la reforma de la política regional de la Unión para el período 2007-2013, que la mayor parte de las medidas de excepción aplicadas o propuestas a favor de las regiones ultraperiféricas no pueden en modo alguno perjudicar la competencia o violar los principios fundamentales del Derecho comunitario.

Por lo que se refiere al programa de compensación de los sobrecostes asociados a la ultraperiferia, la Comisión ha propuesto con gran acierto dotarlo con 1 100 millones de euros. No obstante, haciéndome eco de una de mis enmiendas, que fue aprobada en la Comisión de Desarrollo Regional, insisto en que estos créditos sean exclusivamente consagrados a las regiones ultraperiféricas y que su reparto no penalice a ninguna de ellas.

Con referencia a otra de mis enmiendas aprobada en comisión, espero que el plan de acción en favor de la gran vecindad disponga de una dotación específica para la cooperación transnacional y transfronteriza y que la coordinación tan esperada entre las intervenciones financiadas por el FEDER en las regiones ultraperiféricas y las dependientes del FED en sus vecinos ACP o PTUM sea por fin efectiva, con o sin inclusión del FED en el presupuesto.

Para concluir, considero oportuno precisar con modestia, pero sin complejos, mi convicción de que las regiones ultraperiféricas de la Unión son tan importantes como su centro. Deseo sinceramente que esta visión sea compartida por todos los Estados miembros, antiguos, nuevos y futuros. En efecto, en un mundo cada vez más global, no redunda en absoluto en interés de la Europa ampliada privarse de bases avanzadas en el océano Atlántico, el Caribe, América Latina o incluso el océano Índico. Es la posición que siempre ha defendido este Parlamento y que sin duda seguirá defendiendo. Sepan que las poblaciones ultramarinas les estarán especialmente agradecidas.

 
  
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  Bernadette Bourzai (PSE).(FR) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, si bien celebro el trabajo del señor Marques, deseo expresarme más concretamente sobre el informe relativo al papel de la cohesión territorial en el desarrollo regional.

En primer lugar, quiero felicitar al señor Guellec por su excelente trabajo y su pertinente reflexión sobre el concepto de «cohesión territorial», que me parece es el corazón de la política regional comunitaria y que tiende a denominarse cada vez más política de cohesión. El Tratado constitucional hace de la cohesión territorial el objetivo de la Unión Europea, del mismo modo que la cohesión social y la cohesión económica. Así, aunque el proceso de ratificación haya registrado las dificultades que conocemos, se trata de un reconocimiento oficial de la pertinencia, la actualidad y la importancia de las características territoriales de la política regional y de cohesión. Por otra parte, la última ampliación confirma su carácter perentorio.

En mi opinión, la política regional tiene como objetivo prioritario reducir las disparidades de desarrollo a escala regional y local, y constituye así un contrapeso indispensable de la política de convergencia y de competitividad económica. Pero la cohesión no se opone a la convergencia y a la competitividad, pues son conceptos que deben ser y seguir siendo complementarios. Al mismo tiempo que se vela por que el desarrollo de las regiones europeas más dinámicas no se vea obstaculizado, a fin de que puedan desempeñar su papel de motor de la economía europea, la política de cohesión tiene, ante todo, la vocación de ayudar a las regiones más desfavorecidas y con retrasos de desarrollo. La política regional y de cohesión reformada debe integrarse también en la estrategia de Lisboa, pero sobre todo velar por garantizar la solidaridad y la equidad entre los territorios y una continuidad visible de los esfuerzos anteriormente realizados en los antiguos Estados miembros.

Por tanto, para un desarrollo armónico y sostenible del territorio europeo, hay que atajar los desequilibrios territoriales. Hay que tomar en consideración la diversidad del espacio europeo y las desventajas, que a menudo son acumuladas, de determinados territorios, ya sean naturales, históricas o demográficas, como la baja densidad de población o los desequilibrios de la pirámide de edad y de la población activa. Hay que calcular los costes adicionales a que se enfrentan estas regiones y ayudarlas para que esos territorios tengan las mismas oportunidades de desarrollo que los demás y las poblaciones que viven en ellos no resulten penalizadas.

Para ello, por supuesto, hacen falta medios, y espero que las perspectivas financieras se aprueben rápida y favorablemente, para que se pueda asignar a la política regional un presupuesto suficiente y ayudar a los territorios que aún lo necesitan.

 
  
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  Paul Verges (GUE/NGL).(FR) Señor Presidente, Señorías, el informe de nuestro colega el señor Marques testimonia una vez más el interés que presta el Parlamento Europeo a las regiones ultraperiféricas. En efecto, el informe Ligios sobre los departamentos franceses de ultramar sentó ya en el segundo mandato de esta Cámara las primeras bases del concepto de regiones ultraperiféricas, y ese informe inspiró programas destinados a compensar el alejamiento y la insularidad.

En el actual período de incertidumbre sobre lo que ocurrirá después de 2006, el apoyo del Parlamento a las regiones ultraperiféricas es muy útil. El informe de Sérgio Marques llega, a este respecto, en el momento justo. En efecto, si el apoyo de la Unión Europea ha hecho posibles muchos logros en las regiones con retrasos de desarrollo, todavía queda mucho por hacer. Es también la conclusión de la undécima Conferencia de Presidentes de las Regiones Ultraperiféricas, que se celebró en la isla de Reunión a comienzos de este mes, con su presencia, señora Hübner.

En esta ocasión, he abogado por una inversión del enfoque de las relaciones entre la Unión Europea y las regiones ultraperiféricas. Aparte de lo que la Unión Europea aporta a esas regiones, hay que reconocer lo que ellas aportan al valor añadido europeo.

Permítanme recordar, a modo de ejemplo, algunos ejemplos evidentes. Las regiones ultraperiféricas confieren a la navegación marítima comunitaria su primer puesto mundial. La situación geográfica de Kourou en Guyana contribuye significativamente al diferencial de competitividad de que goza la industria espacial europea. Hablo del océano, del espacio, pero podría citar también la biodiversidad excepcional de las regiones ultraperiféricas, su importancia para un mejor conocimiento de los fenómenos climáticos o su aportación en términos de diversidad cultural. La gran distancia con respecto al continente en que están integradas las regiones ultraperiféricas y su proximidad geográfica a otros continentes, con los que la Unión Europea mantiene acuerdos, son también a veces fuente de contradicciones.

