El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate de la declaración de la Comisión sobre el Paquete «Ampliación II».
Olli Rehn, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, hace algunas semanas les informé acerca de las recomendaciones de la Comisión con respecto a Bulgaria y Rumanía. Me complace presentarles hoy los puntos de vista de la Comisión sobre la estrategia de la ampliación en general, sobre los países candidatos Turquía y Croacia y sobre los posibles candidatos de los Balcanes Occidentales.
La ampliación constituye una de las herramientas políticas más poderosas de la UE: ilustra el «poder blando», o poder de transformación, de la UE, que ha contribuido a convertir algunos países en democracias estables y en sociedades más prósperas, con un mayor nivel de desarrollo económico y bienestar social. Proseguir un proceso de adhesión cuidadosamente gestionado responde al interés fundamental de Europa y de nuestros ciudadanos.
El marchamo de la estrategia de la Comisión de Barroso para la ampliación es la consolidación. Debemos ser cautos a la hora de asumir cualquier nuevo compromiso, pero al mismo tiempo hemos de hacer frente a los compromisos adquiridos, una vez que los países cumplan las estrictas condiciones de la adhesión. La condicionalidad es la clave de nuestro poder transformador, pero es una vía de doble sentido: la condicionalidad solo funciona si los países pueden creer en el compromiso de la UE respecto de su ingreso final.
Además, hemos de comunicar con mayor eficacia los objetivos y retos del proceso de adhesión y cómo negociamos con los países. El amplio apoyo público resulta fundamental para una política de ampliación sostenible, ahora más que nunca. Corresponde asimismo a los distintos Estados miembros exponer y defender las políticas que han acordado de forma unánime.
La Comisión cumple desde luego su papel, y conozco bien los esfuerzos más que notables del Parlamento Europeo y de muchas de sus Señorías en sus países de origen.
En el caso de Turquía y Croacia, comenzamos a examinar los apartados de las negociaciones de adhesión hace unas tres semanas. Los informes de progreso analizan en qué punto se encuentran los países, y las asociaciones para la adhesión fijan unos objetivos tanto a corto como a medio plazo para solventar los problemas detectados.
Francamente es un cuadro con sus más y sus menos. En Turquía han entrado en vigor reformas profundas y notables que mejoran el Estado de Derecho y los derechos humanos, pero al mismo tiempo su puesta en práctica sigue siendo irregular. El informe subraya que Turquía debe efectuar mayores esfuerzos en el ámbito de la libertad de expresión, los derechos de la mujer, las libertades religiosas, los derechos sindicales, los derechos culturales y la lucha contra la tortura y los malos tratos, terrenos en que en la práctica debe aplicarse una política de tolerancia cero. La Asociación para la Adhesión de Turquía aborda estos temas entre las prioridades de acción a corto plazo.
En la vertiente positiva, la Comisión detecta ahora en Turquía una economía de mercado en funcionamiento, siempre que se mantengan con firmeza las medidas de estabilización y reforma.
Croacia avanza bien en cuanto a la transposición de la legislación de la UE, pero todavía tiene que hacer esfuerzos importantes en los temas de la reforma del sistema judicial, la lucha contra la corrupción, la mejora de la situación de las minorías y la facilitación del retorno de los refugiados, así como en el fortalecimiento de las estructuras administrativas para la puesta en práctica del acervo comunitario. Huelga decir que Croacia tiene que seguir manteniendo una cooperación plena con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, de manera que el fugitivo que falta sea puesto finalmente a disposición de la justicia; vigilaremos este compromiso muy de cerca.
La opinión de la Comisión sobre la solicitud de la Antigua República Yugoslava de Macedonia para entrar a formar parte de la UE constituye una evaluación objetiva y justa. Solo unos pocos años después de haber estado al borde del guerra civil, el país ha logrado una estabilidad política y un desarrollo democrático notables, sobre todo gracias a la puesta en práctica del Acuerdo Marco de Ohrid. La Antigua República Yugoslava de Macedonia es, en la actualidad, el único Estado multiétnico operativo en los Balcanes Occidentales, y por tanto constituye una demostración de que el modelo multiétnico puede funcionar en la realidad. Por estas razones, la Comisión considera oportuno recomendar la condición de país candidato para la Antigua República Yugoslava de Macedonia; sin embargo, el país aún no está en condiciones de iniciar las negociaciones para la adhesión. La candidatura de la Antigua República de Yugoslava de Macedonia constituiría una importante señal política para toda la región. Al mismo tiempo, la Comisión no quiere precipitarse recomendando las negociaciones de adhesión antes de que el país esté listo. Evaluaremos regularmente la situación y recomendaremos entablar las negociaciones únicamente cuando se haya alcanzado un grado suficiente de cumplimiento de los criterios de Copenhague.
Por lo que respecta a Albania, Serbia y Montenegro, Bosnia y Herzegovina, ha llegado el momento de asentar con mayor firmeza nuestras relaciones mediante la negociación de un acuerdo de estabilización y asociación con cada uno de estos países. Con Albania tendríamos que poder hacerlo en un futuro próximo. En cuanto a los otros dos países, espero que podamos hacerlo hacia finales de 2006, siempre que progresen seriamente las reformas. Un acuerdo de estabilización y asociación constituye el primer peldaño hacia la Unión Europea, y tiene que estar asentado con rigor antes de dar otros pasos.
A raíz del informe objetivo y la recomendación del enviado de las Naciones Unidas en materia de normas, el señor Eide, están a punto de iniciarse las conversaciones sobre el futuro estatuto de Kosovo. La Comisión respalda plenamente los esfuerzos del enviado de las Naciones Unidas en materia estatutaria, el Presidente Ahtisaari, con la misión de preparar un acuerdo equilibrado y sostenible en Kosovo, y nosotros trabajaremos desde luego muy estrechamente con él.
Nuestro objetivo común tiene que ser un estatuto con normas; es sumamente importante que estén garantizados los derechos de las minorías y la protección de los lugares culturales históricos a fin de conseguir una solución sostenible que facilite la estabilidad de toda la región. A este efecto, pronto presentaré un informe conjunto con el señor Solana sobre la política de la UE con respecto a Kosovo. Tenemos que dotar asimismo el proceso estatutario de recursos financieros adecuados, y la Comisión solicita al Parlamento que colabore estrechamente con ella en este aspecto; cuento con su apoyo para esta cuestión tan importante en bien de la seguridad y estabilidad de Europa.
