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Acta literal de los debates
Miércoles 28 de septiembre de 2005 - Estrasburgo Edición DO

28. Fuentes de energía renovables en la Unión
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  El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0227/2005) del señor Turmes, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, sobre la cuota de las energías renovables en la Unión Europea y las propuestas de medidas concretas [2004/2153(INI)].

 
  
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  Claude Turmes (Verts/ALE), ponente. – (EN) Señor Presidente, el siglo XXI será el siglo de las tecnologías renovables. El pasado martes por la tarde organizamos una conferencia con destacados representantes del sector y fue realmente impresionante comprobar la gran diversidad de energías renovables y novedades como las energías oceánicas, la electricidad termosolar y los biocarburantes de segunda generación.

Cuando hablamos de energías renovables no nos referimos solo a la seguridad del suministro, sino también al medio ambiente: se trata de la futura política industrial y económica de Europa. Gracias a que un reducido número de países se han dedicado a ello, este es uno de los sectores en que Europa es líder mundial. La semana pasada estuve en Dinamarca. Este país ha conseguido la mayor inversión en energía eólica del mundo, en los Estados Unidos y será una compañía danesa quien la lleve a cabo.

De modo que llevamos cierta ventaja en esta tecnología y debemos mantenerla. Para ello necesitamos un enfoque político. Y necesitamos también un enfoque sistemático de la política energética. La mejor energía renovable es el uso inteligente de la energía: la eficiencia energética.

Un segundo importante enfoque sistemático –y esto es algo que a menudo olvidamos– es la adecuada densidad energética. Utilizar la electricidad para calentar o enfriar una casa es completamente irracional y antieconómico. Con nuestra política energética debemos detener el actual uso ineficiente de la energía y progresar en el uso de energías renovables de baja temperatura y de los residuos de la producción de electricidad.

Echemos un vistazo a los sectores. En la construcción –vimos un ejemplo concreto de esto el martes–, con dinero de la Comisión estamos financiando un proyecto en Hungría. Se trataba de un plattenbau, uno de esos edificios de muy baja calidad. Hubo una reducción comprobada del 80 % de la energía. Así, lo que era un nimio 5 % de calefacción solar, al haber una reducción del 80 %, se convierte inmediatamente en un 25 % de cuota de energía renovable. Esto supone más confort para los que viven ahí y creación de empleo en Europa. Sobre todo en Europa del Este, las reformas de los edificios y la modernización de los sistemas municipales de calefacción central para que utilicen biomasa en vez de carbón son parte importante de esta cuestión.

Ahora hablaré de la refrigeración termosolar. Sí, podemos enfriar las casas con energía solar, y es una combinación perfecta porque, cuando hay sol, los edificios se calientan, pero el sol también ayuda a producir energía con la que enfriarlos. Por eso, es una de las grandes oportunidades para el parque inmobiliario, y la señora Rothe mencionará algunos instrumentos políticos al respecto.

En el sector eléctrico, la energía oceánica será el próximo gran desarrollo, y tenemos que dedicar dinero al desarrollo de la electricidad termosolar. Para el sur de Europa es una gran oportunidad, y en las regiones soleadas del planeta supone también una gran oportunidad para nuestras industrias.

Pero tenemos que corregir el funcionamiento del mercado eléctrico. Señor Comisario, aquí se habla mucho de eso. Creo que nuestra actitud debe ser más firme. Es necesario diversificar la propiedad. Hay que poner coto a los subsidios al carbón y la energía nuclear, y hace falta un marco estable para la electricidad renovable.

Mis últimas palabras se refieren al sector del transporte. Es el más ineficiente de los sectores. Un coche tiene una eficiencia de tan solo el 10 o 12 %, mientras que en el sector eléctrico estamos en el 40 %, y en la calefacción en el 80 o el 90 %. De modo que lo primero que hay que hacer en el transporte es imponer por ley la eficiencia de los vehículos, desplazar las mercancías de la carretera al ferrocarril, etcétera, y solo entonces tendrán sentido los biocarburantes actuales y los de segunda generación. En este terreno necesitamos también un marco estable hasta 2020; de lo contrario no habrá inversiones en biocarburantes de segunda generación.

Por último, quisiera dar las gracias a todos los colegas que estuvieron conmigo. Creo que hicimos un buen trabajo y espero que veamos una buena votación mañana.