Quisiera terminar, señor Presidente, diciendo que esta característica de doble pertenencia ofrece una perspectiva real para un codesarrollo sostenible de estas zonas, que se enfrentan todas ellas a desafíos fundamentales. La capacidad de la Unión para responder a la cuestión del desarrollo de su ultraperiferia testimoniará su capacidad para ser realmente un actor decisivo de una globalización controlada y equitativa.

 
  
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  Ryszard Czarnecki (NI). – (PL) Señor Presidente, este debate es especialmente importante para los nuevos Estados miembros de la Unión y especialmente para mi país, Polonia. Por decirlo claramente, cualquier cambio en la política para ofrecer igualdad de oportunidades a los Estados miembros más pobres no ha de tener un impacto negativo en los nuevos Estados miembros.

Si la Unión quiere demostrar solidaridad y unidad en la práctica, ha de responder a las aspiraciones de sus nuevos miembros sobre la base de los principios vigentes. Al mismo tiempo, esta política ha de tener más en cuenta que en el pasado las necesidades de las ciudades pequeñas y medianas y las regiones. Hasta la fecha, la tendencia ha sido que las zonas metropolitanas reciban la mayor parte de los fondos y recursos de la Unión. Ello tiene cierta justificación, pero ha implicado que se descuidaran las estructuras de gobierno local más pequeñas a un nivel inferior, a pesar de que necesitaban aún más apoyo.

Me temo que los cambios propuestos sobre los que hemos oído hablar en este último año tienen como único objetivo ampliar el flujo de financiación a los países más pobres de la antigua Unión. No tenemos nada en contra de eso, pero al mismo tiempo nos gustaría que fuera posible utilizar todas las oportunidades y el apoyo existentes para los nuevos Estados miembros. Tengo plena confianza en que la Comisaria será la guardiana de la Europa de la igualdad de oportunidades dentro de la Comisión. Le aseguro que siempre podrá contar con nuestro apoyo en estas cuestiones.

 
  
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  Jan Olbrycht (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, la Unión Europea ha seguido su política de cohesión social y económica durante los últimos 30 años, sin que una notable cohesión significara poner freno al desarrollo de las regiones más poderosas y dinámicas de Europa. Por el contrario, significa incrementar el potencial de desarrollo de los más débiles y mejorar sus oportunidades en cuanto a la competitividad.

La Unión Europea está llamada a reaccionar de forma creativa a las recientes y futuras ampliaciones. Por ejemplo, la política de cohesión ha de ajustarse adecuadamente en respuesta a nuevas condiciones y retos. Las condiciones en la Unión Europea ampliada son diferentes. Por consiguiente, es preciso ampliar y dar un enfoque horizontal las acciones existentes destinadas a la cohesión social y económica. Debería hacerse más hincapié en la necesidad de reducir las diferencias que surgen entre los centros y el interior, entre las zonas metropolitanas y las ciudades pequeñas y medianas, y entre las ciudades y las zonas rurales. Las nuevas condiciones también hacen necesario que las autoridades locales se impliquen mucho más en los esfuerzos para eliminar las disparidades entre todos los grupos sociales mencionados.

El déficit democrático no se reducirá sin la participación activa de representantes de comunidades regionales y locales en la ampliación de los programas comunitarios. Quiero recordar a la Cámara que, en enero de 2003, el Parlamento Europeo adoptó una resolución sobre el papel de las autoridades locales y regionales en la Unión Europea. En esta resolución se estableció que las autoridades locales y regionales no solo debían estar más implicadas en la aplicación de las políticas de la Unión, sino que además debían contribuir a elaborar dichas políticas.

La ampliación de la política de cohesión para incluir la cohesión territorial confirma que la política de cohesión tal como se ha aplicado a lo largo y ancho de la Unión es una de las políticas clave de la Unión. Quiero añadir que creo que las disposiciones comunitarias deberían recalcar más la asociación. Me refiero a la asociación entre las autoridades a diferentes niveles y también actividades conjuntas para aumentar un uso eficaz de los instrumentos financieros europeos.

 
  
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  Catherine Stihler (PSE).(EN) Señor Presidente, el Parlamento Europeo dejó patente su deseo de prestar especial ayuda a las regiones remotas y periféricas cuando votó en julio un paquete importante de medidas sobre política de cohesión. Sin embargo, la Comisión de Desarrollo Regional aprobó en julio el informe de propia iniciativa elaborado por el señor Marques, en respuesta a dos informes de la Comisión sobre una asociación más estrecha con las regiones ultraperiféricas. El informe abogaba por el apoyo a las regiones ultraperiféricas y los ámbitos que son importantes para su desarrollo: agricultura, pesca, competencia y ayudas estatales, políticas empresariales, servicios de interés general y servicios de interés económico general, fiscalidad, medidas aduaneras, medio ambiente, energía, investigación, desarrollo tecnológico, formación profesional, transporte, redes transeuropeas, nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Quisiera referirme al transporte público. El transporte público es importante para todas nuestras comunidades locales, y en Escocia los transbordadores prestan un servicio esencial para algunas de las comunidades más periféricas y vulnerables de la Unión Europea. Mañana recibiré en el Parlamento Europeo a una delegación sindical de CalMac, que viene a reunirse con el Comisario de Transportes. Como dije ayer, en la actualidad se han sacado a concurso estos servicios de transbordadores en comunidades donde son la única modalidad de transporte que conecta las comunidades de las islas con tierra firme. De acuerdo con las últimas propuestas de la Comisión relativas a las obligaciones de servicio público de transporte terrestre, se dará flexibilidad a las administraciones públicas con respecto a los procedimientos de licitación y se las facultará para adjudicar ciertos servicios directamente a operadores internos.