Todos y cada uno de los países en los Balcanes Occidentales darán un paso hacia la Unión Europea este otoño. Por ello, enviamos un mensaje nítido en el sentido de que la UE sigue comprometida con su perspectiva a medio y largo plazo de adhesión a la UE, una vez que todos y cada uno de los países cumplan nuestras estrictas condiciones. De hecho, son las dos caras de una misma moneda: la perspectiva de la adhesión a la UE se va aproximando paso a paso en respuesta al progreso real en el cumplimiento de las condiciones y criterios de la UE.
La Comisión defiende con firmeza la perspectiva de la UE para los Balcanes Occidentales. Estoy seguro de que cuento con el apoyo de sus Señorías en este importantísimo cometido.
(Aplausos)
Elmar Brok, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, quiero dar las gracias a la Comisión por la atención que presta a los detalles y por su esfuerzo comprometido para empujar el proceso hacia adelante. Deseo asimismo agradecer a los muchos países que se han afanado por cumplir los criterios. Pero no debe existir ninguna confusión acerca del hecho de que hay que cumplir las condiciones, que no basta con posponerlas para una fecha posterior. Estas condiciones incluyen la capacidad de la UE para acoger nuevos miembros, aun cuando todavía estamos a la espera de una explicación de cómo hacer operativo este planteamiento. A raíz del debate celebrado el 3 de octubre, espero que la Comisión presente pronto una propuesta para este asunto.
Coincido con la opinión del señor Comisario por cuanto la ampliación es una de las estrategias de política exterior de mayor éxito de la Unión Europea, ya que ha aportado estabilidad a Europa y ha contribuido a la difusión de la democracia y el Estado de derecho allí. La perspectiva de convertirse en miembro de la UE es una herramienta importante que permite a los países promover reformas internas que de otra forma, en la mayoría de los casos, resultarían imposibles, muy probablemente debido a razones de índole de política interna.
Pero a la vista del hecho de que la Unión Europea acaba de pasar por una ampliación para dar entrada a 10 nuevos países, a los que muy pronto pueden unírseles otros dos, creo que debemos dejar claro que necesitamos un período de consolidación, de la misma forma que cualquier empresa necesita consolidarse tras un período de crecimiento. La pregunta que nos hemos de plantear es si queremos restablecer el equilibrio entre profundización y ampliación, reafirmar nuestros planes para garantizar que la Unión Europea ampliada tenga capacidad de acción y centrarnos de nuevo en el tema de la unidad política, o permitir que la UE se extinga hasta ser únicamente un espacio de libre comercio.
Aunque este informe lleva el título de informe de estrategia, creo que no logra poner en claro ciertos asuntos, incluida la cuestión de qué forma debe adoptar una estrategia global, y cuáles han de ser la estructura interna y las fronteras exteriores futuras de esta UE nuestra. Huelga decir que un informe de este tipo no puede proporcionar respuestas detalladas a la última pregunta, ya que se refiere a un proceso en curso. Sin embargo, a mi juicio, es hora de que vayamos teniendo idea de dónde nos encontramos en estas cuestiones de manera que podamos avanzar y no gastemos todo nuestro tiempo ocupándonos de casos aislados, que se traducen en el tipo de procesos automatizados que ponen en peligro a la Unión Europea. Es necesario igualmente plantearse si no sería buena idea encontrar una alternativa a la condición de miembro de pleno derecho y a la política de vecindad, al menos con un planteamiento a corto plazo. Esto brindaría a los países la perspectiva de llegar a ser miembros de la UE a fin de enfocar sus esfuerzos de desarrollo, pero evitar al mismo tiempo cualquier impacto negativo sobre la capacidad de desarrollo de la UE. Esta alternativa podría parecerse al Área Económica Europea de décadas pasadas. Encuentro lamentable que la Comisión no haya propuesto tales iniciativas, sino que se encuentre enfrascada en los detalles, sin atreverse a pensar con amplitud de miras.
Jan Marinus Wiersma, en nombre del Grupo del PSE. – (NL) Señor Presidente, la integración satisfactoria de los Balcanes Occidentales en Europa tiene una gran importancia para dicha región y para Europa en su conjunto. De hecho, constituye una de las prioridades políticas de mi Grupo, el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo. En consecuencia, hemos elaborado una posición sobre el futuro europeo de los Balcanes Occidentales que ha quedado recogido en un informe ampliado de estrategia, publicado recientemente. En primer lugar y ante todo, vamos a continuar ofreciendo nuestro pleno apoyo a la Agenda de Salónica. Tenemos que conseguir una paz, una estabilidad y una prosperidad sostenibles en los Balcanes en el seno de una proceso de integración en la Unión Europea y, desde luego, con la perspectiva de su adhesión llegado el caso.
Una prioridad dentro de dicho proceso es que procuremos resolver los problemas que son endémicos en toda la región. Aunque la integración satisfactoria en la Unión Europea está condicionada a la consolidación de la democracia y el Estado de derecho, el desarrollo económico, la política de inmigración, la cooperación con el Tribunal de La Haya y la lucha contra la corrupción y la delincuencia, estos aspectos están íntimamente relacionados con la seguridad regional y la estabilidad en dicha región, que continúa siendo frágil. Esa es la razón por la que estos problemas no solo afectan a la relación bilateral entre los países balcánicos y la Unión Europea, sino que son los propios países quienes más pueden beneficiarse de este proceso.
En consecuencia, la cooperación mutua entre los países de los Balcanes Occidentales es un componente esencial de nuestra estrategia. La UE tiene que habilitar un marco sólido, pero la dinámica para resolver estos problemas tiene que provenir en última instancia de la región en sí misma. Eso es igualmente aplicable a los obstáculos que todavía subsisten. Los políticos regionales tendrán que asumir su responsabilidad llegado el momento de decidir sobre la estructura estatal de Bosnia y Herzegovina, la relación entre Serbia y un Montenegro probablemente independiente y acerca de la condición de Kosovo.
Hemos de reconocer asimismo los desarrollos positivos, aunque con una cierta dosis de cauto optimismo. Bosnia ha logrado un avance en la reforma de su aparato policial, lo cual ha sido una concesión importante por parte de la fracción serbia de ese país. El hecho de que la Comisión quiera conceder a la Antigua República Yugoslava de Macedonia la condición de país candidato resulta indicativo del progreso continuado que ha realizado ese país.
