29. Situación de las minorías en Kosovo en materia de derechos humanos
El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede a la declaración de la Comisión sobre la situación de las minorías en Kosovo en materia de derechos humanos.
Olli Rehn, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, esta declaración responde a tres preguntas planteadas por sus Señorías relativas a la situación de los derechos humanos de los romaníes en Kosovo.
En general, es justo decir que el proceso de repatriación de todas las minorías ha fracasado en Kosovo, ya que solo han sido repatriadas 13 000 personas desde 1999. Además, la comunidad romaní se encuentra en una situación muy desfavorecida.
La Comisión está preocupada por el hecho de que las repatriaciones forzosas de miembros de la comunidad romaní puedan estar ocurriendo en un marco que no garantiza su seguridad y su reintegración en la sociedad kosovar.
Mientras tanto, la Comisión apoya a la comunidad romaní como puede, en especial mediante nuestros programas de ayuda para mejorar la sostenibilidad general de sus condiciones de vida. Al mismo tiempo, no nos dirigimos específicamente a los repatriados forzosos.
La segunda cuestión se refiere a si el principio de no devolución se está respetando en el caso de la repatriación forzosa de los refugiados romaníes a Kosovo. No compete a la Comisión establecer si el principio de no devolución se respeta o no.
La responsabilidad administrativa es de la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo, UNMIK, así como de los Estados miembros de la Unión Europea que han decidido repatriar a los miembros de la comunidad romaní a Kosovo.
Mientras tanto, en marzo de 2005 el ACNUR, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, afirmó que las repatriaciones de los serbios y los romaníes kosovares no son seguras, ni tampoco las de los albaneses kosovares allí donde son minoría. Las repatriaciones de los ashkalíes, los egipcios, así como de los goraníes y los bosnios son más seguras.
La Comisión cree que el acuerdo entre la UNMIK y el Gobierno alemán sobre las repatriaciones forzosas se refiere solo a las minorías ashkalí y egipcia, y no a los romaníes y otros grupos minoritarios.
En tercer lugar, la cuestión de los romaníes en Kosovo en general. Todos los informes de progreso contienen un capítulo sobre la situación política y los criterios establecidos en el Consejo Europeo de Copenhague en junio de 1993.
Este capítulo contiene una sección sobre minorías y protección de las minorías en los países candidatos y candidatos potenciales, incluidos los países de los Balcanes occidentales.
El informe de progreso de este año sobre Kosovo no será una excepción y evalúa la situación de las minorías, incluidos los romaníes. Esta cuestión también se controlará periódicamente y se abordará en informes de progreso futuros y en el diálogo político de la Comisión con Kosovo.
Por supuesto, examinaremos con atención lo que el Embajador Kia Eide presente en su informe sobre Kosovo, que estará disponible dentro de algunas semanas. Esto afectará a la aplicación de las medidas de descentralización y la cuestión crítica de la protección de las minorías. Dicho informe será imprescindible cuando llegue el momento de determinar el comienzo de las conversaciones sobre el estatuto en Kosovo este otoño.
Bernd Posselt, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, nuestras opiniones difieren en algunas cuestiones, pero espero que al menos alcancemos cierto consenso en el ámbito de los derechos de las minorías. El país del Comisario, Finlandia, tiene un acuerdo ejemplar para su minoría sueca. Hace tiempo había una diputada en esta Cámara que tenía el mismo apellido que usted y pertenecía a esa minoría.
Ya es hora de que la Unión Europea adopte una normativa armonizada para las minorías, no solo en la UE –donde, para ser sinceros, no hay normas para las minorías, lo cual es un problema– sino también en nuestras relaciones exteriores con los países candidatos y con los países asociados. No podemos seguir escogiendo de forma arbitraria una u otra minoría en uno u otro país, sino que tenemos que esforzarnos todo lo posible por alcanzar una base común.
Creo que la Constitución kosovar, que el Presidente Rugosa redactó en la clandestinidad, recoge de manera ejemplar los derechos de las minorías. En 1999 se produjo la expulsión masiva de los albaneses y desde entonces las heridas de la guerra no han dejado de sangrar. Algunos años después de una guerra como esa, el regreso de los desplazados constituye, por supuesto, el capítulo más difícil. Pero tenemos que comenzar por el derecho de voto. El derecho de voto existe, y el Parlamento kosovar tiene reservados escaños para las minorías.