¿Por qué se da un trato diferente a unos transbordadores vitales que a los trenes, tranvías o metros? En las comunidades insulares periféricas de Escocia no hay trenes, tranvías ni metros. Dada la posición general de la Comisión acerca de las necesidades de las regiones ultraperiféricas, su actitud en este caso podría parecer contradictoria. Insto a la Comisión a que aclare su postura. Los servicios de transbordadores vitales son demasiado importantes para ignorarlos.

 
  
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  Markus Pieper (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, es evidente que las regiones ultraperiféricas necesitan nuestro apoyo. El informe Marques ofrece muchas buenas propuestas para reforzar la infraestructura, por ejemplo de las islas aisladas o de las regiones montañosas. Una política estructural de este tipo es una expresión más de la solidaridad europea y la igualdad de oportunidades. Lo que me gusta en especial de este informe es el equilibrio que se ha logrado ahora que se han eliminado las exigencias poco razonables. Lo que hace que el concepto del ponente sea creíble es que toma como fundamento el concepto de política estructural existente del Parlamento.

A pesar de su coherencia y de las exigencias razonables para el próximo período, veo un peligro en la posibilidad de que, en el futuro, se dispondrá de mucho menos dinero para la política estructural, y ello me lleva a creer que, dentro de unos cuantos años, la política estructural de acuerdo con los modelos actuales será obsoleta, y que tendremos que buscar nuevas ideas para seguir apoyando, con menos dinero, a las regiones europeas, ya sea a través de una política de préstamos subvencionados o garantías, o una con un mayor énfasis en infraestructuras clave y proyectos esenciales.

En el futuro, tendremos que prestar más atención a la cuestión de cómo y dónde la inversión subvencionada atrae más inversiones y si el uso que hacemos de las subvenciones para la inversión en zonas aisladas puede no resultar de hecho en una necesidad creciente de apoyo. Nuestro objetivo ha de ser una política con un mayor énfasis global en la capacidad de Europa para competir.

Aunque aplaudo el informe Marques como un primer paso hacia una visión realista, hemos de alejarnos más de las subvenciones permanentes indiscriminadas y dirigirnos hacia un crecimiento económico que mantenga su ímpetu. Para ello, la UE necesita más estímulo para moverse en esa dirección, también por parte de los que hacen la política regional.

 
  
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  Jamila Madeira (PSE).(PT) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, la UE no es únicamente un proyecto político; también es un proyecto que es sinónimo de solidaridad y que debería basarse en la cohesión económica, social y territorial. Al ser transversal, la cohesión territorial debería integrarse en todas las políticas de la UE, para que no caigamos en el error de acentuar las diferencias entre los 25 Estados miembros existentes y los que están de camino, a los que aprovecho para saludar.

Hemos de eliminar algunas de las barreras a las que se enfrentan las regiones ultraperiféricas e invertir en un modelo de desarrollo sostenible que tenga en cuenta la disparidades no solo entre los Estados miembros sino también entre las regiones, incluso dentro del mismo Estado miembro. Por ello, la finalidad es dar una forma tangible a los objetivos de la Estrategia de Lisboa, sin cometer el error de lograr la eficacia y la competitividad promoviendo una Europa desigual.

Es esencial que no utilicemos el PIB per cápita como único criterio de elegibilidad para los Fondos Estructurales, que a fin de cuentas es el indicador clásico. Es preciso utilizar otros indicadores, de forma prioritaria, como la cantidad de actividad en investigación e innovación, el nivel de educación y formación, la medida de diversificación de la productividad en la zona y la tasa de desempleo. Someter las necesidades reales de una región a un indicador que a menudo se determina a escala nacional induce claramente a errores.

Me gustaría llamar su atención, señor Presidente, señora Comisaria, sobre la cuestión de retirar progresivamente ciertas regiones, 19 de ellas en total, que con la ampliación pasarán a ser regiones estadísticamente más ricas, a pesar de que su situación económica real no ha mejorado. Se trata de un problema grave que afecta a regiones como el Algarve, en Portugal, de donde procedo, una de las regiones ultraperiféricas en términos del continente europeo, que también padece profundas diferencias internas, aparte del hecho de que está rodeada por todos lados por regiones del Objetivo 1. Para esta región, al igual que para las otras 18, es preciso encontrar una solución equilibrada que les permita seguir siendo elegibles mientras sigan existiendo problemas estructurales, al tiempo que se las ayuda a lograr un desarrollo más equilibrado.

La Unión ha de encontrar una respuesta a los retos que nos ha planteado la ampliación. Esta respuesta ha de caracterizarse por la solidaridad y la responsabilidad, y exige una cohesión territorial y el valor político de crear las condiciones para que la UE se convierta en una zona próspera, sin discrepancias entre norte y sur, este y oeste, entre las zonas montañosas y las regiones ultraperiféricas.

 
  
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  Ioannis Gklavakis (PPE-DE). (EL) Señor Presidente, quiero referirme al informe del señor Marques, a quien felicito de todo corazón por el trabajo que ha realizado.

Me refiero a las zonas insulares especialmente remotas a las que tenemos obligación de apoyar y de no abandonar. Exagerando un poco, y esto va más allá de los límites de esta cuestión, yo diría que tenemos el deber de apoyar a todos los residentes de la Unión Europea que vivan en zonas difíciles, en condiciones de vida difíciles.

En mi país, Grecia, muchas personas viven en islas, y aunque no sean lugares especialmente remotos, las condiciones de vida allí son difíciles y a menudo las personas quedan aisladas durante periodos de tiempo bastante largos, sobre todo en invierno.

La Unión Europea es la tierra de la solidaridad. Todos sus ciudadanos tienen derecho a la educación para sus hijos, a la seguridad laboral, a una vida sana, a la atención sanitaria, a la diversión y a todo aquello de que pueden disfrutar los residentes urbanos. Si abandonamos a las personas en las regiones remotas y si se ven forzadas a abandonar sus pueblos, nadie más querrá vivir allí, lo cual provocará el deterioro ecológico, la devastación y la destrucción. Estas personas nos están haciendo un favor al vivir allí. Hemos de darles consuelo. Se lo debemos.

