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 Texto íntegro 
Procedimiento : 2005/2086(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0390/2005

Textos presentados :

A6-0390/2005

Debates :

PV 01/02/2006 - 19
CRE 01/02/2006 - 19

Votaciones :

PV 02/02/2006 - 8.7
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0040

Acta literal de los debates
Miércoles 1 de febrero de 2006 - Bruselas Edición DO

19. Aplicación de la Directiva Postal
Acta
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  El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0390/2005) del señor Ferber, en nombre de la Comisión de Transportes y Turismo, sobre la aplicación de la Directiva Postal (Directiva 97/67/CE) modificada por la Directiva 2002/39/CE (2005/2086(INI)).

 
  
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  Markus Ferber (PPE-DE), ponente. (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, en primer lugar quisiera agradecer a la Comisión la elaboración de un informe muy ambicioso sobre la aplicación de la Directiva Postal, que constituye la base del debate de hoy y de la votación de mañana aquí en el Parlamento Europeo.

Ha quedado muy claro –y esto también se expresa en la resolución que aprobamos en la Comisión de Transportes y Turismo– que el viaje que empezamos en 1992 con el Libro Verde sobre el desarrollo de los servicios postales en la Unión Europea ha continuado con éxito hasta hoy. Hemos logrado un compromiso entre la prestación integral de servicios postales de alta calidad y la competencia cada vez mayor en el sector, dos objetivos esencialmente contradictorios. Sin duda, esta es la meta específica de 2006, si queremos cumplir las obligaciones contenidas en la Directiva Postal vigente. Señor Comisario, también me complace que la Comisión haya presentado unos plazos muy ambiciosos, que se haya encargado el estudio prospectivo establecido en la directiva y que, sobre la base de este estudio prospectivo, vayamos a estar en condiciones de tomar más decisiones.

Sin duda, no podemos estar satisfechos con lo que hemos logrado hasta ahora; debemos tratar de realizar el mercado interior también en este ámbito. Pero el mercado postal no son las telecomunicaciones, no es la electricidad y no es el gas. Por lo tanto, tenemos que considerar más de cerca el modo de lograr una mayor evolución a este respecto. En nuestro informe hemos intentando plantear una serie de cuestiones a las que, sin duda, deseamos que responda, señor Comisario, cuando presente los estudios que ha previsto para este año. Esto nos proporcionará el material que necesitamos para poder tomar decisiones.

La pregunta es: ¿Cómo podemos garantizar el funcionamiento de los servicios postales en toda la Unión Europea, no solo en las grandes ciudades, en el Gran Londres, en la cuenca del Ruhr, en Berlín, en Madrid o en Roma, sino en todas las regiones de la UE? ¿Cómo podemos garantizar la alta calidad de que disfrutamos actualmente en las regiones transfronterizas, y cómo podemos hacerlo en un sector que –como también dice la comunicación de la Comisión– sigue creciendo? Todavía recuerdo los debates de esta Cámara cuando la opinión era que los servicios postales morirían de cualquier manera porque podríamos utilizar el fax o el correo electrónico. Los servicios postales son un sector en crecimiento. Así que ¿cómo podemos movilizar las fuerzas del mercado para desarrollar nuevos productos y crear así más empleos en el sector?

Estas son preguntas a las que la comisión parlamentaria espera una respuesta por parte de la Comisión durante este año. Son preguntas que hemos incluido en el informe.

Si este año logramos colaborar de manera muy intensa –la Comisión y el Parlamento Europeo, y el Consejo, que no está muy implicado de momento, se unirá en algún momento–, entonces podremos dar pie a nuevos progresos en este sector que, al fin y al cabo, se ajustará a estas condiciones.

Estoy muy agradecido a mis colegas diputados que han trabajado con tanta dedicación en torno a este tema. Los servicios postales nos afectan a todos: en todos y cada uno de nuestros distritos electorales hay muchos clientes postales, muchas oficinas de correos y oficinas de clasificación, en ocasiones dirigidas por varios proveedores de servicios postales. Por lo tanto, siempre hay debates muy animados tanto en la comisión como aquí en el Parlamento. Muchas gracias a todos aquellos que me han ayudado a elaborar este informe. También quisiera ser muy claro: a un ponente siempre le agrada que se presente un número reducido de enmiendas. El Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos ha presentado una enmienda que sin duda ayudará a mejorar el texto de un punto que no había quedado muy bien tras la votación en comisión. Espero que cuente con un amplio apoyo. Entonces habremos elaborado, en conjunto, un informe muy completo que sitúa al Parlamento Europeo en unas condiciones favorables para completar con éxito sus tareas legislativas futuras.

