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 Texto íntegro 
Procedimiento : 2002/0254(COD)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0415/2005

Textos presentados :

A6-0415/2005

Debates :

PV 17/01/2006 - 17
CRE 17/01/2006 - 17

Votaciones :

PV 18/01/2006 - 4.6
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0015

Acta literal de los debates
Martes 17 de enero de 2006 - Estrasburgo Edición DO

17. Gestión de la calidad de las aguas de baño
Acta
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  Presidente.   De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0001/2006) del señor Maaten, en nombre de la delegación del Parlamento Europeo en el Comité de Conciliación, sobre el texto conjunto aprobado por el Comité de Conciliación sobre la Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la gestión de la calidad de las aguas de baño y por la que se deroga la Directiva 76/160/CE (03659/2005 – C6-0373/2005 – 2002/0254(COD)).

 
  
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  Jules Maaten (ALDE), ponente. (NL) Señor Presidente, en los últimos días y, de hecho, en general durante el debate de esta directiva, se me ha preguntado con regularidad si es realmente necesario fijar normas para las aguas de baño a escala europea. ¿No es un ejemplo clásico de un tema que se podría resolver a escala de los Estados miembros? Sé que algunos diputados socialdemócratas neerlandeses, que por desgracia no están aquí en estos momentos, incluso dijeron en un informe que era una directiva vergonzosa para el agua de la piscina. Bien, no es una directiva para piscinas, ni mucho menos una directiva para el agua de la bañera. Se trata, por supuesto, de las aguas costeras y los lagos.

Se ha planteado la cuestión de si la actuación europea en este ámbito añade algún valor. El Parlamento no tenía ninguna duda al respecto cuando la Cámara debatió este mismo punto en primera lectura. Pero lo que es más importante es que los Estados miembros, y sobre todo los Estados miembros, creían que se necesitaba una directiva. Si eso es lo que quieren, es lo que deben tener, pero creo que tendría que ser una directiva seria y no una directiva que permita más excepciones que otra cosa.

En cualquier caso, después de más de 12 años de debate, se ha llegado a un compromiso, aunque con dificultades, entre el Consejo y el Parlamento, y supongo que mañana se trasladará a la legislación. La nueva directiva garantiza un agua de baño más limpia en las playas y los lagos de Europa, más información para los bañistas y menos trámites burocráticos para las autoridades locales.

En toda la Unión Europea, más del 80 por ciento de las zonas de baño ya cumplen los estándares más estrictos, y en varios Estados miembros los cumplen incluso más del 90 por ciento de las zonas de baño. En la actualidad, un 12 % de los bañistas sufren anualmente náuseas, infecciones de estómago, sarpullidos, opresión en el pecho o infecciones de ojos u oídos. El efecto de la nueva directiva es que los estándares de salud serán más estrictos y, como resultado, se espera que solo un 8 % de los bañistas contraigan enfermedades.

A partir de 2015, los bañistas también estarán informados de la calidad de las aguas en sus zonas de baño mediante símbolos que serán idénticos en toda Europa. En estos momentos, los bañistas solo pueden acceder a la calidad referente al año anterior con alguna dificultad y únicamente a través de Internet. Lo que me atrae es que dentro de poco podré ver por mí mismo cuál es la calidad del agua sobre el terreno, porque, no sé ustedes, pero yo no me llevo casi nunca el portátil a la playa. En vez de 19 parámetros, los Estados miembros solo deberán medir 2 parámetros, y este es un ejemplo de cómo se reducirán los trámites en la medición del agua.

Durante mucho tiempo, el Parlamento Europeo y los Gobiernos estaban en desacuerdo respecto a lo estrictos que debían ser los estándares, y los costes asociados para los Estados miembros. Ahora hemos llegado a un compromiso satisfactorio para todas las partes, y creo que, en este sentido, aunque la Presidencia británica merece una felicitación, es la Comisión –y usted en concreto, Comisario– quien ha permitido que se llegue a este compromiso. También quiero dar las gracias a muchos de los ponentes alternativos por su cooperación en este sentido.

Las aguas de baño no solo serán más limpias, serán mucho más limpias, los costes serán asequibles y la desregulación está en marcha. Para terminar, me interesará oír los comentarios que hará la Comisión sobre el artículo que aparecerá pronto en la revista científica Environmental Health Perspectives, escrito por el señor Albrecht Wiedenmann con el título más bien complejo de «Efectos derivados de la concentración en niveles carentes de efectos adversos observados», conocidos por las siglas NOAELS.