(Aplausos)

 
  
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  Andris Piebalgs, miembro de la Comisión. (EN) En primer lugar quiero expresar mi gratitud al señor Turmes, el ponente sobre la comunicación de la Comisión relativa a la cuota de las energías renovables en la UE, y a todos sus colegas que han contribuido a este informe.

Esta cuestión reviste una importancia creciente, no solo debido a los elevados precios del petróleo, sino también para las políticas de la Unión Europea a medio y largo plazo. Hoy ya hemos tenido la oportunidad de hablar sobre este tema. Quiero señalar que incluso si hemos hecho avances sustanciales en el sector de las energías renovables, aún queda mucho por hacer; a pesar del objetivo de consumo general de energías renovables como la electricidad verde y la biomasa aún estamos muy lejos de cumplir los objetivos que nos hemos fijado para 2010. La Comisión está haciendo todo lo posible por alentar a los Estados miembros a que los cumplan. Está claro que tenemos y podemos hacerlo mejor.

He disfrutado mucho leyendo el informe. Presenta una visión general coherente y exhaustiva de las posibilidades de las energías renovables a corto y medio plazo.

Sé que se han presentado enmiendas para cambiar algunas partes del informe. Puesto que se trata de un informe de propia iniciativa del Parlamento, no comentaré todos los elementos o enmiendas que contiene, sino que me centraré en algunos aspectos clave.

En primer lugar, me ha impresionado la visión general de las posibilidades que nos ofrecen las energías renovables. Demuestran que podemos cambiar nuestra panoplia de fuentes de energía en el futuro.

Además, me complace que el Parlamento enfoque el tema de la energía de forma compleja y sistémica. Como bien han dicho ustedes, la liberalización está vinculada a unas condiciones justas para la electricidad renovable. Asimismo, han asociado la eficiencia energética a las energías renovables. Tienen una visión del uso de la investigación, la respuesta del mercado y los programas de apoyo. Además, han argumentado con convicción que las energías renovables forman parte de una solución global a nuestros problemas globales de energía. Y finalmente, también han asociado la competitividad a la seguridad del suministro y la protección del medio ambiente.

Acojo con particular satisfacción los puntos dedicados a la biomasa. Este sector es muy importante en la propuesta. Puedo informarles que la Comisión aprobará un plan de acción a finales de noviembre. El potencial energético de la biomasa en la Unión es muy importante y tiene que desarrollarse. Comparto la opinión de que la energía de la biomasa está íntimamente relacionada con otras políticas europeas. En la reciente propuesta de la Comisión de una decisión del Consejo sobre desarrollo rural, la Comisión propuso la integración de la biomasa y los biocarburantes en el desarrollo rural como un nuevo e importante mercado para una agricultura sostenible.

Está claro que seguiremos necesitando medidas de apoyo directas para garantizar una penetración suficiente de las energías renovables en el mercado y para cumplir los objetivos acordados. Como saben, la Comisión quiere adoptar una comunicación sobre los programas de apoyo a las energías renovables a finales de noviembre.

Esta comunicación será una buena oportunidad para evaluar los diferentes programas de apoyo que actualmente existen en Europa. Asimismo, eliminará las barreras que están dificultando el desarrollo de las energías renovables. Estas incluyen procedimientos de autorización complejos y una integración deficiente de las energías renovables en la planificación local. Tenemos que hacer un análisis exhaustivo de los diferentes sistemas nacionales. En función de su impacto decidiremos una perspectiva a más largo plazo.

Respecto del sector de la calefacción y la refrigeración, acojo con satisfacción el informe de propia iniciativa de la señora Rothe, que también contribuirá a presentar las iniciativas adecuadas. He visto las enmiendas sobre este sector, y la Comisión examinará atentamente qué más se puede hacer al respecto.

En el contexto actual de los elevados precios del petróleo tenemos que reaccionar con determinación y ambición. Hoy he presentado mi plan de cinco puntos, que cuenta con el apoyo de la Comisión.

Quiero volver a dar las gracias al ponente y a la Comisión de Industria, Investigación y Energía por haber elaborado el informe que hoy nos permite celebrar este debate, y que ayudará a la Comisión a tomar las iniciativas adecuadas.

 
  
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  Dimitrios Papadimoulis (GUE/NGL), ponente de opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. – (EL) Señor Presidente, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, quiero dar las gracias al ponente y felicitarlo por su importante informe.