 
  
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  Charlie McCreevy, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, me complace mucho esta oportunidad de informar brevemente a la Cámara sobre la situación de la política postal de la Comunidad desde la perspectiva de la Comisión y compartir con ustedes mis ideas sobre cómo veo el desarrollo de esta política en 2006. Pero en primer lugar quiero dar las gracias al señor Ferber por su informe, que es muy oportuno, constructivo, equilibrado y bien informado. De hecho, las conclusiones del informe se corresponden con nuestro propio pensamiento. Como el informe, estamos convencidos de que la reforma postal de la Unión Europea ha dado resultados positivos para todos los implicados y ha contribuido significativamente a la competitividad de la Unión Europea.

Esta directiva ha allanado el camino a seguir al pedir a la Comisión la presentación este año de tres iniciativas: un tercer informe sobre la aplicación de la Directiva Postal, un estudio prospectivo sobre el impacto de los mercados postales competitivos en los servicios postales universales y una propuesta sobre el futuro de la política postal comunitaria. La configuración de esta propuesta se verá influida por una serie de factores. Uno de ellos, quizás el más importante, es el efecto de las normas comunitarias en el sector postal.

La Directiva Postal, en su versión modificada, establece principios equilibrados para permitir una introducción gradual de la competencia manteniendo las salvaguardias necesarias para la prestación de un servicio universal. Debo decir en este contexto que los hechos acaecidos hasta la fecha no demuestran la necesidad de cambiar los plazos fijados en la Directiva Postal. El año 2009, por tanto, sigue siendo la fecha de referencia para nuestro trabajo.

La Comisión asegurará que la aplicación de las disposiciones del Tratado sobre la competencia acompañará al proceso de liberalización. Por lo que se refiere a las normas sobre ayudas estatales, en julio de 2005 la Comisión adoptó un paquete de medidas que marcaban el rumbo con respecto a los principios según los cuales ella evalúa la compensación del servicio público por los servicios de interés económico general que se presten.

Además, la Comisión es plenamente consciente de la relevancia social de los servicios postales y prestará especial atención a la situación de cada Estado miembro para poder llegar a un terreno común. Los resultados del estudio prospectivo nos ayudarán a hacerlo y contribuirán al análisis de las condiciones para un próspero mercado único postal.

Se presentarán elementos adicionales a través de los resultados de la consulta pública en línea sobre el futuro de los servicios postales europeos que acabamos de realizar. La Comisión continuará su trabajo preparatorio con plena transparencia, y proseguirá su diálogo con todos los implicados.

Este informe de propia iniciativa del Parlamento Europeo representa una muy buena base para futuros debates. Me complace enormemente esta iniciativa y agradezco mucho al señor Ferber y sus colegas de la Comisión de Transportes y Turismo por su excelente trabajo.

 
  
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  Georg Jarzembowski, en nombre del Grupo PPE-DE. (DE) Señor Presidente, señor Comisario, el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos apoya plenamente la parte sustancial de la opinión del ponente, el señor Ferber, sobre el informe de progreso de la Comisión Europea. Con la opinión presentada por el ponente queremos asegurarnos de que la Comisión utilice las medidas anunciadas hasta el 31 de diciembre de este año para examinar de cerca todos los aspectos económicos, tecnológicos, sociales y geográficos de la creciente apertura del mercado postal y para informarnos de sus consecuencias.

Hasta la fecha –le recuerdo esto, señor Comisario, y me interesará escuchar su respuesta–, no todos los Estados miembros han aplicado correctamente, por lo que sabemos nosotros y el ponente, la Directiva Postal dentro del plazo previsto. Creo que es deber de la Comisión controlar con sumo cuidado la aplicación de las medidas tomadas hasta ahora en cada Estado miembro para que el Estado mantenga sus obligaciones, y si es necesario, remitirlo al Tribunal de Justicia Europeo. La legislación comunitaria debe aplicarse en todos los Estados miembros. No obstante, a modo de conciliación diré que, tras los cambios generalmente positivos del mercado postal habidos hasta ahora en beneficio de los consumidores, en mi opinión la Comisión debería ceñirse a la decisión conjunta de concluir la apertura de los servicios postales en 2009.

