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Acta literal de los debates
Miércoles 16 de noviembre de 2005 - Estrasburgo Edición DO

17. Recientes declaraciones del Sr. Mahmoud Ahmadinejad, Presidente de Irán
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  El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede a las declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre las recientes declaraciones del Presidente de Irán, el señor Mahmud Ahmadineyad.

 
  
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  Douglas Alexander, Presidente en ejercicio del Consejo. (EN) Señor Presidente, es un placer dirigirme al Parlamento en este importante y oportuno debate sobre Irán, y me alegro enormemente de intervenir junto a mi buena amiga, la Comisaria Ferrero-Waldner. Durante el último debate que se celebró aquí sobre este tema el 12 de octubre utilicé las mismas palabras para referirme a lo oportuno que fue el debate sobre Irán. Ahora me parece que este debate es quizá incluso más oportuno que el del 12 de octubre, porque la preocupación internacional en torno a la política de Irán sigue siendo grande y me parece que Irán afronta decisiones cruciales sobre su futuro. Por tanto, la Unión Europea hace bien en determinar activamente este debate.

Las decisiones de Irán sobre sus relaciones con los países vecinos pueden afectar a la seguridad y la prosperidad de los pueblos mucho más allá de la región de Oriente Próximo. Es importante para la seguridad de la región y de fuera de ella que ahora Irán tome decisiones inteligentes.

Como ya sabrán todos los diputados a esta Asamblea, en junio de este año Irán eligió a un nuevo Presidente. Creo que la comunidad internacional, y en particular la Unión Europea, ha de mantener el diálogo con el nuevo Gobierno de Irán. Ahora tenemos la responsabilidad de animar a quienes ocupan el poder para que tomen decisiones que beneficien al país y al conjunto de la región. Tal y como dije la última vez que tuve el privilegio de dirigirme a este Parlamento, Irán es un país con un potencial realmente enorme. Tiene una población joven, formada y de espíritu emprendedor. Cuenta con vastos recursos naturales, en particular petróleo y minerales. Sugerí que la combinación de estos factores contribuiría a una economía y una sociedad vivas en cualquier país si su Gobierno pudiera crear una cultura de oportunidades basada en el Estado de Derecho. Hoy más que nunca existe una verdadera necesidad de promover una cultura así en Irán.

Sé que las últimas declaraciones del Presidente de Irán acerca de Israel han indignado, como a mí, a muchos diputados a esta Asamblea. Estas declaraciones son profundamente inquietantes. Además, se hicieron en el contexto de las crecientes preocupaciones sobre el programa nuclear y de misiles balísticos de Irán, su actitud ante los derechos humanos y su compromiso de combatir el terrorismo.

Permítanme centrarme primero en estos compromisos concretos. Como ya saben, el 26 de octubre el Presidente Ahmadinejad habló en una conferencia en Teherán sobre un mundo sin sionismo. Se dice que en su discurso pidió que Israel fuera borrado del mapa y dijo que «el mundo islámico no permitirá que su enemigo histórico viva en el corazón de su tierra». La Unión Europea encabezó la respuesta internacional, que fue rápida y, me complace decir, inequívoca.

La declaración de la Presidencia emitida en nombre de los Jefes de Gobierno de la Unión Europea reunidos en Hampton Court el 27 de octubre condenó duramente las declaraciones del Presidente Ahmadinejad. Josep Borrell dijo en nombre de este apreciado órgano que están ustedes profundamente escandalizados, indignados y sublevados por esta declaración. Habló de condena absoluta por parte de los líderes de sus Grupos políticos. Sé que el señor Poettering, que va a tomar la palabra en unos momentos, también expresó entonces su preocupación por esos comentarios.

Hoy en este debate se nos pide que hablemos de estas declaraciones y sus implicaciones. Las llamadas a la violencia y a la destrucción de cualquier Estado son manifiestamente incoherentes con cualquier condición de miembro maduro y responsable de la comunidad internacional. La Presidencia pidió al encargado de negocios de Irán en Londres que protestara por estas declaraciones, y muchos Gobiernos de nuestra Unión de 25 países hicieron lo propio en el plano nacional. Celebro la rápida respuesta de la comunidad internacional en general, incluidos algunos Gobiernos de la propia región de Oriente Próximo. Saeb Erekat fue muy elocuente cuando en nombre de la Autoridad Palestina expresó su esperanza de que el Presidente Ahmadinejad se empeñara en incluir a Palestina en el mapa en lugar de exigir que Israel fuera borrado del mapa.

