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Acta literal de los debates
Lunes 12 de diciembre de 2005 - Estrasburgo Edición DO

19. Año europeo de la igualdad de oportunidades para todos (2007)
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  El Presidente.   De conformidad con el orden del día se procede al debate del informe (A6-0366/2005) de la señora Roure, en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, sobre la propuesta de Decisión del Parlamento Europeo y del Consejo relativa al Año europeo de la igualdad de oportunidades para todos (2007) - Hacia una sociedad justa [COM(2005)0225 – C6-0178/2005 – 2005/0107(COD)].

 
  
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  László Kovács, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, la Unión Europea puede estar orgullosa de sus logros en el terreno de la no discriminación, que la sitúa entre las regiones más avanzadas del mundo en este aspecto. En el año 2000 aprobamos dos directivas fundamentales: una proscribía la discriminación racial y otra prohibía la discriminación directa o indirecta en el empleo por motivos de religión o creencia, discapacidad, edad u orientación sexual. Sin embargo, la legislación no basta por sí sola para contrarrestar la discriminación. Muchos Estados miembros incumplen sus calendarios de transposición, y en aquellos cuya legislación nacional se conforma a las directivas europeas, es desconocida por el público en general y no se aplica debidamente.

Por eso, la Comisión ha propuesto, entre otras cosas, declarar el año 2007 como Año Europeo de la Igualdad de Oportunidades para Todos. Con ello se pretende que el público sea consciente de los beneficios de una sociedad justa, que ofrezca a todos las mismas oportunidades al margen de su sexo, origen étnico o racial, religión o creencia, capacidad, edad u orientación sexual. Se resaltarán las ventajas de la diversidad como fuente de vitalidad social y económica, que Europa debe reconocer y aprovechar. Esta diversidad enriquece el tejido social europeo y es un componente esencial de su prosperidad económica.

Las discusiones y actividades a lo largo del año se centrarán en tres temas principales. El primero, el derecho a la igualdad y la protección contra la discriminación. Será un elemento fundamental concienciar al público del hecho de que igualdad de trato no significa necesariamente trato idéntico, sino que a veces es necesario un trato diferente en situaciones diferentes. En segundo lugar, el reconocimiento de la contribución que todos pueden hacer a la sociedad, sean cuales sean sus características personales. El objetivo será dar a conocer los aspectos positivos y ventajas que la diversidad aporta a Europa. Tercero, una mejor representación social de los grupos desfavorecidos: se iniciará un debate sobre la forma de rectificar la falta de representación y la participación de ciertos grupos en la sociedad. Cuarto, respeto y tolerancia entre las personas y entre las distintas comunidades que componen la sociedad europea.

La sociedad civil y los agentes sociales se implicarán plenamente en el Año Europeo. Uno de los principios básicos de su puesta en marcha será que las actividades se descentralizarán a escala de cada Estado miembro. Para hacer más efectivo el mensaje, el Año deberá articularse lo más cerca posible de los ciudadanos. Por último, hay que asegurar que durante el Año y en todos los Estados miembros se dé la misma importancia a todas las causas de discriminación expresadas en el artículo 13 del Tratado, a saber, el sexo, el origen étnico o racial, la religión o las creencias, la discapacidad, la edad y la orientación sexual.

 
  
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  Martine Roure (PSE), ponente. – (FR) Señor Presidente, ninguna barrera institucional separa a un grupo de otro, y nada impide a nadie demostrar su valía y ser premiado por ello. Se han establecido sistemas específicos, en forma de exámenes o concursos que confieren cualificaciones, para asegurarse de las aptitudes de cada individuo. El acceso a los cargos más altos está abierto en principio a todos, sin distinción.

No obstante, aunque todas las personas son iguales ante la ley, no siempre lo son de hecho. Al menos, no parece que hayamos alcanzado la igualdad de oportunidades. A pesar de algunos ejemplos de ascenso social espectacular, citados con tanta más complacencia cuanto más excepcionales son, las oportunidades de éxito no están repartidas por igual entre todos y si la organización social no permite a todos manifestar sus aptitudes, alimenta gérmenes de grave frustración y tensiones. Ni la eficacia ni la justicia salen ganando con este estado de cosas.

Si esta es en efecto la situación, casi dos siglos después de la promulgación de la Declaración de los Derechos del Hombre, habrá que comprender las razones. ¿Hay que pensar que no tenemos salida? ¿Son los principios democráticos un espejismo, o un ideal, que se aleja a medida que podemos acercarnos a ellos? Nos negamos a aceptarlo.