También le pido que profundice en la cuestión del servicio universal una vez más. Si me permiten resumir, el servicio universal debería suponer la posibilidad de esperar unos servicios de alta calidad a precios asequibles en todos los Estados miembros. Ese es nuestro objetivo, pero deberíamos considerarlo detenidamente. Les voy a poner un ejemplo: si incluso Alemania se desvía ahora del principio de que la tarifa postal para una carta ordinaria debería ser la misma tanto internamente como para los demás 24 Estados miembros, entonces tenemos que considerar lo que eso significa. Una carta ordinaria en Alemania cuesta actualmente 55 céntimos, pero la misma carta enviada a cualquier otro país de la UE cuesta 70 céntimos, la primera vez que hay una diferencia. Si eso significa que el franqueo depende de los gastos –la distancia y el tipo de entrega–, entonces ¿cómo se justifica un servicio universal? ¿Qué queda para justificar la restricción de la competencia mediante un sector reservado regulado?

Tenemos que examinar detenidamente cuál es el ámbito universal, lo que queremos que garantice y si necesitamos un sector reservado para hacerlo. Por lo tanto, espero su evaluación y su opinión con gran interés. Muchas gracias, señor Comisario.

 
  
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  Gary Titley, en nombre del Grupo del PSE. – (EN) Señor Presidente, desde luego es importante que celebremos este debate hoy, porque el 1 de enero tuvo lugar el último paso de reducción hasta los 50 gramos para el sector de reserva y estamos esperando el estudio de la Comisión, que esperemos que se publique en el verano, sobre la realización del mercado interior hasta 2009.

El sector postal se enfrenta a grandes retos, pero también a grandes oportunidades. El correo debe seguir el ritmo del desarrollo en los demás ámbitos, especialmente la transformación del negocio de consumidor a consumidor en un negocio de empresa a consumidor, pero también por lo que respecta al mercado interior. Es una maldición de la Unión Europea que 13 años después de la realización del mercado único todavía existan grandes trabas para la actividad postal transfronteriza, la actividad del mercado en expansión de la venta por correo y también para los editores de periódicos y revistas.

Para que este proceso funcione adecuadamente necesitamos transparencia, claridad, certeza y la implicación clara de los clientes y consumidores postales. Reconocemos por supuesto que todo mercado postal es único, pero esto no puede ser una excusa para una grave asimetría legal que provoque graves distorsiones del mercado. Necesitamos una estructura en la que las autoridades reguladoras nacionales tengan que cooperar. Necesitamos mayor claridad y transparencia en el proceso de autorización y este es un terreno en el que debe centrarse la Comisión. Necesitamos que los Estados miembros adopten y apliquen las normas de calidad de servicio elaboradas por el CEN para que podamos comparar entidades similares. Debemos asegurar que los usuarios postales, desde los pequeños hasta los muy grandes, se impliquen en todo este proceso.

En última instancia, el éxito o fracaso de esta empresa dependerá de si somos capaces de satisfacer a las personas, de si nuestras ancianas madrecitas que viven en lugares aislados van a seguir contando con un servicio universal. Respondan a esto y este proceso será un acierto.

 
  
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  Nathalie Griesbeck, en nombre del Grupo ALDE. (FR) Señor Presidente, Señorías, quisiera unirme directamente a otros diputados dando las gracias a nuestro colega diputado, el señor Ferber, por su informe de propia iniciativa. Permítanme plantar mi punto de vista desde dos ópticas.

En primer lugar, junto con mi Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, me complace enormemente que este informe nos ofrezca la oportunidad de debatir el marco jurídico que nuestra Unión debería aplicar para 2009 con el fin de regular la apertura de los servicios postales. En segundo lugar, apoyo el método propuesto, que nos ofrece un enfoque del proceso de modernización de este sector que sea tanto controlado como equilibrado.