Kofi Annan, el Secretario General de las Naciones Unidas, habló en nombre de todo el mundo al afirmar que Israel es un antiguo miembro de las Naciones Unidas, con los mismos derechos y las mismas obligaciones que cualquier otro. Según la Carta de las Naciones Unidas, Irán, al igual que otros miembros de la organización, se ha comprometido a abstenerse de amenazar o de utilizar la fuerza en contra de la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado. Espero que el Presidente Ahmadinejad reconozca el daño que estas declaraciones han causado a su posición en la comunidad internacional y las retire incondicionalmente. Sus declaraciones son otro recordatorio más de que Irán tiene que hacer algo para disipar la preocupación internacional en torno a sus intenciones en relación con el programa nuclear.

Cuando nos reunimos en Bruselas el 7 de noviembre, los Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea debatimos las ambiciones nucleares de Irán. En esa reunión, el Consejo reiteró su gran preocupación por la reanudación iraní de las actividades en la planta de conversión de uranio en Isfahan, y exhortó a Irán a aplicar todas las medidas reclamadas por el Consejo del Organismo Internacional de la Energía Atómica. Entre ellas se incluye el restablecimiento de la plena suspensión de todas las actividades del ciclo de combustible.

El enfoque preferido de la Unión Europea sigue siendo la reanudación de las negociaciones en el marco acordado en París el pasado noviembre. La Unión Europea ha insistido a Irán en que adopte las medidas necesarias para que esto sea posible. Es fundamental para la comunidad internacional resolver de forma satisfactoria la cuestión de las ambiciones nucleares de Irán. Un Irán con armas nucleares aumentaría enormemente la inestabilidad en la región y podría herir de muerte el Tratado de No Proliferación Nuclear y todo el sistema internacional de prevención de la proliferación.

Volviendo sobre los derechos humanos, seguimos muy preocupados por las graves y continuas violaciones por parte de Irán. Seguimos teniendo noticias de delincuentes menores de edad sentenciados a muerte. Irán sigue limitando la libertad de expresión y encarcelando a presos políticos, como el periodista investigador Akbar Ganji. Irán sigue persiguiendo a las minorías religiosas, incluida la Comunidad de Baha’i.

Por nuestro último debate sobre esta cuestión sé que este asunto sigue preocupando profundamente a numerosos diputados a este Parlamento. Por tanto, urgimos a Irán a que asegure el respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho. Es decepcionante que desde junio de 2004 no se haya celebrado un diálogo sobre derechos humanos entre la Unión Europea e Irán, a pesar de repetidos intentos, se lo puedo asegurar, por parte de la Unión Europea de fijar fechas para la próxima ronda. Es importante que Irán adopte medidas para reanudar conversaciones sustanciales en el marco de este diálogo.

Celebro la resolución sobre derechos humanos que Canadá presentó la semana pasada en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los Estados miembros de la Unión Europea han acordado copatrocinarla. Irán tiene que demostrar con hechos que está dispuesto a mejorar el respeto de los derechos humanos. Irán puede empezar a hacerlo cumpliendo sus obligaciones y los compromisos anteriores en relación con las ejecuciones de menores y liberando definitivamente a los presos de conciencia. Espero que el Gobierno de Irán lo haga sin demora.

Volviendo ahora sobre del terrorismo, el Consejo sigue estando preocupado por el enfoque iraní del terrorismo. El hecho de que el Presidente Ahmadinejad lanzara sus comentarios el mismo día en que se produjo el horrible ataque en Hadera, en Israel, cuya responsabilidad reclamó la Yihad Islámica palestina, debería reafirmarnos a todos en la lección de que la incitación a la violencia y el terrorismo que alimenta son actos viles e inaceptables. La Unión Europea ha animado a Irán a unirse, sin reservas, al consenso internacional sobre la existencia necesaria de dos Estados –Palestina e Israel– que convivan pacíficamente con fronteras reconocidas. La Unión Europea subraya que el apoyo a grupos terroristas palestinos es inaceptable. Todos los Estados tienen la responsabilidad de trabajar juntos para combatir la amenaza del terrorismo internacional.

Me parece que este es un momento realmente crucial para Irán y su Gobierno. Las recientes declaraciones del Presidente Ahmadinejad han llamado la atención sobre Irán y su posición en el mundo. Es imperativo canalizar constructivamente esta atención para influir efectivamente en Irán con miras a revisar su política en materia nuclear, terrorismo, derechos humanos, cuestiones regionales y otras, incluido el proceso de paz de Oriente Próximo.