Por último, respaldamos a la Comisión en sus tres «C» para la ampliación, a saber, consolidación, condicionalidad y comunicación, pero espero volver pronto sobre el último punto, en busca de un apoyo amplio, también en nuestros propios países, ya que una ulterior ampliación resulta esencial para su éxito.
István Szent-Iványi, en nombre del Grupo ALDE. – (HU) Señor Presidente, el resultado más importante del paquete de ampliación consiste en que brinda a los países de los Balcanes Occidentales perspectivas claras de futuro. La sección donde se recomienda la condición de candidato para la Antigua República Yugoslava de Macedonia es especialmente positiva. Al hacerlo está reconociendo el desarrollo que ha experimentado la Antigua República Yugoslava de Macedonia y los esfuerzos que ha realizado en los últimos años. Al mismo tiempo, resulta oportuno que no se haya fijado una fecha para el comienzo de las negociaciones de adhesión, ya que ni la Antigua República Yugoslava de Macedonia ni la Unión Europea están preparadas para ello en estos momentos. Esperemos que tanto la Antigua República Yugoslava de Macedonia como Europa estén en condiciones de comenzar las negociaciones dentro de unos cuantos años.
La Unión Europea espera dos cosas de los países de los Balcanes Occidentales: que den carpetazo al trágico capítulo de su historia reciente, y que entreguen a los criminales de guerra –Ante Gotovina, Mladic y Karadzic– al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia de La Haya. También espera que hagan cuanto esté en su mano para restablecer la paz étnica. En otras palabras, tienen que intensificar los derechos de las minorías y garantizar que se haga con carácter general, tanto en Voivodina como en Kosovo. Esperamos también que redoblen sus esfuerzos para cumplir con las condiciones de adhesión, para explorar el potencial que ofrece la cooperación regional y para abrir sus fronteras.
La verdadera medida de la capacidad de los Balcanes Occidentales para la integración se encuentra en si son capaces de cooperar entre sí. Espero que sean capaces y que lo demuestren finalizando los preparativos para la integración europea.
Joost Lagendijk, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (NL) Señor Presidente, estoy convencido de que muchos historiadores escribirán tesis doctorales sobre lo realmente ocurrido en la primavera de 2005 en Europa en cuanto a la actitud, el clima y la predisposición respecto de la ampliación. ¿Fue el hecho de que todavía no habíamos digerido la ampliación de 2004? ¿Fueron los dos «noes» en los referendos constitucionales? No lo sé y no podrá despejarse hasta más adelante, pero el hecho es que la ampliación de la UE se halla en el punto de mira. Mucha gente tiene la impresión de que la mayoría de la población de la Unión Europea es contraria a la misma, y muchos políticos se recrean parapetándose tras esos ciudadanos escépticos.
Por eso me complace no solo que la Comisión haya adoptado una postura firme, sino que plantee un argumento razonado –que apoyo– en favor de la ampliación de la UE, tal como hemos presenciado hoy, por ser un episodio de éxito de la UE, por lo que sería extremadamente corto de miras por nuestra parte desdecirnos de las promesas formuladas a Rumanía y Bulgaria, Turquía y Croacia, o a los países de los Balcanes Occidentales.
Pero también me complace que la Comisión haya sacado ciertas conclusiones pertinentes del proceso que hemos conocido hasta la fecha. Las conclusiones son que llevar la ampliación a la práctica es más importante que realizar promesas, que –y me hago eco de las palabras del señor Brok cuando digo esto– la propia Unión Europea debería ser también capaz de dar entrada a nuevos países y que una evaluación por país tiene que estar basada en hechos y no en procedimientos automáticos y, por último, que las futuras rondas de ampliación solo tendrán éxito si los políticos hacen gala de liderazgo político y están dispuestos a defender la ampliación frente al escepticismo que pueda existir entre el público.
Si la Comisión permanece comprometida con una ampliación de este tipo –a saber, una ampliación basada en hechos, no en promesas, no en procedimientos automáticos, una ampliación basada en la visión y el análisis político, en lugar de encuestas de opinión–, entonces mi Grupo también la apoyará incondicionalmente.
Cristiana Muscardini, en nombre del Grupo UEN. – (IT) Señor Presidente, Señorías, la segunda fase de la ampliación representa para la Unión Europea un nuevo paso hacia su plena reunificación. El 1 de mayo de 2004 es una fecha que ha pasado a la historia de nuestro continente, no solo por el mayor peso político que hemos adquirido, sino también por el enriquecimiento cultural resultante.
Es importante continuar por este camino, pero solo después de haber consolidado la Unión actual y sin perder de vista lo que debe ser el presupuesto fundamental para la entrada de otros países, a saber, el respeto del acervo comunitario y de los principios fundadores de la Unión. No se trata de una cuestión meramente formal, sino que resulta más bien sustancial cuando las legislaciones de los países que han presentado una solicitud de adhesión violan dichos principios.
Como he destacado en mi pregunta escrita del pasado 26 de octubre, en Croacia se sigue discriminando a los ciudadanos italianos en el acceso al mercado inmobiliario, acceso que está garantizado a otros países de la Unión. Señor Comisario, le pregunto si es aceptable que un país que aspira a entrar en la Unión establezca condiciones previas para los ciudadanos de un Estado miembro, violando de forma manifiesta los principios comunitarios, y si la Comisión está dispuesta a incluir en la negociación el reconocimiento del libre acceso al mercado inmobiliario croata para los ciudadanos italianos.
La discriminación, aparte de su significado jurídico negativo, tiene un efecto humano y cívico incalculable. Las instituciones que la practican no pueden considerarse creíbles y dignas de confianza. El principio de la igualdad ante la ley distingue a los países cívicos y democráticos de los que no lo pueden ser si ese principio no está consagrado en su ordenamiento jurídico.
No nos oponemos a la adhesión de Croacia a la Unión Europea, pero únicamente a condición de que respete las normas establecidas en todo Occidente en materia de propiedad inmobiliaria y que resuelva por fin el largo contencioso con los exiliados juliano-dálmatas, que todavía esperan justicia.
Camiel Eurlings (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, me hago eco de la opinión de muchos cuando digo que la ampliación ha sido uno de los episodios de éxito de Europa, tanto para los nuevos países como para la vieja Unión. Al propio tiempo, tenemos que reconocer que, en cierta medida, se ha creado un desequilibrio entre los procesos de profundización y ampliación. El proceso de profundización debería haber quedado concluido en Niza, pero no lo fue, mientras que se ha producido una ampliación en una fecha posterior. Hemos de ocuparnos del hecho de que el proceso de profundización continúa pendiente. Al compatriota diputado neerlandés, señor Wiersma, quiero decirle que el 80 % de mi partido estaba a favor de la Constitución. Si su partido vota en el mismo sentido la próxima vez, es posible que acertemos en los Países Bajos.