Considerando las importantes ventajas que ofrecen las energías renovables, la cuestión es cómo podemos promover su desarrollo para que los ciudadanos del futuro puedan seguir beneficiándose de ellas. Se han tomado algunas medidas, pero como ha informado recientemente la Comisión, hay un retraso significativo en relación con los objetivos establecidos en la Directiva 2001/77/CE. Así pues, tenemos que hacer más y creo que tenemos que hacer más en cuatro ámbitos.

Primero, tenemos que crear un entorno político más favorable a las energías renovables. El papel de los Gobiernos es decisivo porque, por desgracia, las grandes multinacionales siguen invirtiendo sobre todo en petróleo. Por consiguiente, necesitamos incentivos para fomentar las inversiones en energías alternativas y crear mercados rentables.

Segundo, tenemos que crear un marco jurídico adecuado que apoye las energías renovables. Un marco que vaya más allá de los límites de un sistema de energía que, junto con su fundamento jurídico, se creó en un momento en el que las fuentes de energía renovable eran prácticamente desconocidas.

Tercero, necesitamos una inversión pública y privada inmediata en investigación para desarrollar tecnologías mejores y más baratas en relación con las energías renovables y

Cuarto, tenemos que fijar unos objetivos cuantitativos obligatorios hasta 2020, tanto para la producción general de energías renovables como para la electricidad en el sector de la calefacción y la refrigeración.

Podríamos crear 250 000 puestos de trabajo con la planificación de futuras inversiones en energías renovables.

 
  
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  Mairead McGuinness (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Agricultura.(EN) Señor Presidente, doy las gracias al ponente por su trabajo y por haber tenido en cuenta las opiniones de la Comisión de Agricultura en este importante informe. Supongo que nunca ha habido un momento mejor para un informe sobre energías renovables. Hoy el barril de petróleo cuesta 67 dólares y, como sabemos, se trata de un recurso limitado. Y las zonas rurales de la Unión Europea, de donde provendrán muchas de las energías renovables, están pidiendo a gritos empresas alternativas sostenibles.

Creo que es lamentable que la UE no vaya a ser capaz de cumplir su objetivo de una cuota de consumo de energías renovables del 12 % para 2010. Está claro que en algunos Estados miembros no existe ni la voluntad ni la inclinación de tomarse en serio la necesidad de generar energías renovables, mientras que otros siguen adelante. La Directiva sobre Biocarburantes establece objetivos para los biocarburantes del 2 % de penetración en el mercado para finales de este año, pero en Irlanda solo se ha fijado un objetivo del 0,03 %.

En cuanto a la producción de biomasa –el llamado gigante dormido de las energías renovables–, que el Comisario acaba de mencionar, me complace que vayamos a tener un plan de acción. Es algo de lo que realmente hemos de alegrarnos.

La contribución de la Política Agrícola Común a la producción de energías renovables debe ser reconocida tanto en relación con los biocarburantes como con la biomasa. Las energías renovables pueden ayudar a las zonas rurales a ofrecer opciones de diversificación, garantizando los salarios y generando empleo. Pero necesitamos incentivos para que las diversas opciones de energías renovables alcancen todo su potencial. En particular, la política fiscal no debe obstaculizar su expansión.

Aunque queremos fomentar la diversificación de nuestros agricultores, quiero hacer una advertencia. Existe la preocupación de que pueda surgir un conflicto entre la producción de cultivos alimenticios y los no alimenticios, y sería lamentable. Ambos tienen que ser sostenibles y generar ingresos. Estoy de acuerdo en que la política de desarrollo rural tiene que dar prioridad a las energías renovables en el futuro.

Por último, quiero decir que ayer en Irlanda se celebró un campeonato de labranza al que asistieron 60 000 personas, muchas de las cuales estaban hablando de toda esta temática de las energías renovables, y un investigador, que ha trabajado incansablemente durante 20 años, me dijo: «Creo que, por fin, ha llegado nuestro momento».

(Aplausos)

 
  
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  Peter Liese, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, yo también quiero dar las gracias a nuestro ponente, señor Turmes.

El Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos está a favor de las energías renovables, pero en ocasiones hemos tenido que recordar al señor Turmes la necesidad de enfocar la cuestión con más realismo. De hecho, logramos un éxito parcial cuando votamos en comisión. El informe contiene muchos aspectos positivos. El tema de la biomasa era muy importante para nosotros, y celebro que hayamos conseguido votar sobre todo un capítulo. Queremos que a la larga se armonicen los regímenes de ayuda europeos en el sector de la electricidad. Sabemos que no lo conseguiremos de la noche a la mañana. Pero a largo plazo tenemos que crear también un mercado único europeo en el sector de la electricidad con todas sus ventajas; uno de sus objetivos será reducir los costes, y este es otro punto importante para nosotros. Tenemos que conseguir lo máximo posible con los limitados fondos que tenemos a nuestra disposición. Por eso los regímenes de ayudas tienen que orientarse a reducir los costes.

Seguimos discrepando de algunos aspectos del texto propuesto. Por ejemplo, creemos que el objetivo del 25 % para 2020 plantea una serie de problemas y hemos presentado enmiendas al respecto. Creemos que no solo tenemos que debatir los aspectos positivos de la energía eólica, sino tener también en cuenta esas cuestiones de la estabilidad de la red y las objeciones de la población local. Creemos que hay que prestar más atención al sector de la calefacción y la refrigeración, porque podemos conseguir mucho con poco dinero: reducciones considerables en la cantidad de combustibles fósiles utilizados y de dióxido de carbono producido. Por eso también queremos fomentar las energías renovables: queremos reducir la dependencia del petróleo y del gas y controlar el problema del cambio climático.

Por todo ello, pido que apoyen las enmiendas del Grupo PPE-DE. Pero no cabe duda que Europa tiene que cooperar en el ámbito de las energías renovables.

 
  
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  Mechtild Rothe, en nombre del Grupo del PSE. – (DE) Señor Presidente, yo también quiero comenzar dando las gracias al ponente, señor Turmes, por su excelente informe y su gran cooperación. A pesar de las críticas del señor Liese, estoy segura de que mañana aprobaremos este informe por una amplia mayoría.

La actual crisis del petróleo, sobre todo, ha dejado cada vez más claro que tenemos que sustituir las fuentes de energía limitadas por fuentes que se autorrenueven constantemente. La UE ha lanzado con éxito una estrategia para promover las energías renovables, que establece una serie de requisitos legales en materia de objetivos, por ejemplo respecto a la electricidad obtenida de los biocarburantes. Hemos conseguido penetrar en el mercado y de este modo hacer una importante contribución a la lucha contra el cambio climático. Hemos creado 300 000 puestos de trabajo y facturado unos 15 000 millones de euros anuales; esta expansión ha realizado también una importante contribución a la Estrategia de Lisboa. Pero el esfuerzo realizado no es suficiente.

Como ya se ha dicho también, el cumplimiento de los objetivos fijados para los biocarburantes dista mucho de ser satisfactorio, y la Comisión ha tenido que hacer serias advertencias a algunos Estados miembros sobre el cumplimiento de objetivos en el sector de la electricidad. Hay que eliminar obstáculos como las barreras burocráticas, los problemas de capacidad de la red y unos regímenes de ayudas insuficientes. Porque aún no he renunciado a la idea de que podemos lograr el objetivo de doblar el consumo de energías renovables hasta el 12 % de aquí a 2010. Para ello tenemos que conseguir algo muy importante: llenar el vacío legislativo que existe en el sector de la calefacción y la refrigeración. Eso significa que necesitamos establecer unos requisitos legales y unos objetivos claros, de manera que los Estados miembros tengan incentivos para adoptar las medidas adecuadas y explotar el gran potencial que ofrecen la biomasa, la energía solar térmica y la energía geotérmica en este sector. Por lo tanto, un mensaje muy importante para la Comisión es el siguiente: les insto a actuar en este ámbito y presentar una legislación adecuada.

 
  
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  Vittorio Prodi, en nombre del Grupo ALDE. – (IT) Señor Presidente, Señorías, también yo quisiera dar las gracias al señor Turmes por su trabajo, por el trabajo que hemos hecho juntos. El documento es muy importante, porque reequilibra una situación que parece favorecer la producción centralizada y concentrada de energía.

Ha habido una notable negligencia con respecto a las energías renovables. Ahora, por fin, se puede afrontar el problema del reequilibrio y, por tanto, dedicarles el esfuerzo de investigación que no han tenido y que en cambio merecen por la contribución indispensable que pueden aportar a nuestras necesidades energéticas.