La comunidad internacional puede ejercer una gran influencia cuando está unida. Creo que nuestra respuesta unívoca a las declaraciones del Presidente Ahmadinejad sobre Israel ha logrado llamar la atención sobre la política iraní en este asunto. Tal y como dijeron los Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea el 7 de noviembre, la evolución de la relación a largo plazo entre Irán y Europa dependerá de que Irán aborde efectivamente todos los ámbitos que preocupan a la Unión Europea. Depende de Irán determinar con sus actos si su relación a largo plazo con la Unión Europea mejorará o se deteriorará.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, aunque voy a repetir algo que ya se ha dicho, quiero hacerlo porque me parece un asunto tan grave que es preciso repetirlo. En efecto, ha habido una reacción amplia y muy rápida por parte de todas las instituciones europeas. El Presidente Barroso respondió inmediatamente en nombre de la Comisión Europea expresando una firme condena en los términos más claros. Sabemos que el Presidente del Parlamento Europeo también ha condenado muy enérgicamente esta declaración y, como ha dicho el señor Alexander, el Consejo Europeo también ha emitido una dura declaración desde Hampton Court.

Asimismo, yo he reiterado en público que la declaración del señor Mahmud Ahmadinejad sobre Israel era escandalosa y totalmente inaceptable. También la comunidad internacional la ha condenado como es debido en los términos más duros. Además, quiero dar las gracias a la Presidencia por haber sumado a nuestros jefes de delegación a las declaraciones realizadas por la Presidencia, junto con la Comisión, especialmente en los países árabes. Los Ministros de Asuntos Exteriores reiteraron esta condena colectiva de las llamadas a la violencia y a la destrucción de cualquier Estado. También coincidieron en el hecho de que tales comentarios generan preocupación en torno al papel de Irán en la región y sus futuras intenciones.

Existe una larga y horrible lista de precedentes en mítines políticos, desfiles militares y otros actos, que nos retrotraen a los primeros años de la revolución. Pero cuando se hace en el actual clima delicado, y especialmente en boca del propio Jefe de Estado en relación con una conferencia llamada «El mundo sin sionismo», me parece que ya va siendo hora de trazar una línea roja y recordar al Presidente iraní las responsabilidades que conlleva ser miembro de la familia de naciones.

En cuanto a la cuestión más candente, el tema nuclear, seguimos pensando que es preferible el compromiso a las apuestas arriesgadas, la confrontación y el aislamiento. Por tanto, apoyamos los esfuerzos de la Presidencia británica, Francia, Alemania, del señor Javier Solana y de otros que comparten esta postura por animar a Irán a que coopere plenamente con el Organismo Internacional de la Energía Atómica y el doctor El Baradei.

A este respecto, la próxima reunión del Consejo del OIEA será crucial. Sin duda todos queremos evitar que Irán se convierta en un Estado con armas nucleares. Pero este no es el único ámbito donde esperamos que el Gobierno iraní se pronuncie. La actitud de Irán con respecto al proceso de paz de Oriente Próximo en particular es muy importante. Desde el inicio de nuestro diálogo global entre la Unión Europea e Irán, el sucesor del diálogo crítico, esta cuestión figura entre los principales motivos de preocupación, junto con las armas de destrucción masiva, el terrorismo y los derechos humanos.

Durante la presidencia del señor Jatamí utilizamos este canal de diálogo con buenos resultados. Aunque Irán no reconociera oficialmente la existencia de Israel, percibimos algunas señales positivas y una mejor apreciación de toda la situación de Oriente Próximo. En particular se declaró que Irán no obstaculizaría el proceso de paz y que no pretendería ser «más palestino que los palestinos».

Pero las desaforadas observaciones del Presidente Ahmadinejad fueron un revés. Entre las varias condenas que desencadenó, me complació en particular advertir que el representante de la Autoridad Palestina, el principal negociador palestino, el señor Saeb Erekat, hizo gala de un verdadero sentido de Estado al recordar que la OLP y la Autoridad Palestina habían reconocido el Estado de Israel, con el que estaban embarcadas en un proceso de paz. Las estruendosas advertencias neorrevolucionarias de la dirección iraní a otros países musulmanes para que no reconozcan a Israel parecen estar curiosamente fuera de lugar en el mundo moderno y pueden acabar siendo fácilmente un tiro por la culata.