Quiero preguntarle al Comisario qué está haciendo, y qué está haciendo la UE, para garantizar que todas las minorías ocupen los escaños que les pertenecen en el Parlamento kosovar. En segundo lugar, ¿sabe el Comisario que en la vecina Serbia no hay escaños para las minorías? ¿Qué está haciendo el Comisario para garantizar que en el Parlamento serbio se apliquen las mismas normas respecto al derecho de voto que las que se aplican en Kosovo? En Kosovo, las minorías disfrutan de una excesiva representación parlamentaria, mientras que en Serbia, el límite del 5% y el hecho de tratarse de una circunscripción única hace que las minorías no ocupen ningún escaño. Son diferencias manifiestas.
¿Cómo ve el resultado del estatuto, que tiene que resolverse teniendo en cuenta estas cuestiones?
Panagiotis Beglitis, en nombre del Grupo PSE. – (EL) Señor Presidente, quiero dar las gracias al Comisario Rehn por su objetiva descripción de la terrible situación de las minorías en Kosovo.
Es verdaderamente preocupante que esta sea la primera vez desde 1999 que el Parlamento Europeo debate la cuestión de los derechos de las minorías en Kosovo. Esta política de doble rasero, esta sensibilidad selectiva hacia la minoría serbia y hacia otras minorías en Kosovo, es verdaderamente preocupante.
Si examinamos la situación descrita en los informes del Alto Comisionado para los Refugiados y del enviado especial de las Naciones Unidas, observamos que, desde 2004, tras los sangrientos acontecimientos y el asesinato de serbios y otras minorías, nada ha mejorado en Kosovo respecto a la protección de los derechos de las minorías.
Asistimos constantemente a sangrientos conflictos étnicos, por no hablar de la limpieza étnica de las minorías en Kosovo por parte de las bandas nacionalistas de la línea dura en Albania. La Resolución de las Naciones Unidas 1244/1999 no se aplica, pero es que además se está viendo cuestionada. No se aplica ninguno de los ocho criterios establecidos sobre la base del principio «normas antes que estatuto», y quiero preguntar al Comisario cuál es la política de la Unión Europea y si aprueba el inicio de las negociaciones en las Naciones Unidas sobre el estatuto final de Kosovo sin que se hayan cumplido esos criterios.
La Unión Europea ha diseñado una estrategia europea sobre la base de las conclusiones del Consejo Europeo de Salónica. Nosotros apoyamos un Kosovo multiétnico y democrático capaz de avanzar hacia su integración futura en las instituciones europeas. Pero tenemos que ayudarles a crear unas instituciones democráticas estables.
La Comisión Europea tiene que usar programas comunitarios como CARDS para financiar programas de desarrollo, educación, cultura y juventud en beneficio de todos los ciudadanos de Kosovo. Tenemos también que financiar la restauración de las iglesias y los monumentos culturales de las minorías, en especial de la minoría serbia.
Por último, el Parlamento Europeo tiene que asumir sus responsabilidades.
Viktória Mohácsi, en nombre del Grupo ALDE. – (HU) Señor Presidente, a finales de junio tuve conocimiento de que 35 000 refugiados atravesaban graves dificultades en Alemania. Habían llegado de Kosovo hacía seis años. Todos ellos son romaníes. No importa si les llamamos ashkalis o «egipcios». Durante la primera mitad de julio, los presidentes de las facciones –excepto los conservadores– escribieron una carta al Gobierno alemán pidiéndole que reconsiderara su decisión; es decir, la de repatriar a 35 000 romaníes a Kosovo, un país en el que solo quedan seis mil romaníes de un total de 150 000, e incluso ese pequeño grupo sigue viviendo en condiciones inhumanas. Viven en campos de refugiados en su propia tierra. En el campo de refugiados del norte de Mitrovica se han detectado niveles de plomo seis veces superiores a lo normal y desde entonces muchos niños han nacido con distintos tipos de defectos congénitos. Las casas en las que vivían los romaníes antes de la guerra han sido ocupadas ilegalmente por albaneses u otros grupos, o se han demolido. Alemania ha estado pensando durante seis años en otorgar la condición de refugiado a los romaníes, y ahora ha decidido devolverlos a Kosovo. Aproximadamente 70 000 romaníes están viviendo ilegalmente en otros Estados europeos o balcánicos, como los Países Bajos, Suecia, Finlandia, Macedonia o Serbia.
No tenemos ninguna madre patria que nos acoja cuando nos encontramos en una situación como esa. Cuando propuse este debate, pedí que Europa en su conjunto se pronunciara sobre la cuestión, y no que diez diputados debatieran la cuestión de las minorías después de las once de la noche en el Parlamento Europeo. Los diputados al Parlamento Europeo tenemos que ejercer influencia sobre Alemania. Tenemos que detener la deportación y abordar el problema de Kosovo.