No obstante, Señorías, a la vez que el objetivo de apertura de los servicios postales es, como acaba de explicarse, la modernización del sector de actividad en cuestión y la mejora de los servicios prestados a los clientes, a nadie se le escapa lo que está en juego en la reforma ni los temores legítimos de nuestros ciudadanos de que deje de mantenerse un servicio de alta calidad y que el servicio ya no incluya todos los territorios, incluidos los más remotos. Por ello espero con gran interés el estudio sobre el impacto económico que va a presentar la Comisión Europea a lo largo de este año. Debería basarse en datos económicos fiables y en los resultados de consultas con todas las partes interesadas, desde los sindicatos hasta las cámaras de comercio e industria, a través de todos los interlocutores sociales implicados.

También llamo la atención de la Comisión, al igual que la del Consejo, sobre la necesidad de combatir la distorsión de la competencia en todas sus formas. Pienso, concretamente, en la obligatoriedad del IVA y la armonización fiscal.

Para concluir, cuento con la Comisión para que proponga planes relevantes y justos para financiar el servicio universal sin prejuzgar las decisiones que deba tomar el Parlamento porque, en última instancia, Señorías, corresponde sin duda al Parlamento, como nuestro brazo democrático, explicar a los 450 millones de europeos que la Europa fuerte que queremos construir juntos les pertenece a ellos.

 
  
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  Eva Lichtenberger, en nombre del Grupo Verts/ALE. (DE) Señor Presidente, Señorías, cuando hablamos del futuro de los servicios postales, deberíamos empezar por considerar lo que estamos intentando lograr. La realización del mercado interior no puede ser un fin en sí mismo, pero debe –como dice en todas las declaraciones de intenciones– producir resultados positivos para los ciudadanos de Europa.

No obstante, ya puede verse que varios Estados en los que los servicios se han diluido han registrado un enorme impacto en regiones remotas y zonas de baja densidad de población. Tampoco debe recortarse el servicio a las personas de zonas de difícil acceso. La idea de que la apertura del mercado garantizaría automáticamente, como afirmó el ponente en comisión, que los servicios se prestarían a la famosa anciana de las montañas, ha demostrado ser falsa en ciertos ejemplos clásicos.

Por ese motivo, un estudio como el que se ha elaborado no debería plantear las preguntas de manera que prefigure prácticamente la respuesta deseada, como se ha hecho en el punto 13, por ejemplo. Este punto demuestra claramente el deseo del autor de recibir cierta respuesta, de manera tan obvia que casi hace superfluo el estudio. Si encargamos un estudio debemos estar dispuestos a enfrentarnos a toda la verdad.

 
  
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  Georgios Toussas, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (EL) Señor Presidente, la liberalización de los servicios postales es una pieza del rompecabezas de la liberalización general de servicios y la privatización de las compañías de servicios públicos y perjudica a todos los trabajadores.

La necesidad social de unos servicios postales fiables y modernos se está convirtiendo en objeto de explotación con el fin de asegurar unos beneficios mayores para las grandes empresas.

Con el pretexto de los nuevos programas operativos, los despidos y cambios de los contratos de los trabajadores postales están adquiriendo proporciones masivas.

De nuevo, so pretexto de cambiar las pautas de comunicación, el informe allana el camino a la revisión de la definición del servicio universal. Se esfuerza por abolir la obligación que este proveedor de servicios tiene que proporcionar un acceso fácil a la red postal a todos los usuarios en puntos de acceso de distribución y recogida fijos y apropiados que abarquen los servicios nacionales y transfronterizos.

Estas modificaciones, en el marco de la liberalización de los servicios postales y la realización del mercado interior de los servicios postales en 2009, como se menciona en el informe, proporcionan objetivamente a empresas postales privadas la posibilidad de arrebatar la parte del león del mercado postal a las oficinas de correos públicas, con dolorosas consecuencias para los usuarios y los trabajadores en general. Por esto nos oponemos y hemos votado en contra del informe.

 
  
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  Michael Henry Nattrass, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Señor Presidente, hemos visto el rechazo del proyecto de Constitución para Europa por los ciudadanos franceses y neerlandeses. Las directivas sobre invenciones implementadas en ordenador y servicios portuarios también han sido rechazadas. A pesar de estos rechazos, la marcha hacia la armonización sigue adelante sin descanso, aunque no tenga nada que ver con el comercio o la eficacia de le UE y es mala para los ciudadanos.