Pueden contribuir a garantizar la sostenibilidad, porque no emiten CO2 y son neutras con respecto al CO2, la independencia energética y la creación de puestos de trabajo en la Unión, precisamente en un momento tan difícil, como hemos visto hoy en el debate sobre el petróleo, y gracias a una tecnología en que somos líderes mundiales.

Será un esfuerzo que, ante todo, deberá darnos información precisa sobre la contribución que cada fuente puede aportar. Estoy seguro de que dicha contribución será muy importante en términos absolutos –superior a nuestros sueños más osados–, entre otras cosas porque la producción se expandirá. Esto conducirá a un mayor sentido de la responsabilidad y a un salto adelante en la eficiencia energética, a través de la adopción generalizada de la generación de electricidad combinada con calefacción y refrigeración. Esta perspectiva debe ser prioritaria, porque encarna nuestro compromiso.

Quisiera recordar, en particular, la contribución de la biomasa, que en los procesos de conversión en gas pueden producir hidrógeno directamente, y sabemos cuán importante es esto. Otras fuentes, como la eólica, han supuesto ya una notable contribución, otras son extremadamente prometedoras. Este debe ser nuestro compromiso y creo que con el señor Turmes y su Grupo conseguiremos hacer aún mucho trabajo.

 
  
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  Umberto Guidoni, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (IT) Señor Presidente, Señorías, me sumo al agradecimiento al ponente, el señor Turmes, por el excelente trabajo que hemos hecho juntos.

No hay duda: la gran mayoría de la comunidad científica está convencida ya de que las emisiones de gases de efecto invernadero son las principales responsables del aumento de la temperatura del planeta y hay una duda razonable sobre la relación entre dicho calentamiento y la frecuencia y la violencia cada vez mayores de las recientes catástrofes naturales.

Para reducir los gases de efecto invernadero hay que apostar por la superación de la era del petróleo y por las fuentes de energía alternativas, partiendo de la primera fuente alternativa, que es el ahorro energético. En efecto, una política encaminada a aumentar la eficiencia y reducir el despilfarro puede conducir en pocos años a un ahorro de más del 20 % del consumo de petróleo; recurriendo masivamente a las fuentes renovables, como la eólica, la solar y la biomasa, se podrá obtener una cantidad similar.

El Libro Verde de la energía de la Comisión Europea es un buen punto de partida, pero, para que sea eficaz, hay que preparar programas de investigación capaces de simular el desarrollo de sistemas energéticos sostenibles y competitivos, entre otras cosas mediante proyectos demostrativos plurianuales, por ejemplo aquí en el Parlamento Europeo, y políticas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas que invierten en el sector.

A las inversiones masivas habrá que añadir incentivos financieros y fiscales a favor de las energías alternativas para la ejecución de las infraestructuras necesarias, por ejemplo del hidrógeno, y para una movilidad sostenible.

El papel de la Unión Europea es decisivo también para estimular las políticas nacionales y aplicar en la práctica las directrices comunitarias: solo con un esfuerzo coordinado a escala continental Europa podrá convertirse en un interlocutor creíble en materia de políticas energéticas planetarias.

 
  
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  Mieczysław Edmund Janowski, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, quiero felicitar al ponente por su excelente trabajo. Las sucesivas crisis energéticas, sumadas a la perspectiva de un agotamiento de los carburantes orgánicos no renovables ante la creciente demanda y la necesidad de proteger el medio ambiente, han creado un creciente interés por las fuentes de energía renovables. Por lo tanto, acojo con satisfacción la decisión de debatir esta cuestión en la Cámara.

El señor Turmes ha hecho referencia al sol. Aunque todos los carburantes como el petróleo, el gas, el carbón y la madera, pudieran quemarse con la máxima eficacia, la cantidad de energía obtenida equivaldría solo a la cantidad de energía solar que llega a la Tierra en apenas cuatro días. Creo que eso es algo que debemos recordar.