Elly de Groen-Kouwenhoven, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (EN) Señor Presidente, desde la llegada de la Misión de las Naciones Unidas a Kosovo en 1990, el Ejército de Liberación de Kosovo, o UCK, ha estado usando la tortura, la violación, los asesinatos selectivos, los incendios y la quema de casas romaníes como métodos de limpieza étnica contra la comunidad romaní de Kosovo, incluidos los ashkalíes y los egipcios. La administración de las Naciones Unidas no ha encontrado medidas adecuadas para apaciguar a la mayoría albanokosovar. Al contrario, muchos casos claros de discriminación contra los gitanos no se tramitan y ni siquiera se formulan acusaciones.
Hoy en día, en Kosovo no existen los derechos humanos. El acceso de los romaníes a una vivienda, a la atención sanitaria y al empleo sigue siendo muy difícil, mientras que los niños han dejado de ir a la escuela por razones de seguridad o de falta de dinero. No es sorprendente que muchos repatriados estén vendiendo su propiedad, porque no están dispuestos a vivir con miedo y humillación. En tiempos de guerra los ciudadanos de todas las etnias huyen. Cuando termina la guerra es inaceptable que uno o dos grupos étnicos pasen a ser ciudadanos y codecisores mientras que otros se convierten en grupos desfavorecidos, minorías y personas desplazadas. Este doble criterio a partir de las características étnicas es la peor base para el establecimiento de un Estado independiente.
Con el comienzo de las conversaciones sobre el estatuto definitivo, la exclusión de los romaníes del proceso de toma de decisiones sería una prueba más de la falta de respeto por los ciudadanos de Europa Oriental.
El consorcio paneuropeo de alto nivel…
(El Presidente interrumpe a la oradora)
Gisela Kallenbach (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, mientras estábamos reunidos en esta Cámara, la televisión alemana ARD ha anunciado los Premios 2005 de los Medios de Comunicación a la Diversidad Cultural y la Integración en Europa. El premio de la televisión en la categoría de la información ha sido concedido a un reportaje sobre las deportaciones forzosas de los solicitantes de asilo y los refugiados. Es una dura realidad para los miles de ashkali y de egipcios, que en principio pertenecen a la familia romaní, y para otros kosovares que a menudo han vivido en Alemania y en otros países europeos durante más de diez años y cuyos hijos han nacido y se han integrado allí. Por desgracia, en Kosovo no encuentran ni siquiera las condiciones más básicas para comenzar una nueva vida. Sus hogares han sido destruidos; los índices de desempleo se sitúan en torno al 60%. No hay libre acceso a la educación, sobre todo para las minorías. Me parece una irresponsabilidad.
Pido al Comisario que haga todo lo posible por impedir que los Estados miembros lleven a cabo retornos forzosos, o que al menos presione para que se aumente la ayuda económica. Eso se aplica también a la situación inaceptable, que ya se ha mencionado, de los cerca de 700 romaníes que viven en campos en el norte de Mitrovica, para cuyo traslado faltan recursos. Eso constituye una violación de los derechos humanos fundamentales.
Olli Rehn, miembro de la Comisión. Señor Presidente, gracias por las observaciones, de las que he tomado buena nota. Las tendremos en cuenta en nuestro trabajo futuro. Comenzaré respondiendo a las preguntas de los diputados Mohácsi, De Groen-Kouwenhoven y Kallenbach.
Hay tres campos de personas desplazadas internamente en el norte de Mitrovica para los romaníes ashkalíes y los egipcios. Dichos campos están expuestos a una gran contaminación de plomo debido a las actividades del antiguo complejo minero de Trepca, y esto supone un grave riesgo para la salud de los habitantes.
En julio de 2004, la Organización Mundial de la Salud presentó un informe sobre los elevados niveles de plaquetas en esas comunidades y recomendó un conjunto de medidas de emergencia, incluida la evacuación de los centros. La UNMIK, el ACNUR, la OSCE y el Presidente de la Asamblea Municipal de Mitrovica firmaron un acuerdo en abril de 2005, creando un marco para la repatriación de los antiguos residentes romaníes mahalas a sus hogares en el sur de Mitrovica. Sin embargo, por desgracia este proceso aún no ha comenzado.
En el caso de los romaníes mahalas nos ha resultado difícil encontrar financiación y se lo hemos comunicado a todos los Estados miembros de la UE a través del Comité de Gestión, pidiéndoles que examinen la posibilidad de conceder fondos suficientes. Continuaremos planteando esta cuestión sobre el terreno a través de nuestra oficina europea de enlace y de la Agencia Europea para la Reconstrucción, que trabaja en esa zona.