Y he aquí otra ley de segunda clase, la Directiva Postal. Esto no incumbe para nada a la UE y aconsejo a la UE que se mantenga al margen. La Directiva Postal pretende aplicar el impuesto sobre el valor añadido al servicio de correos en un momento en que la carta escrita sufre la fuerte competencia del correo electrónico. El Reino Unido no lo quiere. El Servicio de Correos Británico acaba de cumplir 371 años y fue Gran Bretaña el primer país que emitió el primer sello de correos, en 1840, con la cabeza de la reina Victoria.

Ahora la UE quiere estampar encima su mano muerta de ineficiencia. Una elevada filigrana de interferencia filatélica, perforada solamente por el desconocimiento de la tradición británica y el deseo de rematar la carta escrita. Del «Penny Black» al ataque comunitario en 166 años. ¿A esto le llaman progreso?

En 2004, el Director General de Correos declaró categóricamente que el Gobierno británico no quería el IVA en los sellos. El Royal Mail me ha dicho esta misma semana que no lo quiere porque sería malo para las pequeñas empresas, las organizaciones benéficas y los clientes. Los ciudadanos británicos no lo quieren. Ya están pagando el coste de la Política Agrícola Común de la UE.

¿Qué habría dicho el filatélico Stanley Gibbons desde la calle Strand de Londres si estuviese vivo? Supongo que habría publicado un libro con imágenes de diputados al Parlamento Europeo haciendo monerías con las tradiciones postales británicas titulado «Catálogo Stanley de Sellos de Gibones».

Cuando el UKIP vote sobre este informe, votará de acuerdo a los deseos de los ciudadanos del Reino Unido. Espero que los diputados británicos al Parlamento Europeo den la cara por Gran Bretaña. Los ciudadanos verán cómo los eurófilos someten a sus naciones a otra impronta excesiva de la autoridad comunitaria. Gracias, señor Presidente y ¡buena suerte a los intérpretes!

 
  
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  El Presidente. – Señor Nattrass, para su información, su Grupo puede hablar hoy durante cinco minutos, repartidos del modo siguiente: un minuto para la señora Krupa, un minuto para el señor Bloom, otro minuto y medio para la señora Krupa y otro minuto y medio para usted, y no dos minutos y medio. Si el señor Farage le ha «vendido» cinco minutos, le ha vendido algo que no le pertenecía.

 
  
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  Seán Ó Neachtain, en nombre del Grupo UEN.(EN) Señor Presidente, la Directiva Postal debería estar al servicio de todos los consumidores y particularmente de las necesidades de las personas que viven en el campo. La liberalización de los servicios beneficia a menudo a aquellos que están en zonas densamente pobladas a expensas de los consumidores de zonas menos pobladas.

Como diputado al Parlamento Europeo por el oeste y noroeste de Irlanda, represento a una circunscripción predominantemente rural. Según mi experiencia, muchas directivas han tenido durante años un efecto negativo en las zonas rurales y en el desarrollo rural porque de forma consciente o no han beneficiado a las zonas muy pobladas, donde las políticas liberales eran más fáciles de aplicar.

La oficina postal local en las comunidades rurales es una institución económica, social y cultural vital y los derechos de los habitantes de las zonas rurales a un servicio postal no pueden ser ignorados al elaborar los planes de liberalización de estos servicios en la UE. La prestación de dichos servicios y el acceso a los mismos es la esencia del desarrollo rural sostenible.

Conviene resaltar que la apertura de los servicios postales no siempre trae beneficios en términos de un aumento del nivel de empleo y quisiera pedir a la Comisión que aborde esta cuestión en un estudio detallado basado en la igualdad, la eficacia y la orientación al cliente en el sector postal, particularmente en lo relativo a estas zonas periféricas.

La intención que hay detrás de la directiva postal era buena, pero –como ocurre con todas las buenas intenciones– la aplicación no ha sido tan buena. Quiero pedir a la Comisión y al ponente que intenten crear un sistema de servicios postales que sea justo para todos, un servicio universal.

 
  
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  Armando Dionisi (PPE-DE).(IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, el proceso de liberalización gradual en el sector postal que ha comenzado en los últimos años ha ocasionado un cambio positivo en que ha animado a los operadores a mejorar la calidad y la eficacia del servicio y de sus procesos de producción.