La cuestión que estamos debatiendo aquí reviste una importancia fundamental y es lamentable que la estemos debatiendo a última hora de la tarde, con muy pocos diputados presentes. El reto al que nos enfrentamos abarca numerosos aspectos, como por ejemplo aspectos técnicos, científicos, medioambientales, climáticos, económicos, sociales y de defensa, por nombrar solo algunos. La Unión en su conjunto tiene que tomar medidas específicas al respecto, con la debida consideración de la cooperación internacional, una iniciativa que corresponde a cada país...

(El Presidente interrumpe al orador)

 
  
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  Sergej Kozlík (NI). – (SK) Lamentablemente, los países de la Unión Europea no poseen fuentes de energía importantes. Hace algunos meses, las instituciones de la Unión Europea abordaban la cuestión de la seguridad energética en Europa. Según una declaración sin duda platónica, la dependencia de los países europeos de las fuentes de energía externas aumentará de un 50 a un 70% en los próximos veinte años.

Si consideramos las consecuencias de esa afirmación, la política energética de la Unión Europea parece bastante ingenua, sobre todo desde la perspectiva de garantizar un buen nivel de autosuficiencia energética. Por supuesto, apoyo las medidas a favor de una mayor eficiencia energética, el establecimiento de las condiciones previas para favorecer el consumo de fuentes de energía renovables, y la conservación de la energía. Por otra parte, para que los europeos tengan una posibilidad real de cumplir los requisitos energéticos, tienen que superar su fobia a la energía nuclear y a otras formas establecidas de producción de energía que, por supuesto, funcionan estrictamente de acuerdo con las normas medioambientales y operativas. Las instituciones europeas deben adoptar también una visión más de futuro frente al cierre de las actuales instalaciones de energía. En este contexto, critico la decisión, motivada sobre todo por consideraciones políticas, de desmantelar prematuramente la central nuclear de Jaslovské Bohunice, a pesar de que cumple con los requisitos de seguridad operativa. Esa decisión debilitará el potencial energético no solo de Eslovaquia, sino de toda la Unión Europea, y desperdiciará unos recursos que podrían haber servido, entre otras cosas, para financiar programas destinados a apoyar las energías alternativas.

 
  
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  Nikolaos Vakalis (PPE-DE). – (EL) Señor Presidente, Señorías, sabemos que la cuestión de promover las fuentes de energía renovables reviste una importancia fundamental.

El reciente dictamen hace hincapié en ello. Creo que el plan de cinco puntos del señor Piebalgs apunta en esa dirección.

Permítanme centrar nuestra atención en dos cuestiones.

En primer lugar, tenemos que fomentar la independencia de los sistemas insulares en la Unión Europea. Por ejemplo, en mi país hay muchas islas a las que no llega la red nacional de suministro eléctrico. Las modernas tecnologías de generación híbridas, que combinan fuentes de energía renovable y tecnologías de almacenamiento, tienen que aplicarse a los sistemas de energía independientes con carácter prioritario. Eso nos permitirá disponer de unidades de energía independientes y descentralizadas, junto con una producción y un suministro de energía constantes para el consumidor.

La segunda cuestión se refiere a la energía solar y eólica. Su conexión con las redes de energía actuales está ocasionando problemas. La Comisión tiene que estudiar buenas prácticas en la gestión de las redes para resolver esos problemas. Esa tiene que ser nuestra primera preocupación, si queremos que las fuentes de energía renovables tengan cabida en el sistema energético de cada país.

 
  
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  Adam Gierek (PSE). – (PL) Señor Presidente, la energía producida a partir de fuentes de energía renovables tiene que explotarse según las prioridades tecnológicas de cada país. Las condiciones climáticas y agrícolas de Polonia exigen un apoyo prioritario a los biocarburantes, seguidos de la energía geotérmica. Pero la experiencia adquirida hasta la fecha no pinta un panorama muy prometedor respecto a la producción de electricidad a partir de biomasa sólida. Entre otras razones, eso se debe a la escasa eficiencia de la conversión de la energía térmica en energía eléctrica, y también a los problemas logísticos y medioambientales. Además, la biomasa de la madera tiene que secarse para eliminar un 20% de su contenido de agua, y este proceso consume energía adicional.

Otra prioridad para Polonia podría ser la energía contenida en los residuos urbanos. Esta fuente de energía no solo se autorrenueva constantemente, sino que está aumentando a una velocidad enorme y alarmante. Por definición, se trata de una fuente de energía renovable. Las tecnologías actuales, como la pirolisis, permiten obtener hidrocarburos a partir de los residuos y convertirlos en energía eléctrica mediante un proceso eficiente. Las ventajas son dobles: la energía como forma de reciclaje secundario y la eliminación de vertederos. La Comisión tiene que reconocer que este tipo de energía es renovable.