La región es la base de Europa. Si empezamos a abandonar a estas personas a su suerte, sin pensarlo dos veces, entonces tendrá lugar la destrucción de la Unión Europea. Nos hacen un favor al vivir allí en condiciones tan difíciles y hemos de devolverles ese favor.

 
  
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  Lidia Joanna Geringer de Oedenberg (PSE). – (PL) Señor Presidente, la cohesión territorial es un objetivo estratégico de la Unión Europea y uno de los más importantes, pues promueve el desarrollo armonioso y unificado. No obstante, sigue siendo un sueño. En especial, después de la reciente adhesión de 10 países mucho más pobres, la disparidad entre el desarrollo de regiones individuales se ha hecho mucho más marcada. Por ejemplo, si se compara la región británica de Londres-centro, que puede alardear de tener el 270 % del PIB de la Unión, con el distrito de Lubelski en Polonia cuyo PIB es de apenas el 30 % de la media de la Unión, uno puede apreciar lo mucho que queda por hacer.

La Unión Europea necesita una estrategia comunitaria para la cohesión, y debería tenerse en cuenta el aspecto territorial cuando se ponen en práctica todas las políticas comunitarias. Deberían reforzarse todos los aspectos de la cooperación territorial. Me refiero a la cooperación a nivel transfronterizo y también a nivel interregional y suprarregional. Asimismo es necesaria una mayor cooperación y asociación entre los centros urbanos, su periferia y las zonas rurales.

En una Unión Europea basada en la solidaridad, el desarrollo regional ha de basarse en programas que garanticen igualdad de trato para todas las regiones. En la práctica, esto significa que los ciudadanos deberían tener un acceso adecuado a los servicios públicos y a servicios ofrecidos en el interés económico general. La Cámara es consciente de que estamos muy lejos de alcanzar este objetivo. Por consiguiente, es especialmente preocupante que no se pueda acordar un nuevo presupuesto para la Unión y que falten unas nuevas perspectivas financieras.

Es necesario mejorar las acciones que tienen por objeto lograr la cohesión territorial en la Unión, y el Parlamento debería implicarse más en el proceso de control hacia una verdadera cohesión territorial. Si ello no sucede, las diferencias en el desarrollo de las regiones individuales no harán más que aumentar. Señorías, les pido que ayuden a crear una Europa cohesiva basada en la solidaridad. Estoy segura de que ninguno de nosotros defendería una Europa en la cual nos dividiéramos en ricos y pobres.

 
  
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  Guido Podestà (PPE-DE). (IT) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, me sumo a la valoración positiva de los dos informes que estamos examinando, que ponen de manifiesto las grandes diferencias existentes entre regiones y demuestran que con la ampliación esas diferencias se han incrementado aún más.

La cohesión territorial es la base de una cohesión social y económica duradera. Si queremos apostar por una zona de crecimiento, bienestar, estabilidad y justicia que englobe a los quinientos millones de habitantes que conforman hoy la Unión Europea, tiene que ser un objetivo primario. Si tan difícil es, sin embargo, hacer avanzar a las regiones con un desarrollo más lento, ¿qué sucede cuando hechos completamente extraordinarios golpean a una de esas regiones, hechos que pueden depender de factores climáticos, incendios, inundaciones o terremotos? Hemos visto en las pantallas de nuestros televisores lo que sucedió al otro lado del Atlántico en zonas muy desarrolladas como Luisiana o Texas. Estamos viendo aún la situación en las regiones de Rumanía donde las inundaciones de las últimas semanas han llevado muerte y desesperación.

Si la Unión Europea no está cuando se la necesita –porque de hecho, aparte de un Fondo de Solidaridad que apenas dispone de dinero, no hacemos nada–, si Europa no está en esos casos, ¿cuándo piensa estar? Una Europa que todavía no se ha puesto de acuerdo en torno a las perspectivas financieras, una Europa en la que seis Gobiernos de grandes países piden nuevas reducciones de sus compromisos financieros, ¿qué puede prometer a estos países, a estos pueblos, que han creído en el sueño europeo? Bien, yo creo que debemos reflexionar, porque eso es lo que esperan nuestros conciudadanos y es lo que tenemos el deber de hacer por nuestro futuro y el de nuestros hijos.

 
  
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  Zita Gurmai (PSE). – (HU) Señor Presidente, una de las maneras más eficaces para aplicar las políticas comunitarias es reforzando la cohesión entre las regiones con diferentes niveles de desarrollo. Es algo que hemos de hacer para alcanzar los objetivos más importantes de la Estrategia de Lisboa, como una mayor competitividad, más puestos de trabajo, un refuerzo de la cohesión social, unidad y solidaridad, así como un desarrollo sostenible. La cooperación y la cohesión entre regiones contribuyen a una mayor integración; sientan las bases para el desarrollo sostenible en cada región y facilitan el uso universal de mejores prácticas. Permiten a las regiones cooperar de distintas formas dentro del marco de la cooperación regional a través de las fronteras, entre Estados o entidades geográficas más grandes.

Explotar la heterogeneidad y las oportunidades nacionales, regionales o locales puede aumentar nuestra carga de trabajo, pero si consideramos la tarea a una escala europea, promete unos resultados más sustanciales y mayores beneficios, y sin duda merece la pena el esfuerzo. El Gobierno también ha de tomar parte en la cooperación nacional, regional y local. El diálogo, el intercambio de opiniones y una relación viva entre los tres niveles de nación, comunidad y región son requisitos esenciales para la cooperación, como también lo son los sectores público y privado. Las estrategias de desarrollo se basan en buenas asociaciones que implican consulta, participación activa de todas las partes, esfuerzos combinados con las autoridades competentes, interlocutores sociales y las organizaciones de la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales.