En los últimos meses, la Unión Europea ha invitado a Irán a reactivar nuestras vías de diálogo, celebrando sesiones tanto de diálogo amplio como sobre los derechos humanos. Espero firmemente que Irán se vuelva a comprometer a seguir estos procesos y aproveche la oportunidad de aclarar su posición, disipe los malentendidos y empiece a restaurar una confianza mundial gravemente dañada por las últimas declaraciones.

Aunque hoy no sea el momento adecuado, podría hablar largo y tendido sobre los derechos humanos y las expectativas positivas creadas en un principio durante los primeros años de la presidencia del señor Jatamí, y después sobre la posterior tendencia negativa que, lamentablemente, ella misma ha fraguado. Urgen las mejoras y la Unión Europea obviamente no puede guardar silencio al respecto.

Creo que deberíamos intentar construir puentes con el pueblo iraní y prefiero pensar que no todos los iraníes se identifican con las declaraciones y la postura de sus líderes. La libertad de expresión y de asociación en Irán están siendo erosionadas. Deberíamos seguir supervisando de cerca, por ejemplo, el trato de casos individuales como el del señor Akbar Ganji.

Pero como dijo claramente el Consejo la semana pasada, la evolución de la relación a largo plazo, evitando un deterioro entre Irán y Europa, dependerá de la decisión por parte de Irán de abordar efectivamente todos los aspectos que preocupan a la Unión Europea. Esto incluye la actitud de Irán con respecto al proceso de paz de Oriente Próximo. La pelota está ahora en el tejado del Gobierno iraní. Como condición previa esperamos que el Gobierno iraní ejerza un liderazgo responsable, tanto en el ámbito nacional como internacional. Irán cuenta con notables activos históricos, culturales y geopolíticos, así como con inmensos recursos naturales y humanos. Esto conlleva responsabilidades especiales en el fomento de la paz y la estabilidad en un vecindario particularmente fluctuante.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. DOS SANTOS
Vicepresidente

 
  
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  Hans-Gert Poettering, en nombre del Grupo del PPE-DE. (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, señor Presidente en ejercicio del Consejo, Señorías, nuestro Grupo ha pedido este debate, y quiero agradecer cálidamente a los demás Grupos que lo hayan aceptado sin mayor problema.

Lo que dijo el Presidente Ahmadineyad de Irán el 26 de octubre sobre borrar a Israel del mapa es tan monstruoso que debe ser condenado del modo más enérgico. Sabemos que el ayatolá Jomeini, que dirigió la revolución iraní, siguió una línea similar, pero estamos ahora todos muy agradecidos al ex Presidente Jatamí por haberse distanciado de ella.

A Israel –que yo he criticado en varias ocasiones en esta Cámara– le decimos que, cuando algo afecta, como en este caso, de tal manera a la seguridad, estabilidad e integridad de Israel, entonces ese país goza de nuestro apoyo incondicional y que cualquier ataque a Israel o intento de desestabilizarla equivale a un intento de poner en peligro la civilización occidental y constituye una declaración de guerra a Europa y al mundo en general. El Gobierno iraní debe tomar nota de esto.

Me decepcionan tanto los acontecimientos en Irán precisamente porque estuve pasando una semana entera en Irán cuando Ahmadineyad tomó posesión de su cargo y yo albergaba todavía la ilusión de que no todo sería tan malo como parecía. Sin embargo, es precisamente porque las cosas han tomado un giro tan siniestro por lo que quienes, con una gran dosis de buena voluntad, querían dar al nuevo Gobierno una oportunidad, hoy deben proclamar a los cuatro vientos: «¡Esto hay que cortarlo de raíz!» Y esa es la posición que debemos adoptar.

Lo trágico es que ese comportamiento por parte de lo que debemos llamar el nuevo régimen iraní no ayuda para nada a quienes pretende ayudar, a saber, los palestinos. No son solo los israelíes quienes tienen derecho a vivir dentro de fronteras seguras; nosotros en el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos hemos reconocido siempre ese mismo derecho también a los palestinos. Lo que el Presidente de Irán está haciendo pone en peligro todo el proceso de paz en Oriente Próximo, y esto son malas noticias no solo para Israel, sino también para la dignidad del pueblo palestino.

