El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0412/2005) del señor Toubon, en nombre de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, sobre la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se establecen normas relativas a las cantidades nominales para productos preenvasados, se derogan las Directivas 75/106/CEE y 80/232/CEE y se modifica la Directiva 76/211/CEE del Consejo (COM(2004)0708 – C6 0160/2004 – 2004/0248(COD)).
Günther Verheugen, Vicepresidente de la Comisión. (EN) Señor Presidente, la propuesta de directiva sobre productos preenvasados parece ser un tema muy técnico. No obstante, en realidad forma parte de la importante iniciativa política fuertemente respaldada por nuestras instituciones de mejorar la normativa y simplificarla.
Ya existe una legislación comunitaria sobre productos preenvasados, pero la situación jurídica actual no es satisfactoria ni clara. En la Unión Europea tenemos un marco legal estable para el vino y las bebidas espirituosas, donde los productos se venden en cantidades acordadas en toda la Comunidad. Para otros 70 productos, aproximadamente, la legislación vigente ha introducido la armonización voluntaria, ante la que los Estados miembros han adoptado diferentes enfoques. Estados miembros como Bélgica o los Países Bajos han desregulado totalmente los tamaños de los envases. En otros países, como Suecia, la legislación comunitaria relativa a los tamaños de los envases es opcional para los fabricantes. En otros Estados miembros, la normativa es de obligado cumplimiento, pero solamente para los productores nacionales. Algunas normas nacionales se basan totalmente en las directivas comunitarias opcionales vigentes, pero en otros países, como Alemania, las normas nacionales son diferentes de las disposiciones comunitarias. Desde el punto de vista jurídico, la situación es, por tanto, bastante confusa, por no decir otra cosa.
Al mismo tiempo, los productos circulan libremente de un país a otro y los consumidores encuentran gran abundancia de productos en el mercado. Hasta ahora, ningún consumidor se ha quejado de que haya demasiado donde elegir. La propuesta de la Comisión pretende simplificar la situación jurídica, manteniendo al mismo tiempo la ventaja de la libre elección por parte de los consumidores. La Comisión propone que todos los Estados miembros apliquen un único marco jurídico en toda la Unión. En lo esencial, la Comisión propone mantener la libre elección de que disfrutan actualmente los consumidores y regular los tamaños de los envases solamente para un número muy limitado de sectores, en particular los del vino y las bebidas espirituosas.
La Comisión toma nota de que la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor aprueba este planteamiento en principio. No obstante, tenemos opiniones diferentes por lo que respecta al número de sectores que deberían ser objeto de la reglamentación comunitaria por la que se fijan cantidades nominales.
Por lo que respecta a la Comisión, y basándose en una amplia consulta entre los consumidores de todos los Estados miembros y federaciones sectoriales europeas, solo habría que regular los sectores del vino y las bebidas espirituosas. No obstante, debido a un compromiso previo con el Parlamento, la Comisión también ha incluido en su propuesta la regulación del café soluble y del azúcar blanco.
A pesar de que apoya el planteamiento general, la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor sugiere que también otros sectores deberían ser objeto de la regulación, entre ellos la leche de consumo, la mantequilla, el café tostado, la pasta seca, el arroz y el azúcar moreno. La Comisión cuestiona la justificación para regular estos sectores. La industria europea, con la excepción del sector del café, no está a favor y los consumidores no han solicitado una normativa que limite su elección. La enmienda propuesta implicaría la desaparición de una serie de productos que están disponibles actualmente en el mercado. Asimismo, también significaría que Estados miembros que nunca han tenido reglamento o que lo han abolido tendrían que volver a introducir un reglamento sobre los tamaños de los envases. Esto va en contra de los objetivos políticos de mejorar la normativa y simplificarla y no protege a los consumidores. La Comisión aprecia que el Parlamento haya realizado una evaluación de impacto de estas enmiendas. Esta iniciativa refleja la preocupación común de la Comisión por mejorar la normativa y simplificarla.