El informe del señor Ferber sobre la aplicación de la Directiva Postal goza de un buen equilibrio: subraya los efectos positivos de la liberalización realizada hasta la fecha, pero también subraya la necesidad de evaluar las consecuencias sociales y de empleo de una fase más en la realización del mercado interior, teniendo en cuenta las situaciones concretas de determinados países. Esta fase posterior dependerá totalmente de los resultados del estudio de la Comisión, cuyo objetivo es evaluar el impacto que tendrá la realización del mercado en el servicio universal en cada Estado miembro. Por lo tanto, no procede formular predicciones sobre este estudio.

La función del Parlamento en esta fase es subrayar que el efecto de la liberalización sobre el servicio postal universal debe evaluarse en relación con las diferencias nacionales y las circunstancias geográficas, sociales y económicas concretas, y que las decisiones políticas sobre la liberalización deben tomarse totalmente de acuerdo con los principios de proporcionalidad y subsidiariedad.

El servicio postal es un lazo vital para nuestros ciudadanos en ciertas zonas. Mantener los niveles actuales del servicio universal requiere un enfoque gradual. Por ese motivo la delegación italiana no puede apoyar la enmienda propuesta por el señor Ferber, porque implícitamente arroja dudas sobre la necesidad de un servicio universal, que en mi opinión sigue siendo un derecho y un deber inexcusable para los servicios postales de Europa.

 
  
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  Gilles Savary (PSE). – (FR) Señor Presidente, voy a ser muy breve afirmando que los servicios postales no son como los demás servicios. Tienen una dimensión humana, como se ha señalado, pero también tienen una dimensión social y territorial, lo cual significa que los servicios prestados varían enormemente de un país a otro.

Existe una gran diferencia entre servir a una población muy densa, como la de los Países Bajos, que se concentra en un territorio muy llano, y atender, en las mismas condiciones, a la misma población pero dispersa en miles de islas, como en Grecia, o en un territorio muy diverso, como en Francia.

Por consiguiente, espero que la evaluación prevista por la Comisión sea objetiva y no se base en la creencia compartida por algunos en esta Asamblea de que no hay necesidad de un marco porque el mercado, y solamente el mercado en su conjunto, ya se ocupa de regular los servicios postales. También espero que esta evaluación ayude a garantizar que la apertura del mercado postal –que Europa necesita– se realice de manera que se respete lo que representa el servicio postal: un servicio universal cuya dimensión territorial y social es irremplazable.

 
  
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  Guntars Krasts (UEN). – (LV) El objetivo de liberalización del sector postal para el año 2009 es realista y alcanzable. Los resultados en los Estados miembros en los que la reforma postal ha sido más rápida demuestran este hecho. Es difícil comprender por qué el informe subraya que a resultas de la competencia en el sector postal no siempre se han conservado los antiguos niveles de empleo. El objetivo de la reforma postal no es conservar los empleos, y sin duda tampoco reducirlos. Los empleos también pueden perderse sin liberalización, en virtud de la modernización tecnológica, por ejemplo. No deberíamos considerar la reforma industrial desde el punto de vista del sector postal como empresa. El desarrollo de la empresa postal y su ajuste a las nuevas condiciones de mercado son cuestiones de gestión empresarial.

El objetivo fundamental de la reestructuración del sector postal es atender mejor a los intereses de los consumidores brindando a los habitantes de la Unión Europea la oportunidad de recibir un servicio universal. No obstante, al mismo tiempo el correo no debería seguir siendo sencillamente una industria para el mantenimiento del servicio universal. No debemos olvidar que la mayoría de clientes de servicios postales –de hecho, más del 90 por ciento– son clientes empresarialeas, cuyas necesidades postales pueden ser muy distintas. Tiene que desarrollarse un amplio espectro de servicios postales de alta calidad, para que la industria no solo sobreviva, sino que se desarrolle.

El abanico de servicios postales interacciona cada vez más con otros sectores, como los servicios financieros, la publicidad y el comercio. El futuro de los servicios postales dependerá del logro de dicha interactividad. El desarrollo del sector postal es uno de los motores del desarrollo económico, la productividad y la competitividad de la Unión Europea. Lamentablemente, el progreso en la dirección de un mercado postal común de la Unión Europea sigue siendo lento.