No podría describirles exactamente el término, pero estoy seguro de que pueden entenderlo. Estoy muy interesado en ver si la Comisión utilizará también ese estudio en su informe de valoración de 2008, porque contiene bastantes comentarios escuetos sobre la directiva que estamos a punto de aprobar. Pero añadiría que el tiempo para incorporarlo se nos está agotando rápidamente. Me complacerá sobremanera que la directiva se apruebe realmente mañana. Creo que será un éxito para todos nosotros, yo incluido, aunque no soy precisamente un gran nadador. Solo me meto en el agua si no me queda otro remedio. Después de 2015, por lo menos me gustará más tomarme un baño. Espero, Comisario, que podré hacerlo sin temor alguno también en su Estado miembro.

 
  
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  Stavros Dimas, miembro de la Comisión. (EL) Señor Presidente, me encanta el mar y nadar, y por lo tanto por motivos personales estoy interesado en que los mares y las aguas de Europa sean lo más limpias posible.

Quiero dar las gracias a la delegación del Parlamento Europeo que participó en la reunión de conciliación con el Consejo el 12 de octubre de 2005, al Vicepresidente, el señor Trakatellis, y al ponente, el señor Maaten, en concreto, y felicitarles por su importante trabajo y el resultado conseguido.

Las discusiones en el Comité de Conciliación fueron complicadas. Pero, por lo menos en lo que se refiere a la cuestión vital de introducir unos criterios ambiciosos para la clasificación de las categorías de calidad adecuada, considero que el Parlamento consiguió unos resultados notables y una importante mejora en comparación con la posición original del Consejo.

Es posible que los criterios de calidad no sean al final tan estrictos como habríamos deseado, y de hecho los estándares mínimos son menos estrictos que los que la Comisión había propuesto en un principio. Sin embargo, se reforzaron considerablemente durante las discusiones en el Comité de Conciliación, con el resultado de que el texto final representa una mejora considerable con respecto a las disposiciones en vigor y que datan de la época en que se adoptó la directiva en 1975 y que, por lo tanto, han quedado superadas por los nuevos datos científicos.

La Comisión apoya el texto de conciliación con especial satisfacción y espero que el Parlamento ratificará el resultado positivo conseguido por su equipo de negociación.

Así pues, esta noche cerramos el debate sobre dos directivas muy importantes que sin duda mejorarán el medio ambiente y protegerán la salud de los ciudadanos europeos.

 
  
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  Richard Seeber, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, agradezco al ponente el buen trabajo que ha realizado, y a la Comisión esta propuesta de directiva, en particular.

Para ser sincero, la Comisión me decepcionó un poco cuando emitió su opinión sobre la posición común del Consejo. Realmente me habría gustado ver más apoyo a una línea más dura y más definida sobre la calidad de las aguas de baño, ya que, al fin y al cabo, hemos suavizado considerablemente los criterios a que se refería el Comisario. Con el apoyo de la Comisión, podíamos haber impuesto una directiva más dura, una que obligara a los Estados miembros a introducir unos criterios más elevados sin la necesidad de enfrentar a los Estados a esos grandes gastos de los que a menudo se habla.

No olvidemos que el principal problema de hoy en cuanto a la contaminación de las aguas de baño no es la contaminación localizada, sino las fuentes de contaminación difusa, fuentes agrícolas en concreto, claro. Podríamos haber conseguido una mejora considerable en este aspecto con una cantidad de dinero relativamente módica. Pero hemos llegado a un compromiso, y los compromisos deben cumplirse; por este motivo, pido que mañana se apruebe la propuesta de directiva en el Parlamento.

De todos modos, hemos dado un paso en la dirección correcta. Y ahora pongo mis esperanzas en 2008, cuando la Comisión deberá revisar la directiva y valorar la situación del momento. De modo que me gustaría anticiparme a ello y pedir al Comisario, que por supuesto es un gran nadador, que se asegure de que sus servicios realicen esa valoración en consecuencia y quizás, después de todo, eleven los estándares de salud a los niveles de la OCDE, con los que todos los Estados están de acuerdo, para que no nos encontremos intentando bajar el nivel de estos estándares en este ámbito. Sin duda, las aguas de baño tienen un fuerte aliado en el Comisario.

(Aplausos)

 
  
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  Gyula Hegyi , en nombre del Grupo PSE. – (EN) Señor Presidente, como diputado húngaro del Grupo Socialista, estoy satisfecho con el resultado de la conciliación en torno a la directiva sobre las aguas de baño. Hemos celebrado extensos debates en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria y posteriormente en el Comité de Conciliación. No ha sido fácil dejar claro que no podemos aplicar los mismos criterios en las aguas interiores y costeras y a los lagos –como el Lago Balatón en Hungría– que los que aplicamos al Océano Atlántico. Eso no significa que no queramos normas estrictas para nuestras vías navegables interiores. No obstante, los lagos y los océanos son claramente diferentes.