Para terminar, en opinión de la Comisión, hoy en día la protección del consumidor no debería basarse en la limitación de su capacidad de elección, sino que debería centrarse en ofrecer información correcta a los consumidores y en la prohibición de prácticas engañosas, permitiéndoles hacer una elección bien informada y deliberada.
Se puede decir que la Comisión, al igual que el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, toma como referencia al consumidor medio, razonablemente bien informado y razonablemente observador y prudente. Los consumidores vulnerables no se vuelven menos vulnerables con normas relativas a las cantidades nominales, sino mediante una aplicación mejor de la legislación comunitaria vigente en materia de protección del consumidor, como el etiquetado y la prohibición de envases engañosos. La Comisión está cooperando con las autoridades nacionales con miras a una aplicación más efectiva de estas normas comunitarias a fin de mejorar efectivamente la protección de los consumidores vulnerables.
Jacques Toubon (PPE-DE), ponente. – (FR) Señor Presidente, Señorías, el informe que voy a presentar en nombre de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor ha cambiado sustancialmente la propuesta de la Comisión. Fue adoptado por 28 votos a favor y una abstención.
Propongo aceptar la desregulación de los tamaños, que es la solución escogida por la Comisión teniendo en cuenta la jurisprudencia del caso Cidrerie Ruwet. La Comisión también propone retener gamas obligatorias en algunos sectores específicos: vinos, licores, café soluble y azúcar blanco. La Comisión solicita que esta derogación se restrinja a un período de 20 años.
Los miembros de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor cuestionaron inmediatamente la relevancia de la propuesta y la calidad del estudio de impacto en que se basa. Por lo tanto, me vi obligado a proponer que se establecieran gamas obligatorias para otros productos básicos. Son el café, la mantequilla, el arroz, la pasta y la leche de consumo. Las gamas que propongo son bastante extensas en lo que respecta a los intervalos, por no mencionar el hecho de que por debajo del tamaño más pequeño y por encima del mayor no hay ningún tipo de restricciones. También propongo que sea posible revisar el acuerdo en un período de ocho años y no en un período de 20 años como propone la Comisión.
¿Por qué les presenta la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor esta propuesta? En primer lugar, para proteger a los consumidores, especialmente a los más vulnerables, como las personas mayores y los parcialmente invidentes, que están lejos de haber entendido el precio por unidad establecido en 1998. Después, para tener en cuenta el estudio de impacto independiente encargado por nuestra comisión y confirmar que la desregulación conllevaría riesgos para el consumidor y que no produciría una mayor competencia entre productores y distribuidores. Por último, porque una legislar mejor no significa no legislar. Como dijo Lacordaire en la década de 1830: entre los fuertes y los débiles, es la libertad la que oprime y la ley la que libera. Verán que este texto aparentemente insignificante y técnico nos permite formular preguntas importantes.
Para concluir, voy a subrayar tres factores: un estudio de impacto financiado por el propio Parlamento y que no dependa de la Comisión ni de los grupos de presión, que es una primicia; un concepto de «legislar mejor» inspirado únicamente en los intereses de nuestros ciudadanos y no en una actitud ideológica y una preocupación por conservar nuestras culturas nacionales, porque nuestras naciones están muy vinculadas a sus tradiciones alimenticias y a sus modelos de consumo.
John Purvis (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Industria, Investigación y Energía. – (EN) Señor Presidente, la Comisión de Industria, Investigación y Energía acoge con satisfacción la iniciativa de la Comisión de desregular y liberalizar los tamaños de los envases. Mi comisión considera que un mercado libre beneficia al consumidor. Se nos convenció de que aceptásemos la propuesta de la Comisión de hacer excepciones con las bebidas alcohólicas, el café soluble, el azúcar blanco –nosotros añadimos el azúcar moreno por coherencia– y los aerosoles. En aras de la coherencia, también propusimos un tamaño regulado para las botellas de bebidas espirituosas de 750 cl, que era el tamaño generalmente aceptado de las botellas de vino. Roza el engaño tener una botella de vino normal de 750 cl y una botella de licor normal de 700 cl. Por lo tanto, lamentamos que esta propuesta haya sido rechazada por la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor.