Al mismo tiempo, antes de que comience el proceso de ampliación, hemos de recuperar un cierto grado de credibilidad, y eso significa que hemos de tomarnos los criterios de ampliación con más seriedad que nunca. Cuando se fijan unos criterios, tanto para finanzas como para la ampliación, es necesario cumplirlos; en caso contrario sufre nuestra credibilidad. Uno de los criterios es la capacidad de absorción. Vamos a necesitar un apoyo suficiente, tanto de tipo institucional como en términos de base de apoyo, para hacer posible la ampliación futura.
Quiero volver ahora a los criterios de los propios países. También a ese nivel la gente tiene que ver que los tomamos en serio. Por lo que respecta a Rumanía y Bulgaria, espero sinceramente que puedan adherirse en 2007, pero eso va a depender de los progresos que hagan en los próximos seis meses. En cuanto a Turquía, si queremos que las cosas vayan bien, tendremos que dejar claro que es necesario modificar las leyes sobre la expresión personal y la libertad de expresión, que es necesario resolver el problema relativo a Chipre, escuchando a ambas partes, y que en cuanto a la libertad religiosa, por ejemplo, no podemos esperar otros cuantos años hasta que haya nuevas elecciones en Turquía antes de que se haga algo en ese campo.
La Comisión ha manifestado ahora claramente que las cosas se pueden hacer a corto plazo. Nosotros brindamos nuestro apoyo a la Comisión a este respecto, y pienso que el camino hacia adelante debe cubrirse con prudencia en lo referente a la admisión de nuevos países candidatos por el momento. Al mismo tiempo, deberíamos poner nuestra Cámara en orden y, sobre todo, demostrar que efectivamente nos tomamos muy en serio los procedimientos. Señor Comisario, como europeos hemos de adoptar una postura firme frente a los populistas que soliviantan a la gente contra la ampliación, pero sería erróneo confundirlos con gente auténticamente preocupada por conseguir el equilibrio correcto entre profundización y ampliación.
Hannes Swoboda (PSE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, quiero decir al señor Eurlings que parte del problema bien pudiera ser que son demasiados los políticos que hablan de las dificultades y los problemas inherentes a la ampliación, y muy pocos los que lo hacen de sus ventajas.
No obstante, un punto que estoy dispuesto a concederle es que tenemos que planificar la siguiente ampliación con cuidado y haciendo uso de nuestro mejor criterio. Quiero hacer un breve comentario sobre los tres Estados balcánicos, comenzando por Croacia. En calidad de ponente para Croacia, estoy encantado de que entablemos negociaciones con ese país. Sigue habiendo muchos retos y el señor Comisario ha mencionado algunos de ellos. En concreto, me gustaría añadir a esta lista el cumplimiento de la ley, ya que constituye una fuente de tremendos problemas en determinadas regiones de Croacia, donde la jurisdicción y la administración no están ciertamente a la altura de los estándares actuales. Respecto del tema de hoy, quiero recordar a Croacia que ahora no es el momento de hablar de cuándo se va a producir la adhesión, ya que ninguno de nosotros conoce la respuesta a esta pregunta. Por el contrario, deberíamos hablar de la adopción de las medidas necesarias para garantizar que se pueda alcanzar la fecha deseada de adhesión.
Por lo que se refiere a la Antigua República Yugoslava de Macedonia, soy consciente de que algunos de los ciudadanos de ese país pueden sentirse decepcionados por no haberse iniciado todavía las negociaciones. Pero en realidad deberían verlo como un incentivo para dar los pasos que hay que dar antes de que puedan iniciarse las negociaciones y antes de que se pueda fijar una fecha para el comienzo de las mismas. A mi juicio, el acuerdo alcanzado por los diferentes grupos étnicos en la Antigua República Yugoslava de Macedonia puede calificarse acertadamente de éxito, sobre todo por lo que respecta a la ejecución del Acuerdo de Ohrid.
Pasando a Kosovo, creo que la línea adoptada por el Comisario en su informe tiene una importancia absolutamente crítica y yo le pediría que continúe en esa línea. Resulta evidente que este informe está inspirado por la simpatía hacia el país, pero al mismo tiempo realiza una crítica de las inaceptables circunstancias que continúan existiendo allí, tanto en términos políticos como económicos y con relación a las minorías. Es este uno de los pocos informes de la Comisión auténticamente críticos y objetivos.
La cuestión de la condición y las normas surge una y otra vez. A mi juicio, no podemos conceder la independencia a ningún país u ofrecerle una relación más estrecha con la Unión Europea a menos que cumpla las normas europeas. Estoy totalmente a favor de tenderle una mano a Kosovo, pero estoy igualmente a favor de que cumpla las normas europeas. Esto también es aplicable a la mayoría en Kosovo, en favor de la cual hemos peleado tan intensamente durante los últimos años.
Sarah Ludford (ALDE). – (EN) Señor Presidente, el Comisario Rehn tiene razón al decir que un proceso de adhesión cuidadosamente gestionado constituye una de las herramientas políticas más poderosas y satisfactorias de la UE. Tenemos que emplearnos a fondo para entusiasmar a nuestros ciudadanos. Siendo un poco frívola, tal vez si pudiéramos exhibir a jóvenes espectaculares como el que aparece en los anuncios del fontanero polaco, nos resultaría más sencillo hacer publicidad de la ampliación, pero no quiero pecar de sexista.
Además, hemos de ofrecer a los ciudadanos de los países aspirantes alguna recompensa palpable por los arduos esfuerzos que han de realizar para conseguir ser miembros de la UE, pero el régimen de visados de la UE en los Balcanes Occidentales constituye una barrera espantosa para la comunicación a través de los viajes. Ahoga los sectores de la sociedad que la UE debería favorecer por todos los medios.