La cohesión regional implica la igualdad de trato de las diversas regiones europeas, sin perder de vista sus características geográficas y demográficas individuales. Su objetivo fundamental es subir el nivel de vida que a su vez es un precursor para la igualdad de trato de los ciudadanos. La convergencia económica y social de las regiones ayuda a la causa de la igualdad de género en todos los ámbitos y a todos los niveles. Para llegar allí tenemos que iniciar programas específicos y luchar contra todas las formas de discriminación.

 
  
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  Lambert van Nistelrooij (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, yo también quiero dar las gracias a los ponentes, el señor Marques y el señor Guellec. Como ya ha dicho la Comisaria Hübner, la cohesión territorial está bajo presión, y en realidad pedía el apoyo de este Parlamento. Hay razones de sobra para repetir esta petición ante esta Cámara, pues si estudiamos el informe de la OCDE de la semana pasada sobre las diferencias regionales, vemos que el 40 % del crecimiento se ha realizado en menos del 10 % de las regiones.

Sabemos que la competencia a escala mundial exige que se establezca una distinción entre regiones, regiones superiores y regiones de excelencia, que se mencionan en el Séptimo Programa Marco de investigación y desarrollo. Aunque este pueda ser el caso, el conocimiento es una cosa, pero la innovación en las regiones, la producción y el marketing son cosas bien distintas. En resumidas cuentas, la especialización dentro de las regiones es necesaria. No hay nada malo en ello, pero los planes de acciones estratégicas solicitados por el Parlamento y la Comisión que están en línea con el objetivo de Lisboa están hechos a medida de la escala nacional.

Ahora es importante que en este Parlamento se recalque de nuevo y que se salvaguarde la dimensión territorial o regional, y sobre todo ahora, con miras al futuro, que se combinarán o al menos se utilizarán conjuntamente los fondos del nuevo objetivo 2 y los fondos de recursos y desarrollo. Por ello apoyo la idea del señor Guellec de revisar la contribución regional en 2007 en forma de un Libro Blanco o de otra forma. ¿Cuál será entonces la situación en lo que respecta a este enfoque de múltiples niveles o este foco descentralizado?

Para finalizar quiero señalar que, afortunadamente, vemos surgir regiones que a menudo asumen tareas transfronterizas en un nuevo contexto. En mi región, he visto que Eindhoven, Lovaina y Aquisgrán, situadas en tres países, hacen exactamente eso. Así pues, aunque la dimensión territorial y la cohesión son importantes, también están adquiriendo nuevas formas. De esta manera, tenemos que ayudar a prever en relación con estas oportunidades que son vitales en toda la Unión Europea.

 
  
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  Stavros Arnaoutakis (PSE). (EL) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, es indiscutible que sin una cohesión económica, social y territorial entre las regiones de la Unión seremos incapaces de cumplir los retos internos y externos a los que nos enfrentamos.

¿Cuánto éxito puede tener nuestra lucha por una Europa competitiva y social con calidad de vida para todos sus residentes si siguen existiendo desigualdades estructurales agudas entre sus regiones y si las peculiaridades territoriales siguen siendo un factor de retraso y exclusión para muchas zonas europeas?

En la Unión Europea ampliada, con el aumento rápido de desigualdades regionales y desigualdades intrarregionales agudas, necesitamos una política regional dinámica y eficaz, que no solo ha de llegar a las regiones mas pobres de la Unión, sino que también ha de ayudar a lograr una relación equilibrada y un desarrollo integrado entre las zonas urbanas y rurales en cada región, reforzando al mismo tiempo la cooperación interregional.

El presupuesto que se asignará para aplicar la política regional y la política de cohesión ha de responder a los riesgos que ya son visibles. Bajo ningún concepto ha de reducirse el papel y la importancia de la cohesión territorial.

En el nuevo periodo de programación, es fundamental que las políticas sectoriales dirigidas al desarrollo regional integrado se coordinen mejor y que se adopten nuevos indicadores regionales, junto con el PIB, que permitirán calcular el desarrollo e identificar y evaluar los obstáculos al desarrollo a escala regional.

 
  
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  Zbigniew Krzysztof Kuźmiuk (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, quiero empezar dando las gracias al señor Guellec por su informe sobre el papel de la cohesión territorial en el desarrollo regional. El informe se está debatiendo en un momento en que continúa el trabajo sobre las perspectivas financieras 2007-2013, y cuando el Consejo está considerando la posibilidad de recortar los recursos destinados a la política regional de la Unión Europea. Confío en que el resultado de este debate será que la mayor parte de los recursos que la Comisión propuso que se destinaran a la política regional en las perspectivas financieras 2007-2013 puedan escapar a los recortes, sobre todo en lo que respecta a los nuevos Estados miembros. También quiero respaldar el punto de vista del ponente acerca de la importancia de la cohesión territorial para el desarrollo regional.

Procedo de la región de Mazowsze. Es cierto que es una de las regiones más ricas de Polonia, como evidencia el hecho de que tenemos el PIB per cápita más alto del país. Al mismo tiempo, Mazowsze es la región que tiene las diferencias internas más marcadas. Según las estimaciones del PIB por habitante, es probable que en los siete años comprendidos entre 2014 y 2020 Mazowsze supere el 75 % del PIB medio por habitante para la Unión Europea, y ya no sea elegible para el apoyo de los Fondos Estructurales. No obstante, muchas partes de la región seguirán caracterizándose por un nivel muy bajo de desarrollo.

He tomado Mazowsze como ejemplo, pero lo mismo puede decirse de otras regiones en los antiguos y nuevos Estados miembros. Por ello espero que la Unión Europea diseñe instrumentos adicionales para usar en tales situaciones, y que la cohesión territorial se convierta en un aspecto importante de la futura política regional de la Unión.

En resumidas cuentas, quisiera dar las gracias al ponente por destacar el papel de la planificación territorial en la política de cohesión, pues a menudo pasa desapercibido cuando se planifica el desarrollo regional.

 
  
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  Manuel Medina Ortega (PSE). – (ES) Señor Presidente, durante dos horas muchos parlamentarios europeos de 25 países diferentes, en veinte lenguas diferentes, han estado expresando su opinión sobre los temas de desarrollo regional. La presencia de la Comisaria Hübner en este debate es muy importante para todos nosotros y, desde luego, quiero reconocer el trabajo de los dos ponentes, señores Guellec y Marques.