 
  
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  Esko Seppänen (GUE/NGL). – (FI) Señor Presidente, señor Comisario, el señor Turmes ha presentado un informe detallado con su inconfundible estilo, esta vez sobre una estrategia para el uso de energías renovables. El informe merece nuestro reconocimiento y habla por sí solo.

Se prevé que la población mundial y el consumo de energía sigan aumentando. Cuando hablamos de biocarburantes renovables y de cultivos energéticos, tenemos que ser conscientes de que la producción de energía compite con la producción de alimentos por el mismo trozo de tierra. Teniendo en cuenta los actuales precios del petróleo y del grano, quizá sea más barato utilizar grano en lugar de petróleo como combustible. Por otra parte, son muchas las personas que mueren de hambre en todo el mundo. Así funcionan los mecanismos del mercado.

Mientras escuchaba la explicación de la estrategia energética del Grupo de los Verdes –y el señor Turmes es un verde–, me he dado cuenta de que existe una actitud hostil hacia la investigación del uso de la energía de fusión. Al igual que el señor Turmes, estamos a favor de financiar la investigación de las fuentes de energía renovables y la eficiencia energética en el marco del Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico. Pero no podemos permitir que ocurra a costa de la investigación de la fusión nuclear. La humanidad necesita explorar a fondo esta posibilidad de producción de energía. Se trata de un recurso energético a mitad de camino entre la energía renovable y no renovable. Nos enfrentamos a una serie de problemas y su solución dependerá de que consigamos coordinar el crecimiento demográfico, la producción de alimentos y la generación de energía renovable.

 
  
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  Avril Doyle (PPE-DE).(EN) Señor Presidente, quiero felicitar al ponente por su esclarecedor informe sobre los 21 tipos de energías renovables, que desempeñarán un papel cada vez más importante en el siglo XXI, desde la perspectiva del cambio climático o de la seguridad del suministro de combustibles fósiles y el aumento de los precios.

Mi país, Irlanda, tiene posibilidades únicas de desarrollar energía y combustible ecológicos: tenemos la base tecnológica, el clima y los vientos y olas que se cuentan entre los más fuertes de Europa en nuestra costa atlántica. Justo ayer nuestro Ministro anunció un nuevo programa de apoyo a otros 400 megavatios de capacidad de producción de energía renovable. Pero a pesar de todo ello, la ambición de nuestro sector de energías renovables se ha visto completamente frustrada. El Ministro ha vuelto a equivocarse: su propuesta constituye un intento de desafiar la gravedad económica. Está proponiendo el único programa en Europa que limita los precios y las cantidades. Esto distorsionará la competencia en un mercado que ya es desfavorable a los generadores independientes de energías renovables.

El mercado de la electricidad en Irlanda no está realmente liberalizado. La investigación sobre las prácticas anticompetitivas en el mercado de la electricidad, anunciada hace seis meses por el Comisario Kroes demostrará sin duda que la ESB la Junta de Suministro de Electricidad–, al igual que su homóloga francesa EDF, aún mantiene un monopolio efectivo y abusa de su posición dominante como portero de la red nacional, en lugar de separar la generación de la explotación de la red con una subvención cruzada de la generación antieconómica a base de combustibles fósiles con los beneficios para la red nacional. El miedo a que la ESB apague las luces en cualquier momento hace que los reguladores adopten un enfoque cauteloso respecto de la apertura del mercado. ¡El Gobierno no puede hacer nada! Ha renunciado a todo poder para definir políticas en este terreno concreto. La Ley de 1999, que creó la Comisión Irlandesa de Regulación de la Energía, incorporaba una disposición que preveía la independencia con respecto a las orientaciones políticas del Ministerio en 2002. El autor de dicha ley es ahora presidente de la Comisión Irlandesa de Regulación de la Energía, y tiene carta blanca para reglamentar sin ningún tipo de aportación o supervisión del Gobierno. La necesidad de un arbitraje independiente no puede excluir las orientaciones de la política ministerial.