Tras nuestras críticas a Ahmadineyad, he visto en la televisión alemana manifestaciones en Teherán, con hombres que llevaban cinturones suicidas, cosa que constituye en sí misma una incitación al terrorismo. Mientras estaba en Irán vi una revista en la que se incitaba a los jóvenes a alistarse como terroristas suicidas o luchadores por la libertad; los pueden llamar como quieran, pero sigue siendo una incitación al terrorismo. Ayer me contaron que los programas de televisión infantiles iraníes muestran a niños palestinos llevando dichos cinturones suicidas, por decirlo así, poniendo un ejemplo a los niños iraníes y alentándoles a alistarse voluntarios para este tipo de misiones suicidas. También ayer, un colega británico me dijo que dos personas en Irán habían sido ahorcadas en castigo por mantener relaciones homosexuales. Todo esto demuestra que lo que está pasando allí es una vuelta a lo peor de la Edad Media y tenemos que conseguir que los líderes iraníes vean el error de sus opciones.

Tanto el Presidente en ejercicio del Consejo como la Comisaria Ferrero-Waldner han hablado del programa nuclear civil. Esto es algo a lo que Irán, por supuesto, tiene derecho, pero no goza de nuestra confianza y podemos estar prácticamente seguros de que el desarrollo de la capacidad nuclear civil llevará algún día a su uso para armas nucleares, que nosotros, como civilización europea y mundial, no podemos permitir que caigan en manos de personas cuya perspectiva puede considerarse medieval.

Esta mañana he instado al Gobierno ruso, a través de uno de sus representantes, a hacer todo lo posible –ya que goza de cierta influencia en Irán– para conseguir por fin que haya transparencia en todas estas cuestiones que afectan a la energía nuclear; la Comisaria y el Presidente en ejercicio del Consejo han formulado exigencias similares.

Tenemos que estar vigilantes en lo que afecta a Irán. Irán debe darse cuenta de que está echando por tierra su oportunidad de desempeñar un importante papel geográfico y estratégico. Irán tiene un importante papel que desempeñar en el proceso de paz en Afganistán, el proceso de paz en Iraq, en las relaciones con Siria, Israel, Líbano, y Palestina. Los iraníes son un gran pueblo, muchos de cuyos miembros no participaron en las elecciones porque se temían lo peor y no podían evitarlo. Hay gente de buena voluntad en Irán y no debemos olvidarlos. Irán necesita un buen futuro y es de esperar que su Presidente acabe dándose cuenta de que necesita adoptar un enfoque civilizado en sus tratos, tanto con las personas como con los Estados de todo el mundo.

 
  
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  Pasqualina Napoletano, en nombre del Grupo del PSE. – (IT) Señor Presidente, Señorías, también nosotros compartimos la necesidad de celebrar este debate, porque queremos que las graves declaraciones efectuadas por el Presidente iraní, el señor Ahmadinejad, sobre la existencia del Estado de Israel reciban una respuesta firme y unánime del Parlamento Europeo.

El Grupo Socialista en el Parlamento Europeo considera que no se debe infravalorar la gravedad de lo sucedido, pues esas palabras se pronunciaron en un momento enormemente delicado de la situación en Oriente Próximo. En honor a la verdad, en los días siguientes pudimos escuchar por suerte las declaraciones del líder Jatamí, que apuntaban en una dirección muy diferente. En efecto, se expresó en contra de las cruzadas de todo tipo, en contra de la guerra y en contra de la violencia, calificándolas de inmorales.

Volviendo a Oriente Próximo, por una parte han renacido las esperanzas de un proceso de paz que conduzca al nacimiento de un Estado palestino junto al Estado de Israel, que para nosotros nunca ha estado ni jamás estará en discusión. Por otro lado, sin embargo, sabemos que son muchos los enemigos de este proceso y que el terrorismo apoya de hecho a quienes no quieren una solución de esta trágica situación.

La paz, la democracia, la libertad y la justicia social son los valores que queremos que se afirmen en Oriente Próximo y deseamos que Europa desempeñe un papel creciente en este sentido. Por tanto, acogemos con agrado que la Unión Europea haya asumido la responsabilidad del control de la frontera de Rafah, que esperamos pueda constituir en un futuro próximo una de las fronteras del Estado palestino.

Irán es un gran país y no queremos que se aísle de la comunidad internacional. Al contrario, consideramos que las decisiones que tome, empezando por una clara e incontrovertible renuncia al armamento nuclear, pueden contribuir a la estabilización pacífica de toda la zona.

Israel y Palestina están unidos por un mismo destino, y anular Israel equivale a anular Palestina. Digo esto porque ya es hora de desenmascarar a quienes, en nombre de la defensa de los derechos de los palestinos, contribuyen a alimentar su drama. A diferencia del Presidente Ahmadinejad, nosotros trabajaremos por añadir un nuevo Estado al mapa de Oriente Próximo.