Apreciamos que esta comisión y su concienzudo ponente, mi buen amigo el señor Toubon, hayan considerado estas cuestiones muy detenidamente. No obstante, en la Comisión de Industria, Investigación y Energía lamentamos las propuestas de esa comisión de introducir tamaños obligatorios armonizados y fijos para toda una gama de productos básicos, que hasta ahora no se habían armonizado tanto. Tenemos requisitos de etiquetado. Prohibimos la publicidad engañosa. La legislación de la Unión Europea exige indicar el precio por unidad, de modo que hay que señalar el precio de una cantidad estándar, lo que ayuda a los consumidores a comparar precios con imparcialidad. Esta capacidad de decidir libremente sobre los tamaños de los envases beneficia al pequeño comercio, a la empresa de reciente creación, a la empresa innovadora y, por lo tanto, también al consumidor. No hay motivo para impedir la comercialización de tamaños tradicionales; no hay motivo para impedir el uso de medidas tradicionales, como las pintas y las libras. La propuesta de la Comisión ni siquiera menciona la leche. No había razón para cambiar nada.
La Comisión de Industria, Investigación y Energía sugiere que el Parlamento apoye el loable intento de la Comisión Europea de reducir la regulación innecesaria y que vote en contra de la ampliación de los tamaños obligatorios a todos estos productos adicionales que propone la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor.
Malcolm Harbour, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EN) Señor Presidente, me gustaría felicitar al señor Toubon por el trabajo que ha realizado y particularmente alabar su planteamiento, gracias al cual la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor es la primera comisión del Parlamento que encarga una evaluación de impacto, y a raíz de ello hemos optado –en este caso, en beneficio de los consumidores– aumentar el alcance de la regulación que había propuesto la Comisión.
Ese informe está a disposición de sus Señorías. Indica que a pesar de la mayor complejidad, el análisis económico demuestra que los efectos competitivos son relativamente pequeños y acepta la opinión del ponente de que las ventajas para el consumidor los compensarán. Habrá otros debates al respecto, pero no me gustaría dejar pasar esta ocasión para felicitar a la Comisión en general por la orientación que está intentando imprimir a este asunto. Existe una amplia gama de otros productos aparte de las exenciones que están incluidos en esta loable propuesta y no deberíamos olvidar esto cuando hablemos de algunas de las cuestiones particulares.
Como bien sabe el señor Comisario, en mi país, el Reino Unido, han surgido algunas controversias totalmente engañosas en la prensa con respecto a esta propuesta. Hoy me limitaré a comentar eso para que conste. En primer lugar, suponiendo que acordemos que se incluya la leche de consumo, está claro que es muy importante que se protejan plenamente los tamaños de botella tradicionales en los que se distribuye la leche en el Reino Unido. No me cabe duda de que los colegas aceptarán esto sin reservas y, por lo tanto, no se ocuparán de ninguna cuestión que tenga algo que ver con la pérdida de la tradicional «pinta» británica.
En segundo lugar, pero con carácter más fundamental, el pan es un producto básico que está regulado a escala nacional en virtud de muchos reglamentos específicos. En el Reino Unido consumimos enormes cantidades de pan preenvasado en rebanadas y considero que este es un argumento de mucho peso para excluirlo totalmente de la normativa y permitir que Gran Bretaña mantenga sus actuales tamaños de envases regulados para este producto de consumo tan importante.
Evelyne Gebhardt, en nombre del Grupo PSE. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, señor Toubon, muchas gracias por el excelente informe que acaba de presentar. Al señor Harbour le diría que es muy importante que respetemos las culturas y tradiciones de los Estados miembros. Siempre deberíamos hacerlo en nuestra legislación. Creo que mi Grupo también apoyará estas enmiendas, eso no supondrá un problema.