Tenemos una política de red marginal en la que cada proyecto exige una actualización de la red y tiene que batallar en cada caso por su acceso. Esto provoca una burocracia e incertidumbre económica considerables en el sector de las energías renovables. Ya es hora que el Gobierno irlandés retome el control de la política en materia de energías renovables en Irlanda.

 
  
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  Andres Tarand (PSE). – (ET) Represento a un Estado miembro que ocupa la penúltima posición de la Unión Europea en el uso de energía renovable. La razón es el monopolio de la energía derivada del aceite de ballena, que es muy contaminante e ineficiente. La única razón que justifica en parte el uso de esa fuente de energía es que el valor del aceite de ballena no depende del precio mundial, sino que es establecido por una comisión del Ministerio de Economía y Comunicaciones. Así pues, a la hora de calentar los edificios, no nos afectan las fluctuaciones de los precios en el mercado mundial.

Pero ahora las empresas que producen petróleo derivado del aceite de ballena han aumentado sus precios considerablemente tras firmar un acuerdo de concentración. Puesto que en Estonia la energía sostenible no se ha implantado en serio, muchos consumidores carecen de otras alternativas. Como todos sabemos, los pobres son quienes más sufren la subida de los precios.

Hoy, el Parlamento Europeo ha estado todo el día debatiendo las posibles medidas para paliar las consecuencias socioeconómicas. Pero nuestro Ministro de Economía y Comunicaciones se ha encogido de hombros y ha afirmado que no puede hacer nada si las empresas de aceite de ballena igualan el precio del aceite de ballena al precio del petróleo. En realidad, el precio del aceite de ballena no ha aumentado.

La moraleja es que la Unión Europea tiene que presionar a los Gobiernos de los Estados miembros que están escondiendo la cabeza debajo el ala. Le deseo mucha suerte al representante Andris Piebalgs, y quiero dar las gracias al diputado Claude Turmes por haber dado un gran paso en la dirección correcta.

 
  
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  Andris Piebalgs, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quiero hacer unos breves comentarios.

En primer lugar, les puedo asegurar que la Comisión hará todo lo que esté en su mano por aplicar las directivas vigentes. En segundo lugar, ha quedado suficientemente demostrada la necesidad de una directiva sobre el uso de energías renovables con fines de calefacción y refrigeración. Los argumentos a favor son muy convincentes.

Asimismo, quiero mencionar que es muy importante consultar a las Comisiones de Medio Ambiente y Agricultura, pero si queremos que el objetivo de las energías renovables tenga éxito, también tendrán que participar otras comisiones. Si solo participa la Comisión de Energía, no conseguiremos los objetivos. Se trata de una cuestión mucho más amplia; la comisión responsable de las cuestiones fiscales y otras comisiones, en especial las que estás implicadas en el desarrollo económico, tienen que abordar estas cuestiones.

El informe sobre la situación del mercado interior estará listo en noviembre. Entonces estaré encantado de debatir con ustedes la situación y los retos en los diferentes Estados miembros. La situación de la liberalización del mercado difiere de un Estado miembro a otro.

Doy las gracias al ponente y a todos los que han contribuido a este excelente informe.

(Aplausos)

 
  
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  El Presidente. – El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el jueves a mediodía.

Declaración por escrito (artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Edit Herczog (PSE). – (HU) Señor Presidente, Señorías,

Acojo con satisfacción el informe Turmes que describe a grandes rasgos el futuro de las energías renovables de conformidad con las directrices generales de la Estrategia de Lisboa. Estoy también de acuerdo en que en el marco de una política energética europea coherente, las fuentes de energía renovables pueden tener una influencia positiva en la creación de empleo, la protección medioambiental, la integración del mercado, la investigación y el desarrollo, la innovación y el desarrollo económico sostenible en las próximas décadas.

Pero quiero decir que las tecnologías que utilizan energía renovable son muy caras, tanto en términos de valor absoluto como de eficiencia. Dicho eso, el precio de la energía, sobre todo en las circunstancias actuales, es una cuestión muy delicada en muchos Estados miembros, hasta tal punto que incluso puede poner en peligro la cohesión social. Por consiguiente, creo que antes de empezar a preparar una política ambiciosa en materia de energía renovable, es muy importante favorecer la cohesión entre regiones, Estados miembros y pequeñas regiones, así como la integración del mercado europeo de la energía mediante una política energética integral basada en un equilibrio razonable.

 
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