Por último, hagamos saber a Israel que Europa no puede olvidar el Holocausto, porque ello equivaldría a anular las razones mismas de su existencia como proyecto político.

 
  
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  Annemie Neyts-Uyttebroeck, en nombre del Grupo ALDE. – (NL) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, me voy a hacer eco de algunas cosas que otros diputados han dicho antes que yo, pero creo que es importante demostrar que todos los Grupos en esta Cámara coinciden en la condena de los recientes acontecimientos de Irán. Irán es una cuna de la civilización y su aportación al patrimonio cultural, artístico, religioso, intelectual y científico de la humanidad es de un valor incalculable. Cuando Irán se convirtió en República Islámica, se aisló durante décadas. La Unión Europea ha encabezado la iniciativa para poner fin a este aislamiento y se ha iniciado un amplio debate sobre aspectos como las relaciones económicas, la cooperación internacional y los derechos humanos.

Desde que el Presidente Ahmadineyad tomó posesión de su cargo, sin embargo, se ha producido un claro y perceptible retroceso en forma de condenas a muerte de menores de edad, renovadas persecuciones de periodistas y defensores de los derechos humanos y la retirada de 40 embajadores. Las recientes declaraciones del Presidente –que ha felicitado a los terroristas suicidas y ha dicho que Israel debe ser borrado del mapa– son incompatibles con la Carta de las Naciones Unidas, merecen ser condenadas y son completamente inaceptables, no solo políticamente y desde el punto de vista del Derecho internacional, sino también, y sobre todo, desde un punto de vista humanitario y moral.

El derecho de Israel a la existencia dentro de unas fronteras internacionalmente reconocidas y seguras, junto a un Estado palestino viable, no está en discusión. Irán haría bien en contribuir a una solución en Oriente Próximo y dejar de apoyar el terrorismo internacional. Las últimas declaraciones de su Presidente amenazan con precipitar a Irán, que es realmente un gran país, de nuevo al aislamiento y, en cualquier caso, impedirle desempeñar un papel destacado en su región.

 
  
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  Angelika Beer, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, Señorías, mi Grupo, el de los Verdes, también celebra que vayamos a aprobar una resolución unánime por la que el Parlamento Europeo deje claro que quienquiera –no importa si es una organización o un Estado– que cuestione el derecho de Israel a existir o predique el odio hacia ese país no será secundado por esta Cámara y que semejantes actitudes se rechazan con firmeza.

También la Comisión y el Consejo han descrito los serios problemas a que nos enfrentamos. Los discursos del Presidente Ahmadineyad dejan claro que los europeos no podemos hacer nada por impedir que un sembrador de odio movilice a miles de personas por todo el país; no es nuestra tarea, ni es nuestro campo de actividad, pero apelo sin embargo a los que están en el poder en Irán a que consideren si pueden desempeñar un papel positivo en la comunidad internacional prestando apoyando el derecho a existir tanto de Palestina como de Israel, en lugar de permitir que su Presidente haga de su rico país un paria internacional.

De ahí mi llamamiento a los ciudadanos de Europa y a esta Cámara: tenemos que diferenciar. Irán es un país fascinante, con una sociedad joven y bien educada. También hay, en la sociedad iraní, organizaciones de mujeres activas que luchan por los derechos de las mujeres. Irán está representado también por un hombre como Akbar Gandji, cuya vida está en peligro porque se niega a someterse a la censura. Irán es también una sociedad llena de internautas y periodistas que intentan permanecer en contacto con nosotros y revelarnos la verdad sobre el régimen de su país. Irán es también el ganador del Premio Nobel de la Paz, Shirin Ebadi, que ha hablado ante esta Cámara. Irán es también el abogado Abdolfattah Soltani, a quien una vez invitamos a esta Cámara y que está ahora en la cárcel.

Es a este otro Irán, entonces, al que debemos tratar de echar una mano. No vamos a cometer el error de romper los contactos con su sociedad civil ahora, de cerrarle la puerta. Eso es precisamente lo que personas como el Presidente Ahmadineyad quiere que hagamos, y esta es la razón por la que no debemos hacerlo.

Nos hemos comprometido con los derechos humanos, con la paz y con la resolución pacífica de los conflictos. Ese es nuestro camino. Es solamente el diálogo ...