Señor Comisario Verheugen, acaba de decir que necesitamos legislar mejor y sobre todo aplicar mejor la legislación comunitaria. Estoy totalmente de acuerdo con usted en ese punto, pero también le recordaría que corresponde a la Comisión garantizar que se aplique la legislación comunitaria. Le pediría que fuera muy estricto respecto a estas cuestiones, porque como europeo quiero que las decisiones que tomamos en Europa se apliquen.
Por otra parte, también ha dicho que toma como referencia al consumidor medio, como hace el Tribunal de Justicia Europeo. Eso es comprensible: todos necesitamos un punto de referencia del que partir. No obstante, como socialdemócrata, mi referencia en dichos casos son precisamente las personas que no son medias, porque son discapacitadas, porque son mayores o porque, por cualquier razón, están aprovechando las distintas oportunidades disponibles en los Estados miembros y que ofrecen las empresas. En estos casos especiales es cuando la fiabilidad al comprar alimentos básicos como pan y leche es especialmente importante. Por ese motivo debemos garantizar que esta fiabilidad se mantenga en nuestros comercios, y por ello estamos de acuerdo con las propuestas del ponente.
Toine Manders, en nombre del Grupo ALDE. – (NL) Señor Presidente, quisiera dar las gracias al señor Toubon por su compromiso y su modo de proceder, pero también a todos y expresar mi gratitud a la Comisión y el Comisario Verheugen por la propuesta que han presentado respecto a la mejora de la legislación y la desregulación. Por eso nos resulta algo extraño que el Parlamento deba responder ahora con multitud de excepciones. En los Países Bajos, un país que rechazó el Tratado Constitucional, consideramos innecesario que Europa se implique en cuestiones como la medida del café o de la leche, porque para eso está el mercado interior y las medidas y los productos están sujetos al reconocimiento mutuo.
Por lo tanto, estamos muy descontentos con las excepciones adicionales o productos adicionales que se incluyen ahora para poder acogerse a la armonización. Por lo tanto, vamos a votar en contra de esas excepciones, y si no podemos eliminarlas y no podemos ceñirnos a la propuesta de la Comisión, como liberales votaremos contra la totalidad de la propuesta, lo cual lamentaríamos porque podría servir de ejemplo. Espero que no tengamos que tratar esto ahora y espero no tener que admitir, cuando vuelva a mi país, en algún referendo futuro sobre el Tratado Constitucional, que en este Parlamento nos implicamos en detalles que deberían quedar en manos de los ciudadanos y ciudadanas de a pie.
La legislación ya prevé la indicación del precio por unidad del litro o kilogramo en interés del consumidor. Puesto que eso ya se incorpora en el precio, creo que no deberíamos subestimar al público europeo o tratarlo con condescendencia y como niños o como ciudadanos de segunda clase. Creo que deberíamos tener fe en los individuos capaces de tomar sus propias decisiones, y nos corresponde a nosotros ofrecerles tales opciones. Del mismo modo, en mi opinión sería lamentable que al viajar a otros países de Europa para hacer turismo o con cualquier otro fin y no pudiéramos conocer los pesos y medidas que se aplican allí, como por ejemplo la pinta en el Reino Unido.
A mi juicio, es lamentable que no hayamos optado por legislar mejor y por desregular como ha propuesto la Comisión, y lamentamos las excepciones propuestas.
Carl Schlyter, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (SV) Señor Presidente, en realidad no ocurre a menudo que yo esté de acuerdo con la Comisión respecto a proyectos de liberalización, pero este es un tipo de liberalización sensata. Veo que el señor Toubon ha realizado un trabajo serio y ha llevado a cabo una evaluación de impacto, pero ese no es motivo suficiente para establecer una normativa a escala de la UE. Si un país desea regular los tamaños de las barras de pan y de la pasta puede hacerlo, pero no a escala de la UE. Corremos peligro de que las cuestiones resulten bastante ridículas cuando la UE se mete en estos berenjenales.
Sin duda, lo que los consumidores esperan es la protección frente a los aditivos peligrosos y una revisión de los aditivos que utilizamos. También esperan un etiquetado claro, suficientemente grande para que se pueda leer en la lengua propia, para que entiendan los ingredientes que se incluyen en los productos en cuestión. Las normas para combatir la publicidad engañosa abarcan aquellos problemas con los que los consumidores podrían encontrarse debido a la existencia de tamaños de envases confusos. Este tipo de legislación tiene precisamente un impacto real en las necesidades de los consumidores.