 
  
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  Inés Ayala Sender (PSE). – (ES) Una vez más volvemos a encontrarnos en un debate que afecta a uno de los servicios públicos más emblemáticos de nuestra sociedad europea, con un fuerte valor simbólico y generador de confianza; de ahí su diversidad y fuerte arraigo. Los servicios postales, además, son esenciales por su importancia en mano de obra intensiva: una mano de obra con una formación y conciencia de pertenencia al servicio, digna de enorme respeto y reconocimiento.

Además, la capacidad de cohesión territorial y social de los servicios postales es fundamental en una Europa ampliada y cada vez más individualista; por ello, en esta nueva etapa que se abre ―y en este momento recuerdo también al compañero Brian Simpson, que me gustaría que también hubiera estado presente y que espero que esté aquí más adelante―, querría decirle a la Comisión que es fundamental que el nuevo proceso tenga una justificación real y aceptable, que tenga plena credibilidad, porque se nos dice que el servicio será mejor después, pero lo que vemos hoy es que lo que se nos propone es una mayor inseguridad en cuanto a puestos de trabajo y muchos interrogantes.

De ahí que reivindiquemos que es fundamental la plena garantía del servicio universal con todas sus condiciones de precio y calidad de servicio y que además se tenga en cuenta la diversidad de los sistemas actuales en aquello que tienen de bueno ―no todos son homogeneizables― y la cohesión social y territorial.

 
  
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  Emanuel Jardim Fernandes (PSE).(PT) Señor Presidente, Señorías, señor Comisario, quisiera felicitar al ponente, el señor Ferber, por su excelente informe, que aclara la importancia social y económica de los servicios postales, frente a las indicaciones de desempleo y concentración. En mi opinión, es necesario impedir que este servicio público se convierta, con el advenimiento de la liberalización, en un mero servicio económico, en el que únicamente los estamentos más ricos de la sociedad puedan disfrutar el derecho básico de enviar una carta, denegando la prestación universal del servicio a los miembros menos privilegiados de la sociedad y a los que viven en regiones periféricas.

Por ello, quisiera solicitar a la Comisión, en futuros análisis del sector, que haga una distinción sobre la base de los gastos asociados a la financiación del servicio universal, especialmente en vista de los obstáculos geográficos y demográficos, con el fin de garantizar el acceso para todos a este servicio de interés general.

Al igual que el ponente, pienso que los servicios postales son fundamentales para la UE y que ejercen una influencia positiva en varios sectores de la sociedad como el comercio, los servicios y el empleo, modernizando inversiones capaces de aumentar la competitividad, la calidad y la eficiencia, que a su vez posibilitarán cobrar menos a los ciudadanos y a las empresas. Haciéndolo así, se contribuye decisivamente al logro de los objetivos de la Estrategia de Lisboa, como sector capaz de generar empleos y crecimiento.

 
  
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  El Presidente. – El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar mañana a las 11.00 horas.

Declaraciones por escrito

(artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Hélène Goudin (IND/DEM). – (SV) Apoyamos el hecho de que el informe subraye que el principio de subsidiariedad debe aplicarse al procedimiento de autorización. También acojo con satisfacción el hecho de que el Parlamento Europeo subraye que la Comisión debería prestar especial atención a las consecuencias que la liberalización del mercado postal tendrá para los habitantes de regiones escasamente pobladas (apartado 9).

No obstante, lo que me habría gustado ver son textos más estrictos que dejaran claro que un servicio peor para la población de regiones aisladas de Europa es inaceptable. La Comisión no ha adoptado una postura sobre las modificaciones de las normas que rigen la frecuencia con la que se va a distribuir el correo (véase la pregunta oral H-1135/05). Y tampoco el Parlamento Europeo tiene clara esta cuestión.

Una condición básica para permitir que las personas que viven en regiones escasamente pobladas utilicen los servicios postales en el futuro es que los servicios tengan un precio comparable al que se aplica en el resto del país. El Parlamento Europeo no adopta una postura sobre esta cuestión en el informe. Y tampoco lo ha hecho la Comisión.

Tampoco apoyo la crítica del Parlamento Europeo hacia el impuesto sobre el valor añadido nacional en el mercado postal (párrafo 18) y hacia la propuesta de que la Comisión Europea debe investigar el modo en que se están abordando los operadores postales públicos (párrafo 17). Estas son cuestiones que deberían tratarse en el ámbito nacional.

Voy a votar en contra de este informe.

 
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