Creo que los dos informes ponen de manifiesto una realidad europea muy diferente de otros modelos y entidades políticas territoriales. Yo diría que la característica de la Unión Europea es la discontinuidad territorial. Nosotros somos, básicamente, una pequeña península en el gran continente Euroasiático, con proyecciones peninsulares e insulares que llegan muy lejos.

Es algo muy distinto, por ejemplo, de lo que es el gran cuadrilátero estadounidense, que tiene una enorme consistencia, que establece una gran diversidad territorial y que hace muy difícil mantener la competencia en términos de otras entidades territoriales parecidas. El reconocimiento de esta realidad regional y de estas políticas regionales es muy importante.

Soy representante de una región insular, ultraperiférica, muy alejada del centro de Europa, pero, como antes decía el señor Vergès, este tipo de regiones representan una realidad y un aspecto distintos, ya que Europa con esto se proyecta en los grandes océanos, en el Atlántico, en el Caribe y en el Índico, de una forma diferente. Pero sería imposible tratar de reconducir a toda esta población –estamos hablando, por ejemplo, para las regiones ultraperiféricas, de 4 millones de habitantes, que tienen dificultades para competir en el gran mercado interior de la Unión— solamente a través de medidas de protección económica.

Quisiera agradecer a la Comisión las propuestas que ha hecho y apoyar, desde luego, las propuestas de nuestro ponente, señor Marques, sobre el desarrollo de estas regiones en el contexto de una gran política de cohesión de la Unión Europea.

 
  
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  José Albino Silva Peneda (PPE-DE).(PT) Señor Presidente, Señorías, quiero empezar felicitando al señor Guellec y a mi compatriota el señor Marques por sus excelentes informes.

Lo que cabe destacar de estos informe es que los interesados comparten un criterio de una Europa ideal que considera la prioridad de diversidad cultural en sus regiones como el elemento más importante del modelo de desarrollo de la UE. Por ello, la política regional es una iniciativa que no puede confundirse con una réplica de la ejecución de las políticas nacionales a escala nacional o europea.

La política regional es un ámbito de conceptos, medidas políticas y acción, que toma las partes relevantes de la política nacional y las adapta a sus propios objetivos y estrategias.

La política regional en la UE siempre se ha visto como algo así como un punto focal, con la convicción de que la intervención de las políticas públicas es necesaria; a fin de cuentas, no todo puede resolverse simplemente por medio del funcionamiento del mercado, como algunos querrían hacerles creer aún. La política regional es el modo más fuerte de asegurar la cohesión territorial. Por consiguiente, si los recursos disponibles se debilitan, los intereses egoístas prevalecerán y la solidaridad se perderá, y sin solidaridad el sentimiento de pertenencia, el elemento clave que caracteriza la identidad europea, no podrá florecer.

Por ello sumo mi voz a los que piden que la Comisión elabore un Libro Blanco sobre este objetivo de cohesión territorial y cree un sistema para calibrar el impacto de la política comunitaria en la cohesión territorial.

Esta necesidad se ve reforzada, desde mi punto de vista, por el impacto del fenómeno de globalización, dado que algunas regiones de la UE tendrán éxito mientras que otras perderán. En estas nuevas circunstancias, la política regional exige una nueva fuerza impulsora y por esta razón quiero elogiar a la Comisión por reforzar la integración de las cuestiones territoriales en las políticas comunitarias existentes.

 
  
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  Paulo Casaca (PSE). (PT) Señor Presidente, señora Comisaria, quisiera empezar felicitando al señor Marques por el trabajo esmerado que ha realizado y darle las gracias por la atención que ha prestado a la perspectiva de las Azores.

Las políticas comunitarias han presentado muchos retos para las regiones ultraperiféricas. Se han producido desarrollos favorables en algunas de ellas, como las restricciones impuestas sobre el libre acceso a las aguas de las Azores, pero también casos de retrocesos incomprensibles.

Un ejemplo de ello son las propuestas de modificación de las normas del régimen de abastecimiento específico propuestas por la Comisión, que, si llegan a aplicarse, podrían provocar la parálisis económica total de las Azores.

Nos oponemos a la prohibición del envío del único producto cubierto por el régimen «contradictorio» específico de disposiciones de envío, junto con un nuevo régimen que, ignorando toda la legislación internacional y comunitaria sobre reglas de origen, pretende prohibir el envío de cualquier producto que contenga mercancías cubiertas por este régimen de abastecimiento.

El establecimiento de cuotas insignificantes en relación con las cantidades y productos autorizados únicamente para destinos exóticos como Marruecos, que no tienen vínculos comerciales tradicionales con las Azores, al tiempo que se prohíben los envíos a mercados tradicionales como el territorio continental portugués, los Estados Unidos y Canadá, sería un mal chiste si no fuera un hecho, sobre el papel, en uno de los reglamentos de la Comisión.

Los procedimientos propuestos por la Comisión son, en cualquier caso, contradictorios con la estructura del mercado interior, imposibles de aplicar para las pequeñas empresas de régimen fiscal simplificado, profundamente discriminatorios y de una complejidad administrativa sin precedentes.

La declaración del Presidente de la Comisión de que acepta las decisiones tomadas por el sistema judicial europeo de rechazar medidas cautelares para detener los envíos de las Azores es un signo muy positivo. Ahora es crucial que, del mismo modo, se revisen cuidadosamente todas las demás disposiciones legales propuestas.

Por ello hago un llamamiento para que prevalezca el sentido común, a fin de garantizar que los intereses de un cartel europeo no se confundan con el interés general y que se realice una revisión profunda de la propuesta legislativa de la Comisión.

 
  
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  Alexander Stubb (PPE-DE).(EN) Señor Presidente, quiero hacer cinco breves observaciones. Apoyo ambos informes, ya que están bien redactados y tratan los puntos más importantes.