Los países sin litoral marítimo, como Hungría y Austria, también deberían tener derecho a su propia agua de baño. La zona que rodea a los lagos de baño de Hungría está sujeta a una prohibición relativa a ciertas actividades industriales y agrícolas, y el sistema de alcantarillado abarca casi el 100% de las viviendas. Podemos mejorar muchas cosas, pero no podemos convertir un lago en un océano.

El compromiso actual nos resulta aceptable, pero supone mucho trabajo para mi país: se cerrarán algunas playas y muchas otras tendrán que mejorar, pero ese es el precio de un medio ambiente limpio y saludable. Acogemos con satisfacción el compromiso respecto a una versión más estricta de la categoría «suficiente». También es muy importante la información pública sobre la calidad del agua en los lugares de baño. En efecto, en todas las playas que rodean el Lago Balatón hay enormes pancartas informativas escritas en húngaro, inglés, alemán y ruso. Por supuesto, también podríamos añadir el francés, en espera de que acudieran más turistas procedentes de Francia y otros países de habla francesa.

En mi último discurso, en la segunda lectura, utilicé un tono bastante duro debido a que solo disponía de un minuto y a la celeridad de un debate profundo. Ahora quisiera agradecer al señor Maaten su informe y su disposición a llegar a un compromiso constructivo. Ha hecho un buen trabajo.

Cuando le dé la bienvenida a Hungría, espero que pueda ver lo limpio y dulce que está nuestro Lago Balatón.

 
  
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  Marios Matsakis , en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señor Presidente, cientos de miles de ciudadanos europeos enferman cada año por bañarse en aguas contaminadas. Las enfermedades contraídas de este modo pueden ser más o menos graves. Desde el punto de vista clínico, la mayoría son benignas a moderadas, pero algunas son graves y unas pocas son mortales. Naturalmente, los niños, los ancianos y los que tienen el sistema inmunológico deprimido son los más vulnerables. Por ello, es imperativo para los órganos legislativos de la UE preocuparse realmente por la calidad de las aguas de baño.

En efecto, llevan trabajando en esta cuestión desde hace muchos años, y sería de esperar que los parámetros utilizados para controlar la calidad del agua de baño fueran lo más estrictos posibles. Lamentablemente no es así, y esto se debe a una sencilla razón. En el sector recreativo y turístico hay grandes cantidades de dinero invertidas que se asocian con las aguas de baño, y si en una zona se califica el agua de baño de baja calidad, esto tiene un grave efecto económico en la región y el país en cuestión. Por ello, el criterio médico ya no es el principal, y los «compromisos políticos» están en el orden del día. Entonces, tras muchos años de conversaciones, debates y disputas –principalmente sobre cosas que si se consideran estrictamente desde el sentido común están clarísimas–, llegamos a una postura de conciliación en la que reducimos el posible perjuicio económico para los países cuyas aguas de baño son poco higiénicas e incrementamos el riesgo indirecto para la salud de nuestros ciudadanos.

Muchos diputados y diputadas estarán muy en desacuerdo con lo que digo, pero cómo puede explicarse de otro modo, por ejemplo, que hayamos inventado una distinción, por lo que respecta a los riesgos para la salud, entre las aguas de baño interiores y las aguas de baño costeras y estemos dispuestos a aceptar que las aguas interiores puedan ser casi el doble de insalubres que las aguas costeras pero no por ello dejen de tener calidad suficiente para utilizarse como aguas de baño. Y cómo puede explicarse de otro modo que estemos dispuestos a considerar que las aguas de baño son de buena calidad cuando el riesgo de enfermar después de nadar en ellas es del 5%, es decir, 1 de cada 20 bañistas. Aunque voy a apoyar esta directiva, no tiene suficiente alcance para garantizar la seguridad de nuestras aguas de baño. Solo las hace menos peligrosas.

En conclusión, es menester dar las gracias a todos los que han trabajado tan duramente para elaborar esta directiva, y especialmente a mi colega el señor Maaten, que a pesar de no ser bañista se ha esforzado mucho, a la Comisión y, por supuesto, a los miembros del Comité de Conciliación.

 
  
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  Caroline Lucas, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (EN) Señor Presidente, en nombre de mi Grupo quiero decir que a pesar de los buenos oficios del ponente, creemos que el compromiso que tenemos ante nosotros es inaceptablemente débil. Por esa razón, mi Grupo se va a abstener en la votación de mañana.