En mayo de este año, el Comisario Rehn dijo en una conferencia que veía con optimismo las perspectivas de agilizar la concesión de visados. Espero que esa fecha se esté aproximando. Soy consciente de que la liberalización de los visados se encuentra aún bastante lejos, pero la concesión de visados para determinados grupos, análogamente a lo debatido o negociado con Rusia, Ucrania y China, supondría sin lugar a dudas una demostración del compromiso de la UE respecto de la futura ampliación. A corto plazo reforzaría la moral, las perspectivas y los horizontes de las personas en los Balcanes Occidentales. El hecho de que el 70 % de los estudiantes universitarios en Serbia jamás hayan salido de su país influye en la introversión de su cultura política.
Las consideraciones de la UE en materia de seguridad interior son importantes, pero no deben ser tan avasalladoras como para comprometer la seguridad regional más amplia. No permitamos que la minoría criminal tenga secuestrados a los demás.
Gisela Kallenbach (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, deseo felicitarle por las conclusiones que ha extraído de los informes de progreso sobre los Estados de los Balcanes Occidentales. Estas conclusiones son un reflejo de la propia posición del Parlamento, lo que significa que usted está contribuyendo a garantizar que Europa demuestre fiabilidad y continuidad al mantenerse firme en sus decisiones anteriores. Tal como lo veo, eso resulta tanto más importante en un momento como este, en el que los debates se centran, por desgracia, con demasiada frecuencia en la crisis en Europa, así como en los límites de su capacidad para absorber nuevos miembros. Los intentos por parte de Europa de gestionar la crisis en la antigua Yugoslavia a principios de la década de 1990 fueron un fracaso; redunda en nuestro propio beneficio dotar a la región de una hoja de ruta hacia la futura condición de miembro de la UE.
Si se me permite, me gustaría formular algunas recomendaciones específicas. Es necesario extraer enseñanzas de las anteriores rondas de ampliación, y la construcción de la sociedad civil deberá estar apoyada por programas que promuevan la educación y la democratización. Los ciudadanos deberán estar mejor preparados para formar parte de la UE que como lo están hasta ahora y deberán estar implicados desde un principio. Es de agradecer que se haya dedicado especial atención al proteccionismo y la integración de las minorías, pero si queremos salvaguardar tales circunstancias a largo plazo, necesitamos instrumentos para garantizar que la UE continúe ejerciendo su influencia y disponga de mecanismos de control en cualquier período posterior a la adhesión. Tan pronto como se hayan formalizado los acuerdos de asociación, deberán ponerse en práctica inmediatamente aquellos instrumentos que ya hayan demostrado ser eficaces y satisfactorios, a fin de convertir en partícipes reales a los políticos locales. En este contexto, quiero llamar su atención, entre otras cosas, sobre la decisión del Parlamento por la que todos los Gobiernos en la región deben confeccionar planes nacionales de desarrollo.
Georgios Papastamkos (PPE-DE). – (EL) Señor Presidente, por lo que respecta a la relación dialéctica entre consolidación, profundización y ampliación, el señor Brok ya ha expuesto mi parecer.
Permítame centrar mi intervención en el papel creativo de Grecia, en cuanto factor de estabilidad política y económica en la zona, un papel que confío sea visible y conocido.
En primer lugar, ofrecimos apoyo real a la adhesión de Bulgaria y Rumanía a la Unión Europea. Fuimos los primeros en ratificar los actos de adhesión de estos dos países a la Unión Europea.
En segundo lugar, respaldamos la orientación europea de Turquía, con la perspectiva de que cumpliera el Derecho internacional y el acervo comunitario. Sin embargo, continúa la ocupación de territorio chipriota, el casus belli, la violación del espacio aéreo griego, la campaña contra la libertad religiosa y las amenazas contra el Patriarcado Ecuménico.
En tercer lugar, Albania está siendo mantenida, en el aspecto económico, en gran medida por el dinero enviado por sus ciudadanos que trabajan en Grecia. Grecia, en cuanto país de acogida para inmigrantes, es sobre una base proporcional, el primer país en la Unión Europea, sobre la base del tamaño de su población.
En cuarto lugar, apoyamos la orientación europea de la Antigua República Yugoslava de Macedonia.
El señor Comisario ha subrayado recientemente en Skopje que Grecia es el mayor inversor en este país; eso es cierto y me encantó escucharlo. A cambio, señor Swoboda, somos las víctimas de la intransigencia en la cuestión del nombre, una propaganda que deja de lado la historia y la agresión histórica y cultural.
La pregunta lógica es por qué apoyamos las perspectivas europeas de los países en nuestra región. Porque buscamos la difusión y la consolidación de la paz, la estabilidad y la prosperidad en el zona en su conjunto.
Señorías, la aceptación plena y la aplicación de los principios, los valores y las leyes de la Unión es responsabilidad de los países en cuestión. Sin embargo, constituye un derecho de la Unión Europea, de todas sus agencias políticas e institucionales y de sus Estados miembros controlar el rumbo de su integración.
Se trata de un desafío conjunto.
Borut Pahor (PSE). – (SL) En general estoy de acuerdo con el informe de la Comisión porque estoy a favor de la nueva ampliación de la Unión Europea. Sin embargo, observo la ausencia de una indicación de que el alcance de la ampliación debe ser proporcional a la capacidad de absorción de la Unión Europea.
La conclusión del informe también resalta reiteradamente la necesidad de que cada uno de los países que quiera adherirse a la Unión Europea debe cumplir todas las condiciones. Creo que este requisito es legítimo y justo porque coloca en igualdad de condiciones a todos los países que quieran adherirse a la Unión Europea.
Sin embargo, al igual que muchos de mis colegas, estoy convencido de que también la propia Unión Europea debe cumplir unas condiciones para una nueva ampliación. Personalmente, no puedo imaginar que una Unión ampliada pueda funcionar satisfactoriamente a menos que antes adopte el Tratado Constitucional o a menos que, de alguna otra forma, introduzca las enmiendas necesarias en los tratados actuales.
Para evitar malentendidos, en realidad estoy a favor de una nueva ampliación de la Unión, pero al mismo tiempo creo que es necesario que la Comisión Europea, cuando presente informes de este tipo sobre la ampliación, resalte de forma adecuada la importancia de una consolidación continua de la Unión.
Finalmente, dado que hoy tenemos al Comisario con nosotros, me gustaría formularle una pregunta referente a Kosovo, un tema al que ha dedicado especial atención. El Presidente esloveno Drnovšek ha presentado hace poco un iniciativa para la independencia de Kosovo. La iniciativa, que considero muy buena, establece unas determinadas condiciones para que Kosovo obtenga la independencia. Me gustaría preguntar al Comisario si conoce esta iniciativa y si quiere realizar algún comentario al respecto.