Es cierto que las desigualdades tienden a acumularse. Las personas procedentes de familias modestas tienen en promedio menos oportunidades de alcanzar un nivel de instrucción elevado. Quien tiene un bajo nivel de instrucción tiene menos oportunidades de llegar a un estatuto social alto o ejercer una profesión bien remunerada. El número de mujeres que ocupan puestos elevados, sean los que sean, sigue siendo muy limitado, si no ínfimo. Por norma general, el poder sigue siendo prerrogativa de los hombres. Las personas discapacitadas siguen sin tener derecho a ocupar un lugar justo en nuestras sociedades. Las personas homosexuales todavía son discriminadas con demasiada frecuencia y aún hay quien considera este estado de cosas normal. El color de la piel y el origen étnico dejan en la cuneta a muchos hombres, mujeres y niños.

¿Tenemos derecho a acomodarnos a esta situación? ¿Tenemos derecho a considerar que no se puede intentar nada para aproximar la realidad al ideal democrático? Los obstáculos parecen grandes e inherentes a la propia organización social. Pero no conseguiremos superarlos negando su existencia. Tenemos que afrontar los hechos y condenarlos. Por ejemplo, la discriminación obliga a menudo a las personas a aceptar trabajos no cualificados y empleos inseguros, casi siempre mal remunerados, y por consiguiente un bajo nivel de vida.

Las personas que sufren esta discriminación tienen muchas dificultades para acceder a una vivienda decente y a la atención sanitaria. No tienen prácticamente ninguna posibilidad de ascender a través de la formación profesional continua y tienen pocas oportunidades de ocio.

En estas condiciones, la educación de sus hijos está hipotecada desde el comienzo. Se encuentran privadas de las condiciones materiales, de las relaciones y del entorno emocional que necesitan para planificar sus vidas. Y es muy grande el riesgo de que acaben en la misma situación que sus padres.

En una palabra, una desventaja genera otra. Quien sufre un aspecto de los efectos de la desigualdad social corre un grave riesgo de sufrir otros aspectos. Aunque podemos reconocer intuitivamente este fenómeno de acumulación de las desventajas, hasta ahora no ha sido estudiado extensivamente.

Por tanto, quiero pedir al Consejo y a la Comisión un firme compromiso con la lucha contra todas las formas de discriminación en todos los países de la Unión, en particular en el marco del Año de la igualdad de oportunidades para todos.

Queremos que asuma un firme compromiso, señor Comisario. Hemos escuchado hace un momento lo que nos ha dicho y nos complace, pero comprenderá que estaremos muy atentos a la manera en que se pondrá en práctica. Concluiré recordándole que el 28 de agosto de 1963, en Washington, en su célebre discurso «Tengo un sueño», Martin Luther King expresó con emoción la esperanza y el sueño de un mundo de libertad y justicia para todos. «Sueño, dijo, con que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en un país en que no serán juzgados por el color de su piel, sino por el fondo de su carácter.»

Soñemos juntos con que de aquí a finales del decenio tendremos al fin una Unión sin discriminaciones, una Unión que brinde una oportunidad a todos los niños. Tengamos juntos un sueño, señor Comisario.

 
  
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  Patrick Gaubert, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (FR) Señor Presidente, Señorías, en primer lugar quiero dar las gracias a la señora Roure por su trabajo en torno a este informe. La Unión Europea se ha comprometido a promover los derechos fundamentales y la igualdad de oportunidades para todos. Contamos con una de las legislaciones antidiscriminatorias más completas del mundo. Pero deben ustedes preguntarse esto: ¿Conocen nuestros conciudadanos las directivas europeas contra la discriminación? ¿Saben que todos los Estados miembros están obligados a transponerlas a su legislación? Por desgracia, creo que la respuesta es «no». Por ello, la iniciativa de lanzar el Año europeo de la igualdad de oportunidades es muy constructiva.

Un acto mediático de esta magnitud es un método efectivo para aumentar la sensibilización y facilitar información. La igualdad de oportunidades es una política de medidas específicas encaminada a ayudar a quienes sufren desventajas a obtener un acceso equitativo a los derechos, bienes y servicios. Para que la igualdad sea real, debemos luchar contra todas las discriminaciones. Hombres y mujeres son víctimas cada día de discriminaciones para acceder a un empleo o un servicio, en particular por razón de su sexo, origen o religión. Es algo inaceptable, no podemos tolerar más esas prácticas.

Las actividades que apoyará la UE en 2007 y las campañas de sensibilización y demostración son un paso en la buena dirección. También es primordial que haya una voluntad política real en este sentido y todos los Estados miembros sin excepción deben unir sus fuerzas. Por tanto, la plena aplicación de la legislación antidiscriminatoria sigue siendo una prioridad máxima. Es lamentable que ciertos Estados miembros hayan sido denunciados por no haber transpuesto correctamente las directivas europeas en este terreno.