Mi primera observación es que me agrada la forma en que los informes se centran en un fondo y un programa, pues ello homogeneiza la forma de hacer nuestro trabajo y lo hace más eficaz y menos complejo. Este es un enfoque muy satisfactorio por parte de ambos ponentes.

Mi segunda observación se refiere a los indicadores territoriales. Al proceder de Finlandia, creo que es muy importante que no solo nos centremos en el PIB, sino que ampliemos nuestra perspectiva y veamos lo difícil que es llegar a un sitio. Acojo con agrado las propuestas de los ponentes sobre ese punto.

Mi tercera observación consiste en que estoy decepcionado al no existir en los informes ninguna mención de las regiones septentrionales escasamente pobladas. Insto a todos los que no hayan estado en Laponia a que vayan y vean qué aspecto tiene una auténtica región ultraperiférica. Esto se mencionaba en el artículo 218 de la Constitución y es una lástima que no vaya a adoptarse a tiempo.

Mi cuarta observación se refiere a las agencias. Las agencias y su descentralización forman parte de la regionalización. No me importa que la Agencia de Seguridad Alimentaria se fuera a Parma –puedo contentarme con una Agencia de Control de Productos Químicos–, pero hemos de ser sensatos. En el marco de una política regional racional, deberíamos estudiar dónde debería estar la sede del Parlamento Europeo. No estoy seguro de que sea una buena política regional volar o coger el tren a Estrasburgo una vez al mes.

Por último, quiero felicitar a los ponentes por incluir la competitividad y Lisboa en los informes. En conjunto, los apoyo.

 
  
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  Richard Seeber (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, quiero aprovechar esta oportunidad para dar las gracias a la Comisaria Hübner por las misiones de investigación que sigue emprendiendo en diversas partes de la Unión. La observación básica que quiero hacer acerca del informe es que no se puede tener «más Europa» por menos dinero, y por consiguiente es deseable que, al menos, alcancemos un acuerdo rápido y realista sobre las perspectivas financieras.

El informe en sí es correcto y adecuado, exige un incremento de la cohesión económica y social en línea con la cohesión territorial, para que todo ciudadano de la UE pueda confiar de unas estructuras estatales y políticas óptimas para que su vida sea un éxito. ¿Qué puede hacer la UE al respecto? Para empezar, tiene que establecer un marco de referencia para el desarrollo económico, social y territorial equilibrado de la zona geográfica de la Comunidad en su conjunto. En segundo lugar, las políticas sectoriales de la UE han de adquirir este nuevo componente territorial y con ello un valor europeo añadido. En tercer lugar, es preciso promover la diversidad de la Comunidad, apoyando los intereses, las fuerzas y las debilidades específicas de las diferentes regiones para el bien de una política regional policéntrica.

A través de un enfoque omnímodo de este tipo por parte de las políticas de la UE, mejorado por el componente territorial y manteniendo la subsidiariedad, podremos avanzar con la UE en dirección a una Unión de todos los ciudadanos. Es preciso prestar una atención especial a las regiones desfavorecidas como las zonas montañosas rurales, para las cuales tendrán que diseñarse indicadores adecuados si queremos tener una mejor imagen de cuáles son las desventajas reales, para las que no son suficientes los modelos y métodos de cálculo existentes, como por ejemplo el PIB per cápita. Asimismo hay que enfatizar más la simplicidad y practicabilidad de la política comunitaria si se quiere garantizar su aplicación eficaz en todas las regiones de la UE. Es un ejemplo en que el principio «menos es más» es aplicable.

 
  
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  Francesco Musotto (PPE-DE).(IT) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, uno de los principales objetivos de la política territorial, como se pone correctamente de manifiesto en los dos informes, es la aplicación del principio de equidad entre los ciudadanos, independientemente del lugar de la Unión Europea en el que vivan.

Hay que prestar especial atención a los 9 400 000 habitantes de las 284 islas de la Unión Europea, el 3 % de la población total que vive en un territorio de 95.000 km2. El desarrollo económico de esas zonas está condicionado por el aislamiento y por los costes añadidos que este acarrea. En muchos casos, estas islas tienen un terreno montañoso y también son regiones ultraperiféricas menos desarrolladas. En 2004, su PIB medio per cápita ascendió al 72 % de la media de la Unión Europea y en la mayoría de los casos fue inferior a cualquier otra zona de sus respectivos países.

No obstante, hay que destacar que esas desventajas logísticas no equivalen necesariamente a circunstancias económicas desfavorables. En efecto, dichas desventajas deben transformarse potencialmente en ventajas y abrir la vía a nuevas posibilidades de desarrollo. Las islas son parte del patrimonio natural de la Unión y tienen una marcada vocación por muchos tipos de actividad, como por ejemplo el turismo y actividades culturales y de ocio.

Entre otras cosas, con el desarrollo de la economía basada en el conocimiento –un importante objetivo de la política comunitaria– no es ya la proximidad a las materias primas o a los grandes mercados el elemento que induce a los ciudadanos a elegir el lugar de residencia, sino la belleza natura y los atractivos de los alrededores. En este sentido, la disponibilidad de infraestructuras y equipamientos esenciales son factores decisivos.

Por tanto, después de haber introducido el principio de «un fondo por programa» en las perspectivas financieras de 2007-2013, es preciso relanzar la política de cohesión territorial como instrumento que aporta un recurso fundamental, como hacen con acierto estos dos informes, y situarla entre los objetivos prioritarios de la política de cohesión de la Unión Europea en sentido amplio.

 
  
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  Danuta Hübner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, ha sido un debate excelente sobre los dos informes, al que he prestado gran atención.

Con respecto al informe del señor Guellec, he tomado nota del firme apoyo de esta Cámara a las recomendaciones que plantea: considerar la cohesión territorial como un elemento importante de las estrategias de Lisboa y Gotemburgo; dar un impulso a todas las dimensiones de la cooperación territorial; y hacer más hincapié en la cooperación entre centros urbanos, zonas suburbanas y el campo, sobre todo los que tienen dificultades específicas, a fin de contribuir al desarrollo de comunidades sostenibles.