Zbigniew Zaleski (PPE-DE).–(PL) Señor Presidente, la ampliación de la UE es un reto que implica riesgos, pero también merece nuestros esfuerzos. La UE ha decidido someterse a la ampliación para incluir a dos países más, Croacia y Turquía. Se han expresado diversas objeciones, sobre todo en relación a esta última, y pasará mucho tiempo antes de que los ciudadanos de la UE, más que la Comisión o el Parlamento, se hagan a la idea de su adhesión a la UE.
La UE ha tomado medidas especiales, que se denominan instrumentos de preadhesión, para apoyar las transformaciones que se espera que tengan lugar en Croacia El grupo de trabajo propuso que se creara un instrumento independiente para promover los derechos humanos, pero lamento decir que esta propuesta fue rechazada. Es una lástima que no se pudiera poner en práctica ese instrumento, porque una sociedad y un Estado democráticos solo se pueden construir sobre unos cimientos adecuados. Suele ocurrir que esos cimientos no son un Gobierno o un Parlamento electo o un presidente, sino una nación de ciudadanos libres y responsables que aman a su patria. Puede ocurrir que una nación necesite recibir más ayuda para formar unas creencias subjetivas de este tipo que para desarrollar su economía o su administración.
El segundo punto sobre el que quisiera alertar a la Comisión es el papel del Parlamento en la formulación de una estrategia de ayuda a la preadhesión y en el seguimiento de la aplicación de esa estrategia y el desarrollo de los procesos internos sociales, políticos y religiosos. Con los debidos respetos por las aptitudes de la Comisión, quiero dejar claro que no debería ocuparse en exclusiva de los instrumentos y de la política en conjunto. Como mínimo, el Parlamento debe ser un socio en igualdad de condiciones con derecho a codecisión, y debe tener el papel de árbitro objetivo y fiable cuando sea necesario. Alguien podría decir que bastaba con que la Comisión siguiera las instrucciones del Consejo, y que el Parlamento tuviera solo un pequeño papel, cuando la UE constaba solamente de 15 Estados miembros. Pero ahora que la UE tiene 25 Estados miembros, y dado que pronto habrá 27 actores en el escenario europeo, las nuevas ampliaciones no darán fruto a menos que los representantes electos que se sientan en esta Cámara se impliquen mucho.
En resumen, quiero dejar bien claro que la Comisión y el Consejo deberían tomar nota de las sugerencias, ideas, puntos de vista y críticas que se expresan en esta Cámara, para el bien de los ciudadanos de los Estados miembros de la UE. Todavía no se han trazado las fronteras definitivas de la Unión Europea, y debemos trabajar juntos para este objetivo.
Panagiotis Beglitis (PSE). – (EL) Señor Presidente, la estrategia de la ampliación y la integración en las instituciones europeas es la única propuesta creíble y eficaz de la Unión Europea, él único incentivo sólido que puede movilizar los procesos de cambio y reforma.
Hoy, lo que vemos en las relaciones entre la Unión Europea y los países candidatos es una desconfianza mutua que tiene repercusiones negativas en la opinión pública de Europa. No podemos exigir un cambio y una reforma si el objetivo de la futura integración no está claro. Al mismo tiempo, no podemos garantizar una futura integración si no hay signos de progreso constante en la aplicación de las reformas. Y me refiero a Turquía.
En la actualidad, en lo que se refiere a Turquía, vemos un freno significativo al impulso de la reforma debido a una grave falta de voluntad política para aplicar unos compromisos específicos. ¿Cómo piensa reaccionar la Unión Europea si Turquía sigue con esta práctica? ¿La práctica respecto a los derechos humanos y de las minorías? La práctica respecto a Chipre. Eso es lo que provoca recelos y la crisis de confianza entre los ciudadanos europeos.
La Comisión Europea, con sus propuestas para consolidar la estrategia europea en los Balcanes, avanza verdaderamente en la dirección correcta, reconfirmando la estrategia adoptada por el Consejo Europeo de Salónica en 2003. El apoyo a las perspectivas europeas de los Balcanes occidentales, con el objetivo de su futura integración en las instituciones europeas, constituye una inversión en la seguridad de la propia Unión Europea. Las negociaciones sobre la firma de los acuerdos de estabilidad y asociación con Albania, Serbia, Montenegro y Bosnia y Herzegovina deben seguir sin obstáculos.
De la misma forma, quiero plantear al Comisario la necesidad de un calendario más concreto para completar esas negociaciones, como fuerte incentivo para dichos países. La posible secesión de Montenegro no debe tener un impacto negativo en las negociaciones con Serbia. Serbia tiene un papel decisivo en la estabilidad de los Balcanes. La Unión Europea y la Comisión Europea deben tener un papel destacado en las negociaciones sobre el estatuto final de Kosovo, de acuerdo con los principios del derecho internacional. Sin embargo, la Comisión Europea debe mostrar un interés especial en los derechos de la minoría serbia en Kosovo.
Para terminar, quiero decir que estoy completamente de acuerdo con la propuesta de la Comisión sobre el estatuto de candidato de la Antigua República Yugoslava de Macedonia. En cuanto al tema pendiente del nombre, quiero decir que hacen falta dos personas para bailar un tango y que, por desgracia, los dirigentes de Skopje están bloqueados en un punto muerto del pasado.
Doris Pack (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Comisario, en principio las propuestas de la Comisión son una mejora que se agradece, y su estrategia de ampliación para los Balcanes occidentales es exactamente correcta. El hecho de que la Comisión haya confirmado ahora formalmente que la adhesión a la UE es una perspectiva a medio plazo para los Estados de los Balcanes occidentales, también es una buena noticia. Es de gran importancia para el futuro desarrollo de esta región, dado que a largo plazo es lo único que aportará paz a esta parte de Europa, que ha tenido un pasado tan difícil.
Pero al mismo tiempo el Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) quiere instar a la Comisión a que valore la idoneidad de cada país de los Balcanes occidentales candidato a la adhesión de forma individual y punto por punto antes de establecer unas fechas vinculantes para el inicio de las negociaciones de adhesión, y antes de elaborar los calendarios para la adhesión. La Comisión no debe cometer con los países de los Balcanes occidentales el mismo error que cometió en el caso de Rumanía y Bulgaria, y en concreto en el caso de Turquía, cuando estableció la fecha prematuramente, antes de que se cumplieran todos los criterios. La reacción de los ciudadanos europeos ante un paso de este tipo sería una mayor oposición a la adhesión de otros países, a la vez que se exigiría en exceso a los Estados de los Balcanes en términos de capacidad de reforma. No nos lo podemos permitir en esa región altamente inestable, en la que algunas zonas se han visto devastadas hace poco por la guerra civil.