Mañana, el Parlamento debe transmitir una señal importante a nuestros conciudadanos aprobando este informe por amplia mayoría. La lucha contra la discriminación no la libra la izquierda ni la derecha. La libran hombres y mujeres con convicciones que persiguen el mismo objetivo: luchar por el respeto de los derechos humanos y, más en concreto, contra todos los tipos de discriminación.

 
  
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  Katalin Lévai, en nombre del Grupo del PSE. (HU) El principal mensaje del Parlamento Europeo en respuesta a la propuesta de la Comisión es luchar contra todas las formas de discriminación, y es por ello que deseo felicitar especialmente a la señora Roure por su informe. Quiero hacer hincapié en que la igualdad de oportunidades –que es el primer derecho humano formulado por la Unión Europea– es un ámbito horizontal que abarca todos los sectores. Por ello, la aplicación de la igualdad de oportunidades debe ser una prioridad de primer orden no solo para el Parlamento Europeo, sino también para la UE y para todos los órganos gubernamentales de los Estados miembros. Me complace sobre todo la creación, por parte del Presidente Borrell, del Comité de Alto Nivel para la Igualdad de Oportunidades, al que tengo el honor de pertenecer. Me gustaría destacar un importante trabajo del Comité publicado hace poco, en el que se mencionan las ventajas de aplicar los principios de la diversidad cuando una empresa entrevista y selecciona a su personal. Los lugares de trabajo que aplican esa política, las empresas que tienen en cuenta la diversidad cultural, resultan más competitivas a largo plazo y, en algunos casos, logran una mayor eficiencia a corto y medio plazo. Por lo tanto, la igualdad de oportunidades no es un obstáculo para aumentar la competitividad económica, sino que la refuerzan. También me gustaría subrayar la responsabilidad que asumen los Estados miembros en los preparativos del Año de la Igualdad de Oportunidades, y me gustaría proponer varias iniciativas. He organizado la primera audiencia parlamentaria pública de Hungría, que tendrá lugar la semana próxima, en la que los ciudadanos que participen podrán exponer sus experiencias personales para ilustrar la discriminación de la que han sido objeto. Una chica ciega que no ha sido admitida a la universidad debido a su ceguera, y un joven de etnia romaní hablarán sobre sus vidas. Quiero implantar esta costumbre en Hungría e introducir en mi país las audiencias personales que celebramos en esta Cámara.

 
  
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  Sophia in 't Veld, en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señor Presidente, en primer lugar quiero dar las gracias a la ponente por su buen trabajo, que no ha sido tarea fácil. El Año de la Igualdad de Oportunidades para Todos es una excelente idea, ya que los ciudadanos europeos aprecian mucho los derechos fundamentales y estos deben hacerse realidad para todos ellos. En este contexto, quisiera aludir a dos cuestiones.

La primera, el presupuesto. Creo que todos los presentes estamos de acuerdo en que es vergonzosamente insuficiente: ¡quince millones de euros para los derechos fundamentales! Si lo comparo con el dinero gastado en otras muchas cosas de menor valor, siento una punzada en el estómago.

La segunda cuestión es la aplicación descentralizada. Eso está muy bien, pero me preocupa la posibilidad de que los Estados miembros hagan su particular selección. No me tranquilizan todas las amables palabras que hemos oído en los últimos años sobre derechos fundamentales, porque la realidad es diferente y el mismo Comisario ha mencionado que algunos Estados miembros siguen retrasando la puesta en práctica de la normativa contra la discriminación. Sigue habiendo una jerarquía de discriminaciones, y creo que no deberíamos alentarla con este programa del Año de la Igualdad de Oportunidades para Todos.

Quiero pedir al Comisario que, en nombre de la Comisión, prometa aquí y ahora, en público y de modo que conste en acta, que garantizará que todos los Estados miembros usen los fondos destinados a este Año para combatir por igual todas las formas de discriminación. Con esto no pretendemos dictar cómo se ha de distribuir el dinero, sino que queremos tener la certeza de que ciertos grupos «problemáticos», que actualmente sufren discriminación –homosexuales, algunos grupos religiosos o la comunidad romaní, por ejemplo– tengan igual acceso a este programa que los demás grupos discriminados. Espero obtener una respuesta positiva.