Cuando se trata del alcohol, estoy de acuerdo con la Comisión en que esa es otra cuestión. En este terreno se trata de controlar el consumo de otro modo, y las normas vigentes y las que propone la Comisión son apropiadas. Hay motivos para regular esta esfera. Creo que la propuesta elaborada por la Comisión, a saber, no incrementar la legislación de la UE, es equilibrada.
Charlotte Cederschiöld (PPE-DE). – (SV) Señor Presidente, señor Comisario Verheugen, señor Toubon, acojo con agrado la propuesta de la Comisión respecto a la desregulación del envasado. Espero que ese debate continuo acerque nuestro propio enfoque al de la Comisión para que sea el consumidor el que escoja y no los políticos.
El ponente, el señor Toubon, ha demostrado que está dispuesto a aceptar mi enmienda que rescata los envases de leche suecos para que la gente pueda seguir teniendo leche para el café en el trabajo. Todavía hay cosas que hacer respecto a la desregulación de la mantequilla y la pasta y a reducir la reglamentación detallada en general. Sería perjudicial para la competencia y para los consumidores si fuéramos a empeorar las cosas para las pequeñas y medianas empresas y a utilizar medidas políticas para proporcionar cuotas de mercado a los grandes conglomerados. Aquellos de nosotros que venimos de un país pequeño no podemos aceptar el informe en esa forma. Ya hemos tenido suficientes debates sobre pepinos y fresas. Evitemos un debate sobre las «sisas de leche» y sigamos negociando con vistas a obtener una mayor libertad para el consumidor. Sigue habiendo mucho por hacer antes de que esta cuestión haya concluido de manera satisfactoria.
Anna Hedh (PSE). – (SV) Señor Presidente, para muchos países, las enmiendas del señor Toubon a la propuesta de la Comisión significan que se establecen nuevas normas a escala de la UE para un mercado que ya funciona. Los socialdemócratas suecos no creemos que las enmiendas del ponente supongan algún beneficio para los consumidores. Al contrario, si se apoya el enfoque del ponente, conllevaría importantes gastos de conversión para muchas empresas europeas, y esto sin que los grupos que decimos representar necesitaran o incluso desearan los cambios.
Por ejemplo, la Asociación de Consumidores suecos, que trabaja activamente con bastantes grupos de cooperación y asociaciones sobre estas cuestiones concretas que tienen que ver con el envasado, nunca ha escuchado, basándonos en nuestros contactos con la Asociación, ningún deseo respecto a tamaños fijos de envases. Además, las instituciones de la UE no estarían cumpliendo su ambición de mejorar la calidad de la legislación evitando una reglamentación detallada. Los socialdemócratas suecos no tenemos nada en contra de realizar peticiones estrictas a las empresas para mejorar la protección del consumidor. Al contrario. No obstante, como se ha señalado, los reglamentos son, en este caso, innecesarios, y por ello vamos a votar en contra del informe.
El Presidente. – El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar mañana a las 11.00 horas.
Declaraciones por escrito
(artículo 142 del Reglamento)
David Martin (PSE). – (EN) Acojo con satisfacción este informe sobre las normas relativas a las cantidades nominales para productos preenvasados.
Estoy a favor de mantener determinadas cantidades para alimentos básicos, pues considero que es importante mantener cantidades nominales en interés del consumidor británico. El informe mantiene partes esenciales de la legislación vigente y, en particular, elimina el injustificado intento de la Comisión de abolir tamaños fijos en un plazo de 20 años. Dada la complejidad de «indicar el precio por unidad», estas leyes de protección garantizarán que no se comprometa la actual venta de la pinta de leche británica. En contra de las historias de terror engañosas de los euroescépticos, que han causado tanta controversia entre los consumidores, la capacidad de elección del consumidor británico está garantizada.