Como ha dicho el propio Comisario, parece ser que con las reformas se ha conseguido un progreso considerable. La Comisión tiene razón cuando afirma que Croacia y Macedonia han progresado mucho, y por lo tanto ya han sido reconocidos como países candidatos, o lo serán pronto, como es el caso de Macedonia. Eso debería actuar también como incentivo para los países vecinos que se están quedando atrás en la vía hacia la adhesión a la UE por muchos motivos diferentes.
Cada uno de esos países debe enfrentarse a sus propias circunstancias. Albania debe recuperarse de las décadas que pasó con el comunismo de Enver Hoxha, cuando el país parecía una prisión de alta seguridad. Bosnia y Herzegovina debe asimilar la pesadilla de los años de desplazamiento, asesinatos y guerra, y sobrellevar la carga del Acuerdo de Dayton, que fue una monstruosidad que acabó con la guerra pero no consiguió crear una plataforma de buena gobernanza y cooperación. Serbia tardó mucho tiempo en liberarse de su dictador, y todavía no está claro cuanto durará su asociación estatal con Montenegro. Finalmente, debe determinarse sin demora el estatuto de Kosovo mediante un acuerdo entre Belgrado y Pristina con la mediación de la comunidad internacional. Me ha complacido escuchar al Comisario decir que la Comisión presentará una iniciativa y una estrategia sobre este tema.
Los Balcanes occidentales y nuestra estrategia de ampliación para esta zona serán una prueba decisiva para nuestras políticas europeas.
Guido Podestà (PPE-DE). – (IT) Señor Presidente, Señorías, comparto las ideas expuestas por el Comisario Rehn a este Parlamento en relación con los países de la zona del Proceso de Estabilidad y Asociación. Varios colegas han resaltado ya que esta zona, si bien todavía frágil, está mostrando signos positivos de una trayectoria que ha caracterizado otros momentos de la ampliación de la Unión.
La ampliación ha sido un proceso positivo desde la fase de preparación. Con mucha frecuencia, la mera perspectiva de la apertura de negociaciones ha acelerado la transición de los países de Europa Oriental de regímenes totalitarios a Gobiernos democráticos convencidos y prósperos, además de haber inspirado delicadas y difíciles reformas en Turquía.
No obstante, debo considerar también lo que ha dicho el señor Brok. Nos encontramos ante una ampliación integrada por diez países que se han adherido ya, a los que se suman Bulgaria y Rumanía, países a los que creo debemos expresar nuestro aprecio por los esfuerzos realizados, como hizo el Comisario en la presentación de su informe el mes pasado.
Considero oportuno además hacer una reflexión sobre los nuevos países que tienen el estatus de candidatos. He observado que las palabras de la señora Muscardini han suscitado cierta hilaridad en algunos diputados, cuando deberían considerarse seriamente. En efecto, creo que Croacia debería hacer gala de una mayor coherencia por lo que respecta a los distintos problemas registrados en relación con el libre acceso al mercado inmobiliario. Es un hecho que hay que abordar seriamente, pues pienso que la coherencia no tiene límites geográficos.
Pedimos que los países que deseen entrar en la Unión demuestren esa coherencia, no solo por lo que respecta a una plena colaboración con el Tribunal Internacional, como ha recordado el Comisario, sino también en todos los presupuestos que deben ser comunes a los países que creen en el mercado libre y en la libertad democrática.
Bernd Posselt (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, es probable que otros tres nuevos Estados miembros –Croacia, Rumanía y Bulgaria– se unan a la UE antes de que termine esta década.
Croacia ya ha realizado una gran parte del trabajo preliminar, y las negociaciones para la adhesión de este país podrían ser las más rápidas de la historia de la ampliación, dado que ambas partes así lo desean. A Rumanía y Bulgaria todavía les queda mucho para ponerse al día en cuanto a justicia y problemas con las minorías, y este último tema es de gran prioridad en Rumanía. En primavera nuestra tarea será decidir una fecha final para la adhesión, y para ello adoptaremos un planteamiento crítico pero objetivo y abierto.
Turquía no pertenece a Europa y nunca pertenecerá. Nuestro objetivo es ofrecer a ese país una asociación privilegiada, pero aun así deberá cumplir los criterios. Me gustaría invitar al señor Rehn a hablar sobre la ley de religiones, porque tenemos la clara impresión de que en Turquía las minorías, la mayoría de las cuales son cristianas, siguen experimentando una fuerte discriminación.
Hay tres problemas prioritarios que debemos resolver en el sureste de Europa. El primero de ellos es la democratización de Serbia, el segundo es la reforma constitucional y del tratado en Bosnia y Herzegovina, y el tercero es el tema del estatuto de Kosovo y su futura independencia. Y ya que hablamos de ello, me gustaría decir al señor Pahor que estoy muy a favor de la iniciativa del presidente esloveno, y creo que es un paso en la dirección correcta.
Ni que decir tiene que todos esos problemas solo se pueden resolver en un contexto europeo más amplio. Si me lo permiten, me gustaría formular una pregunta al Comisario sobre este tema: ¿qué significa para nosotros la Unión Europea? ¿Es algo más que un grupo de Estados nacionales que utilizan la perspectiva de la ampliación como instrumento de política exterior para estabilizar a los Estados nacionales vecinos, o realmente queremos una Europa federal fuerte que sea capaz de actuar y que esté en situación de hacerse valer en el escenario mundial?
Como creo que la respuesta debería ser la segunda opción, me gustaría dejar claro que siempre he estado a favor de la ampliación, y así sigue siendo hoy. Pero necesitamos un período claramente definido de consolidación, así como una idea clara de la futura base institucional para esta Unión Europea nuestra y sus futuras fronteras. Quiero decir al Comisario que esos dos últimos puntos son, en mi opinión, de gran importancia, porque es un debate que hasta la fecha hemos eludido.
Olli Rehn, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, en primer lugar quiero dar las gracias a sus Señorías por su apoyo generalizado a un proceso de adhesión cuidadosamente gestionado, que pretende mejorar la estabilidad, la seguridad, la libertad y la democracia en Europa. Deseo agradecerles igualmente sus observaciones y sus preguntas pertinentes.