 
  
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  Jean Lambert, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (EN) Señor Presiente, yo también quiero agradecer a la ponente su trabajo, y comprendo la necesidad de contar con el mayor tiempo posible de preparación para que el Año de Igualdad de Oportunidades tenga algún efecto significativo. La parquedad del plazo ha supuesto que queden una o dos áreas, tal como acaba de indicar mi colega, en que nos hubiera gustado ajustar más las cosas, pero no ha sido posible.

Todos esperamos que el Año sirva de acicate a los Estados miembros que llevan un retraso particular en la aplicación de las directivas del artículo 13. Son directivas que reflejan la dimensión más positiva de la Unión Europea y la sociedad necesita ser consciente de sus derechos. Como hemos visto al tratar asuntos como la Directiva sobre la ordenación del tiempo de trabajo, a menudo los ciudadanos no se dan cuenta de que tienen derechos, con lo que no los pueden hacer valer.

Estoy de acuerdo con la señora Roure en que la igualdad de oportunidades es un factor fundamental de la inclusión social y que debemos combatir la intolerancia y los prejuicios en todos los frentes, tanto en la calle como en el Gobierno, pues impiden que muchas personas desarrollen su potencial y que la sociedad se beneficie de su talento.

Me hago eco también de los comentarios sobre el presupuesto, totalmente insuficiente. Si se piensa en las cantidades que gastamos los partidos políticos en nuestras campañas electorales intentando convencer a los ciudadanos de cosas diferentes, costará mucho más que lo presupuestado convencerles de que otros miembros de su sociedad tienen derechos que merecen ser reconocidos.

 
  
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  Mary Lou McDonald, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (EN) Señor Presidente, yo también quisiera elogiar a la ponente por su trabajo en este campo tan importante y prestar mi voz para apoyar la designación de 2007 como Año Europeo de la Igualdad de Oportunidades para Todos.

Debemos comprometernos no solo con el concepto de igualdad de oportunidades, sino también, y de forma esencial, con la igualdad efectiva de resultados. Todas las personas deben gozar de plena igualdad social, económica y cultural. Esto, lógicamente, incluye la igualdad de todas las personas, independientemente de su sexo, raza, etnia, nación de origen, edad, estado civil o familiar, orientación sexual, discapacidad, situación socioeconómica e incluso afiliación política o religiosa. Si nos tomamos en serio la igualdad efectiva, no solo debemos garantizar de forma continua la igualdad de oportunidades para todas esas categorías, sino también medir con precisión los resultados en contraste con cada una de ellas.

Todos sabemos que la desigualdad social no es un fenómeno natural, sino el resultado directo de las desigualdades de poder, y para combatir la desigualdad misma debemos afrontar el reparto de poder en nuestra sociedad, hemos de cuestionar el estado de cosas. Pienso que 2007 como Año de la Igualdad de Oportunidades para Todos puede ser la plataforma para hacerlo. Por eso, creo que lo que realmente sugiere esta iniciativa es un reconocimiento explícito de que hasta ahora hemos fracasado en materia de igualdad.

En mi país, Irlanda, aún estamos aprendiendo a sobrellevar la herencia de la dominación británica y la persistente división de nuestro país, además de décadas de discriminación en el proceso electoral, en la vivienda, el empleo y la policía. El Tigre Celta irlandés debería se un buen ejemplo para todo el pueblo irlandés, y aun así seguimos siendo una de las sociedades con mayor desigualdad no solo en la UE, sino en todo el mundo.

El informe Roure se centra acertadamente en los inmigrantes y en las mujeres, lo cual es especialmente relevante para mi país. El Año Europeo debe ser mucho más que una llamada de atención sobre la discriminación. La legislación igualitaria por sí misma no conseguirá erradicar las profundas desigualdades sin la voluntad política de coger el toro por los cuernos y acabar con todo tipo de discriminación.

A este fin me hago eco del llamamiento de la señora Roure a la Comisión y al Consejo a que pongan el dinero donde ponen las palabras de cara a la lucha contra las desigualdades en toda la Unión.

 
  
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  Zita Gurmai (PSE). – (HU) El año 2007 será un año muy importante para las cuestiones que quedan por resolver en el ámbito de la igualdad de oportunidades y su aplicación en toda la Unión Europea. La igualdad de oportunidades constituye el fundamento del sistema común europeo de valores, y su aplicación promocionará el respeto de los derechos humanos fundamentales.