Con esa abstención pretendemos indicar lo siguiente. En primer lugar, que los valores acordados para la protección del agua dulce no están nada claros: los parámetros se han visto tan adulterados por los cambios estadísticos que el grado de protección que proporcionarán es muy dudoso. Según el artículo revisado por homólogos que está a punto de aparecer en la revista científica Environmental Health Perspectives, que ha mencionado el señor Maaten, estos valores no supondrán ninguna mejora de la calidad del agua dulce.

En segundo lugar, la verdadera oportunidad que teníamos de ampliar esta directiva para que abarcara los usos recreativos se ha perdido por completo en el compromiso.

En tercer lugar, tras una fuerte lucha por subir el listón, de repente la delegación del Parlamento retiró todas sus demandas después de que el Consejo ofreciera un incremento mínimo de uno de los dos niveles de la categoría suficiente.

Por último, el proceso mediante el cual se logró este acuerdo final fue muy insatisfactorio, con la presentación –oral y no por escrito– de propuestas técnicas a última hora, sin tiempo para estudiar debidamente sus implicaciones.

Este es un resultado decepcionante, pero a pesar de eso quisiera dar las gracias a todos los implicados. Me doy cuenta de que no es una cuestión fácil, pero mañana nos vamos a abstener.

 
  
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  Johannes Blokland, en nombre del Grupo IND/DEM. (NL) Señor Presidente, en primer lugar, quiero felicitar al señor Maaten por el resultado conseguido. En parte, si podemos aprobar la revisión de la directiva sobre las aguas de baño es gracias a sus esfuerzos. También quiero dar las gracias a la Comisión por su colaboración, porque sin la ambiciosa propuesta que presentó no habría sido posible hacer más estrictos los criterios.

Les comunico que estoy de acuerdo con el resultado de la conciliación, aunque no totalmente satisfecho. La categoría de «aceptable» que se ha creado no es más que una excusa para encubrir el hecho de que no se han ratificado seriamente los estándares. Además, la división que se ha creado entre agua salada y agua dulce se basa en una información muy limitada, y todo ello significa que la protección de los bañistas ha mejorado mucho menos de lo que podría haberlo hecho.

Quiero llamar la atención de la Comisión y del Consejo respecto al artículo que ha mencionado el señor Maaten, que se publicará el mes próximo. En ese artículo se establecen los estándares que necesitamos para proteger realmente a los bañistas. Espero, Comisario Dimas, que esté dispuesto a utilizar esos datos en su próxima revisión, que espero que no tarde mucho en llegar.

 
  
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  James Hugh Allister (NI).(EN) Señor Presidente, un agua de baño limpia y segura es una necesidad evidente y una ayuda esencial para la prosperidad del turismo.

En mi región de Irlanda del Norte hay muchas playas bonitas, varias de las cuales presumen de tener la bandera azul. Hay otras que todavía tienen que hacerse acreedoras de este honor. Espero que esta directiva les ayude a lograr dicha condición. La misma relevancia posee el cumplimiento de la directiva sobre el tratamiento de aguas residuales urbanas. Esto ha resultado más fácil en los países que han podido acogerse a los fondos de cohesión, que conceden ayudas precisamente para proyectos de esa índole. No obstante, las regiones como la mía, que todavía no cumplen los requisitos necesarios para acogerse a los fondos de cohesión, tienen mayores dificultades para lograr un estado aceptable de la infraestructura del tratamiento de aguas. Por lo tanto, la financiación nacional adicional es el único recurso y hay que encontrarlo. Es importante ser conscientes de que la directiva sobre aguas de baño debería considerarse en ese contexto más amplio.

 
  
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  Cristina Gutiérrez-Cortines (PPE-DE). – (ES) Señor Presidente, quisiera recordar que los diez años de esfuerzo empleados para redactar el documento han sido diez años de pacto permanente y de colaboración. Ello demuestra hasta qué punto puede ser eficaz la política de la Unión Europea, porque desde su inicio comenzaron a trabajar los ayuntamientos, las autoridades locales y los Estados para mejorar las condiciones de las playas y del agua de baño, tanto en el interior como en la costa.

Me parece importante resaltar –en un futuro siempre que imparta mis cursos lo explicaré a mis alumnos– que esto es una verdadera muestra de hasta qué punto la política medioambiental es un valor añadido para el sistema económico, para el bienestar de los ciudadanos e incluso para la plusvalía y aumento de valor del suelo.

Una playa con agua limpia es una zona turística acogedora y de buena calidad. De lo contrario, sabemos que el público no irá y cada vez estará más mentalizado. Y esto es el resultado de una política de cooperación y el resultado de un esfuerzo mutuo. Por eso considero que es satisfactoria e incluso me parece muy realista la introducción de la calificación de suficiente del agua, porque creo que no podemos forzar la realidad.