Quisiera hablar sobre dos o tres asuntos principales. Voy a agrupar varios comentarios o preguntas a fin de dar una respuesta más concisa.
El señor Brok, el señor Eurlings y otros diputados han abogado por encontrar un equilibrio entre profundizar y ampliar. Estoy decididamente de acuerdo. La política de la Comisión consiste en ocuparse tanto de la profundización como de la ampliación; ambos son objetivos políticos importantes de la Unión Europea. Esa es una de las razones por las que hemos subrayado la necesidad de tener en cuenta la capacidad propia de la Unión para aceptar nuevos miembros, de manera que cualquier ampliación futura no debilite, sino que fortalezca, a la Unión y no debilite, sino que refuerce, nuestro procedimiento de toma de decisiones a la vista de los grandes desafíos con que nos enfrentamos en la actualidad.
Si se contempla la historia reciente, la Unión Europea ha logrado su mayor progreso cuando ha emprendido la profundización y la ampliación, si no de forma conjunta, al menos en paralelo. A partir de 1989, desde la caída del Muro de Berlín, hemos aumentado nuestra integración política creando el mercado único, la moneda única y el Acuerdo de Schengen sobre la libre circulación de las personas, y hemos reforzado la Política Exterior y de Seguridad Común. Al mismo tiempo, la Unión se ha ampliado: el número de Estados miembros se ha duplicado con creces, pasando de 12 a 25. Esta dinámica paralela de profundización y ampliación demuestra que es factible y que, además, resulta beneficiosa para la Unión Europea.
En un futuro próximo, la continuación de nuestra reforma constitucional es esencial para la Unión Europea, a mi juicio, si queremos que nuestro proceso de toma de decisiones sea más efectivo y eficiente, con vistas a potenciar la democracia y la apertura y reforzar nuestra Política Común de Seguridad y Defensa.
Por lo que respecta a su relación con la ampliación, mejor haríamos en tener presente la perspectiva temporal: necesitamos soluciones para la reforma constitucional relativamente pronto, en los próximos años; hemos de aprovechar efectivamente la pausa para la reflexión; hemos de extraer asimismo conclusiones del debate y la reflexión y tenemos que comenzar a actuar.
No podemos esperar a las conclusiones de las negociaciones con Turquía, que pueden durar entre 10 y 15 años. Es, de lejos, una perspectiva temporal excesivamente dilatada para nuestros propios retos internos. Así pues, por el bien de Europa, hemos de ser capaces de resolver nuestros problemas relacionados con las perspectivas financieras o con nuestras cuestiones institucionales mucho antes de que los Balcanes Occidentales o Turquía entren en la Unión Europea.
Mi segunda observación se refiere a Kosovo. Estoy totalmente de acuerdo con el señor Swoboda en que el mejor servicio que puede prestar ahora la Unión Europea para que las negociaciones sean fructíferas y el acuerdo resulte sostenible es que mostremos voluntad de colaborar, pero que seamos críticos. El Estado de Derecho y los derechos de las minorías forman el núcleo de los valores europeos. Estos valores son fundamentales para cualquier avance de la perspectiva europea sobre Kosovo o los Balcanes Occidentales.
El papel de la Comisión consiste en favorecer un acuerdo equilibrado y sostenible. Trabajamos estrechamente con la comunidad internacional y el enviado para asuntos estatutarios, el Presidente Ahtisaari, a fin de garantizar que, con independencia del resultado concreto de las conversaciones sobre el estatuto, sea compatible con la perspectiva europea sobre Kosovo y los Balcanes Occidentales.
En tercer lugar, el señor Wiersma, la señora Pack, el señor Szent-Iványi y el señor Lagendijk han hecho referencia a la cooperación regional en los Balcanes Occidentales y el progreso realizado por los distintos países. Coincido en gran medida con el señor Wiersma en que nuestra condicionalidad funciona. Tomemos Bosnia y Herzegovia, por ejemplo: allí, la política creada es en gran parte consecuencia de las condiciones que fijamos para dicho país a fin de alcanzar un acuerdo de estabilización y asociación. Otro tanto puede decirse de Serbia y Montenegro: el notable progreso realizado en relación con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia se debe a las condiciones que fijamos para entablar las negociaciones sobre el acuerdo de estabilización y asociación. Hemos de encontrar un cuidadoso equilibrio entre condicionalidad y progreso beneficioso por lo que se refiere a nuestros países candidatos.
El año que viene espero ver nuevas iniciativas con respecto a los Balcanes Occidentales. La Presidencia austriaca está planeando celebrar un acto de alto nivel durante su mandato para hacer inventario y decidir acerca de los pasos siguientes de cara a mejorar la cooperación política, el desarrollo económico y cuestiones ciudadanas –como la concesión de visados–, de manera que podamos concretar y visibilizar al máximo posible la perspectiva europea para los ciudadanos y los países de la región de los Balcanes Occidentales.
Les puedo asegurar que la Comisión respaldará plenamente a la Presidencia austriaca. Confío en que el Parlamento Europeo haga lo propio. Espero con impaciencia cooperar con ustedes. Cuento con su apoyo en favor de un proceso de adhesión a la Unión cuidadosamente gestionado.
El Presidente .El debate queda cerrado.
Declaración por escrito
(artículo 142 del Reglamento)
Margie Sudre (PPE-DE) , por escrito. – (FR) Lejos de tener en cuenta el sentimiento popular expresado en los recientes referendos de Francia y los Países Bajos, y no contentos con la controvertida apertura de las negociaciones de adhesión con Turquía y Croacia, la Comisión y los Estados miembros son presa de un auténtico frenesí de apertura de la Unión Europea.
Bajo una fuerte presión estadounidense, la Unión se dispone a acelerar drásticamente su ampliación hacia los Balcanes: después de Kosovo y Serbia, el contagio a Bosnia será inmediato, y naturalmente a Macedonia.
Sin embargo, debería ser evidente que reabrir con precipitación toda la caja de Pandora de los Balcanes en un momento en que la Unión no tiene ni Constitución ni presupuesto, y en el que todos los Gobiernos de los grandes países continentales están debilitados por graves problemas internos, es una auténtica locura.
La delegación francesa del Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos no se opone en principio a una nueva ola de ampliación a medio plazo, pero rechaza categóricamente la perspectiva de un compromiso tan precipitado de la Unión con estos nuevos socios.