(El Presidente interrumpe a la oradora)

 
  
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  Eva-Britt Svensson, en nombre del Grupo GUE/NGL.(SV) Señor Presidente, el régimen iraní impide cualquier oposición dentro del país. Viola los derechos humanos y condena bárbaramente a muerte a personas ahorcándolas, etc. Se puede establecer una larga lista de los crímenes del régimen, pero por lo visto estos crímenes no le bastan a este régimen. Ahora, el Presidente iraní ha hecho declaraciones terribles sobre otro Estado. Ha hablado de aniquilar el Estado de Israel. Su comportamiento es, por supuesto, totalmente inaceptable y debe ser condenado por todos. Supongo que somos un Parlamento unido que apoya las condenas tanto de esta declaración como de las violaciones de derechos humanos del régimen iraní. Hay un peligro de que la declaración del Presidente dificulte enormemente la labor en pro de la paz en Oriente Próximo.

Al mismo tiempo, tenemos que exigir que el Estado de Israel cumpla las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que se retire inmediatamente de los territorios ocupados y que asuma su cuota de responsibilidad en la solución de dos Estados y así acepte finalmente un Estado independiente palestino con capital en Jerusalén Este. En este contexto tenemos que criticar también la construcción por parte del Estado de Israel de un muro en los territorios palestinos. Es un muro que, entre otras cosas, separa a los agricultores de sus tierras y a los alumnos de sus escuelas e impide a los enfermos acudir a los hospitales. Este muro debe también derribarse.

 
  
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  Gerard Batten, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Señor Presidente, Irán está desarrollando un programa nuclear que no necesita porque se asienta sobre un mar de petróleo. Ha sido claramente diseñado para dotar al país de armas nucleares. El Presidente de Irán opina que habría que borrar a Israel del mapa. La capacidad de Occidente para abordar la amenaza lanzada por Irán se ha visto gravemente limitada por la guerra de Iraq, una guerra en la que intervino el Reino Unidos debido a las mentiras y el engaño de nuestro Primer Ministro, el señor Blair. Todos esperamos que la situación de Irán pueda resolverse pacíficamente y sin duda alguna este es uno de esos casos en que Occidente tiene que hablar suavemente y llevar un gran garrote.

Por desgracia, el garrote de Gran Bretaña –su ejército– se está fundiendo con la eufemísticamente llamada Identidad de Defensa Europea, es decir, un ejército europeo. Si se completa esta fusión se impedirá que en el futuro Gran Bretaña pueda embarcarse en acciones militares independientes. Pero una vez más la Unión Europea asume los atributos de un Estado político para abordar este problema y sus pretensiones reciben el apoyo incondicional de un Ministro del Gobierno de Su Majestad. Mientras tanto, este Parlamento sigue pidiendo a Francia y a Gran Bretaña que desmantelen sus fuerzas de disuasión nucleares independientes. Si así lo hicieran, dejaría de existir el garrote que en última instancia podría resultar necesario en cualquier negociación con Irán.

 
  
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  Cristiana Muscardini, en nombre del Grupo UEN. – (IT) Señor Presidente, Señorías, las manifestaciones de odio y violencia propaladas por el Presidente iraní con vistas a borrar del mapa al Estado de Israel representan una amenaza para todo el mundo civilizado.

Irán es un país de 68 millones de habitantes y una superficie de 1,7 millones de kilómetros cuadrados y es un importante productor de petróleo. Su Presidente actual está intentando convertirlo en un Estado que representa la forma más extrema del fundamentalismo islámico, que apoya o no condena actos terroristas y se dispone a producir energía nuclear sin el respaldo de la comunidad internacional. Si el Presidente iraní no cambia de forma clara su postura, representará una amenaza no solo para Israel y la región, sino también para todos nosotros, para la paz y para la democracia.

Hay que responder a esa amenaza del modo más enérgico. Hay que impedir el rearme nuclear unilateral de Irán, de acuerdo con nuestra Resolución de 13 de octubre de 2005 y con las conclusiones del Consejo de Asuntos Generales de 7 de noviembre. Debemos encontrar además una solución diplomática que disipe las preocupaciones legítimas por el programa nuclear iraní.

Si esta amenazadora tendencia de la política iraní no se detiene, tendremos que hablar con resolución de consecuencias diplomáticas y económicas, porque las declaraciones de incitación a la violencia contra un Estado democrático y soberano suponen un peligro para toda la comunidad democrática. Como instituciones, sin embargo, deberíamos seguir alentando las relaciones con la población.

Manifestamos nuestra máxima solidaridad con el Estado de Israel, que ha recibido testimonios de apoyo también de aquella parte del mundo islámico que rechaza el terrorismo, y que ha recibido el apoyo espontáneo de los ciudadanos de muchos de nuestros países. La búsqueda de una paz duradera pasa por una firme condena y por las necesarias y consiguientes acciones contra todos aquellos que instiguen el odio y la violencia.