Este informe, que se está elaborando en el marco de un procedimiento de codecisión, aborda todos los ámbitos de aplicación –desde la creación del marco legislativo hasta la definición de los recursos financieros–, incluidas las posibilidades de participación de los Estados miembros y las organizaciones ciudadanas. La señora Roure ha realizado una labor encomiable. Lo más importante es aplicar las normativas ya aprobadas y aceptadas, y velar por que las personas afectadas conozcan la legislación promulgada en su favor. Por ello necesitamos hechos y no palabras. No basta con aplicar el principio de la igualdad de oportunidades a escala comunitaria, sino que tenemos que asegurarnos de que todos sepan que todos los ciudadanos tienen derecho a la igualdad de oportunidades y de trato, independientemente de su género, raza u origen étnico, religión u opiniones, discapacidad, edad y orientación sexual.

Es sumamente importante una información continua, así como la educación y cooperación con organizaciones ciudadanas y con ciudadanos europeos. Necesitamos llevar a cabo campañas para ganarnos a la opinión pública y entablar un animado diálogo social. No podemos concebir una Europa social sin protección de los estratos sociales vulnerables y de los grupos más expuestos a la discriminación. La discriminación y la exclusión tienen cientos de facetas, pues pueden basarse en la raza, el origen étnico, la religión, la edad, el género y las discapacidades físicas y mentales. Todos desempeñamos un papel en la aplicación de la igualdad de oportunidades, desde los órganos del Estado hasta las autoridades nacionales, desde la sociedad civil hasta cada uno de los ciudadanos europeos. La solidaridad es el planteamiento más adecuado y oportuno para luchar a favor de la igualdad de oportunidades. Todos tenemos la responsabilidad de que cada persona tenga las mismas oportunidades para desarrollar sus posibilidades en todos los ámbitos de la vida. En mis enmiendas he recalcado igualmente que debemos hacer todo lo posible por la igualdad, no solo a escala comunitaria e individual, sino también a escala regional, nacional y local. Propongo que se acepte este informe.

 
  
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  Tatjana Ždanoka (Verts/ALE). (EN) Señor Presidente, al igual que otros oradores, estoy de acuerdo con el Comisario en que la UE debe tener uno de los marcos jurídicos más avanzados en la lucha contra la discriminación. Por eso, agradezco que las enmiendas del Parlamento a la propuesta de la Comisión soliciten que el Año Europeo de la Igualdad de Derechos para Todos acelere el proceso de transposición de las dos directivas contra la discriminación, y por todo ello doy las gracias a la ponente, la señora Roure.

Debo decir con pesar que mi país, Letonia, está entre los Estados que se han retrasado en la transposición. Los nuevos Estados miembros deberían estar sujetos a procedimientos de infracción por violaciones del derecho comunitario en la misma medida que los antiguos. En ese sentido, las ONG desempeñan un papel fundamental en la sensibilización. La Comisión debe asegurar que estas organizaciones, sobre todo las que representen a grupos discriminados, se impliquen en todas las fases del trabajo relacionado con el Año Europeo. Espero que el Comisario también esté de acuerdo con esto.

 
  
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  László Kovács, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, antes que nada quisiera expresar mi gratitud a los diputados por su participación en este debate. Quisiera subrayar que la Comisión comparte su compromiso con combatir todas las formas de discriminación en todos los Estados miembros. La Comisión está dispuesta a exigir a todos los Estados miembros que asignen los recursos de forma consecuente con esto.

En términos generales, la Comisión acepta todas las enmiendas propuestas por el Parlamento. No las comentaré una por una, sino que me centraré en los asuntos principales.

Aceptamos las enmiendas encaminadas a reforzar la implicación de la sociedad civil y la puesta en marcha del Año Europeo de la Igualdad de Oportunidades para Todos. Ese será un factor determinante del éxito. Aceptamos también las crecientes referencias a la integración de la igualdad de género en las demás políticas. Estamos plenamente de acuerdo en que, durante el Año, todos los Estados miembros den la misma importancia a todas las causas de discriminación expresadas en el artículo 13 del Tratado: el sexo, el origen étnico o racial, la religión o las creencias, la discapacidad, la edad y la orientación sexual. Es razonable que se establezca un sistema simplificado de gestión administrativa de los fondos en el plano nacional, como se ha propuesto. Estamos de acuerdo también en incrementar el presupuesto de 13,6 millones de euros a 15 millones.

En resumen, la Comisión acepta todas las enmiendas propuestas. Terminaré dando sinceramente las gracias a la ponente, la señora Roure, cuyo compromiso con la lucha contra la discriminación ha sido esencial para llevar a buen puerto las negociaciones con los Estados miembros. El proceso ha sido rápido y muy satisfactorio. El texto que se ha sometido a la aprobación final de esta Cámara refuerza la postura inicial de la Comisión y nos da los medios para actuar a favor de la diversidad en toda la Unión Europea.

 
  
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  El Presidente.   El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el martes a las 12 del mediodía.

 
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