Me complace enormemente que compartamos tantas ideas. Permítanme contestar a esas pocas ideas sobre las que pienso podríamos tener alguna dificultad para encontrar una solución. En primer lugar, con respecto a la adopción de nuevos indicadores territoriales, junto con el PIB, para medir el desarrollo de las regiones y evaluar los obstáculos, quiero recordarles que no existen indicadores normalizados y de generalmente aceptados en el terreno de la cohesión territorial y que, como saben, cualquier indicador nuevo tiene que ser aprobado por Eurostat. En la actualidad solo existen unos pocos indicadores disponibles a escala regional que hayan sido armonizados: PIB, empleo, paro y población. En segundo lugar, estoy de acuerdo en que es necesario proseguir la labor en este terreno, pero hoy por hoy hemos de ser realistas.

En cuanto al tema de la creación de un sistema para evaluar el impacto de las diferentes políticas comunitarias en la cohesión territorial dentro de la Unión, es cierto que la evaluación actual no tiene en cuenta cuestiones de cohesión social. Estoy de acuerdo en que esta cuestión merece un estudio más a fondo. He tomado nota de su propuesta de desarrollar un sistema así a través de ORATE y voy a pedir a mis servicios que lo analicen. También lo discutiremos con los Estados miembros que, como ustedes saben, cofinancian este programa.

Respecto de su sugerencia de que se elabore un Libro Blanco sobre cohesión territorial para 2007, especificando en particular la forma en que este objetivo ha de incorporarse en el plan estratégico nacional de cada Estado miembro, tal vez recuerden que yo planteé la posibilidad de redactar un Libro Blanco para promover la cohesión territorial en el programa de trabajo europeo en la perspectiva de una ratificación de la Constitución. Eso se hizo en Luxemburgo en mayo.

Me permito recordarles que, en las directrices estratégicas, pedíamos a los Estados miembros prestar especial atención a los temas territoriales a la hora de confeccionar sus planes de desarrollo nacionales. Ya han sido elaborados, así que, aun cuando coincido plenamente con el valor añadido que pudiera aportar el Libro Blanco, no podemos quedarnos a la espera del mismo para incorporar esta dimensión en los planes estratégicos nacionales.

En cuanto al informe del señor Marques, he anotado también una serie de preocupaciones y recomendaciones y me gustaría responder al mayor número posible de ellas en el tiempo de que dispongo.

Respecto del plan de acción a favor de la gran vecindad, estoy plenamente de acuerdo en que hemos de fortalecer los vínculos económicos, sociales y culturales entre las regiones ultraperiféricas y sus vecinos de países terceros. Hemos de impulsar esto en dos frentes: primero, con medidas comerciales y aduaneras que permitan la integración de los mercados de bienes y servicios, así como en terrenos relacionados con el comercio; y segundo, los acuerdos preferenciales con países terceros. Esto afecta sobre todo a los países ACP a través de los acuerdos de asociación europeos. Estos nuevos acuerdos deben entrar en vigor en enero de 2008. Actualmente nos encontramos en proceso de negociación, pero también estamos estudiando las necesidades e intereses de dichas regiones, junto con los Estados miembros afectados.

Comparto su opinión de que hay que apoyar la integración económica mediante intercambios de naturaleza social y cultural y cooperación en ámbitos como las nuevas tecnologías, medidas sanitarias, lucha contra la inmigración ilegal y medidas relativas al medio ambiente y la prevención de riesgos. También puedo comunicarle que mis servicios están explorando actualmente posibles formas de utilizar los instrumentos financieros de la Comunidad –no solo el Fondo Europeo de Desarrollo Rural, sino también el Fondo Europeo de Desarrollo– para reforzar la política de gran vecindad.

Con respecto a la agricultura y la pesca, algunas de sus recomendaciones ya forman parte de nuestras propuestas legislativas, como algunos de ustedes deben saber. En cuanto a la reforma de la organización del mercado del azúcar, la propuesta de la Comisión tiene en cuenta los problemas específicos de las regiones ultraperiféricas. La Comisión está segura de que el sector del azúcar en las regiones ultraperiféricas se halla en expansión, también en el contexto de su contribución a la seguridad energética.

En cuanto al nuevo fondo agrícola, en este terreno hemos propuesto, como saben, unos porcentajes de cofinanciación máximos que son superiores para las regiones ultraperiféricas, al tiempo que se han ampliado también las áreas de intervención.

En cuanto a los plátanos, sus Señorías saben lo difícil que resultan las negociaciones para nosotros, pero puedo asegurarles que la Comisión hará cuanto pueda para proteger los intereses de los productores comunitarios.

Sobre la pesca, en la reunión del Consejo del 21 de junio la Comisión declaró que era necesario un tratamiento específico para este sector en las regiones ultraperiféricas. Hemos iniciado un estudio de esta cuestión y estudiaremos atentamente el tema.

En relación a la competitividad, sus recomendaciones referentes a la competitividad de las regiones y la atención a dedicar al desarrollo del capital humano constituyen el elemento central de las directrices estratégicas comunitarias propuestas para la siguiente generación de programas de cohesión.

En el entorno de la investigación, hemos adoptado medidas específicas para las regiones ultraperiféricas en el proyecto del séptimo programa marco.

Con respecto a la ayuda estatal, la última propuesta de reglamentación de la ayuda regional nacional contiene una serie de medidas positivas en favor de las regiones ultraperiféricas. Dichas regiones se incluirán en el ámbito de aplicación de la letra a) del apartado 3 del artículo 87. También se beneficiarán de unos importes máximos de la ayuda más elevados y podrán autorizar ayudas al funcionamiento.

Mi puerta siempre está abierta para quienes precisen más información detallada. Creo que, en un momento en que tantas propuestas afectan a la situación de las regiones ultraperiféricas o las regiones en general, la cooperación constante y la comunicación son obligatorias para todos nosotros.

 
  
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  El Presidente. El debate conjunto queda cerrado.

La votación tendrá lugar mañana a las 12.00 horas.

 
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