Pedimos que nuestras instituciones estén también más atentas a los movimientos de la oposición en Irán, que denuncian los métodos de un régimen violento y represivo incluso contra su propio pueblo.

 
  
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  Douglas Alexander, Presidente en ejercicio del Consejo. (EN) Señor Presidente, otra vez hemos mantenido un debate de gran calidad sobre un tema importante, parecido a la última vez que tuvimos oportunidad de hablar sobre estos asuntos en esta Asamblea.

Una serie de oradores, entre ellos la Comisaria y el señor Poettering, han subrayado el significado que tiene la declaración del Presidente iraní para el proceso de paz de todo Oriente Próximo, con lo que estoy de acuerdo. Los comentarios del Presidente Ahmadinejad han causado preocupación por el papel de Irán en el conjunto más amplio de la región y, de hecho, por sus futuras intenciones. El hecho de que estos comentarios se hicieran el mismo día en que hubo el horrible atentado contra ciudadanos israelíes debería reafirmarnos a todos en la lección de que la incitación a la violencia y el terrorismo que alimenta son infames e inaceptables.

Francamente está claro qué debe hacer Irán. Ha de repudiar a los grupos que emplean el terror y la violencia, incluida la aborrecible propaganda que ha mencionado el señor Poettering, y apoyar una solución de la cuestión palestina basada en el principio de dos Estados que conviven en paz y con seguridad.

No hay motivo para que un sistema político islámico como el de Irán deba negar derechos democráticos fundamentales, como la libertad de elección y de expresión, y no vale ninguna excusa para que cualquier sistema incumpla los derechos humanos, como han dicho varios oradores en el curso de sus intervenciones en este debate.

En cuanto a la cuestión nuclear más amplia, Irán ha de dar garantías objetivas de que su programa nuclear solo persigue fines pacíficos. Los Gobiernos de la Unión Europea están celebrando consultas entre sí y con otros socios fundamentales, como los Estados Unidos, Rusia, China, la India y Sudáfrica, acerca de los próximos pasos a dar. Todos esperamos que Irán vuelva a suspender la actividad de conversión de uranio que acordó el año pasado y que el propio Consejo del OIEA ha declarado esencial para restablecer la confianza, y exhortamos a Irán a que regrese a las conversaciones sobre medidas a largo plazo basadas en el acuerdo de París.

El 7 de noviembre, como han mencionado algunos oradores, los Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea reafirmaron el apoyo por parte de la Unión a una solución diplomática a las inquietudes internacionales en torno al programa nuclear de Irán, que debería incluir un acuerdo sobre medidas a largo plazo. Una solución así debería contribuir a crear el clima que consideramos necesario para mejorar la relación con Europa en general y con el conjunto de la comunidad internacional. Naturalmente, trabajar y comprometerse con Irán es un desafío, pero debemos hacer lo posible por abordarlo en las semanas y meses cruciales que nos aguardan.

Nosotros preferimos establecer una relación mutuamente beneficiosa, basada en la cooperación y en nuestros intereses comunes, porque Europa quiere que Irán aproveche su potencial y que crezca y prospere. Si duda alguna esto es lo que merece su joven población y, por ello, tal y como ha dicho la señora Beer, es importante abrir los vínculos para que el otro Irán, como lo han llamado –la sociedad iraní más abierta a la que se han dirigido hoy los oradores–, pueda celebrar los esfuerzos que se están haciendo por mantener el diálogo, sin duda por parte de la Comisión y de otros.

Pero una relación de este tipo también exigirá abordar las principales preocupaciones de la Unión Europea, incluida, por supuesto, la proliferación nuclear y los derechos humanos.

Para concluir, en nombre de la Presidencia, permítanme simplemente decir lo siguiente: Irán se encuentra en una coyuntura crítica. El mundo espera ver cómo su nuevo Gobierno afronta las importantes decisiones que ha de tomar en las próximas semanas, meses y años. Desde el punto de vista de la Unión Europea, seguiremos animando a Irán a que aborde las preocupaciones internacionales en torno a su política y sus declaraciones. Espero que Irán lo haga y que sus relaciones con el mundo en general y la Unión Europea en particular puedan, por tanto, evolucionar en la dirección que a mi juicio desea esta Asamblea.

(Aplausos)

 
  
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  El Presidente. El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar mañana.

 
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