Conseguir que las aguas estén limpias cuesta muchísimo dinero y muchísimo esfuerzo de gestión, muchas penalizaciones a los vertidos a lo largo de las riberas de los ríos y una política integral. Los políticos hemos de ser conscientes de que ese esfuerzo sale del bolsillo de los ciudadanos y de una política científica de control de vertidos muy importante y de que todo eso no es fácil de conseguir. Por tanto, yo me congratulo y afirmo que esto demuestra hasta qué punto la calidad del medio ambiente añade valor al sistema económico, a las industrias e incluso al beneficio social.

 
  
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  Thomas Ulmer (PPE-DE).(DE) Señor Presidente, Señorías, en primer lugar le estoy muy agradecido al señor Maaten por el buen trabajo que ha hecho y por las negociaciones que ha dirigido la delegación de esta Cámara en el camino hasta la tercera lectura.

Quiero limitarme a algunos de los aspectos médicos de la directiva. Las aguas de baño no están libres de gérmenes, sino que su contenido es bajo en gérmenes. En principio, las aguas de baño deberían ser de la misma calidad que el agua potable, porque muchos bañistas y nadadores acaban tragando agua. En el sur de Alemania, por ejemplo, tenemos uno de los mayores depósitos de agua potable de Europa en el lago Constanza. Pero no hay que olvidar que ni siquiera el agua potable está completamente libre de gérmenes, solo es baja en gérmenes, y que en nuestra vida diaria están presentes muchos gérmenes, aunque con una patogenicidad diversa.

El grado de protección que hemos conseguido con esta directiva no es perfecto, evidentemente, pero es un primer paso en la dirección correcta. Al fin y al cabo, los valores límite de 330 enterococos intestinales para las aguas de interior y de 185 para las aguas costeras, que se han acordado para la categoría de «suficiente», representan una reducción del riesgo para la salud de los bañistas del 12 % al 8 %, y «riesgo para la salud» no significa necesariamente enfermedad. Lo mismo ocurre con las bacterias E. coli, que son de 900 y 500 para las categorías de calidad «suficiente» y «excelente» respectivamente. En mi opinión, los métodos de laboratorio estandarizados deberían ser una norma, al igual que la calidad uniforme del muestreo. En lo que a mi se refiere, el principal motivo de preocupación debería ser que los ciudadanos estén suficientemente informados en el momento oportuno y que en todas nuestras aguas se consiga una designación de «calidad excelente».

Otro objetivo, sujeto a estricta revisión científica al principio, debe ser controlar la carga viral de las aguas. Es un tema que va ganando cada vez más importancia: ha habido un rápido aumento de la cantidad de personas que han enfermado en Europa como consecuencia de enterovirus y norovirus. Aunque sea solo por este motivo, podemos esperar una nueva revisión de la directiva en un futuro no muy lejano. Estoy a favor de la directiva.

 
  
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  Andreas Schwab (PPE-DE). (DE) Señor Presidente, Comisario, Señorías, me gustaría seguir el hilo del discurso del señor Ulmer allí donde él lo ha dejado. En mi distrito electoral, que linda directamente con el lago Constanza, la directiva sobre las aguas de baño representa un difícil acto de equilibrio entre la protección de los consumidores –los bañistas– por una parte, y la conservación de la naturaleza y el turismo por otra. El compromiso al que hemos llegado en cuanto a los requisitos sobre contaminación y los estándares de calidad en la categoría de «suficiente», como ha dicho el señor Ulmer, es un compromiso justo entre los tres intereses. Por este motivo, he comprobado que este compromiso ha conseguido un alto grado de aceptación en mi país, por lo que estoy muy agradecido a todos los diputados en cuestión, incluido el ponente.

Pero también es importante observar que, al reducir la cantidad de categorías de contaminantes de 19 a 2, hemos encontrado una solución que también cumple los objetivos de una mejor legislación y una normativa menos burocrática. Es un buen ejemplo para demostrar que todos queremos reducir la excesiva cantidad de reglamentos que había en el pasado a los aspectos realmente importantes, y por ello, también, estoy muy agradecido a las personas implicadas.

En opinión de mi Grupo, el alcance de esta directiva en conjunto es muy satisfactorio. También es de agradecer que el Parlamento no haya mantenido su intención original de ampliar el alcance de la directiva sobre las aguas de baño a otras actividades de ocio relacionadas con el agua, y también por ello doy las gracias a todos los diputados implicados.

 
  
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  El Presidente. – El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el miércoles a las 12.00 horas.

 
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