También quiero responder a la pregunta del señor Posselt sobre los derechos de las minorías en los diferentes países de la UE, en los países candidatos y en nuestros países asociados. Es cierto, como ha dicho el señor Posselt, que se producen muchas violaciones dentro de la Unión Europea. Los derechos mínimos de las minorías están establecidos en los documentos relevantes del Consejo de Europa y la Convención de Derechos Humanos. Algunos países dentro de la Unión Europea mantienen unas normas mínimas, mientras que otros van más allá y tienen un alto nivel de derechos y protección de las minorías. Como Comisario responsable de la ampliación, me enfrento a situaciones difíciles, porque es duro ir más allá de lo que algunos Estados miembros de la UE practican. Sin embargo, tenemos que predicar con el ejemplo cuando tratamos con nuestros socios, ya sean países candidatos o países en el resto del mundo.
Es preciso tenerlo en cuenta. Estoy de acuerdo en que tenemos que trabajar en una definición más uniforme de los derechos de las minorías. En mi opinión, los derechos humanos en general y los derechos de las minorías en particular constituyen el núcleo de la idea europea y de la Unión Europea. Por lo tanto, no se trata de un producto estático, sino de un proceso dinámico que desarrolla esos derechos en niveles mucho más altos dentro de la Unión Europea y en toda Europa.
Por último, respecto de las cuestiones planteadas por varios diputados sobre las normas, el estatuto y el futuro de Kosovo, esta región tiene una necesidad urgente de desarrollo económico y social. El índice de desempleo depende de las estadísticas que se manejen, pero se sitúa como mínimo en el 40 % y a menudo en más del 50 %, y la situación sobre el terreno es muy difícil. Los ciudadanos han perdido la esperanza. Por eso ha llegado el momento de pasar de la estabilidad y la reconstrucción a la definición del estatuto, al desarrollo económico y social y las necesidades reales de los ciudadanos. Ya es hora que la Unión Europea pase de una política de normas antes del estatuto a una política de normas y estatuto, de forma que las conversaciones puedan comenzar pronto, avancen y el estatuto se concluya sin retrasos innecesarios.
En ese contexto, cabe destacar que el Consejo ha alcanzado un acuerdo en el grupo de trabajo sobre las directrices negociadoras para el acuerdo sobre la estabilización y asociación con Serbia y Montenegro. Es importante porque nos permite abrir las negociaciones sobre el acuerdo de estabilización y adhesión durante el quinto aniversario de la transición democrática en Belgrado y, además, porque concretará las perspectivas de Serbia y Montenegro y también facilitará un verdadero diálogo sobre Kosovo y una resolución de la cuestión de su estatuto sin retrasos innecesarios.
El Presidente. – El debate queda cerrado.
Declaración por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Katalin Lévai (PSE). – (HU) Los romaníes que viven en Kosovo son víctimas frecuentes de la discriminación racial y esa discriminación afecta a todos los aspectos de su vida. Viven en el campo de internamiento de Mitrovica en condiciones inhumanas, su salud peligra a causa del agua contaminada de los pozos y las autoridades locales no adoptan las medidas adecuadas para eliminar el problema.
Tenemos que conceder la condición de refugiados a los romaníes que vienen de Kosovo. A menudo escuchamos que se está repatriando a romaníes, a pesar de que la legislación internacional prohíbe claramente la repatriación de refugiados. En este contexto quiero llamar también su atención sobre el derecho al reagrupamiento familiar, que concede a los romaníes, al igual que a todos los demás inmigrantes, derecho de protección junto con sus familias en los Estados miembros.
De conformidad con la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, todas las víctimas de trato inhumano y de la guerra que se vean obligadas a abandonar su país por vivir en una situación constante de miedo y peligro, que sean perseguidas, cuyos hogares sean quemados y cuyas vidas estén en constante peligro, tienen que poder acogerse a la inmigración legal.
Tenemos que encontrar una solución para proteger a esas víctimas. Hay que prestar una atención especial a los niños, porque son los más vulnerables. En mi opinión, tenemos que reconsiderar pronto la cuestión de la inmigración para poder formular una política de inmigración europea sólida. Tenemos que reducir las oportunidades de inmigración ilegal y garantizar una protección adecuada a todos los inmigrantes legales en la Unión Europea.
Corren rumores de que en Europa Occidental se ha repatriado a 38 000 refugiados a un país que no respeta los derechos humanos. Pido con todo respeto el apoyo de todos los colegas diputados a esta cuestión para que nunca vuelva a ocurrir una situación así en esta Europa nuestra.